Flor
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El grupo de las angiospermas, con más de 250.000 especies, es un linaje evolutivamente exitoso que
conforma la mayor parte de la flora terrestre existente. La flor de angiosperma es el carácter definitorio del
grupo y es, probablemente, un factor clave en su éxito evolutivo. Es una estructura compleja, cuyo plan
organizacional está conservado en casi todos los miembros del grupo, si bien presenta una tremenda
diversidad en la morfología y fisiología de todas y cada una de las piezas que la componen. La base
genética y adaptativa de tal diversidad está comenzando a comprenderse en profundidad,3 así como
también su origen, que data del Cretácico inferior, y su posterior evolución en estrecha interrelación con los
animales que se encargan de transportar los gametos.
Con independencia de los aspectos señalados, la flor es un objeto importante para los seres humanos. A
través de la historia y de las diferentes culturas, la flor siempre ha tenido un lugar en las sociedades
humanas, ya sea por su belleza intrínseca o por su simbolismo. De hecho, cultivamos especies para que nos
provean flores desde hace más de 5000 años y, actualmente, ese arte se ha transformado en una industria en
continua expansión: la floricultura. La flor también no ayuda a ser más jóvenes y estar sanos físicamente.
Definición
La flor es un corto tallo de crecimiento determinado que lleva hojas modificadas estructural y
funcionalmente para realizar las funciones de producción de gametos y de protección de los mismos,
denominadas antófilos.2 nota
2
El tallo se caracteriza por un crecimiento indeterminado. En
contraste, la flor muestra un crecimiento determinado, ya que su
meristema apical cesa de dividirse mitóticamente después de que ha
producido todos los antófilos o piezas florales. Las flores más
especializadas tienen un período de crecimiento más breve y
producen un eje más corto y un número más definido de piezas
florales que las flores más primitivas. La disposición de los antófilos
sobre el eje, la presencia o ausencia de una o más piezas florales, el
tamaño, la pigmentación y la disposición relativa de las mismas son
responsables de la existencia de una gran variedad de tipos de
flores. Tal diversidad es particularmente importante en estudios
filogenéticos y taxonómicos de las angiospermas. La interpretación Diagrama esquemático que muestra
evolutiva de los diferentes tipos de flores tiene en cuenta los las partes de la flor. 1: receptáculo,
2: sépalos, 3: pétalos, 4: estambres,
aspectos de la adaptación de la estructura floral, particularmente
5: pistilo.
aquellos relacionados con la polinización, dispersión del fruto y de
la semilla y de la protección contra los predadores de las estructuras
reproductivas.4 5 6
La flor está unida al tallo por un eje, denominado pedicelo, que se dilata en su parte superior para formar el
receptáculo en el cual se insertan las diversas piezas florales, las cuales son hojas modificadas que están
especializadas en las funciones de reproducción y de protección. Desde afuera hacia adentro de una flor
típica de angiosperma se encuentran las denominadas piezas estériles, con función de protección y
compuestas por sépalos y pétalos. Por dentro de los pétalos se disponen las denominadas piezas fértiles, con
función reproductiva, e integrado por estambres y carpelos. Los carpelos de las angiospermas son, con
respecto a los carpelos de sus ancestros, una estructura innovativa y privativa, ya que por primera vez en el
linaje, encierran completamente al óvulo, de forma que el polen no cae directamente en el óvulo (como en
las gimnospermas) sino en una nueva estructura del óvulo llamada estigma, que recibe al polen y estimula la
formación del tubo polínico que llegará al óvulo para producirse la fecundación.7
La flor de angiosperma es una estructura compleja cuyo plan organizacional está conservado en casi todas
las angiospermas, con la notable excepción de Lacandonia schismatica (Triuridaceae) que presenta los
estambres en posición central rodeados de los carpelos.8 9 Esta organización tan invariable no indica en
modo alguno que la estructura floral es conservada a través de los diferentes linajes de angiospermas. Por el
contrario, existe una tremenda diversidad en la morfología y fisiología de todas y cada una de las piezas que
componen a la flor, cuya base genética y adaptativa está comenzando a comprenderse en profundidad.3
Se ha sugerido que existe una tendencia en la evolución de la arquitectura floral, desde un plan "abierto", en
el que las variaciones están determinadas por el número y disposición de las piezas florales, hacia un plan
"cerrado", en el cual el número y disposición de las piezas están fijados.10 En tales estructuras fijas, las
elaboraciones evolutivas ulteriores pueden tener lugar a través de la concrescencia, o sea, por medio de la
fusión o estrecha conexión de las distintas partes.11 El plan de organización "abierto" es común en las
angiospermas basales y las primeras eudicotiledóneas, mientras que el plan de organización "cerrado" es la
regla en el clado de las gunnéridas (o núcleo de las eudicotiledóneas) y en las monocotiledóneas.12
En las angiospermas primitivas las flores son relativamente voluminosas y sobre el receptáculo cónico y
alargado llevan, en disposición helicoidal o espiralada, numerosas piezas periánticas, estambres y carpelos.
En los grupos derivados, más evolucionados, se observa un progresivo empequeñecimiento (reducción) de
las flores y una disminución del número de sus piezas (oligomerización). Se ha postulado que la base
adaptativa de esta tendencia evolutiva es el desarrollo más rápido y un menor riesgo de daños cuando hay
numerosas flores pequeñas que cuando hay pocas flores y frutos grandes y, por otro lado, una mejor
integración espacial y formal de los órganos en las flores oligómeras que en las polímeras. En relación con
esta reducción y oligomerización se produjo un acortamiento del eje floral o receptáculo, de modo tal que,
pasando por estados intermedios helicoide-verticilados, se llegó finalmente a la posición uniformemente
verticilada o cíclica de las piezas florales.14
Simetría floral
Se dice que en un objeto existe simetría cuando por lo menos un plano puede dividirlo en dos partes, tal que
cada parte sea la imagen especular de la otra. Ciertas flores no presentan ningún plano de simetría por lo
que se dicen asimétricas o irregulares, como es el caso de las "achiras" (las especies del género Canna). En
la mayor parte de las flores verticiladas, no obstante, debido a que existen repeticiones de piezas florales,
pueden existir uno o más planos de simetría, por lo que las mismas pueden tener simetría bilateral (es decir,
un solo plano de simetría) o simetría radial (o sea, varios planos pueden dividir a la flor en otras tantas
imágenes especulares). Así, se distinguen por su simetría, dos tipos de flores. Las flores denominadas
actinomorfas, radiadas o polisimétricas presentan simetría radial, como es el caso de Tulipa gesneriana
(liliáceas) o Linum usitatissimum (lináceas). En cambio, las flores monosimétricas, dorsiventrales o
cigomorfas tienen simetría bilateral y la evolución de su forma tiene relación con la necesidad de atraer y
guiar a los polinizadores hasta ellas, como por ejemplo, las flores de las orquídeas y muchas
leguminosas.15 Las flores espiraladas se consideran asimétricas según algunos autores,15 o actinomórficas
según otros.16 17
La simetría se define en general a través del perianto, no obstante, el androceo también puede estar
implicado debido a la reducción de algunas piezas (estaminodios) o al aborto de uno o más estambres, como
ocurre en las eudicotiledóneas y en las monocotiledóneas. Las flores cigomorfas aparecieron relativamente
tarde en el registro fósil (Cretácico superior) en comparación con el período aceptado de diversificación
temprana de las angiospermas (Cretácico temprano).18 La polisimetría, entonces, se considera
generalmente el estado ancestral de las angiospermas y la monosimetría, el estado derivado que ha
evolucionado de modo independiente en numerosas ocasiones. Como un carácter arquitectónico derivado,
generalmente asociado con la diversificación de muchos linajes de plantas, constituye una innovación
morfológica. De hecho, los cambios en la simetría floral están asociados con los cambios en el rango de
polinizadores efectivos, lo que, por su lado, puede originar barreras a la hibridación entre las especies. Así,
varios de los taxones con mayor riqueza de especies llevan flores monosimétricas, tanto en las
eudicotiledóneas centrales (fabáceas, asteráceas) como en las monocotiledóneas (zingiberáceas,
orquidáceas). Estos taxones tienen generalmente planes de organización "cerrados" con estructuras florales
más o menos elaboradas. En contraste, la monosimetría está casi ausente en las angiospermas basales y es
bastante infrecuente en las eudicotiledóneas basales (Ranunculales, Proteales) donde el plan de
organización "abierto" es más común que en las eudicotiledóneas nucleares.18 19
Perianto y perigonio
Del mismo modo que las Bennettitales extintas y que sus parientes
actuales las Gnetales, las flores de las angiospermas poseen una
envoltura floral, un perianto, el cual está constituido por los
verticilos estériles de la flor: el cáliz y la corola. Es evidente que la
presencia del perianto se halla en relación funcional con la
polinización por animales, ya que en estado de pimpollo el perianto
protege los órganos reproductores aún inmaduros de los animales
herbívoros visitantes y, durante la floración, las partes del perianto
vivamente coloreadas contribuyen de modo esencial a la atracción
de los animales polinizadores. En las flores de las angiospermas
primitivas se observa un perianto homoclamídeo (todas las piezas
iguales) formado por numerosas hojas perigoniales dispuestas
Perianto de una flor de Ludwigia, se
helicoidalmente y libres entre sí, las exteriores parecidas a brácteas
señala un sépalo y un pétalo.
y las internas progresivamente más coloreadas y corolinas, similares
a pétalos (por ejemplo en Magnolia).14
En muchos casos, en particular en las especies que son anemófilas (aquellas que no utilizan animales para la
polinización, sino la acción del viento), como por ejemplo el "sauce llorón" (Salix babylonica, salicáceas) o
el "fresno europeo" (Fraxinus excelsior, oleáceas) el perianto puede faltar, es decir, las flores solo presentan
los verticilos fértiles (androceo y gineceo) y se denominan aperiantadas, aclamídeas o, simplemente, flores
desnudas. Las flores que presentan perianto, el caso más frecuente, se denominan periantadas, clamídeas o
vestidas. Las flores desnudas se han formado en el curso de procesos evolutivos de progresivo
empequeñecimiento y simplificación de la flor. Tales flores
secundariamente simplificadas caracterizan grupos de plantas
anemófilas en las que un perianto diferenciado no solo es
innecesario, al no producirse la visita de las flores por los animales,
sino que incluso llega a ser perjudicial para la dispersión o la
captación del polen por los estambres y carpelos,
respectivamente.14
Perigonio de una flor de Cymbidium.
En las flores periantadas puede darse el caso de que solamente
presenten cáliz, por lo que las mismas se denominan
monoclamídeas o, más usualmente, apétalas y el ejemplo más conspicuo es el de la familia de las
urticáceas. La ausencia de pétalos en estas flores no debe conducir a la suposición de que las mismas no son
vistosas, ya que hay casos en los que los sépalos (denominados sépalos petaloideos) adquieren la
consistencia, forma y colorido propio de los pétalos, como por ejemplo en las especies del género Clematis
(ranunculáceas). Cuando las flores periantadas presentan tanto cáliz como corola se denominan
diclamídeas. Los miembros de ambos verticilos pueden ser diferentes entre sí en forma y color y las flores
se dicen heteroclamídeas, como por ejemplo la "rosa" (Rosa sp., rosáceas). Cuando, en cambio, las piezas
del cáliz y de la corola son indistinguibles entre sí en forma y color, la flor se llama homoclamídea. En este
tipo de flores, típicas de muchas familias de monocotiledóneas como las iridáceas y las amarilidáceas, el
perianto se denomina perigonio y las piezas que lo componen se llaman tépalos. Si los tépalos se parecen a
un pétalo el perigonio se llama corolino (de corola) y si se parecen a sépalos se dice perigonio calicino (de
cáliz).20
Asimismo, las piezas del perianto pueden ser independientes (cáliz dialisépalo y corola dialipétala) o estar
más o menos soldados entre sí por sus bordes (cáliz gamosépalo y corola gamopétala, ver más adelante) o
con otras piezas de la flor. Esta frecuente fusión de las piezas de un mismo ciclo se denomina concrescencia
de las piezas del perianto y se produce en relación directa con la especialización en la zoogamia. Así, las
flores con las piezas del perigonio libres son la condición más primitiva y todos los diferentes tipos de unión
o concrescencia son derivados. La soldadura de las piezas del perianto determina muchas veces una mejor
protección de los órganos reproductores respecto a las inclemencias atmosféricas o a los animales visitantes
y una mejor coordinación espacial y fijación de los órganos florales frente a los animales polinizadores. A
veces permite ofrecer a estos mejores superficies para posarse, mejor acceso al néctar, mayor facilidad para
entrar en contacto con los estambres y los estigmas. La concrescencia de las piezas del perianto también
permite el desarrollo evolutivo de estructuras especializadas directamente involucradas en la polinización,
por ejemplo, la formación de espolones nectaríferos en la base de los pétalos (Aquilegia, Corydalis, Viola,
Orchis), o paracorolas (Narcissus).14
Hay que tener en cuenta, asimismo, la importancia que presentan en Sistemática la posición y superposición
lateral de las piezas del perianto, a la que se le da el nombre de prefloración. Esta disposición se debe
observar en el pimpollo debido a que en la flor completamente abierta a menudo se han separado tanto las
piezas florales unas de otras que la prefloración no puede determinarse. Hay seis tipos principales de
prefloración. En la prefloración valvar las piezas florales pueden llegar a tocarse por los bordes, pero sin
que ninguna de ellas se coloque por encima o por debajo de las inmediatas, en la contorta cada una monta
sobre la que le sigue y es solapada por la que le precede; en la quincuncial, existen dos piezas totalmente
externas, dos totalmente internas y la quinta pieza, es externa por uno de los bordes e interna por el otro. En
la prefloración imbricada, hay una pieza externa por ambas orillas, otra, contigua a la anterior, totalmente
interna, y las tres restantes son externas por un borde e internas por el otro. La prefloración vexilar es una
variante de la precedente, con la pieza totalmente interna contigua a la externa, la cual ocupa una posición
superior. Finalmente, en la prefloración carinal la pieza externa de la prefloración vexilar se hace interna y
una de las piezas inferiores pasa a ser exterior. La prefloración es importante en la descripción e
identificación de plantas ya que, a menudo, caracteriza a las diferentes familias. Así, las malváceas
presentan prefloración valvar, las gencianáceas, contorta; y en las leguminosas, la prefloración vexilar y la
carinal son características.21
Cáliz
El cáliz es el verticilo más externo de la flor. Tiene función protectora y está constituido por los sépalos,
generalmente de color verde. Si los sépalos están libres entre sí, el cáliz se denomina dialisépalo, mientras
que si están unidos se llama gamosépalo como en el "clavel" (Dianthus caryophyllus, cariofiláceas) o el
"seibo" (Erythrina crista-galli, leguminosas).2
puede ser efímero o fugaz, cuando los sépalos caen al abrirse la flor,
como en la "amapola" (Papaver rhoeas, papaveráceas); deciduo, cuando los sépalos se desprenden después
de que ha ocurrido la fecundación; o persistente cuando permanece después de la fecundación y acompaña
al fruto, como en el caso del "manzano" (Malus domestica, rosáceas).14 22 23
Los sépalos pueden formar
espolones que llevan néctar (se dicen espolones nectaríferos) para atraer a los polinizadores como ocurre en
Viola y Tropaeolum,. En otras especies como por ejemplo en la "alegría" (Impatiens balsamina), algunas de
las piezas del cáliz adquieren la forma y coloración de los pétalos y, por esa razón, se las adjetiva como
"petaloides".23 24
Corola
La corola es el verticilo interno del perianto y el que rodea a los verticilos fértiles de la flor. Está compuesto
por antófilos denominados pétalos, los que son generalmente mayores que los sépalos y son coloreados.
Cada pétalo consta de una uña que lo fija al receptáculo y una lámina o limbo que es la parte más ancha y
vistosa. La uña puede ser muy corta, como en Rosa o muy larga como en el "clavel" (Dianthus). La lámina
puede ser de forma, color y margen muy variado.2 Si los pétalos son libres entre sí la corola se denomina
dialipétala; si, en cambio, se hallan unidos entre sí a través de sus márgenes, la corola se dice gamopétala y,
como en el caso del cáliz, presenta tubo, garganta y limbo.24
La forma de la corola gamopétala puede ser muy variada: tubulosa (con forma de cilindro, como en las
flores centrales de los capítulos de la familia de las compuestas), infundibuliforme (con forma de embudo,
como en el caso de la "batata", Ipomoea batatas, convolvuláceas); campanulada (como un tubo inflado,
parecido a una campana, como en el "muguet", Convallaria
majalis, ruscáceas), hipocrateriforme (con forma de tubo largo y
delgado, como en Jasminum), labiada (con el limbo formado por
dos segmentos desiguales, como en el caso de Salvia splendens,
una lamiácea), ligulada (con el limbo con forma de lengüeta, la cual
se observa en las flores periféricas de los capítulos de muchas
compuestas) y espolonada (cuando presenta uno o varios espolones
nectaríferos, como en el caso de Aquilegia).23 25
Ha sido establecido que las piezas florales exhiben un mayor grado de absorbancia de luz ultravioleta (UV)
que las hojas. F.K. Richtmeyer en 1923 y F.E. Lutz en 1924 fueron los primeros en advertir este fenómeno
pero no hallaron una explicación al mismo.28 29 En 1933, Lotmar postuló que el fenómeno debía tener un
significado biológico. Karl Daumer en 1958 observó que, como regla, las bases de los pétalos y los
verticilos reproductivos absorben más luz ultravioleta que las regiones periféricas de la corola.30 En 1972
se hallaron las bases de estos patrones de reflectancia de la luz UV. Utilizando las flores liguladas de una
especie de Rudbeckia (compuestas), se demostró claramente que la fuerte absorbancia en la base de las
lígulas se debía a la existencia de flavonolglucósidos, los cuales tienen su máximo espectro de absorción en
la región del UV (340 a 380 nm de longitud de onda).31 Esta demostración brindó la base química para la
existencia de las guías de néctar de las plantas, las que son invisibles al ojo humano pero a las cuales
responden los insectos polinizadores. En un estudio en el que se observaron los patrones de reflectividad de
luz UV de 54 especies pertenecientes a 22 familias, se observó que la fuerte absorción de luz UV puede
darse en la flor entera o bien en zonas limitadas, tales como las bases de las corolas, las anteras o puntos
precisos de los pétalos, en la zona de la flor donde los insectos suelen aterrizar. Estas zonas se denominan
"guías de néctar" y sirven como medio de reclamo para los insectos polinizadores. El color particular,
visible solo para los insectos, se denomina "púrpura de abejas".32 33 34
Androceo
El androceo es uno de los ciclos fértiles de las flores. Las piezas que integran el androceo se denominan
estambres, los cuales tienen como función la generación de los gametófitos masculinos o granos de polen.
Los estambres son hojas muy modificadas formadas por un pie que
se inserta en el receptáculo de la flor, llamado filamento y una
porción distal llamada antera. El filamento es la parte estéril del
estambre, puede ser muy largo, corto o faltar, en ese caso las anteras
se denominan sésiles. Generalmente es filiforme, pero puede ser
grueso, incluso petaloide, y puede estar provisto de apéndices. La
antera es la parte fértil del estambre y suele constar de dos partes
distinguibles, contiguas, llamadas tecas, unidas por una zona
llamada conectivo, que es también por donde la antera se une al
filamento. Generalmente está formada por dos tecas, a veces puede
estar constituida por una sola teca como en las malváceas y Diagrama de una antera en sección
cannáceas o por tres en el caso de Megatritheca (esterculiáceas). Si transversal. 1: Filamento; 2: Teca; 3:
Conectivo (los vasos conductores en
se corta la antera perpendicularmente a su eje, se observa que cada
rojo); 4: (también llamado
antera contiene uno o dos sacos polínicos que se extienden en toda
esporangio).
su longitud.24 35
Gineceo
En las angiospermas el gineceo, también llamado pistilo, consta de uno o más carpelos u hojas carpelares
que forman una cavidad, el ovario, dentro de la cual quedan protegidos los óvulos o primordios seminales,
tanto de la desecación como del ataque de insectos fitófagos.
El gineceo consta de tres partes: el ovario, parte inferior abultada que forma una cavidad o lóculo en cuyo
interior se encuentran los óvulos; el estilo que es una columna más o menos alargada que soporta al tercer
componente del pistilo: el estigma. Este está constituido por un tejido glandular especializado para la
recepción de los granos de polen. En ocasiones el estilo puede faltar y en esos casos el estigma se dice que
es sésil.24
Si los carpelos están separados o libres entre sí, el gineceo se denomina dialicarpelar o apocárpico (como
ocurre en las crasuláceas como Sedum y Kalanchoe); si, por el contrario, los carpelos están soldados entre sí
se llama gamocarpelar o sincárpico, que es lo más frecuente.24
En la flor dialicapelar cada carpelo constituye un pistilo, mientras en la sincárpica hay un solo pistilo. Por
ejemplo, Kalanchoe, con cuatro carpelos libres, presenta cuatro pistilos. En el gineceo gamocarpelar o
sincárpico la unión de los carpelos puede afectar solo a la porción del ovario, por lo que quedan libres tanto
los estilos como los estigmas (ejemplo, el género Turnera); puede involucrar los ovarios y los estilos,
quedando libres los estigmas (como ocurre en las compuestas y en Hibiscus), por lo que se puede
determinar el número de carpelos que conforman el pistilo por observación de la cantidad de estigmas.
Finalmente, en muchas ocasiones la unión o soldadura de los carpelos es total. En estos casos el número de
carpelos puede determinarse a través del número de los lóbulos estigmáticos (por ejemplo, en las
bignoniáceas).
Los estigmas se dividen en dos grandes grupos: estigmas húmedos y secos.43 Los estigmas húmedos
liberan un exudado durante el período receptivo y se presentan en familias como las orquidáceas,
escrofulariáceas y solanáceas. Los estigmas húmedos pueden presentar papilas (estigmas papilosos, como
en Annona, Mandevilla, Bignonia y Punica) o no presentarlas (estigmas no papilosos, en Citrus, Impatiens,
Opuntia y Tamarix). Los estigmas secos no liberan secreciones líquidas, sino que producen proteínas o
ceras. Pueden ser plumosos (gramíneas) o no plumosos y, en este caso, papilosos (Cordyline, Yucca
Pelargonium o no papilosos (Asclepias, Capparis, Cyperus).37
El ovario es la parte inferior del gineceo que contiene a los óvulos a fecundar. Está formado de una o más
hojas modificadas que reciben el nombre de carpelos. Dentro del ovario hay una o más cavidades o
"loculos" que contienen a los óvulos en espera de ser fecundados. Los óvulos se insertan dentro del ovario
en una zona denominada placenta.
Una de las terminologías de descripción del ovario se refiere al punto de inserción sobre el receptáculo
(donde las otras partes florales (periantio y androceo) se unen y se fijan a la superficie del ovario. Si el
ovario se sitúa arriba del punto de inserción, será súpero; si es por debajo, ínfero.
El óvulo o rudimento seminal, nace sobre la placenta, situada en la cara interna del carpelo. Son de tamaño
reducido, de pocos milímetros y generalmente de forma ovoide, de allí su nombre. Cada óvulo consta de un
cuerpo de tejido compacto, la nucela y un pie, el funículo, que lo une a la placenta. La región basal, donde
se unen el funículo y la nucela, es la cálaza o chalaza. La nucela está rodeada por el o los tegumentos, los
cuales son envolturas que parten de la cálaza y dejan un orificio llamado micrópilo. Cada óvulo está
inervado por un haz vascular que atraviesa el funículo y llega hasta la cálaza. Este hacecillo puede
ramificarse e inervar los tegumentos. El número de tegumentos es constante en cada familia o grupo de
familias. Las gimnospermas, por ejemplo, tienen óvulos unitégmicos, a excepción de las podocarpáceas que
presentan un segundo tegumento llamado epimacio. La mayoría de las dicotiledóneas y monocotiledóneas
tienen óvulos bitégmicos y el tegumento externo se llama primina y el interno secundina. Los óvulos
unitégmicos se presentan en muchas dicotiledóneas gamopétalas y en las familias de monocotiledóneas
orquídeas, gramíneas y amarilidáceas. El micrópilo puede estar delimitado por uno de los tegumentos
(ejemplo, Lilium) o por ambos tegumentos (como el caso de Gossypium). La nucela tiene espesor variable.
Si es pequeña, el óvulo se dice tenuinucelado; si tiene varias capas de células por fuera del saco
embrionario, se denomina crasinucelado.44 45
La disposición que adoptan los óvulos dentro de la cavidad del ovario se denomina placentación. El número
de placentas es, en general, igual al número de carpelos que forman el ovario. En ciertos casos, sin
embargo, puede atrofiarse alguna de las placentas y un ovario pluricarpelar llega a contener un solo óvulo,
como por ejemplo en las gramíneas y en las compuestas. Existen distintos tipos de placentación. La
placentación marginal, propia del gineceo unicarpelar (leguminosas) o dialicarpelar (magnoliáceas,
ranunculáceas), donde cada carpelo tiene una sola placenta que corresponde a la zona de soldadura de la
hoja carpelar. La placentación parietal, presente en las orquídeas, violáceas, pasifloráceas y cucurbitáceas,
ocurre en el gineceo formado por dos o más carpelos soldados por sus bordes formando una sola cavidad en
el ovario, de manera que cada placenta corresponde a los bordes de dos hojas carpelares contiguas. La
placentación axilar, propia de solanáceas, rutáceas, liliáceas e iridáceas, entre muchos otros ejemplos,
ocurre en el gineceo formado por dos o más carpelos soldados en que cada uno lleva la placenta en el
ángulo central, de manera que las suturas placentarias forman una columna adentro del ovario. Los óvulos
de cada lóculo quedan así aislados de los vecinos por medio de los tabiques carpelares. La placentación
central, propia de las primuláceas y cariofiláceas, ocurre en gineceos uniloculares formados por dos o más
carpelos unidos y donde los óvulos están fijos sobre una columna central y sin tabiques con la pared del
ovario. La placentación basal, finalmente, ocurre en especies con gineceo pluricarpelar y unilocular. El
óvulo se dispone en el centro basal de la cavidad del ovario y es típica de las familias de las poligonáceas,
quenopodiáceas y compuestas.24 45
Sexualidad
La sexualidad floral está
relacionada con la presencia
o ausencia de los verticilos
reproductivos: androceo y
gineceo. Las flores que
presentan ambos verticilos
(o sea, que producirán tanto
gametos femeninos como
masculinos) se dicen
perfectas, bisexuales,
monoclinas o, más
frecuentemente,
hermafroditas, como es el
caso de las flores de la
"papa" o "patata" (Solanum
tuberosum, solanáceas). En Flores unisexuales de calabaza. Las
muchas otras especies, por imágenes de arriba pertenecen a
Partes reproductivas de una Lilium
flores masculinas y las de abajo a
longiflorum. 1. Estigma, 2. Estilo, 3. otro lado, las flores tienen
flores femeninas.
Estambre, 4. Filamento, 5. Pétalos un solo verticilo
reproductivo y se dicen
diclinas, imperfectas o unisexuales, como ocurre en la "morera"
(Morus nigra, moráceas) y en la "calabaza" (Cucurbita maxima, cucurbitáceas). En el caso de que tal
verticilo sea el androceo, las flores se denominan masculinas o estaminadas; mientras que si el verticilo
presente es el gineceo, las flores se denominan pistiladas o femeninas. Existen algunos casos en que la flor
no presenta ninguno de los verticilos reproductivos y solo muestra sépalos y pétalos. La función de estas
flores es el de especializarse, dentro de un grupo de flores que sí son perfectas, en la atracción hacia la
inflorescencia de los insectos polinizadores. Tales flores, denominadas neutras o asexuales, se disponen
usualmente en la periferia de la inflorescencia y se pueden observar, por ejemplo, en muchas especies de la
familia de las compuestas, como la "margarita" (Bellis perennis) o el "girasol" (Helianthus annuus).15
Entre los botánicos prevalece actualmente la opinión de que las flores hermafroditas son menos
evolucionadas que las flores unisexuales, al menos por las razones que se exponen a continuación. En
primer lugar, en casi todos los grupos de angiospermas con flores unisexuales, se encuentran entre las flores
femeninas y masculinas rudimentos de estambres o carpelos (por ejemplo, en Castanea y Urtica). En
segundo lugar, los grupos de angiospermas más primitivos en cuanto a otros caracteres tienen
principalmente flores hermafroditas (por ejemplo, las magnoliáceas) ya que solo este tipo de flores hacen
posible, en caso de polinización zoógama, la captación y cesión simultánea del polen. Finalmente, el paso
de la condición hermafrodita a la unisexual ha sido determinada en numerosas ocasiones por vía selectiva a
consecuencia de una transformación secundaria de flores entomógamas en anemógamas, como por ejemplo,
en las aceráceas (Acer) y en algunas oleáceas (Fraxinus).14
La fórmula floral es un modo de representar simbólicamente la estructura de una flor mediante el uso de
letras, números y otros signos. Típicamente, se utiliza la fórmula floral para representar las características
morfológicas de las flores de una determinada familia de plantas, más que de una especie en particular. Las
siguientes son los símbolos más utilizados:46
Una fórmula floral, entonces, adquiere una forma como la siguiente, típica de la familia de las liliáceas:
K3 C3 A6 G(3)3∞
La cual indica que las flores de esta familia presentan 3 sépalos, 3 pétalos, un androceo con 6 estambres y
un gineceo de ovario súpero formado por 3 carpelos unidos entre sí, con tres lóculos y numerosos óvulos
por lóculo. La fórmula floral que describe simbólicamente la estructura floral de Oxalis, previamente
descripta, es:
K5 C5 A10 G(5)5∞
Analogías y homologías
Durante la diversificación de las angiospermas, diferentes linajes
evolucionaron de modo tal de utilizar el mismo patrón morfológico
básico de modos diferentes. Por ejemplo, en la "estrella federal"
(Euphorbia pulcherrima) las brácteas que rodean a las flores
lograron un color rojo brillante y comenzaron a funcionar como
órganos de atracción para los polinizadores. Los "pétalos" de la
"estrella federal", entonces, no son en realidad pétalos sino órganos
homólogos a las brácteas de las restantes fanerógamas, lo que
significa que ambos evolucionaron a partir de la misma estructura
en un ancestro común. Desde el punto de vista funcional, las
Las brácteas de color rojo que
brácteas de la estrella federal parecen y funcionan como los pétalos
rodean a las inflorescencias de
de cualquier otra planta, lo que indica que ambas estructuras son
Euphorbia pulcherrima adoptaron la
análogas o similares debido a una evolución convergente. Los función de atracción que usualmente
pétalos reales de la "estrella federal" se perdieron durante su presentan los pétalos.
evolución ya que, de hecho, sus flores, diminutas y casi
imperceptibles, no presentan corola.
Las costáceas ofrecen otro ejemplo. Dos de los estambres de las flores de esta familia son bastante
inusuales, ya que durante la evolución, los mismos han perdido su función original (son estériles), se han
fusionado y formaron una estructura muy llamativa denominada labelo. Este labelo es homólogo a los
estambres y análogo a los pétalos de los restantes linajes de angiospermas.47
Inflorescencias
Las flores pueden aparecer solitarias o en parejas, pero lo más
común es que crezcan juntas en grupos organizados que se llaman
inflorescencias. En ocasiones las flores aparecen tan apretadas y
ordenadas que toda la inflorescencia puede confundirse con una
flor, en cuyo caso podemos referirnos a ella como un pseudanto
(falsa flor). El caso más notable lo ofrecen las plantas de la familia
de la margarita o el girasol (compuestas), cuya inflorescencia,
denominada capítulo está integrada por decenas o cientos de
flores.2 14
48
Las brácteas o hipsófilos son las hojas modificadas, generalmente de menor tamaño que las hojas normales,
coloreadas o verdosas, que nacen sobre el raquis o acompañan a las flores. Algunas veces faltan, como en el
caso de las crucíferas, otras veces reciben nombres especiales, tales como glumas y glumelas en las
gramíneas y ciperáceas, o espata en las aráceas y palmeras. En otros casos las brácteas forman órganos
protectores de las flores (involucros), como la cúpula de los robles (Quercus) y el erizo del castaño. El
prófilo o bracteola es la primera bráctea de una rama axilar, está dispuesta del lado opuesto a la hoja normal.
En las monocotiledóneas es bicarenada y por el dorso, cóncavo, se adosa el eje que lleva la rama. En las
espiguillas de las poáceas el prófilo recibe el nombre de pálea o glumela superior.2 48
Polinización
Productos atractivos
Son los cebos que utilizan las flores como recompensa al agente polinizador. Básicamente se trata de
alimentos, como polen y néctar; o sustancias químicas que los insectos utilizarán en sus rituales de
apareamiento.49 El polen es una recompensa generalmente en aquellas flores polinizadas por coleópteros e
himenópteros, atraídas por el fuerte aroma que despide. El polen contiene proteínas, almidón, aceites y otros
nutrientes. El néctar es un líquido azucarado producido por estructuras llamadas nectarios. Se ubican
estratégicamente en la flor para que los insectos al tomarlo toquen los estambres y se lleven el polen de una
flor a otra.50
Estas estrategias favorecen la fecundación cruzada y el consiguiente intercambio de genes. Otra manera de
lograr ese mismo objetivo es la presencia de barreras a la autofecundación: ya sea genéticas por
autoincompatibilidad, o físicas como la separación de sexos (plantas dioicas como el "mamón" (Carica), o
monoicas como el "maíz" (Zea mays)), o de los diferentes tiempos de liberación de polen y receptividad del
estigma en la misma flor.
Origen y evolución
En 1998 se descubrió en los estratos provenientes del Cretácico inferior (de más de 125 millones de años de
antigüedad), en China, un fósil de un eje con frutos, que se ha denominado Archaefructus. La infrutescencia
constaba de frutos de tipo folículo, provenientes de carpelos conduplicados (doblados sobre sí mismos a lo
largo de su nervadura media), dispuestos helicoidalmente alrededor del eje.68 Semejante descubrimiento,
que parecía datar la edad de las angiospermas más antiguas, hizo mundialmente famosa a la Formación
Yixian, donde fue descubierto este fósil. Algunos años más tarde, el fósil de otra angiosperma, Sinocarpus,
fue también descubierto en esta formación.69 No obstante, siempre hubo controversias al respecto de si
ambos fósiles estaban anidados en el linaje de las angiospermas primitivas, ya que de Archaefructus solo se
ha encontrado el fruto por lo que no se conoce la estructura de su flor,70 71 y la validez del género
72
Sinocarpus ha sido puesta en duda. Una interpretación alternativa del fósil Archaefructus sugiere que el
tallo alargado es una inflorescencia en vez de una flor, con flores estaminadas (masculinas) y flores
pistiladas (femeninas) por encima.73 El descubrimiento de Archaefructus eoflora74 apoya esta
interpretación, debido a que flores bisexuales están presentes entre las flores estaminadas y las pistiladas. Si
esta interpretación es correcta, Archaefructus podría no ser un miembro extinguido de las angiospermas
basales y más bien podría estar relacionada con Nymphaeales o ser un grupo basal de eudicotiledóneas.
No obstante, en 2007 se informó del hallazgo de una flor perfecta en la formación Yixian. Esta flor tiene la
organización típica de las angiospermas, incluyendo tépalos, 10 estambres y gineceo. Los tépalos son
espatulados. Las anteras son globosas y con granos de polen triangular-redondeados. Los carpelos están
rodeados por un receptáculo excepto por los estigmas plumosos que sobresalen a través de un poro. Esta
especie ha sido bautizada como Euanthus (del griego, "flor verdadera") por sus descubridores, e indica que
en el Cretácico inferior ya existían flores como las de las angiospermas actuales.75
La mayor parte de los análisis morfológicos y moleculares disponen a Amborella, las nymphaeales y
Austrobaileyaceae en un clado basal denominado "ANA". Este clado parece haber divergido en el
Cretácico inferior (alrededor de 130 Ma), una fecha aproximadamente igual a la de los fósiles de la
formación Yixian.76 77 Las magnólidas difirieron poco después y una rápida radiación produjo las
eudicotas y monocotiledóneas hace 125 Ma.77 Hacia el final del Cretácico ya habían surgido más del 50%
de los órdenes actuales de angiospermas, clado que constituye el 70% de las especies del planeta.78 Las
características de los grupos basales "ANA" sugieren que las angiospermas se originaron en áreas oscuras,
cenagosas y frecuentemente disturbadas.79 Aparentemente, permanecieron recluidas en ese tipo de hábitats
durante todo el Cretácico.78 Esto debe haber restringido su importancia inicial, pero sus innovaciones
adaptativas, la flor por ejemplo, les otorgaron la notoria flexibilidad que explica la rapidez de su
diversificación posterior hacia otros hábitats.79
a convertirse en fitófagos.83 Este proceso comenzó antes del Triásico, donde tanto insectos como plantas
eran muy abundantes en toda la Tierra. De hecho, los hallazgos de insectos fitófagos conservados en ámbar,
combinados con los análisis de fósiles, evidenciaron que la fitofagia en los insectos comenzó mucho antes
de la aparición de las primeras flores.84 Ciertos grupos de insectos se adaptaron a una nueva dieta basada
en las partes vegetativas de las plantas y, posteriormente, en las partes reproductivas, en particular el polen y
las semillas, puesto que este proceso coincidió en parte con la transición de las pteridofitas con esporas a los
helechos con semilla y las primeras gimnospermas y angiospermas.82 83 84
El cambio de dieta de ciertos grupos de insectos tuvo un impacto muy fuerte sobre las plantas, ya que la
presión de selección que ejercía la herbivoría sobre ellas era muy fuerte. Grandes cantidades de insectos
devoraban las hojas de las plantas reduciendo la tasa de captación de energía lumínica para la fotosíntesis y
el intercambio gaseoso, otros comían partes de los tallos, destruyendo algunas veces las yemas, otras los
haces conductores y las heridas que dejaban aumentaban la probabilidad de infecciones micóticas y virales,
disminuyendo significativamente su eficacia biológica. Como respuesta a esta presión, las plantas
desarrollaron estrategias de defensa basadas en los denominados metabolitos secundarios.85 Tales
compuestos son moléculas orgánicas no esenciales que actúan a diferentes niveles sobre los herbívoros, ya
sea como antinutrientes (inhiben la absorción de nutrientes) o como toxinas. Si bien su producción reduce
considerablemente el ataque de los insectos herbívoros, también repercutiría negativamente sobre la planta,
ya que la inversión energética necesaria para la producción de estos productos representa un costo que se
debía balancear con las probables pérdidas por herbivoría. Por otro lado, este mecanismo inmediatamente
generó una presión selectiva sobre las poblaciones de insectos herbívoros, los cuales comenzaron a generar
resistencia genéticamente determinada a tales compuestos.86
Puesto que la estrategia de defensa química no era suficiente para contrarrestar a los herbívoros debido a
que estos generan resistencia, las plantas fueron desarrollando otras tácticas de protección, en especial del
polen y de las semillas, estructuras fuertemente depredadas por los insectos por la gran cantidad de
nutrientes que contienen. Para las plantas tal depredación representaba una pérdida muy grande de eficacia
biológica ya que impactaba directamente sobre la reproducción de la especie. Por esta razón, las plantas
comenzaron a desarrollar conjuntos de hojas modificadas a manera de brácteas para proteger las estructuras
reproductivas.84
Las teorías actualmente aceptadas plantean que las flores cíclicas se formaron a partir de la diferenciación y
especialización de estos conjuntos de brácteas foliares. La primera evidencia que se encontró para respaldar
esta teoría fue el registro fósil de Bennettitales, un grupo de plantas primitivas que durante el Carbonífero
originaron prototipos de flores.84 Este grupo de plantas se originó contemporáneamente con las cicadáceas
y las ginkgoáceas (Gimnospermas) y se cree que tuvieron una evolución paralela.82 83
Ya para el Cretácico, las protoflores de Bennettitales habían
aumentado su tamaño de 0,5 cm a más de 1012 cm, lo cual
incrementó notablemente la amplitud de visitantes florales, entre los
cuales se incluían algunos mamíferos pequeños que actuaron
también como polinizadores. En estas flores primitivas la
polinización era difusa (varios grupos de animales polinizan una
misma flor), pero la coevolución produjo mayores grados de
especialización y hoy en día la mayoría de las especies de plantas
son polinizadas por un solo grupo de insectos.83
Mediante los procesos de selección recíproca se han seleccionado favorablemente las flores con
características de forma, color y fragancia atractivas para los insectos, puesto que las flores que atraen una
mayor cantidad de insectos obtienen una mayor dispersión de su polen y dejan una mayor descendencia, lo
cual incrementa la eficacia biológica de la especie. De esta manera se han ido fijando alelos que codifican
para ciertos colores, formas y fragancias que han logrado constituir fuertes asociaciones mutualistas
(asociaciones en las cuales ambas partes se benefician de la interacción) con los insectos, quienes dispersan
el polen a cambio de la recompensa floral. Es esta presión de selección a favor del desarrollo de estrategias
reproductivas combinadas la que ha llevado al desarrollo y expresión de tan inmensa variabilidad de flores
en las angiospermas, incluso provocando la variación del plan de simetría de las flores con el cambio de
organización actinomorfa a cigomorfa, puesto que las flores cigomorfas tienen mayores posibilidades de
interacción con los polinizadores.82 87
La unisexualidad secundaria de las flores en forma de monoecia, dioecia o poligamia se ha producido en las
angiospermas sobre todo en relación con la anemofilia, pero permite también evitar la autogamia y la
consanguinidad.14
En la mayoría de las angiospermas, no obstante, se han originado estirpes derivadas con autogamia
facultativa y, finalmente, obligada. Los requisitos necesarios para ello son la desaparición de la
autoincompatibilidad y el transporte orientado del polen hacia el estigma de la propia flor, sea por descenso,
por movimiento de curvatura de los estambres o por el cierre de la corola. La polinización realizada en la
fase de pimpollo conduce a la cleistogamia, en la que las flores no llegan a abrirse, un mecanismo bastante
usual en las gramíneas. La autogamia hace posible la producción de descendientes a partir de individuos
aislados de cualquier otro ejemplar de la misma especie. Por ello se halla difundida entre las plantas
pioneras (las que conquistan nuevos hábitats), las malezas y las especies insulares. Muchas veces la
autogamia constituye la única posibilidad de reproducción sexual en ambientes extremos en los que no
abundan los animales polinizadores (regiones alpinas, árticas o desérticas). Las especies obligadamente
autógamas suelen poseer flores inconspicuas, carentes de fragancia y de néctar y en las que a menudo se ha
reducido el tamaño o el número de pétalos y de estambres y ha disminuido la producción de polen o el
tamaño de las anteras. Muchas veces la autogamia y la alogamia coexisten en el mismo individuo en un
equilibrio ventajoso. Por ejemplo, en muchas especies de la familia de las compuestas al abrirse las flores es
posible la fecundación cruzada y solo hacia el final de la antesis, si todavía no ha ocurrido la fecundación,
las ramas del estilo se curvan sobre sí mismas para tocar el polen de la propia flor y autopolinizarse. En
muchas otras especies (Viola, Oxalis, Bromus) se da un equilibrio análogo entre la formación en el mismo
individuo de flores normales (llamadas chasmógamas) y otras cleistógamas, muy reducidas. Tales especies,
entonces, aseguran la producción de descendientes por medio de la autogamia pero, al mismo tiempo, tratan
de generar mayor variabilidad genética por medio de la fecundación cruzada.14 89
Floración y. Simbolismo
Un momento crítico en el ciclo de vida de las plantas con flores es aquel en el que realizan la transición
desde la fase juvenil a la fase reproductiva. Para conseguir reproducirse con éxito, es imprescindible, por
una parte, que la floración (también llamada antesis) se produzca en sincronía con otros miembros de la
misma especie y, por otra parte, que la planta haya alcanzado cierto nivel de crecimiento que le permita
sobrellevar el gasto energético implicado en el proceso de formación de flores, frutos y semillas. Por lo
tanto, la planta ha de integrar información ambiental, así como endógena, antes de sufrir la transición. Entre
los factores externos que más influyen en la floración se encuentran la luz (tanto la intensidad lumínica
como la duración del lapso diario de horas de luz o fotoperíodo) y la temperatura. Este último factor
desempeña un doble papel. Por un lado, las temperaturas más altas incrementan las tasas de crecimiento y
diferenciación en las plantas, por lo que aceleran la transición al período de floración. Por otro lado, muchas
plantas necesitan ser expuestas transitoriamente a temperaturas muy bajas durante la fase vegetativa o
juvenil para poder florecer, proceso denominado vernalización. Además de estos factores externos, también
juegan un papel importante factores endógenos como el reloj circadiano y algunas hormonas como las
giberelinas, el ácido salicílico y el ácido abscísico. Así, la planta modelo Arabidopsis thaliana florece más
rápidamente cuando los días se alargan (se dice que es una planta de día largo), ya ha sufrido la
vernalización (es decir, ha estado expuesta al frío durante el invierno) y la temperatura ambiente incrementa.
Es decir, al igual que un sinnúmero de otras especies, la floración de Arabidopsis se induce en las
condiciones que se observan en la primavera.92
El análisis genético de mutantes con el tiempo de floración alterado ha permitido diseccionar el proceso de
inducción de la floración en al menos cuatro vías de señalización: la primera se activa cuando los días son
largos; la segunda funciona fundamentalmente cuando los días son cortos y depende de las giberelinas; la
tercera participa en la regulación de la floración en respuesta a la temperatura ambiental; y la cuarta está
implicada en la vernalización.93
Cuando la planta llega al estado reproductivo del desarrollo, alguno o todos los meristemas apicales en su
vástago cesan de iniciar hojas normales y comienzan a producir partes florales de acuerdo con la secuencia
característica de la especie en cuestión y con un número variable de brácteas ubicándose entre las hojas y la
flor. En este proceso, los meristemas apicales pasan de tener un crecimiento indeterminado a un tipo de
crecimiento determinado, ya que la formación de la flor es generalmente el acontecimiento final de la
actividad de un meristema apical. En las plantas anuales, el advenimiento del estado reproductivo significa
también el acercamiento a la consumación del ciclo de vida en su totalidad. En las plantas perennes, la
floración se repite un número variable de veces que depende de la longevidad de la especie.
Una flor puede originarse en el ápice del vástago principal o en aquellos de las ramas laterales, o en ambos
sitios a la vez. En muchas especies, el cambio hacia la floración comprende la formación de una
inflorescencia. Un fenómeno observado a menudo durante la iniciación del estado reproductivo es un
brusco y rápido alargamiento del eje. Tal crecimiento es particularmente impactante en plantas de hábito en
roseta durante el período vegetativo, como por ejemplo las gramíneas o las plantas bulbosas.94
Los órganos florales se inician como hojas normales por divisiones periclinales de células localizadas más o
menos profundamente por debajo de la protodermis o en la misma protodermis.95 96 97
Las divisiones
iniciales periclinales son seguidas por otras, incluyendo anticlinales, y el primordio se convierte en una
protuberancia. Los sépalos se parecen más a las hojas normales en su iniciación y desarrollo. El tipo de
crecimiento de los pétalos también es más o menos similar al de las hojas. Los estambres se originan como
estructuras gruesas y cortas, desarrollándose el filamento subsecuentemente por crecimiento intercalar. El
desarrollo del gineceo varía en detalle en relación con la unión de los carpelos entre sí y con otras partes
florales. Si los carpelos no están unidos, el primordio del carpelo individual se inicia en un punto por
divisiones periclinales en el ápice, las que luego se propagan adaxialmente. El crecimiento hacia arriba,
comparable al marginal en una hoja, eleva al carpelo como una estructura en forma de bolsa. En los ovarios
sincárpicos los carpelos se originan como primordios individuales o conjuntamente como una unidad
estructural.94
El modelo ABC del desarrollo floral fue propuesto como modelo explicativo del conjunto de mecanismos
genéticos que dan lugar al establecimiento de identidades de órgano en Arabidopsis thaliana, como
representante de las rósidas y de Antirrhinum majus, perteneciente al linaje de las astéridas. Ambas especies
poseen cuatro verticilos (sépalos, pétalos, estambres y carpelos), definidos por la expresión diferencial en
cada verticilo de una serie de genes homeóticos. El modelo ABC establece que la identidad de los órganos
presentes en esos cuatro verticilos florales es consecuencia de la interacción de por lo menos tres tipos de
productos génicos de funciones distintas. De este modo, los sépalos se caracterizan por la expresión de
genes A exclusivamente; en los pétalos, en cambio, se coexpresan los genes A y B; en los estambres, los
genes de función B y C establecen su identidad; y en los carpelos, únicamente se requiere de la actividad de
genes de función C. Además, los genes tipo A y C son antagonistas recíprocos.103
El hecho de que estos genes homeóticos determinan la identidad de órgano se pone de manifiesto cuando
un gen representante de una determinada función, por ejemplo la A, no se expresa. Así, en Arabidopsis
dicha pérdida produce la aparición de una flor compuesta por un verticilo de carpelos, otro de estambres,
otro de estambres y otro de carpelos.103 Se ha propuesto, además de las mencionadas funciones A, B y C,
la existencia de unas suplementarias: la D y la E. La función D especificaría la identidad de óvulo, como
una función reproductiva separada del desarrollo de los carpelos y posterior en aparición a la determinación
de estos.104 La función E correspondería a un requisito fisiológico propio de todos los verticilos florales,
aunque, en inicio, fue descrita como necesaria para el desarrollo de los tres verticilos más internos (función
E sensu stricto).105 No obstante, su acepción sensu lato sugiere que es requerido en los cuatro
verticilos.106 De este modo, cuando se pierde la función D, los óvulos pasan a ser estructuras semejantes a
hojas y cuando se pierde la función E sensu stricto, los órganos florales de los tres verticilos más internos se
transforman en sépalos,105 mientras que, de perderse la función E sensu lato, todos los verticilos son
semejantes a hojas.106 107
El modelo ABC, entonces, explica los aspectos más importantes del desarrollo floral, desde los más teóricos
(una puesta al día de las ideas de Goethe) hasta los más prácticos, tales como la manipulación de los genes
ABC para producir flores con cualquier tipo de combinación de piezas florales.98 108
En todas las culturas, alrededor del mundo, hasta donde se tienen registros históricos, las flores han provisto
información emocional entre los seres humanos. En las cuevas de neandertales se ha hallado polen (la parte
de la flor más difícil de corromper a través del tiempo) y se ha sugerido que las flores eran parte del
ceremonial para rendir homenaje a sus difuntos,109 si bien tal significado todavía está en discusión.110
En la antigüedad las flores no solo eran consideradas fuente de placer para dioses y hombres y motivo de
inspiración para artistas y poetas, sino que poseían significado de trascendencia mística y cósmica. En el
Japón, donde se cultiva el arte del arreglo floral (ikebana), la flor se considera el resumen del ciclo vital de
todas las criaturas y su efímera duración. La flor que Buda exhibe, en ocasiones, sustituye toda palabra y
enseña: es la imagen explícita de la perfección a alcanzar, de la iluminación y la expresión de lo
inexpresable. En Grecia antigua por estar asociadas a las mariposas se les identificaba con las almas de los
muertos. En el Taoísmo la flor de oro que emerge a partir de la coronilla es símbolo de la máxima
iluminación espiritual.111
Existen pinturas en palacios de Grecia de más de 3000 años de antigüedad que atestiguan ese uso. Esta
asociación entre la pureza y ciertos lirios pasó más tarde a la cristiandad, donde a la Virgen María se la
representaba con flores de lirio (Lilium candidum, "Madonna Lily" en inglés) en sus brazos. El símbolo de
la flor de lis estuvo originalmente basado en la flor de una especie de iris (Iris pseudacorus) y aparecía en
pinturas religiosas egipcias e indias mucho antes de que fuera adoptado como emblema de los reyes de
Francia desde el siglo v. Las flores han servido no solo como símbolos religiosos sino también del poder
real desde hace miles de años y han sido admiradas y utilizadas por su belleza desde tiempos inmemoriales
y por muchas civilizaciones.114 115
Si bien desde un análisis superficial se puede argüir que las flores son deseables para los humanos debido a
asociaciones aprendidas con eventos sociales, la universalidad del uso de las flores a través de distintas
culturas, etapas históricas y la ausencia de un sustituto adecuado para los muchos usos que hacemos de
ellas, sugiere que debe existir algo más que esta simple asociación. De hecho, por más de 5000 años los
seres humanos hemos cultivado flores a pesar de que no existe una recompensa conocida para este
comportamiento costoso desde el punto de vista del trabajo y la energía que supone realizarlo. En varios
estudios controlados se demostró que las flores son un poderoso inductor de emociones positivas en nuestra
especie. En uno de tales estudios, las flores siempre suscitaban la sonrisa de Duchenne inmediatamente
después de obsequiárselas a mujeres,nota 4 quienes informaron que habían tenido mejor humor desde ese
momento hasta tres días más tarde, cuando fueron encuestadas. En otro estudio, una flor entregada a
mujeres o varones en un ascensor produjo una conducta social más positiva que otros estímulos. También se
ha demostrado que las flores entregadas a personas de más de 55 años suscitan un humor más positivo y
una mejora en la memoria. Tales efectos fueron inmediatos y a largo plazo sobre las reacciones
emocionales, humor, conducta social, e incluso la memoria, tanto en mujeres como en varones.119 De
hecho, se ha formulado la hipótesis de que las flores pueden influenciar o iniciar el comportamiento
socioemocional de los seres humanos ya que estarían adaptadas a un nicho emocional en nuestra
especie.119 Del mismo modo, también se han investigado los efectos terapéuticos de las flores. Así, se ha
demostrado que los pacientes sometidos a cirugía necesitaron menos calmantes y tuvieron mejores
respuestas fisiológicas durante el período posoperatorio cuando se colocaban flores dentro de la
habitación.121
Floricultura
La floricultura es el arte y la técnica del cultivo de plantas para
obtener flores y su comercialización en florerías y viveros. Pueden
establecerse dos tipos fundamentales de explotaciones, la particular
y la comercial. La primera, asociada con la jardinería, persigue
como objetivo el cultivo de plantas con flores por su belleza y por
satisfacción anímica, y la llevan a cabo desde aficionados hasta
entusiastas coleccionistas que se han especializado en una especie o
grupos de especies de plantas. La floricultura comercial, en cambio,
se refiere a los cultivos de plantas para obtener flores que persiguen
una finalidad de lucro. Sus productos pueden estar destinados a la
ornamentación, a la industria o a la medicina e involucran otras
actividades comerciales estrechamente relacionadas, tales como la
producción de semillas, de bulbos y de una infinidad de elementos
imprescindibles para esta actividad intensiva, que van desde los
fertilizantes y agroquímicos (insecticidas, fungicidas y herbicidas)
hasta las macetas y sustratos para el cultivo.122 123
124
Una rosa azul, obtenida mediante
El mercado internacional de flor cortada está fundamentalmente
colorantes artificiales. Este tipo de
centrado en tres mercados consumidores: Estados Unidos, la Unión rosas se está tratando de obtener
Europea y Japón, con un valor de facturación de 955, 6500 y 3.800 por medio de ingeniería genética.
millones de euros respectivamente. Cada uno de esos mercados
produce un alto porcentaje de su demanda de flor cortada, pero
además, importan una considerable cantidad desde una diversidad de países. Así los Estados Unidos
importan el 59% de sus requerimientos, la UE el 10% y Japón solo el 6%. Los principales proveedores del
mercado estadounidense son Colombia, Ecuador y los Países Bajos. Para la UE, los principales
proveedores son Kenia, Israel y Colombia y para el mercado japonés, Tailandia, Colombia y los Países
Bajos. Las especies más destacadas en los mercados internacionales son las rosas, los claveles, los
crisantemos y varias especies de plantas bulbosas, como los tulipanes y las azucenas. Los Países Bajos
constituyen el mercado concentrador más importante del mundo y registran más del 50 por ciento del total
de las importaciones y el 85 por ciento de las exportaciones de flores de la Unión Europea.125
La causa del crecimiento sostenido del mercado de flor cortada en las últimas décadas es, básicamente, el
cambio en las pautas de consumo de la población con ingresos medios y altos, que utiliza este producto
como elemento decorativo del hogar, regalos empresariales y para solaz personal. Una de las consecuencias
del crecimiento de los mercados de flor de corte es la cuantiosa inversión que muchas empresas e
instituciones realizan para obtener nuevas variedades de flores, ya sea por medio de mejoramiento genético
clásico o por medio de sofisticadas técnicas de ingeniería genética126
Véase también
Autoincompatibilidad
Angiospermae
Botánica
Desarrollo floral
Flora
Floración, polinización y cuaje en árboles frutales
Perfume
Síndrome floral
Trampa de polinización
Notas
1. Sólo se consideran flores a las flores de angiospermas (que ancestralmente poseen
verticilos o espirales ordenados de sépalos, pétalos, estambres y carpelos, y poseen los
óvulos encerrados en los carpelos de forma que se pueda acceder a ellos a través del
estigma). Aquí, siguiendo la denominación de Pio Font Quer en su Diccionario de Botánica,
consideramos que una "flor" es toda rama de crecimiento limitado que posea antófilos
(hojas relacionadas con la reproducción, como las hojas fértiles), por lo que todas las
espermatofitas (tanto angiospermas como gimnospermas) tienen flores.
2. La definición más concisa de flor es "un braquiblasto que lleva los antófilos", es decir un eje
corto de crecimiento determinado que lleva las hojas especializadas en la función de
reproducción (estambres y carpelos) y de protección de los gametos (sépalos y pétalos).
"Crecimiento determinado" quiere decir que el meristema apical que da origen a la flor cesa
su actividad inmediatamente después que ha producido todas las partes florales.2
3. Un ejemplo de esto es la lluvia de azufre en la época de floración de las coníferas.
4. Muchos investigadores han sugerido que la sonrisa de Duchenne indica una emoción
espontánea y genuina ya que la mayor parte de las personas no pueden contraer a voluntad
los músculos involucrados en la expresión facial de este tipo de sonrisa.120
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