Bloque 9

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BLOQUE 9 – LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923 – 1930)

1.INTRODUCCIÓN.
Durante los años veinte y treinta del siglo XX, las secuelas de la Primera Guerra Mundial, la
crisis económica de 1929 y el desprestigio de las democracias liberales llevaron a la aparición
de gobiernos dictatoriales en varios países europeos, como Portugal, Italia, Alemania y
Rumanía.

En España, el fracaso del régimen de la Restauración y la grave crisis política condujeron al


golpe de estado del general Miguel Primo de Rivera en 1923, quien, con el respaldo del rey
Alfonso XIII, instauró un gobierno dictatorial que perduró hasta principios de los años
treinta.

Aunque inicialmente algunos sectores recibieron bien este régimen por considerarlo una
forma eficaz de restaurar el orden en el país, gradualmente perdió apoyo a medida que el
republicanismo ganaba terreno.

2.ANTECEDENTES DEL GOLPE DE ESTADO.


Antes de analizar el golpe de estado, es necesario mencionar la crisis política, social y
económica que España experimentaba desde finales del siglo XIX, agravada por el Desastre
del 98. El reinado efectivo de Alfonso XIII, que comenzó en 1902 con su mayoría de edad,
coincidió con un deterioro político del sistema de la Restauración después de la muerte de
sus principales figuras políticas, Cánovas y Sagasta.

A pesar de los intentos de mantener el turnismo con Francisco Silvela, Antonio Maura y
Canalejas, el agotamiento de esta fórmula de gobierno, junto con las nuevas ideas de
regeneracionismo y el descontento general, debilitaron el sistema, que enfrentaba diversos
problemas. Destacan los siguientes:

●La Crisis política de 1917: El sistema de la Restauración, marcado por el Desastre del 98 y
los fallecimientos de líderes políticos clave, como Cánovas del Castillo y Sagasta, entró en
una profunda crisis a partir de 1917. Se evidenció con movimientos simultáneos: las Juntas
de Defensa militares, la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona convocada por la Liga
Regionalista y una huelga general revolucionaria. La incapacidad de los partidos para formar
gobierno llevó a gobiernos de concentración, con hasta diez cambios entre 1918 y 1923,
caracterizados por la supresión de garantías constitucionales y el cierre parlamentario.

●La I Guerra Mundial: La neutralidad de España durante la Primera Guerra Mundial le


permitió beneficiarse de la demanda de materias primas por los países beligerantes,
incrementando el comercio exterior y acumulando riquezas. Sin embargo, no se aprovechó
para modernizar el sistema productivo, lo que resultó en un reparto desigual de la riqueza y
un aumento de las diferencias sociales. La demanda exterior provocó escasez de productos
básicos, aumentando los precios por encima de los salarios y exacerbando las condiciones
precarias de las clases obreras, lo que desencadenó huelgas y conflictos sociales.
● La conflictividad social: Los sindicatos obreros experimentaron un fuerte crecimiento
debido a la mala situación económica y las condiciones de vida de la clase trabajadora. En
Andalucía, la CNT tuvo un importante crecimiento, impulsando revueltas anarquistas como
el Trienio Bolchevique (1918-1921). En Barcelona, los enfrentamientos entre la patronal y los
sindicatos se radicalizaron desde 1909, con la creación de la Federación Patronal para
combatir a los obreros. La aplicación de la "ley de fugas" exacerbó la tensión, resultando en
la muerte de líderes sindicales, empresarios y políticos, como Francisco Ferrer i Guardia y
Eduardo Dato, a manos de anarcosindicalistas como respuesta a la represión
gubernamental.

●La "Cuestión Marroquí": Tras el Desastre del 98, España enfocó su política exterior hacia el
norte de África, especialmente en la Conferencia de Algeciras en 1906, donde se le otorgó la
administración del Rif, en Marruecos, estableciendo un protectorado. La explotación minera
y la expansión ferroviaria fueron los principales intereses económicos que motivaron esta
ocupación. Sin embargo, esta región fue un constante problema para los gobiernos
españoles debido a los enfrentamientos con los bereberes, resultando en un alto costo
económico y pérdidas humanas. En 1921, una ofensiva para controlar la región llevó al
Desastre de Annual, donde la falta de preparación, el terreno hostil y la oposición de los
rifereños liderados por Abd El Krim resultaron en una gran pérdida de vidas y territorio
español. Este suceso causó conmoción en la opinión pública, desestabilización política y
cuestionamientos hacia el gobierno y el rey Alfonso XIII. El gobierno de Maura intentó
atribuir responsabilidades militares, pero el informe del general Picasso señaló fallos en los
mandos militares y el propio monarca, lo que llevó a la dimisión del gobierno.

3.GOLPE DE ESTADO Y DIRECTORIO MILITAR (1923 – 1925).


El golpe de estado liderado por el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, el
13 de septiembre de 1923, marcó el inicio de la primera dictadura española del siglo XX, con
el respaldo del rey Alfonso XIII. Primo de Rivera justificó la dictadura como un régimen
transitorio para combatir los males del país, siguiendo ideas regeneracionistas.

El golpe fue respaldado por sectores empresariales, bancos y la Iglesia, mientras que los
republicanos adoptaron una postura pasiva y solo los anarquistas y comunistas se opusieron
activamente. Primo de Rivera estableció un Directorio Militar y tomó medidas autoritarias,
como la clausura del Congreso y el Senado, la suspensión de la Constitución de 1876, la
creación de un partido político único (Unión Patriótica) y la represión de las libertades
civiles.

La dictadura también se centró en mantener el orden público, reprimiendo duramente a la


CNT y el PCE, y suprimiendo el nacionalismo autonómico. En la cuestión marroquí, Primo de
Rivera intentó negociar la paz con Abd El Krim, pero luego optó por una ofensiva militar
conjunta con Francia, culminando en el éxito del Desembarco de Alhucemas en 1925, lo que
incrementó su popularidad y el apoyo militar al régimen.
4.EL DIRECTORIO CIVIL (1925 – 1930).
Tras el éxito en Marruecos, Primo de Rivera busca institucionalizar la dictadura, formando el
Directorio Civil en 1925 y recuperando el Consejo de Ministros. Sin embargo, su intento de
legitimar la dictadura mediante la Asamblea Nacional Consultiva en 1927 fracasa debido a la
exclusión de las fuerzas políticas de la Restauración.

En el ámbito económico, la dictadura se benefició de la coyuntura internacional favorable,


adoptando un intervencionismo estatal y promoviendo la industria nacional y grandes obras
públicas. Sin embargo, la política económica no resolvió los problemas económicos y se vio
afectada por la crisis mundial de 1929.

Socialmente, la dictadura implementó una política social amplia, construyendo viviendas,


escuelas y servicios sanitarios. Adoptó un modelo corporativista para las relaciones
laborales, prohibiendo los sindicatos y estableciendo un sistema de sindicato único. La
aceptación de estas políticas por parte del socialismo redujo la conflictividad social y laboral
durante este periodo.

5.LA CAÍDA DE LA DICTADURA Y LA MONARQUÍA ALFONSINA.


La dictadura de Primo de Rivera comenzó a perder apoyo a partir de 1928 debido a su
incapacidad para encontrar una salida constitucional y política al régimen de excepción. Los
primeros signos de oposición surgieron de los intelectuales y estudiantes, seguidos por
movimientos obreros como el PSOE, la UGT y la CNT. También perdieron apoyo los
republicanos, liberales y catalanistas, así como una parte de los mandos del Ejército.

Los conflictos sociales y la falta de apoyo llevaron a Primo de Rivera a presentar su dimisión
en enero de 1930, falleciendo poco después. Su dimisión abrió paso a una breve transición
hacia la República. Alfonso XIII entregó el poder al general Dámaso Berenguer, dando inicio a
la Dictablanda.

En agosto de 1930, una coalición de partidos firmó el Pacto de San Sebastián para organizar
un levantamiento que derrocara el régimen y proclamara la República. Sin embargo, el
levantamiento militar de Jaca en 1930 fracasó, y la agitación social continuó. Berenguer
dimitió y Alfonso XIII entregó el poder al almirante Juan Bautista Aznar, prometiendo
elecciones y Cortes constituyentes.

Las elecciones municipales de abril de 1931 se convirtieron en un plebiscito sobre la


República o la Monarquía, identificada con la dictadura. El triunfo de la coalición
republicano-socialista en las grandes ciudades llevó a la abdicación del rey y la proclamación
de la II República Española el 14 de abril de 1931.
6.CONCLUSIÓN.
A pesar de que la dictadura de Primo de Rivera inicialmente no enfrentó una fuerte
oposición debido a la grave crisis del sistema de la Restauración, gradualmente perdió todo
su respaldo, llevando a una situación inusual en la que el propio dictador dimitió
voluntariamente.

El descrédito de la dictadura afectó también a Alfonso XIII, quien la había respaldado desde
el principio, lo que propició el ascenso del republicanismo y el exilio de la monarquía de
España hasta 1975, cuando regresaron los Borbones con Juan Carlos I.
BLOQUE 10A. LA II REPÚBLICA (1931-1936). LA CONSTITUCIÓN DE
1931. POLÍTICA DE REFORMAS Y REALIZACIONES CULTURALES.
REACCIONES ANTIDEMOCRÁTICAS.
1.INTRODUCCIÓN.
La proclamación de la II República Española el 14 de abril de 1931 marca el primer intento en
la historia de España de establecer un sistema democrático moderno. Después de la
dictadura de Primo de Rivera, que favoreció a los sectores privilegiados, ahora las clases
medias toman protagonismo. Sin embargo, los gobiernos republicanos enfrentan una difícil
situación, en medio de la crisis del capitalismo y las democracias liberales, que ceden terreno
ante movimientos totalitarios.

2.LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA. EL GOBIERNO PROVISIONAL:


LA CONSTITUCIÓN DE 1931.
Tras la dimisión de Primo de Rivera en enero de 1930, se sucedieron los gobiernos de
Dámaso Berenguer y Juan Bautista Aznar. Aznar convocó elecciones municipales para el 12
de abril de 1931, prometiendo Cortes Constituyentes. Los partidos de oposición, organizados
en el Pacto de San Sebastián, presentaron las elecciones como un plebiscito entre
monarquía o república. La victoria abrumadora de la coalición en las grandes ciudades llevó
a la marcha de Alfonso XIII y la proclamación pacífica de la República el 14 de abril,
respaldada por las urnas. Aunque la nueva República tuvo amplio apoyo popular, enfrentó la
oposición de los grandes propietarios agrícolas, la oligarquía financiera, parte del Ejército y la
Iglesia.

● El gobierno provisional: Tras la proclamación de la República, se estableció un gobierno


provisional liderado por Niceto Alcalá Zamora, de orientación pluralista. Este gobierno
convocó elecciones a Cortes Constituyentes el 28 de junio, las cuales fueron precedidas por
una nueva ley electoral que buscaba reducir el caciquismo y ampliar el sufragio masculino a
los 23 años. Las elecciones resultaron en una victoria abrumadora de las fuerzas de
izquierda, con el PSOE y los republicanos como los más votados, mientras que los partidos
de derecha quedaron marginados.

● La Constitución de 1931: La Constitución de 1931, promulgada el 9 de diciembre, fue


notablemente democrática y progresista. Estableció la posibilidad de gobiernos autónomos
en ciertas regiones, consagró la división de poderes y estableció una República
Parlamentaria, donde el presidente representaba al Estado pero no ejercía como jefe del
Ejecutivo. Reconoció amplios derechos y libertades, incluida la igualdad ante la ley, el
derecho a la educación y al trabajo, y la no discriminación. También estableció el laicismo del
Estado, la libertad de culto, la legalización del divorcio y la retirada de financiación al clero.
Aunque la Constitución no logró el consenso total, fue aprobada por mayoría, a pesar de las
discrepancias, especialmente en cuestiones religiosas y autonómicas.
3.EL BIENIO REFORMISTA (1931-1933).
Una vez aprobada la Constitución, se formó un nuevo ejecutivo con Manuel Azaña como jefe
del gobierno y Niceto Alcalá Zamora como Presidente de la República. Este gobierno,
compuesto por partidos republicanos de izquierda y socialistas, impulsó un ambicioso
programa de reformas para modernizar y democratizar el país.

En primer lugar, se abordó la reforma del ejército, liderada por Azaña como Ministro de
Defensa, con el objetivo de crear un ejército profesional y democrático. Se promulgó la Ley
de Retiro de la Oficialidad en 1931, que requería a los oficiales en activo jurar lealtad a la
República o retirarse con su sueldo íntegro en caso de negarse. También se creó la Guardia
de Asalto y se cerró la Academia Militar de Zaragoza, asociada a sectores golpistas.

La reforma agraria buscaba acabar con el latifundismo y mejorar las condiciones de vida de
los campesinos pobres. En 1932 se aprobó la Ley de Reforma Agraria, que permitía la
expropiación de tierras de la nobleza y de las tierras subexplotadas o arrendadas
sistemáticamente, aunque los resultados iniciales fueron limitados debido a la resistencia de
los grandes propietarios.

En cuanto a la organización del Estado, se abordó la cuestión autonómica, concediendo a


Cataluña un gobierno autónomo en 1932, con el Estatuto de Nuria, que reconocía la
cooficialidad del catalán. Sin embargo, el Estatuto del País Vasco fue rechazado por su
carácter tradicionalista y confesional.

En el ámbito religioso, se limitó la influencia de la Iglesia y se secularizó la sociedad con la


aprobación de la Ley de Congregaciones en 1933, que restringía los bienes de las órdenes
religiosas y retiraba su financiación, además de prohibirles ejercer la enseñanza.

El gobierno republicano también implementó reformas sociales progresistas, como la mejora


de las condiciones laborales, la educación laica y la promoción cultural en zonas rurales a
través de las misiones pedagógicas y el teatro. Sin embargo, estas medidas provocaron la
oposición de las élites económicas y sociales, así como de los partidos conservadores.

El 10 de agosto de 1932 se produjo un intento de golpe de estado liderado por el general


José Sanjurjo, que fue sofocado rápidamente. La derecha se fortaleció con la formación de la
CEDA, liderada por José María Gil Robles, y surgieron grupos fascistas como las JONS y
Falange Española.

La creciente conflictividad social y la ruptura del acuerdo entre republicanos y socialistas


llevaron a la dimisión del gobierno de Azaña y la convocatoria de nuevas elecciones en
noviembre de 1933.
4.EL BIENIO RADICAL-CEDISTA (1933 – 1936).
Tras las elecciones de 1933, donde por primera vez votaron las mujeres, la victoria fue para
los partidos de centro-derecha, con la CEDA como el más votado. Niceto Alcalá Zamora, aún
presidente de la República, encargó la formación del gobierno a Alejandro Lerroux del
Partido Republicano Radical (PRR).

El nuevo gobierno, obligado a apoyarse en la CEDA, revirtió muchas de las reformas del
bienio anterior, deteniendo la aplicación de la reforma agraria y otorgando presupuesto a la
Iglesia. La radicalización de la izquierda, especialmente del PSOE, UGT y los anarquistas, llevó
a una ola de huelgas y conflictos.

Ante la creciente tensión, la CEDA exigió más poder en el gobierno, amenazando con retirar
su apoyo parlamentario. Lerroux accedió y en 1934 otorgó tres carteras ministeriales a la
CEDA. Esto provocó una gran oleada de huelgas conocida como la "Revolución de octubre".

En Asturias, hubo una revolución social liderada por UGT y la CNT, reprimida brutalmente
por el gobierno con la intervención de la legión dirigida por Franco. En Cataluña, se proclamó
la República Catalana, pero fue sofocada rápidamente por el ejército.

Tras estos eventos, la CEDA aumentó su influencia en el gobierno, con Gil Robles como
Ministro de Guerra y Franco como Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra. Se suspendió
el estatuto de autonomía catalán y las tensiones sociales se agravaron por las medidas del
gobierno y los escándalos de corrupción del Partido Radical.

La negativa de Alcalá Zamora a nombrar a Gil Robles como presidente del gobierno llevó a la
convocatoria de nuevas elecciones en febrero de 1936.

5.EL FRENTE POPULAR Y LA SUBLEVACIÓN MILITAR (1936).


Las elecciones de febrero de 1936 se llevaron a cabo en un clima de gran tensión social. La
derecha se agrupó en torno a la CEDA, mientras que la izquierda formó el Frente Popular,
una coalición que incluía a varios partidos progresistas. El Frente Popular ganó las
elecciones, destituyendo a Alcalá Zamora como presidente de la República y colocando a
Azaña en su lugar, con Santiago Casares Quiroga como jefe del gobierno.

El nuevo gobierno inició un programa de reformas y amnistió a los represaliados de 1934. Sin
embargo, la derecha reaccionó con rechazo, promoviendo desórdenes públicos y violencia
callejera. En marzo, un intento de golpe de estado liderado por Emilio Mola fracasó, pero la
tensión seguía aumentando.

El clima de violencia se intensificó con el asesinato del teniente Castillo y del líder
monárquico José Calvo Sotelo por parte de la izquierda. Estos eventos llevaron al inicio del
golpe contra la República el 17 y 18 de julio de 1936, dando inicio a la Guerra Civil Española y
marcando el comienzo de una dictadura de 40 años que afectaría profundamente al país en
todos los aspectos.
6.CONCLUSIÓN.
Durante la II República, las tensiones históricas en la sociedad española entre sectores
conservadores y aquellos que buscaban una democracia moderna se hicieron evidentes. El
proyecto republicano buscaba modernizar España con medidas democráticas y progresistas
para abordar los problemas del país. Sin embargo, la sociedad no estaba lista para cambios
tan profundos, especialmente en medio de una crisis económica global y el ascenso del
fascismo y el comunismo. Estos factores, combinados, llevaron al fracaso de la República y
desencadenaron la Guerra Civil Española, el conflicto más devastador en la historia del país.
BLOQUE 10B. LA GUERRA CIVIL (1936 – 1939).
1.INTRODUCCIÓN.
La Guerra Civil Española, el evento más significativo del siglo XX en la historia de España,
surgió de los problemas internos acumulados en la sociedad española y la situación política
europea de la época, con el declive de las democracias liberales frente a movimientos
totalitarios. El levantamiento militar de julio de 1936 contra la República no anticipaba una
guerra, pero la intervención externa en apoyo a ambos bandos convirtió el conflicto en una
guerra civil internacionalizada.

2.ALZAMIENTO MILITAR E INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO.


Tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, la situación política y social empeoró
rápidamente debido al deterioro del orden público y al temor de los sectores conservadores
hacia el programa de izquierda. Desde abril de 1936, el general Mola y otros conspiradores
empezaron a organizar una sublevación contra el gobierno legítimamente elegido. El golpe
estaba dirigido principalmente contra las políticas del Frente Popular más que contra la
República en sí misma. El asesinato del teniente Castillo y de José Calvo Sotelo en julio de
1936 sirvió como pretexto para el inicio del alzamiento militar el 17 de julio en Melilla y
Marruecos, extendiéndose al día siguiente a la península. Aunque los sublevados esperaban
un rápido triunfo, la resistencia republicana llevó al estallido de la Guerra Civil. Los
sublevados contaron con el apoyo de conservadores, empresarios y la Iglesia, mientras que
los leales a la República incluían a clases populares y medias. La internacionalización del
conflicto se evidenció en la ayuda externa a ambos bandos: la República recibió apoyo de la
URSS y las Brigadas Internacionales, mientras que los sublevados obtuvieron ayuda de
Alemania e Italia, a pesar de los acuerdos de no intervención. Esta diferencia de apoyo
internacional marcó el curso de la guerra, con las potencias fascistas siendo clave en el lado
sublevado y las democracias liberales manteniendo una política de no intervención.

3.EL DESARROLLO DE LA GUERRA (1936-1939).


El bando franquista mantuvo la iniciativa estratégica durante la guerra, aunque los
republicanos lograron éxitos tácticos. El desarrollo bélico se divide en cuatro etapas:

●El avance hacia Madrid (julio de 1936 – marzo de 1937): Los rebeldes, liderados por Franco,
apuntaron inicialmente a Madrid. Con la ayuda de aviones alemanes e italianos, el ejército
de regulares de África avanzó desde Extremadura. La caída de Badajoz en agosto y la
desviación hacia Toledo para liberar el Alcázar consolidaron a Franco como líder. La defensa
de Madrid, con el lema "No pasarán", se inició en noviembre. A pesar de los intentos
rebeldes de aislar la capital, fueron derrotados en las batallas del Jarama y Guadalajara en
1937.

●La ocupación del norte (abril – octubre de 1937): Los fracasos alrededor de Madrid llevaron
al bando rebelde a optar por una guerra de desgaste. Franco concentró sus esfuerzos en la
cornisa cantábrica, amenazando la retaguardia republicana. La ofensiva comenzó en marzo,
capturando Irún y San Sebastián. En abril, el ejército avanzó hasta Bilbao, bombardeando
Guernica y tomando Bilbao en junio. La pérdida del norte, vital para la República por su
industria y recursos minerales, fue un éxito crucial para Franco. Para aliviar la presión, los
republicanos lanzaron ofensivas de distracción en Madrid y Aragón, que fracasaron.

●El avance hacia el Mediterráneo (diciembre 1937 –noviembre 1938): A finales de 1937, los
mandos republicanos confiaban en ganar la guerra y reformaron el ejército creando las
Brigadas Mixtas y dotándolas de mandos profesionales. Lanzaron una ofensiva sobre Teruel
en enero de 1938, pero fue reconquistado por los rebeldes un mes después, dividiendo el
territorio republicano en dos. Las tropas sublevadas avanzaron hacia el Mediterráneo y
llegaron a las costas de Valencia en abril.

Los generales republicanos intentaron unir las dos zonas con una gran ofensiva sobre el Ebro
entre julio y noviembre de 1938. La batalla del Ebro, iniciada el 25 de julio de 1938, fue la
más larga y sangrienta de la guerra, con la rápida reacción de Franco y el apoyo de la
aviación alemana e italiana deteniendo el ataque, dejando al ejército republicano
prácticamente aniquilado.

●El final de la guerra (noviembre 1938 – abril 1939): La victoria en el Ebro permitió a Franco
penetrar en Cataluña, entrando en Barcelona el 26 de enero de 1939. El presidente Negrín
abogaba por resistir, pero la guerra estaba perdida. En febrero, el gobierno de la República
se exilió a Francia y Azaña dimitió desde París. En marzo, el general republicano Casado
lideró un golpe de Estado contra el gobierno de Negrín y entabló negociaciones de paz con
los franquistas, pero Franco rechazó cualquier acuerdo y exigió la rendición incondicional.
Los sublevados entraron en Madrid el 28 de marzo de 1939, y el 1 de abril, Franco firmó el
último parte de guerra, concluyendo el conflicto.

4.EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LOS BANDOS.


●El bando republicano y la revolución social: Al inicio de la sublevación, Casares Quiroga
dimitió como jefe del gobierno, sucediéndole José Giral, luego Francisco Largo Caballero,
respaldado por todas las fuerzas republicanas. El gobierno se trasladó a Valencia y logró
defender Madrid. Sin embargo, las diferencias con el PCE y las colectivizaciones agrarias
debilitaron a Largo Caballero. Los enfrentamientos entre comunistas, socialistas y
anarquistas en Barcelona en mayo de 1937 debilitaron aún más al gobierno. Negrín asumió
el poder en mayo de 1937, pero no pudo detener la pérdida del norte y la división en el
bando republicano, trasladando el gobierno a Barcelona. Acusado de mantener el poder
mediante la censura y las detenciones, Negrín perdió apoyo y fue apartado por el golpe de
Casado.

●La zona sublevada y el nacimiento del Estado totalitario: Los sublevados, sin un plan claro,
aceptaron la supremacía militar, constituyendo la Junta de Defensa Nacional en Burgos en
julio de 1936. Franco consolidó su poder militar y político, siendo nombrado Caudillo de
España en octubre de 1936. El fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera en noviembre
de 1936 condujo a la unificación de Falange y los carlistas en el partido FET de las JONS en
abril de 1937. Franco estableció un estado totalitario, consolidado con la formación de un
Gobierno en Burgos en 1938 y la promulgación de leyes como el Fuero del Trabajo y la Ley
de Prensa, y la restauración del papel de la iglesia. La Ley de Responsabilidades Políticas de
febrero de 1939 designó rebeldes a los opositores al Movimiento Nacional.
5.CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.
La guerra civil española tuvo graves consecuencias en todos los aspectos de la vida del país.
En términos de pérdidas humanas, se estima que alrededor de 500.000 personas fallecieron
durante el conflicto, tanto en combate como a causa de la represión. La violencia fue
desenfrenada en ambos bandos: en la zona republicana, las milicias protagonizaron
persecuciones indiscriminadas al principio, luego controladas por el Estado; mientras que en
la zona nacional, el Estado fomentó la violencia y aplicó la Ley de Responsabilidades Políticas
incluso después de la guerra. La represión franquista posterior fue brutal, con miles de
desaparecidos, ejecuciones políticas, internamientos en campos de concentración y exilio
masivo.

Económicamente, España quedó en ruinas, con niveles de miseria y aislamiento


internacional. La recuperación económica no llegó hasta los años cincuenta, con hambre y
racionamiento como símbolos de la posguerra. La paz no fue completa hasta 1948, con el
abandono de los últimos guerrilleros del maquis.

Social y políticamente, la victoria de los sublevados significó un retroceso. Se impuso la


censura, el control ideológico y la influencia de la Iglesia católica, mientras que las mujeres
fueron relegadas. Comenzó una dictadura de 40 años, aislada internacionalmente y
reconocida solo por unos pocos países. Durante este período, se restringieron las libertades
políticas y los derechos humanos.

Culturalmente, la guerra destruyó el progreso cultural y educativo logrado durante la Edad


de Plata de la cultura española. Muchos intelectuales, artistas y científicos murieron o se
exiliaron, y se impuso un adoctrinamiento y manipulación histórica para justificar el régimen.
La educación fue manipulada con una visión sesgada de la historia y se purgaron los
funcionarios, especialmente los maestros, reemplazados por seguidores del régimen.

6.CONCLUSIÓN.
La Guerra Civil Española es un período sombrío de la historia del país, marcado por la
división interna y la influencia de la situación internacional, que desembocó en la Segunda
Guerra Mundial. Tras la victoria, los vencedores excluyeron y persiguieron a quienes no
apoyaron activamente su causa. La guerra sigue siendo objeto de debate y controversia,
como se evidenció con la exhumación del dictador en octubre de 2019, lo que refleja las
tensiones sociales y políticas que aún persisten en torno a este tema.

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