Proyecto Innovador FRANKLIN
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UNAN-LEON
CUR SOMOTILLO
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04 de mayo 2024
La historia del movimiento obrero se remonta a la Revolución Industrial del siglo
XIX, cuando la introducción de la maquinaria y la industrialización transformaron
radicalmente las condiciones de trabajo. Los trabajadores, que antes se dedicaban
principalmente a la agricultura y la artesanía, se vieron obligados a migrar a las
ciudades en busca de empleo en fábricas y minas. Sin embargo, las condiciones
laborales eran extremadamente duras, con jornadas de trabajo de hasta 16 horas,
salarios bajos y entornos laborales peligrosos.
Ante esta situación, los trabajadores comenzaron a organizarse en sindicatos y
movimientos obreros para exigir mejores condiciones de trabajo y derechos
laborales. Uno de los primeros hitos importantes fue la formación de la Asociación
Internacional de Trabajadores (AIT) en 1864, también conocida como la Primera
Internacional, que abogaba por la solidaridad internacional entre los trabajadores y
la lucha por la jornada laboral de ocho horas.
El análisis del movimiento obrero revela su papel crucial en la transformación de la
sociedad y la economía. A través de la organización colectiva y la acción directa,
los trabajadores lograron importantes victorias, como la regulación de las horas de
trabajo, la abolición del trabajo infantil, la creación de sindicatos y la negociación
colectiva. Estas luchas contribuyeron a la creación de un sistema de protección
social más justo y equitativo.
Además, el movimiento obrero ha estado estrechamente ligado a la forma de
producción y desarrollo económico. Durante el siglo XIX, la expansión del
capitalismo industrial generó una creciente concentración de riqueza en manos de
los capitalistas y una creciente desigualdad entre los trabajadores y los
propietarios de medios de producción. Esta disparidad económica fue un motor
clave detrás de las luchas obreras por una distribución más equitativa de la
riqueza y el poder económico.
En el siglo XX, el movimiento obrero continuó desempeñando un papel importante
en la lucha por los derechos laborales y la justicia social. La Gran Depresión y las
consecuencias devastadoras de las guerras mundiales llevaron a un mayor
reconocimiento de los derechos de los trabajadores y al surgimiento del estado de
bienestar en muchos países. Los sindicatos y movimientos obreros jugaron un
papel fundamental en la promoción de políticas de protección social, como el
seguro de desempleo, la seguridad social y el salario mínimo.
Movimiento obrero
Te explicamos qué es el movimiento obrero y cuáles son sus características.
Además, su origen y expansión, sus logros e ideologías.
El movimiento obrero tiene el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los
trabajadores.
¿Qué es el movimiento obrero?
El movimiento obrero es un movimiento social que se caracteriza por la asociación
de trabajadores con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida y de trabajo a
través de la actividad política.
Las primeras organizaciones obreras aparecieron en Inglaterra en el siglo XVIII
como consecuencia de la Revolución Industrial. En esa época, no existía
legislación laboral y los dueños de las fábricas (sector social denominado
“burguesía”) imponían condiciones muy duras a los trabajadores (sector social
llamado “proletariado”), como bajos salarios, jornadas laborales de 16 horas y
trabajo infantil.
Para mejorar sus condiciones de vida, los trabajadores comenzaron a organizar
asociaciones de ayuda mutua y, luego, de lucha, para que se reconocieran sus
derechos laborales.
Durante el siglo XIX, se desarrollaron distintas teorías que analizaban la
desigualdad estructural del régimen capitalista y las condiciones de vida de la
clase obrera. En ese contexto, apareció el marxismo, una ideología que establecía
que mientras existiera la propiedad privada, la clase obrera seguiría siendo
explotada por la burguesía.
Con la expansión de la industrialización en el mundo, el movimiento obrero se
diversificó y aparecieron múltiples organizaciones obreras. Hoy en día, el
movimiento obrero es heterogéneo y responde a las necesidades y condiciones de
los diferentes países.
Características del movimiento obrero
Algunas de las características del movimiento obrero son:
1. Doble lucha. El movimiento obrero tiene dos objetivos principales: la mejora en
las condiciones laborales y la obtención de derechos políticos de la clase
trabajadora.
2. Diálogo. El movimiento obrero se caracteriza por promover una amplia
cantidad de debates y la apertura al diálogo interno entre diferentes comisiones
de trabajadores, puntos de vista e ideologías.
3. Sindicatos. Los trabajadores se agrupan en sindicatos, por ejemplo, por rama o
por empresa.
4. Manifestaciones y huelgas. Las formas de protesta más utilizadas por el
movimiento obrero son la huelga (el paro colectivo de la fuerza de trabajo) con
y sin asistencia a la sede laboral, las manifestaciones populares y los actos
públicos.
Origen del movimiento obrero
Los primeros sindicatos se enfocaron en conseguir mejoras laborales.
Los primeros reclamos obreros por las condiciones laborales surgieron en
Inglaterra hacia finales del siglo XVIII. Esos primeros reclamos no constituyeron
una acción organizada y coherente. Fueron una respuesta espontánea a las malas
condiciones laborales y a la pérdida de empleos como consecuencia de la
incorporación de máquinas a los procesos de trabajo. A estas protestas se las
conoció como “ludismo”, y se caracterizaban por la destrucción de máquinas y
espacios de trabajo.
Luego, algunos sectores obreros formaron cofradías o hermandades que tenían el
objetivo de brindar ayuda mutua en casos de necesidad, despido, enfermedad o
fallecimiento. Estas asociaciones comenzaron a protestar de manera pública para
visibilizar los problemas del sector obrero:
Malas condiciones laborales. Las jornadas de trabajo no tenían límite de horario y,
en algunos casos, se extendían hasta 14 o 16 horas. Las fábricas eran espacios
cerrados, con poca luz y ventilación.
Salarios bajos. Con la mecanización de la industria, aumentó el desempleo. Esto
generaba que existiera mano de obra disponible y permitía a los empresarios bajar
los salarios. Además, los niños y las mujeres percibían salarios menores por el
mismo trabajo que hacían los varones adultos.
Hacinamiento. Los trabajadores vivían en los suburbios urbanos, en edificios que
albergaban a varias familias por vivienda. Las condiciones de hacinamiento y la
falta de higiene promovían el contagio de enfermedades.
Ante el crecimiento de las protestas de trabajadores, en el año 1800 el Parlamento
de Inglaterra aprobó las Combinaciones Acts. Estas leyes prohibían los reclamos y
las asociaciones laborales. El gobierno comenzó a reprimir a las organizaciones
obreras y sus principales líderes fueron perseguidos.
En respuesta, los obreros adoptaron una nueva forma de protesta: la huelga. Esta
medida implicaba la suspensión colectiva del trabajo como medida de fuerza para
presionar a los empresarios a cumplir sus reclamos.
A comienzos del siglo XIX, se fundaron las primeras trade unions o sindicatos. Se
trataba de organizaciones que reunían a trabajadores de un mismo oficio. Estas
fueron las primeras expresiones del movimiento obrero organizado que, en vez de
cuestionar la industrialización, se centró en el reconocimiento de los derechos
básicos de los trabajadores.