BUENAS PRACTICAS AGRICOLAS EN LA PRODUCC Removed

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en la producción de tomate bajo condiciones protegidas

Definición de las BPA


Las Buenas Prácticas Agrícolas son un conjunto de normas, principios y recomendaciones técnicas aplicadas
a las diversas etapas de la producción agrícola, que incorporan el Manejo Integrado de Plagas -MIP - y el
Manejo Integrado del Cultivo -MIC-, cuyo objetivo es ofrecer un producto de elevada calidad e inocuidad
con un mínimo impacto ambiental, con bienestar y seguridad para el consumidor y los trabajadores y que
permita proporcionar un marco de agricultura sustentable, documentado y evaluable.

En general, las BPA se basan en tres principios: la obtención de productos sanos que no representen riesgos
para la salud de los consumidores, la protección del medio ambiente y el bienestar de los agricultores
(figura 1).

Figura 1. Esquema de los principios básicos de BPA

Para la implementación de un programa de BPA es importante el conocimiento previo de las acciones o


líneas que rigen este sistema de calidad, como son: el medio ambiente, la sanidad e inocuidad de los
productos, su trazabilidad por medio de registros, y la seguridad para los trabajadores y consumidores.
Deben tenerse en cuenta, además, otros temas como el agua, el suelo, el empaque, el transporte y la
manipulación.

Ventajas de la adopción de las BPA


• Mejorar las condiciones higiénicas del producto.
• Prevenir y minimizar el rechazo del producto en el mercado debido a residuos tóxicos o
características inadecuadas en sabor o aspecto para el consumidor.
• Minimizar las fuentes de contaminación de los productos, en la medida en que se implementen
normas de higiene durante la producción y recolección de la cosecha.
• Abre posibilidades de exportar a mercados exigentes (mejores oportunidades y precios). En
24
el futuro próximo, probablemente se transforme en una exigencia para
acceder a dichos mercados.
• Obtención de nueva y mejor información de su propio negocio, merced

Implementación de Buenas Prácticas Agrícolas en sistemas de producción de tomate bajo cubierta


a los sistemas de registros que se deben implementar (certificación) y
que se pueden cruzar con información económica. De esta forma, el
productor comprende mejor su negocio, lo cual lo habilita para tomar
mejores decisiones.
• Mejora la gestión (administración y control de personal, insumos,
instalaciones, etc.) de la finca (empresa) en términos productivos y
económicos, y aumentar la competitividad de la empresa por reducción
de costos (menores pérdidas de insumos, horas de trabajo, tiempos
muertos, etc.).
• Se reduce la cadena comercial (menos intermediarios) al habilitar la
entrada directa a supermercados, empresas exportadoras, etc.
• El personal de la empresa se compromete más con ella, porque
aumenta la productividad gracias a la especialización y dignificación
del trabajo agropecuario.
• Mejora la imagen del producto y de la empresa ante sus compradores
(oportunidades de nuevos negocios) y, por agregación, mejora la
imagen del propio país.
• Desde el punto de vista de las comunidades rurales locales, las
BPA representan un recurso de inclusión en los mercados, tanto
locales como regionales o internacionales. Así mismo, constituyen
una excelente oportunidad para demostrarse a sí mismas y a otras
comunidades semejantes que se pueden integrar con éxito, al tiempo
que mejoran su calidad de vida y su autoestima, sin dejar de lado sus
valores culturales.

Filosofía de las BPA


El concepto de BPA implica:

• Protección del ambiente: se minimiza la aplicación de agroquímicos y su


uso y manejo son adecuados, por tanto no se contaminan suelos y aguas y se
cuida la biodiversidad.

• Bienestar y seguridad de los trabajadores: esto se logra mediante


capacitación, cuidado de los aspectos laborales y de la salud (prevención de
accidentes, de enfermedades gastrointestinales, higiene), y buenas condiciones
en los lugares de trabajo.

• Alimentos sanos: los alimentos producidos le dan garantía al consumidor,


porque son sanos y aptos para el consumo por estar libres de contaminantes
(residuos de pesticidas, metales pesados, tierra, piedras, hongos).

• Organización y participación de la comunidad: los procesos de gestión son


participativos, ayudan al empoderamiento y a la construcción de tejido social y
fortalecen el uso de los recursos en busca de procesos de sostenibilidad.
2
Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en la producción de tomate bajo condiciones protegidas

• Comercio justo: los productores organizados cuentan con poder de negociación, logran
encadenamientos con productores de bienes y servicios, se fomenta la generación de valor agregado a
los productos de origen agropecuario, y así el productor recibe una justa retribución por su participación
en el proceso de producción.

Componentes básicos de las Buenas Prácticas Agrícolas


De acuerdo a la línea programática de Buenas Prácticas Agrícolas y pecuarias para la cadena agroindustrial
del Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-, algunos de los componentes básicos de las Buenas Prácticas
Agrícolas son:

Semillas

Antes de hacer la selección de una variedad específica, se deben definir los elementos a considerar para
hacer la elección. En primer lugar, se debe tener una ficha técnica del material, que incluye bajo qué
condiciones se obtuvo la semilla, pruebas realizadas, condiciones de alimento, rendimientos esperados,
características del fruto, porcentaje de germinación, certificado de origen, etc. En segundo lugar, la experiencia
propia o regional con esa variedad; se requiere un material adaptado a las condiciones agroecológicas
del productor, y en tercer lugar, se debe fomentar el uso de variedades y especies comerciales resistentes
o tolerantes a plagas y enfermedades limitantes desde el punto de vista económico, con vistas a un uso
racional de agroquímicos e insumos.

Igualmente, se debe fomentar entre los productores una adecuada selección de semillas y utilizar especies
adaptables a la zona de cultivo. Es importante que las semillas y especies utilizadas estén certificadas
sanitariamente.

Historia y manejo del establecimiento o lote

Se debe conocer la historia del terreno y su uso actual, al igual que de los terrenos vecinos, para identificar
ventajas y riesgos para el cultivo. Es de gran valor establecer un sistema básico de planificación de la
producción y un sistema de monitoreo y evaluación.

Se debe contar con mapas de localización del terreno y áreas circundantes, incluir en la revisión una
supervisión de los canales de riego y drenaje, evitar plantaciones donde existan riesgos de contaminación
cercanos, como establos o desechos industriales, e impedir la entrada de animales domésticos o silvestres
en las áreas de cultivo.
2
Implementación de Buenas Prácticas Agrícolas en sistemas de producción de tomate bajo cubierta
Figura 2. Distribución de una finca
Fuente: Pavco S.A.

Es importante conocer qué cultivos anteriores fueron sembrados, qué tipo de


productos químicos se aplicaron y si hubo presencia de enfermedades que puedan
limitar la producción. Cuando el cultivo anterior pudiera ocasionar problemas
fitosanitarios, es necesario desinfectar los suelos por medios físicos o químicos
y tratar de establecer una rotación de cultivos. Para asegurarse que la calidad
del terreno es apta para la siembra, se deberá realizar análisis físico, químico y
microbiológico de los suelos para determinar el estado nutricional del terreno, y la
presencia de metales pesados o microorganismos.

Por último, se recomienda realizar drenajes adecuados para evitar inundaciones, y


desarrollar programas de compostaje para el manejo de los residuos de cosecha y
demás residuos orgánicos generados en la finca.

Manejo de suelos y sustratos

Las técnicas de cultivo más recomendadas, encaminadas a reducir la posibilidad


de erosión y compactación del suelo, son la labranza mínima y la protección de
pendientes. Arar y rastrillar el suelo para eliminar terrones, nivelar y formar camas o
surcos para favorecer el drenaje y evitar inundaciones. Evitar el empleo de maquinaria
pesada que compacte el suelo. Además, se debe mantener el suelo limpio de
residuos no orgánicos. En cualquier caso, es recomendable utilizar distancias de
siembra adecuadas con plantas sanas, y asegurarse de disponer de un análisis de
suelos antes de proceder a establecer el cultivo.

Los cultivos se han de plantar donde haya más fertilidad y menos problemas de
malezas (arvenses) o inundaciones. Pero también hay que fomentar la rotación
de cultivos en la unidad productiva para evitar la esterilización y los desbalances
químicos del suelo con sustancias.
2
Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en la producción de tomate bajo condiciones protegidas

En algunos casos, es recomendable la colocación de acolchados plásticos para el manejo de malezas,


control de plagas y ahorro de agua.

Uso de fertilizantes

Hay que asegurarse de que la aplicación de fertilizantes esté basada en los requerimientos nutricionales
del cultivo con base en un análisis de suelo, para mantener su fertilidad por medio de un uso racional de
los recursos y los insumos y evitar la contaminación de aguas y suelos. Para optimizar los beneficios y
minimizar la pérdida de nutrientes, se debe determinar el momento de aplicación del fertilizante.

Hay que llevar un registro de la existencia de fertilizantes en la unidad productiva. Se debe verificar que
éstos declaren su composición química (sobre el empaque o botella), y estén registrados oficialmente.

El almacenamiento de los fertilizantes debe cumplir con los criterios de seguridad: estar separados de
los pesticidas y, donde no sea posible, separarlos por un espacio de aire y etiquetados; que estén en un
área cubierta limpia y seca, y aislados del piso para evitar que se humedezcan. No se deben mezclar en
un mismo espacio con alimentos, productos frescos o productos terminados, como tampoco se deben
guardar en los sitios de residencia. Por último, se deben señalizar las áreas de peligro y riesgos, con avisos
sencillos y visibles a distancia.

En el caso de utilizar abonos orgánicos, se debe conocer la fuente de la materia orgánica, que estén
totalmente compostados y seguros de su calidad, libres de contaminantes químicos o biológicos.

Riego

Es vital realizar acciones que propendan por la protección del recurso hídrico, garantizar que no haya
acceso de animales domésticos a la fuente de agua y no aplicar agroquímicos y fertilizantes cerca de
ella. En lo posible establecer sistemas de recolección, reciclado y almacenamiento de agua. Respetar la
reglamentación de los acueductos municipales sobre volúmenes y formas de empleo de riego.

Se debe utilizar un sistema de riego eficiente y económicamente viable para asegurar un adecuado manejo
del recurso hídrico. De igual forma, se recomienda el monitoreo de las fuentes de abastecimiento del agua
de riego por medio de un programa de mantenimiento y análisis químicos y microbiológicos para garantizar
su inocuidad y demostrar su calidad y pertinencia para regar cultivos, y realizar acciones correctivas en
caso de resultados adversos. Es importante mantener registros sobre el uso de aguas para riego.

Protección de cultivos

Ante todo, utilizar herramientas desinfectadas para el manejo de las plantas. Se deben aplicar técnicas
reconocidas de Manejo Integrado de Plagas -MIP- y usar productos selectivos que sean específicos para
la maleza, la enfermedad o la plaga objetivo, los cuales tienen un mínimo efecto sobre los organismos
benéficos, la vida acuática, la capa de ozono y los consumidores. Para la implementación del MIP es
indispensable el reconocimiento de los tipos de plagas, enfermedades y malezas que existen en la zona,
con el fin de elegir los cultivos que se adapten a esas condiciones y realizar los monitoreos y evaluaciones
de signos y síntomas de plagas y enfermedades que permitan tomar decisiones que involucren diferentes
alternativas para el respectivo examen, donde el control químico no sea la única opción viable de
verificación.
2
La elección de los productos fitosanitarios es de suma importancia en el proceso
productivo, ya que este concepto involucra varios aspectos, a saber: justificación
de la aplicación, mediante la verificación de la presencia de síntomas o signos

Implementación de Buenas Prácticas Agrícolas en sistemas de producción de tomate bajo cubierta


de las plagas o enfermedades; categoría toxicológica del producto, ya que se
debe fomentar el uso de plaguicidas registrados oficialmente y de baja toxicidad
(categorías III y IV); dosificación mínima eficiente para el control; rotación de
producto para evitar resistencia de las plagas y enfermedades a los agroquímicos,
y competencia y conocimiento en la materia de quien recomienda el producto
(técnico debidamente calificado).

Antes de aplicar cualquier plaguicida, se deben conocer las características y modo


de acción del producto que se va a utilizar; cada aplicación estará acompañada
por instrucciones claras, detallando la labor, dosificación y técnica de aplicación
requerida.

Los trabajadores deben recibir entrenamiento en el manejo de equipos y la aplicación


de pesticidas, de igual forma, usar ropa de protección adecuada para disminuir
los riesgos de salud y seguridad (figura 3). Es vital asegurarse de que antes de
realizar una aplicación, conozcan el producto que van a utilizar; no se deben hacer
autoformulaciones. Cada aplicación está acompañada por instrucciones claras o
símbolos donde se detalla la labor y la dosificación química y técnica requerida. El
equipo de aplicación se debe mantener en buena condición realizando calibraciones
y mantenimientos periódicos.

Figura 3. Ropa de protección para la aplicación de pesticidas


2
Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en la producción de tomate bajo condiciones protegidas

La disposición de residuos sobrantes de productos fitosanitarios debe hacerse de acuerdo con los
procedimientos reglamentados. El almacenamiento de plaguicidas deberá ser en un sitio diferente a la
casa de acuerdo a las regulaciones locales, en ubicación apropiada, ventilada, segura, iluminada, lejos
de otros materiales y resistente al fuego. En lo posible, evitar derrames, y en caso de ocurrir realizar las
labores adecuadas para contrarrestarlos. Se debe contar con los elementos necesarios para la medición
y mezcla de agroquímicos y los medios para manejar intoxicaciones; además, tener a mano los teléfonos
de hospitales, policía y dirección local de salud para solución de emergencias. Los envases vacíos de
agroquímicos deben disponerse de acuerdo con la legislación nacional para evitar la exposición de las
personas y la reutilización de los mismos.

Se deben llevar registros de todas las labores realizadas en el proceso productivo, incluyendo poscosecha
y comercialización, de tal manera que se pueda trazar el producto.

Se deben tener en cuenta los plazos de seguridad a fin de evitar riesgos de contaminación. Las personas
responsables de dirigir la aplicación deben de tener en cuenta los periodos de carencia entre la última
aplicación y la cosecha, con el fin de minimizar riesgos de contaminación de los productos.

Las aplicaciones de productos fitosanitarios deben realizarse siguiendo las recomendaciones del
fabricante y con la asesoría de un profesional competente, teniendo especial cuidado de tener los equipos
de aplicación calibrados y en buen estado, utensilios de medición o dosificación precisa del producto y
aplicarlo en las horas de mayor efectividad. Se recomienda un instructivo o procedimiento para que sea
conocido y aplicado por la persona encargada de la labor.

No se deben dejar sobrantes del producto utilizado en el equipo ni en los envases. En caso de dejar
sobrantes, utilícelos para preparar una nueva aplicación.

Los pesticidas se deben almacenar en un sitio diferente a la casa de acuerdo a las regulaciones locales, en
ubicación adecuada, ventilada, segura, iluminada, lejos de otros materiales y resistente al fuego.

Hay que almacenar los pesticidas de manera que se eviten derrames y, en caso de ocurrir, realizar las
labores adecuadas para ese fin.

Se debe disponer de elementos necesarios para la medición y mezcla de agroquímicos y de medios


adecuados para manejar intoxicaciones y tener disponible un listado de teléfonos de los hospitales, policía
y dirección local de salud en el caso de una emergencia.

Los envases vacíos de agroquímicos deben ser perforados para evitar su reutilización y ser lavados por lo
menos tres veces con anterioridad.

Mantener registros de inventario de los agroquímicos que está empleando para la protección de cultivos.

Recolección y manejo poscosecha

Hay que tener en cuenta el punto óptimo de cosecha de acuerdo con las exigencias del mercado. Se debe
organizar un sistema conveniente de manipulación, clasificación, empaque y transporte, y almacenar lo
empacado en la parcela, campo o centro de acopio, de forma que se evite la contaminación por roedores,
plagas, pájaros o peligros físicos o químicos y se mantenga la vida útil adecuada. Es importante efectuar
un análisis de los riesgos de higiene del sitio de manejo poscosecha, que será usado para establecer
protocolos de higiene tanto para el personal como para los equipos. Los equipos deben ser lavados y
desinfectados para asegurar que estén libres de material contaminante.
0
Los trabajadores deben tener acceso a unidades sanitarias adecuadas para el
manejo de excretas y lavado de manos cerca a su sitio de trabajo (figura 4). Es de
vital importancia capacitar a los trabajadores en instrucciones básicas de higiene y

Implementación de Buenas Prácticas Agrícolas en sistemas de producción de tomate bajo cubierta


manipulación de alimentos frescos, y tomar precauciones como no fumar, comer
o laborar con problemas respiratorios o de salud. Los alimentos no se deben tocar
si se padece una enfermedad transmisible que inhabilite para manipular productos
destinados al consumo humano. Por último, se debe garantizar el adecuado
suministro de agua potable y evitar la contaminación por aguas residuales para las
labores de poscosecha.

Se debe ilustrar de manera gráfica todas las operaciones que se realizan durante el
manejo de la poscosecha del producto, mediante diagramas de flujos.

Figura 4. Unidad sanitaria para el lavado de manos

Manejo de residuos y contaminantes

Todo tipo de residuo debe ser identificado, clasificado y dispuesto de tal manera
que pueda ser reciclado o eliminado. Las instalaciones de la finca deben estar
libres de basura y desechos y tener sitios adecuados para la eliminación de los
mismos.

Los productos contaminantes como agroquímicos, aceites, combustibles y


efluentes de la casa, deben ser identificados y dispuestos adecuadamente para que
no causen contaminación al medio ambiente, a las personas o a los animales.

Se debe establecer un plan de manejo de los contaminantes tóxicos y determinar


el sitio de disposición. Los residuos orgánicos se pueden compostar en sitios o en
lugares acondicionados para su elaboración. En este sentido, se debe capacitar a
los productores sobre técnicas y estrategias de reciclaje de los residuos orgánicos
de la finca.
1
Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en la producción de tomate bajo condiciones protegidas

Salud, seguridad y bienestar

Hay que fomentar condiciones de trabajo seguras y saludables para los trabajadores, implementando
programas de capacitación sobre primeros auxilios, manejo del botiquín, normas de higiene, procedimientos
para accidentes y emergencias y entrenamiento para los que operan equipamiento complejo o peligroso.
En este sentido, se recomienda mantener un registro de entrenamiento para cada trabajador.

Los trabajadores deben estar equipados con ropa protectora apropiada de acuerdo con las instrucciones
de etiqueta sobre posibles riesgos de salud y seguridad. Aquellos que realizan aplicaciones de productos
fitosanitarias en la parcela deben recibir controles anuales de salud, los cuales estarán de acuerdo con las
pautas establecidas por los códigos de salud locales. Así mismo, conviene abrir espacios de participación
en jornadas de salud realizadas por el hospital y el municipio para los trabajadores y sus hijos, para conocer
su estado nutricional.

Se debe garantizar que la persona contratada esté vinculada a algún régimen de salud, y respetar las
edades para contratación de acuerdo con las disposiciones legales.

Es aconsejable fomentar en las familias de los trabajadores acciones encaminadas al reconocimiento de


los derechos y deberes de los niños, buen trato entre los miembros de la familia, buena manipulación y
preparación de los alimentos, que corresponda con unos hábitos alimentarios adecuados, mantenimiento
de una huerta casera que les permita mejorar la alimentación de la familia, y propiciar condiciones de
estudio para los menores de edad, junto con programas de complementación alimentaria, crecimiento y
desarrollo, control prenatal y sobre los beneficios de la lactancia materna (figura 5).

Figura 5. Botiquín para procedimientos de emergencia

Proceso de certificación BPA


El proceso de certificación se hace necesario para la exportación de productos agrícolas frescos o
procesados, ya que hay que demostrar ante el comprador mayorista o minorista y el consumidor final la
calidad e inocuidad de los productos agrícolas.
2
La calidad BPA está basada en normas o requerimientos técnicos que debe cumplir
el productor o grupo de productores y, en esencia, estas normas BPA corresponden
a las EUREPGAP Europea y las USAGAP Norteamericana.

Implementación de Buenas Prácticas Agrícolas en sistemas de producción de tomate bajo cubierta


Cumplir estas normas sólo es de interés para el productor o grupo de productores
que deseen exportar a países de la Comunidad Económica Europea o a los Estados
Unidos, y sólo si el importador se los exige específicamente.

La FAO ha impulsado la creación de sellos regionales que permiten diferenciar los


productos BPA y BPM de pequeños productores agrícolas para mercados locales,
y que no pueden acceder a los altos costos que supone asumir una certificación
BPA plena.

En Colombia existen entidades certificadoras independientes que avalan la


calidad BPA del producto, confrontada con los requerimientos de las normas ya
mencionadas.

Proceso de certificación BPA

PRODUCTOR AGRÍCOLA

NORMA BPA DE EXPORTACIÓN

IMPLEMENTACIÓN BPA PLENA

ORGANISMO CERTIFICADOR

CERTIFICACIÓN

EXPORTACIÓN

COMPRADOR

Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en la producción de tomate bajo condiciones protegidas

Importancia socioeconómica del tomate en Colombia


El tomate en Colombia está disperso por todo el país, pues se cultiva en 19 departamentos; sin embargo,
más del 80% de la producción está concentrada en los departamentos de Cundinamarca, Norte de
Santander, Huila, Valle, Santander, Tolima, Antioquia, Boyacá, Cesar, Nariño, Atlántico y Guajira. Para el
año 2005 se sembraron 14.435 hectáreas, lo cual representó el 15,98% del área hortícola del país, con un
volumen de producción de 363.928 toneladas.

Este sistema de producción es altamente generador de empleo. Se calcula que una hectárea requiere
alrededor de 160 jornales por ciclo de producción, lo cual representa alrededor de 2.309.440 jornales
utilizados en el país anualmente en este cultivo. El rendimiento promedio por hectárea a nivel nacional es
de 25 ton/ha y corresponde al rendimiento obtenido en condiciones de producción a campo abierto (figura
6); bajo estas condiciones se ha desarrollado en zonas con alturas entre los 0 y 2.100 m.s.n.m., o sea, en
regiones de climas cálidos a frío moderado. Sin embargo, las condiciones climáticas imperantes en estas
regiones, principalmente en las épocas de sequía o lluvia, afectan la productividad de los cultivos por los
cambios extremos de temperatura y humedad relativa, que favorecen el ataque de plagas y enfermedades,
ante lo cual el productor utiliza r más cantidad de plaguicidas y fertilizantes para lograr mayor productividad,
así, incrementa los costos de producción, disminuye la rentabilidad, y causa graves daños de contaminación
al medio ambiente, esto ha hecho que, entre los años 2000 y 2005, el área sembrada haya disminuido cerca
de 17,5%; por consiguiente, el productor se ha visto forzado a buscar nuevas alternativas tecnológicas para
el cultivo, como es la siembra bajo condiciones protegidas.

Figura 6. Producción de tomate a campo abierto

El sistema de producción de tomate bajo condiciones protegidas es relativamente nuevo en el país,


y ha generado un impacto importante en los últimos años, por su incremento en área, productividad,
rentabilidad y calidad del producto. El rendimiento promedio obtenido con este sistema es entre 5 y 6 kg/
planta, superando tres veces el que se obtiene a campo abierto, que está entre 1,5 y 2 kg/planta.

Este sistema de producción se caracteriza por la protección mediante estructuras levantadas generalmente
en guadua y cobertura de plástico, con el fin de evitar el impacto de la lluvia sobre el cultivo; sin embargo,
su manejo tecnológico es igual al que tradicionalmente se le da al cultivo de tomate a libre exposición
(figura 7).
4

También podría gustarte