Libro 3
Libro 3
Libro 3
FACULTAD DE DERECHO
Córdoba - Argentina
REVISTA
DE LA
FACULTAD
Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023)
ISSN 1850-9371
I
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
* Edición Digital
Incorporada a
*LATINDEX (Índice Latinoamericano de Publicaciones Científicas Seriadas) (Nivel I)
*NÚCLEO BÁSICO DE REVISTAS CIENTÍFICAS ARGENTINAS- CAICyT (Nivel I)
*LatinREV (FLACSO Argentina)
*Red Federal de Revistas Jurídicas Universitarias
*SciELO (Scientific Electronic Library Online)
II
David Martín-Herrera
DIRECTORA
Zlata Drnas de Clément
SECRETARIA
Carla Saad
COMITÉ DE REDACCIÓN
CONSEJO ASESOR
CONSEJO DE REDACCIÓN
José C. Bocchiardo
Esteban Federico Llamosas
Myriam Consuelo Parmigiani de Barbará
Ernesto J. Rey Caro
Efraín Hugo Richard
María Alejandra Sticca
Amalia Uriondo de Martinoli
Rafael Vaggione
III
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
IV
AUTORIDADES David Martín-Herrera
VICERRECTOR
Mariela MARCHISIO
FACULTAD DE DERECHO
DECANO
Guillermo BARRERA BUTELER
VICEDECANO
Edgardo GARCÍA CHIPLE
SECRETARIA ACADÉMICA
Giselle JAVUREK
SECRETARIO DE CIENCIA Y TÉCNICA
Carlos ECHEGARAY DE MAUSSION
SECRETARIO LEGAL Y TÉCNICO
Lorenzo Daniel BARONE
SECRETARIO ADMINISTRATIVO
Ricardo Daniel EREZIAN
SECRETARIO DE ASUNTOS ESTUDIANTILES
Diego Agustín AGUDO
SECRETARIO DE POSTGRADO
Edgardo GARCÍA CHIPLE
SECRETARIO DE EXTENSIÓN Y RR II
Jorge E. BARBARÁ
SECRETARIO DE GRADUADOS
Maximiliano RAIJMAN
DIRECTORA
María Alejandra STICCA
COORDINADORA DE EXTENSIÓN
María Cristina DI PIETRO
V
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
CONSEJO DIRECTIVO
PROFESORES TITULARES
TITULARES SUPLENTES
PROFESORES ADJUNTOS
TITULARES SUPLENTES
DOCENTES AUXILIARES
TITULARES SUPLENTES
NO DOCENTES
TITULAR SUPLENTE
ESTUDIANTES
TITULARES SUPLENTES
VI
David Martín-Herrera
ÍNDICE
Reglamento de la Revista - Normas editoriales ...............................................................................IX
DOCTRINA E INVESTIGACIÓN
VII
Revista de la Facultad, Vol. XIII • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2022)
JURISPRUDENCIA
VIII
David Martín-Herrera
CRÓNICAS E INFORMACIONES
Formación académica.........................................................................................................................................
Formación en posgrado......................................................................................................................................
Actividades en investigación............................................................................................................................
Ciencia y Técnica......................................................................................................................................
Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales....................................................................................
Actividades de extensión y relaciones internacionales.................................................................................
Actividades para graduados.............................................................................................................................
RECENSIONES
ARJONA HERNÁNDEZ, Noelia. La Inmunidad Soberana en los Espacios Marinos, Dykinson S.L.,
Madrid, 2022, 543 páginas.
Zlata Drnas de Clément.............................................................................................................................
DE MATTEO, David – SCHERR, Kyle C. (Eds.) The Oxford Handbook of Psychology and Law,
Oxford Academic, 2023, on line en https://doi.org/10.1093/oxfordhb/9780197649138.001.0001
SR...............................................................................................................................................................
FAURE, Michel (Ed.) Elgar Encyclopedia of Environmental Law, EE Elgar on line, 12 volúmenes,
2023, https://doi.org/10.4337/9781785369520
SR...............................................................................................................................................................
IX
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
X
David Martín-Herrera
REGLAMENTO DE LA REVISTA
NORMAS EDITORIALES
1. Naturaleza y objetivos de la Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
La Revista es continuación de la publicación del mismo nombre que se editara entre 1993 y 2000, la
que, a su vez, prosiguiera la labor de los antiguos Anales y el Boletín de la Facultad. Es una publi-
cación impresa, científica, arbitrada, con una periodicidad de dos números por año, cuyo propósito
es difundir en el ámbito jurídico profesional, académico y educativo, los estudios llevados a cabo en
la Escuela de Abogacía de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales sin privilegiar perspectivas, ni
poseer orientación particular. Su objetivo es presentar la producción científica de sus miembros y co-
laboradores a la comunidad académica jurídica, estimular la difusión de la labor científico-académica
de sus docentes, la aproximación interdisciplinaria y la provisión de materiales para los aprendizajes
de los estudiantes. Los Profesores de la casa son invitados naturales a presentar contribuciones a la
Revista, si bien recibe colaboraciones de autores ajenos a la entidad editora. Sólo admite trabajos
inéditos no propuestos simultáneamente a otras publicaciones periódicas. La Revista cuenta con un
Consejo Asesor y un Consejo de Redacción. La Revista no se hace responsable por los contenidos de
los artículos publicados, ni por las opiniones emitidas por los autores. La presentación de los trabajos
implica la aceptación expresa del autor de las normas editoriales del presente reglamento.
En líneas generales, las fechas de cierre para la recepción de trabajos en el primer y segundo semestres
son 15 de marzo y 15 de septiembre de cada año, respectivamente.
2. Contenido de la Revista
Cada número contará con las siguientes secciones: a) Doctrina; b) Jurisprudencia (notas a fallo); c)
Crónicas; d) Recensiones; f) Cualquier otro ítem que a consideración del cuerpo directivo se estime
conveniente incorporar.
3.1. Extensión
Los artículos de doctrina al igual que las notas a fallo no deberán sobrepasar la cantidad de
25 páginas.
XI
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
El escrito deberá enviarse en hojas blancas (sin encabezado ni pie de página) con-
feccionado en Word para Windows, margen normal, página tamaño A4, en letra
Times New Roman, tamaño 12, a simple espacio, con notas a pie de página. Se enviará
por correo electrónico a revistafacultad@derecho.unc.edu.ar y facultadrevista@yahoo.com.ar en
dos copias, una de las cuales deberá carecer de toda referencia, incluso de
notas que permitan identificar el autor (se ruega cerciorarse de la recepción
del envío).
La Portada deberá contener: a) Título en español e inglés; b) Nombre del autor o autores,
acompañándose al pie con asterisco las referencias al o a los mismos en no más de cinco
renglones, relativas a la máxima titulación, función académica, pertenencia institucional,
correo electrónico y toda otra referencia que considere útil siempre que respete la extensión
señalada; c) Resumen en español e inglés (máximo de 15 renglones); d) Palabras-clave en
español e inglés (máximo cinco expresiones); f) Sumario.
XII
David Martín-Herrera
-el apellido con mayúscula seguido de coma y el nombre con minúscula salvo la letra inicial
seguido de punto, o el apellido e inicial/es del/de los nombre/s del autor con mayúsculas
y punto;
-el título del trabajo en bastardilla sin comillas, si se trata de título de libro;
-el título del trabajo entre comillas y en letra de imprenta si éste corresponde a una publicación
periódica u obra conjunta. Cuando se trate de publicación periódica, se indicará en bastardilla
el nombre de la publicación, completándose con letra de imprenta y en el orden indicado los
datos de volumen, número, año de edición, página/páginas de referencia. Cuando se trate
de obra conjunta, se indicará con letras mayúsculas el apellido e inicial del nombre o de los
nombres del responsable o responsables de la obra y en bastardilla el título de la obra conjunta.
El resto de datos será del mismo tenor que el de una publicación periódica.
Ejemplos: RUBINSTEIN, Santiago. El dolor como daño autónomo resarcible, Ediciones Jurídicas
Cuyo, Mendoza, 2004, p. 22. y pp. 24-28, o RUBINSTEIN, S. El dolor como daño autónomo re-
sarcible, Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza, 2004, p. 22 y pp. 24-28; LAURENZO COPELLO,
P. “La discriminación por razón de sexo en la legislación penal”, Jueces para la Democracia, Nº
34, Madrid, 1999, p. 8; DOUGLAS DURÁN, C. “Ejecución de las sanciones penales juveniles
privativas de libertad”, en GONZÁLEZ OVIEDO, M. - TIFFER SOTOMAYOR, C. (Coords.)
De la arbitrariedad a la justicia. Adolescentes y responsabilidad penal en Costa Rica, UNICEF, San
José, 2000, pp. 45-47.
5. Corrección de pruebas
La Revista habitualmente da a los autores la corrección de las pruebas de sus artículos. Las correcciones
han de ser devueltas dentro de un plazo de cinco días hábiles a partir de su recepción.
6. Arbitraje
La evaluación se realizará por expertos externos, especializados en las temáticas abordadas en cada
trabajo. El arbitraje adopta un sistema de doble ciego. Se enviará el trabajo de forma anónima a un
evaluador especialista en el área, quien remitirá a la dirección de la Revista su ponderación. La eva-
XIII
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
luación será retrasmitida al autor, permaneciendo los árbitros anónimos para el autor. Los evalua-
dores tendrán por misión ponderar la pertinencia del tema para la Revista, su originalidad, el aporte
realizado, claridad de expresión, metodología, conclusiones, resultados y bibliografía. Su juicio podrá
indicar: -que el trabajo está en condiciones de ser aceptado como está; -que está en condiciones de
ser aceptado previa realización de las modificaciones indicadas; -que el trabajo debe ser rechazado.
Cada autor de trabajo publicado recibirá o tendrá puesto a disposición dos ejemplares de la Revista
impresa si la misma se ha publicado en esa modalidad y no solo en formato digital.
La Revista se publica en forma impresa. La Facultad envía ejemplares a las principales bibliotecas
jurídicas argentinas y extranjeras Se puede acceder a ella de forma gratuita (sólo lectura) a través de
sitio Web de la Facultad (www.derecho.unc.edu.ar en la solapa “Publicaciones”).
8. Derechos de Autor
La publicación del artículo implica la donación de los derechos de autor a la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales, conservando el autor su derecho a utilizar el artículo en publicaciones de su auto-
ría o páginas web referidas a su trayectoria. Para el caso de otro tipo de publicaciones, antes de su
utilización, deberá obtener autorización de las autoridades.
La publicación del artículo dependerá de la evaluación referida bajo el punto 6. Arbitraje. Aceptado
el artículo, ingresará en el orden de publicación conforme al espacio disponible en cada número de
la Revista.
Las cuestiones no previstas en el reglamento serán resueltas por la Dirección de la Revista juntamente
con el Consejo de Redacción.
XIV
Marcela Aspell
DOCTRINA E INVESTIGACIÓN
Marcela Aspell**
menester entonces acudir a la salvación del alma, para luego atender el padecimiento
corporal. La labor del sacerdote precedía entonces a la del médico.
“La providencia divina era la que actuaba: el morbo surgía porque Dios así lo quería y
para combatir el mal los cuidados espirituales eran los fundamentales. Quitar los pecados
mediante la confesión y recibir al Señor en la comunión pasaban a ser las medicinas más
eficaces, y solo después de que el alma estuviese a salvo se podrían ayudar a sanar la parte
corporal de la persona doliente”1.
Pero la enfermedad podía también originarse por la temida presencia del
diablo. Embrujamiento, hechicerías y maleficios enfrentaban al hombre herido en
su salud y lozanía, con el diablo. El fraile franciscano Martin de Castañega en su
“Tratado de las supersticiones, hechicerías y varios conjuros y abusiones, y de la posibilidad
y remedio dellas”, impreso en Logroño en 1529 amonestaba: “... lleuar cada domingo del
agua bendita para derramar della deuotamente por la casa, cámara y cama, y tomen cada
domingo en ayunas el pan bendito y trayan siempre consigo alguna cruz, que es la cosa de
que mas huyen los demonios”2.
Satanás sólo podía ser combatido eficazmente por la oración y la piedad del
arrepentimiento de los pecados cometidos.
Enfrentados al cotidiano terror de males desconocidos, se busca el remedio de
lo sobrenatural para restablecer el ansiado equilibrio de los “cuatro humores”3.
La corrupción del aire suponía la ruptura del equilibrio de los cuatro humores,
alterando el equilibrio que debía disponer un hombre sano. Avanzaba entonces
la pestilentia contra la cual se disponían fármacos, rigurosas dietas y extracción de
sangre.
La astrología intentaba explicar aquello que la ciencia médica desconocía: “Se
cree que la Peste fue provocada por la conjunción de Saturno, Júpiter y Marte, bajo el signo
húmedo de Acuario en 1345. Además, antes de la conjunción hubo un eclipse de sol y otro
de luna. Según los astrólogos, dicha conjunción generalmente trae mortandad y desastres,
mientras que el influjo de Marte provoca la pestilencia”4.
(1) IGNACIO CARMONA, Juan. Enfermedad y Sociedad en los Primeros Tiempos Modernos, Uni-
versidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones, Sevilla, 2005, p. 11.
(2) CASTAÑEGA, Fray Martín de. Tratado de las supersticiones, hechicerías y varios conjuros y
abusiones, y de la posibilidad y remedio dellas, Logroño, 1529.
(3) Concebida por Hipócrates y desarrollada más tarde por Galeno insiste en la indispensable
armonía de los cuatro humores: bilis negra, bilis amarilla, flema y sangre, que se relacionaban estrecha-
mente con los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra y con las calidades de caliente, frío, húmedo
y seco. Los humores debían mantenerse armoniosamente, sorteando los peligrosos desajustes que
provocaban la enfermedad física o espiritual.
(4) HAINDL URIBE, Ana Luisa. “La peste negra”, en Arqueología, historia y viajes sobre el mundo
medieval, XXXV, 2010.
2
Marcela Aspell
(5) Ídem.
(6) Benedetto Cinquanta citado por DELUMEAU, Jean. El miedo en Occidente (Siglos XIV-XVIII)
Una ciudad sitiada, Editorial Taurus, Madrid, 2002. pp. 173-174.
(7) RODRÍGUEZ CACHO, Lina. Tesoros de Frailes y Tesoros Laicos: Notas para una tipología de los
títulos en el Siglo de Oro, Centro Virtual Cervantes.
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el maestro Julián que lo recopiló de diversos autores. Con un Regimiento de Sanidad aora
nuevamente corregido y enmendado por Arnaldo de Villanova, Madrid, Diego Díaz de la
Carrera, 1644”, que Palau atribuye a Juan XXI, cuyo prólogo amonestaba a sus lec-
tores a buscar la cura de sus dolencias, desechando la tutela de los galenos: “Aquí
comienca un libro muy provechoso en Medicina llamado Tesoro de los pobres. El qual mandó
hazer el Papa Juan a un médico suyo llamado Maestre Juliano, hombre muy sabio y expe-
rimentado en Medicina. El qual por servir a su Sanctidad y por servicio de Dios y por bien
de los próximos, buscó quantos doctores y maestros havía en Medicina en aquel tiempo en
que uvo LVI doctores que allegó para esta obra muy sabios. Para que los hombres se sepan
curar sin médico donde no lo oviere y oviere mucha necessidad”.
El “Libro de San Cipriano”, un grimorio vastamente conocido en el mundo de
habla hispana y portuguesa, también llamado “Gran Libro de San Cipriano”, “Libro
Magno de San Cipriano” o simplemente “Ciprianillo”, alcanzó la oportunidad de
numerosas ediciones, siendo la más conocida “El tesoro del hechicero” que reunía un
minucioso elenco de consejos y admoniciones sobre el cuidado de la salud asentadas
en prácticas de nigromancia y magia blanca.
En tiempos de abatimiento, la desesperación y el miedo empujaron al consuelo
de buscar a los responsables de los considerados castigos divinos. Judíos y leprosos
se convirtieron rápidamente en víctimas propiciatorias, contra los que se lanzó una
despiadada persecución, contra estos hombres “que parecían los instrumentos de un
Dios vengador que azotaba a sus criaturas”8.
Considerada la peste como un castigo divino su desencadenamiento obligaba
al hombre a buscar el perdón de sus pecados, purgando sus malas acciones e inci-
tándolo a perseverar en el camino de la virtud.
El salmantino zaragozano Pedro Ciruelo, doctorado luego en Teología en Pa-
ris y preceptor de Felipe II explicaba en su “Hexameron Theologal sobre el regimiento
medicinal contra la pestilencia”, impreso en Alcalá en 1519 la necesaria preparación
de los cristianos para la buena muerte: “Que por la mayor parte vemos los dolientes de
pestilencia más que de otra dolencia estar en su buen seso y sana palabra hasta el último
artículo de muerte: demandan y reciben deuotamente los santos sacramentos, necesarios a la
saluacion del alma: iuocan la ayuda de dios y de los santos: demandan perdón de sus pecados
en verdadera contrición: confiesan los artículos de la fe católica muy claramente, ordenan
sus testamentos y disponen de sus haziendas con tanta cordura como si estuuiessen sanos”9.
(8) DUBY, Georges. Año 1000, Año 2000. La huella de nuestros miedos, Editorial Andrés Bello,
Santiago de Chile, Chile p. 89.
(9) CIRUELO, Pedro. Hexameron Theologal sobre el regimiento medicinal contra la pestilencia, Ar-
nao Guillen de Brocar, Alcalá de Henares, 1519, Capítulo II. También en su celebérrimo Tratado de las
Supersticiones obra editada por primera vez en 1549. De sus numerosas reimpresiones he consultado
el texto facsimilar de 1628 impreso en Barcelona por Sebastián de Cormellas, en la edición de la Uni-
versidad Autónoma de Puebla del mes de noviembre de 1986, Eon Editores S.A., Florida México D.F.
con estudio preliminar de María Dolores Bravo.
4
Marcela Aspell
(10) OÑA, Fray Pedro de. Primera parte de las postrimerías del hombre. Pamplona, [S.n.] (por Carlos
de Labayen, A costa del Convento de nuestra señora de la Merced), 1608. p. 650.
(11) DELUMEAU, Jean. El miedo en Occidente, cit, p. 219.
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Las cacerías de pieles practicadas por los pueblos nómades de las estepas
mongoles contribuyeron a su difusión, cuando la dominación mongol se afincó y
se multiplicaron sus redes comerciales en Europa y Asia la peste viajó rápidamente
desde las planicies mongoles hasta Constantinopla, Asia Menor y África y a través
del Mediterráneo, impactando hacia 1347 en Europa hasta 1400, alentada por el
intenso tráfico marítimo, no tardando en convertirse en una enfermedad endémica
con periódicos rebrotes, que sin alcanzar la virulencia del primero, cobraban signi-
ficativamente sus víctimas en los sectores de la población más vulnerable12.
La enfermedad se caracteriza por la presencia de hemorragias cutáneas “bubas”
de color azulado, pústulas de sangre que le imprimen al enfermo un singular as-
pecto, tras un rápido periodo de incubación de tres a cinco días. Alta temperatura,
escalofríos, nauseas, sed, agotamiento físico y temblores estaban acompañados por
dolores y fuerte sudoración.
En el otoño de la Edad Media no era un flagelo desconocido, porque aún se
guardaba memoria de la epidemia que había diezmado la Corte de Justiniano,
salvando de su estrago al propio Emperador, pero no se esperaba esta peste que
avanzaba decidida desde tierras lejanas.
Afirma Ana Luisa Haindl Uribe: “La epidemia que llega a Europa hacia 1347, vino
desde China, donde había un foco endémico que se mantuvo hasta el siglo XX, viajando
hacia Europa a través de la ruta de la seda, se cree que desde los lagos Issy Kakoul y Baljash,
pasando por Samarcanda, las costas del mar Caspio, los ríos Volga y Don, hasta llegar a
la península de Crimea. Se sabe que entre 1338 y 1339, la Peste se hallaba en la meseta
central asiática. Porque se han encontrado restos de cementerios nestorianos cerca del lago
Issik-Kul, donde se detecta una anormal y elevada mortandad para esas fechas, además de
tres inscripciones funerarias que dan a entender sus causas”13.
Los mongoles que llegan desde el Mar Negro traen la peste. Las tácticas bélicas
de catapultar cadáveres infectados aceleran el desarrollo de la epidemia y aunque
aún no se conoce cabalmente el inicio del recorrido de la peste, es posible inferir que
tras su rápida propagación por las costas del Mar Mediterráneo haya continuado
su camino hacia el norte de Europa, Alemania, Inglaterra, Escandinavia y el Báltico
matando alrededor del 30% de la población europea.
Algunas escuetas crónicas medievales, entre ellas la Crónica Real de Alfonso XI
relata los avatares sufridos por la corona castellana durante el impacto de la peste
dando cuenta de los padecimientos de los que no pudo huir ni el mismo Rey, fatal
víctima de la epidemia: “Le fué dicho et aconsejado (al rey) que se partiese de la cerca,
por quanto morían muchas compañas de aquella pestilencia, et estaba el su cuerpo en grand
peligro: empero por todo esto nunca el Rey quiso partirse del dicho real sobre Gibraltar. Et
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Marcela Aspell
fué la voluntat de Dios que el Rey adolesció, et ovo una landre. Et finó viernes de la semana
sancta, que dicen de indulgencias, que fué á veinte et siete días de Marzo en la semana sancta
antes de Pascua en el año del nascimiento de nuestro Señor JesuChristo de mili et trecientos
et cincuenta años, que fué entonces año de jubileo...”14.
Esta peste, en la que algún autor ha querido descubrir “el sentido nivelador de
la muerte”15, cuya ruta de traslado es aún sujeto de controversia pues el supuesto
trazado inicial, de peregrinaciones religiosas a Santiago de Compostela que infec-
tan el territorio entre los meses de marzo a julio de 1348 expandiéndose luego la
epidemia de norte a sur hasta Coimbra y luego hacia el este, Lugo, Asturias y León
en octubre del mismo año, hasta atacar el valle del Duero “aunándose con la proce-
dente del reino de Aragón”16, impactando luego en Toledo y alcanzando en 1350 las
tierras andaluzas, fue cuestionado por otros estudiosos en la precisa oportunidad
de fechas y focos de contagio17.
Lo cierto es que no tarda en convertirse en un azote endémico con gran facilidad
de contagio, que embaraza la recuperación de la población, cuyas cotas demográfi-
cas descienden sustancialmente en medio del ahogo que suponía el estancamiento
económico que se acumulaba a las crisis originadas por las largas guerras.
Afirmaba Juan Gómez Bravo en su erudito Catalogo, que “tanto estrago hizo en
España la peste de mil quatrocientos que, para poblar el Reino exhausto de gente, también
en las guerras, revocó el Rey la ley antigua que prohibía casarse a las mugeres antes de
cumplirse el año de viudez, y mandó publicar que en adelante lo pudiesen executar”.
La medida refiere la Carta Real emitida desde Cantalapiedra el 8 de mayo de 1400,
precepto, que no innovaba demasiado en la materia pues del mismo modo y por
las mismas razones la había adoptado Pedro I en las Cortes de Valladolid de 1351.
Se saltaba de este modo la añeja costumbre castellana de guardar la viuda luto
durante un año evitando un nuevo matrimonio, tradición normativa que evocaba
el Arcipreste de Hita, en su Libro del Buen Amor:
(14) Crónica del muy alto et muy católico Rey D. Alfonso el Onceno, en Biblioteca de Autores Espa-
ñoles, Tomo LXVI, Madrid, 1953, I, p. 391.
(15) MITRE, Emilio. Morir en la Edad Media. Los hechos y los sentimientos, Ediciones Cátedra,
Madrid, 2019, p. 61.
(16) AMASUNO SARRAGA, Marcelino V. La Peste en la Corona de Castilla durante la segunda
mitad del siglo XIV, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, Salamanca, 1996.
(17) Difieren de este modo PORTELA SILVA, Ermelindo. La región del Obispado de Tuy en los
siglos XII a XV. Una sociedad en la expansión y en la crisis, Santiago de Compostela, 1976. VACA LOREN-
ZO, Ángel. La Peste Negra en Castilla. Aportación al estudio de algunas de sus consecuencias económicas y
sociales, en Studia Histórica. Historia Medieval, II. Salamanca, 1984:94-97; CABRILLANA, Nicolás. “La
crisis del siglo XIV en Castilla: La Peste Negra en el obispado de Palencia, Hispania, 108, 1968, pp.
245-58 y “La Peste Negra en Castilla. Nuevos testimonios”, Studia Histórica, Historia Medieval VIII,
Salamanca, 1990, pp. 159-71.
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(18) ARCIPRESTE DE HITA. Libro de Buen Amor, Edición de Alberto Blecua, Cátedra, Madrid,
1992, p. 188.
(19) LÓPEZ DE AYALA, Pedro. Crónicas, edición prólogo y notas de José Luis Martin, Planeta,
Clásicos Universales Planeta, Barcelona, 1991. p. 626.
(20) Ídem, p. 627.
(21) “Sevillana Medicina. Que trata el modo conservativo y curativo de los que abitan en la muy insigne
ciudad de Sevilla: la qual sirve y aprovecha para qualquier otro lugar destos reynos”, Sevilla, en casa de Andrés
de Burgos, 5 de noviembre de 1545.
8
Marcela Aspell
(22) BOCCACCIO, Giovanni. Decameron. Hay numerosas ediciones. Las citas que siguen en el
texto han sido tomadas del Capítulo: Jornada I. Principio. Comienza la primera jornada del Decamerón,
en que luego de la explicación dada por el autor sobre la razón porque acaeció que se reuniesen las personas que
se muestran razonando entre sí, se razona bajo el gobierno de Pampinea sobre lo que más agrada a cada uno.
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Marcela Aspell
de Córdoba. Memorias. Dictadas en Córdoba entre 1401 y 1404”, donde Leonor relata
su vida28.
El documento original se ha perdido. Una copia incompleta descubierta en el
Siglo XIX, que se conserva en la Biblioteca Colombina de Sevilla, describe en un
instrumento notarial de nueve folios, escrito en primera persona y plagado de afo-
rismos legales la dramática historia de Leonor narrada en tono de defensa sobre las
vicisitudes de su vida, su valía familiar y su pasado. Y en ese breve relato aparece
la peste.
La peste que asoló Castilla en 1374 y cuyos embates logró resistir Leonor se
llevó a parte de su familia: “Y el dolor le llego a mi corazón... y yo me sintiera humillada
y muy amarga porque por mi había entrado en aquella casa una enfermedad tan grave... y
por mis pecados trece personas murieron”29.
“En esto, vino una pestilencia... e murieron todos mis dos hermanos e mis cuñados e
trece cavalleros de la casa de mi padre. E Sancho Miñes de Villendra, su camarero mayor,
decía a mí y a mis hermanos: Hijos de mi señor, rogad a Dios que os viva yo, que si yo vos
vivo nunca moriréis pobres. E plugo a Dios que murió el tercero día sin habla”. A todos estos
muertos -explica con horror- “los sacaban a desherrar al desherradero como moros después
de muertos. E el triste de mi hermano don Lope López pidió a el alcaide de que nos tenían
que le digese a Gonzalo Ruiz Bolante, que nos hazía mucha caridad e mucha honra por amor
de Dios: “Señor alcaide, sea agora vuestra merced que me tirase estos hierros en antes que
salga mi ánima en que no me sacasen al desherradero”. E él díxole: “Si en mí fuese, yo lo
faría”. Y en esto salió su ánima en mis manos, que avía él un año más que yo. E sacáronlo
en una tabla al desherradero, como a moro”30.
El documento describe minuciosamente las prácticas religiosas con las que
Leonor intentaba desesperadamente afrontar la epidemia: “Y yo, que tenía mucha
devoción en estas palabras, rezaba esa oración todas las noches rogando a Dios que me
quisiese librar a mí y a mis hijos; o que, si alguno se tuviera que llevar, se llevase el mayor
porque era muy enfermizo. Y quiso Dios que, una noche, no encontraba quien velase aquel
chico enfermo porque habían muerto todos los que hasta entonces le habían velado. Y vino a
mí ese hijo mío, que le llamaban Juan Fernández de Hinestrosa como a su abuelo, que tenía
doce años y cuatro meses, y me dijo: “Señora, no hay quien vele a Alonso esta noche”. Y
le dije: “Veladlo vos, por amor de Dios”. Y me respondió: “Señora, ahora que han muerto
otros ¿queréis que me mate a mí?” Y yo le dije: “Por la caridad que yo le hago, Dios tendrá
piedad de mí”. Y mi hijo, por no salirse de mi mandato, fue a velarle; y, por mis pecados,
(28) La historia de Leonor fue novelada por Vicenta María de Márquez de la Plata y Ferrandiz,
autora de La valida que obtuvo en Sevilla el III Premio Ateneo de Novela Histórica en el año 2009.
(29) LÓPEZ DE CÓRDOBA, Leonor. Vida y tragedias de Leonor López de Córdoba. Memorias.
Dictadas en Córdoba entre 1401 y 1404, Biblioteca Virtual de Investigación Duoda.
(30) Ídem.
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aquella noche le dio la peste, y al otro día le enterré. Y el enfermo vivió después, habiendo
muerto todos los que he dicho”31.
La peste negra impacta decisivamente en la psicología del hombre medieval.
Herido y doliente por el extremo sufrimiento físico atravesado, conmocionado
por la constante pérdida de sus familiares y amigos, aterrorizado por los cíclicos
contagios, advirtiendo que ninguna medicina es eficaz, pues se desconocían aun
las causas de la epidemia, sus mecanismos de contagio y por lo tanto el modo de
combatirlas, sumergido a su vez en un horizonte doloroso y caótico donde la muerte
es una presencia constante, se entreteje un escenario de inmutable pánico y aguda
conflictividad social, cuya misma impotencia para el abordaje de la solución lo
inclina a acudir al consuelo de la religión o al refugio de los saberes mágicos.
La peste negra se convirtió luego, en un padecimiento endémico con rebrotes
periódicos en los dos siglos posteriores. Sin la virulencia del estallido de 1347
se replicaron en 1362-1364 y 1374-1376 llegando sus últimas estampidas hasta
el Siglo XVIII.
El género literario médico creado en la época describe solo los síntomas que
aquejan a los enfermos, los bubones, las pústulas, los vómitos, las convulsiones,
pero sin avanzar aun en las causas que lo habían originado o señalar algún trata-
miento efectivo.
La enfermedad es siempre el castigo del pecado.
La constante presencia de la enfermedad y de la muerte acentúa la religiosidad
de hombres y mujeres desesperados “multiplicando por un lado, los actos de piedad
masivos y por otro, produciendo una verdadera avalancha de donaciones que beneficiaron
a la Iglesia”32. Se multiplican en las escrituras testamentarias las mandas del alma que
ordenan celebrar misas, oficios, procesiones, rezos y liturgias para asegurar el des-
canso del alma y procurar siempre la buena muerte, sin aclarar demasiado las causas
que la provocaban, pues pululan los entresijos del rigor formulario: “estando echado
en la cama de la enfermedad que Dios Nuestro Señor a sido servido de me dar”.
El género literario de los Ars moriendi indicaba minuciosamente los pasos que
deben cumplirse para el buen morir, presentándose ante el Juicio Final del modo
que lo indicaba la Iglesia de Cristo.
Se ha juzgado que: “En los testamentos se percibe el dualismo que propugna el cris-
tianismo: el mundo terrenal como un lugar de paso, morada de vicios que debe despreciarse;
y el mundo celestial identificado con la virtud y el Paraíso. El “buen morir” comienza por
las invocaciones a Dios, a la Virgen y a la Corte Celestial pero pasa por purgar los errores
cometidos en la vida. Para ello deben dejar por escrito, encontrándose en plenas facultades
(31) Ídem.
(32) AMASUNO SARRAGA, Marcelino. La Peste en la Corona de Castilla durante la segunda mitad
del siglo XIV, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1996, p. 69.
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mentales, las obras de misericordia que rediman sus pecados. Dichas obras se destinan tanto
a iglesias y monasterios como a cofradías, pobres, enfermos y hospitales. Estas entidades
beneficiarias constituyen la materialización de la caridad cristiana, precepto fundamental
del buen cristiano. Ahora bien, las obras misericordiosas, signos de humildad y generosidad,
llevaban aparejada una segunda función: beneficiar al linaje o familia del testador, así como
a su red clientelar. Las fundaciones de capellanías, memorias y hospitales encubren las redes
de parentesco y clientelismo del otorgante del testamento”33.
Peste negra, lepra, cólera, viruela, sífilis, tifus, fiebres malignas. Todo en su-
cesivas oleadas de “pestes y plagas” cuyos nombres se utilizaban indistintamente
para referenciar epidemias que producían gran mortandad, sin existir registros
documentales ciertos y conciencia clara de sus especificidades34.
En su pieza teatral “Barlán y Josafat”, Lope de Vega le hacía confesar en el Cua-
dro I al personaje Pobre:
(33) PORTILLA GONZÁLEZ, Aída. “El arte del buen morir en los testamentos medievales de
la catedral de Sigüenza (siglos XIII-XV)”, Espacio, Tiempo y Forma. Serie III Historia Medieval. Revista de
la Facultad de Geografía e Historia, UNED, Año 2016.
(34) AURELL, Jaume. “La transversalidad de la historia de la muerte en la Edad Media”,
en Jaume Aurell Cardona (coord.), Julia Pavón Benito (coord.), Ante la muerte: actitudes, espacios y
formas en la España medieval, Universidad de Navarra, Ediciones Universidad de Navarra, EUNSA,
ISBN: 84-313-1981.
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Larga enumeración que no contaba con una clara conciencia de las causas,
etiología y el modo de curar las múltiples dolencias señaladas.
“El fuego del mal ardiente quema a las poblaciones del año mil. Una enfermedad desco-
nocida provoca un terror inmenso. Pero aún no llega lo peor: la peste negra devasta Europa
y liquida un tercio de su población durante el verano de 1348. Como el Sida para algunos
en los años 80, esta epidemia se vive como castigo del pecado. Se busca entonces víctimas
propiciatorias y se encuentra a judíos y leprosos: se los acusa de envenenar los pozos. Las
ciudades se repliegan, prohíben que ingrese el extranjero sospechoso de contagio. La muerte
está en todas partes, en la vida, el arte, la literatura. Pero los hombres de la época temen
otra enfermedad, la lepra, que se considera propia de la perversión sexual. Sobre el cuerpo
de esos desgraciados se reflejaría la podredumbre de sus almas. Aíslan y encierran entonces
a los leprosos, rechazo radical que recuerda algunas actitudes para con el Sida”37.
Cuando se cree haber identificado al chivo expiatorio, al que se supone culpable
de la peste, se desata una cruda xenofobia que construye un imaginario pesimista
y cruel en ocasiones de incontenibles consecuencias.
Resurge el mundo de las mentalidades mágicas, se desconfía de la medicina
científica, a quien coyunturalmente se le atribuye incluso haber provocado la peste
por el empleo de medicamentos y prácticas que son resistidas.
Curanderos y sanadores con sus empastos de polvos y yerbas naturales, sus
conjuros y oraciones inspiran mayor confianza “por el fortalecimiento del pensamiento
mágico cuando, la medicina tradicional no logra dar respuesta a la epidemia”38.
(35) LOPE DE VEGA, Félix. Barlán y Josafat, en Alicante Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes 2002.
Ubicación original: En Zaragoza, por Pedro Verges, 1641, Base de Datos Teatro Español del Siglo de
Oro (TESO), Autorizada por Miguel Ángel Auladell Pérez. Notas de reproducción original: Edición
digital a partir de Veinticuatro partes perfectas de las comedias del Fénix de España Lope de Vega
Carpio... sacadas de sus verdaderos originales..., en Zaragoza, por Pedro Verges, 1641, Localización:
Base de Datos Teatro Español del Siglo de Oro (TESO). Autorizada por Miguel Ángel Auladell Pérez.
(36) Ídem.
(37) Ídem. pp. 78-79.
(38) TORTORELLO, Yesica. “La fiebre amarilla en Buenos Aires: la gran epidemia de 1871 y
su imaginario”, en XVI Jornadas Interescuelas, Departamento de Historia, Facultad de Humanidades,
Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata, 2017.
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(39) HEERS, Jacques. Occidente durante los siglos XIV y XV, ed Laber, Barcelona, 1968, p. 65.
(40) La planta embarcada comprendía a su Director Francisco Xavier Balmis y Berenguer
Subdirector: José Salvany y Lleopart, Ayudantes: Manuel Julián Grajales Antonio Gutiérrez Robredo,
Practicantes: Francisco Pastor y Balmis Rafael Lozano Pérez Enfermeros: Basilio Bolaños, Antonio Pastor
y Pedro Ortega la Rectora de la Casa de Expósitos de La Coruña: Isabel Zendal o Sendales Gómez y
los niños de la Casa de Expósitos de Santiago: Vicente Ferrer (7 años) Pascual Aniceto (3 años) Martín
(3 años) Juan Francisco (9 años) Tomás Metitón (3 años) Juan Antonio (5 años) José Jorge Nicolás de
los Dolores (3 años) Antonio Veredia (7 años) Francisco Antonio (9 años) Clemente (6 años) Manuel
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María (3 años) José Manuel María (6 años) Domingo Naya (6 años) Andrés Naya (8 años) José (3 años)
Vicente María Sale y Bellido (3 años) Cándido (7 años) Francisco Florencio (5 años) Gerónimo María
(7 años) Jacinto (6 años) Benito Vélez el hijo adoptado de Isabel Zendal o Sendales Gómez. La regla-
mentación de la Expedición Balmis preveía para los niños embarcados: “Serán bien tratados, mantenidos
y educados hasta que tengan ocupación o destino con que vivir, conforme a su clase y devueltos, a, los pueblos
de su naturaleza, los que se hubiesen sacado con esa condición”. A cada uno de ellos se le entregó un hatillo
con un ínfimo equipamiento de dos pares de zapatos, seis camisas, un sombrero, tres pantalones con
sus chaquetas de lienzo y otro pantalón de paño más abrigado, tres pañuelos para el cuello, tres para
la nariz, un peine, un vaso, un plato y un juego de cubiertos.
(41) Los avatares de la Expedición Balmis se reflejaron en la literatura y en el cine. Julia ÁLVA-
REZ escribió: Saving the World (2006); Antonio VILLANUEVA EDO: Los héroes olvidados (2011); Javier
NEVEO: Los niños de la vacuna (2013); Javier MORO. A flor de piel (2013); María SOLAR: Los niños de
la viruela (2017).
(42) SCENNA, Miguel Ángel. Cuando murió Buenos Aires 1871, Ediciones La Bastilla, Buenos
Aires, 1974, p. 165.
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(43) SCOBIE, James. Buenos Aires del Centro a las Barrios. 1870-1910, Editorial Hachete, Buenos
Aires, 1977, p. 57.
(44) MARMIER, Xavier. Buenos Aires y Montevideo en 1850, Biblioteca Virtual Universal, 2010.
(45) DIRECCIÓN GENERAL DE INMIGRACIONES. Resumen Estadístico del Movimiento In-
migratorio en la República Argentina Años 1857-1924, Talleres Gráficos del Ministerio de Agricultura
de la Nación, Buenos Aires, 1925.
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(46) SCENNA, Miguel Ángel. Cuando murió Buenos Aires, cit., p. 133.
(47) SCOBIE, James. Cit., p. 191.
(48) CENSO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, 1887. Tomo II, .p. 30.
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verdulero y el turco mercachifle han trenzado en sus patios bulliciosos la temática del sai-
nete y la raigambre de un mundo nuevo que entrecruzó sus ramas como las plantas de un
monte cimarrón”49.
La población local tardó en asimilar al elemento extranjero. Sus ropas, costum-
bres, aspecto y lenguaje fueron el motivo de las burlas del criollo, quien inmedia-
tamente despreció al “gringo”.
El señorío español había consagrado la superioridad “de la toga, la espada por
encima del martillo, la pala y el yunque”50. Parecía pues, que la presencia del inmigrante
era admitida únicamente en aras de la exaltación del progreso.
Por lo demás, el inmigrante desarraigado nostálgico perseguido por el recuerdo
de mil penurias se había decidido a efectuar este “salto al vacio” ilusionado con la
esperanza de obtener un rápido progreso económico. Su tesonera actitud, despla-
zando en más de una ocasión al elemento local le granjeó las antipatías de este51.
La literatura de la época no tardó en reflejar el conflicto entre ambos mundos.
Tanto en “La gringa” de Florencio Sánchez como “En la sangre” de Eugenio Camba-
ceres se pinta el choque entre los antiguos dueños de la tierra y los recién llegados.
Conscientes de ese rechazo los extranjeros se agruparon por naciones y a ve-
ces hasta por provincias, regiones, pueblos o aldeas, tal era su número que hasta
estas minucias permitía. Algunos conventillos sumaron pues a connacionales. Se
convirtieron en verdaderas islas donde se había trasplantado el cerrado dialecto,
las costumbres, la música y los cantos de la patria lejana.
Entretanto, las condiciones en que se desarrollaba el trabajo, considerado como
una mercancía, que debía regularse por el libre juego de las leyes de mercado,
conforme al criterio clásico52 establecían una jornada promedio de 10 horas que se
extendía en ocasiones hasta 12 o 14. No existían periodos de vacaciones, licencias,
ni la consideración de los días feriados. Ni aun el descanso hebdomadario gozaba
de general aceptación, pues muy parcialmente se aplicaba.
Si el obrero faltaba por causa de enfermedad se le descontaba el día. Los talle-
res y las fábricas no reunían generalmente las mínimas condiciones de seguridad
e higiene. En cualquier momento el trabajador podía ser despedido sin indemni-
zación ni preaviso alguno. Mujeres y niños desde los seis y siete años trabajaban
en condiciones similares a los hombres, pero recibiendo siempre un jornal menor.
(49) ECHEBARNE, Marcelo. La influencia del arrabal en la poesía argentina culta, Editorial Kraft,
Buenos Aires, 1955, p. 146.
(50) SCOBIE, James, Cit. p. 280.
(51) MARTIRÉ, Eduardo. “El Noventa. Una epidemia moral que llamaremos fiebre del pro-
greso”, en Lecciones y Ensayos, Números 21-22, Buenos Aires, 1961, p. 110.
(52) MARTIRÉ, Eduardo. “El Proyecto de Ley Nacional de Trabajo (1904) a través de la prensa
porteña”, Revista de Historia del Derecho (RHD), Tomo III, Buenos Aires, 1975, p. 230.
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Los salarios sufrirían además sensibles deterioros por las crisis monetarias que
se sucederían en el último cuarto del siglo XIX.
Eduardo Wilde un joven “médico de los pobres” que a juicio de un testigo de la
época, Paul Groussac, “se portó admirablemente durante la epidemia”53, conocía per-
fectamente por su ejercicio profesional el escenario de los conventillos y sobre el
particular confesaba: “Yo por mi profesión me veo obligado muchísimas veces a penetrar
y tener ocasión de observar lo que allí pasa. Un cuarto de conventillo..., es el comedor, cocina
y despensa, patio para que jueguen los niños, sitio donde se depositan los excrementos a lo
menos temporalmente, depósito de basura, almacén de ropa sucia y limpia si la hay, morada
del perro y del gato, depósito de agua, almacén de comestibles, sitio donde arde de noche
un candil, una vela o una lámpara, en fin, cada cuarto de estos es un pandemonium donde
respiran contra todas las prescripciones higiénicas, contra las leyes del sentido común y del
buen gusto y hasta contra las exigencias del organismo mismo cuatro, cinco o más personas”54.
Carentes de servicios cloacales y de un adecuado suministro de agua potable,
la contaminación de las napas de agua donde se extraía el líquido vital con la peli-
grosa vecindad de los pozos ciegos que recibían las aguas servidas, los desechos y
las basuras de la ciudad provocaba múltiples infecciones y severas enfermedades
gastrointestinales.
El obrero pintor, escritor y periodista Adrián Patroni, una de las voces más
elocuentes del socialismo temprano, que vivió en las habitaciones de los conventi-
llos porteños describía: “los tugurios que habitan las familias obreras en Buenos Aires,
los que a su vez sirven de dormitorio, sala, comedor y taller de sus moradores. Pocos son
los conventillos donde se albergan manos de ciento cincuenta personas. Todos son a su vez,
focos de infección, verdaderos infiernos, pues el ejército de chiquillos en eterna algarabía no
cesan en su gritería, mientras los más pequeñuelos, semidesnudos y harapientos, cruzan
gateando por el patio recogiendo y llevando a sus bocas cuanto residuo hallan a mano; los
mayorcitos saltan, gritan y brincan, produciendo desde las 7 de la mañana hasta las 9 de la
noche un bullicio insoportable”55.
Guillermo Rawson es un médico higienista que atravesó la epidemia de 1871
trabajando arduamente en lazaretos y hospitales. Haremos referencia a sus esfuerzos
en los siguientes párrafos. La dramática realidad de los conventillos porteños no le
era pues ajena. En su “Estudio sobre las casas de inquilinato de Buenos Aires” traza un
vehemente y despiadado informe construido en esos difíciles años y publicado en
1885 cuya exaltada vehemencia no tiene desperdicio, por ello, a pesar de su extensión
me permito la transcripción completa de los párrafos iniciales. Allí denunciaba la
(53) GROUSSAC, Paul. Los que pasaban, Estudio Preliminar de Alejandro Eujenian, Editorial
Taurus Colección Nueva Dimensión Argentina dirigida por Gregorio Weinberg, Buenos Aires, 2001,
p. 69.
(54) WILDE, Eduardo. Arrendamiento de las obras de salubridad de la Capital, Buenos Aires, 1887, p. 67.
(55) PATRONI, Adrián. Los trabajadores en la Argentina, Jesús Menéndez, Buenos Aires, 1898.
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dramática situación de las viviendas marginales, los contrastes entre las infecciones
sufridas por los hijos de los ricos y de los pobres y como unas encadenaban a otras.
Denuncia la: “... acumulación de centenares de personas, de todas las edades y con-
diciones, amontonadas en el recinto malsano de sus habitaciones; recordemos que allí se
desenvuelven y se reproducen por millares, bajo aquellas mortíferas influencias, los gérmenes
eficaces para producir las infecciones, y que ese aire envenenado se escapa lentamente con
su carga de muerte, se difunde en las calles, penetra sin ser visto en las casas, aun en las
mejor dispuestas.... los que hayan tenido la oportunidad de observar la vida que se pasa en
esas habitaciones malsanas que venimos estudiando, los que hayan seguido con interés el
proceso de afocamiento de las enfermedades infecciosas y epidémicas, podrán comprender
que, de la alta cifra de defunciones, 2.200 a lo menos, proceden de las casas de inquilinato,
lo que daría, sobres los 64.156 habitantes que ellas tenían, una mortalidad de 34 por mil.
Y si se considera que, de los 1.500 muertos de viruela, más de mil han ocurrido en aquellas
acumulaciones, se puede apreciar la influencia perniciosísima que esas casas ejercen, no solo
por el sufrimiento de sus moradores, tan dignos de compasión, sino por la difusión de las
enfermedades”. infecciosas, y la mayor gravedad que ellas asumen en aquellos focos horribles
de donde se transmiten al resto de la población”56.
Adam Altgelt, es un vecino de Buenos Aires, un hombre que vive en la época
y padece los desatinos de la ciudad, sin propósitos políticos ni historiográficos,
escribiendo al correr de la pluma para el recuerdo personal, afectuoso y entrañable
de sus hijos y nietos, traza una deliciosa e íntima crónica familiar, donde no faltaba
la denuncia de la angustiosa realidad sanitaria de la ciudad porteña: “Desde que fue
construida nuestra ciudad, nunca se evacuó un excusado. Los pozos negros tienen una pro-
fundidad de 20 a 60 pies... no tienen revestimiento carecen de caños de salida. Los líquidos
son absorbidos por la tierra circundante, y cuando las partes sólidas se han acumulado, hasta
llegar casi al inodoro, se hace un nuevo pozo al lado y se lo comunica con el viejo mediante
una pequeña zanja. Va a parar allí también los residuos de la cocina. De modo que tenemos
30.000 pozos negros o “aguas de los mil olores” llenos al tope y otros 15.000 hasta la mitad,
(56) RAWSON, Guillermo. Estudio sobre las casas de inquilinato de Buenos Aires, Buenos Aires,
1895. Continuaba el autor que citamos: “Las casas de inquilinato, con raras excepciones, si las hay, son edi-
ficios antiguos, mal construidos en su origen, decadentes ahora, y que nunca fueron calculados para el destino
a que se les aplica. Los propietarios de las casas no tienen interés en mejorarlas, puesto que así como están les
producen una renta que no podrían percibir en cualquier otra colocación que dieran a su dinero. Había el año
pasado 1.868 casas de inquilinato, teniendo entre todas 25.645 habitaciones y el término medio del alquiler men-
sual de cada una déstas era de m$n 136. La renta que estas propiedades producen ascienden, según estos datos,
a m$n 3.487.720 cada mes y el producto anual sube a m$n 41.852.640, o sea 1.730.162 pesos nacionales oro...
Es claro que a los propietarios no les conviene vender estas fincas; y la prueba de ello es que se han enajenado
2.600 casas de 22.500 que existían en 1862, lo que corresponde al 10% del número de casas en esa fecha; y no
se encuentran entre estas ventas ni el 2% siquiera de las casas de inquilinato, siendo de notar que en el mayor
número de los casos esas enajenaciones tan escasas habrán sido determinadas por arreglos de familia o por otras
causas que están lejos de ser financieras o comerciales”.
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que continuamente a través de todos los poros, transpiran sus miasmas, convirtiendo a la ciu-
dad en los días sin viento, y con elevada humedad, en una verdadera cueva pestilente”57.
La deficitaria recolección de la basura acumulaba los despojos en zonas peri-
féricas de la ciudad, donde con una piedra de considerables dimensiones se apla-
naban los residuos para utilizarlos luego como relleno de los terrenos bajos y para
nivelación de las calles que se pavimentaban “a bola”.
El calor del verano fermentaba los desechos enterrados que despedían vapores
insoportables que se escapaban por las juntas del pavimento.
La recolección se llevaba a cabo en carros abiertos que levantaban los residuos
amontonados en estado de putrefacción que solían desbordar la capacidad del
transporte “dejando al paso un reguero de residuos que ya nadie volvía a levantar58.
A su vez, saladeros, mataderos, graserías y otros establecimientos de una in-
cipiente industria decimonónica, arrojaban displicentemente sus desperdicios al
Riachuelo o sus afluentes sin tratamiento alguno.
La sangre y las entrañas desechadas del sacrificio de los animales, en los mata-
deros vecinos a las márgenes del Riachuelo terminaban en sus aguas, circunstancia
que provocaba la infestación de las orillas, donde se criaban nubes de moscas y
mosquitos, a la par que una marea de hedores repugnantes invadía la atmósfera
de la ciudad.
Se había construido un verdadero basurero líquido, convertido en un foco in-
feccioso por la gran cantidad de materias orgánicas en estado de putrefacción que
albergaban sus fétidas aguas, convertidas en el perfecto caldo de cultivo para la
incubación de mosquitos.
La Nación en su edición del día 15 de febrero de 1871 denunciaba: “Parece que
el lecho del Riachuelo es una inmensa capa de materias en putrefacción. Su corriente no
tiene ni el color del agua. Unas veces sangrienta, otras verde y espesa, parece un torrente
de pus que escapa a raudales de la herida abierta al seno gangrenado de la tierra. Un foco
tal de infección puede ser la causa de todos los flagelos, el cólera y la fiebre. ¡Hasta cuando
respiraremos el aliento y beberemos la podredumbre de ese gran cadáver tendido a espaldas
de nuestra ciudad!”59.
“Solo faltaba una epidemia que pusiera a prueba las leyes del mercado”60.
(57) ALTGELT, Adam. Los viejos Altgelt. Buenos Aires, 1990, citado por HARISPURU, Adela.
“Buenos Aires, 1871. Crónica de una epidemia”, en Así hacíamos Historia, Volumen I-2 Otoño de 2008.
(58) GARCÍA CUERVA. Pbro Jorge Ignacio. La Iglesia en Buenos Aires durante la epidemia de
fiebre amarilla de 1781, Tesis de Licenciatura, Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María
de Buenos Aires, Buenos Aires, 2002, p. 20.
(59) LA NACIÓN. Ejemplar del 15 de febrero de 1871.
(60) PIGNA, Felipe. La fiebre amarilla en Buenos Aires, en https//www.elhistoriador.com.ar
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(67) NAVARRO, Mardoqueo. El Diario de la epidemia de 1871, Buenos Aires, Imprenta y fundi-
ción de tipos de la Sociedad Anónima del Diario La República, calle Belgrano 126, Buenos Aires 1871.
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(68) SARMIENTO, Domingo Faustino. Obras Completas, Tomo XXI, Buenos Aires, 1899, pp.
272 y 273.
(69) LA PRENSA, ejemplar del día 21 de marzo de 1871.
(70) GROUSSAC, Paul. Los que pasaban, cit. p. 71.
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de lo normal, la respiración es lenta, el pulso acelerado, vuelven los vómitos cada vez más
oscuros hasta llegar al color de la brea o alquitrán, con nauseabundo olor”72.
El desconocimiento del periodo de contagio y de sus verdaderas causas impidió
el hallazgo de la solución: la cura de los enfermos, la contención de la epidemia y
el cuidado de la cuestión sanitaria de la ciudad.
Los criterios de la época atribuían a las “miasmas”, es decir a las emanaciones,
efluvios y vapores provenientes del material orgánico en descomposición y las
aguas estancadas, la verdadera causa de la epidemia.
Miguel S. Etchegaray al presentar en la Facultad de Medicina de Buenos Aires
su Tesis: “Fiebre Amarilla del año 1871” con el padrinazgo del Doctor Manuel Augusto
Montes de Oca, sostenía que la fiebre amarilla era una enfermedad “miasmática endé-
mica o epidémica que se desarrolla en las islas o en las costas de América... La combinación
del calor con la humedad favorece la descomposición de las sustancias animales o vegetales,
que exhaladas y puestas en tales o cuales condiciones, favorecidas por las variaciones de la
atmósfera y los desequilibrios eléctricos, alteran el aire atmosférico y lo hacen nocivo para
la salud. La generalidad de los autores está acorde en admitir a estos miasmas pútridos
como causas del tifus icterodes. La naturaleza de las causas productoras de la enfermedad
y su forma remitente, con intermitencias a veces muy marcadas, hacen que se considere la
fiebre amarilla como un envenenamiento miasmático que obra sobre la sangre y los centros
nerviosos”73.
Concluyendo el disertante: “La naturaleza de las causas productoras de la enfermedad
y su forma remitente, con intermitencias a veces muy marcadas, hacen que se considere la
fiebre amarilla como un envenenamiento miasmático que obra sobre la sangre y los centros
nerviosos”.
Las familias se encerraban en sus casas, pero allí se refugiaba el peligroso enemi-
go que se reproducía en jarrones, vasijas y tachos de agua, charcos, macetas, aljibes,
pozos donde se depositaban los huevos y se criaban los trasmisores del virus que
buscaba el ambiente caldeado de las habitaciones templadas.
“Nuestros abuelos hospedaban a sus verdugos en el seno de sus hogares, y a muchos no
les alcanzó la vida para comprenderlo”74.
El 8 de marzo anotaba en su diario Mardoqueo Navarro: “No hay hospitales, no
hay sepultureros. Focos hay mil. Despoblación”; en tanto, el 9 de abril de 1871 Mardo-
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queo Navarro asentaba: “Los negocios cerrados, calles desiertas. Faltan médicos, muertos
sin asistencia. Huye el que puede. Heroísmo de la Comisión Popular”75.
Paul Groussac describía por su parte un panorama desolador de la ciudad
inundada por las lluvias del verano: “Durante una semana, las lluvias diluvianas acre-
centaron las escenas del horror: los “terceros” del sur, torrentes callejeros, nos enseñaban
brutalmente las miserias de los suburbios inundados, arrastrando en su carrera airada por
los barrios centrales, maderajes, muebles, detritos de toda clase, hasta cadáveres.”76.
Las Comisiones de Salubridad insistían en la muy necesaria observancia de es-
trictas medidas higiénicas que comprendían la desinfección con cal de los espacios
sanitarios de las viviendas de la ciudad, el blanqueo completo de sus edificios, el
continuo hervido del agua utilizada para la preparación de los alimentos, la com-
pleta y minuciosa higiene de las casas y personas.
Asimismo, se redujeron las horas de velorios y honras fúnebres, se ordenó seña-
lar las casas donde habían morado los fallecidos y se ordenó la completa quema de
los vestidos, enseres personales y ropa de cama que habían utilizado los fallecidos
por la fiebre.
El tema ocupó espacio en las páginas de la prensa periódica. El 10 de febrero de
1871 La Prensa alertaba: “Sobre el flagelo: Para que se vea cuanto contribuye para la salud
el aseo de las personas y la ventilación y limpieza en las viviendas, conviene hacer notar
que la mayor parte de los que han muerto de la fiebre, son gente que por lo regular, ya sea
por pobreza o economía o abandono, vive en medio de la más completa miseria y suciedad”77.
La quema de enseres, ropa y muebles que habían sido parte del patrimonio de
los enfermos descubrió su faceta más dramática en el miserable escenario de los
conventillos atestados de inmigrantes, donde la pobreza alcanzaba sus cotas más
gruesas. “Los conventillos de San Telmo acusaron el primer impacto de la psicosis colectiva:
los inmigrantes, en su mayoría españoles e italianos, comenzaron a ser desalojados y echados
a la calle. La propuesta era convertir esas viviendas en hospitales de campaña”.
Expulsados de sus habitaciones y despojados de sus escasas pertenencias, por las
órdenes y los gritos formulados en una lengua extraña, que a veces casi no entendían,
vagaban atónitos por la ciudad intentando alojarse en los apresurados albergues que
las organizaciones de caridad intentaban establecer con premura. Templos cerrados
para los oficios del culto se convirtieron por la piedad de sacerdotes y religiosos en
albergues temporarios, también vagones ferroviarios y campamentos del Ejército.
Algunos inmigrantes lograron gestionar ante el Consulado de Italia el regreso a su
(75) El Diario de la Epidemia de Mardoqueo Navarro, fue luego publicado en el mes de abril de
1894 en Anales del Departamento Nacional de Higiene, Nº 15, Año IV, con el título de “Fiebre Amarilla,
10 de abril de 1871”.
(76) GROUSSAC, Paul. Cit., p. 72.
(77) LA PRENSA. Ejemplar del 10 de febrero de 1871.
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(78) Citado por GARCÍA CUERVA, Pbro. Jorge Ignacio. La Iglesia en Buenos Aires, cit., p. 87.
(79) Un ejemplar del mismo se encuentra en University of Texas Libraries Austin, TX 78713,
United States.
(80) GROUSSAC, Paul. Los que pasaban, cit., p. 72.
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Mardoqueo Navarro dedicó también algunas lacónicas líneas al tema del delito
en ocasión de la epidemia: 30 de marzo: “La caridad explotada por ladrones disfrazados
de pobres”; 4 de abril: “En los conventillos mueren los vivos, esperando heredar o robar a
los muertos”; 12 de abril: “Asesinatos. Salteos”; 13 de abril: “Crímenes, vicios, negocios”;
15 de abril: “ladrones con carros”; 16 de abril: “La explotación de la caridad. Robos”.
“Estamos en una batalla” anunciaba La Nación, “donde no hay tiempo para contar y
casi ni para sentir nuestros muertos”81.
Y esa batalla, el domingo 9 de abril de la Pascua de Resurrección de 1871, sig-
nificó la culminación de una Semana Santa donde los oficios religiosos habían sido
suspendidos y los templos cerrados. Ese domingo pascual se convirtió en el día
más dramático de la ciudad, pues cobijó 501 fallecidos por vómito negro. La cota
de mortalidad se radicó entre el 40 y el 90 % de los infectados.
Fue el momento de mayor dramatismo y el más elevado epicentro de la tragedia
que vivía la ciudad.
Absolutamente desbordada la Comisión Popular de la ciudad no halló otro
recurso que aconsejar la huida desesperada de la ciudad.
El 22 de marzo nuestro escueto cronista de la tragedia anotaba: “La muerte. El
espanto. La soledad. Los salteadores. 300 toneladas de basura diaria”, en tanto para el 10
de abril decía: “563 defunciones - Terror - Fuga.”, y al día siguiente: “Reina el espanto”.
Años más tarde, el sanjuanino Guillermo Colesbery Rawson, primer profesor
de la Cátedra de Higiene en la Universidad de Buenos Aires expresaba haber sido
testigo “del hijo abandonado por su padre... la esposa abandonada por el esposo... el hermano
moribundo abandonado por el hermano... Pero he visto también... en altas horas de la noche,
en medio de aquella pavorosa soledad, a un hombre vestido de negro, caminando por aquellas
desiertas calles. Era el sacerdote que iba a llevar la última palabra de consuelo al moribundo”.
En las páginas del diario El Nacional del 24 de marzo de 1871 se leía: “¡Escapar!
¡Escapar! Se vende o se alquila una gran casa quinta, en uno de los pueblos de campaña que
toca el ferrocarril del Oeste. Para tratar, a toda hora. Confitería de Rivadavia y Libertad”.
Las poblaciones vecinas a la ciudad recibían aterradas, por el temor al contagio,
al rio de residentes porteños que despavoridos huían de la ciudad, porque la peste
comenzó a extenderse por los asentamientos vecinos. Afirma el ingeniero Bosio
Moreno que 53.425 personas de un total poblacional de 198.500 se marcharon de
la ciudad.
Pero ¿quiénes podían huir?
Indudablemente las clases acomodadas que inicialmente habían abandonado las
grandes casonas del barrio sur, foco de las primeras infecciones, para establecerse
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(84) HUDSON, William Henry. Ralph Herne, Letemendia, Buenos Aires, 2006. p.72. Nos refer-
iremos al autor y su obra en las páginas que siguen.
(85) GARCÍA CUERVA, Pbro. Jorge Ignacio. La Iglesia en Buenos Aires..., cit., p. 85.
(86) El Cementerio del Oeste debía su nombre Chacarita de los Colegiales al recuerdo de la Chacra
o Chacrita del Colegio que la Compañía de Jesús había erigido en las afueras de la ciudad de Buenos
Aires hacia mediados del Siglo XVIII.
(87) La Porteña había realizado su viaje inaugural el 29 de agosto de 1857 uniendo la Estación
Parque (solar hoy del Teatro Colón) con la estación Floresta. Circuló durante más de tres décadas,
cubriendo para el “Ferro-Carril del Oeste” el trayecto entre Liniers y Plaza Miserere, hasta su retiro
en 1890. Se encuentra hoy en el Museo del Transporte de Lujan de la Provincia de Buenos Aires.
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El nuevo tramo de este “Tren de la Muerte” partió por primera vez el 14 de abril
del depósito de cadáveres instalado apresuradamente en la esquina de Corrientes
y Pueyrredón donde los cuerpos albergados en ataúdes miserables que despren-
dían fétidos olores, esperaban el traslado en las vagonetas que conducía La Porteña
accionada por John Allen quien no tardó en caer víctima del contagio88.
Ese día 14 de abril iniciando su viaje inaugural, La Porteña transportó 345 féretros.
La utilización de fosas comunes, donde los cadáveres eran enterrados conforme
el orden de su llegada, en sepulturas de dos metros de profundidad, cubiertas por
una espesa capa de cal preparada en la misma necrópolis, sobre la cual se volcaba
luego tierra apisonada, resultó la solución aplicada.
(88) GARCÍA CUERVA, Pbro. Jorge Ignacio. La Iglesia en Buenos Aires..., cit., p. 253.
(89) Estaba presidida por el abogado cordobés José Roque Pérez, e integrada por conocidos
ciudadanos entre los que se contaban: Héctor F. Varela, M. Billinghurst, Juan C. Gómez, Manuel Bilbao,
Manuel Argerich, José María Cantilo, Manuel Quintana, León Walls, Carlos Guido Spano, Carlos Paz,
F. López Torres, A. Ebelot, Aristóbulo del Valle, Evaristo Carriego, Alejandro Korn, José C. Paz, C.
Martiño, Lucio V. Mansilla, Bartolomé Mitre y Vedia, Emilio Onruvia, Menéndez Behety, Francisco
Uzal, T. Armstrong, hijo, B. Cittadini, César, José M. Lagos, F. Almonte, Gustavo Nessler, P. Ramalla,
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A. Giglio, Juan y Daniel Agentí, A. Larroque, P. Berbatti, Florencio Ballesteros, J. E. P. Dillón, Pablo
Gowland, R. Viñas, F. S. Mayáns y F. Dupont.
(90) Se trata de Evaristo Francisco Estanislao Carriego (1883-1912,) el hombre que en la bella
pluma de Jorge Luis Borges: “descubrió las posibilidades literarias de los decaídos y miserables suburbios de
la ciudad: el Palermo de mi infancia. Su carrera siguió la misma evolución del tango: arrollador audaz y valeroso
al principio, luego convertido en sentimental. En 1912 cuando tenía 29 años, murió de tuberculosis, dejando
un solo libro publicado (Las Misas Herejes). Recuerdo el ejemplar, dedicado a mi padre, uno de los diversos
libros argentinos que habíamos llevado a Ginebra y que allí yo leí y releí” Jorge Luis Borges Autobiografía.
(91) Carta de Evaristo Carriego a Héctor Varela. Citada en SCENNA, Miguel Ángel, cit., p. 232.
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del Mundo, en nombre de más santo y noble el corazón humano, venimos a pediros vuestro
concurso para que nos ayudéis a cumplir debidamente la sagrada y ardua misión que nos
hemos impuesto. El terrible flagelo que nos arrebata diariamente centenares de víctimas y
que sume en la miseria y desolación a millares de hermanos, exige de nosotros un gran es-
fuerzo, pero para llevarlo a cabo y para que este no se esterilice necesitamos el apoyo moral
y material de todos... Familias enteras perecen por falta de asistencia, por falta de médicos,
por falta de medicinas, por falta de quien les alcance un vaso de agua, mueren muchísimos
enfermos que salvarían si fueran atendidos a tiempo... La acción de las autoridades no basta
por desgracia para remediar los terribles males que pesan sobre nuestra sociedad, es por esto
que le ofrecemos nuestros auxilios leal y desinteresadamente... Las comisiones parroquiales
que han trabajado y trabajan con un celo digno de todo encomio para alivio de los que sufren,
no consiguen todos los buenos resultados que conseguirían si tuvieran los que nosotros
venimos a traerles, brazos, medios abundantes y cuanto pueda concurrir al noble fin que
se tiene en vista. Aquí estamos nosotros para llenar este vacío. En la cabecera del enfermo,
en la botica, en la casa del médico, en el cementerio mismo, nuestra acción se dejará sentir
eficaz y benéfica. Los focos de infección de toda especie que envenenan el aire que respiramos
recibirán toda nuestra atención a fin de suprimirlos. Donde se eleve el lamento del doliente,
allí estaremos para mitigar sus penas. Felices si con la ayuda ¿que pedimos podemos vestir
al desnudo, dar de beber al sediento, sepultar a los muertos”92.
La Comisión debió afrontar múltiples tareas a través de una estrategia de provi-
sión de alimentos y ropa, compra y distribución de medicamentos, organizando la
asistencia médica a los enfermos con planteles de médicos cada vez más reducidos,
puesto que ya estaban contratados por las Comisiones Parroquiales que dependían
del Consejo de Higiene Pública y tenían prohibido recibir honorarios particulares
en tanto otros huían de la ciudad.
Con frecuentes enfrentamientos y conflictos con las Comisiones Municipales, y
el Consejo de Higiene Pública, la Comisión Popular también intervino en el control e
inspección continua de las viviendas, labor que significaba ingresar en los domicilios
considerados “focos” de infección y fiscalizar los hábitos y costumbres higiénicas
de sus habitantes.
En el imaginario colectivo se abrió paso vigorosamente, la percepción de una
ciudad enferma, pútrida, corrupta en contraste con los espacios rurales sanos y
diáfanos en los que había que buscar seguro refugio.
Dos tercios de la población de Buenos Aires adoptaron esta solución.
Su principal campo de acción se radicó en la zona de los conventillos de Buenos
Aires y en toda suerte de vivienda de locación múltiple donde las pésimas condi-
ciones de habitabilidad, el hacinamiento y la falta de higiene favorecían el contagio.
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(93) MABRAGAÑA, Heraclio. Publicación autorizada por la Comisión Nacional del Cen-
tenario, Buenos Aires Talleres Gráficos de la Compañía General de Fósforos, Buenos Aires, 1910,
Tomo III, p. 319.
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José Montes de Oca y la Vice Presidencia del Doctor Nicolás Albarellos, brindaban
un elocuente testimonio de la catástrofe.
Correspondían a cuatro jóvenes médicos que prestaron servicios durante la
epidemia y cuya esforzada labor les sirvió de sustento práctico para la reflexión
académica.
Las Tesis contienen breves desarrollos sobre las experiencias vividas. Se exponen
los registros sanitarios de los pacientes atendidos, sus historias clínicas y de vida,
la sintomatología exhibida, la evolución de su estado, los cuadros observados, los
remedios suministrados y el resultado de las necropsias efectuadas a los cadáveres.
Todas desconocen la causa de la infección.
Ellas fueron: Jacobo Scherrer: “Estudios sobre la fiebre amarilla del año 1871”,
Imprenta de Pablo Emilio Coni, Buenos Aires 1872, Padrino de Tesis Doctor Pedro
A. Mattos. Miguel Echegaray: “Fiebre amarilla del año 1871”, Buenos Aires, 1872,
Padrino de Tesis Doctor Manuel Augusto Montes de Oca. Salvador Doncel: “La
fiebre amarilla de 1871 observada en el Lazareto Municipal de San Roque”, Buenos Aires,
Imprenta del Siglo y de la Verdad, 1873, Padrino de Tesis Doctor Pedro A. Mattos.
Jacobo de Tezanos Pintos: “Infección y contagio”, Buenos Aires, Imprenta La Unión
1872, Padrino de Tesis Doctor José María Bosch.
La epidemia aconsejó el diseño de nuevos espacios urbanos y las claves para la
localización de cementerios, hospitales, mataderos, espacios verdes de la ciudad,
intentando un desarrollo urbanístico que se llamó “la ciudad nueva”.
Demostró los problemas que traía aparejado, la deficiente recolección de los
residuos y la equívoca rutina de acudir al relleno sanitario con basura, en terrenos
bajos y en nivelación de las calles.
El higienismo97 bregaba desde casi un siglo antes por la imperiosa necesidad de
mantener buenas condiciones de salubridad en los escenarios urbanos, mediante
la instalación de sistemas de agua corriente, cloacas, iluminación y control de las
condiciones de habitabilidad en las viviendas obreras, donde el hacinamiento de las
casas de locación múltiple, “conventillos”, considerados “talleres de epidemias”, habían
estallado en la epidemia de 1871, problemas que pese a su proclamada importancia
no lograron ser solucionados en los años que vendrían.
Diecisiete años después del desencadenamiento de la epidemia de fiebre amarilla
la revista británica Youth publicaba en forma de folletín entre los días 4 de enero
al 14 de marzo de 1888, una novela Ralph Herne desarrollada en 15 capítulos que
(97) En 1790 Johann Peter Frank, Director de la Escuela de Medicina de Pavía en su discurso
académico De populorum miseria: morborum genetrice, al finalizar los cursos de dicho año académico
sostenía: “la miseria del pueblo: madre de las enfermedades”, denunciando a la pobreza como causa directa
de los problemas de salud del pueblo.
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describía los azares de un joven médico inglés radicado en Buenos Aires en tiempos
de la epidemia de fiebre amarilla.
Su autor, William H. Hudson había nacido en 1841 en la provincia de Buenos
Aires, hijo de padres norteamericanos y nieto de ingleses provenientes del condado
de Devon. Naturalista, ornitólogo y exquisito narrador, que a juicio de Conrad es-
cribía “como crece el pasto”, fue el autor de “Allá lejos y hace tiempo” donde relata sus
años de niño transcurridos en una estancia bonaerense “Los veinticinco ombúes”
en plena dictadura de Rosas.
Autor de “La tierra purpúrea”; “Días de ocio en la Patagonia” y “Mansiones verdes”
como asimismo de acreditados textos sobre el objeto de su pasión: los pájaros “Birds
in London”, “Birds and man”, “Adventures among birds”, “British birds”, etc. constitu-
yen los textos más celebrados por la Royal Society for the Protection of Birds que
integraba.
Hudson no vivió en Buenos Aires en los desdichados días de la fiebre amarilla,
pues se encontraba en la Patagonia. Recién en 1873 viajó a Inglaterra y allí quince
años después daría forma a Ralph Herne, no es entonces aventurado sospechar que,
a pesar de su ausencia, por amigos o familiares bien pudo estar perfectamente al
tanto del horror que vivía la ciudad nudo de la epidemia, y cuyo clima describe:”En
las calles se veían personas que vacilaban al caminar, caían sobre el pavimento y expiraban
con gritos delirantes antes que pudieran ser recogidas... En el centro mismo de este infierno
trabajaba Ralph... pasaba la mitad de su tiempo con los moribundos, lo sitiaban noche y día
multitudes de suplicantes llorosos poseídos por el terror; era literalmente arrastrado de casa
en casa para ver caras desfiguradas por la horrible agonía o negras en el sello de la muerte y
oír lamentables gritos pidiendo alivio que en casi todos los casos no podía dar”98.
La descripción del desarrollo de la peste en el escenario de la ciudad se ajusta
a los relatos de la época, evidenciando el conocimiento que Hudson guardaba del
avance de la peste en la ciudad sustentada junto al ancho y fangoso rio.
Relata: “Durante los días siguientes, los diarios hicieron una alharaca tremenda contra
las autoridades locales, por permitir que la fiebre amarilla penetrase en la ciudad y sugerían
incontables medidas de prevención. Pero los “perros guardianes de la civilización” empezaron
a ladrar tarde, aunque sus ladridos causaran una gran conmoción. La municipalidad y la
policía cumplieron una actividad extraordinaria. En todos los barrios hubo visitas de ins-
pección a las casas, las calles se barrían al salir el sol todos los días, había una orden general
para blanquear las casas por fuera y tan alertas estaban, que, si un tallo de repollo o una
papa se caían del, carro de un verdulero, el pobre conductor era llamado ante un magistrado
y pagaba una multa de veinte pesos o iba a la cárcel por el nuevo delito de “diseminar los
elementos de la peste en las calles”99.
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IV. Conclusiones
Las epidemias determinaron una nueva construcción del espacio, el diseño de
especificas secciones de poblaciones humanas, conforme los particulares criterios
adoptados, el establecimiento de las zonas prohibidas, el cierre y la clausura de de-
terminadas áreas, la prohibición de circular, el sacrificio de bienes, la matanza de
animales, etc.
Las epidemias fueron asimismo la espuela que en ocasiones aguijoneó la amplia-
ción de la autoridad del Estado en plazas que no estaban inicialmente bajo su tutela.
Aun así, todos estos procesos de multiplicación de epidemias a lo largo de los
siglos se encuentran atravesados por un patrón común: el eclipse del estado en la directa
relación con el combate de la peste.
Surgieron entonces organizaciones civiles, nuevos actores que lucharon deses-
peradamente por salvar las deficiencias institucionales y combatir la peste.
¿Cómo se reacciona ante la presencia de la peste?
Inicialmente se intentaba no verla, no admitirla, no aceptarla, negarla en su
importancia por los altos costos que la misma implicaba.
Albert Camus en su célebre novela La peste, publicada el 10 de junio de 1947, y
que probablemente referenciaba la peste de cólera que padeció la ciudad argelina
de Oran en 1849, traza un singular cuadro narrativo del desarrollo de una epidemia.
En esta ciudad anclada sobre las costas del Mar Mediterráneo, donde: “... el cambio
de las estaciones solo se lee en el cielo. La primavera se anuncia solo por la calidad del aire
o por las cestas de flores que pequeños vendedores traen de las afueras; es una primavera
que se vende en los mercados. Durante el verano, el sol incendia las casas demasiado secas
y cubre las paredes de una ceniza gris; entonces no se puede vivir nada más que a la sombra
de los postigos bien cerrados. En otoño, al contrario, es un diluvio de barro. Los días her-
mosos solamente llegan en invierno”100, inesperadamente como un augurio aciago, una
mañana comenzaron a aparecer centenares de ratas muertas: “las ratas comienzan a
afluir a plena luz del día desde las alcantarillas hacia los umbrales, las calles y las veredas
para morir. La gente no alcanza a dimensionar las implicancias de este extraño fenómeno
hasta que los mismos ciudadanos comienzan a enfermar y fallecer súbitamente en medio de
un sufrimiento atroz”101.
En las páginas iniciales, Camus narraba: “La mañana del 16 de abril, el doctor
Bernard Rieux salió de su consultorio y tropezó con una rata muerta, en medio del rellano.
Sobre la marcha apartó el animal sin miedo y bajó la escalera. Pero, llegado a la calle pensó
que esa rata no estaba en su lugar y volvió sobre sus pasos para advertir al conserje. Ante
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la reacción del viejo M. Michel, descubrió mejor lo que su descubrimiento tenía de insólito.
La presencia de esa rata muerta solo le pareció extraña, mientras que, para el conserje, era
un escándalo. La postura de este último era categórica: no había ratas en la casa. El doctor
insistió asegurando que había una rata en el rellano del primer piso, y probablemente muerta,
pero la convicción de M. Michel era total. No había ratas en la casa, por lo que la debían de
haber traído de fuera. O sea, que se trataba de una broma”102.
Las palabras finales del fragmento transcripto apostillan la reiteración de una
práctica, que sufrieron invariablemente todos los procesos de desencadenamiento
de las epidemias a lo largo de la historia.
La sistemática negativa a reconocerla: “No hay tal epidemia, es una broma, es una
amenaza infundada, no existe ningún peligro, no va a desencadenarse aquí, ocurre solo en
otra ciudad lejana, jamás llegará a nuestro espacio, a nuestra casa”.
La negligencia de las autoridades se explica porque toda peste significaba el
inevitable paro económico, hundimiento de la circulación de bienes y parálisis de
la producción, malestar en las calles y toda suerte de desórdenes sociales que no
tardaban en brotar, interrupción de las relaciones económicas y políticas con el
mundo exterior.
Se especulaba que, aunque causara un número de muertos, pasado cierto tiempo
retrocedería por sí misma.
Cuando aparecía en el horizonte de una ciudad la amenaza de una epidemia
las autoridades buscaban pareceres médicos tranquilizadores, que se acomodaran
a sus propósitos políticos, tendientes a evitar la circulación del pánico porque no
hay nada más desestabilizador que el miedo.
Entonces se disminuye su importancia, se ridiculizan opiniones de científicos,
se recomiendan soluciones baratas y rápidas.
La peste atesora la virtud de exponer, en todo su dramatismo las penosas
condiciones de vida, justamente en los sectores sociales donde la epidemia arrecia.
El recurso de la huida está siempre presente..., pero ¿quiénes pueden huir?
Solo aquellos que cuentan con medios suficientes para establecerse en una
zona segura, el resto debe permanecer en la ciudad sitiada o vagar por los campos
intentando vanamente procurarse el alimento.
Se recurre a todas las formas del aislamiento social, quienes pueden acumular
alimentos se quedan encerrados en sus casas.
“Separados del resto del mundo los habitantes se apartan unos de otros en el interior
mismo de la ciudad maldita temiendo contaminarse mutuamente. Se evita abrir las ventanas
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 1-48
de la propia casa y bajar a la calle. Se esfuerzan por aguantar encerrados en la casa con las
reservas que han podido acumular”103.
Giovanni Boccaccio describía: “Casi todos se inclinaban a un remedio muy cruel
como era esquivar y huir a los enfermos y a sus cosas; y, haciéndolo, cada uno creía que
conseguía la salud para sí mismo. Y había algunos que pensaban que vivir moderadamente
y guardarse de todo lo superfluo debía ofrecer gran resistencia al dicho accidente y, reunida
su compañía, vivían separados de todos los demás recogiéndose y encerrándose en aquellas
casas donde no hubiera ningún enfermo y pudiera vivirse mejor, usando con gran templanza
de comidas delicadísimas y de óptimos vinos y huyendo de todo exceso, sin dejarse hablar
de ninguno ni querer oír noticia de fuera, ni de muertos ni de enfermos, con el tañer de los
instrumentos y con los placeres que podían tener se entretenían”104.
El silencio opresor amparaba la desconfianza y el recelo.
Al recrear en su célebre novela “Los novios” la peste italiana de 1630, Alejandro
Manzoni confesaba: “Mientras los cadáveres o los montones de cadáveres, siempre presentes
y entre los pies, hacían de toda la ciudad un inmenso féretro, presentaba todavía mayor y
más funesta deformidad el reciproco encarnizamiento el desenfreno y la monstruosidad de
las sospechas. No solo se desconfiaba del vecino, del amigo, del huésped, sino que infundían
terror hasta los vínculos y nombres más sagrados para el hombre en sociedad, como son los
de marido y mujer, de padre e hijo, de hermano y hermana y, causa horror, el decirlo, la
mesa doméstica, el tálamo nupcial, se temían como sitios de asechanza o como escondrijos
de veneno”105.
Boccaccio decía: “Y no digamos ya que un ciudadano esquivase al otro y que casi nin-
gún vecino tuviese cuidado del otro, y que los parientes raras veces o nunca se visitasen, y
de lejos: con tanto espanto había entrado esta tribulación en el pecho de los hombres y de las
mujeres, que un hermano abandonaba al otro y el tío al sobrino y la hermana al hermano, y
muchas veces la mujer a su marido, y lo que mayor cosa es y casi increíble, los padres y las
madres a los hijos, como si no fuesen suyos, evitaban visitar y atender” 106.
Porque en tiempos de la peste el prójimo es peligroso y la soledad forzada
constituye la mejor terapia para evitar el contagio.
Se cubren los rostros y las manos con máscaras y guantes, se rocían los vestidos
con vinagre, las bendiciones y absoluciones se imparten desde la lejanía, se suspen-
den los servicios religiosos, las relaciones humanas entran en un cono de distancia
que procura el aislamiento y el encierro.
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IV.1. Y el miedo
El miedo atroz y lacerante que paraliza y agarrota y que aguijoneaba a Martin
Lutero, cuando denunciaba la huida despavorida de los religiosos, mientras la peste
de 1539 arreciaba en Wittenberg: “Huyen unos de otros y apenas si pueden encontrarse
alguien para cuidar y consolar a los enfermos... Ese miedo que el Diablo pone en el corazón
de las pobres gentes es la peste más temible”107.
La multiplicación de los fallecimientos complicaba el entierro de los cadáveres.
Boccaccio describía: “Los vecinos... por sí mismos o con ayuda de algunos acarreadores
cuando podían tenerla, sacaban de sus casas los cuerpos de los ya finados y los ponían delante
de sus puertas (donde, especialmente por la mañana, hubiera podido ver un sinnúmero de
ellos quien se hubiese paseado por allí) y allí hacían venir los ataúdes, y hubo tales a quienes
por defecto de ellos pusieron sobre alguna tabla. Tampoco fue un solo ataúd el que se llevó
juntas a dos o tres personas; ni sucedió una vez sola, sino que se habrían podido contar
bastantes de los que la mujer y el marido, los dos o tres hermanos, o el padre y el hijo, o así
sucesivamente, contuvieron. Y muchas veces sucedió que, andando dos curas con una cruz
a por alguno, se pusieron tres o cuatro ataúdes, llevados por acarreadores, detrás de ella; y
donde los curas creían tener un muerto para sepultar, tenían seis u ocho, o tal vez más”108.
Había también quienes, en medio de la tragedia medraban en las sombras: los
saqueadores que asaltaban las propiedades abandonadas y robaban a los cadáveres
o guiados por la misma voracidad apresuraban la muerte de los enfermos.
Manzoni retrataba a quienes, en plena epidemia, con la espantosa multiplicación
de cadáveres que obligaban a su retiro en carros comunitarios, ingresaban a las casas
exigiendo rescates, para no apilar en los carros los cuerpos de los enfermos que aún
vivían. “Entraban como dueños o como enemigos en las casas y sin hablar del saqueo y del
modo como trataban a los infelices que por la peste tenían que pasar por aquellas inmundas
manos, las ponían sobre los sanos, sobre los hijos, los parientes, las mujeres y los maridos,
amenazándolos con que los arrastrarían al lazareto si no los rescataban al precio que ellos
mismos establecían”109.
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llegan incluso a abrazar a sus hijos o a sus domésticos con la esperanza de salvarse ellos
mismos. Quiero creer que el diablo inspira tales acciones y que solo a él debemos acusarle de
esto, pero también me han dicho que una especie de desesperación envidiosa impulsa algunas
veces a estos desventurados a propagar así la peste, porque no quieren ser los únicos en ser
alcanzados... Si el hecho es cierto o no, lo ignoro. Pero realmente, si las cosas son así, termino
por preguntarme si nosotros, los alemanes, somos hombres o demonios”112.
Defoe halla en el argumento la excusa perfecta que se buscaba para justificar la
prohibición del ingreso de los extraños a las ciudades en peligro, achacándoles que
solo buscaban el contagio, como lo hacían, en los imaginarios populares, las figuras
demoníacas, con largos vestidos negros que visitaban las aldeas en las noches sin
luna 113.
Manzoni relata, en “Los Novios”, cómo en pleno desarrollo de la epidemia del
Milanesado, a los extranjeros “sospechosos ya por serlo y muy fácil de distinguirse por
el traje se los arrestaba en las calles por el pueblo y se los encarcelaba”114.
Porque se perseguía con saña a todos aquellos que se creía podían contagiar.
Las pestes logran incluso quebrar los oscuros silencios que habían sepultado críme-
nes y dolores del pasado. La cercanía de la muerte lleva a la confesión y a la súplica
del perdón y el desahogo del delito y del pecado.
Y la oscura certeza de que el peligro de la peste siempre embozado y acechante
vuelva a atacar. Albert Camus no puede huir de la angustiosa convicción que en
todos los tiempos y en todas las épocas, siempre se asistía a la penosa e inevitable
crónica de una muerte anunciada. Que pasara lo que pasara, la sombra negra del flagelo
volvería a atacar con renovados bríos.
En las páginas finales de La peste, su protagonista el doctor Bernard Rieux
reflexionaba sombríamente: “Escuchando los gritos de alegría que subían de la ciudad,
Rieux se acordaba que esta alegría estaba siempre amenazada, pues él sabía lo que esta mul-
titud alegre ignoraba, y que se podía leer en los libros, que el bacilo de la peste ni muere ni
desaparecerá nunca, que puede estar durante decenas de años dormido en los muebles o en
la ropa, que espera con paciencia en las habitaciones, en los baúles, las bodegas, los pañue-
los y los papeles, y que, tal vez, llegará el día en que por desgracia y el conocimiento de los
hombres, la peste despertará sus ratas y las enviará a morir en una ciudad feliz”115.
Pero también están los héroes.
Los hombres y mujeres que vencen el miedo y se ponen de pie.
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Pablo Antonio Fernández Sánchez
Resumen: Francisco de Vitoria fue el primer intelectual que reflexionó sobre las
nuevas características que el descubrimiento de América traería a la organización
del mundo. Utilizó argumentos doctrinales, por lo que se le reconoció la pater-
nidad del derecho internacional, tal como se desarrolló en los siglos posteriores.
Tuvo la virtud de considerar la existencia de un totus orbis, que hoy llamaríamos
“comunidad internacional”. Luego, rivalizaría con Hugo Grocio en relación con
la paternidad de esta rama del derecho. Sin embargo, su pensamiento quizá no
fue bien entendido. Vitoria no estaba pensando en un ordenamiento cuyo centro
fuera el Estado sino la persona.
Palabras-clave: Francisco de Vitoria - Hugo Grocio - Derecho internacional
clásico - Derecho global - Comunidad internacional - Totus orbis.
Abstract: Francisco de Vitoria was the first intellectual who reflected on the new
characteristics that the discovery of America would bring to the organization of
the world. He used doctrinal arguments by which his paternity of international
law was recognized, as it developed in subsequent centuries. He had the virtue
of considering the existence of a totus orbis, which today we would call the “in-
ternational community”. He would later rival Hugo Grotius in relation to the
paternity of this branch of law. However, the thought of him was perhaps not
well understood. Vitoria was not thinking of a legal system whose center was
the State, but the person.
Keywords: Francisco de Vitoria - Hugo Grotius - Clasic international law - Global
law - International community - Totus orbis.
Sumario: I. Introducción. II. Los argumentos doctrinales de Vitoria en torno
al derecho internacional. III. Los mimbres para la construcción del derecho
internacional clásico en Francisco de Vitoria. IV. El totus orbis y la comunidad
I. Introducción
El llamado Siglo de Oro español se caracterizó, en el contexto en el que se de-
sarrolla este artículo, en la elaboración intelectual de una escuela de pensamiento
que argumentó muchos de los aspectos que hemos considerado hasta la fecha como
el derecho internacional.
Esta escuela de pensamiento se desenvuelve en el ámbito universitario europeo,
principalmente París, Roma, Coímbra y Bolonia1; sin embargo, donde realmente se
desarrolla es en las universidades hispánicas. Sólo entre 1500 y 1560 se crean en todo
el vasto territorio del imperio español, dieciocho universidades, pero ya existían
algunas tan importantes, como Salamanca, Alcalá de Henares o Valladolid2, que eran,
por ese mismo orden, las universidades que más alumnos tenían en toda Europa.
Esta confluencia de circunstancias hizo que los grandes pensadores se acercaran
a Salamanca, de tal manera que al conjunto de intelectuales que desarrollaron ideas
en torno a lo que hoy conocemos como derecho internacional se le conoce como
Escuela de Salamanca de Derecho Internacional3 o, menos apropiadamente, como
Segunda Escolástica4. Esta aproximación escolástica se acepta por la cuestión me-
todológica, porque “enunciaba un principio, ordenaba los argumentos en su favor
y aducía los argumentos contrarios, para deducir al fin las propias conclusiones”5.
(1) Para ver un mapa de las universidades existentes en Europa a principios del siglo XVI,
véase COLBECK, Ch. The Public Schools Historical Atlas, Nueva York-Londres-Bombay, Longmans y
Green, 1905, p. 23.
(2) Estos datos pueden verse en PRÖGLER, D. English Students at Leiden University, 1575-1650,
Farnham (Surrey), Ashgate, 2013. También véase en WERNER, TH. - VERDONK, R. Encuentros en
Flandes. Relaciones e intercambios hispanoflamencos a inicios de la edad moderna, Lovaina (Bélgica), Leuven
University Press, 2000.
(3) En realidad, se le llama Escuela Española, pero el hecho indiscutible fue que hubo una
Escuela de Salamanca de universal renombre. Véase RODRÍGUEZ MOLINERO, M. “La doctrina
colonial de Francisco de Vitoria, legado permanente de la Escuela de Salamanca”, Anuario de Filosofía
del Derecho, vol. VIII, 1991, pp. 43-75, especialmente pp. 45-49.
(4) TORRENT RUIZ, A. “Segunda Escolástica Española y renovación de la ciencia del derecho
en el siglo XVI”, Teoría e Storia del Diritto Privado, núm. 6, 2013, pp. 1-77.
(5) “El descubrimiento de América y el derecho internacional público”, Viajes Jurídicos, 10 de
julio de 2020, disponible en: https://viajesjuridicos.com/2020/07/10/el-descubrimiento-de
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Pablo Antonio Fernández Sánchez
Es verdad que no fue sólo Francisco de Vitoria, sino que también el pensamiento
estructurado de la constitución de una comunidad internacional partía del análisis
y el estudio de un conjunto de hombres que constituyeron, como he dicho, una Es-
cuela. Así lo piensa el profesor Riaza, considerando que estamos ante una escuela
propiamente dicha. Analiza los escritos de Vitoria, Soto, Molina y Suárez, donde
encontró un método común, una temática coincidente y una raíz filosófica única:
el tomismo, para llegar a la conclusión de que conforma una auténtica escuela6.
Tal vez, no constituyeron una “escuela” en el sentido clásico7. Sin embargo, lo
que tenían en común era que todos analizaron la conquista de América desde un
punto de vista crítico. Dirigieron, por primera vez, sus ideas centrales hacia la dig-
nidad de los seres humanos. Los derechos humanos fueron defendidos para toda
la humanidad. Esto suponía una novedad.
También establecieron reglas para la ocupación del nuevo mundo. El emperador
no tenía derecho a la posesión de nuevas tierras. Los indios tenían el derecho de con-
servar sus propios territorios, y ambos mundos (europeo e indio) tenían el derecho
a la igual soberanía. La convivencia intercultural fue un postulado de la Escuela.
Francisco de Vitoria y después Francisco Suárez fueron los dos eruditos más
importantes que contribuyeron a la construcción del Derecho internacional. Sin em-
bargo, a Francisco de Vitoria se le atribuye la paternidad del Derecho internacional,
porque Suárez se ocupó más de la filosofía del derecho8.
Ahora bien, me he preguntado si de verdad fue el padre del Derecho internacio-
nal, y la respuesta va a requerir el análisis de los fundamentos de este sector doctrinal,
para determinar si ese análisis es coincidente con el pensamiento vitoriano. Si lo es,
al ser Vitoria el primer pensador que habló de estas cuestiones debería declararse
la paternidad de la elaboración y sistematización de este ordenamiento. Si no es
coincidente, habrá que determinar que no lo es o que es padre de algo diferente
que puede o no coincidir con un ordenamiento parecido, pero más vivo o, como se
diría ahora, más líquido.
Como hipótesis, si analizamos el proceso de globalización actual, tal vez po-
dríamos convencernos de que Vitoria pensaba en una sociedad internacional mucho
más parecida a la actual que aquella a la que iba destinada en el siglo XVI. Por tanto,
quizá, lo que luego sería el derecho internacional que hemos considerado clásico
(6) RIAZA MARTÍNEZ-OSORIO, R. “La escuela española del derecho natural”, Revista de
Cultura y Vida Universitaria, 1925.
(7) Sin embargo, a la muerte de Vitoria en 1547 había más de treinta catedráticos discípulos
de Vitoria en las universidades españolas, entre ellos Domingo de Soto, Diego Covarrubias, Melchor
Cano y Fernando Vázquez de Menchaca.
(8) SUÁREZ, F. Tractatus de legibus ac Deo legislatore, Madrid, CSIC, 1971-1981, 8 vols. Esta
edición es una edición crítica bilingüe (latín y español) basada en la edición original publicada en
Coímbra en 1612.
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hasta ahora no era exactamente lo que consideraba Vitoria. Eso puede afirmarse
cuando observamos el marco de preocupación intelectual de Vitoria, cuyo objeto
se aproxima más a los intereses generales actuales que a los intereses comunes de
los Estados; se aproxima más a una sociedad o comunidad integrada que a una
sociedad de Estados yuxtapuestos.
Para explorar estas ideas, por tanto, voy a utilizar algunos argumentos clásicos
y otros más novedosos, y los voy a poner en conexión para dar cumplida respuesta,
si es que es posible, a la pregunta del título.
Para alcanzar este objetivo será imprescindible poner orden en los conceptos
y conectarlos con la realidad jurídica para determinar si la experiencia empírica
es acorde. Ello me guiará por un método intuitivo, que me permitirá observar los
fenómenos jurídicos y dar respuestas a los mismos, tras proceder a su análisis y
evaluación, y por un método sistemático, que ordene y relacione lo aparentemente
disperso. No podré olvidarme del método historicista, porque el desarrollo crono-
lógico permitirá una adecuación al mundo jurídico real. Estos métodos bien combi-
nados me permitirán observar los fenómenos que se analizan, formular los posibles
problemas y contradicciones, confirmar la hipótesis y establecer unos resultados.
Obviamente, las fuentes van a ser muy diversas, pero la mayoría serán doc-
trinales, bien originales, bien desarrolladas o comentadas por autores acreditados,
o análisis diversos sobre el entorno, las ideas, el momento histórico, etcétera que
sirvan para encuadrar el objeto de estudio.
(9) Esta expresión medieval era relativamente común encontrarla en los escritores de la época.
Denota la escala de la humanidad en el universo. En derecho canónico aparece, por ejemplo, en la
frase “Formationi ad cultum Eucharisticum iungatur formatio ad divinum officium, quo sacerdotes «nomine
Ecclesiae pro toto populo sibi commisso, immo pro universo mundo, Deum deprecentur» (Conc. Vat. II, Decr.
de Presbyt. ministerio et vita Presbyterorum Ordinis, n. 5), en Acta Apostolicae Sedis, Commentarium
Ofticiale, An et, vol. LXII, Typis Polyglottis Vaticanis, MDCCCCLXX, Librería Editrice Vaticana, 1979, p.
358, disponible en: http://www.vatican. va/archive/aas/documents/AAS-62-1970-ocr.pdf. Cervantes
la utiliza en el Quijote, en el capítulo LI: “Que trata de lo que contó el cabrero a todos los que llevaban
a Don Quijote al referirse a Nápoles como «la más rica y más viciosa ciudad que había en todo el uni-
verso mundo»”. Véase CERVANTES, M. de. Don Quijote de la Mancha, Barcelona, Planeta-Fundación
Gala-Salvador Dalí, 2004, p. 313. También está recogida por RIQUER, M. de. Antología, cantares de gesta,
trovadore, narrativa medieval, literatura catalana, y vida caballeresca, Anthropos, Barcelona, 1989, p. 95.
Igualmente se encuentra en LATOURELLE, R. Teología de la revelación, Sígueme, Salamanca, 1967, p. 281.
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Pablo Antonio Fernández Sánchez
(10) VITORIA, F. de. Reelecciones del Estado, de los indios y del derecho de la guerra, Porrúa, México,
1985, p. 2.
(11) RODRÍGUEZ MOLINERO, M. Op. cit., p. 53.
(12) PIROTTO, A. de. “Francisco de Vitoria”, en Vitoria, F. de Relecciones sobre los indios
y el derecho de guerra, Espasa-Calpe, Madrid, 3a. ed., 1975, pp. 14 y 15.
(13) Sobre este personaje histórico y sus análisis jurídicos, véase BARCIA TRELLES, C. “Fran-
cisco de Vitoria et l’École moderne de droit international”, RCADI, vol. II, 1927, pp. 111 y ss.
(14) Las obras donde expuso sus ideas sobre el “Derecho de Gentes” fueron De Legibus ac Deo
Legislatore (1612) y De Charitate (1621). Sobre el personaje véase BARCIA TRELLES, C. “Francisco
Suárez (1548-1617). Les théologiens espagnols du XVI si cles et l’école moderne du droit international”,
RCADI, vol. 43, 1933, pp. 389-551.
(15) ZABALLA, L. “Vitoria, Grocio y el origen del derecho internacional”, Análisis, núm. 10,
junio de 2017, p. 4, disponible en: http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/SalaDePrensa/Multimedia/Docu-
ments/2017_%20ANALISIS_10.pdf
(16) ROCA TOCCO, C. A. “Origen y evolución del derecho internacional público”, Iushistoria.
Revista Electrónica, núm. 3, septiembre de 2006, p. 9, disponible en: http://www.salvador. edu.ar/juri/
reih/2006/m4.pdf
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... el mérito fundamental de Vitoria consiste en haber dado un relieve especial al antiguo
pensamiento estoico de la unidad moral y jurídica del universo: el mundo (totus orbis)
integra una sola comunidad jurídica, pero no como una simple idea -según era el pen-
samiento de la Stoa-17 sino como una comunidad concreta, unida al derecho natural.
Vitoria dio por primera vez el nombre de jus intergentes a las normas del derecho na-
tural que regulan las relaciones entre los pueblos18.
Por tanto, Vitoria difiere del pensamiento de Gayo, porque considera al derecho
internacional como ius intergentes, es decir, derecho entre naciones19, a diferencia
del ius gentium de Gayo, que era el derecho común a los hombres, es decir, el dere-
cho natural20. Esto justificaría, por sí solo, la inclusión de Vitoria en la vitola de la
paternidad del derecho internacional. De hecho, Ortiz Treviño reconoce que
Francisco de Vitoria es el indudable padre del derecho internacional moderno. En la
Relectio prior de Indis recenter inventis de 1538, al argumentar el primer título legí-
timo por el que los habitantes del nuevo mundo pudieran pasar al dominio de España,
referente a la comunidad jurídica natural internacional, decide transformar el concepto
clásico de ius gentium por el de ius intergentes21.
(17) Escuela Estoica, ubicada en el pórtico de Atenas, dirigida por Crisipo de Solos. Véase
THOMPSON, H.A. The Stoa of Attalos II in Athens, Nueva Jersey, Princeton, 1992.
(18) VERDROSS, A. La filosofía del derecho del mundo occidental, trad. de Mario de la Cueva,
México, UNAM, Instituto de Investigaciones Filosóficas, 1983, p. 147.
(19) Sobre el sistema de fuentes en Francisco de Vitoria, véase TODESCAN, F. “Ultrum Onmnis
Lex Derivetur a Lege Aeterna. Dogmatica giuridica e suggestioni teologiche nel «sistema delle fonti»
di Francisco de Vitoria”, en Beneyto, J. M. y Román Vaca, C. (eds.), New Perspectives on Francisco de
Vitoria: Does International Law lie at the Heart of the Origin of the Modern World?, CEU Ediciones, Madrid,
2014, cap. II.
(20) PIETRO, A. Institutas de Gayo, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1997, pp. 45-47.
(21) ORTIZ TREVIÑO, R. G. “La naturaleza jurídica del ius gentium de acuerdo con la doctrina
de Francisco de Vitoria. Estudio breve en honor al pensamiento de Antonio Gómez Robledo”, Anuario
Mexicano de Historia del Derecho, vol. XVII, 2005, pp. 51 y 52.
(22) BROWN SCOTT, J. El origen español del derecho internacional moderno, Cuesta Universidad
de Valladolid, Valladolid, 1928, pp. 12-73.
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Pablo Antonio Fernández Sánchez
Este ius intergentes de Vitoria es, pues, el antecedente inmediato del derecho
internacional moderno23 y, en realidad, no tiene nada que ver con el viejo.
Las discusiones doctrinales en torno a este nuevo derecho sirven de almohada
para ir definiéndolo lentamente.
La doctrina de Francisco de Vitoria defendió “los derechos inalienables de los
pueblos indios, entre ellos a conservar sus propiedades y a mantener a sus gober-
nantes legítimos, así como a preservar su lengua y tradiciones”24, es decir, habla de
derechos individuales y colectivos. Consideró siempre que los indios, por tanto,
eran dueños de sus tierras y ningún príncipe cristiano era superior a ellos.
En su relección sobre la potestad civil, Vitoria acentúa la distinción de lo que
llama la sociedad natural de la humanidad de la sociedad eclesiástica, por razón
de origen, finalidad y poder que la encarna25. Por tanto, aquellos que le acusan de
teologizar el derecho no han interpretado correctamente su pensamiento.
Francisco de Vitoria también fundamentó el derecho de injerencia humanitaria
cuando se cuestiona si es lícito hacer la guerra a los bárbaros si se alimentan de carne
humana y sacrifican vidas inocentes. La razón radica en que se trata de la violación
de derechos inalienables e irrenunciables; además en la mayoría de las ocasiones
consta que son llevados a la muerte contra su voluntad, sobre todo cuando se trata
de niños. Por ello es lícito intervenir y recurrir a la guerra para proteger el derecho
a la vida de seres inocentes26.
Otro argumento doctrinal para reconocer a Vitoria la posible paternidad del
derecho internacional es su idea de lo que hoy llamaríamos patrimonio común de
la humanidad o, más moderno aún, bienes públicos globales. En su Relectio prima
de Indis, Vitoria consideraba al mar, a los ríos y a los puertos como bienes comunes
a los pueblos, aunque lo fundamentaba en el derecho natural27.
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Como vemos, ninguno de los dos podría servir de fundamento para los pro-
blemas actuales del siglo XXI en relación con el orden mundial, pero sí para la
construcción del derecho internacional clásico. Ambos son signos de su tiempo,
como gustaba decir al papa Bueno, y el actual orden mundial es deudor de ambos.
Vitoria no criminaliza la conquista, pero establece derechos para los indios.
Como reconoce Beatriz Maldonado Simán:
La novedad del pensamiento vitoriano radica pues, en la formulación de títulos basados
en el derecho natural común a todas las naciones como el libre comercio que esgrime,
apartándose en apariencia y sólo en apariencia de la raigambre medieval, pues la tarea
de misión es característica del Medievo. Así, es la interpretación moderna de su pensa-
miento la que lo adscribe a los nuevos tiempos31.
(28) MALDONADO SIMÁN, B. “La guerra justa de Francisco de Vitoria”, Anuario Mexicano
de Derecho Internacional, vol. VI, 2006, p. 695.
(29) VITORIA, F. de. Reelecciones del…, cit., Porrúa, México, 1985, pp. 60-65.
(30) Ibidem, p. 66.
(31) MALDONADO SIMÁN, B. Op. cit., p. 699.
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guerra. Son elementos que “se convierten en la columna vertebral de las dos largas
disertaciones sobre el problema indiano”32.
Otra cuestión que acerca a Vitoria al derecho internacional clásico sería su intento
teórico de determinar los delitos contra el derecho de gentes (sacrificios humanos,
antropofagia), concretando la competencia para su represión, si cualquier nación
civilizada o sólo la nación en cuyo territorio se hayan cometido33. Su conclusión es
que no hay autoridad ni legitimidad punitiva más allá del poder legítimo de cada
pueblo o nación. Esto se aleja del concepto de jurisdicción universal que se acuñó
en el siglo XX; sin embargo en el fondo, la actual práctica de los Estados asume
esos postulados.
De igual forma sucede con la cesión voluntaria de soberanía de los pueblos que,
aun admitiéndola, señala que para admitirla como causa legítima debe estar libre
de presión, miedo o ignorancia34. Esto se asemeja mucho a la doctrina de Naciones
Unidas sobre la descolonización.
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(47) MIAJA DE LA MUELA, A. “El derecho ‘totus orbis’ en el pensamiento de Vitoria”, Revista
Española de Derecho Internacional, vol. XVIII, 1965, pp. 341-364.
(48) EGIDO, Ma. A. “Madariaga reivindicador de la figura de Vitoria como fundador del
derecho internacional”, en Ayuntamiento de la Coruña, S. de Madariaga: exposición. Libro homenaje,
Imprenta Mundo, La Coruña, 1987, p. 108.
(49) GÓMEZ, F. “Historicidad, juridicidad y para-literatura: en torno a Francisco de Vitoria
(1486-1546)”, Anuario de Estudios Americanos, t. LIX, núm. 2, 2002, p. 420.
(50) GINER DE LOS RÍOS, F. “Religión y Estado en la España del siglo XVI”, Obras completas,
Anthropos - Fundación Caja de Madrid, Madrid, 1997, vol. II, p. 484.
(51) ZABALLA, L. Op. cit., p. 3.
(52) Ibidem, p. 4.
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Hugo Grocio nació en Delft, Países Bajos, en 1583 (murió en Rostock, Alemania,
en 1645); por tanto, fue muy posterior a Francisco de Vitoria. No conoció la Paz
de Westfalia (tratados de Osnabrück y Münster, del 24 de octubre de 1648), por el
que se reconoce la independencia foral de las Provincias Unidas (Países Bajos), lo
cual le hace haber sido siempre súbdito del imperio español, aunque defensor de
la independencia de las Provincias Unidas.
Nadie puede discutirle a Hugo Grocio su dimensión humanística y su saber
enciclopédico, así como, su vertiente jurídica, sobre todo en el campo de la racio-
nalización del derecho natural y en la elaboración de un código sobre la esclavitud
y las reglas de la guerra (De iure belli ac pacis, 1625). Sin embargo, eso no significa
que fuera el padre del derecho internacional, porque se daría “la paradoja de que
el pensador original de una de las construcciones fundamentales del mundo mo-
derno es catalogado como un antecesor remoto de la idea, mientras que un estrecho
seguidor suyo es encumbrado como pionero intelectual de la Modernidad”53.
Hugo Grocio, además, cometió el error de considerar al ius gentium como un
derecho civil amplio54. Él confundió las instituciones y mezcló las de derecho privado
con las de derecho público. Ello, por supuesto, no es ningún demérito para este gran
jurista, cuya aportación al derecho internacional es tan reconocida55, cuya obra De
iure belli ac pacis, en palabras de Hont, lo acercó a la modernidad56.
Ahora bien, no está exento de críticas. En este sentido, Roca Tocco dice lo si-
guiente respecto de él:
Hugo Grocio, de estudio y actuación precoces, llevó una vida agitada en que conoció
desde la cárcel y el exilio hasta la actuación diplomática. Se le ha presentado como el
creador del Derecho Natural y del derecho internacional, pero, apunta Touchard, “no
creó ni uno ni lo otro”. Su obra se vincula estrechamente por la forma y el fondo, con
la tradición escolástica; es una obra de transición entre el derecho natural metafísico y
el derecho natural racionalista57.
Hugo Grocio, lejos de ser un filósofo abstracto, se ha mostrado desde sus pri-
meras obras como un burgués holandés muy consciente de los intereses comerciales
de su país. Así, en De Iure Praede (1604) justifica la captura de un buque portugués
(53) Idem.
(54) GROCIO, H. Prolegómenos, libro I, cap. XVII, p. 78, parágrafo 2.
(55) Véanse al respecto la obra de AGO, R. “Le droit international dans la conception de Gro-
tius”, RCADI, vol. IV, núm. 182, 1983, pp. 375-298, y la de TRUYOL Y SERRA, A. “Grotius dans ses
rapports avec les classiques espagnoles du droit de gens”, RCADI, vol. IV, núm. 182, 1983, pp. 431-450.
(56) HONT, I. Jealousy of Trade: International Competition and the Nation-State in Historical Perspec-
tive, Cambridge, Harvard University Press, 2006, p. 390. Hont también señala a Pufendorf y a Locke,
junto a Grotius, como modernizadores del derecho internacional.
(57) Sobre el pensamiento de Touchard, véase TOUCHARD, J. Histoire des idées politiques, Presses
Universitaires de France, Paris, 2006.
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(58) A esta teoría del Mare Liberum (1609), que Grocio utiliza para contrarrestar las pretensiones
hispanoportuguesas, se opone el inglés John Selden (Mare Clausum, 1635). Véase una edición reciente
del libro de Grocio, con los textos originales en latín, traducidos al inglés, al cuidado de FEENSTRA,
R. Hugo Grotius Mare Liberum 1609-2009, Martinus Nihjofft, Leyden, 2009.
(59) ROCA TOCCO, C. A. op. cit., pp. 15 y 16, disponible en: http://www.salvador.edu.ar/
juri/ reih/2006/m4.pdf
(60) Sobre el influjo de los salmantinos en Grocio, con carácter general, véanse BROWN SCOTT,
J. “El descubrimiento de América y su influjo en el derecho internacional”, Revista de Ciencias Jurídicas
y Sociales, vol. 13, núm. 50, 1930, pp. 5-38; CARRO, V. Diego. Domingo de Soto y su doctrina jurídica, 2a.
ed., Biblioteca de Teólogos Españoles, Salamanca, 1944, pp. 301 y ss. Sobre la influencia en particular
de Suárez en la obra de Grocio, puede consultarse EDWARDS, C. S. Hugo Grotius. The Miracle of Holand,
Nelson Hall, Chicago, 1981, pp. 148 y ss.
(61) BORSCHBERG, P. “De Societate Publica Cum Infidelibus (Una obra juvenil de Hugo Grocio)”,
Revista de Estudios Políticos, nueva época, núm. 83, enero-marzo de 1994, p. 123.
(62) Idem.
(63) Ibidem, p. 124.
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la razón natural, lo que le lleva a Grocio a señalar que su teoría tendrá validez “in-
cluso si admitiéramos -cosa que no puede ser admitida sino con gran maldad- que
Dios no existe o que los asuntos del hombre no le incumben”77.
Sin embargo, en mi opinión, esto no resta valor a la visión que se trasluce del
pensamiento moderno de Grocio respecto a los escolásticos, y ese valor es quizá,
lo que debería impedir también atribuir la paternidad del derecho internacional a
algunos de los salmantinos, como se viene haciendo en la literatura hispana78. Tal
vez, quien más razón tenga sea, una vez más, el profesor Truyol y Serra, cuando
considera tanto a Vitoria como a Grocio cofundadores del derecho internacional79.
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se han ido introduciendo en todos sus paradigmas: sujetos, fuentes, aplicación, res-
ponsabilidad internacional, funciones. Sin embargo, ese traje está a punto de estallar,
porque no es capaz de dar cabida a todos los nuevos parámetros que ha traído la
globalización y, por lo tanto, el derecho global (al que ha evolucionado el derecho
internacional clásico) tiene dificultades para adaptarse a unas reglas obsoletas.
Hoy en día, hay pocos temas, antes reducidos al puro derecho interno, que es-
capen de la globalización. Incluso, los notarios, los registradores, los procesalistas,
los penalistas, los civilistas, todos se ven envueltos en una dimensión internacional
de la que antes carecían. Eso muestra que todo se ha globalizado. Todo debe tenerse
en cuenta para la resolución de una situación dada. Además el derecho internacional
da algunas coordenadas, como la existencia o no de acuerdos internacionales, los
procedimientos establecidos, las normas generales de interpretación, etcétera. Pero
no siempre puede dar respuesta a todos los problemas creados.
¿Qué es lo que ha sucedido para crear estas dificultades? Que la desterralización,
la aceleración y la fusión de las relaciones sociales han cambiado radicalmente el
objeto que, incluso, se crean instituciones paraestatales que regulan dichas relacio-
nes sociales, a veces sin legitimidad alguna. Parecen cuestiones sumamente nuevas,
pero vienen desarrollándose desde hace algún tiempo80.
Hoy en día, hablamos en verdad de diplomacias paralelas a las tradicionales
diplomacias políticas de los Estados, como la diplomacia parlamentaria, la científica,
la cultural, la deportiva. Hay que ser consciente de la importancia de estos nuevos
actores que permiten, por ejemplo, establecer cauces de conducta o procedimientos
alternativos a los tradicionales.
Si los fiscales generales de los Estados, por ejemplo, se reúnen y toman decisio-
nes sobre procedimientos o asuntos antes reservados a los ministerios de asuntos
exteriores, es verdad que no crean normas, pero sí pautas de conducta que tendrán
sus consecuencias. Igualmente, esto ocurre cuando se formalizan reuniones de pre-
sidentes de tribunales constitucionales, incluso de tribunales supremos, etcétera.
No digamos si lo que se produce son reuniones informales de jefes de Estado
y de gobierno, en grupos sin legitimidad alguna que toman decisiones que afectan
a los ciudadanos, sin que hayan intervenido los canales legítimos de decisión.
¿Estamos ante un nuevo orden mundial?, ¿qué relevancia tiene Francisco de
Vitoria en este nuevo orden mundial?
No voy a negar las respuestas a ninguna de las dos preguntas. Lo que sí niego
es que, si bien Vitoria tenía en mente este orden, lo tenía, desde luego, como un
instrumento regulador y legitimador de una comunidad internacional organizada,
no caótica o multipolarizadas y mediante cauces de positivación formal.
(80) LEVITT, T. “The Globalization of Markets”, Harvard Business Review, vol. 61, mayo-junio
de 1983, pp. 92-102.
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(81) JIMÉNEZ ALEMÁN, Á. Aday. “Derecho global”, Eunomía. Revista en Cultura de la Legalidad,
núm. 11, octubre de 2016–marzo de 2017, p. 238.
(82) Ibidem, p. 239.
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Esto hace que los parámetros o los paradigmas del derecho internacional clásico
estén en tela de juicio. Ya ni siquiera se tienen en cuenta las normas reguladoras de
los órganos legitimados para ello, sino las normas particulares de intereses poco o
nada generales. Incluso tampoco, la vieja lex mercatoria, que tanto justificó Vitoria,
tiene nada que ver con las actuales leges mercatoriae.
En definitiva, lo que está ocurriendo es que: La validez del orden jurídico
sigue descansando en el poder del Estado, pero tanto el orden jurídico como el
poder superan progresivamente sus límites estrictos. Por ello, ya no nos sorprende
que buena parte de la creación del Derecho provenga hoy de ámbitos no estatales,
enfrentándose de forma directa a la articulación estatal de la creación del derecho,
distribuida entre funciones legislativa, judicial y ejecutiva, y aún más importante,
a su fundamentación democrática83.
Vitoria en el siglo XVI era muy crítico con el poder de la Iglesia y del príncipe,
y hoy lo podría ser perfectamente con el poder de las multinacionales o las bolsas.
Ahora bien, las circunstancias actuales del sistema imperante de una sociedad
internacional que cada día necesita más comunidad, la erosión de la soberanía,
la fragilidad de los Estados para enfrentar los grandes desafíos de los riesgos y
amenazas para la seguridad humana y la existencia de intereses difusos implican
cambios fundamentales en relación con los precedentes del derecho internacional
clásico, del cual Vitoria era el aparente padre putativo.
En este sentido, Ziccardi señala que “estos cambios plantean la cuestión de si
el nacimiento de la comunidad universal dio lugar a un nuevo conjunto de normas
internacionales, y si estas normas equivalen a un sistema lo suficientemente cohe-
rente como para llamarse ‘Derecho Global’”84. Ziccardi se pregunta si este nuevo
derecho es diferente del derecho internacional clásico.
Este planteamiento nos sirve para saber si la fundamentación del derecho global
y la fundamentación del ius gentium vitoriano son la misma. Rafael Domingo Oslé,
en este sentido, ha afirmado que el fundamento del derecho global es la persona
como origen del derecho, y no el Estado, y ello requiere la reformulación del dere-
cho internacional clásico con la creación de un ius novum universale85. Los principios
jurídicos que inspiran al derecho global, centrado siempre en la noción de persona,
según Domingo Oslé, serían los principios de justicia, de racionalidad, de coerción,
de universalidad, de solidaridad, de subsidiariedad y de horizontalidad86.
Parece que este planteamiento del derecho global, sea porque pone a la persona
en su centro, sea porque pone los intereses generales de la comunidad internacional
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Pablo Antonio Fernández Sánchez
VII. Los nuevos paradigmas de la sociedad internacional más cerca del totus
orbis que los existentes en el siglo XVI
Como es bien sabido entre los especialistas, la primera mención del término
“derecho internacional” fue en el libro de Jeremy Bentham Una introducción a los
principios de la moral y la legislación. Sin embargo, su reclamo no era teorizar sobre el
derecho internacional. Todo su trabajo está dirigido a las teorías generales del dere-
cho interno inglés87. Por lo tanto, el concepto de derecho internacional emerge en el
trabajo de Bentham tangencialmente, cuando al final del capítulo de los principios
se interesa por la definición de la jurisprudencia. Habla de las cualidades políticas
de la ley, que incluyen al derecho internacional en contraste con la ley nacional. Eso
no significa que analice cuestiones sustantivas del derecho internacional, como su
concepto o su propia codificación88.
Las cualidades políticas de Bentham significan una revolución terminológica,
porque, a pesar de que la doctrina había aceptado hasta ahora el término “ley de
las naciones” para referirse al derecho de la comunidad internacional, Bentham lo
había utilizado en contraposición a la ley nacional.
En este sentido, es importante no olvidar que, en el concepto anglosajón, el tér-
mino “nación” es sinónimo de Estado. Según su opinión, el derecho internacional
es probablemente un término apropiado para el concepto de derecho internacional.
Sin embargo, desde su inicio, la doctrina ha sido polémica y, aun hoy, sigue siendo
tema de discusión científica. Incluso, se puede decir que la antigua expresión ro-
mana se utiliza como sinónimo de derecho internacional en numerosas ocasiones.
También lo son términos como law of nations89, derecho de gentes90, droit de gens91,
(87) BOWRING, J. (ed.) The Works of Jeremy Bentham, William Tait, Edimburg, 1843, (reimpre-
so en Nueva York, 1962). Sobre su pensamiento, ver MANNING, D. J. The Mind of Jeremy Bentham,
Longmans, Londres, 1968.
(88) JACOBINI, H. B. “Some Observations Concerning Jeremy Bentham’s Concepts of Inter-
national Law”, American Journal of International Law, vol. 42, 1948, pp. 415-417; CAZALA, J. “Jeremy
Bentham et le droit international”, Revue Générale de Droit International Public, vol. 109, 2005, pp. 363-388.
(89) Incluso hoy en día, todavía se utiliza esta expresión, véase WEINER, Allen S. - NEFF, St.
“War and the Law of Nations: A General History”, American Journal of International Law, vol. 101,
núm. 1, 2007.
(90) RAWLS, J. El derecho de gentes y una revisión de la idea de razón pública, trad. De Hernando
Valencia Villa, Paidós, Madrid, 2001; ARENAL, C. Ensayo sobre el derecho de gentes, Biblioteca Virtual
Miguel de Cervantes, Madrid, 2005, disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/obra/ensayo-so-
bre-el-derecho-de-gentes--0/
(91) TRUYOL Y SERRA, A. “Doctrines contemporaines de droit des gens”, Revue Générale de
Droit International Public, núm. 3, 1950; DORIGNY, M. - TLILI SELLAOUTI, R. (dirs.), Droit des gens
et relations entre les peuples dans l’espace méditerranéen autour de la Révolution française, SER, París, 2006.
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diritto delle genti92, direito das gentes93, drets de gents94, dreptul ginţilor95, etcétera, en mu-
chas monografías escritas hoy. Inclusive muchos idiomas representan traducciones
literales de ius gentium, como el alemán Völkerrecht96 y otras lenguas nórdicas, como
volkenrecht97, folraätten98.
Existe pues, una falta de reconocimiento en la expresión, porque hoy en día no
se puede decir que el derecho internacional sólo regule las relaciones entre Estados
soberanos. Hay otras realidades jurídicas en el campo de las relaciones internacio-
nales, como son las organizaciones internacionales, las empresas transnacionales, la
personalidad jurídica incipiente del individuo, los pueblos, e incluso la humanidad
en su conjunto. Además, en el campo de las normas jurídicas, tenemos el desarrollo
de normas singulares de diferentes significados, como las obligaciones erga omnes
o las normas jus cogens. Todo ello parece que escapa a los viejos paradigmas del
derecho internacional clásico, pero no a las ideas de Francisco de Vitoria.
Cuando se habla de derecho global, se hace referencia a las reglas diseñadas
para lograr los intereses generales de la comunidad internacional; como tal, está
más cerca del ius gentium que declaraba el totus orbis de Vitoria. No podemos seguir
considerando que las funciones del derecho internacional se centran exclusivamente
en la coexistencia de Estados o, incluso, en la coordinación institucionalizada. Ello
nos va a llevar cuanto menos a considerar que el derecho internacional es el sistema
jurídico de la comunidad internacional que rige la coexistencia social y política de
entidades con diferentes niveles jurídicos, políticos, económicos, sociales, etcétera,
que operan en el entorno internacional para la coordinación de sus intereses co-
munes, y la cooperación en la búsqueda de los intereses generales para promover
el bienestar humano.
Ziccardi analiza “el impacto de las fuerzas globales en el derecho internacio-
nal”99. Ella considera que la globalización ha impactado en el derecho internacional,
(92) FRANK, M. Diritto naturale, diritto delle genti, diritto civile (ad usum scholarium), Giappichelli,
Turín, 2006.
(93) ALMEIDA DINIZ, A. J. Subdesenvolvimento e direito das gentes, Universidade de Minas
Gerais, Belo Horizonte (Brasil), 1977.
(94) BENHABIB, S. “El dret de gents, la justícia distributiva i les migracions”, Enrahonar, núm.
43, 2009, pp. 153-180.
(95) Esta expresión rumana aparece en los diccionarios como sinónimo de derecho internacional
e, incluso, en normas jurídicas, como la Ley 674/1925 (Monitorul Oficial nr.79/8.04.1925, art. II-8-A).
(96) THÜRER, D. Völkerrecht als Fortschritt und Chance, Grundidee Gerechtigkeit, Band 2, Nomos
Verlagsgesellschaft mbH y Co. KG, Baden-Baden (Alemania), 2009.
(97) BOGAERT, E. R. C. Volkenrecht, Kluwer, Amberes (Países Bajos), 1982.
(98) EEK, H. Folkraätten, Staternas och de mellanstatliga organisationernas raättsordning, P. A.
Norstedt (Estocolmo), 1968. Más recientemente, referido al DIH, véase AHLSTRÖM, Chr. Gulfkriget
och den humanitära folkrätten, Folkrättsdelegationen, Estocolmo, 1992.
(99) ZICCARDI CAPALDO, G. Op. cit., p. 3.
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Pablo Antonio Fernández Sánchez
de tal manera que ha cambiado sus procesos decisionales e interacciones con normas
regionales, específicas y nacionales.
Como dice Ziccardi:
La construcción del sistema jurídico de la comunidad universal ha comenzado. Existen
signos del surgimiento de una Constitución Global, es decir, un orden jurídico donde
la fuerza está prohibida, y donde la legalidad está incorporada en principios destinados
a proteger la vida humana y los individuos en general de la guerra, el terrorismo y
gobiernos tiránicos y sangrientos, hambre y desastres ecológicos, y donde los bienes
culturales y ambientales y los recursos naturales, la alta mar y el espacio aéreo y el
espacio ultraterrestre son para que la humanidad pueda disfrutarlos100.
Si esto es así, ¿qué tiene esto de diferente del totus orbis que preconizaba Fran-
cisco de Vitoria?
(100) Ibidem, p. 8.
(101) Ibidem, p. 10.
(102) Ibidem, p. 9.
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(103) NASZLAYI, E. El Estado según Francisco de Vitoria, Ediciones Cultura Hispánica, Madrid, 1948.
(104) PEREÑA, L. et al. Francisco de Vitoria. Relectio de Iure Belli o paz dinámica. Escuela Española
de la Paz. Primera generación 1526-1560, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1981.
(105) APARISI MIRALLES, Á. Derecho a la paz y derecho a la guerra en Francisco de Vitoria, Co-
mares, Granada, 2007.
(106) ZICCARDI CAPALDO, G. Op. cit., p. 11.
(107) Idem.
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Pablo Antonio Fernández Sánchez
política emergente de la época, llamada Estado, no estaba sujeto a ningún otro po-
der, justificando así no el poder despótico, sino la concentración del poder. Desde
entonces, refiriéndose a 1576, el concepto de Bodino se llama soberanía y ha servido
para referirse a los poderes del Estado108.
Hoy, como se dijo anteriormente,
... nos enfrentamos a lo que podría llamarse una soberanía operacional, es decir, los Es-
tados limitaron su libertad de acción a través de acuerdos internacionales, estableciendo
organismos supranacionales y beneficiándose de influencia política. Véase, si no, la propia
Unión Europea o cualquiera de las más de trescientas organizaciones internacionales a
las que pertenece España. Ahí radica la erosión rampante que está bajo la soberanía de
Estados en los últimos tiempos. El Estado, en sí mismo, ya no es capaz de articularse
solo, un sistema de protección de sus intereses e, incluso, un sistema de autosuficiencia
de sus necesidades básicas y elementales109.
(108) BODINO, J., Les six livres de la République, París, 1576, libro I, cap. 8. He manejado la edición
publicada: Librairie Générale Française, Paris, 1993 (extraits en français moderne).
(109) FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, P. A. “La necesidad de cambios jurídicos estratégicos para los
nuevos escenarios mundiales”, The Global Community -Y earbook of International Law and Jurisprudence
2008, vol. I, 2009, p. 285.
(110) HERNÁNDEZ MARTÍN, R. Francisco de vitoria, vida y pensamiento Internacionalista, Bi-
blioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1995.
(111) ROJANO ESQUIVEL, J. C. Op .cit., p. 178.
(112) TRUYOL Y SERRA, A. The Principles of Political and International Law in the Work of Francisco
de Vitoria, Ediciones Cultura Hispánica, Madrid, 1946.
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Para los efectos de la presente Convención, una norma imperativa de derecho inter-
nacional general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional
de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo
puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga
el mismo carácter.
Cuando el artículo dice en su propio título jus cogens, tiene la intención de “re-
clamar el reconocimiento inmediato sin discusión de su obligación”115. Vitoria dijo
que el mundo entero, que es una república, tiene el poder de dictar leyes justas y
convenientes para todos, como las de ius gentium, por lo que no es lícito que un reino
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Pablo Antonio Fernández Sánchez
no cumpla con el derecho internacional, porque han sido dadas por la autoridad
del mundo entero116.
Messuti ha notado que todo “esto se basa en el principio fundamental de la
doctrina de Vitoria: la supremacía del bien del mundo sobre el bien particular de
un estado. El bonum orbis, como utilidad de la mayoría, no puede ser pospuesto por
intereses egoístas de un estado”117.
(116) FRAYLE DELGADO, L. Francisco de Vitoria. Sobre el poder civil. Sobre los indios. Sobre el
derecho de la guerra. Estudio preliminar, traducción y notas, Tecnos, Madrid, 2007, p. 51.
(117) MESSUTI, A., cit.
(118) ZICCARDI CAPALDO, G. Op. cit., p. 14.
(119) GÓMEZ RIVA, L. “Los tratados de iure belli y el origen del derecho internacional. Una
aproximación historiográfica a los estudios sobre el derecho de la guerra durante el primer franquis-
mo”, Hispania Sacra, vol. LXII, núm. 125, 2010, p. 319.
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De hecho, Vitoria consideró que, aunque una guerra fuera útil para un Estado,
si fuera dañina para el orbe o el cristianismo, sería una guerra injusta120.
Como se mencionó anteriormente, en relación con el derecho de intervención o
injerencia, Vitoria consideró que, aunque las leyes favorezcan crímenes, se permite
la intervención de otro Estado, incluso si los sujetos dan su consentimiento a tales
leyes inhumanas y no quieren esta intervención, porque no son dueños ni tienen
derecho a dar muerte a sus hijos121.
Diego Carro, en los años cincuenta del siglo pasado, pidió la intervención de
las Naciones Unidas, incluso el deber de liberación de Hungría basándose en el
derecho de intervención, tal como se interpreta por el pensamiento de Vitoria122.
Por tanto, parece que la garantía colectiva del derecho global y la que preco-
nizaba Vitoria son mucho más parecidas que la regulación de la garantía colectiva
que se realizó durante los siglos posteriores al pensamiento de Vitoria.
IX. Conclusiones
Francisco de Vitoria no puede considerarse un jurista que formulara teorías
para la organización del mundo. Él era teólogo, incluso clérigo, y, por tanto, su
planteamiento jurídico lo hacía desde la perspectiva de la ética y de la moral, pero
siendo consciente de que esa perspectiva debía tener una estructura jurídica que
permitiera establecer responsabilidades y sanciones. Por eso, su defensa de los dere-
chos humanos, la protección de la dignidad del ser humano, el derecho de injerencia
por razones humanitarias, el derecho de la soberanía de los pueblos indígenas, los
límites del emperador y de la Iglesia en relación con los nuevos territorios y los
indígenas, el aprovechamiento racional de los recursos naturales de todos, etcéte-
ra fueron estructurados teóricamente como normas jurídicas vinculantes, por su
carácter racional.
Vitoria fue, sin género de dudas, el primer y mayor contribuyente a la cons-
trucción de un derecho que regulara ese totus orbis, hoy llamado comunidad inter-
nacional.
Ese derecho internacional ideado por Vitoria tuvo luego diferentes fases de la
evolución: ius gentium, ius intergentes, ius publicum europaeum, derecho westfaliano,
derecho poswestfaliano, derecho internacional clásico, derecho internacional mo-
derno, derecho internacional transmoderno y, finalmente, derecho global.
76
Pablo Antonio Fernández Sánchez
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Nicolás Emanuel Olivares
HISTORIA TRANSICIONAL
NORPATAGÓNICA REVISITADA.
PERSPECTIVAS, MÉTODOS Y
PRESUPUESTOS EN DISPUTA*
*
El presente trabajo ha sido recibido el 6 de diciembre de 2022 y aprobado para su publica-
ción el 7 de marzo de 2023. El mismo ha sido desarrollado en el marco del Proyecto de Investigación:
“Transición y consolidación democrática en la Patagonia Norte”, aprobado mediante RD-EX-2019-
39496872-APN-DDRH#CONICET. El autor agradece a: E. Llamosas, M. Moroni y G. Caetano por los
valiosos comentarios vertidos a una versión preliminar
**
Abogado (Universidad Nacional de Córdoba/UNC), Profesor Universitario (Universidad
Católica de Córdoba/UCC). Doctor en Derecho y Ciencias Sociales (UNC). Magister en Derecho y
Argumentación Jurídica (UNC). Becario Posdoctoral CONICET-IEHSOLP (2017-2019), Becario Pos-
doctoral CONICET-UdG (2019-2021), Investigador Asistente CONICET-IEHSOLP (2021). Profesor de
Historia de las Instituciones (Universidad Nacional de La Pampa/UNLPam) y Profesor de Derecho
Constitucional (UNLPam). E-mail: olivares.nicolasemanuel@gmail.com
conceptual history and political history of the recent past. Arguments are pro-
vided in defense of a republican, reconstructive and evaluative perspective of
the recent North Patagonian political past. In view of this main objective, certain
methodological assumptions of the transcendent theoretical work of Q. Skinner
are recovered, as well as some of the valuable theoretical contributions made by
Argentine colleagues such as M. Franco, A. Reano, M. Garategaray and S. Morán.
Keywords: North Patagonian history - Democratic transition - Republicanism
- Political languages.
Sumario: I. Introducción. II. Un análisis histórico conceptual de ciertos procesos
discursivos norpatagónicos. III. El republicanismo en tanto concepción democrá-
tica contemporánea. IV. Discursos republicanos en las transiciones democráticas
norpatagónicas. V. Conclusión. VI. Bibliografía.
I. Introducción
El presente trabajo constituye un segundo esfuerzo intelectual orientado a espe-
cificar los trazos más prominentes de una novel agenda investigativa en desarrollo,
así como a justificar la adopción de ciertas perspectivas metodológicas y concep-
tuales. Nuestro objeto general de indagación está configurado por ciertos procesos
políticos discursivos acaecidos durante las transiciones democráticas norpatagónicas
de las provincias de La Pampa, Rio Negro y Neuquén del período 1983-19871. En
este sentido, huelga aclarar que, en términos generales, el presente artículo se
inscribe en cierta línea investigativa a la que se ha denominado historia política del
pasado reciente, así como en términos específicos, abreva de criterios metodológicos
propios de un enfoque analítico subnacional, y se nutre de una concepción republicana de
la democracia, en tanto matriz proveedora de estándares conceptuales y normativos.
A los fines de especificar aún más nuestros compromisos teóricos, es que a
continuación, en el presente apartado introductorio (I), precisaremos sintéticamente
qué entendemos por cada uno de los sintagmas destacados en cursiva.
En primer lugar, existe una notoria proliferación de trabajos historiográficos
que asumen explícitamente como marco teórico el de la historia política del pasado
reciente (Pittaluga, 2017). En este sentido, la escasa, relativa o inexistente distancia
entre el sujeto conocido y el sujeto cognoscente no ha sido óbice para que diversas
y reconocidas colegas historiadoras ofrezcan nuevas hipótesis de relevancia sobre el
período político transicional argentino (Franco, 2017; Canelo, 2016). De este modo,
(1) El recorte temporal aquí efectuado se justifica en dos hitos políticos de relevancia histo-
riográfica. En primer lugar, en el año 1983 se produjo en la Argentina, tanto a nivel nacional como
subnacional, el retorno a un sistema político democrático constitucional. En segundo lugar, el año 1987
marca el fin del primer período de ejercicio de gobiernos provinciales transicionales democráticos en la
región norpatagónica, atento la duración de cuatro años impuesta en sus respectivas constituciones
provinciales.
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(2) Se ha señalado que “… el auge de la historia intelectual como método vino de la mano, en
los países anglosajones, del auge del neorepublicanismo como alternativa política al liberalismo…”
(Majul, 2020: 55).
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conceptos normativos podrían ser consideradas como las únicas formas de pensar
sobre ellos (Skinner, 1998: 116)3.
Desde esta perspectiva discursiva skinnereana de la historia política, podría
afirmarse que “… el ejercicio de la teoría política supone una triple vinculación con
el presente, el texto y la historia. El ejercicio de articular esas tres aristas conlleva una
serie de problemas y decisiones de método…” (Nosetto y Wieczorek, 2020: 11). La
perspectiva discursiva, conceptual y compleja de la historia política de Q. Skinner
pretende entonces objetar, rechazar y superar a aquellas perspectivas textualistas de
la clásica historia intelectual, la cual solo tiene por meta efectuar cierta exégesis de
textos (Majul, 2020: 41). Asimismo, otra de las razones por las cuales el contextualis-
mo discursivo de Q. Skinner nos compele a rechazar la tradicional historia intelectual
es que esta última perspectiva descuida, desatiende o infravalora la intencionalidad
de las palabras. De este modo, “… la otra razón por la cual lo que un texto dice no
sirve como única guía para entender lo que el autor o la autora quiso decir es que
a menudo se emplean estrategias retóricas que, por ejemplo, separan la intención
con la que se dice algo del contenido literal de lo que es dicho…” (Majul, 2020: 44).
En otras palabras, “… la segunda razón por la cual es necesario situar el texto en
su contexto es, entonces, que la intención y el significado de un texto tienen cierta
autonomía entre si…” (Majul, 2020: 44).
Así, la historia intelectual revisitada de Q. Skinner nos conmina a “… aprehen-
der tanto el significado teórico de un texto como la intención que lleva (…) lo que
un texto dice (el significado) y lo que un texto hace al decir (la acción que intenta
hacer)…” (Majul, 2020: 44). De este modo, “… si la dimensión semántica refiere al
plano del significado del lenguaje, la dimensión pragmática apunta a ver los usos
situados del lenguaje y la dimensión retórica, a mostrar la forma en que se lo dice…”
(Majul, 2020: 46). En otros términos, a los fines de interpretar apropiadamente una
fuente historiográfica textual “… debemos atender al contexto semántico -que sig-
nifican los conceptos y términos que utiliza en los lenguajes políticos de su época- al
contexto pragmático -contra qué o quiénes está escribiendo, qué uso intenta hacer
de su texto- y al contexto retórico -de qué forma lo está haciendo…” (Majul, 2020:
46). Esta triple dimensión, tarea y funcionalidad de los estudios históricos políticos
squinnereanos nos conduce a una de las características más destacadas de esta nueva
corriente de historia intelectual, a saber, la interdisciplina, en tanto la comprensión
de su triple dimensión semántica, pragmática y retórica, lo cual, cuanto menos, nos
conmina a emplear herramientas metodológicas de la historia, filosofía y ciencia
política (Majul, 2020: 55).
(3) Esta perspectiva historiográfica ofrecería así un doble aporte en materia de estudios sobre
el pasado político. Por un lado, “… obliga a problematizar e historizar los conceptos actualmente
disponibles, vistos generalmente como inmediatos, autoevidentes y universales…” (Aguirre y Morán,
2020: 65). Por otro lado, “… permite ganar claridad sobre la historicidad de los conceptos políticos
y evitar consecuentemente usos anacrónicos o descontextualizados de los mismos…” (Aguirre y
Morán, 2020: 68).
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contraste con dicho ideal regulativo (Skinner, 2002: 62). En términos más específicos,
la historia conceptual skinnereana esta interesada en evitar tanto la retrolepsis como
la prolepsis, en tanto expresiones mitológicas denostables. En primer lugar, las y los
investigadores acometerían retrolepsis cuando proyectan un uso semántico, término
o constelación semántica del pasado a una situación del presente. En segundo lugar,
la prolepsis quedaría configurada cuando deseamos proyectar retrospectivamente
hacia el pasado un uso semántico, término o constelación semántica del presente
como válida, indiscutible o verdadera hacia el pasado (Skinner, 2002: 73).
Por su parte, A. Reano y M. Garategaray se preguntan si “… ¿es posible
hablar de un lenguaje político de la transición democrática en el mismo sentido
en que la nueva historia intelectual piensa la categoría?...” (Reano y Garategaray,
2018: 31). A su consideración, la hipótesis a defender no es la de “… determinar
la existencia de un lenguaje específico de la transición…”, sino la de “…pensar las
transiciones democráticas desde la perspectiva de los lenguajes políticos…” (Reano
y Garategaray, 2018: 31). A nuestra consideración, como veremos más adelante,
ambas hipótesis son relevantes, atendibles y razonables, al menos, en el marco de
las transiciones norpatagónicas del período 1983-1987.
Del mismo modo que aconteció en el plano político nacional, los partidos po-
líticos norpatagónicos se avocaron a la tarea de precisar un discurso político desde
el cual sustentar la emergencia de nuevos gobiernos democráticos en el plano sub-
nacional (Camino Vela; Rafart, 2019; Moroni, 2019; Olivares, 2019). Especialmente
relevante fue la contraposición argumentativa que tanto en el plano nacional como
subnacional se produjo desde 1979 a 1983 entre los partidarios de una democracia
tutelada, restringida y conservadora, a los que se ha denominado como “monistas”,
en tanto partidarios del Movimiento de Opinión Nacional (MON), y quienes de-
fendieron una democracia amplia, plural y humanitaria, a los que se ha catalogado
como “pluralistas”, en tanto militantes de la Multipartidaria (MP). En este sentido,
monistas y pluralistas, brindaron una importante batalla argumentativa por el sen-
tido predominante de ciertos términos políticos, tales como democracia, república
y dignidad humana, en un espacio y lugar determinados por el descalabro de la
legitimación del último gobierno dictatorial. En este específico contexto político
discursivo transicional podríamos proyectar tres posibles tesituras, hipótesis o aná-
lisis preliminares sobre las bondades de aplicar una historia conceptual, compleja
y discursiva al estudio de las transiciones norpatagónicas.
En primer lugar, el enfoque historiográfico aquí asumido, nos permitiría vis-
lumbrar la afrenta entre dos macroestructuras semánticas distintas, las cuales or-
ganizaban globalmente el significado del discurso político transitológico a los fines
de imponer un modelo político comunicacional hegemónico que sea responsivo a
su perspectiva de lo político (Aguirre y Morán, 2020). En esta misma línea, se ha
señalado que una posible proyección analítica de sobre nuestro pasado político re-
ciente nacional y subnacional, arrojaría que la hegemonía del discurso político pluralista
durante el período 1979-1983 no solo constituiría la base retórica de sustentación de
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(4) Cabe señalar, que no obstante las ventajas, en términos de legitimidad y eficiencia que
contra la perspectiva castrense decisionista del MON ostentaba el pluralismo democrático de la MN,
ya en aquel entonces C. S. Nino sostenía que el sistema presidencial argentino desde la transición
democrática poseía graves defectos de legitimidad democrática, originados ellos por la adopción de
una concepción pluralista impropia de la democracia como base normativa justificatoria del diseño
constitucional hiperpresidencial argentino. Los defectos normativos propios del presidencialismo
argentino, bajo una concepción pluralista impropia de la democracia a los cuales refiere C. S. Nino
son los siguientes: 1) dispersión de soberanía; 2) deficiente procesamiento del consenso colectivo; 3)
mediación imperfecta; 4) apatía política; y 5) empobrecimiento del debate público (Nino, 1992: 577).
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mocráticas más enriquecidas las cuales consideran que ciertos “… mínimos niveles
de bienestar socioeconómico e igualdad…” constituyen “… un elemento central
del concepto…” (Gervasoni, 2005: 99-100). Así, dicho autor y diversos politólogos
insisten en que “… hay razones teóricas y prácticas para mantener la democracia
y las condiciones socioeconómicas separadas, especialmente en el contexto de las
provincias argentinas…” (Gervasoni, 2005: 100). En este sentido, C. H. Gervasoni
afirma que “… al contrario de los hallazgos de la investigación a nivel nacional…”
(Gervasoni, 2005: 100), “… no parece haber una asociación clara ni fuerte entre
condiciones socioeconómicas de pobreza y autoritarismo en las provincias argen-
tinas…” (Gervasoni, 2005: 102).
Por nuestra parte, como hemos anticipado en la introducción, la concepción re-
publicana es el modelo normativo de legitimidad y libertad política que este trabajo
adopta para evaluar las complejas transiciones democráticas norpatagónicas de La
Pampa, Rio Negro y Neuquén. A los fines de brindar un concepto sintético, podría
definirse a la democracia republicana como aquel ideal político regulativo conforme
el cual la legitimidad democrática de las normas, medidas e instituciones políticas
depende de la existencia de cierta igual libertad política entre las y los ciudadanos.
Dicha perspectiva, generalmente parte de una definición negativa del valor libertad
política, entendiéndola como no dominación, es decir, como la no interferencia ar-
bitraria en el curso político de acción de un sujeto individual o grupal (Gargarella,
2001). El republicanismo se enfrentaría a cierta perspectiva liberal agregacionista,
pluralista o minimalista de la democracia. En este versus, los liberales minimalistas
definen a la libertad política como la no interferencia en el curso individual de ac-
ción de las y los ciudadanos, mientras que los republicanos participativos definen
a la libertad política como no opresión, afirmando que la mera no intromisión de
los liberales minimalistas “… nunca puede ser suficiente, ya que siempre será ne-
cesario que el Estado se asegure al mismo tiempo de que sus ciudadanos no caigan
en una condición de dependencia evitable de la buena voluntad de los demás...”
(Skinner, 1998: 119).
Diversas formulaciones de una concepción republicana han sido defendidas
por numerosos y reconocidos investigadores especializados en ciencia y filosofía
política5.
Por un lado, entre los cientistas políticos cabe recuperar las voces de G. O’Don-
nell, H. Quiroga y M. C. Reigadas. En primer lugar, G. O’Donnell argumentaba
que resulta necesario adoptar en nuestro análisis de los procesos de transición y
consolidación democrática “… una dimensión republicana…”, la cual se conectaría
con la existencia de una accountability horizontal (AH) entre organismo de gobierno
(Nogueira, 2012: 185). En este mismo sentido, se ha señalado que incluso “… la idea
(5) A los fines de una explicación algo más detallada de la tradición política republicana y su par-
ticular relación con los conceptos de democracia y constitución se recomienda consultar los recientes
trabajos desarrollados por los teóricos políticos argentinos A. Rosler (2016) y O. Guariglia (2017).
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cionalmente establecidas por los ciudadanos, quienes pueden y deben identificar es-
tos intereses comunes relevantes de la ciudadanía y generar las propuestas políticas
correspondientes. La ciudadanía jugaría el mero papel de un panel de vigilantes que
solo puede revisar algunas acciones extremadamente graves de sus representantes
(Gädeke, 2020: 42-43). D. Gädeke afirma que la no arbitrariedad material requeriría
ir más allá de la esfera de la libertad individual de elección, asegurando que los
destinatarios de la ley también actúen y se perciban a sí mismos como verdaderos
autores de la ley (Gädeke, 2020: 43-44).
En tercer lugar, repensar las instituciones de no dominación basadas en un modelo
de estricta separación funcional de poderes que promueva activamente el ejercicio de
la soberanía popular, en oposición a un sistema democrático mixto, híbrido o dual
basado en la noción de ciudadanía contestataria como el defendido por el P. Pettit
(Gädeke, 2020: 24-25). En este punto, D. Gädeke proyecta dos críticas en el sistema
constitucional mixto de P. Pettit. Primero, afirma que un mero equilibrio de poderes
como el que P. Pettit promueve “... sería incapaz de lidiar con las fuentes estructurales
de dominación. Sigue dependiendo del frágil equilibrio entre los centros de poder
sin cuestionar nunca las fuentes de estos poderes...” (Gädeke, 2020: 41). En segundo
lugar, el ideal de un equilibrio horizontal de poder “...sigue siendo arbitrario en sí
mismo en un sentido muy importante...”, porque no atiende a la existencia de una
“... separación entre la aplicación de la ley en casos específicos y la formulación de
normas generales...” (Gädeke, 2020: 42). Por el contrario, desde un enfoque repu-
blicano crítico, D. Gädeke afirma que garantizar la no arbitrariedad formal requeriría
una separación estricta, vertical y funcional de los poderes políticos sometiendo a
todos los representantes que componen los poderes legislativo, ejecutivo y judicial
al mandato obligatorio emitido por los representados (Gädeke, 2020: 42).
Por su parte, sustentado sobre premisas neomarxistas, el filósofo político chi-
leno F. Muñoz León promueve, al igual que D. Gädeke, un republicanismo crítico,
el cual se conecta con una teoría constitucional capaz de generar un nuevo arreglo
social que evite el abuso en sus diversas formas, no solo políticas. Al igual que para
D. Gädeke, a F. Muñoz León le preocupan de sobremanera las condiciones estruc-
turales de dominación, lo cual lo lleva a tematizar la manera en que el liberalismo
interactúa con la desigualdad social, es decir, con la existencia de posiciones sociales
de dominación y de subalternidad, produciendo un contexto que hace probable el
abuso (Muñoz León, 2016: 12).
El republicanismo crítica, orientado especialmente a la satisfacción del princi-
pio justicia social, de F. Muñoz León, nos permitiría advertir que en nuestro actual
contexto neoliberal resulta urgente volver la mirada hacia la noción de agentes
sociales, dado que la consolidación global del libertarismo ha traído aparejada la
consagración como sentido común dominante de una concepción sobre lo social
radicalmente individualista, según la cual lo único que existe son los individuos
(Muñoz León, 2016: 20).
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cia de los otros Poderes del Estado provincial, dentro del marco constitucional…”
(Sapag, 1983: 271). Aquí el versus, enfrentamiento o bien disputa se coloca al interior
del ámbito político provincial, proponiendo entonces un aparato judicial capaz de
someter a su voluntad, incluso a espaldas del electorado, a los dos poderes repre-
sentativos de la ciudadanía.
Finalmente, en plena escena de reconstrucción, consolidación y fortalecimiento
de las instituciones democráticas, el gobierno neuquino alimentaba las sombras
de un oscuro futuro, señalando en sus discursos marcadores de lo que parecía
una apocalipsis nacional, el cual era directamente fogoneado, aunque con fingida
mesura, afirmando por ejemplo frases tales como “… nuestra patria atraviesa sus
momentos más difíciles…”, “… los argentinos nos encontramos directa, dramáti-
camente, frente a la crisis más profunda de nuestra historia en la que los problemas
económicos surgen como prioridad…” (Sapag, 1984: 288). La supuesta, fingida o
demagógica mesura surgía cuando la gobernación colocaba como único límite al
reclamo frente a las autoridades nacionales el de la forma democrática, lo cual dejaba
librado un sinfín de estrategias, argumentos y mecanismos políticos destructivos de
una genuina convivencia social. Aunque de forma algo velada, en aquel entonces
el gobernador neuquino señalaba “… no han pasado cinco meses y ya parece que
hay sectores que descubrieron su enemigo en el gobierno central…” (Sapag, 1984:
288). La calificación de enemigo asumía entonces cierta dualidad en el discurso de
la neuquindad. Por un lado, era considerado razonable, racional y legítimo consi-
derar al gobierno nacional como un enemigo electoral, político o partidario, atento
las afrentas que en materia de recursos naturales propinaba, a juicio de F. Sapag,
contra su provincia. Por otro lado, era desleal, inaceptable e ilegítimo combatir a
ese mismo enemigo político, del cual no se disputaba su mezquindad, con medios,
mecanismos o formas antidemocráticas. En todo caso, resulta indiscutible a nivel
de análisis discursivo, que la díada, dualidad o par ordenado amigo/enemigo de
tónica decisionista estaba presente (García, 2018: 113).
En síntesis, en el presente cuarto apartado (IV) hemos atendido a la diversidad,
complejidad y especificidad de los discursos republicanos enunciados durante el
período 1983-1987 en el espacio geopolítico norpatagónico de las provincias de La
Pampa, Rio Negro y Neuquén, haciendo énfasis en aquellos aspectos que les vuel-
ven particulares, lo cual nos ha permitido calificarles respectivamente como social,
deliberativo y agonal, lo cual resulta plenamente consistente con la vocación inter-
disciplinaria que ha adoptado la historia subnacional del pasado político reciente.
V. Conclusión
En el presente trabajo hemos esbozado cuatro presupuestos conceptuales y
metodológicos constitutivos de una agenda investigativa en desarrollo.
En primer lugar, nos hemos propuesto analizar las transiciones políticas norpa-
tagónicas como tópico inscripto en la línea general de investigación conocida como
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historia política del pasado reciente, lo cual nos ha convocado a trazar una periodización
específica (1983-1987), un enfoque metodológico interdisciplinario subnacional y
una concepción republicana de la democracia.
En segundo lugar, en los atinente al enfoque subnacional adoptado, consideramos
apropiado advertir que “… si bien los análisis sobre la reorganización democrá-
tica desde la escala provincial atraviesan por una etapa de creciente producción
académica (…) es preciso profundizar los esquemas interpretativos e incluir las
interacciones ocurridas en los espacios extracéntricos o periféricos para la mirada
historiográfica nacional…” (Moroni, 2019: 14).
En tercer lugar, tal como anticipamos, defendimos una lectura ampliada o en-
riquecida de la idea de democracia representativa, la cual pretende ser superadora
de una concepción pluralista o poliárquica de la misma (Dahl, 1997). Al respecto,
siguiendo a los más destacados cientistas y filósofos políticos que se han abocado al
estudio de la transitología argentina (O’Donnell, 1993; Quiroga, 2008, Nino, 1992),
empleamos una concepción republicana de la democracia, la cual coloca el foco en los
procesos públicos, abiertos y provisorios de justificación política que se producen
entre ciudadanos y representantes (Gargarella, 2001).
En tercer lugar, con relación al énfasis colocado en el aspecto discursivo, cabe
señalar que la meta ha sido demostrar la insuficiencia, imprecisión y reduccionismo
de aquellas lecturas del pasado reciente que toman los discursos políticos victoriosos
como los únicos existentes, desconociendo, menospreciando o bien infravalorando
los rivales discursivos que ofrecían argumentos de relevancia en su contra (Majul,
2020: 46).
Ahora bien, ¿cuáles serían las hipótesis exploratorias posiblemente emergentes
de aquellos cuatro presupuestos teóricos?
Al respecto, consideramos que la adecuada integración de la referida metodo-
logía interdisciplinaria, enfoque subnacional, concepción normativa e historiografía
discursiva, nos permitiría justificar la prospección de las siguientes cuatro hipótesis
exploratorias: a) la historia política del pasado reciente aquí proyectada, nos permitiría
enfatizar en la necesidad de otorgar un rol fundamental al aspecto político discursivo
como dimensión fundamental de una adecuada reconstrucción intelectual de los
referidos procesos transicionales norpatagónicos, rechazando así una perspectiva
reduccionista de los fenómenos históricos políticos, conforme la cual solo debemos
atender a los hechos empíricos, sin dar lugar a los discursos ni a las disputas nor-
mativas del período sujeto a investigación; b) el análisis subnacional de los fenómenos
políticos discursivos acaecidos durante la transitología norpatagónica no podría
desatender los aportes generados en materia de discursos monistas, pluralistas y
republicanos durante los gobiernos democráticos pampeano, rionegrino y neuquino
del período 1983-1987; c) la historia política del pasado reciente, específicamente
atinente a las transiciones democráticas norpatagónicas, no podría desconocer
las conflictivas consecuencias analíticas generadas por la predominancia de una
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David Martín-Herrera
David Martín-Herrera**
*
Trabajo recibido el 1 de marzo de 2023 y aprobado para su publicación el 28 del mismo
mes y año. La presente cotribución refleja parte de los resultados de un estudio desarrollado bajo
el proyecto de I+D+i: DER2017-84733-R sobre “Partidos políticos: origen, función y revisión de su
estatuto constitucional”.
**
Doctor internacional en Derecho y Ciencias Sociales por la UNED (Universidad Nacional
de Educación a Distancia). Profesor de la UNED, acreditado por la ANECA en el área del Derecho
Constitucional en la figura de Profesor Contratado Doctor. Ha sido visitante en prestigiosas univer-
sidades y centros de investigación internacionales tales como United Nations Office on Drugs and
Crime, Universität Luzern, Irish Centre for Human Rights, etc. Posee numerosas publicaciones.
ARGÜELLES, A. Informe Quintana, Plan General de Instrucción Pública de 1809, Discurso
***
I. Introducción
Abordar el estudio de la etapa de la historia de la revolución liberal y su conse-
cuente trienio liberal desde la perspectiva actual evocaría a la adopción de conclusio-
nes subjetivadas y alejadas de la realidad. Consideramos así que es preciso realizar
una aproximación histórico-jurídica a lo que era la España de la época liberal para
poder comprender el alcance jurídico y social de aquel periodo.
Situados en aquel complejo contexto, y siguiendo la actividad legislativa de
aquellos años, se esbozará la influencia del liberalismo español en la redacción del
primer texto constitucional y la primera codificación penal; prestando especial aten-
ción a los debates legislativos en torno al tratamiento de los detenidos y su dignidad.
Finalmente se discutirá al respecto de la efectividad de aquella codificación, su
vigencia y legado.
112
David Martín-Herrera
(1) “Section 1. That all men are by nature equally free and independent and have certain in-
herent rights, of which, when they enter into a state of society, they cannot, by any compact, deprive
or divest their posterity; namely, the enjoyment of life and liberty, with the means of acquiring and
possessing property, and pursuing and obtaining happiness and safety.” Vid. Virginia Constitutional
Convention, 12 de junio de 1776, Sección 1.
(2) “That in all capital or criminal prosecutions a man has a right to demand the cause and nature
of his accusation, to be confronted with the accusers and witnesses, to call for evidence in his favor, and
to a speedy trial by an impartial jury of twelve men of his vicinage, without whose unanimous consent
he cannot be found guilty; nor can he be compelled to give evidence against himself; that no man be
deprived of his liberty except by the law of the land or the judgment of his peers.” Ibidem, Sección 8.
(3) “That excessive bail ought not to be required, nor excessive fines imposed, nor cruel and
unusual punishments inflicted.” Ibidem, Sección 9.
(4) “That the freedom of the press is one of the great bulwarks of liberty, and can never be
restrained but by despotic governments.” Ibídem, Sección 12.
(5) “Important as the Virginia Declaration was, there were many glaring omissions. It carried
no principles of free speech, assembly or petition. It did not prohibit ex post facto legislation, bills of
attainder or impairment of contract. There was no strict definition of treason, no prohibition against
suspension of habeas corpus, no clear and complete statement of due process, no separation of powers.
There was not even a completely adequate statement of an independent judiciary. Under this De-
claration a person could be held in slavery and a citizen could be jailed for publicly attacking the
institution.” Vid. HELDERMAN, Leonard C. “The Virginia Bill of Rights”, Washington and Lee Law
Review, Vol 3, 1942, pp. 239-40.
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(6) Advertía Sánchez Agesta que de libertad de imprenta y de discusión eran la fuerza de la
opinión pública y el motor de la revolución. Con ella no se hubieran cometido los excesos y abusos
de Godoy que llevaron al declive. Vid. SÁNCHEZ AGESTA, Luis. “Agustín de Argüelles y la Cons-
titución de 1812”, en Agustín Argüelles Álvarez, Discurso preliminar a la Constitución de 1812, Centro
de Estudios Políticos y Constitucionales, 1981, p. 47.
(7) La Corte de Carlos IV pasó rápidamente a las manos de una persona hasta entonces desco-
nocida. “Godoy. Vástago oscuro de la nobleza extremeña. Godoy llegó a Madrid por primera vez en
1787 como soldado raso de la escolta real, y llamó rápidamente la atención de la reina María Luisa por
su porte viril. Idolatrado tanto por el rey como por la reina, en 1792 Godoy ascendió a capitán general
del ejército, se convirtió en uno de los “grandes” de la nobleza y fue nombrado primer ministro”. Vid.
ESDAILE, Charles. “El Levantamiento Español”, Spain in the Liberal Age. From Constitution to Civil War,
1808-1939, John Lynch (Dirc.), Editorial Crítica, S.L., Madrid, 2007, pp. 26-27.
(8) “En muchas regiones de España, la rivalidad económica, la presencia de una nutrida co-
munidad francesa, los recuerdos populares de la guerra de Sucesión española y, más recientemente,
la propaganda antirrevolucionaria asociada a la guerra de 1793-1795, habían provocado una animad-
versión generalizada hacía los galos”. Ibidem, pp. 40-41.
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Lo que Godoy no podía prever eran los sucesos que transformarían definitiva-
mente la Francia revolucionaria a partir de los sucesos del 18 brumario, identificados
por Marx en el abuso del Estado de derecho.
Los antepasados de los “republicanos honestos” habían hecho dar a su símbolo,
la bandera tricolor, la vuelta por Europa. Ellos, a su vez, hicieron también un invento
que se abrió por sí mismo paso por todo el continente, pero retornando a Francia
con amor renovado, hasta que acabó adquiriendo carta de ciudadanía en la mitad de
sus departamentos: el estado de sitio. ¡Magnífico invento, aplicado periódicamente
en cada una de las crisis sucesivas en el curso de la revolución francesa!9.
Lo cierto es que tras la toma del poder por Napoleón Bonaparte el 9 de noviem-
bre de 1799, el escenario geopolítico tomaría una deriva que arrastraría a España a
un callejón sin salida que ni Carlos IV, ni por supuesto Godoy, fueron capaces de
evitar. Consecuencia de la entrada en guerra de Francia con la Tercera Coalición
y de la vigencia del Tratado de San Ildefonso de 1796, España se vio finalmente
abocada a entrar en guerra contra la Gran Bretaña que estaba apoyada por Portu-
gal. La catástrofe de aquella involucración, por todos conocida, supuso el fin del
señorío marítimo español con la pérdida en la batalla de Trafalgar del 21 de octubre
de 180510. Un hito histórico que, hoy día, aun forma parte del centro neurálgico
británico y de la traición gala.
Lejos de servir de escarnio, la insaciable codicia de Godoy le empujó a seguir
la sombra del emperador Buonaparte tras sus victorias con Prusia apoyando el
bloqueo decretado contra Gran Bretaña. Mediante el Tratado de Fontainebleau del
27 de octubre de 1807, España se comprometía a permitir el paso de tropas fran-
cesas por su territorio con el fin de apoyar la invasión de Portugal, que era aliado
de Gran Bretaña.
A pesar de que la información era limitada y estaba manipulada, las intrigas
dentro de la Corte de Carlos IV, por su hijo Fernando VII, y la fuerte oposición
popular a la presencia de tropas francesas y al primer ministro Manuel Godoy,
culminaron en el Motín de Aranjuez del 17 y 18 de marzo de 1808 y la abdicación
de Carlos IV en su hijo Fernando VII.
Lejos de estabilizarse la situación, la presión genocida de Napoleón Bonaparte
en Europa terminó por penetrar en España con la coronación de su hermano José
Bonaparte tras las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII en Bayona del 5 de
(9) Realizando un análisis retrospectivo con el 18 Brumario de Luis Bonaparte. Vid. MARX,
Karl. El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Ediciones Halcón, Madrid, 1968, p. 36.
(10) Al margen de las circunstancias que se ciernen sobre la involucración española en la batalla
y la cobarde huida de las naves galas, lo cierto es que “el aliado hispánico del victorioso emperador
abandonaba el enfrentamiento sin apenas barcos, escaldado económicamente y en una posición de
fragilidad que el propio Napoleón no tardaría en aprovechar”. Vid. ESDAILE, Charles. “El Levanta-
miento Español”, Spain in the Liberal Age…, op. cit., p. 45.
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(11) La imagen inmortalizada por Francisco de Goya y Lucientes sobre los fusilamientos que
sucedieron al levantamiento del pueblo de Madrid narra, por sí sola, el padecer del pueblo en aquella
etapa. Vid. GOYA Y LUCIENTES, Francisco de “Los fusilamientos del tres de mayo de 1808”, Museo
del Prado de Madrid.
(12) Vid. GARCÍA-GALLO, Alfonso. El origen y la evolución del Derecho. Manual de Historia del
Derecho español I, Arte Gráficas y Ediciones, S.A., Madrid, 1959, p. 107.
(13) Advierte Torres del Moral que tradicionalmente se ha identificado como traidor el afran-
cesamiento de los políticos que se alinearon con José Bonaparte. Vid. TORRES DEL MORAL, Anto-
nio. Constitucionalismo histórico español, Servicio de Publicaciones Facultad de Derecho. Universidad
Complutenses Madrid, Madrid, 1999, p. 33.
(14) Vid. ALVARADO PLANAS, Javier. Lecciones de Historia del Derecho y de las Instituciones,
Universidad Nacional de Educación a Distancia, Vol. II, Madrid, 2002, p. 257.
(15) No obstante, no podemos negar ciertas medidas renovadoras que incorporó el Estatuto
de Bayona, como la abolición del tormento o la importancia otorgada a la detención, la cual no podía
llevarse a cabo sin orden legal expresa. Estatuto de Bayona, arts. 42, 43, 127, 132 y 133.
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(16) Vid. PÉREZ-PRENDES, José Manuel. Curso de Historia del Derecho Español, Servicio de
Publicaciones Facultad de Derecho. Universidad Complutense Madrid, Vol. I, Madrid, 1989, p. 956.
(17) Vid. TOMÁS Y VALIENTE, Francisco. Manual de historia del derecho español, Editorial Tecnos,
S.A., 3ªEdic., Madrid, 1981, pp. 437-38.
(18) Vid. PÉREZ-PRENDES, José Manuel. Curso de Historia del Derecho Español…, op. cit., pp.
956-57.
(19) Vid. ESDAILE, Charles. “El Levantamiento Español”, Spain in the Liberal Age…, op. cit., p.114.
(20) Vid. TORRES DEL MORAL, Antonio. Constitucionalismo histórico español…, op. cit., p. 49.
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Se constata así el primer punto de partida del antiguo régimen que despoja al rey
de la soberanía de la nación y lo sujeta al acatamiento a la Constitución y la religión
católica prestando juramento ante las Cortes bajo la fórmula de no ser obedecido:
Fernando VII, por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía española, Rey
de las Españas; juro por Dios y por los Santos Evangelios que defenderé y conservaré
la religión Católica, Apostólica, Romana, sin permitir otra alguna en el Reino; que
guardaré y haré guardar la Constitución política y leyes de la Monarquía española, no
mirando en cuanto hiciere sino al bien y provecho de ella; que no enajenaré, cederé ni
desmembraré parte alguna del Reino; que no exigiré jamás cantidad alguna de frutos,
dinero ni otra cosa, sino las que hubieren decretado las Cortes; que no tomaré jamás
a nadie su propiedad, y que respetaré sobre todo la libertad política de la Nación y la
personal de cada individuo; y si en lo que he jurado, o parte de ello, lo contrario hiciere,
no debo ser obedecido, antes aquello en que contraviniere, sea nulo y de ningún valor.
Así, Dios me ayude y sea en mi defensa, y si no, me lo demande26.
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Quizá el aspecto más conservador (siempre teniendo en cuenta que fue este el
primer texto constitucional) era el mantenimiento del principio de confesionalidad
católica del Estado, vetando el ejercicio de cualquier otra religión (art. 12)29.
Sin embargo, la extrema fragilidad de las Cortes constituyentes quedó patentada,
a lo largo del extenso discurso preliminar, presidido por Agustín de Argüelles, en
cuestiones cruciales como la determinación de la soberanía nacional y la representa-
ción de esta en las Cortes generales; que debieron de ser cuidadosamente justificada.
Pero, Señor, la razón más poderosa, la que ha tenido para la Comisión una fuerza
irresistible, es que los brazos, que las cámaras o cualquiera otra separación de los dipu-
tados en estamentos provocaría la más espantosa desunión, fomentaría los intereses de
cuerpos, excitaría celos y rivalidades, que si en Inglaterra no son hoy día perjudiciales,
es porque la Constitución de aquel país está fundada sobre esa base desde el origen de
la Monarquía por reglas fijas y conocidas desde muchos siglos; porque la costumbre y
el espíritu público no lo repugnan; y en fin, Señor, porque la experiencia ha hecho útil
y aun venerable en Inglaterra una institución que en España tendría que luchar contra
todos los inconvenientes de una ver dadera novedad. Tales, Señor, fueron las princi-
pales razones por que la Comisión ha llamado a los españoles a representar a la nación
sin distinción de clases ni estados. Los nobles y los eclesiásticos de todas las jerarquías
pueden ser elegidos en igualdad de derecho con todos los ciudadanos; pero en el hecho
serán siempre preferidos. Los primeros por el influjo que en toda sociedad tienen los
honores, las distinciones y la riqueza; y los segundos porque a estas circunstancias unen
la santidad y sabiduría tan propias de su ministerio30.
(29) Advierte Tomás y Valiente que la salvedad de la confesionalidad del Estado y la restricción
de otro tipo de libertad religiosa es el único parámetro que frena identificar la Constitución de 1812
como auténtica liberal o radical. Vid. TOMÁS Y VALIENTE, Francisco. Manual de historia del derecho
español…, op. cit., p. 439.
(30) Vid. ARGÜELLES ÁLVAREZ, Agustín. Discurso preliminar a la Constitución de 1812…, op.
cit., p. 84.
(31) Advierte García-Gallo que las protestas fueron frecuentes en tanto, el carácter revolucionario
de la Constitución rompía con lo anterior he iba en contra de los derechos de la Iglesia y la Monarquía.
Vid. GARCÍA-GALLO, Alfonso. El origen y la evolución del Derecho…, op. cit., p. 109.
120
David Martín-Herrera
La renovación de diputados, aunque en sentir de la Comisión debiera ser todos los años,
no ha podido conciliarse con la inmensa distancia que separa a los españoles del nuevo
mundo, señaladamente los que habitando hacia las costas del mar Pacífico o las islas
Filipinas, necesitan emprender largas navegaciones en períodos fijos e inalterables, o
atravesar montes y desiertos de considerable extensión. Por eso cada diputado en Cor-
tes durará dos años, para dar tiempo a la venida de los procuradores de ultramar. La
elección de diputados y apertura de las sesiones de Cortes se ha fijado por la ley para
días determinados, con el fin de evitar que el influjo del Gobierno o las malas artes de
la ambición puedan estorbar jamás con pretextos o alargar con subterfugios la reunión
del Congreso nacional. La absoluta libertad de las discusiones se ha asegurado con la
inviolabilidad de los diputados por sus opiniones en el ejercicio de su cargo, y prohibiendo
que el Rey y sus ministros influyan con su presencia en las deliberaciones: limitando la
asistencia del Rey a los dos actos de abrir y cerrar el solio, así para que pueda ejercitar
el paternal cuidado de honrar con su palabra a sus fieles y amados súbditos como para
dar majestad y grandeza a la reunión soberana de la nación y de su monarca32.
(32) Vid. ARGÜELLES ÁLVAREZ, Agustín. Discurso preliminar a la Constitución de 1812…, op.
cit., p. 87.
(33) Ibidem, pp. 96-97.
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Este paso firme, necesario y decisivo, fue secundado, aunque de forma bas-
tante más laxa, por la Regencia del Reino. El 23 de febrero de 1813 se decretaba la
incompatibilidad de la Inquisición con la Constitución, dando muestras del lento
desenlace con el antiguo régimen:
ARTICULO DE OFICIO
La Regencia del reyno se ha servido expedir el decreto siguiente:
D. Fernando VII, por la gracia de Dios, y por la constitucion de la mo-
narquía española, rey de las Españas, y en su ausencia y cautividad la
Regencia del reyno nombrada por las Córtes generales y extraordinarias,
(34) Vid. Gazeta Extraordinaria de Madrid, núm. 151, de 11 de diciembre de 1808, p. 1567.
122
David Martín-Herrera
á todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed: que las Córtes
han decretado lo siguiente:
Las Córtes generales y extraordinarias, queriendo que lo prevenido en el
articulo 12 de la constitución tenga el mas cumplido efecto, y se asegure
en lo sucesivo la fiel observancia de tan sábia disposición, declaran y
decretan: Cápitulo I, articulo 1.º La religion católica, apostólica, romana
será protegida por leyes conformes á la constitucion. 2.º El tribunal de la
inquisición es incompatible con la constitucion. 3.º En su consecuencia se
restablece en su primitivo vigor la ley ii, tit. xxvi, part. vii, en cuanto dexa
expeditas las facultades de los obispos y sus vicarios para conocer en las
causas de fe, con arreglo á los sagrados cánones y derecho común, y las
de los jueces seculares para declarar é imponer á los herejes las penas que
señalan las leyes, ó que en adelante señalaren35.
(35) Vid. Gazeta de la Regencia de las Españas, núm. 29, de 6 de marzo de 1813, pp. 230-31.
(36) Para ampliar sobre este ámbito, véase, entre otros: CÁRCELES DE EGEA, Beatriz. “Re-
forma/abolición de Tribunal de la Inquisición (1812-1823). La constitución de la autoridad absoluta”,
Manuscrits, núm. 17, 1999, pp. 179-199.
(37) Tales titubeantes planteamientos parecían estar destinados, tal y como indica Tomás y Va-
liente, a captar la voluntad de los indecisos e innovadores presentando una simple reforma cuando en
realidad implicaba una Constitución basada en principios revolucionarios. Vid. TOMÁS Y VALIENTE,
Francisco. Manual de historia del derecho español…, op. cit., p. 439.
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La eficacia legal de aquel planteamiento vino de la mano del artículo 247 que
impedía el enjuiciamiento de los españoles por tribunales no establecidos por la ley. Y
el artículo 248 que limitaba las causas mercantiles, civiles y penales a un único fuero.
Por su parte, los constituyentes, sabedores y temedores de una factible manipu-
lación ulterior del texto, establecieron un principio de rigidez constitucional a través
del Título X articulado a un periodo mínimo de ocho años para su reforma (art. 375).
Justificaba así Argüelles la especial clausura de la Constitución ante ulteriores
planteando reformas:
Jamás correrá mayor riesgo la Constitución que desde el momento en que se anuncie hasta
que, el sistema que establece, empiece a consolidarse disminuyendo el espíritu de aversión
y repugnancia que la contradice. Los resentimientos, las venganzas, las preocupaciones,
los diversos intereses y hasta el hábito y la costumbre, todo, todo se conjurará contra
ella. Por lo mismo es necesario dar tiempo a que calme la agitación de las pasiones y se
debiliten los esfuerzos de los que la resisten. De lo contrario se equivocarán fácilmente
los efectos de una oposición fomentada y sostenida por los que se suponen agraviados en
el nuevo arreglo, con defectos o errores de una Constitución, que en realidad no podrá
experimentarse sino después de restablecido el orden y la tranquilidad39.
124
David Martín-Herrera
reformas ulteriores que se harán en el código civil y criminal llevarán al cabo la importante obra de
perfeccionar la legislación, con lo cual se experimentarán todas las ventajas que presenta esta parte del
proyecto”. Vid. ARGÜELLES ÁLVAREZ, Agustín. Discurso preliminar a la Constitución de 1812…,
op. cit., p. 104.
(42) La fórmula de la búsqueda de la felicidad de la Nación, adoptada actualmente en el Derecho
constitucional andino, es otro de los indicativos transformadores a tenor de la entonces confesionali-
dad del Estado. Autores como Alzaga consideran que aquella fórmula se sentía capaz de resolver los
problemas de tipo político, social, económico y cultural. Vid. AA.VV., Derecho político español según la
Constitución de 1978, Vol. I. Constitución y fuentes del Derecho, Editorial Ramón Areces, 2011, p. 209.
(43) Esta distinción la identificaba Tomás y Valiente en la Constitución francesa de 1791 dónde
el representante de la Nación debía de ser un propietario. “Una vez más, el liberalismo radical de 1812
deja abierta una brecha importante por la que puede convertirse fácilmente en doctrinario, en mode-
rado”. Vid. TOMÁS Y VALIENTE, Francisco. Manual de historia del derecho español…, op. cit., p. 441.
(44) Vid. ARGÜELLES ÁLVAREZ, Agustín. Discurso preliminar a la Constitución de 1812…, op.
cit., p. 84.
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(45) “Por eso se prohíbe expresamente que pueda separarse de los tribunales el conocimiento de
las causas, y ni las Cortes ni el rey podrán avocarlas, ni mandar abrir nuevamente los juicios ejecutados.
La ley sola debe señalar el remedio para subsanar los perjuicios que puedan seguirse de los fallos de
los jueces. Y si el ciudadano se viese expuesto como hasta aquí a ser separado del tribunal competente,
o a sufrir las penalidades de un litigio indefinido, perdería toda confianza y sólo vería en las leyes un
lazo tendido a su docilidad, a su candor y buena fe. La observancia de las formalidades que arreglan
el proceso es tan esencial, que en ellas ha de estar fundado el criterio de la verdad; y en el instante en
que la autoridad soberana pudiese dispensarla en lo más mínimo, no sólo se comprometería el acierto
en las sentencias, sino que la desconfianza se apoderaría del ánimo de los que pusiesen su vida y sus
intereses en manos de los jueces o magistrados”. Ibidem, pp. 98-99.
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(53) “Mas al paso que no duda que algún día se establezca entre nosotros la saludable y li-
beral institución de que los españoles puedan terminar sus diferencias por jueces elegidos de entre
sus iguales, en quienes no tengan que temer la perpetuidad de sus destinos, el espíritu de cuerpo de
tribunales colegiados y, en fin, el nombramiento del Gobierno, cuyo influjo no puede menos de alejar
la confianza por la poderosa autoridad de que está revestido, reconoce la imposibilidad de plantear
por ahora el método conocido con el nombre de juicio de jurados”. Ibidem, pp. 111-112.
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(54) Vid. ESDAILE, Charles. “El Levantamiento Español”, Spain in the Liberal Age…, op. cit., p. 103.
(55) Ibidem, pp. 107 -108.
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(56) “Napoleón cada día más desesperado decidió liberar a Fernando VII con la esperanza de
reducir sus pérdidas. El Deseado cruzó oportunamente la frontera con Cataluña el 24 de marzo de
1814”. Ibidem, p. 106.
(57) Un Tratado por el que Napoleón, mediante la liberación de Fernando VII y Carlos IV, pre-
tendió una salida honorífica de la península y el establecimiento de un tratado de amistad y comercial,
pero que no llegó a ser ratificado.
(58) Vid. Representación y Manifiesto que algunos diputados a las Cortes ordinarias firmaron en los
mayores apuros de su opresión en Madrid para que la Majestad del Sr. D. Fernando el VII a la entrada en España
de vuelta de su cautividad, se penetrase del estado de la Nación, del deseo de sus provincias, y del remedio que
creían oportuno, Impresa en Madrid por Real Orden de S. M. España, 12 de abril de 1814, párrs. 20 y 21.
(59) Ibidem, par. 69.
(60) Creer que con la impunidad ha de mantenerse la religión de que habla el artículo 12 en
época en que la relajación ha hecho tantas conquistas, y tenido tan rápidos progresos, es fijar en un im-
posible la conservación del santuario, que con tanto respeto ha mirado siempre España. Ibidem, par. 88.
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IV. Riego, el Trienio Liberal y la codificación penal. Una nueva etapa de cons-
titucionalismo liberal entre el trágala y el debate en torno al tratamiento del
detenido
Lejos de desterrarse el sueño liberal español tras su derrota con el regreso de
Fernando VII, la difícil situación en el mundo rural, la guerra en las colonias en
América y la oculta organización de los liberales prosiguió mediante diversos alza-
mientos: Espoz y Mina (1814), Díaz Porlier (1815), Lacy y Milans del Bosch (1817).
Finalmente, el 1 de enero de 1820 volvió a emerger el movimiento liberal con el
levantamiento del Teniente Coronel Rafael del Riego y Flórez en Las Cabezas de
San Juan (Sevilla). Con ello se iniciaba una nueva etapa en la que Riego obtuvo el
respaldo de importantes secciones del ejército y de las clases cultas, además de las
propias revueltas populares por las que finalmente, el 7 de marzo de 1820, Fernando
VII se vio obligado a jurar la Constitución de 181263. Todo ello no sin trabas para
las Cortes.
A partir de ahí se declaró la nueva entrada en vigor de las leyes promulgadas
por las Cortes de Cádiz, se abrieron clubes patrióticos y se rescató el programa polí-
tico décimo doce-añista. El clima de confrontación entre absolutistas y liberales era
(61) “Pronto empezaron a desfilar las fuerzas absolutistas por Madrid, mientras que una ciu-
dad tras otra eran presa de motines y disturbios. Aunque unos pocos comandantes permanecieron
fieles a los liberales, sabían que no podían confiar en sus subordinados y por ello no opusieron gran
resistencia. Las tropas de Elío, blandiendo un decreto por el que se disolvían las Cortes y se anulaban
todas sus obras, llegaron a Madrid el 10 de mayo de 1814, e inmediatamente procedieron a arrestar a
docenas de liberales”. Vid. ESDAILE, Charles. “El Levantamiento Español”, Spain in the Liberal Age…,
op. cit., p. 109.
(62) “Por tanto, habiendo oído lo que (...) me han informado personas respetables por su celo
y conocimientos, y los que acerca de cuanto aquí se contiene me ha expuesto en representaciones que
de varias partes del Reino se me han dirigido, (...) declaro que mi Real ánimo es, no solamente no jurar
ni acceder a dicha Constitución, ni a decreto alguno de las Cortes generales y extraordinarias ni de
las ordinarias actualmente abiertas (...), sino el de declarar aquella Constitución y aquellos decretos
nulos y de ningún valor ni efecto, (...) como si no hubiesen pasado jamás tales actos y se quitasen
de en medio del tiempo, y sin obligación en mis pueblos y súbditos de cualquier clase y condición a
cumplirlos y guardarlos”. Vid. Decreto de Valencia de Fernando VII, 4 de mayo de 1814.
(63) “La tesis de que la Constitución fue restaurada por el pueblo se nos antoja harto caprichosa.
Especialmente por el hecho de que las Cortes de Cádiz habían ofrecido en la práctica muy poco al
pueblo. El futuro de la revolución que se había puesto en marcha dependería en gran medida de si
sus sucesores podían ofrecer algo mejor”. Vid. ESDAILE, Charles. “El Levantamiento Español”, Spain
in the Liberal Age…, op. cit., p. 135.
132
David Martín-Herrera
(64) Apunta Torres del Moral que los moderados desconfiaban de la viabilidad de la Cons-
titución Y preferían una reforma de la misma que permitiera la entrada de una segunda cámara y
un mayor margen de maniobra para el Poder Ejecutivo. Los exaltados Por su parte eran doceañistas
irreductibles mucha fuerza a través de la prensa clubes políticos masonería y la facción del Ejército
que secundaba a Riego. Vid. TORRES DEL MORAL, Antonio Constitucionalismo histórico español…,
op. cit., p. 51.
(65) Advierte García-Gallo que la gestión no fue tan fácil como en el periodo 1810-1814 dado
que ahora el rey se oponía a la Constitución y el pueblo no estaba distraído con las dificultades de la
guerra, mostrándose el pueblo contrario a la Constitución. Vid. GARCÍA-GALLO, Alfonso. El origen
y la evolución del Derecho…, op. cit., p. 110.
(66) “La supervivencia de la revolución de 1820 pasaba por la adopción de una línea mucho
más radical. Había que descentralizar el poder político liberar al pueblo de la carga de los impuestos
el servicio militar los derechos y gravámenes feudales y darle acceso a las milicias nacionales y a las
tierras de la Iglesia la nobleza y los municipios”. Ibidem, p. 143.
(67) Alzaga Villamil anota que durante el trienio liberal los doceañistas “gritaban por las calles
a los absolutistas aquel célebre pareado, “Trágala, trágala, trágala servilón / Trágala, traga la Consti-
tución”. Vid. AA.VV., Derecho político español según la Constitución de 1978…, op. cit., p. 207.
(68) Según apuntan los historiadores en el encausamiento que siguió, “salieron a la luz una serie
de documentos altamente alarmantes -el Grito de un español verdadero a toda la nación o el Extracto
de la gaceta de Múnich, que contiene la Instrucción política a los generales del ejército sajón-ruso
que debe obrar en España- que se encontraron entre los papeles del cura; asimismo, se halló también
una especie de plan de estudios para la juventud y una obrita titulada Constitución fundamental de
los libertadores del género humano, al parecer, proveniente de alguna sociedad secreta. También se
le ocupó una cinta encarnada, con un letrero manuscrito que decía “Viva Fernando VII, la religión
y sus defensores, y muera la Constitución” y un largo número de proclamas incendiarias en sobres
dirigidos a personas concretas”. Vid. GIL NOVALES, Alberto. “Vinuesa López de Alfaro, Matías, “el
Cura de Tajamón” (ca. 1776-1821)”, [sic.! visualizado 27/04/2021].
http://mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=vinuesa-lopez-de-alfaro-matias
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Con la detención del Cura de Tamajón, el 21 de enero de 1821, las facciones más
exaltadas reclamaban la pena de muerte del párroco y hacían del trágala su emblema
contra los restauradores del absolutismo. El 4 de mayo de 1821, Matías Vinuesa era
condenado a diez años de prisión. Ese mismo día, un grupo de exaltados irrumpie-
ron en la cárcel en la que estaba recluido Vinuesa y los asesinaron a martillazos. Su
asesinato supuso un punto de desconexión con las ideas revolucionarias inmorta-
lizado por Pérez Galdós.
Poco después del medio día una horda de caníbales se reunía en la Puerta del Sol, mejor
dicho, se diseminaba, […] las autoridades miraban aquello como se mira una fiesta.
Después de las cuatro los grupos volvieron a invadir la Puerta del Sol. Había en ellos
una frialdad solemne y lúgubre, como de quien no fía nada al acaso ni a la pasión, sino
al cálculo y a la consigna. La autoridad seguía no viendo nada, o negligente o cómplice o
imbécil que las tres cosas pueden ser. Los grupos susurraban, y por un momento vacila-
ron; pero al cabo de cierto tiempo dirigiéronse por la calle de Carretas y las de Barrionuevo
y la Merced, a la cárcel de la Corona. […] Destacábase al frente de uno de los grupos el
ciudadano Pelumbres, […] sus compañeros rompían a hachazos la puerta de la cárcel.
[…] La puerta no se resistió mucho. […] El calabozo de Vinuesa era bastante conocido
de casi todos los que entraron. Cómo lo abrieron no se sabe. […] Poniéndose de rodillas
y cruzando las manos, gritó: -¡Perdón, perdón! […] El martillo describió primero un
círculo en vano, después otro... y la cabeza del infeliz reo recibió el mortal golpe. […]
Lavaban los asesinos el martillo en la fuente de la calle de Relatores, cuando el Gobierno
resolvió desplegar la mayor energía. ¡Qué sería de esta Nación si la Providencia no le
deparase en ocasiones críticas el tutelar beneficio de su Gobierno! La noticia del crimen
corrió por Madrid, y la villa, que es y ha sido siempre una villa honrada, se estremeció
de espanto y piedad. El Gobierno se estremecía también, y declaraba con patriótico
celo que no descansaría hasta castigar a los culpables. Para que nadie tuviera duda de
su gran entendimiento y perspicacia política, mandó que inmediatamente se pusiera
fuerza del ejército en el edificio, y por si alguien tenía dudas todavía de su diligente y
paternal actividad, ordenó que al instante, sin pérdida de un momento, se instruyesen
las oportunas diligencias. Quejarse de un Gobierno así es quejarse de vicio69.
(69) Vid. PÉREZ GALDÓS, Benito. Episodios Nacionales, “El Grande Oriente”, T. VII, Cp. XXVI,
Madrid, Administración de La Guirnalda y Episodios Nacionales, 1884.
134
David Martín-Herrera
(70) Apunta Alzaga Villamil, que el “19 de abril de 1811 un grupo de diputados liberales presentó
ante las Cortes un Proyecto de Reglamento para la abreviación de las causas criminales, que era reflejo
directo de las innumerables cartas de presos, o de sus familiares, con quejas sobre la tardanza en la
instrucción de las causas penales y de la experiencia acumulada por la Comisión de Justicia —creada
el 4 de abril a propuesta del propio Argüelles— de aquellas Cortes, que estaba visitando órganos judi-
ciales y penitenciarios para detectar malas prácticas con el propósito de pensar y establecer fórmulas
que las evitasen”. Vid. ALZAGA VILLAMIL, Óscar. “La justicia en la Constitución de 1812”, Teoría y
Realidad Constitucional, núm. 28, 2011, p. 252.
(71) “El 20 de agosto de 1820 las Cortes nombraron una Comisión para que procediese a la
elaboración de un proyecto de Código penal; formaron parte de dicha Comisión Calatrava, Martínez
Marina y Flórez Estrada, entre otros miembros de menor renombre; al parecer, los dos primeros di-
putados citados fueron quienes más intensamente intervinieron en la redacción del texto legal”. Vid.
TOMÁS Y VALIENTE, Óscar. Manual de historia del derecho español…, op. cit., p. 496-497.
(72) Vid. JIMÉNEZ DE ASÚA, Luís. Manual de Derecho Penal, Editorial Reus, Vol. I, Madrid,
1933, p.138.
(73) Según apunta Tomás y Valiente influirían en el Beccaria, Filagieri, Bexón y sobre todo
Bentham. Vid. Ibidem, p. 497; Jiménez Asúa señala a Beccaria, Howard y Marat como las principales
figuras de la época. Vid. JIMÉNEZ DE ASÚA, Luís. Principios de derecho penal. La ley y el delito, Abe-
ledo-Perrot S.A.E. e I. Editorial Sudamericana S.A., Buenos Aires, 1958, p. 38; y autores más contem-
poráneos sitúan a: Bentham, Feuerbach, Romagnosi, Bexon, Beccaria, Montesquieu y Filangieri entre
los autores extranjeros influentes, y, españoles: “Marcos Gutierrez, J. “Practica criminal de España”,
1804-1807 y Villanova y Mañés, S.: “Materia Criminal Forense, o Tratado universal teórico y práctico
de los delitos y delincuentes en género y especie”, 1807”. Vid. LLORENTE DE PEDRO, Pedro-Alejo.
“El reflejo penitenciario de la legislación del Antiguo Régimen y la primera Codificación Penal es-
pañola de 1822”, Revista de estudios penitenciarios, In memoriam del profesor Francisco Bueno Arús,
Ministerio del Interior, 2013, p. 171.
(74) Vid. CEREZO MIR, José. Curso de derecho penal español. Parte General, Editorial Tecnos
(Grupo Anaya, S.A.), Madrid, 2004, p. 128.
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
General de Presidios del Reino75. Entre otros, Reviriego Picón, apunta que la línea
divisoria de la historia de la legislación penitenciaria se sitúa en la regencia de María
Cristina “por más que en el Código Penal de 1822 ya se habían establecido como
penas corporales el presidio, la reclusión en una casa de trabajo y la prisión en una
fortaleza”76. Y ciertamente con aquella norma se estableció “el principal cuerpo nor-
mativo penitenciario del siglo XIX”77, pero la primicia del coraje y la determinación
de romper con un sistema penal cruel y primitivo, de una España dominada por
el absolutismo y la Inquisición78, no deja de ser mérito de una revolución liberal
en la que, como apunta Asúa, los diputados “más que edificar un Derecho penal
y carcelario nuevo, censuran lo existente, procuran destruir lo ya caduco. Por eso
son revolucionarios”79.
Al margen de lo revolucionario, es indiscutible que el legado moral dejado por
los constitucionalistas de 1812, en su intento de humanizar al detenido, representa el
primer exponente democrático de la historia constitucional española en esta materia.
(75) En la misma, la reina regente, en nombre de la reina Isabel II, destacaba que, el ya difunto
rey Fernando VII, había dispuesto “poner término al estado de desorden en lo que por lo general se
hallan los presidios del Reino, se dignó nombrar en 30 de septiembre de 1831 una Comisión compuesta
de personas celosas y conocedoras de las necesidades de dichos establecimientos para formar un Re-
glamento general, que conciliase la vindicta pública y la corrección de los penados con las atenciones
de humanidad y de economía”. Vid. Real Decreto de 14 de abril de 1834, que contienen la Ordenanza
General de Presidios del Reino, Fomento general.
(76) Vid. REVIRIEGO PICÓN, Fernando. “Los derechos de las personas privadas de libertad”,
AA.VV. (Direcs), Cultura de la paz y grupos vulnerables. Historia de los derechos fundamentales, Editorial
Dykinson, Siglo XX, Libro II, Tomo IV, 2014, p. 991.
(77) Permaneció vigente a lo largo de todo el siglo, tiempo durante el cual fue complementada
por un elevadísimo número de disposiciones. Vid. GONZÁLEZ GALLEGO, Miguel Ángel. El presidio
del Canal de Isabel II en el contexto jurídico y penitenciario de la España isabelina (1851-1867), Tesis doctoral,
Raquel Sánchez García (Dir.), Universidad Complutense de Madrid, 2021, p. 83.
(78) La Constitución de 1812 y el Código de 1822 CP 1822, inician un proceso de transición que
“no ha culminado hasta después de la Constitución de 1978”. Vid. MANJÓN-CABEZA OLMEDA,
Araceli. “Constitución de 1812 y Código Penal de 1822 (algunas reflexiones sobre el tratamiento de la
religión y la libertad ideológica y sobre la vigencia del texto penal)”, Revista de Derecho Penal y Crimi-
nología, 3ª Época, núm. 9, 2013, p. 169.
(79) Vid. JIMÉNEZ DE ASÚA, Luís. Principios de derecho penal. La ley y el delito…, op. cit., p. 38.
(80) Vid. Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 53, sesión del día 21 de abril de 1821, p. 1131.
136
David Martín-Herrera
abril de 1821. El dictamen inicial venía suscrito por los diputados: Martínez Marina,
Calatrava, de Vadillo, Rey, Crespo Cantolla, Caro y Rivera; los cuáles se alarmaban
de la extemporaneidad de la codificación.
España, señores, carecía de un Código Penal acomodado a la índole, carácter y estado
presente de la nación, y de leyes protectoras de la virtud y de la inocencia, de la libertad
civil y seguridad individual. Y ciertamente es bien difícil de comprender cómo una
nación culta y qué tanta representación ha tenido en Europa, después de tantos siglos
de existencia y de las repetidas convulsiones y mudanzas que ha experimentado en
su educación, en su idioma, usos, costumbres y relaciones políticas y comerciales, no
pensase sériamente en echar los cimientos de su Código criminal, parte de legislación
en que más se interesan los derechos del hombre y del ciudadano81.
Entre los aspectos más alarmantes hallados en la legislación del Antiguo Régi-
men por los que los diputados comisionados urgían la necesidad de la codificación
indicaban en tono sarcástico a la par que dramático y real:
(S)i el mérito de una buena legislación se hubiera de calcular por la multitud de leyes ó
por el abultado tamaño de los volúmenes que las contienen, la de España se aventajaría
a todas las de Europa. Mas ¿de qué pueda aprovechar una biblioteca legal, un cuerpo
de derecho, sin la justa proporción de sus miembros, sin enlace, sin unidad y sin mé-
todo? Y sobre todo, ¿qué podrá decirse de la naturaleza de sus leyes criminales? Leyes
oscurísimas, expresadas por medio de nomenclaturas incomprensibles, y extendidas en
estilo sumamente prolijo y complicado y en lenguaje á las veces semi-bárbaro; leyes en
que se echa de menos la clasificación de los crímenes, la justa medida y graduación de los
delitos y penas, y las relaciones y debida proporción de estas con aquellos; leyes parciales,
contradictorias, cuya aplicación es muchas veces un problema muy difícil de resolver,
y manantial de dudas y opiniones encontradas; leyes severas, crueles, sanguinarias,
que autorizan atroces y horrorosos suplicios, mutilaciones injuriosas á la dignidad del
hombre, bárbaros tormentos, de cuyo horrendo espectáculo se estremece aun el menos
sensible y compasivo; leyes que desacreditan las costumbres y la moral privada de los
españoles y representan á la faz del mundo civilizado ideas repugnantes á su carácter
generoso y al estado de su cultura, en que tanto ha progresado. [es el] Código criminal el
de mayor importancia y demás urgente necesidad: Código que reclaman la conservación
del órden público, la seguridad del Estado y del sistema constitucional, la justicia pública,
la integridad de los magistrados, el deseo de los buenos, la venganza y escarmiento de
los facinerosos, la virtud perseguida y la humanidad ultrajada Las Córtes nombrarán
ya indivíduos de su seno para levantar el edificio y llevarlo á su perfección; los cuales,
penetrados de la importancia de la empresa, y deseosos de corresponder á la confianza
del Congreso y á la expectación general han trabajado infatigablemente82.
(81) Vid. Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 54, sesión del día 22 de abril de 1821,
apéndice, p. 1155.
(82) Ibidem, p. 1155-56.
137
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(83) Vid. CEREZO MIR, José. Curso de derecho penal español..., op. cit., p. 128.
(84) “Solamente la pena de prisión en fortaleza tenía la consideración de pena privativa de
libertad. Y dentro de las no corporales, el arresto en una cárcel pública o depósito municipal, reunía
un carácter mínimamente penitenciario”. Vid. SANCHA DÍEZ, José Pablo. Derechos fundamentales de
los reclusos, Tesis Doctoral, Fernando Reviriego Picón (Dir.), Universidad Nacional de Educación a
Distancia, 2017, p. 45.
(85) Para un estudio amplio sobre la reincidencia. Vid. ASÚA BATARRITA, Adela. “La rein-
cidencia en el código penal de 1822”, Estudios de Deusto, Vol. XXIX, 1981, pp. 229-322.
(86) Esta obra se dividía en 5 tomos y 12 libros, dedicando el último de ellos al ámbito penal.
Vid. Carlos IV. Novísima Recopilación de las Leyes de España. De los delitos y sus penas y de los juicios cri-
138
David Martín-Herrera
minales, Tomo V, Libro XII, Madrid, Boletín Oficial del Estado, 1993, pp. 307-530.
(87) González Gallego refleja en su tesis un cuadro comparativo, aplicado al presidio del
Canal de Isabel II, de la tipología delictiva de los distintos supuestos de pena de muerte castigados
como pena única de los distintos códigos penales españoles del siglo XIX (1822, 1848 y 1870) si bien,
es importante reflejar aquí, que el mismo no es contrastable por la inoperancia del Código penal de
1822. Vid. GONZÁLEZ GALLEGO, Miguel Ángel. El presidio del Canal de Isabel II…, op. cit., p. 481.
(88) Para la forma de ejecutar la pena de marca se contemplaban los mismos aspectos de pu-
blicidad, conducción al cadalso y ejecución pública de la marca que para los condenados a muerte.
“Será conducido en el mismo día ó en el siguiente al de notificación de la sentencia, desde la cárcel a
un tablado hecho en una plaza pública, y se le llevará en camisa de medio cuerpo arriba, atadas las
139
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
Una vez vistas las anteriores condenas, la pena de deportación (arts. 52–52) en
isla o colonia con el destino a los trabajos que su jefe dispusiera (convertirse en un
esclavo) resultaba incluso reconfortante salvo en el supuesto de reincidencia en el
delito o en caso de fuga.
El destierro (arts. 53) pudiera considerarse una condena humana a tenor de las
anteriores, pero el Código criminal incluso solapaba materias civiles dando por
muertos a los reos condenados a trabajos perpetuos y a los desterrados del reino
(art. 54).
Respecto a la pena de obras públicas (arts. 55-56), netamente retributiva para el
Estado, establecía un máximo de 25 años y conducía a los reos encadenados de dos
para trabajar en los caminos, canal, plaza… más inmediato al pueblo en que hubie-
ran cometido el delito. “Durante el tiempo de su condena nadie podrá dispensarles
del trabajo sino en caso de enfermedad coma ni se les permitirá más descanso que
el preciso”90.
La pena de presidio (arts. 57-59) mostraba, en apariencia, una consideración más
humana. Establecía un máximo de 20 años, conducía a los reos sin cadenas –siempre
y cuando no se observara mala conducta– y contemplaba también un principio de
retribución en el que empleaba al reo en servicios públicos o la construcción, según
sus capacidades.
La pena de reclusión (arts. 60-62) contemplaba distintas graduaciones de la pena
en función de la edad y el sexo y diferenciaba las casas de reclusión por sexos. Los
reos no podrían salir de las casas hasta el cumplimiento total de su condena. Esta-
blecía el pago de un salario al que se le devengaría lo necesario por el alimento y
vestido del reo.
manos, descubierta la cabeza, y sobre un juramento guiado del diestro por el ejecutor de la justicia.
Para que éste le ponga la marca, será atado el reo á un palo colocado sobre el tablado…”. Vid. Diario
de las Sesiones de las Cortes, núm. 54, sesión del día 22 de abril de 1821, apéndice, p. 1163, art. 48.
(89) Ibidem, artículo 50, p. 1163.
(90) Ibidem, artículo, 56, p.1164.
140
David Martín-Herrera
La pena de vergüenza (arts. 63-65), la más corta de las penas corporales –por el
espacio máximo de una hora– no dejaba de ser cruel e inhumana. En este breve
tiempo, el reo no podía ser atormentado físicamente, aunque la tortura psicoló-
gica estaba garantizada. Establecía la norma que las mujeres condenadas fueran
enteramente vestidas con el fin de preservar su decencia. Los reos condenados a
vergüenza serían conducidos a continuación del reo principal y con un cartel a la
espalda -de la misma forma que aquel- pero con sus propias vestiduras, cabeza
descubierta y manos atadas. Se le obligaba finalmente a presenciar la ejecución de
la sentencia del principal.
Contemplaba el dictamen del Código criminal una distinción por edad en la que
impedía ejecutar a los menores de 17 años (art. 66), por sexo impidiendo condenar
a las mujeres a trabajos perpetuos, obras públicas, presidios (art. 69) o a muerte, si
estaban embarazadas y hasta que se verificara el parto (art. 70). Incluso se continuaba
rindiendo un aberrante tributo al clero.
Por honor al sacerdocio, ninguno que haya recibido la órden de tal sufrirá tampoco la
pena de trabajos perpétuos, obras públicas ni vergüenza. En el primer caso, será de-
portado el reo sacerdote, y si incurrieron en delito de obras públicas, será destinado por
igual tiempo á un presidio para servir en los hospitales o en las iglesias91.
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Salamanca solicitó dividir las penas entre corporales y aflictivas y aplicar la pena de
la marca únicamente a los extranjeros, admitiendo la pena capital. La Universidad
de Alcalá solicitaba la supresión de la pena de muerte. El Colegio de abogados de
Cádiz solicitaba mantenerla únicamente para los casos de alta traición. Solicitando el
Colegio de abogados de Madrid que se emplee con mucha sobriedad. Según apun-
taba Calatrava, en opinión de la Comisión encargada de la redacción del Código,
para que se suprima la pena de muerte, la comisión, entendía que no se estaba en el
momento de permitirse prescindir de ella ni existía la esperanza de verla suprimida
tan pronto como quisieran. El perplejo de Díaz del Moral le llevó a preguntar si no
existía persona o corporación que se opusiera a la pena de muerte a lo que Calatrava
el respondió que únicamente la Universidad de Alcalá94.
Reprobando dar continuidad a la pena capital, el diputado Moreno pidió que la
pena de muerte fuera enteramente abolida. Puntualmente afirmaba este diputado
que la pena tenía dos objetivos: resarcir a la sociedad los daños causados por el delito
y escarmentar a los hombres para que no incurran en semejantes delitos. Con la pena
de muerte se privaba al Estado de un miembro que podría resarcir a la sociedad y
a su familia con su trabajo o su defensa, y tampoco se satisface el escarmiento ya
que con la muerte el escarmiento es únicamente temporal. Proponía así sustituirla
por la pena de trabajos perpetuos no sin antes preguntarse,
¿de dónde viene el horror con que miramos al verdugo, inocente ejecutor de la justicia,
sino del íntimo convencimiento en que estamos de que no hay facultad para despojar
al hombre de la vida?95.
(94) Vid. Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 84, sesión del día 17 de diciembre de 1821,
p. 1331.
(95) Ibidem, discurso del diputado Moreno, p. 1331.
(96) Ibidem, discurso del diputado Álvarez de Sotomayor, pp. 1132-1134.
(97) Ibidem, discurso del diputado Milla, p. 1334.
142
David Martín-Herrera
(98) Admitía el diputado Vadillo que la pena de muerte no corregía al delincuente, pero ad-
mitía el escarmiento en los que lo necesiten, “se trata por medio de éste de evitar que se reproduzcan
crímenes fatales, cuyo medio además solo se aplica respecto á unos enemigos tan declarados de la
sociedad, que parece tener en contradicción su existencia con la de esta. […la sociedad] si tiene dere-
cho de enviar millares de sus mejores y más predilectos hijos á la muerte para defender la Pátria, es
evidente que también le tendrá cuando se llega a estimar incompatible la existencia de un indivíduo
con la de la sociedad, contra la que el malvado ó el perverso, digno de muerte, está en guerra abierta”.
Ibidem, discurso del diputado Vadillo, p. 1335.
(99) En la redacción final del Código penal de 1822 la pena de marca desaparece. Ibidem, p. 1335.
(100) Ibidem, discurso del diputado Calatrava, p. 1336.
143
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“¿Le condenaríamos por sospechas solas, por más verosímiles que fuesen?”101. La
pena fue aprobada sin distinciones.
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David Martín-Herrera
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
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David Martín-Herrera
La maratoniana redacción del Código penal de 1822 vio la luz verde de las Cortes
el 29 de junio de 1822, dos días después de ser sancionado por el rey.
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Dióse cuenta de dos oficios del Secretario del Despacho de Gracia y Justicia,
manifestando en el primero que el Rey, convencido de las ventajas que
había de producir el nuevo Código penal que las Córtes habían decreta-
do, despues de discutido, y consultado el voto del Supremo Tribunal de
Justicia, Audiencias, Universidades, colegios y personas instruidas, y oido
el Consejo de Estado, se había servido sancionarle, esperando que en las
legislaturas sucesivas recibiría todas las mejoras posibles; y devolviendo
en el segundo uno de los originales de dicho Código con la fórmula de la
sanción; leída la cual por el Sr. Secretario Prat, despues de haberlo hecho
del encabezamiento del mismo Código, dijo
(119) Vid. Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 165, sesión del día 29 de junio de 1822,
p. 2242.
(120) Vid. TOMÁS Y VALIENTE, Francisco. Manual de historia del derecho español…, op. cit.,
p. 497. Otros autores como Alvarado Planas afirman que estuve vigente apenas unos meses. Vid.
ALVARADO PLANAS, Javier. Lecciones de Historia del Derecho y de las Instituciones…, op. cit., p. 345.
(121) Para una amplia información sobre la vigencia del Código penal de 1822. Vid. LÓPEZ
REY, Óscar. “El Código Penal de 1822: publicación, vigencia y aplicación. En memoria del Prof. Dr.
D. José Ramón Casabó Ruiz en el 50 aniversario de su doctorado”, Anuario de Derecho Penal y Ciencias
Penales, Vol. LXXI, 2018, pp. 347-401.
(122) Ibidem, p. 400.
(123) “En octubre de 1822, tras el fracasado golpe de julio y ante la creciente amenaza de inter-
vención de la Santa Alianza, la mayoría girará en sentido radical y atacará con dureza al gobierno de
148
David Martín-Herrera
San Miguel, mientras una minoría será partidaria de buscar la unidad con los masones “exaltados”
que lo controlaban. El fracaso de los intentos de unidad con la masonería y las maniobras del rey para
destituir al ministerio y quedarse en Madrid, a pesar de la inminente invasión francesa, conducirán a
la escisión de este grupo conciliador el 23 de febrero de 1823. […] La división debilitó a la comunería
y al conjunto de los liberales en un momento crucial, el 20 de marzo saldrían el rey, el gobierno y
las Cortes de Madrid hacia Sevilla, el 7 de abril cruzaron las tropas francesas la frontera española”.
Vid. CARANTOÑA ÁLVAREZ, Francisco. “Las elecciones de 1821, primer ensayo de competición
de “partidos” en el constitucionalismo liberal español”, Historia Constitucional, núm. 21, 2020, p. 70.
(124) Vid. SCHMIEDER, Ulrike. Prusia y el Congreso de Verona. Estudio acerca de la política de la
Santa Alianza en la cuestión española, Ediciones del Orto, Madrid, 1998, p. 25.
(125) Para ampliar información sobre el Congreso de Verona. Vid. CHATEAUBRIAND, Fran-
çois René de. Congreso de Verona. Guerra de España. Negociaciones – Colonias Españolas, Cristina Ridruejo
Ramos (Trad.), Machado Grupo de Distribución, S.L., Boadilla del Monte, 2011.
(126) Vid. ESDAILE, Charles. “El Levantamiento Español”, Spain in the Liberal Age…, op. cit., p. 162.
(127) “A tanto llegó su prestigio, que estuvo vigente en varios reinos italianos y en Portugal”.
Vid. TORRES DEL MORAL, Antonio. Constitucionalismo histórico español…, op. cit., p. 52.
(128) Con la derogación de la Constitución, del Código penal y resto de normas, la España
reaccionaria aplicaría nuevamente las normas contenidas en las Recopilaciones, “salvo que los jueces,
por razones humanitarias y haciendo uso de su arbitrio, lo impidiesen”. Vid. MANJÓN-CABEZA
OLMEDA, Araceli. “Constitución de 1812 y Código Penal de 1822…, op. cit., p. 168.
(129) “Los liberales volvieron a ser perseguidos, esta vez con mayor fuerza. Pero también lo
fueron ahora aquellos partidarios fieles a la monarquía y del régimen tradicional que, desilusionados
ante la conducta del rey, volvieron los ojos al infante don Carlos, hermano de éste…”. Vid. GARCÍA-GA-
LLO, Alfonso. El origen y la evolución del Derecho…, op. cit., p. 111. Esta nueva etapa “supone el último
y desesperado intento para afirmar los esquemas del Antiguo Régimen”. Vid. PÉREZ-PRENDES, José
Manuel. Curso de Historia del Derecho Español…, op. cit., p. 955.
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
Son nulos y de ningún valor todos los actos del gobierno llamado constitucional (de
cualquiera clase y condición que sean) que ha dominado a mis pueblos desde el día 7
de marzo de 1820 hasta hoy día 1 de octubre de 1823 declarando como declaro que en
toda esta época he carecido de libertad obligado a sancionar las leyes y a expedir las
órdenes, decretos y reglamentos que contra mi voluntad se meditaban y expedían por
el mismo gobierno (Fernando VII, Gaceta de Madrid, 7 de octubre de 1823, Decreto
del 1 de octubre de 1823).
V. Conclusiones
La revolución liberal española de principios del siglo XIX supuso un antes y
un después en la decadencia del antiguo Régimen absolutista en España y por re-
ferencia en buena parte de Europa. Las arduas dificultades a las que se enfrentaron
los constituyentes de las Cortes de Cádiz les hace merecedores del más significante
de los tributos. No sólo por anticipar el cambio moderado de la continuidad de la
tradición española a sus propias vidas, sino por impregnar en el texto constitucional
altas dosis de humanidad en tan terribles circunstancias.
La villanía con la que la dinastía borbónica trató al pueblo español130, que con
tanta delicadeza y sufrimiento elaboró una Carta Magna en nombre de un monarca
deseado, desmerece por si sola ser digna de calificar. Pero lejos de sucumbir a su
historia, la cruenta realidad socioeconómica y las continuas conspiraciones de los
grupos de poder, la Iglesia y la monarquía; emplazó nuevamente a repetir el error
de mantener en el trono al rey felón.
Pese a ello, la Constitución de 1812 introdujo una revolucionaria teoría peniten-
ciaria que humanizaba al detenido y los centros penitenciarios. El restablecimiento
del absolutismo de Fernando VII frustró su desarrollo legislativo hasta el adveni-
miento del Trienio Liberal. Durante este inestable periodo se legisló el Código penal
de 1822 que estableció la primera unificación penal española. Con ella se introdujo
una diferenciación de las penas que buscaba, por un lado, el resarcimiento del daño
que el reo había causado a la sociedad y, por otro, la prevención del delito a través
de la estricta corrección penal y el escarnio público que no llegó a ser aprobado. El
Código identificó dos grupos de penas susceptibles de ejecución penitenciaria: los
(130) Probablemente el rey felón y su dinastía siguió al pie de la letra las recomendaciones de
Nicolás de Maquiavelo en dónde apuntaba que el actual rey de España -refiriéndose a Fernando el
Católico- “si hubiera sido considerado liberal, no habría realizado tantas empresas victoriosas. Por lo
tanto, un príncipe debe de dar poca importancia al hecho de incurrir en la reputación de mezquino,
para no tener que robar a sus súbditos, para poder defenderse, para no volverse pobre y despreciable,
para no verse forzado a la rapacidad”. Vid. MAQUIAVELO, Nicolás. Il príncipe, Roberto Raschella
(Trad.), Grandes Obras del Pensamiento, Buenos Aires, 2007, pp. 152-153.
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David Martín-Herrera
(131) Vid. LLORENTE DE PEDRO, Pedro-Alejo. “El reflejo penitenciario de la legislación del
Antiguo Régimen…, op. cit., p. 175.
(132) PÉREZ GALDÓS, Benito. El terror de 1824 (V).
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
(133)Vid. Gazeta Extraordinaria de Madrid, núm. 151, de 11 de diciembre de 1808, pp. 1569-1570.
152
David Martín-Herrera
VI. Bibliografía
AA.VV. Derecho político español según la Constitución de 1978, Vol. I. Constitución
y fuentes del Derecho, Editorial Ramón Areces, 2011.
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ALZAGA VILLAMIL, Óscar. “La justicia en la Constitución de 1812”, Teoría y
Realidad Constitucional, núm. 28, 2011.
ARAQUE HONTANGAS, Natividad. “La educación en la Constitución de 1812:
antecedentes y consecuencias”, Revista de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas
de Elche, Vol. I, 2009.
ARGÜELLES ÁLVAREZ, Agustín. Discurso preliminar a la Constitución de 1812,
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1981.
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CÁRCELES DE EGEA, Beatriz “Reforma/abolición de Tribunal de la Inquisici-
ón (1812-1823). La constitución de la autoridad absoluta”, Manuscrits, núm. 17, 1999.
CARLOS IV, Novísima Recopilación de las Leyes de España. De los delitos y sus penas
y de los juicios criminales, Tomo V, Libro XII, Madrid, Boletín Oficial del Estado, 1993.
CEREZO MIR, José. Curso de derecho penal español. Parte General, Editorial Tecnos
(Grupo Anaya, S.A.), Madrid, 2004.
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From Constitution to Civil War, 1808-1939, John Lynch (Dir.), Editorial Crítica, S.L.,
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GARCÍA-GALLO, Alfonso. El origen y la evolución del Derecho. Manual de Historia
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GIL NOVALES, Alberto. “Vinuesa López de Alfaro, Matías, ‘el Cura de Ta-
jamón’ (ca. 1776-1821)”.
GONZÁLEZ GALLEGO, Miguel Ángel. El presidio del Canal de Isabel II en el con-
texto jurídico y penitenciario de la España isabelina (1851-1867), Tesis doctoral, Raquel
Sánchez García (Dir.), Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 2021.
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
154
David Martín-Herrera
Documentos
Constitución Política de la Monarquía Española. Promulgada en Cádiz a 19 de
marzo de 1812
Decreto de Valencia de Fernando VII, 4 de mayo de 1814
Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 53, sesión del día 21 de abril de 1821
Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 54, sesión del día 22 de abril de 1821
Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 56, sesión del día 24 de abril de 1821
Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 109, sesión del día 16 de junio de 1821
Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 84, sesión del día 17 de diciembre
de 1821
Diario de las Sesiones de las Cortes, núm. 165, sesión del día 29 de junio de 1822
Estatuto de Bayona
Gazeta Extraordinaria de Madrid, núm. 151, de 11 de diciembre de 1808
Gazeta de la Regencia de las Españas, núm. 29, de 6 de marzo de 1813
Real Decreto de 14 de abril de 1834, que contienen la Ordenanza General de
Presidios del Reino, Fomento general
Representación y Manifiesto que algunos diputados a las Cortes ordinarias
firmaron en los mayores apuros de su opresión en Madrid para que la Majestad del
Sr. D. Fernando el VII a la entrada en España de vuelta de su cautividad, se pene-
trase del estado de la Nación, del deseo de sus provincias, y del remedio que creían
oportuno, Impresa en Madrid por Real Orden de S. M. España, 12 de abril de 1814
Virginia Constitutional Convention, 12 de junio de 1776
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 111-156
156
Héctor Daniel Gattás
*
Trabajo recibido el 2 de marzo de 2023 y aprobado para su publicación el 23 del mismo mes y
año. Si bien la primera parte fue publicada en el número anterior de esta Revista, en esta oportunidad,
presentamos el trabajo completo (Primera y Segunda Parte) para preservar su integridad de mensaje.
**
Doctor en Ciencia Política. Postdoctorando en Derecho y Ciencias Sociales. Profesor titular
por Concurso en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba y en la Universidad
Católica de Córdoba. Autor de una serie de libros, tanto de Cátedra como de difusión. Consultor del
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Convencional Constituyente para la reforma de la
Constitución de Córdoba en 2001. Premio “Ugarit” a la labor Institucional. Distinción de la Legislatura
de Córdoba por un trabajo sobre sus 100 años de historia. Email: danielgattas@hotmail.com
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Héctor Daniel Gattás
PRIMERA PARTE
I. Introducción
Basta observar estadísticas objetivas para poder inferir que Argentina ha sufri-
do un fuerte proceso de decadencia económica en la última centuria, situación que
fue erosionando significativamente el tejido social y la confianza pública hacia la
clase dirigente en general, se trate de sectores políticos, empresariales o gremiales.
Efectivamente, si se analizara la situación de nuestro país en 1914, al momento
de comenzar la primera guerra mundial, Argentina se encontraba entre las 10 na-
ciones más ricas y desarrolladas de la tierra, mientras que, en la actualidad, su peso
relativo a nivel global es irrelevante. Este deterioro se podría sintetizar con el título
del libro de Pablo Gerchunoff y Lucas Llach, “El ciclo de la ilusión y el desencanto”1.
De allí en más, aunque agudizándose el proceso desde mediados del siglo XX,
la “economía normativa”, es decir el “deber ser” de la Economía, respaldado sobre
análisis subjetivos y buenas intenciones, que imaginan el crecimiento y el desarrollo
como un hecho volitivo, casi mágico y despojado de esfuerzo colectivo, desplazó
a un lugar lejano a la “economía positiva”, es decir al trabajo serio de economistas
formados, con experticia suficiente, preocupados y preparados por su saber cientí-
fico para resolver de la mejor manera posible la problemática socio económica con
la solvencia provista por la Academia.
Es importante aclarar que, en el mundo desarrollado, hay plena conciencia
que la puesta en marcha de una política económica seria y responsable, que tenga
en cuenta datos reales y objetivos concretos, no implica que los ejecutores estén
despojados de conciencia moral, buenas intenciones y una porción razonable de
subjetividad, algo absolutamente natural en los seres humanos.
Seguramente, la responsabilidad en el manejo de los instrumentos que brinda
la teoría económica, ha permitido en el ámbito de las naciones del llamado “primer
mundo”, que, más allá de la existencia de grandes fortunas y algunos bolsones de
pobreza, la distribución del ingreso sea un tanto más justa, es decir que el grueso
de la población se encuentre en los sectores medios.
Esto se puede verificar a través de los análisis comparativos entre países que per-
mite la “curva de Lorenz”, elaborada por economista norteamericano Max O. Lorenz2
en 1905, y el “coeficiente de Gini”, ideado por el estadístico italiano Corrado Gini3.
(1) GERCHUNOFF, Pablo - LLACH, Lucas. El ciclo de la ilusión y el desencanto, Editorial Planeta,
2007, 5° Edición.
(2) Nacido y fallecido: 1876, Burlington, Iowa – 1959, Sunnyvale, California, Estados Unidos.
LORENZ, Max O. “Methods of measuring the concentration of wealth”, American Statistical Association.
Vol. 9 (New Series, No. 70) 209-21.
(3) Nacido y fallecido: 1884, Motta de Livenza, Italia – 1965, Roma, Italia.
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Héctor Daniel Gattás
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(8) Nacido y fallecido: 1949-2021. Diputado y senador por la Unión Cívica Radical.
(9) Nacido: 1946, Lengerich, Alemania.
(10) STREEK, Wolfgang. “La crisis del capitalismo democrático”, New Left Review 71 (noviem-
bre- diciembre 2011), p. 9.
162
Héctor Daniel Gattás
ellos son considerados “desarrollados”, como Estados Unidos u otros que integran
la histórica Europa occidental; de todos modos la problemática no es de la magnitud
de lo que ocurre en nuestro país.
Si bien no es similar el análisis de las causas de la inflación para Argentina,
producto que en nuestro país es una dificultad endémica y anterior a la Pandemia,
el fenómeno sanitario generó una serie de consecuencias, particularmente el cierre
momentáneo de fábricas y comercios, lo que agravó el problema, generando un
mayor desequilibrio fiscal y la caída de la oferta de bienes y servicios.
La politización de la economía tiene dos planos bien diferenciados, ambos
preocupantes; desde el ejercicio del gobierno, intentando con una política econó-
mica determinada mantenerse en el poder, y desde la oposición, con una serie de
propuestas cuyo objetivo es ganarse el voto de los ciudadanos. Esta es la dinámica
que se presenta en la gran mayoría de los procesos electorales, sin medir los riesgos
de la misma.
Con el objetivo de dar una muestra de ello, es posible citar la situación electoral
que vivió nuestro país en 1999, cuando los dos candidatos principales a ganar las
elecciones, Fernando de la Rúa por la Alianza, y Eduardo Duhalde por el Partido
Justicialista, con el objetivo de conseguir el voto ciudadano, aseguraron que man-
tendrían a rajatabla durante su eventual gobierno la ley de “Convertibilidad”, lo
que a todas luces parecía complejo. Una vez que triunfó la fórmula de la Alianza,
esa promesa derivó en una serie de situaciones económicas y políticas que desem-
bocaron en los dramáticos acontecimientos de finales de 2001, y que terminaron
con la renuncia del Presidente.
Desde el punto de vista de quienes están gobernando, la politización de la
economía se pone en marcha cuando la política económica se encuentra orientada
a preservar el poder; se suelen ejecutar políticas económicas de corto plazo con el
único objetivo que la población tenga sensación de mejoras en su situación personal
y que sus preocupaciones principales están resueltas. Quienes las promueven, tienen
certeza que a largo plazo son perjudiciales, tanto para los ciudadanos beneficiados
en primera instancia, como para el erario público; hay que reconocer que con el
tiempo los gobiernos han generado la capacidad argumentativa para atribuir los
efectos nocivos de sus políticas a otros factores y/o actores, de modo de desligar
responsabilidades.
En cuanto a la oposición política, que como es lógico en un sistema de alternancia
democrática, espera su turno para gobernar, la politización de la economía apunta a
desacreditar la política económica del gobierno de turno, planteando para alcanzar
el poder una serie de promesas electorales de difícil cumplimiento, y que una vez en
el gobierno, se transforman en un boomerang; de no ser puestas en marcha, generan
fuerte inestabilidad política y social.
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por el amor a sí mismo, el deseo de ser libre, el sentido de la propiedad, el hábito del trabajo
y la tendencia al cambio de las cosas. El hombre, en libertad, busca su provecho personal y el
bien común, y siempre es guiado por la mano invisible a producir casi la misma distribución
de las cosas necesarias en la vida que la que hubiera resultado si la tierra hubiera sido divi-
dida en partes iguales entre todos sus habitantes (…). (N)o es la benevolencia del carnicero,
del cervecero o el panadero lo que nos provoca alimento, sino la consideración de su propio
interés. No invocamos sus sentimientos humanitarios, sino su egoísmo; ni les hablamos de
nuestras necesidades, sino de sus ventajas”12.
Es interesante aclarar que la expresión “mano invisible” en boca de Smith, es
sólo una metáfora para graficar sus ideas, ya que, siendo un referente de la Ilustra-
ción, no se puede hacer referencia a cuestiones divinas. Esta mirada del escocés, se
complementaría con la “ley de Say”13, que sostenía que “toda oferta crea su propia
demanda, ya que los precios y los salarios son flexibles”; si todos los productos
llevados al mercado son vendidos, no tendría ningún sentido la intervención del
Estado para generar una “demanda artificial”, y lo único que se lograría es que
aumenten los precios de bienes y servicios.
En algunos países, particularmente Estados Unidos e Inglaterra, la teoría y la
práctica liberal funcionaron muy bien, y gracias a la disciplina en la aplicación de
las mismas, se transformaron en grandes potencias, más allá que el Estado nunca
se abstuvo de participar en la economía cuando fue necesario.
Después de 150 años irrumpió la revolución keynesiana, y de la mano del in-
glés John Maynard Keynes14, comenzó a cambiar la mirada económica y el rol del
Estado. La buena recepción y la rápida divulgación de sus teorías, tuvo que ver con
la gran depresión de 1929, el éxito de la política del “New Deal”15, impulsado por
el presidente Franklin Delano Roosevelt, y el fracaso de la ortodoxia clásica para
sacar adelante a Estados Unidos de semejante crisis.
Keynes explicaba que, a diferencia de lo que pensaba la escuela liberal, la
economía no encuentra su equilibrio en el pleno empleo, y hay que luchar contra
la ineficiencia de la demanda recurriendo al aumento del gasto público, incluso,
de ser necesario, generando déficit presupuestario. En su obra “Teoría General de
la ocupación, el interés y el dinero” (1936), trabaja sobre la propensión al consumo16 y
(12) V. LÁZARO CANTERO, Raquel. Adam Smith: Interés particular y bien común, Instituto
Empresa y Humanismo, Navarra, 2001 en https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/4471/1/84.pdf
(13) Nacido y fallecido: 1767-1832, Francia.
(14) Nacido y fallecido: 1883-1946, Cambridge, Reino Unido.
(15) Nuevo trato.
(16) Porcentaje del ingreso disponible (ingreso bruto menos cargas sociales e impuestos direc-
tos) que se dedica al consumo.
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democracia, ya que tiene que ver con la satisfacción de las demandas de la sociedad,
especialmente de los que menos tienen. Así, si el populismo constituye al pueblo
como identidad colectiva y agente histórico, entonces será una condición sine qua
non de la democracia.
Todos los trabajos serios sobre el “populismo latinoamericano” han consistido
en estudios muy profundos, cuyos resultados son diversos; van desde una crítica
despiadada a sus postulados, que los responsabiliza de todos los males que viven
las sociedades, hasta un apoyo explícito, casi fanático. Lo sorprendente es que estas
dos miradas vienen sustentadas por voces de intelectuales prestigiosos, aunque con
un alto grado de ideologización.
Podríamos hacer una cronología política, que incluye populismos clásicos, como
Lázaro Cárdenas20 en México, Juan Domingo Perón en Argentina, y Getulio Vargas21
en Brasil, el populismo republicano de Alfonsín, los populismos de la década de
1990, ataviados con cosméticos que intentaban soslayar su cercanía, como Carlos
Salinas de Gortari, Carlos Menem y Fernando Collor de Melo, y los populismos
“modernos y radicalizados”, como los casos de Hugo Chávez, Evo Morales, Néstor
Kirchner y Rafael Correa.
III. Desarrollo
La ineficaz y falsa tutela del Estado al orden económico y a la estabilidad
macroeconómica como bienes jurídicos colectivos. Su afectación al derecho
de propiedad
La junta militar que derrocó a María Estela Martínez de Perón confió el Mi-
nisterio de Economía a José Alfredo Martínez de Hoz22, hombre de características
curiosas y contradictorias, ya que representaba al minúsculo sector acomodado y
liberal que militaba en la Democracia Cristiana, partido conservador y confesional.
Destaco este hecho debido a que, curiosamente, en la mayoría de los casos, las ideas
liberales en Latinoamérica se aplicaron en gobiernos autoritarios. Sin intentar una
definición absoluta sobre la característica mencionada, estimo que la razón es que,
al exigir en un inicio una serie de medidas económicas impopulares, la disuasión
que genera una posible represión a cualquier manifestación, facilita ponerlas en
marcha a quienes ejercen el poder.
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(23) Práctica que sostenía la existencia de un orden natural de las sociedades humanas, y por
consiguiente el deber de no inmiscuirse el Estado en la vida económica de los países. Plantea, además,
el libre cambio de los productos entre los diversos países.
(24) Nacido y fallecido: 1694 – 1774.
(25) KRUGMAN, Paul. Empirical Studies of Strategic Trade Policy (National Bureau of Economic
Research Project Report), 1994, p.15.
(26) William Phillips, economista neozelandés, había publicado un artículo titulado “La re-
lación entre el desempleo y la tasa de variación de los salarios monetarios en el Reino Unido, 1861-
1957”, publicado en la revista Económica, en el que establecía que, durante el periodo estudiado de
la economía británica, se había producido, una correlación negativa entre la tasa de desempleo y la
variación de los salarios.
(27) Nacido y fallecido: 1912, Nueva York – 2006, California. Premio Nobel de Economía 1976.
(28) Nacido y fallecido: 1899, Viena, Austria – 1992, Friburgo, Alemania. Premio Nobel de
Economía 1974.
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(29) Devaluación progresiva del tipo de cambio con el objetivo de acompañar el proceso in-
flacionario.
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las opiniones de los críticos del peronismo, había quedado plasmado en la práctica
con la reforma de la Constitución Nacional de 194931.
Los nuevos derechos, que quedaron indemnes en el artículo 14 bis, a pesar de
la derogación de la reforma mediante proclama del 27 de abril de 1956 por parte
del presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu, y que luego fuera nuevamente
reformada, de manera controvertida, en 1957, exigían un Estado más presente en
la defensa de los derechos laborales. Las funciones ya no sólo eran remediar las
posibles fallas del mercado, sino garantizar las pautas del Constitucionalismo social,
proceso iniciado por la Constitución de México de 1917 (primera Constitución de la
historia que incluyó en su articulado derechos sociales) y la República de Weimar
de 1919 en Alemania; los derechos sociales, o de segunda generación, ya se habían
transformado en universales.
Al nuevo esquema planteado por el gobierno de Alfonsín, que preveía una
indexación salarial para que los ingresos no le perdieran pisada a la inflación, se le
sumaba los difíciles intentos de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para
ordenar y tratar de reducir el nivel de endeudamiento externo, lo que era contrario
a la política de expansión de la demanda, ya que el organismo internacional exigía
un programa de ajuste del gasto y aumentar la tasa de interés generando una polí-
tica monetaria restrictiva. En 1984 la inflación anual fue del 626%, un número muy
elevado, lo que ya hacía prever el futuro.
El propio Alfonsín, confiando en su fuerte ascendencia sobre la sociedad, hizo
referencia a la necesidad de un cambio de actitud, sosteniendo que el camino del
consumo tenía “patas cortas”. A raíz de ello comenzó una política de ajuste insospe-
chada para un partido “popular” de centro izquierda como la Unión Cívica Radical,
lo que trajo una serie de conflictos internos dentro del gobierno. Además, era una
demostración del cambio de la mirada histórica del partido centenario, para lo cual
debieron utilizar una serie de artilugios verbales para justificar una nueva visión
sobre por dónde transitaba el camino del futuro.
Ante el fracaso del plan, Grinspun fue reemplazado por Juan Vital Sourrouille,
quien en 1985 implementó el Plan Austral, lo que implicaba no sólo un cambio
de la moneda de curso legal, sino también un control absoluto sobre los precios;
cualquier incremento debía ser aprobado por la Secretaría de Comercio. Esto venía
acompañado por un aumento de los impuestos a las exportaciones, concepto similar
(31) La derogación de la Constitución de 1949 dejó sin efecto una gran cantidad de derechos
y garantías, relacionados con el progreso social y económico. Entre ellos el derecho de reunión (art.
26), la prohibición de discriminar por raza (art. 28), los derechos del trabajador (art. 37, I), la igualdad
jurídica de hombre y mujer en el matrimonio (art. 37, II), el bien de familia (art. 37, II), la patria potestad
compartida (art. 37, II), los derechos de la ancianidad (art. 37, III), la educación primaria obligatoria y
gratuita (art. 37, IV), la autonomía universitaria (art. 37, IV), la función social de la propiedad (art. 38),
la estatización del comercio exterior (art. 40), la nacionalización de los recursos mineros y energéticos
(art. 40), la estatización de los servicios públicos (art. 40) y el voto directo (arts. 42, 47 y 82).
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dge sería retirar estos bienes de la zona media de los estantes de los supermercados,
evitando que estén a la altura de la visión de los consumidores. No sería prohibir,
sino empujar sin violencia económica a determinadas conductas sin violencia eco-
nómica, a tomar determinadas conductas.
En el caso argentino, sería un “libertarianismo paternalista”, un oxímoron que da
relativa libertad para decidir, pero con un Estado dispuesto permanentemente a dar
“empujoncitos” en determinada dirección. La idea es que, gracias a la intervención
del Estado, los beneficios individuales se transformen en un beneficio colectivo. Es
una mezcla entre el individualismo liberal smithiano y el intervencionismo estatal
keynesiano.
Hay que aclarar que los liberales cuestionan la teoría de Richard Thaler, sos-
teniendo que ese libertarianismo paternalista es un eufemismo para garantizar la
intervención del Estado en la economía. El problema es, que en esta concepción
ecléctica sobre cómo debería funcionar la economía, nos podríamos preguntar cuáles
son las verdaderas razones por las cuáles el Estado da “empujoncitos” en distintos
sentidos, lo que puede ser profundamente arbitrario e injusto según la mirada de
los sectores afectados.
Finalizando con esta breve digresión, por la cual intenté explicar de manera
sencilla la Teoría del Nudge, se podrían esbozar algunos números finales de la
economía del gobierno del doctor Raúl Alfonsín. En 1987 el 43% del gasto público
correspondía al “Estado Productor”, en el cual se incluye un sinfín de subsidios a
la producción privada; si a esto le sumamos el déficit de las empresas en manos del
Estado, el déficit total rondaba el 10% del Producto Bruto Interno. Esta situación
facilitó que la idea de privatizar empresas públicas y cancelar subsidios, fuera ga-
nando cada vez más adeptos.
De todas maneras, la situación económica era caótica, particularmente en cuanto
al incremento de los índices inflacionarios, lo que impedía al gobierno mantener el
plafón político suficiente para llevar adelante cambios estructurales.
En el final del mandato se utilizaron algunas herramientas muy desgastadas,
que, para sorpresa del mundo entero, aún siguen en práctica en nuestro país, como
los controles de precios; está demostrado empíricamente que ellos sólo tienen efectos
a corto plazo, siendo una medida meramente paliativa. Pero mientras tanto, hay
que ocuparse de resolver las verdaderas causas de los aumentos de precios, cosa
que nunca se llevó a cabo.
Sin dudas que las razones del fracaso tienen un alto componente político, vin-
culado a la falta de respaldo de la oposición y los gremios; si bien esta problemática
tiene una relación con el estudio del problema principal, no me gustaría ahondar
en ello para no perder el objetivo de la investigación con el análisis de disputas
agonales por alcanzar el poder.
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Pero también queda claro que, además del obstinado movimiento pendular de
la economía argentina, en este período también se intentaron políticas económicas
de distintos orígenes, pero ninguna de ellas se desarrolló en su plenitud de acuerdo
a sus postulados teóricos. Nuevamente una utilización apócrifa y a medias, que
desembocó en fracaso.
(34) Carlos Menem nació en Anillaco, provincia de La Rioja, el 2 de julio de 1930, siendo el ma-
yor de los hijos del matrimonio conformado por los inmigrantes sirios Saúl Menehem y Mohibe Akil,
dedicados a la actividad vitivinícola. Una vez terminado sus estudios secundarios, decidió instalarse
en Córdoba para estudiar Derecho en la Universidad Nacional. Cuando se recibió de abogado regresó
a su provincia, donde fundó en 1958 el Partido Populista. El nombre elegido no resultaba extraño para
alguien que se sentía peronista. Debido a los magros resultados electorales conseguidos, viajó a Buenos
Aires, donde a través de la gestión de Alejandro Leloir, el Comando Nacional del Peronismo lo nombró
interventor de la juventud en La Rioja, a partir de lo cual inició una próspera carrera política que lo
llevaría a la presidencia de la Nación. En 1964 Menem viajó a Yabrud, un pueblo de Siria situado a 80
km de Damasco, donde habían nacido sus padres. De regreso aprovechó una escala en España para
conocer personalmente a Perón. Siendo un reconocido abogado, Menem contrajo enlace con Zulema
Fátima Yoma en 1966, oriunda de la ciudad de Nonogasta, con quien tuvo dos hijos, Zulema María Eva
y Carlos Saúl Facundo. La familia Yoma estaba compuesta por diez hermanos, siendo tradicional de
Nonogasta, razón por la cual sus habitantes han rebautizado la localidad como “Yomagasta”, a pesar
que según cuenta el humor popular, son excesivamente cuidadosos con el dinero. En 1972 fue uno
de los pocos que tuvieron el privilegio de ser parte de la selecta comitiva que acompañó a Perón en el
chárter que lo trajo de regreso a la Argentina. Con semejante aval representó al Frente Justicialista de
Liberación (FREJULI) como candidato a gobernador de La Rioja en 1973, alcanzando el porcentaje más
alto de votos de la esa agrupación política en todos los distritos del país. Una vez producido el golpe
de 1976, fue detenido y trasladado a diferentes destinos. Primero estuvo en el buque “33 Orientales”,
luego pasó por Tandil y Mar del Plata, hasta que fue confinado en Las Lomitas, provincia de Formosa.
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la inflación de febrero de 1991 fue del 37,2%, mientras que en los meses posteriores
a la Convertibilidad, cayó al 1%. Incluso hubo meses en los cuales en los cuales
hubo deflación. Un dato contundente, la inflación mayorista anual de 1989 fue del
5383%, mientras que en 1997 alcanzó el -0,9%.
El hecho de mantener una inflación reptante, cercana al 1% mensual, frente
a un tipo de cambio fijo por tiempo indeterminado, hizo que el mismo se fuera
retrasando, lo que afectó las transacciones internacionales; se desestimulaban las
exportaciones y se alentaban las importaciones con la consecuente crisis de Balanza
de Pagos, que, de un superávit de 8275 millones de dólares en 1990, pasó a un déficit
de 5751 millones de dólares en 1997.
Más allá de la reactivación económica, la irrupción del crédito, el ingreso de
divisas por la privatización de empresas públicas, la caída de los índices de po-
breza y la erradicación de la inflación, ya se podían percibir algunos nubarrones;
el gobierno estaba obcecado en no mover un ápice el tipo de cambio, más allá que
la literatura económica sostiene que, para mantener la paridad en los términos de
intercambio con el resto del mundo, el tipo de cambio debe aumentar la diferencia
entre la inflación interna y la inflación internacional.
La fuerte apertura comercial generó un aumento importante en la tasa de des-
empleo. Si bien se revalorizaba la función del mercado, no mejoraban los índices
de especialización y valor agregado.
En 1998 se desató un tsunami a raíz del default ruso, que hizo dudar a los
inversores internacionales sobre dónde debían seguir invirtiendo. El reemplazo
del ministro Cavallo por Roque Fernández, quien mantuvo la economía en piloto
automático, hacía prever un desenlace preocupante en el corto plazo.
La devaluación de la moneda en Brasil, la apreciación del dólar, la caída de
los precios de los productos argentinos de exportación y un goteo cada vez más
marcado de dólares al exterior, constituían un combo difícil de enfrentar con un
sistema de Convertibilidad que se había obsesionado con el 1 a 1.
El crédito acumulado por el presidente Menem le permitió llegar al final de su
segundo mandato sin mayores inconvenientes; el próximo mandatario se las vería
en figurillas, ya que los principales candidatos, para evitar fuga de votos, habían
asegurado que mantendrían el sistema del 1 a 1, con lo cual quedaban entrampados
en sus propias palabras.
¿Qué era la Economía Social de Mercado? ¿En qué se había convertido? En una
extraña mezcla de políticas liberales con un tipo de cambio fijo, que impedía retocar
los precios internacionales para que crecieran las exportaciones y disminuyeran las
importaciones; una política inteligente y adaptable a la evolución de las variables
macroeconómicas en este campo, no sólo hubiera sido bien vista por la sociedad y
el mercado, sino que nos hubiera ahorrado un problema mayúsculo.
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VI. Fernando De la Rúa: “Voy a terminar con esta fiesta para unos pocos. Vie-
ne una Argentina distinta, la Argentina del respeto, la Argentina de las reglas
claras, la de la dignidad”. Un nuevo discurso impregnado de voluntarismo
Cuando asumió el nuevo presidente38, la crisis económica se hacía notar con
fuerza. El respaldo político y gremial que tuvo Menem se había esfumado y el primer
ministro de Economía de Fernando De la Rúa, José Luis Machinea, imaginaba que se
podía seguir adelante con dos pilares, la austeridad fiscal y una mayor recaudación
a través de la creación de nuevos impuestos, lo que provocó recesión. A pesar del
apoyo norteamericano a los países que habían abrazado el “Consenso de Washin-
gton”, marzo de 2001 fue el mes de mayor salida de capitales de la última década.
De fracaso en fracaso, se optó por el reemplazo del ministro; la figura de Ricardo
López Murphy, un hombre que representaba la economía ortodoxa (clásica o liberal),
generó un fuerte reproche dentro de la Alianza gobernante, que deseaba conservar
su tradición histórica. Los problemas políticos, sumados a los económicos, eran de
magnitud. El presidente, que había perdido a su vice Carlos “Chacho” Álvarez por
renuncia, no tenía el poder suficiente para imponer su propio criterio y nombrar
como ministro a López Murphy, quien prácticamente no pudo asumir; debido al
agravamiento de la crisis, convocó al padre de la Convertibilidad, Domingo Cavallo.
La mayor parte de las monedas del mundo se habían devaluado frente al dólar
y el peso argentino. A pesar que no disponía de suficientes instrumentos para en-
frentar la crisis, Cavallo pensaba que los pocos que tenía le alcanzarían para superar
el momento. No tuvo en cuenta la debilidad política del presidente De la Rúa.
Para no modificar la relación 1 a 1 en el tipo de cambio, se tomaron otras medidas,
como por ejemplo encarecer los bienes de consumo importados incrementado los
aranceles a los máximos permitidos por la Organización Mundial de Comercio, y a
(38) Fernando De la Rúa Bruno nació en Córdoba el 15 de septiembre de 1937. Era hijo del
matrimonio constituido por el doctor Antonio De la Rúa Catani, de ascendencia gallega, y Eleonor
Bruno Boeri, quienes habían conformado una familia de clase media, tradicional e ilustrada. Cursó sus
estudios secundarios en el Liceo Militar General Paz, egresando de la institución como subteniente de
reserva. Se recibió de abogado con medalla de oro en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional de Córdoba con solo 21 años. A lo largo de su proceso de formación, siempre se
destacó por haber sido un excelente estudiante, y a los 26 años fue nombrado asesor en el Ministerio
del Interior durante la administración del presidente Arturo Illia. Se casó con Inés Pertiné, y tuvo tres
hijos, Agustina, Antonio y Fernando. Algunos de sus íntimos amigos dicen que De la Rúa era tan
formal, que el primer obsequio que le hizo a quien sería su esposa no fueron rosas ni bombones, sino
un ejemplar de su tesis doctoral titulada “El Recurso de Casación en el Derecho Argentino”; a pesar
de ello, logró conquistarla.
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diferencia de Machinea, bajó los impuestos para algunos productos que no podían
competir con los del resto del mundo. Lo que sí se convirtió en un boomerang, fue
sostener que la relación de un peso/un dólar, se reemplazaría por 1 peso/medio
dólar y medio euro, lo que sucedería cuando la moneda norteamericana y la europea
se equipararan a nivel internacional.
No sólo que no trajo efectos positivos, sino que, por el contrario, se dejaba
traslucir que el compromiso gubernamental de mantener la Convertibilidad, ya no
era el mismo, lo que aceleró la fuga de depósitos. Los bancos ya no podían hacer
frente a las extracciones de empresas y particulares, por lo cual se restringieron los
retiros en efectivo. En verdad, estaban habilitadas las transacciones comerciales,
pero su pago era por medio de transferencias, con el objetivo que el dinero quedara
en el circuito financiero. Nuevamente, y de manera recurrente, los ciudadanos se
encontraban ante una falsa o ineficiente tutela por parte del Estado de un derecho
elemental, el de propiedad.
La Convertibilidad estaba herida de muerte, y las manifestaciones callejeras de
finales de 2001, reprimidas con violencia por las fuerzas de seguridad, los saqueos
a comercios y los reclamos de los ahorristas frente a los bancos, obligaron a la re-
nuncia del presidente y su super ministro.
Machinea, López Murphy y Cavallo, hombres que se fueron sucediendo en la
cartera de finanzas, muy vinculados a la ortodoxia económica, quedaron expuestos
y sin capacidad para resolver la compleja situación. La falta de tacto político, indis-
pensable para interpretar una realidad compleja, acompañada por fuertes demandas
sociales, impidió que nuestro país pudiera mantener una senda de crecimiento junto
a una distribución más progresiva de la renta39.
También quedaba expuesta nuevamente la falta de continuidad de las políticas
públicas en un camino determinado y la incapacidad para comprender el marco
en el que se desarrollaban, lo que impidió hacer las modificaciones necesarias para
evitar el colapso.
Como si eso fuera poco, el nuevo Presidente, elegido por la Asamblea Legislativa
para reemplazar a De la Rúa, el puntano Adolfo Rodríguez Saá, que sólo estuvo
siete días en el poder, declaró la suspensión de los pagos de la deuda externa, lo
que ponía al país en la mira de inversores y acreedores que no podían comprender
semejante medida. Este “interinato” condicionó el futuro.
(39) Según un informe confeccionado por el Banco Mundial correspondiente al año 2005
(https://documentos.bancomundial.org/es/publication/documentsreports/documentde-
tail/935611468182048260/banco-mundial-informe-anual-2005-resena-del-ejercicio): “El derrumbe
económico de Argentina que culminó en 2002 fue dramático y provocó la más grave crisis política y económica
en generaciones. Pocos países han experimentado hechos tan catastróficos desde el punto de vista económico (…).
Los costos humanos de la estrepitosa caída de la actividad también han sido considerables (…) la desigualdad en
los ingresos, que venía incrementándose sin pausa desde mediado de los años setenta, alcanzó su punto máximo
después de la crisis”.
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Héctor Daniel Gattás
SEGUNDA PARTE
VII. Duhalde. “El que depositó dólares, recibirá dólares, el que depositó pesos,
recibirá pesos”: Una nueva frustración para los ahorristas
Cuando Duhalde40 asumió como presidente de la nación después de la profunda
crisis de 2001, el jefe del justicialismo bonaerense gozaba de un fuerte respaldo po-
lítico, fundamentalmente por representar a la provincia más poderosa y por haber
tejido un acuerdo tácito con el ex presidente Raúl Alfonsín, cacique del radicalismo
en el mismo distrito.
En el contexto de la profunda crisis económica que le había tocado enfrentar al
gobierno de Alfonsín, Duhalde, en su carácter de Intendente de Lomas de Zamora,
había creado una oficina municipal de prevención y asistencia a los drogadictos,
pionera en Argentina, y aplicó un plan alimentario municipal que redujo los índices
de mortandad y malnutrición infantil en los segmentos más desfavorecidos, lo que
dio algún lustre a su figura.
Una vez en la presidencia, nombró a Jorge Remes Lenicov como ministro de
Economía, a través de cuya gestión de 109 días, Argentina salió oficialmente del
sistema de Convertibilidad después de 10 años de vigencia.
La pesificación compulsiva y asimétrica de deudas y depósitos marcó sin dudas
el punto más oscuro de la gestión del nuevo ministro. Posteriormente a la breve vi-
gencia de un sistema de tipo de cambio doble, se admitió la flotación de la moneda,
aceptando una “sugerencia” del Fondo Monetario Internacional en este sentido.
Las empresas extranjeras que invirtieron en Argentina, especialmente las es-
pañolas y francesas, también hicieron conocer su voz ante las posibles pérdidas
ocasionadas por la devaluación. El Financial Times, principal diario financiero del
mundo reveló en una nota que “las empresas españolas y francesas ejercieron un fuerte
lobby para evitar pérdidas masivas”. Por su parte, el entonces presidente del gobierno
español, José María Aznar, llamó personalmente a Duhalde para interiorizarse del
(40) Eduardo Duhalde, nació el 5 de octubre de 1941 en Lomas de Zamora, provincia de Buenos
Aires. Era hijo de don Tomás Duhalde, un socialista descendiente de inmigrantes vascos, y María Esther
Maldonado. Se recibió de abogado y escribano en la Universidad Nacional de Buenos Aires, y ejerció
su profesión como laboralista. En 1971 se casó con Hilda Beatriz González, con quien tuvo cinco hijos.
Hombre conocedor de la realidad de la calle, volcó sus inquietudes sociales en su zona de influencia,
Lomas de Zamora, quizá una de los más golpeada por el desempleo, la marginalidad y la inseguridad.
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problema, y el gobierno francés envió una carta a través de los canales diplomáti-
cos al Canciller argentino, urgiéndolo a hacer “todo lo que esté en su poder para cuidar
nuestras compañías, que han invertido mucho en la Argentina”.
Por otra parte, la oficina argentina del Banco HSBC (“Hong Kong and Shanghai
Banking Corporation Limited”) estimó las pérdidas inmediatas del sistema financiero
en una cifra que iba entre los 10 mil y 20 mil millones de dólares; se re-denominaban
las deudas en pesos, mientras que los depósitos se mantenían en dólares.
Tras una larga e infructuosa negociación con el Fondo Monetario Internacional
para obtener ayuda financiera, y frente al rechazo en el Congreso del proyecto para
cambiar los depósitos congelados por títulos públicos, Remes Lenicov presentó su
renuncia el 23 de abril de 2002.
Asumió en su reemplazo Roberto Lavagna, un licenciado en Economía Política
de la Universidad de Buenos Aires, que hasta ese entonces se desempeñaba como
Embajador argentino ante la Unión Europea. El nuevo ministro, un desarrollista con
larga trayectoria en el ámbito público y privado, ya se había desempeñado como
secretario de Industria y Comercio Exterior de la Nación durante el gobierno de
Alfonsín. Se sabe que para el “desarrollismo”, más allá de impulsar la industria de
base, el Estado tiene un rol trascendente que cumplir en el crecimiento.
A lo largo de la gestión de Lavagna, se logró reestablecer la estabilidad econó-
mica y poner en marcha un proceso tendiente a recuperar el Producto Bruto, y de
allí en más, abogar por un crecimiento sostenido.
La actitud prudente, el estilo mesurado de Lavagna, y su visión política, lo
diferenciaban de anteriores ministros de economía. Su trabajo puede ser conside-
rado exitoso, más aún, teniendo en cuenta el caos económico que se vivía en ese
entonces. Esto le permitió ser un referente valioso para acercar votos a la campaña
del gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner, candidato presidencial respaldado
por Eduardo Duhalde para las elecciones nacionales que se desarrollarían en 2003.
El 24 de enero de 2003, Duhalde mostró su estrategia: logró que el Congreso del
Partido Justicialista suspenda la elección partidaria interna, trasladando la discu-
sión directamente a la presidencial del 27 de abril. Era una especie de ley de lema
ad hoc que habilitaba a Carlos Menem, Adolfo Rodríguez Saá y Néstor Kirchner a
representar al justicialismo.
Esta decisión, tomada sin tener en cuenta la fría letra de la Constitución Nacional,
que exige que cada agrupación política presente sólo una fórmula, fue respaldada por
el fallo de un juez federal con competencia electoral. Se utilizó un curioso argumen-
to: que los tres aspirantes del justicialismo presentaban programas contrapuestos,
por lo cual podía concurrir bajo un régimen llamado de neo lemas, es decir, con la
autorización para exhibir símbolos partidarios comunes; lo distinto era que no se
sumarían todos los sufragios justicialistas a la fórmula más votada. En definitiva, a
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(41) Néstor Carlos Kirchner Ostoic nació el 25 de febrero de 1950 en Río Gallegos, provincia
de Santa Cruz; segundo hijo de Néstor Carlos, un descendiente de inmigrantes suizo-alemanes y fun-
cionario del Correo Central, y de María Juana Ostoic, proveniente de una familia de origen croata que
se había instalado en Punta Arenas, Chile. De niño Néstor sufrió de tos convulsa y uno de sus ojos
mostraba las secuelas de estrabismo que le había dejado la enfermedad. Cuando cursaba la escuela
secundaria tenía serias intenciones de ser docente, pero vio frustrada su vocación por una normativa
del Ministerio de Educación que exigía una excelente pronunciación de quienes estaban en el curso
frente a los alumnos. Hay que recordar que Kirchner enfrentaba dificultades en la enunciación de las
consonantes fricativas, es decir que desde el punto de vista acústico sus palabras eran consideradas
espirantes y continuas debido a que lo más audible en ellas es la fricción que produce el aire al pasar
a través de la estrechez formada entre los órganos articulatorios. Este problema quedaría expuesto en
sus discursos cuando accedió a la presidencia, lo cual dio cauce para una gran cantidad de imitaciones,
las cuales estaban a la orden del día. A los diecinueve años se radicó en La Plata a los efectos de estu-
diar Derecho. Era un joven tímido y nervioso, alejado de las cuestiones vinculadas a la cosa pública;
sólo parecía interesarle los avatares del Racing Club de Avellaneda, club de sus amores. Según su
esposa Cristina Fernández, cuando Néstor veía un partido de Racing se transformaba en un ser casi
irracional; estaba lleno de cábalas; entre ellas no dejaba que nadie entrara a su habitación, ni siquiera
que pasaran por la puerta. Al poco tiempo de finalizar sus estudios secundarios su carácter tuvo un
cambio sorprendente, fue atraído por la política, abandonó su timidez, y comenzó a militar en el ala
izquierda de la juventud peronista, agrupación que levantaba las banderas del nacionalismo popular
y revolucionario. Debido a su altura, sus compañeros lo definían como un buen granadero que solía estar
siempre a la cabeza de los actos relámpago -donde se incendiaban cubiertas, se arrojaban clavos miguelitos y
octavillas- exigiendo el fin de la dictadura de Lanusse (OTTAVIANO, Cynthia. Secretos de alcobas presiden-
ciales. De Delfina Mitre a Cristina Kirchner, Ed Norma, Buenos Aires, 2003, p. 304).
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ideológicos. Los planteos que se hacían a las empresas eran arbitrarios y dejaban
al desnudo la inseguridad jurídica por incumplimiento de contratos por parte del
propio Estado. Ya aparecían los primeros atisbos de rechazo por parte del gobierno
a la normativa vigente.
Sin dudas que se exacerbaron determinadas miradas referidas a la intervención
del Estado con el objetivo de obtener réditos políticos. No necesariamente se basaban
en convicciones y políticas orientadas a mediano y largo plazo, sino más bien en el
impacto electoral de las medidas.
Los respaldos intelectuales tenían tres fuentes de orígenes diferentes, que se
transformaron en pilares de su gestión: Ernesto Laclau en el discurso populista y
todo lo que tenga que ver con la comunicación política; Joseph Stiglitz en el campo
económico, que cuestionaba con dureza a la globalización, a los economistas que
defendían el libre mercado y a las recetas del FMI; y Eugenio Zaffaroni42, penalista
que regañaba con la estigmatización de la marginalidad en el sistema penal lati-
noamericano, lo que abría nuevas dudas sobre la tutela de los bienes jurídicos por
parte del propio Estado.
En el plano estrictamente económico, era sencillo percibir que si las tarifas no
se adecuaban a las condiciones previstas originariamente en los contratos, se resen-
tirían los niveles de inversión por parte de las empresas que prestaban servicios,
y por ende la calidad y la cantidad de los mismos. Es cierto que había que evitar
los abusos de algunas de empresas, que aprovechando su condición de monopo-
lios naturales43, sólo se preocupaban por aumentar la rentabilidad frente al exiguo
control de los entes reguladores, que en ocasiones eran cómplices y dejaban pasar
incumplimientos contractuales.
También aparecía como urgente e indispensable la atención inmediata de la
cuestión social, especialmente, la recuperación del valor adquisitivo de los salarios,
la reactivación económica y la creación de empleos. En este campo se generaron gran
cantidad de planes sociales para “ayudar” a los sectores más carenciados. A partir
de allí, aparecieron muchísimas disputas sobre quiénes serían los que los distribui-
rían, cuáles serían los criterios de otorgamiento, y hasta cuándo tendrían vigencia.
Este último aspecto es importante para en el análisis de este trabajo, ya que es
una verdad de Perogrullo que las ayudas sociales masivas direccionada a sectores
con elevada propensión a consumir, implicaban una repetida visión keynesiana
vernácula. Si bien eran indispensables en épocas de crisis profundas, estos paliativos
debían ser meramente coyunturales, hasta recuperar los niveles de empleo. No se
pueden mantener por siempre como si fueran políticas de Estado.
(42) Nacido: 1940, Buenos Aires, Argentina. Miembro de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación entre 2003 y 2014.
(43) Asignados por el Estado en situaciones en las que la combinación de costos de una empresa
era inferior a cualquier combinación de costo de existir dos o más empresas.
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Además, como ocurre en la mayoría de los países del mundo, debía existir una
contraprestación, para que aquellos que reciban ayuda del Estado perciban que están
justificando la misma a través de un esfuerzo. De lo contrario, se corría el riesgo
de generar una cultura del “no trabajo” y el “facilismo”, lo que en la práctica fue
condicionante y esperable para nuestro presente, provocando conductas difíciles
de modificar haca el futuro.
Este esquema, sumado a una política monetaria expansiva y a un gasto público
creciente -medidas propias del planteo keynesiano para épocas de insuficiencia
de demanda- situación que no se percibía como necesaria en ese momento, hizo
retrotraer la memoria a los viejos fantasmas de la inflación de finales de los 80 y
principios de los 90.
Comenzó una fuerte puja distributiva caracterizada por incrementos salariales
y aumentos en los costos de las empresas, a lo que el gobierno intentó poner coto a
través de acuerdos de precios, que en muchos casos fue conflictivo por los métodos
poco ortodoxos utilizados por el Secretario de comercio interior Guillermo More-
no, que recurría a un esquema autoritario y violento, muy alejado de las prácticas
económicas civilizadas de las democracias republicanas. Entre las medidas, se llegó
a prohibir la exportación de carne a los efectos de incrementar la oferta interna y
garantizar un precio que tuviera relación con el poder adquisitivo de los salarios.
El programa se conoció como “carne para todos”.
Una vez resueltos los temas más acuciantes, que requerían el respaldo político
del poderoso distrito bonaerense, la historia de felonías se volvió a repetir, pero
ahora la víctima fue el propio Duhalde, quien sufrió de su propia medicina. Quedó
evidenciado que cuando el presidente Kirchner decidió romper con su padrino, le
armó una estructura paralela en la provincia de Buenos Aires para que su esposa
Cristina fuera elegida Senadora Nacional, desplazando a un segundo lugar a Hilda
“Chiche” de Duhalde.
No conforme con ello, y con el objetivo de quedar como único referente de la
escena nacional, reemplazó a Roberto Lavagna, hombre de brillo propio y al que
nunca pudo manejar a su antojo, poniendo en su lugar a quien en ese momento era
presidenta del Banco de la Nación Argentina, Felisa Miceli, funcionaria permeable
a los dictados del presidente. A partir de allí, Kirchner acumularía la totalidad del
poder de decisión. Nuevamente aparecía en nuestro país una situación un tanto
extraña: al igual que en el resto de Latinoamérica, para llevar adelante un sistema
populista con características particulares, se necesitaba firmeza y un grado de vio-
lencia institucional; una verdadera contradicción con la visión “laclauniana”.
Un ejemplo sobre su intención de no depender de nadie quedó demostrado en
la siguiente anécdota: uno de los primeros conflictos que debió asumir Kirchner en
la presidencia fue un paro docente masivo; inmediatamente le ordenó a su ministro
de Educación Daniel Filmus que viajara a Entre Ríos donde se reunían los dirigentes
del gremio a los efectos de satisfacer los reclamos salariales. Filmus le avisó que
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zada por la emisión de moneda nacional para comprar dólares y mantener un tipo
de cambio competitivo que mejorara el nivel de las exportaciones. Pero, por otro
lado, y para evitar la presión de la demanda agregada sobre los precios, se retiraba
el dinero que se había puesto en exceso en el mercado a través de la colocación de
títulos que le generaban al Estado elevados intereses a pagar (déficit cuasi fiscal).
Una verdadera distorsión keynesiana.
De todas maneras, hay que reconocer que en ese período el crecimiento econó-
mico fue significativo, a tasas chinas, que rondaban entre el 8% y el 10% anual. Por
su parte, el índice de desempleo, que en el año 2001 se acercaba al 25%, disminuyó
sensiblemente. La fortaleza principal del “modelo” neo keynesiano derivaba de los
elevados precios internacionales de los commodities, es decir de la materia prima a
granel y los alimentos, base de la exportación argentina.
La oposición política planteaba que esta mejoría en los índices económicos no
era por Kirchner, sino a pesar de Kirchner, y que no se podría mantener por siempre,
hecho que quedaría demostrado con el paso del tiempo, fundamentalmente en el
segundo gobierno de su esposa, donde se abriría una verdadera Caja de Pandora
de consecuencias impredecibles.
Entre los problemas económicos/políticos que debió enfrentar su gestión, los
más graves fueron el conflicto diplomático con Uruguay en el 2006 a raíz de la
instalación de una planta de celulosa sobre el Río Uruguay, situación que llevó al
corte por parte de activistas de la provincia de Entre Ríos de los puentes interna-
cionales que unían Argentina con el país oriental. El presidente se negó a reprimir
a los manifestantes e incluso se manifestó públicamente a favor de los mismos. Sus
declaraciones tensaron seriamente las relaciones con el país charrúa, poniendo en
serio riesgo una relación histórica de hermandad y colaboración mutua.
Otra de las medidas altamente discutidas fue la injerencia en el Instituto Nacional
de Estadísticas y Censos (INDEC). Efectivamente, en enero de 2007, la dirección de
dicho Instituto fue intervenida sin previo aviso, siendo nombrada Beatriz Paglieri
para “conducir” el proceso. La funcionaria estaba vinculada con el secretario de
comercio Guillermo Moreno. Los empleados del Instituto denunciaron públicamente
que hubo un cambio en la metodología de medición y que la modificación no fue
explicitada, declarada ni discutida con los técnicos. Keynes y Laclau jamás hablaron
de falsificar estadísticas.
A partir de allí, todos los recuentos llevados a cabo por el otrora prestigioso
Instituto argentino fueron cuestionados, incluso por algunos sectores que apoya-
ban al gobierno, como la Confederación General del Trabajo (CGT) conducida por
Hugo Moyano, quien exigía que los aumentos salariales estuvieran vinculados al
índice góndola, es decir a los precios que se podían verificar en los supermercados.
Hasta el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el perio-
dista Horacio Verbitsky, quien tenía gran afinidad con la mayoría de las medidas
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tomadas por el gobierno, deslizó una fuerte crítica: “todos los que participamos de
este espacio repudiamos el avasallamiento del organismo oficial de medición de indicadores
económicos (...). Kirchner se justificó diciendo que en el INDEC había mucho personal de
alto nivel que trabajaba en consultoras externas al INDEC y que tenía un compromiso
con aumentar los índices para que el Estado tuviera que aumentar los pagos en los bonos
indexados (...). (H)ubo muchas personas que no aceptaron esa explicación”44.
De esa manera se había roto uno de los termómetros más importantes que tenía
el país para apreciar objetivamente la evolución de sus distintos índices. A partir
de allí, las certezas serían reemplazadas por supuestos.
En el ámbito internacional le dio un fuerte impulso a la integración latinoame-
ricana, especialmente con la Venezuela de Hugo Chávez, el Brasil de Lula da Silva,
el Ecuador de Rafael Correa y la Bolivia de Evo Morales. Un hecho eminentemente
político, sin efectos positivos prácticos.
Por esta razón el 4 de mayo de 2010 fue elegido como secretario general de la
UNASUR, mandato que no pudo terminar debido a su fallecimiento, producido
el 27 de octubre de ese mismo año, debido a un “paro cardiorrespiratorio no trau-
mático”; su muerte coincidió con el día en que se había puesto en marcha un mega
operativo para el Censo Nacional.
IX. Cristina: “Perón usaba la lapicera en función del pueblo, por eso lo atacaron”
Cristina Fernández de Kirchner45 -de larga militancia política- fue elegida en
1989 como legisladora para integrar la Cámara de Diputados de Santa Cruz, y fue
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vuelta a elegir en 1993. Dos años después, en 1995 fue Senadora Nacional en repre-
sentación de su provincia. Sin haber finalizado su mandato, encabezó la lista de
Diputados Nacionales en 1997, y en 2001 volvió a ser elegida para la Cámara Alta.
En 2005 tuvo un enfrentamiento personal y político con su ex socia política Hilda
“Chiche” González, esposa del ex presidente Eduardo Duhalde, el cual se zanjó con
un triunfo abrumador a su favor, ya que le ganó la elección como Senadora Nacio-
nal en representación de la provincia de Buenos Aires por 26 puntos de diferencia.
El 19 de julio de 2007 se lanzó oficialmente a la candidatura presidencial para
las elecciones de ese año en un acto realizado en el Teatro Argentino de la ciudad
de La Plata, y el 28 de octubre fue consagrada como ganadora en primera vuelta
con el 45,29% de los votos válidamente emitidos.
Entre los hechos económicos más salientes de su gestión podemos citar la es-
tatización de Aerolíneas Argentinas, la cual había sido privatizada por el gobierno
de Menem en 1991. La empresa había sido adquirida por Iberia, y posteriormente el
paquete accionario fue comprado por el grupo Marsans, una multinacional española
vinculada al turismo. Esta última estaba acusada de cometer serias irregularidades
y de vaciar la Aerolínea. El proyecto de ley fue aprobado en el Congreso Nacional
el 3 de septiembre de 2008 (ley 26412). En 2009 también fue estatizada la ex Fábrica
Militar de Aviones, empresa creada en 1927 cuando ejercía la presidencia Marcelo
Torcuato de Alvear, la cual había sido entregada bajo concesión a la empresa esta-
dounidense Lockheed Martin. Estos procesos de estatización, que se promocionaban
por cadena nacional como una recuperación de la soberanía nacional, ya mostra-
ban el sesgo de la nueva mandataria, a quien le preocupaba poco el déficit de las
empresas públicas; el componente político y electoral, nuevamente puso en jaque
a la Economía. De nuevo quedaba expuesta la falta de tutela por parte del Estado
de un bien jurídico colectivo: la estabilidad macroeconómica.
Dos de los problemas más grandes que debió enfrentar Cristina Fernández
fueron las cuestiones vinculadas a una inflación creciente y a la crisis desatada en
el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el cual estaba cuestionado
por la metodología empleada para medir el índice de costo de vida a partir de la
intervención del organismo en enero de 2007. Algunos estudios privados ubicaron
sacaban chispas” y con su padre “tuvo una relación que podría haberse hecho un festín psicólogo” (http://
perfil.com/noticias/´política/los recuerdos de la pobre infancia de cristina fernández-20150415-0032.
phtml ). El 9 de mayo de 1975, y después de seis meses de noviazgo, Cristina se casó con Néstor Car-
los Kirchner, a quien conocía de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La
Plata, donde compartían sus estudios. Tuvieron dos hijos, Máximo y Florencia. Los que conocen a la
familia, sostienen que el padre de Cristina, hombre profundamente antiperonista, tuvo reparos frente
a la relación que había entablado su hija; incluso le costaba dirigirle la palabra a Néstor, aunque resig-
nado terminó aceptándolo; en una entrevista con Oscar González Oro y Beto Casella en la residencia
de Olivos, Cristina reconoció: “cuando llegó a mi casa, mi padre casi se muere, tenía un look mayo francés”;
además comentó sobre la relación con su esposo que “una nunca se aburre al lado de él, nunca se fue de casa.
Pero si se iba, le cerraba la puerta y no entraba más”.
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Quizás el caso más emblemático de corrupción hasta ese momento fue el que
envolvió al ex vicepresidente Amado Boudou, acusado entre otras cosas de intentar
quedarse con la calcográfica Ciccone, que se dedicaba a imprimir billetes. Intentó
llevarlo a cabo a través de la empresa “The Old Fund”, propiedad de Alejandro Van-
derbroele, testaferro de Boudou. Este último fue condenado en agosto de 2018 a 5
años y 10 meses de prisión. También tuvo fuerte repercusión pública el escándalo
de Austral Construcciones, la empresa de Lázaro Báez, que durante el gobierno de
los Kirchner recibió “52 contratos por 46.000 millones de pesos, licitaciones que según
la justicia estuvieron plagadas de irregularidades”, y que permitió que el “patrimonio del
empresario creciera -entre 2004 y 2015- un 12.127%, adquiriendo bienes por 205 millones
de dólares”46.
Este tipo de denuncias iban a tomar aún más certeza por parte de la población
cuando en la madrugada del 16 de junio de 2016, el ex secretario de Obras Públicas
de la Nación, José López, trasladó y “tiró” bolsos con más de nueve millones de
dólares al interior del Monasterio de General Rodríguez. Al ser detenido, López
confesó que era plata “de la política”. Ello también reactivó las denuncias contra su
jefe, el ex ministro de Obras Públicas, Julio De Vido. En una declaración posterior,
López sostendría frente al juez de la causa una teoría inverosímil: que fue obligado
por tres hombres que lo aguardaban en un auto a realizar esa maniobra. Queda claro
que el exceso de intervencionismo estatal promueve arbitrariedades y confusión
entre el patrimonio público y el patrimonio privado, razón por la cual no es una
práctica recomendada por ninguna teoría económica.
Todos estos hechos terminarían desdibujando definitivamente los 12 años de
gobierno kirchnerista, soslayando algunos avances importantes en el campo político,
social y económico. Una vez más quedó demostrado el viejo aforismo sobre que
“nunca segundas partes fueron buenas”.
En la segunda vuelta electoral llevada a cabo el 22 de noviembre de 2015, se
enfrentaron los dos candidatos presidenciales más votados en primera vuelta, Daniel
Scioli del “Frente para la Victoria”, que había obtenido el 37,08 % y Mauricio Macri
de la alianza “Cambiemos”, que alcanzó el 34,15 %. En el camino habían quedado
Sergio Massa (Frente Renovador), Nicolás del Caño (Frente de Izquierda), Margarita
Stolbizer (GEN) y Adolfo Rodríguez Saá (Compromiso Federal).
Luego de una campaña muy intensa, se impuso la fórmula integrada por el
ex jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Mauricio Macri,
acompañado por Gabriela Michetti como vicepresidenta, con el 51,34% del total de
los sufragios válidamente emitidos. Una nueva etapa, con muchos claro oscuros,
comenzaba en nuestro país.
(46) Https://www.clarin.com/politica/quebro-empresa-insinia-sospechada-lazaro
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XI. Macri, un cambio de rumbo con los CEO muy cerca del poder
Las primeras medidas que tomó Macri47 al llegar a la presidencia apuntaron a
recomponer las relaciones con el mundo desarrollado y a garantizar la existencia de
reglas de juego claras para restablecer una economía de libre mercado, intentando
terminar con el asfixiante intervencionismo estatal. Se eliminaron las retenciones
(47) Mauricio Macri nació el 8 de febrero de 1959 en la ciudad de Tandil, provincia de Buenos
Aires. Su padre, Franco Macri Garlani, había llegado desde Italia a Argentina en barco, siendo aún
adolescente, su arribo se produjo el 6 de enero de 1949 y los primeros trabajos que consiguió fueron
de albañilería. La curiosidad es que comenzó a poner en marcha una serie de proyectos de construc-
ción privados que le permitieron amasar una fortuna en una sola generación. Así se transformó, con
prisa y sin pausa, en uno de los empresarios más influyentes y destacados del país. Sus detractores le
restan mérito a su capacidad y lo responsabilizan de ser uno de los referentes principales de la “pa-
tria contratista” a través del control de la empresa SIDECO, lo que, traducido a nuestro vocabulario
vernáculo, es sinónimo de enriquecimiento rápido a través de la obra pública y de los negocios con
sucesivos gobiernos, sin importar su ideología. El abuelo de Mauricio, Giorgio Macri, en su Italia natal
había liderado varios grupos de trabajo en obras importantes, no sólo en su país, sino también en
África del Norte. Además se le reconoce que tuvo participación pública militando en partidos políticos
menores, lo que significa que alguien de la familia ya había transitado esos “caminos polvorientos”. Su
abuela, Lidia Lea Garlani, era el pilar donde se asentaba el hogar de la familia que había constituido
con Giorgio, junto a quien tuvo siete hijos. Una de los hermanas de Franco, María Pía Macri Garlani,
se casaría con Antonio Calcaterra, otro exitoso empresario de la construcción. Tuvieron cinco hijos,
entre los que destacan Ángelo y Fabio, socios del mega grupo italiano Ghella, especializado en obras
de subterráneo y con participación activa en grandes proyectos de infraestructura, tales como metros,
ferrocarriles, autopistas y obras hidráulicas. La madre del presidente, Alicia Beatriz Blanco Villegas, es
descendiente de una familia terrateniente de Tandil, y contrajo matrimonio con Franco Macri en 1958;
la pareja tuvo cuatro hijos, Mauricio, Sandra, Mariano y Gianfranco; una vez divorciado de Alicia en
1980, lo que le obligó a desprenderse de la mitad de sus bienes, Franco desposó a la psicóloga Cristina
Grieffer, pareja con la cual tuvo a Florencia, la más joven de la familia Macri. Después de terminar su
relación con Grieffer, Franco tendría varios romances, todos con una gran exposición pública; quizás
este comportamiento es lo que llevó a sostener a su hijo Mauricio que la vida de su padre había sido
tan novelesca, que su madre Alicia quedó opacada; además fue el propio ex presidente que reconoció
tener con su madre una “lejanía afectiva”. Mauricio Macri transitó sus estudios primarios y secundarios
en el Colegio “Cardenal Newman”, donde compartió buena parte de su vida con un grupo de com-
pañeros que iban a tener funciones claves en sus gobiernos, tanto como jefe de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires o como presidente la Nación. También tuvo un paso fugaz por las Universidades
de Columbia en Nueva York y de Pensilvania en Filadelfia, para continuar con sus estudios en la
Universidad Católica Argentina, donde se recibió de ingeniero civil. Mauricio se casó en tres oportu-
nidades; inicialmente, con sólo 22 años, contrajo enlace con Ivonne Bordeu Martínez Rivarola, mujer
de prosapia aristocrática e hija del famoso piloto de Turismo Carretera Juan Manuel Bordeu; con ella
tuvo tres hijos, Agustina, Ximena y Francisco. Una vez divorciado de Ivonne, se casó con la modelo
Isabel Menditeguy Vergara, que también descendía de una familia con linaje; la boda fue en 1994, y
por consejo de Franco le hicieron firmar a la novia un contrato prenupcial; se divorciaron en 2005, y
no tuvieron hijos. En el año 2009 Mauricio conoció en un gimnasio de Barrio Parque a la empresaria
Juliana Awada Baker, hija del empresario textil Abraham Awada, inmigrante libanés de religión
musulmana, que al igual que Franco Macri, amasó una fortuna en una sola generación; Juliana había
contraído enlace con Gustavo Capello, matrimonio que sólo duró un año; posteriormente estuvo en
pareja durante un largo tiempo con Bruno Philippe Barbier, uno de los hombres más ricos de Bélgica,
con quien tiene una hija de nombre Valentina. Mauricio y Juliana se casaron el 16 de noviembre de
2010 en el complejo Costa Salguero de Palermo; son padres de una niña, bautizada como Antonia.
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(48) Alberto Ángel Fernández un abogado nacido el 2 de abril de 1959. Se pensaba que Fer-
nández disponía de la pericia necesaria por su larga experiencia política y una extensa trayectoria en
diferentes ámbitos del Estado. Había sido sub director general de Asuntos Jurídicos del Ministerio
de Economía durante el gobierno de Alfonsín, y entre 1989 y 1995, durante la presidencia de Carlos
Menem, se desempeñó como super intendente de seguros de la Nación; en 1996 fue funcionario del
gobierno bonaerense de Eduardo Duhalde, primero como presidente de Gerenciar S.A. y luego como
vicepresidente del Grupo Bapro. En 2003 fue el jefe de campaña de Nestor Kirchner, quien se consagró
presidente encabezando la lista del Frente para la Victoria, por lo que lo designaron jefe de Gabinete,
manteniéndose en el cargo durante todo el mandato. En las elecciones de 2007 volvió a triunfar el
Frente para la Victoria con la candidatura de Cristina Fernández, quien renovó su designación en la
jefatura de gabinete, pero se vio obligado a renunciar siete meses después, en julio de 2008, tras el paro
agropecuario patronal que duró 129 días. Tras su renuncia mantuvo una postura muy crítica hacia el
gobierno de Cristina Fernández, aunque reivindicaba al gobierno de Néstor Kirchner.
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más créditos en el resto del mundo, se hace inviable mantener los niveles de pro-
ducción. Es de recordar que nuestro país tiene una fuerte dependencia de insumos
importados.
A raíz de una problemática económica, social y política compleja, Argentina
parece encontrarse a la deriva, sin rumbo claro. La anomia, la inseguridad jurídica,
las dudas sobre la real intención de tutelar los bienes jurídicos más elementales
(particularmente el derecho de propiedad), la insurrección frente a la decisión de
altos tribunales de la Nación, sumado al desánimo por falta de expectativas, hacen
imaginar un escenario preocupante con serias dudas sobre el futuro.
XIII. Conclusión
A lo largo de este trabajo, hemos intentado demostrar desde nuestra óptica,
cómo se utilizaron en nuestro país de manera apócrifa las teorías económicas más
reconocidas a nivel mundial. Con el ánimo de resaltar con la mayor honestidad
posible en el marco del subjetivismo innato al investigador, debo reconocer que
no hay ningún Estado en el planeta en el cual esas teorías hayan sido puestas en
marcha con fina pureza, pero sí, que han trazado caminos claros, basados en acuer-
dos de mediano y largo plazo, los que generaron crecimiento y una distribución
progresiva de la renta.
Queda claro que, siendo generosos, en nuestro país vivimos desde hace muchos
años en el marco de una falta, o si se quiere, para ser más preciso, una falsa tutela
por parte del Estado del orden económico y la estabilidad macroeconómica, en-
tendidos estos como bienes jurídicos colectivos. Ni siquiera hubo preocupación en
resguardar con responsabilidad esos bienes tan preciados para la salud patrimonial
individual y psíquica de los argentinos.
Los delitos contra el patrimonio, son parte de una clasificación de delitos que,
por el bien jurídico tutelado, afectan al derecho de propiedad, garantizado por el
artículo 14 de la Constitución Nacional. Merced a la impericia y la mirada excesi-
vamente electoralista de las medidas tomadas por los diferentes gobiernos que se
sucedieron desde 1976 a la actualidad, se podría hablar claramente de delitos contra
el patrimonio de los ciudadanos por el perjuicio ocasionado por las inadecuadas y
apócrifas políticas económicas puestas en marcha.
Hay que comprender que el orden económico y la estabilidad macroeconómica,
suponen, por parte de quienes ejercen la administración del Estado, de un sistema
de controles y pautas para un adecuado desempeño de los agentes económicos
que actúan como parte del sistema económico. Su objetivo principal es garantizar
la persistencia y el normal funcionamiento de la actividad.
Una última acotación. La mirada de este trabajo no pretende ser determinista o
nihilista sobre nuestro futuro, sino una toma de conciencia sobre si queremos volver
a creer y crecer, para que las próximas generaciones perciban que hay esperanza en
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la tierra en la que han nacido. Para ello hay que trazar el rumbo y definir políticas
de mediano y largo plazo que incluyan a todos los sectores políticos, económicos,
sociales y gremiales. En ese marco, el respeto a la ley, por parte de los ciudadanos en
su conjunto, y particularmente por los gobiernos de turno, es central para alcanzar
un grado de civilización acorde a las expectativas de los habitantes de esta tierra
bendita, que piden a gritos responsabilidad y honestidad en el manejo de la cosa
pública. ¡Qué así sea!
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María Alejandra Sticca
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Trabajo recibido el 15 de marzo de 2023 y aprobado para su publicación el 10 de abril del
mismo año.
**
Doctora en Derecho y Ciencias Sociales (Universidad Nacional de Córdoba/UNC). Magister
en Cooperación al Desarrollo y Acción Humanitaria. Especialista en Aspectos Jurídicos y Económicos
del Mercosur. Abogada (UNC). Licenciada en Relaciones Internacionales (Universidad Católica de
Córdoba). Profesora Titular de Derecho Internacional Público (Facultad de Derecho/UNC). Directora
del Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales de la Facultad de Derecho (UNC). Miembro del
Instituto de Derecho Internacional y Secretaria del Instituto de Derecho Ambiental y de los Recursos
Naturales de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba. Email:alejandra.
sticca@unc.edu.ar
I. Introducción
En este artículo nos proponemos desentrañar la relación entre el “interés esen-
cial” del Estado, de otro Estado o de la comunidad internacional en su conjunto,
elemento estructural propio del estado de necesidad en tanto que circunstancia de
exclusión de ilicitud y el concepto de “bien jurídico protegido” desarrollado por
el Derecho Penal, punto que nos conduce a profundizar en la causal desde la pers-
pectiva del Derecho Penal Internacional1.
A nuestros fines retomaremos el estudio del estado de necesidad desde la pers-
pectiva del Derecho Internacional Público y del Derecho Penal con el fin de tratar
de determinar el alcance e implicancia de los términos “interés esencial” y “bien
jurídico protegido” utilizados por una y otra rama del derecho.
204
María Alejandra Sticca
(2) En su versión en lengua inglesa, la CDI emplea en el proyecto de artículos sobre responsa-
bilidad del Estado presentado ante la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU) en diciembre
de 2001 el término “necessity”, en la versión francesa el término “état de nécessité” en tanto en la
versión española el concepto de “estado de necesidad”. En la versión inglesa del texto adoptado en
primera lectura (art. 33, en Anuario CDI 1996, vol. II, Segunda Parte, p. 61) la CDI utilizó en cambio
la expresión “state of necessity”, de la que también se valió R. Ago en su Adición al Octavo Informe
sobre responsabilidad del Estado, en Anuario CDI 1980. Esta diferencia terminológica en la versión
inglesa del proyecto no se aprecia en cambio en el Proyecto sobre responsabilidad de las Organizacio-
nes Internacionales. Tanto el relator especial (en su Cuarto informe), como posteriormente el Comité
de Redacción han optado por emplear el término “necessity”. En la versión española se mantiene la
expresión “estado de necesidad” y en la francesa “état de nécessité”, vid. A/CN.4/L.687. La CIJ, por
su parte, como veremos en el capítulo 4, utiliza la expresión “state of necessity” para referirse a esta
circunstancia de exclusión de la ilicitud de un hecho, reservando el término “necessity” para referirse a
uno de los criterios exigidos junto con el de proporcionalidad, para poder alegar válidamente legítima
defensa (art. 51 de la Carta de UN).
(3) Anuario CDI 1980, vol. II, 2º Parte, párr. 32, p. 48.
205
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 203-216
Salmon efectuó un interesante aporte al tema, sostuvo que el objeto del interés a
salvaguardar por un Estado no ha sido descripto de manera uniforme por la doctrina
y propone una enumeración sobre qué ha de entenderse por interés esencial, a saber:
* Peligro para la propia conservación del Estado o sus intereses esenciales
* Conservación concerniente a las exigencias esenciales de la vida del Estado
* Amenaza para la existencia misma del Estado
* Protección de intereses vitales
* Protección de la existencia del Estado, de su estatuto territorial y personal
presentes, de su gobierno o de la forma misma de Estado
* Catástrofe nacional, medidas de orden público necesarias para el buen fun-
cionamiento de las instituciones o a la salvaguarda de los intereses vitales
de los nacionales
* Salvaguardar valores de gran importancia, tales como la vida humana o la
existencia misma del Estado4.
Pinto, en sesión de la CDI, sostuvo que: “La palabra interés puede ser objeto
de diversas interpretaciones, y hará, sin duda alguna, difícil una aplicación de esa
disposición que sea conforme a la justicia en cada caso particular. La necesidad
de comparar los intereses que entran en juego, que parece exigir juicios de valor,
mientras no haya una escala de valores universalmente aceptada, puede plantear
problemas que comprometan seriamente la utilidad de la noción de necesidad y,
por tanto, del proyecto de artículos”5.
A esta inquietud, Ago respondió que no se debían exagerar las dificultades que
pueda plantear la interpretación de la necesidad y pone como ejemplo el caso Torrey
Canyon, en el que “no ha sido necesario preguntarse si el interés de Gran Bretaña en
evitar una contaminación grave de sus costas prevalecía realmente sobre el interés
del Estado del pabellón en que no se destruyeran los restos del buque”6. El supuesto
planeado por Ago claramente no genera duda sobre la jerarquía de los intereses,
el problema radica cuando los intereses en tensión son de discutible prevalencia,
tal por ejemplo, el caso que se da frente al interés en preservar el medio ambiente
o hacer prevalecer la integridad territorial7.
206
María Alejandra Sticca
Nos preguntamos si dicho interés esencial debe ser del Estado o puede un Es-
tado invocar estado de necesidad con el fin de salvaguardar un interés esencial de
la Comunidad internacional frente a un peligro grave e inminente.
Consideramos que un Estado puede actuar para proteger “un interés esencial”
propio o de la comunidad internacional en su conjunto.
El comentario de la CDI contiene poca orientación sobre cómo identificar los
intereses esenciales: sólo dice que depende de “todas las circunstancias, y no puede
prejuzgarse”8. De hecho, la redacción del artículo 25 revela que la Comisión pre-
tendió que se tratara de un concepto relativo. Por ejemplo, el Tribunal Internacional
de Justicia (en adelante, TIJ) en Gabčíkovo–Nagymaros aceptó que los intereses
ecológicos podrían ser esenciales9. Hungría sostuvo que, a pesar que suspendió o
abandonó algunas obras, jamás suspendió la aplicación del Tratado de 1977. Para
justificar su conducta alegó el “estado de necesidad ecológico”10. El alto Tribunal reco-
207
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 203-216
noció que las preocupaciones expresadas por Hungría sobre su medio ambiente en
la región afectadas por el Proyecto Gabčikovo-Nagymaros constituyen un “interés
esencial” de aquel Estado11, dentro del significado dado a la expresión en el artículo
33 del Proyecto de la CDI12.
La CDI indicó, en su comentario, que no se debe reducir un “interés esencial”
a una materia solo de “existencia” del Estado, y que toda la cuestión debía, fun-
damentalmente, ser juzgada a la luz del caso particular; al mismo tiempo, incluyó
entre las situaciones que podían ocasionar un estado de necesidad, “un grave peligro
a (...) la preservación ecológica de todo o parte del territorio de un Estado” y especificó,
con referencia a la práctica estatal, que “es principalmente en las últimas dos décadas
que la protección del equilibrio ecológico ha llegado a ser considerada un interés esencial de
todos los Estados”13.
in most of the Szigetkoz. Furthermore, the groundwater would then no longer have been supplied by the Dan-
ube - which, on the contrary, would have acted as a drain - but by the reservoir of stagnant water at Dunakiliti
and the side-arms which would have become silted up. In the long term, the quality of water would have been
seriously impaired. As for the surface water, risks of eutrophication would have arisen, particularly in the res-
ervoir; instead of the old Danube there would have been a river choked with sand, where only a relative trickle
of water would have flowed. The network of arms would have been for the most part cut off from the principal
bed. The fluvial fauna and flora, like those in the alluvial plains, would have been condemned to extinction. As
for Nagymaros, Hungary argued that, if that dam had been built, the bed of the Danube upstream would have
silted up and, consequently, the quality of the water collected in the bank-filtered wells would have deteriorated
in this sector. What is more, the operation of the Gačbikovo power plant in peak mode would have occasioned
significant daily variations in the water level in the reservoir upstream, which would have constituted a threat
to aquatic habitats in particular. Furthermore, the construction and operation of the Nagymaros dam would
have caused the erosion of the riverbed downstream, along Szentendre Island. The water level of the river would
therefore have fallen in this section and the yield of the bank-filtered wells providing two-thirds of the water
supply of the city of Budapest would have appreciably diminished. The filter layer would also have shrunk or
perhaps even disappeared and fine sediments would have been deposited in certain pockets in the river. For
this twofold reason, the quality of the infiltrating water would have been severely jeopardized. From al1 these
predictions, in support of which it quoted a variety of scientific studies, Hungary concluded that a “state of
ecological necessitv” did indeed exist in 1989.
(11) Véase VIÑUALES, J. “The contribution of the International Court of Justice to the de-
velopment of International Environmental Law: A contemporary assessment”, 32 Fordham Int’ILJ,
2008-2009, 232-258.
(12) Para profundizar en el análisis ver STICCA, M.A. Elementos estructurales del estado de nece-
sidad en el Derecho Internacional Público, Advocatus, Córdoba, p. 194 y ss., Op. Cit., p. 194 y ss.
(13)53. “The Court has no difficulty in acknowledging that the concerns expressed by Hungary for its
natural environment in the region affected by the Gabčikovo -Nagymaros Project related to an “essential interest”
of that State, within the meaning given to that expression in Article 33 of the Draft of the International Law
Commission. The Commission, in its Commentary, indicated that one should not, in that context, reduce an
“essential interest” to a matter only of the “existence” of the State, and that the whole question was, ultimately,
to be judged in the light of the particular case (see Yearbook of the International Law Commission, 1980, Vol. II
Part 2, p. 49, para. 32); at the same time, it included among the situations that could occasion a state of necessity,
“a grave danger to… the ecological preservation of al1 or some of [the] territory [of a State]” (ibid, p. 35, para.
3); and specified, with reference to State practice, that “It is primarily in the last two decades that safeguarding
the ecological balance has come to be considered an ‘essential interest’ of al1 States.” (Ibid., p. 39, para. 14.)….”
208
María Alejandra Sticca
(14) CRAWFORD J., State Responsibility: The General Part (CUP 2013), p. 310.
(15)Laudo arbitral CIADI en el caso Enron Corporation Ponderosa Assets, LP contra la Repú-
blica Argentina del 22 de mayo de 2007.
(16) Laudo Arbitral CIADI en el caso B. von Pezold y otros contra la República de Zimbabwe del
28 de julio de 2015 (ICSID CASE NO. ARB/10/15). “628. The Parties are correct in their affirmation
that the existence of a State, as well as the maintenance of public order of a State, is an essential interest, and
therefore applicable to ILC Article 25(1)(a)” (el resaltado nos pertenece) (https://www.italaw.com/
sites/default/files/case-documents/italaw7095_0.pdf).
(17) Impregilo v Argentina (Award) ICSID Case no ARB/07/17, 21 June 2011, [346]; Suez v
Argentina (Decision on Liability) ICSID Case no ARB/03/17, 30 July 2010, [260]: “The provision of
water and sewage services to the metropolitan area of Buenos Aires certainly was vital to the health
and well-being of nearly ten million people and was therefore an essential interest of the Argentine
State.” Total v Argentina (Decision on Liability) ICSID Case no ARB/04/1, 21 December 2010, [345].
The Total tribunal also recognized at [484] that “in time of shortages, diverting gas intended for export
to domestic consumption could qualify, in the abstract, as an act adopted ‘to safeguard an essential
interest against a graveand imminent peril’.”
(18) “The Respondent has explained in detail the severity that characterized the crisis affect-
ing the country, which in its view threatened the very existence of the State and its independence.
The Respondent asserts in particular that the significant decreases in the Argentine Gross Domestic
Product, consumption and investment during the crisis period, together with deflation and the re-
duction in value of Argentine corporations, resulted in widespread unemployment and poverty, with
dramatic consequences for health, nutrition and social policy. Public institutions were also no longer
functioning. A witness for the Respondent describes the crisis as “a combination of political, economic,
financial, institutional, fiscal circumstances that coalesced.” El laudo arbitral se puede consultar en
https://www.italaw.com/sites/default/files/case-documents/ita0770.pdf (fecha última consulta
05 de marzo de 2023).
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 203-216
210
María Alejandra Sticca
(23) Sobre este punto se puede consultar STICCA, M.A. “Elementos estructurales…”, Op. Cit.,
p. 295 ss.
(24) Draft Articles on Responsibility of States for Internationally Wrongful Acts, in Report of
the International Law Commission on the Work of Its Fifty-third Session, UN GAOR, 56th Sess., UN
Doc. A/56/10 (2001), parrs. 17, p. 83 (disponible en http://www.un.org/law/ilc).
211
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 203-216
212
María Alejandra Sticca
(26) V. HERSHEY, S. The essentials of International public law and Organization…, Op. Cit., p.231:
“The most important of these fundamental rights of States is that of existence, which involves the
rights of self-preservation and defense.”
(27) Birnbaum ya desarrolló al principio del siglo XIX su teoría de la violación de “bienes (“Gü-
ter”) como un pre-requisito para calificar la conducta como un crimen (“Verbrechen”) rechazando la
antigua teoría de la “violación de derechos” (“Rechtsverletzung”) desarrollada por Kant y Feuerbach.
(28) ROXIN, C. Derecho penal. Parte general, t. I: Fundamentos. La estructura de la teoría del delito,
2ª ed., Thomson/Civitas, Madrid, 2006, p. 56.
213
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 203-216
(29) GARCÍA ARROYO, C. “Sobre el concepto de bien jurídico. Especial consideración de los
bienes jurídicos supraindividuales-institucionales”, Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología,
2022, núm. 24-12, pp. 32 ss. (http://criminet.ugr.es/recpc/24/recpc24-12.pdf).
(30) AMBOS, K. “Bien jurídico y harm principle” bases teóricas para determinar la “función
global” del derecho penal internacional. Una segunda contribución para una teoría coherente del
derecho penal internacional”, UNED. Revista de Derecho Penal y Criminología, 3.a Época, n. X (2013),
p.371 y ss. (https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5040748).
(31) Sobre el tema se puede consultar la Sentencia del TIJ en el Caso B-H c. S-M caso relativo a
la prevención y sanción del crimen de genocidio del 26 de febrero de 2007 (https://www.icj-cij.org/
public/files/case-related/91/091-20070226-JUD-01-00-EN.pdf).
214
María Alejandra Sticca
V. Reflexiones finales
El bien jurídico protegido es aquello que contiene un valor esencial para el ser
humano y para la sociedad que integra, concepto que va variando y ampliando su
horizonte, que viéndose mermado implicaría un ataque tanto para el individuo como
para su comunidad, por lo cual debe protegerse. El interés esencial, al igual que
dichos bienes, también tiene un valor esencial para el Estado o para la comunidad
internacional, y también va ampliando su horizonte. La diferencia fundamental
radica en que los bienes jurídicos protegidos están exhaustivamente enunciados ya
sean por cada Estado o por el Derecho Penal internacional, en cambio los “intereses
esenciales” son propios de cada Estado o de la Comunidad internacional y dependen
de las circunstancias cambiantes y del contexto. No hay, como ya hemos afirmado, un
215
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 203-216
216
Giselle Javurek
LA AUSENCIA DE LO NECESARIO
TRANSPORTE, COMERCIO EXTERIOR,
TURISMO Y DERECHO ADUANERO EN
LA FORMACIÓN DEL ABOGADO*
Giselle Javurek**
*
Trabajo recibido el 15 de marzo de 2023 y aprobado para su publicación el 10 de abril del
mismo año.
**
Abogada. Especialista en Régimen Jurídico en Comercio Exterior. Doctora en Derecho y
Ciencias Sociales. Par acreditadora internacional de Carreras de Abogacía en América Latina. Profesora
Titular por Concurso en la asignatura Derecho de la Navegación, Transporte y Comunicaciones de
la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba. Profesora Titular por Concurso de
Derecho de la Navegación de la Carrera de Abogacía, Universidad Nacional de Chilecito.
situations a lawyer has to face during the practice of his profession and that
require the knowledge of the specific regulations on these topics.
Keywords: The Law career - Basic contents - Foreign trade - Transport - Cus-
toms law.
Sumario: I. La realidad en la práctica profesional. II. La importancia de la disci-
plina a nivel mundial. III. Contenidos curriculares mínimos exigidos. IV. Planes
de Estudios en las Universidades argentinas en relación al comercio exterior,
transporte, aduana y turismo. V. Consecuencias de la ausencia. VI. Conclusión.
218
Giselle Javurek
219
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 217-228
dar cuestiones tales como: responsabilidad del capitán, del práctico, banderas de
conveniencia, culpas náuticas, régimen jurídico aplicable al Canal de Suez, avería
gruesa, rotación de tripulaciones, embargo preventivo de buques, demora en la de-
volución de contenedores, incumplimientos contractuales…, todas cuestiones objeto
de estudio del Derecho de la Navegación por agua. Continuando con la analogía
con el sistema circulatorio del cuerpo humano, hemos expresado que el Ever Given
provocó una verdadera trombosis en el planeta y ante ese diagnóstico, quien nos
brindará el tratamiento es el Derecho Marítimo1, no el derecho mercantil, tampoco
el derecho empresarial.
En cuanto a la temática aduanera, basta con notar la cantidad de medidas y no-
ticias que día a día afectan a la economía de los países relacionadas con el comercio
exterior: restricción de importaciones, suba de retenciones, derechos antidumping,
entre tantas otras.
220
Giselle Javurek
La simple lectura del precedente listado nos lleva a la palabra “ausencia” que
consignamos en el título. De las ramas jurídicas que hemos mencionado en este
trabajo, salvo la temática aduanera que cae en su totalidad en la órbita del derecho
público, las demás plantean una fuerte y equilibrada presencia de derecho privado
221
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 217-228
(3) PÉPIN, Eugene. La Enseñanza del Derecho Aéreo en el Mundo. Derecho PUCP, (17), 1958, pp.
12-149, https://doi.org/10.18800/derechopucp.195801.008
(4) A mero título ejemplificativo mencionamos UNC: Derecho de la Navegación Transporte
y Comunicaciones, UNDEC: Derecho de la Navegación, UNCUYO: Derecho del Transporte, UNLZ:
Derecho del Transporte, UNR: Derecho del Transporte y de la Navegación. UCC: Derecho de las
Navegaciones. UK: Derecho del Transporte. UBP: Derecho de la Navegación y Aeronáutico.
(5) Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Córdoba.
(6) Derecho Aduanero, Carrera de Abogacía Plan 008-18, Universidad Nacional de Chilecito.
222
Giselle Javurek
Tipos de universidad
Pública Privada Total
Derecho de la Navegación, Trans-
1 - 1
porte y Comunicaciones
Derecho de la Navegación 4 1 5
Derecho del Transporte 2 6 8
Denominación
de la materia Derecho del Transporte y la
2 - 2
Navegación
Derecho de la Navegación y
- 2 2
Aeronáutica
Transporte y Seguros - 4 4
Si 14 56% 19 46,3% 33 50 %
No 11 44 % 22 53,6% 33 50%
Los responsables del diseño de los diversos planes de estudio para la carrera de
abogacía suelen expresar que es temática de posgrado. A ello contestamos siempre
de igual manera: “Lo que no se conoce, no se quiere, por lo que mal puede alguien
interesarse en profundizar sus conocimientos en una temática a la que ni siquiera
se ha aproximado en el grado”. Asimismo, solemos escuchar el argumento de que
(7) Investigación realizada en enero de 2021 por Diego Cevallos Ammiraglia, adscripto a la
Cátedra C de Derecho de la Navegación, Transporte y Comunicaciones de la Facultad de Derecho de
la Universidad Nacional de Córdoba, inédito.
223
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 217-228
es imposible tratar en la carrera la totalidad de las ramas del Derecho, que perma-
nentemente asistimos al nacimiento de nuevas disciplinas o renovados enfoques
sobre distintas temáticas jurídicas. A este intento de justificación le contestamos
que ya el Código Hammurabi contenía normas sobre transporte marítimo. Desde
el mismo comienzo del intercambio de bienes y personas que necesariamente de-
bieron y deben trasladarse, la sociedad debió crear y aplicar normas que atendieran
a su especificidad.
Si observamos por ejemplo la autonomía legislativa que tiene el derecho adua-
nero en la mayoría de los Estados, se nos torna más incomprensible su ausencia en
los planes de estudios de las carreras de abogacía. La casi totalidad de los países
cuentan con códigos o leyes aduaneras que abonan la importancia de la disciplina.
La Historia nos da la razón también en esto: “En España, al retomar sus tierras después
de la batalla de Granada donde vencieron a los moros, una de las disposiciones reales más
importantes que expidieron los Reyes Católicos fue la Real Cédula del Almojarifazgo que es
un impuesto aduanero antecedente del actual impuesto ad valorem. Actualmente en España
rige su Ley Orgánica de 1995… En la Francia de 1687 se dictaron las Ordenanzas de Colbert
que fueron Ordenanzas Aduaneras que se constituyeron en el primer código aduanero de
Francia con gran impacto e influencia en el orbe”8.
La imperiosa necesidad de circulación de los bienes en el mundo se ha demos-
trado palmariamente con la reciente pandemia COVID-19: En marzo de 2020, el día
que se declaró el ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio), el servicio
aduanero solamente se suspendió por una hora, con el riesgo que ello implicaba
para los agentes aduaneros9.
En medio de esta pesadilla, en mayo de 2020, en un trabajo en conjunto de do-
centes y adscriptos a la cátedra a la que pertenecemos, advertíamos sobre los efectos
de la pandemia, analizando la inexorable contundencia de sus consecuencias en el
derecho marítimo, aeronáutico, derecho aduanero y del turismo10.
V. Consecuencias de la ausencia…
Ignoramos las causas de la ausencia del transporte, comercio exterior turismo
y derecho aduanero en los contenidos curriculares mínimos que hemos citado,
pero sí conocemos sus consecuencias: asesoramientos erróneos, falta de interés de
(8) HUAMÁN SIALER, Marco Antonio - SIFUENTES MINAYA, Hada Consuelo. “La autono-
mía del Derecho Aduanero”, Revista Lex de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad
Alas Peruanas, http://dx.doi.org/10.21503/lex.v17i23.1678
(9) BUSTOS CARA, Raúl. Profesor invitado en el dictado de la materia opcional Derecho
Aduanero en la Facultad de Derecho UNC, ciclo lectivo 2022.
(10) JAVUREK, Giselle et al. “Derecho Aduanero. Derecho del turismo”, en BARRERA BUTE-
LER, Guillermo (Director) El Derecho Argentino frente a la Pandemia y Post-Pandemia Covid-19, Advocatus,
Córdoba, 2020, pp. 69-121.
224
Giselle Javurek
225
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 217-228
VI. Conclusión
Como expresamos anteriormente, desconocemos las causas por las que se ha
dejado de lado la temática objeto de estas breves reflexiones en los contenidos curri-
culares mínimos en la carrera de abogacía; sí, nos quedan claras sus consecuencias.
(13) https://elmundojuridico.com/wp-content/uploads/2023/03/FALLO-COM-011006_2020_
CS001.pdf
(14) PARISI, Néstor. “Competencia federal para reclamo de daños en suspensión de vuelos internacio-
nales”, mundojurídico.com, búsqueda del 02 de marzo de 2023.
(15) CAPALDO, Griselda. “De la legislación aeronáutica al proyecto de ley de defensa del
consumidor (y viceversa)”, en https://cedaeonline.com.ar/wp-content/uploads/2019/11/CAP%-
C3%8DTULO-Dra-G_CAPALDO.pdf
(16) Cámara Séptima de Apelaciones en lo Civil y Comercial-Cba. “Di Tella, Belén María y
Otro C/ Latam Airlines Group S.A. y/o Lan Airlines S.A. – Abreviado – Expte 6231615, Sentencia
N° Veintiocho del 22 de abril de 2019 (https://www.eldial.com/nuevo/nuevo_diseno/v2/fallo4.
asp?id=49677&base=14).
226
Giselle Javurek
(17) Artículo 3°. Lo establecido en los Anexos aprobados por el artículo 1° de la presente
deberá ser aplicado con un criterio de flexibilidad y gradualidad, correspondiendo su revisión en
forma periódica.
227
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 217-228
228
Adriana L. Vercellone
Adriana L. Vercellone**
Resumen: Este artículo desarrolla los antecedentes teóricos y la práctica del secre-
to de Estado, contrastando sus tensiones con las leyes de acceso a la información
pública. Para ello, se distinguen cinco períodos de la historia Argentina en los que
se reconstruye la legislación sancionada en la materia y se valora su evolución.
Las conclusiones revelan que, en el pasado, los diferentes poderes del Estado
se han valido del secreto para ocultar actividades y acuerdos a la ciudadanía.
Y, aunque con los años se ha cercenado positivamente dicha potestad, también
se ha legitimado un tipo de secreto mucho más controvertido: los documentos
secretos, potestad de los organismos encargados a tareas de inteligencia, defensa
y seguridad.
Palabras-clave: Secreto - Seguridad - Defensa - Inteligencia - Democracia.
Abstract: This article describes the theoretical background and practice of state
secrecy, while contrasting its tensions with public information laws. It distin-
guishes five periods of Argentinian history in order to portray and assess the
legislation sanctioned in the matter. Conclusions reveal that, historically, the
different branches of State have used secrecy to hide activities and agreements
from citizenship. And, although over the years this practice has been positively
curtailed, a much more controversial type of secret has been legitimized: secret
documents, which classification authority are agencies in charge of intelligence,
defense and security tasks.
Keywords: Secrecy - Security - Defense - Intelligence - Democracy.
Sumario: Introducción. I. El secreto legislativo en el proceso de consolidación
del Estado nacional (1878-1945). II. El secreto ejecutivo, los documentos secre-
*
Trabajo recibido el 31 de octubre de 2022 y aprobado para su publicación el 7 de diciembre
del mismo año.
**
Abogada, Magister en Derecho y Argumentación y Doctora en Derecho y Ciencias Sociales
por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Profesora en Ética y Derecho Político, en la carrera de
Abogacía (UNC). Becaria Postdoctoral CONICET.
Introducción
El principio de publicidad de los actos de gobierno y el derecho de acceso a
la información pública se reconocen como precondiciones para el funcionamiento
del sistema democrático. Esto significa que, sin información sobre las decisiones y
actividad de la autoridad política, una comunidad no puede disfrutar plenamente
de otros derechos democráticos fundamentales, como ser, la participación o la
libertad de expresión.
Sin embargo, no son derechos absolutos, ya que sus exigencias ceden ante cir-
cunstancias extraordinarias o conflictos normativos complejos. Así, por ejemplo,
se justifica no divulgar información de Estado para proteger derechos individuales
(como la intimidad), bienes colectivos (como la estabilidad económica o la paz social)
o para garantizar el funcionamiento de las instituciones (como el desarrollo de una
investigación criminal).
Entre los supuestos de secreto legitimado, es de especial interés el que tiene
lugar para la protección de la soberanía y la defensa nacional. Es decir, el secreto
de Estado (SE) que busca conservar la unidad territorial, política y/o jurídica de la
comunidad. Se trata de un supuesto ampliamente discutido en la teoría política y
característico tanto de sistemas democráticos como autoritarios.
En la legislación argentina, se encuentra incorporado desde 2016 en la Ley 27275
de Acceso a la Información Pública que, por un lado, reconoce un derecho general a
acceder de manera gratuita a cualquier dato de interés público que obre en manos
públicas o privadas; y, por otro lado, incluye una lista de excepciones entre las que
destaca la referida a los asuntos de política exterior y defensa nacional (art. 8, inc. a).
La lectura de dicho articulado trasluce de manera clara y evidente los límites
que el Estado Argentino ha previsto para el derecho de acceso a la información y
el SE. Sin embargo, su práctica e interpretación ha sido (y sigue siendo) por demás
controvertida. Inclusive, puede decirse que la discusión sobre el tema ha tenido un
desarrollo anacrónico, abiertamente en conflicto con el crecimiento exponencial
de la legislación y herramientas vinculadas al buen gobierno de los últimos años.
Este artículo propone explicitar dicha tensión, recuperando sus principales
antecedentes y las discusiones filosófico-políticas implícitas. Para ello, se recons-
truyen cinco períodos históricos, diferenciados en función de criterios conceptuales
vinculados con el problema del secretismo.
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Adriana L. Vercellone
Así, se desarrolla una primera etapa (años 1878-1945) caracterizada por la con-
solidación de la estructura estatal nacional y la vigencia del secreto legislativo. La
segunda etapa (1946-1982) describe el surgimiento de organismos dedicados a tareas
de inteligencia necesarias para la Nación y, con ello, la proliferación de los documentos
secretos en temas de defensa y seguridad. En la tercera etapa (1983-2006), la vigencia
de derechos democráticos y una tendencia global hacia el buen gobierno contrastan
con la legitimación del SE en manos de organismos de gobierno no democráticos.
El cuarto período (2006-2015) revela los reiterados intentos por desclasificar infor-
mación, la derogación masiva de secretos y la imposición de límites a su uso, en
un contexto de crecientes reclamos sociales y políticos. Por último, la quinta etapa
(2015-2022) describe el rediseño de la estructura de los servicios de inteligencia y el
SE iniciado por diferentes gobiernos, con avances y retrocesos evidentes.
Las conclusiones revelan que en la historia argentina los diferentes poderes del
Estado se han valido del secreto para ocultar actividades y acuerdos a la ciudadanía.
Y, aunque con los años se ha cercenado positivamente dicha potestad, también se
ha legitimado un tipo de secreto mucho más controvertido: los documentos secretos.
Decimos que es una categoría problemática porque depende de los servicios de
inteligencia, un organismo no electo democráticamente, no obligado por algunas
de las leyes generales de Ética Pública y respecto del cual no existe mecanismo de
rendición de cuentas preciso.
(1) OSZLAK, Oscar. “Reflexiones sobre la formación del Estado en Argentina”, en Desarrollo
Económico. Revista de Ciencias Sociales, Vol. XXI, 1982, Buenos Aires, Argentina; TERÁN, Oscar. Historia
de las ideas en la Argentina: Diez lecciones iniciales, 1810-1980, Siglo XXI editores, Buenos Aires, 2019.
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sesiones legislativas secretas en dicho reglamento (arts. 28-31, vigente en los actuales
arts. 31 y ss.) que reconocen al órgano parlamentario la posibilidad de sustraer del
conocimiento popular una sesión deliberativa, no publicándola o impidiendo a la
ciudadanía y la prensa presenciar el debate2. Seguidamente, el reglamento del Sena-
do hizo lo propio al reconocer dicha potestad en los art. 18 y ss. de su reglamento3.
Con ello, se inició una práctica de secretismo en el recinto legislativo que se
extendería por más de 100 años e incluiría, también, la discutida potestad de san-
cionar leyes secretas; es decir, la posibilidad del Congreso de deliberar y sancionar
una norma, sin publicarla en el Boletín Oficial (BO) para su difusión general. En
ese marco, se sancionaron las primeras leyes de carácter secreto en 1891, fecha en
la que el Congreso sancionó sendas normas vinculadas con la compra de armas y
acuerdos sobre límites geográficos con países vecinos4. Así, puede decirse que los
primeros antecedentes sobre SE en Argentina se gestaron en paralelo a la consoli-
dación del gobierno.
Las discusiones entabladas en la época sobre el tema revelan una profunda
preocupación por la calidad democrática de las instituciones y el modo en que di-
cha práctica podía afectar la capacidad deliberativa del Poder Legislativo (PL) y la
ciudadanía. A nivel doctrinal, es posible reconocer dos líneas diferentes, aunque con
argumentos en común. La primera, vinculada con la justificación de las deliberacio-
nes secretas (sesiones legislativas secretas); la segunda, cuestionó la constitucionalidad
de las leyes secretas (secreto legislativo propiamente dicho).
Sagüés sistematiza dichas posiciones distinguiendo, en primer lugar, argumen-
tos elaborados en favor de mantener el secreto de las sesiones legislativas cuando
la presencia del público pueda afectar la independencia de sus miembros, ejercer
presiones que fomenten comportamientos demagógicos o decisiones especulativas,
o cuando se encuentre en juego la paz social, la seguridad nacional o la existencia del
Estado5. En segundo lugar, enumera un conjunto de argumentos comprometidos con
una noción robusta de republicanismo y democracia que defendían la publicidad de
la actividad legislativa. Entre ellas, cita: el argumento de la inutilidad del secreto, según
el cual todo sigilo impedía juzgar la labor parlamentaria o perjudicaba el rol educa-
tivo de la deliberación pública; los argumentos éticos y del respeto a los derechos, que
señalaban los acuerdos impopulares o negociaciones espurias que el secreto podía
fomentar; los argumentos del diálogo y el consentimiento, que marcaban la distancia
entre ciudadanía y representantes creada por el secreto impidiendo a las personas,
(2) SAGÜÉS, Néstor P. Las leyes secretas. El sigilo legislativo en el derecho constitucional argentino,
Depalma, Buenos Aires, 1977, p. 22.
(3) Véanse ambos reglamentos en: https://www.senado.gob.ar/reglamento y https://www.
hcdn.gob.ar/
(4) BASTERRA, Marcela. “Las leyes secretas en Argentina. Su inconstitucionalidad”, La Ley,
LL 2006-D, 2006, p. 1158.
(5) SAGÜÉS, Ob. Cit., 1977, pp. 32-45.
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Otro indicio de esta preocupación son los reparos institucionales que se adop-
taron para resguardar tanto la categoría del SE como la información a proteger. En
el caso de las sesiones secretas del Congreso, se previó su registro en actas confec-
cionadas con la mayor exactitud posible, que debían resguardarse en un cuaderno
especial, hasta tanto la Cámara estimara conveniente su publicidad. Así, se garanti-
zaba tanto la reserva de la información como también se prevenía su destrucción11.
En el caso de las leyes secretas, su contenido no figuraba en los anales legislativos
(sólo se identificaba y publicaba en el BO el número de ley con la adjetivación de
“secreta”). Sin embargo, se resguardaba la información en la Secretaría Parlamen-
taria del Congreso, la cual podía ser consultada por funcionarios/as del PL con
previa autorización de la Presidencia de Cámara12. Como veremos, estos reparos
contrastan con la falta de previsiones y procedimiento previsto para la categoría
de documentos oficiales secretos.
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ción media” (la información reservada) y dos de “baja clasificación” (la información de
público militar y la información pública)13.
El decreto destaca por su extensión y el detalle con el que enuncia los requisitos
formales para la redacción de toda información oficial, sus procedimientos de regis-
tro y diligenciamiento. Pero entre esas referencias aparecen dos importantes datos
sobre el SE. Por un lado, que las seis categorías seleccionadas para clasificación de
información eran criterios temáticos, esto es, categorías que agrupaban una lista de-
tallada por tema y/o área de documentos elaborados por el ejército, la cual pretendía
ser exhaustiva. Y, por el otro lado, que para el manejo de cada documentación se
establecía un procedimiento (llamado Procedimiento Operativo Normal), que debía
ser conocido y respetado por todos los cuadros y tropas del ejército, y cuyo control
era de tipo interno. Así, con la concesión de facultad clasificatoria a las autoridades
del Ejército, se reconoció también la potestad de determinar, a voluntad, la lista de
personas que podían acceder a dicha información.
Unos años después, el decreto 5315/1956 encomendó a la Secretaría de Presi-
dencia de la Nación y a su secretaría de informaciones (SIDE) el manejo de gastos
reservados vinculados a seguridad e inteligencia. De esta manera, se habilitó al
PE y la SIDE a asignar presupuesto de monto y destino secreto, siempre que se
argumentara la finalidad de seguridad e inteligencia. Para evitar ambigüedades y
la arrogación de tal potestad por parte de organismos del Estado no vinculados a
dichos temas, el decreto ley 18302/1969 elaboró una enumeración taxativa de los
organismos habilitados para efectuar ese tipo de asignación presupuestaria. Esta
lista incluyó a las siguientes: Unidad de Organización - Presidencia de la Nación;
Comando en Jefe del Ejército; Comando en Jefe de la Armada; Comando en Jefe
de la Fuerza Aérea; Secretaría de Informaciones de Estado; Dirección Nacional de
Gendarmería; Prefectura Nacional Marítima; Policía Federal y Dirección Nacional
del Servicio Penitenciario Federal14. Estos antecedentes delinearían la lista de agentes
públicos y organismos que operarían en el absoluto secretismo por los siguientes
40 años.
En torno al segundo rasgo mencionado –creación de organismos dedicados a
tareas de inteligencia- debe mencionarse que en la segunda mitad del siglo XX la
recolección de información y las actividades de inteligencia estratégica comenza-
ron a percibirse como herramientas vitales para la supervivencia de toda nación.
Tal presunción respondía a la doctrina Sherman Kent difundida durante la Guerra
Fría por los Estados centrales, que promovía el diseño de una maquinaria técnica,
organizada y centralizada para la producción de información de la cual dependía,
entre otras cosas, la efectividad de los planes y operaciones estatales, tanto a nivel
(13) Decreto disponible en el Anexo 36, pp. 60 y ss. del registro de documentación del gobierno
en https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/rfp-70-05.pdf
(14) Ambos decretos disponibles en: http://www.saij.gob.ar/18302-nacional-ley-secreta-sobre-
gastos-reservados-secretos-lns0005096-1969-07-31/123456789-0abc-defg-g69-05000scanyel
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(15) Véase: KENT, Sherman. Inteligencia estratégica para la política mundial norteamericana, Plea-
mar, 1994.
(16) Decreto 337/46.
(17) Decreto 776/56.
(18) CHIARINI, Sebastián - PORTUGHEIS, Rosa. Plan Conintes. Represión política y sindical,
Buenos Aires: Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, 2014, pp. 42-43.
(19) FUNES, Patricia. “De lo secreto a lo público. El epicentro de la violencia”, Revista Puentes,
(6) (2006), p. 9.
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(20) UGARTE, José Manuel. “La transparencia en inteligencia en América Latina”, Gladius et
Scientia. Revista de Seguridad del CESEG, no 1, 2019.
(21) De hecho, las instancias de desclasificación de dicha documentación sucedidas en el período
siguiente, fueron el resultado de mancomunados esfuerzos desplegados por organismos guberna-
mentales, no gubernamentales de Derechos Humanos (DD.HH.) e informes periodísticos que, una
vez terminado el período dictatorial, pudieron avanzar en dichas investigaciones. Véase, entre otros:
Decreto 4/2010 de desclasificación de información de seguridad vinculada con el accionar de las FF.AA
.desde 1976 a 1983; Memorándums de Entendimiento con la República Oriental del Uruguay, Brasil
y Chile (2012-2014) para intercambio de documentación y esclarecimiento de violaciones de DD.HH.
ocurridas durante las dictaduras; y acuerdos de entrega de documentos clasificados vinculados con
la dictadura local por parte de otros Estados (por ejemplo, aquellos entregados por el Gobierno de
Estados Unidos en 2019).
(22) Asociación por los Derechos Civiles (ADC). “El (des)control democrático de los organismos
de inteligencia en Argentina”, Privacy International, ADC, 2015, p. 9.
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(23) No se mencionó antes pero, durante el período dictatorial, personal de la SIDE también
colaboró con los gobiernos de países limítrofes en la persecución de la guerrilla; inclusive, existen
datos de vínculos y su participación en actos de terrorismo de Estado con países del hemisferio norte.
Véase: CALLONI, Stella. “Los archivos del horror del Operativo Cóndor”, Revista Covertaction, EE.
UU., 1994. Material reeeditado electrónicamente por Equipo Nizkor, Madrid, 1998, vol. 8.
(24) ADC. Ob. Cit., 2015, p. 8.
(25) Citado en NAZAR, M. Ob. Cit., 2003, p. 4.
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(26) Sobre estas denuncias, véanse los informes de INCLO (Red Global de Organizaciones de
Derechos Civiles) y ADC: AA.VV. Vigilancia y democracia. Historia en diez países, INCLO, 2016; ADC.
“Quien vigila a quienes vigilan. Estudio comparativo sobre sistemas de control de los organismos de
inteligencia”, Policy paper, 2014; y ADC. Ob. Cit., 2015.
(27) Cabe mencionar que, en lo organizacional, la ley 25520 vinculó nuevamente las esferas de
defensa y seguridad separando, en su lugar, la inteligencia “militar” de la “criminal” (la primera, a cargo
de una Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar dependiente del Ministerio de Defensa,
y la segunda, a cargo de una Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, dependiente del Ministerio
del Interior). Esto es señalado por especialistas como un signo de atraso (ADC. Ob. Cit., 2014, 2015).
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(28) Véase el dato en Diario de Sesiones de la Honorable Cámara de Senadores de la Nación, Congreso
de la Nación Argentina. 18ª reunión – 11ª sesión ordinaria 15 de junio de 2005, p. 94-99.
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(29) Véanse los decretos 1697/91, 2283/91 y 103/95. Asimismo, véanse los antecedentes por las
denuncias de sobresueldos en https://www.cij.gov.ar/nota-1487-Sobresueldos--procesan-y-embar-
gan-a-Menem-y-Cavallo.html y las maniobras de tráfico de armas en: http://www.saij.gob.ar/des-
carga-archivo?guid=adessarl-enga-sleg-ajod-ecasacionpdf&name=sarlenga-s.-legajo-de-casacion.pdf
(30) Senador Sanz, en Diario de Sesiones de Cámara de Senadores citado, 2005, p. 211.
(31) Diputado Nieva, en Diario de Sesiones de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación,
Congreso de la Nación Argentina, Reunión 26, Sesión ordinarias – ordinaria 16/08/2006, pp. 87-89.
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sido producidos por disposiciones secretas del Ejecutivo”32. Esta postura fue apoyada por
estadísticas que mostraban que, a la fecha en que se discutió el proyecto, se habían
sancionado 5458 decretos secretos; es decir, un 3738 % más que leyes secretas33.
Sin embargo, mayoritariamente, se impuso la idea de que el Congreso no podía
limitar las atribuciones del PE sin vulnerar la base republicana de gobierno y que
para derogar la potestad del ejecutivo sobre los decretos secretos primero debía
derogarse todo el andamiaje jurídico que la había justificado a lo largo de los años34
(es decir, la lista de decretos que lo habían legitimado desde el año 1956, ya citados).
Por tal motivo, el contenido de la ley 26134 alcanzó sólo a las leyes secretas y
no fue hasta 2012 que los decretos ejecutivos dejaron de regir. En dicho año, me-
diante decreto 2103, la ex presidente Fernández de Kirchner ordenó publicar todos
los decretos y decisiones administrativas de carácter reservado o secreto dictados
hasta el momento por el PE y Jefe de Gabinete. Asimismo, en línea con las leyes
de inteligencia vigentes, limitó su divulgación y uso futuro, exceptuando de pu-
blicidad los documentos referidos a defensa nacional, seguridad interior o política
exterior, y los relacionados con el conflicto bélico del Atlántico Sur o cualquier otro
de carácter interestatal (art. 1). De esta manera, se cercenó de manera definitiva la
práctica de clasificación de información discrecional por parte del PE, a la vez que
se validaron las leyes de acceso a la información vigentes, relegando la categoría
del SE a los documentos secretos, potestad del PE y los organismos competentes en
materia de inteligencia y defensa nacional.
(32) Diputado Negri, en Diario de Sesiones de Cámara de Diputados citado, 2006, pp. 80.
(33) Senadora Conti, en Diario de Sesiones de Cámara de Senadores citado, 2005, p. 94-99.
(34) Senadora Fernández de Kirchner, en Diario de Sesiones de Cámara de Senadores citado,
2005, pp. 212.
(35) Otros antecedentes vinculados con la causa y el SE, como las decisiones tendientes a levantar
el secreto de expediente (Decretos 395/15, 229/17 y 213/20) y los compromisos sobre uso de fondos
reservados asumidos a nivel estatal (decreto 812/2005) pueden verse en: https://www.amia.org.ar/
Amia/upload/download/2016/08/16/download_147134680681.pdf
242
Adriana L. Vercellone
ámbito de la Procuración General de la Nación del Ministerio Público (art. 17). Esto
significó un gran avance al quitar de la SIDE una actividad que había eludido todo
tipo de controles en el pasado. Tercero, ubicó dentro de la órbita de la AFI a todas
las actividades de los organismos de inteligencia dependientes del Ministerio del
Interior, incluyendo las tareas de la Policía Federal, Gendarmería Nacional, Pre-
fectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria y la del Servicio Penitenciario
Federal. Así, no solo unificó el régimen aplicable, sino que también adhirió a los
servicios de inteligencia a las reglas y procedimientos vigentes para el personal de
justicia en general, procurando transparentar sus mecanismos de ingreso y planes
operativos en general.
En materia de SE, se modificaron los grados de seguridad de información
previstos por la ley de inteligencia anterior -la ley 25520 de 2001 distinguía cinco
grados de información autorizando su reserva en función de la “conveniencia”36-;
pero entendiendo que esto contrariaba el principio de taxatividad del secreto, en
2015 se redujo la lista a tres: secreta, confidencial y pública. Así, el art. 16 bis de la
nueva ley definió como secreta a “toda información, documento o material cuyo
conocimiento por personal no autorizado pueda afectar gravemente los intereses
fundamentales u objetivos vitales de la Nación”; como confidencial a la categoría
de “información, documento o material cuyo conocimiento por personas no au-
torizadas pueda afectar parcialmente los intereses fundamentales de la Nación o
vulnerar principios, planes y métodos funcionales de los poderes del Estado”; y,
finalmente, como pública a la “documentación cuya divulgación no sea perjudicial
para los organismos del Sistema de Inteligencia Nacional y que por su índole per-
mita prescindir de restricciones relativas a la limitación de su conocimiento (…)”.
La introducción de esta distinción, justificada en un criterio de proporcionali-
dad y afectación a valores públicos es superadora ya que, hasta entonces, las únicas
normas que contenían una enumeración temática y taxativa de temas que deben
clasificarse y procedimientos internos para su gestión eran los decretos sancionados
en el período dictatorial, como el mencionado 9390/1963.
Sin embargo, la enumeración se realizó en términos “abiertos”, relegando a la
autoridad de inteligencia la posibilidad de interpretar y decidir a conveniencia la
reserva de una información. Si a esto se suma que el SE siguió sin tener un mecanis-
mo formal de clasificación, puede comprenderse la discrecionalidad concedida al
personal competente en el área para decidir sobre el tema. Los pedidos de desclasi-
ficación iniciados por organismos no gubernamentales en los últimos años revelan
que todavía se acoge la idea de protección de la seguridad y defensa nacional para
(36) La redacción original, incorporada por decreto 950/2002, distinguía los siguientes grados
de clasificación: estrictamente secreta y confidencial, secreta, confidencial, reservada y pública (art. 10).
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 229-250
denegar el acceso a información, sin mucho margen para revisar dicha decisión o
su justificación37.
En cuanto a su desclasificación, el PE conservó la potestad de levantar el SE (art.
16), estableciéndose además un plazo cuyo transcurso, contado desde la decisión
que originó su reserva, significaría la divulgación. La ley de 2015 estableció que
dicho plazo debía ser reglamentado para cada categoría de información (lo cual no
sucedió) pero que, en ningún caso, puede ser inferior a los 15 años (art. 16 ter)38.
En relación con la partida presupuestaria de la AFI, se estableció como regla
la publicidad de la distribución y asignación de fondos y sólo excepcionalmente
la reserva, siempre y cuando existan razones de seguridad que lo justifiquen y se
garantice la rendición y preservación de la documentación respaldatoria (art. 19).
Esto se sumó a otra lista de medidas que incrementaron la transparencia del orga-
nismo, como el acogimiento al sistema de declaraciones juradas de bienes patrimo-
niales establecido en la ley de Ética Pública 25188 (con los recaudos del secreto en
lo que hace a la identidad de los declarantes) o el establecimiento de límites para
impedir abusos de la autoridad. Dichos límites implicaron prohibir la clasificación
de información vinculada con “casos de graves violaciones de derechos humanos, críme-
nes de guerra o delitos de lesa humanidad” (art. 8), así como el uso de inteligencia: a)
para realizar tareas represivas, poseer facultades compulsivas, cumplir funciones
policiales o de investigación criminal; b) por razones políticas, de raza, fe religiosa,
acciones privadas o actividades sindicales y laborales; c) para influir en la situación
institucional, militar, policial, social y económica del país, etc. Finalmente, se creó el
Banco de Protección de Datos y Archivos de Inteligencia, responsable de garantizar
el respeto por los derechos individuales en las diferentes etapas de recolección, alma-
cenamiento, producción y difusión de información privada, asegurando también su
destrucción una vez que ya no sirve al fin inicialmente previsto (art. 16 quinquies).
En el año 2016, se sancionó diversa legislación de relevancia en la materia. En
el mes de mayo, el decreto ejecutivo 656/2016 del presidente M. Macri aprobó un
nuevo estatuto para el personal de inteligencia, delegó nuevamente en la AFI la
aprobación de su estructura orgánica y eliminó el régimen de administración de presupuesto
establecido por la ley de inteligencia de 2015. Así, se estableció nuevamente el secreto de los
fondos y de la estructura interna del organismo.
Unos meses después, el Congreso sancionó la ley 27275 de Acceso a la Infor-
mación Pública, consagrando el principio de publicidad de los actos de gobierno y,
por otro lado, la taxatividad y excepcionalidad del SE cuando se trata de defensa o
(37) Véase los informes del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y de Iniciativa Ciu-
dadana para el Control del Sistema de Inteligencia (ICCSI); CELS. “Avances y retrocesos en la ley
de inteligencia”, Argentina, 2019; ICCSI. Acerca de la inteligencia criminal en Argentina. Apuntes para su
discusión. ICCSI, CELS, ILSED y Fundación Vía Libre, Argentina, 2021.
(38) Es de destacar que el decreto reglamentario de la ley de Acceso a la Información Público
(206/2017) estableció dicho plazo en 10 años.
244
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política exterior (art. 8, inc. a). Así, acogió los antecedentes y legislación precedente,
sin extenderse o explicitar nuevos mecanismos clasificación.
Ambos hitos reflejan la evidente tensión que subyace a la historia del SE: por
un lado, una tendencia hacia la apertura y democratización de la información sobre
los actos de gobierno, acompañada de la implementación de numerosas políticas
públicas que favorecen el control y la rendición de cuentas. Por otro lado, la limi-
tación del SE a categorías cada vez más estrechas y específicas, circunscriptas a
una lista de organismos públicos también reducida, pero que conservan amplia
discrecionalidad dentro de su ámbito de competencia.
En los años posteriores, el funcionamiento de la AFI fue cuestionado. Un informe
elaborado por la CBI en 2020 informó que entre el año 2016 y 2019 el organismo des-
tinó sus recursos materiales y humanos a recabar y difundir información de manera
ilegal, con el objetivo de desprestigiar o extorsionar a particulares y, así, influir en
la situación política del país; todo ello, con el amparo del secreto39. En esa misma
línea, diversos documentos elaborados por organizaciones no gubernamentales
señalaron las dificultades para acceder a datos vinculados con dichas denuncias, así
como las reiteradas denegatorias a los pedidos de acceso a la información pública
iniciados de acuerdo a lo previsto en la ley 2727540.
Interpretando que era necesaria una nueva reforma, el gobierno ejecutivo de
A. Fernández dispuso en 2020 la intervención de la AFI mediante decreto 52, a los
fines de adecuar el sistema de inteligencia nacional a los preceptos constitucionales.
Dicha intervención suscitó la adopción de diversas medidas, como ser, la asigna-
ción a políticas culturales y educativas de toda partida presupuestaria que no sea
necesaria para su normal funcionamiento, la aprobación de un nuevo Código de
Ética para el personal y la propuesta de auditorías regulares por parte del Síndico
General de la Nación. Seguidamente, un nuevo decreto (214/2020) eliminó de la
ley de inteligencia la posibilidad que tenían los servicios de inteligencia de partici-
par excepcionalmente como auxiliares de la justicia en investigaciones criminales,
cercenando aún más las posibles relaciones entre el organismo y miembros del PJ.
Estas últimas reformas revelan importantes avances. Sin embargo, la centrali-
zación del SE en manos de los servicios de inteligencia sigue siendo un problema
latente. Esto queda en evidencia cuando se presta atención al funcionamiento de
los mecanismos de control público sobre el secreto vigentes.
Como se dijo, dichos controles fueron establecidos recién en el año 2001 con la
creación de la CBI. Sin embargo, hasta 2020 su actividad y agenda de trabajo estaban
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 229-250
VI. Conclusiones
En este artículo propusimos explicitar los antecedentes teóricos del SE y del
derecho de acceso a la información pública en Argentina, revelando la permanente
tensión entre ellos y su evolución. Así, se describió un primer período histórico
(años 1878-1945) en el que se consolidó el modelo estatal nacional y aparecieron
los primeros antecedentes de SE dentro del PL. Dicha actividad fue prevista en los
reglamentos de cada una de las Cámaras del Congreso que incorporaron las sesiones
(41) https://www.senado.gob.ar/parlamentario/comisiones/info/104
(42) ADC. Ob. Cit., 2014.
(43) UGARTE, José Manuel. El control público de la actividad de inteligencia en América Latina,
Ediciones CICCUS, Buenos Aires, 2012, citado en ADC, Ob. Cit., 2014, p. 15.
(44) CSJN, “Savoia, Claudio Martín vs. Estado Nacional y otro s. Amparo Ley 16986”, 07/03/2019,
Rubinzal Online 315/2013 RC J 1154/19.
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TERÁN, Oscar. Historia de las ideas en la Argentina: diez lecciones iniciales, 1810-
1980, Siglo XXI editores, Bunos Aires, 2019.
UGARTE, José Manuel. “La transparencia en inteligencia en América Latina”,
Gladius et Scientia. Revista de Seguridad del CESEG, no 1, 2019.
--------- El control público de la actividad de inteligencia en América Latina,
Ediciones CICCUS, Buenos Aires, 2012.
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Juan M. Mocoroa
Juan M. Mocoroa**
*
Trabajo presentado el 7 de febrero de 2023 y aprobado para su publicación el 15 de marzo
del mismo año. El texto fue preparado por el autor para la “Jornada de Actualización y Debate sobre
Derecho Constitucional”, celebrada el 25 de octubre de 2022 en la Facultad de Derecho de la Univer-
sidad Nacional de Córdoba (UNC), Panel No. 3: “El diseño institucional argentino: actualizaciones
normativas, propuestas de reforma y funcionamiento”.
**
Abogado (Universidad Nacional de Córdoba/UNC). Master en Global Rule of Law and Consti-
tutional Democracy (Universidad de Génova). Master en “Derecho y Argumentación Jurídica” (UNC);
Master en “Derecho Administrativo” -medalla de oro por mejor promedio y reconocimiento al mérito
por tesina final- (Universidad Austral). Docente de “Derecho Constitucional” (UNC) Este trabajo se
enmarca en el proyecto de investigación Tipo I “La Constitución Nacional ante el Tribunal Superior
de Justicia de Córdoba: Control de Constitucionalidad e Interpretación Constitucional” financiado
por la Universidad Siglo 21. E-mail: jmmocoroa@gmail.com
aforementioned project in the National Senate. Finally, the text concludes that
these arguments are strategic, rather than institutional with a view to the better
functioning of the Court.
Keywords: Supreme Court - Institutional system - Judicial Independence.
Sumario: I.- Introducción. II Dos aclaraciones textuales y algunos antecedentes.
II.1. La ampliación de la CSJN (i): de cinco a siete en 1959. II.2 La ampliación de
la CSJN (ii): de cinco a nueve en 1990. II.3 La reducción de la CSJN: de nueve a
(otra vez) cinco en 2006. III. El último intento de reforma: el Proyecto aprobado en
el Senado. IV. Alternativas no consideradas: incentivos procesales e integración
de la CSJN. V. Cierre. VI. Bibliografía.
I. Introducción
Las instituciones son las tuercas y tornillos que ajustan nuestra democracia.
Establecen las competencias de los distintos órganos estatales y, con esto, qué es lo
que ellos pueden hacer. Como comunidad, aceptamos estar gobernados por reglas,
por instituciones, y nos comprometemos a respetar sus decisiones. Un buen criterio
para identificar la salud de una democracia consiste en advertir cómo sus dirigentes
(mal)tratan esa infraestructura jurídica y política.
En el último tiempo, el Poder Judicial es objeto de intentos de reforma. Las
propuestas suelen ser más o menos drásticas y amplias1. En este escenario, asis-
timos al enésimo intento de reformar la Corte Suprema (en adelante, “CSJN” o
“Tribunal”). Se nos dice que debemos aggiornar una institución que fue pensada
para otro tiempo y para otro país. Parecen fines muy nobles y bien intencionados,
el problema, sin embargo, aparece cuando esos supuestos objetivos solo traslucen
otros menos transparentes.
En este trabajo, describo las reformas a la composición de la CSJN a lo largo de
nuestra historia institucional. Si bien la descripción es muy sucinta, lo cierto es que
me enfoco sobre los intentos exitosos de reforma. Esto es, cuáles de estos intentos
tuvieron impacto institucional, es decir, las reformas efectivamente proyectadas y
aprobadas. Además, doy cuenta de los argumentos que se sostuvieron tanto para
(1) Véase, por ejemplo, el informe presentado el 23 de noviembre de 2020 por el “Consejo
Consultivo para el fortalecimiento del Poder judicial y del Ministerio Público” creado por el Decreto
635/2020. El informe completo puede consultarse en https://drive.google.com/file/d/13_8T0beQ-
cr-OCOlBjbgu-5Cv3zMxPZi1/view?usp=sharing (consultado por última vez el 24 de octubre de 2022).
252
Juan M. Mocoroa
(i). La Constitución Nacional (CN) no establece el número de jueces que deben integrar la CSJN
El art. 108, CN solo establece que el Poder Judicial será ejercido por una CSJN
y por los demás tribunales inferiores que el Congreso determine.
Esto no siempre fue así. El texto de nuestra Constitución histórica de 1853 (art. 91)
disponía que la CSJN estaría integrada “por nueve jueces y dos fiscales que residirá
en la Capital”. Como sabemos, la reforma de 1860 modificó esta disposición. Según
Joaquín V. González, “conformándose más al modelo, y a fin de que la justicia busque las
causas en el lugar de su origen, y se ponga al alcance del pueblo de toda la Nación, suprimió
la residencia obligatoria en la capital, y para que el Congreso, según las necesidades reales
fijase el número de jueces necesarios”2.
El “modelo”, es decir el diseño institucional de los Estados Unidos (en adelante,
EE.UU), no establece el número de integrantes de la Corte Suprema (en adelante,
SCOTUS). Por eso, es una competencia del Congreso establecer cómo estará inte-
grada en lo que se refiere al número de integrantes. La situación más compleja res-
pecto de este punto, se dio durante la presidencia de Roosevelt. Como es conocido,
a partir de una interpretación conservadora de la Constitución, la SCOTUS rechazó
casi todas las decisiones que venían siendo promovidas por aquel presidente. Dado
que la SCOTUS parecía un obstáculo al logro de sus objetivos presidenciales, el 5
de febrero de 1937 envió un mensaje al Congreso para que se autorizara al Presi-
dente a nombrar un nuevo magistrado -hasta un máximo de seis- cuando uno de
los titulares alcanzara la edad de setenta años y no se retirara. En suma, Roosevelt
estaba dispuesto a modificar la integración del tribunal -los “nine old men”-, por
253
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 251-270
las buenas o por las malas. Para eso, promovió un proyecto conocido como court
packing plan3: permitía la designación de un nuevo juez federal por cada uno de los
existentes que habían estado en el cargo por diez años o más y que no se hubieran
retirado dentro de los seis meses de haber cumplido los setenta años4.
Por supuesto, los argumentos a los que recurrió para esa intentona no radicaban
en la oposición de la SCOTUS a sus políticas. Sostuvo que “la Corte estaba atrasada en
sus tareas… que, por necesidad de mantenerse al día, rehusaba escuchar el ochenta y siete
por ciento de los casos sometidos en revisión por litigantes particulares y, finalmente, la
capacidad de los mismos magistrados… ‘demasiado viejos o achacosos’… un asunto suma-
mente delicado y sin embargo uno que requiere franca discusión… en casos excepcionales, por
supuesto jueces, como otros hombres conservan hasta una edad avanzada todo su vigor físico
y mental. Los no tan afortunados, son a menudo incapaces por sus propias habilidades’”5.
Nuestra Constitución, al igual que en los EE. UU., atribuye al Congreso, enton-
ces, un margen muy amplio de actuación. Es decir: puede establecer a su criterio,
y según su solo criterio, cuál es la integración correcta para la CSJN. Ahora bien, a
primera vista, podríamos pensar que existen supuestos en los que podríamos hablar
de casos claros de sobre-integración -es decir, exceso en la cantidad de miembros del
Tribunal, por ejemplo, cincuenta- o supuestos ostensibles de infra-integración -tres
integrantes, por ejemplo-. Un buen criterio para identificar este tipo de situaciones,
me parece, consiste en analizar cómo se ha desarrollado en la práctica de nuestro
país esta cuestión.
A partir de lo que se dijo en (i), se sigue que es atribución del Congreso de la
Nación determinar cuál será la composición de la CSJN.
Así lo ha hecho, a lo largo de nuestra historia constitucional: la Ley 27 (1862)
lo fijó en cinco integrantes; la Ley 15271 (1960) en siete; la Ley 16895 (1966) volvió a
(3) Sobre este proceso en los EE. UU. recomiendo, entre otras obras, BIANCHI, Alberto B.
Historia constitucional de los Estados Unidos, Cáthedra, Buenos Aires, 2008, Tomo II, p. 107 y GAVIOLA,
Carlos A. El Poder de la Suprema Corte de los Estados Unidos, Editora Distribuidora Argentina, Buenos
Aires, 1976, p. 146.
(4) Como recuerda GAVIOLA, “[n]o fue necesaria acción tan drástica, pues la Corte misma no había
podido ser ajena al clamor publico anterior ya al ataque de Roosevelt y pudo notarse en sus últimas sentencias
síntomas favorables a una evolución”. Conf. GAVIOLA, Carlos A. El Poder de la Suprema Corte de los Estados
Unidos, op. cit. p. 148. Los movimientos de la SCOTUS pueden verse en los conocidos casos “Nebbia
v. New York” (USSC, 291 U.S. 502 [1934]), “West Coast Hotel v. Parrish” USSC, 300 U.S. 379 [1937]) y
“National Labor Relations Board v. Jones & Laughlin Steel Corp.” (USSC, 301 U.S. 1 [1937]). Se suele
sostener entre los comentaristas que tuvo mayor incidencia en los movimientos de la SCOTUS una
modificación a la legislación previsional que las propias acciones directas de Roosevelt. En efecto, al
poco tiempo, el Congreso sancionó la Ley de Pensiones para la Corte Suprema. Según esta legislación,
los magistrados podían acceder al beneficio de la jubilación con el sueldo íntegro que recibían como
jueces al llegar a la edad de setenta años. De manera inmediata al dictado de esta ley, dos jueces que
se habían opuesto con énfasis a la legislación del New Deal (Van Devanter y Sutherland) solicitaron
su jubilación.
(5) Conf. GAVIOLA, Carlos A. El Poder de la Suprema Corte de los Estados Unidos, op. cit. p. 147.
254
Juan M. Mocoroa
cinco; la Ley 23774 (1990) lo elevó a nueve y, finalmente, la Ley 26183 (2006) retornó
a los cinco jueces originarios.
(6) Conf. GARCÍA MANSILLA, Manuel J. “Es constitucional la división de la Corte Suprema
en salas”, Revista Jurídica Austral, Vol. 1, N. 2 (diciembre 2020), pp. 462-463.
(7) OYHANARTE, Martín (h). “La Corte del 60: Poder moderador ante una democracia cercada
(1958-1966)”, en SANTIAGO, Alfonso (h) (Dir.), Historia de la Corte Suprema Argentina, Marcial Pons,
Buenos Aires, 2013, Tomo II, pp. 672-673.
(8) Conf. CSJN, Fallos, 241:112 (1958), la referencia en p. 113.
(9) Conf. CSJN, Fallos, 241:112 (1958), la referencia en p. 114.
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(10) Conf. OYHANARTE, Martín (h). “La Corte del 60: poder moderador ante una democracia
cercada (1958-1966)”, op. cit. p. 673.
(11) Ibidem, p. 673.
(12) Ibidem, p. 674.
(13) Citado por GAVIOLA, Carlos A. El Poder de la Suprema Corte de los Estados Unidos, op.
cit. p. 147. Estas mismas expresiones son recogidas por la CSJN en Fallos 312:1513 (la referencia se
encuentra en p. 1515).
(14) Conf. OYHANARTE, Martín (h). “La Corte del 60: poder moderador ante una democracia
cercada (1958-1966)”, op. cit., p. 674.
(15) Ibidem, p. 675.
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Juan M. Mocoroa
(16) VERBITSKY, Horacio. Hacer la Corte. La construcción de un poder absoluto sin justicia y sin
control, Planeta, Buenos Aires, 1993.
(17) CSJN, Fallos, 312:1513 (22/09/89).
(18) El punto es tan relevante que, incluso, en la Acordada puede verse la disidencia del entonces
Presidente de la CSJN. Allí, el Doctor José Severo Caballero sostuvo: “una resolución de la Corte Suprema
dictada por medio de Acordada aparecería alterando la conducta y la jurisprudencia tradicional del cuerpo de
no expedirse en abstracto, ni aun ante consultas (Fallos: 2:254; 34:62: 73:122, y muchos otros)”. Agregaba
que no hay disposición jurídica en el ordenamiento jurídico que autorice “pronunciamientos genéricos
sobre la oportunidad y conveniencia de pretendidas reformas a las leyes que regulan la composición de la Corte
Suprema y aspectos de su competencia”. Conf. CSJN, Fallos, 312:1513, p. 1519.
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(19) Entre muchos otros precedentes, sin ser exhaustivos, pueden citarse entre otros: CSJN,
Fallos: 340:1084; 341:1356; 342:853.
(20) Conf. CSJN, Fallos 312:1513. La cita textual la extraigo de p. 1515.
(21) GONZÁLEZ, Joaquín V. “Manual de la Constitución Argentina”, op. cit. p. 503.
(22) La CSJN remarca esta circunstancia en CSJN, Fallos 312:1513. El énfasis puede verse en
p. 1517.
258
Juan M. Mocoroa
las candidaturas. Esta mayor exposición favorecería el debate social sobre la tras-
cendencia institucional de las designaciones.
Este punto es muy importante. Puesto que, aun cuando la designación de un
integrante de la CSJN es un acto de mucha relevancia, suele pasar casi desapercibi-
do por un sector importante de la ciudanía. Hasta no hace mucho tiempo, parecía
ser una cuestión que solo le interesaba a “políticos” y abogados. En un pasaje de
sus memorias, el ex presidente de los EE. UU. Barack Obama reconocía este punto.
Incluso, plantea casi una paradoja: en ocasiones, su trabajo más importante como
presidente pasaba desapercibido para la gente. Entre una de esas tareas que pare-
cía no importarle a nadie, señalaba, la designación de los integrantes de la Corte
sobresale de modo ostensible23.
La eficacia del decreto 222/2003 fue, sin embargo, dispar. Al comienzo de su
implementación, coadyuvó al recupero de la legitimidad perdida por una institu-
ción desprestigiada socialmente. Lo hizo tanto por las cualidades de los nuevos
integrantes como por el procedimiento llevado a cabo para su designación. No obs-
tante, algunos sucesos posteriores demostraron la debilidad de la herramienta. Ella
dependía de la buena voluntad de su autor; pues, como cualquier autorrestricción,
podía desobedecerse sin consecuencias prácticas.
Esta situación fue ostensible con la renuncia de Augusto Belluscio y la destitu-
ción de Antonio Boggiano. Vencido el plazo fijado para motorizar la designación
de sus reemplazantes, el PEN no propuso ningún postulante24. Esto paralizó sobre
temas controvertidos a una CSJN integrada efectivamente por siete miembros,
pero conformada legalmente por nueve25. Repárese que para adoptar una decisión
necesitaba el acuerdo de cinco de sus integrantes, una situación insólita en la que el
propio gobierno la había colocado, como sostuvo Roberto Gargarella, por “astucia
o irresponsabilidad”26. Además, en aquel entonces, la CSJN implícitamente parecía
haber decidido que no se integraría con conjueces. El problema, es obvio, era que
se terminaron “dilatando así ilegalmente la solución de numerosos casos”27.
(23) OBAMA, Barack. Una tierra prometida, traducción de Andrés Barba, Carmen M. Cáceres,
Efrén del Valle, Marcos Pérez Sánchez y Francisco J. Ramos, Debate, Buenos Aires, 2020, pp. 465-466.
(24) MOCOROA, Juan M. “Atribuciones del Poder Ejecutivo Nacional”, en Hernández, Antonio
(h) (Dir.), Derecho Constitucional, La Ley, Buenos Aires, 2013, Tomo II.
(25) Una excelente descripción de todos los problemas y las opiniones de los actores relevantes
en aquel entonces puede verse en LITVACHKY, Paula - ZAYAT, Demián. “Procesos de cambio en
la justicia argentina: Hacia un nuevo modelo de Corte Suprema y el futuro del Consejo de la Magis-
tratura” en CELS, Derechos Humanos en Argentina. Informe 2007Siglo XXI Editores, Buenos Aires, p.
115-150, en especial, p. 131 y ss.
(26) GARGARELLA, Roberto. “Nueva mayoría en la Corte”, La Nación del 12 de septiembre
de 2006.
(27) RIVERA, Julio César (h.) - LEGARRE, Santiago. “Quórum y mayoría en la Corte Suprema”,
Jurisprudencia Argentina, 2008, pp. 1424 – 1450.
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El contexto era tan complejo que algunos autores plantearon soluciones nove-
dosas para salir de la encerrona. Gargarella recomendaba que la CSJN dispusiera,
como máxima autoridad jurídica del país, que tomara sus decisiones con la mayoría
propia del número de integrantes que la conformaban en aquel momento, mientras
se mantuviera la inacción del PEN. Adviértase que esta solución, en los hechos,
resultaba contraria a lo dispuesto por el art. 23 del decreto-ley 1285/1958, en tanto
dispone que “... las decisiones de la Corte Suprema se adoptarán por el voto de la mayoría
absoluta de los jueces que la integran, siempre que éstos concordaren en la solución del caso;
si hubiere desacuerdo, se requerirán los votos necesarios para obtener la mayoría absoluta de
opiniones...”28. Martín Böhmer propuso una salida aún más heterodoxa: si la CSJN
debía resolver una caso, y si algunos de sus ministros se encontraban en minoría
de tres, deberían poner en manos del azar el sentido de su decisión y sortear cuál
de ellos firmaría el quinto voto necesario para hacer mayoría29.
Esta situación recién se subsanó legalmente con el dictado de la ley 26183, que
redujo a cinco el número de integrantes del tribunal.
(28) Un análisis muy detenido sobre esta cuestión, en RIVERA, Julio César - LEGARRE, San-
tiago. “Quórum y mayoría en la Corte Suprema”, op. cit.. También, LEGARRE, Santiago, “Más sobre
quórum y mayoría en la Corte Suprema: sentencias ‘2- 1’ en un tribunal de cinco miembros”, Revista de
historia del derecho, 2015 (49), en https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/10415 (consultado
por última vez el 25 de octubre de 2022).
(29) BÖHMER, Martín. “Los derechos y el azar”, en La Nación del 1 de noviembre de 2006.
(30) La sesión completa puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=1xTP3RJPBis
(consultado por última vez el 25 de octubre de 2022).
260
Juan M. Mocoroa
(i) cúmulo de casos a resolver por el Tribunal, lo que conlleva una considerable
demora en la tramitación de los procesos judiciales;
(ii) exagerada delegación de tareas en los secretarios.
(31) GARGARELLA, Roberto. “Una Corte Federal: menos democracia, menos derechos”, La
Nación del 27 de mayo de 2022.
(32) CSJN, Fallos 312:1513, la referencia en p. 1518.
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 251-270
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Juan M. Mocoroa
esta vez verdadero y sólido], surgida tras vicisitudes históricas amargas, prolongadas
y reiteradas”34.
Además, si el oficialismo estuviera comprometido con la cuestión de género
ya hubiera propuesto una candidata para reemplazar a Elena Highton de Nolasco.
Esa vacante se produjo hace más de un año; sin embargo, es el oficialismo el que
permite que esa silla continúe vacía. Además, podría haber recurrido a nuestros
antecedentes sobre la composición del Tribunal. Para eso, podría haber determi-
nado la composición en siete o nueve y, además, fijar que la CSJN solo podría ser
integrada con candidatas mujeres.
También banaliza el federalismo y a la propia CSJN. La CSJN no representa a
las provincias, esa es una función del Senado de la Nación. Como sostuvo “… la
Corte no es ni debe ser un órgano ‘representativo’, ni mucho menos un órgano destinado
a expresar, de modo especial, a la vos de los gobernadores de las provincias”35. Ella debe
resolver casos constitucionales, asegurar la supremacía constitucional y tutelar los
derechos constitucionales. Pero, además, desconoce la jurisprudencia de los últimos
años del Tribunal que, a decir verdad, tiene una tendencia a decidir a favor de los
intereses locales. Aun cuando al Gobierno nacional no le plazcan esas decisiones36.
En lo que se refiere a la invocación del derecho comparado, francamente no
resiste el menor análisis. El empleo del derecho comparado para el análisis de
las instituciones propias de un país, usualmente, puede tener dos finalidades: (i)
proponer una mejor interpretación de las instituciones vigentes y (ii) postular la
incorporación y proliferación de los llamados “trasplantes” institucionales37.
Esto es así porque, como señala Héctor Mairal, “es fácil copiar una norma, pero no
lo es tanto descubrir las reglas que la condicionan y que le permite funcionar armónicamente
dentro de su sistema de origen”38. Por eso es conveniente distinguir los elementos es-
tructurales de los fungibles de un sistema y, a partir de eso, efectuar la comparación
de que se trate39. Las advertencias están dirigidas a rechazar la adopción mecánica
263
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 251-270
de soluciones foráneas. En cualquier caso, la actividad del intérprete debe ser re-
flexionar cuidadosamente las condiciones de producción de esas soluciones, como
así también su impacto sobre el derecho local40.
Si hiciéramos esta tarea, las manifestaciones relativas al derecho comparado
serian francamente irrelevantes. Esto es así porque las comparaciones que se efec-
tuaron, aun cuando relativa a países de la región, desconocen el rol de la CSJN. Los
países que se invocaron como antecedentes se refieren a tribunales constitucionales
a la europea, que tienen una integración distinta.
La división en salas, aun cuando no aprobada en el proyecto, tampoco se condice
con nuestro sistema institucional, tal y como ya lo adelanté. Nuestra CSJN no es un
tribunal de casación con competencia nomifiláquica en la interpretación del derecho
común. Cualquier intento en este sentido, además, resultaría contrario al propio
federalismo: el articulo 75 inciso 12, CN establece expresamente que la interpretación
del derecho común corresponde a la justicia provincial.
Por último, y en un sentido más general, banaliza nuestras instituciones. El
principal argumento oficialista se refirió al desprestigio del Poder Judicial. ¿La so-
lución? Ampliar el número de integrantes. Cómo se vincula ese diagnóstico con la
reforma propuesta es el gran interrogante que no se nos explicó. Lo mismo dijo la
CSJN en la Acordada 44/89: “no expresa las concretas razones por las cuales el arbitrio
propuesto sería el medio idóneo para conjurar el estado de cosas que lo motivaría”41.
La manipulación institucional tiene costos en términos de percepción y genera-
ción de confianza. La distorsión entre aquello que nos dicen que vienen a hacer y lo
que realmente hacen con las reglas que nos gobiernan incide en nuestra evaluación
de su fortaleza y confiabilidad. Los problemas de confianza en el Poder Judicial no
se solucionan con más integrantes en la Corte. Más jueces sólo demoran decisiones
que pueden ser urgentes.
El actual juez de la CSJN, Carlos Rosenkrantz, hace muchos años decía que la
confianza presupone estar dispuestos a creer en otros o estar dispuestos a ponernos
en manos de otros y sentirnos seguros haciéndolo42. Las instituciones públicas tie-
nen una función muy relevante en la generación de confianza y en su preservación.
a la CSJN y el uso del “derecho comparado’, véase GARCÍA MANSILLA, Manuel J. “Es constitucional
la división de la Corte Suprema en salas”, op. cit., pp. 485 – 488.
(40) GARCÍA MANSILLA, Manuel - RAMÍREZ CALVO, Ricardo. Las fuentes de la Constitución
Nacional, op. cit.; TAWIL, Guido S. “El estudio del Derecho Comparado y su incidencia en el desarrollo
del derecho interno”, Id. Estudios de Derecho Administrativo, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2012, p. 589.
(41) Conf. CSJN, Fallos 312:1513, p. 1514.
(42) ROSENKRANTZ, Carlos F. “Confianza en el derecho”, en Rosenkrantz, Carlos F. - Berg-
man, Marcelo (Coord.), Confianza y derecho en América Latina, México, Fondo de Cultura Económica
- CIDE, 2009, p. 103.
264
Juan M. Mocoroa
Cuando no podemos sentirnos seguros con ellas, cuando son tan débiles que están
a merced de algunos, como ciudadanos careceremos de todo resguardo.
El problema, sin embargo, es general: no solo se refiere a dificultades individua-
les. Antes bien, la desconfianza que genera la manipulación de las instituciones tiene
un impacto sistémico: generan déficits estructurales y erosionan al sistema. Como
sostienen Levitsky y Ziblatt, aun cuando suele creerse que nuestras democracias
mueren a manos de hombres armados, existen modos menos dramáticos pero igual
de destructivos de demolerlas. Su punto es que, en general, “las democracias se ero-
sionan lentamente, en pasos apenas apreciables”43. El mío es que, en fin, con proyectos
como el descripto la erosión democrática realiza avances agigantados.
(43) LEVITSKY, Steven - ZIBLATT, Daniel, Cómo mueren las democracias, traducción de Gema
Deza Guil, Ariel, Buenos Aires, 2018, passism.
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V. Cierre
En este breve trabajo, analicé el reciente proyecto aprobado por el Senado de la
Nación para reformar la integración de la CSJN. Antes de enfocarme en el Proyecto
aprobado en sí mismo, me detuve a considerar los intentos exitosos de reforma
del Tribunal. De este modo, pasé revista a algunas de esas modificaciones, y a los
argumentos vertidos por los operadores relevantes en esas ocasiones. Finalmente,
describí y critiqué los argumentos que se utilizaron para aprobarlo. Sostuve, en líneas
generales, que se trataba de argumentos estratégicos, antes que institucionales con
miras en el mejor funcionamiento de la CSJN. Mi intuición es que esos argumentos
se solapan con otros no proferidos.
Murillo, Levitsky y Brinks, en una publicación reciente, demuestran que el
debilitamiento institucional puede ser una estrategia política45. En esta línea, a mi
modo de ver, el proyecto de modificación de la integración de la CSJN está dirigido
a debilitar al Poder Judicial y no, por el contrario, a acercarlo a la ciudadanía o dar
respuestas a sus necesidades.
(44) OYHANARTE, Martín (h). “Supreme Court Appointments in the U.S. and Argentina”,
Washington University Global Studies Law Review, 2021, Vol. 20, Num. 4, pp. 697-741.
(45) MURILLO, María Victoria - LEVITSKY, Steven - BRINKS, Daniel. La ley y la trampa en
América latina. Por qué optar por el debilitamiento institucional puede ser una estrategia política, traducción
de Ana Bello, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2021, passism.
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VI. Bibliografía
BIANCHI, Alberto B. Historia constitucional de los Estados Unidos, Chatedra,
Buenos Aires, Tomo II, 2008.
BÖHMER, Martín. “Los derechos y el azar”, en La Nación del 1 de noviembre
de 2006.
GARCÍA MANSILLA, Manuel - RAMÍREZ CALVO, Ricardo. Las fuentes de
la Constitución Nacional. Los principios fundamentales del Derecho Público Argentino,
Lexis-Nexis, Buenos Aires, 2006.
GARCÍA MANSILLA, Manuel J. “Es constitucional la división de la Corte Su-
prema en salas”, Revista Jurídica Austral, Vol. 1, Num. 2 (diciembre 2020.
GARGARELLA, Roberto. “Nueva mayoría en la Corte”, La Nación del 12 de
septiembre de 2006.
GARGARELLA, Roberto. “Una Corte Federal: menos democracia, menos de-
rechos”, La Nación del 27 de mayo de 2022.
GAVIOLA, Carlos A. El Poder de la Suprema Corte de los Estados Unidos, Editora
Distribuidora Argentina, Buenos Aires, 1976.
(46) SANTIAGO, Alfonso (h). “La Corte de los nueve (1990-2003)” en Santiago, Alfonso (h)
(Dir.), Historia de la Corte Suprema Argentina, Marcial Pons Argentina, Buenos Aires, Tomo III, 2013,
p. 1322.
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Leonardo Marcellino
Leonardo Marcellino**
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Trabajo recibido el 8 de noviembre de 2022 y aprobado para su publicación el 7 de diciembre
del mismo año.
**
Abogado (Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Magíster en Derecho y Argumentación.
Doctorando en Derecho y Ciencias Sociales (UNC). Profesor Titular en la asignatura Privado VIII
(Derecho de Daños) e Investigador (Universidad Empresarial Siglo 21). Docente Profesor Ayudante
en la asignatura Privado VII (Derecho de Daños) (UNC). Miembro del Instituto de Derecho Civil de
la Academia de Derecho Córdoba. E-mail: leonardo.marcellino@unc.edu.ar
I. Introducción
Con la incorporación en el ámbito de consumo del instituto de origen anglosajón
de los daños punitivos mediante la Ley 26361, se otorgó normativamente al juez
la facultad de imponer, a los proveedores de bienes y servicios en casos de daños
provocados a los consumidores y usuarios, multas o indemnizaciones punitivas
con la finalidad de sancionar dichas conductas y al mismo tiempo de impedir que
vuelvan a repetirse, es decir que sirvan a su disuasión.
Así los daños punitivos han sido conceptualizados como sumas indemniza-
torias que se ordenan pagar a los responsables por la causación de determinados
daños, que se suman a las indemnizaciones resarcitorias y que tienen por finalidad
castigar o punir graves inconductas del dañador y prevenir la ocurrencia de nuevos
daños mediante la disuasión al mismo y a otros que puedan incurrir en la conducta
sancionada1.
Desde el mismo momento en que se propuso la importación de esta figura
proveniente del Derecho anglosajón a nuestro derecho, y sobre todo luego de tener
reconocimiento legal en la ley de consumo, se dividieron las aguas -o en términos
jurídicos se podría decir las bibliotecas- entre los autores “pro daño punitivos” y los
“contra daños punitivos”.
Más allá de los argumentos que sostienen ambas posturas, las cuales no se de-
sarrollarán en este trabajo, se piensa que hay preguntas claves que se presentan en
el trasfondo del debate: ¿Para qué sirven daños punitivos? ¿Se justifica su existencia
y reconocimiento legal o es una figura inútil de la que puede prescindirse?
En nuestra opinión, para valorarse la utilidad de la figura se requiere iniciar el
análisis a partir de un reconocimiento sobre la insuficiencia de la normativa civil,
entre las cuales se incluyen particularmente las normas de responsabilidad civil,
para dar una respuesta adecuada a “ciertos” ilícitos que generan daños.
Se subraya que nos estamos refiriendo únicamente a algunos hechos antijurí-
dicos, porque probablemente en la mayoría de los casos el pago de la indemniza-
ción resarcitoria por el deudor y la compensación y satisfacción que ella apareja
en beneficio de la víctima frecuentemente consigue la finalidad última de lograr
la justicia al caso concreto, pero en no pocos casos la solución legal luce en verdad
insatisfactoria y es allí que aparecen los daños punitivos como posible solución.
272
Leonardo Marcellino
Probablemente uno de los más graves defectos que tuvo la regulación legal de
las multas punitivas es el no haber definido con claridad y precisión el presupuesto
fáctico a los cuales sería de aplicación la figura. El art. 52 bis de la Ley de Defensa de
Consumidor solo refiere en forma genérica al no cumplimiento de las obligaciones
legales o contractuales por el proveedor como presupuesto legal para justificar su
aplicación.
El alcance absurdamente amplio contemplado en la normativa lleva a que si uno
se atuviera únicamente a la letra de la ley se brindaría la posibilidad al damnificado
consumidor o usuario de reclamar daños punitivos en todos los casos de daños
sufridos que le ha sido ocasionados por el proveedor, ya que cuando ello sucede,
normalmente ha existido de su parte un obrar antijurídico previo que provoca el
menoscabo.
Se está convencido que el defecto regulativo enunciado es el principal motivo de
desborde que actualmente presenta la figura punitiva y que lleva a que sea utilizada
judicialmente en forma indebida a casos de responsabilidad donde no hay motivo
justificante de castigo o sanción al responsable, alimentando con razones funda-
das las principales críticas que se le formulan al instituto. Repetimos: el origen del
problema está en la ausencia de una definición clara y concreta sobre los supuestos
fácticos a los que se debe aplicar la punición indemnizatoria.
En nuestro país, en general se acepta que este instituto sancionatorio en virtud
de su carácter excepcional únicamente puede tener fuente legal2, y por ello su
ámbito de aplicación se encuentra circunscripto a los casos de daños causados en
las relaciones de consumo, conforme lo estatuido en el art. 52 bis de la Ley 24240 y
modificatorias de Defensa del Consumidor, y en el ámbito de los daños por com-
petencia desleal conforme al art. 64 de la Ley 27442 de Defensa de la Competencia,
pero no es posible extender analógicamente a otros tipos de situaciones lesivas3.
(2) MOSSET ITURRASPE, Jorge. “La ‘multa civil’ o daño punitivo. Comentario al proyecto
de reforma al Código Civil de 1998”, LL 2000-B-1277.
(3) En las conclusiones de las XXVI Jornadas Nacionales de Derecho Civil en La Plata en el
año 2017 por despacho mayoritario se resolvió: “La función sancionatoria sólo rige en el Derecho del Con-
sumidor. No procede su aplicación analógica a otros ámbitos”. También en las conclusiones de las XXVII
Jornadas Nacionales de Derecho Civil en Santa Fe en el año 2019 por unanimidad se dijo que: “Los
daños punitivos sólo se aplican a las relaciones de consumo, a las cuestiones ambientales con sustento
en el principio de Consumo Sustentable, y a la Defensa de la Competencia”. Igualmente: QUAGLIA,
Marcelo C. “El daño punitivo: la posibilidad de extender su aplicación más allá de la Ley de Defensa
del Consumidor”, LL 2016-A-141. MARTINOTTI, Diego F. “La aplicación analógica de los daños
punitivos”, LL2016-A-135. CHAMATROPULOS, Demetrio Alejandro. “Los Daños Punitivos en la
Argentina”, Ed. Errepar, Buenos Aires, 2009, p. 46. BRUN, Carlos A. “¿Aplicación de daños punitivos
por analogía?”, RCyS2016-II-51. En contra: FRÚGOLI, Martín A.-BOTTA, Federico A. “Daños puniti-
vos en el Código Civil y Comercial argentino”, RCCyC 2018 (marzo), 05/03/2018, 189. CCiv. y Com.
Junín, 19/11/2015, “Décima, Julia Graciela y otros c. Productos de Maíz SA (Ingredion Argentina SA)
y otros s/ daños y perjuicios”, LL 2016-A-136.
273
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 271-294
(4) PIZARRO, Ramón D. - STIGLITZ, Rubén S. “Reformas a la ley de defensa del consumi-
dor”, LL2009-B-949.
(5) En nuestro derecho es mayoritaria la opinión que sostiene la doble finalidad de los daños
punitivos: castigar y disuadir. Ver: CHAMATROPULOS, Demetrio Alejandro, “Los Daños Punitivos
en la Argentina”, Ed. Errepar, Buenos Aires, 2009, p. 49 y ss. Algunos autores incorporan una tercera
finalidad consistente en el desmantelamiento pleno de los ilícitos lucrativos, haciendo desaparecer los
beneficios injustos obtenidos del hecho lesivo. TRIGO REPRESAS, Félix A. “Tratado jurisprudencial
y doctrinario. Derecho civil. Responsabilidad civil”, T. I, Ed. La Ley, Buenos Aires, p. 51. PIZARRO,
Ramón D. “Daños punitivos”, ob. cit., p. 287 y ss.
(6) IRIGOYEN TESTA, Matías. “Monto de los daños punitivos para prevenir daños reparables”,
DCCyE 2011 (diciembre), 19/12/2011, 87, Cita Online: AR/DOC/5799/2011.
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Leonardo Marcellino
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(8) PIZARRO, Ramón D. - STIGLITZ, Rubén S. “Reformas a la ley de defensa del consumidor”,
LL2009-B-949. LÓPEZ HERRERA, Edgardo. “Daños punitivos en el Derecho argentino. Art. 52 bis,
Ley de Defensa del Consumidor”, JA 2008-II-1201. NALLAR, Florencia. “Improcedencia de los daños
punitivos en un fallo que los declara procedentes”, LL 2009-D-96. PIZARRO, Ramón Daniel. “Daños
punitivos”, ob. cit., p. 336. MOLINA SANDOVAL, Carlos A. “Elementos para una conceptualiza-
ción adecuada de los daños punitivos a partir de un área de aplicación”, ED, 205-997. ALVAREZ
LARRONDO, Federico M., “Los daños punitivos”, LL 2000-A- 1111. CORNET, Manuel - RUBIO,
Gabriel Alejandro. “Daños punitivos”, Anuario de Derecho Civil de la Facultad de Derecho y Ciencias So-
ciales, volumen III, Córdoba, Ed. Alveroni, 1997, p. 32; MARTINOTTI, Diego F. “Los daños punitivos
en el Proyecto de Código Civil de 1998”, LL 2001-F-1317. PIAGGIO, Aníbal Norberto - COMPIANI,
M. Fabiana - CABRERA, Delma - VETRANO, Alejandro Javier. “Las condenaciones punitivas y el
Proyecto de Código Civil de 1998”, RCyS, 2000, p.68.BRUN, Carlos A. “¿Hacia un derecho de daños
preventivo y sancionador? (Especial referencia a los llamados daños punitivos)”, DJ, 2004-3-1228.
276
Leonardo Marcellino
El art. 52 bis de la Ley 24240 brinda parámetros muy amplios a los fines de
graduar o valorar la indemnización punitiva y refiere a su independencia respecto
de otras indemnizaciones en lo que hace a su cuantía, concretamente se dispone
que la misma: “se graduará en función de la gravedad del hecho y demás circunstancias
del caso, independientemente de otras indemnizaciones que correspondan”.
La independencia de otras indemnizaciones que por otro concepto puedan
ser otorgadas ya sea de naturaleza administrativa o resarcitoria, se considera debe
interpretarse en forma relativa y no absoluta.
La indemnización punitiva no puede fijarse únicamente en consideración a otro
tipo de indemnizaciones, en particular la resarcitoria, por lo expresado anterior-
mente, pero ello no quita que las “otras indemnizaciones que correspondan” sí puedan
tener alguna incidencia en el quantum de la multa sancionatoria.
La gravedad del hecho lesivo y la circunstancias del caso, se miden por el daño
que efectivamente del mismo se ha derivado, los intereses que han resultado lesio-
nados (art. 1737 CCCN), el estado de afectación real a las personas damnificadas
luego de otorgarse la indemnización resarcitoria, es decir, si es posible o no lograr
en cierta medida la restitución al estado anterior al evento dañoso, los potenciales
daños que la conducta podía haber ocasionado lo que denota su peligrosidad, las
características personales del responsable y los medios que disponía para evitar
el perjuicio, entre otros aspectos, todo ello servirá para fundamentar el juicio de
reprochabilidad que pueda imputársele directamente al responsable concreto.
El reproche en la conducta del causante del daño denota la finalidad punitiva o
sancionatoria del instituto, por ello no puede prescindirse de la misma si se acepta
la función de castigo de las sanciones pecuniarias disuasivas.
Por ello se evaluará en modo distinto y la cuantificación diferirá si el menosca-
bo fue ocasionado en forma deliberada o si el mismo provino de una negligencia
grosera que debió haber sido evitada. Todo ello evidencia la incidencia directa que
tiene el juicio cualitativo de reprochabilidad de la conducta del agente con el juicio
cuantitativo de la multa, debiendo existir una correlativa proporcionalidad directa
entre ambos juicios.
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 271-294
(9) En el mismo sentido se manifiestan: NALLAR, Florencia. “Prevención del daño: La multa
civil o daño punitivo en el Proyecto de Código Civil de 1998”, ADLA 2007-E-5494. BRUN, Carlos A.
“¿Hacia un derecho preventivo y sancionador? (Especial referencia a los llamados daños punitivos)”,
DJ 2004-3-1228. ÁLVAREZ LARRONDO, Federico M. “La incorporación de los daños punitivos al
derecho de consumo argentino”, JA 2008-II-1246. En contra se pronuncia: CHAMATROPULOS,
Demetrio Alejandro, “Los Daños Punitivos en la Argentina”, ob. cit., p.194 y ss. LÓPEZ HERRERA,
Edgardo. Los daños punitivos, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, p.327.
(10) Se ha destacado “… que por las características particulares que presenta la multa civil, la
utilización de fórmulas matemáticas para su cálculo puede ser una valiosa ayuda para el juzgador, contribuir a
la transparencia de las decisiones judiciales, además de tornar mucho más previsibles los pronunciamientos en
la materia. Todo ello vendría a reforzar uno de los presupuestos que hacen a la existencia misma del instituto,
como es la disuasión para evitar que la conducta dañosa se reitere en el futuro”. MARTINOTTI, Diego F. “La
cuantificación de los daños punitivos”, RCyS2016-X-61.Igualmente se sostiene citando a Acciarri que la gran
ventaja que ofrece la utilización de fórmulas para cuantificar indemnizaciones por sobre las argumentaciones
retóricas, es que las primeras, al exponer claramente las variables que se consideraron para llegar al resultado,
hacen más difícil ejercer la arbitrariedad en el cálculo de las mismas y, al mismo tiempo, permiten analizar y
objetar las variables utilizadas. Es decir, ofrecen transparencia en el proceso de razonamiento que se llevó a cabo
para llegar a una cifra determinada y no a otra”. PONS, Marcela V. - CORENFELD, Julio. “Cuantificación
de daños punitivos”, SJA 21/03/2018, p. 27. En contra del uso de fórmulas se pronuncia: BILBAO
ARANDA, Facundo M. “El grado de discrecionalidad judicial para fijar el monto del daño punitivo”,
278
Leonardo Marcellino
RDCO 282, 09/02/2017, 44. Por mayoría en las conclusiones de las XXVII Jornadas Nacionales de
Derecho Civil en Santa Fe en el año 2019 se dijo que además, de los parámetros enunciados en la
normativa de consumo resulta conveniente acudir a fórmulas matemáticas.
(11) IRIGOYEN TESTA, Matías. “Fórmulas para cuantificar los daños punitivos”, Jurisprudencia
Argentina, Número Especial sobre Derecho y Economía, Fascículo Nº 13, Abeledo Perrot, marzo de 2011,
p. 83/ 96; SJA 30/3/2011 (Lexis 0003/015353).
(12) La Comisión Reformadora fundamenta el cambio de nombre del instituto en poner de
resalto su función punitivo-sancionatoria, sosteniendo que la finalidad del instituto es “castigar al pro-
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 271-294
otorga a los jueces la atribución de aplicar los mismos al proveedor que actúa “con
grave menosprecio hacia los derechos del consumidor”.
Con ello se normativiza la corriente de opinión mayoritaria en nuestro país13
que propugna la necesidad de un factor de atribución subjetivo calificado de dolo
o culpa grave como requisito necesario para la procedencia de los mismos, no
bastando el mero incumplimiento del proveedor a sus obligaciones contractuales14.
Desde este punto de vista se ha sostenido que“… no alcanza con el mero incum-
plimiento de una obligación legal o contractual sino que tal inconducta debe ser particular-
mente grave, consciente, deliberada y temeraria, caracterizada por mediar culpa grave, dolo
o al menos una grosera negligencia que haya generado una lesión o daño en el consumidor
o la obtención indebida de una ventaja por parte del proveedor, o bien consista en el abuso
de una posición de poder que evidencie un menosprecio grave a derechos individuales o de
incidencia colectiva”15.
El articulado en análisis luego de delimitar el presupuesto fáctico de la figura
punitiva a los casos de graves menosprecios a los derechos de los consumidores,
enuncia distintas reglas concernientes a la aplicación de las multas punitivas, con
algunas diferencias a aquellas que actualmente rigen el instituto en el art. 52 bis de
la Ley de Defensa de Consumidor.
veedor que obra con notoria despreocupación respecto de los intereses de los consumidores, y al mismo tiempo,
prevenir la reiteración futura de ese tipo de conductas”.
(13) Cám. Civ. y Com. Azul, sala II, “Newberry, Domingo S. c. Fiat Auto SA de Ahorro para
Fines Determinados y otro/a”, 19/06/2019, Cita Online: AR/JUR/23567/2019CNCom.,Cám. Civ. sala
A, “Emacny SA s/ ordinario” S. 09/11/2010; idem sala F, “R. S. A. c. Compañía Financiera Argentina
SA”, S. 10/05/2012, Cita Online: AR/JUR/15752/2012 y “Murana c. Peugeot Citroen Argentina SA”,
S. 05/06/2012, Cita Online: AP/JUR/2209/2012; ídem, sala D, “E. N. c. Galeno SA”, 28/06/2012; ídem,
sala C, “P. G. M. c. Nación Seguros de Vida SA”, S. 11/07/2013, Cita Online: AR/JUR/49971/2013;
CNCiv., sala H, “San Miguel c. Telecentro SA”, S. 10/12/2012, Cita Online: AR/JUR/74009/2012;
CNFed. Civ. y Com., sala I, “L. M. c. Edesur SA”, S. 15/07/2014; TSJ Cba., “Teijeiro (o) Teijeiro, Luis
M. c. Cervecería y Maltería Quilmes SAICA s/ abreviado - otros - recurso de casación”,15/04/2014,
LL 2014-C-50; CCiv. y Com. Rosario, “Rodríguez c. AFA”, S. 09/04/2013; CCiv. y Com. Azul, “Rossi
c. Whirlpool Arg. SA”, S. 11/06/2013, Cita Online: AR/JUR/44135/2013, entre otros.
(14) Por mayoría, en las conclusiones de las XXVII Jornadas Nacionales de Derecho Civil en
Santa Fe en el año 2019 se resolvió que sin perjuicio de las deficiencias técnicas de la norma vigente
(art. 52 bis Ley 24240), debe interpretarse que consagra un factor subjetivo de atribución agravado,
consistente en la culpa grave o dolo del proveedor. En tanto que en relación a la norma proyectada se
manifestó que la expresión “grave menosprecio hacia los derechos del consumidor” debe entenderse como
comprensiva del dolo y la culpa grave.
(15) PICASSO, Sebastián - VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto A. Ley de Defensa del Consumidor
comentada y anotada, Tº I, La Ley, Buenos Aires, 2009, pp. 621-622 y 624-626; TRIGO REPRESAS, Félix
A. - LOPEZ MESA, Marcelo J. Tratado de la Responsabilidad Civil, Tº I, La Ley, Buenos Aires, 2005, p.
570; PIZARRO, Ramón D. - STIGLITZ, Rubén S. “Reformas a la ley de defensa del consumidor”, LL
2009-B, 949.
280
Leonardo Marcellino
(16) En relación a la normativa vigente se ha establecido que “Debe interpretarse que la solidaridad
entre los proveedores dispuesta por el art. 52 bis presupone coautoría o complicidad, por lo que no puede ser
condenado a su pago aquel proveedor cuya conducta no encuadra en los requisitos para la aplicación de la figura”.
XXII Jornadas Nacionales de Derecho Civil - V Congreso Nacional de Derecho Civil desarrolladas en
Córdoba en el año 2009.
(17) Por unanimidad, en las conclusiones de las XXVII Jornadas Nacionales de Derecho Civil en
Santa Fe en el año 2019 se resolvió que: “Para la cuantificación de los daños punitivos deben ponderarse
los parámetros valorativos establecidos en el art. 52 bis de la ley 24240 y en el art. 118 del PDLC”.
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Además de la “gravedad del hecho” y “demás circunstancias del caso”, que son las
pautas actualmente consagradas en la Ley de Defensa de Consumidor vigente, se
incorporan los siguientes criterios a fin de graduar el monto de la sanción: reper-
cusión social de la conducta, beneficios que el proveedor obtuvo o pudo obtener,
efectos disuasivos de la medida, el patrimonio del dañador y la posible existencia
de otras sanciones administrativas o penales.
A continuación, analizaremos cada uno de los referidos parámetros enunciados
en el Anteproyecto.
282
Leonardo Marcellino
c) Su repercusión social
Esta circunstancia se encuentra estrechamente vinculada a la anterior, ya que
un parámetro importante para medir la gravedad de la conducta es la repercusión
social que la misma ha tenido.
Entiendo yo que el presente criterio apunta esencialmente: 1) Al número de
consumidores y usuarios cuyos derechos efectivamente han resultado afectados por
la conducta dañosa desplegada por el proveedor incumplidor de sus obligaciones;
y 2) Al total de potenciales damnificados, cuyos derechos han sido puestos bajo
amenaza de daño con motivo de ese obrar.
Hoy el principio de prevención de daños (arts. 1710, 1711 y 1712 CCCN, art.
52 Ley 24240, art. 5 del Anteproyecto de Ley de Defensa de Consumidor) tiene un
alcance esencialmente social.
(18) “Así no será lo mismo que el daño resulte de las molestias ocasionadas en una demora de varios días
para instalar un servicio domiciliario, a que el consumidor vea afectada seriamente su salud a causa de haber
ingerido un producto alimenticio en mal estado”. CHAMATROPULOS, Demetrio Alejandro. “Los Daños
Punitivos en la Argentina”, ob. cit., p. 205.
283
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 271-294
Cada vez se evidencia con mayor claridad que el fenómeno resarcitorio ha de-
jado de ser exclusivamente un cuestión individual y bilateral que involucra y afecta
exclusivamente a los dos sujetos de la obligación resarcitoria (víctima y victimario),
porque los efectos perjudiciales del siniestros pocas veces quedan únicamente en
el ámbito del damnificado, ya que lo trascienden afectando negativamente a una
pluralidad de personas, de allí que pueda hablarse de una trascendencia social y
económica del daño19. Recuérdese que los daños punitivos contienen una función
de naturaleza preventiva mediante la disuasión que procuran.
Desde esta perspectiva, el número de consumidores que fueron perjudicados
o que fueron amenazados de serlo o que continúan en ese estado de peligro, cons-
tituyen datos relevantes para graduar objetivamente la gravedad de la conducta
del sancionado y coherentemente con ello el importe de la indemnización punitiva.
(19) Ver: Fundamentos del Proyecto de Código Civil y Comercial de 1998. VÁZQUEZ FE-
RREYRA, Roberto. “La función preventiva de la responsabilidad civil”, LL 2016-F, p.1. OSSOLA,
Federico A. “Responsabilidad civil”, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2016, p. 197. ALTERINI, Atilio
A. “Soluciones del proyecto de Código en materia de Responsabilidad”, LL 2012-D, p.1157. SEMA,
José Ignacio. “La función preventiva de la responsabilidad civil en el Código Civil y Comercial. Fun-
damentos de su reconocimiento legal”, DJ 16/09/2015, p.1.
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Leonardo Marcellino
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(20) IRIGOYEN TESTA, Matías. “El tope apropiado de los Daños Punitivos”, RCyS 2010-XI, 48.
(21) GARDNER, Daniel. “Una tentativa de civilizar los daños punitivos: el caso de Quebec”,
RCyS2019 - Edición Especial, 221 - ADLA2019-5, 141.
(22) GONZÁLEZ VILA, Diego S. “¿Es conveniente el tope matemático fijo de las sanción puni-
tiva dejando su destino librado al prudente arbitrio judicial en todos los casos?”, Ponencia presentada
286
Leonardo Marcellino
en XX Congreso argentino de Derecho del consumidor (Debate del Anteproyecto de Ley de Defensa
del Consumidor).
(23) IRIGOYEN TESTA, Matías. “Informe sobre el nuevo anteproyecto: los daños punitivos”,
Sup. Especial Comentarios al Anteproyecto de LDC, 27/03/2019, 567.
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podría tener. Cossari24 ejemplifica lo nefasto que sería para la sociedad el cierre de
una empresa con pérdida de trabajos si la multa lo lleva al proveedor a la ruina.
Tal vez hubiera resultado más adecuado incorporar como pauta para la gradua-
ción la posición de mercado del proveedor, antes que su patrimonio. Ejemplifica
Chamatropulos que hay que distinguir si quien actúa ilícitamente es una compañía
que ostenta un monopolio, una empresa líder en algún segmento o un pequeño
comercio sin sucursales25.
288
Leonardo Marcellino
Ello justifica que, ante una indemnización resarcitoria elevada, la cual contem-
pla un mayor “poder disuasivo”, pueda justificarse una reducción del importe en la
multa punitiva, y a la inversa.
En consecuencia, se piensa que más allá de tratarse de indemnizaciones con
finalidades distintas (reparación y sanción), la cuantificación del daño en la faz re-
sarcitoria constituye una variable con incidencia en la valoración del daño punitivo,
y por tanto con efecto en su cuantificación27.
Desde esta perspectiva explica Irigoyen Testa28 que es precisamente cuando la
indemnización por daños y perjuicios no es suficiente para cumplir con la función de
disuasión deseable socialmente, es necesario que los daños punitivos entren en es-
cena para aportar su función principal preventiva mediante una sanción pecuniaria.
Mientras que si por el contrario la condena exclusiva por daños y perjuicios
es idónea para satisfacer la función de disuasión deseable socialmente, entonces,
la condena por daños punitivos carece de fundamento jurídico conforme con su
finalidad principal disuasoria y accesoria sancionatoria.
En definitiva, se estima que debió haberse incorporado a la variable en cuestión
la cuantía de la indemnización compensatoria de los daños, por ello se adhiere a
la propuesta de Irigoyen Testa, para quien a los fines ponderativos deberá tenerse
en consideración la existencia de otras “condenas firmes pecuniarias administrativas,
penales o civiles respecto del mismo hecho”29.
Si bien la existencia de otras sanciones pecuniarias administrativas, penales o
civiles recaída sobre el mismo hecho infractor con anterioridad pueden justificar
una disminución en la cuantía indemnizatoria de la multa punitiva, por el contrario
en caso de reincidencia, es decir de incurrir en una nueva conducta dañosa similar
por la que ya ha sido penada debe constituir una razón para elevar el importe de la
sanción, ya que ello pone de manifiesto la ineficacia disuasiva de la sanción anterior.
También se ha omitido como parámetro esencialmente vinculado a la finali-
dad disuasiva del instituto, la posibilidad que terceros o el mismo infractor pueda
incurrir nuevamente en la misma conducta dañosa si no hay condena punitiva o si
se trata por el contrario de un hecho aislado con escasa probabilidad que se repita.
(27) Entre otros, Martinotti expresa que el juzgador a la hora de imponer este tipo de sanciones
debería considerar, además de la gravedad de la falta, la entidad del daño producido. MARTINOTTI,
Diego F. “Los daños punitivos en el Proyecto de Código Civil de 1998”, LL 2001-F-1317. Por el con-
trario, por mayoría se aprobó en las conclusiones de las XXVII Jornadas Nacionales de Derecho Civil
en Santa Fe en el año 2019 que: “La cuantificación del daño punitivo es independiente de la cuantía
del daño que eventualmente deba indemnizarse”.
(28) IRIGOYEN TESTA, Matías. “Informe sobre el nuevo anteproyecto: los daños punitivos”,
Sup. Especial Comentarios al Anteproyecto de LDC, 27/03/2019, 567.
(29) Idem.
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 271-294
De igual modo, otra variable puede ser la existencia de otros damnificados con
derecho a reclamación, puesto que si existen otros procesos que se tramitan en forma
simultánea contra el demandado en la cual se persigue también la aplicación de
daños punitivos por una misma conducta, si no se unifican deberá esa circunstancia
ser tenida en cuenta para limitar su cuantía.
Incluso puede justificarse su improcedencia en caso de acreditarse que ya ha
sido sancionado el dañador por dicha conducta en forma suficiente porque se le ha
aplicado una indemnización sancionatoria adecuada en otro proceso anterior, so
riesgo de incurrir en una punición excesiva o irrazonable que admite ser morigerada
conforme al art.1714 y 1715 CCCN.
V. Conclusiones
Los daños punitivos tienen reconocimiento legal en nuestro país y se impone
su aplicación en aquellos casos autorizados normativamente. Es preciso realizar
una labor interpretativa adecuada por parte de la doctrina de esa normativa a los
fines de clarificar los presupuestos o requisitos que deben cumplirse para su pro-
cedencia. En esa tarea no debe perderse la finalidad principal del instituto que es
esencialmente sancionatoria, es decir castigar graves conductas reprochables de los
proveedores que atentan contra la dignidad del consumidor, que tiene protección
constitucional (art. 43 CN).
Existe un deber legal (art. 3 CCCN) que impone la justificación de la operación
cuantitativa de los daños punitivos y en consecuencia obliga a efectuar al juez una
ponderación de los criterios legalmente establecidos a dichos efectos. Se estima que
el mejor modo de cumplir con dicho mandamiento legal es mediante la utilización
de fórmulas matemáticas.
A los fines de realizar la operación cuantitativa resulta de utilidad la determi-
nación de los criterios valorativos que deben ser tenidos en cuenta para ponderar
los importes indemnizatorios finales de las multas punitivas.
Dichos criterios han sido ampliados en el Anteproyecto de Ley de Defensa de
Consumidor (art. 118) respecto a los enunciados en el régimen actualmente vigente
(art. 52 bis Ley de Defensa de Consumidor) lo que resulta altamente beneficioso,
ya que importa incorporar nuevas pautas que deberán ser judicialmente atendidas
y expresada para justificar la cuantía que se ordena pagar en concepto de multa
punitiva disuasoria.
Si bien la enunciación de nuevos parámetros es positiva, también se advierte
la omisión de criterios importantes y que su aplicación en concreto puede resultar
conflictivo con el establecimiento de un tope legal indemnizatorio por este rubro,
de allí que se sostenga la inconveniencia de conservar dicho techo indemnizatorio.
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Leonardo Marcellino
VI. Bibliografía
ACCIARRI, Hugo A. “Funciones del derecho de daños y de prevención”, Revista
La Ley 2013-A-717.
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Edgar Gustavo Fernández Suárez
mismo año.
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Doctor en Ciencias Políticas y Sociología (Universidad Complutense de Madrid). Profesor
Titular de Derecho Político y Profesor Asistente de Sociología Jurídica en la Facultad de Derecho de
la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Profesor Titular de Sociología Jurídica y de Sociología
Política de la Universidad Nacional de La Rioja. Miembro del Instituto de Federalismo de la Academia
Nacional de Derecho y Ciencias Sociales (Córdoba). Presidente de la Asociación Nacional de Derecho
Político (AADP). Director del proyecto de la SECyT: “Las TIC como herramientas de las políticas de
Gobierno Abierto Local”, Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales (UNC). Correo electrónico:
egfernandezsuarez@gmail.com
(1) “Ciudades intermedias: trampolín del desarrollo sostenible”. Hábitat y Desarrollo Urbano,
04 de agosto de 2018. Disponible: https://la.network/ciudades-intermedias-trampolin-del-desarro-
llo-sostenible/ Recuperado: 28 de noviembre de 2020.
(2) Hábitat III, fue la conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano
sostenible. Tuvo lugar en Quito, Ecuador, del 17 al 20 de octubre de 2016. Las conferencias sobre
vivienda, denominadas Hábitat, se celebran cada 20 años. Anteriormente Hábitat I se realizó en 1976
y Hábitat II, en 1996.
(3) Observatorio Parlamentario: “Smart Cities” en América Latina: la creciente importancia
de las “ciudades intermedias”. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (BCN), 15 de abril 2016.
Disponible en: https://www.bcn.cl/observatorio/americas/noticias/201csmart-cities201d-en-ameri-
ca-latina-la-creciente-importancia-de-las-201cciudades-intermedias201d Recuperado: 15 de noviembre
de 2022.
296
Edgar Gustavo Fernández Suárez
(4) BORGES, Taís - GARCÍA, Analía - GARCÍA NÚÑEZ, Sofía. “Nuevos desafíos para la ciu-
dad latinoamericana”, Blog Ciudades sostenibles, División Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 14 de julio de 2017. Disponible en https://blogs.iadb.org/
ciudades-sostenibles/es/ciudad-latinoamericana/ Recuperado: 02 de diciembre de 2022.
(5) Observatorio Parlamentario: “Smart Cities” en América Latina…”, Ídem.
(6) Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) es una organización que está integrada por
ciudades, gobiernos locales y regionales y asociaciones municipales de todo el mundo. CGLU fue
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 295-312
La ONU Hábitat8 estima que, más de un sesenta por ciento de la población ur-
bana mundial, vive en las ciudades intermedias, por lo que se las considera como
los núcleos urbanos del futuro, no sólo por su crecimiento ininterrumpido sino
porque asimilan sus cambios de una forma más ordenada y sostenible, y al mismo
tiempo, lo hacen conservando un estilo de vida que media entre la gran ciudad y
la localidad provinciana.
Las ciudades intermedias integran los ámbitos rural y urbano, constituyéndose
con frecuencia, en vigorosos centros comerciales y culturales de vastos territorios.
Debido a sus dimensiones, las ciudades intermedias facilitan las relaciones sociales
de forma más intensa que en las grandes metrópolis, lo que permite incrementar la
denominada complejidad urbana, esto es, las interacciones entre las personas. A su
vez, la participación ciudadana y su implicación con los asuntos de la ciudad pueden
amplificarse por la proximidad de estos entre sí, como también con autoridades y
funcionarios públicos, para lograr consensos respectos de las políticas e iniciativas
que fomenten su progreso integral.
Por otra parte, las ciudades intermedias se las considera como esenciales en la
preservación de las identidades culturales y sentido de pertenencia, ya que resulta
fundada en 2004 sobre la base de la fusión de la Unión Internacional de Autoridades Locales (IULA)
y la Federación Mundial de Pueblos y Ciudades Unidas (UTO).
(7) “Carta Declaración de Chefchaouen de las Ciudades Intermedias del mundo”. Ciudades
y Gobiernos Locales Unidos (CGLU). Chefchaouen, Marruecos, 07 de julio de 2018. Disponible en
https://www.uclg.org/sites/default/files/sp-declaracion_chefchaouen_-web_0.pdf Recuperado:
30 de octubre de 2022.
(8) El Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT) es una
agencia de las Naciones Unidas, establecida en 1978 después de la conferencia Hábitat I (Vancouver,
Canadá), cuyo propósito es el de promover ciudades y pueblos social y ecológicamente sostenibles.
La sede de la agencia es la ciudad de Nairobi, capital de Kenia. La ONU-HABITAT considera a las
ciudades intermedias a aquellas que cuya población es de entre 100.000 y 500.000 habitantes, aunque
hay otras mediciones que amplían el límite hasta un millón. Disponible en: http://es.unhabitat.org/
temas-urbanos/planificacion-y-disenho/ Recuperado: 30 de octubre de 2022.
298
Edgar Gustavo Fernández Suárez
(9) TELLA, Guillermo. “El papel de las ciudades intermedias en Argentina”, Plataforma Urbana,
15 de marzo de 2016. Disponible en http://www.plataformaurbana.cl/archive/2016/03/15/el-pa-
pel-de-las-ciudades-intermedias-en-argentina/ Recuperado: 05 de noviembre de 2022.
(10) ROBERTS, Brian H. Gestionando Sistemas de ciudades secundarias. Políticas públicas en Desarrollo
Internacional, Cities Alliance & B.I.D., Bruselas - New York, 2015, pp. 150 – 151.
299
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(11) ALEUY, Mahmud. “La votación Electrónica”, en GANUZA, Enrique et al. Modernización
del régimen electoral chileno, 1° edición. CIEP - CIEPELAN, Libertad y Desarrollo y Proyectamérica,
Santiago de Chile, 2007, p. 239.
300
Edgar Gustavo Fernández Suárez
y política; o, dicho de otra manera, que la sociedad de la información es una etapa previa de
este nuevo tipo de sociedad que nos llevará finalmente a la etapa del conocimiento”12.
La evolución acelerada de nuevas tecnologías informáticas, implica una constan-
te demanda de la sociedad para que actores públicos y privados, adopten medidas
“para promover la incorporación del conocimiento en la producción, en los procesos admi-
nistrativos, así como en la prestación de servicios públicos”13. Por tanto, la sociedad de
la información se vincula con la sociedad del conocimiento porque es el soporte de
las relaciones sociales, y sobre las cuales se erigen las condiciones imprescindibles
que posibilitan construir conocimiento por medio de las tecnologías.
Sin embargo, sería un error suponer que la existencia de la sociedad de la in-
formación implica necesariamente la existencia de la sociedad del conocimiento, ya
que ésta se identifica con el desarrollo de la ciencia, la investigación, la educación,
la tecnología y la cultura avanzan hacia un proceso de mejora continua para crear
escenarios capaces de enfrentar el crecimiento económico y global, piezas funda-
mentales en el progreso socioeconómico14. El entorno digital en el que la Sociedad
del Conocimiento se inserta, constituye “la infraestructura de base que facilita y hace
posible un acceso más fluido a la información y la gestión del conocimiento; y por el otro,
por los valores subyacentes en los patrones de interacción que promueve la cultura digital:
prácticas abiertas, transparentes, participativas y colaborativas”15.
La Sociedad del Conocimiento incrementa el valor del saber y la autonomía
creativa de los ciudadanos, cada vez más exigentes y demandantes de participación
y protagonismo en los procesos de elaboración y decisión de las políticas públicas
que afectan su bienestar, su seguridad y su futuro.
Cuando los actores gubernamentales toman conciencia del vertiginoso impac-
to tecnológico de las TIC en todos los ámbitos de la vida social, es el momento de
implementar consecuentemente estrategias comunicacionales para informar los
logros de su gestión gubernativa, la ejecución de proyectos y avances, posibilitar la
admisión de demandas, apoyos, sugerencias y críticas de la ciudadanía, como así
también, facilitar la gestión de procesos administrativos y la atención de servicios.
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(16) NASER, Alejandra - CONCHA, Gastón. “El gobierno electrónico en la gestión pública”,
CEPAL, Serie Gestión Pública, nº 73, Santiago de Chile, 2011, p. 11.
(17) El Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD), publica una serie
de documentos estratégicos conocidos como Cartas Iberoamericanas. La finalidad de las mismas ha
sido el de establecer un marco de referencia para fomentar la trasformación y modernización de los
Estados regionales y la mejora continua de sus administraciones públicas. La Carta Iberoamericana
de Gobierno Abierto (CIGA) fue aprobada por la XVII° Conferencia Iberoamericana de Ministras y
Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado, realizada los días 7 y 8 de julio de 2016,
en la ciudad de Bogotá.
302
Edgar Gustavo Fernández Suárez
municipal. Se trata, pues, de crear una asociación entre los recursos que pueden
aportar la sociedad civil y el Estado.
Contrariamente a lo que se podría suponer, este pilar del Gobierno Abierto es
uno de los más activos y que, usualmente, muchas ciudades medianas de nuestro
país desarrollan sin tener conciencia de ello, ya que la proximidad entre gobernantes
y ciudadanos es tal, que se llevan a cabo acciones colaborativas en múltiples áreas
de intervención pública.
Por último, el principio de Tecnología e Innovación, se refiere al compromiso de
los gobiernos en asegurar a los ciudadanos el acceso abierto a las nuevas tecnologías
como motores de la innovación para soluciones creativas a los problemas de carácter
público. Este principio tiene mucha relevancia, por un lado, para reducir las brechas
digitales para individuos y empresas, y por el otro, para el aprovechamiento de las
oportunidades para todos los actores sociales a favor de la inversión económica y
la generación de empleo en la ciudad.
Cabe agregar que estos principios se sustentan, a su vez, en dos pilares estra-
tégicos cuya finalidad es alcanzar la consecución de un Estado Abierto, y que son la
Apertura de datos (Open Data) y Reutilización de la Información del Sector Público
(RISP); y la Apertura de Procesos y Políticas Públicas (Open Process).
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(18) OZSLAK, Oscar: Gobierno Abierto: hacia un nuevo paradigma de gestión pública, Red de Go-
bierno electrónico de América Latina y el Caribe - Red GEALC, 2013, p. 4.
(19) RAMÍREZ-ALUJAS, Álvaro V. “Gobierno abierto y modernización de la gestión pública:
Tendencias actuales y el (inevitable) camino que viene. Reflexiones seminales”, Revista Enfoques, Vo-
lumen IX, N°15, Universidad Central de Chile, diciembre de 2011, pp. 95 - 125.
(20) La Alianza para el Gobierno Abierto (AGA), en inglés Open Government Partnership (OGP),
es una iniciativa aprobada durante el 66º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones,
en septiembre de 2011, para mejorar el desempeño y de la calidad de los gobiernos. En la actualidad,
a la Alianza la integran 75 estados miembros, dieciséis de los cuales pertenecen a Latinoamérica y el
Caribe, cuyos gobiernos se comprometen a adoptar medidas de promoción de la transparencia, la
participación ciudadana en el debate y en la decisión de los asuntos públicos, el combate contra la
corrupción y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para robustecer la gobernanza democrática
y la calidad de los servicios públicos. Todas las medidas que se impulsen con estos propósitos repre-
sentan un esfuerzo conjunto entre gobierno y sociedad civil para hacer posible el gobierno abierto en
todos los niveles de decisión política.
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(21) MOORE, Mark H. Gestión estratégica y creación de valor en el sector público, Paidós, Barcelona,
1998, p. 19.
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Estos propósitos que procura alcanzar una ciudad inteligente, se deben asentar
en cuatro criterios bien definidos:
Sostenibilidad: esto es, contar con una administración pública que, conjuntamente
con la participación del sector privado, trabajen mancomunadamente comprome-
tidos con el uso racional de los recursos naturales en beneficio de las generaciones
actuales y futuras, gracias al uso de tecnologías digitales u otros medios para reducir
costos y optimizar el consumo.
Inclusividad y transparencia: para establecer una comunicación directa con los
vecinos, mediantes la disponibilidad de datos abiertos y permitir el seguimiento y
control de las finanzas públicas.
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(27) OSPINA, Juan Pablo. “Ciudades Inteligentes en América Latina”, Conexión INTAL - Banco
Interamericano de Desarrollo (BID). Disponble en: http://conexionintal.iadb.org/2018/11/27/267_e_
ideas6/ Recuperado: 27 de julio de 2022.
(28) IESE Cities in Motion Strategies (Ciudades en movimiento) es una plataforma de inves-
tigación del Centro para la Globalización y la Estrategia del Instituto de Estudios Superiores de la
Empresa (IESE Business School), de la Universidad de Navarra. La iniciativa conecta una red mundial
de expertos en ciudades y empresas privadas especializadas con administraciones locales de todo el
mundo, para desarrollar herramientas innovadoras que generen ciudades más inteligentes. Anual-
mente elabora un ranking de ciudades inteligentes https://blog.iese.edu/cities-challenges-and-ma-
nagement/2020/10/27/iese-cities-in-motion-index-2020/. Recuperado 24 de enero de 2023.
(29) BOUSKELA, Mauricio - MOLINA LEDESMA, Alfredo - LÓPEZ RAMÍREZ, Julio - ZA-
PPAROLI, Isabelle. “¿Está mi ciudad preparada para convertirse en una ciudad inteligente?”, Ciudades
Sostenibles, Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 07 de Diciembre de 2021 https://blogs.iadb.org/
ciudades-sostenibles/es/esta-mi-ciudad-esta-preparada-para-convertirse-en-una-ciudad-inteligente/
Recuperado: 8 de enero de 2023.
(30) Ídem.
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309
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 295-312
V. Bibliografía
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y Desarrollo y Proyectamérica, Santiago de Chile, 2007.
HOFMANN, Andrés - RAMIREZ-ALUJAS, Álvaro - BOJORQUEZ, José A.
(coord.). La promesa del Gobierno Abierto, InfoDF e ITAIP, México - Santiago de Chile,
2013.
MOORE, Mark H. Gestión estratégica y creación de valor en el sector público, Paidós,
Barcelona, 1998.
NASER, Alejandra - COCHA, Gastón: “El gobierno electrónico en la gestión
pública”, CEPAL, Serie Gestión Pública, nº 73, Santiago de Chile, 2011.
OZSLAK, Oscar. Gobierno Abierto: hacia un nuevo paradigma de gestión pública,
Red de Gobierno electrónico de América Latina y el Caribe - Red GEALC, 2013.
PÉREZ ZÚÑIGA, Ricardo - MERCADO LOZANO, Paola - MARTÍNEZ GAR-
CÍA, Mario - MENA HERNÁNDEZ, Ernesto. “La sociedad del conocimiento y la
sociedad de la información como la piedra angular en la innovación tecnológica edu-
(31) MONTENEGRO ERNST, Diego. “Ciudades Intermedias como Instrumentos para el De-
sarrollo Territorial Sostenible e Innovador”, Blog. Instituto de Cooperación para la Agricultura (IICA),
06 de abril de 2021. https://blog.iica.int/blog/ciudades-intermedias-como-instrumento-para-desa-
rrollo-territorial-sostenible-e-innovador (Recuperado: 11 de enero de 2023).
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Edgar Gustavo Fernández Suárez
Sitios internet
ARAIZA DÍAZ, Verónica (2012). “Pensar la sociedad de la información/cono-
cimiento”, Biblioteca Universitaria, 15 (1), p. 36. Disponible: http://revistas.unam.
mx/index.php/rbu/article/view/32609
BORGES, Taís - GARCÍA, Analía - GARCÍA NÚÑEZ, Sofía. “Nuevos desafíos para
la ciudad latinoamericana”, en Blog Ciudades sostenibles perteneciente a la División
Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
14 de julio de 2017. https://blogs.iadb.org/ciudades-sostenibles/es/ciudad-lati-
noamericana/
BOUSKELA, Mauricio - LÓPEZ RAMÍREZ, Julio - ZAPPAROLI, Isabelle. “¿Está
mi ciudad preparada para convertirse en una ciudad inteligente?”, Ciudades Soste-
nibles. División de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) del Banco Interamericano
de Desarrollo. 07 de diciembre de 2021. Disponible en: https://blogs.iadb.org/ciu-
dades-sostenibles/es/esta-mi-ciudad-esta-preparada-para-convertirse-en-una-ciu-
dad-inteligente/
MONTENEGRO ERNST, Diego. “Ciudades Intermedias como Instrumentos
para el Desarrollo Territorial Sostenible e Innovador”, Blog del Instituto de Coope-
ración para la Agricultura IICA, 06 de abril de 2021. Disponible en: https://blog.iica.
int/blog/ciudades-intermedias-como-instrumento-para-desarrollo-territorial-sos-
tenible-e-innovador
OSPINA, Juan Pablo. “Ciudades Inteligentes en América Latina”, Banco
Interamericano de Desarrollo (BID). Disponible: http://conexionintal.iadb.or-
g/2018/11/27/267_e_ideas6/
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 295-312
Documentos
“Alianza para el Gobierno Abierto”. Disponible en https://www.opengovpart-
nership.org/wp-content/uploads/2001/01/OGP_Booklet_Spanish_Digital.pdf
“Carta Declaración de Chefchaouen de las Ciudades Intermedias del mundo”.
Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU). Chefchaouen, Marruecos, 07 de
julio de 2018. Disponible en https://www.uclg.org/sites/default/files/sp-decla-
racion_chefchaouen_-web_0.pdf Recuperado 22 de enero de 2023.
“Carta Iberoamericana de Gobierno Abierto” (CIGA). Aprobada por la XVII
Conferencia Iberoamericana de Ministras y Ministros de Administración Pública y
Reforma del Estado Bogotá, Colombia, 7 y 8 de julio de 2016 Adoptada por la XXV
Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno Cartagena de Indias,
Colombia, 28 y 29 de octubre de 2016. Disponible: https://clad.org/wp-content/
uploads/2020/07/Carta-Iberoamericana-de-Gobierno-Abierto-07-2016.pdf
312
Marconi Sosa Ríos
*
Trabajo recibido el 19 de febrero de 2023 y aprobado para su publicación el 20 de marzo del
mismo año.
**
El autor es Licenciado en Administración Pública por la Universidad del Istmo Campus Cd.
Ixtepec, México, y Master en Relaciones Internacionales con especialidad en Medio Ambiente por la
Universidad del Mar Campus Huatulco, México. Ha desempeñado cargos en el sector gubernamental
y actualmente es Profesor-Investigador adscrito a la Licenciatura en Administración de la Universidad
de Chalcatongo, México. E-mail: marsorios@yandex.com
I. Introducción
Los problemas ambientales son grandes preocupaciones en Asia como en Eu-
ropa. La explosión demográfica y la intensificación de la industria en estas regiones
propician daños severos a los recursos naturales, acentuados fuertemente por la
pobreza. De igual forma, la gravedad de estos problemas amenaza la estabilidad
económica, así como la calidad de vida y bienestar de la población.
Hoy en día, los países asiáticos y europeos son cada vez más conscientes de la
necesidad de mejorar el medio ambiente y de la importancia de los costos vincula-
dos a su degradación (reducción de la productividad y competitividad económica,
aumento de los gastos en salud, entre otras). Por tanto, la protección al ambiente
se concibe como una de las prioridades esenciales.
La preocupación compartida por estas dos regiones en materia ambiental se
estableció a finales del siglo pasado en “la estrategia de cooperación Europa-Asia
en el ámbito del medio ambiente” [COM (97)], diseñada en 1997 y presentada por
la Unión Europea (Consejo, Parlamento Europeo y Comité Económico y Social) el
05 de mayo de 20061. Este instrumento puntualizó los siguientes retos:
- La lucha contra la contaminación del agua (industrialización, contaminación
procedente de las aguas domésticas, agotamiento de las capas freáticas).
- La lucha contra la contaminación del aire (resultante de los transportes, de
la energía y del sector industrial).
- La gestión de los residuos (aumento de los residuos domésticos e industria-
les).
- La degradación de los suelos (erosión de los suelos, contenido excesivo en
agua y salinidad de los suelos).
- La deforestación.
- La pérdida de la biodiversidad.
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Marconi Sosa Ríos
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- Son países con altos niveles de desarrollo: Singapur es uno de los países con
mayor crecimiento de la renta nacional en el sudeste asiático2. Por su parte,
Bélgica ocupa el puesto número veinticinco de países con mayor crecimiento
económico anual3.
- Los dos países están comprometidos fuertemente con el diseño e implementa-
ción de políticas ambientales. De acuerdo con Programa de Naciones Unidas
para Medio Ambiente (PNUMA), en los últimos 20 años, Bélgica y Singapur
son los países que más han emprendido planes en materia ambiental.
- Ambos cuentan con una política ambiental a largo plazo.
- Los dos países incorporan al sector privado y a la sociedad civil en el diseño
e implementación de las estrategias ambientales.
II. Desarrollo
(2) De acuerdo con del Departamento de Estado de Singapur, este país registró un crecimiento
en el Producto Interno Bruto (PIB) de 7.6% en 2021.
(3) Sobre el particular se puede consultar el siguiente enlace: https://datosmacro.expansion.
com/pib
316
Marconi Sosa Ríos
317
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 313-330
sitadas a las orillas del Río, así como el uso de abonos nitrogenados y fertilizantes
(Organization, 2008).
Ante esta situación, el gobierno belga estableció el Plan de Desarrollo Sostenible
en el año 2000, donde se establecieron una serie de programas y estrategias para
la atención de los asuntos ambientales, siendo la contaminación del agua una de
las prioritarias. Actualmente prevalece dicho plan y de forma anual se analizan los
avances y cada cuatro años se reformula y evalúa. Éste se aplica a nivel federal y
en cada una de las entidades federativas (Flandes, Valonia y Bruselas), aunque, de
acuerdo con el Banco Mundial, estos últimos tienen la facultad de establecer políticas
y programas ambientales específicos.
Para llevar a cabo la implementación del Plan y atender los asuntos ambientales,
el Gobierno Federal invirtió el 1.7% del Producto Interno Bruto (PIB), asimismo,
delegó responsabilidades y funciones a las siguientes instituciones para garantizar
la atención a los problemas medioambientales: la Oficina de Planificación Federal,
que participó en el análisis, diseño e implementación; el Consejo de Desarrollo
Sostenible, compuesto por representantes sociales y académicos, cuya función fue
monitorear el desarrollo e implementación de las estrategias; y la Comisión Inter-
departamental para el Desarrollo Sostenible, que es una coordinación entre las tres
regiones para definir las áreas que dicho plan debía abarcar.
Las estrategias contenidas en este plan para la atención de la contaminación
del agua fueron las siguientes:
- La creación de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales, misma que
comenzaron a construirse en el 2000. De acuerdo a la OCDE en su Informe
Ambiental Mundial 2009, esta inversión representó el 0.50% del PIB y fue
compartida por las tres regiones. El objetivo fue dar tratamiento a toda el
agua residual que se generaba en el país, así como incrementar el número
de viviendas conectadas al sistema de tratamiento.
- Se estableció un gravamen a la descarga de nutrientes a las empresas, a fin
de reducir su volumen.
- Se dictaminó una carga impositiva para el uso de plaguicidas, los cuales son
gravados de acuerdo a su contenido.
- El Gobierno Federal puso en marcha incentivos a los agricultores para que
invirtieran en el tratamiento del estiércol (Bélgica, 2022).
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Bélgica Singapur
Política muy estricta: esta- Política flexible: no establece
Tipo de política
blece impuestos gravámenes
Busca la calidad y mayor
Objetivo de la
cobertura de los recursos Se centra en la eficiencia del agua
política
hídricos
Incentiva la participación en los
Participación de
No involucra a la sociedad programas de conservación del
la sociedad
agua
Fuente: Elaboración propia con base en la Plan Verde 2012 de Singapur (2022) y Plan de Desarrollo Sosteni-
ble de Bélgica (2022)
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Ante este fuerte incremento (de 105 a 122 millones de toneladas) en el nivel de
emisiones de CO2, el Gobierno Federal puso en marcha el Programa Nacional para
la Reducción de Emisiones (NPRE) en el año 2000, que establecía la reducción del
nivel de emisiones tomando en cuenta las siguientes líneas de acción:
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Fuente: OCDE (2021). Nota: La primera barra (izquierda) corresponde al año 2000, mientras que la segunda
al año 2009.
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De estas acciones se obtuvo, de acuerdo con el Plan Verde, una reducción signi-
ficativa en el nivel de óxido de azufre y óxido de nitrógeno, se mejoró la intensidad
de carbono en un 25%, se comprobó que el uso del gas natural emitía 40% menos de
CO2 que el petróleo por unidad de electricidad generada y la proporción de electri-
cidad generada por gas con alta eficiencia pasó de un 19% en 2000 a 79% en 2010.
En resumen, del análisis anterior se concluye que existen diferencias importantes
entre la política de aire desarrollada por Bélgica y la implementada por Singapur.
Por tanto, para ampliar dicho planteamiento, a continuación se presenta un cuadro
donde se exponen los contrastes entre las políticas adoptadas por estos países en
materia de contaminación atmosférica:
Bélgica Singapur
Integral: centra su interés en la contami- Limitado: sólo centra su
Enfoque de nación derivado de la actividad industri- atención en la contami-
la política al, la agricultura, uso de energía nuclear nación por el trasporte y la
y el sector transporte industria
Objetivo de Reducción de emisiones de CO2 y en Reducción de CO2, óxido de
la política menor medida otras partículas azufre y óxido de nitrógeno.
Partici-
Incentiva al sector privado a El sector privado no partic-
pación de las
participar en la política ambiental ipa
empresas
Partici-
pación de la Involucra a la sociedad No involucra a la sociedad
sociedad
Fuente: Elaboración propia con base en la Plan Verde 2012 de Singapur (2022) y Plan de Desarrollo Sosteni-
ble de Bélgica (2022)
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Cuadro 3. Diferencias entre las políticas de contaminación del suelo de Bélgica y Singapur
Bélgica Singapur
Fuente: Elaboración propia con base en la Plan Verde 2012 de Singapur (2022) y Plan de Desarrollo Sosteni-
ble de Bélgica (2022)
IV. Conclusiones
Los asuntos ambientales fueron, y siguen siendo actualmente, una de las preo-
cupaciones importantes en Singapur como en Bélgica. A pesar de que se comparte
la misma problemática, las políticas emprendidas por estos países fueron diferentes,
es decir, cada país analizó, abordó y atendió las afectaciones al medio ambiente de
forma distinta. En lo que respecta a la contaminación (aire, suelo y agua), que fue el
caso que se analizó en este escrito, ambos países obtuvieron avances significativos
con políticas particulares, resultados que sin duda impactaron en el mejoramiento
de la calidad de vida y bienestar de la población.
Asimismo, de este estudio comparativo se obtuvo que la política de Bélgica para
atender la contaminación del agua fue estricta, puesto que estableció cargas fiscales;
la política de aire fue integral, centró su interés en la contaminación derivado de la
actividad industrial, la agricultura, uso de energía nuclear y el sector transporte; y,
en lo que respecta al suelo, en este país europeo no se desarrolló ninguna política.
En el caso singapurense, la política de agua fue flexible, no estableció gravámenes;
la política de aire fue limitada, ya que sólo centró su atención en la contaminación
329
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V. Bibliografía
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Organization for Economic Cooperation and Development (OECD) (2021).
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www.oecd.org/home/0,2987,en_2649_201185_1_1_1_1_1,00.html
330
Raquel Virginia Moyano
I. Introducción
a. El Código Civil
Resulta necesario recordar someramente las ideas jurídicas profesadas en Eu-
ropa durante el movimiento codificador en la Argentina. Ello se vincula con las que
se discutieron al surgir los proyectos de las importantes reformas propuestas en el
transcurso de la historia de nuestro país.
*
Trabajo recibido el 15 de marzo de 2023 y aprobado para su publicación el 11 de abril del
mismo año.
**
Doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales por la
Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Profesora Adjunta de Derecho Privado V en la Facultad de
Derecho de la UNC. Investigadora en la Secretaría de Ciencia y Técnica, Facultad de Derecho, UNC.
La codificación del Siglo XIX constituyó una significativa reforma que giraba
en torno a una nueva concepción del Derecho. Mientras para algunos implicaba
obtener una ordenación y simplificación de las normas existentes, para otros, una
transformación del método y de los principios del antiguo derecho. El movimiento
codificador se propagó, desde Europa, por Hispanoamérica1.
Una de las escuelas de jurisprudencia más influyentes del Siglo XIX fue la
Escuela francesa de la Exégesis, nacida como consecuencia de la codificación civil
(1804) y condicionada por su importancia política. El espíritu de los exégetas no
fue otro que el de guardar incólume al Código Napoleón. Los postulados básicos
de la Exégesis eran: El culto a la ley y la interpretación de la ley por la intención
del legislador2.
Contemporáneamente a la codificación, y como reacción a su ideología, surgió y
se difundió en Alemania la Escuela Histórica del Derecho. Desde una óptica cultu-
ral amplia se podría considerar como una expresión -en el ámbito del Derecho- del
Romanticismo,
Nadie puede dudar de la historicidad del derecho, ni que se trata de una cons-
trucción cultural.
El programa de la Escuela Histórica, justamente, consistía en buscar las fuentes
no estatales ni legislativas del Derecho.
Esta fuente la constituye la característica de cada pueblo, que en su evolución
manifestaría una lógica y espíritu propios, el “espíritu del pueblo” (Volksgeist), que
estaría en el origen y, al mismo tiempo, daría unidad y sentido a todas las manifes-
taciones histórico-culturales de una nación.
Posteriormente, el nuevo interés del creador de la Escuela Histórica, Savigny, se
orientó a la construcción de un sistema dogmático de derecho privado. Este modelo
científico tenía como base de estudio el derecho romano y el imperial alemán aún
vigente. Se trata de la escuela del Derecho científico.
Al decir de Levaggi, son dos líneas ideológicas las que se perfilaban como
vertebrales: Una iluminista-liberal, y la otra tradicionalista-historicista (1810-1820).
La primera asentaba su creencia en la fuerza creadora de la razón y en su ca-
pacidad para acelerar el ritmo histórico; la segunda, en el cultivo de las tradiciones
y en el curso evolutivo de la historia3.
(1) Cfr. TAO ANZOÁTEGUI, Víctor. La codificación en la Argentina 1810-1870. Mentalidad social
e ideas jurídicas, Ed. Librería Editorial Histórica, 2° ed., Buenos Aires, 2008.
(2) Cfr. LEVAGGI, Abelardo. Manual de Historia de Derecho argentino. Castellano-Indiano-Nacional.
T. I. Parte general, Ed. Depalma, 1991, Buenos Aires, p. 178.
(3) LEVAGGI, Abelardo. Op. Cit., p. 217; TAO ANZOÁTEGUI, Víctor. Op. Cit.: “… advertimos
como fuerzas sobrevivientes el viejo racionalismo, el enciclopedismo dieciochesco, el romanticismo más joven, y
sobre todo el eclecticismo”, p. 247.
332
Raquel Virginia Moyano
Hay que destacar que en la época de la organización nacional afloran las ideas
racionalistas, aunque “cubiertas por la capa del Eclecticismo”4, que era la ideología
prevaleciente en el momento. El Eclecticismo jurídico se caracterizaba por la actitud
de conciliar las leyes o doctrinas en la articulación del nuevo ordenamiento legisla-
tivo. Así se unirían los sistemas en pugna: racionalismo e historicismo.
La codificación, en general, y el proyecto de Código Civil de Vélez Sarsfield, en
particular, son ejemplos del eclecticismo práctico de esa época5.
333
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 331-350
334
Raquel Virginia Moyano
Nos interesa ahora establecer las conexiones o rupturas que existen entre la
regulación de la posesión y su tratamiento en el Código decimonónico de Vélez
Sarsfield y la doctrina vertida en el Proyecto de Reforma integral de 1936.
Como adelantáramos, el análisis se ordena en relación a tres ejes básicos en la
reconstrucción del instituto de la posesión. Y cotejaremos las normas y proyectos
referidos a tales ejes:
a. Concepto y Objeto
b. Elementos
c. Modos de adquisición
a. Concepto. Objeto
a. 1. Concepto
VAROLA, Rodolfo; LAFAILLE, Héctor; MARTÍNEZ PAZ, Enrique; TOBAL, Gastón Federico y REY,
Ricardo E. -Secretario-).
(12) Transcribimos aquí, en razón de su posterior utilización, y a fin de completar la conceptua-
ción e ideología del instituto, la Nota del artículo 2351: Véase L. 47, Tít. 28, Part. 3ª. La L. I, Tít. 30, de la
misma Partida dice que posesión es tenencia derecha que ome ha en las cosas corporales, con ayuda del cuerpo e
del entendimiento. Esta definición está enteramente conforme con la nuestra. El Cód. Francés. Art. 2228 dice:
La posesión es la tenencia, o goce de una cosa o de un derecho que tenemos, o que ejercemos por nosotros mismos,
o por otro que lo tiene y ejerce en nuestro nombre. El Código, dice Troplong, toma la posesión en el sentido más
general, y en su elemento más simple, es decir, es el primer grado, que tiene por resultado poner al individuo en
relación con la cosa. En cuanto a las variedades de esa relación, que son muy numerosas, por ejemplo, posesión a
título de propietario, posesión precaria, etc., el Código aún no se ocupa. En los artículos siguientes, el legislador
designará las cualidades de que ella debe revestirse a medida que venga a ser la fuente de derechos particulares>.
Nosotros seguimos el orden inverso: definimos la posesión por la que tiene la mayor importancia jurídica, la que
presenta todos los caracteres indispensables para los derechos posesorios, la posesión que sirve para la prescripción,
y la que da acciones posesorias adversus omnes, dejando para otro lugar tratar la posesión que sólo sirve para
los interdictos o acciones posesorias. La definición, pues, del Cód. Francés no es contraria a la nuestra, pues él
define lo que regularmente se llama posesión natural, y nosotros definimos la que por lo común se dice posesión
civil.- La definición del Cód. Francés supone que la posesión puede no ser de las cosas corporales, sino de meros
derechos, lo que en la jurisprudencia se llama cuasi-posesión. Las Leyes Romanas declaraban que sólo podían
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 331-350
poseerse las cosas corporales… quia nec possideri intelligitur jus incorporale (L.4, # 27, Tit. 3 Lib. 41, Dig.)
Possidere autem possum, decía otra ley, quae sunt corporalia (L. 3, Tit. 2, Lib. 41, Dig.). Pero mirada la
posesión en sus relaciones con el derecho de propiedad, la posesión se manifiesta como el ejercicio de los poderes
comprendidos en ese derecho. Bajo este punto de vista práctico, la idea ha parecido susceptible de ser extendida
a otros derechos reales, especialmente a los derechos de servidumbre, que son desmembraciones del derecho de
propiedad; y se ha considerado como poseedor de una servidumbre al que ejerce los poderes contenidos en el
derecho de servidumbre. Esta es la juris possessio o la quasi possessio. Los romanos habían restringido la
cuasi posesión a las servidumbres, y no la habían extendido a otros jura in re, y menos a los derechos personales
y a los derechos de las obligaciones, respecto de los cuales la idea de ejercicio de un poder físico no es admisible
bajo relación alguna. El Cód. Francés, como se ha visto, extiende la posesión a todos los derechos. Molitor se
empeña en demostrar que la cuasi posesión no puede extenderse sino a las servidumbres. (De la Posesión, n°
14). Savigny, en su Tratado de la posesión, desde el n° 7, enseña que la posesión no es sino un hecho, y sólo un
derecho por sus efectos, que son la prescripción y las acciones posesorias: Así, dice, la posesión es un hecho y un
derecho a la vez. Molitor ha combatido esta opinión, a nuestro juicio, victoriosamente, demostrando que toda
posesión es un derecho”.
(13) Aquí le damos el alcance de derecho real de dominio.
(14) VALDÉS, H - ORCHANSKY, B. “Lecciones de derechos Reales”, Ed. Lerner, Córdoba,
1969, T. I, p. 44.
336
Raquel Virginia Moyano
Ahora bien, debe quedar claro que la especulación acerca del instituto posesorio
no distingue. El hecho posesorio existe con independencia de la eventual investidura
jurídica que la califique. De manera que, quien ejerce el poder efectivo como dueño,
aunque no lo sea, reviste la calidad de poseedor.
El hilo conductor del análisis nos lleva a la siguiente norma que completa la
idea del artículo inicial, distinguiendo otra relación real.
Dice el artículo 2352:
”El que tiene efectivamente una cosa, pero reconociendo en otro la propiedad, es simple
tenedor de la cosa, y representante de la posesión del propietario, aunque la ocupación
de la cosa repose sobre un derecho”15.
a. 2. Objeto
Cabe señalar que sólo las cosas son objeto de posesión. Lo adelanta el 2351, ya
mencionado. El artículo 2400 establece: “Todas las cosas que están en el comercio son
susceptibles de posesión. Los bienes que no fueron cosas, no son susceptibles de posesión”.
Y que esto informa, igualmente, el concepto posesorio. También citamos el artículo
2311 que estipula: “Se llaman cosas en este Código, los objetos corporales susceptibles de
tener un valor”16.
(15) Nota del artículo 2352: “L. 5, Tít. 30, Part. 3ª y L 1, Tít.8, Lib.11, Nov.Rec.-L.22, Tít.29,
Part.3ª.-L.1, Tít.30, Lib.7, Cód. Romano.-Savigny, De la posesión #23. Duranton, tomo XXI, nº 181.-En el
rigor de los principios, lo que otro tiene en mi nombre yo no lo poseo realmente, no lo tengo actualmente en mi
poder, pues que él es quien lo tiene en el suyo. Más, siendo la posesión precaria respecto de mí, las leyes me con-
sideran como poseedor, como que ejercito la posesión por su ministerio, y a él, como sólo está en posesión ajena”.
(16) Nota al Artículo 2311: “…La palabra cosas, en la flexibilidad indefinida de sus acepciones, compren-
de en verdad todo lo que existe; no sólo los objetos que pueden ser la propiedad del hombre, sino todo lo que en la
naturaleza escapa a esta apropiación exclusiva: el mar, el aire, el sol, etc. mas como objeto de los derechos privados,
337
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 331-350
Determinada la noción de cosa, los requisitos necesarios para que sea suscepti-
ble de posesión, son los que normativamente preceptúa el Código Civil. Conforme
a ellos, la cosa debe estar en el comercio, y es indispensable que sea determinada.
debemos limitar la extensión de esa palabra a lo que puede tener un valor entre los bienes de los particulares.
Así, todos los bienes son cosas, pero no todas las cosas son bienes. La cosa es el género, el bien es una especie”.
(17) VALDÉS, H. y ORCHANSKY, B. Op. Cit., p. 55.
(18) Idem.
(19) Nota al artículo 2401: “La Ley Romana dice: pluses eamdem rem in solidum possidere non
possunt. L 3, #5, Dig.De adq. poss. Una cosa, dice Molitor, puede ser para muchas personas un objeto de
posesión, en el sentido que la una sea corporis, y la otra juris. El usufructuario no hace sino tener la cosa a
nombre del propietario, él no tiene una juris possessio. El usufructo es considerado como una parte intelectual,
como un elemento separado de la propiedad. En este caso, sólo aparentemente la misma cosa se presenta poseída
por muchos; por una parte el corpus y por la otra el jus. El principio que establece el artículo no se opone a la
regla, dice Troplong, que muchas personas pueden poseer en común la cosa indivisible que les pertenece, pues
338
Raquel Virginia Moyano
que ellas no la poseen separadamente, sino que forman una persona colectiva que obra en un solo interés. La regla
que dos posesiones se excluyen, no es aplicable sino cuando se trata de posesiones del mismo género, emanadas
de causas opuestas, y obrando cada una en un interés separado. Sobre el artículo 2228, nº 244”.
(20) VALDÉZ, H. - ORCHANSKY, B. Op. Cit., p. 45.
(21) MARIANI de VIDAL, Marina. Curso de Derechos Reales, Ed. Zavalía, T. I., Buenos Aires, 1993.
(22) Idem.
(23) Ver nota 3.
339
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 331-350
Citando nuevamente el 2351. Vemos que no sólo nos facilita la noción del insti-
tuto posesorio, sino también exige la presencia de estos dos elementos mencionados
para concebir la idea posesoria. Más que eso: no permite que sin ellos exista técni-
camente posesión. Efectivamente, de la norma que prescribe que: “Habrá posesión
de las cosas, cuando alguna persona, por sí o por otro, tenga una cosa bajo su poder, con
intención de someterla al ejercicio de un derecho de propiedad”, se advierte que -con las
expresiones “tenga una cosa bajo su poder” y “con intención de someterla al ejercicio
de un derecho de propiedad”- el codificador ha querido fijar, ineludiblemente, la
concurrencia de estos dos requisitos. En la práctica, ambos elementos se refunden y
se complementan, razón por la que ninguno de ellos, por sí solo, es suficiente para
generar la relación posesoria.
El artículo 2374 dice: “La aprehensión debe consistir en un acto que, cuando no sea
un contacto personal, ponga a la persona en presencia de la cosa con la posibilidad física
de tomarla”. De este modo tenemos la noción del corpus como la posibilidad ma-
terial de disponer de la cosa, aunque no se entre en un contacto personal con ella
y, además, la posibilidad de hacer con ella lo que apetezca, con exclusión de toda
injerencia extraña25.
(24) Nota del artículo 2351 in fine: “… Savigny… enseña que la posesión no es sino un hecho, y sólo
un derecho por sus efectos, que son la prescripción y las acciones posesorias. Así, dice, la posesión es un hecho y
un derecho a la vez. Molitor ha combatido esta opinión, a nuestro juicio victoriosamente, demostrando que toda
posesión es un derecho”; Nota del artículo 2470 in fine, en el que habla del hecho de la posesión, señalando,
sin embargo en aquella, que… Para nosotros que juzgamos que la posesión es un derecho, es con más razón un
principio la resolución del artículo”.
(25) Nota del artículo 2374: La posibilidad física de tomar la cosa o de disponer de ella, dice Savigny,
puede existir sin el contacto; pues el que puede a cada momento poner su mano sobre una cosa que está delante
de él, es sin duda tan dueño de ella como el que la ha tomado. Esta posibilidad física es el hecho esencial de toda
adquisición de la posesión. La Ley Romana dice, que el contacto personal no es necesario para la adquisición, y que
basta la sola vista de una cosa presente. Non est enim corpore et tactu necesse apprehendere possessionem,
sed etiam oculis et affectu. (L.1,#21, Dig.De adq. poss.). Por otra parte, la necesidad del contacto personal, no
es exigida de una manera general. La Ley nos dice que para tomar la posesión de un fundo, no es preciso entrar
en él; porque el que se encuentra próximo y lo abraza con la vista, tiene sobre ese fundo el mismo poder que el
que hubiese entrado. Si vicinum mihi fundum mercato venditor in mea turre, demonstret, vacuamque
se possessionem trajere dicat, nom minus possidere, oepi, Quam, si pedem finibus instulissem. (L.18,
Dig., De adquirend.vel omit. Posses.). Es pues la presencia corporal la que nos pone en estado de disponer de
la cosa a nuestra voluntad. En la adquisición de la posesión de cosas muebles, la presencia inmediata puede, sin
ninguna ficción, reemplazar la aprehensión real. Esta especie de aprehensión es la más común, cuando la extensión
o el peso de la cosa es tan considerable que no se puede remover fácilmente. Esto se encuentra comprendido en los
pasajes siguientes: Pecuniam quam mihi debes, aut aliam rem, si in conspectu meo ponere te jubeam,
efficitur, ut et tu statim libereris et mea esse incipiet. (L.79, Dig. De solut.). Si jusserim venditorem
procurador rem trajere, cum ea in presentia sit, viteri mihi traditam. (L.1,# 21, Dig. De adq. vel.omit.
340
Raquel Virginia Moyano
b. 2. Animus
posses.) Savigny sigue demostrando la proposición con innumerables textos. Véase Duranton, tomo XXI, nº
195.-Molitor, Tratado de la posesión, nº 29”.
(26) SAVIGNY, F. Traité de la posesión en droit roman, Trad. H. Staedler. Ed. Durand - P. Lauriel,
7° ed., París, 1870.
341
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 331-350
342
Raquel Virginia Moyano
c. 1. Modos originarios
(28) Artículo 2445: “La posesión se retiene y se conserva por la sola voluntad de continuar en ella,
aunque el poseedor no tenga la cosa por sí o por otro. La voluntad de conservar la posesión se juzga que continúa
mientras no se haya manifestado una voluntad contraria”.
343
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 331-350
c. 2. Modo derivado
344
Raquel Virginia Moyano
Dentro de las disposiciones generales de este título, se agrupan los principios bá-
sicos de la materia, con las reformas doctrinarias que el cambio de concepto impone.
Es de considerar también la incorporación del Registro de inmuebles con asien-
tos de libros que pudieran dar publicidad y conocimiento a terceros. Esto lleva a
desplazar a la tradición de su función constitutiva de los derechos reales29. El efecto
traslativo se realizará entre partes “… por acto entre vivos, se requiere también el simple
acuerdo, que en ese caso se completa con la inscripción en el Registro”30.
Continuamos el análisis con igual mecanismo que en la fuente anterior, el Có-
digo Civil de Vélez Sarsfield.
a. Concepto y objeto
a.1. Concepto
(29) Comisión Reformadora del Código Civil. Designada 16 de julio de 1926 (REPPETO, Ro-
berto; RIVAROLA, Rodolfo; LAFAILLE, Héctor; MARTÍNEZ PAZ, Enrique; TOBAL, Gastón Federico
y REY, Ricardo E. –Secretario-). “En lo que se refiere al derecho sobre las cosas, siguiendo a Bibiloni, proyec-
tamos un Registro de Inmuebles para todo el país. La necesidad de reemplazar la tradición — siempre equívoca
e insuficiente como medio de publicidad— por los asientos de libros que pudieran llegar al conocimiento de
terceros, era una exigencia ya impostergable,…. El Proyecto presupone este Registro, que legisla dentro de una
ley complementaria…nuestro plan en este punto no se ajusta al Anteproyecto. La materia ha sido ampliada, y al
mismo tiempo trasciende el propósito de centralizar en lo posible, los distintos organismos creados, sin desmedro
de los derechos que corresponden a las provincias”, Op. Cit., p. 19.
(30) Idem.
345
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 331-350
posesión sin una transferencia efectuada por el mediato al inmediato. En otros térmi-
nos, sostiene que posesión inmediata no equivaldrá siempre a posesión derivada31.
Se determinan los casos en que se puede ejercer un poder de hecho, sin que él
implique posesión.
En nuestra opinión el concepto de posesión se brinda a partir de la descripción
de un hecho que sólo alude a la presencia del elemento corpus”. La referencia al
ejercicio “… plenamente o no, de todas o algunas… facultades relativas al dominio…”,
no es otra cosa que la mención que hace el artículo 2351 del Código al decir “…
tenga una cosa bajo su poder, … ejercicio de un derecho de propiedad”, ya que alude a las
facultades que integran el derecho de dominio, el derecho real por antonomasia.
Al punto de ser utilizado como sinónimo de derecho real.
1404. “No será poseedor, quien por razones de su oficio o empleo ejerciere, para el dueño
de la cosa, en establecimiento industrial o comercial ajeno, el poder de hecho sobre ella:
ni tampoco el que se hallare obligado en virtud de relaciones de dependencia semejantes,
a obedecer respecto de la misma, las órdenes e instrucciones de otro”.
a. 2. Objeto
1405. “Todas las cosas que están en el comercio son susceptibles de posesión. No lo
serán los bienes que no fueren cosas, salvo disposiciones especiales del presente Código”.
1415. Si fueren varios los poseedores de una cosa, la naturaleza de la posesión se juzgará
respecto de cada uno de ellos.
(31) Comisión Reformadora del Código Civil. Designada 16 de julio de 1926 (REPPETO, Ro-
berto; RIVAROLA, Rodolfo; LAFAILLE, Héctor; MARTÍNEZ PAZ, Enrique; TOBAL, Gastón Federico
y REY, Ricardo E. –Secretario), cit.
346
Raquel Virginia Moyano
1416. No pueden poseerse a título de dueño, partes materiales de cosas que integren
un solo cuerpo; pero en la posesión de éstas por otro título, la de partes materiales y
determinadas se juzgará según la naturaleza y contenido del derecho que se ejerza.
b. Elementos de la posesión
b.1. Corpus
b.2. Animus
Reproduce el principio “posee porque posee” del 2363 del Código Civil y sus
consecuencias relativas a la exhibición del título, con simples variantes de forma.
1407. “Nadie puede cambiar por sí mismo, ni por el transcurso del tiempo la causa de su
posesión, ni mudarlas del título, cualidades o vicios de ella. Tal cual comenzó, así debe
continuar mientras no se creare un título nuevo para adquirirla. No causará interversión
347
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 331-350
Aquí vemos que se han incluido las máximas tradicionales de los artículos 2353
y 2354, unidos en un solo texto, con cambios no solamente de forma, sino también
con los doctrinarios indispensables. Esto es el abandono de la teoría subjetiva.
Aparecen eliminadas las definiciones de posesión legítima e ilegítima. El infor-
me sostiene que ello es así tanto para evitar los conceptos puramente didácticos,
como para prevenir la confusión que suelen traer aquellos que resultan paralelos.
c. Modos de adquirir
c.1. Modos originarios
1417. “Se adquiere la posesión de una cosa, cuando mediante su aprehensión se obtenga
el poder efectivo sobre ella. Pueden adquirir por aprehensión la posesión originaria,
quienes hubieren cumplido diez años, como también toda persona capaz de discerni-
miento, en los términos previstos por el art. 140. Dichos extremos no serán necesarios,
cuando por acto de tercero se hubiere puesto una cosa bajo el poder de una persona,
aunque fuere incapaz”.
(33) Artículo 140. “Los actos se juzgarán ejecutados sin discernimiento. 1° Cuando fueren lícitos y sus
agentes no hubieren cumplido catorce años, o diez en los ilícitos.29 Cuando sus autores, por cualquier causa
estuvieren privados de razón.3’ Si procedieren de persona sujeta a interdicción, salvo en los casos previstos por
el art. 55. Se tendrán por cumplidos sin intención, los viciados por error o dolo, y sin libertad cuando mediare
fuerza o temor”.
348
Raquel Virginia Moyano
IV. Conclusión
Podemos sostener que del cotejo de la normativa de derecho positivo y la pro-
puesta doctrinaria del Proyecto de reforma resultan las siguientes observaciones:
El concepto del instituto no muda de su naturaleza fáctica.
Se incorporan en el tratamiento de la relación real posesoria una nueva nomi-
nación -posesión mediata e inmediata- para referir dos relaciones reales distintas: la
tenencia y la cuasiposesión, que no es más que una posesión de distinta naturaleza
que coexiste sobre la misma cosa.
No existe diferencia respecto al objeto de la posesión.
Los elementos corpus y animus -integrativos del instituto posesorio- se requie-
ren en ambas fuentes jurídicas. Pero se verifica un abandono de la teoría posesoria
subjetiva.
Los modos de adquirir la posesión que prevé el Código se replican en el Proyec-
to. Pero debemos señalar que, respecto a la tradición, existe un desplazamiento de
su función constitutiva del derecho real. Consecuencia de la previsión de Registros
inmobiliarios de carácter constitutivos según la letra del Informe. De todos modos
ello apunta a un efecto de la posesión, pero no a su entidad.
Ahora bien. Sí encontramos que el mudar de la teoría subjetiva de Savigny a la
objetivación que surge de la nueva ideología y su redacción, produce una ruptura
que impacta en el sistema posesorio. El artículo 1403 del Proyecto omite referencia
al animus. Se distancia del artículo 2351 del Código que presenta en su redacción y
con meridiana claridad la exigencia expresa de corpus y animus. La letra del Pro-
yecto no libera de la presencia del animus. Pero crea una presunción de posesión
con la sola presencia del corpus. Esto implica un cambio importante en la carga
probatoria. Circunstancia que no es menor, ni la única.
Así entonces estamos en condiciones de decir que, a pesar de las menciones
realizadas en cuanto a algunas discontinuidades entre el tratamiento de la pose-
349
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 331-350
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350
Jurisprudencia
JURISPRUDENCIA
ANÁLISIS DE JURISPRUDENCIA∗
ANALYSIS OF JURISPRUDENCE
*
Trabajo recibido el 9 de marzo de 2023 y aprobado para su publicación el 29 del mismo mes
y año.
Licenciado en Derecho. Doctor en Derecho. Premio extraordinario del doctorado (Universidad
**
del País Vasco -España). Catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales.
Titular de la Cátedra Jean Monnet en Derecho de la Unión Europea en la Universidad Rey Juan Carlos
(Madrid -España). Director de Proyectos de investigación. Publicista.
I. Introducción
En el presente trabajo nos proponemos analizar la jurisprudencia internacional re-
lacionada con el Estado de Derecho y la independencia judicial, pilares fundamentales
ambos de la democracia. Nos centraremos para ello, tanto en la emanada de los dos
tribunales internacionales principales creados en el sector del ordenamiento internacio-
nal relativo a los derechos humanos (el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en
adelante TEDH, y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en adelante Corte
IDH) como en la producida por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (en adelante,
TJUE) a la luz de la práctica reciente en este último marco regional.
El examen de esa jurisprudencia, que trae causa en graves violaciones del Es-
tado de Derecho, nos permite constatar una vez más la fragilidad de la democracia
y su desaparición de facto cuando el Estado de Derecho es atacado a través del me-
noscabo de la independencia judicial. En el sistema regional americano es prueba
evidente de ello la jurisprudencia de la Corte IDH en sus pronunciamientos relativos
a Perú1, Venezuela2, Ecuador3 y Honduras4, como consecuencia de las demandas
presentadas ante ella por jueces víctimas de destitución arbitraria ejecutada por el
Estado en cuestión como represalia por sus pronunciamientos judiciales. Esto es,
(1) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas, Senten-
cia de 31 de enero de 2001, Serie C, No. 71 (https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/
Seriec_71_esp.pdf).
(2) Corte IDH, Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs.
Venezuela, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 5 de agosto 2008 (https://
www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_182_esp.pdf); Caso Reverón Trujillo vs. Venezuela,
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 30 de junio de 2009, Serie C, No.
197 (https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_197_esp.pdf); Caso Chocrón Chocrón
vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparación y Costas, Sentencia de 1 de julio de 2011, Serie
C No. 227 (https://corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_227_esp.pdf).
(3) Corte IDH, Caso de la Corte Suprema de Justicia (Quintana Coello y otros) Vs. Ecuador. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 23 de agosto de 2013. Serie C No. 266 (https://
www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_266_esp.pdf); Caso del Tribunal Constitucional (Camba
Campos y Otros vs. Ecuador), Sentencia de 28 de agosto de 2013, Serie C No. 268 (https://www.corteidh.
or.cr/docs/casos/articulos/seriec_268_esp.pdf).
(4) Corte IDH, Caso López Lone y otros Vs. Honduras. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 5 de octubre de 2015, Serie C No. 302 (http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/
articulos/seriec_302_esp.pdf.; Comisión Interamericana de Derechos Humanos, INFORME No. 74/21
CASO 13.638 INFORME DE FONDO JOSÉ ANTONIO GUTIÉRREZ NAVAS Y OTROS HONDURAS,
OEA/Ser.L/V/II Doc. 79 16 de abril de 2021 (https://www.oas.org/es/cidh/decisiones/corte/2021/
HN_13.638_ES.PDF). En el momento de redactar estas líneas, este caso se encuentra pendiente de
sentencia de la Corte IDH.
352
Jurisprudencia
por el ejercicio de su función judicial. Y esto, tanto en cortes o tribunales del orden
constitucional como de órdenes inferiores.
En la Unión Europea (en adelante UE) esta problemática se ha manifestado más
recientemente, a pesar de ser ésta una Organización Internacional fundada -como
afirma el art. 2 del Tratado de la Unión Europea, en adelante TUE- sobre los valo-
res “de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de
Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas
pertenecientes a minorías”; valores, todos ellos, que “son comunes a los Estados
miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la
tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres”. Y ello,
como consecuencia de modificaciones legales adoptadas por Polonia y por Hungría5
consideradas contrarias a esos valores tanto por la Comisión Europea como por el
Parlamento Europeo y el TJUE6.
(5) En el caso de Polonia, medidas que permiten que los poderes ejecutivo y legislativo interfieran
políticamente “en la composición, competencia, gestión y funcionamiento del poder judicial” (http://
europa.eu/rapid/press-release_IP-17-5367_fr.htm). Cf. MANGAS MARTÍN, A. “Polonia en el punto
de mira: ¿sólo riesgo de violación grave del Estado de Derecho?”, Revista General de Derecho Europeo,
44, Enero (2018), pp. 1-12. En el de Hungría, entre otras cosas, también trabas a la independencia del
Poder Judicial y de otras instituciones y los derechos de los jueces (cf. https://www.europarl.europa.
eu/doceo/document/A-8-2018-0250_ES.html).
(6) Vid. TJUE, Sentencia del Tribunal de Justicia (Gran Sala) de 24 de junio de 2019, Comisión
Europea contra República de Polonia, C‑619/18; TJUE (Pleno), Sentencia de 16 de febrero de 2022, Asunto
C157/21, República de Polonia contra Parlamento Europeo y Consejo de la Unión Europea (https://curia.
europa.eu/juris/liste.jsf?language=es&td=ALL&num=C-157/21); TJUE (Pleno) en el Asunto C-156/21,
Hungría contra Parlamento Europeo y Consejo de la Unión Europea, Sentencia de 16 de febrero de 2022,
párr. 232 (https://eur-lex.europa.eu/legal content/ES/TXT/?uri=CELEX:62021CJ0156). En cuanto
a la Comisión Europea y respecto de Polonia, el 20 de diciembre de 2017 decidió proponer al Consejo
de la Unión la adopción de una decisión en el marco del mecanismo de control preventivo del art.
7.1 TUE en orden a la defensa de los valores del art. 2 (http://europa.eu/rapid/press-release_IP-
17-5367_fr.htm). Por otra parte, y en el marco del procedimiento orientado a asegurar la aplicación
del Derecho Comunitario, el 2 de octubre de 2018 la Comisión interpuso ante el TJUE un recurso por
incumplimiento solicitando al Tribunal que ordenara la adopción de medidas cautelares hasta que
se hubiera dictado una sentencia en el asunto, lo que tuvo lugar mediante Auto de la Vicepresidenta
del Tribunal, de 19 de octubre de 2018, que dictaminó que Polonia debía suspender inmediatamente
la aplicación de las disposiciones nacionales relativas a la reducción de la edad de jubilación de los
jueces de su Tribunal Supremo (asunto C-619/18, http://curia.europa.eu/juris/document/document.
jsf;jsessionid=9D012F565A61B1800056E0F765DD430C?text=&docid=207961&pageIndex=0&do-
clang=ES&mode=req&dir=&occ=first&part=1&cid=1091621
Fue seguido del Auto del Presidente del Tribunal de Justicia de 15 de noviembre de 2018,
«Procedimiento acelerado», C-619/18, que resolvió “Tramitar el asunto C‑619/18 mediante el proce-
dimiento acelerado previsto en el artículo 23 bis del Estatuto del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea y en el artículo 133 del Reglamento de Procedimiento del Tribunal de Justicia.” (CURIA
- Documentos (europa.eu).
353
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Prueba evidente y recordatorio todo ello, por si hiciera falta, de que la demo-
cracia es un sistema político frágil que puede y suele ser destruido desde dentro y
que requiere la adopción de medidas de protección para evitarlo7.
(7) Como, por ejemplo, llegado el caso, la ilegalización de partidos políticos amparada por el
TEDH en su jurisprudencia. Vid a este respecto: TEDH (Gran Sala). Refah Partisi y otros c. Turquía,
Sentencia de 13 de febrero de 2001 (https://hudoc.echr.coe.int/eng?i=001-60936); Herri Batasuna y
Batasuna c. España, Sentencia de 30 de junio de 2009 (https://hudoc.echr.coe.int/eng?i=001-93475).
Sobre esta cuestión, respecto de España, vid. DE MIGUEL BÁRCENA, J. “Pasado y presente de la
democracia militante (con especial referencia al caso español)”, Revista Vasca de Administración Pública,
Nº 122, 2022, pp. 17-43; FERNÁNDEZ DE CASADEVANTE MAYORDOMO, P. ¿Son admisibles todos
los proyectos en democracia? La izquierda nacionalista radical vasca: de su ilegalización a un discutible regreso
a las instituciones públicas, Tirant lo Blanch, Valencia, 2019; “La prohibición de partidos en Alemania.
Del nuevo criterio de la potencialidad y la reciente reforma constitucional para la no financiación
de formaciones antidemocráticas pero constitucionales”, Revista de Derecho Político, núm. 102, 2018,
pp. 235-273; “La prohibición de formaciones políticas como mecanismo de defensa del Estado y el
debilitamiento de dicha protección tras las polémicas decisiones sobre Bildu y Sortu”, Revista europea
de derechos fundamentales, Nº. 26, 2015, pp. 111-137.
(8) Por ejemplo, en los arts. 2 y 3. El art. 2 dice: “El ejercicio efectivo de la democracia represen-
tativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la
Organización de los Estados Americanos. La democracia representativa se refuerza y profundiza con
la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme
al respectivo orden constitucional.” Y el art. 3: “Son elementos esenciales de la democracia representa-
tiva, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder
y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas
y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen
plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos.”
(https://www.oas.org/charter/docs_es/resolucion1_es.htm).
(9) Por ejemplo, en el Preámbulo: “Resueltos a promover y a proteger los derechos del hombre
y de los pueblos, a consolidar las instituciones y la cultura democráticas, a promover el buen Gobierno
y el Estado de derecho;”. También en el art. 4.m): “Funciona la Unión Africana de conformidad con
los principios fundamentales siguientes: … m) Respeto de los principios democráticos, de los dere-
chos del hombre, del Estado de derecho y del buen gobierno;” (https://www.usc.es/export9/sites/
webinstitucional/gl/institutos/ceso/descargas/UA_Acta_es.pdf).
354
Jurisprudencia
(10) Comisión Europea para la Democracia por el Derecho (Comisión de Venecia), Criteritos
de Verificación del Estado de Derecho, adoptados por la Comisión de Venecia en su 106ª Sesión Plenaria
(Venecia, 11-12 de marzo de 2016) y aprobados por el Congreso de Autoridades Locales y Regionales
del Consejo de Europa en su 31ª Sesión (19-21 de octubre de 2016), p. 9, párr. 10. (CDL-AD(2016)007,
Estrasburgo, 18 de marzo de 2016, Estudio No. 711 / 2013).
(11) En el Consejo de Europa, es mencionado tanto en el Preámbulo como en el articulado
de su tratado constitutivo (el Estatuto de Londres). En el Preámbulo, en el párrafo segundo, donde
es citado como uno de los tres principios (junto a la libertad individual y a la libertad política) “sobre
los cuales se funda toda auténtica democracia”. En el art. 3 como condición necesaria para acceder
a ser Estado miembro del Consejo de Europa: “Cada uno de los Miembros del Consejo de Europa
reconoce el principio del imperio del Derecho y el principio en virtud del cual cualquier persona que
se halle bajo su Jurisdicción ha de gozar de los derechos humanos y de las libertades fundamentales,
y se compromete a colaborar sincera y activamente en la consecución de la finalidad definida en el
capítulo primero.”
(12) Así lo exige el art. 2 del TUE: “La Unión se fundamenta en los valores de respeto de
la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos
humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comu-
nes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación,
la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres.” Vid. a este respecto,
LIÑÁN NOGUERAS, D. J. - MARTÍN RODRÍGUEZ, P.J. Estado de Derecho y Unión Europea, Tecnos,
Madrid, 2018.
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356
Jurisprudencia
y, también, “de los compromisos contraídos -por los Estados miembros- entre sí y
frente a la Unión”19.
Con carácter adicional y dentro del Consejo de Europa, la Comisión Europea para
la Democracia por el Derecho (Comisión de Venecia), examinó el concepto de Estado
de Derecho en su Informe sobre el Estado de Derecho de 2014 y concluyó que, con
independencia de la diferencia de opiniones:
“existe un concepto de los elementos esenciales que definen el Estado de Derecho así
como los del Rechtsstaat y Etat de Droit, que no sólo son de naturaleza formal sino que
también sustantivos o materiales (materieller Rechtsstaatsbegriff). Estos elementos son:
(1) Legalidad, que incluye un proceso democrático transparente y políticamente respon-
sable de la formación de la ley; (2) Certeza jurídica; (3) Interdicción de la arbitrariedad;
(4) Acceso a la justicia ante tribunales independientes e imparciales, incluyendo la im-
pugnación judicial de los actos administrativos; (5) Respeto de los derechos humanos;
y, (6) No discriminación arbitraria y la igualdad ante la ley”20.
En criterio del TJUE son principios que han sido ampliamente desarrollados
en su jurisprudencia “sobre la base de los Tratados de la Unión, se encuentran así
reconocidos y precisados en el ordenamiento jurídico de la Unión y tienen su origen
en valores comunes reconocidos y aplicados también por los Estados miembros
en sus propios ordenamientos jurídicos”21; que “emanan de los valores comunes
reconocidos y aplicados también por los Estados miembros en sus propios orde-
namientos jurídicos, y que derivan de un concepto de ‘Estado de Derecho´ que los
Estados miembros comparten y al cual se adhieren, como valor común a sus tra-
diciones constitucionales”22 y que, asimismo, están protegidos por el art. 19 TUE y
los arts. 47 a 50 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea23.
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de los delitos y las penas y el derecho a no ser juzgado o condenado dos veces por el mismo delito.”
(Ibid., párr. 196). En su Sentencia de 18 de mayo de 2021 (Gran Sala) el TJUE ya había precisado que
el valor del Estado de Derecho “se concreta, en particular, en el art. 19 TUE” (Asuntos acumulados
C83/19, C127/19, C195/19, C291/19, C355/19 y C397/19, Asociaţia «Forumul Judecătorilor Din România»
y otros (ECLI:EU:C:2021:393), párr. 162.
(24) TJUE (Gran Sala), Asuntos acumulados C83/19, C127/19, C195/19, C291/19, C355/19
y C397/19, Asociaţia «Forumul Judecătorilor Din România» y otros (ECLI:EU:C:2021:393), párr. 162.
(25) En el párrafo quinto: “Resueltos, en cuanto Gobiernos de Estados europeos animados
por un mismo espíritu y en posesión de un patrimonio común de ideales y de tradiciones políticas,
de respeto a la libertad y de primacía del Derecho, a tomar las primeras medidas adecuadas para
asegurar la garantía colectiva de algunos de los derechos enunciados en la Declaración Universal”.
(26) Y así lo recuerda la Comisión de Venecia. Vid. (Consejo de Europa, Estudio No. 711/2013,
Criterios de Verificación del Estado de Derecho adoptados en su 106ª Sesión Plenaria (Venecia, 11-12 de
marzo de 2016), CDL-AD(2016)007, Estrasburgo, 18 de marzo de 2016, párr. 11).
(27) TJUE (Pleno) Sentencia de 16 de febrero de 2022, Hungría c. Parlamento Europeo y Consejo
de la Unión Europea, Asunto C156/21, párr. 6.
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Jurisprudencia
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En esa misma línea, en el sistema regional europeo la Comisión Europea para la De-
mocracia por el Derecho (Comisión de Venecia), del Consejo de Europa, ha señalado:
(33) Precisando que, “Como lo señalara la Corte Europea, la independencia de cualquier juez
supone que se cuente con un adecuado proceso de nombramiento, con una duración establecida en
el cargo y con una garantía contra presiones externas” (Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional Vs.
Perú, ya citado, párr. 75). Reiterado en el Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs.
Ecuador), ya citado, párr. 166.
(34) Por ejemplo, en el Caso del Tribunal Constitucional vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia de 31 de enero de 2001, Serie C, No. 71. Principios adoptados por el Séptimo Congreso de las
Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Milán del
26 de agosto al 6 de septiembre de 1985, y confirmados por la Asamblea General en sus resoluciones
40/32 de 29 de noviembre de 1985 y 40/146 de 13 de diciembre de 1985. El Principio 1 afirma: “La
independencia de la judicatura será garantizada por el Estado y proclamada por la Constitución o la
legislación del país. Todas las instituciones gubernamentales y de otra índole respetarán y acatarán
la independencia de la judicatura”.
(35) CIDH, CASO 12.597 CAMBA CAMPOS Y OTROS (VOCALES DEL TRIBUNAL CONS-
TITUCIONAL) Vs. ECUADOR Observaciones finales escritas, párr. 51 (https://www.corteidh.or.cr/
docs/casos/camba_campos/afecom.pdf).
(36) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 31
de enero de 2001, Serie C, No. 71, párr. 73. Así mismo, en el Caso Reverón Trujillo vs. Venezuela, Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 30 de junio de 2009, parágrafos 70 y 78.
360
Jurisprudencia
“74. El poder judicial debe ser independiente. La independencia significa que la judi-
catura se encuentra libre de presiones externas y no se encuentra sujeta a influencias
políticas o manipulaciones de ningún tipo, en particular de parte del poder ejecutivo.
Este requerimiento es una parte integral del principio democrático fundamental de
separación de poderes”37.
Independencia, tanto respecto del Poder Legislativo como del Poder Ejecutivo:
“86. La independencia individual de los jueces debe ser asegurada al igual que la inde-
pendencia de la judicatura con respecto al poder legislativo y, especialmente, del poder
ejecutivo”39.
(37) Consejo de Europa, Estudio No. 711/2013, Criterios de Verificación del Estado de Derecho
adoptados en su 106ª Sesión Plenaria (Venecia, 11-12 de marzo de 2016), CDL-AD(2016)007, Estras-
burgo, 18 de marzo de 2016, párr. 74.
(38) TJUE, Sentencia de 27 de febrero de 2018, Associação Sindical dos Juízes Portugueses (C64/16,
EU:C:2018:117), párr. 44.
(39) Consejo de Europa, Comisión Europea para la Democracia por el Derecho (Comisión de Venecia),
Estudio No. 711/2013, Criterios de Verificación del Estado de Derecho adoptados en su 106ª Sesión Plenaria (Venecia,
11-12 de marzo de 2016), CDL-AD(2016)007, Estrasburgo, 18 de marzo de 2016, párr. 74.
(40) Cfr. Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela,
párr. 55, y Caso Reverón Trujillo Vs. Venezuela, párr. 67.
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(41) Consejo de Europa, Comisión Europea para la Democracia por el Derecho (Comisión
de Venecia), Estudio No. 711/2013, Criterios de Verificación del Estado de Derecho adoptados en su 106ª
Sesión Plenaria (Venecia, 11-12 de marzo de 2016), CDL-AD(2016)007, Estrasburgo, 18 de marzo de
2016, párr. 88.
(42) CIDH, CASO 13.638 GUTIÉRREZ NAVAS Y OTROS VS. HONDURAS, Comunicado de
prensa de 3 de enero de 2013 (https://www.oas.org/es/cidh/prensa/Comunicados/2013/003.asp).
(43) Corte IDH, Voto parcialmente disidente del juez MAC-GREGOR POISOT, E.F., a la
Sentencia en el Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador), de 28 de agosto de
2013, par. 58. La cursiva es nuestra.
(44) Ibid. La cursiva es nuestra.
(45) TJUE, Sentencia del Tribunal de Justicia (Gran Sala) de 24 de junio de 2019, Comisión
Europea contra República de Polonia, C‑619/18, parágrafo 72.
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Jurisprudencia
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45. En cuanto a la prueba objetiva, consiste en determinar si, con independencia del
comportamiento personal del Juez, existen hechos verificables que permitan cuestionar
su imparcialidad. A este respecto, incluso las apariencias pueden revestir importancia.
Está en juego la confianza que los Tribunales de una sociedad democrática deben inspi-
rar en los justiciables y especialmente en los procesados. Por ello, debe recusarse a todo
Juez del que pueda legítimamente sospecharse una falta de imparcialidad. A la hora de
pronunciarse sobre la existencia, en un asunto determinado, de una razón legítima para
temer la falta de imparcialidad de un Juez, debe considerarse la opinión del acusado
aunque ésta no tenga un peso decisivo. El elemento determinante es si los temores del
interesado pueden considerarse objetivamente justificados (véase, mutatis mutandis,
la Sentencia Hauschildt, antes citada, pág. 212, apartado 48)”51.
(51) TEDH, Castillo Algar c. España, Sentencia de 28 de octubre de 1998 (Recueil 1998-VIII;
https://hudoc.echr.coe.int/eng?i=001-62808). La cursiva es nuestra. Reiterado en Micallef c. Malta,
Sentencia de 15 de octubre de 2009, párr. 98 (https://hudoc.echr.coe.int/eng?i=001-163883) y en
Blesa Rodríguez c. España, Sentencia de 1 de octubre de 2015, párr. 43 (https://hudoc.echr.coe.int/
eng?i=001-159927).
(52) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador), Sentencia
de 28 de agosto de 2013, párr. 198.
(53) Ibid., párr. 199.
364
Jurisprudencia
concreta, así, en un derecho subjetivo del juez a que no se afecte en forma arbitraria
su permanencia en su cargo en el marco del art. 23.1.c. de la citada Convención54.
La línea jurisprudencial trazada por la Corte IDH y por el TEDH ha sido comple-
mentada y enriquecida en los últimos años por los pronunciamientos de la Comisión
Europea y del TJUE que han tenido lugar como consecuencia de la adopción por
los gobiernos de Polonia y de Hungría de medidas totalmente incompatibles con
los valores que proclama el art. 2 TUE55.
En el caso de Polonia, el 20 de diciembre de 2017 la Comisión, tras dos años de
diálogo constructivo con las autoridades polacas decidió proponer al Consejo de la
Unión la adopción de una decisión en el marco del mecanismo de control preven-
tivo del art. 7.156 TUE como consecuencia de las reformas judiciales emprendidas
por aquellas; reformas radicalmente incompatibles con el Estado de Derecho y la
independencia del Poder Judicial que colocan al sistema judicial bajo el control po-
lítico de la mayoría gobernante57. En palabras de la propia Comisión, las medidas
adoptadas por las autoridades polacas:
“tienen la característica común de permitir sistemáticamente que el poder
ejecutivo y legislativo interfiera políticamente en la composición, compe-
tencia, gestión y funcionamiento del poder judicial”58.
365
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la Comisión interpuso ante el TJUE un recurso por incumplimiento al considerar, por un lado, que,
al reducir la edad de jubilación y al aplicarla a los jueces nombrados para el Tribunal Supremo hasta
el 3 de abril de 2018, y, por otro, que, al conferir al Presidente de la República de Polonia la facultad
discrecional de prorrogar la función jurisdiccional activa de los jueces del Tribunal Supremo, Polonia
ha infringido el Derecho de la Unión. Asimismo, solicitó al Tribunal que ordenara la adopción de
medidas cautelares hasta que se hubiera dictado una sentencia en el asunto, lo que tuvo lugar me-
diante Auto de la Vicepresidenta del Tribunal, de 19 de octubre de 2018, que dictaminó que Polonia
debía suspender inmediatamente la aplicación de las disposiciones nacionales relativas a la reducción
de la edad de jubilación de los jueces de su Tribunal Supremo (asunto C-619/18, http://curia.europa.
eu/juris/document/document.jsf;jsessionid=9D012F565A61B1800056E0F765DD430C?text=&doci-
d=207961&pageIndex=0&doclang=ES&mode=req&dir=&occ=first&part=1&cid=1091621
(59) Cuestiones todas ellas que figuran en el Informe Sargentini adoptado por los eurodiputados;
informe que también incide en los casos de corrupción en Hungría. La moción para iniciar el proce-
dimiento sancionador fue adoptada por 448 votos a favor y 197 en contra y 48 abstenciones. Hungría
presentó recurso de anulación ante el TJUE porque al calcular los votos emitidos con ocasión de la
aprobación de dicha Resolución, el Parlamento excluyó válidamente las abstenciones. El TJUE por
Sentencia de 3 de junio de 2021, Hungría/Parlamento, C-650/18 (EU:C:2021:426), desestimó el recurso
declarando que las abstenciones se toman en consideración para comprobar que los votos favorables
representen la mayoría de los miembros del Parlamento.
(60) TJUE, asunto T-340/14, KLYUYEV / CONSEJO, Sentencia de 15 de septiembre de 2016, par.
88 (https://curia.europa.eu/juris/document/document.jsf?text=&docid=183369&pageIndex=0&do-
clang=ES&mode=lst&dir=&occ=first&part=1&cid=37559).
366
Jurisprudencia
(61) En palabras del TJUE: “La noción de independencia supone, entre otras cosas, que el
órgano en cuestión ejerza sus funciones jurisdiccionales con plena autonomía, sin estar sometido a
ningún vínculo jerárquico o de subordinación respecto a terceros y sin recibir órdenes ni instrucciones
de ningún tipo, cualquiera que sea su procedencia, de tal modo que quede protegido de injerencias o
presiones externas que puedan hacer peligrar la independencia de sus miembros a la hora de juzgar
o que puedan influir en sus decisiones (véanse, en este sentido, las sentencias de 19 de septiembre de
2006, Wilson, C506/04, EU:C:2006:587, apartado 51, y de 16 de febrero de 2017, Margarit Panicello,
C503/15, EU:C:2017:126, apartado 37 y jurisprudencia citada)” (TJUE, Sentencia de 27 de febrero de
2018, Associação Sindical dos Juízes Portugueses (C64/16, EU:C:2018:117), parágrafo 44).
(62) TJUE, Auto del Presidente del Tribunal de Justicia de 15 de noviembre de 2018, «Proce-
dimiento acelerado», C-619/18, párr. 21 (CURIA - Documentos (europa.eu). El criterio afirmado por
el Presidente del TJUE en este Auto es reiterado después por la Gran Sala en la Sentencia de 24 de
junio de 2019 recaída en este asunto: “La necesidad de independencia de los tribunales, inherente a la
función jurisdiccional, está integrada en el contenido esencial del derecho a la tutela judicial efectiva y
del derecho a un proceso equitativo, que reviste una importancia capital como garante de la protección
del conjunto de los derechos que el Derecho de la Unión confiere a los justiciables y de la salvaguarda
de los valores comunes de los Estados miembros proclamados en el artículo 2 TUE, en particular el
valor del Estado de Derecho [véase, en este sentido, la sentencia de 25 de julio de 2018, Minister for
Justice and Equality (Deficiencias del sistema judicial), C216/18 PPU, EU:C:2018:586, apartados 48 y 63].”
(TJUE, Sentencia del Tribunal de Justicia (Gran Sala) de 24 de junio de 2019, Comisión Europea contra
República de Polonia, C‑619/18, parágrafo 58).
(63) MAC-GREGOR POISOT, E.F. Voto parcialmente disidente a la Sentencia de la Corte IDH en
el Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador), de 28 de agosto de 2013, pár. 10.
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(64) TJUE, Sentencia de 25de julio de 2018, Minister for Justice and Equality (Deficiencias del sistema
judicial), Sentencia de 24 junio de 2019 sobre las deficiencias del sistema judicial polaco (EU:C:2018:586);
parágrafo 66). Reiterado en la Sentencia del Tribunal de Justicia (Gran Sala) de 24 de junio de 2019,
Comisión Europea contra República de Polonia, C‑619/18, párr. 74.
(65) Por ejemplo, en TEDH, Le Compte, Van Leuven and De Meyere, Sentencia de 23 de junio
de 1981, Series A no. 43, para. 55; Piersack c. Bélgica, Sentencia de 1 de octubre de 1982, Series A no. 53,
para. 27. Langborger case, decisión de 27 de enero de 1989, Series A no. 155, para. 32 y Campell and Fell
v. the UK, Sentencia de 28 junio de 2014,7819/77 y 7878/77, para 78.
(66) La Corte IDH en el Caso del Tribunal Constitucional vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia de 31 de enero de 2001, Serie C, No. 71, párrafos 73-75; Caso Reverón Trujillo vs. Venezuela,
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 30 de junio de 2009, párr. 70,
Caso Chocrón Chocrón Vs. Venezuela (Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas), Sentencia
de 1 de julio de 2011, párr. 98.
(67) Así, por ejemplo, en la Sentencia de 19 de septiembre de 2006, Wilson, C-506/04,
EU:C:2006:587, párr. 53 y jurisprudencia citada; Sentencia de 9 de octubre de 2014 (Sala Tercera),
TDC A/S y Erhvervsstyrelsen, C222/13, párr. 32, EU:C:2014:2265; y Sentencia de 25 de julio de 2018,
Minister for Justice and Equality (Deficiencias del sistema judicial), C-216/18 PPU, EU:C:2018:586, párr. 66
y jurisprudencia citada. Una reiteración de esta jurisprudencia en la Sentencia TJUE (Gran Sala) de 24
de junio de 2019, Comisión Europea contra República de Polonia, C‑619/18, parágrafo 74: “Estas garantías
de independencia e imparcialidad postulan la existencia de reglas, especialmente en lo referente a
la composición del órgano, así como al nombramiento, a la duración del mandato y a las causas de
inhibición, recusación y cese de sus miembros, que permitan excluir toda duda legítima en el ánimo
de los justiciables en lo que respecta a la impermeabilidad de dicho órgano frente a elementos externos
y en lo que respecta a su neutralidad con respecto a los intereses en litigio (…)”.
368
Jurisprudencia
(68) Sobre este particular, la Corte IDH toma como referencia la jurisprudencia de su homó-
loga europea (el TEDH). Lo hace en el primer caso de este tipo del que se ocupa y en los siguientes
términos: “Esta Corte considera necesario que se garantice la independencia de cualquier juez en un
Estado de Derecho y, en especial, la del juez constitucional en razón de la naturaleza de los asuntos
sometidos a su conocimiento. Como lo señalara la Corte Europea, la independencia de cualquier juez
supone que se cuente con un adecuado proceso de nombramiento (…), con una duración establecida
en el cargo (…) y con una garantía contra presiones externas (…)” (Caso del Tribunal Constitucional vs.
Perú. Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 31 de enero de 2001, Serie C, No. 71, párr. 75).
(69) TJUE, Sentencia del Tribunal de Justicia (Gran Sala) de 24 de junio de 2019, Comisión
Europea contra República de Polonia, C‑619/18, párr. 74. El Tribunal cita a este respecto sus sentencias
de 19 de septiembre de 2006, Wilson, C-506/04, EU: C:2006:587, apartado 53 y jurisprudencia citada, y
de 25 de julio de 2018, Ministro de Justicia e Igualdad (Deficiencias del sistema de justicia), C-216/18 PPU,
EU:C:2018:586, apartado 66 y jurisprudencia citada).
(70) TEDH, Morice c. Francia (GS), nº 29369/10, Sentencia de 23 de abril de 2015, párr. 78.
(71) Corte IDH, Caso Reverón Trujillo Vs. Venezuela, ya citado, párr. 67.
(72) Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela,
párr. 55. Son precisamente esas restricciones indebidas las que han dado lugar a la jurisprudencia de
la Corte IDH en la materia respecto de Ecuador, Perú, Venezuela y Honduras.
(73) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 75.
(74) Cuya destitución ilegal y arbitraria ha dado lugar a la jurisprudencia tanto de la Corte
IDH como del TJUE que analizamos.
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(75) Vid. también, TEDH, Campbell and Fell v. the United Kingdom, Sentencia de 28 de junio
1984, Series A no. 80, párr. 78; TEDH, Langborger v. Suecia, Sentencia de 22 de enero de 1989, Series A
no. 155, párr. 32.
(76) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párrafos 73 y 74.
(77) Consejo de Europa, Comisión Europea para la Democracia por el Derecho (Comisión de Ve-
necia, Estudio No. 711/2013, Criterios de Verificación del Estado de Derecho adoptados en su 106ª Sesión
Plenaria (Venecia, 11-12 de marzo de 2016), CDL-AD(2016)007, Estrasburgo, 18 de marzo de 2016,
párr. 79.
(78) Principio 10. El texto íntegro dice: “10. Las personas seleccionadas para ocupar cargos
judiciales serán personas íntegras e idóneas y tendrán la formación o las calificaciones jurídicas
apropiadas. Todo método utilizado para la selección de personal judicial garantizará que éste no sea
nombrado por motivos indebidos. En la selección de los jueces, no se hará discriminación alguna
por motivo de raza, color, sexo, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o condición; el requisito de que los postulantes a cargos judiciales
sean nacionales del país de que se trate no se considerará discriminatorio.”
(79) Así, por ejemplo, el Principio I.2.c de la Recomendación No. R (94) 12 del Comité de Mi-
nistros de los sobre la Independencia, Eficiencia y Función de los Jueces adoptada por el Comité de
Ministros el 13 de octubre de 1994 en la reunión No. 518 de Viceministros.
(80) Así, por ejemplo, en el Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 73 y en
el Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela, Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de agosto de 2008. Serie C No. 182, párr. 44.
370
Jurisprudencia
(81) Corte IDH, Caso Reverón Trujillo vs. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas, ya citado, párr. 74. Sobre esta cuestión vid. también Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional
vs. Perú, ya citado, párr. 75; Caso Palamara Iribarne Vs. Chile, Sentencia de 22 de noviembre de 2005,
párr. 156, y Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela,
ya citado, párr. 138.
(82) Corte IDH, Caso Reverón Trujillo vs. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas, ya citado, párr. 72.
(83) Vid. también ECHR. Case of Campbell and Fell v. the United Kingdom, Sentencia de 28 de
junio de 1984, Series A no. 80, para. 78 y Case of Langborger v. Sweden, Sentencia de 22 de enero de 1989,
Series A no. 155, para. 32.
(84) TEDH, Jorgia c. Alemania, pár. 64, CEDH 2007-III (extraits).
(85) TEDH, DMD Group, A.S. c. Eslovaquia, nº 19334/03, Sentencia de 5 de octubre de 2010, párr. 59.
(86) TEDH, GudmundurAndri Astrádsson c. Islandia, Sentencia de 12 de marzo de 2019, párr. 98.
(87) TEDH, Gorguiladze c. Georgia, nº 4313/04, Sentencia de 20 de octubre de 2009, párr. 68.
Vid. también Pandjikidzé y otros c. Georgia, nº 30323/02, Sentencia de 27 de octubre de 2009, párr. 104.
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del sistema judicial en una sociedad democrática sea dejada a la discreción del Eje-
cutivo y para garantizar que esta materia sea regida por una ley del Parlamento`”88.
En consecuencia, “un tribunal que no ha sido establecido con arreglo a la volun-
tad del legislador estaría necesariamente desprovisto de la legitimidad requerida
en una sociedad democrática para resolver las disputas jurídicas”89. Recuerda,
también, que la obligación de que todo tribunal esté establecido por la ley “está
estrechamente relacionado con otros requisitos generales del art. 6.1 -del Convenio
europeo- en materia de independencia e imparcialidad de los magistrados que son
atributos ambos del principio fundamental de la preeminencia del Derecho en una
sociedad democrática”90. En otros términos, del principio de legalidad.
(88) TEDH, Zand c. Austria, nº 7360/76, rapport de la Commission du 12 octobre 1978, Décisions
et rapports (DR) 15, pp. 70 y 80.
(89) TEDH, Lavens c. Lettonia, nº 58442, Sentencia de 28 de noviembre de 2002, párr.114.
(90) TEDH, Morice c. Francia (GS), nº 29369/10, Sentencia de 23 de abril de 2015, párr.78.
(91) Cf. TEDH, H.R., Langborger c. Suecia, ya citado, para. 32; Campbell and Fell c. Reino Unido,
ya citado, para. 78; y Le Compte, Van Leuven and De Meyere c. Bélgica, Sentencia de 23 de junio de 1981,
serie A n º 43, párr. 55.
(92) Por ejemplo, el de 2021 respecto de Nicaragua: “Tal como lo ha reiterado en numerosos
informes y comunicados de prensa, para la CIDH, el Poder Judicial de Nicaragua carece de inde-
pendencia e imparcialidad, debido, entre otros factores, a su conformación bipartidista y reformas
legales que desde 2010 permitieron procesos de designación y permanencia contrarios al principio de
independencia judicial. A estos factores, se sumó una carrera judicial sin garantías de imparcialidad.
Asimismo, la designación de personas de afiliación partidista y cercanas al Ejecutivo en el Ministerio
Público ha significado la progresiva pérdida de su independencia y autonomía mediante su instru-
mentalización a los intereses del gobierno, conforme se observa claramente en los hechos ocurridos
este año.” (https://www.oas.org/es/CIDH/jsForm/?File=/es/cidh/prensa/comunicados/2021/284.
asp). Vid. CIDH, Nicaragua: Concentración del poder y debilitamiento del Estado de Derecho, 2021 (https://
www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/2021_Nicaragua-ES.pdf
372
Jurisprudencia
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A tal fin, los Principios 18 y 19 establecen: “18. Los jueces sólo podrán ser suspendidos o separa-
dos de sus cargos por incapacidad o comportamiento que los inhabilite para seguir desempeñando sus
funciones.” Y “19. Todo procedimiento para la adopción de medidas disciplinarias, la suspensión o la
separación del cargo se resolverá de acuerdo con las normas establecidas de comportamiento judicial”.
(97) “20. Los jueces podrán ser destituidos únicamente por razones graves de mala conducta
o incompetencia, de conformidad con procedimientos equitativos que garanticen la objetividad y la
imparcialidad establecidos en la Constitución o en la ley. La destitución de jueces por el poder eje-
cutivo, por ejemplo antes de la expiración del mandato para el que fueron nombrados, sin que se les
dé ninguna razón concreta y sin que dispongan de una protección judicial efectiva para impugnar la
destitución, es incompatible con la independencia del poder judicial (…). Esto también se aplica, por
ejemplo, a la destitución por el poder ejecutivo de jueces presuntamente corruptos sin que se siga
ninguno de los procedimientos establecidos en la ley (…)”. (Comité de Derechos Humanos, Observa-
ción General No. 32, Artículo 14: El Derecho a un Juicio Imparcial y a la Igualdad ante los Tribunales
y Cortes de Justicia, CCPR/C/GC/32, 23 de agosto de 2007, párr. 20). En esta misma Observación
General el Comité manifiesta que la “destitución de jueces por el poder ejecutivo, por ejemplo antes
de la expiración del mandato para el que fueron nombrados, sin que se les de ninguna razón concreta
y sin que dispongan de una protección judicial efectiva para impugnar la destitución, es incompatible
con la independencia del poder judicial” (párr. 20).
(98) Consejo de Europa, Comisión Europea para la Democracia por el Derecho (Comisión de Ve-
necia), op. cit., párr.78.
(99) Corte IDH, Caso Reverón Trujillo vs. Venezuela, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas, Sentencia de 30 de junio de 2009, párr. 79.
374
Jurisprudencia
(100) Como pone de manifiesto el juez MAC-GREGOR POISOT, E.F. en su Voto parcialmente
disidente a la Sentencia en el Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador), la
destitución arbitraria de jueces viola también el principio de legalidad; principio que implica “una clara
definición de la conducta incriminada, que fije sus elementos y permita deslindarla de comportamientos
no punibles o conductas ilícitas sancionables con medidas no penales” (Corte IDH, Voto parcialmente
disidente del juez MAC-GREGOR POISOT, E.F. a la Sentencia en el Caso del Tribunal Constitucional (Camba
Campos y Otros vs. Ecuador), de 28 de agosto de 2013, párr. 116. Compartimos su criterio.
(101) Corte IDH, Caso Chocrón Chocrón V. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparación
y Costas, Sentencia de 1 de julio de 2011, Serie C No. 71, párr. 73. En la misma línea vid. Corte IDH,
Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 73.
(102) Se trata de recursos que, de conformidad con las normas internacionales aplicables y con
la jurisprudencia relativa a los mismos, deben ser “suficientes”, “eficaces”, “rápidos” y “apropiados”,
estando los mismos orientados tanto a la realización del derecho a la justicia como a la reparación de las
víctimas. Un recurso, que debe ser efectivo tanto en la práctica como en Derecho, “en el sentido de que
su ejercicio no debe ser dificultado de manera injustificada por actos u omisiones de las autoridades
del Estado demandado”. (TEDH, Büyükdag c. Turquía, Sentencia de 21 de diciembre de 2000, párr. 64).
Vid. más recientemente, Issaïeva y otros c. Rusia, Sentencia de 24 de febrero de 2005, párr. 237.
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(103) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 69. Reafirmado en el
Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador), ya citado, párr. 166.
(104) Vid. Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 70. Reafirmado
en el Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador), ya citado, párr. 166.
(105) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 71. La Corte IDH se
pronuncia en la misma línea en el Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 2 de febrero de 2001, Serie C No. 72, párrs. 125 a 127 y 129.
(106) TJUE (Gran Sala), Sentencia de 24 de junio de 2019, Comisión Europea contra República de
Polonia, C‑619/18, párr. 58.
376
Jurisprudencia
(107) Criterios reiterados y desarrollados en la Sentencia del Tribunal de Justicia (Gran Sala)
de 24 de junio de 2019, Comisión Europea contra República de Polonia, C‑619/18, parágrafo 77. Los arts.
47 y 48 se refieren, respectivamente, al derecho a la tutela judicial efectiva y a un juez imparcial (art.
47) y a la presunción de inocencia y derechos de la defensa (art. 48). En palabras del TJUE: “A este
último respecto, de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia se desprende, más concretamente, que
la necesidad de independencia exige que las normas que rigen el régimen disciplinario y, por tanto,
una posible remoción de quienes tienen la misión de juzgar presenten las garantías necesarias para
evitar cualquier riesgo de que dicho régimen pueda utilizarse como sistema de control político del
contenido de las resoluciones judiciales. Así, el establecer normas que definan, en particular, tanto los
comportamientos constitutivos de infracciones disciplinarias como las sanciones aplicables concreta-
mente, que prevean la intervención de un órgano independiente con arreglo a un procedimiento que
garantice plenamente los derechos consagrados en los artículos 47 y 48 de la Carta, especialmente el
derecho de defensa, y que consagren la posibilidad de impugnar judicialmente las decisiones de los
órganos disciplinarios da lugar a un conjunto de garantías esenciales para preservar la independencia
del Poder Judicial [sentencia de 25 de julio de 2018, Minister for Justice and Equality (Deficiencias del
sistema judicial), C216/18 PPU, EU:C:2018:586, apartado 67]”.
(108) TJUE (Pleno), Sentencia de 16 de febrero de 2022, párr. 196.
(109) Ibid., párr. 197. Sobre esta problemática y el art. 19 TUE vid. IGLESIAS SÁNCHEZ, S., “La
independencia judicial como principio constitucional en la UE: los límites del control por el Tribunal
de Justicia de la UE”, UNED. Teoría y Realidad Constitucional, núm. 50, 2022, pp. 487-516.
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 351-390
Las obligaciones a cargo de los Estados en lo relativo a las garantías que debe
contener el régimen disciplinario de los jueces son concretadas por la jurispruden-
cia internacional en relación con distintos supuestos de hecho. Así, en materia de
destitución arbitraria, los jueces sólo pueden ser removidos por faltas de disciplina
graves o incompetencia, acorde a procedimientos con debidas garantías, o cuando
se cumple con el periodo de su cargo. En consecuencia: “la destitución no puede
resultar nunca en una medida arbitraria, lo cual debe analizarse a la luz del marco
nacional existente y las circunstancias del caso concreto”112. O, en otros términos, “es
ilícita, toda forma de ejercicio del poder público que viole los derechos reconocidos
en la Convención. Esto es aún más importante cuando el Estado ejerce su poder
sancionatorio, pues éste no sólo presupone la actuación de las autoridades con un
total apego al orden jurídico, sino implica además la concesión de las garantías
mínimas del debido proceso a todas las personas que se encuentran sujetas a su
jurisdicción, bajo las exigencias establecidas en la Convención”113.
Este criterio está ampliamente presente en la jurisprudencial internacional en
materia de derechos humanos. En el plano universal de la ONU, por ejemplo, el
Comité de Derechos Humanos ha manifestado que la destitución de jueces por el Poder
Ejecutivo antes de la expiración del mandato para el que fueron nombrados, sin que
(110) TJUE, Gran Sala, Comisión Europea contra República de Polonia, C-619/18, Sentencia de 24
de junio de 2019, párr. 108.
(111) TJUE (Gran Sala), Asuntos acumulados C83/19, C127/19, C195/19, C291/19, C355/19
y C397/19, Asociaţia «Forumul Judecătorilor Din România» y otros (ECLI:EU:C:2021:393), párr. 198.
(112) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 200.
(113) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 65. En su Sentencia de
28 de agosto de 2013, recaída en el Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador),
la Corte IDH ratifica la jurisprudencia dictada en 2001 en el Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú
anteriormente citada.
378
Jurisprudencia
se les dé razón concreta alguna y sin que dispongan de una protección judicial efec-
tiva para impugnar la destitución, es incompatible con la independencia judicial114.
En el sistema regional americano la Corte IDH ha declarado que la destitución
arbitraria “se debe (n) a un actuar intempestivo del poder político totalmente in-
aceptable”115 en contra de un pilar básico del Estado de Derecho como es un Poder
Judicial (en todas sus manifestaciones) realmente independiente. Con más crudeza
todavía, la Corte la ha calificado como un desprecio a esa independencia y al principio
de separación de poderes:
“La actuación atentatoria a este principio esencial para la democracia constitucional,
reprodujo un desprecio por cualquiera de las manifestaciones de esa independencia, y,
por tanto, por el principio de separación de los poderes públicos”116.
(114) Naciones Unidas, Comité de Derechos Humanos, Observación General No. 32, Artículo
14: El Derecho a un Juicio Imparcial y a la Igualdad ante los Tribunales y Cortes de Justicia, CCPR/C/
GC/32, 23 de agosto de 2007, párr. 20.
(115) Ibid., párr. 212.
(116) Ibid.
(117) Ibid., párr. 65. O, como pone de manifiesto el juez MAC-GREGOR POISOT, E.F., en su
Voto parcialmente disidente a la sentencia dictada, “un flagrante abuso del poder político en contra
del Tribunal Constitucional -de Ecuador- y de su independencia que viola el art. 8 de la Convención
Americana también desde la perspectiva de la salvaguarda que profesa el Sistema Interamericano al
Estado democrático de derecho y, en especial, a la independencia de los jueces que lo operan y que
lo hacen resistente a los embates del poder político” (Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y
Otros vs. Ecuador), de 28 de agosto de 2013, párr. 68.
(118) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador), ya citado,
párr. 226.
(119) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 77. Vid. también, Caso
Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela, Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas, ya citado, párr. 43.
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(120) Esto, “toda vez que las personas que ocupan cargos directivos en ese órgano pueden
ejercer una influencia determinante sobre su actividad, las normas que regulan el procedimiento de
nombramiento para esos cargos deben concebirse, como ha señalado, en esencia, el Abogado General
en el punto 269 de sus conclusiones presentadas en los asuntos C83/19, C127/19, C195/19,C291/19
y C355/19, de tal manera que no puedan suscitar dudas legítimas acerca de la utilización delas pre-
rrogativas y funciones del citado órgano como instrumento de presión sobre la actividad judicial o
de control político de dicha actividad.” (TJUE, (Gran Sala), Asuntos acumulados C83/19, C127/19,
C195/19, C291/19, C355/19 y C397/19, Asociaţia «Forumul Judecătorilor Din România» y otros (ECLI:EU-
:C:2021:393), párr. 205).
(121) Ibid.
(122) En el caso concreto (Rumanía), en la normativa nacional controvertida en el litigio prin-
cipal la existencia de un error judicial constituye uno de los requisitos tanto de la responsabilidad
patrimonial del Estado como de la responsabilidad personal del juez de que se trate.
(123) TJUE, (Gran Sala), Asuntos acumulados C83/19, C127/19, C195/19, C291/19, C355/19
y C397/19, Asociaţia «Forumul Judecătorilor Din România» y otros (ECLI:EU:C:2021:393), párr. 232.
380
Jurisprudencia
“A tal efecto, es esencial que se establezcan normas que definan de forma clara y precisa,
en particular, los comportamientos que pueden hacer que los jueces incurran en res-
ponsabilidad personal, con el fin de garantizar la independencia inherente a su misión
y de evitar que queden expuestos al riesgo de que nazca su responsabilidad por el mero
hecho de sus decisiones” 124.
Y sin que el hecho de que una decisión contenga un error judicial pueda bastar
por sí solo para generar la responsabilidad personal del juez de que se trate:
“A este respecto, la circunstancia de que una resolución adolezca de un error judicial no basta,
por sí sola, para que pueda exigirse la responsabilidad personal del juez de que se trata”125.
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(128) Ibid., párr. 237. Lo que se traduce en el hecho de que “la constatación de la existencia
de un error judicial no puede tomarse como hecho probado en el ejercicio por parte del Estado de la
acción de repetición contra el juez de que se trata, sin que este siquiera haya sido oído en el anterior
procedimiento dirigido a que se declare la responsabilidad patrimonial del Estado” (ibid.).
(129) Art. 19 TUE.
(130) Cf., respecto de España, FERNÁNDEZ DE CASADEVANTE ROMANI, C. (Director)
Consecuencias jurídicas de la secesión de entidades territoriales. Una visión para España, Aranzadi Thomson
& Reuters, Cizur Menor, 2020; (Editor), Legal Implications of Territorial Secession in Spain Springer Verlag,
2022. Respecto del sistema regional europeo, cf. TAJADURA TEJADA, J. “Los procesos secesionistas
y el derecho europeo”, en Teoría y Realidad Constitucional, núm. 37, 2016, pp. 347-379.
(131) Sirvan a título de ejemplo los Principios 17 y 18 de los los Principios Básicos de las Naciones
Unidas relativos a la Independencia de la Judicatura (ya citados ut supra en nota 58) que establecen que los
jueces sólo podrán ser suspendidos o separados de sus cargos por incapacidad o comportamiento que
los inhabilite para seguir desempeñando sus funciones y que todo procedimiento para la adopción
de medidas disciplinarias, la suspensión o la separación del cargo debe resolverse con arreglo a las
normas establecidas de comportamiento judicial.
(132) Así, por ejemplo, el Comité de Derechos Humanos de la ONU en su Observación General
No. 32, titulada, “Artículo 14. El derecho a un juicio imparcial y a la igualdad ante los tribunales y
382
Jurisprudencia
de manifiesto, afirmando que los jueces pueden ser destituidos por razones graves
de mala conducta o por incompetencia, distinguiendo también entre las sanciones
impuestas a los jueces debido a negligencias cometidas en el desarrollo de su fun-
ción133 y la destitución por la comisión de conductas más graves134.
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ley. La destitución de jueces por el poder ejecutivo, por ejemplo antes de la expiración del mandato
para el que fueron nombrados, sin que se les dé ninguna razón concreta y sin que dispongan de una
protección judicial efectiva para impugnar la destitución, es incompatible con la independencia del
poder judicial (…). Esto también se aplica, por ejemplo, a la destitución por el poder ejecutivo de
jueces presuntamente corruptos sin que se siga ninguno de los procedimientos establecidos en la ley
(…)”. (Comité de Derechos Humanos, Observación General No. 32, Artículo 14: El Derecho a un Juicio
Imparcial y a la Igualdad ante los Tribunales y Cortes de Justicia, CCPR/C/GC/32, 23 de agosto de
2007, párr. 20. Ver también Comité de Derechos Humanos, Comunicación No. 1376/2005, Soratha
Bandaranayake Vs. Sri Lanka, CCPR/C/93/D/1376/2005, párr. 7.3.
(135) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador), ya citado,
párr. 181. Reiterando lo manifestado en el Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 81
y en el Caso Baldeón García Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de abril de 2006. Serie
C No. 147, párr. 146, y Caso Barbani Duarte y Otros Vs. Uruguay. Fondo Reparaciones y costas. Sentencia
de 13 de octubre de 2011. Serie C No. 234, párr. 120.
(136) Así, por ejemplo, en el asunto Olujic c. Croacia, relativo a la tramitación de un procedi-
miento disciplinario contra el Presidente de la Corte Suprema de Croacia (TEDH, Sentencia de 5 de
febrero de 2009, párrafos 69-76; https://hudoc.echr.coe.int/fre#{%22itemid%22:[%22001-91144%22]}
Garantía también destacada por el Comité de Ministros del Consejo de Europa en la Recomen-
dación No. R (94) 12, sobre la independencia, eficiencia y rol de los jueces, adoptada el 13 de octubre
de 1994 (https://eos.cartercenter.org/uploads/document_file/path/68/CoE_Committee_of_Minis-
ters_Rec_1994__12__FR.pdf). En particular, en el Principio VI ya citado ut supra en nota 80.
384
Jurisprudencia
apropiado de las alegaciones, argumentos y pruebas aducidas por las partes, sin
perjuicio de sus valoraciones acerca de si son relevantes para su decisión´”137.
C) La garantía contra presiones externas
Sobre este particular el Principio 2 de los Principios Básicos de las Naciones Unidas
relativos a la Independencia de la Judicatura señala que los jueces resolverán los asuntos que
conozcan conozcan “con imparcialidad, basándose en los hechos y en consonancia
con el derecho, sin restricción alguna y sin influencias, alicientes, presiones, amena-
zas o intromisiones indebidas, sean directas o indirectas, de cualesquiera sectores
o por cualquier motivo” añadiendo, en el Principio 4 -entre otras cosas- que “no se
efectuarán intromisiones indebidas o injustificadas en el proceso judicial”138.
En el Derecho Internacional de los Derechos Humanos la garantía contra las presiones
externas a los jueces también está presente tanto en la jurisprudencia de la Corte
IDH como en la del TEDH. Respecto a la primera, en el Caso del Tribunal Constitu-
cional Vs. Perú es enunciado por la Corte con carácter general, junto a las otras dos
garantías ya examinadas139. La reitera posteriormente tanto en el Caso Reverón Trujillo
Vs. Venezuela -invocando los Principios Básicos de las Naciones Unidas relativos a la
Independencia de la Judicatura140- como en el Caso Palamara Iribarne Vs. Chile141. Más
(137) Corte IDH, Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos y Otros vs. Ecuador), ya citado,
párr. 182.
(138) El texto íntegro del Principio 4 dice: “4. No se efectuarán intromisiones indebidas o injusti-
ficadas en el proceso judicial, ni se someterán a revisión las decisiones judiciales de los tribunales. Este
principio se aplicará sin menoscabo de la vía de revisión judicial ni de la mitigación o conmutación de
las penas impuestas por la judicatura efectuada por las autoridades administrativas de conformidad
con lo dispuesto en la ley”.
(139) Un adecuado proceso de nombramiento y la garantía de inamovilidad. Vid. Corte IDH,
Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, ya citado, párr. 75.
(140) En concreto, los Principios 2, 3 y 4: “80. Los Principios Básicos disponen que los jueces
resolverán los asuntos que conozcan ‘basándose en los hechos y en consonancia con el derecho, sin
restricción alguna y sin influencias, “alicientes, presiones, amenazas o intromisiones indebidas, sean
directas o indirectas, de cualesquiera sectores o por cualquier motivo´ (…). Asimismo, dichos principios
establecen que la judicatura ‘tendrá autoridad exclusiva para decidir si una cuestión que le haya sido
sometida está dentro de la competencia que le haya atribuido la ley´ (…) y que `[n]o se efectuarán
intromisiones indebidas o injustificadas en el proceso judicial (…)’”. (Corte IDH, Caso Reverón Trujillo
Vs. Venezuela, ya citado, párr. 70).
(141) “156. Respecto de la necesidad de que un juez o tribunal militar cumpla con las condi-
ciones de independencia e imparcialidad, es imprescindible recordar lo establecido por la Corte en
el sentido de que es necesario que se garantice dichas condiciones “de cualquier juez [o tribunal] en
un Estado de Derecho. La independencia de cualquier juez supone que se cuente con un adecuado
proceso de nombramiento, con una duración establecida en el cargo, garantías de inamovilidad y
con una garantía contra presiones externas”197. (Caso Palamara Iribarne Vs. Chile, Sentencia de 22 de
noviembre de 2005, párr. 156).
385
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 351-390
tarde, en el Caso Chocrón Chocrón Vs. Venezuela, a los citados Principios Básicos la
Corte IDH añade la referencia a su propia jurisprudencia y a la del TEDH142.
El recurso a la jurisprudencia del TEDH por parte de la Corte IDH es lógica,
dado que aquel tribunal se crea antes (1950) que la Corte IDH (1969), por lo que
sus primeros pronunciamientos sobre el tema tienen lugar con anterioridad (en la
década de los ochenta del siglo pasado) a los de esta última (ya en el siglo XXI). Por
ejemplo, en los casos Le Compte, Van Leuven and De Meyere c. Bélgica143, Piersack c.
Bélgica144, Campbell and Fell c. Reino Unido145, y H.R., Langborger c. Suecia146.
Como sus homólogos en materia de derechos humanos, el TJUE también afir-
ma la garantía contra las presiones externas a los jueces, declarando que el órgano
(142) “98. Conforme a la jurisprudencia de esta Corte y del Tribunal Europeo, así como de
conformidad con los Principios Básicos de las Naciones Unidas relativos a la independencia de la
judicatura (en adelante “Principios Básicos”), las siguientes garantías se derivan de la independencia
judicial: un adecuado proceso de nombramiento (…), la inamovilidad en el cargo124 y la garantía
contra presiones externas (…).” (Sentencia de 1 de julio de 2011, ya citada, párr. 98).
(143) TEDH, Sentencia de 23 de junio de 1981: “55. Si bien el Tribunal de Casación presenta
evidentemente los caracteres de un Tribunal, a pesar de los límites de su competencia (párrafos 33
y 51 más arriba), es importante verificar si ocurre lo mismo con el Consejo de Apelación. Su función
jurisdiccional (párrafo 26 más arriba) no es suficiente. Según la jurisprudencia del Tribunal (senten-
cia Neumeister, ya citada, p. 44; sentencia De Wilde, Ooms y Versyp de 18 de junio de 1971, serie A,
núm. 12, p. 41, párrafo 78; sentencia Ringeisen, ya citada, p. 39, párrafo 95), sólo merece el nombre
de Tribunal un órgano que responde a una serie de otras exigencias - independencia con respecto
al ejecutivo y a las partes encausadas, duración del mandato de sus miembros, garantías ofrecidas
por el procedimiento-, de las cuales varias figuran en el texto mismo del artículo 6.1. En opinión del
Tribunal, esto ocurre en este caso concreto, a reserva de las precisiones que se hacen más adelante.”
(https://hudoc.echr.coe.int/eng?i=001-165163).
(144) TEDH, Sentencia de 1 de octubre de 1982: “27. Según el demandante, el tribunal que le
condenó el 10 de noviembre de 1978 no era un «tribunal independiente». Esta afirmación, respecto de
la que no se aporta prueba alguna, no puede ser aceptada. Conforme a la Constitución (arts. 99 - 100
) y a la legislación belga, los tres jueces que componen las audiencias gozan de amplias garantías en
orden a su protección frente a presiones externas, y la misma finalidad subyace en las reglas estrictas
para la designación de los miembros de los jurados ( artículos 217 - 253 del Código Judicial ).” (https://
hudoc.echr.coe.int/eng?i=001-165173).
(145) TEDH, Sentencia de 28 de junio de 1984: “78. Para determinar si puede considerarse
independiente a un órgano -especialmente en relación al ejecutivo y a las partes (véase, entre otras,
la sentencia en el caso Le Compte, Van Leuven y De Meyere de 23 de junio de 1981, serie A, núm. 43,
pp. 24-55)-, el Tribunal ha tenido en cuenta el modo de designación y la duración del mandato de los
miembros (ibidem, pp. 24- 25, apartado 57), la existencia de garantías contra las presiones exteriores
(sentencia en el caso Piersack de 1 de octubre de 1982, serie A, núm. 53, p. 13, apartado 27), y sobre si
hay o no apariencia de independencia (sentencia en el caso Delcourt de 17 de enero de 1970, serie A,
núm. 11, pp. 17-31).” (https://hudoc.echr.coe.int/eng?i=001-57456).
(146) TEDH, Sentencia de 23 de mayo de 1989: “32. Para decidir si un órgano puede ser con-
siderado «independiente», hay que tener en cuenta, especialmente, el procedimiento de designación
y la duración del mandato de sus miembros, las garantías existentes contra las presiones exteriores y
si tiene la apariencia de serlo efectivamente (véase, entre otras, la Sentencia Campbell y Fell de 28 de
junio de 1984, serie A, núm. 80, 39 y 40, apartado 78)”. (https://hudoc.echr.coe.int/eng?i=001-164737).
386
Jurisprudencia
de que se trate debe ejercer sus funciones con plena autonomía, protegido frente a
intervenciones o frente a presiones externas que puedan amenazar o hacer peligrar
la independencia de sus miembros:
“a la hora de juzgar o que puedan influir en sus decisiones, con observancia de la obje-
tividad y sin que exista interés alguno en la solución del litigio. Las normas dirigidas
a garantizar la independencia y la imparcialidad deben permitir excluir toda duda
legítima en el ánimo de los justiciables en lo que respecta a la impermeabilidad de ese
órgano frente a elementos externos y en lo que respecta a su neutralidad con respecto
a los intereses en litigio”147.
IV. Conclusiones
No hay democracia sin Estado de Derecho y no hay Estado de Derecho sin
independencia judicial, elemento fundamental del principio de separación de po-
deres intrínseco a toda democracia. Sin un poder judicial independiente, autónomo
respecto de terceros, libre de presiones externas y no sujeto a influencias políticas
de ningún tipo la democracia no sólo no es posible, sino que no existe. De ahí la
exigencia de su existencia para ser miembro de determinadas Organizaciones In-
ternacionales fundamentadas sobre los valores democráticos como de su garantía,
presente tanto en el terreno normativo internacional como en la jurisprudencia de los
órganos judiciales internacionales más relevantes en materia de derechos humanos
(TEDH, Corte IDH) así como, en el ámbito regional europeo, también del TJUE.
El examen de la jurisprudencia dictada por esos órganos judiciales internacio-
nales pone de manifiesto tanto la exigibilidad de su respeto en los marcos universal
(147) TJUE, Gran Sala, Comisión Europea contra República de Polonia, C-619/18, Sentencia de 24
de junio de 2019, párr. 108.
(148) TJUE (Gran Sala), Asuntos acumulados C83/19, C127/19, C195/19, C291/19, C355/19
y C397/19, Asociaţia «Forumul Judecătorilor Din România» y otros (ECLI:EU:C:2021:393), párr. 197.
387
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V. Bibliografía
BAQUERO CRUZ, J. (2022), “Minima moralia: el estado de derecho, el método
comunitario y el presupuesto de la Unión Europea”, Revista de Derecho Comunitario
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_____“La prohibición de partidos en Alemania. Del nuevo criterio de la
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_____“La prohibición de formaciones políticas como mecanismo de defensa del
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388
Jurisprudencia
389
Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 351-390
390
Crónicos e informaciones
CRÓNICAS E INFORMACIONES*
Formación académica
Entre los años 2020 y 2023 desde la Secretaría Académica se profundizaron
políticas para dar respuesta a la complejidad del contexto que se transitó a causa de
la Pandemia por el COVID 19, sin menoscabar la calidad académica que caracteriza
a nuestra Casa de Altos Estudios.
Puntualmente, en el año 2022 se retornó progresivamente a la enseñanza pre-
sencial (RD 73/2022) y para acompañar a este proceso se dio continuidad a las
siguientes actividades:
1- Capacitación y perfeccionamiento de los docentes y adscriptos de la Facultad
a través de diferentes ofertas formativas que se integraron en un Ciclo de
Talleres “Enseñar Derecho en nuevos escenarios” (RD 356/2022).
2- Talleres de alfabetización académica y jurídica para estudiantes.
3- Trabajo de asesoramiento pedagógico y comunicacional permanente a los
docentes de las diferentes asignaturas de las cuatro carreras de la Facultad:
Abogacía, Notariado, Profesorado en Ciencias Jurídicas y Tecnicatura Su-
perior Universitaria en Asistencia en Investigación Penal.
4- Implementación del Proyecto: “Estrategias institucionales para el fortaleci-
miento del ingreso y la permanencia en la Carrera de Abogacía”.
5- Presentación del Proyecto 2022/2023 a la Secretaría de Asuntos Académicos
del Rectorado de la UNC: “Estrategias institucionales para la promoción del
ingreso, continuidad y graduación en las Carreras de la Facultad de Derecho”
con énfasis en la alfabetización académica y jurídica, y en la orientación para
el rol profesional.
Es significativo destacar que el trabajo en estas actividades implicó la comuni-
cación con más de 121 cátedras, 80 espacios curriculares opcionales, alrededor de
950 docentes y más de 15.000 alumnos.
Es importante señalar además que el punto de partida para trabajar con la vir-
tualización que mencionamos en los incisos a, b y c, tuvo características diversas
en cada una de las carreras que se dicta en la Facultad. El Profesorado en Ciencias
Jurídicas había nacido utilizando aulas virtuales muy completas y funcionales para
el dictado de cada asignatura, lo que facilitó en gran medida la migración. Por su
parte, la Tecnicatura Superior Universitaria en Investigación Penal también contaba
con algunas aulas virtuales funcionando que igualmente facilitaron la tarea. En el
*
Reseña realizada por la Prof. Carla Saad coordinando la información otorgada por las Sec-
retarías y obtenida del Digesto de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba.
caso de las carreras de Notariado y Abogacía -esta última la que cuenta con la mayor
cantidad de alumnos y docentes- ya se había comenzado a utilizar en diversos gra-
dos e intensidad las aulas virtuales como complemento de la enseñanza presencial,
pero aún existían muchas cátedras que no tenían ninguna experiencia utilizando
este tipo de entornos. No obstante ello, en todos los casos la calidad académica de
las propuestas de enseñanza, la formación y trayectoria de cada Profesor y equipo
de Cátedra y la predisposición inigualable de nuestros docentes hicieron que el
proceso se pudiese poner en marcha, evitando así la pérdida del año.
Además, desde esta Secretaría se propusieron reformas al régimen de adscrip-
ción conforme lo discutido en el seno de las reuniones interdepartamentales, siendo
finalmente aprobadas por el HCD. También se elevó propuesta al Sr. Decano para
la designación de un Comité de Expertos para los expedientes de convalidación de
títulos pendientes de resolución.
Conjuntamente con las gestiones anteriormente señaladas, siempre con el ob-
jetivo de mejorar las actividades y otorgar mayor celeridad a los procedimientos
administrativos que procuren la continuidad académica de los estudiantes se im-
plementó un procedimiento para el cierre de actas de regularidades y de exámenes
que no fueron cerradas oportunamente.
En relación al trabajo interdisciplinario que se realizó desde la Secretaría, se
llevó a cabo un trabajo en conjunto con la Secretaría de Asuntos Estudiantiles; el
Área de Discapacidad Visual; el Departamento Psicológico y los diferentes Departa-
mentos de Coordinación Docente para el tratamiento de problemáticas particulares
planteadas por estudiantes y docentes.
Asimismo, continúa llevándose a cabo el Proyecto de Tutorías Individualizadas
a estudiantes que procura promover acciones que brinden más herramientas a los
estudiantes para rendir los exámenes finales.
Junto con estas líneas de acción se dio continuidad a la gestión de trámites rela-
cionados con los pases y equivalencias, cambio de plan de estudio, reconocimiento
de regularidades, informes de actividades y plan de actividades docentes, cobertura
de licencias docentes, entre otros.
Finalmente, desde Secretaría Académica se participó activamente en la Co-
misión Asesora del SIED (Sistema Institucional de Educación a Distancia).En este
marco, en el mes de marzo de 2023 se llevaron a cabo actividades en el Foro “Cons-
truyendo desafíos para la Educación Universitaria” del que participaron más de
400 docentes de la Universidad Nacional de Córdoba. A su vez, y siguiendo con
esta línea de potenciar las innovaciones curriculares, desde el equipo pedagógico
comunicacional de Secretaría Académica se difundió la convocatoria a los docen-
tes de la Facultad “Inscribí a tu cátedra”, con el objeto de alentar a los profesores
y equipos de cátedra a presentar propuestas de mejora en sus asignaturas y poder
brindar acompañamiento pedagógico y comunicacional con vistas a diseñar estrate-
392
Crónicos e informaciones
gias que se ajusten a los nuevos escenarios educativos y a los cambios disciplinares
y metodológicos vigentes.
Para informes e inscripciones comunicarse a los teléfonos 0351- 4332057/58 int.
356, email: academica@derecho.unc.edu.ar, el horario de atención es de 8:00 a 20:00
hs. Mas info: www.derecho.unc.edu.ar.
Formación en posgrado
La Secretaria de Posgrado de esta Facultad permanentemente está atenta y
comprende la relevancia de hacer un posgrado, ya que implica que los profesionales
pueden desarrollarse y estar actualizados dentro de su especificidad laboral, es de
allí que se observa y asume como tarea tal necesidad, presentando un abanico de
ofertas académicas que posibilitan llenar esa demanda, complementando la forma-
ción de grado y proporcionando aquellas calidades necesarias mirando a futuro.
Muestra de ello son las nuevas carreras y las novedosas propuestas anuales que el
profesional encuentra al traspasar las puertas siempre abiertas -de esta Secretaría- al
dialogo, a la consulta, a las inquietudes.
Pero esta Secretaría no se queda simplemente con las nuevas propuestas desde
una perspectiva numérica, sino que promueve la excelencia. Prueba de ello, es que
distintas carreras se van acreditando y categorizando con éxito luego de pasar exá-
menes rigurosos de calidad. Es así que tenemos nuestro centenario Doctorado en
Derecho y Ciencias Sociales con la máxima categorización, a la que se sumó como
oferta del año 2022 el Programa de Posdoctorados con el dictado del primer curso:
‘El bien jurídico tutelado en el ámbito del derecho público y privado”, un vacío
que era necesario llenar y esta Secretaria no se quedó atrás, aquí los Doctores del
Derecho y las Ciencias Sociales, encuentran una consolidación intelectual a través
de la transferencia, e intercambio de sus conocimientos científicos, y reciben no
solo los que se doctoraron en nuestra casa de altos estudios, sino de diferentes
universidades del país y extranjeras, una respuesta tan esperada del enriqueci-
miento cognoscitivo producto de esa relación dialéctica entre pares con estándares
intelectuales de excelencia.
Nuestro lema es un “posgrado de puertas abiertas” al dialogo, a propuestas, a
demandas de los egresados; es un posgrado que no trabaja encerrado en su despa-
cho, sino que se abre a la comunidad profesional a fin de escuchar y poder hacer
realidad las expectativas demandantes.
Esta Secretaría hasta en los momentos más difíciles demostró que “se puede”,
no solo continuar aun cuando azote una pandemia como la que vivimos no hace
mucho, sino que también puede transformarse para seguir con calidad de excelencia
en sus propuestas formativas, creando nuevas ofertas, oyendo, escuchando y aten-
diendo las sugerencias y necesidades de los profesionales. Profesionales que buscan
un estímulo y una formación superior que les permita competir en los máximos
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 391-412
niveles con superioridad, y es así que acuden a nuestras aulas aquellos egresados de
esta casa de estudios, pero también de otras universidades, traspasando fronteras
provinciales y también internacionales
Toda esta ímproba tarea es gracias al esfuerzo mancomunado de las autoridades,
el cuerpo académico y el personal administrativo.
Un Posgrado de puertas abiertas a la comunidad, que los recibe no solo indi-
vidualmente, sino que cada año académico convoca a un conversatorio en el salón
de grados a fin de que aquellos que quieran acercarse puedan expresar sus intere-
ses, consultas y expectativas. Así este 28 de febrero del 2023 esas puertas abiertas se
vieron atravesadas por más de un centenar de egresados que querían conocer las
posibilidades de crecimiento que posgrado brinda, fue una respuesta numérica y
de calidad que sentimos como una caricia en el alma, nos demostraba que no nos
hallamos disociados de una realidad, sino que estamos inmersos y profundamente
conectados con ella. El horizonte trazado es la “excelencia académica”, y es por ello
el profundo sentido inclusivo y social que se le imprime a cada actividad, a cada
cuestión que se plantea. Tendemos una mano al profesional, y ese es nuestro sello:
una mano abierta para hacer realidad, en una articulación integrativa, los principios
de inclusión, solidaridad y excelencia, sumando convenios con entidades locales,
provinciales e internacionales para el logro de tales fines.
La Secretaría de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacio-
nal de Córdoba, ofrece una amplia variedad de actividades académicas destinadas
a la formación de profesionales que cuentan con título de grado; que desarrollen
sus actividades en el ámbito del Poder Judicial, la administración pública u or-
ganizaciones privadas, y deseen especializarse, actualizar y poner en común sus
conocimientos en aquellos temas de interés y provecho en el panorama del derecho
argentino y americano.
La consolidación de estas carreras, cursos, seminarios, talleres, paneles y jor-
nadas de Posgrado supone que, año tras año, podamos seguir ofreciendo a todos
aquellos que nos visitan un atractivo abanico de programas académicos, en los que
participan distinguidos profesores, investigadores y especialistas de reconocido
prestigio nacional e internacional.
Actividad académica
Forman parte de la agenda académica 2023:
a) Carreras de posgrado
Doctorado
• Carrera de Doctorado en Derecho y Ciencias Sociales. Categorizada A por
Res. CONEAU 684/2020: esta carrera hunde sus raíces allá en el Siglo XVIII cuando
por disposición del virrey Nicolás Antonio de Arredondo se incorporan estudios de
394
Crónicos e informaciones
Maestrías
• Carrera de Maestría en Derecho Administrativo.
Directores: Profs. Dres. Domingo J. Sesín y Jose L. Palazzo.
• Carrera de Maestría en Derecho y Argumentación.
Directores: Profs. Dres. Hugo Seleme y Ernesto Garzón Valdez.
• Carrera de Maestría en Derecho Civil Patrimonial.
Directores: Profs. Dres. Juan Carlos Palmero y Juan Manuel Aparicio.
• Carrera de Maestría en Derecho Constitucional.
Directores: Profs. Dres. Guillermo Barrera Buteler y Antonio María Hernández.
• Carrera de Maestría en Derecho de Vejez, destacamos que es la primera en
su género dictada en Latinoamérica.
Directores: Profs. Dres. María Isolina Dabove y Ramón Daniel Pizarro.
• Carrera de Maestría en Sociología (Cogestionada entre esta Facultad y el
Centro de Estudios Avanzados – Facultad de Ciencias Sociales-).
Especializaciones
• Carrera de Especialización en Derecho de Familia.
Directoras: Profs. Dras. Amalia Uriondo de Martinoli y Elena García Cima de
Esteve.
• Carrera Interinstitucional de Especialización en Derecho Laboral (UNC –
UCC – UNL).
Directores: Profs. Dres: Albor Cantard y María del Carmen Piña.
•Carrera Interinstitucional de Especialización en Derecho Penal (UNC – UNL).
Directores: Prof. Dres. José Milton Peralta, Enrique Buteler y Ricardo Álvarez.
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 391-412
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Crónicos e informaciones
c) Programa de Posdoctorados
El Programa de Posdoctorados tiene como meta dar una respuesta a los Doctores
en Derecho y Ciencias Sociales que buscan la consolidación de estándares intelec-
tuales de excelencia en áreas específicas. Para ello se traza este programa con cursos
de posdoctorados específicos, fomentando las actividades académicas y en especial
buscando el intercambio de saberes científicos en el contexto interdisciplinario, la
investigación innovadora y una consolidación de la actividad científica exclusiva y
rigurosa. Se trata de un programa de eminente valor académico y científico dirigido
-como supra se ha expresado- a doctores egresados de universidades nacionales y
extranjeras de reconocido prestigio.
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Revista de la Facultad, Vol. XIV • Nº 1 • NUEVA SERIE II (2023) 391-412
Actividades en investigación
Ciencia y Técnica
La Secretaría de Ciencia y Técnica, vinculada a la actividad científica de inves-
tigación de la Facultad, informa las actividades realizadas:
a) Proyectos de investigación
Convocatoria 2020-2021: De octubre a diciembre de 2019, se abrió una nueva
convocatoria para los Proyectos y Programas de investigación Secyt 2020-2021. Se
presentaron un total de 30 proyectos: 2 Consolidar, 7 Estimular y 21 Formar. Los
mismos se suman a los 22 proyectos línea Consolidar con vigencia hasta el año 2021.
En abril de 2021 la SeCyT-UNC ha dispuesto, en función de las recomenda-
ciones realizadas a las universidades por parte de los Ministerios de Educación y
Salud de la Nación y debido a la situación socio-sanitaria generada a partir de la
pandemia por COVID-19 y los cambios y reestructuraciones que debió realizar en
particular la Universidad Nacional de Córdoba, prorrogar todos los proyectos de
investigación vigentes:
398
Crónicos e informaciones
b) Apoyos económicos
Los apoyos económicos tienen como propósito colaborar en la organización
de Jornadas, Congresos, Workshop y con los museos de la Universidad Nacional
de Córdoba, co-financiar publicaciones periódicas producidas en las Facultades,
Escuelas, Institutos y Centros de Investigación de la Casa de Trejo, colaborar con
las suscripciones a revistas internacionales científico-académicas y la asistencia o
presentación de trabajos en eventos científicos (Jornadas, Congresos y Workshop)
fuera del país.
En el año 2022, durante la primera convocatoria del año (abril-mayo) se receptó
1 solicitud de apoyo económico para publicaciones, 2 solicitudes de apoyo econó-
mico para la realización de eventos y 1 solicitud de apoyo económico para viajes al
exterior, mientras que en la segunda convocatoria (septiembre-octubre), se recibió
1 solicitud de apoyo económico para viajes al exterior.
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c) Avales
- Curso- Taller “La Teoría de la Decisión en las prácticas jurídicas. Mecanis-
mos para decidir. Prismas ¿Decidir o Argumentar?”. Directora: Dra. María
Cristina Di Pietro.
- Seminario “Desafíos procesales y su proyección: proceso electrónico, evidencia
digital e inteligencia artificial”. Director: Emilio Albarenga.
d) Asignaturas optativas
-“Tutorías de Investigación”. Prof. Responsable: Dra. María Alejandra Sticca.
Prof. Coordinadora: Ab. Esp. Patricia Alderete.
- “Feminismo jurídico. La deconstrucción del derecho positivo”. Profesor
Titular: Dra. María Alejandra Sticca. Profesora Responsable: Dra. Mariana
Noemí Sánchez.
- “Aspectos de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Perspectiva del
empleo”. Profesora Titular: Dra. María Alejandra Sticca. Profesora Respon-
sable: Profa. Carla Saad.
e) Programas y Proyectos
El CIJS cuenta con 6 Programas radicados, a saber:
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f) Becas
Becas de Pregrado: del período 2020 se encuentran aprobados cuatro informes
finales; los becarios pertenecientes a la convocatoria 2021 se encuentran en el estadio
de confección de informe final; y respecto del año 2023, la convocatoria realizada
el año pasado incorporó 15 nuevos becarios de pregrado.
Las mismas constituyen uno de los principales objetivos del Programa del
CIJS de estímulos de vocaciones científicas y tienen un vínculo fundamental con el
dictado de la asignatura opcional “Tutorías de Investigación”.
g) Publicaciones
El CIJS se embarcó en la misión de publicar la 1º Revista Virtual de la Jornada
sobre Experiencias en Investigación, la misma, que se encuentra en proceso de
publicación, recopila los resúmenes presentados por los expositores y expositoras
de la última Jornada.
Actualmente, también se encuentra en proceso de edición el Número XXI de
nuestro Anuario.
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Área Extensión
a) Cursos y Seminarios
1- Entre el 10 y el 18 de octubre del 2022 se llevaron a cabo los “Talleres de
Formulación de Proyectos de Extensión desde una Perspectiva Dialógica
Participativa” a cargo de la Lic. Sandra Geznet. Se realizaron de manera
presencial en la Sala 7 de la Facultad de Derecho.
2- “El Conflicto de Ucrania en el Derecho Internacional Público. Visión General,
Ambiental y Ciberespacial”. La actividad se llevó a cabo el 18 de octubre del
2022 en modalidad Virtual Zoom y fue propuesta por la Dra. Zlata Drnas de
Clement. Disertó la Dra. Alejandra Sticca.
3- “Evolución Digital de la Justicia”. Dicha actividad se llevó a cabo en forma
conjunta con la empresa Telecom Argentina, el día 20 de octubre del 2022
en el Aula Magna de la Facultad de Derecho. Se desarrolló con un equipo de
panelistas que debatieron sobre diferentes temas de actualidad y de interés
general.
4- “Reflexiones sobre el Milagro Económico Alemán a propósito de la Situación
Argentina”. Se llevó a cabo de manera virtual (Zoom), el día 03 de noviem-
bre de 2022. Para dicha actividad se contó con la participación de Ramón
Osvaldo Frediani.
5- “Después de Ucrania ¿Cambio de Orden? Dicha jornada se llevó a cabo en
modalidad virtual (Zoom), el día 28 de marzo de 2023. Disertó la analista
internacional, Dra. Graciela Erramouspe de Pilnik.
6- “Seminario de Asistente Jurídico”. Actividad que se llevará a cabo entre los
meses de abril y septiembre del corriente año.
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b) Proyectos de Extensión
1- “Desarrollo de tecnologías de la información y la comunicación (TICs) para
la capacitación en derechos de acceso ambiental’’
Director: Ab. Alejandro Orlando Vera
2- ‘’La Violencia familiar y de género desde la perspectiva de los Derechos
Humanos’’. Directora: Dra. Olga Orlandi.
3- “La dimensión digital de la Ciudadanía, retos y nuevos abordajes desde el
derecho y el género’’. Directora: Alejandra María Pérez Scalzi.
4- “Experiencias de extensión: reflexiones jurídicas frente a privaciones de
derechos”. Directora: Silvana Begala- CECOPAL (Centro de Comunicación
Popular y Asesoramiento Legal).
5- “Derechos de los Adultos Mayores”, en el marco del Proyecto ‘’Derecho/s
para todos. Alfabetización jurídica para poblaciones vulnerables”. Directora:
Silvana Begala, CECOPAL (Centro de Comunicación Popular y Asesora-
miento Legal).
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e) Curricularización de la extensión
Uno de los desafíos a los que la Facultad se encuentra abocada es al proceso de
curricularización de la extensión. La incorporación de actividades de vinculación
con la comunidad en el ámbito del dictado de las asignaturas de grado, exige un
esfuerzo de compromiso y creatividad por parte de los docentes que, entendemos,
se traduce en experiencias enriquecedoras para los estudiantes. Es así que la Secre-
taría de Extensión Universitaria abrió la primera convocatoria a apoyos económico
para Proyectos de Curricularización de la Extensión por la cual se otorga un finan-
ciamiento a las mejores propuestas presentadas. El proyecto presentado por esta
Facultad “Abogacía con orientación social” a cargo de la Prof. Silvana Begala ha
sido seleccionado entre los mejores puntuados para recibir este subsidio.
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b) Programas de Movilidad
- Becas para realizar estudios de master universitario en la Universidad de
Carlos III.
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Se llevó a cabo el día 21 de marzo a las 15.00hs una Reunión Informativa sobre
los Programas de movilidad para alumnos de grado mediante plataforma meet.
Para informes e inscripciones comunicarse al teléfono (0351) 4331099, Inde-
pendencia 258 1° Piso, Córdoba. Horario de atención: 10 a 14 horas. Más info: email:
extyri@derecho.unc.edu.ar.
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Durante el año 2023 llevaron a cabo o están pendientes de realizarse, las si-
guientes actividades académicas:
1- Seminario: “Formación Profesional para Jueces de Paz”.
Propuesta efectuada por el Ab. Tomas García Faure, teniendo como Director
Académico al Prof. Dr. Juan Brügge. Ésta actividad, dirigida a Jueces de paz, em-
pleados de la Administración Pública, Judicial y afines, profesionales interesados
y alumnos avanzados de la carrera de abogacía, tiene como objetivos dotar a los
asistentes de herramientas prácticas y nociones de temas relacionados con el derecho
público de actualidad, acompañado de jurisprudencia específica, relevante y actual
para el ejercicio profesional de los Jueces de Paz. Modalidad virtual, los días lunes
8, 15, 22, 29 del mes de mayo y los días 5 y 12 del mes de junio del correspondiente
año, en el horario de 18:00 a 21:00 hs.
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también con la exposición del Ab. Esp. Aníbal Paz. Realizada el día 8 de marzo del
2023, desde las 18:30 hasta las 20:00hs. Total de inscriptos: 350
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rencias del art. 10 del Código Civil español frente a una figura sofisticada que se
emplea con cierta frecuencia en el comercio internacional. Dos contratos muy inte-
resantes son tratados con rigor por Belén García Álvarez: el contrato de logística y
el contrato de handling, en uno de los mejores trabajos recogidos en este libro
Compraventa y transporte llaman siempre a las puertas del seguro y así el lector
podrá hallar buenas reflexiones al respecto en “Los contratos de seguros interna-
cionales y comercio internacional”, debido a Leyre Martín Ruiz y Eva Fernández
Zurilla. Claro que faltaba el arbitraje, de modo que en “Capacidad cautelar de los
árbitros en arbitraje comercial internacional. Situación general y análisis de los re-
glamentos de las principales instituciones arbitrales internacionales”, Xabier Orbe-
gozo Miguel trata el tema de la tutela cautelar transfronteriza en manos de los ár-
bitros, un tema de enorme repercusión práctica cuyo estudio siempre se agradece.
En “Aspectos jurídicos del joint venture en el transporte internacional”, para cerrar
el círculo de estos temas más clásicos del Derecho del comercio internacional, Fran-
cisco Mesa Davila ofrece un panorama sugestivo sobre uno de los contratos instru-
mentales más creativos de la práctica internacional. Este libro incluye también un
conjunto de aportaciones que pueden parecer exóticas para los especialistas de
Derecho internacional privado -y que sin duda lo son-, pero que añaden matices de
realidad al comercio internacional del siglo XXI. Se trata de “El código internacional
para los buques que operen en aguas polares y su incidencia en el transporte ma-
rítimo” (Iñaki Zurutuza Arigita), “La integración de las personas migrantes en la
era de la globalización y el comercio internacional. Algunos aspectos clave” (Unai
Belintxon Martín - Irati Gil Garbizu - Eduardo Castilla Baiget - Maider Belintxon
Martín), “El régimen jurídico de la piratería marítima en el siglo XXI: delimitación,
represión, enjuiciamiento y otros retos” (Daniel Grafulla Cumba). Las Sagradas
Escrituras proclaman que los últimos serán los primeros y los primeros serán los
últimos y por eso, para cerrar esta recensión, nada mejor que traer a colación el
estudio introductorio al libro, firmado por Pablo Fernández de Casadevante Ma-
yordomo que lleva por título “Presentación. Derecho del comercio y derecho cons-
titucional: una perspectiva para el siglo XXI”. Este trabajo resulta extremadamente
interesante al centrarse en el concepto de “constitución económica”. La llamada
constitución económica -un concepto éste estricta y exclusivamente doctrinal- pre-
senta un impacto reflejo muy importante sobre el sistema de Derecho internacional
privado de todos los Estados. Ahora bien, la integración de España en la Unión
Europea ha hecho que, para España, la constitución económica se encuentre regu-
lada, de manera preferente y primordial, en las normas de Derecho europeo. El
Derecho económico europeo ha absorbido prácticamente la totalidad de la consti-
tución económica de los Estados miembros. Este dato resulta extraordinariamente
positivo. Una constitución económica debe tener, hoy día, una dimensión interna-
cional y no solamente estatal. La economía actual es mundial, por lo que la consti-
tución económica elaborada unilateralmente por un Estado se revele escasa de
miras. Por el contrario, como apunta Pablo Fernández de Casadevante Mayordomo,
la constitución económica española es realmente ya europea y ello hace que la re-
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en el de jurisdicción (p. 365). Señala más adelante que, si bien la distinción entre los
buques de guerra y los buques de Estado destinados a fines no comerciales, por un
lado, y los buques de Estado en servicio comercial, por otro, es fundamental para
la inmunidad; esa diferenciación no está clara, en particular en el contexto del pa-
trimonio cultural subacuático (p.380). La tesis, que enfoca las aproximaciones más
actuales y postmodernas, recuerda que Losier introduce el principio de equidad,
al señalar una construcción restrictiva de la inmunidad del Estado, argumentando
que, dado que el colonialismo y la negación del derecho a la libre determinación
debe considerarse una violación de ius cogens, los tribunales no deberían recono-
cer los derechos de propiedad del Estado del pabellón, y por tanto la inmunidad,
derivada de la dominación colonial (pp. 424-425). El Capítulo Quinto (tercero de la
Parte Segunda) y último del desarrollo de la obra se centraliza en la inmunidad de
los cables submarinos de comunicación, ocupándose del régimen jurídico de los
cables y de su inmunidad. Arjona hace presente algunas posiciones doctrinarias.
Entre ellas, la que sostiene que, a diferencia de los buques de guerra (por ejemplo,
los submarinos) y otros buques de Estado destinados a fines no comerciales, los
cables submarinos utilizados con fines militares/gubernamentales no comerciales
no gozan explícitamente de inmunidad soberana. Sin embargo, recuerda que según
expone Ashley Roach, las disposiciones pertinentes de la CNUDM y otros conve-
nios internacionales relativos a la protección de los cables submarinos se aplican
igualmente, por lo que los cables militares, independientemente de su propiedad
o uso, están sujetos al mismo régimen de derecho internacional que rige los cables
submarinos (p. 461).
Entre las Conclusiones a las que arriba la tesista (p. 482 y ss.), figuran: -El régimen
jurídico internacional de las inmunidades hunde sus raíces en la práctica judicial
internacional y se ha ido configurando a través de normas consuetudinarias que
posteriormente se han recogido en diversos tratados o reconocido en la jurispruden-
cia, internacional y nacional. La práctica judicial internacional en la materia es fruto
directo de la práctica judicial interna con respecto a la inmunidad de los Estados;
práctica judicial interna que comenzó en numerosos países con el reconocimiento
de las inmunidades de los buques oficiales armados y que posteriormente ha sido
confirmada por tribunales internacionales como el Tribunal Internacional del De-
recho del Mar; -La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
reconoce explícitamente la existencia de buques inmunes soberanos; indica que
ciertas actividades deben ser llevadas a cabo por buques de guerra o buques rela-
cionados; establece, en determinadas situaciones, las medidas que pueden adoptar
los Estados ribereños con respecto a los buques inmunes soberanos que no cumplen
con las normas pertinentes (en este sentido, parece difícil señalar el punto exacto en
el que las medidas tomadas por un Estado ribereño para garantizar la salida de un
buque inmune se han convertido en excesivas); reafirma la responsabilidad jurídica
internacional de los Estados del pabellón de los buques con inmunidad soberana
por el incumplimiento de la Convención y, en determinadas situaciones, de las leyes
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de los Estados ribereños y por último, indica que los buques inmunes soberanos
están exentos de las disposiciones de la Convención relativas a la contaminación del
medio marino. Sin embargo, cuestiones clave como el alcance de la inmunidad que
existe para un buque de guerra u otro buque de Estado destinado a fines oficiales
no comerciales y la aplicación del derecho internacional de responsabilidad estatal,
no se tratan en la CNUDM y se remiten al derecho internacional consuetudinario.
Pero las leyes nacionales en materia de inmunidad y la Convención de las Nacio-
nes Unidas sobre las Inmunidades Jurisdiccionales de los Estados y de sus Bienes
(CNUIJ) adoptan con claridad la vía de conceder a los Estados una “inmunidad
restrictiva”, tipificando una serie de supuestos ratione materiae en los cuales los Es-
tados no pueden invocar la inmunidad. No obstante, la inmunidad aplicable a los
buques de Estado en la CNUDM va más allá de la mera inmunidad en el marco de
los procedimientos judiciales señalados en el artículo 16 de la CNUIJ. La inmunidad
prevista en la CNUDM parece aplicarse por igual a los buques de guerra y a los
buques pertenecientes a un Estado o explotados por él y utilizados únicamente para
un servicio oficial no comercial; - El estatuto de los vehículos aéreos no tripulados,
ha sido resuelto, pudiendo ser calificados de aeronaves de Estado. Podría concluirse
que el hecho de que un vehículo marítimo no tripulado sea un buque en virtud de
la CNUDM queda a discreción del Estado contratante. Los Estados, cuando han
deseado restringir la definición del buque pertinente para un uso particular lo
han hecho en los convenios de la OMI más específicos; -Si los UMVs se clasifican
como bienes de Estado distintos de los buques de guerra o buques de Estado, por
ejemplo, como “dispositivos militares”, su inmunidad dependerá de la que gozan
los bienes del Estado en general; -Los pecios constitutivos de patrimonio cultural
subacuático de un Estado, de conformidad con el derecho internacional consuetu-
dinario codificado en la Convención de las Naciones Unidas sobre las Inmunidades
Jurisdiccionales de los Estados y de sus Bienes (CNUIJ), no pueden ser objeto de
ninguna medida de ejecución en otro Estado; etc.
Tal como lo señaláramos precedentemente, la Bibliografía en sentido estricto y
la documentación y jurisprudencia consultadas son por su riqueza exhaustiva un
aporte en sí mismas.
La autora ha hecho presente en sus palabras introductorias que deseaba pro-
porcionar al lector un placer similar al de la lectura de una novela. Diría yo, ha
colocado en oleaje libre e inspirador esta porción del derecho marítimo, abriendo
nuevos interrogantes a partir de las valiosas certezas alcanzadas.
Zlata Drnas de Clément
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(2) https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/FMfcgzGslkqVTtPTnZMKBTLWDzrRbSvd
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David Martín-Herrera
Se terminó de imprimir en
Editorial Advocatus, Obispo Trejo 181,
en el mes de junio de 2023
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