Via Crucis MSB

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SANTO VIA CRUCIS

Misión San Benito


Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.

Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos quien
sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas
las cosas, me pesa de todo corazón de haberos
ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Ayudado de
vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca
más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que
me fuere impuesta. Amén
I ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte
Lectura del Evangelio según san Marcos 15,12-13.15

Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó: «¿Qué hago


con el que llamáis rey de los judíos?» Ellos gritaron de nuevo:
«Crucifícalo». Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les
soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para
que lo crucificaran.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.
Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por
los mismos que le habían aclamado poco antes. Y El calla…

Nosotros huimos de ser reprochados. Y saltamos


inmediatamente…
Dame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando
alguien me haga sufrir. Yo lo merezco. ¡Ayúdame!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
II ESTACIÓN
Jesús carga con la Cruz
Lectura del Evangelio según San Marcos 15,20

Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa.


Y lo sacaron para crucificarlo

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas


cruces de cada día, de mis achaques, de mis dolencias, de mi
soledad.
Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y
en apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada día.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un ave María y Gloria
III ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez
Lectura del profeta Isaías 53,5

Pero Él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por


nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre Él, sus
cicatrices nos curaron

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en


mis caídas diarias, cuando después de haberme propuesto ser
fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos.
¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
IV ESTACIÓN
Jesús encuentra a su Madre
Lectura del Evangelio según san Lucas 2,34-35.51b

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Éste ha sido


puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será
como un signo de contradicción, y a ti misma una espada te
traspasará el alma, para que se pongan de manifiesto los
pensamientos de muchos corazones». Su madre conservaba
todo esto en su corazón

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los


momentos de mi vida. Con ella, apoyándome en su cariño
maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día de mi
existencia.
¡Ayúdame Madre!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
V estación
El Cirineo ayuda a Jesús
Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 26

Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de


Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la
llevase detrás de Jesús.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido


al mundo para algo concreto, para realizarnos de una manera
particular. ¿Cuál es la mía y cómo la llevo a cabo?
Pero hay algo, Señor, que es misión mía y de todos: la de ser
Cirineo de los demás, la de ayudar a todos.
¿Cómo llevo adelante la realización de mi misión

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
VI ESTACIÓN
La Verónica limpia el rostro de Jesús
Lectura del libro de los Salmos 27,8-9

Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré,


Señor. No me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu
siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches, no me
abandones, Dios de mi salvación

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te


abandonan. Yo, Señor, te abandono cuando me dejo llevar por el
“qué dirán”, del respeto humano, cuando no me atrevo a
defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una
broma que ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti. Y en
tantas otras ocasiones.

Ayúdame a no dejarme llevar por el respeto humano, por el “qué


dirán”.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
VII ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez
Lectura del libro de los Salmos 22, 8.12

Al verme se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza.


Pero tú, Señor, no te quedes lejos, que el peligro está cerca y
nadie me socorre

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Caes, Señor, por segunda vez. El Vía Crucis nos señala tres caídas
en tu caminar hacia el Calvario. Tal vez fueran más.
Caes delante de todos… ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el
quedar mal ante los demás, por un error, por una equivocación?.
¿Cuándo aprenderé que también eso se puede convertir en
ofrenda?

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
VIII ESTACIÓN
Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 27-28

Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se


golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió
hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí,
llorad por vosotras y por vuestros hijos

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas.


Al menos, de mis pesares, de mis preocupaciones. Tal vez hay en
ellos un fondo de orgullo, de amor propio mal entendido, de
egoísmo, de envidia.
Debería llorar por mi falta de correspondencia a tus
innumerables beneficios de cada día, que me manifiestan, Señor,
cuánto me quieres.
Dame profunda gratitud y correspondencia a tu misericordia.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
IX ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez
Lectura del la segunda carta del apóstol San Pablo a los
Corintios 5, 14-15

Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió


por todos, todos murieron. Y Cristo murió por todos, para que
los que viven, ya no vivan para sí, sino para el que murió y
resucitó por ellos.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de


fuerzas. Caes desfallecido, Señor.
Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me
siento incapaz.
Dame, Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi
desfallecimiento sea beneficioso para otros, porque te lo doy a Ti
para ellos.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
X ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras
Lectura del libro de los Salmos 22, 19

Se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus


heridas.
A infinita distancia de tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo
se arrancaba dolorosamente de mí por la pérdida de mis seres
queridos. Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones
que me desgarraron, uniéndome a tu pasión y esforzándome en
consolar a los que sufren, huyendo de mi propio egoísmo.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
XI ESTACION
Jesús es clavado en la Cruz
Lectura del Evangelio según San Juan 19, 16ª.19

Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Y Pilato escribió


un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito:
«Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos»

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así


pueda ayudar a mis hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no
consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecértelas también por
ellos.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria.
XII ESTACIÓN
Jesús muere en la Cruz
Lectura del Evangelio según San Lucas 23,46

Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos


encomiendo mi espíritu». Y, dicho esto, expiró.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y


beso tus llagas, las heridas de los clavos, la lanzada del costado…
¡Gracias, Señor, gracias!
Has muerto por salvarme, por salvarnos. Dame responder a tu
amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación,
ayudado de tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la
salvación de mis hermanos.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
XIII ESTACIÓN
Jesús es bajado de la Cruz
Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 54-55

El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el


terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados: «Realmente
éste era Hijo de Dios». Había allí muchas mujeres que miraban
desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea
para atenderle.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos


momentos de tu dolor incomparable. Déjame estar a tu lado.
Más te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te
compadezcas de mí.
¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria
XIV ESTACIÓN
Jesús es puesto en el Sepulcro
Lectura del Evangelio según San Juan 19,39-40.

Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y


trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron
el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los
aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos.

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz


redimiste al mundo.

Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la


Resurrección. Enséñame a ver lo transitorio y pasajero, a la luz
de lo que perdura. Y que esa luz ilumine todos mis actos. Así sea.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.


Se reza a continuación un Padrenuestro, un Ave María y Gloria

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