8.-RAFA - La Tradicion Como Se Desarrollo

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LA TRADICIÓN – CÓMO SE DESARROLLÓ. Prólogo por Bill W.

1955
¿Cuál es la mejor forma de proteger nuestra unidad? Este es el objetivo del folleto. Todos los
escritos se publican en Grapevine.

Historia de los problemas y el desarrollo de los principios. El conocimiento de la historia nos evita
el tener que repetirla.

Los más antiguos a los nuevos, les rogamos que utilicen cuidadosamente la experiencia que
hemos logrado al tratar de trabajar y vivir juntos.

¿Qué me trae al grupo? ¿Con qué actitud permanezco en él? ¿Qué me lleva al servicio? ¿Con
qué actitud persevero en el mismo? ¿De qué elementos me voy a valer para tener mejores
posibilidades? La decisión de integrarnos a los tres legados.

La Unidad es vital para nosotros, porque sería muy poco el alivio que podríamos ofrecer a
aquellas miles de personas que han de unirse a nosotros.

La Unidad no puede preservarse a sí misma, tenemos que trabajar para mantenerla, la


necesitamos: Honestidad, humildad, mente abierta y sobre todo vigilancia.

Mientras los lazos que nos unan sean más poderosos que las fuerzas que de otra manera nos
dividirían, nuestra Unidad esencial será evidente.

Quisiéramos que cada A.A. adquiriese tanta prevención con respecto a las tendencias
perturbadoras que acechan contra nosotros en forma general, como tiene la misma conciencia de
aquellos defectos personales que amenazan su propia sobriedad y paz mental.

El futuro puede muy bien depender de cómo sentimos y actuamos ahora. Nuestro destino final
será el resultado de lo que hoy decidamos.

Nuestra estructura básica y los temas siempre inquietantes: liderazgo, dinero y autoridad.

Una Unidad tan poderosa que ni la debilidad de las personas, ni el esfuerzo y la lucha de estos
tiempos confusos puedan amenazar nuestra causa común.

Los ensayos sucesivos han producido una rica experiencia, primero como política general y luego
como tradición.

Tradiciones arraigadas en el corazón de cada A.A., por su íntima y profunda convicción y por la
solidaridad de sus compañeros.
Una guardia efectiva contra las peripecias del tiempo y las circunstancias.
NUESTRAS TRADICIONES VITALES 1. Unidad, bienestar común e individual.2. Autoridad,
liderazgo.3. Afiliación.4. Autonomía. 5. Objetivo primordial.6. Colaboración si, afiliación no.7.
Autosostenimiento.8. Profesionalismo.9. Organización.10. Polémicas Públicas, Atracción más que
promoción.11. Anonimato (medios de comunicación).12. Anonimato – base espiritual, los
principios antes que las personas.

¿QUIEN ES MIEMBRO DE ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS?


(1946 – TERCERA TRADICIÓN)
“El único requisito para pertenecer a esta agrupación, es un deseo honesto para dejar la bebida.
No estamos aliados con ninguna fe, secta o denominación particular, ni nos oponemos a nadie.
Solamente deseamos ayudar a aquellos que sufren.”

Así se expresó nuestro sentimiento en 1939, año de publicación del libro.

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El número de normas que se han dictado y la mayoría de las veces quebrantado, es innumerable.
El 90% de nuestros mejores y más antiguos miembros no hubieran sido aceptados.
La mayoría de los primeros miembros de A.A. hubieran sido expulsados: porque recaían
demasiado, porque su moral era muy baja, porque tenían dificultades tanto mentales como
alcohólicas, porque no provenían de las clases altas de la sociedad, nosotros los más antiguos
por no leer suficientemente el libro de A.A. Los chismosos chismorrean u “honradamente”
denuncian a los “lobos y caperucitas rojas” del grupo, etc.

Otros miembros rehúsan aceptar todos los doce pasos del programa de recuperación. Otra van
aún más lejos, alegando que “todo esto de Dios” es una tontería y completamente innecesario.

Nuestros alcohólicos más “dignos” juzgando a los “menos dignos” ¡imagínese, si puede, un
alcohólico juzgando a otro!

Nuestros padrinos de tolerancia, aquellos que los condenan son los fariseos, cuya falsa virtud
ocasiona en nuestro grupo el daño espiritual más profundo.

Es probable que él no de nada a entender, que con nadie esté de acuerdo, que no prometa nada.
Pero nosotros tampoco le pedimos nada. Si alguien persiste en venir borracho a la reunión, le
pedimos a algún miembro que se lo lleve, pero puede volver al día siguiente si está sobrio.

HOSPITALES Y ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS


(1947 – RELACIONADO CON LA SEXTA TRADICIÓN)
El costo de hospitalización es demasiado oneroso para el común de los alcohólicos. Esta urgente
necesidad lleva al establecimiento de fincas y lugares de desintoxicación operados por miembros
de A.A., individuales, bajo la correspondiente supervisión médica. Estas iniciativas han probado
ser más satisfactorias que los proyectos dirigidos enteramente a los grupos.
El buen éxito depende de la habilidad empresarial y la buena fe del miembro A.A. a su cargo; sin
que utilice el nombre de A.A., ni solicite fondos, como empresa directamente conectada a A.A. Al
estar siendo dirigida por un miembro de A.A., es común que inconscientemente nos
aprovechemos y le llevemos alcohólicos, con el único propósito de salir de ellos. Prometemos
pagarle, y no cumplimos.
Francamente el A.A. que logre manejar exitosamente uno de estos “emporios de borrachos”,
merece todas nuestras felicitaciones.

¿DEBEN SUBSISTIR LOS CLUBES EN A.A.?


(1947 – RELACIONADO CON LA SEXTA TRADICIÓN)
Todo miembro de A.A. que desee formar o participar en un club está en su derecho de hacerlo.
Funcionando independientemente de A.A. El club de la calle 24.

La necesidad de convivir y estar unidos. La secretaria a sueldo del club y las actividades de A.A.
¿Cómo se financian los clubes?

Son el antecedente de las oficinas intergrupales

PELIGRO DE UNIR LOS A.A. CON OTROS PROYECTOS


(1947 – RELACIONADO CON LA SEXTA Y OCTAVA TRADICIÓN)
Preguntas que todavía no tienen una respuesta definitiva.
¿Debemos entrar en las esferas ajenas de hospitalización, investigación y educación no polémica
acerca del alcoholismo?

Un miembro de AA, actuando estrictamente como individuo ¿tiene razón para aportar a tales
empresas, su experiencia y conocimientos especiales?

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Si un miembro de A.A. trabaja en estos aspectos del problema total del alcoholismo, ¿cuales
serian las condiciones apropiadas para su trabajo?

Las opiniones de los grupos se pueden clasificar en tres categorías:


1.-Las de “todo puede hacerse”. 2.- Las de “algo puede hacerse”. 3. Las de “no debemos hacer
nada”.

Ni los A.A. como un todo, ni los grupos A.A., deben emprender actividades diferentes al programa
de A.A. Como grupos, no podemos apoyar, financiar o aliarnos con ninguna empresa, aunque
sea buena. No podemos ligar el nombre de A.A. con otras iniciativas en el campo alcohólico.

Tengamos presente que también somos ciudadanos del mundo y que tenemos una deuda con la
sociedad y que no debemos privarla de la contribución inmensamente valiosa que podemos
aportar. Podemos atender el llamado de las actividades ajenas, recordando siempre, que ante
todo somos miembros de A.A. y solo podemos actuar individualmente.
A.A. no patrocina proyectos en otros campos, pero si estos proyectos son constructivos y de
carácter no polémico, los miembros de A.A. tienen la libertad de trabajar en ellos, sin que los
censuremos en forma individual, mientras esto se maneje cuidadosamente con nuestra sociedad.

DINERO (1946 – LO QUE INSPIRÓ LA FILOSOFÍA DE LA SÉPTIMA TRADICIÓN)


Es inútil suspirar por lo imposible. El dinero ha entrado a nuestro cuadro y estamos obligados a
utilizarlo adecuadamente.

Nuestros grupos y oficinas de servicios generales son necesarios para nosotros y debemos
financiarlos. Nos damos cuenta que son entidades espirituales y no organizaciones financieras.
Han sido fundadas para prestar un servicio y no pueden controlar o gobernar a los alcohólicos.

Para cada uno de nosotros, el ideal de A.A., sin importar que tanto hayamos logrado de él
personalmente, es algo lleno de belleza y perfección. Por eso el más leve indicio…

El trabajador merece su salario (Gerente, secretario, etc.)

No deben sentirse excluidos, ni el trabajador social, ni el psicólogo, ni el psiquiatra, aunque no se


mencione su conexión con A.A. públicamente, o en una forma que haga creer a la gente que A.A.
tiene una clase especial de terapeutas en su organización.

¿Podemos decirle a la sociedad, aun sabiendo que entre nosotros hay innumerables enfermeras,
médicos, trabajadores sociales o educadores en el campo del alcoholismo, que no podemos
hacernos cargo de tales tareas por temor a profesionalizar a los A.A.? Eso sería no solo forzado,
sino ridículo.

Hace años creíamos que A.A. debiera tener sus propios hospitales o fincas y casas de reposo.
Ahora estamos convencidos que no debemos tener nada por el estilo. En todas partes
cooperamos con los hospitales. Muchos nos conceden privilegios y arreglos especiales; algunos
nos consultan; otros emplean enfermeras o practicantes A.A., pero ninguno es conocido como
hospital de A.A.

Hace algunos años necesitamos un poco de ayuda ajena y la recibimos. Así fue posible la
Fundación Alcohólica, el libro de A.A., y nuestra oficina general. En aquellos días éramos muy
pocos y muy insolventes (nuestra gratitud eterna).

Los tiempos han cambiado. Nada puede traernos o crearnos mejor fama, que el hacer realidad
que cada grupo de A.A. se sostiene completamente a sí mismo.

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Cuando un amigo no alcohólico viene a una reunión y deposita un billete en el sombrero, o
cuando nos envían una suma insignificante de algún pariente agradecido, como muestra de
afecto por la recuperación de sus allegados, tal vez sería de mal gusto rehusar este regalo.
Las contribuciones cuantiosas, aquellas que pueden acarrearnos obligaciones futuras y darnos
motivos de vacilación, como pueden ser la participación en testamentos o por gratitud de familia
agradecida, o de fuentes mojadas o secas, ¿no estarían comprando un boleto para un destino
feliz como es la sobriedad?

Filmación/dinero. A.A. no tiene nada que vender. Queremos estar muy lejos de aquella vía
dorada, ilusoria pero muy traicionera llamada materialismo. Las luchas por el dinero y la
propiedad, han hecho naufragar muchas veces a sociedades mucho mejores que las que
formamos unos temperamentales alcohólicos.

La prueba suprema para A.A.: el ordenamiento de su éxito y prosperidad, será el mayor escollo.
Si lo podemos evitar, las oleadas del tiempo y las circunstancias nos golpearán en vano. Nuestro
destino estará totalmente asegurado.

LA POSICIÓN DE A.A. EN EL CAMPO DEL ALCOHOLISMO


(LA POLÍTICA DE A.A. CON EL PÚBLICO).
A.A. es una agrupación de hombres y mujeres… El programa consiste en 12 pasos sugeridos…
Aun cuando centenares de miles se han recuperado, sus miembros reconocen que no siempre es
efectivo para todos los alcohólicos, y que algunos de ellos pueden necesitar consejo o tratamiento
profesional.

No se ocupa de la investigación en el campo del alcoholismo, ni de tratamiento médico o


psiquiátrico. No se adhiere a ninguna causa, aunque los miembros de A.A. participen como
individuos en otras actividades.

Cooperación sí, afiliación no. Autosostenimiento, declinando. Anonimato personal a nivel…

¿LLEGARÁ A.A. A TENER UN GOBIERNO PERSONAL?


(1947 – NOVENA TRADICIÓN)
“Los A.A. como tales, nunca deben organizarse, pero pueden crear juntas de servicios o comités
directamente responsables ante aquellos a quienes sirven”.

La ingobernabilidad. Ningún otro ser humano pudo gobernar la obsesión del alcohólico por la
bebida. En innumerables ocasiones las familias, los amigos, los patrones, los médicos, los
clérigos y hasta los jueces han tratado. Casi sin excepción, el fracaso ha sido completo. Sin
embargo, los alcohólicos si pueden ser orientados e inspirados.
Entrando a A.A., podemos y gustosamente lo hacemos, rendirnos a la voluntad de Dios. La única
autoridad reconocida por A.A. es un principio espiritual.
Nunca una autoridad personal.

Nuestro irrazonable individualismo fue, la razón primordial de nuestro fracaso y nuestro


alcoholismo. Aunque ahora estamos sobrios, nos quedan tremendas secuelas de aquellos
rasgos de carácter que nos hacían resistir a cualquier autoridad. De allí la ausencia de gobierno
personal en A.A.: no hay cuotas, no
hay contribuciones, no hay normas ni reglamentos. No pedimos a los A.A. que obren en
conformidad con los principios de A.A. Nadie puede ejercer autoridad sobre los demás, la
aversión a la obediencia nos garantiza la libertad de cualquier tipo de dominación personal.

De la misma forma que nos amoldamos a los doce pasos como individuos, de la misma forma el
grupo sigue las tradiciones, prefiriendo la vida a la muerte.

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Nuestros líderes y comités, a lo más que pueden aspirar es a servirle a los demás. Esto incluye a
nuestras oficinas de servicios generales, nuestros custodios y nuestra revista.

Mientras podamos evitar la acumulación de riqueza o de algún gobierno personal en nuestras


entidades de servicio, iremos por buen camino. Nosotros los A.A. sabemos que esas cosas no
son para nosotros. Lo que es alimento para unos, puede ser trágico veneno para otros.

Recordemos siempre la poca importancia que tienen el dinero y la autoridad, comparados con la
gran importancia de nuestra hermandad, el amor y el servicio.

ANONIMATO (1946)
“Anónimo” tiene para nosotros un inmenso significado espiritual. Nos recuerda sutil pero
poderosamente, colocar los principios antes que las personalidades; que nuestra agrupación no
solo predica sino que realmente practica una humildad verdadera, teniendo un profundo efecto
sobre nosotros y sobre los millones de amigos que tenemos en el mundo exterior. Se ha
constituido en la piedra angular de nuestras Relaciones Públicas.

Los primeros 4 años; sin nombre, sin estructura, con nuestros principios esenciales de
recuperación todavía bajo debate y ensayo, siguiendo lo que suponíamos era la ruta hacia
nuestra libertad. Cuando tuvimos algo de certeza, decidimos escribir un libro. El nombre de
nuestro libro. Bautizamos a nuestra agrupación obteniendo una tradición de la mayor importancia
espiritual.

Tres referencias al principio del anonimato en nuestro libro:


Por ser hombres profesionales y de negocios…
Encarecidamente recomendamos a nuestros miembros…
Solicitamos también encarecidamente a los señores de la prensa…

Desde la publicación del libro, se han formado cientos de grupos. Las dudas y preguntas que se
hacen: ¿Qué tan anónimos? ¿Para qué sirve el…? ¿Cuál es el significado? y ¿hasta dónde
debemos llevarlo?
De forma individual: el miembro extremadamente sensible, alguno viene a nosotros con nombre
supuesto, otros nos hacen jurar que guardaremos su secreto temiendo que se puedan arruinar
sus negocios o su posición social. Por el contrario, el miembro declara que el anonimato es algo
infantil y ridículo, etc.

En medio de estos extremos hay incontables matices: algunos grupos se conducen como
sociedades secretas, sin participar a nadie de sus actividades, ni siquiera los amigos son bien
recibidos, les cierran la puerta a clérigos, médicos, reporteros, periodistas, o aun a sus mismas
esposas. Otros grupos, por el contrario, se identifican con su nombre completo, sin permitir que
se imprima el mismo.

La mayoría de nosotros cree en el anonimato, aun cuando la práctica del principio varía
enormemente. En el futuro, la seguridad y efectividad de A.A. puede depender de su
preservación.

El estigma ya no nos asusta. Pocos de nosotros somos realmente anónimos, a nivel de nuestra
vida diaria. Frecuentemente hablamos en reuniones semipúblicas, usando nuestros verdaderos
nombres, rogándoles encarecidamente a los reporteros no revelar nuestra identidad. Nuestros
amigos y allegados deben saber acerca de A.A. y lo que ha hecho por nosotros.

El anonimato anima a los alcohólicos y sus familias a acudir a nosotros en busca de ayuda,
sabiendo que su problema será manejado confidencialmente.

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Como protección a nuestra causa, si nuestros fundadores o líderes adquirieran demasiada
notoriedad, podrían emborracharse y ocasionar un gran perjuicio a nuestra agrupación.

Se convence a los reporteros y se les convierte en nuestros amigos, siendo sus reportajes
entusiastas y plenos de convicción.

Se incrementa la buena opinión que tiene la sociedad de nosotros, no solamente porque le


impresione la cantidad de gente recuperada, sino porque se interesa en nuestra forma de vivir, al
sentir que se está generando un gran poder espiritual dentro de sí.

El anonimato ha hecho todas estas cosas por nosotros. Lógicamente, debemos continuar como
política general. En un sentido espiritual, el anonimato asciende a la renunciación del prestigio
como un instrumento de política general.

La aplicación al recién llegado, en la forma y medida que el mismo indique… Hay muchos
miembros a quienes no les preocupa que se conozca su afiliación y en cambio hay otros, muy
susceptibles a ello. Nuestro deber es guardar su secreto hasta cuando lo quieran revelar.

El grupo, en forma similar al individuo, debe llevar cautelosamente su vida, mientras adquiera
fuerza y experiencia, evitando permanecer año tras año esquivando la publicidad y toda clase de
reuniones, salvo las cerradas, olvidando la obligación que se tiene de transmitir el mensaje a
otros alcohólicos.

Resumiendo: el límite hasta el cual pueda llegar cada individuo o grupo al romper su anonimato,
se deja exclusivamente al individuo o grupo con la excepción de preservarlo ante los medios de
comunicación: la prensa, la radio, la televisión, el cine, etc.

No sentar precedentes que puedan ser destructivos de un principio tan valioso. Modestia y
humildad para obtener una recuperación permanente. El anonimato nos garantiza estas mismas
cualidades como agrupación.

Nuestra política de relaciones públicas debe basarse siempre en el principio de atracción y nunca
de promoción.

¿PORQUÉ A.A. ES ANÓNIMO? (1955)


Impulsados por el alcohol y la propia justificación, hemos perseguido los fantasmas del dinero y la
importancia personal, hasta los límites de la señal de desastre final. En A.A. hemos encontrado
un camino hacia la salud y la serenidad; el precio, es el sacrificio propio.
Anonimato: la mejor protección que puede tener nuestra sociedad. La sustancia espiritual del
anonimato es el sacrificio. Al principio, sacrificamos el alcohol. Para poder hacerlo, sacrificamos
la vanidad y la pomposa mentalidad, la justificación propia, la autocompasión, la ira, la
competencia por el prestigio personal y los enormes saldos bancarios. Asumir la responsabilidad
por nuestro lamentable estado y dejar de culpar a otros, para obtener la humildad y el respeto
propios, suficientes siquiera para permanecer vivos, tuvimos que desechar nuestras ambiciones y
nuestro ilegítimo orgullo.
El sacrificio tendría que ir más lejos. El trabajo del duodécimo paso con todo lo que significa.
Empezamos a conocer la clase de entrega que no espera recompensa.
Cuando el primer grupo de A.A. tomó forma, aprendimos que cada uno de nosotros tenía que
hacer sacrificios por el bienestar común. Lo mismo el grupo, de esta forma se inició el proceso de
lo que serían nuestras tradiciones.

Así como el sacrificio significa la supervivencia del individuo, así también significa la unidad y
supervivencia del grupo y de la agrupación entera de A.A. De esta manera, las Doce Tradiciones,

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no son más que una lista de sacrificio, que debemos hacer individual y colectivamente, para
existir y continuar creciendo.

¿Por qué es nuestro más alto símbolo de sacrificio personal, la clave espiritual de todas nuestras
tradiciones y de nuestra manera de vivir? El siguiente fragmento de la historia de A.A. nos da la
respuesta:
“Un famoso beisbolista obtuvo su sobriedad, su fotografía y su nombre completo. Apareció como
miembro de A.A. Muy pronto Bill estaba como el beisbolista, en las primeras páginas de los
periódicos. Durante dos o tres años, el quebrantador del anonimato No. 1. Empezaron las
murmuraciones de los A.A. (Este Bill se está…) (Al Dr. Bob…) Bill: el anonimato está bien para
los A.A.’s corrientes, los cofundadores tenían que ser la excepción.

Otros A.A. también tomaron la iniciativa, pronto borrarían el estigma sobre el alcoholismo, más y
más miembros rompieron su anonimato, siempre por el bien de A.A., así nos fuimos precipitando
hacia el callejón sin salida.

Una compañera pensó en dedicarse a la educación alcohólica. Un Departamento de una gran


universidad, interesado en el alcoholismo, le pidió que hablara al público en general y, siendo
excelente oradora y escritora, y aprovechando el enorme prestigio de nuestra agrupación y el de
su propia habilidad, los resultados fueron inmediatos y su retrato y nombres completos
aparecieron en casi todos los periódicos de EUA, acompañados de excelentes crónicas de su
proyecto educativo y de A.A.

Otro miembro comenzó a publicar una revista dedicada por entero a la cruzada por la prohibición
del alcohol. Siendo también un “educador”, rompió su anonimato y utilizó el nombre de A.A. para
atacar al alcohol, a quienes lo fabricaban y a quienes lo consumían.

Siguió una propuesta de una asociación de comerciantes de licores. Un miembro de A.A. debería
tomar a cargo una tarea de “educación”, rompiendo su anonimato y creando en el público la
impresión definida de que A.A. favorecía la “educación” al estilo propuesto por los comerciantes
en licores.

Las implicaciones eran terribles: aniquilándose cualquier causa y luego rompiendo su anonimato,
le era posible a cualquier miembro de A.A. comprometernos con cualquier empresa o
controversia, buena o mala. Siendo cada vez mayor el prestigio de A.A., mayor iba a ser la
tentación de usarlo.

Como prueba de esto, otro miembro empezó a meternos en el negocio de la publicidad. Una
compañía de seguros de vida le pidió preparar una serie de doce “conferencias” acerca de A.A.
en una cadena de radio. Estas conferencias estaban compuestas por un 50% de A.A. y el otro
50% de las opiniones religiosas de nuestro amigo. Ocasionaría el prejuicio religioso contra A.A. y
objetamos el programa. Nos hizo reflexionar: rompiendo su anonimato y usando el nombre de
A.A. para sus propios fines, se haría cargo de nuestras relaciones públicas, nos comprometería
en polémicas religiosa y nos metería en el mundo publicitario.
Otros miembros de A.A. empezaron a meternos en política, indicando a los comités legislativos de
EUA, lo que A.A. deseaba en materia de recuperación, dinero y legislación (públicamente, por
supuesto).
Otros empezaron a servir como jurados en cortes de justicia y audiencias públicas, aconsejando
cuáles borrachos deberían ir a A.A. y cuáles a la cárcel.

Anonimato/Dinero: la mayoría de los A.A. pensamos que se debía suspender la solicitud pública
de dinero para los fines de A.A., pero la empresa educativa de la compañía patrocinada por la
universidad, había crecido, teniendo la necesidad de dinero empezó a pedir públicamente las
contribuciones, identificándose como miembro de A.A.

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Esto trajo toda clase de solicitudes públicas de miembros de A.A.: fincas de reposo, programas
del duodécimo paso, casas de alojamiento, clubes, etc. todo esto con rupturas de anonimato.

En política partidista: el presentarse como candidato para un puesto público, siendo A.A., por
consiguiente una persona de sobriedad comprobada.

Una dama miembro de A.A. entabló una demanda por calumnia. Ella y su abogado pensaron que
el público en general, así como A.A., tendría un motivo de ira al conocer los hechos. Varios
periodistas publicaron que A.A. los estaba apoyando, un locutor dijo lo mismo ante una audiencia
estimada en doce millones de personas. A.A. había sido utilizada con propósitos personales y a
escala nacional.

Los más grandes racionalistas del mundo podemos, al romper nuestro anonimato, regresar a
nuestra búsqueda de poder, prestigio personal, honores públicos y dinero. Un número suficiente
de espectaculares pérdidas del anonimato nos arrastrarían hacia el ruinoso punto final.

Por todo esto vemos el anonimato al nivel del público en general, como nuestra mayor protección
ante nosotros mismos, guardián de todas nuestras tradiciones y el mayor símbolo de auto
sacrificio que conocemos.

Otro motivo poderoso: las repetidas rupturas de anonimato pueden deteriorar las magníficas
relaciones de que ahora gozamos con la prensa y con el público, no es necesario que el miembro
de A.A. sea anónimo para su familia, amigos o vecinos, ni tampoco al hablar en el grupo, o
reuniones públicas de A.A. siempre que las informaciones periodísticas revelen únicamente el
nombre de pila. Pero ante los medios de comunicación masiva, se requiere de un 100% de
anonimato, es tan vital para la vida de A.A., como la sobriedad es para la vida de cada miembro
en particular.
Al escuchar la voz de la experiencia y seguir los consejos de sabios amigos, me sacaron de la
senda peligrosa por la que estaba conduciendo a A.A. Aprendí que lo temporal y aparentemente
bueno es a menudo el mortal enemigo de lo permanente y mejor. Cuando se trata de la
supervivencia de A.A., solo sirve que demos sin reticencias, lo mejor de nosotros.
Poco antes de morir el Dr. Bob…

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