Grand Palais
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(Redirigido desde «Gran Palacio de París»)
Vista del conjunto monumental formado por el Grand Palais, el Petit Palais y el
Puente Alejandro III, desde la torre Eiffel.
El Grand Palais, también llamado Grand Palais des Champs-Elysées (en español «Gran
Palacio»), es un edificio singular de la ciudad de París, situado en los Campos
Elíseos, en el VIII arrondissement, conformando un entorno monumental conjuntamente
con el Petit Palais y el Puente Alejandro III.
Como proclama uno de sus frontones,2 fue concebido como Monument consacré par la
République à la gloire de l’art français, «Monumento consagrado por la República a
la gloria del arte francés», sirviendo como lugar de las manifestaciones oficiales
de la III República Francesa y símbolo del gusto de una parte de la sociedad de la
época. Con el curso del tiempo y la decadencia del estilo Beaux-Arts, el lugar fue
destinado progresivamente a usos diversos como centro para salones técnicos y de
exposiciones comerciales de los sectores del automóvil, de la aeronáutica, de las
ciencias o del deporte, convirtiéndose en testigo de la evolución del arte moderno
y de los avances de la civilización durante el siglo xx.
El 12 de junio de 1975, la nave central del edificio fue catalogada como Monumento
histórico, clasificación que se extendió el 6 de noviembre de 2000 a la totalidad
de los 40 000 m² del Grand Palais.4
La obra, para la que se llegó a movilizar hasta 1.500 obreros, aplicó nuevas
técnicas de construcción como el uso del hormigón armado según un sistema patentado
en 1892 por François Hennebique,6 junto a un despliegue de medios considerables
para la época: pilonadoras a vapor para la cimentación, vías férreas para el
transporte del material, máquinas de vapor para las dinamos de accionamiento de
sierras de corte, un puente grúa para el manejo de los grandes bloques, raíles
interiores, andamios móviles o una rampa desde la ribera del Sena para la
aproximación de las barcazas de cantera.9 La propia Exposición destacó las
habilidades técnicas de la sociedad Moisant-Laurent-Savey que sirvieron para la
parte móvil metálica de manutención desplegada a los lados de los Campos Elíseos y
de la avenida de Antin, mientras que también alabó las de la empresa Moisant
encargada de la carpintería en hierro y acero de la gran escalera de honor diseñada
por Louvet.10
Para los muros se aplicó la técnica de doble pared, una hoja exterior de cantería,
constituida por bloques de piedra provenientes de diversos yacimientos de toda
Francia, y una hoja interior, en fábrica de ladrillo y mampostería. Por su parte,
la carpintería metálica se fue montando, contrariamente a la práctica habitual, sin
juntas de dilatación y apenas terminados los trabajos de albañilería, a la que
siguieron los trabajos de decoración por artistas seleccionados por cada equipo de
arquitectos.
Las dificultades del terreno volverían a la actualidad poco después, cuando Alfred
Picard, comisario general de la exposición, publicó un informe en 1903 donde
advertía la existencia de problemas estructurales en el edificio, como consecuencia
probable del descenso del nivel de la capa freática, lo que provocaría a lo largo
de su historia numerosas intervenciones de restauración hasta llegar a la gran obra
emprendida a partir de 1993.14
Inauguración
Salones y exposiciones
Inicialmente concebido como Palacio de las Bellas Artes para funciones destinadas a
las exposiciones y celebraciones de muestras artísticas, el Grand Palais ha ido a
lo largo de su historia ampliando la variedad temática de sus actividades.
Salones artísticos
Los salones dedicados a las bellas artes conocieron su edad de oro en los treinta
primeros años de existencia del Grand Palais. Con el advenimiento del Frente
Popular en 1936, estas presentaciones, consideradas por algunos como una expresión
de arte reservada para la élite burguesa, perdieron progresivamente prestigio y
vieron reducida de manera considerable su superficie en favor de la instalación
definitiva del Palais de la Découverte (Palacio del Descubrimiento) dedicado a las
ciencias aplicadas, en 1937 por iniciativa del físico Jean Perrin. Tras la Segunda
Guerra Mundial, los salones artísticos perduraron un poco más, hasta ver su espacio
de exposición disminuir y ser confinados a los lugares menos nobles y visibles del
Gran Palacio.
Salón de las artes domésticas, el antiguo Salón de los aparatos de uso doméstico
(1926-1960, con una interrupción de 1940-1947).
Salón del Hábitat.
Salón de la Calidad francesa.
Salón de Francia Exótica (en 1939 y 1940).
Salón de la Infancia.
Feria de París.
Feria Internacional de Arte Contemporáneo (FIAC).
Feria del libro (1981-1991).
Salón de la música clásica y del jazz (Musicora).
Acontecimientos puntuales
En 1964, Reynold Arnould acondicionó una parte del ala norte del Grand Palais a
petición de André Malraux, el entonces ministro de Cultura de Francia, para una
nueva sección, las Galeries nationales du Grand Palais, destinada a recibir grandes
exposiciones temporales de colecciones provenientes de los museos nacionales del
país,17 albergando en 1966, una retrospectiva del pintor Pablo Picasso y una
importante presentación de arte africano. A raíz del éxito encontrado, el Gobierno
francés renunció a su eventual proyecto de demolición del histórico Grand Palais y
del edificio que luego transformó en Museo de Orsay. En 1991, durante la exposición
consagrada al artista Georges Seurat, el Grand Palais sufrió el primer robo de su
historia, que afectó a la obra Cocher de fiacre (Cochero de coche de caballos), de
1887.18
«Érase una vez Walt Disney. A las fuentes del arte del estudio Disney», del 16 de
septiembre de 2006 al 15 de enero de 2007.19
«Los Nuevos Realistas», del 28 de marzo al 2 de julio de 2007.20
«El Imperio de los Gupta. La Edad de oro de la civilización de la India», del 4 de
abril al 8 de julio de 2007.21
«Diseño contra Diseño. Dos siglos de creaciones», del 26 de septiembre de 2007 al 8
de enero de 2008 (Galerías nacionales).22
«Courbet», del 10 de octubre de 2007 al 28 de enero de 2008 (Galerías
nacionales).23
Otras exposiciones
A lo largo del siglo xx, el Grand Palais ha sido unas veces víctima de los dramas
de la Historia y en otras, testigo de reutilizaciones a menudo imprevistas.
Al principio de la Primera Guerra Mundial, el Grand Palais fue utilizado como
acuartelamiento para las tropas coloniales en ruta hacia el frente antes de
habilitarse como hospital improvisado para los heridos de la Marina que no pudieron
encontrar plaza en los atestados hospitales de la capital.3
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Gran Palais sufrió un bombardeo y luego fue
requisado para depósito protegido de vehículos militares. En agosto de 1944,
durante los combates por la Liberación de la capital ocupada por los nazis, resultó
parcialmente quemado como consecuencia de un incendio declarado en el «paddock» y
la galería noroeste.3
Más tarde, varias instituciones y servicios públicos de Francia se instalaron en el
corazón del Grand Palais sin provocar ninguna reacción particular por parte de su
ministerio de tutela:
Las naves están cubiertas por un armazón metálico, de color verde reseda, que une
todas las piezas de vidrio laminado, lo que le da una gran luminosidad a las naves.
Los frisos exteriores, diseñados por Edouard Fournier son un extenso mosaico de
cerca de setenta y cinco metros de longitud, realizado según las técnicas
tradicionales y ofrecen la vista de una larga banda, de cerca de colores vivos,
realzados con oro,28 que reproducen varias escenas representativas de las grandes
civilizaciones de la historia, tal y como eran imaginadas a finales del siglo xix.
Así, se suceden de Egipto a Mesopotamia, de la Roma de César Augusto a la Grecia
del siglo de Pericles, del Renacimiento italiano a la Francia de la Edad Media y de
la Europa industrial a la de las artes clásicas y barrocas.28
Las civilizaciones más lejanas no fueron olvidadas, glorificando a este pasaje del
período, entonces en su apogeo, de las grandes naciones colonizadoras de: África
mediterránea y subsahariana, Oriente y el subcontinente indio, el sudeste asiático
y la Indochina de los jemeres y los templos de Angkor, la Cochinchina y los
paisajes anamitas alrededor de la ciudad de Hué, el Lejano Oriente con
representaciones de la misteriosa China y de Japón, entonces de moda desde el
reciente entusiasmo de los pintores impresionistas y de los escritores por este
país, y evocaciones de ambas Américas.28
L'Inmortalité devançant le Temps uno de los dos grandes conjuntos obra de Georges
Récipon para el Grand Palais de París.
Las balaustradas que rematan las fachadas se encuentran decoradas en sus laterales
por grandes vasijas dobles, mientras que la principal, nuevamente en un interés de
atraer la atención del espectador hacia la entrada, está reservada al espacio de
exposición de dos grupos escultóricos de excepcional elaboración, obra del artista
Georges Récipon, que fabricados en bronce, coronan desde una altura de cuarenta
metros las entradas y su frontón, en el nordeste y el sudeste del Grand Palais,
representando dos temas alegóricos en forma de cuadrigas:
El exterior está constituido por placas de cobre repujado, que en conjunto pesan 5
toneladas.29
Un armazón metálico, constituido por una estructura principal anclada al macizo
revestido con mampostería y al cual se une una estructura secundaria. Este conjunto
pesa 7 toneladas.29
La estructura principal está anclada a la masonería del zócalo de piedra, a través
de una jaula metálica, cuyo interior está rellenado por un lastre. Este conjunto
pesa 11 toneladas.29
Accesorios de cerámica: en las ruedas de los carros y en los leones alados situados
en la parte trasera del carro.29
Las cuadrigas fueron retiradas de las esquinas del Grand Palais entre julio y
septiembre del 2001, para ser restauradas a lo largo del año 2003. En 2004, éstas
fueron devueltas a su emplazamiento en abril de dicho año.29
Crítica arquitectónica
El Grand Palais no dejó indiferente a la comunidad de arquitectos y críticos de
arte, provocando comentarios y críticas tanto favorables como en su contra. Así,
una de las más comunes objeciones fue el sentimiento de exceso y sobrecarga de
detalles, con sobre-elaboraciones consideradas innecesarias. Para especialistas
como James P. Boyd,30 la construcción en vidrio y acero de la cubierta no resultaba
estéticamente tan destacable como la obra de la fachada, que resultaba por ello
disminuida, mientras que el World's Fair Magazine se lamentaba del aspecto similar
a una «gran estación de trenes» y el contraste de materiales.31
Sin embargo, para los críticos favorables, como Herbert E. Butler del Art Journal,
el Grand Palais debe destacarse por su gran belleza resultado del efecto de la
dimensiones sobre la perspectiva y de la combinación en el gusto y selección de los
detalles y colores,32 o incluso para James Boyd, quien reconoció también el acierto
en el equilibrio entre los detalles decorativos y el diseño general del edificio.
Incidencias encontradas
Diversos defectos se manifestaron a lo largo del siglo xx y, desde el principio de
la obra, en la zona meridional de la nave central. Durante la construcción, estos
imprevistos fueron tanto más graves, ya que no era cuestión de retrasar la fecha de
entrega del Grand Palais.
Los cimientos del edificio, por una parte constituidos de estacas de roble,
sustentan unos macizos de piedra o de hormigón, que estaban sometidos a variaciones
y a una disminución progresiva de la capa freática. Debido a sucesivas campañas de
trabajos, de reajustes del servicio de vías públicas y del muelle en la orilla del
Sena, este fenómeno provocó un deslavado y como consecuencia, la podredumbre por
oxidación de las cabezas de los postes. El hundimiento forzó a los diseñadores a
aumentar, primero, el número de las estacas para rectificar y, después, ligeramente
las mamposterías y el perfil del armazón en los cuales se reflejaban los
movimientos del suelo. Cerca de 2.000 nuevos postes fueron finalmente instalados,
pero se quedaron lejos de alcanzar el «suelo bueno». Este lecho geológico estable
se sitúa a una profundidad de entre 15 y 20 metros de profundidad.3
La naturaleza aluvial del terreno y su tendencia natural a deslizarse hacia el
cauce del Sena.
Los choques sufridos directamente por la estructura metálica, a merced de las
realizaciones de imponentes decorados o de exposiciones, tales como el Salón de la
Aeronáutica, donde había globos, a veces, presentados en suspensión. Esto provocó
un envejecimiento prematuro de varios elementos metálicos.
La utilización del Grand Palais para presentaciones hípicas tuvo como consecuencia
una alteración en la base de varios pilares, debido a la acidez del suelo, que
absorbía la orina de los caballos.
El empleo superior de laminillas remachadas de acero en la concepción de la
estructura metálica, en lugar de con elementos de hierro, como con la torre Eiffel.
Este material, en la época de la obra, era menos flexible y se dilataba menos que
el fabricado hoy en día, además de que esta unión de más de doscientos metros no
contenía ninguna junta de dilatación.
La deformación de armazones y otros elementos, debida a asientos diferenciales y
también al propio peso de la cúpula.
Las primeras grietas que aparecieron fueron causadas por la entrada de agua a
través de la vidriera, lo que provocaba una lenta corrosión del metal.
En el curso de los estudios que precedieron a los recientes trabajos de
recuperación se estimó que el hundimiento de los macizos de los cimientos del ala
meridional era de hasta 14 cm y que existía una variación de altura, en la parte
metálica de la obra, de 7 cm.3 Estos valores, de apariencia despreciable, fueron
suficientes para provocar daños estructurales considerables.
Campaña de restauración
El ministerio de Cultura y de Comunicación de Francia inició el expediente de
restauración. Las obras fueron adjudicadas al Establecimiento público de Maestría
de Obra de los trabajos Culturales (EMOC).
Programación de la obra
Primera fase, (noviembre de 2001 - agosto de 2004): revisión de una parte de los
cimientos mediante un desmontaje y una revisión y reposición de las cuadrigas, de
cobre rechazado, y de su armazón de hierro.3
Segunda fase, (2002- finales de 2007): reparación de las paredes y otras
mamposterías agrietadas, de la vidriera y de las cubiertas deformadas o vetustas,
desde 2005, con un revoque de las fachadas, una restauración del gran friso
exterior de mosaicos y una segunda y última campaña de consolidaciones de los
cimientos.3
Esta última fase debería atrasarse debido a un aplazamiento, en febrero de 2006, en
la concesión de los créditos para la restauración de los exteriores.
El presupuesto previsto de esta obra alcanza los 101,36 millones de euros, de los
que 72,3 millones se destinaron a la primera fase.36 La financiación fue asegurada
gracias al estado francés, a través del Ministerio de la Cultura galo.
Algunas cifras
Los cimientos:
Se utilizaron 8.900 metros cuadrados de paredes talladas, ejecutadas con cerca de
6.600 metros cúbicos de hormigón.3
2.000 pilares de hormigón colocados, con cerca de 10 000 toneladas de cemento.3
La nave central:
Longitud: 200 metros.6
Anchura: 50 metros, 100 metros en la entrada principal.
Altura: de 35 metros bajo el armazón metálico, de 45 metros de altura bajo la
cúpula, y de 60 metros debajo de la linterna.6
Superficie: 13.500 metros cuadrados.6
El armazón metálico:
El peso de la parte superior de la nave central es de 6.000 toneladas de acero, de
las que 600 toneladas fueron reemplazadas durante la primera fase de los trabajos
de restauración, y sumado las de las demás naves hacen un total de 8.500
toneladas.37
Número de roblones sustituidos: unos 15.000.
Superficie pintada: 110.000 metros cuadrados.
Peso de la nueva pintura: 60 toneladas, en tres capas, es decir, prácticamente, el
equivalente a 2.000 potes de pintura de 30 kilos cada uno.
Los diferentes acristalamientos:
Superficie reemplazada: 13.500 metros cuadrados en la nave central y 15.000 metros
cuadrados contando las vidrieras laterales.37
Las cubiertas y las obras metálicas
Se han reemplazado:
750 metros de canalones de plomo y 110 metros de canalones de zinc.3
1.200 metros de ornamentos de zinc estampado.3
5.200 metros cuadrados de terradillos de zinc.3
Recuperación del color original: breve historia del verde «reseda»
Antes del comienzo de los primeros trabajos de rehabilitación de la nave central
del Grand Palais, al evocarse la cuestión de que color elegir para el recubrimiento
de la estructura metálica, que en el 2001, tras los numerosos trabajos de repintado
del edificio a lo largo de su historia, era próximo del gris, se planteó la
posibilidad de restituir el color original de 1900.
El desmontaje de las placas remachadas que llevaban el nombre de las empresas que
habían participado en la obra de finales del siglo xix dejó a la vista las partes
del recubrimiento menos expuestas, apreciándose una coloración próxima al verde
claro.38
Muestras del recubrimiento fueron sometidas a análisis fisicoquímico en el
laboratorio de investigaciones para monumentos históricos de Champs-sur-Marne,
entre los cuales, inspecciones mediante un microscopio electrónico de barrido. Los
exámenes permitieron determinar el número de capas de pintura, su composición y los
diferentes pigmentos utilizados para cada una de ellas. La más antigua se sometió a
una exposición prolongada de rayos ultravioleta para evaluar su comportamiento
frente al envejecimiento.38
La búsqueda de las especificaciones y formulación del producto original empleado en
la construcción de 1900. Para ello, se investigó al fabricante suministrador de la
pintura encontrándose que se trataba de una empresa que popularizó la marca
«Ripolin», con la que se conoce genéricamente en francés a una gama de pinturas
plásticas, y que conservaba todavía los archivos sobre la época en cuestión.
Gracias a ello, se pudo encontrar el producto suministrado de la época al que se
había bautizado como verde «reseda». Sin embargo, bajo la misma denominación de
verde reseda se comercializaron todavía tres matices, pálido, medio y oscuro, por
lo que tuvieron que realizarse análisis que concluyeron que la pintura empleada de
origen era el «verde reseda pálido».38
Tras la restauración de 2005, se observa el armazón metálico pintado con un color
rigurosamente idéntico al empleado en el momento de la terminación de su
construcción, a finales del siglo xix.
Nave central del Grand Palais durante la noche del 1 al 2 de octubre de 2005.
Reutilización del palacio a partir de 2007
El ministro de Cultura y de Comunicación francés, Renaud Donnedieu de Vabres,
expresó la idea de la transformación del emplazamiento a «Establecimiento público
del Gran Palacio», en vez de confiar su gestión y programación a organismos
privados.