Kantor, J. R., Varela, J., & Campo, J. (2023) - Lingüística Psicológica

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Lingüística Psicológica

J. R. Kantor
INTERCONDUCTUAL.COM

Lingüística Psicológica
J. R. Kantor
Título original:
Psychological Linguistics
(Kantor, 1977).
Chicago: Principia Press
ISBN 0911188-53-3

Lingüística Psicológica
1ª Edición

Traducción y maquetación: Julio Varela y Jorge Campo


Editado por Interbehavioral.com

Lingüística Psicológica © 2023 by J. R. Kantor is licensed under CC BY-


NC-ND 4.0. To view a copy of this license, visit
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
IN MEMORIAM
Edward Sapir
1884-1939

ACADÉMICO EMINENTE
HOMBRE NOBLE
Contenido

Prefacio
Sección Uno
Problemas destacados de la lingüística psicológica
Capítulo I
La complejidad de la lingüística
EL AISLAMIENTO DE LOS ACONTECIMIENTOS DEL LENGUAJE PSICOLÓGICO
CRITERIOS PARA AISLAR DATOS DE LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA
ESQUEMA PARA DIFERENCIAR COSAS Y EVENTOS LINGÜÍSTICOS
A. CAMPOS DE AJUSTE
B. COSAS EN CONTEXTO
IDENTIFICACIÓN TENTATIVA DE COSAS Y EVENTOS LINGÜÍSTICOS
I. LENGUAJE PSICOLÓGICO AUTÉNTICO
(a) Lenguaje referencial
(b) Lenguaje sustitutivo
(c) Lenguaje gestual
II. LENGUAJE PARAPSICOLÓGICO
(a) Fórmulas verbales
(b) Derivados del habla
(c) Estímulos potenciales para el lenguaje
III. LENGUAJE NO PSICOLÓGICO O LENGUAJE DE COSAS
(a) Signos y señales
(b) Materiales textuales
(c) Inscripciones
(d) Sistemas lingüísticos
(e) Habla estándar
(f) Constructos o descripciones del habla
PROBLEMAS SEMÁNTICOS EN EL ESTUDIO DE IDIOMAS
Capítulo dos
El análisis de la complejidad lingüística: La comparación de sus componentes
ESPECIALIZACIÓN EN LINGÜÍSTICA
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LINGÜÍSTICA GENERAL
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LENGUAJE FISIOLÓGICO
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LENGUAJE SOCIOLÓGICO
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LENGUAJE ANTROPOLÓGICO
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LEXICOLOGÍA
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y FONÉTICA
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y GRAMÁTICA
PSICOLOGÍA CIENTÍFICA Y GRAMÁTICA
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y SEMIÓTICA
SIGNOS Y COMPORTAMIENTO
SÍMBOLOS COMO COSAS O ACCIONES
ACTOS COMO SÍMBOLOS
SIMBOLOGÍA TRIÁDICA
EL HABLA COMO ADAPTACIONES
SIMBOLISMO MONITORIAL
EQUIVALENCIA DE FACTORES LINGÜÍSTICOS
Capítulo III
Los fundamentos psicológicos del lenguaje
POSTULACIÓN PSICOLÓGICA
MENTALISMO
CONDUCTISMO
PSICOLOGÍA INTERCONDUCTUAL
RESPUESTAS Y FUNCIONES DE RESPUESTA
FUNCIONES DE ESTÍMULO
ORIGEN EVOLUTIVO DE LAS RESPUESTAS
ORIGEN EVOLUTIVO DE LOS ESTÍMULOS
INFLUENCIA DE LOS CONTEXTOS SOBRE LA INTERCONDUCTA
EL ORGANISMO PSICOLÓGICO Y LA HISTORIA INTERCONDUCTUAL
LA HISTORIA INTERCONDUCTUAL SIGUE LA EVOLUCIÓN BIOLÓGICA
FACTORES CULTURALES EN EL DESARROLLO PSICOLÓGICO
EL LENGUAJE COMO EVENTOS INTERCONDUCTUALES
Capítulo IV
El análisis de los campos lingüísticos
LA UNIDAD BÁSICA DE LA CIENCIA PSICOLÓGICA
EL SEGMENTO DE INTERCONDUCTA
SEGMENTOS INTERCONDUCTUALES Y SITUACIONES INTERCONDUCTUALES
OBJETOS, OBJETOS DE ESTÍMULO Y FUNCIONES DE ESTÍMULO
ACTOS, RESPUESTAS Y FUNCIONES DE RESPUESTA
MEDIOS INTERCONDUCTUALES
SITUACIONES INTERCONDUCTUALES
SISTEMAS DE REACCIÓN
Capítulo V
Evolución de la lingüística psicológica
ORÍGENES DE LA LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y PSICOLOGÍA POPULAR
PSICOLOGÍA Y LENGUAJE HERBARTIANO
EL CAMBIO A LA PSICOLOGÍA VOLUNTARISTA
CONDUCTISTAS SOCIALES
FUNCIONALISMO SOCIAL
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO
LA PSICOLOGÍA LINGÜÍSTICA HOY
LINGÜÍSTICA CONDUCTISTA
LINGÜÍSTICA INTERCONDUCTUAL
Sección 2
La psicología del lenguaje
Capítulo VI
Lenguaje referencial
COMPORTAMIENTO REFERENCIAL Y SIMBÓLICO
LA HIPÓTESIS BIESTIMULACIONAL
LA LINGÜÍSTICA COMO CIENCIA NATURAL
LENGUAJE MEDIACIONAL Y NARRACIONAL
LENGUAJE PRECEDENTE
LENGUAJE ACOMPAÑANTE
LENGUAJE CONSECUENTE
LENGUAJE SUSTITUTO
LENGUAJE DE REFERIDOR Y REFERIDO
LENGUAJE EXPRESIVO Y COMUNICATIVO
VARIEDADES DE SITUACIONES LINGÜÍSTICAS
Capítulo VII
Lenguaje no referencial: Interconducta simbólica
LENGUAJE REFERENCIAL VS. NO REFERENCIAL
INTERCONDUCTA SIMBÓLICA SIMPLE Y COMPLEJA
SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO SIMBÓLICO SIMPLE
SEGMENTOS COMPLEJOS DE COMPORTAMIENTO SIMBÓLICO
COMPORTAMIENTO SIMBÓLICO Y REFERENCIAL COMPARADO
TRES FUENTES DE COMPORTAMIENTO SIMBÓLICO
MANIPULACIÓN DE OBJETOS
FIJACIÓN DEL COMPORTAMIENTO VOCAL
FIJACIÓN DE RESPUESTAS REFERENCIALES
POR QUÉ SE CONFUNDE EL LENGUAJE SIMBÓLICO Y REFERENCIAL
TRES FORMAS DE ORGANIZAR LAS CONEXIONES SIMBÓLICAS
RANGO DE OBJETOS DE ESTÍMULO SIGNIFICATIVOS
TIPOS DE PAREJAS SIMBÓLICAS
SÍMBOLOS EXISTENTES-EXISTENTES
SÍMBOLOS EXISTENTES-INEXISTENTES
SÍMBOLOS REPRESENTANTES-EXISTENTES
SÍMBOLOS REPRESENTANTES INEXISTENTES
SÍMBOLOS SIGNOS SIGNIFICATIVOS
INDICADOR-DENOTANTE
RANGOS DE COMPORTAMIENTO Y RELACIONES
SIMBOLISMO NOÉTICO Y OPERACIONAL
SIMBOLISMO NOÉTICO
SIMBOLISMO OPERACIONAL
COMPORTAMIENTO REFERENCIAL Y SIMBÓLICO EN LA MISMA SITUACIÓN
EL SIMBOLISMO SE VUELVE REFERENCIAL Y VICEVERSA
Capítulo VIII
Lenguaje no referencial: Vocal y Gráfico
ESPECIFICIDADES DE LA INTERCONDUCTA LINGÜÍSTICA
COMPORTAMIENTO DE NOMBRAR
CONTAR
GRABAR COMPORTAMIENTO
COMPORTAMIENTO DE ESCRIBIR Y DE INSCRIBIR
COMPORTAMIENTO ECOLÁLICO
CANTAR
LEER
LECTURA NO REFERENCIAL
LECTURA REFERENCIAL
Capítulo IX
Eventos y situaciones lingüísticas
SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO COMO HERRAMIENTAS DE INVESTIGACIÓN
VALOR ANALÍTICO DE LOS SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO
(1) CARACTERÍSTICAS DE LAS SITUACIONES LINGÜÍSTICAS
(a) Situación del signo
(b) Situación de señal
(c) Situación de símbolo
(d) Situación de habla
(2) DIFERENCIACIÓN DE EVENTOS DE SEGMENTO DE COMPORTAMIENTO
VARIACIONES EN LOS SEGMENTOS LINGÜÍSTICOS DEL COMPORTAMIENTO
(1) CINCO TIPOS DE SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO DEL REFERENTE
(a) Ej, Ex Ambos Presentes
(b) Ej Sólo Presente
(c) Sin contacto con EJ
(d) Funciones de Ex, Ej en un solo objeto
(2) TRES TIPOS DE SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO DEL REFERIDO
(a) Ej, Ex Inherentes a Diferentes Objetos Presentes
(b) Ej Ausente
(c) Ej, Ex Inherentes en el mismo objeto
(3) INTERRELACIÓN DE EVENTOS LINGÜÍSTICOS Y NO LINGÜÍSTICOS
RELACIÓN DE EVENTOS LINGÜÍSTICOS Y SITUACIONES LINGÜÍSTICAS
INFLUENCIAS AMBIENTALES SOBRE LOS SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO
LINGÜÍSTICO
VARIACIONES EN LOS PATRONES DE RESPUESTA LINGÜÍSTICA
HABLA VERBAL
SUSURRAR
PATRONES DEL HABLA SUBVOCAL
LENGUA DE SEÑAS
HABLA DEL STATUS DE CLASE
EL PROBLEMA DE LA DISTORSIÓN LINGÜÍSTICA
Capítulo X
El análisis de los sistemas de reacción lingüística
ANÁLISIS LINGÜÍSTICO: CONSTRUCCIÓN DE ABSTRACCIONES
COMPONENTES DE LOS SISTEMAS DE REACCIÓN
(1) FASE DE ESTIMULACIÓN MÁS MEDIOS DE CONTACTO
Medios auditivos
Medios táctiles
Medios visuales
Medios lingüísticos compuestos
El principio de biestimulación
(2) FACTORES ATENCIONALES
(3) FASE DISCRIMINATIVA
(4) ASPECTOS MOTORES
(5) LOS FACTORES AFECTIVOS
(6) ACCIÓN DEL MECANISMO RECEPTOR
(7) LAS FUNCIONES NEURONALES
(8) LOS MECANISMOS EFECTORES
(9) LAS FUNCIONES GLANDULARES
(10) FUNCIONES MUSCULARES
Capítulo XI
Productos lingüísticos
PRODUCTOS LINGÜÍSTICOS COMO LENGUAJE DE LAS COSAS
COMUNICACIÓN DE LARGA DISTANCIA
LAS COSAS-LENGUAJE COMO IMPEDIMENTOS CULTURALES
DOS FUENTES DEL LENGUAJE-COSA
MODOS DE FIJAR LA INTERCONDUCTA LINGÜÍSTICA
TIPOS COMPLEJOS DE COSAS-LENGUAJE
SISTEMAS LINGÜÍSTICOS ESTÁNDAR
GRAMÁTICA GENERAL
OTROS TIPOS DE PRODUCTOS LINGÜÍSTICOS
(A) DISCURSO ESCRITO O TRANSCRITO
(B) HABLA IDIOMÁTICA
(C) FÓRMULAS VERBALES
(D) PROVERBIOS Y MÁXIMAS
(E) TEXTOS LITERARIOS
(F) SISTEMAS SIMBÓLICOS
(G) DESCRIPCIÓN CIENTÍFICA
Sección Tres
LAS VARIABLES PSICOLÓGICAS EN LOS CAMPOS LINGÜÍSTICOS
Capítulo XII
Comportamiento de atención en los campos lingüísticos
ATENDER: ACCIÓN PRELIMINAR A LA CONDUCTA POSTERIOR
LA CONDUCTA ATENCIONAL COMO ACTUALIZACIÓN DE LAS FUNCIONES DE
ESTÍMULO
COMPARACIÓN DE LAS TEORÍAS ATENCIONALES
CONDUCTA DE ATENDER EN ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS
Capítulo XIII
Percepción del comportamiento en campos lingüísticos
PROCESOS DE ORIENTACIÓN DESPUÉS DE LA ATENCIÓN
LA NATURALEZA DEL COMPORTAMIENTO DE PERCIBIR
NATURALISMO VS. PERCEPCIÓN ANIMISTA
EL COMPORTAMIENTO DE PERCIBIR EN SITUACIONES DE LENGUAJE
LA VARIACIÓN ORIENTACIONAL EN LOS ACTOS DE PERCEPCIÓN
PERCEPCIÓN PRIMARIA
APREHENSIÓN SIMPLE
APREHENSIÓN COMPLEJA
COMPREHENSIÓN
CONCEPTOS ERRÓNEOS SOBRE EL COMPORTAMIENTO PERCEPTUAL
COMPORTAMIENTO PERCEPTUAL Y EL PROBLEMA DE LOS SIGNIFICADOS
EL LUGAR DE PERCIBIR EN SITUACIONES COMUNICATIVAS
CARACTERÍSTICAS ÚNICAS DE LOS CAMPOS DEL HABLA
REDUNDANCIA EN EL HABLA
ESCASEZ DE ESTIMULACIÓN DEL HABLA
Capítulo XIV
Aspectos conmemorativos de los campos lingüísticos
COMPORTAMIENTO MEMORIAL COMO AYUDA EN EL HABLA
LA PSICOLOGÍA DEL RECUERDO Y COMPORTAMIENTO RELACIONADO
RECORDAR
OLVIDAR
MEMORIZAR
REMEMORAR
ERRORES CONVENCIONALES RELATIVOS A LAS CAPACIDADES Y RENDIMIENTOS
DEL HABLA
PSICOLOGÍA DE CAPACIDADES Y DESEMPEÑO
CAPACIDADES COMO FACULTADES Y COMO RENDIMIENTO
FACTORES GENÉTICOS EN EL HABLA
ADAPTACIÓN PSICOLÓGICA Y LENGUAJE
Capítulo XV
“Comprender” y su papel en situaciones lingüísticas
COMPRENDER COMO BASE DEL DISCURSO
CÓMO FUNCIONAN LAS REACCIONES DE COMPRENDER EN SITUACIONES
LINGÜÍSTICAS
PSICOLOGÍA DEL SIGNIFICADO Y COMPRENSIÓN LINGÜÍSTICA
AMBIGÜEDADES LITERARIAS
PRECISIÓN CIENTÍFICA
DOBLE DISCURSO POLÍTICO
INTERPRETACIÓN RELIGIOSA
ENIGMAS JURÍDICOS
CONDICIONES PARA LA COMPRENSIÓN LINGÜÍSTICA
REFERENCIA ADECUADA Y ACCIÓN DEL REFERIDO
FAMILIARIDAD CON EL REFERENTE
COMPATIBILIDADES DE LOS SISTEMAS DE LENGUAJE
Capítulo XVI
Participantes lingüísticos en campos del comportamiento intelectual
EL COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO APOYA LOS AJUSTES INTELECTUALES
EL COMPORTAMIENTO DE PENSAR NO ES IDÉNTICO AL LENGUAJE
LA INTERCONDUCTA DE RAZONAR
ACTITUDES INTELECTUALES
Sección Cuatro
EVOLUCIÓN DEL COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO
Capítulo XVII
Origen y desarrollo del comportamiento lingüístico
LENGUA EN EVOLUCIÓN
TEORÍAS DE LOS ORÍGENES DEL LENGUAJE
ORIGEN DEL LENGUAJE Y EVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD
COMPORTAMIENTO DEL HABLA Y EVOLUCIÓN HUMANA
NATURALEZA DE LA NATURALEZA HUMANA
ESTRUCTURACIÓN PROGRESIVA DEL LENGUAJE
PALABRAS U ORACIONES
Capítulo XVIII
Evolución del comportamiento lingüístico individual
SUPUESTOS MISTERIOS DE LA EVOLUCIÓN DEL HABLA INDIVIDUAL
DESCRIPCIONES DE COMPORTAMIENTO VS. IMPOSICIONES DE CONCEPTOS EN EL
DESARROLLO INDIVIDUAL DEL LENGUAJE
(1) EL MÉTODO IMPOSICIONAL
(2) EL ENFOQUE OBSERVACIONAL
DECLARACIONES DE PALABRAS VS. AJUSTES LINGÜÍSTICOS EN LINGÜÍSTICA
PSICOLÓGICA
DESARROLLO LINGÜÍSTICO CASUAL Y ARTIFICIAL
INDIVIDUALIDAD DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE EN LOS NIÑOS
TEORÍAS DEL DESARROLLO LINGÜÍSTICO EN LOS NIÑOS
DESARROLLO DEL LENGUAJE DE LOS ADULTOS
Sección Cinco
VARIABILIDAD LINGÜÍSTICA Y DESVIACIONES DEL HABLA
Capítulo XIX
Multilingüismo y otras desviaciones del habla
VARIABILIDAD EN LOS CAMPOS DEL HABLA
VARIACIONES EN AJUSTES LINGÜÍSTICOS
FACTORES DE PERSONALIDAD
FACTORES DE PRONUNCIACIÓN
(a) Calidad del habla
(b) Dinámica del habla
MULTILINGÜISMO
DIFERENCIAS INDIVIDUALES ENTRE MULTILINGÜES
DIFERENCIAS INDIVIDUALES EN EL DESARROLLO MULTILINGÜE
MULTILINGÜISMO E INTELIGENCIA
ASPECTOS DESFAVORABLES DE LA VARIACIÓN LINGÜÍSTICA
A. LAS PERTURBACIONES MENORES
Tartamudeo y tartamudez
Habla no convencional
B. PRIVACIONES LINGÜÍSTICAS SEVERAS
Apraxia
Dislexia
Agrafia
Afasia
TEORÍA AUTÉNTICA DE LA AFASIA
Sección Seis
LENGUAJE INDIVIDUAL Y CULTURAL
Capítulo XX
Ajustes lingüísticos y estilos lingüísticos
PRIORIDADES EN EL COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO
VARIABILIDAD LINGÜÍSTICA COMO ESTILOS DE HABLA
LA GRAMÁTICA COMO ESTILO LINGÜÍSTICO
AJUSTES PSICOLÓGICOS Y LINGÜÍSTICOS
PSICOLOGÍA INDIVIDUAL Y PSICOLOGÍA SOCIAL
FORMAS DE LENGUAJE Y AJUSTES DE LENGUAJE
Sección Siete
LENGUAJE
COMO CONDUCTA COMUNICATIVA Y COMO INSTRUMENTO
Capítulo XXI
Comportamiento lingüístico como instrumentalidad
HABLA PRIMARIA VERSUS MANIPULACIÓN VERBAL
MITOLOGÍA Y RELIGIÓN
SABIDURÍA FILOSÓFICA
POLÍTICA
COMERCIO Y ECONOMÍA
COMPOSICIÓN Y LITERATURA
FÓRMULAS VERBALES
EL USO Y EL MAL USO DEL LENGUAJE
LENGUAJE LEGAL
LENGUAJE EN EL MERCADO
LENGUAJE EN EL FORO
LENGUAJE DEL ARGUMENTO
Sección Ocho
OBSERVACIÓN Y EXPERIMENTACIÓN LINGÜÍSTICA
Capítulo XXIII
Problemas lingüísticos y soluciones
INVESTIGACIÓN EN LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA
¿CÓMO LOS INFANTES HUMANOS SE CONVIERTEN EN HABLANTES?
(A) HABLA HOLOFRÁSTICA
(B) EGOCENTRISMO
(C) GRAMATIZACIÓN
INVESTIGACIÓN PARALINGÜÍSTICA
ESTUDIOS SOBRE “SIGNIFICADO”
COMPARACIÓN DEL LENGUAJE HUMANO Y NO HUMANO
Comunicación Humana e Infrahumana
INVESTIGACIÓN SOBRE POSTULADOS DEL LENGUAJE HUMANO AUTÉNTICO
PALABRAS VS. ORACIONES
RECEPCIÓN DE LA VOZ
UN ESTUDIO DE TIEMPO DE REACCIÓN MÁS OSCILOGRAFÍA
PRÁCTICA CON PALABRAS ACUÑADAS
EFECTO DEL OYENTE EN EL ALTAVOZ
EXPERIMENTOS CON AFÁSICOS
ACCIÓN CONCURRENTE EN EL HABLA
Sección Nueve
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA COMO CIENCIA INTERDISCIPLINARIA
Capítulo XXIII
Lingüística Psicológica y Lingüística General
RELACIONES E IRRELACIONES LINGÜÍSTICAS
I. COMPARACIÓN DE LINGÜÍSTICA GENERAL Y LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA
(a) Divergencia en el origen.
(b) Divergencia entre el tema y la investigación.
Actitudes variantes hacia los problemas lingüísticos
(a) Estructuralismo y funcionalismo.
(b) Actitudes hacia la gramática.
(c) Adaptaciones del lenguaje y “Significado”.
(d) Comportamiento lingüístico y abstracciones descriptivas.
(e) Lógica y lenguaje.
(f) Postulaciones y teorías variantes.
II. RELEVANCIA DE LA LINGÜÍSTICA GENERAL PARA LA LINGÜÍSTICA
PSICOLÓGICA
Orientación Lingüística General
Lingüística Comparada
Lingüística Histórica
Semántica
III. IMPORTANCIA DE LA LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA PARA LA LINGÜÍSTICA
GENERAL
(a) Elección de modelos lingüísticos.
(b) Actos y cosas, Contexto y Auspicios.
(c) Confusiones sincrónicas y diacrónicas.
(d) Universales y absolutos.
(e) Leyes y reglas del habla.
(f) Sintaxis, el problema del orden serial.
(g) Funciones participativas en el lenguaje.
Capítulo XXIV
Lingüística Psicológica y Filosofía Lingüística
PROBLEMAS LINGÜÍSTICOS DE LOS FILÓSOFOS
SOLUCIONES LINGÜÍSTICAS DE PROBLEMAS FILOSÓFICOS
CINCO VARIANTES DE FILOSOFÍA LINGÜÍSTICA
(1) LINGÜISMO CLÁSICO
(2) REFORMISMO LINGÜÍSTICO EN FILOSOFÍA
(3) LA FILOSOFÍA COMO LENGUAJE IDEAL
(4) EN DEFENSA DEL LENGUAJE COMÚN
(5) POSITIVISMO TERAPÉUTICO
ANÁLISIS CRÍTICO DE LA FILOSOFÍA LINGÜÍSTICA
A. INSUFICIENCIAS DE LA LINGÜÍSTICA ANALÍTICA
(1) Autonomía y Fijación de Palabras y Oraciones
(2) Relación entre el lenguaje y la "realidad"
(3) Mal uso del concepto y del término “significado”
(4) Noción equivocada de significados
B. INSUFICIENCIAS DE LA FILOSOFÍA ANALÍTICA
(1) Filosofía lingüística un tipo de metafísica
(2) Mantenimiento de las Tradiciones Venerables
(3) Conceptos erróneos sobre las funciones lingüísticas
4) Lógica inadecuada
C. INSUFICIENCIA DEL TRABAJO Y CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
D. INSUFICIENCIA DE LA PSICOLOGÍA
CONCLUSIÓN
Referencias
Índice de Nombres
PREFACIO
_____________________________________________________________
___

En este libro realizo un análisis crítico de los aspectos psicológicos de


la lingüística. La lingüística psicológica constituye una sección especial del
vasto campo lingüístico general, aunque con datos únicos y propios. En
consecuencia, debe distinguirse claramente de sus disciplinas
interrelacionadas. La lingüística psicológica se centra en los actos o ajustes
psicológicos de los organismos a medida que se adaptan a sus congéneres,
junto con las cosas con las que se encuentran, ya sea directamente por
medio de expresiones vocales y gestos, o indirectamente por medio de la
escritura y el comportamiento simbólico. En general, los datos del lenguaje
psicológico difieren de los aspectos descriptivos e históricos del lenguaje
que se refieren principalmente a los estudios textuales u otros objetos
registrados. Sin embargo, tenga en cuenta que el psicólogo no es indiferente
a los hechos de la lingüística histórica y comparada, la taxonomía de los
tipos de habla o la evolución y los cambios de los sistemas del lenguaje.
Aunque el psicólogo enfatiza la conducta del lenguaje en curso, se mantiene
alerta a los problemas interdisciplinarios que surgen del hecho de que las
cosas del lenguaje se derivan ciertamente más o menos remotamente de la
conducta comunicativa o referencial de los organismos.
Los ajustes psicológicos del lenguaje comprenden una gran variedad
de actividades únicas dentro de tipos particulares de situaciones. Estos
ajustes se realizan de forma vocal, manual, mediante todo tipo de gestos, la
escritura, la realización de signos y símbolos, entre otros1. Sin embargo,
todos estos actos diversos se distinguen claramente de cosas del lenguaje
como textos, inscripciones, señales, grafitis, registros verbales, costumbres
sociales, etc., aunque estos últimos sean productos o derivados de una
conducta psicológica auténtica.
Aunque la lingüística psicológica es claramente diferente de la
lingüística convencional, general o filológica, todavía está estrechamente
relacionada con ella, ya que ésta última se ocupa de los productos de la
conducta, en primer lugar, como transcripciones del habla y la
simbolización, y más allá de las inscripciones codificadas y cosificadas
como las piedras talladas y los ladrillos con inscripciones de los antiguos
edificios orientales.
Dado que este volumen se ocupa principalmente de tipos especiales
de comportamiento psicológico, es de la mayor importancia especificar los
postulados psicológicos en los que se basa este libro. A diferencia de
muchos trabajos sobre psicología del lenguaje, este volumen se basa
estrictamente en fundamentos científicos. Como he estado insistiendo
durante más de medio siglo, cada declaración de hechos y principios
psicológicos debe derivarse de las actividades observadas de los seres
humanos y otros tipos de organismos. En una serie de publicaciones2 he
propuesto que los estudiantes de lingüística psicológica deben apartarse
radicalmente de todos los tipos de herencia tradicional mente-cuerpo que
aún prevalece incluso en una cultura rica en grandes logros científicos. Por
el contrario, la psicología científica postula que todos los eventos
psicológicos consisten en interacciones de organismos con objetos de
estímulo que evolucionan durante la vida de los individuos a medida que
avanzan en la curva biológica desde un punto cercano al nacimiento y que
termina en la muerte. El comportamiento realizado y observado constituye
ajustes o interacciones con las cosas y condiciones ambientales.
La psicología científica, he estado sugiriendo, se ocupa
exclusivamente de segmentos de comportamiento o campos de
comportamiento que consisten en interacciones de organismos con otros
organismos u objetos bajo condiciones definidas llamadas sus escenarios o
auspicios. Por ejemplo, los campos de comportamiento del habla
comprenden esencialmente tres factores principales: (1) actos del hablante;
(2) actos de un oyente; y (3) un referente, es decir, un objeto, persona o
evento al que se hace referencia. Pero, por supuesto, tal comportamiento no
ocurre en el vacío. Hablar, como cualquier otro tipo de acción, es un asunto
de tiempo, lugar y ocasión especial. Se establece en un marco de otro
comportamiento y de accidentes y condiciones no conductuales. Los
numerosos diagramas a lo largo de este trabajo indican los diversos factores
del lenguaje o habla referencial, así como de los eventos no referenciales.
Sin embargo, para investigar los aspectos psicológicos del lenguaje no
basta con operar dentro de un marco científico y evitar el comercio con
entidades extraespaciales. Además, el comportamiento lingüístico siempre
debe tratarse como tipos especializados de ajustes psicológicos. No puede
limitarse a los enunciados verbales convencionales humanos, ya que
muchos ajustes del lenguaje pueden realizarse y se realizan de varias otras
formas. Además, la lingüística psicológica incluye las acciones
comunicativas e indicativas o simbólicas de organismos distintos a los
humanos El punto de vista adaptativo está completamente en desacuerdo
con el punto de vista de que el habla o el comportamiento simbólico pueden
caracterizarse exclusivamente como acciones que se originan a través del
condicionamiento reflexológico o que se realizan sólo por la mediación de
otras personas. En lugar de construir sobre una base de abstracciones
favorecidas, el punto de vista del comportamiento adaptativo está
irrevocablemente ligado al alcance ilimitado del comportamiento mutuo
real de los organismos.
A este respecto, no es inapropiado citar las palabras de un eminente
lingüista que, aunque no compartía mis puntos de vista psicológicos
objetivos, escribió lo siguiente:

Una contribución notable a la comprensión del lenguaje


como un tipo particular de conducta es el trabajo de JR
Kantor sobre An Analysis of Psychological Language
Data3, en el que se consideran las características
peculiares del habla, ya sea comunicativa o expresiva, en
su naturaleza indirecta como respuesta al “estímulo
adaptativo” no directamente, sino en forma de referencia,
mientras que se reacciona sustitutivamente a un estímulo
secundario, generalmente la persona a la que se habla4.

Este volumen constituye la culminación de un interés por el habla y


los símbolos que data ya de 1917. En ese momento me interesaba señalar el
carácter funcional y evaluativo de las categorías construidas por los
pensadores de las tradiciones científicas y filosóficas. Como verá el lector
en la nota al pie de la página xv de este Prefacio, he realizado estudios
lingüísticos de vez en cuando desde el primer estudio mencionado hasta que
organicé el presente proyecto.
Y ahora es un placer para mí nominar a varias personas que han
contribuido a la realización del presente libro. Aprecio mucho la
planificación tipográfica del Sr. Greer Allen. También debo agradecer al Sr.
C. H. Joslin, cuyo objetivo era producir ilustraciones informativas y
atractivas. Estoy muy agradecido a la Sra. Maryo Ewell por su labor tan
competente y alegre a lo largo de todos los procedimientos de la producción
de libro: preparación de mecanografiados, elaboración de índices, entre
otras actividades.

Noviembre de 1976 J. R. K.

SECCIÓN UNO

PROBLEMAS DESTACADOS DE LA
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA
CAPÍTULO I
LA COMPLEJIDAD DE LA LINGÜÍSTICA
_____________________________________________________________
___
EL AISLAMIENTO DE LOS ACONTECIMIENTOS DEL
LENGUAJE PSICOLÓGICO
Dado que mi propósito en este volumen es investigar los aspectos

psicológicos del lenguaje, mi primera acción es aislar los datos únicos como

nuestro objeto de estudio primario. Por esto, es imperativo que separemos


nuestro dominio específico de interés de otras cosas y eventos categorizados

en forma convencional como lenguaje. Esta especificación de datos tan

necesaria en cada tarea científica es especialmente importante en la

lingüística debido a la ubicuidad y multiplicidad de cosas y eventos


lingüísticos, así como por la gran variedad en su modo de ocurrir y producto

resultante. Este dominio está repleto de incertidumbre y confusión.

Contribuir a esta situación insatisfactoria es de hecho que, en el campo de la

lingüística, hay una interpenetración de referencias cotidianas y


descripciones técnicas concernientes a eventos y cosas con el resultado de
que obviamente términos clave como “lenguaje”, “habla” y “lingüística” se
usan de manera indiferente en el vocabulario de la intercomunicación

cotidiana, así como en la descripción estándar científica. En consecuencia,


es esencial diferenciar entre los varios tipos de fenómenos del lenguaje en
preparación para su posterior descripción e interpretación del lenguaje
psicológico auténtico.

CRITERIOS PARA AISLAR DATOS DE LINGÜÍSTICA


PSICOLÓGICA
Para lograr un aislamiento efectivo de los datos del lenguaje
psicológico, planteo varias cuestiones para sugerir los criterios selectivos
esenciales.
(1) ¿Los datos disponibles son lingüísticos?
Muchas clases de cosas y eventos convencionalmente se han
considerado lingüísticas. La justificación para emplear una categoría
tradicional es que puede servir como una base para comparar y contrastar o
al menos distinguir variaciones en la estructura y función de la conducta
específica protegida por la capa “lingüística”.
(2) ¿Los datos son psicológicos?
Sólo los ajustes psicológicos reales de personas u organismos se
aceptan como lingüísticos psicológicamente. Conforme procedamos,
discutiremos qué es psicológico científicamente. En este momento sólo
necesitamos decir que la lingüística psicológica puede ser referencial,
simbólica o gestual, en otras palabras, ajustes conductuales pero la puerta
está cerrada al lenguaje de cosas, aunque relacionadas cercanamente a la
conducta lingüística.
(3) ¿Los datos psicológicamente son intrínsecos o extrínsecos?
Asumiendo entonces que los datos auténticos de la lingüística
psicológica consisten de comportamiento que satisface la psicología
científica, deberíamos determinar si son ajustes centrales del lenguaje o si
éstos meramente participan o sólo apoyan los eventos del lenguaje
psicológico.

ESQUEMA PARA DIFERENCIAR COSAS Y EVENTOS


LINGÜÍSTICOS
A. CAMPOS DE AJUSTE

I. Lenguaje psicológico auténtico


(a) Lenguaje referencial
Hablar y Escuchar
Conducta verbal y no verbal
Escribir y Señalar
(b) Lenguaje de sustitución o derivado
(c) Lenguaje gestual
II. Campos de lenguaje parapsicológico
(a) Fórmulas verbales como productos lingüísticos
(b) Derivados del habla
(c) Estímulos potenciales para el lenguaje

B. COSAS EN CONTEXTO

III. Lenguaje no psicológico: Lenguaje de cosas


(a) Signos y Señales
(b) Materiales textuales, Registros, Literatura
(c) Inscripciones, Escritos no descifrados
(d) Sistemas lingüísticos: Dialectal, Comunal, Cultural
(e) Habla estándar
(f) Constructos o Descripciones del habla
(g) Conferencias formales habladas o escritas

IDENTIFICACIÓN TENTATIVA DE COSAS Y EVENTOS


LINGÜÍSTICOS
I. LENGUAJE PSICOLÓGICO AUTÉNTICO

(A) LENGUAJE REFERENCIAL


En la ciencia que se ocupa del comportamiento de los organismos en
interacción con otros organismos e innumerables cosas y condiciones de su
entorno, los ajustes de comportamiento referenciales sirven como un criterio
claro para establecer actividades lingüísticas psicológicas a partir de todo
tipo de datos del lenguaje que no son ajustes de organismos, a pesar de que
pueden haber estado alguna vez relacionados con las interacciones
lingüísticas de las personas. Además, la conducta referencial puede
ayudarnos a identificar y clasificar los distintos tipos de lenguaje
psicológico.
Los datos psicológicos auténticos incluyen de manera prominente
actuaciones referenciales de comunicaciones interpersonales ejemplificadas
por una conversación vívida, aunque también se incluyen otros tipos de
comportamiento, como gestos vocales y no vocales, escritura y
comunicación por medio de banderas o señales luminosas. En realidad, el
lenguaje psicológico auténtico cubre una amplia gama de campos de acción.
En un momento están las animadas actividades interpersonales del diálogo
conversacional, mientras que en el otro están los actos que requieren la
manipulación de herramientas como bolígrafos o lápices, e incluso palos
para hacer marcas en el polvo o la arena.

(B) LENGUAJE SUSTITUTIVO


El término general "lenguaje" cubre varios tipos de actos psicológicos,
aunque difieren mucho del tipo referencial de ajustes. Los comportamientos
simbólicos pueden llamarse apropiadamente en una subclase de
comportamiento del lenguaje psicológico. Se describen mejor como actos de
relacionar o acoplar signos o marcas en asociación sustitutiva con otros
signos o con cosas. A pesar de la larga y vigorosa tradición de que "el
lenguaje es un sistema de signos, diferente de las cosas significadas, pero
capaz de sugerirlas"5, la producción y uso de signos o símbolos, o su
desciframiento, es un tipo de comportamiento muy diferente del
comportamiento referencial básico. El comportamiento de acoplamiento
consiste en los actos de codificar o indexar el primer elemento de una pareja
con un segundo. Los actos de decodificación son los de una época posterior,
o actos realizados por otra persona.
(C) LENGUAJE GESTUAL
Desde el punto de vista del comportamiento lingüístico, los gestos que
acompañan al comportamiento verbal o las posturas y movimientos
verbales, manuales y generales del organismo comunicante realizados de
forma independiente son tan importantes como las articulaciones vocales.

II. LENGUAJE PARAPSICOLÓGICO


Bajo esta rúbrica coloco los eventos lingüísticos que no cumplen con
los criterios del lenguaje psicológico auténtico. No comprenden los aspectos
referenciales o biestimulacionales de los campos psicológicos. Pero
tradicionalmente han sido incluidos en el dominio lingüístico por
estudiantes de lingüística convencional. En el mejor de los casos, sin
embargo, están relacionados con eventos psicológicos, ya sea como
productos o derivados, o como estímulos potenciales para la conducta
lingüística auténtica. Consideramos dos clases de tales elementos
lingüísticos.

(A) FÓRMULAS VERBALES


Debido a que la conducta referencial realizada con más frecuencia
consiste en sistemas de respuesta6 verbal, existe una tendencia a incluir
todas las interpretaciones vocales bajo el título de lenguaje. Esta
clasificación implica un criterio estructural. Tal acción desde el punto de
vista del habla o simbología comunicativa funciona sólo como acciones. Los
mejores ejemplos son los gestos verbales o los saludos sociales como
“Buenos días”, “Hola”, “Hasta luego”, “Hola” y otros innumerables. Tales
actos funcionan como movimientos o comportamientos verbales para la
producción de cosas sonoras muy diferentes de las narraciones de eventos,
solicitudes, demandas y la descripción de cosas. El comportamiento verbal
sólo se clasifica como habla debido a la noción tradicional de que la lengua
es el órgano del habla. Aquí hay una paradoja: toda acción de la boca
relacionada con el sonido se llama lingüística, pero al mismo tiempo el
material impreso también se llama lenguaje.

(B) DERIVADOS DEL HABLA


Un subdominio distintivo del lenguaje consiste en numerosas cosas
que han alcanzado la denominación lingüística principalmente porque son,
en cierto sentido, productos o derivados del habla u otras formas de
comportamiento intercomunicativo. Algunos de los mejores ejemplos son
las numerosas transcripciones o grabaciones de enunciados referenciales. Se
debe agregar aquí todo el almacenamiento y recuperación mecánica y
electrónica de habla auténtica por medio de cintas magnéticas,
computadoras y otras formas de reproducción.

(C) ESTÍMULOS POTENCIALES PARA EL LENGUAJE


En esta categoría se colocan varios tipos de objetos del lenguaje
relacionados con el habla o la escritura que sirven como estímulos
potenciales para el comportamiento del lenguaje. Sin embargo, hasta que
sirvan como estímulos para la conducta del lenguaje, quedan excluidos de
los aspectos conductuales del habla o del lenguaje.

III. LENGUAJE NO PSICOLÓGICO O LENGUAJE DE COSAS


Dado que limitamos nuestros estudios al lenguaje psicológico, es tan
importante indicar lo que queda fuera del alcance de nuestro trabajo como
especificar lo que pertenece a nuestro dominio. Uno de los valores de
hacerlo es admitir que no hay un cierre absoluto de nuestro horizonte los
hechos de las conexiones interdisciplinarias necesarias entre las diferentes
disciplinas particulares. Se cree que los siguientes párrafos serán suficientes
para delimitar los diversos campos de estudio.

(A) SIGNOS Y SEÑALES


Debido a que el lenguaje se trata en cierto sentido como controlador
de la conducta, como estímulos para la acción, se considera que objetos tales
como las luces rojas y verdes, palabras como "Cuidado", "Curva" y también
signos como flechas que apuntan, realizan las mismas funciones. como
comportamiento del lenguaje auténtico, ya sea verbal o simbólico, es
importante diferenciar los dos tipos de fenómenos.
(B) MATERIALES TEXTUALES
Empleando el criterio de la conducta, excluyo inmediatamente del
lenguaje psicológico todas las cosas lingüísticas como textos escritos o
impresos, sean o no legibles, transcripciones o representaciones de
conductas auténticas, y por supuesto, impresiones en tablillas de arcilla,
grafitis de diversa índole, impresos o lemas escritos, así como caligrafía
islámica o de otro tipo.

(C) INSCRIPCIONES
Quizás las cosas del lenguaje más evidentes son los objetos de
inscripción que existen como tablas de arcilla, papiros y estelas de piedra.
Seguramente todos se derivan de la conducta psicológica, aunque no
necesariamente de un tipo de ejecución del habla. Incluso estos objetos
como el lado A del disco de Festo o la estela de Hammurabi, que pueden
haber sido construidos como proclamas y no simplemente registros, están
sujetos a la distinción entre la acción que los produjo y los productos
inorgánicos de esa acción.

(D) SISTEMAS LINGÜÍSTICOS


Se estima de diversas maneras que hay entre 3.000 y 4.000 idiomas
distintos hablados por diferentes grupos de personas en todo el mundo. Estas
estimaciones se refieren a sistemas lingüísticos como el francés, el chino, el
bantú, el inglés, el árabe, el swahili y sistemas similares. Estas entidades son
cosas institucionales bastante alejadas de los ajustes específicos del lenguaje
realizados por individuos agrupados o listados bajo los nombres del sistema.
Categorizar tales instituciones como psicológicas es involucrarse en las
falacias de las mentes grupales o sociales.

(E) HABLA ESTÁNDAR


A diferencia del lingüista general, el lingüista psicológico no puede
considerar los lenguajes estándar como nada más que cosas. Tales formas de
habla son en efecto modelos de artefactos y pertenecen más a los textos
literarios que a la acción psicológica. Si bien es cierto que el habla de
algunas personas puede describirse como estándar, la mayor parte del habla
es dialectal o incluso idiolectal7. Los modelos de habla están muy lejos de la
auténtica conducta del lenguaje psicológico y, por lo tanto, pertenecen a la
clase de lenguaje de cosas.
(F) CONSTRUCTOS O DESCRIPCIONES DEL HABLA
Para el aislamiento preliminar de los datos del lenguaje psicológico y
el estudio científico del lenguaje, es de la mayor importancia distinguir
claramente entre los eventos lingüísticos y los constructos desarrollados
para describirlos e interpretarlos. Si bien en general es fácil distinguir entre
actos verbales y cosas a las que se hace referencia, en el caso del lenguaje,
las palabras que describen palabras individuales o grupos de palabras se
identifican con frecuencia con los actos verbales a los que se hace
referencia. Los lingüistas no psicológicos construyen términos como
"fonemas", "morfemas", "semantemas", entre muchos otros, que tienen poca
o ninguna relación con los actos de producir y dar forma a sonidos, gestos y
movimientos de hablantes y oyentes, o incluso con los productos de su
comportamiento manifiesto. Sin duda, la manipulación de constructos en
lugar de tratar con eventos da como resultado la confusión de cosas y actos,
y la incapacidad de distinguir entre las diversas formas y funciones del
comportamiento del habla.

PROBLEMAS SEMÁNTICOS EN EL ESTUDIO DE IDIOMAS

Los términos utilizados para la descripción técnica o científica de


eventos obviamente deben emplearse de manera exacta y significativa para
facilitar la investigación y el informe de resultados. Por desgracia, éste no es
siempre el caso. Debido a que el lenguaje es metafórico y fortuito, es fácil
tropezar con la "enredada madeja del lenguaje". Esto es especialmente
notorio entre los lingüistas. Los escritos lingüísticos revelan una renuencia a
construir términos basados en la observación de cosas y eventos del
lenguaje. Los estudiantes del lenguaje prefieren emplear términos arbitrarios
y pocos, a pesar de la multiplicidad de cosas y eventos lingüísticos. Un caso
ilustrativo es la afirmación de Gardiner (1879-1963)8 de que es un pionero
en hacer abiertamente que el término inglés "discurso" signifique actos de
habla y "lenguaje" para todo lo demás en el campo lingüístico, en lugar de
equiparar indiscriminadamente a los dos. Él apoya su distinción al
establecer los siguientes conjuntos de términos emparejados en otros
idiomas, y agrega que sólo el francés tiene un término, "le langage", para
abarcar tanto "la langue" = idioma y "la parole" = habla.

Idioma Lengua Habla

Latín lingua Sermo

Griego glossa logos

Francés langue parole (o discours)

Alemán Sprache Rede


Holandés taal rede

Sueco Sprak tal

Árabe lisan kalam

Egipcio (antiguo) ro habla-mudet

¿Dos términos son suficientes para diferenciar la multitud de hechos


en el campo lingüístico o incluso para distinguir los más esenciales?
Consideremos que el dominio de los estudios lingüísticos comprende: (1) la
capacidad del lenguaje: "el hombre es un animal que habla" o "un afásico ha
perdido su capacidad para hablar"; (2) rendimiento del lenguaje: "me
habló"; (3) objetos de investigación arqueológica: "nadie comprende el
idioma minoico"; (4) materiales filológicos: "Bopp fue uno de los primeros
en comparar las lenguas indoeuropeas"; (5) estilos de lenguaje: "El griego
homérico es un idioma más fino que el griego ático"; (6) patrones de
lenguaje "El italiano es un idioma más musical que el alemán"; (7)
literatura: "El lenguaje de Shakespeare es insuperable"; (8) estética del habla
"Habla (escribe) un idioma hermoso"; (9) sistemas de símbolos: "Las
matemáticas son el lenguaje de la ciencia"; (10) instrumentalidad: "El latín
es el idioma más lógico".
Toda descripción científica válida se deriva más o menos directamente
de la observación de eventos. Por esta razón, quizás, no podemos esperar
que tal descripción se fije sin vida en la referencia ni quejarse cuando no es
así. Pero nunca se nos puede eximir de explicar a qué nos referimos, ni dejar
que nuestros análisis o descripciones sean inexactas porque nuestros
términos son incompresibles en simples objetos simbólicos. Distalmente, no
nos interesa simplemente la correlación de descripciones y eventos
descritos, sino también la naturaleza de los eventos mismos. Al distinguir
los eventos psicológicos de otros tipos de eventos lingüísticos, podemos
utilizar una de estas dos técnicas. Podemos enfatizar las diferencias entre (1)
interacciones lingüísticas y cosas lingüísticas, o (2) indicar las relaciones
entre factores lingüísticos psicológicos y no psicológicos analizando cada
uno de ellos del conjunto de eventos lingüísticos. En mi An Objective
Psychology of Grammar 9 he seguido el método anterior10. En los siguientes
capítulos de este libro procederé a realizar este último.
CAPÍTULO DOS
EL ANÁLISIS DE LA COMPLEJIDAD LINGÜÍSTICA: LA
COMPARACIÓN DE SUS COMPONENTES
_____________________________________________________________
____

ESPECIALIZACIÓN EN LINGÜÍSTICA

Considere un evento lingüístico comparativamente simple, como la


pronunciación de una sola palabra, "Mira". En este evento hay muchas fases
o aspectos de los cuales el psicológico es sólo uno. Al estudiar este evento,
todo estudiante de lingüística especializada debe captar firmemente el dato
de su propio dominio particular.
La lingüística, como ciencia general del lenguaje, se divide, por tanto,
en muchas secciones. Diferentes estudiantes dirigen sus ataques de
investigación sobre los diversos aspectos del dato crudo. En el caso del
habla oral-auditiva, los sonidos emitidos son analizados por el físico,
mientras que el fisiólogo se interesa por los órganos y sus funciones
involucradas en la producción de sonido. El gramático y lingüista general se
preocupa por las estructuras de palabras y oraciones y sus significados. El
lexicólogo se acerca a las palabras desde el punto de vista de su origen,
historia y uso. El simbólogo, por otro lado, desea saber si alguna palabra en
particular tiene su función propia y si la está ejecutando correctamente. Una
vez más, el médico y el patólogo están preocupados por las anomalías del
habla y las condiciones subyacentes. Estos son algunos de los muchos tipos
de investigación en el campo general de la lingüística. Cada lingüista se
acerca al lenguaje con un interés de investigación diferente. ¿Qué pasa con
el psicólogo? Él, como ya lo hemos dejado claro, estudia el lenguaje como
comportamiento, como ajustes a otras personas, cosas y eventos, sirviendo
como estímulos. Así nuestra tarea está establecida. En el presente capítulo
comparamos los diversos aspectos del estudio de la lengua y sugerimos los
lazos que los unen.
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LINGÜÍSTICA GENERAL

Una comparación sobresaliente entre los componentes del complejo


lingüístico se refiere al papel de los sonidos en el comportamiento
lingüístico. Los lingüistas generales tratan el lenguaje principalmente como
objetos, ya sean sonidos o materiales escritos o impresos. Los gramáticos
generalmente se preocupan por los sonidos que componen palabras y
oraciones. Además, clasifican los sonidos como cualidades vocales y
consonantes, así el tono se diferencia del timbre. Cada masa de sonido
puede reducirse a elementos de sonido más simples, cada uno de los cuales
puede estar correlacionado con una onda distinta de frecuencia vibratoria
definida. El estudiante de psicología del lenguaje se pregunta si es necesario
producir tanto sonido como representaría cada sílaba en el habla. Los
estudios realizados por ingenieros telefónicos indican que sólo un
porcentaje del sonido es realmente necesario para conversar por el cable
telefónico. Desde el punto de vista psicológico, el sonido juega un doble
papel en situaciones lingüísticas. Por un lado, el sonido es una característica
muy importante del lenguaje vocal, pero de menor importancia en los
demás casos. En situaciones interpersonales, por supuesto, el sonido es un
medio indispensable de estimulación. Ningún discurso verbal auditivo
puede existir sin sonido como medio de poner en contacto a las personas
que hablan. No importa lo que A le diga a B, éste último no podría oír ni
entender nada sin el medio de sonido. No podemos oír lo que se dice sin
ondas sonoras más de lo que podemos ver sin luz. No importa cuántos
objetos están presentes, sin luz están como ausentes en situaciones visuales.
Lo mismo ocurre con los objetos auditivos sin11 sonido. En suma, el sonido
es un factor esencial en la intercomunicación interpersonal. Una vez más,
los sonidos en forma de palabras y frases constituyen los estímulos para las
reacciones del habla. Ahora estamos considerando al oyente o audiencia, la
persona que está reaccionando a las respuestas del habla. El hablante lo
estimula en parte por medio de sonidos específicos que constituyen los
estímulos auxiliares para el oyente.
Ahora para indicar la conexión más leve del sonido y el lenguaje. ¿No
puede continuar el lenguaje sin sonidos? Sin duda, ésta es la facilidad
cuando sólo hay una persona involucrada. Cuando hablamos con nosotros
mismos, todo el proceso puede continuar en forma de comportamiento
subvocal o no vocal. Es este tipo de lenguaje el que es tan importante como
ayuda en la reflexión silenciosa.
Pero incluso en el habla que se oye, ya sea éste, habla homogénea o
heterogénea12, los fenómenos sonoros pueden jugar un papel menor o
incluso negativo. El habla constituye una acción, formas de ajuste, por lo
que incluso el habla heterogénea puede continuar sin palabras, sin sonidos.
Las personas pueden adaptarse lingüísticamente gesticulando; en otras
palabras, interactuando principalmente de manera visual o manual, ya que
hablar es siempre la acción de un organismo total.

LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LENGUAJE FISIOLÓGICO

El acto o comportamiento presupone un organismo activo. De ahí que


exista una relación extremadamente intrincada entre los aspectos
psicológicos y fisiológicos del lenguaje. Como actividades de los
organismos, los fenómenos psicológicos son siempre al mismo tiempo el
funcionamiento de estructuras biológicas. En consecuencia, puede ser mejor
considerar las interacciones de un organismo con un estímulo como el
aspecto más amplio. Se puede considerar que el aspecto fisiológico o el
funcionamiento de las estructuras orgánicas participan en el ajuste más
amplio.
Una analogía aclara esta relación. Cuando estamos interesados en
mover algo de un lugar a otro, entonces podemos considerar la estructura
del vehículo y su operación como sólo factores participativos en el evento
de transporte. Asimismo, cuando una respuesta lingüística es una acción
verbal o un movimiento gestual no vocal, los elementos participativos
anatómico-fisiológicos pueden aislarse mediante el análisis de determinadas
estructuras y sus funciones. En la reacción del lenguaje verbal observamos
las actividades de la lengua, los labios, la laringe y los pulmones. Cuando la
respuesta es gestual, los brazos, hombros, etc., son los factores aislados.
Pero en ningún caso es admisible suponer que la actividad en cuestión se
agota en el trabajo de los órganos aislados. Dado que todo acto lingüístico
es el ajuste del organismo a un objeto o situación de estímulo, el organismo
total, con todas sus características anatómicas y fisiológicas, participa en las
respuestas del habla. Por lo tanto, no debemos dejarnos engañar por las
tradiciones filológicas para considerar los órganos de la cabeza y la
garganta como órganos exclusivamente del lenguaje.

LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LENGUAJE SOCIOLÓGICO

La sociología es la ciencia de grupos y sociedades. Entonces,


naturalmente, una gran parte de esta disciplina se ocupa de las actividades y
relaciones de las personas. El lenguaje como hecho sociológico constituye
una de estas formas comunales de actividad. En consecuencia, tanto para el
sociólogo como para el psicólogo, el lenguaje es conducta.
Pero existen grandes diferencias entre estas dos nociones de actividad.
Para el sociólogo, el lenguaje es principalmente una especie de instrumento
de conducta, una especie de herramienta que sirve para ayudar a las
personas a llevar a cabo los procesos que implica la convivencia. Así, el
lenguaje sociológico opera como un medio de dominación y control. Tal
comportamiento es meramente una acción- respuestas organizadas
estadísticamente.
El lenguaje psicológico es completamente otro tipo de
comportamiento. Como actividad específica de los individuos que
responden a las cosas, constituye un comportamiento sumamente
particularizado. El contraste entre el lenguaje sociológico y psicológico
marca la diferencia entre los ajustes interpersonales íntimos y la actividad
de masas. Esta relación es la inversa de la que existe entre las fases
fisiológica y psicológica. El lenguaje psicológico es, por tanto, un aspecto
particular de la actividad sociolingüística. Dado que el lenguaje siempre se
da en las sociedades, el lenguaje sociológico comprende el todo, del cual
los fenómenos psicológicos son parte.
Demasiado para el lenguaje sociológico cuando se trata de
comportamiento. Sin embargo, no siempre es actividad, sino que puede
consistir de cosas. Y éstas pueden relacionarse con el lenguaje psicológico
sólo como posibles estímulos para las reacciones psicológicas. Para el
sociólogo, entonces, el lenguaje se estudia como un rasgo de un inventario
cultural. Los aspectos lingüísticos de una sociedad se consideran productos
culturales. El sociólogo describe la presencia en un grupo particular de un
cierto tipo de lenguaje, así como describe la organización social, religión y
costumbres de ese grupo. Este inventario no traza líneas de distinción entre
los rasgos de comportamiento de una comunidad y los objetos que también
constituyen el equipo de civilización de una sociedad en comparación con
otra. El idioma, las costumbres y la religión caen en la misma categoría que
las canoas, la alfarería, las armas y las técnicas y productos del arte
industrial. Esto es especialmente evidente en el caso de la escritura, en
resumen, los registros y la literatura.
El lenguaje sociológico de las cosas puede considerarse como la
contraparte del lenguaje psicológico. El lenguaje de una sociedad,
obviamente, existe antes del advenimiento de algún individuo en particular
en el grupo. Así, cuando nace un infante, lo que se resume como el lenguaje
de su grupo comprende estímulos potenciales que terminarán en reacciones
de lenguaje que en su totalidad constituirán su lenguaje. Entre estos
estímulos sociológicos del lenguaje se encuentran los materiales escritos o
la literatura, así como el habla generalizada de una comunidad.

LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LENGUAJE


ANTROPOLÓGICO

Como ciencia del hombre, la antropología obviamente se ocupa de la


sociedad humana y, por supuesto, del lenguaje. Pero, en comparación con el
sociólogo que se limita a sociedades particulares existentes, el antropólogo
investiga las carreras históricas de sociedades divergentes y las diferencias
resultantes en su evolución. Por tanto, la antropología estudia
comparativamente varias fases de la sociedad.
Con respecto al lenguaje, la tarea del antropólogo es estudiar su
origen, un programa de dos caras. Primero, indaga sobre su origen primario
como actividad distintivamente humana. Esto está relacionado, por
supuesto, con la evolución del hombre a partir de su especie progenitora.
Con la ayuda del paleontólogo, el antropólogo intenta determinar cuándo
los animales empezaron a hablar, un problema relacionado con la carrera
anatómica y fisiológica del género homo.
Esta cuestión del origen se refiere además al crecimiento y los
cambios en el lenguaje resultantes de la evolución civilizacional del
hombre. Éste es el problema del desarrollo y difusión del lenguaje
convencional. En resumen, el antropólogo trata al lenguaje como un tipo
general de comportamiento humano.
Nuevamente, los antropólogos estudian las llamadas sociedades
primitivas o naturales. Pregunta si el lenguaje, así como cualquier otro
objeto de un grupo, se ha originado en esa comunidad en particular o se ha
tomado prestado de algún otro conjunto de individuos. Esto lleva al
problema de los cambios lingüísticos debido a modificaciones en las
circunstancias de vida de una sociedad o la mezcla de grupos como
resultado de la guerra o la conquista.
El lenguaje como forma de comportamiento social también entra en el
campo de estudio del antropólogo. Evidentemente, el lenguaje depende de
las vicisitudes de los grupos. Cuando uno pregunta de qué cosas se habla,
debe dirigirse al tipo de sociedad en la que se produce el lenguaje. Por
ejemplo, el vocabulario de una sociedad tropical no incluye palabras como
"nieve", "hielo", "congelación", etc. De manera similar, el lenguaje de las
sociedades árticas carece de palabras como "palma", "orquídea" y otras que
se refieren a objetos tropicales. Una vez más, algunos lenguajes no tienen
elementos que se refieran a grandes números, mientras que otros contienen
principalmente palabras para cualidades específicas o cosas particulares,
pero no para las especies de cosas o propiedades generales. Estas
variaciones en el tipo de lenguaje dependen de las circunstancias humanas
en las que se encuentra el lenguaje. En la actualidad, los grupos chino,
japonés y otros están desarrollando referencias a los objetos científicos,
técnicos y de otro tipo de la civilización occidental que están adoptando.
Dado que las reacciones lingüísticas específicas de las personas a los
objetos de estímulo de su entorno reflejan los ajustes humanos generales de
los grupos a sus entornos, los fenómenos lingüísticos encajan en el dominio
más amplio de la lingüística etnológica.
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LEXICOLOGÍA

La lexicología es la rama de la lingüística que investiga la existencia y


el uso de palabras en una lengua. El lexicólogo está interesado en la
conexión entre ciertas palabras y aquello que representan. Las palabras se
consideran tradicionalmente como intermediarios entre las cosas y los
signos de las ideas para las cosas reflejadas o proyectadas desde la "mente".
Cuando se estudia la lexicología comparativamente, el estudiante
extiende su interés al hecho de que "il cane", "der Hund", "le chien", "el
perro" son significantes variantes del animal significante-perro. El lingüista
simbológico también indaga sobre la relación entre significantes complejos,
como oraciones y frases, y sus significados. por ejemplo, puede preocuparse
por la relación de frases como "El sol sale", "El sol se pone", con los
fenómenos solares reales involucrados.
La lexicología tiene dos ramas distintas. La primera es la semántica,
que enfatiza los significados de las palabras. El problema aquí es qué
palabras tienen ciertos significados. Dado que la semántica es una rama de
la filología, los datos reales con los que trabaja el lexicólogo son las
palabras. Pero el énfasis está en su significado.
Otra rama de la lexicología es la etimología. El etimólogo se preocupa
principalmente por el origen de las palabras que se usan para significar
ciertas cosas y por los cambios en el significado de los sonidos, las palabras
o las frases. Se pone énfasis en palabras cuyas historias indican una
sucesiva serie de usos.
Ahora bien, los psicólogos pueden estar interesados o no en la
lexicología. Si consideramos el diccionario como un registro de los diversos
métodos por los cuales las personas reaccionan a diferentes cosas, entonces
la lexicología ciertamente es de alguna preocupación para el psicólogo.
Cada diccionario, que constituye un registro de la acción humana, es, si no
una descripción de la conducta, un registro de ciertos tipos de acciones. Tal
registro podría inducirnos a error al pensar que los gestos no responderían
tan bien como las palabras. Tampoco se indicarán en este registro
diferencias específicas en el uso de palabras, ecuación personal de
significado, diferenciación de pronunciación, acento, etc. Como en el caso
de la gramática, tenemos aquí simplemente un examen de las convenciones,
un registro muy incompleto y, como hemos indicado, quizás engañoso.
Por otro lado, si las palabras del diccionario se consideran
simplemente como símbolos o signos que representan cosas, no tienen
conexión alguna con el lenguaje psicológico. No están más relacionados
con el habla viva que otros objetos que se supone representan otras cosas.
El mero hecho de que el diccionario contenga símbolos de palabras o signos
de palabras no le da mayor derecho al lenguaje que si representara otro tipo
de objetos.

LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y FONÉTICA

Haciendo uso de una analogía biológica podemos separar la fonética,


que estudia el carácter morfológico de las palabras, de la rama
correlacionada llamada semántica, que se interesa por sus funciones o
significados.
La ciencia de la fonética trata los sonidos producidos al hablar como
productos de acción o cosas sonoras. Se supone que estas cosas sonoras son
herramientas o instrumentos verbales con fines de comunicación y, en
general, para lograr lo que no se puede hacer sin la intermediación de la
fonética vocalizada.
Los sonidos del lenguaje pueden estudiarse desde el punto de vista del
hablante y del oyente. Como productos del habla, los sonidos constituyen
complejos formados por elementos. Esta serie (oraciones) está formada por
palabras, que a su vez se dividen en sílabas que se subdividen en vocales,
diptongos y consonantes. Estos análisis se realizan a menudo sobre la base
de los órganos específicos (labios, lengua, dientes, etc.) en la producción de
sonidos.
El oyente, mientras interactúa con estos productos del habla, entra en
contacto con ellos directamente como sonidos reales o indirectamente con
su representante, es decir, símbolos transcritos. Por tanto, los fonemas son
cosas más definidamente desde el punto de vista del oyente que desde el
punto de vista del hablante.
La fonética comprende dos tipos importantes de investigación. El
primero es el estudio de la construcción sonora de una lengua existente.
Pero dado que los idiomas cambian constantemente, es igualmente
importante estudiar las transformaciones que tienen lugar en un idioma
determinado. Así, los lingüistas han elaborado una serie de fórmulas de
cambios de sonido, de las cuales los diversos enunciados de cambios de
sonido llamados Grimm (1785-1863), Rask (1787-1832), Verner (1846-
1896) y Grassman (1809-1887) son ejemplos notables.
En su mayor parte, los materiales fonéticos son objetos de estímulo
articulados para el comportamiento lingüístico. Por ejemplo, un bebé que
por primera vez genera respuestas lingüísticas lo hace interactuando con los
sonidos del comportamiento lingüístico de la enfermera como estímulos.
Estos objetos sonoros operan como estímulos junto con gestos de todo tipo
y persisten como estímulos lingüísticos a lo largo de la vida del individuo.
Sin embargo, los materiales fonéticos no se limitan a los estímulos,
sino que también sirven como registros descriptivos de cómo habla la gente
en lo que respecta a los patrones de vocalización. Pero en este caso no
debemos limitarnos a los sonidos estándar o ultra convencionales de un
libro de gramática, sino incluir también las articulaciones específicas de
individuos particulares.

LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y GRAMÁTICA

Los intereses del psicólogo y del gramático son complementarios.


Mientras que el psicólogo estudia el lenguaje como adaptaciones a los
objetos de estímulo, al gramático le interesa el estilo de estas adaptaciones.
En su mayor parte, los materiales gramaticales constituyen las modas y
convenciones que se han establecido. Dado que el lenguaje comprende
características íntimas de sociedades particulares, los hablantes se ajustan
más o menos a sus grupos. Es el trabajo del gramático informar cuáles son
las convenciones lingüísticas de grupos específicos. Y así, mientras el
español dice: "El jardinero recoge las flores"13, un alemán dice, "Der
Gärtner pflügt die Blumen". De esta manera, el gramático y el psicólogo
complementan mutuamente las descripciones de las actividades del habla.
Como estudio de las convenciones del habla, la gramática puede
considerarse una rama especializada de las ciencias sociales. El interés del
gramático por las convenciones puede ir incluso más allá de la mera acción
vocal a la descripción de la vivacidad del habla y la especificación de lo que
ciertas sociedades hacen tabú y proscriben en el camino del
comportamiento lingüístico.
Nótese, sin embargo, que la íntima relación entre psicología y
gramática se extiende sólo a la gramática del lenguaje vivo. La gramática
histórica no se ocupa del habla real, sino simplemente de las formas
muertas del lenguaje. Muy diferente es el lenguaje como comportamiento
psicológico.

PSICOLOGÍA CIENTÍFICA Y GRAMÁTICA


Debido a que la gramática tradicional se basa en una burda psicología
mentalista derivada de un período temprano de su carrera, no tiene ninguna
relación con una psicología lingüística científica. Para el psicólogo
tradicional, el lenguaje consiste invariablemente en la traducción de ideas
en sonidos, sílabas, palabras y oraciones. Un soldado mata a un granjero. A
le dice a B del suceso. Viene el gramático y explica. Primero A tiene ideas
en su mente que representan los detalles del evento. En segundo lugar, las
ideas se expresan o codifican en una acción verbal-motora, representada por
las palabras "El soldado mata al granjero". Al analizar el enunciado u
oración, el gramático aísla una jerarquía de elementos, de los cuales los
elementos más superiores son los semantemas. Por lo tanto, "soldado",
"granjero", "matar" se consideran las características esenciales. Se presume
que todos los demás elementos de las oraciones, llamados morfemas,
indican la relación entre el factor fundamental, es decir, los semantemas.
Estos morfemas, como los miembros de la jerarquía justo debajo de los
semantemas, también están ordenados. Los morfemas relacionales puros se
consideran igualmente esenciales para la oración. Por ejemplo, la posición
de los semantemas se presume para informarnos que es el soldado quien
mata al agricultor. Si se invirtiera el orden de la oración, sabríamos que el
granjero mata al soldado. El morfema relacional puro, entonces, aporta una
forma sintáctica definida a la oración. La ausencia de una "s" al final de
soldier y su presencia al final de kills constituyen morfemas relacionales
concretos, como el sufijo "er", que se presume que representan agencias14.
Ahora bien, aparte de la inaceptable psicología mentalista
involucrada, es obvio que aquí no tenemos más que un análisis de las
oraciones tal como se pronuncian o, mejor aún, tal como se registran y
establecen en los libros de gramática. Como tal, el lenguaje de la filología
está muy alejado de cualquier tipo de comportamiento psicológico. Este
tipo de estudio puede considerarse como un análisis de las cosas,
precisamente como el anatomista divide un organismo en varias partes.
¿Es esta una declaración justa? Ciertamente surge la cuestión de la
equidad, porque si el gramático estudia el habla, debe tratarlo como un
fenómeno dinámico. Pero tales análisis, como se indicó anteriormente,
siempre presuponen fijeza. Y, obviamente, el idioma no es fijo. Si bien se
alega que los materiales gramaticales son registros de lo que hacen las
personas cuando hablan, resulta que esto no es nada fácil. Si esto fuera
cierto, todas las lenguas, para tener en cuenta las variaciones dialectales y
coloquiales, tendrían que describirse en innumerables gramáticas. El habla
no es algo tan estandarizado que pueda confinar en un solo formulario. A lo
sumo, las gramáticas representan prescripción, es decir, lo que uno debe
hacer cuando habla (o mejor, escribe), en lugar de lo que realmente hace.
Dicho de manera más caritativa, las gramáticas representan lo que hacen los
"mejores" escritores. En resumen, el lenguaje gramatical difícilmente es una
acción de ningún tipo, sino más bien esqueletos demacrados. Un amplio
cañón separa los paradigmas gramaticales de los ajustes lingüísticos.
Para ilustrar, las gramáticas alemanas indican un conjunto
perfectamente definido de formas para expresar el futuro, sin embargo, los
hablantes de alemán no dicen "Ich werde kommen"15, aunque los
extranjeros que aprenden el idioma de los libros a veces pueden hacerlo. De
manera similar, las gramáticas francesas enumeran todo el conjunto de
formas definidas pasadas, aunque éstas no se usan en el habla, sino solo en
la literatura.
Los ejemplos pueden multiplicarse ad libitum. La tendencia de los
gramáticos a mirar con recelo las interjecciones indica una marcada
división entre los elementos formales de las palabras cristalizadas y el
comportamiento lingüístico inmediato real. Por esta razón, el gramático que
está alerta se niega a tener nada que ver con las raíces como prototipos
originales del lenguaje, ya que se da cuenta de que obviamente son el
resultado de análisis formales. También rechaza las partes convencionales
estereotipadas del discurso.
Cuando consideramos la gramática comparada, la división entre los
datos de la gramática y la psicología se vuelve aún más clara. El gramático
comparativo asume que los hablantes de todos los grupos lingüísticos tienen
las mismas "ideas" en sus "mentes", pero las traducen o modifican en
diferentes formas verbales. Así se instiga todo el celo con el que los
estudiantes de lingüística comparan las lenguas. En un sistema de lenguaje,
las cosas se clasifican en sólo dos géneros, mientras que en otros sistemas
hay tres o más. En algunos sistemas de idiomas, las mujeres se clasifican
como neutras, mientras que en otros idiomas esto no es la costumbre. El
gramático comparativo también informa que los hablantes de un sistema
lingüístico expresan sus "ideas" de número exclusivamente en palabras que
significan uno o muchos, mientras que los que pertenecen a otra clase
lingüística agregan un número dual.
Todo esto, por supuesto, es un terreno familiar y no es necesario
explorarlo más. Baste decir que, aunque los hechos de la gramática
comparada son sumamente interesantes e importantes, distan mucho de ser
psicológicos. Al rastrear las diferencias en las formas lingüísticas
encontradas en diferentes grupos lingüísticos, es precisamente el propósito
del filólogo enfatizar las costumbres establecidas en lugar de los ajustes
íntimos del habla de los hablantes. Evidentemente, no podría haber ciencia
de la gramática comparada si se intentara acorralar los actos lingüísticos
individuales. En comparación con los gramáticos convencionales, los
psicólogos están interesados en respuestas momentáneas y variables.
Además, el lenguaje psicológico implica mucho más que formas verbales
fijas, por ejemplo, encogimiento de hombros, movimientos de manos,
gestos faciales y posturas de organismos.
Por lo tanto, el psicólogo da una descripción completamente diferente
de la acción del hablante que la del gramático. En ningún sentido un
hablante traduce en actos motor-verbales las "ideas" de la "mente". Lo que
hace es reaccionar verbal y gestualmente a los objetos o eventos a los que
se está adaptando en situaciones específicas. Cuando habla del soldado
matando al granjero, señala el evento, usa referencias verbales, gesticula,
etc., dependiendo de la naturaleza de la situación. Las características de la
acción de la persona están determinadas por las condiciones estimulares y
ambientales. Si es un soldado quien mata al agricultor, en lugar de otra
persona, naturalmente esta diferencia se menciona en la respuesta del
individuo. De la misma manera, todos los elementos del evento-tiempo,
lugar, agente, actor, cosa sobre la que se actúa, se mencionan en las
actividades del hablante. El psicólogo también tiene en cuenta las
diferencias individuales al hablar. Las respuestas del hablante A pueden
consistir en expresiones cortadas y secas o una mezcla de jerga. La
actividad de B
adquiere una manera completamente diferente. Por tanto, hay mucho en
juego en la respuesta que no es de interés o no está disponible para el
estudiante de lingüística formal.

LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y SEMIÓTICA

La semiótica es una institución intelectual originalmente cultivada por


filósofos antiguos interesados en la epistemología o la naturaleza del
conocimiento. En tiempos más recientes, la semiótica se asocia con
nombres como Locke (1632-1704), Peirce (1839-1914) Carnap (1891-
1970), Morris (1901-) y muchos otros. Fundamentalmente, la semiótica
puede caracterizarse como una disciplina que se ocupa de la interpretación
de signos-objetos, incluidas todas las cosas naturales y artefactuales,
mundos y universos enteros, a los que se reducen.
Probablemente el rasgo más destacado de la semiótica como
disciplina sea su asimilación al movimiento filosófico que se basa en la
premisa de que la filosofía consiste principalmente en la crítica y
perfeccionamiento del lenguaje16. De hecho, se dice que la semiótica es la
ciencia completa del lenguaje17. El vínculo de la semiótica y el lenguaje
tiene fama de ser la identidad de la semiótica con la semántica, pero sin
diferenciar entre el habla, los actos de codificación y decodificación y las
cosas que existen independientemente de las personas y sus acciones.
De inmediato observamos el gran abismo que separa la "ciencia de los
signos" de las ciencias lingüísticas, tanto de la lingüística general como de
la lingüística psicológica. Los temas de cada una son diferentes, así como
los propósitos de los seguidores de cada tipo de investigación. Dado que
existe tanta confusión en cuanto a la naturaleza de los diversos datos y sus
interrelaciones, nuestra tarea se convierte en examinar las diversas cosas y
eventos comprendidos en las categorías de signos, símbolos, señales,
lenguaje referencial o sustitutivo. El criterio principal para diferenciar los
diversos datos debe ser, por supuesto, si lo que se estudia consiste o no en
comportamiento psicológico o en objetos que pueden o no ser objetos de
estímulo para cualquier tipo de actuación.

SIGNOS Y COMPORTAMIENTO
Los escritores de semiótica que comienzan con premisas
epistemológicas se apresuran a distinguir entre los signos como elementos o
átomos del universo y su interpretación. De este modo, disciernen las
importantes distinciones entre los signos como cosas que existen como tales
y las cosas relacionadas con los actos de los intérpretes. Este es sin duda el
comienzo de la sabiduría con respecto a los signos. Algo de apoyo que
puede derivar del hecho de que las señales que incluyen debajo de los
signos tienden a alguna acción a la que la señal muestra el camino.
Pero lo que aparece como una ofensa intelectual atroz es la reducción
de todo a signos, incluso los diversos estímulos lingüísticos. Por nuestra
parte, en la actualidad, simplemente condenamos la metafísica y la
cosmología sin sentido involucradas. Lo que nos preocupa, especialmente
ahora, es desvelar las falacias de reducir el lenguaje de signos mediante el
proceso mágico de reducir el lenguaje a símbolos y los símbolos a signos.
Pasamos ahora al examen de simbología.

SÍMBOLOS COMO COSAS O ACCIONES


La simbología como disciplina independiente es la ciencia de las
relaciones implícitas. La más simple de estas relaciones es la que se obtiene
entre dos cosas. Uno de ellos se llama significante y el otro, significado. El
simbólogo está interesado en las condiciones bajo las cuales cada uno de los
miembros de una pareja implica o representa al otro. La simbología puede
considerarse como una ciencia independiente o aplicada. Como estudio
independiente, se ocupa de las relaciones independientemente de la
naturaleza específica de los miembros relacionados. Cuando, por otro lado,
los simbólogos se preocupan principalmente por la naturaleza de los
miembros relacionados, entonces se trata de una rama o aspecto de alguna
otra ciencia, por ejemplo, la lógica o las matemáticas.
La simbología acoplada a la lingüística se da en dos niveles.
Superficialmente, los símbolos se vuelven de interés para el lingüista
general cuando los enunciados están fijos o representados por palabras. Ésta
es la base para analizar palabras en signos de cosas o significados. En un
nivel más profundo, los complejos fenómenos de hablar y ser hablado se
cristalizan en símbolos o cosas descriptivas, tales como sonidos (fonemas),
significados (semantemas), arreglos gramaticales (taxemas), etc. Ahora
conviene examinar las conexiones entre el comportamiento lingüístico y la
simbología verbal.
Es invariablemente cierto que cuando los fenómenos lingüísticos son
más simbólicos, están más lejos de ser referenciales o incluso psicológicos.
El mejor ejemplo de lenguaje simbolizante está representado por la relación
de palabras y cosas. Cuando las palabras se toman como símbolos, se
asume que los nombres de cosas o actos constituyen los significantes de
esas cosas o actos. Como significantes, está claro, entonces, que la
simbología se aplica mejor al lenguaje cuando las palabras se consideran
objetos o marcas en el papel.

ACTOS COMO SÍMBOLOS


Pero, ¿y si las palabras son actos? Las acciones pueden ser tanto
símbolos como cosas. ¿Significa esto entonces que el lenguaje o discurso
referencial es un tipo de simbolismo? Decididamente no. La poca
justificación que existe para llamar símbolos a las reacciones lingüísticas
puede deducirse de la sugerencia de que incluso las fases simples de
estímulo y respuesta de las interacciones elementales no son símbolos entre
sí. Ciertamente, el objeto caliente que estimula a alguien a apartar la mano
no es un signo o símbolo de algo. Sólo mediante la más arbitraria
conversión podría interpretarse así la situación. De manera similar, cuando
una persona al hablar con alguien la estimula a actuar, no hay razón para
considerar su discurso como un símbolo. Hacerlo significa que
arbitrariamente convertimos las palabras en signos.

SIMBOLOGÍA TRIÁDICA
Nuestra cuestión no se detiene aquí. No limitemos nuestra situación a
dos variables, sino supongamos que nuestra relación es triádica, incluyendo
(1) la persona que pronuncia las palabras; (2) las palabras; y (3) las cosas
ante las que se reacciona. Cuando una persona pronuncia una palabra u
oración, ¿podemos considerar la expresión como un símbolo que significa
aquello a lo que responde?
Hablar seguramente no es simbolizar. Si bien es posible estar al lado
de un hablante e interpretar sus palabras como símbolos que representan
cosas, esto no significa que el lenguaje sea simbólico. No más de lo que el
cometa es un símbolo de arrodillarse, aunque podríamos observar a una
persona arrodillarse cada vez que un cometa entra en movimiento. Es cierto
que podemos simbolizar o interpretar el cometa como un signo de
adoración requerida. Esto es simplemente aplicar un nombre a una cosa, a
saber, llamarla signo, señal o símbolo. Pero claramente el nombre no
representa una descripción de la cosa. No expone su carácter esencial. El
cometa y, por analogía, la palabra, es sólo un símbolo de lo que alguien
piensa o dice.

EL HABLA COMO ADAPTACIONES


La conducta del habla, repetimos, consiste en realizar ajustes de
referencia como adaptaciones a situaciones. Ahora bien, es cierto que
hablar implica una cosa de la que se habla y una persona a la que se habla.
Pero el hecho de que el hablante le diga algo al oyente sobre la cosa de la
que se habla, ¿convierte su discurso en símbolos de las cosas? Seguramente
no hay una simbolización intencionada ni no intencionada.
Hablar, mucho más que simbolizar, está íntimamente involucrado en
las adaptaciones a las cosas. El comportamiento del lenguaje constituye
actuaciones integradas con situaciones y no es en ningún sentido
representacional. De hecho, en ciertas situaciones, incluso la conducta de
hablar puede no estar íntimamente integrada con otros eventos involucrados
para operar como un ajuste. Por ejemplo, cuando una persona está a punto
de ser golpeada por un automóvil, simplemente se aparta de un salto; o
cuando éste último es un niño, el individuo que actúa simplemente saca al
niño del camino del peligro. Hablar es una forma alternativa de adaptación
sólo cuando hay tiempo y un oyente o un oyente comprensivo. El lenguaje
psicológico no es en ningún sentido una serie de contraataques que
representan cosas o actos. Pensar en un ajuste íntimo como el lenguaje
psicológico como un conjunto de meros significantes, es pasar por alto las
especificidades de los eventos de ajuste.
Aunque todo lingüista puede caer en el error de tratar las palabras
habladas como símbolos o signos, sabe muy bien que no son ese tipo de
cosas. Entonces, sólo metafóricamente tiene razón al describir las palabras
habladas como cosas. En realidad, las emisiones de palabras son
actuaciones superlativamente vívidas, que se modifican y cambian
constantemente, de modo que una palabra en particular constituye ahora
una reacción a una cosa y luego a otra18. Las palabras habladas no son en
ningún sentido elementos fijos que tengan una relación directa y definida
con un objeto referido. Las palabras consideradas como símbolos están aún
más alejadas de los ajustes psicológicos que las palabras o los patrones de
acción del gramático.
Convertir eventos hablados en símbolos sólo da como resultado el
pasar por alto todas las condiciones reales del comportamiento del habla.
Por ejemplo, cuando una persona habla consigo misma, obviamente no es
necesaria una simbología definida. Una vez más, cuando se habla, una
persona está lejos de simplemente traducir un objeto en un símbolo o usar
un símbolo que representa un objeto, sino que responde de manera casual,
excitada o irritada a una situación. Su respuesta en lo que a palabras se
refiere puede ser una jerga.
Por supuesto, se puede hablar simbólicamente. Este es el caso cuando
uno escribe o hace señales. Pero, en cualquier caso, la persona está
realizando una adaptación psicológica distinta y es indiferente que su
acción consista en hablar o escribir palabras, hacer gestos o colocar o agitar
una linterna. Las condiciones aquí son completamente diferentes, sin
embargo, cuando pensamos en el individuo como simplemente
estableciendo un signo que apunta a algo o condición significada. En el
último caso, el signo o símbolo, incluso si es la actuación más activa, debe
considerarse como una cosa fija, un miembro puro de una relación. La
adaptación importante desde el punto de vista del simbólogo la realiza la
persona que toma el símbolo en su propia relación con la cosa o condición
simbolizada19.
Hasta ahora hemos estado considerando los actos del hablante.
Pasemos ahora de la persona que actúa para estimular a otro individuo, a la
persona que reacciona a esta estimulación. ¿Es su reacción auditiva
lingüística una respuesta a un símbolo? De ninguna manera. Existe una
clara diferencia entre reaccionar lingüísticamente y saber qué representa un
símbolo. Cuando A oye algo hablado, ¿no reacciona ante todo al objeto en
lugar de a un símbolo del mismo?20
Claramente, aquí hay una confusión entre simbolismo y comprensión.
Esto multiplica nuestros errores por dos. Primero, incluso si tenemos
reacciones de significado o comprensión, ¿están operando simplemente
estos símbolos? E incluso, si comprender o conocer es simbolización, ¿son
lenguaje? Sólo cuando tomamos palabras aisladas, es decir, los frutos
muertos del habla, podemos considerarlas como significantes o elementos
de una pareja relacional. Pero tales palabras no son un lenguaje más
psicológico que los objetos en el camino que uno usa como punto de
referencia. Es cierto que ese objeto significa algo para esa persona. Cuando
lo ve, sabe que debe girar a la derecha. Pero, ¿sería correcto decir que le
habla o le dice a dónde ir? Aunque tal objeto es un estímulo para una
respuesta de comprensión, no es una característica esencial de un evento
lingüístico.
Las palabras de un libro o los jeroglíficos de un monumento pueden
considerarse símbolos en este mismo sentido. Cuando X descubre lo que
significan estas palabras o signos, no es una violación de la metáfora decir
que excitan y amplían su comprensión. Son sus maestros. De ellos aprende
todas las glorias y vicisitudes de una raza de personas fallecidas: cómo
vivían, adoraban y hablaban. Ahora, incluso si estos signos son los
precipitados cristalizados de lo que alguna vez fue un lenguaje de
adaptación vívido, obviamente ya no lo son.
Una vez más, X visita un país extranjero. Oye hablar una lengua
extraña. Entiende que el hablante le está diciendo algo a la otra persona. Si
algo que lo estimula a comprender es un símbolo, aquí tenemos símbolos
que funcionan perfectamente. Pero no hay interpretación del habla. En
ninguno de estos casos X está involucrado en una situación de lenguaje
como oyente o lector. No se está adaptando a la estimulación lingüística. X
no está conversando ni recibe órdenes ni solicitudes. Su reacción es una
respuesta psicológica a un evento, precisamente como cuando ve el
relámpago y se apresura a casa para evitar lluvia. En la medida en que haya
lenguaje en estas ilustraciones, no se les puede llamar símbolos en ningún
otro sentido que el de significar algo significante.
Cuando estamos de acuerdo en que el lenguaje psicológico es un
comportamiento y no un conjunto de símbolos, no estamos negando que
podemos simbolizar cualquier tipo de datos. Gran parte de nuestro
conocimiento debe organizarse en forma de relaciones artificiales. Esto es
tan cierto para los hechos del habla como para otros tipos de datos.
Seguramente es posible abstraer todo el contenido real de un evento de
estímulo y respuesta. No es una gran hazaña convertir la acción del
hablante, que normalmente es una respuesta estimulante, en un significante
como correlato fijo de un objeto como significativo. Pero, ¿qué valor tiene
este procedimiento para la descripción lingüística? Ninguno en absoluto. Es
simplemente forzar una relación simbológica en un evento, y notar que el
objeto puede convertirse en significante tanto como significado.
Entonces, ¿cómo se puede justificar la simbolización del habla?
¿Cómo se pueden emplear los símbolos para describir el lenguaje? Solo
ponderando los símbolos con contenido lingüístico definido. De esta
manera, la simbología del lenguaje se convierte en sinónimo de psicología
lingüística. Por ejemplo, se asume que lo que hace el hablante es actuar de
tal manera que no sólo simboliza la referencia, sino que expresa una actitud
hacia el oyente y el referente, para producir efectos en el oyente y crear la
referencia de la mejor y más fácil forma. Si bien el simbolista puede
rechazar como irrelevantes algunos de los factores psicológicos, puede
incluir un número suficiente para que su simbología se corresponda
bastante estrechamente con una situación lingüística. Pero aquí no se
discuten las relaciones simbológicas puras sino algo más. Todo esto se hace
con la explicación de que la simbología involucra contexto. En otras
palabras, la simbología ya no se considera la ciencia de las relaciones. Sin
embargo, estas manipulaciones nos permiten ver las semejanzas y
diferencias entre el lenguaje simbólico y referencial.
Por supuesto, el simbolismo no debe confundirse con el lenguaje o el
habla referencial. Pero, por otro lado, si pensamos que la simbología
incluye el comportamiento de codificación y decodificación de signos para
convertir objetos en símbolos, entonces las situaciones simbológicas pueden
transformarse en lenguaje sustitutivo. En el Capítulo VII consideramos con
cierto detalle este tipo de lenguaje. En este punto, sin embargo, deseamos
reiterar que la introducción de un factor psicológico no transforma una
situación simbológica en actividad referencial. Observe que la actividad
psicológica aquí se refiere a la intención de configurar un símbolo para
confundir o iluminar a alguien. Es precisamente como poner una luz roja
sobre un montón de escombros al anochecer. La intención de advertir a
alguien o el deseo de evitar un accidente, no es un comportamiento
lingüístico. Ya no es el acto de tomar un objeto de un lugar y ponerlo en
otro.

SIMBOLISMO MONITORIAL
Una conexión sumamente importante entre la simbolización y el
habla es la que se revela en la función de supervisión de las palabras o los
símbolos. Cuando una persona habla de Dios, la belleza o la libertad, debe
existir una correlación adecuada entre el lenguaje y los objetos de los que se
habla. Cuando los objetos existen realmente, entonces las palabras deben
referirse explícitamente a ellos, mientras que, si no es así, el hablante debe,
como mínimo, articular de manera irreprochable. La semiología o
semántica aboga adecuadamente por la idoneidad y utilidad de las palabras
o frases. El objetivo de dicho estudio es evitar errores o malentendidos en el
uso del lenguaje para no engañarse a uno mismo ni a otras personas.
Entonces uno no está controlado por palabras; ni se sustituyen las cosas por
palabras. Tal estudio de la semántica culmina en el refinamiento del uso de
palabras. Por lo tanto, tiene el mismo propósito que el refinamiento de la
simbolización en lógica y matemáticas, en las que el pensamiento claro y el
cálculo adecuado son los objetivos a los que se apunta.
El consejo de advertencia puede resultar de gran utilidad. Pasando de
los símbolos de las palabras a los actos hablados, conviene advertir a los
oradores que tengan cuidado al hablar. Dado que el habla es un ajuste al
entorno, se debe tener cuidado de adaptarse bien. Dado que el habla es una
acción referencial, el semiólogo bien podría suponer que las leyes de los
signos se aplican también al habla. Pero esta función de vigilancia no debe
ejercerse con demasiada rigidez. La semántica sólo se puede aplicar de
manera muy general a la lengua viva, ya que no tolera a ningún maestro de
tareas.
Lo que realmente está involucrado en la concepción supervisora del
habla concierne a las circunstancias en las que funciona el habla. El habla
opera en numerosas situaciones humanas. Las personas hablan para
ejercitarse, así como para transmitir órdenes en una jerarquía militar. En el
último caso, los altavoces sirven simplemente como retransmisores,
máquinas para caminar y hablar. Aunque deben transmitir correcta o
exactamente, sus propios ajustes de referencia no están involucrados.
Simplemente están sirviendo a otra persona. Del mismo modo, cuando uno
está realmente interesado en contarle a alguien sobre algo, existe una
demanda de un conocimiento adecuado de la cosa y su comunicación. Aquí
se admite que el discurso debe ser rígido y convencional sí no formal. Pero
observe que en este caso el habla pierde algunas de sus características más
llamativas. Como el explorador ártico que en una emergencia debe
disminuir sus procesos de vida para poder seguir viviendo, a veces hay que
hablar sin vigor y sin espontaneidad. Tales son las exigencias de adaptarse a
las situaciones.
EQUIVALENCIA DE FACTORES LINGÜÍSTICOS

¿Es cierto que las ocho fases lingüísticas que hemos aislado
completan toda la serie? Esta no es una cuestión irrelevante, aunque
palidece hasta la insignificancia al lado del problema de la igual
importancia de estas fases.
Creemos que asumir la posición de que algún factor es más
importante y otro menos importante nos lleva necesariamente a numerosas
dificultades. Si bien es natural que un estudiante de una de estas fases
enfatice demasiado la importancia de su propio campo, ceder a tal actitud es
provocar una seria confusión.
¿No estaremos entonces de acuerdo en que todos estos aspectos
lingüísticos constituyen características coordinadas del lenguaje? Para el
psicólogo, está bastante claro que la característica del comportamiento es la
más importante. Pero, obviamente, el comportamiento está limitado y
condicionado por las convenciones. Así, las condiciones gramaticales y
léxicas dan forma a la conducta del habla. De manera similar, los rasgos
lingüísticos, sociológicos y antropológicos dan carácter a las acciones
específicas de personas particulares. Nuevamente, como interconducta, las
respuestas no pueden ocurrir sin estimulación; De ello se desprende que
muchas de las otras fases pueden considerarse como la coordinación de los
factores de estimulación con los aspectos de comportamiento o respuesta.
De manera similar, el aspecto vibratorio de las expresiones del lenguaje
puede considerarse como el medio para la conducta psicológica.
Proponemos, entonces, ignorar las cuestiones de prioridades relativas, pero
procedemos de inmediato a un estudio de las interacciones lingüísticas. Sin
embargo, primero debemos dedicar el próximo capítulo a una exposición de
las características esenciales de la interconducta psicológica.
CAPÍTULO III
LOS FUNDAMENTOS PSICOLÓGICOS DEL LENGUAJE
_____________________________________________________________
___

POSTULACIÓN PSICOLÓGICA

La lingüística psicológica no puede ser más válida que los principios


psicológicos generales en los que se basa. Por tanto, es importante que
seamos plenamente conscientes del tipo de fundamento sobre el que
planeamos erigir nuestra superestructura lingüística.
Ahora bien, la determinación de los fundamentos científicos es el
proceso ordinario, por el que debe pasar toda ciencia, de plantear
postulados. Los postulados constituyen proposiciones que establecen los
supuestos fundamentales que guían al científico en sus observaciones e
interpretaciones. La suma de tales postulados comprende el campo de
referencia en el que trabaja un científico. La ciencia como logro puede
considerarse como una serie de proposiciones construidas con precisión
para registrar y organizar los eventos tratados. El sistema así erigido está
condicionado en alcance y validez por los postulados aceptados. En el
campo de la psicología hay tres formas fundamentales de postulación que
pueden emplearse en el estudio del lenguaje. Estos son: mentalismo,
conductismo e interconductismo.
El escritor asume que los fenómenos lingüísticos no pueden basarse ni
en el mentalismo ni en el conductismo21, que han sido los puntos de vista
dominantes en el campo psicológico. El primero se ocupa principalmente de
la expresión de estados mentales o psíquicos ocultos y el segundo del
funcionamiento del organismo anatómico. Después de revisar estas dos
concepciones y las objeciones a ellas, indicaremos la visión psicológica que
aceptamos como satisfactoria para la psicología lingüística.

MENTALISMO
Desde el punto de vista mentalista, el lenguaje se considera
manifestaciones verbales o motoras de entidades psíquicas. Este punto de
vista se expresa en el dictamen convencional de que el lenguaje es un medio
para transmitir o comunicar el pensamiento22. Estas acciones verbales se
consideran cristalizadas, de modo que el lenguaje se define como un
conjunto de símbolos que representan pensamientos o estados mentales. ¿Es
ésta una descripción satisfactoria de actividades tan dinámicas como el
comportamiento lingüístico?
Se acuerda que el método de la ciencia no es otro que tomar nota de
sucesos o eventos y luego asimilarlos a nuestro sistema de conocimiento.
Esto significa, en efecto, determinar la naturaleza o construcción de eventos
o cosas y describirlos no solo por sí mismos sino en conexión con otras
cosas. La última forma de descripción la dignificamos con el término
explicación. Los límites de nuestra descripción y explicación se establecen,
por supuesto, por la naturaleza de los problemas que instigan nuestra
investigación y el estado de nuestro conocimiento existente.
Se impone una condición imperativa al científico.
Independientemente de la característica de algún acontecimiento real que
elija estudiar, debe comenzar con una cosa concreta o un acontecimiento
que pueda confrontar y observar. Ningún trabajo científico puede comenzar
sin un dato crudo23, cuyo requisito indispensable es que sea un hecho o
evento definitivo. ¿Son los estados de conciencia, conciencia o sentimiento
tales ocurrencias? ¿Existen tales estados psíquicos como datos crudos en el
sentido esbozado anteriormente? Más bien, ¿no son estos estados putativos
realmente actos de conocimiento o reacciones de sentimiento con respecto a
cosas u otras personas?
Es natural que los psicólogos mentalistas, al menos verbalmente,
asimilen la noción de actos de conciencia, pero en ese caso deberían
intentar describir tales actos como el comportamiento real de los
organismos. En la práctica, por supuesto, piensan persistentemente en
términos de estados psíquicos. ¿Es descriptivo de un acto de ser
consciente24 de este libro?
Sin duda, la mayor objeción al concepto de estados mentales es que
tales estados son puras fabricaciones, construcciones verbales y, por
definición, son transpaciales. No están instalados en una variedad concreta
de espacio-tiempo. En consecuencia, los datos crudos del habla activa se
transforman verbalmente en otra cosa. Si no fuera así, no habría lugar en las
descripciones lingüísticas para la expresión de algo por medio de palabras.
Sin embargo, si nos atenemos a los acontecimientos lingüísticos reales,
podemos construir proposiciones relativas a los actos de hablar y de ser
hablados como una interconducta determinada de las personas.
El método convencional de escapar de las dificultades derivadas de la
concepción de los estados mentales es esconderse detrás del manto de los
conceptos. Los estados mentales, se dice, son construcciones científicas que
simbolizan ciertas características del comportamiento lingüístico. Uno se ve
obligado a preguntarse, sin embargo, cuál es el significado de lo que se
aparta tan lejos de los eventos en cuestión, especialmente cuando no es una
ayuda para la comprensión de los fenómenos estudiados, sino que, por el
contrario, conduce a sus malas interpretaciones. En una discusión completa
de las dificultades de la concepción mentalista, podemos agregar que todo
el comercio con los estados mentales pertenece al pensamiento metafísico y
no científico.
Al menos desde el inicio de los días de la evolución biológica, los
psicólogos han sido sensibles a esta situación. En consecuencia, han
intentado conectar los estados psicológicos lo más estrechamente posible
con las actividades corporales. Algunos psicólogos han llegado a traducir
estados psíquicos en acciones corporales. Se ha propuesto que los estados
mentales son idénticos a las acciones del sistema nervioso. Míralo de un
lado, dicen, y tienes conciencia; Míralo desde otro, y solo hay acción
neuronal.
Ningún psicólogo mentalista actual, es seguro decirlo, estará
satisfecho hasta que al menos haya afirmado que los estados mentales
tienen una base fisiológica. Y así, el sistema nervioso está hecho para
aceptar ese dudoso honor. Se han ofrecido todo tipo de explicaciones de
cómo surgen, operan y se relacionan los estados mentales en términos de
interpretaciones neuronales hipotéticas expresadas en términos de surcos,
conexiones neuronales, sinapsis y configuraciones neuronales.
En todo este procedimiento algo destaca claramente una luz, a saber,
que el mentalista más empedernido se da cuenta de la inutilidad de añadir a
la acción corporal algún tipo de factor mental o psíquico. De ahí su celo por
intentar tal conjunción. Pero, ¿qué pasa con sus esfuerzos? Nada más que la
comprensión de que no hay estados mentales que puedan separarse,
identificarse o combinarse con la acción neural u otra acción orgánica
dentro del dominio lingüístico.

CONDUCTISMO

El conductista, agudamente alerta a las dificultades del mentalismo,


afirma que los esfuerzos conjuntos del mentalista no sirven de nada y que
los materiales psíquicos no son el tema de la ciencia. Debido a que los
estados mentales son transpaciales, están excluidos del dominio de las
ciencias naturales. En consecuencia, el conductista limita sus descripciones
del dato psicológico al funcionamiento de los mecanismos anatómicos y
fisiológicos. Así, en el período temprano del movimiento conductista
actual, los fenómenos psicológicos se describieron como las actividades o
funciones de órganos particulares, y luego se ampliaron para incluir las
actividades del organismo total. Tal punto de vista equivale a reducir la
psicología a fisiología.
Los mentalistas, acorralados, se defienden atacando. Rechazan la
posición conductista sobre la base de que un dato psicológico no puede
agotarse en la descripción de acciones exclusivamente corporales.
Dado que el lenguaje es nuestra preocupación principal, consideremos
cómo esta crítica mentalista se aplica a los eventos lingüísticos. Parece
haber un mérito considerable en la afirmación mentalista. Según el
conductismo, el habla consiste en el funcionamiento de mecanismos
anatómicos como los órganos vocales, el cerebro y los nervios además de
los órganos de los sentidos y la actuación de la boca, dientes, labios, etc. Es
por medio de tales mecanismos que se emite el habla.
Las respuestas del lenguaje deben involucrar seguramente todos estos
procesos anatómicos y fisiológicos, pero son sólo factores participantes del
lado del hablante. Son fases o aspectos del lenguaje hablado u oído, y
operan en todas las situaciones como componentes de organismos
completos, y nunca como determinantes locales parciales de ningún tipo o
fase de comportamiento. El comportamiento lingüístico es una acción
mucho más complicada que la mera operación de mecanismos anatómico-
fisiológicos.
Y así, mientras que el conductista está enteramente dentro del ámbito
de los hechos concretos, la posición conductista así esbozada requiere
mucha amplificación. El retraso en el manejo científico de sucesos tan
familiares y frecuentes como el habla con sus problemas de contenido,
significado y sentido, requiere una base psicológica diferente. Sugerimos
que la psicología interconductual constituye una base apropiada para la
lingüística científica.

PSICOLOGÍA INTERCONDUCTUAL

Según la psicología interconductual, un dato psicológico es siempre


un evento definido con al menos dos cosas en interacción. Una de ellas es,
por supuesto, un organismo psicológico, cuya acción se llama respuesta. El
nombre de estímulo se le da a la función o acción del objeto que interactúa
con el organismo psicológico. Ésta es la esencia de la psicología
interconductual.

RESPUESTAS Y FUNCIONES DE RESPUESTA


Todos conocen una fase del dato psicológico. Nos referimos a las
acciones del organismo que responde, tales como agarrar, caminar, alcanzar,
patear, arrojar, creer, recordar, pensar, etc. Podemos estar bastante seguros
de que tales acciones se reconocen fácilmente como modos de comportarse
con respecto a las cosas. Posiblemente haya quienes aún no están
acostumbrados a considerar el pensar, creer y recordar como acciones. Pero
hay que tener en cuenta que, aunque tal comportamiento es sutil, no
obstante, se realiza mediante la adaptación de un individuo a los objetos
circundantes.

FUNCIONES DE ESTÍMULO
Ahora bien, ¿cuál es la acción del objeto de estímulo en la
interconducta psicológica? Realiza una función correspondiente a una
función de respuesta. Vamos a ilustrarlo con el caso menos ambiguo. Aquí
hay dos esgrimistas que interactúan entre sí en mutua estimulación.
Empecemos con A estimulando (empujando su estoque), hacia B, quien
realiza un acto de defensa. Entonces, la acción de B estimula a A, cuya
respuesta recíproca es nuevamente un estímulo para B. Considere que el
proceso continúa durante un intervalo considerable, las acciones de cada
individuo funcionan para provocar respuestas en el otro.
La función del estímulo no es menos clara cuando la interacción no
llega a este elaborado drama. Un individuo puede estar interactuando con
otro individuo sin ningún contacto cercano entre ellos. A simplemente
observa a B en el acto de nadar o correr. Naturalmente, el objeto de
estímulo en este caso corresponde a una forma sutil de respuesta. Cuando la
cosa con la que la persona interactúa es un objeto inanimado, podemos
considerar que la interacción ocurre en un nivel menos obvio. Pero en lo
que respecta al efecto estimulante, el resultado es el mismo, es decir, en
cada caso se está produciendo una interacción.
Vayamos al fondo de la escala interaccional. Tomemos el caso de la
persona que se comporta con una piedra tirada en el camino. Él al menos lo
percibe (lo mira). ¿Quién puede negar que el objeto actúa sobre la persona?
Ningún observador competente puede. Porque no hay duda de que la piedra
ejerce un efecto sobre él, en resumen, participa en una acción conjunta. Más
importante aún, la acción de la piedra coincide con una forma específica de
respuesta. La acción de un perceptor particular puede ser un tipo de acto
completamente diferente al realizado por algún otro organismo o persona.
Evidentemente el acto ilustrativo es diferente al que realiza la misma
persona al percibir a otro. No olvidemos que el comportamiento psicológico
es siempre un comportamiento recíproco. Cuando A mira una cosa, ese
objeto está tan involucrado en un evento dinámico como cuando lo agarra,
lo patea o lo arroja.
Sin duda, hay grados de acción realizados por el objeto de estímulo
cuando se mide en términos de energía física real gastada por las cosas. El
objeto opera en un grado mínimo cuando simplemente está tirado en la
carretera. Un mayor grado de acción estimulante por parte del objeto ocurre
cuando, debido a las condiciones naturales, se desliza colina abajo sobre
alguien, o por medio de la acción humana lo golpea con una precisión
infalible. Esta distinción se correlaciona con la distinción entre grados de
gasto energético mencionado anteriormente.
Sin embargo, estaríamos perdiendo el punto por completo si
consideramos que la cantidad de energía gastada por un objeto se suma al
principio de su eficacia como estimulador. Es cierto que en algunos casos la
complejidad y la importancia de una respuesta son funciones (en un sentido
matemático) de la energía gastada por el objeto estimulante. Pero no
siempre. Un artista puede tener una reacción mucho más agitada e
importante ante un cuadro colgado en la pared que ante cualquier otro
objeto gastando así una mayor cantidad de energía. El principio de estímulo
y respuesta, por tanto, es independiente del tipo de acción del objeto
estimulante. En otras palabras, los eventos psicológicos se caracterizan
principalmente por su carácter interconductual y, aunque todos están sujetos
a las leyes de la mecánica newtoniana, las interacciones no son meras
acciones mecánicas.
Llegamos ahora al corazón de todo el evento interconductual. Cada
interacción es siempre absolutamente específica. Lo que hace el organismo
que reacciona y el objeto de estímulo en cada interacción, constituye un
suceso relacional distintivamente único. No sólo las respuestas de los
organismos y las funciones de los objetos de estímulo se coordinan
mutuamente, sino que todo el evento de interacción se adapta a las
circunstancias circundantes. Lo que se entiende por hecho o mentalidad
psicológica se resume prácticamente en esta mutualidad y reciprocidad de
acción.

ORIGEN EVOLUTIVO DE LAS RESPUESTAS


¿De dónde viene esta ocurrencia interactiva única? La respuesta: los
fenómenos psicológicos son históricos o evolutivos. Todo evento
psicológico representa interrelaciones históricas del organismo con lo que
lo estimuló en un momento determinado. Tan pronto como nace un
individuo, entra en contacto con objetos. Como organismo psicológico, es
sensible a las cualidades de las cosas, lo que equivale a decir que las
cualidades tienen un efecto sobre él y, en consecuencia, actúa de manera
diferente con respecto a diferentes objetos.
Estas interacciones tempranas con los objetos dan como resultado la
creación de un conjunto de respuestas únicas a estas cosas en particular.
Naturalmente, dado que los primeros contactos son muy simples, las
interacciones psicológicas resultantes son igualmente simples. A veces, la
relación experiencial entre organismos y objetos no se amplía ni se
profundiza. Con respecto a algunas cosas, A puede ser tan inocente en su
vejez como lo fue en su infancia. Él los conoce en lo superficial. No
producen efectos profundos sobre él. Su equipo reaccional con tales cosas
no cambia. Pero con respecto a otras cosas sus relaciones interaccionales
crecen sin cesar. No sólo aumentan, sino que también se complican. A
medida que A descubre cualidades adicionales en una cosa, estas
características estimulan nuevas respuestas. Del mismo modo, el objeto
significa algo más para él. Exige una comprensión más profunda, una
reflexión más eficaz.
El comportamiento del lenguaje se origina de manera histórica
similar. Cada palabra que pronuncia A, cada frase que pronuncia, tiene su
historia. Cada conversación que mantiene es un testimonio de la mutua
conducta por la que él y sus referentes han pasado. Es por eso que por su
boca puedes condenarlo. Recuerde la historia de shibolet-sibolet25. Sin
embargo, no debemos dejar de observar que la conducta del lenguaje no
está correlacionada de manera esencial con las cualidades naturales de los
objetos. Los mismos objetos interactúan lingüísticamente de manera
diferente por miembros de diversas comunidades psicológicas y sociales. El
lenguaje, por supuesto, no es único en su arbitrariedad y artificialidad. Todo
el estudio de las actividades de la psicología social está dedicado a la
observación de las formas de comportarse con las cosas condicionadas por
la comunidad, en la mayoría de los casos con una amplia variación de
cualquier plan que pueda sugerir la naturaleza de las cosas.

ORIGEN EVOLUTIVO DE LOS ESTÍMULOS


Así, pues, es el origen de cualquier reacción que observemos26. A
través de estas interacciones evolutivas se desarrollan igualmente las
funciones de estímulo de los objetos. Debido a las numerosas circunstancias
bajo las cuales las personas entran en contacto con cosas y eventos, estos
últimos quedan dotados de todo tipo de funciones de estímulo.

INFLUENCIA DE LOS CONTEXTOS SOBRE LA INTERCONDUCTA


De los hechos de la evolución interconductual se deduce que el
mismo individuo puede interactuar de muchas formas, incluso con el mismo
objeto. ¿Qué comportamiento mutuo en particular se produce en un
momento determinado? La misma pregunta surge cuando consideramos que
en cualquier momento pueden ocurrir muchas interacciones diferentes con
diferentes objetos presentes, incluso si solo una forma de
intercomportamiento está disponible entre la persona y cualquier cosa en
particular. En cualquier caso, el entorno o el trasfondo de la situación de
interacción es el factor que influye. Por ejemplo, de los muchos nombres
que un conductor descuidado puede estimular a uno a llamarlo, solo
aquellos que pueden expresarse convencionalmente en presencia de mujeres
(si hay alguna presente) pueden realmente ser pronunciados.

EL ORGANISMO PSICOLÓGICO Y LA HISTORIA INTERCONDUCTUAL


Nuestra exposición ya ha dejado claro que, según la psicología
interconductual, un organismo psicológico es un individuo biológico que ha
construido una gran serie de configuraciones de conducta en interacción
con cosas y personas y, en consecuencia, realiza esas actividades cuando se
repiten las situaciones originales. Ahora bien, si nos preocupamos por
predecir el comportamiento de un individuo, podemos hacerlo si estamos
familiarizados con su evolución psicológica. Así nos dirigimos a un inglés o
un francés en su propia lengua materna porque sabemos cuál es su
equipamiento psicológico. A este equipamiento lo llamamos organismo
psicológico. Por tanto, un organismo psicológico puede definirse como una
suma de respuestas psicológicas. Es conveniente utilizar el término
personalidad para designar la gran serie de equipamientos
interconductuales. Este equipamiento de reacción es realmente el registro
de la evolución psicológica del individuo. Es a través de su historia
interconductual y su biografía reactiva que el individuo desarrolla sus
reacciones particulares de ver, oír y hablar.

LA HISTORIA INTERCONDUCTUAL SIGUE LA EVOLUCIÓN BIOLÓGICA


Como proceso evolutivo, el desarrollo psicológico de un organismo
puede considerarse como una fase posterior del desarrollo general27. La
habilidad de un organismo para interactuar con las cosas de la manera
descrita aquí es el resultado de procesos evolutivos biológicos a lo largo de
largas edades geológicas. A través de una extensa serie de sucesos
biológicos y geológicos han surgido especies de animales lo
suficientemente complicados como para participar en interacciones
psicológicas resultantes de la realización de ajustes psicológicos sutiles y
efectivos.
Sin embargo, no debemos simplificar demasiado las cosas. No
tenemos más derecho a hablar de estos procesos biológicos como
productores de un organismo psicológico del que tenemos a asumir que los
primeros movimientos de las masas nebulosas que dieron como resultado el
sistema solar, estaban desarrollando cosas o actividades biológicas. Lo que
tenemos hasta ahora son simplemente las condiciones que ocurren antes de
que puedan surgir los organismos psicológicos y las acciones psicológicas.
No lo olvidemos. Los eventos psicológicos son eventos
absolutamente únicos. Y así, para que ocurra una reacción psicológica,
siempre debe estar presente la biografía personal del individuo. Dado que
una reacción psicológica consta de movimientos específicos, poses y gestos
particulares en un comportamiento breve y único –en resumen,
configuraciones conductuales únicas- éstas sólo se pueden desarrollar en las
interacciones íntimas del individuo con los objetos circundantes.

FACTORES CULTURALES EN EL DESARROLLO PSICOLÓGICO


Hasta ahora solo hemos hablado de potencialidades psicológicas.
Entonces, para que el organismo sea capaz de pensar, recordar o hablar;
además, es necesario que el animal humano sea civilizado. Los procesos de
civilización comienzan cuando el animal ha ascendido biológica y
geológicamente en la escala evolutiva. Esta civilización en todas sus
características también puede ser considerada como una condición para el
desarrollo y funcionamiento de todo tipo de respuestas humanas, incluidas
las reacciones del habla28. En otras palabras, podemos suponer que el
lenguaje humano, así como otros intercomportamientos complicados, son
eventos engendrados sólo bajo condiciones de civilización.
Resultado: si el hecho psicológico real es una interconducta
evolucionada como lo hemos delineado, entonces está claro que podemos
sacar alegremente del dominio psicológico cualquier factor psíquico sin
omitir ninguna característica esencial. Por otro lado, en la medida en que la
concepción interconductual parece válida, tenemos una base científica
natural para el estudio de la lingüística psicológica.

EL LENGUAJE COMO EVENTOS INTERCONDUCTUALES

Como fenómeno psicológico, el lenguaje constituye tipos específicos


de comportamiento adaptativo. Como todos los demás hechos psicológicos,
los fenómenos lingüísticos consisten en las interacciones de personas con
objetos estimulantes. Estos ajustes son, en principio, los mismos que
cuando los individuos arrojan algo o huyen de un animal amenazador. La
interconducta lingüística, como otros fenómenos psicológicos, constituye
eventos autónomos con sus propias características únicas.
En origen, los comportamientos mutuos lingüísticos son elementos
definidos de evolución. Al menos todos los organismos humanos normales
están equipados biológicamente para moverse, hacer gestos y vocalizar.
Además, pueden distinguir palabras o sonidos y responder de manera
diferente. Los organismos también pueden repetir los sonidos o realizar las
mismas reacciones que otro individuo. Finalmente, el organismo puede
llevar a cabo tales respuestas cuando la ocasión lo requiera. Esto implica
simplemente hacer lo mismo que el otro organismo en presencia de un
objeto, o repetir lo que uno ha hecho anteriormente en circunstancias
similares. Este acto lingüístico es precisamente como realizar cualquier otra
acción. Aprender a hablar en el sentido de realizar respuestas verbales es lo
mismo que aprender a caminar o manipular algo.
Algunos tipos de respuestas, como caminar, requieren muy poco
desarrollo interconductual, ya que están bastante cerca de ser el mero
ejercicio de estructuras anatómicas. O, mejor dicho, son meros
movimientos del organismo. No es así en el caso del habla. Aquí la
actividad es mucho más compleja, y lo que se hace a modo de ajuste
psicológico constituye una acción muy alejada del mero ejercicio de las
partes anatómicas. La distinción puede ilustrarse comparando la mera
vocalización o el encogimiento de hombros con un lenguaje comunicativo
genuino.
Las reacciones lingüísticas como ajustes constituyen, por tanto,
respuestas específicas a estímulos particulares. El mero hecho de que las
realicemos como respuestas verbales o auditivo-motoras genera una
diferencia solo de tipo, pero no de principio de conducta.
Por ejemplo, un objeto al alcance de la mano estimula a alguien a
agarrarlo. De manera similar, un objeto fuera de su alcance estimula al
individuo a caminar hacia él. En otras palabras, diferentes situaciones de
estimulación provocan diferentes acciones. Lo mismo ocurre con el
comportamiento del lenguaje. Las reacciones a las palabras dependen del
ajuste particular necesario para la estimulación actual. Así, cuando uno
quiere asegurar un objeto que no le interesa obtener por sus propios
esfuerzos, le pide a otra persona que se lo consiga. Aquí el lenguaje opera
como comportamiento sustitutivo. En lugar de alcanzar el libro o caminar
para conseguirlo, lo remite a otra persona para que lo obtenga. Lo que uno
dice en detalle depende de las especificidades de las circunstancias de
ajuste. El lenguaje psicológico, por lo tanto, significa referirse a cosas y
eventos en el entorno de uno con varios propósitos, tal vez por pura
expresión, o como en el ejemplo anterior, para evitar el esfuerzo. En
cualquier caso, tenemos una forma distintiva de adaptación común a
condiciones de estimulación específicas.
Las interacciones del habla humana constituyen ajustes complicados
ya que están involucradas en situaciones humanas intrincadas. Presuponen
intereses humanos y acontecimientos humanos ambientados en
circunstancias específicas de la civilización. Este trasfondo de civilización
influye en el tipo de cosas de las que se habla, lo que se dice con respecto a
ellas y la forma particular de reacción del lenguaje. En otras palabras, los
estímulos para las respuestas del lenguaje son localizables en situaciones y
circunstancias humanas particulares.
Ahora, dependiendo de los auspicios de su historia interconductual, el
individuo construye un equipo lingüístico clasificable como inglés, francés,
alemán, swahili o chino, o una variante de la clase general. En consonancia
con estos equipamientos lingüísticos, los individuos acumulan
equipamientos de modales, ideas, etc., que influyen mutuamente en los
desempeños lingüísticos. Como ya hemos indicado, la presencia en el
medio cultural del individuo de ideas, creencias, prácticas sagradas
(religiosas) y profanas (industriales, militares, etc.), así como toda variedad
de cosas y procesos, proporcionan la base para el desarrollo y la realización
de ajustes tanto lingüísticos como no lingüísticos.
A la luz de estos hechos, no parece tener sentido la idea de que el
lenguaje es la traducción de un algo "psíquico" en respuestas motoras de un
individuo. Tampoco existen factores "psíquicos" que acompañan al habla
verbal o gestual. Quienes se aferran a esta doctrina objetable sin duda
intentan escapar de sus dificultades escondiéndose detrás de la expresión
popular de que comunicamos nuestros pensamientos. Sin embargo, es el
colmo de la locura permitir que un lenguaje cotidiano confunda al
pensamiento. Si bien está claro que cuando A le habla a B, B sabe que A
piensa que el Sr. Doe es un hombre honesto - en un lenguaje idiomático A
comunica sus pensamientos a B - esta actuación no constituye en ningún
sentido una traducción de un elemento psíquico en un motor verbal actuar.
Aquí sucede que hay dos tipos de acciones que A está realizando. "Tener
una idea" es en sí mismo una forma de hablar engañosa. Una idea es un acto
que A realiza, y no algo "psíquico", en o conectado con su cerebro, que de
alguna manera se convierte en movimientos de sus labios. Una idea es una
respuesta intelectual. En nuestro caso ilustrativo, se trata de tomar la
posición o asumir que el Sr. Doe es un hombre honesto. El otro acto
(lenguaje) es uno en el que A se refiere al hecho de la honestidad del Sr.
Doe o la actitud (reacción) de A hacia él.
Sólo arrastrando arbitrariamente alguna concepción mentalista en la
descripción de estas dos actividades relacionadas se perpetúa el error
expresionista. De manera sucinta, ese error es considerar el acto de hablar
como una traducción del material psíquico en acción motora de la lengua y
los labios. El primer requisito para comprender genuinamente el lenguaje es
deshacerse de esta falsa concepción.
Para lograr una actitud adecuada hacia la relación entre pensar y
hablar, puede ser útil notar que esta conexión es solo un ejemplo especial de
la interrelación del lenguaje con otras formas de ajuste psicológico. Si bien
los actos lingüísticos constituyen una forma distinta de respuesta
psicológica, operan en todo tipo de situaciones.
Como ajustes conversacionales, los actos lingüísticos son
características destacadas de las relaciones interpersonales. En este sentido,
ponen a las personas en estrechas relaciones de todas las variedades.
Incluso podríamos decir que las reacciones del lenguaje constituyen la
forma primaria de actuaciones claramente humanas. Las personas pueden
hablar entre sí por puro entretenimiento, para convencerse mutuamente de
algo o como un medio de ayuda mutua para llevar a cabo todo tipo de
trabajo y diversión.
Las reacciones del lenguaje también constituyen una gran parte de los
ajustes a situaciones estéticas. Ya sea que consideremos la poesía como el
artista que habla consigo mismo o con otros a través de la canción, o si
simplemente pensamos en él como escribiéndonos sobre sus sentimientos o
la belleza de la naturaleza, en cualquier caso, tenemos un comportamiento
lingüístico que opera al servicio del arte. La medida en que el dramaturgo
utiliza la conversación como medio de su arte es evidente para todos.
Suficiente. Una vez que estamos comprometidos con la idea de que el
lenguaje constituye ajustes reales, vemos fácilmente que constituyen
características de cada variedad de situación humana, al igual que lo hacen
las actividades económicas, tecnológicas, sociales y de otro tipo.
CAPÍTULO IV
EL ANÁLISIS DE LOS CAMPOS LINGÜÍSTICOS29
_____________________________________________________________
___

LA UNIDAD BÁSICA DE LA CIENCIA PSICOLÓGICA

Dado que la lingüística psicológica se refiere a la interconducta


observable de personas con objetos en tipos específicos de campos de
conducta, nos enfrentamos al problema de analizar dichos campos para
descubrir los factores o variables que los componen. Esencialmente, esto
implica la definición o descripción de una unidad de intercomportamiento
psicológico que se denomina segmento de comportamiento. Para nuestros
propósitos actuales, podemos presentar los hechos esenciales sobre las
interpretaciones y adaptaciones lingüísticas al describir los siguientes seis
elementos:

1. EL SEGMENTO DE INTERCONDUCTA
2. OBJETOS DE ESTÍMULO Y FUNCIONES DE ESTÍMULO
3. RESPUESTAS Y FUNCIONES DE RESPUESTA
4. MEDIOS INTERCONDUCTUALES
5. AJUSTES INTERCONDUCTUALES
6. SISTEMAS DE REACCIÓN

EL SEGMENTO DE INTERCONDUCTA

La unidad de acción psicológica es un segmento de la conducta, ya que


la conducta de los individuos es continua desde poco antes del nacimiento
hasta la muerte. Estos segmentos de conducta constituyen campos
interconductuales. Los factores primarios consisten en la interacción de
organismos con cosas, otros organismos y condiciones que constituyen los
objetos de estímulo. El diagrama de la figura 1 ilustra los campos
psicológicos como segmentos de comportamiento.
Estos segmentos de comportamiento se pueden dividir en tipos simples
y complejos. El tipo simple consta de una sola unidad de acto del organismo

Fig. 1. Segmento de conducta (o unidad de evento psicológico)


BR = Biografía reactiva FR = Función de respuesta
EE = Evolución del estímulo FE = Función de estímulo

Fig. 2. Acción refleja simple.


R = Respuesta del organismo OE = Objeto de estímulo
M = Medio de contacto A = Auspicios interconductuales
con una función única correspondiente del objeto de estímulo. Un buen
ejemplo es el reflejo del tirón cuando el organismo entra en contacto
inadvertidamente con un objeto caliente, por ejemplo, una vela encendida.
Ver Figura 2.
El segmento de tipo complejo de comportamiento siempre involucra al
menos tres unidades de respuesta. Como muestra el diagrama adjunto (Fig.
3), el segmento de comportamiento complejo típico consta de dos fases, la
primera de las cuales consta de dos sistemas de actos precurrentes, una
unidad de acto de atención y una unidad de acto de percepción. Estos dos
son seguidos por la segunda fase, llamada sistema de reacción consumatorio.
El diagrama significa que antes de que un individuo realice un acto,
digamos levantar algún objeto, debe prestar atención al objeto, luego realizar
un acto perceptivo, es decir, identificar lo que debe recoger, y finalmente el
acto consumatorio de realmente levantar el objeto.

Fig. 3. Campo de comportamiento complejo.


OE = Objeto de estímulo sr = Sistema de reacción
M = Medio de estimulación

SEGMENTOS INTERCONDUCTUALES Y SITUACIONES INTERCONDUCTUALES


El comportamiento lingüístico, en su mayor parte, involucra más de un
segmento de comportamiento, por muy complicados que sean los segmentos.
Nos referimos a este hecho como una situación interconductual. Esto es
cierto tanto para el lenguaje de habla referencial o definido como para el
comportamiento simbólico. En los siguientes capítulos indicamos los
detalles esenciales de cada uno de los factores en un segmento de
comportamiento.

OBJETOS, OBJETOS DE ESTÍMULO Y FUNCIONES DE


ESTÍMULO

Para una comprensión adecuada del comportamiento psicológico, es


importante distinguir entre objetos, objetos de estímulo y funciones de
estímulo. Siempre que un organismo interactúa con algo, ese objeto y la
acción correspondiente sirven a funciones recíprocas únicas que se han
desarrollado en encuentros anteriores. Un clavo que se clava en una pared no
es simplemente un objeto metálico indiferente, sino algo que requiere
acciones de martilleo y no de atornillado.

ACTOS, RESPUESTAS Y FUNCIONES DE RESPUESTA

Así como la fase de estimulación de la interconducta psicológica se


distingue en tres factores definidos, la acción del organismo debe dividirse
de manera similar. Los actos de los organismos son muy específicos y
consisten en respuestas directamente recíprocas con el comportamiento o
funciones de los objetos de estímulo. Las funciones de respuesta están bien
ilustradas por las diferencias entre el acto de levantar el brazo en un saludo
amistoso o para defenderse en combate. Son estas funciones íntimas las que
caracterizan la acción psicológica de otros tipos y, lamentablemente, son
estas características específicas de la conducta las que han dado lugar a las
nociones ilegítimas de procesos mentales.

MEDIOS INTERCONDUCTUALES

Suponiendo que el individuo ha desarrollado la capacidad de realizar


determinadas acciones y al mismo tiempo está presente el objeto estímulo
con el que está interactuando, también debe haber medios o vías para que las
acciones ocurran. Un excelente ejemplo es la presencia de medios luminosos
cuando hay que diferenciar entre los colores y las formas de los objetos,
acción que no puede ocurrir a menos que exista un medio luminoso. Un
individuo puede tener ante sí una flor de colores brillantes, pero si se retira la
luz, no puede diferenciar el color y no podría reaccionar nombrándola, si se
le pide hacerlo.

SITUACIONES INTERCONDUCTUALES

Ya hemos indicado que las acciones psicológicas no sólo consisten en


respuestas y funciones específicas, sino que también deben ser adecuadas
para determinadas situaciones. A estas situaciones las llamamos factores
situacionales. En la ejecución del comportamiento del lenguaje, ciertas
expresiones pueden o no ser adecuadas para la ocasión. Por ejemplo, la
palabra “pillo” se puede pronunciar cuando una persona desea insultar a
alguien, pero cuando una madre cariñosa llama a su hijo “pequeño pillo”, el
entorno o la situación marca un tipo de actividad muy diferente.
SISTEMAS DE REACCIÓN

Así como los segmentos de la conducta, con todos los factores que
acabamos de enumerar, constituyen las unidades de la interconducta
psicológica, la conducta del individuo que reacciona consta de varios
sistemas de reacción, excepto en el caso de la acción refleja. Estos sistemas
de reacción constituyen las unidades de acción independientemente de los
estímulos o factores de ajuste. Consisten en una gran síntesis de
movimientos musculares, glandulares, neurales, receptores y otros
movimientos anatómico-fisiológicos de un organismo, como los describimos
en el Capítulo IX.
Aunque, por regla general, los sistemas de reacción ocurren como
componentes de segmentos de conducta específicos, son algo independientes
de los campos más amplios de ajustes psicológicos. Por ejemplo,
expresiones vocales similares representadas por unidades gramaticales como
"el", "hombre", "fue", "rápidamente", "lentamente", entre otras., pueden
servir como componentes del habla positiva o negativa. Por otro lado, los
ajustes lingüísticos comparables pueden comprender alternativamente
componentes del sistema de reacción muy diferentes, por ejemplo,
expresiones como "sí", "ciertamente", en comparación con "uh uh" o un
movimiento de cabeza.
Puede ser interesante señalar aquí que los psicólogos conductistas en
los inicios de la psicología antimentalista implican que la actividad del
organismo en cualquier situación psicológica consistía únicamente en
sistemas de reacción. Ignoraron las funciones propias de los sistemas de
acción y de los objetos de estímulo. Supusieron que los objetos de estímulo
eran simplemente agentes causales para poner en funcionamiento los
sistemas de reacción.
CAPÍTULO V
EVOLUCIÓN DE LA LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA
_____________________________________________________________
___

ORÍGENES DE LA LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA

Todos los orígenes doctrinales y académicos están ocultos en el


complejo de muchos factores que inevitablemente contribuyen al
nacimiento de cosas y eventos intelectuales. Ciertamente, éste es el caso
cuando estudiamos lingüística psicológica. Aunque deberíamos esperar que
los psicólogos se preocuparan seriamente por la historia del
comportamiento lingüístico omnipresente que constituye características tan
importantes de todas las situaciones psicológicas, éste no es el caso. A lo
largo de la historia psicológica, los devotos del tema se han olvidado de
fomentar el estudio de la evolución de uno de los tipos más llamativos de
actividad psicológica. Es una suposición razonable que esto puede
explicarse por su aceptación del mito de la "mente" que excluye el estudio
de la conducta real y su desarrollo.
El desarrollo técnico y especializado de la lingüística psicológica sólo
se remonta a mediados del siglo XIX, cuando los filósofos interesados en
las instituciones sociales construyeron la disciplina de la Psicología Popular
o Social. Cabe señalar, entonces, que la psicología social y su rama
lingüística nacieron bajo auspicios metafísicos. El interés psicológico por el
lenguaje se centró en el “alma” o “mente” social o grupal de la que el
lenguaje era una de sus facultades, funciones o manifestaciones.
Junto con los mitos y las costumbres, el lenguaje llegó a ser
considerado como reacciones o productos de una "mente" humana en
general. A lo largo del siglo XIX se desarrolló un gran interés por el
hombre, por su condición y actividades. Naturalmente, se observó que las
leyes, las costumbres, los mitos, las religiones y el lenguaje, en resumen,
todo lo que desde entonces hemos aprendido a llamar instituciones sociales,
aunque relacionado con actividades psicológicas individuales, son todavía
independientes de ellas. El lenguaje, la costumbre, el mito, etc., aunque
indudablemente son fenómenos humanos, son sin embargo independientes
de los individuos humanos y anteriores a ellos, y se desarrollan de una
época a otra.
Aunque en este punto no podemos seguir los desarrollos histórico-
culturales de la psicología social, podemos indicar algunas de las
interesantes interrelaciones entre ciertas figuras prominentes de la
psicología y del movimiento romántico general en Alemania. Por ejemplo,
es instructivo considerar las conexiones entre Steinthal (1823-1899) y W.
von Humboldt (1767-1859), a quien se le atribuye el origen del nombre
“Völkerpsychologie”. De manera más general, es importante detenerse un
poco en la relación de los von Humboldt con el movimiento romántico
general en Alemania y las relaciones posteriores entre el romanticismo y el
realismo herbartiano.

LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y PSICOLOGÍA POPULAR

PSICOLOGÍA Y LENGUAJE HERBARTIANO


El desarrollo formal del estudio psicológico del lenguaje se remonta a
los escritos sumamente eruditos y más extensos de Steinthal, quien con
Lazarus (1824-1903) es de hecho responsable del desarrollo formal de la
psicología social misma30. Steinthal considera el lenguaje como uno de los
elementos o procesos de la mente social junto con la mitología, la religión,
las costumbres, las leyes, etc31. La psicología, para estos escritores que en
general son seguidores de Herbart (1776-1841), consiste en el estudio de los
elementos que se organizan y componen la mente. En consecuencia, el
lenguaje es una actividad o proceso psíquico que estos escritores, a
diferencia de su autoridad psicológica, Herbart, consideran independiente
de la naturaleza y organización anatómica y fisiológica del individuo
hablante.
La psicología lingüística de Lázaro-Steinthal, como ya hemos
insinuado, se interesa principalmente en el origen del lenguaje. Su principio
fundamental es que este origen es psíquico y no histórico o natural, como
en el sentido de desarrollarse una nación a través de hechos históricos o
como algún objeto orgánico a través de procesos metabólicos y ecológicos
naturales. Para ellos, el lenguaje es una especie de producto de la
interrelación "inconsciente" de los individuos humanos, muy similar a la
existencia de estados mentales individuales a través de la mecánica y la
dinámica de las "ideas" o Vorstellungen en las "mentes" individuales, según
lo propuesto por Herbart32.

EL CAMBIO A LA PSICOLOGÍA VOLUNTARISTA


El siguiente gran impulso al estudio psicológico del lenguaje lo
encontramos en la obra de Wundt (1832-1920). Este escritor se enfoca en
los problemas generales de la psicología popular con un amplio trasfondo y
un intenso interés en la psicología fisiológica. En consecuencia, estudia el
origen del lenguaje con un intento de interrelacionar las mentalidades social
e individual. Para Wundt, la psicología social con sus aspectos genéticos del
desarrollo cultural constituye una rama coordinada de la psicología con el
campo fisiológico-experimental. La psicología social para Wundt33, por lo
tanto, es complementaria a la psicología individual y no es especialmente
un estudio de las mentes de diferentes grupos culturales como es el caso de
Lazarus y Steinthal.
Como resultado, Wundt se opuso a la psicología herbartiana con su
mecánica intelectualista, centrándose en el trabajo de Steinthal y Lazarus y
presentó su concepción voluntarista. Se presume que esto último se basa en
una teoría biológica y evolutiva. Según la concepción de Wundt34, el
lenguaje se origina como expresión externa de estados mentales afectivos y
luego se desarrolla gradualmente hacia la expresión de procesos mentales
ideacionales complejos. Para Wundt, el lenguaje no es meramente una
acción psíquica, sino más bien manifestaciones externas (psicofísicas) de
estados mentales o productos sociales de procesos psíquicos.
La proposición anterior es válida en lo que respecta al origen y la
naturaleza del lenguaje. Con respecto a la función de la psicología en el
habla real, en el desarrollo de cambios de sonido o modificación semántica,
etc., no hay diferencia entre Wundt y los Herbartianos. Aunque Wundt
critica severamente a los herbartianos35 por no incluir el desarrollo
psicológico en el tratamiento del lenguaje, su trabajo desde nuestro punto
de vista es precisamente como el de ellos en este sentido. Aparte del
problema del origen lingüístico, Wundt simplemente toma datos filológicos
e intenta explicaciones psicológicas en términos de procesos y desarrollos
psíquicos hipotéticos.

CONDUCTISTAS SOCIALES
En parte, una consecuencia de la doctrina wundtiana del desarrollo
del lenguaje es la concepción del lenguaje como una serie de actos
significativos o simbólicos. Se presume que estos actos o gestos simbólicos
se desarrollan en un proceso de toma y daca mutuo entre individuos36.
Desde este punto de vista, el lenguaje consiste en gestos o actos que son o
tienen significados. Pero, por otro lado, el lenguaje no se considera como
respuestas reales para tipos específicos de adaptaciones indirectas. La
función de comportamiento está ligada al desarrollo de significado en una
conversación de actitudes. En gran medida, este punto de vista constituye
una mejora de la teoría del desarrollo del lenguaje como función humana
general. Sin embargo, no se preocupa por la manera en que el individuo
adquiere modos de acción referencial que, como significativos o
referenciales, se desarrollaron enteramente sin su contribución o esfuerzo.
La acción del lenguaje ordinario del individuo consiste enteramente en la
ejecución de una acción referencial independientemente de la forma en que
se desarrolló. Se supone que la persona usa el lenguaje como una
herramienta de acción que encuentra disponible en su grupo tal como usaría
una canoa. Su aprendizaje del lenguaje es exactamente igual que su
aprendizaje con el remo. No crea un lenguaje que de alguna manera
implique construcciones deliberadas o alguna referencia especial a sí mismo
como factor en el proceso. De hecho, como hemos indicado, la persona
adquiere la reacción como resultado directo del estímulo institucional. La
existencia de las instituciones son sólo en parte fenómenos psicológicos y,
por tanto, los hechos del lenguaje, en la medida en que son datos del
filólogo o del antropólogo, poseen sus características, al menos en parte,
independientemente de las condiciones psicológicas. Es muy erróneo
considerar el habla confrontable y observable como un producto exclusivo
de procesos psicológicos. Se ha perdido de vista el carácter real de la
actividad verbal como fenómeno psicológico, mientras que el lenguaje
como modos específicos de conducta íntima ante estímulos particulares no
se ha considerado en absoluto.
Este punto de vista conductista social puede estar conectado con un
movimiento intelectual más amplio que se ocupa del desarrollo general del
significado y la cognición en los procesos sociales. Además de los escritos
del profesor G. H. Mead (1863-1931)37, el movimiento abarca los escritos
de Baldwin (1861-1934)38 y Royce (1855-1916)39, y evidentemente se
remonta al tipo de idealismo filosófico de von Schelling-Hegel.

FUNCIONALISMO SOCIAL
Etnólogos y antropólogos han elaborado recientemente desarrollos
muy interesantes e importantes en el lenguaje. Estos desarrollos consisten
en la actitud y descripción del lenguaje como actividades funcionales muy
definidas en la vida de grupos o comunidades culturales. Ilustrativo de este
tipo de desarrollo es el trabajo de Boas (1858-1942)40, Marett (1866-
1943)41, Hocart (1884-1939)42 y Malinowski (1884-1942)43. Si bien en
todos estos estudios se enfatiza el carácter funcional del lenguaje, por
supuesto, no existe un manejo psicológico adecuado de tales actividades.
En otras palabras, no existe un tratamiento del lenguaje como respuestas
individuales bistimulacionales concretas.

LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y PSICOLOGÍA DEL


DESARROLLO

Los estudiantes de psicología infantil, incluso los que no están


interesados en los problemas psicológicos básicos, han contribuido mucho a
la evolución de la lingüística psicológica mediante su estudio práctico del
desarrollo del lenguaje de los niños. Al observar la transición de la
vocalización y el balbuceo aleatorio a la emisión de un habla convencional,
han proporcionado datos valiosos sobre los que se podrían construir
proposiciones descriptivas e interpretativas.
Como un asunto de la historia de la lingüística, la mayoría de los
trabajadores de la psicología del desarrollo operan dentro del marco de la
filología convencional y, por lo tanto, describen el desarrollo de las
capacidades lingüísticas de los bebés como adaptaciones pasivas o
imitaciones de los sonidos y oraciones dialectales del grupo en el que nacen
los niños. Sin embargo, el hecho ineludible es que las similitudes en la
forma o estilo de la conducta adaptativa son incidentales a los deseos,
deseos o la naturaleza general de las circunstancias o situaciones en las que
se encuentra el niño.

LA PSICOLOGÍA LINGÜÍSTICA HOY

La lingüística psicológica actual se distingue por la inclusión de la


psicología objetiva como una base definida para el estudio de la conducta
lingüística. En este asunto, contrasta marcadamente con las circunstancias
tradicionales del estudio psicológico anterior del lenguaje. Mientras que en
los períodos anteriores de estudio del lenguaje los aspectos psicológicos del
habla y la intercomunicación fueron descuidados e ignorados o tratados
como correlatos de los procesos psíquicos, ahora hay un período en el que
los eventos lingüísticos se describen e interpretan con una clara visión de la
psicología científica. Describimos brevemente dos tipos destacados de
lenguaje psicológico objetivo.

LINGÜÍSTICA CONDUCTISTA
Lo que puede denominarse lingüística conductista se basa en un punto
de vista psicológico conocido generalmente como conductismo. Este tipo
de pensamiento psicológico se deriva de las investigaciones reflexológicas
de Pavlov (1849-1936), Bechterev (1857-1947) y otros trabajadores. Hay
características buenas y malas de este movimiento.
En el lado bueno, el rasgo sobresaliente es el alejamiento, al menos
intencionalmente, de la tradición mentalista que no ha beneficiado el
estudio del lenguaje, sino que, por el contrario, ha llevado a conceptos
erróneos y trivialidades.
En el lado opuesto del balance se establece la inutilidad de tratar de
dar cuenta del desarrollo del habla del individuo simplemente sobre la base
de recompensas, pseudorrecompensas y castigos. Se pierde la descripción
del comportamiento del lenguaje en sus características esenciales y
funciona como tipos de ajustes entre los muchos otros que constituyen los
datos de la psicología.

LINGÜÍSTICA INTERCONDUCTUAL
En notable contraste con el conductismo convencional, la psicología
interconductual consiste en la ciencia general del desarrollo y ejecución de
acciones psicológicas por organismos en representaciones de campo
recíprocas con respecto a cosas y eventos en su entorno. En consecuencia,
la psicología interconductual exige que se realicen estudios del lenguaje y
que los resultados se describan precisamente tal como ocurren las
actividades, mientras que los organismos realizan ajustes inmediatos en
campos específicos de la conducta.
Tanto para el lenguaje como para las reacciones referenciales
individuales. Cuando nuestro interés se centra en problemas comparativos,
diferencias en el habla, tenemos el problema de investigar el origen de los
modos específicos de referirse a cosas y condiciones. Aquí encontramos
que la forma particular de comportamiento del lenguaje depende de las
situaciones humanas específicas en las que se encuentra el hablante.
Depende del tipo de cosas a las que se refiere en comunidades culturales
especiales y, además, de las instituciones de comportamiento cultural que
condicionan cómo pueden o deben hacerse referencias entre conjuntos de
personas particulares. Además, solo requerimos
examen de la conducta real de las personas para descubrir cómo, a través de
sus diversas interacciones, las instituciones del lenguaje cambian y, por lo
tanto, con el tiempo llegan a ser variaciones en el habla de una comunidad
determinada. A su vez, estas instituciones lingüísticas modificadas sirven
como estilos de prosa originales para las generaciones posteriores de
hablantes.
SECCIÓN 2

LA PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE


CAPÍTULO VI
LENGUAJE REFERENCIAL
_____________________________________________________________
___

COMPORTAMIENTO REFERENCIAL Y SIMBÓLICO

Todos los fenómenos lingüísticos evolucionan en los contactos


interconductuales particulares de los organismos con los objetos y sucesos
con los que se encuentran constante e inevitablemente en el entorno. Esta
evolución lingüística que asumimos comienza principalmente por tipos de
actividad referenciales o indirectos. El comportamiento indirecto puede
ilustrarse comparando la actividad de mover o patear un objeto, con la
manipulación efectiva del mismo, a través de la intermediación de otra
persona. La característica esencial aquí es que el hablante refiere a la otra
persona a la necesidad de manipular un objeto, o su deseo de que el objeto se
mueva. En lugar de tomar el libro, dice: "Pásame el libro". Podemos
considerar este evento como una reciprocidad de comportamiento que
involucra a dos individuos y un objeto. Debe notarse, sin embargo, que el
enunciado es, en principio, una actuación exactamente como el patear o
manipular algo directamente.
La evolución lingüística del individuo sin duda comienza en un nivel
muy simple y solo después de desarrollos elaborados alcanza la cima del
habla altamente conversacional. La conducta referencial más temprana
definitivamente no tiene un patrón vocal, sino que consiste en movimientos
de manos y brazos u otra conducta gestual. Evidentemente, todos los
intentos de describir el desarrollo lingüístico de un infante dejan muchos
vacíos en la narrativa, ya que los hechos en cuestión son sutiles y recónditos.
Aunque nos reservamos el estudio de este registro evolutivo para un capítulo
posterior, debemos indicar que en cualquier punto de la vida conductual del
individuo todas las variaciones de la interconducta referencial ocurren una al
lado de la otra, incluso las históricamente más antiguas y simples.
En la coyuntura actual nos interesa principalmente aislar un caso
auténtico de interconducta referencial para investigar sus características
esenciales con un grado de precisión satisfactorio. Creemos que esta
interconducta referencial es el hecho básico de todo el discurso complicado
de los individuos que operan en entornos de patrones de lenguaje
sistematizados. En gran medida, el lingüista psicológico apunta a una
descripción detallada de cómo opera este fenómeno referencial. Él estudia su
origen en el individuo psicológico en evolución, junto con la influencia
sobre el infante de los auspicios étnicos, familiares y otros de su historia
interconductual. Naturalmente, nos encontramos con que en los primeros
años del niño las actividades referenciales adoptan formas muy
especializadas y convencionales.
Nuestra hipótesis referencial asume además que tal comportamiento
indirecto es el núcleo y la base de actividades muy alejadas de los simples
ajustes referenciales. La manipulación de la simbología más abstracta de las
matemáticas u otro pensamiento sistemático se deriva en última instancia de
tal comportamiento referencial a pesar de la tremenda diferencia en el
funcionamiento detallado de los diversos tipos de eventos. De hecho, la
interconducta psicológica involucrada en la manipulación de los términos y
relaciones más abstractas es, en principio, como la del manejo indirecto de
piedras. En consecuencia, nuestro programa exige el estudio no solo del
habla y el ser hablado, sino también de la investigación de la naturaleza de la
simbolización y, en general, de las técnicas de categorización de los
fenómenos. En el presente capítulo nos limitamos a la interconducta
referencial, dejando para el próximo capítulo el tipo de actividad
simbológica.

LA HIPÓTESIS BIESTIMULACIONAL
En la base de la interconducta referencial se encuentra el proceso
psicológico de biestimulación. Considere una situación de habla típica. A y
B están viendo las exhibiciones en un espectáculo de rosas y se produce el
siguiente diálogo.
A (señala un espécimen y dice): ¡Qué hermosa rosa!
B: Sí, es una nueva variedad espléndida.
A: ¿Quién lo desarrolló?
B: Una empresa en Oregon.
Cabe señalar que las emisiones de ambos hablantes están
interrelacionadas con dos funciones de estímulo, una localizable en la rosa
recién señalada y la otra en B o A a medida que avanza la conversación. Esta
serie de eventos de habla se puede ilustrar en la Fig. 4.

Fig. 4. Comportamiento típico del lenguaje referencial.

Ambas funciones de estímulo operan simultáneamente. Suponemos en


este caso que la rosa es lo principal a lo que A y B se están ajustando.
Describimos el objeto o evento al que nos referimos como objeto de ajuste y
como matriz de la función de estímulo de ajuste (Sj). A y B constituyen de la
misma manera el objeto de estímulo auxiliar y el lugar de las funciones de
estímulo auxiliar (Sx), ya que se comportan alternativamente como hablante
u oyente.
La interconducta lingüística contrasta con aquella en la que el reactor
simplemente percibe la rosa. En ese caso, la interacción constituye un
contacto uniestimular con el objeto, como se ilustra en la Fig.5.
En el comportamiento referencial tenemos una situación única en la que se
están produciendo simultáneamente dos comportamientos mutuos
integrados.

Fig. 5. Comportamiento típico de percepción.


Fig. 6. Representación de De Saussure de los procesos de transformación de estados psíquicos en
palabras y viceversa. Del Curso de Lingüística General, pág. 11

LA LINGÜÍSTICA COMO CIENCIA NATURAL


Proponemos que la hipótesis que hemos presentado va muy lejos en
llevarnos hacia una descripción de las ciencias naturales de los fenómenos
lingüísticos. Considerada negativamente, la hipótesis extrae del campo
lingüístico cualquier factor o condición no observable que no esté sujeta al
análisis observado. En el lado positivo, nos vemos llevados a estudiar el
lenguaje como un evento definido, cada fase del cual es directamente
observable o al menos inferida de la observación directa.
El diagrama adjunto (Fig. 6), reproducido de De Saussure (1857-
1913), representa la idea convencional de lo que ocurre cuando las personas
hablan. Nótese que esta concepción implica que las "ideas" de A se traducen
de alguna manera en palabras o se representan mediante palabras que se
transducen a B como sonido que debe transducirse en ideas en la "mente" de
B. La "idea" de B luego se transduce o codifica en palabras que se
transmiten a A, quien la decodifica en o como "ideas".
La psicología tradicional centra sus descripciones fundamentales en el
funcionamiento del cerebro. El psicólogo mentalista cree correctamente que
cuando A pronuncia la palabra "rosa", su cerebro funciona como un
mecanismo de coordinación en el proceso articulatorio. Pero luego pasa a la
falsa analogía de que el pensamiento, que él considera un proceso psíquico
intangible, también tiene un paralelo con la acción del cerebro. Además de la
noción mentalista de conectar la acción del cerebro con el evento único de
pensar en una rosa, considera al cerebro como la base explicativa principal
para la traducción del proceso psíquico en acción cerebral y la acción
cerebral en mentalidad trascendental.
A pesar de lo inverosímil de tales "explicaciones", los lingüistas
persisten en pensar de esta manera, aunque usan algunas palabras diferentes.
Aquí hay un ejemplo de un volumen publicado en 1970:
La conversión de significados en sonidos permite a los
seres humanos transferir ideas de unos a otros. Las ideas,
supongo, tienen algún tipo de existencia electroquímica en
el sistema nervioso de los individuos. Cualesquiera que
sean sus representaciones, no pueden pasar de una
persona a otra en esa forma, porque no existe una
conexión neural directa entre dos organismos separados,
ni un camino por el que las ideas puedan viajar a su
estado original. El lenguaje, al igual que otros dispositivos
comunicativos, proporciona un medio para cerrar esta
brecha al convertir las ideas en un medio que tiene la
capacidad de pasar de un sistema nervioso a otro. John
Locke hizo lo mismo hace muchos años44.

El “hace muchos años” simboliza una continuidad de apenas tres


siglos. La descripción tradicional se indica en el diagrama adjunto (Fig. 7).
Observe que este tipo de explicación está llena de misterios que deben
dejarse de lado.
(1) ¿En qué sentido se pueden transmutar las “ideas” en palabras y
convertirlas en palabras? ¿Son las “ideas” cosas similares a las cosas de las
que se habla o acciones como expresiones de palabras, o algo
completamente diferente? (2) ¿Hay correspondencias uno a uno entre las
cosas y las "ideas"? (3) ¿Cómo pueden las palabras convertirse en "ideas" en
la "mente" de otra persona? (4) ¿Qué es una "mente" en este sentido? (5)
Profundizando aún más en la situación, ¿es cierto que las sucesiones de
sonidos que llegan al oído se traducen en “ideas” dentro del cerebro? (6)
¿Tiene el cerebro tales poderes o funciones? Antes de que podamos lograr
una descripción científica natural del lenguaje, debemos dar respuestas
satisfactorias a estas preguntas. Básicamente, las respuestas son rechazar
toda esa fantasmagórica.

Fig. 7. Un excelente ejemplo del intento inútil de asociar procesos psíquicos y fisiológicos.

En el capítulo III ya hemos criticado la concepción mentalista de la


psicología y hemos formulado la conclusión de que todo elemento del
dominio psicológico consiste en una intercomportamiento del individuo con
objetos o personas estimulantes. Esto no deja lugar para "ideas" que
requieran transmutación. Según el punto de vista interconductual, el
comportamiento ideacional, aunque sutil en su funcionamiento, son
respuestas de los individuos exactamente como los movimientos burdos. En
consecuencia, cuando asumimos que hay "ideas" que preceden a los
enunciados, debemos pensar en dos tipos de actividades. El primero, una
interconducta ideacional; el segundo, un intercomportamiento de
enunciados. No pasemos por alto tampoco que las expresiones mismas
pueden escalarse desde las articulaciones audibles más burdas hasta las
formas inaudibles y subvocales de comportamiento.
Probablemente ningún escritor tenga la intención de proponer que
existe una correspondencia biunívoca entre palabras y cosas, porque
obviamente el habla consiste en patrones de acción y, sin embargo, la teoría
que estamos discutiendo debe hacer tal suposición. Una dificultad similar
surge cuando intentamos postular una correspondencia biunívoca entre
palabras e "ideas". Este es claramente un procedimiento abstraccionista
violento. Cuando renunciamos al punto de vista mentalista, definitivamente
podemos asumir que el comportamiento del habla de la persona consiste en
complicados patrones de intercomportamiento que operan en conexión con
cosas y eventos, por un lado; y, por otro lado, personas u otras cosas como
estímulos auxiliares.
En el centro de la teoría de la transducción se encuentra claramente el
dogma del cerebro45. Es un hecho lamentable que se haya utilizado el
cerebro como un punto en la generación de un círculo vicioso. Primero, la
noción animista de ideas ha sido la base para apoderarse del cerebro para
justificar creencias místicas y, más tarde, se ha considerado que la acción del
cerebro requiere y legítima ideas mentalistas.
Me opongo al uso del cerebro para cualquiera de estos propósitos. Es
cierto que la ciencia de la biología en general y la ciencia de la neurología en
particular no ofrecen base alguna para tales puntos de vista. La biología nos
permite pensar en el cerebro como un órgano de conducción y correlación
inmensamente importante. El cerebro y el sistema nervioso en general no
tienen otras propiedades observables que la de integrar las actividades
biológicas del organismo. Por supuesto, dado que las actividades
psicológicas también son actividades biológicas, en otras palabras, una
respuesta psicológica es siempre la actividad del organismo, las actividades
biológicas participan en la acción psicológica. En este sentido, entonces, las
acciones psicológicas también se coordinan con los tejidos y órganos
nerviosos. Esto, sin embargo, excluye cualquier idea de una función
psicológica especial de la acción del cerebro. En el capítulo sobre sistemas
de reacción lingüística nos ocuparemos seriamente de la investigación de
estos problemas.
A pesar de la adhesión de la mayoría de los lingüistas a la tradición
mentalista que acabo de esbozar, encontramos que la preocupación por las
situaciones reales del habla ha obligado a algunos estudiantes del lenguaje a
prestar cierta atención al carácter trifásico de los acontecimientos del habla.
Por ejemplo, Gardiner46 basándose en Wegener47 encuentra fallas
considerables en la concepción de De Saussure sobre la base de que éste
último no incluye en su diagrama la cosa de la que se habla, lo que Gardiner
llama la cosa significada. Este escritor elabora un ciclo de los siguientes
factores en un acto de habla48.

1. Hablante (James) estimulado por la lluvia cayendo.


2. Percepción de la lluvia.
3. Pensamiento en caminar.
4. No es bueno para María.
5. Deseable decirle a María.
6. Decisión de hablar. / luego /
7. Elección de la palabra "lluvia".
8. Articulación de "lluvia".
9. María estimulada por el sonido "lluvia".
10. Percepción del sonido "lluvia".
11. Identificación de la palabra "lluvia".
12. Verificación en ventana.
13. Se da cuenta de la intención de James.
14. Sigue el tren del pensamiento de James.
15. Dice: "Qué aburrimiento".

Sin duda, las correcciones de Gardiner añaden el contenido necesario a


una situación de habla. Tenga en cuenta, sin embargo, que esta enmienda se
hace en términos de una descripción mentalista de un profano. Cuando
necesitamos un análisis científico de un evento de habla, encontramos que
Gardiner no llega más allá de De Saussure. Queremos saber cómo la
decisión de hablar se convierte en articulación. Es interesante notar que la
descripción de Gardiner (Fig. 8) de una situación referencial no requiere una
descripción mentalista.

LENGUAJE MEDIACIONAL49 Y NARRACIONAL

El comportamiento referencial impregna toda la vida psicológica del


individuo. Primero está el gran universo del discurso que incluye
conversaciones que van desde los chismes más triviales hasta la discusión de
los problemas más importantes de la política, el arte, los negocios y la
ciencia. Luego están los eventos y situaciones de ayuda mutua y acción
moral. Una vez más, existen esas importantes autocomunicaciones que
operan con tanta eficacia en la reflexión y el comportamiento de decisión.
Ahora puedo separar dos tipos de discurso ampliamente contrastantes
sobre la base de cuán estrechamente se conecta el comportamiento
referencial con el comportamiento no referencial. El caso sobresaliente es
aquel en el que una interconducta referencial media o da como resultado una
interacción no referencial. Esto ocurre, por ejemplo, cuando A le dice a B:
"Por favor, pásame la sal". A realiza una reacción de lenguaje que facilita la
manipulación de la sal. Un tipo de mediación más sutil es aquel en el que la
respuesta del lenguaje de A produce un movimiento menos obvio, como ver
la reacción, por parte de B, como lo ilustra A diciendo: "Mira, un pájaro
extraño". El lenguaje mediacional, por supuesto, no tiene por qué resultar en
alguna forma específica de comportamiento no referencial. Extiendo el
término mediacional, por lo tanto, para cubrir cualquier caso de estrecha
conexión con el desempeño no referencial.
Fig. 8. Rediseño de lo que Gardiner llama "los aspectos visibles del habla". Además de los aspectos
visibles, cree que también hay un aspecto psíquico oculto. Tomado de Gardiner, A. H., The theory of
speech and language, Oxford: Oxford Univ. Press. 1932.
En contraste con estas situaciones, las representaciones lingüísticas
pueden no tener ninguna función mediadora, pero pueden operar como
ajustes autónomos específicos. Cuando A le dice a B: "No me siento bien",
es posible que su comportamiento lingüístico no provoque ninguna acción
no referencial. Por esta razón llamo su conducta lingüística no mediacional.
De la forma mediacional del lenguaje podemos aislar cuatro tipos generales,
como sigue.

LENGUAJE PRECEDENTE
Al diferenciar entre formas mediadoras y no mediadoras, ya he
ilustrado el discurso anterior. Para lograr el ajuste directo de asegurar la sal,
A realiza una respuesta referencial precedente, es decir, pedirle a alguien que
pase la sal. Este tipo de discurso ocurre con mayor frecuencia en el lenguaje
de solicitud, mandato y, en general, cuando el comportamiento referencial
media la ocurrencia de una actividad no lingüística.

LENGUAJE ACOMPAÑANTE
Muchas veces nuestras interacciones directas no lingüísticas van
acompañadas de respuestas del lenguaje que, aunque no provocan por sí
mismas el ajuste final, sirven para promoverlo o ayudarlo. Por ejemplo, la
madre puede decirle a su hijo mientras trabajan juntos en el jardín:
"Plantaste esa hilera bastante recta" o "Va muy bien". Sus comentarios
pueden resultar muy efectivos para mediar en una adaptación más exitosa
por parte del niño.

LENGUAJE CONSECUENTE
El niño, por otro lado, a medida que avanza con su trabajo, puede
seguir sus operaciones particulares con comentarios como "¿No se ve bien?"
o "¿No lo hice bien?" Este tipo de respuesta lingüística, por supuesto, no
tiene ningún efecto sobre la acción no lingüística que ya está completa y, por
lo tanto, es mediadora sólo porque está en estrecha relación con esta última.

LENGUAJE SUSTITUTO
Igualmente ineficaz en lo que respecta a los ajustes directos es el
lenguaje sustituto. Precisamente porque el hablante es incapaz de realizar un
ajuste final no lingüístico en determinadas situaciones, sustituye en su lugar
una referencia de lenguaje. Tomemos al hombre que ve su sombrero volado
navegando por la calle. Puede gritar vigorosamente a alguien: “¡Mi
sombrero! ¡Mi sombrero!"

LENGUAJE DE REFERIDOR Y REFERIDO50

Cuando observamos a dos personas conversando, no podemos pasar


por alto las dos formas distintas que asume la conducta referencial.
Normalmente, primero marcamos la actividad del hablante cuando remite a
la otra persona a algún objeto. Al hacerlo, su comportamiento puede
consistir en uno o más tipos diferentes de configuración, por ejemplo, la
emisión de sonidos, señalar o hacer señas o gestos. La configuración exacta
es indiferente desde el punto de vista psicológico, salvo que en una situación
específica debe constituir un ajuste adecuado. A esta forma de interconducta
referencial la llamó lenguaje referencial.
Simultáneamente con la acción del hablante está el comportamiento de
la persona a la que se refiere el objeto del que se habla. En general, podemos
designar el ajuste lingüístico de la segunda persona como lenguaje
referencial. Para el novato, esta respuesta puede parecer más pasiva que la
del referidor, aunque obviamente todas las actuaciones psicológicas como
eventos que ocurren son decididamente activas. Naturalmente, el lenguaje
del referido comprende todo tipo de configuraciones de actos específicos
dependiendo de la situación en la que opere. En una situación de habla
vocal, el comportamiento está íntimamente relacionado con los factores
auditivos. O cuando el referido no está en contacto directo con el remitente,
su patrón de comportamiento puede tomar la forma de lectura. Aquí una
carta sirve como medio de conversación. Luego están las interacciones
linguo-gestuales en las que las respuestas del referido son principalmente
visuales. Una vez más, el referidor simplemente toca la mano del referido,
eligiendo así la interacción lingüística por medios puramente táctiles51.
Habitualmente, la conversación consiste en la ejecución en serie de
comportamientos del referidor y referido por parte de diferentes personas,
aunque no es infrecuente que dos o más personas realicen simultáneamente
ambos tipos de actos. Cuando una persona habla con varias personas a la
vez, tenemos un lenguaje de referencia simple y fácil junto con varias o
muchas instancias de tipo referencial52.

LENGUAJE EXPRESIVO Y COMUNICATIVO

La interconducta lingüística también se puede distinguir como


expresiva o comunicativa. La distinción se centra en el hecho de que la
conducta del lenguaje no necesita involucrar directamente a otra persona
como estímulo auxiliar. Si consideramos el lenguaje conversacional
ordinario como típicamente comunicativo, encontramos que lo que dice A
no es sólo un ajuste, sino que también constituye un objeto de estímulo para
B. No es así en el caso del lenguaje expresivo. Aquí, el desempeño de A no
necesita operar más allá de su propio ajuste inmediato. Éste es obviamente el
caso cuando no hay otra persona presente. Un excelente ejemplo es el
comportamiento de Titus Andronicus que sigue suplicando por sus hijos,
aunque los tribunos ya han abandonado el lugar para cumplir su sentencia.
El lenguaje expresivo también se ejemplifica bien cuando A habla consigo
mismo, cuando expresa su admiración por una flor, una puesta de sol o uno
de los trucos de su perro.
El contraste entre la interconducta comunicativa y expresiva sale
claramente a la superficie cuando consideramos la vívida sucesión de ajustes
referenciales en la conversación. Aquí tiene lugar un proceso
interestimulacional constante por la respuesta del lenguaje de un individuo
que sirve como un estímulo para la otra persona, y así sucesivamente a lo
largo de una elaborada serie de eventos de diálogo lingüístico.

VARIEDADES DE SITUACIONES LINGÜÍSTICAS


La interconducta lingüística se aclara mucho cuando analizamos
diversas situaciones interpersonales desde el punto de vista de si los
estímulos y las respuestas cumplen con el criterio referencial. Cuando dos
personas interactúan lingüísticamente, puede haber una divergencia
considerable en la compatibilidad de su comportamiento. Es decir,
contrariamente a la situación normal en la que la respuesta referencial de A
constituye un estímulo auxiliar para la conducta lingüística de B, la conducta
referencial de A no necesita operar de esta manera. Una vez más, A puede
realizar una acción no referencial que, no obstante, puede servir para
estimular a B a realizar una respuesta genuinamente referencial. Hay,
entonces, incluidos los casos normales, cuatro tipos diferentes de situaciones
lingüísticas posibles.
(1) Lo que hemos llamado la situación referencial normal está
copiosamente ilustrado por el discurso conversacional en el que cada
respuesta del referidor constituye un estímulo para la reacción del referido.
La concatenación de acciones de estímulo-respuesta se puede rastrear hasta
una actividad inicial por parte de uno u otros miembros de la pareja.
(2) A continuación, tenemos el caso en el que una acción referencial de
A no es una acción definitivamente lingüística para B. El ejemplo obvio es el
de A hablando en una lengua que B no comprende. Aquí B responde al
comportamiento de A como un estímulo directo; sabe que A está hablando,
pero no lo que está diciendo. Dado que no se cumple el criterio
biestimulacional, esperamos que el habla de A no estimule una respuesta
lingüística de B. A menos que, de hecho, el habla desconocida de A estimule
a B a decir algo al respecto. En este caso, la acción de A es un estímulo de
ajuste para una respuesta lingüística de B. Como cualquier otra cosa, el
comportamiento de A puede servir como uno de los dos factores
biestimulacionales necesarios para una interacción referencial. Sin embargo,
la falta de interconducta referencial inherente excluye la acción de A de ser
un estímulo lingüístico auxiliar.
(3) Puede suceder que mientras A no le dice nada a B, este último se
comporte como si lo hiciera el primero. Esta es una especie de reacción de
referencia ilusoria por parte de B. A le pregunta a C "¿Dónde estuviste
anoche?" Pero B responde en cambio. A estaba interactuando con C como
un estímulo de ajuste. En consecuencia, la respuesta inherentemente
lingüística (audiencia) de B no está interconectada con la pregunta de A
como un estímulo auxiliar. Entonces podemos concluir que la situación de
comportamiento de B comprende una acción de estímulo referencial
definida, pero no una respuesta referencial compatible53.
(4) En nuestra situación final, la acción de A no es referencial ni B está
realizando una respuesta referencial. A recita un poema en patrones
lingüísticos desconocidos para B. A pesar del carácter configuracional verbal
de la conducta de A, están ausentes las dos funciones de estímulo que operan
simultáneamente necesarias para cumplir la hipótesis lingüística referencial.
Podemos llamar a este discurso morfológico, pero no verdaderamente
referencial. Asimismo, la acción de B, como ya se indicó anteriormente, es
un comportamiento directo, pero no referencial.
CAPÍTULO VII
LENGUAJE NO REFERENCIAL: INTERCONDUCTA
SIMBÓLICA
_____________________________________________________________
___

LENGUAJE REFERENCIAL VS. NO REFERENCIAL

Una inspección analítica de los fenómenos lingüísticos nos sorprende


con la gran diferencia que se da entre actividades tales como hablar o
conversar y el comportamiento de simbolizar cosas y eventos o decodificar
criptogramas. Hablar y conversar son instancias definidas de actividad
referencial, tal como se describe en los capítulos anteriores, mientras que las
representaciones simbolizantes son de un tipo completamente diferente54. De
hecho, es tan grande la disparidad entre las dos formas de interconducta, que
si llamamos “lenguaje” a la conducta referencial genuina, la interconducta
con símbolos debería recibir otro nombre.
Pero incluso si nos ajustamos al uso lingüístico y retenemos el término
“lenguaje” para varios tipos de interconductas —sobre el principio de que
los nombres son indiferentes mientras mantengamos distintos los eventos en
cuestión— estamos aún más obligados a mantener diferenciados nuestros
fenómenos, ya que el empleo indiscriminado de un término conduce
inevitablemente a serias confusiones descriptivas.
Ni los psicólogos ni otros estudiosos de los fenómenos lingüísticos han
distinguido siquiera entre la auténtica interconducta referencial y la pura
actividad verbal, por ejemplo, la ecolalia u otras formas de gesticulación
verbal. Incluso las actividades verbales con frecuencia no consisten en nada
más que en configuraciones de respuesta que involucran prominentemente la
acción boca-cabeza en situaciones socialmente no adaptativas55. Debido a la
larga tradición de que todos los fenómenos lingüísticos son simbólicos, el
término “lenguaje” también se emplea como nombre para todo tipo de
intercomportamiento con símbolos. Esta tradición llega tan lejos que las
matemáticas se consideran exclusivamente como el "lenguaje" de la ciencia,
y se dice que la ciencia misma es simplemente un "lenguaje". No sólo
tenemos aquí una agrupación de conductas complejas como observaciones,
manipulaciones y experimentos con interconductas lingüísticas, sino también
una agrupación con cosas, de modo que incluso los complejos materiales de
la civilización se confunden con actividades lingüísticas.
Como estudioso de un tipo particular de interconducta, el psicólogo no
sólo debe distinguir entre acciones y cosas, sino también diferenciar entre sí
varios tipos de interconducta lingüística. Propongo, por lo tanto, caracterizar
actividades como la mera creación de sonidos vocales, la gesticulación vocal
(ecolalia), el canto y la creación manual de registros (ya sean palabras,
signos o formas simbólicas) como no referenciales para así diferenciarlas de
la interconducta biestimuladora. En el presente capítulo consideramos la
forma simbólica de la interconducta lingüística, reservando para un
tratamiento posterior otras formas de lenguaje no referencial.

INTERCONDUCTA SIMBÓLICA SIMPLE Y COMPLEJA

Probablemente la mejor manera de resumir las características


primarias del comportamiento simbólico es considerar la forma única en que
operan las funciones de estímulo y respuesta en los segmentos de
comportamiento simbólico.

SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO SIMBÓLICO SIMPLE

En el comportamiento simbólico simple, el reactor se intercomporta


con una situación simbólica tomada como un todo. Mientras responde a las
identidades 2 + 2 = 4 o √4 = 2 interactúa en cada caso con una pareja
inseparable. Aunque numéricamente dos, ambas cosas constituyen un solo
objeto de estímulo en la medida en que sólo una función de estímulo es
inherente a la pareja. Los dos o más objetos en cualquier situación simbólica
compleja interactúan de la misma manera que uno interactúa con una
multitud de personas o un montón de arena. Tales interacciones son, en
principio, exactamente como las respuestas directas discutidas en el capítulo
anterior. El segmento de conducta simbólica simple no es, por lo tanto, una
forma única de interconducta psicológica, ya que no podemos diferenciar
justificadamente las clases de conducta sobre la base del tipo de objeto con
el que se intercomporta el reactor. El segmento de comportamiento
simbólico típico implica una función de sustitución. (Consulte la figura 9.)

Fig. 9. Ajuste simple a un Objeto de Estímulo Biológico. El objeto de estímulo símbolo es similar a un
objeto estímulo signo, aparte de la variación detallada en la situación interconductual total.

SEGMENTOS COMPLEJOS DE COMPORTAMIENTO SIMBÓLICO


Cuando una persona interactúa con una situación simbólica, hay dos
objetos distintos con los que interactúa a su vez, cada uno con su propia
función de estímulo. El primero de los dos opera como estímulo sustituto del
estímulo de ajuste de la interacción completada. Por ejemplo, X se encuentra
con los símbolos √4, π o $, e inmediatamente interactúa con lo que
representan estos objetos de símbolo, a saber, 2, 3,1416 y dólar,
respectivamente. De manera similar, las palabras "aviso" o "advertencia"
constituyen estímulos sustitutos de otros asuntos presentados verbalmente,
como sucede cuando uno sólo puede ver encabezados impresos o escritos en
negrita. El comportamiento simbólico comparable ocurre cuando alguna
marca o símbolo apunta hacia alguna condición o circunstancia
a ser evitada. Los ejemplos dados son típicos de un gran número de
interacciones simbólicas, ya que en cada caso la operación recíproca
subyacente de los objetos de estímulo y las configuraciones de respuesta es
en principio similar.
Debido a que toda interconducta psicológica implica reacciones
específicas, es imposible decir cómo serán sus configuraciones particulares
de comportamiento o qué funciones específicas de estímulo tendrá cualquier
objeto en particular. Diferentes personas se comportan de manera diferente
con los mismos objetos, mientras que los mismos objetos pueden tener
muchas funciones de estímulo diferentes para el mismo individuo. Sólo en
situaciones restringidas, cuando conocemos a la persona y el entorno o
campo en el que está interactuando, podemos estar seguros del
funcionamiento de las funciones específicas de respuesta y estímulo. En
general, el significado de las palabras, los signos u otros objetos de estímulo
simbólico debe descubrirse observando cómo funcionan en segmentos de
comportamiento específicos. En general, los límites de tales interacciones
dependen de la biografía reaccional del individuo y de los escenarios
inmediatos, que incluyen el contexto o la relación de los objetos de estímulo
con otros objetos.
La interconducta dentro de situaciones simbólicas puede, por supuesto,
complicarse con una serie de sustituciones, por ejemplo, en la ecuación S =
gt2/2, gt2/2 sustituye a un cuerpo en caída libre, S, mientras que S a su vez es
un símbolo para la distancia recorrida por el cuerpo que cae. Cuando
deseamos conocer o interactuar con la distancia real, tenemos que averiguar
el valor exacto de t. Con cada evaluación sucesiva tenemos un nuevo sistema
simbólico.
El diagrama adjunto, Fig. 10, ilustra la interacción del símbolo. El
objeto de estímulo primero o sustituto (ES) apunta directamente a la fase
precurrente de una respuesta. Esta fase precurrente consta de dos sistemas de
reacción en sucesión, a saber, un acto de atención y una discriminación
perceptual. Cuando el individuo discrimina el objeto sustituto como un
símbolo, la fase consumatoria o final del segmento de comportamiento
consiste en un sistema de reacción de conciencia interrelacionado con el
objeto de estímulo de ajuste (SJ) que lo dirige. Naturalmente, la organización
de todo el segmento de conducta representa un evento cuyos antecedentes se
ubican en la interconducta previa del individuo con tales objetos en el
momento en que se asociaron.
Es probable que todas las situaciones simbólicas complejas
comprendan realmente los dos tipos de interacciones simbólicas
mencionadas, a saber, la respuesta a (interconducta con) y la respuesta
dentro de una situación simbólica. Por ejemplo, en el simbolismo que
representa el cuerpo en caída libre, t y su cuadrado, g y ½ son miembros
fijos de pares inseparables. Además, en esta y ciertamente en otras
situaciones simbólicas complejas podemos aislar tríadas e incluso
agrupaciones superiores de cosas simbólicas, de modo que no sólo
interactuamos con una relación diádica o triádica, sino también con
conjuntos de objetos dentro de una serie u orden.
La conducta simbólica constituye un caso especial de conducta de
estímulo implícito o sustituto, aunque, por supuesto, no toda conducta
sustituta es simbólica. Sólo cuando hay un acoplamiento íntimo de dos
objetos de estímulo ocurre la interconducta simbólica. En instancias no
simbólicas de conducta sustituta, el objeto de estímulo sustituto está menos
conectado con otros objetos de estímulo. Esta conectividad, por supuesto,
siempre se origina a través de los ajustes concretos de una persona en
circunstancias humanas específicas. Es bajo estas condiciones específicas de
comportamiento que los objetos, personajes, palabras y signos adquieren sus
propiedades esencialmente simbolizantes. Por propiedades simbolizantes
esenciales se entiende la especificidad y la relativa inseparabilidad de la
conexión que está tan bien ilustrada por el carácter simbólico de los
números: 1, 2, 3, n, etc.

Fig. 10. Esquema basado en situación simbólica serial.


OES = Objeto de estímulo sustituto sr = Sistema de reacción
En situaciones inusuales pueden surgir problemas sobre cómo se codificó el objeto simbólico y cuál es
la mejor manera de decodificarlo: en otras palabras, pueden surgir preguntas sobre si un objeto es un
símbolo o no y qué representa. Es una circunstancia interesante que lo que para algunos reactores es
un mensaje referencial definido puede ser para otros sólo un simbolismo problemático, por ejemplo,
símbolos no interpretados o incluso simples signos.

COMPORTAMIENTO SIMBÓLICO Y REFERENCIAL


COMPARADO

Técnicamente, la distinción fundamental entre la interconducta


referencial y la simbólica es que la primera es de carácter biestimulacional,
mientras que la segunda es de estimulación serial56. La interconducta
referencial es así, en comparación, inmediata en el sentido de que la función
de estímulo referente no opera como un puntero o signo, sino como un factor
en un ajuste inmediato. En el caso de la interconducta referencial auténtica,
nunca surge la pregunta de qué representa la acción de estímulo del
referente, ya que claramente no lo hace. El fenómeno de la interconducta
referencial no existe hasta que se establece cabalmente una interrelación
entre el acto y los dos objetos estímulo. Por el contrario, las funciones de
estímulo de un objeto en el segmento de comportamiento simbólico
conducen a un contacto orientacional posterior con otro objeto u otra
propiedad del mismo objeto.
Es imposible pasar por alto cuán íntimamente integrada está la
interconducta referencial, tanto en su origen como en su operación posterior,
con otras conductas y las situaciones generales de la vida del individuo. El
comportamiento referencial forma parte de prácticamente todo lo demás que
hace el individuo. Recordemos que sólo el lenguaje de referencia puede ser
puesto en relación con las actividades simbólicas. La forma del referidor del
lenguaje es demasiado diferente para prestarse a cualquier comparación. A
diferencia del lenguaje referencial, la forma simbólica está lo más alejada
posible de otras actividades. Un símbolo y su pareja son cosas
especializadas, cada una desarrollada en estrecha relación con la otra, y
alejado de otras cosas. La respuesta a los objetos símbolo también está
especializada y separada de otras actividades. Por supuesto, en la vida
cotidiana algunos símbolos son algo ambiguos, pero este hecho resta valor
en cierto modo a su funcionalidad. El carácter σ del alfabeto griego, incluso
entre los científicos, representa la desviación estándar y el milisegundo, pero
nunca de tal manera que para ocasionar la más mínima confusión. Podemos
agregar que sólo en tales situaciones los estímulos requieren contexto.
Cuando consideramos que los estímulos simbólicos son en su mayoría cosas,
mientras que los estímulos referenciales lingüísticos suelen ser acciones, se
hace evidente el gran abismo entre los segmentos de comportamiento
referencial y simbólico.
Los estímulos simbólicos no sólo son sucesivos y seriales, sino que
también pueden ser transitivos en relación. Cualquiera de los dos términos
de un par de símbolos representa al otro con igual facilidad. Los estímulos
en la interconducta referencial, por supuesto, también muestran una
tremenda facilidad en sus operaciones conjuntas, pero buscaremos mucho
para encontrar un objeto o situación que sirva como un estímulo sustituto
para una respuesta a un enunciado referente, sin importar cuán
frecuentemente oigamos hablar a las personas de tales objetos. Es cierto que
podemos predecir que la madre de Juanito le hablará a su hijo sobre el
desgarrón que acaba de hacerse en sus pantalones, pero eso significa que
para nosotros, los espectadores, los pantalones de un niño pueden ser un
símbolo del comportamiento referencial de una madre. El pantalón roto, sin
embargo, como estímulo de ajuste, aunque lo pensemos aislado de su
conexión conjunta con Juanito como estímulo auxiliar, ciertamente no es
para la madre un símbolo auténtico.
Otro contraste entre la interconducta referencial y la simbólica es el
carácter serial de los estímulos simbólicos. Los eventos referenciales
constituyen sistemas inmediatamente cerrados. La referencia hecha en
conjunto con un auxiliar y un estímulo de ajuste es completa y los tres
factores resumen el todo, no así en algunos casos de símbolos. Como hemos
visto, existen innumerables situaciones simbólicas en las que los objetos
símbolo se relacionan en cadenas, de modo que tenemos relaciones triádicas,
tetrádicas e incluso más complejas.
A continuación, consideramos la notable diferencia entre eventos
referenciales y simbólicos sobre la base de los tres factores en cada campo
interconductual. Mientras que en situaciones simbólicas el objeto estímulo
sustituto es especialmente prominente, ya que de su carácter depende el
contacto del reactor con la cosa sustituida, este no es el caso en los campos
de comportamiento referencial. Por el contrario, en la interconducta
referencial el estímulo auxiliar que muy probablemente sería comparado con
el símbolo, aunque indispensable, puede aparecer como un factor
indiferente, ya que hay muy poca restricción sobre lo que se dice desde el
punto de vista de estar referido al referente. Cualquier número de
expresiones sirven para familiarizarnos con aquello de lo que se habla. Esto
se debe, por supuesto, a la organización integradora del habla, los objetos a
los que se hace referencia y las personas a las que se habla. En contraste con
las situaciones de símbolos, el referente aparece más destacado que la
referencia. La referencia, como sabemos en algunas situaciones, puede estar
sólo parcialmente presente, llegando incluso a desvanecerse en las
circunstancias más íntimas. Todo el mundo ha notado la frecuencia con la
que nos anticipamos a lo que va a decir el hablante.
Cuando buscamos una norma para el comportamiento referencial,
hacemos bien en recurrir a una situación inequívoca como la
"intercomunicación" de los hablantes iletrados. En civilizaciones menos
complicadas probablemente encontremos los mejores ejemplos de
interconducta referencial genuina, ya que en tales situaciones la conducta
referencial se ve más fácilmente como un ajuste real que como una acción
formalizada. Así podemos aislar la interconducta referencial de la gran masa
de otras actividades, y aprender cómo los hablantes se refieren a las cosas al
igual que aprendemos cómo perciben, recuerdan, etc. Además, la ausencia
de escritura y lectura en tales situaciones permite evitar la hipostatización de
actos en sonidos, palabras y oraciones. Se sabe comúnmente que la
influencia de los materiales escritos a menudo resulta en la confusión de
acciones con las descripciones de esas acciones. Bien podemos esperar que
entre los hablantes primitivos gran parte del comportamiento lingüístico se
realice como ajustes elementales en presencia de los objetos de referencia.
Pero incluso si observamos las situaciones simbólicas que más se
asemejan al lenguaje referencial, no podemos pasar por alto las diferencias.
Los matemáticos y otros que usan ciertos símbolos frecuentemente
desarrollan una gran facilidad para manejarlos. Pero esta facilidad nacida de
la familiaridad, que es el caso de la mayoría de las representaciones
psicológicas, no nos impide ver el hecho de que se trata de una facilidad de
manipulación más que de un caso de integración total con las situaciones en
cuestión. Es significativo notar que la interconducta referencial nunca es
laboriosa y difícil de construir, mientras que la interconducta simbólica
puede no sólo adquirirse con dificultad, sino operar con esfuerzo. Durante la
evolución de la conducta referencial, el individuo, sin darse cuenta,
construye actuaciones, por lo que a menudo se expresa la opinión de que los
niños aprenden intuitivamente idiomas extranjeros57, mientras que sus
padres misioneros, que se acercan a otros idiomas distintos al suyo como
materiales simbólicos, deben utilizar a sus hijos para descifrarlos.

TRES FUENTES DE COMPORTAMIENTO SIMBÓLICO

Aunque la interconducta simbólica es una forma especializada de


actividad psicológica, no es una especulación infundada derivar tal acción de
tres tipos diferentes de fuentes de conducta.

MANIPULACIÓN DE OBJETOS
La primera, la más elemental y directa, son probablemente acciones
como hacer muescas en palos y toscos registros que un hombre primitivo
podría hacer para permitirle decir de un vistazo si alguno de sus animales se
ha extraviado o si sus límites están intactos. Esencialmente, tal actividad
consiste en manipular objetos simples, de modo que sirvan como sustitutos
efectivos de otras cosas en situaciones definidas y útiles. Esta fuente no
necesita ocuparnos más, ya que su descripción es una historia simple que
requiere sólo observaciones elementales para contarla.

FIJACIÓN DEL COMPORTAMIENTO VOCAL


La segunda fuente que involucra el comportamiento verbal y gráfico es
más compleja y produce muchas más variedades de símbolos, así como un
intercomportamiento de símbolos más poderoso y efectivo. La potencia de
esta forma de creación de símbolos radica en el hecho de que el individuo
inventa estímulos sustitutos y, por lo tanto, puede elaborar y completar su
interconducta simbólica. De tal idea surge la evolución de la denominación
verbal, la elaboración de signos, caracteres y registros lingüísticos de toda
variedad. Esta evolución implica una fijación y una extensión de las
configuraciones de respuesta del organismo.
El primer paso en este desarrollo se da cuando el hablante destaca su
comportamiento como algo más que una simple enunciación. En
consecuencia, adquiere un cierto grado de autonomía. En este proceso, su
propio acto, realizado originalmente como un gesto deliberado, lo estimula a
responder a él como un instrumento para lograr algún propósito. En el caso
de un símbolo del nombre, la persona realiza un acto verbal simple en
presencia de un objeto o circunstancia particular. Este acto puede ser una
simple imitación de un sonido o una referencia a un color, movimiento u otra
característica de un objeto estimulante. Es indiferente si se trata de una
imitación deliberada o de un análisis de una cualidad, o si el acto verbal se
suscita como respuesta afectiva; el resultado es el mismo. Cuando se
reconoce que la configuración del comportamiento está tan interconectada
con la cosa nombrada como para ser sustituible por ella, adquiere un carácter
simbólico.
Un segundo paso consiste en cristalizar la acción vocal anotando
alguna representación de la misma. Una lista de nombres de cosas ilustra
este paso. Tal registro gráfico se correlaciona con la representación pictórica
del objeto estímulo y tal vez le sigue. Más tarde, los nombres de las cosas
son sustituidos por marcas, caracteres, signos o palabras.

FIJACIÓN DE RESPUESTAS REFERENCIALES


Dado que las respuestas referenciales son en gran medida también
conductas vocales, incluso las acciones elaboradas pueden convertirse en la
base de los símbolos. Por ejemplo, un hablante le dice a alguien que debe
leer cierto artículo y, a partir de ahí, ciertas cosas o acciones se convierten en
símbolos del comportamiento obligado. Como veremos más adelante, el
propio comportamiento del habla puede, por supuesto, convertirse en un
símbolo. Cuando la conducta referencial se desarrolla por completo como
símbolo, comprende un modo de ajuste muy diferente de la actividad
referencial original, en el sentido de que ahora es una respuesta directa a un
solo estímulo en lugar de una respuesta indirecta a uno de dos estímulos.
POR QUÉ SE CONFUNDE EL LENGUAJE SIMBÓLICO Y
REFERENCIAL

Una influencia básica en la identificación errónea de la interconducta


simbólica y referencial es, sin duda, la extendida actitud de que el habla o la
conversación interpersonal involucra palabras-cosas. Se cree que los
hablantes emiten símbolos vocales que para el oyente están en el lugar de las
cosas de las que se habla. Así, la concepción de la palabra-símbolo es
responsable tanto de la confusión de la interconducta simbólica con la
referencial como de la acción lingüística con las cosas lingüísticas. No sólo
las palabras escritas o impresas se consideran fenómenos referenciales, sino
también los símbolos matemáticos y de otro tipo.
Quienes estén interesados en la influencia de la cultura general sobre el
pensamiento científico encontrarán un buen ejemplo en la forma en que el
carácter literario de nuestra civilización induce a los estudiosos de manera
bastante ilegítima a transformar los ajustes de comportamiento en palabras
cosificadas. Incluso cuando se escuchan voces disidentes, hablan en interés
de la metafísica en lugar de la ocurrencia real de los fenómenos. Por
ejemplo, cuando Croce (1866-1952) dice que el habla es una actividad de
creación perpetua, no nos informa tanto del comportamiento concreto de las
personas como ejemplifica su idea de expresión espiritual.
Tanto la sutileza como la inmediatez del lenguaje referencial
argumentan en contra de que el comportamiento de referencia sirva como
símbolo. El caso extremo es hablarse a uno mismo, cuando evidentemente
no son necesarios los símbolos. Pero incluso cuando el árbitro es otra
persona, está claro que los oradores normalmente no saben lo que van a
decir. Ciertamente, en tales situaciones espontáneas, no exponen palabras.
Las excepciones que confirman la regla son aquellos casos bastante
inusuales en los que los individuos dudan en hablar para “buscar la palabra
correcta”. Tales situaciones presuponen que el vocabulario del hablante es lo
suficientemente amplio para elegir.
Tampoco puede interpretarse el hecho de que el discurso de uno sea
apropiado para contextos particulares, como cuando uno habla con
deferencia o solícito, como la producción de ciertas palabras-símbolos. Ni
siquiera nuestro discurso más adecuado o efectivo está tan estereotipado
como para justificar la conclusión de que hablar consiste en la producción de
patrones particulares de sonidos o palabras. En lo que se refiere a la
constancia del sonido, los fonetistas están completamente satisfechos de que
ni siquiera repitamos los sonidos exactamente cuando lo intentamos en
condiciones de laboratorio.
Sin duda, el principal obstáculo para creer que el lenguaje referencial
consiste en símbolos de palabras es la gran dificultad para descubrir estas
unidades. Un estudio psicológico objetivo de la gramática revela que toda la
noción de palabras debe desaparecer de nuestra descripción del
comportamiento real del habla58. Es evidente que lo que en un caso se
describe como una reacción de una palabra debe considerarse como muchas
palabras en otro idioma. Los estudios psicológicos y lingüísticos demuestran
que los hablantes no saben realmente cuántas palabras pronuncian en una
situación de habla. En general, los hablantes diferencian unidades de
palabras solo cuando definitivamente intentan discriminar entre las cosas de
las que hablan, como al enumerar personas, objetos, situaciones y
circunstancias. Nótese, sin embargo, que el lenguaje de referencia, cuando es
enumerativo, tiende hacia alguna forma de comportamiento puramente
verbal. Incluso enumerar el habla involucra palabras en mayor medida
cuando se habla de cosas que de eventos, aunque aquí la actividad se
aproxima a la conducta de nombrar. En todos los casos, sin embargo,
debemos tener en cuenta el peso de las preposiciones y conjunciones que
siempre llevan los patrones del habla, así como las perennes síncopas y
elisiones ("frinstance", "atall", "wilya", etc.). De todos modos, debe
admitirse que incluso la habilidad estudiada para diferenciar unidades de
palabras o decir cuántas hay en una actividad conversacional, incluso en un
simple comentario, depende de cuán acostumbrado esté uno a leer o escribir.
Dicho sea de paso, no podemos afirmar con precisión que la escritura sea
habla transcrita, aunque esa condición se aproxima en una persona casi
analfabeta.
El uso de palabras para enmascarar la distinción entre lenguaje
referencial y simbólico probablemente se acentúe más en relación con el
discurso de árbitro que con el de referencia. Generalmente se sostiene que
las palabras pronunciadas por el referente constituyen símbolos para el
árbitro símbolos que representan a los referentes. Pero incluso aquí se hace
una identificación ilegítima entre objetos de estímulo auxiliar y símbolos.
Incluso si pasamos por alto la gran diferencia entre el comportamiento real
de un referente y una cosa-símbolo, es imposible dejar de lado la distinción
entre los estímulos técnicos del símbolo y los meros estímulos sustitutos.
Ciertamente, en el caso de un símbolo complejo, el reactor debe estar
profundamente vivo en su forma. Sabemos, sin embargo, que el habla
referencial opera de manera muy eficaz cuando, desde el punto de vista de
las palabras, es sincopado, arrastrado y distorsionado. El árbitro ni siquiera
necesita estar en contacto con mucho de lo que dice el hablante para ser
referido al referente. Aquí también es significativo el hecho de que los
muchos tipos diferentes de actividad del referente, como los gestos de todo
tipo, constituyen estímulos efectivos para el comportamiento del árbitro. Al
menos podemos decir que en el lenguaje referencial hay un enorme margen
de maniobra proporcionado por el encuadre, lo que no ocurre, en el mismo
grado al menos, en la situación simbólica.
La confusión entre referencia y el comportamiento simbólico también
es fomentado por la tradición fisiológica que nos lleva a enfatizar la acción
burda general, como la producción de sonidos con la boca, la garganta y el
pecho, o las acciones de hacer marcas con la mano. Específicamente, el
resultado es que enfatizamos demasiado las acciones especializadas que
pueden ser hipostasiadas en cosas y así hacer el juego a la corriente
simbólica del pensamiento. Mientras tanto, pasamos por alto las
complejidades y diferencias reales entre segmentos de comportamiento
particulares, dejando fuera de consideración todo tipo de gestos y otras
formas sutiles de comportamiento interpersonal. En general, no notamos que
la interconducta referencial es principalmente una forma única de actividad
que contrasta agudamente en su forma característica con el lenguaje
simbólico.
Un tercer factor que conduce a la confusión de la interconducta
referencial y simbólica es que en muchas representaciones complicadas
intervienen ambos tipos de conducta. El hecho de que nuestras complicadas
adaptaciones puedan analizarse en muchos tipos de segmentos de
comportamiento específicos no es razón para que debamos ignorar el
carácter fundamental de cualquier componente particular del complejo total.
Como sugerencia final para el fracaso en mantener distintos
fenómenos diferentes, nos referimos a la laxitud en el respeto de la
diferencia entre las descripciones y los fenómenos descritos. Al describir
cualquier cosa, inevitablemente usamos términos verbales. Aparte de la
descripción lingüística, se admite fácilmente que sólo existe una
correspondencia funcionalmente útil entre la descripción y la cosa descrita.
La fijeza de la descripción no implica en modo alguno una fijeza de los
acontecimientos. Aparentemente, no se observan las mismas precauciones en
el caso de los fenómenos lingüísticos, aunque aquí las descripciones de
palabras no son en absoluto indicativas de eventos de palabras.

TRES FORMAS DE ORGANIZAR LAS CONEXIONES


SIMBÓLICAS

La coordinación determinada de varios objetos de estímulo con


configuraciones de respuesta particulares, realmente funciones de estímulo y
respuesta, de modo que un objeto pueda sustituir al otro, ocurre naturalmente
bajo varios auspicios. Una consideración de algunas de las diferentes formas
en que se origina la interconducta simbólica indica niveles variables de
operación, así como motivaciones contrastantes. Por conveniencia, examinó
tres tipos únicos de organización simbólica que arbitrariamente denominó
(a) fortuita, (b) deliberada y (e) racionalizada.
(a) Ilustrativas de la relación significante-significante fortuita son
aquellas situaciones cotidianas en las que se toma algún objeto o evento
natural para representar algún otro objeto o condición natural. El viento del
este se convierte en una señal de lluvia, un eclipse de sol en un presagio de
un desastre inminente. Tales artilugios pueden seguir el principio general de
la psicología social según el cual una conexión establecida por un individuo
se convierte más tarde en un elemento social generalizado. O bien, la forma
particular de interconducta simbólica puede ser puramente idiosincrásica59.
En este nivel, las conexiones se organizan con frecuencia sin tener en cuenta
las condiciones naturales.
El azar de la presente forma de simbolización se aplica sólo a la
conexión de objetos de estímulo. La simbolización fortuita por lo general
tiene una base definida en las creencias, deseos, conocimientos y otras
características del comportamiento del individuo logrado a través de su
biografía de reacción particular. Asimismo, numerosos fenómenos
económicos, sociales y políticos juegan su papel en el origen y desarrollo de
la interconducta simbólica.
Palabras de todo tipo sirven como símbolos en este nivel. Aquí son
especialmente importantes los símbolos con significados definidos.
Pregunte, por ejemplo, qué significan los símbolos democracia, virtud, bien
supremo u honor nacional. Muchas personas que consideran que los
significados que representan estas palabras no solo son sorprendentemente
reales, sino que vale la pena luchar por ellos, todavía son incapaces de decir
exactamente cuáles son. Tales formas de comportamiento de símbolos
fortuitos sugieren muchas ramificaciones de la historia cultural en las que los
nombres, términos, eslóganes, etc., operan en la adaptación del hombre a sus
entornos complejos. Sin embargo, se advierte al lector que no confunda estos
fenómenos psicológicos de simbolización indefinida con aquellas
circunstancias en las que las palabras y los eslóganes tienen funciones de
estímulo directo para respuestas afectivas y otras inmediatas. Nos referimos
aquí, por supuesto, a las funciones de estímulo de palabras en poesía, en
textos devocionales y al fenómeno general de la magia de las palabras.
(b) Cuando los objetos de estímulo sustitutivo son en sí mismos
construcciones, apuntan a criterios definidos para el establecimiento
deliberado de interconducta simbólica. Entre los símbolos deliberadamente
desarrollados se pronuncian todos aquellos de significado histórico-
tradicional, los caracteres alfabéticos colocados para los sonidos, los
caracteres numéricos para los números y las notas para los sonidos musicales
o la posición de la escala.
Dentro de la serie de coordinaciones deliberadas de símbolos, hay
algunos que parecen más apropiados o más efectivos que otros. Por ejemplo,
los caracteres numéricos son más arbitrarios que las letras como estímulos
sustitutos o significantes, aunque estos últimos también son inventados como
desarrollos históricos de un alfabeto particular. Los símbolos científicos
están probablemente mejor integrados con sus significados que los otros dos
tipos de coordinación de estímulos discutidos.
El tipo más simple de simbolización científica es quizás la notación
química. Uno podría considerar caracteres tales como O, Fe, Bi, Cr, etc.,
como meramente análogos a los significantes de las notas musicales, aunque
siempre hay un trasfondo importante de sistema y organización. Cuando
pasamos del simbolismo atómico al molecular y aún más lejos al simbolismo
de las reacciones químicas, llegamos a un conjunto de estímulos sustitutos
que presumiblemente están correlacionados cuidadosa y precisamente con
las reacciones químicas y otros eventos complejos.
Una característica notable de la simbolización científica se ejemplifica
con los términos "vitamina a, b, c, d", etc. El problema originalmente era
proporcionar nombres para sustancias desconocidas que ejercían efectos
definidos sobre los organismos. Los científicos argumentan que una vez que
se logra el aislamiento y los conocimientos científicos, las sustancias
involucradas deben simbolizarse mediante fórmulas químicas definidas. Por
ejemplo, Moldavan se opone al mantenimiento de “sustancias químicas tan
diferentes como los carotenoides, el ácido ascórbico, los esteroles irradiados,
los compuestos de pirimidina-tiazol, el fosfato de sodio, los compuestos de
manganeso, etc., bajo el mismo título60. Y añade: “Las sustancias
antineuríticas, antiescorbúticas, antirraquíticas, antianémicas, antigoítricas,
etc., deben clasificarse con la familia química a la que pertenecen o
agruparse con las sustancias naturales o farmacéuticas que tienen una
estrecha propiedades fisiológicas relacionadas”.
El problema de la simbolización científica se enfoca agudamente
cuando se complica con la cuestión de la prioridad del descubrimiento y la
incertidumbre de lo que debe simbolizarse. El aislamiento de un nuevo
principio activo del cornezuelo proporciona tal problema. ¿Existe una
sustancia idéntica que diferentes trabajadores hayan aislado y, de ser así,
debería denominarse o simbolizarse como ergostetrina, ergometrina o
ergoticina? Se nos recuerda a este respecto la cuestión que surge con
frecuencia acerca de si existe una sustancia, un acontecimiento o una
condición (fuerza magnética, éter, flogisto, instinto) para los que se dispone
de símbolos.
(c) Cuando un símbolo o conjunto de símbolos se superpone a una
situación para explicarla o para asimilar intelectualmente, tenemos el tipo
racionalista de organización de símbolos. Así, se declara que la práctica de la
comunión es un símbolo de la apreciación del comulgante de su relación con
algún ser superior. Los objetos empleados en el rito aparentemente
constituyen un estímulo sustituto de las reacciones a la relación.
Un ejemplo generalmente familiar de este tipo de organización de
símbolos es la imposición freudiana de una invención significante
significante sobre los llamados contenidos oníricos. Partiendo de una
concepción dogmática completa de la naturaleza y las actividades del
hombre, el psicoanalista se las arregla para descubrir todo tipo de
posibilidades para convertir los objetos y eventos de la vida onírica en
símbolos de circunstancias sexuales y de cumplimiento de deseos.

RANGO DE OBJETOS DE ESTÍMULO SIGNIFICATIVOS

En vista del gran lugar que ocupa la interconducta simbólica en la vida


humana, no sorprende que los símbolos y las respuestas a ellos cubren una
amplia gama. Tanto el número como la variedad de símbolos se sugieren al
considerar las escalas simbólicas, comenzando con el simple acto de hacer
muescas en un palo para registrar el número de ovejas en un redil y
terminando con anotaciones tales como,

empleado por los físicos. Este último llegó a los límites más extremos del
pensamiento científico complicado y las operaciones experimentales.
La frecuencia con la que uno realiza un comportamiento simbólico y,
por el contrario, el número y los tipos de símbolos con los que uno se
relaciona, están condicionados por la complejidad de la civilización de uno.
Una sociedad muy complicada, con su gran número de objetos capaces de
servir como estímulos sustitutos intrincadamente organizados, proporciona
una multiplicidad de ocasiones para realizar un comportamiento simbólico.
Difícilmente existe un evento humano complejo que excluya una conjunción
compacta de configuraciones de respuesta con estímulos de ajuste y
sustitución de símbolos. Casi todos los objetos o condiciones pueden ser el
lugar de las funciones de estímulo simbólico. De las condiciones de vida
particulares de un individuo depende naturalmente la cuestión de si se acerca
al límite superior proporcionado por una sociedad compleja. Probablemente
el comportamiento simbólico más intrincado y profuso lo realiza el lógico
matemático que trabaja con símbolos para relaciones abstractas y con
símbolos para símbolos de tales relaciones. La enumeración de algunas
clases de estímulos simbólicos indica la variedad y extensión de la
interconducta simbólica.

TIPOS DE PAREJAS SIMBÓLICAS

SÍMBOLOS EXISTENTES-EXISTENTES
En esta clase coloco todos los objetos, eventos y acciones en los que
los estímulos inherentes funcionan coordinados con objetos y eventos
existentes de toda variedad. Entre los objetos se incluyen todo tipo de
cualidades, por ejemplo, sonidos (como los de un programa musical), olores,
colores, entre otros. Las acciones comprenden gestos manuales, faciales,
vocales y posturales.

SÍMBOLOS EXISTENTES-INEXISTENTES
Además de las cosas sugeridas en la clase anterior, coloco aquí los
diversos movimientos y posturas de los bailarines y actores en dramas
orientales, espectáculos y ceremonias religiosas o de otro tipo sobre la base
de que estimulan la interacción con fenómenos que no tienen existencia
sustancial.

SÍMBOLOS REPRESENTANTES-EXISTENTES
El principio de esta clase de fenómenos simbólicos es que los objetos
sustitutos son representaciones de cosas existentes. Estos incluyen no sólo
imágenes y estatuas, sino también líneas tan sugestivas como las que el
dibujante usa para representar personas.
SÍMBOLOS REPRESENTANTES INEXISTENTES
Esta clase de fenómenos simbólicos nos recuerda los grados de
inexistencia de las cosas representadas. Cuando las cosas simbolizadas son
construcciones en lugar de cosas que existen naturalmente, son más o menos
extensas. Los modelos científicos de toda variedad constituyen símbolos de
cosas parcialmente naturales y parcialmente construidas. Los tipos algo más
abstractos de objetos de representación son varias figuras geométricas
(triángulos, cuadriláteros y las construcciones más complejas) que tienen
relaciones espaciales o matemáticas como sus significantes.

SÍMBOLOS SIGNOS SIGNIFICATIVOS


En otro grupo se colocan objetos artificiales que obviamente no son
representativos de sus significados, como estrellas, esvásticas, emblemas
heráldicos, signos del zodiaco o dibujos (Horus pesando las almas de los
muertos). En muchos casos, estos símbolos se hacen deliberada y
arbitrariamente para representar algo que no tiene existencia. Una forma más
técnica de símbolo de esta clase consiste en todo tipo de marcas y caracteres,
como signos numéricos y fórmulas que representan cantidades, magnitudes y
operaciones.

INDICADOR-DENOTANTE
En una sociedad alfabetizada nada supera al alfabeto y sus compuestos
como estímulos sustitutos simbólicos. Las letras y especialmente los sonidos
putativos, las sílabas y las palabras del habla están hechas para servir como
estímulos sustitutos de las respuestas a toda variedad de cosas y eventos.
Además de letras individuales, se emplean combinaciones de unidades
alfabéticas, primero como abreviaturas de palabras que luego se convierten
en símbolos independientes (O.K., Q.E.D., E. & O.E.61) para objetos y
condiciones. Las palabras, por supuesto, se emplean ampliamente en forma
hablada, tallada (inscripciones), escrita o impresa para significar toda
variedad de hechos concretos o materiales abstractos. Los registros escritos e
impresos consisten en combinaciones de palabras que sirven como símbolos
complejos. Otro elemento simbólico de la palabra es la disposición de las
palabras en patrones, por ejemplo, la distribución de tipos en una página por
parte del poeta ultramoderno para representar eventos.
Se debe asignar un lugar especial a las oraciones o proposiciones.
ya sea en forma de palabras u otros símbolos. “Gire a la derecha” ilustra una
de las formas más simples de oraciones con símbolos. Entre los tipos más
elaborados se encuentran funciones estimuladoras para respuestas de llevar a
cabo ciertas direcciones manipulativas y operativas, como el
comportamiento elaborado de tipo matemático o simbólico-lógico.

RANGOS DE COMPORTAMIENTO Y RELACIONES


El eminente lógico C. S. Peirce62 presentó una ingeniosa clasificación
de símbolos. Comienza con signos o representaciones que define como “algo
que representa para alguien algo en algún aspecto o capacidad”. Estos signos
los divide en tres clases: iconos, índices y símbolos. Los iconos son cosas
que por su propia naturaleza sugieren algo, como la imagen de un sombrero
representa un sombrero. Los índices son objetos que indican otra cosa, por
ejemplo, el andar rodante de un hombre indica que es marinero. Los
símbolos son cosas que por el hábito están conectadas con otras cosas, como
la palabra "hombre" se hace para representar a un hombre.
La clasificación de Peirce destaca claramente las diversas formas de
relación simbólica. Una clasificación psicológica por comparación se basa
en los diferentes tipos de interconducta simbólica. Desde el punto de vista de
la interconducta psicológica, cualquier clasificación que se ofrezca sólo
puede ilustrar la gama de dicha interconducta y no su organización completa
y comprensiva.

SIMBOLISMO NOÉTICO Y OPERACIONAL

Como todos los eventos psicológicos, la forma esencialmente


simbólica de la función de respuesta y estímulo opera en diferentes tipos de
situaciones. Es conveniente marcar los segmentos de comportamiento del
símbolo que se encuentran en situaciones noéticas y operativas.

SIMBOLISMO NOÉTICO
Aquí el hecho esencial es que la función de estímulo sustituto de la
letra "a" opera para provocar una respuesta a una función noética "b". La
función de respuesta puede llamarse un acto de conciencia, conocimiento,
apreciación o comprensión con respecto a b. Ejemplos son las funciones de
estímulo de la letra "a" que indica o significa el sonido "a", y las letras "ok"
que estimulan a uno a saber que la casilla así marcada es satisfactoria. Del
mismo modo, N.Y., 4 de noviembre de '36, 8 p.m., simbolizan la ciudad, el
mes, el día y la hora del reloj, mientras que un gráfico informa uno de los
cambios en las cargas de los coches, modificaciones del índice de precios,
tasa de eliminación de errores de aprendizaje o reducción del tiempo de
ejecución.

SIMBOLISMO OPERACIONAL
En una clase por sí sola se destacan las situaciones de conducta
simbólica que incluyen sistemas de acción efectivos. Las funciones de
estímulo sustitutivo en este caso son correlatos de sistemas de reacción que
no sólo conducen a una interacción de orientación con un objeto de estímulo,
sino también a una respuesta adicional que constituye una operación de un
tipo particular. Cuando interactuamos con varios símbolos de operaciones
matemáticas, por ejemplo, el simple +, —, X, ÷ y el más complejo Σ dx/dy,
primero identificamos el símbolo como una operación y luego procedemos a
la operación. En la segunda interacción con el objeto de estímulo, la función
de respuesta se correlaciona con una función de estímulo diferente de la
primera. En el último caso, la función es directa y el objeto opera como una
señal para un tipo particular de actuación. Las operaciones matemáticas son
típicas, pero obviamente sólo uno de los muchos tipos de operaciones que se
encuentran en situaciones simbólicas. Todo tipo de manipulaciones y
actuaciones efectivas pueden ser sustituidas por estímulos simbólicos.
No es necesario agregar que el término "operación" se usa en un
sentido específico. Dado que todos los fenómenos psicológicos constituyen
operaciones, las actuaciones particulares implicadas en situaciones
simbólicas consisten en actividades muy definidas integradas con objetos en
situaciones dadas. Si bien en cualquier situación simbólica se puede
enfatizar la forma de reacción noética u operativa, en muchos casos ambos
tipos pueden ser igualmente prominentes. Un caso ilustrativo es aquel en el
que se requiere descifrar un símbolo o averiguar su significado antes de
poder proceder a realizar la operación que indica. El primer paso consiste en
la apreciación de que este objeto estímulo es un símbolo que representa algo,
pero que ese algo es vago o desconocido.
Sobre la base de su experiencia con tales objetos de estímulo y
situaciones de símbolos, el reactor puede incluso verse estimulado a
cuestionar la propiedad de poner tal símbolo para el objeto de estímulo de
ajuste. Así, la sencillez y la facilidad de la conducta simbólica dependen de
la frecuencia del contacto de la persona con la pareja asociada o del hecho de
que las circunstancias generales son tales que hacen que las diversas
relaciones involucradas parecen inevitables. A menos que el reactor pueda
decodificar el símbolo, no puede haber un comportamiento operativo del
tipo indicado. Pero cuando la decodificación se realiza sucesivamente, el
comportamiento simbólico puede desembocar en la forma operativa de
respuesta.

COMPORTAMIENTO REFERENCIAL Y SIMBÓLICO EN LA


MISMA SITUACIÓN

Importante para la comprensión de la interconducta tanto simbólica


como referencial son las numerosas situaciones en las que ambos tipos de
segmentos de conducta ocurren juntos. Con bastante frecuencia, un
individuo en medio de una conversación animada gesticula (golpea la mesa,
lleva su puño derecho violentamente a la palma de su mano izquierda,
apunta hacia arriba) a modo de símbolo de alguna acción o situación,
mientras discute algún problema o problema. informa al árbitro sobre un
asunto de interés mutuo. Obsérvese la sutileza y suavidad de la acción
referencial en comparación con la operación relativamente más cruda de la
actividad simbólica. Este último sirve definitivamente como un estímulo
sustituto de un objeto de estímulo de ajuste por parte de la segunda persona o
referido.
Analicemos por un momento la actuación del referente. Al disertar
sobre algún tema con fluidez verbal, manual u otras respuestas gestuales
estimuladas por los referentes y el árbitro, también está llamando la atención
del árbitro sobre la ubicación de un lugar en un mapa, ilustrando un objeto
mediante un diagrama o un evento configurando una ecuación. En los
últimos tres casos el reactor está proporcionando estímulos sustitutos para su
árbitro con el fin de provocar su respuesta a un objeto de estímulo de ajuste.
Naturalmente, tanto el comportamiento simbólico como el referencial del
reactor deben diferenciarse de las respuestas pantomiméticas, de postura y
otras que también ocupan un lugar en la situación total.
Volvamos ahora a un estudio del árbitro para distinguir más entre el
comportamiento simbólico y el referencial. Con frecuencia encontramos que
la segunda persona responde más efectivamente a uno u otro de los dos tipos
de fenómenos. Aunque B puede ser incapaz de entender la conversación de
A, puede ser estimulado por el estímulo sustituto que A establece para
responder al estímulo de ajuste.
Probablemente, el mejor ejemplo de situaciones en las que se
entremezclan los comportamientos intermedios referenciales y simbólicos
son aquellos eventos interpersonales en los que ninguna persona entiende el
lenguaje convencional de la otra. Inevitablemente, se imponen grandes
limitaciones a su intercambio lingüístico, aunque no se excluye del todo, ya
que no importa cuán separadas puedan estar las personas en su
comportamiento dialectal, todavía hay un terreno común de habla gestual
informal. Aquí el el comportamiento es muy crudo y sólo puede proceder en
la presencia inmediata de los referentes, pero no obstante es un
comportamiento referencial genuino. Cualquier interconducta simbólica que
se encuentre en tales situaciones es, por supuesto, realizada
independientemente por cada individuo. No ha habido ocasión para que las
dos personas hayan adquirido un significado común para alguna cosa en
particular. Esto supone, por supuesto, que por conducta simbólica
entendemos aquellas acciones que involucran conexiones formales entre
estímulos sustitutos y de ajuste. Si no trazamos una línea entre un tipo de
estímulo sustitutivo y otro, nunca estaremos seguros de que tenemos
actividades simbólicas en cualquier situación.
Asimismo, a lo largo de esta discusión nos estamos limitando a segmentos
de comportamiento específicos, porque de lo contrario no podríamos hacer
distinciones en absoluto. Por ejemplo, simplemente porque A obtiene algo a
través de B, no podemos decir si se ha demostrado un comportamiento
referencial o simbólico. Para determinar la ocurrencia de referenciales
simbólicos o cualquier otro tipo de interconducta, las funciones específicas
de respuesta y estímulo deben aislarse rígidamente y describirse
analíticamente.

EL SIMBOLISMO SE VUELVE REFERENCIAL Y VICEVERSA

Cuando X comienza su primera lección de ruso, las palabras nuevas


impresas en un alfabeto desconocido solo pueden simbolizar para él una
serie de cosas y acciones del lenguaje. Posiblemente se requiera un progreso
considerable para que las palabras sustituyan a los textos griegos que ha
visto. Más tarde, los materiales impresos asumen funciones de sustitución de
los sonidos complejos pronunciados más o menos a la manera eslava,
mientras que aún más tarde tales palabras evocadas pueden convertirse en
símbolos de objetos. Una etapa intermedia consiste en que las palabras
enunciadas representan actividades del habla. Hasta que el estudiante
diligente no desarrolla hábitos que constituyen configuraciones de respuesta
definidas en íntima conexión con las cosas de las que se habla y con una
persona a la que se habla (uno mismo u otro), no tenemos un avance genuino
de la conducta simbólica a la referencial. Por supuesto, tal evolución
hipotética del comportamiento simbólico al referencial puede proceder de
todo tipo de formas. Por ejemplo, se puede transponer el orden de los pasos
o se pueden omitir varios de ellos.
El comportamiento referencial también puede convertirse en
simbólico. El proceso consiste en aislar y fijar una actividad referencial de
buena fe. Los medios para llevar a cabo este proceso varían. Una forma es
escribir un conjunto de palabras representadas como saliendo de la boca de
un orador mientras se adapta a una situación particular. La persona que lleva
a cabo el proceso tiene la opción de incluir tanto o menos de la situación
lingüística total como desee. Puede dibujar una cabeza con las palabras
dibujadas saliendo de la boca o puede incluir a las dos personas en el diálogo
realizando su discurso como parte de un conjunto más amplio de actividades
representadas por una serie de imágenes. Obviamente, la realización de tal
proceso depende de todos los eventos acumulativos involucrados en el
aprendizaje de un individuo para escribir o representar el habla, y la
evolución de la alfabetización que proporciona palabras para el propósito de
simbolización.
Una variante más elaborada e indirecta del proceso de aislamiento y
fijación se produce cuando la conducta del habla auténtica constituye un
estímulo sustituto de algún otro objeto. ¿No es cierto que los niños que dicen
“Ojalá tuviera un trozo de ese dulce” se dan cuenta en cierto sentido de que
su referencia a su propio deseo será tomada como un símbolo para pedir el
objeto deseado? Si bien tal conducta de los niños nunca es una respuesta
referencial equivalente a la de pedir el caramelo, puede sin embargo ser
considerada como una herramienta o instrumento para obtener el objeto
deseado. Posiblemente, un ejemplo más claro de esto se encuentra en la
situación “me parece que la dama protesta demasiado”. Incluso el árbitro
puede notar que lo que dice el árbitro es una pantalla para ocultar algún acto
de omisión o comisión.
Una vez más, el referente puede reflexionar sobre su propio discurso
con la conclusión de que estaba demasiado entusiasmado o tal vez
intimidado por su interlocutor. Así, un acto de habla puede congelarse en un
objeto que puede servir como estímulo sustituto de otra cosa. Aunque hemos
enfatizado sólo el proceso de fijación como antecedente a la organización de
una pareja simbólica, sin duda el camino está despejado para consumar ese
fin.
CAPÍTULO VIII
LENGUAJE NO REFERENCIAL: VOCAL Y GRÁFICO
_____________________________________________________________
___

ESPECIFICIDADES DE LA INTERCONDUCTA LINGÜÍSTICA

El principio interconductual de la psicología exige que cada tipo de


actividad lingüística sea estudiada, no sólo como una especie única de
comportamiento humano, como dato bruto, sino también como un campo
específico de interacciones de funciones de estímulo y respuesta. Por lo
tanto, nuestras descripciones e interpretaciones deben revelar el tipo de
configuración de los campos de comportamiento específicos, la naturaleza
de los objetos de estímulo y el tipo de circunstancias bajo las cuales tiene
lugar todo el evento. En este capítulo, por lo tanto, aíslo y describo una
serie de interacciones, que difieren tanto de las actividades referenciales
como de las formas simbólicas de las actividades no referenciales, aunque,
por supuesto, están íntimamente relacionadas con ambos tipos de
comportamiento lingüístico.

COMPORTAMIENTO DE NOMBRAR
La denominación de la interconducta puede considerarse de dos tipos.
La primera consiste en aplicar originalmente un término a alguna cosa o
evento nuevo, como cuando un científico designa por primera vez algún
fenómeno real o supuesto. Por ejemplo, asignar nombres como "protón",
"neutrón", "electrón", "positrón" a las diversas características de un átomo;
a un nuevo planeta llamado Plutón; o una frase latina a una nueva especie
de organismo. Aunque el proceso de denominación científica puede ser
simple, suele ser bastante complicado. El segundo tipo de nombramiento se
ilustra con las actividades de los padres al nombrar a su hijo recién nacido.
Por lo general, este tipo de acción lingüística es muy simple, aunque puede
ser bastante complicada en ciertos casos.
Lo que complica el proceso de denominación científica es que la cosa
o evento a nombrar es un objeto novedoso que suscita problemas. El
científico asume que ha encontrado algo nuevo que necesita ser distinguido,
después de lo cual inventa un nombre para indicar sus características
esenciales. En contraste con la denominación científica, la mera
designación arbitraria de un niño como James o Mary es comparativamente
simple, aunque a veces puede surgir un poco de complicación si los padres
no están de acuerdo o surgen problemas de competencia.
Ahora bien, ambos tipos de denominación pueden verse complicados
por una serie de actividades lingüísticas que los acompañan, tanto de la
clase referencial como simbólica. En la simple situación de nombrar a un
niño, los padres pueden permitirse una discusión considerable sobre su
actitud y elección. Este puede ser el caso, también, en la situación de
denominación científica además de algún intercomportamiento simbólico.
Mientras que en la situación más simple la acción lingüística que la
acompaña puede ser exclusivamente vocal, en la situación más compleja
también puede estar involucrada la conducta gráfica.
Un tipo interesante de evento de nombramiento es aquel en el que A le dice
a B el nombre de una flor; esta es una forma referencial distinta de
interconducta. “Esta es Virginia Blue Bell, Mertensia virginica”. En otras
palabras, la actividad de referirse al nombre de un objeto en la situación
comunicativa de informar a alguien qué nombre debe aplicarse al referirse a
ese objeto no es el mismo tipo de evento que conectar un nombre con un
objeto en lo que se designa como la situación de denominación original.

CONTAR

Si bien contar tiene muchos puntos de similitud con la acción de


nombrar original, sigue siendo muy diferente. Suponemos que el segmento
de comportamiento implica un comportamiento verbal útil para lograr un
determinado resultado. Aquí estamos frente a una situación en la que la
estimulación consiste principalmente en saber cuántas unidades se incluyen
en un agregado o suma. Otra forma de contar es aquella en la que el
individuo se informa a sí mismo que juntando tantos objetos resultará en un
cierto conjunto o conjunto. Podemos describir el conteo como un individuo
que se dice a sí mismo: "17 junto con 9 son 26". Debe enfatizarse aquí el
hecho de que el procedimiento de conteo implica un equipo de
comportamiento tremendamente grande adquirido previamente en
situaciones similares que ahora están operando en los ajustes inmediatos a
la mano, por ejemplo, las sumas y productos de varios procesos
combinatorios.

GRABAR COMPORTAMIENTO
La grabación de discos constituye una enorme preocupación
psicológica de los seres humanos en culturas complejas con un origen en
etapas más simples del ser. Por muchas razones, los individuos crean y
conservan representaciones de sus hazañas, posesiones y todo tipo de
transacciones. De esta manera, los gobernantes y otras personas
prominentes acumulan anales, historias y monumentos para glorificarse a sí
mismos o a sus naciones, o protegerse contra pérdidas. Toda esta
autoperpetuación y control sobre los acontecimientos se lleva a cabo por
medio de palabras, imágenes y símbolos, de modo que el registro de la
conducta se incluye en la clase de conducta lingüística, aunque en su mayor
parte como representaciones no referenciales. No pocas veces, sin embargo,
las acciones pretenden ser referenciales.
El proceso de creación de discos es definitivamente de proporciones
psicológicas, mientras que los productos terminados no lo son. Numerosos
segmentos de comportamiento de diferentes tipos pueden estar involucrados
en el proceso, aunque está claro que el empleo de objetos de símbolos
establecidos en el sistema actual general hace que el trabajo sea más fácil
que si se tuvieran que construir nuevos símbolos o marcas. No hace falta
decir que la creación de registros puede incluir segmentos de
comportamiento similares a los del comportamiento de nombrar y contar.

COMPORTAMIENTO DE ESCRIBIR Y DE INSCRIBIR


En culturas complejas, la escritura y la inscripción constituyen tipos
necesarios e importantes de comportamiento lingüístico no referencial. La
escritura y la inscripción lingüísticas, por supuesto, deben diferenciarse de
las actividades psicológicas no lingüísticas que consisten simplemente en
producir marcas mediante el uso de una herramienta de escritura, como una
pluma, un crayón, un papel de calco o un lápiz. Las actuaciones
psicológicas, como garabatear mientras uno se aburre con una conferencia,
están completamente excluidas de la consideración. Los buenos ejemplos
de escritura lingüística y comportamiento de inscripción van desde
actividades como producir notas para dirigir a otros en algún tipo de
desempeño conductual hasta la escritura de cartas intercomunicativas más
complejas.
Es fácil notar que el comportamiento de escritura tiene ciertas
semejanzas con el comportamiento de grabación, aunque a pesar de las
características comunes, en general son bastante diferentes. Lo que es
común a ambos tipos de campos de comportamiento es la acción de
producir un producto, pero mientras que en el registro se enfatiza el
producto, el proceso de comunicación inmediata es la característica
prominente. En general, lo característico de la escritura es la expansión de
la actividad de intercomunicación. Mientras que el habla verbal implica la
presencia inmediata y próxima del árbitro, en la situación de
comportamiento de escritura, puede estar ubicado a distancia en el tiempo y
el espacio.
Al analizar el tipo específico de ajuste lingüístico que está ocurriendo
en las actuaciones de escritura, como en todos los estudios de
comportamiento, debemos tener en cuenta detalles específicos. Al escribir,
por ejemplo, debemos observar si el individuo escribe palabras definidas
pertenecientes a un sistema lingüístico existente, utiliza abreviaturas o
varios tipos de taquigrafía. Tampoco es insignificante qué tipos particulares
de marcas hace el individuo. Estas diversas actividades que dan como
resultado diferentes producciones sugieren muchos detalles importantes
relacionados con los antecedentes sociológicos o antropológicos del
individuo. Utiliza tipos particulares de letras para idiomas particulares,
escribe de izquierda a derecha o de arriba hacia abajo, etc.
Si bien el comportamiento de escritura consiste principalmente en
transcribir la comunicación referencial, tales funciones no son el origen
exclusivo de las actividades de escritura. Además de los orígenes de la
escritura clasificables como representación indirecta como en la
transcripción silábica y fonética o alfabética, existe el proceso de
representación directa de objetos como en la escritura pictórica y la
construcción de objetos de signos y símbolos para varios propósitos.

COMPORTAMIENTO ECOLÁLICO
El comportamiento ecolálico puede describirse generalmente como
una forma de gesticulación vocal relacionada con el lenguaje. Tal
comportamiento se admite como miembro lingüístico principalmente
porque implica balbuceos verbales y puede ser funcionalmente útil en el
desarrollo del lenguaje vocal.
En situaciones normales, los bebés realizan el comportamiento vocal como
un tipo de actividad placentera, una forma de autocomplacencia psicológica
o de juego. Los niños aparentemente ejercitan su aparato vocal en la
producción de sonidos organizados sin ninguna función intercomunicativa o
simbólica.
La ecolalia también se presenta como una especie de comportamiento
anormal, estereotipado o automático. El caso clásico es la repetición de
ciertas palabras o sus combinaciones sin ningún significado para el
observador. El ejecutante individual, sin embargo, puede estar
interrelacionando su actividad con varias situaciones.
En general, los patrones de respuesta en la ecolalia consisten en una
serie de cadenas de gestos vocales interconectados con una función de
estímulo bastante indefinida desde el punto de vista del comportamiento
lingüístico socialmente aceptado.

CANTAR
Probablemente a nadie se le ocurriría añadir el comportamiento del
canto a la lista de actividades lingüísticas excepto por la presencia de
palabras. En realidad, un cantante puede ser considerado como un
ejecutante musical excepto que no usa un instrumento no orgánico. Cuando
este es el caso, apenas hay lugar en la clasificación lingüística para tales
fenómenos. Incluso aquí, las palabras enunciadas son tan diferentes de la
aproximación más cercana en el habla real que nadie podría en lo más
mínimo identificar o relacionar las dos. Y sin embargo, en algunos casos, el
canto puede aproximarse a las condiciones del habla referencial.

LEER
La interconducta lectora puede ser de dos tipos distintivos. referencial
y no referencial.
LECTURA NO REFERENCIAL
En este tipo de interconducta, el material leído consiste
principalmente en estímulos sustitutos coordinados con respuestas al tema
sobre el que se escribe. En cierto sentido, las palabras y oraciones
funcionan como símbolos visuales que representan ciertas cosas definidas.
Probablemente el material del lenguaje en el sentido convencional de letras,
palabras, etc., tiene funciones de estímulo comparables a señales, muescas,
números, etc. A pesar de las diferencias en los detalles de los campos de
comportamiento, las palabras en un libro que uno está leyendo funcionan
aproximadamente igual que un letrero de calle o cualquier tipo de indicador
similar. Aquí debemos estar en guardia para diferenciar entre lo que son
cosas socialmente similares; el hecho de que el material de lectura impreso
o escrito se asemeje al habla transcrita no garantiza que no se confundan
tipos de campos de conducta completamente diferentes.

LECTURA REFERENCIAL
Sin duda, es cierto que con frecuencia un individuo interactúa con el
material de lectura de un libro exactamente de la misma manera que realiza
respuestas auditivas en una conversación. No se puede negar que uno puede
quedar tan absorto al leer una novela que los objetos de estímulo tienen
funciones similares a las del comportamiento del habla referente. Cuando
este es el caso, la lectura se vuelve clasificable con actividades referenciales
definidas. Dado que el material impreso estimula al individuo tal como lo
hace el habla conversacional, el autor parece hablarle al lector tal como lo
haría en una conversación ordinaria. Sin duda, la situación menos ambigua
de este tipo es muy similar a la lectura de cartas en las que el remitente está
hablando al referido por medios gráficos.
CAPÍTULO IX
EVENTOS Y SITUACIONES LINGÜÍSTICAS
_____________________________________________________________
___

SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO COMO


HERRAMIENTAS DE INVESTIGACIÓN

Los eventos lingüísticos no solo son extremadamente complejos, sino


que obviamente también están muy intrincadamente interrelacionados con
otros tipos de fenómenos. En consecuencia, es esencial que el estudiante de
lenguaje forje herramientas tan refinadas como pueda para la investigación
de eventos lingüísticos e interrelacionados. Ya hemos indicado en el
Capítulo IV que para el estudio objetivo de los acontecimientos
psicológicos, el segmento de conducta constituye la unidad. Para la
investigación de los fenómenos lingüísticos, por lo tanto, el segmento de
comportamiento lingüístico demostrará ser de considerable valor.
Por medio de esta herramienta analítica podemos aislar y definir tipos
específicos de intercomportamiento lingüístico. En otras palabras, cuando
conocemos la naturaleza de las funciones mutuamente operativas del objeto
estímulo y la respuesta, incluyendo, por supuesto, el medio y el contexto,
entendemos un evento lingüístico psicológico. Tomando en consideración
todos estos factores, tenemos criterios para distinguir entre eventos
lingüísticos y otros tipos de eventos psicológicos, así como entre diferentes
tipos de ajustes lingüísticos.
El segmento de comportamiento, por supuesto, es una abstracción
científica. Implica una atomización de la continuidad de los acontecimientos
psicológicos. Sin embargo, está construido sobre un principio operativo, a
saber, sobre la base de observar lo que sucede cuando ocurren eventos
lingüísticos, y tiene la intención de tener en cuenta aquello con lo que el
observador está principalmente en contacto y lo que informa sobre sus
observaciones.
En concreto, al aislar segmentos de comportamiento lingüístico no
sólo podemos diferenciar entre todo tipo de fenómenos lingüísticos, sino
también comprobar los principios descriptivos y explicativos que se les
aplican. Podemos probar el trabajo del investigador en términos de sus
postulados al abordar los eventos lingüísticos y también la validez de sus
observaciones y análisis de los datos mismos.
No necesitamos profundizar en los criterios del investigador más allá de
tener en cuenta sus intereses y antecedentes. ¿Cómo aborda los fenómenos
lingüísticos? ¿Está interesado en las cosas lingüísticas como evoluciones de
los sistemas lingüísticos o como eventos que ocurren momentáneamente? En
cuanto a lo último, ¿se ocupa de aspectos psicológicos o no psicológicos, a
saber, procesos fisiológicos o continuidades históricas o cambios en los
estilos del habla? ¿Hace suficiente hincapié en la versión de la ciencia
natural de la psicología?
El enfoque del investigador determina, por supuesto, su interpretación
de los eventos lingüísticos. ¿Estudia sonidos, palabras, oraciones o ajustes
reales de las personas? Y finalmente, ¿considera realmente el investigador
que todo lo que hace un hablante está invariablemente relacionado con
condiciones específicas, involucrando en algunos casos personas a las que se
habla y cosas de las que se habla en conexión simultánea, o en otros los
contactos sucesivos de individuos que reaccionan con objetos símbolo y sus
referentes?

VALOR ANALÍTICO DE LOS SEGMENTOS DE


COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO

El valor de la construcción del segmento de comportamiento radica en


su utilidad en la promoción de la investigación lingüística. Este constructo
puede ayudarnos a diferenciar entre diversos tipos de eventos lingüísticos y a
interrelacionarlos entre sí y con el comportamiento psicológico y las
condiciones no psicológicas.

(1) CARACTERÍSTICAS DE LAS SITUACIONES LINGÜÍSTICAS


Los estudiosos de la lengua han abrigado durante mucho tiempo la
tradición de que todo lo que implica mecanismos vocales es lingüístico. Esta
tradición se basa en el antiguo principio dualista establecido que conecta los
procesos psíquicos con la acción orgánica. Han asumido que la conducta
verbal que involucra la producción de sonidos convencionales con la boca es
lingüística, aunque es evidente que la verborrea de personas anormales es
algo muy diferente de la intercomunicación ordenada y, además, que la
conducta intercomunicativa auténtica ocurre como manual y otras formas de
comunicación. gesticulación no vocal. De manera similar podemos
diferenciar entre aplicar nombres a las cosas, contar, cantar, leer, etc.
Sostenemos entonces, que el análisis de segmentos específicos de
comportamiento nos brinda un instrumento adecuado para el estudio
analítico de diferentes tipos de eventos lingüísticos.
En la mayoría de los casos, la mejor manera de lograr el aislamiento de
un segmento de comportamiento es considerar con qué tipo de objeto de
estímulo se está comportando el individuo. Para ilustrar la diferenciación
entre diferentes segmentos de comportamiento, presentó cuatro tipos de
eventos lingüísticos.

(A) SITUACIÓN DEL SIGNO


El ajuste fundamental aquí es una interconducta noética directa con el
objeto estímulo. En consecuencia, el sistema de reacción consumatorio
consiste en un simple darse cuenta del carácter del signo como un objeto de
estímulo, es decir, como un marcador, por ejemplo, un letrero de una calle o
una luz sobre un montón de escombros. Esencialmente, no hay indicios de
acciones posteriores a menos que sea para inhibir el comportamiento, como
en el marcador NO HAY ENTRADA. El segmento de comportamiento del
tipo de signo se puede diagramar como en la Fig. 11.
Fig. 11. El tipo de signo del intercomportamiento de información pura.

(B) SITUACIÓN DE SEÑAL


En esta situación hay un objeto de estímulo inmediatamente contiguo
con una función inherente que dirige la realización de una operación o
manipulación. El sistema de reacción consumatorio del segmento de
comportamiento consiste en realizar algún tipo de operación. El individuo
que interactúa va, se detiene, gira a la derecha o a la izquierda, según lo
indique la señal. Este tipo de segmento de comportamiento se puede
diagramar de la siguiente manera:

Fig. 12. La interconducta señal que lleva a la acción manifiesta inmediata.

(C) SITUACIÓN DE SÍMBOLO


La característica central de las situaciones simbólicas es que el
individuo interactúa con un objeto codificado, es decir, uno que ha sido
creado para sustituir a otra cosa por el actor presente o por otra persona. Este
proceso se llama "codificación". Cuando el actor presente reacciona a un
símbolo que él u otra persona ha codificado, la operación se denomina
"descodificación". Este puede ser un procedimiento muy simple de
reconocer el objeto codificado, por ejemplo, U.S.A., O.K., una marca
comercial, un colofón o un logotipo.
Los símbolos se utilizan con mayor frecuencia para divulgar
información y organizarla con el fin de darle una forma manejable. A veces,
sin embargo, se emplean símbolos para ocultar información a alguien. Tales
son los diversos códigos militares que constituyen la base de la industria
criptológica. Las características sobresalientes de los segmentos de
comportamiento simbólico se muestran en las Fig. 9 y 10, páginas 77 y 79.
Las situaciones simbólicas como las actuaciones noéticas se combinan
frecuentemente con situaciones manipulativas. En ese caso, un segmento de
comportamiento operacional se une al segmento de comportamiento
simbólico noético. Inmediatamente después de descifrar un encriptado
militar, se inicia una acción combatiente. Un ejemplo más familiar es el
comportamiento de un pianista que toca una determinada tecla tan pronto
como "lee" una nota. La situación de combinación puede representarse como
en la Fig. 13.
Fig. 13. Esquema de un ajuste de combinación, primero con un objeto código y luego con otro
objeto estímulo.

Fig. 14. Diagrama de una biestimulación típica del campo de comportamiento del habla como
se muestra en la Fig. 4.

(D) SITUACIÓN DE HABLA


Dado que la situación de habla genuina implica la operación
simultánea de una función de estímulo auxiliar y de ajuste, como en la Fig.
14, contrasta con los otros segmentos o campos de comportamiento
lingüístico. Las diferencias se indican claramente al comparar la ilustración
del habla en la Fig. 14 con los diagramas numerados 9, 10, 11 y 12.

(2) DIFERENCIACIÓN DE EVENTOS DE SEGMENTO DE COMPORTAMIENTO


La construcción de segmentos de comportamiento también es útil para
distinguir entre los eventos de comportamiento involucrados en la
interacción de dos personas en situaciones de habla. Debido a que la
respuesta de una persona es un estímulo para otra en la intercomunicación,
se puede determinar fácilmente si la acción es o no referencial y cuál es.
Hay, por supuesto, cuatro posibilidades, como se indica a continuación.
(a) Las acciones de A y B pueden ser tanto lingüísticas como
referenciales. El ejemplo obvio es el diálogo auténtico. El discurso de A
sirve de estímulo para B, y viceversa.
(b) Solo las acciones de una persona son referenciales. A le habla a B
en un sistema de lenguaje que B no entiende. B sabe que le están hablando,
pero desconoce el factor referente. Su acción, aunque psicológica, no es
referencial.
(c) El tercer caso de una acción que es referencial es aquel en el que A
le habla a C pero B se considera a sí mismo como el objeto de estímulo
auxiliar de A. Aunque la acción de A con respecto a B no es referencial, la
acción de B sí lo es. Un ejemplo interesante es aquel en el que A, al ensayar
una obra, pide ayuda a gritos que B de alguna manera escucha y asume que
es referencial, aunque no sea más que un lenguaje morfológico o simulado.
B, sin embargo, está listo para responder amablemente.
(d) La cuarta y última posibilidad en las relaciones lingüísticas de A y
B es que ninguno esté realizando un comportamiento referencial con
respecto al otro. Un ejemplo es la presencia de B mientras A está ensayando
su obra. B en este caso no está familiarizado con el idioma que A habla. En
consecuencia, en ninguno de los dos casos los dos individuos realizan una
conducta referencial.

VARIACIONES EN LOS SEGMENTOS LINGÜÍSTICOS DEL


COMPORTAMIENTO

(1) CINCO TIPOS DE SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO DEL REFERENTE


El comportamiento lingüístico obviamente es muy variable, porque es
muy común y definitivamente adaptable en muchas situaciones diferentes.
De los diversos tipos de segmentos de comportamiento lingüístico, el tipo
referente es el más fácilmente observable. En consecuencia, la descripción
de este tipo de evento lingüístico es la más fácil de realizar y la más
convincente. Indicamos a continuación cinco tipos de segmentos de
comportamiento referente.

(A) EJ, EX AMBOS PRESENTES


Como se indica el diagrama de la Fig. 15, los objetos de estímulo de
ajuste y auxiliar están presentes inmediatamente. La respuesta puede
consistir en un acto vocal convencional que constituye una matriz para (1) la
función referente del objeto de estímulo de ajuste; y (2) una función de
referencia correspondiente a la función estimulante de la persona a la que se
habla. El carácter de la matriz de respuesta puede ser de muchos tipos, como
hemos señalado.

Fig. 15. Diagrama del campo lingüístico normal con estímulos de ajuste y auxiliares presentes.
FEj = Función de Estímulo de Ajuste FEx = Función de Estímulo Auxiliar
FRx = Función de Respuesta Auxiliar FRj = Función de Respuesta de Ajuste
sr = Sistema de Reacción

Fig. 16. Diagrama de Campo Lingüístico con Objeto Estímulo Auxiliar Ausente. Símbolos
como en la Fig. 15.

(B) EJ SÓLO PRESENTE


En este segmento de comportamiento, sólo el objeto de estímulo de
ajuste está presente inmediatamente. En tal campo de comportamiento
lingüístico, los sistemas de reacción precurrentes son claramente diferentes.
En lugar de percibir el objeto de estímulo auxiliar, el referente interactúa con
él implícitamente a través de un objeto de estímulo sustituto. Puede
visualizarlo, o el sistema de reacción particular puede operar sobre la base de
la función de sustitución del objeto de ajuste.

Fig. 17. Comportamiento referencial con Objeto de Estímulo de Ajuste Ausente. Símbolos
como en la Fig. 15.

(C) SIN CONTACTO CON EJ


El campo interconductual representado por el diagrama anterior no
incluye contacto directo con el objeto de estímulo de ajuste. Éste es un tipo
extremadamente común de eventos de habla. Como indica el diagrama, el
sistema de reacción que sigue a la respuesta de atención al objeto de
estímulo de referencia faltante es atendido por una imagen sr en lugar de una
percepción.
Fig. 18. Campo referencial con funciones de ajuste y auxiliares en el mismo objeto. (Símbolos
como en la Fig. 15.)

(D) FUNCIONES DE EX, EJ EN UN SOLO OBJETO


Un tipo interesante de campo lingüístico es aquel en el que ambas
funciones de estímulo son inherentes a un único objeto en contacto directo
con el hablante. En tales campos, los actos precurrentes incluyen funciones
definidas de respuesta perceptual.

Fig. 19. Intercomportamiento referencial con ausencia de Objeto de Estímulo Auxiliar y de


Ajuste. (Símbolos como en la Fig. 15.)

(e) Funciones Ex, Ej en un solo objeto, que está inmediatamente presente

Finalmente, está el campo del comportamiento lingüístico en el que,


nuevamente, las funciones Ej y Ex son inherentes a un solo objeto, pero una
de ellas es la única indirectamente presente a través de un objeto o acto
sustituto.

(2) TRES TIPOS DE SEGMENTOS DE COMPORTAMIENTO DEL REFERIDO


Los campos del referido son de tres tipos solamente, ya que en todos
los casos la función de estímulo auxiliar es inherente a un objeto de estímulo
inmediatamente presente, el hablante.

(A) EJ, EX INHERENTES A DIFERENTES OBJETOS PRESENTES


El segmento de comportamiento de referido más obvio, aunque no el
más común, es aquel en el que las dos funciones de estímulo son inherentes
a diferentes objetos inmediatamente presentes, como se indica en el
siguiente diagrama.

Fig. 20. Intercomportamiento del referido con las funciones de ajuste y auxiliar en objetos
separados.

(B) EJ AUSENTE
El estímulo de ajuste puede estar ausente, como en el siguiente
esquema.
Fig. 21. Interconducta del referido con objeto de estímulo de ajuste ausente.

(C) EJ, EX INHERENTES EN EL MISMO OBJETO


Tanto las funciones Ej como Ex son inherentes al mismo objeto
estímulo, como cuando el referente habla de sí mismo.
En este tipo de segmento de comportamiento y en el tipo en el que el
objeto de estímulo de ajuste está ausente, la comprensión del referido se ve
favorecida por la situación total en la que ocurre el evento de habla. En tales
casos, la presencia de referencias implícitas es prominente y altamente
efectiva.
Cabe señalar que, probablemente debido a los segmentos de
comportamiento que ocurren con frecuencia y que carecen de la presencia de
objetos de estímulo de ajuste, el comportamiento de lenguaje del referido se
ha confundido con la forma simbólica. Sin embargo, la observación
cuidadosa de las diferencias en los respectivos segmentos de
comportamiento revela las variaciones.
Fig. 22. Tanto las funciones de ajuste como las de estímulo auxiliar son inherentes al mismo
objeto.

(3) INTERRELACIÓN DE EVENTOS LINGÜÍSTICOS Y NO LINGÜÍSTICOS


Ya hemos discutido la interrelación de los segmentos de
comportamiento lingüístico que preceden, acompañan y siguen a otras
actividades psicológicas, Capítulo VI. En este punto queremos indicar que
mediante un análisis de los segmentos de conducta intrínsecos involucrados,
podemos estar seguros en la mayoría de los casos de cómo la interconducta
lingüística está interrelacionada con otros segmentos de conducta
lingüísticos y no lingüísticos.

RELACIÓN DE EVENTOS LINGÜÍSTICOS Y SITUACIONES


LINGÜÍSTICAS

No es necesario señalar que los eventos lingüísticos particulares


siempre están íntimamente interrelacionados con situaciones lingüísticas
más amplias, y también más distantemente conectados con situaciones
psicológicas generales. Estamos más familiarizados con la distinción entre
ajustes psicológicos y adaptaciones sociales. Es este último el que constituye
las situaciones generales en las que los segmentos particulares de
comportamiento lingüístico ocurren como eventos específicos.
Las situaciones lingüísticas son obviamente complicadas. Por lo tanto,
esperamos que todo tipo de eventos lingüísticos o segmentos de
comportamiento estén interrelacionados en tales situaciones. Si examinamos
una situación intercomunicativa, encontramos muchos eventos referenciales
que involucran una variedad de patrones específicos, especialmente en el
lenguaje referente. El hablante no sólo emite patrones de sonido, se encoge
de hombros, señala de varias maneras, sonríe, frunce el ceño o responde de
otra manera a su referido y referente, sino que también entrelaza sus
actividades referenciales con comportamientos no referenciales de muchas
variedades. Si bien el referido puede no complicar su comportamiento tan
intensamente, sólo permanece como referido durante breves períodos
intermitentes. Difícilmente podríamos hacer justicia al concepto de
segmento de comportamiento si dejamos de lado el hecho de que los
segmentos de comportamiento ocurren en breves fracciones de segundos,
mientras que el comportamiento lingüístico puede ocupar intervalos de
tiempo apreciables.

INFLUENCIAS AMBIENTALES SOBRE LOS SEGMENTOS DE


COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO

Como segmentos de comportamiento, los eventos lingüísticos están,


por supuesto, condicionados por las funciones de estímulo y respuesta
inherentes a los objetos y organismos de estímulo, respectivamente. Por
ejemplo, cuando dos personas en particular se comportan lingüísticamente,
existe un problema de ajuste coincidente. A menos que A hable un idioma
que B entienda, no habrá intercomunicación. Nuevamente, para que el
lenguaje del referidor A sea un estímulo adecuado para B, debe estar dentro
del rango y la capacidad de audición de B. Aquí está implícita una
reciprocidad del desarrollo lingüístico previo que implica un conocimiento
común de los objetos de estímulo de ajuste.
Además de los factores obvios del rango y la capacidad auditiva,
existen influencias más sutiles del entorno. No sólo los individuos que se
comunican entre sí deben estar en suficiente contacto para intercomportarse
entre sí, sino que factores tales como la agudeza visual, táctil y auditiva
deben ser favorables. Una vez más, debe tenerse en cuenta la influencia de
determinados contextos. Para hablar entre sí en un taller mecánico o en una
fábrica de calderas, los individuos deben adaptarse oral y auditivamente o
cambiar al lenguaje de señas.
Además de los factores intrínsecos del segmento de comportamiento,
los eventos lingüísticos están condicionados por un marco humanístico más
amplio. Los hablantes frecuentemente se encuentran bajo la necesidad de
adaptarse a las condiciones ambientales del segmento de comportamiento
lingüístico. Estos factores ambientales son bastante diferentes de la
configuración del segmento de comportamiento más intrínseco. Por ejemplo,
cuando uno debe tener cuidado con quién escucha una conversación, surge
una cierta restricción de esta condición ambiental general.
La influencia de las condiciones ambientales sobre el habla puede
ilustrarse con las diversas respuestas dadas a la pregunta: ¿Cuál es la función
del lenguaje? (1) “expresar pensamiento” (noción popular); (2) “ocultar el
pensamiento” (Talleyrand); (3) “encubrir el hecho de que uno no tiene
pensamientos” (Kierkegaard). Uno puede fácilmente distinguir entre el
proceso real de decir algo (realizar una interconducta lingüística), es decir,
hacer y responder una pregunta, negar algo, suplicar, etc., y la situación
social más amplia a la que uno debe adaptarse, ya sea mediante el habla o de
algún otro modo. de interconducta. Un diplomático en una cena de Estado
debe decir muchas cosas que están alejadas del trasfondo social más amplio
bajo el cual las dice. A veces estas dos condiciones coinciden. En la casa de
un ahorcado no se menciona la cuerda. Para adaptarse socialmente, uno no
habla de ciertas cosas.
Esto contrasta con la situación específica de hablar positivamente en
una situación social adecuada. Cuando uno no puede separar las dos
situaciones, puede estar bastante seguro de que no está teniendo lugar una
respuesta verdaderamente referencial. El ajuste social puede exigir la
transición a otro tema de comunicación o el silencio total. El proceso de
referirse a algo contrasta con el estilo en que se realiza.
La siguiente lista muestra las influencias de los ajustes sociales sobre
el comportamiento específico del habla.
Modificación de
Situación
Comportamiento Lingüístico
Situación de habla cero: El
La mayoría de los soldados no
1 comandante de la compañía solicita
responden
voluntarios
El habla cambia la situación: El
2 hablante pronuncia referencias El oyente cambia de tema
impropias
El hablante y el oyente hablan
3Situación de conformidad
francés, chino, bantú o inglés
Situación de adecuación: A pesar de
las variaciones socioeconómicas de los
Auspicios específicos del habla
4 hablantes, es suficiente una mínima
compensan las diferencias
semejanza de en el patrón del habla
comportamental
Situación de Habla contraria: Los
Habla con falta de ajuste,
hablantes están en desacuerdo respecto
5 argumentos poco convincentes
a los eventos referidos pero continúan
para el otro Hablante
hablando
6Situación de habla despreocupada: El El comerciante dice "artículos de
hablante no considera la identidad o el moda, populares, superventas" a
estátus del oyente
las personas receptivas y las
rechazantes

Los estudiosos de la radiodifusión que se preocupan por la forma de


producir los mejores efectos, han proporcionado importantes ejemplos de las
diferencias entre lo que puede considerarse como un discurso referencial
definido realizado en condiciones normales y bajo los auspicios de la
situación de la radiodifusión. Como señala Pear (1886-),

Cualquiera que escuche una charla transmitida por un


amigo íntimo puede encontrar (a) que la charla parece
parcialmente despersonalizada, es como, y sin embargo
no como, el hablante, o (b) que los acompañamientos
visuales habituales del discurso son imaginados, o (c) que
hay poca diferencia entre el discurso tal como se transmite
y cómo hubiera sido si se hubiera dado “directamente”.
Pero la insatisfacción estética de una conversación
telefónica sugiere que muchos de nosotros, cuando
estamos cara a cara, observamos al hablante e
interpretamos libremente los cambios de expresión facial y
coloración, de postura y gesto. La conversación con una
persona vivaz suele ser más divertida que con una de
cara pesada, aunque ésta última puede ser más
interesante.63

La importancia de distinguir entre segmentos de comportamiento


intrínsecos, contexto y situación social (así como el análisis general del
segmento de comportamiento), se ejemplifica en la luz que arroja sobre las
diferencias en los tipos de eventos lingüísticos. Por ejemplo, en comparación
con el habla referencial, la interconducta simbólica es sorprendentemente
independiente de las condiciones ambientales. La razón de esto es, por
supuesto, que el evento simbólico se focaliza únicamente a la luz de la
interrelación de las funciones de estímulo sustituto y de ajuste. Aunque la
interconducta simbólica puede verse influida en forma de todo o nada o de
presencia o ausencia, es decir, las condiciones ambientales pueden
determinar que tal interconducta no debería ocurrir en absoluto, la
interconducta referencial es extremadamente sensible al marco humanístico
más amplio.
Esta diferencia también se ejemplifica en la forma del contexto
intrínseco. Aparte del contexto, cuando los signos-símbolos tienen diversas
funciones de estímulo, los estímulos simbólicos permiten muy poca
influencia del entorno. El contexto es muy grande, sin embargo, cuando se
observan segmentos de comportamiento referencial.

VARIACIONES EN LOS PATRONES DE RESPUESTA


LINGÜÍSTICA

Como hemos indicado en el Capítulo I y en otros lugares, el ajuste


fundamental que consiste en la interacción mutua de las funciones de
estímulo y respuesta, puede llevarse a cabo de diferentes maneras. En otras
palabras, las funciones de estímulo y respuesta pueden ser inherentes a
diferentes formas de objetos de estímulo y respuestas.

HABLA VERBAL
En lo que se refiere a los patrones de respuesta vocal-auditiva, la
pregunta es interesante si la respuesta consiste en un solo sistema de
reacción o en un patrón de tales sistemas. Dado que los segmentos ordinarios
de comportamiento referencial son patrones complicados, el lingüista
psicológico se enfrenta con frecuencia a la cuestión de las unidades. Como
sabemos, el lingüista que trabaja con materiales textuales se enfrenta a la
pregunta de si la unidad de acción es una palabra, una serie de palabras, una
sílaba, una serie de sílabas o sonidos. El lingüista psicológico también debe
considerar si alguna vez ocurre una respuesta referencial de un solo tipo —es
decir, vocal— o si siempre hay componentes de tipo gestual no vocal. Por
muy difíciles que se vuelvan los análisis, sólo tomando en consideración
tales problemas podemos esperar una comprensión útil de los fenómenos
lingüísticos psicológicos.
SUSURRAR
Este tipo de patrón de respuesta contrasta con el patrón vocal audible.
En términos generales, el susurro es un patrón de respuesta particular que
opera en un segmento de comportamiento condicionado por contextos
particulares. Las comodidades que se deben observar en público, ya sea para
preservar la privacidad o para respetar la comodidad de los demás, son
factores determinantes. Por otro lado, el evento referencial específico se
puede describir en términos de la interconducta de los individuos que se
comunican entre sí y el referente.

PATRONES DEL HABLA SUBVOCAL


Mientras lleva a cabo una conducta imaginaria, el individuo no sólo
realiza respuestas vestigiales del tipo que hizo en la situación original, sino
que también proporciona detalles por medio de la acción subvocal.

LENGUA DE SEÑAS64
De especial interés en el campo referencial son los segmentos de
conducta que involucran series de sistemas de reacción de tipo no vocal o
gestual. De similar interés son los patrones de respuesta del tipo táctil y
vibratorio.
Paget (1869 -) afirma que "Helen Keller lee los labios al tacto, colocando
dos dedos sobre los labios del hablante y el pulgar debajo de su barbilla"65.
A este respecto, psicólogos como Katz (1884-1853) y Gault (1874-1972)
plantean la cuestión de la mezcla de respuestas vibratorias y táctiles y si
existen sistemas de reacción del tipo vibratorio independientes del táctil.

HABLA DEL STATUS DE CLASE


Gran parte de las expresiones reales de las personas revelan pistas
sobre la clase social a la que pertenece el hablante. Pueden indicar que es
una persona de clase alta, baja o media, un erudito, un moralista, un
conservador o un radical. Además, el estilo o forma de hablar apunta a
varios rasgos personales.
EL PROBLEMA DE LA DISTORSIÓN LINGÜÍSTICA
Un problema especializado relacionado con el habla verbal se refiere a
los límites de distorsión que afectan al oyente o referido. Los ingenieros
acústicos han estudiado asiduamente el problema de la eficacia de los
sonidos para comprender el habla. Especialmente los ingenieros telefónicos
han experimentado con los resultados de la conversación telefónica cuando
se eliminan ciertas frecuencias de ondas sonoras de las declaraciones. Tales
investigaciones, tan válidas como son para las situaciones en las que se
llevan a cabo, sólo sugieren un conjunto más amplio de problemas
relacionados con el comportamiento mutuo lingüístico.
Surge una pregunta fundamental sobre el límite del comportamiento de
un individuo para comunicarse con otra persona. Aquí interviene
inmediatamente nuestro principio de evento lingüístico en relación con la
situación general. Se demuestra fácilmente que la cantidad de distorsión de
los enunciados reales depende directamente de la situación específica
inmediata. Cuando las dos personas que interactúan están en presencia del
estímulo de ajuste y la situación está bien definida, la cantidad de distorsión
posible es extremadamente grande. Cuando, por otro lado, la situación
lingüística total está más atenuada, como en ausencia del objeto de estímulo
de ajuste y la falta de familiaridad del referido con los factores de la
situación, un efecto de distorsión mucho menor interfiere con el habla y la
audición.
CAPÍTULO X
EL ANÁLISIS DE LOS SISTEMAS DE REACCIÓN
LINGÜÍSTICA
_____________________________________________________________
___

ANÁLISIS LINGÜÍSTICO: CONSTRUCCIÓN DE


ABSTRACCIONES

Los campos de comportamiento lingüístico individuales llamados


segmentos de comportamiento, aunque abstraídos de otros eventos con los
que están interrelacionados, se constituyen en unidades o totalidades
indivisibles. Aun así, para una mejor comprensión de tales eventos, es
conveniente reducirlos a una serie de factores componentes. Obviamente,
entonces, estos productos de reducción consisten en abstracciones
descriptivas construidas con propósitos analíticos.
A tales factores componentes los llamamos sistemas de reacción.
Pueden describirse como los actos unitarios más pequeños en los que se
puede diseccionar el comportamiento lingüístico de un individuo.
Naturalmente, presuponen un organismo intacto en contacto con objetos de
estímulo. El análisis en psicología consiste claramente en una serie de
etapas de reducción. Para llegar a los sistemas de reacción, el análisis se
sustrae de los eventos complejos originales, y separa los factores de
respuesta de la situación en la que opera el segmento de comportamiento, y
de los objetos y sus funciones de estímulo. Fundamentalmente, la
construcción del sistema de reacción revela los participantes biológicos y su
operación en estos eventos lingüísticos. A pesar de la necesidad y utilidad
de tales construcciones arbitrariamente analíticas, debemos evitar el error
de pensar que se pueden volver a sintetizar en eventos lingüísticos. En otras
palabras, fragmentos aislados de información anatómica y fisiológica, por
muy bien autenticados que estén, nunca pueden constituir una descripción
psicológica total.
COMPONENTES DE LOS SISTEMAS DE REACCIÓN

La operación de los sistemas de reacción, tras el análisis, produce las


siguientes diez fases o factores componentes:
(1) FASE DE ESTIMULACIÓN (MÁS MEDIOS DE CONTACTO);
(2) FACTOR ATENCIONAL;
(3) FASE DISCRIMINATIVA;
(4) ASPECTO MOTOR;
(5) FACTOR AFECTIVO;
(6) ACCIÓN DEL MECANISMO RECEPTOR;
(7) FUNCIONES NEURONALES;
(8) ACCIÓN DEL MECANISMO EFECTOR;
(9) FASE GLANDULAR;
(10) FASE MUSCULAR.

Estos componentes, repetimos, se abstraen de los eventos del sistema


de reacción, ya que ocurren cuando un individuo habla o realiza otro
comportamiento lingüístico. Proporcionan una mejor comprensión del
lenguaje de lo que sería el caso sin el análisis. Estrictamente hablando, sin
embargo, un proceso tan dinámico como un sistema de reacción psicológica
ciertamente no puede decirse que esté compuesto de partes. Tanto más
importante es enfatizar el carácter dinámico indivisible de un sistema de
reacción ya que la posibilidad de correlacionar algunos de los factores con
estructuras anatómicas puede interpretarse en el sentido de que algunos o
todos los factores involucrados son autónomos. Por ejemplo, debido a que
los procesos musculares, neuronales y glandulares pueden correlacionarse
con los músculos, glándulas y elementos neurales involucrados, uno podría
caer en el error de pensar que un sistema de reacción consta de partes,
mientras que nada podría estar más lejos de la verdad. Un sistema de
reacción no sólo no tiene elementos aislables, sino que todo el sistema de
reacción no es una entidad autónoma. Es, más bien, una fase recíproca de
un segmento de comportamiento; siendo la otra fase, por supuesto, el objeto
estímulo y sus funciones.

(1) FASE DE ESTIMULACIÓN MÁS MEDIOS DE CONTACTO


Ninguna acción por parte de un organismo puede ocurrir sin alguna
acción correspondiente por parte de las cosas y los acontecimientos. Por
razones históricas, éstas últimas se denominan estimulaciones o funciones
de estímulo. También existen medios de contacto entre el organismo y los
objetos o condiciones estimulantes, por ejemplo, la luz en las reacciones
visuales y las ondas de aire en la conducta auditiva. Los medios de
contacto, desafortunadamente, han sido considerados como estímulos para
el comportamiento psicológico. Por conveniencia de exposición,
enfatizamos el comportamiento del habla verbal. Sin embargo, los mismos
principios se aplican a cada tipo de sistema de reacción.

MEDIOS AUDITIVOS
Los estudiosos del sonido y la audición están de acuerdo en que existe
una banda de espectro de ondas de aire con un rango de vibración entre 20
ciclos en el extremo inferior y 20.000 ciclos en el extremo superior que
contiene todos los correlatos de estimulación de la audición. Los sonidos
del habla vocal están, por supuesto, correlacionados con un rango limitado
del espectro audible. Algunas autoridades sitúan este rango entre 75 y 5000
ciclos por segundo, con las frecuencias más favorables por debajo de los
1000 ciclos.
Robert Boyle (1627-1681) indicó hace unos tres siglos que los
fenómenos vibratorios son factores esenciales en la audición cuando
demostró que una campana puesta en vibración debajo de una jarra de la
que se ha extraído el aire no puede oírse. Pero incluso hoy en día, los
psicólogos no están de acuerdo en cuanto al papel que juegan los eventos
vibratorios en las situaciones de audición y habla. Como hemos
mencionado antes, los psicólogos mentalistas consideran la frecuencia y la
amplitud de las vibraciones como estímulos para activar los receptores y, en
última instancia, el cerebro para producir cualidades psíquicas llamadas
sensaciones. La pregunta debe plantearse en cuanto a las afirmaciones de
que el psicólogo interconductual considera los eventos vibratorios
simplemente como medios indispensables para el desempeño de la conducta
auditiva. El estudio de las situaciones de habla auténticas como
contra sonidos aislados arroja gran duda sobre las correlaciones
ampliamente asumidas entre vibraciones sonoras particulares y sonidos
producidos y escuchados, mientras que el conocimiento de la biología
indica la fragilidad de las interpretaciones dualistas generales de los eventos
del habla.

MEDIOS TÁCTILES
Por supuesto, las personas sordas no pueden entrar en contacto con las
vibraciones auditivas. Su contacto debe ser a través de vibraciones táctiles y
contactos de presión con objetos de estímulo. Los trabajadores con personas
sordas han desarrollado mecanismos vibratorios, teletactores, etc., con el fin
de enseñar a los sordos a intercomunicarse con otras personas.

MEDIOS VISUALES
La estimulación lingüística visual constituye un medio destacado de
intercomunicación. Éste opera tanto en situaciones lingüísticas referenciales
como no referenciales. Ambas formas de contacto nos recuerdan
fuertemente que no podemos construir una psicología de la lingüística sobre
la única base del sonido.

MEDIOS LINGÜÍSTICOS COMPUESTOS


Con el fin de pensar correctamente sobre los campos lingüísticos, no
podemos pasar por alto el hecho de que, en situaciones de habla real,
generalmente tenemos una estimulación compleja. Probablemente la
mayoría de las situaciones del habla implican combinaciones de contactos
visuales, auditivos y de otro tipo.

EL PRINCIPIO DE BIESTIMULACIÓN
Hasta ahora hemos basado nuestra distinción entre estimulación y
medios de contacto en la diferenciación entre fases del estímulo auxiliar.
Pero también debemos considerar el hecho de que una situación lingüística
referencial no puede considerarse como una respuesta basada enteramente
en vibraciones sonoras. Para considerar situaciones reales, tendremos que
tener en cuenta los contactos del individuo con los objetos y eventos que
constituyen los objetos de estímulo de ajuste. Notemos, también, que en
situaciones lingüísticas simbólicas no referenciales los estímulos son
principalmente visuales y no auditivos o táctiles.

(2) FACTORES ATENCIONALES


Cada segmento de comportamiento o campo de comportamiento
implica un cambio de un elemento en el continuo de comportamiento a otro.
Este cambio puede describirse bien como la actualización de un objeto de
estímulo potencial y una función de estímulo. El proceso de actualización,
por supuesto, está incrustado en el escenario general o los auspicios bajo los
cuales el individuo se está comportando en ese momento.66

(3) FASE DISCRIMINATIVA


Cada respuesta psicológica a un estímulo es discriminativa en el
sentido de que la reacción es un ajuste específico definido a algún objeto
particular, condición u otro tipo de estímulo. Todo lo que decimos, leemos o
escuchamos es una fase definitivamente recíproca de una situación en la
que el factor estímulo juega un papel destacado y esencial. Este factor de
percepción es especialmente observable en el caso de las dos fases más
sobresalientes de un segmento de conducta.
Debemos enfatizar constantemente que el factor discriminativo de un
sistema de reacción es una condición general indispensable de la respuesta
del individuo a los estímulos del lenguaje. Debido a que el carácter
organísmico de los fenómenos psicológicos se ha pasado por alto con
bastante descuido, y debido a que no existe una contrapartida estructural
específica de las funciones discriminatorias como la hay de los factores
musculares, neuronales y glandulares, los psicólogos desde tiempos
inmemoriales han postulado, no obstante, una estructura análoga que ha
sido tradicionalmente llamada alma, ego, conciencia u otro algo psíquico,
en los diversos períodos culturales.
La forma en que este factor discriminatorio opera en las reacciones
del lenguaje queda bien ilustrada por el hecho de que para estimular a una
persona a realizar una respuesta de lenguaje se le debe ofrecer un estímulo
de lenguaje muy específico.

(4) ASPECTOS MOTORES


Por el factor conativo o componente de un sistema de reacción se
entienden los movimientos correspondientes a las diferentes fases
estimulacionales al hablar o escuchar, incluidas las pausas, mientras se
escucha lo que alguien dice si el hablante dice tanto como en una
conferencia o un sermón. El oyente debe responder a la estimulación del
hablante de alguna manera, aunque no necesariamente siguiendo el orden
en serie de lo que dice.
Notamos los cambios de movimientos oculares, cambios de posición
de la cabeza con respecto a los hombros, alternancia de flexión hacia
adelante y hacia atrás, etc. En el caso de la lectura, podemos aislar
movimientos muy definidos en los ojos, una especie de pausa alterna y
sacudidas. Estos movimientos oculares al leer están correlacionados con
otros cambios en la cabeza, como se indica en el caso del oyente. Pero dado
que los estímulos específicos de los que hablamos son palabras dispuestas
en patrones lineales, los movimientos oculares primarios son los factores
motores sobresalientes.

(5) LOS FACTORES AFECTIVOS


Éstos son la fase de sensación de los sistemas de reacción,
observables en muchos casos de reacciones del lenguaje. Dependiendo de
las palabras de estímulo y del campo general del lenguaje, el individuo
cuando escucha o habla, estará de un humor agradable, desagradable o
neutral. Parecerá tenso o aliviado, tranquilo o excitado, deprimido o alegre,
etc. Claramente, estas características afectivas de las respuestas no se
encuentran a menos que el lenguaje estimulante proporcione información o
descripción de actos o eventos, o involucre comandos de algún tipo. Esto es
así porque las reacciones del lenguaje humano siempre representan
adaptaciones definidas. Cuando pensamos en respuestas a palabras sueltas,
por supuesto que estas cualidades afectivas no aparecerán en absoluto, o
bien serán muy vagas y de una intensidad no apreciable. Sin embargo, como
podemos suponer muy fácilmente, siempre es posible presentar estímulos
verbales a los individuos que no sólo provocarán en ellos reacciones
afectivas, sino que pueden inducir condiciones emocionales muy definidas.

(6) ACCIÓN DEL MECANISMO RECEPTOR


En cada segmento de la conducta, la descripción de las respuestas
debe incluir la especificación de las funciones particulares mediante las
cuales el organismo se ajusta a los estímulos. Entre estas funciones se
enumeran los órganos receptores que principalmente ponen al organismo en
contacto con los estímulos, por ejemplo, los ojos para ver, los oídos para
oír, las manos para tocar, etc.
Así, para fines prácticos, debemos pensar en las funciones de contacto
como meramente el medio de mantener a la persona alerta y sensible a los
medios de estimulación, es decir, reteniéndola en una condición de
receptividad para los estímulos visuales y auditivos que la persona
estimulante ofrece al individuo que reacciona. Para que ocurra el lenguaje y
otras reacciones, es necesario no sólo que alguien hable, sino que alguien
también debe oírlo o verlo hacerlo.
Una palabra de advertencia. Bajo ninguna circunstancia debemos
pensar en las funciones de enfoque y contacto como acciones autónomas,
sino sólo como fases de actividades más amplias. Ya hemos indicado que
oír y ver son ajustes grandes y complejos, por lo que podemos añadir que,
de hecho, oír y ver son en sí mismos sólo fases de actos aún más grandes.
Rara vez podemos hablar de sólo ver, porque cuando miramos lo hacemos
como parte de estar parados y sentados en lugares particulares, o estar
parados y sentados en lugar de movernos, etc.
Otra consideración importante. Nunca hacemos un solo tipo de
contacto con un objeto estimulante. No oímos sólo a través de nuestros
oídos, sino también a través de nuestros ojos. Y, a la inversa, vemos cosas a
través de nuestros oídos y también tocamos reacciones. En todos los casos
no hacemos nada menos que actuar como una persona completa y compleja
con todos los numerosos sistemas de reacción que dan una respuesta
compleja a una situación de estímulo, y que además puede estar influida por
un contexto muy elaborado.

(7) LAS FUNCIONES NEURONALES


Como funciones componentes destacadas en el lenguaje debemos
colocar las bases neurales, ya que toda reacción del lenguaje, al ser un
ajuste específico altamente organizado, debe comprender una gran cantidad
de coordinación e integración. Son estas funciones las que se atribuyen en
gran medida a las actividades nerviosas.
Nuevamente en esta sección debemos estar estrictamente alertas a las
diversas trampas. En primer lugar, no nos interesan las propiedades de las
estructuras anatómicas y, en segundo lugar, debemos evitar el error de
considerar la función neural como, en algún sentido, la causa operativa de
otras funciones componentes de los sistemas de reacción. La concepción de
los sistemas de reacción milita positivamente contra la noción de que
cualquier factor es de mayor importancia en el sistema que cualquier otro, o
que cualquier función puede ser la causa de cualquier otra. En nuestra
descripción, simplemente diferenciamos entre lo que parecen ser
características analizables, todas las cuales, cronológicamente hablando,
están operando al mismo tiempo. Cuando uno pronuncia una palabra,
realiza una reacción organísmica unitaria, en la que los movimientos
musculares involucrados no están condicionados ni causados por las
funciones neurales; sino que ambas funciones son los participantes
simultáneos de una interconducta. Cualquier respuesta unitaria total que
ocurra se basa en el hecho de que la persona que reacciona ha adquirido u
organizado previamente el comportamiento de respuesta-estímulo que ahora
constituye un evento único.
Hacer que las funciones neuronales sean anteriores y causales a los
otros componentes funcionales de un sistema de reacción implica que las
primeras pueden operar independientemente de las segundas incluso
durante un breve espacio de tiempo, una opinión que se opone
flagrantemente a los hechos. Se podría decir igualmente que las funciones
musculares son las causas de la conducción neural, porque es la necesidad
de una contracción y extensión particular de los músculos y de la
integración de los labios, la lengua, la garganta y otras funciones
musculares lo que determina qué ocurrirán tipos específicos de acción
nerviosa.
Un problema similar surge cuando los factores afectivos y
discriminatorios operan con respecto a los otros componentes, pues si
decimos que ocurren primero y determinan a los demás, entonces bien
podemos preguntarnos si no se piensa que actúan independientemente del
resto del organismo. Y si operan más tarde, ¿cuál es entonces su función en
la acción psicológica? Parece que sólo podemos concluir que un sistema de
reacción es una actividad unitaria cuyos diversos componentes funcionan
simultáneamente.
La importancia de todo este problema de la unidad de
comportamiento nos induce muy fuertemente a indicar cómo las visiones
falsificadoras de operaciones en serie han alcanzado una respetabilidad más
o menos científica. Creo que aquí está la influencia de los procedimientos
fisiológicos. Como es bien sabido, los fisiólogos se especializan
ordinariamente en las acciones de estructuras separadas del organismo
corporal, tales como los órganos neurales, musculares y otros varios. En la
práctica, tales puntos de vista abstractos pueden prestarse a técnicas
experimentales, aunque en circunstancias naturales estas desviaciones de un
sistema funcional unitario son imposibles. Quizá el mayor contraste entre el
punto de vista fisiológico y el psicológico se encuentre precisamente en el
hecho de que el segundo se ocupa de una interacción organísmica dinámica
de una persona y sus estímulos, mientras que el primero se ocupa de las
fases funcionales abstractas de las partes anatómicas de la persona.
A pesar de la unidad organísmica de los organismos y sus acciones,
prevalece la tradición de dividir las acciones de los factores del sistema
nervioso de los sistemas de reacción en tres fases, a saber, las funciones de
conducción aferente, la coordinación sináptica central y los procesos de
conducción eferente. Las funciones aferentes consisten en los factores
operativos en la integración de los diversos puntos de contacto de la
persona (los mecanismos receptores) con un centro coordinador central o
cortical. En detalle, las funciones aferentes operan para conectar los
receptores del ojo, el oído y el tacto de la mano, la garganta y otras partes
del organismo con el cerebro, ya sea a través de vías directas como en el
caso de los nervios óptico o auditivo, o más. indirectamente a través de la
médula espinal, como en la facilidad de los receptores de la mano. Las
funciones aferente y central del sistema nervioso sirven para coordinar las
reacciones de los organismos ante situaciones de estímulo por medio de la
conducción eferente a los diversos mecanismos musculares y glandulares.
En lo que respecta al habla, la lectura y la escritura, se acostumbra
considerar como locales de coordinación sináptica central principalmente el
funcionamiento del cuneus (centro óptico), la circunvolución superior del
lóbulo temporal (centro auditivo) y la región postcentral del cerebro (área
somestésica), para funciones aferentes y la parte posterior de la
circunvolución frontal inferior (área de Broca) para funciones eferentes.
Desgraciadamente sigue siendo cierto que muchos neurólogos y
fisiólogos creen que ver u oír un estímulo consiste en poner en
funcionamiento estructuras anatómicas y que, por consiguiente, el habla es
un acto motor causado por el funcionamiento de centros motores. La
ingenuidad de tal punto de vista se manifiesta cuando consideramos que
viola el hecho de que el sistema nervioso opera siempre como un todo, y no
por partes, aunque es cierto que cada ajuste de la persona constituye una
localización o énfasis de la acción de la persona.
La evidencia concluyente, si aún se requiere para convencer a alguien
de que las acciones del habla no están controladas por la operación de los
llamados centros del habla, es el hecho de que no existe una estrecha
correlación entre la destrucción de puntos específicos en la corteza y la
pérdida del habla. Por supuesto, si bien es imposible decir estrictamente que
la falla de cualquier fase o función componente de un sistema de reacción
para operar evitará que el resto del sistema funcione debido a la unidad de
todo el sistema, aún podemos atribuir una reacción defectuosa a alguna
lesión anatómica. Por ejemplo, si se destruyen nuestros nervios ópticos, con
certeza no podremos realizar reacciones visuales, pero esto no significa que
ver sea la acción del cordón óptico. Lo mismo ocurre con los centros del
cerebro, que son los únicos puntos de conexión entre las fibras proyectivas
y otras fibras neurales. La plausibilidad de tales puntos de vista
especializados sólo podría ser dada por el hecho de que estamos tratando
con mecanismos complejos, la destrucción de una parte de los cuales puede
tender a la destrucción funcional del todo. Ya hemos indicado que tal punto
de vista está predispuesto a postular una "psique" que de alguna manera está
correlacionada con las funciones neurales. La manera en que este punto de
vista ultraja los hechos es una condena suficiente de los mismos.
Además, una visión como la que hemos estado describiendo se
condena a sí misma por su desafortunada divergencia del hecho de que el
lenguaje consiste en reacciones sociales o culturales complejas, y no
simplemente en simples mecanismos fisiológicos relacionados con cosas o
funciones psíquicas.

(8) LOS MECANISMOS EFECTORES


Con el fin de agregar tantas características componentes como sea
posible a la descripción de los sistemas de reacción, sugerimos que la
distribución de las funciones neurales sobre un área más o menos amplia se
logra mediante un mecanismo efector que opera para enfocar las respuestas
del organismo en gran medida. del mismo modo que las funciones
receptoras median los contactos originales de la persona con sus estímulos.
Estas funciones efectoras pueden estar correlacionadas con las placas
terminales motoras anatómicamente aislables. Estas placas terminales
motoras en el lado anatómico proporcionan las conexiones entre las
funciones nerviosas, musculares y glandulares y sus estructuras.

(9) LAS FUNCIONES GLANDULARES


Sólo se requiere una observación casual de una persona que realiza
sistemas de reacción lingüística para impresionarnos con el gran lugar que
juegan las funciones glandulares en tal comportamiento. En primer lugar, en
las reacciones verbales del habla, las glándulas salivales actúan para
mantener la boca húmeda, facilitando así el funcionamiento del mecanismo
del habla. Éste es obviamente el tipo más simple de función glandular en las
respuestas del habla. Volviendo ahora a la operación glandular más
compleja, debemos señalar cómo la función de las glándulas trabaja para
producir condiciones generales en el bienestar del organismo, y en los
estados emocionales excitatorios o depresivos que a su vez producen
cambios en la forma y contenido de la ejecución del lenguaje. Obsérvese
que si las respuestas específicas son adaptaciones al entorno, cualquier
condición que se represente en la persona a través de la operación de los
mecanismos glandulares tendrá su influencia sobre el habla resultante.
Probablemente el ejemplo más sorprendente del funcionamiento de los
mecanismos glandulares en el habla es la influencia del funcionamiento de
las glándulas sexuales. Obsérvese la expresión aumentada, la vivacidad, la
rapidez e intensidad, la claridad de pronunciación a veces aumentada o
disminuida, cuando una persona habla a otra que estimula en ella un
funcionamiento glandular complejo de este orden.
Obviamente, cuando discutimos las funciones glandulares en el habla,
tenemos que ir más allá de los límites de los sistemas de reacción únicos;
debemos pensar en términos de sistemas de reacción completos y
complejos, o las acciones de la persona completa en cualquier momento.
Posiblemente, una forma muy excelente de abordar las funciones
glandulares en el habla es considerar que, de hecho, tanto nuestro
comportamiento emocional simple como el complejo están condicionados
en gran medida por las funciones glandulares de los organismos. No puede
haber duda en cuanto a la gran influencia de los factores emocionales en el
habla. Tan lejos llega esta influencia que ciertos teóricos afirman que todo
el proceso del habla se desarrolló por primera vez en los seres humanos
como un medio de expresar impresiones de sentimientos. Esta concepción
se celebra en la afirmación de que el lenguaje es poesía.

(10) FUNCIONES MUSCULARES


Al intentar indicar el lugar de las funciones musculares en los
sistemas de reacción lingüística, conviene considerar por separado los
sistemas de reacción (1) para la producción de sonidos, (2) de numerosos
casos gestuales y (3) algunos más generalizados. Hacer todo esto
ciertamente implicaría la mención de toda la musculatura descrita por los
tratados de anatomía íntegros. Sin embargo, para nuestros propósitos
actuales, será suficiente referirse a algunos músculos involucrados en el
funcionamiento de la laringe.
Para el cierre o reducción de la glotis -el paso entre las cuerdas
vocales- existen los siguientes músculos:
1. Tiroaritenoideo
2. Cricoaritenoideos laterales
3. Interaritenoideos

Para extender los labios glóticos:


1. Cricoaritenoideos posteriores
2. Crico-tiroides

Para tensar los labios glóticos:


1. Crico-tiroides
2. Cricoaritenoideos posteriores

Para relajar los labios glóticos:


1. Tiroaritenoideo
2. Cricoaritenoideos laterales.

Obviamente, la operación de la laringe en la conducta del habla es


sólo una característica parcial de la conducta total del individuo. Los
ejemplos anteriores simplemente sugieren el lugar de los músculos en los
sistemas de reacción. No necesitamos detenernos en enumerar los músculos
involucrados como factores primarios en la respiración y todo tipo de
gestos. Es de esperar que sólo por conveniencia, y sólo por conveniencia,
hemos propuesto los ejemplos de habla verbal que es sólo un tipo de
comportamiento lingüístico intercomunicativo.
CAPÍTULO XI
PRODUCTOS LINGÜÍSTICOS
_____________________________________________________________
___

PRODUCTOS LINGÜÍSTICOS COMO LENGUAJE DE LAS


COSAS

Ahora estamos completamente familiarizados con el hecho de que el


dominio lingüístico comprende tanto el comportamiento como las cosas. La
lingüística psicológica se ocupa de las cosas lingüísticas sólo como
probables objetos de estímulo, ya sea para reacciones lingüísticas o no
lingüísticas. Pero es muy importante notar que las cosas lingüísticas son
principalmente productos del habla comunicativa. Además, el
comportamiento psicológico real puede funcionar como cosas. Un ejemplo
es escuchar a un hablante pronunciar un discurso en un sistema de idioma
desconocido. Sólo se puede interactuar con este discurso como cosas. Puede
reconocerse como habla, pero no es un comportamiento lingüístico excepto
para un hablante y un oyente que actúan dentro del mismo dialecto. Por
supuesto, queda excluido de la consideración aquí el discurso escuchado
por casualidad por un transeúnte que entiende lo que se le está diciendo a
otra persona.
La producción del lenguaje cosa es un proceso de fijación del
comportamiento referencial, escritura o transcripción del comportamiento
del habla. Esto se hace para una serie de propósitos, como la comunicación
a larga distancia o para grabaciones analíticas. En el período actual de la
tecnología de grabación, muchas conversaciones se almacenan en cintas
magnéticas. El proceso de grabación en cinta conserva el habla para
diversos fines: comerciales, políticos, analíticos, etc.

COMUNICACIÓN DE LARGA DISTANCIA


A través de la fijación de mensajes, las personas pueden comunicarse
a larga distancia. El habla referencial es la base subyacente de toda
comunicación a larga distancia, telefónica, literaria, etc. Los productos
lingüísticos o el lenguaje-cosa en profusión resultan de la comunicación a
larga distancia y en intervalos de tiempo. Probablemente la mayoría de las
cosas lingüísticas se derivan de campos de comportamiento referencial.

LAS COSAS-LENGUAJE COMO IMPEDIMENTOS CULTURALES


Las inscripciones, las grabaciones, los manuscritos, los libros, etc.,
son cosas como los demás instrumentos culturales, y deben considerarse
como restos de las actividades de las personas. Las cosas lingüísticas se
derivan del discurso fundamental realizado en ajustes en grupos humanos
particulares. Nosotros, sin embargo, rechazamos la falsa teoría de que el
equipamiento cultural se basa exclusivamente en fenómenos psicológicos,
sino que la locomotora, el telégrafo, la radio y las computadoras se han
desarrollado durante una larga evolución tecnológica basada en el
comportamiento de los individuos. La civilización ha desarrollado un barco
de vapor oceánico, inicialmente a partir de la flotación natural de troncos.
Todos los productos culturales son tanto psicológicos como no
psicológicos.

DOS FUENTES DEL LENGUAJE-COSA

Aunque la fuente primaria de las cosas lingüísticas debe buscarse en


los ajustes referenciales, esa no es la única fuente. Una segunda fuente es el
lenguaje vocal o gráfico no referencial y el comportamiento manipulador de
inscribir, marcar y registrar símbolos y signos.
El modo no referencial de construir las cosas del lenguaje es
excelentemente tratado por los lingüistas generales que estudian el origen y
desarrollo de la escritura alfabética. La teoría lingüística prevaleciente es
que todos los alfabetos provienen de un alfabeto, cuyas unidades de
símbolos se hicieron a partir de imágenes de cosas. Los lingüistas generales
remontan el origen de la escritura occidental moderna a los desarrollos del
Cercano Oriente de sílabas y palabras de pictogramas a un sistema fenicio
que ha sufrido varias modificaciones a sus formas actuales. Parece claro
que los alfabetos y la escritura, aunque no se basan enteramente en el
lenguaje referencial, no están desconectados de influencias referenciales
remotas. Los alfabetos son construcciones comparativamente tardías y
únicas. El chino no tiene alfabeto. Una vez creado, el lenguaje-cosa es un
potencial definido para el bien o para el mal en situaciones lingüísticas. Sin
embargo, en este momento sólo estamos interesados en el proceso de
producir cosas del lenguaje como productos. Una vez que el habla está
fijada, puede y tiene una gran influencia en el habla misma, de qué
hablamos y cómo.

MODOS DE FIJAR LA INTERCONDUCTA LINGÜÍSTICA

¿Cómo se derivan los productos del lenguaje del habla referencial


real? Este es el problema básico de los modos de fijar la interconducta
lingüística. Al principio, los individuos se intercomportan lingüísticamente,
es decir, hacen referencias comunes. Este período es anterior a la era de la
ortografía o la escritura. En este período de ajuste referencial original, A ni
siquiera era consciente de que B producía sonidos. El estímulo auxiliar de A
fue la acción referencial de B, que puede haber sido principalmente gestos.
Cuando A respondió a B, este último sólo prestó atención a la conducta
adaptativa de A en estrecha relación con las circunstancias de la situación
comunicativa. En el curso del desarrollo de las cosas del lenguaje, la
fijación procede por la repetición mutua de la acción de los participantes en
las situaciones lingüísticas. Cuando la vocalización se vuelve prominente, la
fijación de patrones verbales da como resultado la formación de cosas
comunes o estandarizadas como sonidos, oraciones, vocales, consonantes,
etc.

TIPOS COMPLEJOS DE COSAS-LENGUAJE

En el dominio de la lingüística, el lema de Wilde de que los hombres


también viven de consignas adquiere un significado tremendo. No
sólo el habla y la intercomunicación lingüística se tratan como
abstracciones, sino también el habla viva se convierten en contadores
abstractos. En los siguientes párrafos consideramos varios grandes tipos de
cosas del lenguaje.

SISTEMAS LINGÜÍSTICOS ESTÁNDAR


Supongamos que uno aprende italiano o algún otro idioma de un
libro. ¿Qué se ha logrado? Sólo expresiones muy artificiales. Se supone que
uno imita lo que dice un italiano cuando habla. Pero gran parte del habla del
italiano es gesto y aún más consiste en una interpretación dialectal local: el
drama del habla. Las fijaciones abstractas dan como resultado una
desviación radical del comportamiento que constituye una situación de
comportamiento del lenguaje. Así, la psicología del lenguaje se encuentra
básicamente más a gusto en el dominio del lenguaje dialectal que en el
estándar, un lenguaje que está más vivo que las fijaciones artificiales. El
habla dialectal en sí misma a menudo equivale a actuaciones idiolectales de
hablantes vivos. Los sistemas de lenguaje estándar son, por lo tanto,
construcciones de cosas muy alejadas del comportamiento
intercomunicativo psicológico.67

GRAMÁTICA GENERAL
Los lingüistas generales que tienden hacia el estructuralismo,
construyen el lenguaje o el habla de la siguiente manera: (1) La base
consiste en fonología (sonidos) o fonemas como unidades de estructura; (2)
luego una morfología de superestructura, formas de palabras en sus diversas
partes; y finalmente (3) interrelación sintáctica de palabras para formar
oraciones. Ésta es una serie de fijaciones y abstracciones conectadas sólo
remotamente con el comportamiento referencial. Lo principal para estos
lingüistas son las vocalizaciones o los sonidos complejos, más que los
ajustes reales, debido a la tradición de expresar ideas a través de sonidos.
Sin duda, el lenguaje se fija por la repetición de referencias. Un
informe de lo que alguien dice da como resultado una descripción de la
ejecución verbal y, por lo tanto, una fijación del ajuste lingüístico. Sin
embargo, no hay similitud entre los dos. El reportero puede insertar varias
palabras donde el orador original dijo un simple "No". El ajuste complejo
puede describirse en estilos muy variados. Una ilustración humorística es la
broma del testigo chino en la corte. Después de una declaración prolongada,
el juez le pregunta al intérprete qué dijo; el intérprete responde: "Dijo 'no'".
La importancia del discurso es una simple declinación o negación.

OTROS TIPOS DE PRODUCTOS LINGÜÍSTICOS

(A) DISCURSO ESCRITO O TRANSCRITO


Cuando las personas aprenden a escribir, fijan sus propias acciones
del habla registrándose. Tales fijaciones a gran escala son perpetradas por
antropólogos y misioneros cuando informan lo que dice la gente. Su trabajo
da como resultado la producción de sistemas lingüísticos de objetos. En
general, sin embargo, el proceso de fijación también puede ser realizado por
individuos particulares. Las personas pueden hablar de forma gestual, vocal
o gráfica, por lo que la transcripción está fácilmente disponible. Si es
gráfico para empezar, el comportamiento deja un registro. Uno escribe un
mensaje y luego puede ser manipulado o transportado como cualquier otra
cosa. 1) A se refiere a alguna cosa o evento, 2) los enunciados pueden servir
como un producto del lenguaje. 3) Luego, A o B pueden transcribirlo en
cursiva, después de lo cual 4) C puede escribirlo a máquina o 5) D puede
imprimirlo. Estos son productos primarios, secundarios, terciarios, etc.
(B) HABLA IDIOMÁTICA
Otro tipo de cosas o productos del lenguaje consisten originalmente
en arreglos auténticos. El habla idiomática es una acción genuina, pero de
patrón tan restringido que merece el nombre de cosas idiomáticas. El
contraste entre el habla espontánea auténtica y los productos de acción
idiomática se puede observar cuando quienes estudian el lenguaje de un
libro tropieza con la torpeza y los malentendidos cuando intentan conversar
con hablantes nativos.

(C) FÓRMULAS VERBALES


Las fijaciones de palabras como "Hola", "Cómo estás", "Buenos
días", "Buen día", "Saludos", "Atta boy"68, "Hasta luego", etc., aunque
clasifican como actos lingüísticos psicológicos, están muy lejos del habla o
referencial. Se derivan tanto de la acción referencial como de los gestos
verbales, pero aun así deben ser considerados como cosas.

(D) PROVERBIOS Y MÁXIMAS


Éstos representan una regresión de los ajustes a las cosas. Son formas
de acción encarnadas, que originalmente pueden haber llevado un mensaje.
“No sirve de nada llorar sobre la leche derramada”69. Tales palabras o
declaraciones luego se estandarizan y repiten hasta que alcanzan una etapa
cristalizada. Las palabras habladas se toman como cosas. Después de la
abstracción completa, los sonidos se fijan y el campo de la conducta se
desvanece. Se olvida la situación original de excitación, consuelo o
amonestación. Al separar los sonidos de los gestos, las emociones y las
condiciones generales de ajuste, las fórmulas adquieren una independencia
y una petrificación.

(E) TEXTOS LITERARIOS


En gran parte, las enormes existencias de libros y manuscritos
consisten en elementos lingüísticos recopilados y almacenados para su
posible demanda y uso. Esta declaración se aplica igualmente al volumen
de cuentos, novelas, epopeyas y todo tipo de Bellas Letras, así como a los
productos de libros en los campos del comercio, tecnología, educación,
ciencia y religión. Cualesquiera que sean los problemas que puedan surgir
con respecto a las técnicas de producción o las circunstancias que
acompañan el origen de las muchas obras sagradas, literarias sencillas y
técnicas, todas ellas tienen alguna derivación remota de una o ambas
fuentes referenciales y simbólicas.
Un problema interesante de los detalles de producción se refiere a la
autoría de ciertos clásicos literarios. ¿Fue un hombre, o una mujer llamada
Homero, quien compuso la Odisea y la Ilíada, o son ellos los
desencadenantes de los cuentos populares de generaciones? Preguntas
similares acaecen sobre muchas otras cosas del idioma, especialmente los
libros sagrados de las diversas religiones.

(F) SISTEMAS SIMBÓLICOS


Sin duda, la más típica de todas las fijaciones del lenguaje son las
proposiciones de la lógica y los sistemas generales de la lógica simbólica.
La evidencia de las estrechas relaciones entre las fijaciones lingüísticas y
los sistemas lógicos es clara cuando consideramos la historia de la lógica
como actividad profesional.
Cuando examinamos la obra de Aristóteles (384-322 a. C.) como el
eminente formulador de un sistema lógico, lo encontramos construyendo
series de proposiciones que a través de procesos de fijación alcanzan
universalidad, generalidad y estabilidad. En el caso de los sistemas
simbólicos, la técnica de fijación se analiza fácilmente. Mediante la
transfijación de oraciones o declaraciones, se crean sistemas que apuntan y
encarnan el conocimiento y la verdad. El resultado primario es la
construcción de proposiciones que son independientes de eventos unitarios
específicos, pero que en interrelación pueden controlar y validar
descripciones de ocurrencias particulares.
Para seguir el proceso de formalización de los sistemas simbólicos,
considere el famoso silogismo, “Todos los hombres son mortales; Sócrates
es un hombre; por lo tanto, Sócrates es mortal.” Tales proposiciones se
originan como referencias definidas a sucesos reales. Luego los enunciados
u oraciones se generalizan y formalizan en sistemas silogísticos con la
absorción de los hechos
reales. Las oraciones se convierten en proposiciones y premisas en el
sistema
silogístico. La cosificación70 del lenguaje ya se establece en la etapa de la
oración,
ya que las oraciones son cosas producidas arbitrariamente, que se
superponen al habla verdadera.
Cuando San Juan escribió "En el principio era la palabra", y lo que
sigue, produjo una palabra compleja sin una base verdaderamente
referencial. Ésta es una producción directa de cosas lingüísticas, pero hay
poca diferencia entre tales productos y aquellas proposiciones derivadas
referencialmente. Los lógicos modernos definen y dicen: "La lógica es la
sintaxis del lenguaje". La sintaxis que definen como procesos de formación
y transformación del lenguaje eran un conjunto de tablas, y la lógica una
rama de la carpintería.
Es una circunstancia interesante que los lógicos hayan criticado las
cosas- lenguaje que se han originado en el habla referencial y descriptiva.
Los silogismos, dicen, son tautológicos y no dan nueva información. En
consecuencia, se ha propuesto sin saberlo una supuesta mejora para basar la
lógica en un lenguaje no referencial en forma de símbolos puros derivados
de modelos matemáticos. El reemplazo de los silogismos es la proposición
P implica Q. Un ejemplo ilustrativo es que la verdad de P implica una Q
verdadera, mientras que una P falsa implica cualquier proposición que se
pueda establecer, como "Napoleón fue presidente de los EE. UU." Los
Principia Mathematica de Whitehead (1861-1947) y Russell (1872-1970)
son un sistema monumental basado en cosas lingüísticas.

(G) DESCRIPCIÓN CIENTÍFICA


Entre los ejemplos más importantes y utilitarios de las cosas
lingüísticas están los términos y las proposiciones y fórmulas descriptivas
de la ciencia. El trabajo científico en sus diversas fases está íntimamente
relacionado con el comportamiento lingüístico, tanto referencial como no
referencial. En las etapas de observación y experimentación, las
formulaciones de hipótesis son básicas como guías para los contactos con
clases particulares de eventos. Luego, por supuesto, hay descripciones y
registros de los elementos estudiados, seguidos de explicaciones e
interpretaciones.
A menudo, los científicos deben inventar sus propios símbolos, por
ejemplo, un sistema cgs (centímetro, gramo, segundo). Más
específicamente, el físico emplea modelos matemáticos particulares para
representar eventos, como por ejemplo, una fórmula armónica para
vibraciones, exponenciales para enfriamiento y cuadrados de tiempo para
cuerpos que caen. El aspecto más revelador de la descripción científica está
disponible en la identificación de tales descripciones lingüísticas con los
eventos ridiculizados, como en la afirmación de que la física es el Manual
de la Física.
Una ilustración aún más palpable de las cosas del lenguaje está
disponible en la consideración de la geometría euclidiana. Las abstracciones
básicas son los puntos y las líneas que sustituyen a las posiciones y
relaciones entre ellas. Pero aunque los términos primarios se refieren a
referencias metafóricas externas a cosas reales, una vez construidos, se
sostienen por sí mismos. Los puntos adimensionales producen líneas
incluso de extensión infinita, y las líneas unidas constituyen planos. Sin
embargo, se presta mucho valor a las sombras de las sombras de las cosas
cuando el sistema está hecho para servir propósitos útiles en situaciones
concretas.
La evolución del lenguaje de las cosas se refleja en la carrera
científica desde la Edad Media. Las más altas guías de aprendizaje
consistían en memorizar textos compilados por los expertos en sabiduría
antigua. Esos textos estaban en su mayor parte alejados de cosas y eventos
reales. Pero los símbolos y las construcciones descriptivas podrían
evolucionar en estrecha conexión con los acontecimientos auténticos como
procesos de observación, conteo, medición, referencia y descripción. Desde
el desarrollo más temprano por parte del Homo Sapiens del habla, la talla,
la pintura, finalmente surgieron todos los tipos posibles de productos
lingüísticos, la ciencia, la literatura, la simbología o la creación de sistemas,
entre otros.
SECCIÓN TRES

LAS VARIABLES PSICOLÓGICAS EN LOS


CAMPOS LINGÜÍSTICOS
CAPÍTULO XII
COMPORTAMIENTO DE ATENCIÓN EN LOS CAMPOS
LINGÜÍSTICOS
_____________________________________________________________
___

ATENDER: ACCIÓN PRELIMINAR A LA CONDUCTA


POSTERIOR

En los capítulos precedentes hemos señalado el lugar invariable que


ocupan los actos atencionales en los segmentos de la conducta o campos de
la conducta psicológica. Son los sistemas de reacción de atención los que
preceden y allanan el camino para el sistema de respuesta de percepción,
que a su vez, precede cada fase consumatoria de los segmentos de
comportamiento. En el presente capítulo consideramos el funcionamiento
de los sistemas de reacción atencionales en los campos de ajuste lingüístico.

LA CONDUCTA ATENCIONAL COMO ACTUALIZACIÓN DE


LAS FUNCIONES DE ESTÍMULO

Los comportamientos de atención en campos lingüísticos constituyen


instancias particulares de atención en cada campo de comportamiento. En
consecuencia, es deseable indagar un poco más en el comportamiento
general de los individuos a medida que se adaptan a su entorno de objetos
de estímulo.
Antes de que el individuo pueda realizar una acción particular, debe
forzosamente actualizar una función de estímulo inherente a algún objeto o
situación. Los individuos siempre están rodeados de muchísimos objetos,
ante los cuales han reaccionado previamente y por lo tanto han acumulado
en ellos funciones de estímulo. Si no han construido tales funciones en los
objetos, tampoco realizan ninguna reacción con ellos, de modo que tales
objetos no juegan ningún papel en las situaciones psicológicas. Ahora, en la
situación en la que hay muchos objetos de estímulo alrededor, surge la
pregunta de con cuál interactúa el individuo. Hay muchas circunstancias
que favorecen la operación de un determinado objeto en un momento
determinado. Por ejemplo, el movimiento o
cambio en un objeto u organismo, la extrañeza de un objeto o situación de
estímulo, el interés del individuo que reacciona o su equipo conductual
general, cada uno a su manera o en combinación facilita la actualización de
las funciones de estímulo. Los ejemplos son fáciles de producir. No importa
cuán preocupado está el individuo con algún tipo de trabajo, un trueno
repentino lo alejará de su trabajo e interactuará con el trueno. En algunos
casos tal vez sea un simple acto de identificación que sigue a la
actualización de la función de estímulo del objeto.

COMPARACIÓN DE LAS TEORÍAS ATENCIONALES

No es necesario agregar a la exposición anterior que ello representa


un punto de vista naturalista completo. Por lo tanto, contrasta con otras
teorías derivadas de tradiciones mente-cuerpo. Este contraste es digno de
alguna elaboración.
A lo largo de toda la tradición mente-cuerpo, la atención se trata como
un proceso psíquico que hace que los estados mentales sean más claros y
definidos. Por supuesto, se suponía que tales procesos "mentales" iban
acompañados de procesos corporales, movimientos, tensiones, etc. En
cuanto a los objetos atendidos, se les consideraba como sensaciones o
representaciones psíquicas en la mente de los organismos asistentes.
Lo que es importante señalar aquí es el gran alejamiento de los
psicólogos mentalistas del hecho claro de que la conducta atencional se
refiere a los modos de interacción de los organismos con objetos espacio-
temporales como ellos mismos. En consecuencia, los psicólogos mentalistas
podrían diferir en cuanto a cómo el proceso atencional podría afectar la
intensificación del estímulo que da lugar a los estados mentales. Algunos
sostienen que las sensaciones se intensifican cuando ya son medianamente
intensas, mientras que otros atribuyen esta condición sólo a sensaciones
débiles71. Todas las variaciones de los puntos de vista psíquicos están de
acuerdo en la mezcla de objetos, energías estimulantes y estados psíquicos.
No todos los psicólogos mentalistas aceptan la opinión de que la
“mente” consta de “sensaciones” separadas y asociadas. Para muchos, la
“mente” comprende solo configuraciones mentales unificadas o gestalten.
Así, para ellos, la atención no concierne a la clarificación de las
sensaciones, sino a la clarificación de los objetos fenomenológicos. Para
atender a la figura más que a su fondo es vivificar o aclarar eso, mientras
que si se atiende al fondo, es el fondo de la figura lo que se hace vivo e
importante.
El marco mentalista no establece ningún límite a las variaciones de
los términos utilizados para describir los efectos de la conducta de atención.
Una sugerencia reciente favorece la palabra "característica distintiva" como
una mejora de los dos términos que antes se usaban con frecuencia, claridad
y viveza.
Una cuidadosa consideración del comportamiento real implicado en
prestar atención a los objetos en sus diversas configuraciones no sólo
invalida la terminología mentalista como descripciones técnicas, sino
también el punto de vista completo. Seguramente, no tiene mérito el punto
de vista de que los estímulos para las interacciones psicológicas consisten
en varias energías indiferentes que entran en contacto con órganos
terminales o receptores especiales con la consiguiente construcción de
objetos en una mente inexistente.

CONDUCTA DE ATENDER EN ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS

Pasamos ahora a las funciones atencionales en situaciones


lingüísticas. Un proceso atencional importante es la actualización del
objetivo de la dirección cuando varias personas están presentes. Así, cuando
A habla, B, C y otros deben tener presente que es D a quién se le está
hablando.
Una situación atencional muy interesante surge cuando uno se
enfrenta por primera vez a un habla extranjera. Es imposible prestarle
atención excepto como una gran masa de ruido indistinto. Esta situación ha
sido bien descrita por Stevens (1906-1973), quien fue enviado como
misionero mormón a Bélgica sin saber una palabra de francés. Tal como
describe la situación, en algún momento cerca del final del tercer mes, ese
lenguaje parlanchín y ametrallador llamado francés, que había estado
pasando en un borrón entrecortado, comenzó a dividirse en palabras. Se
estaba levantando una nube”.72
Sólo cuando uno está familiarizado con un sistema de lenguaje, la
gran masa de sonido se actualizará en unidades referenciales separadas con
sus diversas funciones específicas. La diferencia entre las dos situaciones
marca el período en el que se han producido muchos ajustes lingüísticos
sucesivos, de modo que los enunciados y sus unidades asumen funciones
específicas73. Por supuesto, la asociación de enunciados con objetos
referentes activos son factores importantes.
Una vez que un individuo domina la ejecución del comportamiento
lingüístico, podrá actualizar la totalidad o parte de los enunciados como
objetos de estímulo específicos, pero no necesariamente tendrá que prestar
atención a cada elemento del enunciado, que puede ser un largo segmento
del habla. Esto es así porque la guía esencial en lo que hace el oyente es el
referente al que se refieren los enunciados del hablante. Si los enunciados
son palabras y oraciones convencionales, no será necesario que el oyente
actualice cada sonido, fonema o palabra.
CAPÍTULO XIII
PERCEPCIÓN DEL COMPORTAMIENTO EN CAMPOS
LINGÜÍSTICOS
_____________________________________________________________
___

PROCESOS DE ORIENTACIÓN DESPUÉS DE LA ATENCIÓN

En todos los campos psicológicos, los actos de percepción siguen


invariablemente a la selección atencional de funciones de estímulo. Este es
ciertamente el caso en las fases de audición y habla de los segmentos de
comportamiento lingüístico. El hablante o referente realiza la conducta de
percepción en íntima conexión con los objetos y eventos referentes, así como
con una referencia definida al oyente. Muchas respuestas visuales y
auditivas operan durante las fases iniciales del comportamiento lingüístico.
Probablemente, la mayor parte del comportamiento del lenguaje referencial
está precedido por ver las cosas y los eventos de los que uno habla o por
escuchar algo sobre ellos. Otros encuentros sensoriales o implícitos con
objetos tales como los olores de las flores o los gases en general, así como
las condiciones táctiles, de calor y frío que prevalecen en el momento de la
conducta, realizan funciones similares.
Del lado de los oyentes están sobre todo las respuestas auditivas a los
enunciados de los hablantes y la respuesta visual a los referentes, o cosas
vistas como en el caso de la conducta lectora. En todos los casos tenemos
que distinguir entre el enunciado como discurso, es decir, mensaje, pregunta,
información o mandato, y la configuración real del enunciado, es decir, las
palabras pronunciadas y los gestos realizados. Este hecho queda ilustrado
por la situación en la que las ejecuciones auditivas pueden ser bastante
exactas, aunque las expresiones verbales varíen mucho. Por ejemplo, si el
hablante es una persona que proviene de una zona dialectal diferente, el
oyente puede, o no, tener dificultad para apreciar la relación de la referencia
y el referente.
Pasando más allá de la etapa de iniciación de los campos del lenguaje,
hay innumerables reacciones sensoriales o perceptivas dentro de las
situaciones de habla y audición. Estas respuestas específicas varían
naturalmente con las características de los campos. Hablantes y oyentes se
ajustan a las variaciones de tiempo, lugar e identidad de la persona o
personas habladas o escuchadas. Dichos factores sensoriales o perceptivos
influyen en el estilo y el flujo de las representaciones lingüísticas.
Ahora bien, aunque hasta ahora hemos cedido a la conveniencia de
presentar el habla o el lenguaje referencial, debemos hacer una pausa para
aclarar que todo lo que hemos dicho se aplica igualmente al tipo de
interconducta lingüística no referencial o simbólica. Naturalmente, existen
numerosas diferencias detalladas en los dos campos conductuales, pero son
incidentales en comparación con los factores comunes analizables de los dos
tipos de interconducta. Pasamos a continuación a un breve análisis del
comportamiento perceptivo.

LA NATURALEZA DEL COMPORTAMIENTO DE PERCIBIR

Básicamente, el comportamiento perceptivo consiste en respuestas


preliminares a cosas y eventos que sirven para orientar a los organismos con
respecto a sus características y funciones. En cierto sentido, entonces,
percibir sirve para influir y controlar lo que el organismo hace
posteriormente.
Los comportamientos perceptivos son, pues, actos interconductuales
definidos que se desarrollan dentro de la historia interconductual de los
organismos. Es el desarrollo de las respuestas de percepción lo que ayuda en
el desempeño y perfección de los ajustes de comportamiento. Hacen posible
la corrección de las respuestas a las preguntas, así como la idoneidad de las
referencias a las cosas y a las situaciones de las que se habla.
En esta declaración esquemática queda implícito que las reacciones
percibidas son características importantes en las relaciones ecológicas de los
organismos y sus entornos. Contrariamente a la visión histórica y
convencional de que percibir implica la creación de las cualidades de las
cosas que no tienen una existencia objetiva e independiente fuera de la
"mente", el hecho es que el comportamiento de percepción es sobre todo
adaptativo a través de la identificación de objetos en el entorno. Esta
interpretación objetiva y naturalista de la percepción del comportamiento no
sólo se opone a la perpetuación del animismo tradicional, sino que también
está libre de la neurología imaginaria que es sólo animismo disfrazado.
La conducta perceptiva no debe confundirse con los actos de
comprensión74. Éstos últimos tienen que ver con la construcción de
numerosas respuestas que forman la base para evaluar las cosas y los
acontecimientos, así como para una orientación tan íntima como para
conocer su desarrollo, funcionamiento y transformaciones futuras.
Comprender los eventos es poder pronosticar o predecir lo que harán bajo
diversas condiciones conocidas. Percibir es mucho más simple que
comprender, que es bastante complejo, y quizás esté más disponible cuando
uno escucha hablar un idioma extranjero. La comprensión de la conducta
puede considerarse como un tipo superior de acción relacionada
principalmente con referentes complejos, por ejemplo, cuando el hablante
analiza algún problema intrincado que es nuevo o parcialmente desconocido
para el oyente.

NATURALISMO VS. PERCEPCIÓN ANIMISTA

La percepción como ajustes naturalistas se puede diferenciar


fácilmente de las interpretaciones tradicionales. El primero comienza con la
observación de que los organismos se adaptan a objetos con ciertas
propiedades inherentes a, o atribuidas a ellos, debido a condiciones espacio-
temporales definidas. El organismo descubre estas cualidades o propiedades
a través de numerosos contactos con estos objetos. De ahora en adelante, el
organismo meramente discrimina o diferencia tales objetos como guías para
contactos posteriores con ellos. La Fig. 3 indica las características
principales de tales confrontaciones de organismos con objetos.
Por el contrario, la interpretación animista de la percepción se basa en
el modelo visual abstracto en el que los estímulos no son los objetos sino los
rayos de luz. Se presume que tales rayos establecen procesos neurológicos
en la retina que, cuando se conducen a ciertas partes del cerebro, producen
cualidades visuales. Éstas se combinan con otras cualidades mentales y
finalmente se proyectan a la fuente de estimulación como un objeto. Todo el
modelo adoptado como base de esta interpretación perceptual se deriva de
las primeras manipulaciones de Newton con prismas de vidrio para la
producción de espectros75. Puede representarse eficazmente mediante el
diagrama de la Fig. 23.

EL COMPORTAMIENTO DE PERCIBIR EN SITUACIONES DE


LENGUAJE

Como en todas las situaciones de ajuste psicológico, el


comportamiento lingüístico implica una orientación definida hacia diversos
objetos y condiciones del entorno. Por lo tanto, un hablante que dice: "Por
favor, entrégueme el libro", lo hace porque lo necesita y espera que el
referido pueda identificarlo y conocer su ubicación. Cuando dice: "¿Dónde
está el libro?" está orientado a su ausencia. Tales ilustraciones reflejan la
inmensa cantidad de ajustes de percepción. La fase de percepción del
lenguaje auditivo y de la lectura es más evidente para el observador casual
que la fase del que habla. Para empezar, el oyente identifica el enunciado del
hablante como, por ejemplo, inglés o francés, o como un dialecto de un
idioma en particular. Entonces debe percibir que cierto libro es el deseado, el
cual debe entregar al hablante.
Fig. 23. El engañoso modelo newtoniano de percepción visual.

LA VARIACIÓN ORIENTACIONAL EN LOS ACTOS DE


PERCEPCIÓN

La percepción del comportamiento naturalmente varía mucho en


diferentes situaciones lingüísticas. Algunas situaciones requieren sólo la más
mínima identificación por parte del referido de la naturaleza del estímulo
presentado por el referidor. Otros son más complicados e implican una
orientación más elaborada. A continuación indicamos cuatro tipos diferentes
de comportamiento de percepción basados en el desempeño lingüístico del
hablante y el oyente, además de los factores de configuración y la relación
del comportamiento del habla con otros actos.

PERCEPCIÓN PRIMARIA
La percepción lingüística más elemental se refiere a la simple acción
de escuchar o escuchar que discrimina entre un tipo de referencia y otro, ya
sea que un enunciado pertenezca o no a la comunidad lingüística del oyente.
El comportamiento del referido simplemente se da cuenta de lo que dice el
referidor, pues no hay más acción que realizar con respecto al referente. La
figura 24 ilustra este tipo de percepción.
Fig. 24. Percepción primaria en el comportamiento lingüístico.

APREHENSIÓN SIMPLE
Este tipo de percepción lingüística implica una simple insinuación
sobre un segmento de comportamiento postlingüístico. El enunciado del
hablante, "vete a casa", "ven aquí", es aprehendido y seguido. Ver diagrama
de la Fig. 25.

Fig. 25. Aprehensión simple en campos lingüísticos.

APREHENSIÓN COMPLEJA
“Sírvase usted mismo”, dice X, presentando un tazón de fruta a un
visitante. En este caso, el enunciado del hablante estimula una forma de
orientación más elaborada y una referencia muy efectiva al referido, ya que
cada tipo de fruta es agradable para el oyente. Tomar una clase y no otra, a la
vez es una actuación positiva y negativa, es decir, implica un acto de
elección. Esta situación se representa en la Fig. 26.
Fig. 26. Aprehensión lingüística compleja

COMPREHENSIÓN
Con mucho, el más orientativo de los tipos de conducta perceptivos es
la clase comprensiva. Están confinados a situaciones lingüísticas con
referencias y referentes complejos. En tales situaciones lingüísticas surge la
cuestión de cuál es el significado preciso de lo que se dice. El oyente
escucha o el lector ve la afirmación “la respuesta es una función del
exponente del estímulo”, y debe relacionarla con el referente.
La comprensión perceptual se aproxima a la conducta de comprensión
intelectual con la diferencia de que la primera implica el contacto directo con
los objetos estímulo, mientras que la segunda no. En general, hay una menor
probabilidad de que la comprensión perceptiva pueda implicar menos dudas
y malas interpretaciones de la identidad. El diagrama de la Fig. 27 sugiere
este tipo de interconducta.

Fig. 27. Comprensión lingüística compleja


CONCEPTOS ERRÓNEOS SOBRE EL COMPORTAMIENTO
PERCEPTUAL

La presente discusión sobre el comportamiento perceptivo debería


dejar en claro que tales ajustes son definitivamente características que
ocurren en los eventos lingüísticos en todas las circunstancias y bajo todos
los auspicios. Sin embargo, existen serios malentendidos con respecto a la
percepción no sólo entre los lingüistas sino también entre los psicólogos.
En pocas palabras, los eruditos de todas las tendencias asumen que
percibir el comportamiento consiste en estados internos y no en tipos de
comportamiento objetivo por parte de organismos de todos los niveles de
evolución. Es sólo la perseverancia de las presuposiciones mentalistas lo que
hace aceptables tales puntos de vista. Se puede estimar cuán dañino es este
tipo de concepto erróneo y confusión por el hecho de que incluso los
estudiosos que simpatizan con la psicología científica persisten en vincular
la percepción (léase percibir) con el comportamiento en lugar de observar
que percibir es un tipo de comportamiento a la par con cualquier otro tipo.

COMPORTAMIENTO PERCEPTUAL Y EL PROBLEMA DE


LOS SIGNIFICADOS

Una máxima sabia afirma que no hay nada constante sino el cambio. Se
puede formular una máxima similar con respecto a la constante intrusión del
lenguaje en las situaciones humanas, incluida la siniestra intrusión de las
instituciones lingüísticas en las descripciones e interpretaciones científicas.
La evidencia no está mejor demostrada en ninguna parte que en lingüística,
donde el término “significado” surge para corromper una disciplina. Debería
considerarse como una declaración justa que los actos de percepción operan
para diferenciar y señalar los significados de los sonidos y oraciones
emitidos. Pero las tradiciones mentalistas históricas en psicología son tan
poderosas que el término sugiere algún poder o proceso inexistente, mientras
que debería referirse únicamente al uso real de los términos en los ajustes
lingüísticos.
EL LUGAR DE PERCIBIR EN SITUACIONES
COMUNICATIVAS

Percibir es un componente invariable de todas las situaciones


lingüísticas. Pero lo que sigue a este componente de los segmentos de
comportamiento difiere notablemente en diversas circunstancias del habla.
Por ejemplo, en ciertas situaciones, la percepción de la estimulación del
habla puede ir seguida simplemente de orientación o no orientación. Éste
último es el caso cuando se escucha una conferencia intrincada o una orden
en una situación desconocida. En otras circunstancias, el acto de percepción
es seguido por alguna actuación manifiesta como lo indica la petición o
mandato del referidor. La gama de secuelas de las funciones perceptivas es
tan grande como la amplia gama de eventos lingüísticos.

CARACTERÍSTICAS ÚNICAS DE LOS CAMPOS DEL HABLA

Los actos perceptivos como componentes de los segmentos de


comportamiento se ajustan a la regla general de que los actos perceptivos
son parcialmente implícitos, es decir, el organismo que reacciona no está
completamente en contacto con el objeto estímulo. Algunos ejemplos son las
situaciones en las que uno reacciona a un cubo aunque sólo se dispone de la
superficie frontal, o la reacción a la circularidad de una moneda cuando sólo
se ve el ángulo elíptico. Es este contacto parcial con los objetos estímulo lo
que, en el caso de los campos del habla, proporciona datos clasificables tanto
como la escasez como la superfluidad de la presencia de objetos estímulo.

REDUNDANCIA EN EL HABLA
La redundancia de los objetos de estímulo queda bien ilustrada por las
situaciones en las que los hablantes pronuncian oraciones completas
modeladas como formas literarias estándar cuando, de hecho, gran parte de
lo que se dice es completamente innecesario. A menudo, una sola palabra es
suficiente. El turista en París, puede repetir su aprendizaje de libros y decir
“Ou est la Louvre?”76 cuando basta un gesto vocal inquisitivo en forma de
“Louvre”. Del mismo modo, las instrucciones elaboradas del referido no
tienen mejor propósito cuando el único gesto de señalar es suficiente.
El lingüista general ofrece interesantes ejemplos de redundancia
lingüística del dominio fonético y fonémico. Bloomfield (1887-1949)77
señala que un hablante de inglés no escucha ni reacciona a las diferentes
palabras del menomini78 de kah = sí, ahkah = tetera, o la primera parte de la
palabra akahsemen = ciruela,
ya que la primera palabra incluye una oclusión glótica y la segunda una
aspiración no presente en inglés. El mismo escritor señala de manera similar
que para un Menomini, la diferencia entre la "t" y la "d" en inglés es
superflua, aunque pueden estar presentes sonidos similares en algunas
expresiones. Por supuesto, es bien sabido que los hablantes no nativos de
inglés no perciben la distinción entre "t" y "th" y, por lo tanto, es superflua.
Una condición contraria interesante a la no percepción de las
expresiones sonoras es percibir más de lo que se sugiere en el objeto
estímulo. Un excelente ejemplo es el conjunto de palabras francesas sin
sentido "pas de lieu Rhône que nous79", que William James (1842-1910)
afirma que un angloparlante escuchará como "remar en su propia canoa".
ESCASEZ DE ESTIMULACIÓN DEL HABLA
La falta de suficiente objeto de estímulo inmediatamente disponible y
de funciones de estímulo se ilustran de varias maneras. Ejemplos llamativos
son la incompatibilidad de los enunciados del habla con la capacidad
perceptiva del oyente. Las declaraciones son entre dientes, demasiado
estridentes o distorsionadas. El discurso de los extranjeros puede ser
demasiado pesado para el oyente en la sustitución de palabras, llave de
tuercas por llave inglesa, guardafangos por defensa, pantalla por escudo, etc.
Ejemplos más extremos son los gestos manuales en lugar de pronunciar
sonidos en cualquier idioma.
Es una generalización permisible que tanto la escasez como la
redundancia del habla pueden explicarse sobre la base de que el habla es un
dramático tipo de ajuste. Los componentes perceptivos están condicionados
por el hecho de que todos los elementos componentes en los campos de la
conducta sólo necesitan integrarse lo suficientemente bien en situaciones de
ajuste específicas. En muchas circunstancias, es necesario decir muy poco,
ya que los factores de ajuste en los campos psicológicos ejercen una gran
influencia sobre la interconducta de los individuos con los objetos de
estímulo.
CAPÍTULO XIV
ASPECTOS CONMEMORATIVOS DE LOS CAMPOS
LINGÜÍSTICOS
_____________________________________________________________
___

COMPORTAMIENTO MEMORIAL COMO AYUDA EN EL


HABLA

Durante mucho tiempo se ha considerado que recordar y olvidar están


íntimamente relacionados con los campos lingüísticos. Ya en el siglo XVII,
John Wilkins (1614-1672) indicó cuán importante es el "Arte de la
memoria" para el habla y el lenguaje80. En general, el comportamiento
lingüístico y las situaciones lingüísticas son fuentes fértiles de numerosos
problemas relacionados con el recuerdo y el olvido. Un problema típico es
el misterio de cómo los hablantes y los oyentes pueden entretener todas las
palabras, frases y oraciones que pronuncian o escuchan en una conversación
o comunicación simple. Una de las opiniones más extendidas es que los
individuos simplemente recuerdan realizar, u olvidan realizar, las acciones
referenciales implicadas en hablar u oír. Este punto de vista,
desafortunadamente, revela nociones completamente erróneas tanto del
lenguaje como del comportamiento de recordar. La ejecución de las
acciones del lenguaje no es más una cuestión de recordar que los actos
periódicos de caminar, masticar o rechazar un golpe por reflejo. Es nuestra
tarea en este capítulo, por lo tanto, aclarar la naturaleza del recuerdo y su
operación en situaciones lingüísticas. Examinamos brevemente la
naturaleza exacta del recuerdo y los tipos de comportamiento relacionados
que se han agrupado indiscriminadamente bajo la categoría de "memoria".
LA PSICOLOGÍA DEL RECUERDO Y COMPORTAMIENTO
RELACIONADO
RECORDAR
El recuerdo auténtico constituye un campo psicológico que
comprende tres fases: (1) la proyección de algún acto hacia el futuro al
aceptar hacer algo después de un lapso de tiempo. Según las situaciones
específicas, esta proyección consiste en establecer un tipo particular de
estímulos sustitutos marcando un calendario, escribiendo un memorándum
y por muchos otros medios. La fase (2) es simplemente un período de
espera hasta el momento adecuado para realizar la acción proyectada. Esta
fase del campo de la memoria implica el contacto con el objeto de estímulo
sustituto. La fase final (3) consiste en realizar la acción proyectada como
consumación de los campos de conducta recordatoria. Teniendo ante
nosotros la naturaleza de recordar y estar atentos a la situación real en la
que ocurre la conducta del habla, debemos excluir un proceso de recordar
como un factor de los actos referenciales cuando ocurren ciertos eventos.

OLVIDAR
Dado que recordar implica un acto propuesto y un período de
postergación, frecuentemente existe la posibilidad de que no ocurra la fase
consumatoria del evento de recordar. Eso es olvidar. Básicamente, el olvido
se describe bien como una falta de contacto entre el individuo y el estímulo
sustituto. El objeto sustituto requerido puede estar fuera de su alcance o
perdido, o la persona se preocupa por otras actividades que involucran
diferentes tipos de objetos de estímulo.
Lo que induce a los escritores a relacionar erróneamente el recuerdo con el
habla es la confusión de diferentes situaciones como si fueran idénticas. Por
ejemplo, existe el proceso de recordar casualmente una conversación en la
que uno participó o escuchó en algún momento del pasado. O está el
proceso de recuerdo directo de una conversación, como cuando se requiere
que un testigo explique lo que sucedió lingüísticamente, como entre el
demandante y otra persona. Pero lo que se confunde principalmente es el
desarrollo de los procesos de memorización del desempeño del habla con el
proceso trifásico de recordar. Pasamos ahora a describir la memorización e
indicar la base de las confusiones.

MEMORIZAR
Esta forma de comportamiento de comunicación consiste
principalmente en desarrollar hábitos referenciales a corto plazo mediante la
ejecución más o menos frecuente de acciones verbales o de otro tipo
mientras interactúa con objetos de estímulo que pueden ser en sí mismos
actos del hablante o de otras personas. En el presente contexto, la
memorización es un tipo especializado de desarrollo de la conducta
individual comparable a la evolución del equipamiento de la personalidad
en circunstancias particulares. Ejemplos obvios son la memorización de
versos para su recitación posterior y la asimilación de la fórmula "ic to ate y
ous to ite"81 para tratar las reacciones de los ácidos en la formación de
sales. (Ejemplos: 2K2CrO4 + H2SO4 → K2SO4 + H2O + K2CrO7; HNO2 +
NaOH → NaNO2). Es este aspecto conmemorativo el que está involucrado
principalmente en situaciones del habla tales como las primeras etapas del
desarrollo de la facilidad para hablar un idioma extranjero, mientras que el
recuerdo auténtico apenas juega un papel.

REMEMORAR
Esencialmente, recordar es una forma sutil de acción implícita con
respecto a eventos pasados. A través de estímulos sustitutos, la persona
puede reaccionar ante situaciones perdidas hace mucho tiempo en el pasado
indefinido, ya sea por placer y diversión o por alguna preocupación más
seria. De los varios tipos de reacción a situaciones pasadas, el tipo llamado
"recuerdo determinado" tiene cierta importancia lingüística como, por
ejemplo, en "recordar" cómo los chinos hablan de prisa.

ERRORES CONVENCIONALES RELATIVOS A LAS


CAPACIDADES Y RENDIMIENTOS DEL HABLA

Tanto la capacidad de hablar como el desempeño del habla se basan


en el
proceso complejo de desarrollo de respuestas en conexión recíproca con los
otros dos factores en campos de comportamiento referencial. El número
indefinidamente grande de veces que se habla son respuestas adquiridas
como cualquier acción manipulativa o gestual. Son adaptaciones
construidas en tipos específicos de situaciones.
Entre las nociones falaces relacionadas con el recuerdo de palabras o
sistemas de palabras en estructuras sintácticas, se destacan creencias tales
como la noción mítica de que las palabras de alguna manera se almacenan
en la "memoria". Por supuesto, no existe tal almacenamiento y no existe tal
lugar para el almacenamiento. Todas las afirmaciones sobre el
almacenamiento en el cerebro son puramente míticas.
Los estudiantes de lingüística general que están interesados en el
desarrollo del lenguaje en bebés y niños intentan dar cuenta de la capacidad
de formar oraciones a partir de palabras, pero malinterpretan por completo
lo que el psicólogo sabe sobre el desarrollo del comportamiento del habla.
En general los segmentos de conducta involucrados en el habla y lenguaje
se desarrollan en íntima interconexión con objetos estímulo, personas y
situaciones particulares. Del lado del individuo, existen muchas formas de
ajuste que caracterizan a la persona como una personalidad específica. Así
como desarrolla capacidades para adaptarse a todo tipo de objetos estímulos
que ve, manipula o destruye, así acumula una enorme cantidad de ajustes
linguoecológicos.
Los lingüistas que se especializan en estudios de gramática inventan
todo tipo de acertijos en cuanto a la capacidad de los niños para formar
oraciones. Hasta el punto de inventar potencialidades nativas o heredadas
para combinar palabras en oraciones. Pasan por alto por completo que la
situación y el escenario controlan la organización de lo que llaman una
oración, pero que es, más bien, una respuesta lingüística82. Cuando A ve a
alguien, digamos un granjero, matando un cerdo, ¿qué otra cosa podría
decir el reportero de la escena que "el granjero mata un cerdo"83. Sería
imposible para un hablante normal describir la situación referida como “el
cerdo mata al granjero”84.

PSICOLOGÍA DE CAPACIDADES Y DESEMPEÑO


Si alguna rama de la lingüística debe contarse entre las ciencias, debe
ajustarse a los axiomas de la ciencia psicológica. Eso significa
esencialmente que debe evitar las venerables nociones de alma o yo como
una entidad ubicada en o paralelamente a las interacciones observables de
los organismos. En esta sección consideramos varios problemas que
exhiben el contraste entre la psicología como disciplina teológica y como
sistema científico.

CAPACIDADES COMO FACULTADES Y COMO


RENDIMIENTO
Llama la atención en el campo lingüístico general la suposición de
que hablar es el ejercicio de una facultad inherente a la mente, el alma o el
yo. En el mejor de los casos, quienes sostienen tales puntos de vista piensan
en términos de vaga potencialidad residente en entidades mentales. Este
tipo de punto de vista choca con el hecho de que no existe una entidad
como la mente, ni siquiera un cerebro-mente, y que hablar es un tipo
definido de adaptación de las personas a las situaciones reales.
Científicamente, no hay diferencia entre capacidades y actuaciones excepto
en cuanto al tiempo de ocurrencia. Es permisible referirse al habla potencial
como latente, pero sólo en el sentido de que faltan algunos factores que son
necesarios para completar un campo lingüístico. Las capacidades del habla
son nombres que se dan a las expresiones o actuaciones del lenguaje cuando
los hablantes están en presencia de ciertos eventos además de las personas a
las que se les hablará.

FACTORES GENÉTICOS EN EL HABLA


La mente o el yo como entidad se revela en la insistencia de que
existe un factor genético o innato en las actuaciones psicológicas, incluido
el habla. A pesar de los hechos obvios del desarrollo del lenguaje en la
niñez y la edad adulta, los escritores de lingüística insisten en algún
principio innato. Cierto es, por supuesto, que sólo los organismos que han
evolucionado para hacerlo realizan comportamientos lingüísticos, pero la
evolución es un conjunto preciso de eventos, interacciones de hecho, y no
un principio esotérico o inventado. Los factores genéticos como procesos
reales de interacción de células u organismos con cosas y condiciones
ambientales inevitables están alejados de las circunstancias específicas que
hacen posible y real el comportamiento referencial y simbólico cuando se
presentan las ocasiones.

ADAPTACIÓN PSICOLÓGICA Y LENGUAJE

Los eventos biológicos y psicológicos muestran mucho más que los


eventos de la física el proceso de adaptación. La gravitación y la histéresis
son ejemplos sorprendentes de campos interconductuales, pero no son tan
íntimos ni comunes como la interrelación del comportamiento con las
condiciones ambientales, como en el crecimiento, la inmunidad, la
regeneración y las adaptaciones de la biología y la psicología. Por un lado,
la temporalidad y la inmediatez no son tan evidentes en los reinos no
biológicos y no psicológicos.
CAPÍTULO XV
“COMPRENDER” Y SU PAPEL EN SITUACIONES
LINGÜÍSTICAS
_____________________________________________________________
___

COMPRENDER COMO BASE DEL DISCURSO

El proceso psicológico de comprensión ocupa una posición


importante en las situaciones lingüísticas. Obviamente, uno no puede
participar en una conversación u otro comportamiento lingüístico a menos
que haya desarrollado una capacidad para comprender lo que se dice o se
señala. Esto es cierto incluso cuando la actividad del lenguaje consiste en
tipos únicos de gestos. Probablemente la mejor manera de concebir la
comprensión es considerarla como una capacidad de interactuar en varios
campos específicos. Dichos campos se generan cuando los objetos y las
condiciones han asumido funciones estimulantes, de modo que la persona
que entiende algo o situación puede realizar las acciones adecuadas con
respecto a los objetos de estímulo confrontados actualmente. La
comprensión es especialmente importante para el lenguaje, ya que la fase de
audición consiste en la interconducta con los referentes y no simplemente
en la identificación y apreciación de los enunciados del hablante. Así, una
clara diferenciación marca los actos de simple audición de la respuesta más
compleja de comprender algo sobre el referente.
Una circunstancia interesante e importante en relación con la
comprensión psicológica en situaciones lingüísticas, es que la persona que
reacciona está definitivamente enterada del referente. A pesar de muchas
imperfecciones en la referencia, un pasajero que viaja en un autobús con
capacidad auditiva limitada o pronunciación imperfecta por parte del
conductor aún puede entender lo que dice el conductor si sabe la ubicación
del autobús con respecto a calles particulares. Por supuesto, el límite
exterior de la situación es estar enterado de algún indicador de por qué calle
se está pasando en un momento particular. En otras palabras, no es
necesaria ninguna indicación del conductor. Sin embargo, el pasajero puede
estar poco familiarizado con la ubicación inmediata del autobús y, por lo
tanto, se entiende incluso el anuncio dicho de manera imperfecta. Por otro
lado, el forastero que no está familiarizado con la ruta del autobús y la calle
por la que pasó, puede requerir una enunciación muy clara como si
estuviera leyendo los nombres de las calles en letras claras.

CÓMO FUNCIONAN LAS REACCIONES DE COMPRENDER


EN SITUACIONES LINGÜÍSTICAS

El ejemplo obvio de comprensión en situaciones lingüísticas parece


abrumador cuando consideramos cómo la mayoría de las personas están
aprisionadas en la empalizada de su propio idioma grupal. Las personas
monolingües pueden ser más o menos capaces e incluso competentes para
intercomunicarse con otras personas que comparten el mismo sistema
lingüístico, pero son completamente mudas cuando están en contacto con
hablantes y con el habla de otros sistemas lingüísticos. Además, dentro de
una única comunidad lingüística compleja existen numerosas barreras para
la comprensión por motivos de clase social y económica, nivel educativo y
experiencia profesional. Podemos, entonces, concluir que los procesos
psicológicos de comprensión tienen una importancia crucial en las
situaciones lingüísticas.
Desde otro ángulo, la importancia de la comprensión para el lenguaje
se destaca por la íntima relación entre las reacciones de comprensión y los
problemas de significado lingüístico. No puede haber intercomunicación
entre individuos a menos que comprendan los significados de las
declaraciones de los demás u otros tipos de reacciones lingüísticas. Pueden
ver u oír lo que se ha escrito o dicho, pero a menos que entiendan lo escrito
o hablado, no hay una actuación lingüística adecuada por parte del referido.
Ejemplos significativos de comprensión eficiente se encuentran en la
situación en la que el referido puede leer entre líneas, o lo que hay detrás de
las declaraciones. Es una forma superior de comprensión lingüística cuando
el referido puede discernir el significado intrínseco del referente cuando
sabe que "no" significa "sí" o "sí" significa "tal vez" o "no". “Yo no elijo
correr” cuando es pronunciado por un político no es realmente entendido
excepto por el referido que conoce la naturaleza y antecedentes del locutor,
o las condiciones que pueden alterar su actitud.
Aquellos que entienden tanto al hablante como al discurso pueden
juzgar si las declaraciones se realizan para ocultar intenciones, hacer una
broma o decidir que no hay ningún evento al que se haga referencia verbal.
Es la conducta comprensiva la que hace posible discernir los matices de la
referencia, ya sea verbal, gestual o de otro tipo, y en general por qué el
hablante dice lo que hace.
Aunque hemos subrayado la característica de comprensión del
lenguaje principalmente como una acción por parte del referido,
ciertamente no está excluida de la conducta del hablante. Pero, por
supuesto, el enfoque es diferente. El referidor debe estar orientado con
respecto al sistema lingüístico que entiende el referido, el sistema dialéctico
al que pertenece, el tipo de referente que podría conocer en función de su
educación y ocupación actual. Si existieran grandes desigualdades entre los
dos protagonistas en el campo lingüístico, podrían surgir circunstancias
menores y graves que interfirieran con los procesos ordenados de los
eventos del lenguaje.

PSICOLOGÍA DEL SIGNIFICADO Y COMPRENSIÓN


LINGÜÍSTICA

Llegados a este punto, el lector apenas necesita que se le recuerde el


enorme contraste que existe entre la psicología convencional de la mente y
las percepciones proporcionadas por un examen del comportamiento de las
personas en campos lingüísticos concretos. Lo que se requiere, entonces, es
sólo relacionar los significados y los datos de comprensión con otras formas
de campos psicológicos.
La conducta de comprender, por otro lado, constituye una de las dos
especies de comportamiento orientativo, la otra de las cuales es el
conocimiento. El comportamiento orientativo contrasta con la acción
inmediata de desempeño, aunque puede estar estrechamente asociada con la
acción de desempeño. Esta intimidad de asociación con la acción de
desempeño es el criterio para diferenciar el significado del saber. La
conducta significativa se sitúa entre la percepción como la reacción
identificadora y algo evaluadora de los objetos estímulo, y la conducta más
o menos puramente orientativa de las reacciones cognoscitivas. El último
tipo de comportamiento puede permanecer completamente aislado de
cualquier otra acción, ya sea de desempeño u orientativa.
Los significados en los campos lingüísticos están bien ilustrados por
las reacciones realizadas por el referido ante los enunciados: "Cierra la
puerta", "Apaga la luz", "Guarda la escoba". Tales expresiones son medios
definitivos para llevar a cabo las órdenes o contrarrestarlas con la expresión
"Hágalo usted mismo".
La comprensión de las reacciones, por otro lado, también se
ejemplifica con referencias como "El Sr. X acaba de estar aquí", "La tensión
del vapor del agua a 20° centígrados es de 17,4 milímetros" o "La población
de Mandalay es cercana a los 200.000". Ningún rendimiento visible
necesita seguir la orientación que puede o no ser exacta.
La comprensión lingüística es esencialmente una cuestión de que un
oyente o referido esté efectivamente orientado con respecto al referente. A
menos que lo sea, no puede haber ningún otro cumplimiento o
incumplimiento de la solicitud o demanda del hablante y, por lo tanto,
ningún ajuste interpersonal ordenado entre el hablante y el oyente. Hay
situaciones, por supuesto, en las que puede existir un gran abismo entre el
comportamiento del referente y el referido. Los ejemplos en profusión están
disponibles en los dominios de la literatura, la ciencia, la política, la religión
y la ley. Los referidos pueden percibir con precisión lo que el referente o
simboliza pronuncia o establece, pero la forma en que entiende el mensaje o
la referencia puede diferir enormemente, incluso hasta el punto de una
comprensión mínima o nula.

AMBIGÜEDADES LITERARIAS
Dentro del dominio literario, probablemente los problemas más
agudos de posible descoordinación de referencia y comprensión se centran
en cuestiones de traducción. Si bien las incompatibilidades de varios
sistemas lingüísticos parecen más importantes que la mera calidad de la
comprensión, todavía existen problemas para hacer coincidir las
expresiones con las orientaciones. Al intentar traducir de un sistema a otro,
uno se enfrenta a la cuestión de la identidad del referente. Esto
probablemente se deba a que los referentes consisten más en el
comportamiento humano que en las cosas y eventos más estables que
estudian los científicos.

PRECISIÓN CIENTÍFICA
Los científicos que ven las matemáticas como un lenguaje se esfuerzan por
no dejar ninguna brecha entre lo que se afirma y lo que se debe entender.
Ciertamente, los enunciados relacionales exactos son superiores a las
descripciones verbales formadas por palabras generalmente polisémicas. La
comprensión de las referencias es común y precisa para todos aquellos que
están familiarizados con la forma de comunicación cuantizacional.

DOBLE DISCURSO POLÍTICO


En el terreno político, el candidato a la presidencia repite sus promesas de
riquezas y reformas, pero sólo los que se quedan a escuchar
malinterpretarán que todo lo que significa es “quiero ser elegido”. Todos
han pasado por situaciones políticas antes y saben que incluso las promesas
sinceras y bienintencionadas están sujetas a los accidentes de las
eventualidades y contingencias sociales y económicas, así como de las
relaciones internacionales.

INTERPRETACIÓN RELIGIOSA
Cuando se le preguntó a un seminarista poco ortodoxo cómo podía
funcionar como pastor de su rebaño, respondió: “Cuando hablo de Dios, los
miembros de la congregación pueden interpretar lo que digo, como puedan,
dentro de sus creencias y entendimiento; mientras que yo me referiré a algo
completamente diferente, por ejemplo, los más altos valores sociales”.
ENIGMAS JURÍDICOS
Cuando surge la pregunta de si los jueces sólo afirman lo que es la
ley, o realmente la crearon, tenemos un claro caso de vacío entre lo que se
afirma y lo que se entiende. Surge el problema, ¿qué declararon los padres
fundadores en la constitución, y qué decretaron los legisladores en las
enmiendas? ¿Incluyeron o no “todos los hombres” amerindios o negros? Se
necesitan hordas de abogados para decidir cómo deben entenderse las reglas
o declaraciones habladas o escritas. No hay que buscar mejores ejemplos de
los enigmas localizados en el lenguaje jurídico que los localizados en la
controversia de: y/o.
Algunos jueces aceptan la expresión y/o como significativa y
apropiada cuando se refieren a la tenencia conjunta de cuentas de ahorro,
mientras que otros la llaman “tontería”, “abominación lingüística” y
“monstruosidad verbal”. Aquellos abogados y jueces que condenan el uso
de “y/o” insisten en que solo “y” es el uso correcto, y quieren desterrar el
término “o” por completo de este tipo específico de lenguaje legal.

CONDICIONES PARA LA COMPRENSIÓN LINGÜÍSTICA

Como en todos los casos de interconducta psicológica, la


comprensión lingüística se ve facilitada o inhibida por una serie de
condiciones centradas en el organismo, los objetos de estímulo y los
contextos o auspicios de los segmentos de conducta. En los siguientes
párrafos enumero y describo algunos elementos destacados.

REFERENCIA ADECUADA Y ACCIÓN DEL REFERIDO


Puede darse por sentado que el comportamiento lingüístico óptimo
está en función de la adecuación de las referencias generales o individuales.
Los hablantes o escritores deben practicar la claridad de enunciación y
transcripción, mientras que los referidos encuentran su normalidad y
agudeza de visión y audición de gran beneficio en la comunicación
interpersonal.
Del mismo modo, la intercomunicación lingüística se beneficia de una
conjunción de estatus e interés por parte de los protagonistas del diálogo o
la conversación. En toda sociedad compleja hay inevitablemente
especializaciones de grupos lingüísticos. Existen muchos vocabularios
distintivos con sus bases en clases sociales, en agrupaciones educativas y en
fraternidades profesionales y vocacionales.

FAMILIARIDAD CON EL REFERENTE


En estrecha relación con lo anterior están las condiciones específicas
centradas en los referentes del habla. Cuanto más familiares son los factores
de referencia para ambos protagonistas, más fácil y fluida es la
intercomunicación. Ya nos hemos referido a la circunstancia de que los
pasajeros familiarizados con la geografía del distrito de paso y las
estaciones en ruta entienden lo que el conductor anuncia a pesar de la mala
comunicación de éste y de los defectos del aparato que utiliza, mientras que
un extraño se encuentra desorientado.
Un ejemplo especializado de este tipo de condición es la conciencia
del contexto inmediato de los enunciados. Con frecuencia, un cambio
repentino en el tema de conversación interfiere en gran medida con la
comprensión de lo que se dice.

COMPATIBILIDADES DE LOS SISTEMAS DE LENGUAJE


Facilitar la comprensión del habla audio vocal es la compatibilidad de
los sistemas lingüísticos. Poco importa que el francés pronuncie el sonido
"zis" cuando quiere decir "esto" en inglés, pero por supuesto las variaciones
del sonido deben ser conocidas por el oyente. Esto significa una
amplificación del tipo de enunciados en un sistema lingüístico. No todas
estas variaciones son asimilables.
CAPÍTULO XVI
PARTICIPANTES LINGÜÍSTICOS EN CAMPOS DEL
COMPORTAMIENTO INTELECTUAL
_____________________________________________________________
___

EL COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO APOYA LOS


AJUSTES INTELECTUALES

A lo largo de los siglos, los observadores han notado que el


comportamiento lingüístico está íntimamente relacionado con las
actuaciones sutiles del comportamiento intelectual, como el pensamiento, el
razonamiento y la actitud intelectual general. Y esto a pesar de las ineptas
interpretaciones que le dieron a las actividades que presenciaron.
La clave para la apreciación de la participación del lenguaje en los
campos intelectuales es, por supuesto, el hecho de que el comportamiento
intelectual consiste predominantemente en intercomportarse con objetos de
estímulo sustitutos, ya que las reacciones a cosas y eventos directamente
confrontables no son factibles o posibles. El comportamiento lingüístico
exhibe excelentes ejemplos de la operación de estímulos sustitutivos,
aunque generalmente el comportamiento lingüístico ocurre cuando el objeto
del estímulo auxiliar es otra persona, no pocas veces la función del estímulo
auxiliar puede localizarse en el hablante mismo. En consecuencia, la
conducta del habla como estímulo y respuesta sustitutivos juega un papel
importante en conductas tan complejas como el pensamiento y el
razonamiento. Recordemos aquí la circunstancia de que pensar es el
proceso de hablar consigo mismo.
Esta participación del lenguaje es especialmente clara en los actos de
meditación o ensoñación, pero es la más grave de las acciones en la
resolución de problemas y más llamativa aún en la realización de los
razonamientos más profundos sobre los asuntos más importantes. Esto es
así porque el comportamiento lingüístico, ya sea la emisión verbal o la
simbolización manual, puede funcionar como importantes acciones
auxiliares para el pensamiento complejo y los ajustes del razonamiento.
Pero ahora debemos considerar la naturaleza del pensamiento y el
razonamiento.
El pensamiento interconductual se ejemplifica excelentemente
mediante actos de planificación, juicio, evaluación, decisión, crítica y tipos
similares de ajustes. Es fácil ver, entonces, que los enunciados vocales y los
símbolos producidos manualmente son importantes auxiliares. Por ejemplo,
en la planeación uno puede decirse a sí mismo o a alguien más “Pero no
puedo hacer eso”, “Eso lleva demasiado tiempo”, “No puedo pagar eso”.
Difícilmente hay un límite para la cantidad y los tipos de referencia y
simbolismo requeridos o preferidos para llevar a cabo el comportamiento de
planificación. Lo mismo es válido para el término "pensar".
Lo que es cierto del pensar es igualmente cierto del razonamiento. La
mayor parte de lo que se hace bajo esa descripción es sin duda imposible de
realizar sin lenguaje de alguna forma. Tanto en el caso del pensamiento
como del razonamiento, las representaciones lingüísticas constituyen las
formas más efectivas de sustituir acciones más directas.
Por supuesto, debe tenerse en cuenta que, dado que los campos
conductuales que operan en tales casos apenas son intercomunicativos, sólo
están involucradas ciertas características lingüísticas, como las
representaciones simbólicas y verbales. Por muy útiles que puedan ser tales
acciones auxiliares, son sólo vestigios de auténticos segmentos de
comportamiento lingüístico. Los puntos fuertes de tales acciones auxiliares
son precisamente que participan en interacciones concretas de individuos
con objetos y eventos, aunque principalmente de manera implícita.
Debido al carácter omnipresente y efectivo del lenguaje en el
comportamiento complejo de los humanos, no es de extrañar que el
comportamiento lingüístico se confunda a veces con otros tipos de
comportamiento que tienen un parecido débil y remoto con ellos. Éste es
especialmente el caso del comportamiento intelectual. En consecuencia, es
necesario distinguir el comportamiento del lenguaje de varios tipos de
actividades intelectuales e indicar las importantes interrelaciones reales,
tanto como ayudas como sustitutos, que prevalecen entre ellos. Para hacer
esto, es imperativo identificar y describir los tipos primarios, a saber, el
pensamiento, el razonamiento y las actitudes intelectuales.

EL COMPORTAMIENTO DE PENSAR NO ES IDÉNTICO AL


LENGUAJE
La conducta de pensar puede caracterizarse como una variedad de
segmentos de conducta o campos de acción que constituyen preparaciones
más o menos sutiles para futuros ajustes efectivos a una variedad de objetos
o situaciones. Una enumeración parcial de los tipos de pensamiento, por
ejemplo, planificar, elegir, evaluar, juzgar, analizar y criticar, abre el camino
a una apreciación inmediata del tipo de ajustes que son y el apoyo que
reciben del lenguaje para facilitar su funcionamiento en todas las muchas
situaciones complejas en las que ocurren. Pero el comportamiento del
lenguaje no es pensar. La característica principal de la conducta de
pensamiento que promueve, o al menos apoya una similitud con la conducta
lingüística, es que están implícitas en el sentido de que operan en ausencia
de sus objetos de estímulo ordinarios por medio de estímulos sustitutos.
Esto da lugar a la interpretación errónea de que son ajustes indirectos en el
mismo sentido que las actividades lingüísticas. En realidad, por supuesto,
hay muchas pruebas que indican lo contrario.
Equiparar el hablar con la planificación, el análisis, el juicio, la
predicción o cualquiera o todos los diversos ajustes de las personas a
diversas situaciones es pasar por alto enteramente los detalles de lo que
hace la persona. Agrupar actividades tan diferentes es negarse a ver las
diferencias de eventos fácilmente observables. Por un lado, el
comportamiento típico del lenguaje es interpersonal, pero las diversas
actividades de pensamiento pueden tener como estímulos cosas y eventos
no humanos, inorgánicos u orgánicos.
Si bien es innegable que el comportamiento lingüístico es el agente
más eficaz para llevar a cabo comportamientos de pensamiento de todo tipo
y el que está más constantemente interrelacionado con otras actividades de
este tipo, existen otros tipos de comportamiento que también están
estrechamente interconectados con el comportamiento de pensamiento.
Ejemplos obvios son la manipulación de mapas, horarios de trenes, aviones
y barcos, la construcción de modelos de varios tipos, la producción de
ecuaciones, diagramas y otros accesorios. Ciertamente, este hecho debería
advertir contra cualquier interpretación errónea de tales actividades de
ajuste distintivas.
Es una creencia plausible que la confusión de tipos de
comportamiento tan completamente diferentes se deba a la aparente falta de
direccionalidad del pensamiento. Pero nada es más cierto que la franqueza
real del pensamiento en cada una de sus formas e instancias. Uno debe estar
alerta a la invariable indirecta del lenguaje. El lenguaje de la conducta
referencial, por muy efectivo que pueda ser para producir la manipulación o
transformación de los objetos estímulo, en sí mismo no opera directamente
sobre las cosas. El hablante puede producir efectos trascendentales sobre las
cosas, pero lo hará sólo a través de los esfuerzos dirigidos de otros.
Podemos agregar que la diferencia en la que insistimos no depende en
ningún sentido de ningún lapso temporal entre una solicitud o demanda y su
ejecución final. No, las diferencias son inherentes a los movimientos y
contactos reales con los objetos de estímulo.
Un factor básico en la identificación del habla y el pensamiento
reside, sin duda, en la adopción de actitudes tradicionales hacia la
psicología. En primer lugar, el pensamiento y otras actividades intelectuales
se consideran mentales o subjetivas, y luego, a fuerza de axioma dualista, se
asocian con la acción palpable del habla o la escritura. El ejemplo clásico es
la asociación consciente o inconsciente de sonidos, palabras y oraciones con
significado. Es seguro decir que los lingüistas, en general, no tienen otra
noción del significado que no sea una especie de esencia no espacio
temporal, en lugar de un comportamiento definido o producto de un
comportamiento intermedio. Es mérito de la psicología observable y
naturalista insistir en la diferenciación entre los ajustes específicos de los
individuos y registrar las variaciones e indicar las operaciones coincidentes
de los diversos tipos.
Preguntar por qué el lenguaje se ha identificado con el pensamiento es
investigar la admirable necesidad de volverse hacia la objetividad o el
naturalismo en psicología. Los psicólogos interesados en desplazar los
modos psíquicos de interpretar la conducta compleja han dado con la idea
de que la conducta del pensamiento en sus diversas formas podría
identificarse con el habla y, de hecho, con la acción de la laringe85. Por muy
meritoria que sea la intención de prescindir de la mitología mentalista, el
resultado es malinterpretar tanto el pensamiento como el comportamiento
del lenguaje.

LA INTERCONDUCTA DE RAZONAR
El núcleo central de razonar es la acción inferencial. Tal acción
consiste esencialmente en pasar implícitamente de un elemento de un
sistema a otro u otros. El silogismo convencional ilustra el proceso a
medida que avanza desde las premisas hasta la conclusión. En general, la
conducta de referencia o razonamiento puede describirse como una
interacción con abstracciones, y no como manipulaciones inmediatas u
otras actuaciones. Seguramente, el comportamiento verbal es la mayor
ayuda auxiliar para realizar todo tipo de comportamiento de razonar, pero
tales acciones no son funcionalmente lingüísticas y, por supuesto, no son
del todo inferenciales. Una característica extremadamente importante de la
identificación positiva del lenguaje y razonar se encuentra en aquellas
situaciones en las que los procesos de inferencia están alejados de la
confrontación real de los individuos con las cosas y los acontecimientos
contenidos en su entorno. Los sistemas de premisas y conclusiones pueden
construirse de manera autista a partir de nada más que elementos del
lenguaje. Los mejores ejemplos, por supuesto, se encuentran en situaciones
religiosas y teológicas, aunque no faltan del todo en otras circunstancias
creativas, excepto en los círculos científicos.

ACTITUDES INTELECTUALES
De todas las asociaciones entre el comportamiento intelectual y el
lenguaje, la mayor intimidad existe entre los eventos lingüísticos y las
actitudes intelectuales. De hecho, la conexión es tan estrecha que hace
tolerable la noción de identidad completa, aunque en realidad esto es
imposible. Las actitudes intelectuales son actos o ajustes del individuo en
los que se toma una postura o posición con o sin acción de desempeño
adicional con respecto a personas, cosas o eventos. Las actitudes
intelectuales típicas pueden denominarse creencias, opiniones,
suposiciones, proposiciones, conjeturas, adivinanzas, entre otras.
Los segmentos de comportamiento del tipo de actitud son tales porque
los objetos de estímulo son vagos, indeterminados o de difícil acceso. Por lo
tanto, son diferentes de conocer las reacciones que constituyen una
orientación definida, incluso si es inepta o equivocada. En sí mismas, las
respuestas son sutiles y requieren un ingenio considerable para su
observación y descripción.
Las actitudes intelectuales son tan frecuentemente inapreciables que
bien pueden aparecer como sólo el lenguaje en el que se manifiestan. Es
como si sólo pudieran existir en las referencias lingüísticas a ellos. Pero
esto no debe inducirnos a error para pasar por alto la prevalencia y el poder
de tales intercomportamientos en circunstancias humanas complejas. Las
actitudes intelectuales tienen suficiente y hasta gran sustancialidad como
interacciones de las personas con las cosas y situaciones, pero para ser
referidas, publicitadas, criticadas y evaluadas, deben ser tratadas o
contextualizadas lingüísticamente.
Una excelente fuente de materiales para el estudio de las relaciones
íntimas y las diferencias entre las actitudes intelectuales y el lenguaje se
encuentra en la consideración de proposiciones científicas. Sobre la base de
las observaciones, los trabajadores científicos formulan proposiciones y,
posteriormente, interactúan con ellas de diversas formas. Por ejemplo,
Galileo (1564-1642) concluyó que la velocidad de caída de un cuerpo es
función del espacio cubierto. Más tarde modificó su punto de vista en el
sentido de que la tasa de caída es realmente una función del tiempo
empleado. Esta proposición es referida y estudiada por medio del enunciado
verbal o su representante escrito S = 0.5gt2 Ahora, estudiar el
comportamiento de Galileo a lo largo del proceso de alcanzar su actitud
preferida hacia los eventos como sustitutos de los experimentos es quedar
profundamente impresionado con las diferencias entre la estructura de las
proposiciones y el enunciado lingüístico o código en el que se incorporan
para diversos propósitos. Cabe añadir aquí que las dinámicas observadas y
las fórmulas que las representan pueden ser más importantes que la actitud
a la que se da el éxito, pero esto es un asunto adicional a cualquier
problema lingüístico. Puede ser que la proposición de que un cuerpo que
cae sea una función del espacio cubierto sea tan válida como la proposición
de la función del tiempo, en vista de la factualidad del espacio-tiempo.
El resultado general de nuestra breve consideración de la interrelación
del lenguaje y el comportamiento intelectual es maravillarse ante las
potencialidades del comportamiento lingüístico para el desempeño de
algunos de, aunque muy diferentes86 comportamientos humanos más
significativos.
SECCIÓN CUATRO

EVOLUCIÓN DEL COMPORTAMIENTO


LINGÜÍSTICO
CAPÍTULO XVII
ORIGEN Y DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO
LINGÜÍSTICO
_____________________________________________________________
___

LENGUA EN EVOLUCIÓN

Dado que la lingüística convencional se basa en el estudio de las


palabras y combinaciones de palabras en sistemas lingüísticos particulares,
la lengua se ha convertido en una institución cultural, es decir, un elemento
de los impedimentos sociales de los grupos, similar a las costumbres, los
rituales, las leyes, la organización social, las costumbres éticas y así
sucesivamente.
El lenguaje así considerado tiene sus usos y justificación para fines
lingüísticos generales; sin embargo, implica una desviación del
comportamiento comunicativo del habla que, sin duda, constituye el núcleo
de todos los fenómenos lingüísticos. Así, el comportamiento lingüístico ha
tomado los rasgos de las cosas.
La historia de la lingüística indica que muchos escritores han
especulado sobre el origen de las instituciones del lenguaje y han inventado
una serie de teorías peculiares para explicar el origen de los
acontecimientos lingüísticos. Un destacado ejemplo temprano fue la teoría
de Herder (1744-1803), quien simplemente consideraba el habla como un
don de Dios. Pero otros escritores han proporcionado "explicaciones"
igualmente ineptas, la mayoría de las cuales presumiblemente se han basado
en la observación de organismos que realizan acciones. Por ejemplo, una de
las teorías ha sostenido que el habla imita las acciones de los objetos, por
ejemplo, el ladrido de un perro, el sonido del viento, etc. Se han propuesto
varias teorías igualmente inverosímiles. En ninguna de ellas parece haber
indicio alguno de los hechos de la evolución biológica o cultural.
Puede admitirse que los problemas interesantes se centran en torno al
desarrollo del lenguaje como tipos de sistemas generales de todas las
comunidades humanas y como comportamiento individual bajo los
auspicios de las contingencias gregarias de la vida humana. Pero no hay
nada que justifique la participación en especulaciones fantasiosas. Sin
embargo, es cierto que, aunque la lingüística actual evita los conceptos
simples y mitológicos, respuestas sobre los orígenes lingüísticos, algunos
mantienen una serie de puntos de vista místicos extraídos de la psicología
mentalista. Un ejemplo destacado es la teoría de los poderes innatos de la
mente humana para organizar correctamente las palabras en las cadenas
oracionales de los enunciados. Estas ideas falaces de los orígenes
lingüísticos se basan, sin darse cuenta, en nociones del habla como
expresiones vocales de estados internos residentes en los organismos. Pero
los conductistas no se apartan de puntos de vista falaces cuando tratan los
enunciados como emisiones controladas por "estímulos" como en el modelo
reflexológico pavloviano.
Gran parte de la mitología y el misterio impuesto sobre los orígenes
lingüísticos se disipan cuando el lenguaje se trata como eventos simbólicos
y comunicativos reales. Cuando estamos interesados en la evolución del
comportamiento lingüístico real, debemos separar las tradiciones históricas
de los eventos observados o inferidos. El método científico requiere
estrictamente el estudio del comportamiento del lenguaje tal como ocurre
en las actividades momento a momento de los organismos.
En cuanto al habla en general o los protosistemas lingüísticos, es, por
supuesto, imposible volver sobre los pasos por los que se desarrollaron de
etapa en etapa durante las épocas en que los individuos y las poblaciones
interactuaban para originar los procesos lingüísticos que observamos hoy.
Pero es la mayor locura no aceptar como evidencia del desarrollo del
lenguaje los datos que ahora podemos observar del proceso. ¿Por qué
imaginar una ruptura en la continuidad de los acontecimientos cuando
obviamente son de la misma familia y especie?
Lo que se insta aquí es a prestar atención de cerca a los procesos de
interacción entre organismos y personas, cosas y eventos reales. Cuando lo
hacemos, observamos que la conducta del habla, las acciones simbólicas y
todas las demás actuaciones del lenguaje son ajustes y no emisiones
autistas. ¿Cuál es la base para la comunicación, y cuáles son los gestos,
movimientos, referencias específicas sobre cosas y condiciones en el
entorno de los individuos que hablan?
Dada la evolución de los organismos con las capacidades anatómicas
y fisiológicas para realizar muchos tipos de conductas vocales y gestuales,
pueden y desarrollarán todo tipo y variedad de acciones como adaptaciones
a los objetos y eventos de referencia en sus entornos. La literatura
lingüística general está repleta de pruebas de la influencia de un sistema
lingüístico sobre otro, los cambios provocados por los préstamos y la
difusión general de las lenguas junto con otros rasgos culturales.
Desafortunadamente, todo esto suele estar encerrado dentro del marco
teórico del lenguaje que considera el habla como emisiones de palabras y,
más seriamente, la transformación del comportamiento del habla en cosas.
En vista de los procesos evolutivos, apenas es necesario inventar
especulaciones improbables sobre el origen del habla. Cuando el habla se
considera correctamente como el comportamiento de los organismos, es
evidente que debido a que ningún organismo humano ha vivido nunca una
vida solitaria, alguna forma de intercomunicación es tan natural como
cualquier otro comportamiento. Todos los organismos tienen padres y la
mayoría tienen hermanos, por lo que invariablemente existe la necesidad de
algún tipo de comportamiento referencial, por simple que sea. Puede ser
que esta interconducta sea principalmente gestual, consistiendo en actos de
señalar o algún empleo similar de signos. Debemos concluir, por tanto, que
no existe ningún problema psicológico especial de origen lingüístico. Debe
pensarse que los sistemas lingüísticos que hoy se encuentran dispersos por
la faz del globo se derivan del desarrollo detallado de patrones individuales
específicos de sonido y gesto. Sin duda, el mejor tipo de prueba del
desarrollo de los sistemas lingüísticos se encuentra en la diferenciación de
varios sistemas a partir de una matriz original. Por ejemplo, el latín ha
evolucionado hacia el francés, el español, el portugués, el rumano, etc.,
mientras que el protogermánico dio lugar al inglés, el alemán, el frisón, el
noruego, el danés, el sueco, el flamenco, etc. Se pueden rastrear desarrollos
similares en la facilidad de otros sistemas lingüísticos. Todos estos
desarrollos tienen su origen en la primera aparición necesaria del
comportamiento del lenguaje en las familias de los primeros organismos
humanos.

TEORÍAS DE LOS ORÍGENES DEL LENGUAJE

A pesar de la sucesión de teorías místicas sobre los orígenes


lingüísticos, los procesos de desarrollo del lenguaje no han perdido su
desafío. Lo que parece exigirse es respetar la distinción entre los sistemas
lingüísticos como instituciones y la actuación referencial y simbolizante del
individuo para distinguir entre la langue y la parole87. Básicamente, la
razón por la cual la búsqueda de explicaciones de la evolución lingüística
ha resultado tan inútil es la interpretación del lenguaje como cosas
enteramente verbales. Postular que el lenguaje es esencialmente un
comportamiento adaptativo ofrece mayores posibilidades para puntos de
vista racionales sobre la evolución lingüística, tanto como sistemas
abstractos como actuaciones concretas.
Se otorga credibilidad a este punto de vista cuando comparamos el
enfoque evolutivo de los problemas de los orígenes con las teorías
tradicionales. Un examen de las teorías históricas que se han ofrecido
demuestra cuán engañosa ha sido la palabra-hipótesis con su trasfondo
expresionista y la ignorancia de las funciones reales del habla y la
simbolización. Ejemplos prominentes son las teorías que Müller (1823-
1900) caracterizó como el bow-wow y pooh-pooh o explicaciones
interyeccionales88. La teoría bow-wow explica el uso de ciertas palabras
como imitaciones de sonidos escuchados, como el ladrido de perros, el
balido de corderos y otras imitaciones similares de animales o cosas. Todos
los sonidos externos son estímulos eficaces para la imitación y la
construcción de vocabulario sobre una base onomatopéyica. Se ha
propuesto la teoría pooh-pooh para dar cuenta de las palabras suponiendo
que los acontecimientos ambientales producen sonidos de interjección en
los organismos. Las cosas circundantes se consideraban simplemente como
ocasiones para experiencias autistas y decididamente no como factores en
campos interconductuales complejos.
El nombre de teoría del ding-dong se ha aplicado a la opinión de
Müller de que las palabras se derivan de sonidos emitidos internamente de
forma análoga al sonido de las campanas. Las cosas externas no se llaman
sólo interjecciones sino raíces significativas que culminan en palabras. El
habla, él pensó, era una facultad específica del hombre, y sólo es necesario
ponerla en acción. Pero la acción del habla es sólo el signo exterior y la
realización de un poder interior o facultad de pensamiento o abstracción
llamada razón.
La teoría intelectualista de Müller contrasta con la teoría yo-he-ho de
Noiré (1829-1889) de que el lenguaje se origina en situaciones recíprocas
cuando se emiten sonidos para armonizar la acción de dos personas
mientras levantan o transportan una carga. Como en las otras propuestas, no
se retrocede en la caracterización del habla como palabra-cosas solas o en
trenes de respuesta
Una quinta teoría sugerida por Paget, un físico, fue diseñada para
demostrar cómo los sonidos y las acciones de la lengua y otras partes de la
boca se convierten en los componentes principales del comportamiento
comunicativo. Este trabajador en el papel de estudiante de fonética afirmó
que todo comportamiento de las personas va acompañado de gestos
miméticos89 de la lengua, los labios y otras partes de la boca. Ahora bien,
cuando las manos están ocupadas con actividades, los movimientos orales
pantomiméticos originales se vuelven de utilidad, en lugar de los gestos
manuales que antes eran los medios para expresar ideas90.
Es interesante comparar las cinco teorías lingüísticas anteriores con
una sexta propuesta por un psicólogo moderno. Esencialmente, la teoría
presentada por Thorndike (1874-1949)91 enfatiza la noción de que el
lenguaje o habla responde a la descripción por parte de los lingüistas de
sonidos acoplados con significados. En consecuencia, asume que el habla se
originó con un individuo primitivo que de alguna manera desarrolla una
idea u otro tipo de estado mental, y luego lo vincula a algún objeto por
medio de un enunciado, por ejemplo, “ug” con una concha, “ma” con
madre, “ba” con pelota, “buz” con almeja. Más tarde, las asociaciones así
formadas a fuerza de balbuceos y probabilidades se convirtieron en habla
con un número indefinido de asociaciones. Thorndike llama análogamente a
su teoría la teoría del balbuceo-suerte.
Debe notarse que Thorndike, a pesar de sus conexiones entre idea y
expresión, se basa en el comportamiento de las personas para explicar las
asociaciones y los procesos comunicativos nacientes. Lo que mejoraría su
teoría sería abandonar la base mentalista y reestructurar su teoría
exclusivamente en términos de adaptaciones de los individuos a las cosas y
las personas con las que interactúan.
Cuando se tienen en cuenta las situaciones lingüísticas reales, es fácil
encontrar sugerencias plausibles sobre el origen y el desarrollo del
comportamiento lingüístico. Sólo es necesario estar alerta a la evolución de
los acontecimientos biológicos y antropológicos que tienden al desarrollo
de las sociedades. La iniciación y multiplicación de vocabularios y
referencias a cosas se produce claramente para hacer frente a los miles de
artículos que un miembro de una sociedad compleja encuentra en una
ferretería o droguería. ¿Por qué habría de ser necesario suponer una ruptura
en la continuidad del desarrollo del lenguaje entre el período de la
civilización elaborada y las edades más primitivas de la evolución animal y
humana? Tanto el vocabulario como los estilos gramaticales evolucionan
mediante muchos procesos, que incluyen la onomatopeya, la imitación, el
préstamo y la analogía. En cuanto a la intercomunicación, la multiplicidad
de acontecimientos observados y la necesidad de referirse a ellos son
actuaciones literalmente impuestas a los individuos por las numerosas
exigencias de la vida.

ORIGEN DEL LENGUAJE Y EVOLUCIÓN DE LA


HUMANIDAD

Dado que el lenguaje es un tipo particular de ajuste, es decir, una


muestra de la interacción de un organismo con los objetos de estímulo y las
condiciones, es evidente que el origen del lenguaje coincide con el origen
de los organismos. Ahora surge la pregunta de qué se incluye en la clase de
comportamiento del lenguaje. Está claro que a pesar de la mención de los
escritores sobre el lenguaje de los gestos, más o menos inevitablemente
asumen que el lenguaje consiste sólo en expresiones verbales altamente
evolucionadas. Sin embargo, es cierto que el comportamiento lingüístico
comprende campos de acción muy alejados de actuaciones
intercomunicativas tan elaboradamente desarrolladas. Se recuerda aquí la
opinión prominente de que los sistemas más avanzados de habla formal
organizada se derivan básicamente de los gritos de los animales. Tal punto
de vista, obviamente, impone tales restricciones en el comportamiento
lingüístico como para asegurar que los datos estén destinados a ser
malinterpretados.
Lo que se pierde con esta selección excesivamente especializada de
datos del lenguaje es la función esencial del comportamiento del lenguaje
como ajustes a otros organismos y otras cosas y condiciones ambientales.
Es ineludible que el desarrollo de la humanidad no es en ningún sentido una
cuestión de organismos aislados sino la evolución de una especie. En
consecuencia, el proceso mismo de vivir implica la intercomunicación entre
miembros de familias individuales que progresan en pequeños clanes y
crecen grupos considerables con aumentos continuos de circunstancias
culturales que exigen más y mayores facilidades de intercomunicación. Un
estudio de los orígenes lingüísticos está bien emprendido contra el
trasfondo de la evolución de la humanidad.
Dos circunstancias hacen imposible observar el origen de los sistemas
lingüísticos. Primero, buscar tales orígenes supone que el término
“lenguaje” simboliza algún tipo de entidad abstracta. Una vez más, la
investigación está efectivamente impedida de analizar el comportamiento
del habla que ocurrió hace mucho tiempo. Aun así, es posible formular
inferencias razonables sobre el origen y desarrollo de tales fenómenos. En
primer lugar, está el continuo de la acción humana tal que las condiciones
generales para el comienzo y la realización periódica de las interacciones
lingüísticas son comunes a las personas de hoy y de todas las demás épocas.
Luego, también, están los principios de la psicología en los que se puede
confiar para obtener información sobre las circunstancias y los auspicios
generales de la comunicación y el comportamiento interpersonal.

COMPORTAMIENTO DEL HABLA Y EVOLUCIÓN HUMANA


A pesar de las lagunas en nuestro conocimiento de los detalles
precisos de la evolución humana, ninguna persona conocedora duda de que
los organismos humanos, sin importar cuán altamente evolucionados, hayan
ascendido de formas menores de organismos. Para nuestros propósitos
actuales, no hay necesidad de llevar el pedigrí del hombre más atrás que el
orden de los primates, que incluye también a los lémures, los monos y los
simios. No es difícil rastrear un linaje desde los prosimios y tarsoides hace
cien mil años a través de Australopithecus, Homo Erectus, Homo Sapiens,
incluido el Neanderthal hasta el Homo Sapiens Sapiens, los organismos
consumados de hoy.
Pero incluso si retrocedemos aún más hasta organismos anteriores,
negar que los organismos individuales hayan realizado interacciones de
ajuste con organismos de su propia etapa de desarrollo es forzar un punto.
Así, el origen de la conducta del habla coincide con la evolución de los
organismos que forman la continuidad de los homínidos, mientras que la
conducta simbólica debe atribuirse a formas aún más antiguas de evolución
zoológica.

NATURALEZA DE LA NATURALEZA HUMANA

Un requisito previo para el estudio de los orígenes lingüísticos es


evitar las influencias de venerables construcciones de teorías sobre los
organismos humanos y persistir en estudiarlas tal como se presentan a la
observación naturalista. Como estudios bioquímicos recientes parecen
indicar que sólo pequeñas diferencias separan a los organismos humanos de
los chimpancés, se debe concluir que hay otros factores biológicos que
explican el gran abismo que separa los rasgos orgánicos y las actuaciones
de los organismos humanos y simios. Sólo el animal humano podría
desarrollar un comportamiento tan efectivo y complicado como el que se
incluye en los sistemas de lenguaje y comportamiento formal y gramatical.
Además, debe tenerse en cuenta el hecho de que los detalles íntimos de las
diferencias de las dos formas animales dependen de una evolución cultural
además de la de las exigencias biológicas que dan forma a la anatomía y
fisiología de homínidos y simios.
Ya sea que nos preocupemos por la evolución biológica o cultural,
estamos obligados a tratar las similitudes y diferencias en el
comportamiento y las capacidades de los animales humanos y no humanos
exclusivamente sobre la base de condiciones naturalistas. Esta regla no
siempre se sigue. Ya hemos mencionado las teorías bow-wow y pooh-pooh
que Max Müller ha caricaturizado con estos términos, y también otras
construcciones similares.
Las sugerencias sobre el origen general del lenguaje, como la opinión
de que el habla nació de la necesidad de cooperar en las diversas
actividades de la vida humana, no son del todo fantasiosas, aunque es
cuestionable cuán efectiva puede ser la necesidad de cooperación para
explicar el origen o la evolución del habla. Hay muchas más ocasiones y
condiciones que parecen ser oportunidades fértiles para el desarrollo del
lenguaje. Sólo tenemos que mantener ante nosotros el hecho de que nos
preocupan los ajustes de comportamiento.
Otra sugerencia que no carece de algún mérito es la propuesta de que
el lenguaje se desarrolló como un medio para llevar a cabo ciertos
propósitos. Esta sugerencia sin duda proviene de la idea de que el lenguaje
consiste en signos o símbolos. Tal teoría sirve para eliminar todas las
circunstancias o condiciones que realmente están presentes cuando
comienza y luego opera el comportamiento del lenguaje.

ESTRUCTURACIÓN PROGRESIVA DEL LENGUAJE

Directamente en consonancia con la evolución de los grupos humanos


desde unidades familiares y pueblos primitivos a través de clanes y tribus
cada vez más importantes hasta la urbanización final y el estado soberano,
está la formalización y estandarización gradual de los ajustes lingüísticos
que originalmente son toscos e indefinidos. Más tarde alcanzan un estado
más organizado y estable y se vuelven comprensibles para más individuos,
moviéndose así hacia el lenguaje común de un grupo dialéctico. Aún más
tarde, se establecen criterios estandarizados y un dialecto preferido entra en
una carrera de habla buena o perfecta.
De la mayor importancia para la formalización y estandarización de
los sistemas lingüísticos es el desarrollo de la escritura que, al principio,
consiste principalmente en la transcripción de los mensajes generalmente
transmitidos por medio de signos, imágenes o estructuras alfabéticas en
forma de oraciones sistematizadas con estrictas reglas gramaticales y usos.

PALABRAS U ORACIONES

En el contexto de la evolución lingüística surge la pregunta de si el


lenguaje se ha desarrollado primero como palabras o como oraciones.
Desde un punto de vista psicológico objetivo, todo el problema es una
telaraña fatal. La pregunta es un artefacto arbitrario y muestra poca o
ninguna conciencia de los eventos reales del comportamiento comunicativo.
Evidentemente, los argumentos de ambos lados se basan en miradas miopes
a sistemas lingüísticos completamente terminados, como el chino, inglés,
francés, alemán, ruso, entre otros., y se basan en la premisa cuestionable de
que el lenguaje consiste, por un lado, en el habla oral convencional, y por
otro del lenguaje de las cosas. No surge tal problema del estudio de los
ajustes lingüísticos reales.
CAPÍTULO XVIII
EVOLUCIÓN DEL COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO
INDIVIDUAL
_____________________________________________________________
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SUPUESTOS MISTERIOS DE LA EVOLUCIÓN DEL HABLA


INDIVIDUAL

Existe una situación notable en el ámbito psicológico con respecto al


desarrollo de la conducta del habla por parte de los individuos. Aunque los
datos del habla son asuntos cotidianos en el sentido de que los organismos
humanos que nacen higiénicamente y crecen en un entorno cultural e
inevitablemente se convierten en personalidades lingüísticas, los lingüistas
generales y los psicolingüistas plantean profundos misterios sobre el
proceso. Llegan incluso a inventar poderes o facultades innatas en los niños
para convertirse en hablantes y oyentes del habla. En su mayor parte, están
influenciados por el hecho de que los niños dominan rápidamente la
gramática del dialecto de su familia desde temprana edad92.
Como de costumbre, encontramos que tales divergencias entre
eventos y construcciones descriptivas o explicativas se basan en la adopción
de axiomas falaces sobre la naturaleza y el método de la psicología. Para la
psicología científica sería un gran misterio si los niños no desarrollaran
pronto un comportamiento específico de habla y simbolización. Cuando se
presta atención a los campos particulares en los que se produce el
aprendizaje del idioma, bien podemos preguntarnos qué más podría suceder
además del desarrollo de ajustes del lenguaje junto con los hábitos de vestir
ropa, interactuar con padres y hermanos o comer ciertos alimentos, entre
otros.
La opinión de que los niños vienen al mundo con poderes innatos en
realidad no se basa en ninguna observación, sino en varias actitudes
intelectuales falaces. Destaca entre ellos la adopción de la psicología del
alma de las tradiciones teológicas. Se presume que las personas están
dotadas de entidades psíquicas que pueden realizar actos intuitivos en
correspondencia con la acción corporal. Una falacia relacionada es que el
alma está dotada de facultades o poderes para actuar de manera
sobrenatural, incluida la obediencia a las reglas instintivas de las gramáticas
sociales.
Otra falacia consiste en tergiversar los hechos de la evolución
individual. Esto equivale a un completo malentendido del desarrollo
madurativo llamado aprendizaje. Los lingüistas rechazan con razón la
noción ampliamente aceptada de que el aprendizaje consiste enteramente en
un condicionamiento dirigido. Pero tienen poca consideración por el
crecimiento casual de los ajustes que surgen de participar en muchos tipos
de situaciones que componen la vida humana. Otra base más para
malinterpretar el desarrollo lingüístico individual es la creencia de que el
habla consiste en emitir palabras y conjunciones de palabras sin tener en
cuenta el entorno real y las necesidades de la comunicación.
Aquellos que confían en el carácter innato de las facultades para crear
oraciones sin aprender realmente a hacerlo, no comprenden que las reglas
gramaticales son solo descripciones construidas de los estilos arbitrarios de
los sistemas comunitarios de expresión, por ejemplo, la libertad de orden de
las palabras en los sistemas latinos93. En otros sistemas lingüísticos tal
libertad no está disponible. Piense también en las diferencias entre los
sistemas lingüísticos, de modo que en algunos estilos de habla, se omiten
artículos o cópulas. Suponiendo que estemos observando ajustes reales, los
niños, por supuesto, encajarán en los hábitos de habla de los mayores de la
familia o la comunidad. Lo que guía los órdenes y rangos, así como los
caracteres de las palabras de los enunciados, son los eventos que son las
condiciones o circunstancias a las que se refieren tanto los adultos como los
niños. Cuando el estilo del sistema lingüístico particular es enfatizar lo que
se llama sustantivos antes de verbos, entonces ésa es la forma en que los
niños desarrollarán sus adaptaciones. “Johnny se cayó”. ¿Qué más puede
decir el niño, aparte de este tipo de oración o expresión, cuando se refiere a
tal accidente? Es extraño que los lingüistas planteen la pregunta de por qué
un niño no suele decir "Down fell Johnny" o "Fell down Johnny". No hay
necesidad de inventar poderes o capacidades por parte de los niños que
hablan correcta o efectivamente. Hablar en general, significa que se está
llevando a cabo algún evento que vale la pena mencionar. También se hace
referencia a la forma o patrón específico de los eventos según el sistema
lingüístico de la comunidad. Ningún niño nace con reglas gramaticales o
formas de ordenar las palabras en las oraciones. Seguramente la simple
imitación no es el único proceso por el cual los niños se culturizan en su
habla, pero en todos los casos hay tipos específicos de adaptación a
hablantes mayores y a los detalles de los acontecimientos localizados en un
campo lingüístico o circunstancia.
El contraste entre la interpretación de que un niño aprende a hablar en
forma de sonidos convencionales y la interpretación de que el desarrollo del
habla es una adaptación a circunstancias concretas y personas que se
comunican entre sí, queda bien ilustrado por el enigma de cómo se expresan
los significados a través de un código de signos lingüísticos arbitrarios. Este
enigma implica claramente la suposición falaz de que hablar consiste en
enunciados como signos de cosas, además de significados o ideas u otros
estados mentales. Considerar el hablar como adaptarse a los dos estímulos
primarios, el ajuste y el auxiliar (p. 62f.), excluye tal enigma. Parece
anómalo que las actividades observables obvias de niños o adultos al hablar
se descuiden en favor de la tradición lingüística de que el habla se construye
a partir de elementos verbales. También está aquí la influencia de la
psicología dualista.

DESCRIPCIONES DE COMPORTAMIENTO VS.


IMPOSICIONES DE CONCEPTOS EN EL DESARROLLO
INDIVIDUAL DEL LENGUAJE

Un estudio de la literatura lingüística sugiere fuertemente la necesidad


de evitar los diversos conceptos erróneos sobre la naturaleza de la
psicología y el lenguaje, y también de mejorar las descripciones e
interpretaciones de tipos muy importantes de comportamiento. En esta
sección exploro y contrasto dos tipos de lo que pretenden ser descripciones
científicas del desarrollo del comportamiento. Estos dos tipos de enfoque
para el desarrollo de la conducta consisten en (1) imponer categorías y
descripciones a los eventos, y (2) describir los eventos sobre la base de
observarlos, analizarlos y manipularlos experimentalmente.

(1) EL MÉTODO IMPOSICIONAL


El método impositivo de tratamiento se observa en la suposición de
que el niño primero aprende a pronunciar sonidos (consonantes y vocales),
luego palabras y finalmente oraciones, mientras que en realidad el niño
realiza ajustes lingüísticos de la misma manera que todos los demás ajustes
de comportamiento.
Al adoptar el método impositivo, las expresiones verbales tentativas y
torpes del niño se toman primero como palabras y luego como oraciones.
Esto equivale a un descuido del hecho de que todo el comportamiento del
niño se desarrolla de una manera desordenada y progresiva. Su forma de
caminar, agarrar, comer, todos muestran similitudes de credibilidad y
mejora, al igual que su desarrollo del habla.
Un ejemplo muy revelador de imposición es que, de alguna manera,
el desarrollo del lenguaje de un niño se basa en un conjunto de reglas
recurrentes que permiten la comprensión del habla y la generación de un
conjunto infinito (sic)94 de oraciones, la mayoría de las cuales consisten en
combinaciones novedosas. Además, se dice que los niños desarrollan una
gramática idiosincrática que, con el tiempo, se metamorfosea en la
gramática de los adultos. Obviamente, estas reglas y la gramática se
imponen a la situación del idioma. Estas reglas y gramáticas son
obviamente construcciones que no se derivan de la observación del
desarrollo del habla. Además de ser categorías puramente ficticias, tales
construcciones impuestas se construyen sobre una base de facultades
trascendentales y almas sobrenaturales.
Ciertamente, las oraciones “infinitas” caracterizan suficientemente
esta forma impositiva de tratar el desarrollo del lenguaje de los niños.
Ningún niño, ni adulto, pronuncia nunca más que un pequeño número de
combinaciones de palabras, incluso cuando el comportamiento consiste en
pronunciar palabras. Lo que contribuye a la emisión de diferentes
combinaciones de palabras son los referentes en la situación del lenguaje.
Dada una situación referencial que involucra a Juan, María y el amor, el
enunciado informa si Juan ama a María, o María ama a Juan, o algunas
variaciones, como María o Juan son amados por Juan o María. Esta
interpretación diferente es decididamente naturalista.
Otra mala interpretación grave del desarrollo lingüístico de los niños que
surge de la actitud impositiva es limitar el desarrollo del lenguaje a etapas
cronológicas rígidas. La falacia aquí surge de la suposición de una "mente"
con facultades en desarrollo, de modo que las capacidades de hablar y leer
están rígidamente controladas por límites de edad. Mientras que los niños
están limitados por la maduración fisiológica, el alivio de la misma cesa a
una edad muy temprana. Se conocen demasiadas excepciones de desarrollo
precoz basadas en condiciones de desarrollo parcial para invalidar la noción
rígida de etapa. Una excepción típica a la noción de “escenario” se ilustra
en la anécdota de Macaulay, de cuatro años, quien, cuando se le preguntó
cómo se sentía después de que le derramaran un poco de café caliente sobre
las piernas, respondió: “Gracias, señora, la agonía es disminuido”95.

(2) EL ENFOQUE OBSERVACIONAL


El enfoque observacional-descriptivo, por supuesto, implica una meticulosa
diferenciación y análisis de los ajustes lingüísticos. Francamente, implica
un enfoque interconductual, pero la atención cuidadosa al desarrollo del
comportamiento de los niños valida el método. Una prueba importante es
que la conducta del habla de los niños nunca se lleva a cabo bajo los
auspicios de las situaciones del habla de los adultos. Es evidente que los
niños solo están practicando de manera amateur lo que indica el modelo de
habla del adulto. Elizabeth se pronuncia Lillibet.

DECLARACIONES DE PALABRAS VS. AJUSTES


LINGÜÍSTICOS EN LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA

El marco de toda lingüística psicológica convencional es el modelo


verbal. El supuesto básico es que el habla es expresión oral y que el habla
de los niños es la adquisición de una facilidad progresiva para emitir
sonidos, palabras y oraciones, tal como lo presagia el análisis estructuralista
de las palabras-cosas de la teoría lingüística convencional.
Lo que se pasa por alto es que la conducta lingüística consiste en
adaptaciones a las cosas que lo rodean, similares a todas las demás
actuaciones de ajuste. Son las diversas situaciones en las que se encuentra el
individuo las que ocasionan el habla y condicionan lo que se dice, así como
el estilo de pronunciación. También es la situación la que influye en que las
representaciones referenciales sean orales o gestuales y, en general,
caracterizadas de alguna manera particular.
El desarrollo lingüístico de los niños es una característica inevitable
de crecer en un entorno humano socialmente determinado por la
circunstancia biológica de la reproducción bisexual. Pero el factor biológico
palidece hasta la insignificancia frente a los innumerables factores de la
existencia social. Los bebés humanos no pueden escapar más de la
realización de un comportamiento lingüístico que de las actividades
nutricionales; de hecho, en las primeras etapas de desarrollo, los dos están
muy íntimamente conectados. Dado que el habla es el medio óptimo para
intercomportarse simultáneamente con cosas y personas, el comportamiento
lingüístico se desarrolla sobre la base de las condiciones y necesidades de
los niños. Cómo comienza el ajuste y cómo se lleva a cabo depende de los
estímulos y estimuladores auxiliares.

DESARROLLO LINGÜÍSTICO CASUAL Y ARTIFICIAL

Es de la mayor importancia señalar que el desarrollo lingüístico de los


niños no tiene lugar como una cuestión de aprendizaje y enseñanza. El
lenguaje como ajuste implica que el desarrollo es principalmente casual y
depende en gran medida de las exigencias del momento. No reconocer esta
característica del desarrollo lingüístico es cegarse por algún dogma de la
tradición lingüística. La consecuencia de pasar por alto este punto es ser
víctima de alguna teoría convencional del aprendizaje o de algún dogma
psicológico de maduración mística. ¿Cuántas madres o enfermeras tienen la
capacidad, el interés o el tiempo para llevar a cabo las operaciones de
enseñanza lingüística? Y pensemos en las personas analfabetas cuyos hijos
desarrollan ajustes de una calidad diferente y más eficaz que la de los
padres.
INDIVIDUALIDAD DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE EN
LOS NIÑOS

Como en cualquier otro tipo de desarrollo del comportamiento de los


niños, el desarrollo lingüístico también manifiesta diferencias individuales.
Después de todo, cada niño es diferente en muchos aspectos de todos los
demás, y muestra diferencias en el tiempo de desarrollo, en situaciones a las
que adaptarse, variando así en vocabulario, medios de referencia, ya sea
oral o manual o de alguna otra forma, etc.
Atribuir uniformidades de desarrollo a la evolución lingüística de los
niños es imponerles similitudes y duplicaciones derivadas del modelo
textual que elimina las especificidades de los eventos conductuales reales.
Sólo adoptando el enfoque adaptativo se dispone de una descripción
aproximadamente correcta de las etapas del desarrollo lingüístico.
Cualesquiera que sean las uniformidades y similitudes que se presenten,
serán las que proporcionen las situaciones reales. No se debe pasar por alto
que los niños no sólo desarrollan un comportamiento del lenguaje sino
también adaptaciones en circunstancias específicas. Si se trata del habla
oral, hablan inglés, francés o chino, además de las variaciones de dialecto,
nivel socioeconómico y muchas otras condiciones hasta sus idiolectos.

TEORÍAS DEL DESARROLLO LINGÜÍSTICO EN LOS NIÑOS

Es paradójico que la reciente escalada de estudios sobre el desarrollo


del lenguaje infantil se base en teorías cuestionables y no meramente en el
aumento de la población psicológica con su proliferación de
investigaciones. Sin embargo, tal es el caso. En general, la variación en la
interpretación de los hechos en cuestión se basa en diferencias de opinión
sobre la naturaleza de la psicología. Dos postulados básicos separan las
teorías naturalistas del desarrollo del lenguaje de la teoría de los
determinantes sobrenaturales de ese desarrollo. Estos postulados se refieren
a: (1) la cuestión de si el desarrollo del lenguaje es el proceso de adaptación
a los estímulos o la manifestación de fuerzas psíquicas; y (2) si el desarrollo
está circunscrito por palabras y usos de palabras, o si se trata más bien de
ajustes de comportamiento.
Las teorías naturalistas del desarrollo del lenguaje se limitan a la
construcción de generalidades basadas en las observaciones del
comportamiento de los niños cuando realizan ajustes en el lenguaje. Se
tienen en cuenta los diversos factores que intervienen, por ejemplo, la
normalidad y madurez de los niños, el entorno detallado de la conducta y
las potencialidades estimuladoras de los referentes sean personas, objetos o
acontecimientos.
En general, las teorías sobrenaturales postulan un dualismo de alma y
cuerpo y enfatizan las facultades y poderes de la mente para iniciar el
desarrollo y posterior ejecución de las palabras. Varios lingüistas han
optado recientemente por desenterrar los racionalismos de épocas pasadas
para explicar el lenguaje en términos de psicología mística y mítica
preocupada por el mentalismo innato. Los ejemplos típicos son: (1)
convertir las declaraciones observadas en manifestaciones de un nivel
profundamente enterrado del alma; y (2) explicar la rapidez del desarrollo
de un niño por un poder del alma o facultad para hablar.
El apoyo para tales puntos de vista anticientíficos e irracionales sobre
el lenguaje y el comportamiento psicológico se busca en la inaceptabilidad
del conductismo reflexológico como psicología y como medio para
interpretar eventos lingüísticos. Pero ésta es una vara débil en qué apoyarse,
y es acusatoria por no interpretar los hechos tal como se observan, evitando
así las confusiones y contradicciones propias de la asimilación de la
metafísica fatua.

DESARROLLO DEL LENGUAJE DE LOS ADULTOS

El desarrollo del lenguaje en adultos consta principalmente de dos


procesos:
1) El desarrollo de un tipo de referencias que sirven como actuaciones
de ajuste dentro del marco general de un sistema cultural particular, ya sea
una comunidad local, un grupo dialectal o una nación. Los hablantes o
referentes son influenciados por las circunstancias ambientales y los
referidos para modificar las formas o las dimensiones de su
comportamiento, ya sea para hacer sus ajustes más adecuados o más
agradables. El principio aquí es enmendar tu discurso o estropear tu fortuna.
2) Un segundo aspecto es el creciente desarrollo del vocabulario que
amplía la capacidad de hacer referencias en situaciones nuevas. Parte de la
formación o aprendizaje de un farmacéutico, ferretero, o cualquier aspirante
a profesional o a ingeniero, consiste en desarrollar formas nuevas o
adicionales de referirse a cosas y eventos. Así, se enfatiza el hecho del
lenguaje como una forma de ajuste a las condiciones ambientales.
El desarrollo del lenguaje adulto ocupa un lugar destacado en la
adquisición de un idioma o idiomas adicionales. En este tipo de situaciones
se pone de manifiesto el carácter adaptativo del lenguaje. Es una actitud
obvia de los educadores que incluso aprender a leer un idioma extranjero es
un pequeño logro, y hablarlo, casi una imposibilidad. Cuando la capacidad
de hablar un idioma adicional se convierte en realidad, se ve facilitada por
vivir en el lugar donde se habla el idioma. La situación mejora cuando el
aprendiz está solo sin personas que hablen su idioma nativo, de modo que
las necesidades de ajustes referenciales están a la orden del día.
SECCIÓN CINCO

VARIABILIDAD LINGÜÍSTICA Y
DESVIACIONES DEL HABLA
CAPÍTULO XIX
MULTILINGÜISMO Y OTRAS DESVIACIONES DEL HABLA
_____________________________________________________________
___

VARIABILIDAD EN LOS CAMPOS DEL HABLA

Una de las generalizaciones mejor validadas en psicología es el


principio de las diferencias individuales. Ese principio se deriva de los
datos invariables de que no hay dos individuos idénticos desde el punto de
vista del comportamiento, ni siquiera gemelos “idénticos”. Obviamente,
éste es el caso, ya que el comportamiento y los rasgos de comportamiento
se desarrollan y llevan a cabo en circunstancias muy especializadas y, por lo
tanto, los organismos y sus rasgos individuales deben ser, en cierta medida,
diferentes entre sí.

VARIACIONES EN AJUSTES LINGÜÍSTICOS

Tan enormes son los factores que contribuyen a las desviaciones


individuales en los ajustes lingüísticos que sólo podemos señalar algunos
ejemplos sobresalientes. Un plan factible es establecer un sistema categorial
ilustrativo simple, por ejemplo, para separar los factores de personalidad de
los factores de expresión.

FACTORES DE PERSONALIDAD
Las diferencias en los factores de personalidad se centran en el rango
de vocabulario y el estilo de desempeño lingüístico. Tales variaciones están
en función de la madurez y la experiencia, la clase socioeconómica, la
educación, la vocación y los intereses vocacionales. Las personas de
diferentes profesiones u ocupaciones deben ser capaces de interactuar con
otras sobre una base común, o con un comportamiento perteneciente a una
reciprocidad limitada de camaradas o colegas. Los miembros de varias
clases o grupos sociales pueden ser incapaces de intercomunicarse a menos
que reaccionen sobre la base de un conocimiento común de objetos
referentes y eventos.
De las muchas diferencias de comportamiento personalista, podemos
citar varios tipos contrastantes, por ejemplo, los hablantes taciturnos y
volátiles. Los primeros hablan como si los ajustes del lenguaje interpersonal
implicaran esfuerzos considerables y actos que deben evitarse. Los
hablantes volátiles, por el contrario, parecen tener gusto por hablar y estar
listos para hablar a la menor incitación. Por supuesto, en cada caso, los
ajustes lingüísticos están interrelacionados con otro tipo de interacciones
con los objetos de estímulo. Un tipo sumamente interesante de hablante
volátil es el verbigerador que sustituye la conversación por otros tipos de
acción más apropiados. Tales individuos suelen mostrar actuaciones
extremadamente fáciles y fútiles. Hablan libremente y en voz alta sobre
cualquier tema concebible, frecuentemente en proporción inversa a su
conocimiento sobre los referentes. En muchos casos se ven inducidos a
hacer promesas que seguramente no cumplirán o no podrán cumplir, y
llegan a ocultar su ignorancia hasta el punto de recurrir al proceso anormal
de la mentira patológica.

FACTORES DE PRONUNCIACIÓN
Cuando nos dirigimos a las expresiones verbales como una forma
especializada de comportamiento intercomunicativo, además de los gestos,
observamos muchas y amplias diferencias. Tales variaciones revelan la
identidad de los hablantes, incluso cuando no están presentes, pero hablan
por teléfono.
En general, las variaciones en los ajustes del habla dependen de la
comunidad cultural específica en la que se vive, el nivel social, económico
y educativo, el sexo y las idiosincrasias individuales. Los estudiantes de
idiomas se refieren a características del habla como (a) calidad del habla y
(b) dinámica del habla.

(A) CALIDAD DEL HABLA


Bajo la rúbrica de calidad del habla, los lingüistas enumeran
descripciones como delgada, suave, plana, áspera, hueca, melodiosa, ronca,
entre otras.

(B) DINÁMICA DEL HABLA


Se clasifican como dinámicas del habla características como el
volumen, la entonación, el tempo, la continuidad, el ritmo y la fluctuación
del tono96.
Naturalmente, cada una de las variaciones mencionadas hasta ahora
contribuye a la descripción general del comportamiento involucrado, pero
en general, se consideran todas normales. No se presentan quejas ni
dificultades por las diferencias en los ajustes del habla. Sin embargo,
existen variaciones extremas del habla que marcan a los individuos como
realizados o desviados, es decir, anormales. Cuando las diferencias en el
habla son grandes y notorias, sirven para categorizar a las personas como
favorecidas o desfavorecidas, inusuales o incluso patológicas. En este
capítulo consideramos las diferencias extremas que sitúan a los individuos
en un polo favorable o desfavorable del continuo del habla. Como ejemplo
de un punto favorable del rango, consideramos la capacidad de hablar más
de un idioma. Esto se denomina multilingüismo o bilingüismo, y el punto
desfavorable de insuficiencia o pérdida del comportamiento del habla se
conoce comúnmente como afasia.

MULTILINGÜISMO

Teniendo en cuenta el gran volumen de comportamiento del habla, la


regla es que los individuos encajan rígidamente en un tipo de sistema. Su
desempeño del habla, a pesar de todas las diferencias individuales, es
reconocible como de un tipo especial con características particulares de
vocabulario, pronunciación y otros rasgos. La base de esto es el aislamiento
y la existencia perenne de hablantes en una localidad geográfica y
comunidad particular, con falta de movilidad social. Pero esta condición
monolingüe suele ir acompañada de otras circunstancias, por lo que es
normal que las personas que viven en situaciones en las que se hablan
varios idiomas desarrollen la capacidad para interactuar con objetos y
personas en los diversos sistemas del lenguaje. Un excelente ejemplo aquí
es el comportamiento multilingüe de un niño que vive en Estambul cuyos
padres son de origen germanoparlante y cuyos compañeros de juego hablan,
por supuesto, turco, mientras que la enfermera habla francés. El punto a
notar aquí es que el niño altera sus respuestas como referido y referidor para
estar de acuerdo con el habla de la persona con la que está interactuando.
Esta actuación alterna es simplemente una variación del habla en
situaciones de un solo idioma, excepto que se debe cambiar todo el
vocabulario cuando varía el objeto de estímulo auxiliar.
Así como las cosas en situaciones monolingüísticas deben variar de
acuerdo con el referente, en situaciones multilingües los hablantes deben
adaptarse a los muchos lugares donde se encuentran disponibles sistemas
lingüísticos diferentes y competitivos. Para mencionar sólo algunos, hay
condiciones políglotas en Bélgica, donde los hablantes de valón viven cerca
de los que hablan flamenco; Sudáfrica, que alberga ingleses y afrikaans;
España, donde el euskera se encuentra con el catalán, el gallego y el
castellano; y Canadá, con competencia del francés e inglés. En la India,
África y muchas otras localidades hay muchas ocasiones para el cambio y
choque de idiomas. Cada ciudad metropolitana brinda numerosas
oportunidades para la profusión de “lenguas”.
El multilingüismo presenta pocos problemas psicológicos intrínsecos,
ya que hablar varios idiomas simplemente es paralelo al comportamiento
versátil en el que los individuos se ajustan a situaciones de comportamiento
alternativo. Esto se ve más fácilmente cuando la persona se adapta a la
forma generalmente más simple de multilingüismo, a saber, el bilingüismo.
Sin embargo, dado que todos los ajustes de comportamiento son
complicados, pueden surgir problemas debido a la combinación de factores
psicológicos y no psicológicos, como se indica a continuación.

DIFERENCIAS INDIVIDUALES ENTRE MULTILINGÜES


Un informe frecuente de los hablantes multilingües es que, aunque
hablan dos o más idiomas, son más competentes o tienen más facilidad para
hablar uno de ellos. Consta que el escritor Julian Green indicó: “Me inclino
cada vez más a creer que es casi imposible ser absolutamente bilingüe”97.
Además, se cita a Lowie (1883-1957)98 diciendo: "Estoy impresionado con
la dificultad de dominar un sólo idioma, y mucho menos dos idiomas, en su
sentido más completo". Uno de los dos multilingües citados es un escritor
incapaz de traducir sus propios escritos franceses al inglés, y el otro, un
antropólogo, plantea problemas de personalidad. Lowie declara que al pasar
del habla alemana al inglés hay una alteración de la personalidad.
Los hechos del bilingüismo o multilingüismo brindan ejemplos
interesantes de cómo los postulados inapropiados afectan adversamente la
descripción e interpretación de los eventos lingüísticos. Debido a que el
modelo de expresión verbal se convierte en la base para la observación y la
descripción, se proponen una serie de pseudoproblemas, entre ellos la
cuestión de si el multilingüismo es perjudicial para el desarrollo de la
inteligencia y otros rasgos. Cuando el comportamiento del lenguaje se
considera como actuaciones de ajuste, tales pseudoproblemas son
irrelevantes y engañosos.
El lenguaje como adaptaciones se observa excelentemente en el
comportamiento general de los niños cuando no se les imponen
características arbitrarias, como, por ejemplo, la posesión de patrones
innatos de gramática, o equipados con categorías innatas para forzar sus
respuestas verbales a las cosas. La observación imparcial de los niños en el
juego indica la facilidad y naturalidad de los niños pequeños de diferentes
familias y antecedentes lingüísticos para comunicarse entre sí sobre los
objetos involucrados en los juegos que están jugando. El enfoque
interconductual obvia la discusión de conflictos de fonemas, morfemas y
otras abstracciones de la lingüística verbal. Además, el enfoque adaptativo
pone de relieve la diferencia entre las condiciones ordinarias de desarrollo
de los ajustes lingüísticos y el aprendizaje o adquisición de una segunda
lengua. En el último caso nos encontramos con problemas tales como la
traducción de las palabras del segundo idioma al primero y problemas
similares. Desarrollar correcta y efectivamente varios lenguajes es duplicar
las condiciones del desarrollo del comportamiento en general. Eso significa
vivir donde se hablan las diferentes lenguas y en condiciones que
posibiliten las relaciones interpersonales e intercomunicativas.
DIFERENCIAS INDIVIDUALES EN EL DESARROLLO MULTILINGÜE
Los multilingües desarrollan sus diversas competencias lingüísticas
de diferentes maneras. Manteniendo ante nosotros la preeminencia del
principio de la diferencia individual, debemos esperar innumerables
variaciones en la forma de adquirir y ejecutar lenguajes paralelos o en
competencia. En un caso, como en el ejemplo del niño de Estambul, el
aprendizaje del idioma consiste en desarrollar hábitos de habla casualmente
en una situación multilingüe. Con una persona simplemente habla la lengua
A, con otra la lengua B y aún con otra, la lengua C, y así sucesivamente. No
es rara la ocasión de ver reportajes en la prensa diaria sobre personas que
han adquirido un buen número de capacidades lingüísticas de manera
casual. Un ejemplo, aparte de los camareros e intérpretes, es el de un joven
peruano al que se le permitió incorporarse a la Infantería de Marina
estadounidense, aunque tenía algunas dificultades para cumplir con los
requisitos físicos debido a su baja estatura, pero fue aceptado en vista de sus
calificaciones inusuales. Habla seis idiomas, español, inglés, francés,
portugués, latín e italiano.
Esta forma versátil de desarrollo del lenguaje contrasta con la de la
persona que adquiere o estudia lo que es un lenguaje distintivamente
diferente. A menudo, los ajustes en este caso están marcados por
vacilaciones y preocupaciones sobre si uno domina correctamente un
idioma diferente. Por supuesto, cuando la oportunidad le ofrece al hablante
de usar el nuevo idioma con frecuencia y durante mucho tiempo, la
diferencia en la aptitud del habla desaparece y la persona se convierte en lo
que podría llamarse un multilingüe natural.
Un ejemplo sorprendente aquí está disponible en el obituario de 1945
del Dr. J. D. Prince de la universidad de Columbia, quien en diferentes
momentos fue profesor de lenguas semíticas, de lenguas eslavas y de
lenguas de Europa del Este. El escritor afirmó que en su vida posterior
podría dar un ingenioso discurso después de la cena en ruso, serbio, danés,
sueco, francés, italiano, húngaro, gitano o turco. También tenía un centro de
trabajo en checo, polaco, búlgaro, esloveno, eslovaco, español y portugués.
Una vez transmitió a Islandia en lengua islandesa. También tenía un
conocimiento erudito de muchos dialectos oscuros99.
Una situación lingüística interesante es aquella en la que un hablante
bilingüe no tiene ocasión de hablar una de sus dos lenguas; entonces puede
tener alguna ligera dificultad para entablar un diálogo con una persona que
hable ese idioma. Por otro lado, ocurre que cuando un hablante bilingüe va
a un país extranjero y allí se adapta bien al nuevo idioma, puede tener
alguna dificultad para volver al habla preferida originalmente.

MULTILINGÜISMO E INTELIGENCIA

Los estudiosos de la lengua que se preocupan por los problemas


escolares de los niños, han planteado la cuestión de si un hablante bilingüe
se ve perjudicado por su bilingüismo. Se dice que muchos niños
manifiestan mediante diversas pruebas, que por supuesto, son presentadas
en un idioma nuevo para los niños, que muestran grados de retraso, es decir,
el multilingüismo interfiere en el desarrollo de su “inteligencia”. Es
bastante evidente que tales interpretaciones se basan en nociones erróneas
de inteligencia, así como en la naturaleza y operación del comportamiento
lingüístico y las condiciones de las situaciones de prueba. También es
prominente la opinión de que el multilingüismo es un factor decididamente
favorable en la inteligencia general, en el sentido de que el individuo
desarrolla una comprensión considerable de sus circunstancias lingüísticas
y, obviamente, cuando también se cuestiona el comportamiento de lectura,
el individuo se orienta culturalmente mejor que otros que deben limitarse a
sí mismos a la literatura de una lengua.

ASPECTOS DESFAVORABLES DE LA VARIACIÓN


LINGÜÍSTICA

Todos los ajustes de comportamiento están sujetos a mejoras,


ampliaciones, perturbaciones y disolución. Ahora consideramos
modificaciones y ajustes de comportamiento que no son útiles para los
individuos que los realizan, y muy a menudo interfieren con el bienestar y
la capacidad de la persona para adaptarse bien, o incluso en absoluto, a los
grupos en los que se encuentra. Estos trastornos del lenguaje son de muchos
tipos, algunos de los cuales pueden considerarse de menor importancia y, en
general, son solo trastornos leves. Otros son muy graves y deben
considerarse extremos y patológicos. Resumimos brevemente algunas de las
características de estas alteraciones, prestando más atención a las graves
dificultades del habla.

A. LAS PERTURBACIONES MENORES

TARTAMUDEO Y TARTAMUDEZ
De las muchas variedades de tartamudeo y tartamudez, algunas son
apenas perceptibles, y pueden enmascararse por diversos medios, mientras
que otras aparecen como serias interferencias en la realización de ajustes
lingüísticos. El tartamudeo y la tartamudez como rasgos lingüísticos
generales de los individuos son familiares para todos. Pueden considerarse
como modificaciones extremas de las vacilaciones y pausas que son
características incluso de hablantes superiores.

HABLA NO CONVENCIONAL
Una leve, aunque a veces grave, deficiencia del habla se ha hecho
notoria en los Estados Unidos en relación con los problemas de igualdad
social. Especialmente las personas involucradas en la educación y los
problemas de conformidad con las leyes de igualdad de oportunidades han
tenido que enfrentar el hecho de que los niños negros muestran
características inusuales en su habla, en comparación con los niños blancos.
No existe duda de que existen marcadas diferencias en la forma en que los
niños negros de los estados del sur pronuncian las palabras y muestran
diferencias en los ajustes del habla. Tales diferencias se encuentran en sus
vocabularios y todos los demás rasgos, incluido el orden gramatical y los
rangos. En gran medida, este tipo de diferencia lingüística es probablemente
más una cuestión de orden social y clase que un problema de psicología del
lenguaje. Sin embargo, hay características muy perturbadoras que conducen
a trastornos sociales e interacciones violentas de grupos blancos y
negros100.
B. PRIVACIONES LINGÜÍSTICAS SEVERAS
Las siguientes categorías cubren algunos de los trastornos lingüísticos
muy extremos que interfieren en gran medida con una adaptación efectiva
de los individuos a sus medios sociales. Algunos autores tratan estos
trastornos como especializaciones de la afasia, mientras que otros les
otorgan un estatus independiente. A continuación se presenta una serie
ilustrativa de dichos trastornos.

APRAXIA
Este nombre se da a discapacidades generales de varios tipos. Como
su nombre indica, se presume que las actuaciones manifiestas son
deficientes o inexistentes. Cuando las deficiencias pertenecen al habla
verbal se utiliza el nombre de anartria.

DISLEXIA
Distintos trastornos lingüísticos de tipo simbolista se describen como
la incapacidad para leer. Las deficiencias adoptan diversas formas. La
persona puede ser incapaz de reconocer palabras, o cuando puede
percibirlas, puede carecer de lo que popularmente se llama la capacidad de
decodificar su significado.

AGRAFIA
Una forma única de deficiencia lingüística es la incapacidad para
transcribir mensajes o para llevar a cabo los procesos de escritura
necesarios para tales ajustes.

AFASIA
Una de las variaciones claramente patológicas de la conducta del
habla y que ha tenido un desarrollo muy interesante, con respecto a los
puntos de vista e interpretaciones, son las alteraciones de las reacciones
lingüísticas denominadas afasias. Es importante señalar que el estudio de la
afasia ha arrojado mucha luz sobre la naturaleza del comportamiento
lingüístico como actuaciones psicológicas.
En realidad, el término afasia representa un caos de condiciones
centradas en comportamientos tan variados como el recuerdo, la
articulación vocal y la inhibición. En este capítulo consideramos
brevemente el origen y curso de este tipo de trastorno del lenguaje, así
como algunas teorías sobre este problema lingüístico.
Los individuos que tienen la mala suerte de sufrir afasia por accidente
o por bajas de guerra ciertamente parecen estar en condiciones muy graves
y, sin embargo, algunas situaciones afásicas no son más que formas muy
exageradas de impedimentos del habla que se observan en el habla normal.
Las personas enteramente normales pueden descubrir a veces impedimentos
del habla, pronunciación lenta y otras más o menos ligeras modificaciones
de su velocidad y claridad de pronunciación. Un punto medio entre las
facilidades leves y extremas de la afasia es el impedimento del habla
llamado tartamudeo. Probablemente debido a que existen todo tipo de
dificultades del habla, los observadores han construido muchos tipos
diferentes de puntos de vista sobre la naturaleza del habla y sus patologías.
En los siguientes párrafos consideramos algunos de los puntos de vista
destacados que se han propuesto sobre la afasia.
Interpretaciones de la conducta afásica. Como podemos suponer
fácilmente, las opiniones sobre la naturaleza de la afasia están muy
influidas por las actitudes de los escritores en relación con el tema de la
psicología en general. El nombre afasia originalmente pretendía significar
una pérdida completa del habla. Se suponía que el individuo categorizado
como afásico carecía de toda aptitud para la comunicación. Los informes
clínicos indican que tales individuos y tales condiciones se encuentran
principalmente en las primeras etapas de una lesión grave. Los
investigadores posteriores en este campo han dividido las afasias en clases
según el tipo de pérdida, porque las personas diagnosticadas con afasia
pueden no ser capaces de nombrar objetos o mantener una conversación,
pero cuando surgen preguntas sobre situaciones particulares, pueden hablar.
Los médicos informaron que las personas que estaban gravemente heridas y
no podían hablar en absoluto, cuando se encontraban en una situación
extraña, podían pronunciar palabrotas. Lo que parece ser un punto engañoso
es que el fenómeno de la afasia está ligado a una teoría psicológica
insatisfactoria de que si se lesiona cierto centro del cerebro, la persona no
podrá hablar. Pero la situación que acabamos de mencionar parecería
indicar que tal teoría tiene poca validez.
Henry Head (1861-1940), un médico inglés, formuló una
diferenciación destacada entre los tipos de afasia. Supuso que había cuatro
formas clínicas de afasia. Reproducimos su clasificación:

1. Afasia verbal, resultante de lesiones de las


circunvoluciones pre y post centrales: caracterizada por
pérdida del habla articulada, con deterioro de la
comprensión, pero recuperación rápida.
2. Afasia sintáctica, resultante de una lesión de la
circunvolución temporal superior: caracterizada por jerga,
dificultad para hablar, deterioro del ritmo y memoria de
frases.
3. Afasia nominal, resultante de lesiones en la región de
la circunvolución angular: caracterizada por pérdida de
poder para nombrar y falta de comprensión del
significado de las palabras.
4. Afasia semántica, localizada en la circunvolución
supramarginal: caracterizado por la perturbación de la
comprensión del significado de palabras y frases como
un todo101.

Aunque este escritor rechazó su creencia en la localización estricta, intentó


localizar los cuatro tipos de afasia en diferentes centros que, si se
lesionaban, producirían la patología conductual indicada en la lista. Un
intento similar de negar la localización estricta fue realizado por el Dr. Kurt
Goldstein (1878-1965)102, quien tenía una gran experiencia con las bajas de
guerra alemanas, durante la Primera Guerra Mundial. Redujo la
clasificación de los afásicos a dos tipos. Un tipo de afásicos sufría la
pérdida de la facultad de generalizar, mientras que el otro perdía la actitud
concreta, por ejemplo, la capacidad de nombrar objetos correctamente, o en
absoluto. En la descripción de ambos tipos de patología falta la idea de que
el comportamiento del habla no está localizado en absoluto. Los resultados
de la lesión cerebral bien pueden explicarse por el hecho de que, debido a la
organización anatómica y fisiológica del organismo, la lesión y la pérdida
de partes del cerebro sirven como condiciones de afasia, ya que los factores
anatómicos y fisiológicos participan en el comportamiento total del cual, el
lenguaje es un ejemplo.
Otro ejemplo de negación de la localización estricta de las funciones
cerebrales con una creencia contradictoria en algún tipo de localización es
el de Luria (1902- )103, quien es un estudioso muy diligente de la patología
cerebral. Este autor demuestra ampliamente la influencia de la psicología
mentalista.
Otra clasificación dualista de los afásicos fue popularizada por
Weisenberg (1876-1934) y McBride (1904-1976)104, quienes dividieron el
habla en tipo expresivo y tipo receptivo. Claramente, a lo que se refería esta
clasificación era al hecho de que algunas personas no podían pronunciar
referencias verbales, mientras que otras estaban preocupadas por la pérdida
de la capacidad de comprender el lenguaje cuando se les hablaba. Este tipo
de clasificación, como las otras que hemos mencionado, se basaba en una
teoría neurológica de la lesión cerebral como causa de la acción. Aquí
recordamos la gran diferenciación entre las funciones del habla basada en la
destrucción de lo que se ha llamado las áreas cerebrales de Wernicke y
Broca. Históricamente, Wernicke (1848-1905) informó de la pérdida del
habla receptiva cuando el área particular que lleva su nombre resultó
gravemente dañada. El área de Broca se localizó en la parte frontal del
cerebro que se suponía controlaba la acción del habla. En realidad, ambas
teorías se basan en algunos hechos como los que hemos señalado como
participativos, pero ambas se equivocaron al suponer que el funcionamiento
del cerebro constituía la causa de la acción. Podemos repetir que debido a
que se destruyen algunas partes del organismo, el individuo no puede
realizar ciertas acciones de las cuales esas partes son factores participativos.

TEORÍA AUTÉNTICA DE LA AFASIA


En contraste con las teorías más antiguas, bien podemos suponer que
la existencia de todo tipo de afasias leves o parciales indicaría que lo que
explica la falta de habla fluida o, en algunos casos, la falta total de habla
son, más o menos, factores casuales. Por ejemplo, puede haber un afán
demasiado intenso por hablar sobre una determinada cosa o evento, o puede
haber una concentración intensa en otros asuntos. En el caso de una grave
pérdida del habla durante un tiempo considerable, incluso cuando se nota
alguna mejoría, es bastante permisible explicar la falta del habla o un
impedimento sobre la base de alguna destrucción de tejido, ya sea en el
cerebro o en algún otro órgano. Es una observación interesante que, intentar
especificar la pérdida de algún órgano como causa del impedimento del
habla o la pérdida del habla, es indiferente a algunos hechos llamativos. Por
ejemplo, toda la disciplina de la lingüística obtuvo su nombre de la antigua
tradición de que hablar es de alguna manera el ejercicio de la lengua. Sin
embargo, se han descrito tres casos clínicos en los que se desarrolló un
habla oral que es comprensible y bastante distinta en cuanto a la sutileza
articulatoria después de la amputación total de la lengua105.
Un estudio de la literatura sobre anomalías del habla deja claro que
las malas interpretaciones se basan en las siguientes nociones falaces sobre
las desviaciones del habla y el lenguaje: (a) la suposición de que el
comportamiento del lenguaje es una cuestión de palabras y sus
componentes fonémicos y morfémicos; (b) la aceptación general del
dualismo mente-cuerpo; y (c) la intrusión del dogma del cerebro con
problemas relacionados con las localizaciones cerebrales de las funciones
del lenguaje, tanto “psíquicas” como orgánicas.
Sostenemos que la gran masa de conocimientos acerca de la extrema
variabilidad en el comportamiento del lenguaje podría reducirse al orden y
describirse bien cuando se considera el lenguaje como los ajustes
psicológicos reales que son. En cambio, el habla y el lenguaje se pervierten
y se malinterpretan sobre la base de palabras que ni siquiera pueden
aparecer en las comunicaciones y, en general, sobre la sustitución de
abstracciones verbales por el comportamiento concreto que comprende los
ajustes lingüísticos reales.
Nos hemos referido a la falacia verbal muchas veces, pero añadiremos
una palabra o dos para explicar un poco el significado del dogma neural.
Como es evidente, el dogma neural es una manifestación del dualismo
metafísico de mente y cuerpo que ha dominado el pensamiento de Europa
occidental desde la época de los Padres de la Iglesia. En el presente
contexto, una discapacidad del lenguaje se correlaciona con una lesión en la
corteza. Se supone que las localizaciones corticales son las causas de una
variación o pérdida del comportamiento del habla sobre la base de la
lingüística verbal convencional y la tradición psicológica. La historia de la
neurología ofrece muchos ejemplos sorprendentes de este intento de
correlacionar los procesos "mentales" con las lesiones cerebrales.
Excelentes ejemplos son la afasia motora de Broca y la afasia sensorial de
Wernicke. La literatura de neurología proporciona numerosos ejemplos de
correlaciones putativas más particulares.
Lo que es de gran importancia es la gran tradición negativa de ignorar
el hecho de que un organismo patológico o mutilado no puede realizar sus
ajustes en la forma en que lo hace el organismo intacto e integrado. Sin
embargo, la observación minuciosa nos enseña que, a menudo, el trauma de
la lesión puede superarse con el retorno de la ecuanimidad en las relaciones
del organismo con sus objetos y condiciones que interactúan.
En conexión con la tradición histórica de asociar una mente con el
cerebro, es interesante notar el poder de la psicología mentalista y el dogma
del cerebro para dominar el pensamiento de los expertos. ¡Qué gran papel
ha jugado el incidente de Broca en la historia de la afasia! Sin embargo, se
sabe que Broca (1824-1880) no diseccionó el cerebro sobre el que erigió el
dogma del lóbulo frontal, sede del habla. No fue hasta 40 años después que
Pierre Marie (1853-1940) se dio cuenta106. Luego, cuando ese cerebro fue
examinado a fondo, se descubrió que tenía un ablandamiento considerable
del hemisferio cerebral izquierdo con deterioro de la circunvolución
parietal, la ínsula y el núcleo del cuerpo estriado107.
Los neurólogos y los médicos en general difícilmente pueden ser
condenados por intentar fomentar el papel del cerebro y el sistema nervioso.
¿Quién glorificará los aspectos biológicos de los organismos sino ellos?
Además, es para su crédito que interpretan el comportamiento afásico en
términos biológicos en lugar de puramente mentalistas. Por otra parte, hay
hechos en los que se basan las perturbaciones del habla que provocan las
lesiones cerebrales. Por otro lado, son culpables de varias infracciones a las
reglas de la ciencia. Una es exagerar algunos datos más allá de sus efectos
reales. Pasan por alto el hecho de que las lesiones anatómicas afectan el
habla, no porque marquen la pérdida o lesión del asiento o la causa del
comportamiento del lenguaje, sino porque, siendo el habla la acción de los
organismos, su integridad anatómica es básica o conducente a las
actuaciones adecuadas. Los componentes biológicos son factores en el
evento total. Participan en el habla a través de eventos no más ni de manera
diferente a otros componentes.
Como variaciones extremas del comportamiento lingüístico, los
eventos de afasia comprenden numerosas condiciones por lo que las formas
más leves pueden deberse a circunstancias mucho menos graves que las
lesiones anatómicas. Este hecho nos permite prescindir de la interpretación
de la afasia como idéntica o coincidente con las lesiones. Aquellos
estudiosos de la afasia que insisten en relacionar las alteraciones del habla
con las lesiones, no respetan la advertencia contenida en la sugerencia del
eminente Hughlings Jackson (1835-1911):

“Localizar el daño que destruye el habla y localizar el


habla son dos cosas diferentes108.

Además, adoptar la hipótesis del lenguaje desviado como variaciones


definidas de los ajustes lingüísticos es dar cabida a todo tipo de variaciones
hasta la extinción parcial o total, así como a las muchas circunstancias
concretas específicas que acompañan a la ocurrencia de las variaciones.
SECCIÓN SEIS

LENGUAJE INDIVIDUAL Y CULTURAL


CAPÍTULO XX
AJUSTES LINGÜÍSTICOS Y ESTILOS LINGÜÍSTICOS
_____________________________________________________________
___

PRIORIDADES EN EL COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO

El comportamiento lingüístico, como todo lo demás, está sujeto a la


constancia universal e invariable del cambio. Tales cambios se manifiestan
en las expresiones individuales, los modos gestuales de comunicación, los
dialectos y, finalmente, los sistemas lingüísticos. Aunque la forma
simbolizante del lenguaje pretende la fijeza, el comportamiento referencial
se realiza de muchas maneras diferentes. Se producen variaciones en la
elección de la referencia, el tipo y la cantidad de gestos y el vocabulario
dialectal. En términos psicológicos técnicos, las funciones de respuesta
lingüística son inherentes a una variedad de sistemas de reacción.

VARIABILIDAD LINGÜÍSTICA COMO ESTILOS DE HABLA

En contraste con el núcleo esencial de referencia o simbolización,


todas las variaciones en las actuaciones lingüísticas pueden clasificarse
convenientemente como estilos. Probablemente los ejemplos más destacados
de estilos lingüísticos sean las variaciones en los sistemas lingüísticos
nacionales o comunitarios. Podemos considerar el desarrollo del francés,
español, italiano, romanche y rumano como variaciones estilísticas del latín
en virtud de circunstancias localizadas en diferentes unidades políticas o
naciones. Pero variaciones similares, aunque no tan marcadas, ocurren
dentro de los sistemas lingüísticos. Es común caracterizar tales variaciones
sobre la base de criterios arbitrarios y escalas diseñadas para evaluar las
diferencias lingüísticas. Pero no son sólo los sistemas lingüísticos los que
ilustran las modificaciones estilísticas en el habla. Por el contrario, las
entidades dialectales también ilustran el mismo principio.
Las instituciones comunitarias o nacionales, como las creencias
convencionales o las costumbres intelectuales, influyen en los estilos de
lenguaje. Este hecho se ilustra con variaciones tales como, por ejemplo, la
sustitución del simple "Él murió" del paralelo "Él pasó" o "Él falleció". Se
presume que todo el esfuerzo de organizaciones como la Academia Francesa
o grupos similares de jueces y censores de estilos de habla preservan la
pureza del lenguaje al establecer barreras contra palabras extranjeras, jerga y
otras impurezas del lenguaje. Todos esos esfuerzos no penetran hasta el
núcleo básico de los ajustes lingüísticos. Pertenecen a los dominios del
egoísmo nacional, las opiniones estéticas o el oportunismo político. Que
tales intrusiones en el dominio de la conducta referencial o simbólica sean
posibles constituye un tributo involuntario al carácter adaptativo del habla.

LA GRAMÁTICA COMO ESTILO LINGÜÍSTICO

Las gramáticas son instituciones estilísticas, y los mejores ejemplos


son del tipo normativo. Con respecto al comportamiento referencial, se
supone que las gramáticas normativas son conjuntos de reglas sobre cómo
deben comportarse los hablantes. Como se observa fácilmente, los criterios
de los sistemas gramaticales se centran en cuestiones de bueno y malo,
mejor o peor, estético o no estético. Dependiendo de las presuposiciones del
gramático, las reglas aceptadas se consideran absolutas e innatas, o
simplemente estilos establecidos por tradiciones individuales o grupales.
Los estilos de habla sobresalientes están disponibles en gran número
cuando se comparan las gramáticas de diferentes sistemas. La fonética de los
diferentes vocabularios sistémicos puede considerarse como estilos básicos,
mientras que las diversas fases de la gramática, como el orden de las
palabras, el género, el número, etc., consisten en una plétora de estilos
distintivos que contribuyen o no a la eficacia del lenguaje lingüístico.
Bloomfield109 estableció una comparación de lo que llamó expresiones
normales y aprendidas que ilustran acertadamente los estilos de habla.
Adjunto sus comparaciones:
Comparación de estilos de voz

Normal Aprendido
Llegó demasiado pronto Llegó prematuramente
Es muy malo. Es lamentable
¿Adónde vas? ¿Cuál es tu destino?
ahora al presente
por si acaso (en caso de que, ante la
si viene
contingencia de que) él viniera
Con objeto de que no puedas
para (que) no lo pierdas.
perderlo, para que no lo pierdas

Las diferencias invariables e inevitables en el habla marcan la


variación entre el ajuste lingüístico y el estilo de fonación, pronunciación y
elección del vocabulario. Entonces, si bien decir "no hay" en lugar de "no
es", "va a" en lugar de "va"110 no genera una diferencia de ajuste, como
respuesta a una pregunta u otra expresión, la diferencia no puede borrarse. El
estilo en el habla es un atributo definitivo, al igual que estar en forma en el
juego del tenis o en alguna otra ocupación recreativa. Si bien el estilo en el
habla puede ser arbitrario e idiosincrásico, también puede implicar
problemas de perfección como la claridad en la enunciación y la eficacia de
la comprensión.
Todo el complejo gramatical, con sus innumerables variaciones de
acento, acentuación, diferenciaciones fonéticas, dialectos altos y bajos, son
cuestiones de estilo del habla. Si pueden diferenciarse por efectos estéticos o
utilitarios es un asunto completamente diferente de las funciones de ajuste.
Una de las fuentes más efectivas para la variación en el estilo de
interpretación, ya sea en general o en el comportamiento del lenguaje, es el
contexto del campo de comportamiento. A veces, la configuración del
comportamiento no solo influye en el estilo de actuación, sino también en
otras características. Es decir, el escenario puede influir en la ocurrencia o no
ocurrencia de un comportamiento lingüístico determinado.

AJUSTES PSICOLÓGICOS Y LINGÜÍSTICOS

PSICOLOGÍA INDIVIDUAL Y PSICOLOGÍA SOCIAL


Aunque el comportamiento lingüístico, como cualquier otra variedad
de comportamiento, corresponde y está condicionado por las circunstancias
o situaciones a las que es una respuesta o respuestas, está además controlado
por las circunstancias interpersonales concomitantes. La psicología del
lenguaje es en gran medida psicología social o cultural.
A lo que nos referimos como condiciones o controles interpersonales
se refiere a la manera o forma impuesta sobre el comportamiento.
Numerosas conformidades marcan los enunciados o acciones de escritura.
Las más generales de tales conformidades son, por supuesto, los dialectos o
sistemas lingüísticos más completos, pero estos, aunque son los más típicos,
se combinan y con frecuencia se anulan con reglas gramaticales o estilos
lingüísticos. En general, el comportamiento lingüístico ocurre dentro de un
marco de múltiples restricciones. Los ajustes deben seguir un patrón estricto,
aunque a veces se toleran alternativas.
En general, la psicología social o cultural puede describirse o definirse
como la disciplina que se ocupa del comportamiento compartido ocasionado
por los hechos de la participación grupal. El hecho de que los ajustes
efectivos dependen de las similitudes en el estilo explica las variaciones
entre el inglés británico y el americano, el español de España y el México o
el árabe de Egipto e Irak. Los patrones de dialectos o sistemas se refieren al
vocabulario, la entonación, la calidad vocal, los gestos, etc.

FORMAS DE LENGUAJE Y AJUSTES DE LENGUAJE

Las grandes diferencias entre los ajustes lingüísticos y las formas


lingüísticas quedan claramente delineadas por las numerosas quejas de los
escritores que registran la influencia negativa de las reglas gramaticales
sobre la referencia libre a los referentes. Así, Gorki dice: “Especialmente me
oprimía la gramática con sus formas monstruosamente estrechas y rígidas.
Fui del todo incapaz de exprimir en ellos el idioma ruso vivo, difícil y
caprichosamente flexible”111.
De manera similar, Silone (1906-) se explaya aún más sobre la
diferencia entre el italiano tal como se habla en Fontamara y el habla
“estándar”.

No imagino ni por un momento que los habitantes de


Fontamara hablen italiano. Para nosotros el italiano es un
idioma que se aprende en la escuela, como el latín, el
francés o el esperanto. El italiano es como una lengua
extranjera, una lengua muerta, una lengua cuyo
vocabulario y gramática se desarrollaron sin ninguna
conexión con nosotros o con nuestra forma de pensar o
de expresarnos.

Por supuesto, otros campesinos del sur antes que yo, han
hablado italiano y lo han escrito, al igual que cuando
vamos a la ciudad usamos zapatos limpios, cuellos y
corbatas. Pero una mirada a nosotros es suficiente para
revelar nuestro malestar.
La lengua italiana paraliza y deforma nuestros
pensamientos, y no puede evitar darles un giro banal e
insípido, el sabor de una traducción. Un hombre no puede
expresarse bien si tiene que traducir. Si es cierto que para
poder expresarse bien en un idioma primero hay que
aprender a pensar en él, el esfuerzo que nos cuesta
hablar italiano significa evidentemente que no sabemos
pensar en él. En otras palabras, la civilización italiana es
una civilización extranjera para nosotros112.

Estas citas se refieren principalmente a la oposición entre el habla


dialectal local y las expresiones prescritas del lenguaje estándar, pero llegan
hasta el problema de los ajustes individuales frente a los modelos de
conducta lingüística adecuada. Lo último resulta muy a menudo ser
abstracciones orales, cosas verbales unidas por hilos escritos o impresos.
Haugen (1906- ) cita un interesante comentario de Morf (1854-1921)
impreso en 1888 que compara el valor de aprender sobre la naturaleza y el
desarrollo del lenguaje a partir de los textos y del habla de la gente:

Si un botánico desea estudiar el crecimiento y la


naturaleza de un árbol, ¿sale al bosque o va al jardín
botánico? Así también el lingüista, si quiere estudiar la
vida del lenguaje, no debe acudir a los maestros de la
literatura, sino al habla del pueblo. Cualquiera que
escuche las palabras ingenuas que salen de sus bocas
obtendrá más conocimiento sobre la naturaleza y el
desarrollo del lenguaje que mediante el estudio de
cualquier texto escrito113.

Como conducta social o colectiva, la acción lingüística simula todas


las demás instituciones conductuales. Las reglas, los mandatos y las leyes
prescriben la conducta moral, ritual, educativa y doméstica, pero se respetan
tanto por el incumplimiento como por la conformidad.
SECCIÓN SIETE

LENGUAJE

COMO CONDUCTA COMUNICATIVA Y COMO


INSTRUMENTO
CAPÍTULO XXI
COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO COMO
INSTRUMENTALIDAD
_____________________________________________________________
___

HABLA PRIMARIA VERSUS MANIPULACIÓN VERBAL

Un aspecto interesante de la lingüística psicológica consiste en la


investigación de la conducta secundaria en la que se emplea el lenguaje
para promover alguna acción o circunstancia. Podemos considerar el uso
instrumental del lenguaje psicológico como una conducta de segundo
grado, ya que no es una simple referencia o simbolización de referentes,
sino un tipo especializado de conducta adaptativa. Cuando tales actuaciones
ocurren en situaciones psicológicas muy complejas, como por ejemplo en la
retórica, el argumento y la disputa filosófica, incluyen una mezcla de
comportamiento referencial y no referencial. El énfasis, por supuesto, es
asegurar un resultado más que una simple adaptación.
No falta la celebración del lenguaje como un factor importante en el
desarrollo de la cultura por parte de los organismos humanos, y la evolución
de comportamientos complejos como el pensamiento y el razonamiento por
parte de los individuos y las comunidades. Pero por más correctos que
puedan ser estos puntos de vista, no representan adecuadamente las muchas
intrincadas operaciones que las personas realizan por medios lingüísticos.
Hablar y simbolizar no son meramente acciones comunicativas e
indicativas, sino que funcionan también como instrumentos o medios para
obtener ventajas en situaciones humanas y traer consecuencias de valor para
el ejecutante y, a veces, también para el destinatario.
Proseguir con el tema del uso y abuso de hablar y simbolizar es
investigar todo el campo o situación en la que se produce tal conducta. La
pregunta es, ¿qué tipo de ajuste es el hablar o escribir? ¿Se trata
simplemente de informar a alguien de algo, o de inducir alguna acción por
parte de los destinatarios? Es llamativo el uso o mal uso del lenguaje para
engañar, defraudar, suplicar, explicar mediante metáforas, argumentar o
simplemente jugar.
Dado que el comportamiento lingüístico constituye ajustes de los
individuos a las circunstancias de la vida diaria, es inevitable que el
comportamiento lingüístico se interrelacione con otras formas de ajuste. En
consecuencia, el aspecto central del uso del habla y la simbolización
consiste en la actuación lingüística más allá de la mera referencia o
indicación. Este hecho se puede ilustrar considerando los desempeños del
lenguaje en las siguientes muestras de situaciones conductuales complejas.

MITOLOGÍA Y RELIGIÓN
Probablemente, las ilustraciones más flagrantes del mal uso del habla y el
simbolismo deben buscarse en los dominios de la mitología, la superstición
y la religión, ya que estas son las situaciones humanas en las que el contacto
con los acontecimientos es más tenue. En tales situaciones, el lenguaje
ofrece el mayor margen para pronunciar palabras, oraciones y discursos
más complejos, y diseñar guiones para varios propósitos, por ejemplo, la
creación de fórmulas y prescripciones para falsificar cosas y eventos para el
mejoramiento personal o escapar de condiciones reales o supuestas.
La literatura relacionada con el ocultismo está repleta de ejemplos de
palabras mágicas. Un elemento destacado es la Última Palabra que, si se
conoce y se pronuncia, podría hacer cosas desconocidas maravillosas .
Luego está la magia verbal, de tal modo que, las palabras santas y sagradas
inscritas en papel se tragan para curar diversas enfermedades, o la escritura
se lava con agua y se bebe para lograr el mismo resultado.
Es evidente que no hay ruptura en la continuidad de la superstición
verbal entre las personas o grupos llamados primitivos y los claramente
cultivados. Por lo tanto, cuando nos dirigimos a personas elaboradas y
sofisticadas, encontramos todo tipo de creencias y delirios respaldados por
temas escritos o impresos. ¿Quién puede escapar del poder y los efectos de
las palabras impresas? Por engañosas y falsas que puedan ser, se aceptan
como evidencia de cosas y condiciones que no tienen forma de existencia
más allá de las palabras mismas. Cada religión produce una serie de
evangelios o libros sagrados. Dichos y pronunciamientos sagrados
adquieren vitalidad y ejercen influencia sobre el pensamiento y el creer de
la gente, incluso de los mismos productores. Lo que parece especialmente
poderoso son los escritos que conducen a la ritualización de diversas
prácticas, por ejemplo, el bautismo, el matrimonio, el entierro y otras
representaciones.

SABIDURÍA FILOSÓFICA
Nada es más peligroso intelectualmente que juntar en un montón
todas las filosofías de los diversos cultos. Pero se puede hacer una
generalización justa, a saber, que los filósofos de la mayoría de las
creencias postulan y tratan de defender la generalización y universalización
de las personas, el universo y todo lo que comprende. Lo que esto presagia
es el mal uso del lenguaje para realizar argumentos fútiles y a menudo
engañosos sobre el carácter y el comportamiento reales de las personas y las
cosas entre las que viven.
Entre los pronunciamientos de los filósofos destacan las clasificaciones y
categorizaciones basadas en entidades lingüísticas. Nos acordamos inmediatamente
de los primeros pensadores griegos que intentaron caracterizar los rasgos
esenciales del universo en términos como agua (Tales), aire (Anaxímenes),
infinito (Anaximandro), etc. Con el crecimiento del conocimiento y la
sofisticación general destacamos la obra de Kant (1724-1804) con su
elaborado sistema de doce categorías, y posteriormente las mejoras y
modernizaciones de la mano de los neokantianos y de quienes pretendían
construir mejor sobre cimientos establecidos.
El torbellino del pensamiento filosófico que gira entre la atmósfera de
interés por el mundo de los acontecimientos y las capacidades del pensador
dio lugar a una plétora de categorías, como el Racionalismo, el Empirismo,
el Positivismo Lógico, el Teísmo, el Pragmatismo y muchas otras. Un
estudio de estos movimientos con respecto a los vientos de la doctrina
indica los límites institucionales de la creencia anclada en los términos de
espíritu y materia, mente y mundo externo. Estos términos y el pensamiento
en el que influyen, reflejan la dualidad del hombre y el mundo respaldada
por palabras o símbolos a lo largo de la historia intelectual de la filosofía
pospagana. La historia del habla y los símbolos de Europa occidental se han
manchado de forma indeleble con palabras como alma, yo, cuerpo, espíritu,
materia, etc. Son tales términos los que influyen en la cultura de las
llamadas naciones desarrolladas del mundo.

POLÍTICA
Es notorio el uso y mal uso de las palabras y el lenguaje en la vida
política. Es obvio e invariable que los candidatos y los partidos operan
sobre la base de las palabras en forma de promesas y propaganda. En su
mayoría, los votantes y los gobernados conocen las fantasías de los
candidatos y partidos, pero en tiempos de elección y legislación asumen que
son genuinas y reales. Lo que es efectivo en tales situaciones son las
condiciones que piden a gritos un cambio, las tradiciones familiares de
votación y la esperanza de alguna ganancia y ventaja personal. Así, las
palabras y consignas se convierten en moneda lícita y todas las pasadas
burlas y falsificaciones se desvanecen. “Unámonos todos”; “Una bandera,
una nación, un pueblo”; “No más impuestos”; “Sin desigualdades”;
"Justicia para todos." Tales consignas prevalecen a pesar de su vacuidad y
pretensión engañosa.
Destacadas ilustraciones del mal uso del habla y los símbolos son
evidentes en las actuaciones en mítines y carreras. En tales momentos, el
lenguaje se despoja de todas las funciones ordinarias y adquiere los rasgos
de instrumentos y mecanismos para lograr ventajas para el ejecutante. La
perversión de las funciones referencial e indicativa aparece muy
magnificada en la literatura política cuando se escriben biografías en elogio
del candidato preferido y contra el oponente.

COMERCIO Y ECONOMÍA
Coincidente con la densidad de población y urbanización surge la
gran especialización en la forma y modo de habitar. El intercambio de
bienes y servicios se multiplica con las correspondientes competiciones y
agresiones. Las consignas y las fórmulas verbales reemplazan a la
información y la intercomunicación. Todo comerciante se convierte en
proveedor de servicios, no de bienes. Cada reloj, lavadora o automóvil, es el
mejor, el más seguro y el menos costoso cuando se consideran todas las no
condiciones. Cada institución de ahorro es el mejor lugar para depositar su
dinero. “Donde ahorras sí hace la diferencia”. Los artículos del
supermercado están marcados con "20 ¢ de descuento", pero nunca se le
dice a uno de qué, si es que hay algo, están en descuento. Quien busque
novedades encontrará la palabra “nuevo” en el envase pero no en el
contenido.
Aunque estos ejemplos se seleccionan del ámbito del arte de vender y
la publicidad, similares fraudes y mal uso del lenguaje prevalecen en el
mercado en general. Aquellos que desean comprar ciertos artículos
encuentran que deben contentarse con lo que el comerciante tiene en
existencia pero siempre “es igual de bueno o mejor”. Los contratos se hacen
en dos niveles, los valores que aparentemente se van a percibir se imprimen
en letra grande, pero todas las restricciones, las ventajas injustas para , la
parte contratante de la primera parte se presentan en letra pequeña. Los
vendedores inventan fórmulas como, por ejemplo, “ese es el estilo” o “un
artículo muy popular”. Incluso los libros adquieren el tentador valor de los
"más vendidos".

COMPOSICIÓN Y LITERATURA
La cosificación del lenguaje empleado para el bien o el mal en
ninguna parte está tan bien demostrada como en el dominio de la
composición literaria. Ya sea que los cuentos o los libros se escriban para
obtener ganancias, por el impulso de inventar, instruir o simplemente
complacer a los lectores, las manipulaciones de palabras y oraciones, sus
formas, estilos y formas muestran claramente sus divergencias de las
funciones propias del habla adaptativa. La literatura, aunque nacida de la
intercomunicación, ha evolucionado hasta ahora como existiendo en otro
plano por completo. A fuerza de la capacidad imaginativa, el lenguaje se
convierte en el medio de presentación de las improbabilidades inexistentes
y no enfrentadas de cada variedad. Las palabras, las frases y las oraciones
son los componentes básicos de los escritores que crean analogías,
novedades de muchos tipos y variedades. Las palabras y oraciones
derivadas de situaciones de habla auténticas se emplean como materia
prima para producciones tangibles que se adaptan a las demandas de los
consumidores.
FÓRMULAS VERBALES
Un tipo definido de uso y abuso del lenguaje es la emisión de
fórmulas verbales para varios propósitos y para adaptarse a varias
ocasiones. Algunos ejemplos son expresiones de consuelo como "C'est la
guerre" y el ocultamiento verbal de la derrota llamándola victoria. También
se incluirán los términos de invectiva y burla que se aplican a uno mismo o
a otros por diversas razones. Y finalmente, debemos mencionar los
peculiares giros y vueltas que se producen en las palabras y sus
combinaciones cuando se trata de referirse a objetos difíciles de describir,
como en el caso de obras de artesanía o arte.

EL USO Y EL MAL USO DEL LENGUAJE

Como instrumento, el lenguaje puede emplearse para producir


resultados buenos o malos, así como para resultados llamados neutrales, en
general, situaciones sociales e intelectuales. Mostramos algunos de estos
usos instrumentales.

LENGUAJE LEGAL
Un tipo destacado de instrumentalidad del lenguaje es el del lenguaje
del derecho. Debido a que están en juego cuestiones importantes en las que
se presentan alegatos como quejas, acusaciones y defensas, se supone que
es necesaria una fraseología estricta. Esto da como resultado un uso de
palabras que son presumiblemente claras y precisas, estableciendo lo que
puede o no hacerse, y los deberes y privilegios exactos de las partes
contratantes. Pero como el lenguaje jurídico se transcribe y por lo tanto las
cosas, se sustrae dos veces a las situaciones dinámicas en las que opera. En
primer lugar, se diferencia del comportamiento de habla que opera en
contacto inmediato con las cosas de que se trata en litigio. Nuevamente,
como falta de conducta, el lenguaje legal está sujeto a diversas
interpretaciones, de modo que la exactitud y precisión de la redacción no
alcanza los fines del fabricante del instrumento y, por lo tanto, el camino
está despejado para los altercados de los abogados contendientes. Además,
las decisiones finales se dejan en manos de los jueces o tribunales, que
pueden verse influidos por consideraciones políticas y económicas.
LENGUAJE EN EL MERCADO
En una cultura en la que la venta de bienes y servicios es más
importante que la producción y distribución de objetos o servicios
necesarios o deseables, el lenguaje instrumental a menudo se emplea con
fines dudosos. Por ejemplo, las exigencias de las competiciones bélicas
sacan a relucir las declaraciones y los guiones más bizarros. Aquí son
ilustrativos los gritos de los comerciantes de frutas orientales que compiten,
uno de los cuales declara: "Mis higos son mejores de lo que parecen".
Después, el otro responde: “Mis higos son mejores de lo que son”. En
sistemas sociales más complicados, una situación similar la ofrecen los
fabricantes de frases que llaman a cada marca de automóvil el mejor, a
pesar de todos los llamados de atención para los cambios necesarios en aras
de la seguridad. Además, se inventan términos y vocabularios distintivos
para promover las ventas. El precio no es $10,000.00, sino $9,999.95. El
principio en el fondo es "Nada es bueno o malo, pero el decir lo hace así".

LENGUAJE EN EL FORO
La oratoria y la retórica, cada una a su manera, demuestran la gran
diferencia entre el uso de las palabras y los ajustes distintivos del lenguaje.
Las declaraciones del orador pueden ser el medio de persuadir a los oyentes
de alguna acción, emitir su voto por alguien, o incitarlos al motín y la ira.
La eficacia del servicio del instrumento de las palabras depende de la
habilidad y el oficio de quien maneja las herramientas verbales.
La declamación pública muestra de muchas maneras el uso opuesto
de las palabras. Los actores actúan no para lograr comportamientos
honorables o deshonrosos, sino simplemente para divertir y deleitar a los
oyentes. Los actos de los declamadores consisten en usar las palabras de tal
manera que produzcan resultados efectivos en las audiencias.

LENGUAJE DEL ARGUMENTO


Muchos son los recursos mediante los cuales se usan las palabras para
producir convicción en personas con puntos de vista originalmente
opuestos. En general, podemos describir esa manipulación instrumental de
las palabras como magia. En situaciones religiosas, ciertas palabras son
tabú, como los nombres de las deidades. También se dan nombres nuevos a
referentes antiguos, así como nombres familiares a cosas nuevas.
Por citar ejemplos, observamos cómo los publicistas utilizan la
palabra “científico” como un medio mágico para comercializar todo tipo de
productos, incluyendo cosméticos de gran variedad, artículos de
alimentación y muchas cosas más. Dentro del dominio de la ciencia misma
existen términos mágicos como “evolución”, “refuerzo”, “fuerza”,
“facultad”, “experimental”, etc. Se supone que éstos tienen un gran peso
incluso cuando no son tan aplicables como uno se siente inducido a creer.
En el uso del término “espíritu” o “espiritual” está involucrado un poco de
magia sumamente llamativa. Las creencias más esencialmente místicas y
supersticiosas, sobre actos, cosas y nada, se etiquetan como ideales y
espirituales, mientras que las cosas y los eventos confrontables se
ridiculizan y desprecian como sin valor. En situaciones políticas, algunos
términos mágicos destacados son "democracia", "revolución", "radical" y
"conservador". El uso de tales palabras muestra la gran fe en el instrumento
del lenguaje.
SECCIÓN OCHO

OBSERVACIÓN Y EXPERIMENTACIÓN
LINGÜÍSTICA
CAPÍTULO XXIII
PROBLEMAS LINGÜÍSTICOS Y SOLUCIONES
_____________________________________________________________
___

INVESTIGACIÓN EN LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA

Dado que la lingüística psicológica es una subdivisión de la


psicología, es de esperar que los psicólogos, incluso aquellos que son
cautivos de presuposiciones místicas, intenten diseñar experimentos como
ayudas en la observación e interpretación del habla y la simbolización. Es
igualmente cierto que actividades tan complejas y variables serían difíciles
de dominar con los rigores de la experimentación. En consecuencia, la
solución de problemas en el campo lingüístico debe limitarse
principalmente a la observación de campo. Cuando se organizan
experimentos, los trabajadores psicológicos suelen preocuparse por las
palabras o los sustitutos de palabras y las oraciones, es decir, por el lenguaje
de las cosas más que por los ajustes lingüísticos reales.
Sobre la base de la palabra-cosa se había desarrollado una enorme
literatura, incluidas revistas especializadas114 para atender informes de
estudios que utilizan palabras como materiales. Toda esta industria sugiere
la facilidad con la que el uso de los términos influye en la experimentación
en psicología. Bajo la rúbrica de asociacionismo en sus diversas formas se
asume erróneamente que se estudia el lenguaje auténtico. Lo que parece dar
plausibilidad a la experimentación lingüística convencional es que los
estudios reales giran en la dirección del aprendizaje, la memorización, el
juicio y el tiempo de reacción, mientras que las palabras se emplean junto
con las sílabas sin sentido. De los problemas involucrados en la
investigación lingüística nos hacemos conscientes examinando brevemente
los tipos de trabajo que se han hecho y se están haciendo ahora en esta
dirección. El plan que adoptamos para hacerlo es informar sobre cinco
muestras de investigación lingüística.
Antes de hacerlo, sin embargo, debemos especificar lo que aparece
como un modelo apropiado de investigación técnica. La investigación del
comportamiento lingüístico, como en todas las demás investigaciones,
comprende un sistema esencial. En la base del sistema se encuentran los
supuestos o postulados que controlan o guían las actividades del
investigador mientras confronta sus datos o eventos. Tal postulación puede
resultar en (1) la conclusión de que el estudio es o no relevante o posible.
Luego (2) está el proceso de selección de preguntas o problemas, así como
los medios para obtener respuestas. (3) Luego está la determinación de los
medios y facilidades para llevar a cabo la investigación. (4) Y finalmente
están las manipulaciones y observaciones que conducen a (5) descripciones
e interpretaciones que resumen los hallazgos. Pasamos ahora a los cinco
tipos de estudio del lenguaje técnico.

¿CÓMO LOS INFANTES HUMANOS SE CONVIERTEN EN


HABLANTES?

Esta interesante e importante pregunta se ha convertido recientemente


en la base de una inmensa industria de investigación. Bibliotecas enteras
están llenas de libros, artículos e informes individuales de investigaciones.
Sin embargo, todo el trabajo se realiza sobre la base postulativa de que el
lenguaje consiste total o principalmente en expresiones vocales de formas
convencionales elaboradas modeladas a partir del habla de adultos que
residen en grupos sociales particulares. Desafortunadamente, las
observaciones realizadas dentro de este tipo de marco dan como resultado la
distorsión de las adaptaciones reales de los bebés a su entorno único. Los
malos efectos de tal postulación impropia se demuestran por las
descripciones e interpretaciones falsas del comportamiento de los bebés a
medida que se desarrollan dentro de sus respectivos medios.
El interés en el desarrollo del lenguaje de los niños tiene una larga historia.
Las investigaciones sofisticadas en forma de observaciones sistemáticas con
orientación teórica han sido precedidas por lo que se llama el método
biográfico o anecdótico en el que los padres o las enfermeras registran las
primeras y posteriores expresiones de palabras, frases y oraciones. Darwin
(1809-1882)115, Taine (1828-1893)116, Preyer (1841-1897)117, Shinn (1858-
1940)118, los Sterns119 y muchos otros ofrecieron gradualmente
explicaciones más adecuadas del desarrollo del lenguaje.
Lo que podemos considerar como el tipo sofisticado de investigación
actual se caracteriza por observaciones cuidadosas del desarrollo del habla
en los niños respaldadas por hipótesis y teorías basadas en el conocimiento
aprendido de numerosos niños criados en diversas culturas.
Desafortunadamente, las investigaciones convencionales sobre el lenguaje
de los niños se ven empañadas por apegarse a supuestos relacionados no
solo con estilos verbales convencionales, sino también por la inyección de
teorías derivadas de construcciones convencionales de gramática
descriptiva. El desarrollo de los niños se describe en términos de partes del
discurso como sustantivos, verbos, adjetivos y, en general, construcciones
en lugar del comportamiento comunicativo real, que son los ajustes de los
organismos en desarrollo.
En los siguientes párrafos hay varias muestras de interpretaciones
ineptas de las actuaciones lingüísticas de los niños.

(A) HABLA HOLOFRÁSTICA


En edades tempranas se observa que los niños hablan en un estilo
abreviado. En lugar de pronunciar oraciones largas o cortas (cadenas de
palabras), pronuncian una sola palabra. Por ejemplo, en lugar de decir
“Quiero ir”, “Quiero salir” o “No quiero salir” o “Vete”, un niño dirá
simplemente “Ve”. Ahora, ¿qué está ocurriendo? ¿Existe alguna base para
la noción de que el habla holofrástica es una etapa en la que se pasa de las
palabras aisladas a la sintaxis, en el supuesto de que el lenguaje es
exclusivamente una cuestión de enunciados verbales?
Se sugiere la alternativa de que el habla holofrástica es en el fondo
una cuestión de maduración general. Los niños en sus ajustes
comunicativos pasan por sus respectivos periodos de torpeza e
incompletitud. Pero lo que guía sus esfuerzos son los referentes, las
condiciones a las que intentan adaptarse. Debe prestarse atención a la
diferenciación entre los ajustes, es decir, las actuaciones psicológicas y los
estilos en que se ejecutan.

(B) EGOCENTRISMO
Los estudiosos del desarrollo infantil y del lenguaje infantil han
formulado la proposición de que el habla temprana de los niños es
egocéntrica, que los niños pequeños hablan como si simplemente estuvieran
emitiendo expresiones sin tener en cuenta a otras personas120. Se supone
que el habla temprana no es intercomunicativa, como si la actividad fuera
un balbuceo verbal. Si bien debe admitirse que algunas expresiones de los
niños se pueden clasificar como gestos vocales, también se da el caso de
que el hablante a menudo funciona como referido.

(C) GRAMATIZACIÓN
Un tipo especializado de investigación del lenguaje en los niños se
refiere a la cuestión de cuándo y cómo se dan cuenta los niños de las reglas
gramaticales de su habla y cómo hablan de acuerdo con tales reglas. Es este
tipo de estudio el que llega hasta la metodología del estudio de adquisición
del habla.
Uno de los primeros requisitos de la gramatización es diferenciar
entre la conducta del habla y la existencia o invención primaria de reglas
gramaticales a las que se ajustan los niños. Está claro que las reglas
gramaticales son descripciones artificiales de algunas fases de la conducta
del habla, pero no factores intrínsecos en la conducta del habla en absoluto.
Un ejemplo es el hallazgo de los investigadores de que los niños muy
temprano pronuncian palabras que se pueden categorizar como sustantivos
y verbos, así como interjecciones. Aquí los convencionalismos de la
lingüística formal han superado el registro observacional. Lo que se
denomina sustantivos, verbos e interjecciones son simplemente
categorizaciones de acciones realizadas cuando se realizan ajustes a objetos,
condiciones y otros eventos. Las interjecciones son nombres de las
respuestas afectivas de los niños al entrar en contacto con determinados
tipos de objetos de estímulo.
Probablemente una de las interpretaciones erróneas más flagrantes de
lo que se observa en el desarrollo de la conducta del habla de los niños es la
invocación de lo innato. Se observa que los niños desde el segundo año son
capaces de pronunciar oraciones ordenadas de cierta longitud. Bajo la
influencia de la psicología del alma y de las facultades, los lingüistas y
psicólogos atribuyen estos descubrimientos a un principio de innatismo.
Aquí hay un choque entre la psicología naturalista y la teológica. La
psicología científica no deja lugar para el inicio innato de la sintaxis.
Todo lo que se requiere aquí es notar que debido a las condiciones
ambientales de los niños, es decir, la presencia de todo tipo de cosas y
eventos como referentes, más las convenciones de expresión por parte de
los padres, los niños se adaptan a las situaciones del lenguaje. En realidad,
el proceso, aunque pueda parecer bastante mágico, es en ningún sentido
nada por el estilo. Sólo tenemos aquí un problema de maduración y ajuste
general del comportamiento. Lo que se denomina situaciones
sociolingüísticas son suficientes para dar cuenta de la forma de hablar del
niño. Están presentes suficientes cosas y objetos para proporcionar una base
para las referencias con el orden adecuado y la consideración adecuada para
los referidos, es decir, las personas a las que habla el niño.
Hasta qué punto las ideas de innatismo divergen de los hechos reales
queda bien ilustrado cuando se extienden a diferenciaciones tales como
entre competencia y desempeño. Los lingüistas y psicólogos asumen que es
la competencia innata la que regula y controla las actuaciones del habla.
Los niños están dotados de patrones o modelos internos para el habla
adecuada que se manifiestan en actuaciones efectivas. La distinción entre
competencia y desempeño es puramente autista y simplemente
malinterpreta el hecho de que, como parte del desarrollo de los desempeños
del lenguaje, los niños construyen gradualmente repertorios de referencias
que se ejecutan cuando los campos de comportamiento están repletos de
referentes y estímulos auxiliares auditivos. La competencia es un
desempeño que puede reservarse de forma latente y que puede predecirse a
partir de un conocimiento de lo que el hablante ha estado previamente en
contacto.
INVESTIGACIÓN PARALINGÜÍSTICA

Durante varias décadas se ha cultivado un tipo importante y destacado


de investigación emprendido por psicólogos bajo los nombres de asociación
verbal, aprendizaje verbal y otros. De hecho, la investigación relacionada
con el uso de las palabras ha formado un competidor viable de los estudios
con animales. A pesar de la terminología utilizada, que sugiere que los
estudios del lenguaje, la asociación verbal y el aprendizaje verbal no tienen
auténtica afinidad con la psicolingüística. De hecho, la historia de esta rama
particular de la psicología se remonta al trabajo de Ebbinghaus (1850-
1909), quien inició la metodología de las sílabas sin sentido.
Lo que interesa a los psicólogos que trabajan en esta área
paralingüística son los problemas de aprendizaje, memorización y olvido.
En estos estudios, a los sujetos se les presentan varias listas de elementos,
palabras, números enteros y sílabas sin sentido. Mediante el empleo de tales
objetos de estímulo, se han buscado respuestas a preguntas como la
psicología general de la asociación, la rapidez del aprendizaje, la llamada
retención después de largos o cortos intervalos, así como la no retención u
olvido del material aprendido. Ahora bien, si bien tales estudios están muy
lejos de las investigaciones del habla, todavía hay justificación para
mencionarlos en un tratado de lingüística psicológica a fin de contrastar el
lenguaje con verbologías de todo tipo. Incluso cuando las sílabas o las
palabras son actos de enunciación, no son más que cosas, y en ningún
sentido ajustes psicológicos121.

ESTUDIOS SOBRE “SIGNIFICADO”

Como hemos mencionado con frecuencia, una visión ampliamente


aceptada de la investigación legítima del lenguaje se basa en el postulado de
que el lenguaje consta de palabras en orden y disposición sintáctica. Por lo
tanto, los estudios experimentales se basan en reacciones a palabras que se
supone que están relacionadas o conectadas de otro modo con uno o más
"significados" o conceptos.
Asumiendo que las palabras representan significados o conceptos,
Osgood y sus colaboradores122 han ideado un método o técnica llamado
"diferencial semántico" para la medición del significado. Consiste en una
serie de escalas, como se indica en la Fig. 28, para medir significados o
conceptos como padre, yo mismo, Humphrey, mi novia, Nixon, mi madre,
arte abstracto, China Roja, soporte de precios flexibles, etc.

PADRE
feliz___:___:_X_:___:___:___:___triste
difícil___:_X_:___:___:___:___:___suave
lento___:___:___:___:_X_:___:___rápido, etc.
Figura 28

Tras un análisis factorial de los datos, los autores encontraron tres


factores constitutivos: evaluación (bueno-malo), potencia (duro-blando) y
actividad (activo-pasivo).
Concediendo que la precisión y otras condiciones de estudio
requieren restricciones y abstracciones considerables, es claro que el
presente intento de estudiar significados está lejos de los factores de
interconducta referencial. Si tiene alguna relevancia para los estudios
lingüísticos, se relaciona con la simbolización, pero incluso allí la técnica es
efectiva sólo con respecto a las actitudes personales hacia ciertas palabras y
no a los símbolos técnicos que se emplean en las ciencias. Los autores se
defienden de la acusación de subjetividad afirmando que la objetividad
concierne al papel del observador, no al observado. Pero esta defensa pasa
por alto que la investigación científica está dirigida hacia la naturaleza de
las cosas y los eventos, y no meramente hacia las reacciones del observador
o experimentador.

COMPARACIÓN DEL LENGUAJE HUMANO Y NO HUMANO


Dado que el comportamiento del lenguaje, como todas las actividades
psicológicas, se origina como evoluciones biológicas y culturales, es
interesante ya menudo importante comparar actuaciones más o menos
similares en organismos pertenecientes a las diversas etapas de desarrollo.
A este respecto, es alentador observar que muchos estudiantes se han
ocupado de investigaciones sobre el comportamiento del lenguaje en
primates, en particular, por supuesto, en simios. Los intentos
comparativamente recientes de inducir a los chimpancés a lograr
actuaciones intercomunicativas han puesto de relieve mucha información
sobre el lenguaje. Pendiente es el problema de los criterios para tal
comportamiento. No mucho menos importante es la luz arrojada sobre la
clasificación de los desempeños lingüísticos, ya sea que se trate de habla o
uso de símbolos, o si se trata de comportamiento referencial o alguna otra
forma de ajuste. Como preparación para un análisis del comportamiento del
lenguaje, es bueno revisar la tendencia de los estudios del lenguaje de los
chimpancés.
En 1932, W. N. Kellogg (1898-1972) y su esposa acogieron en su
casa a una chimpancé hembra llamada Gua, de siete meses y medio, con la
intención de cuidarla como compañera de su hijo, Donald, que era solo
unos meses mayor. Presumiblemente, el mono y el niño fueron criados de la
misma manera, cada uno con ropa, fueron alimentados en la mesa y jugaron
con los mismos juguetes. De acuerdo con su diferencia en la evolución de
las especies, Gua maduró en algunos aspectos más rápidamente que
Donald, pero obviamente finalmente no pudo seguir el ritmo del niño, quien
también evolucionó como un organismo culturalmente capaz. La diferencia
entre los dos bebés se exageró cuando se los comparó en la escala de
rendimiento del lenguaje cultural. Gua, por supuesto, no pudo igualar a
Donald en el desarrollo del desempeño del lenguaje humano123.
El Dr. Hayes (1911 - ) y su esposa hicieron un intento fútil similar de
inducir a un chimpancé a realizar un comportamiento posible sólo para
especies animales en un nivel superior de evolución. Como los Kelloggs,
criaron a Vicky, una chimpancé hembra con su hijo, y los trataron por igual.
Nuevamente, como Gua, Vicki mostró un comportamiento muy similar al
de los niños humanos, pero en cuanto al habla, no pudo avanzar más allá de
la emisión de algunos vocalismos parecidos a papá, mamá, taza124.
Ambos estudios, desafortunadamente, se basan en suposiciones poco
sólidas. En primer lugar, es un error suponer que los organismos pueden
realizar actos que representan niveles de desarrollo muy superiores a los
que han alcanzado. Luego está el error de pasar por alto que las diferentes
evoluciones biológicas necesariamente resultan en una potencialidad para el
humano mucho más allá de la capacidad de los infraprimates.
Los intentos posteriores de enseñar el lenguaje a los simios
procedieron sobre una base más sofisticada. Se eliminó el requisito de que
un chimpancé emulara el habla de culturas muy avanzadas. En cambio, el
Dr. Gardner (1930-) y su esposa (1933-) fueron capaces de enseñar a
Washoe, una mona hembra, 19 signos de indios americanos en 16 meses de
entrenamiento y combinarlos125. Fouts (1943- ) realizó un estudio similar
con dos chimpancés machos y dos hembras126.
Premack (1925-)127 desarrolló un procedimiento de aprendizaje muy
elaborado para Sarah, una chimpancé hembra de seis años. En efecto, el
trabajo pasó también del habla a los símbolos y se llevó a cabo estimulando
al animal a realizar asociaciones por medio de objetos plásticos revestidos
de metal para que sirvieran de signos a los distintos asociados que
simbolizaban. Premack usó términos lingüísticos para interpretar los
materiales que usó. Las formas plásticas aisladas se llamaban palabras, y
cuando se unían varias formas, al tablero en forma vertical, llamaba a la
cuerda una oración siguiendo algunas de las descripciones de la lingüística.
Los estudios de Premack definitivamente han revelado capacidades
hasta ahora insospechadas de los chimpancés para manipular fichas de
plástico o “palabras”. Comenzando con asociaciones directas de contadores
y objetos, avanzó a los nombres de cosas mediante el uso de contadores
"nombre de" y "no nombre de" cuando se presentaban objetos. Un logro
máximo fue la capacidad de componer una serie de contadores como "Mary
give apple Sarah". Más allá de esto, Sarah, que había aprendido a manejar
la "palabra" "insertar", pudo responder correctamente a instrucciones como
"Sarah inserta un cubo de manzana en un plato de plátano". Para ello se
requería la apreciación que “insertar” se aplicaba tanto a la manzana como
al plátano, pero cada uno de ellos debía colocarse en recipientes separados,
el primero en el balde y el segundo en el plato.
Premack plantea la cuestión de la interpretación de sus hallazgos al
preguntar "¿Se puede enseñar el lenguaje a los simios?" y “¿Qué es el
lenguaje?” y responde que lo que hacen los chimpancés no es comparable
ni con lo que hacen los humanos ni con los loros. Sin embargo, queda la
pregunta de si los simios no pueden acercarse de algún modo al
comportamiento lingüístico humano genuino hasta las potencialidades de su
evolución ecológica cuando están sujetos a la gran habilidad e ingenio de
los entrenadores. Más específicamente, se puede afirmar que los simios
claramente realizan un comportamiento simbólico, aunque no pueden
igualar el complejo comportamiento simbolístico de los humanos y
ciertamente no las actuaciones referenciales de los humanos.
Lo que debe observarse aquí es la diferencia obvia entre los aspectos
simbólico y referencial del lenguaje. Los simios no pueden y no entran en
las situaciones de comportamiento comunes a los humanos. Como hemos
insinuado anteriormente, es impropio interpretar el comportamiento de
Sarah en términos de las categorías lingüísticas que pertenecen a los
humanos.
Como si el estudio de las similitudes de comportamiento en simios y
humanos se hubiera convertido en una moda, se multiplican los informes
sobre tales estudios. Dentro del año cronológico, Rumbaugh (1929- ), Gill
y von Glasersfeld publicaron un informe de la lectura y finalización de
oraciones realizada por una chimpancé hembra de dos años y medio
llamada Lana128. Por medio de un rastreo de lenguaje controlado por
computadora de seis meses, concluyen que el simio puede leer y escribir,
aunque no calcular. Aparentemente, mediante el uso del "lenguaje" general
creen que están en el camino "para comprender mejor la etiología del
desarrollo del lenguaje en el hombre". Sin embargo, bajo la severa crítica de
Mistler-Lachman y Lachman (1934- )129, quienes establecieron criterios
definidos para juzgar la naturaleza del lenguaje humano y no humano,
modifican sus afirmaciones, aunque todavía esperan determinar la
capacidad de producción lingüística de los antropoides. , incluida la
conversación130.
En este punto, surge una pregunta incisiva sobre hasta qué punto se
pueden identificar eventos claramente diferentes mediante el uso de un
término general y el hecho de una mayor o menor similitud. Suficiente
hasta el día de hoy es el progreso realizado en el conocimiento de lo que
pueden hacer los primates. Innecesaria es la conversión de antropoides a
antropos.

COMUNICACIÓN HUMANA E INFRAHUMANA

Sobre la base de la suposición de que todo el comportamiento


lingüístico se compone de signos, se supone además que existe un continuo
que incluye varios tipos de sonidos o gestos, así como el habla humana.
Mientras que se establece una continuidad general entre todos los animales,
humanos e infrahumanos es esencial analizar las actuaciones detalladas en
cada tipo de organismo.
Básicamente debemos distinguir entre signos o señales elementales
como estímulos y las situaciones inmensamente complejas en las que se
desarrolla y ejecuta el habla humana. Los estímulos de signo consisten en
las funciones de los objetos para hacer o no hacer alguna acción. Un
ejemplo clásico es la luz roja, ámbar y verde de un sistema de tráfico. El
ámbar es una advertencia simple para prepararse para una señal de
continuar o detenerse. Lo que falta es una función referencial definida. Pero
puede ser posible registrar la respuesta a un estímulo de señal como si se
aproximara a un comportamiento de simbolización aunque a una distancia
lejana.
La importancia de tales análisis, como acabamos de mencionar, la
enfrentamos cuando surge la pregunta de si el baile de las abejas debe ser
categorizado como lenguaje. Ciertamente, estamos obligados a protegernos
contra la influencia de términos como "lenguaje" que nos induzcan a pasar
por alto los detalles esenciales y las diferencias entre el comportamiento y
las situaciones de comportamiento. El mismo punto se puede hacer sobre el
término "comunicación". Existe una tendencia por parte de los etólogos
biológicos a considerar una acción de un grupo o manada de animales que
estimula a los otros animales a correr o realizar alguna otra acción como un
comportamiento comunicativo de tipo lingüístico. Hacerlo es pasar por alto
las diferencias entre las interacciones simples de los organismos y el
lenguaje auténtico131.
Varios tipos de animales, sintiendo claramente su agotamiento e
inevitable derrota en la lucha con el animal victorioso, desisten de la lucha
y someten partes vulnerables de sí mismos, como, por ejemplo, la parte
carnosa del cuello. ¿Debería uno interpretar este comportamiento como si
dijera: “Usted gana, proceda con el golpe de gracia?” No debería existir la
tentación de analogizar y antropomorfizar los acontecimientos. Sin
embargo, el animal que habla tiende a hacerlo como en el caso de los
genetistas que “piensan en los genes como secciones de las cadenas
moleculares de ADN que contienen mensajes genéticos codificados en
secuencias particulares de bases de nucleótidos”. Dobzhansky (1900-1976)
cita a Pontecorvo (1913- ) con un efecto similar.

La analogía del material genético con un mensaje escrito es un lugar común


útil. El cambio importante es que ahora pensamos que el mensaje está
escrito a mano en inglés y no en chino. Las palabras ya no son unidades de
estructura, de función y de copia, como los caracteres ideográficos chinos,
sino sólo unidades de función que emergen de agrupaciones características
de letras dispuestas linealmente132.

Los "mensajes", las "instrucciones", las "codificaciones", las


"codificaciones" son obviamente creaciones de personas que usan el
lenguaje y se usan a sí mismas como modelos. En descripciones más
estrictas, las metáforas y los símiles deben quedar estrictamente excluidos.

INVESTIGACIÓN SOBRE POSTULADOS DEL LENGUAJE


HUMANO AUTÉNTICO
A pesar de la escasez de estudios de lenguas vivas, existe una serie de
problemas interesantes y significativos que invitan a la investigación. Por
ejemplo, hay mucho que aprender sobre el comportamiento coincidente del
referido y el referente, y ambos con el referente. Se ha observado que existe
una relación de habla interpersonal diferente entre hablantes estrechamente
relacionados cuando se requiere un mínimo de referencia para la
interacción, en comparación con personas más distantes. De manera
general, las preguntas que se plantean aquí se refieren a la naturaleza
ideoléctica y dialéctica de los enunciados de los individuos que interactúan
lingüísticamente.
Qué diferencias hacen los distintos acentos de los interlocutores en las
conversaciones Esto plantea problemas de distorsión que van desde la
sencillez o claridad de la enunciación hasta cuestiones de nivel educativo e
intelectual de los interlocutores. Buenos ejemplos aquí son las condiciones
subyacentes de los sistemas de habla conocidos como Pigeon English,
Beach-la-mar, Chinese Pigeon, Chinook Jargon y muchos otros. En toda
población compleja, tales diferencias de vocabulario están condicionadas
por diferencias en la ocupación o la vocación, por ejemplo, el lenguaje de
los deportes de grupo, el lenguaje del béisbol, el lenguaje legal, etc.
Recordando que el lenguaje psicológico es adaptativo, todas estas
variaciones se desarrollan para exigencias interconductuales.
Para analizar segmentos de comportamiento lingüístico, encontramos
por parte del referente el proceso selectivo de estilo de habla, vocabulario,
enunciados particulares que dependen del árbitro y otros factores, a saber,
las condiciones bajo las cuales se dan las interacciones. De manera similar,
las actuaciones del árbitro son el centro de problemas especiales que
comienzan con la agudeza de la audición hasta los límites de la
comprensión debido a la competencia educativa, social, ocupacional e
intelectual.
Una plétora de problemas psicológicos en lingüística surge de las
condiciones del referente y más allá de los auspicios del comportamiento
del lenguaje. En cuanto a lo primero, la presencia o ausencia del estímulo
de ajuste ejerce una gran influencia en el comportamiento tanto del
referidor como del referido. Nuevamente, el rango de familiaridad con el
referente influye en gran medida en todo el segmento de comportamiento
lingüístico. Conocer las estaciones y su ubicación reduce en gran medida la
necesidad de escuchar o comprender los anuncios indistintos del conductor
del tren.
Es imposible minimizar la influencia sobre el comportamiento del
habla de los escenarios o auspicios de las interacciones. En general, por
supuesto, los escenarios marcan grandes diferencias en todos los segmentos
del comportamiento y quizás incluso mayores en el caso del habla. Un
recordatorio sorprendente de este hecho es la inhibición que imponen las
circunstancias familiares y las restricciones sociales y legales a los
experimentos sobre el desarrollo del lenguaje en los niños.
En la década de 1940, en la Universidad de Indiana, se diseñaron una
serie de experimentos lingüísticos para arrojar luz sobre varias fases de la
situación del lenguaje vivo. Se buscaron datos sobre (a) las condiciones de
comprensión por parte de los referidos; y (b) el efecto de distorsión de los
estímulos lingüísticos, así como otras características del comportamiento
del habla.

PALABRAS VS. ORACIONES


Briones133 presentó a los sujetos listas de palabras y listas de oraciones en
su dialecto filipino nativo de Iloko. Después de cada palabra u oración se
leía el equivalente en inglés. Se midió tanto el tiempo de aprendizaje como
la retención posterior. Briones descubrió que el aprendizaje original era más
rápido y la retención mejor para las oraciones que para las palabras.
Aprender un idioma como ajuste del habla es superior a aprender palabras.

RECEPCIÓN DE LA VOZ
Bucklew (1914-1974)134 realizó una serie de tres experimentos sobre
la reacción del referido. En la primera, presentó diez oraciones que hacían
referencia a diapositivas mostradas en una pantalla. En una condición,
presentación concurrente, las diapositivas y las oraciones se presentaron
juntas. En otra, presentación en serie, las diapositivas se mostraron después
del discurso. Los sujetos presionaron una tecla de verdadero o falso para
indicar si la oración se refería correcta o incorrectamente a la diapositiva.
Los errores fueron mayores para la presentación seriada. El ajuste del habla
normal ocurre cuando el objeto al que se hace referencia y la referencia son
concurrentes.
En el segundo experimento, un grupo de sujetos (grupo concreto) vio
diapositivas de figuras geométricas acompañadas de declaraciones y otro
(grupo remoto) vio declaraciones sobre objetos comunes sin diapositivas.
Ejemplos de declaraciones fueron "Un carro tiene ruedas" y "Todo cuadrado
tiene tres lados". En ambos grupos ocurrieron distorsiones de sonido de
palabras clave en algunas oraciones. Los sujetos fueron instruidos para
responder verdadero o falso acerca de las declaraciones. En el grupo remoto
hubo más errores y mayor tiempo de reacción.
El tercer experimento varió del segundo al usar diapositivas de
objetos comunes en lugar de figuras geométricas y usar menos distorsiones
del habla. Las diferencias entre los dos grupos fueron similares a las del
segundo experimento. Bucklew concluyó que los experimentos segundo y
tercero muestran que el habla es más importante en las referencias remotas
que en las concretas, como lo demuestra la mayor incidencia de errores para
las últimas en condiciones de habla distorsionada. Las características de la
recepción del habla son inseparables de la situación psicológica de la que
forman parte.

UN ESTUDIO DE TIEMPO DE REACCIÓN MÁS


OSCILOGRAFÍA

En una investigación que exploró la característica biestimulacional de


la interacción del lenguaje, Pronko (1908- )135 colocó a sus sujetos en tres
situaciones diferentes. En el primero, se pidió a los sujetos que nombraran
un objeto o un evento como se muestra en una de las seis diapositivas. Los
objetos en una serie de práctica simple eran una silla, un sombrero, un
paraguas y los eventos, una niña patinando, un niño tocando una corneta y
un niño gateando hacia un juguete. En la segunda situación, las mismas
cosas y eventos se mostraban cada uno junto con una sílaba sin sentido que
los sujetos debían asociar con los objetos y eventos. En la tercera situación,
a los sujetos se les mostraban las sílabas sin sentido de la segunda situación
y se les pedía que nombraran los objetos asociados.
Al principio, los tiempos de reacción en la segunda y tercera
situaciones fueron más lentos que en la primera situación. La sílaba sin
sentido era un símbolo de los objetos de las diapositivas y, por tanto,
implicaba una traducción y un tiempo de reacción más prolongado que en el
caso de responder con un nombre ya utilizado como referencia directa. Sin
embargo, después de 20 intentos, el tiempo de reacción en la tercera
situación fue aproximadamente el mismo que en la primera. Así, con la
práctica, la emisión de sílabas sin sentido se convirtió en actos referenciales
directos en lugar de simples símbolos. Las lecturas oscilográficas de los
potenciales musculares también fueron consistentes con este hallazgo y
respaldan aún más la conclusión. Los resultados fueron incompatibles con
la teoría simbólica del lenguaje que significa que las palabras de un
hablante son estímulos sustitutos que producen ideas en el oyente. Por otro
lado, los resultados sí concuerdan con una teoría biestimulacional. En
palabras del experimentador, “…una respuesta indirecta o sustitutiva puede
convertirse en un acto referencial directo, como lo afirma la teoría del
lenguaje interconductual”. El lenguaje consiste en “ser dicho por alguien
sobre algo”.

PRÁCTICA CON PALABRAS ACUÑADAS


Herman (1916- )136 encontró que cuando los sujetos debían formar
asociaciones entre palabras acuñadas (llamadas palabras "extranjeras") y
objetos, no mostraban interacciones referenciales directas sino que
interactuaban secuencialmente primero con el hablante y luego con el
objeto. En un estudio de seguimiento, Herman demostró que, con suficiente
práctica, las interacciones con hablantes y objetos cambiaban de
interacciones en serie o secuenciales a una interacción referencial directa.
La interacción con el hablante y el objeto ocurrió simultáneamente o como
biestimulación.

EFECTO DEL OYENTE EN EL ALTAVOZ


Ratner (1925-1976) y Rice (1938-)137 demostraron que los hablantes
que hablaban con oyentes mal informados, usaban más palabras y más
repeticiones y proporcionaban relatos más completos del objeto al que se
referían que los hablantes que hablaban con oyentes bien informados o
informados. moderadamente informado. La eficacia del lenguaje como acto
referencial, por lo tanto, no es sólo una cuestión de palabras utilizadas, sino
también de la historia interconductual de los participantes.

EXPERIMENTOS CON AFÁSICOS


Wolf (1914- )138 usó afásicos que tenían lesiones cerebrales como
sujetos en un estudio de las condiciones del entorno y los objetos de
estímulo. Encontró que las condiciones del entorno eran importantes. Los
sujetos podían nombrar objetos correctamente (uso del habla) o señalarlos
correctamente (comprensión del habla) con más frecuencia cuando estaban
en su contexto normal. Los objetos de estímulo eran artículos de mesa como
platos, cucharas, tenedores, saleros, etc. Cuando estaban en una disposición
inusual e irregular, la precisión del habla o la comprensión disminuían. Este
hallazgo se contrastó con el habitual de la lesión cerebral como único
determinante del déficit. En su segundo estudio utilizó elementos de mesa
de dos tipos. Los artículos estaban en dos filas de seis cada una o en una
disposición convencional. Una vez más, el daño cerebral no fue el único
determinante, sino que desempeñó en gran medida un papel delimitador.
Las interacciones específicas involucraron el campo interconductual total
del cual el déficit biológico fue un factor participante entre muchos.
Algunos objetos fueron nombrados o entendidos con una mayor frecuencia
de precisión que otros. Cuando se cometieron errores, no fueron aleatorios,
sino que de alguna manera estuvieron relacionados con la respuesta
adecuada. Por ejemplo, cuando el experimentador señaló la sal, el sujeto
podría decir "pimienta, no". Wolf concluye que “el comportamiento del
paciente ya no debe considerarse fijado por la destrucción del tejido. Varía
de vez en cuando, responde con mayor facilidad a unos objetos que a otros,
y de manera diferente al mismo objeto en diferentes situaciones”.

ACCIÓN CONCURRENTE EN EL HABLA


Ratner139 ha sugerido que además del hablante, el oyente y el
referente en la interacción lingüística, a veces hay una cuarta variable que él
llama acción concurrente140. Esto puede implicar la interacción del hablante
consigo mismo al mismo tiempo que habla. Es decir, escucharía los sonidos
de su propia habla. O podría reaccionar ante un cigarrillo o algún otro
objeto mientras habla. Mediante el uso de instrumentación para retrasar la
audición del hablante de su propia actividad del habla, es posible estudiar
los efectos de este tipo de acción concurrente. La interrupción que provoca
tal retraso, como se muestra en una serie de experimentos, indica la
importancia de la acción concurrente para mantener la actividad normal del
habla. En un experimento141, los niños de 6 a 13 años recibieron esta
"retroalimentación del habla retrasada". Inicialmente, el 85 % de los sujetos
hablaban más fuerte y el 100 % cometía errores de articulación. El habla de
los niños más pequeños mostró más modificaciones con el retraso que la de
los niños mayores. niños y adultos. El cambio principal fue un habla más
lenta y más errores en la articulación. Los grupos mayores mejoraron con la
práctica, y los más jóvenes empeoraron. Por lo tanto, la cantidad de historia
previa del habla en función de la edad influyó en el efecto de la práctica con
habla retrasada. sonidos. Tales sonidos como acción concurrente parecen
tener un papel importante en la regularidad de nuestras actividades
lingüísticas debido a la historia de interacción que tenemos con ellos.
Cuando estas condiciones cambian, se requiere un período de reajuste
durante el cual las características del habla bien establecidas pueden ser
interrumpidas.
SECCIÓN NUEVE

LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA COMO CIENCIA


INTERDISCIPLINARIA
CAPÍTULO XXIII
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y LINGÜÍSTICA GENERAL
_____________________________________________________________
___

RELACIONES E IRRELACIONES LINGÜÍSTICAS

Hasta aquí hemos subrayado los aspectos claramente psicológicos del


lenguaje. Este procedimiento está totalmente justificado por el hecho de que
la lingüística psicológica, como subdisciplina especializada del estudio del
lenguaje, se ocupa principalmente de un tipo único de campo de ajuste. En
consecuencia, los aspectos psicológicos del lenguaje difieren en muchos
aspectos de los del dominio de la lingüística general, en la que el lenguaje
se trata principalmente como cosas, es decir, formas de palabras o signos,
estructurados y organizados de diversas formas. Sin embargo, a pesar de la
diferencia en temas y problemas, la lingüística psicológica y la lingüística
general mantienen íntimas relaciones, ya que las cosas del lenguaje se han
desarrollado históricamente como productos del comportamiento del
lenguaje, ya sea como transcripciones de ajustes comunicativos, o como
cristalizaciones de comportamiento simbólico.142
Las numerosas declaraciones que hacen los lingüistas generales de que el
lenguaje es acción, aunque se refieren sólo al hecho de que los hablantes
producen sonidos al gastar energía orgánica, atestiguan cuán cercanas son la
lingüística psicológica y la lingüística general. Una afirmación típica es la
del difunto lingüista danés Jespersen (1860-1943).

La esencia del lenguaje es la actividad humana: actividad


por parte de un individuo para hacerse comprender por
otro, y actividad por parte de ese otro para comprender lo
que estaba en la mente del primero. Estos dos individuos,
el productor y el receptor del lenguaje, o como podemos
llamarlos más convenientemente, el hablante y el oyente,
y sus relaciones mutuas, nunca deben perderse de vista
si queremos comprender la naturaleza del lenguaje y de
esa parte del lenguaje que se trata en la gramática. Pero
en épocas anteriores esto a menudo se pasaba por alto,
y las palabras y las formas a menudo se trataban como si
fueran cosas u objetos naturales con existencia propia,
una concepción que puede haber sido fomentada en gran
medida por una preocupación demasiado exclusiva por
las palabras escritas o impresas, pero que es
fundamentalmente falsa, como se verá fácilmente con un
poco de reflexión143.

Una afirmación similar, más reciente, es la de Bolinger (1907- ) quien


escribe,
Los registros escritos y las grabaciones en cinta son
encarnaciones del lenguaje, pero el lenguaje mismo es una
forma de actuar. Nuestro hábito de verlo como una aventura
probablemente sea inevitable, incluso para el lingüista, pero en
cierto sentido es falso144.

Lo que surge como la gran barrera entre las dos disciplinas es el total
descuido por parte de la lingüística general de los grandes campos
interconductuales en los que las personas interactúan con otras personas y
las cosas de las que hablan. La lingüística general no tiene lugar para la
consideración de los rasgos de personalidad del hablante y del oyente en
cuanto al núcleo central de la comunicación, a saber, los rasgos específicos
de los referentes involucrados, así como los entornos generales de los
campos lingüísticos.
Aunque enfatizamos las variaciones entre la lingüística general y la
lingüística psicológica para poner de relieve los rasgos del lenguaje
psicológico, esto no se hace para minimizar los datos interrelacionados145.
Por lo tanto, podemos considerar que el término "lingüística general"
nombra una clase de subdisciplinas que incluye la lingüística psicológica y
la no psicológica como tipos coordinados de estudio ubicados en diferentes
puntos de un continuo146. Procedemos ahora a comparar y contrastar los
dos enfoques del lenguaje con respecto a una serie de cuestiones, así como
a indicar las interrelaciones entre ellos.

I. COMPARACIÓN DE LINGÜÍSTICA GENERAL Y LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA

Variaciones intradisciplinarias
(A) DIVERGENCIA EN EL ORIGEN.
La lingüística general definitivamente se desarrolló sobre la base del
interés en el material textual. Ya en el período griego de nuestra cultura, se
planteó la cuestión de si las palabras adquirían su significado natural o
convencionalmente. El Crátilo de Platón (427-347 a. C.) proporciona una
ilustración instructiva de este interés. A partir de ese momento, los eruditos
se volvieron asiduos en el estudio de las letras que componen las escrituras
sagradas y profanas. Fue este tipo de estudio de palabras lo que llevó a los
estudiantes que trabajaron con los textos sagrados en sánscrito a observar
las similitudes entre el lenguaje y su descubrimiento de la relación afín
entre el sánscrito, el griego y el latín. Se observaron otras pertenencias a la
familia de idiomas además del indoeuropeo o el indogermánico, como el
semítico, el hamítico, el ameríndico, el bantú, el finno-ugrio, el ural-altaico,
etc. Quizás sean más familiares las relaciones entre hermanos del francés,
italiano, español, romanche y rumano en la familia latina, así como la
conexión entre los sistemas inglés, alemán, holandés y escandinavo en la
familia germánica.
De tales estudios de palabras relacionadas surgió el interés por la
morfología y el contenido del lenguaje. El estudio de las formas y
estructuras de las palabras evolucionó hacia análisis elaborados de las
palabras en su totalidad
o sonidos o letras y la síntesis de sonidos o letras en palabras, y palabras en
oraciones y combinaciones más integrales.
La lingüística psicológica, por el contrario, surge de la observación de
lo que los organismos realmente hacen cuando hablan o se comunican entre
sí. El interés está principalmente en las acciones bajo tipos específicos de
composición de campos, como los que hemos descrito en capítulos
anteriores de este libro.
(B) DIVERGENCIA ENTRE EL TEMA Y LA INVESTIGACIÓN.
Las dos subdisciplinas contrastan mucho con respecto a lo que se
estudia y cómo. El lingüista general se inclina fuertemente por el estudio de
abstracciones, paradigmas de diversa índole, descripciones, interpretaciones
y otro tipo de construcciones que con frecuencia confunde tanto con el
comportamiento lingüístico que se supone que estudia y cómo. El lingüista
general se inclina fuertemente hacia el estudio de las abstracciones,
paradigmas de varios tipos, descripciones, interpretaciones y otros tipos de
construcciones que frecuentemente confunde tanto con la conducta de
hablar, que se asume él estudia, como con los referentes de los campos
lingüísticos. Ambos tipos de confusión se deben a la tradición del estudio
de palabras de la lingüística general, aunque la identificación de
construcciones con referentes es más notoria. Por ejemplo, se supone que
las clases de palabras: sustantivos, verbos y otras "partes del discurso"
como construcciones descriptivas son las cosas descritas, o al menos sus
nombres. Los adjetivos y adverbios se consideran modificadores de
sustantivos y verbos, y no referencias a rasgos de objetos de los que se
habla. Que las categorías de partes del habla son términos descriptivos
arbitrarios para objetos y sus rasgos se demuestra por el hecho de que lo
que se denominan sustantivos en algunos contextos deben ser en otros
verbos o viceversa. Y éste es el caso con otras “partes del discurso”147.
Jespersen proporciona un párrafo interesante sobre este punto:

Tome la forma redonda: éste es un sustantivo en "una


vuelta de una escalera", "él hizo su ronda diaria", un
adjetivo en "una mesa redonda", un verbo en "él no pudo
rodear el poste de luz", un adverbio en "come round
tomorrow148", y una preposición en "él camina alrededor
de la casa". Mientras, de manera similar puede ser un
sustantivo (se quedó aquí por un tiempo –for a while-), un
verbo (pasar el tiempo –to while away the time-) y una
conjunción (mientras él estaba fuera). Mover puede ser
un sustantivo o un verbo, y después de una preposición,
un adverbio, o una conjunción, etc149.

La tradición de las palabras influye aún más en el lingüista general para que
ignore el hecho de que los actos de comunicación pueden realizarse
perfectamente mediante gestos que hacen que la noción de partes del habla
sea completamente redundante. Ciertamente, las partes del habla no son los
átomos o partículas de los que se componen los sistemas lingüísticos.
El contraste entre el estudio de palabras de la lingüística general y la
investigación de la lingüística psicológica de organismos y personas que
actúan en situaciones en las que realizan reacciones de ajuste a cosas,
eventos y condiciones, marca claramente una diferencia entre un enfoque
científico de los datos observados frente al enfoque científico. tratamiento
humanista de la conducta comunicativa.
Si bien debe admitirse libremente que el tratamiento científico de
eventos comunicativos complejos es difícil, no se puede negar que los
resultados esperados son prometedores. Además, está claro que los
lingüistas generales asumen que sus procedimientos abstraccionistas en
realidad representan actuaciones concretas.

ACTITUDES VARIANTES HACIA LOS PROBLEMAS LINGÜÍSTICOS


Las características comparativas de los lingüistas generales y
psicológicos están bien indicadas en las diferentes formas en que abordan
diversos problemas lingüísticos. consideramos varios aspectos recientes.

(a) ESTRUCTURALISMO Y FUNCIONALISMO.


Dado que la lingüística general se ocupa principalmente de las
palabras-cosas, una de sus tradiciones más queridas es subdividir los datos
del lenguaje en el sistema laminado de sonidos, morfemas, palabras y
conjuntos de palabras sintácticas generalmente llamados oraciones. Aquí
vemos la evidencia más clara de que los lingüistas generales reducen el
comportamiento del habla a objetos. El proceso consiste primero en
descuidar los siempre presentes campos conductuales en los que se produce
el habla. Luego, la tradición de los estudios textuales impulsa la
concentración en las cosas verbales sin tener en cuenta los gestos, las
implicaciones personales, los referentes, los auspicios lingüísticos y otros
componentes de las situaciones de interacción. Por lo tanto, los estudios
lingüísticos generales se centran en problemas de estructura150.
Quizá sin darse cuenta plenamente de imitar los procedimientos de la
química, los sonidos han sido considerados como los elementos del habla
que se combinan en palabras. De acuerdo con la selectividad y el
abstraccionismo de las convenciones científicas, el lingüista general,
cuando debe tener en cuenta las grandes variaciones de la expresión en
situaciones similares, recurre a una construcción denominada "fonema" y se
aleja de los sonidos reales emitidos por los individuos cuando realizan una
conducta referencial.
El lingüista estructural luego combina átomos de sonido en los
radicales llamados sílabas que luego se combinan en moléculas de palabras.
Los procedimientos analíticos conducen a la distinción de elementos
formales, por ejemplo, base o raíz con prefijos, infijos y sufijos. También
están las formas en que las partículas se combinan o no. Los términos
técnicos aislar, aglutinar, flexionar y polisintetizar indican los diversos
medios de estructuración de tipos de palabras.
Las combinaciones sintácticas y sintácticas constituyen las combinaciones
más complejas de palabras. Indican el tipo y cantidad de formas
organizadas en sistemas que regulan el orden y disposición de las moléculas
verbales.
El funcionalismo en lingüística sólo se aparta parcialmente de las
opiniones básicas de los estructuralistas. Este hecho se ilustra con la
afirmación de que dado que el lenguaje funciona como un instrumento para
llevar a cabo ciertos objetivos, los lingüistas deberían preocuparse por el
funcionamiento de ese instrumento151. Claramente, la noción de lenguaje
como instrumento mantiene el aspecto de cosa del lenguaje, aunque
también permite la actividad y el uso de las cosas del lenguaje. Mientras
que el lingüista psicológico debe aprobar el movimiento hacia la acción, la
visión funcional no se acerca mucho al drama real del comportamiento
lingüístico, sino que aún se aferra a la cosificación.
Debido a que la lingüística psicológica trabaja enteramente sobre la
base del drama de la intercomunicación, evita por completo la implicación
del análisis estructural y la síntesis de las cosas en varios niveles de
complejidad. Pero si los lingüistas persisten en trabajar en el nivel de las
palabras y no de la conducta, los lingüistas psicológicos no pueden
oponerse a las astutas descripciones de las palabras-cosas. No todos los
lingüistas generales están inscritos bajo la bandera del estructuralismo,
aunque en 1953 Martinet escribió: “La mayoría de los teóricos lingüísticos
destacados son estructuralistas convencidos y activos152”. En consecuencia,
la lingüística general alberga un grupo de funcionalistas.
La psicología científica cuestiona toda la distinción divisiva entre
estructuralismo y funcionalismo, así como la cuestión de si uno tiene más
mérito que el otro. Desde un punto de vista psicológico objetivo, está claro
que analizar el habla en niveles de fonemas, sílabas, palabras y oraciones
enfatiza los aspectos textuales y transcritos del lenguaje. Es de la mayor
importancia ser consciente de las ventajas y desventajas de las
abstracciones estructurales en lingüística. En general, los funcionalistas se
inclinan hacia el lado conductual del lenguaje en su enfoque. Sin embargo,
no eluden lo que los estructuralistas querían evitar, a saber, los procesos
trascendentales como rasgos explicativos de la lingüística general.
(B) ACTITUDES HACIA LA GRAMÁTICA.
Entre las diferencias críticas entre la lingüística general y la
psicológica se encuentra la actitud hacia la gramática. En su mayor parte, la
lingüística general trata la gramática como descripciones presuntivas de
actuaciones verbales más sistemas de reglas para la organización de
unidades de sonido en palabras y palabras en frases y oraciones. De las
cuatro ramas de la gramática convencional, la fonología, la morfología, la
sintaxis y la semántica, la rama sintáctica enfatiza de manera notoria el
aspecto de cosa del lenguaje. Pero la cosificación del habla impregna todos
los aspectos de la gramática convencional.
Desde el punto de vista psicológico, la gramática tradicional es
simplemente la descripción y prescripción del uso de palabras, cuando el
comportamiento consiste en expresiones verbales. La lingüística
psicológica considera la gramática simplemente como un estilo de ajuste
que permite todo tipo de variaciones en la pronunciación, la preferencia de
palabras y la transmisión del significado. Lo que hace el individuo, ya sea
en sus expresiones verbales o en sus gestos, es para referirse a alguna cosa o
evento, pero la forma en que lo hace depende de una serie de factores
ambientales e históricos. Todo el asunto se ilustra con los siguientes
ejemplos. En alemán el sol es femenino, es decir, las referencias a él son al
estilo de “die Sonne”; la luna es masculina, “der Mond”. En francés se hace
lo contrario. En inglés, por supuesto, la referencia al género se omite por
completo excepto en la poesía. Nuevamente, en alemán, el estilo de
referencia a un niño o una mujer es neutro: "das Kind", "das Weib". En
todos los idiomas nada es más regular que lo irregular.
La diferencia de actitudes hacia la gramática se ejemplifica
excelentemente en la consideración del problema del inglés negro153.
Algunos maestros insisten en que el dialecto llamado habla negra no debe
alentarse y, de hecho, debe eliminarse como parte de la educación de los
niños. Por otro lado, se argumenta que, dado que los niños pertenecen y
vivirán en ciertos grupos, se les debe permitir hablar en el estilo que es
corriente en sus comunidades. Desde un punto de vista psicológico, es claro
que se deben diferenciar claramente dos eventos: uno es la eficiencia de la
referencia y el otro el estilo en el que se realiza la referencia. Quienes se
oponen al uso del inglés negro destacan el hecho de que, después de todo, el
estilo del idioma de la nación es el inglés estándar, a pesar de las
modificaciones dialectales. Por lo tanto, para ser un miembro exitoso de la
comunidad predominante, el estilo del discurso debe ajustarse al estilo
estándar154".
Las variaciones entre la gramática estándar y la dialectal ponen de
relieve los hechos esenciales del habla comunicativa. ¿Dónde buscaremos
al archicrítico, al censor primario o al prescriptor autorizado de cómo debe
llevarse a cabo el comportamiento referencial o simbólico? ¿Quién es el
inquisidor que fija los límites de la propiedad de las intercomunicaciones?
Cierto, uno puede aceptar criterios particulares de elegancia, pero ¿pueden
las pautas establecidas chocar con la efectividad del habla dialectal o
coloquial? Sin impugnar los juicios gramaticales ni desdeñar las
convenciones institucionales, debemos ser claros con respecto a los
diversos aspectos del habla, a saber, las funciones de ajuste y los patrones
gestuales y de expresión particulares.
Cuando consideramos los cuatro aspectos convencionales de los
sistemas gramaticales, a saber, fonología, morfología, sintaxis y semántica,
encontramos en cada uno el paralelismo u oposición entre lo que hacen los
individuos y lo que describen y prescriben los libros de gramática. Estas
variaciones abarcan toda la gama, desde sonidos, formas de palabras,
órdenes de palabras y referencias verbales. Todo esto es claramente
evidente en el desempeño del Black English, un ejemplo de lo que sigue.
El escenario de dos niños leyendo un cuento en el que aparece el
verso “mira lo que hay aquí” se convierte en ocasión del siguiente
diálogo:155

"¿Qué trabajo?"
"Da wor es, drogadicto".
"¿Es? no hay trabajo. ¿Me estás engañando? ¿Qué significaba da wor?
“Ah, no sé. Jus es156.”
Otro ejemplo es:

"Din el maestro comienza a revisar a los niños, mira cuál


tenía yo". Y un chico llamado Bill Bailey tenía un bolsillo
lleno de 'i'. Y enseñar, decir que también le diré a
deprinciba que ehu va por ahí robando propiedad de la
escuela. Dice que no voy a robar propiedad de la
escuela. Mi muvver paga por esto cuando ella paga el
impuesto. Ella dice, tu muvah no paga por esto.
Pertenece a la escuela, y ella comienza a hablar todo
sobre viejas basuras y desperdicios medio perdidos. Din
comenzamos a hablar sobre la luz, cómo, la velocidad de
la luz y el habla del sonido y todas esas cosas157.158”

Entre otros ejemplos de las variaciones entre el habla estándar y las


representaciones reales del habla, considere el habla de la heroína de Shaw
en Pygmalion.
(En el texto original) Ow, eez ye-oo un san es e? Wal, fewd dan y'de-
ooty bawmz una madre debería, necesita ahora ser mejor para engendrar un
flahrzn (¿) de gel de poro que huir ese pyin (¿)
Oh, él es tu hijo, ¿verdad? Bueno, si hubieras cumplido con tu deber
como debe hacerlo una madre, sabría mejor que estropear las flores de una
pobre niña y luego huir sin pagar.159
En un artículo de Wilson se informa que cuando se le preguntó una
vez al predicador Spurgeon cómo distinguir a un bautista de un episcopal,
dijo:

Un bautista lee de su Biblia el texto: “El que tiene oídos


para oír, que oiga”. Pero un episcopaliano lo entona: “El
que tiene guiñada para guiñar, que guiñe”.

En el mismo artículo, el escritor cita a Shaw de la siguiente manera:

Todos los miembros de la B.B.C. el comité habla


presentablemente; es decir, todos son elegibles, en lo
que se refiere a su discurso, para el tribunal, el púlpito de
la catedral o el trono. No hay dos de ellos que pronuncien
la misma palabra en el idioma inglés por igual.
Se puede decir con certeza que la lingüística general se ocupa del
habla estándar, mientras que la lingüística psicológica también tiene en
cuenta la lengua vernácula, lo que los alemanes llaman Umgangsprachen.
¿No representa el enunciado “Ilproblygo” con mayor precisión el habla
individual que el formal “Probablemente iré”? La misma comparación se
puede hacer entre "didjaduit" y "lo hiciste".

(C) ADAPTACIONES DEL LENGUAJE Y “SIGNIFICADO”.


Entre las variaciones sobresalientes entre la lingüística general y la
lingüística psicológica, sean apreciadas y reconocidas o no, surge la
oposición entre el comportamiento lingüístico general y los “significados”
putativos. Los estudiantes de lingüística general, siempre que se ocupan de
problemas de significados, están directa o indirectamente influenciados por
la psicología mentalista en detrimento lamentable de sus descripciones e
interpretaciones160.
En su mayor parte, los lingüistas generales siguen abiertamente la
línea ortodoxa de la psicología mente-cuerpo y, en consecuencia, separan
tanto los sonidos del habla como físicos, como las respuestas verbales como
fisiológicas, de los significados psíquicos o ideas que “expresan”. Por
supuesto, ubican los significados e ideas invisibles e intangibles en una
"mente".
Un ejemplo representativo de este punto de vista definitivamente
dualista se expresa en el diagrama triangular de Ogden (1889-1957) y
Richards (1893- )161 en el que las conexiones entre signos y referentes
deben pasar por procesos mentales.

Pensamiento o Referencia

Símbolo………………………..Referente
Fig. 29

Hay, sin embargo, relativamente pocos lingüistas que simpatizan con


un tipo de psicología conductista o que deliberadamente se adhieren a él162.
Para ellos, la conexión entre los signos o símbolos y las cosas que
representan es directa. eventos referenciales y simbólicos. Por lo tanto, falta
una apreciación adecuada del comportamiento real. Toda la disciplina de la
lingüística general se transforma en el estudio de las cosas lingüísticas y sus
estructuras.
Desde el punto de vista de la psicología científica desde la cual todo
factor intangible e inobservable se eliminan, lo que significa que en general
consiste en un comportamiento, que media y facilita alguna acción
posterior. En consecuencia, cuando alguien se refiere a algún evento o cosa,
el significado involucrado es simplemente el acto de referirse o mencionar
aquello de lo que se habla en la situación presente. El acto de significado
influye entonces en las sucesivas representaciones lingüísticas o no
lingüísticas por parte del hablante original o del oyente. Apenas es
necesario agregar que son los factores del campo lingüístico general los que
influyen en la ocurrencia de la acción lingüística y su significado.
Las sorprendentes diferencias entre la lingüística general y la
lingüística psicológica con referencia al tema de los significados pueden
simbolizarse por el contraste entre las descripciones verbales de la primera
y las observaciones conductuales de la segunda. Esta distinción puede
ilustrarse comparando los campos del habla por parte del lingüista
psicológico.
El lingüista general comprometido con el estudio de las palabras
pregunta cuál es su significado cuando se pronuncia una palabra. Por
ejemplo, en el caso de una palabra como “oso”, podría “significar” un
animal, una carga, un testimonio, un fruto, entre otras cosas.
Cuando ocurre un comportamiento lingüístico real, no hay ningún
problema de significado. No hay palabras aisladas que requieran
decodificación por parte del intérprete. A qué se refieren los enunciados de
los hablantes normales queda completamente claro por el campo en el que
se produce la conducta.
Las ventajas de la interpretación psicológico-lingüística del
significado sobre la lingüística general son señaladas por la visión
contextual de algunos escritores. El punto de vista contextual puede
considerarse neutral con respecto al dualismo psicofísico y es sin duda una
gran mejora, aunque se limita a las expresiones verbales y requiere la
adición de los factores de campo básicos. La siguiente cita ilustra el punto.

Como sabemos tan poco acerca de la mente y como


nuestro estudio es esencialmente social, dejaré de
respetar la dualidad de mente y cuerpo, pensamiento y
palabra, y me contentaré con el hombre completo,
pensando y actuando como un todo, en asociación con
sus compañeros. Por lo tanto, no sigo a Ogden y
Richards al considerar el significado como relaciones en
un proceso mental oculto, sino principalmente como
relaciones situacionales en un contexto de situación y en
ese tipo de lenguaje que perturba el aire y los oídos de
otras personas, como modos de comportamiento en
relación. a los otros elementos en el contexto de la
situación163.

La gran objeción al punto de vista abstraccionista es que, en


situaciones intercomunicativas reales, las palabras sueltas en su mayor parte
serían construcciones abstractas arbitrarias. Poner en contexto debería llevar
a la comprensión de que en situaciones reales no existe el problema de unir
un significado a una palabra. El conocimiento de las situaciones ayuda a
aclarar los hechos relacionados con lo que se dice y cómo.
(D) COMPORTAMIENTO LINGÜÍSTICO Y ABSTRACCIONES DESCRIPTIVAS.
Las proposiciones lingüísticas como descripciones e interpretaciones
son, por supuesto, construcciones típicas que se oponen a los eventos del
habla como datos lingüísticos, es decir, comportamiento referencial y
simbólico. En consecuencia, esta polarización invariable permite e incluso
hace necesario el desarrollo de procedimientos de selección y abstracción.
Las descripciones e interpretaciones asumen las funciones de metáforas o
símiles ya que las palabras y oraciones particulares utilizadas son flexibles
y cambiantes. Los sonidos se describen como fonemas, las palabras como
formas y las oraciones como cadenas de formas o expresiones. Las
entidades gramaticales se nombran como partes del habla, aunque el
discurso no tiene partes, se dice que los adjetivos modifican los sustantivos
cuando el hablante se refiere a aspectos de los referentes.
Nunca debe olvidarse que los eventos del habla son los últimos
referentes de los límites de las abstracciones permitidas. Las abstracciones
arbitrarias pueden ser engañosas en extremo. Describir una solicitud de
ajuste para un sombrero puede no ser una expresión precisa y ordenada
como "Dame el sombrero", ya que el orador en realidad dirá: "Dame mi
tapa, cubierta, topper", etc. Del mismo modo, en lugar de "¿Lo hiciste?" los
datos son realmente la expresión “Didjaduit?” El lingüista psicológico
insiste en que los acontecimientos descritos científicamente sólo pueden
derivarse de las expresiones observadas o de los gestos realizados.
La lingüística general difiere notablemente de la lingüística
psicológica en su inclinación hacia las fases institucionales del lenguaje.
Por instituciones lingüísticas entendemos las entidades establecidas como la
literatura, los textos, ya sean sagrados o profanos, las tradiciones de todo
tipo, los sistemas lingüísticos, todo lo cual se opone a las actuaciones
individuales y personales que constituyen los ajustes concretos de las
personas en campos interconductuales específicos. Por supuesto, existen
íntimas influencias recíprocas entre el lenguaje institucional y el personal.
Por muy diferente que sea hoy en día el habla inglesa de la forma en que lo
hablaban las personas de la época de Chaucer o de Shakespeare, ambos
hablantes hablaban de una manera fácilmente reconocible como inglés164.
De la gramática histórica la lingüística psicológica puede aprender los
cambios que han tenido lugar en estilos lingüísticos específicos, un tipo de
conocimiento útil para comprender los patrones de las expresiones. Aunque
el conocimiento así adquirido también puede ser interesante además de útil,
por fuerza debe ser limitado ya que hay grandes carencias en los patrones
totales que incluyen gestos, pronunciación y otras características del habla
activa.
(E) LÓGICA Y LENGUAJE.
En mi libro An Objective Psychology of Grammar165, critiqué la gran
influencia de la lógica sobre los estudiantes de gramática. En el fondo, la
objeción es que se malinterpreta la naturaleza de la lógica. Por un lado, la
lógica se considera como las reglas del pensamiento o del pensamiento
correcto, y por lo tanto el lingüista general pretende determinar cómo
expresar el pensamiento de manera adecuada o lúcida. Hay dos errores aquí
reflejados. El primero es considerar el pensar como procesos psíquicos que
se expresan con palabras. Hemos considerado este punto de vista
psicológico erróneo en el primer capítulo de este libro. El segundo error es
vincular el lenguaje y el habla al proceso de pensar sin tener en cuenta la
serie enormemente grande de situaciones reales de meras actuaciones
referenciales.
La otra mala interpretación de la lógica es ignorar su proceso esencial
general de construcción del sistema y convertirlo en una mera acumulación
de jerarquías de partículas de cosas en estructuras de cosas cada vez más
grandes. En la práctica hay un tremendo énfasis en la organización, la
sintaxis de relaciones jerárquicas o coordinadas. Las oraciones no sólo se
convierten en sistemas de orden superior que las palabras, sino que también
se dividen en sujeto y predicado, en sintagma nominal y sintagma verbal.
Claramente hay aquí una sobrecarga de cosas, bloques ensamblados para
formar estructuras. Esto contrasta con el estudio de los ajustes lingüísticos
en los que se correlaciona la conducta realizada con los detalles de los
acontecimientos como referentes o indicadores de lo que se desearía
comunicar a los demás.
La lingüística psicológica no se opone en modo alguno a la lógica
cuando se concibe propiamente como constructora de sistemas. De hecho,
siempre es ventajoso mantener la investigación bajo un control ordenado.
Ya sea que se estudie un sólo idioma o una comparación de muchos, el
trabajador está obligado a mantener en orden sistemático una serie de
factores, por ejemplo, el método de enfoque, el marco de referencia, la
información buscada, los problemas específicos, la libertad de la tradición,
y la intención general del investigador. A lo que se opone decididamente es
al empleo de las muchas variantes de la lógica basadas en un tipo de
animismo mente-cuerpo, como lo atestigua todo este volumen.
(F) POSTULACIONES Y TEORÍAS VARIANTES.
Como elemento final en nuestra explicación de las diferencias
extremadamente significativas entre la lingüística general y la psicológica,
consideramos las variaciones en las teorías y postulaciones básicas.
Lo que hace que esta comparación sea tan importante es que la
lingüística general se ha basado tradicionalmente en premisas psicológicas
no científicas, un procedimiento que borraba las diferencias entre las dos
subdisciplinas. Obviamente, sin embargo, si uno de los dos tipos de
lingüística va a ser digno de estudio, debe estar sólidamente basado en datos
científicos. Por lo tanto, estamos obligados a examinar y analizar la
postulación subyacente contrastante y el trasfondo teórico de las dos
disciplinas.
En general, los lingüistas generales adoptan el mentalismo como la
psicología del lenguaje. Eso da como resultado la imposición de la
postulación mente-cuerpo sobre los eventos lingüísticos y sus teorías. Como
hemos visto, sistemas enteros de habla están construidos sobre el plan de
palabras que de alguna manera están conectadas con procesos mentales
llamados significados. Aquí hay dos faltas graves. En primer lugar, el
lenguaje se convierte en entidades fijas, quizás del tipo de estructura sonora,
y en segundo lugar, los eventos lingüísticos se conjugan con procesos
fantasmales. La lingüística sobre esa base nunca puede aspirar a ser una
ciencia.
Para evitar las debilidades de la dualidad psicofísica, algunos
lingüistas recurrieron a la psicología conductista. El ejemplo sorprendente
es Bloomfield, quien adoptó lo que llamó una visión mecanicista. La
consecuencia de eso fue el surgimiento de muchas dificultades con los
problemas de significado. El significado para él se convirtió en el mundo
exterior, o en las cosas a las que se hacía referencia. Eso puso los
significados de las palabras fuera del rango del comportamiento del habla.
Además, propuso la teoría difícil de manejar de que el habla era el tipo de
cosa o evento en el que se estimulaba al hablante mientras el oyente
realizaba la reacción. “El lenguaje permite que una persona reaccione
cuando otra persona tiene el estímulo”166.
Parece bastante evidente que la postulación mentalista está
profundamente arraigada en la cultura moderna. En consecuencia, la visión
antimentalista de los lingüistas del comportamiento fue sólo un breve
interludio entre las teorías lingüísticas predominantes. Un profesor de
lenguaje de Harvard explica por qué su libro, Aspects of Language, ha
exigido una segunda edición ampliada y modificada167. Argumenta que dos
fuerzas, una de las cuales es el mentalismo, han cambiado el estudio del
lenguaje. Lo ha hecho de dos maneras. Primero, el mentalismo ha
emancipado la teoría. Mientras que los lingüistas de la primera mitad del
siglo eran reacios a ir más allá de la observación, ahora la lingüística puede
construir modelos teóricos. Otra vez,

si la mente y la intuición eran lo suficientemente reales


para usarse en el análisis de datos, lo eran para formar
parte de los datos. El mero comportamiento lingüístico
llegó a valorarse menos por sí mismo y más por lo que
revelaba sobre las capacidades innatas o el equipo
genético para el lenguaje: cómo ha evolucionado, cuánto
de él es únicamente humano, cómo se manifiesta en la
forma en que aprenden los niños.

Si estos comentarios son compartidos por muchos lingüistas


generalistas, señalan una gran diferencia entre la lingüística general y la
lingüística psicológica con base científica. La lingüística general mantiene
abierta y encubiertamente teorías animistas y mitológicas, mientras que la
lingüística psicológica científica persiste en estudiar los eventos del
lenguaje a medida que ocurren y construye modelos extraídos de los
eventos observados, y esto a pesar de la viabilidad de los puntos de vista
animistas. La viabilidad del marco de referencia animista refleja el tributo
que se rinde a dogmas venerables, incluso frente a los acontecimientos que
ocurren. Esta barrera a la comprensión razonable ha sido ejemplificada
recientemente por una plétora de especulaciones autistas sobre la naturaleza
y el funcionamiento de la gramática y el lenguaje.
Una breve descripción de lo que se ha llamado gramática generativa
transformacional ilustra el gran énfasis que se pone en una explicación
"mental" del lenguaje. Chomsky (1928- ), y sus colegas en el movimiento
de la gramática generativa, proponen descartar la postulación filosófica
empirista y positivista para volver al estilo de pensamiento racionalista e
intuitivo descartado. Luego adoptan una construcción mental espiritista y
mítica. Sobre esta arena intelectual erigen el siguiente conjunto de
proposiciones autistas168.
(1) El “alma” o “mente” está dotada de poderes o competencias
innatas que determinan, guían y gobiernan las actuaciones lingüísticas. Es
debido a este principio innato e intuitivo que los niños a una edad temprana
conocen y logran estructuras de oraciones gramaticalmente correctas.
(2) La mente está provista de un nivel generativo primario de
estructuras profundas que generan las estructuras superficiales del lenguaje,
que se supone involucran elementos semánticos o reglas tales como sujeto-
predicado, verbo-objeto, así como combinaciones de modificador-
sustantivo. La estructura superficial consiste en las oraciones reales con sus
componentes fonológicos ordenados por las reglas de la estructura
profunda.
(3) Dado que el lenguaje es generado por una “mente”, el desarrollo
del habla por parte de los niños es simplemente una cuestión de
maduración. Aquí hay una interpretación errónea flagrante de la
maduración basada en una analogía falsa. Es una suposición falsa que el
desarrollo del habla es como la maduración de los actos fisiológicos sobre
el desarrollo de las estructuras celulares.
(4) El desarrollo del lenguaje consiste en la habilidad de crear
oraciones a partir de palabras por medio de imitación y analogía.
¿Cómo puede Chomsky creer estos cuentos de hadas? Sin duda por la
autoridad autoasumida de hacer que el estudio del lenguaje contribuye a la
comprensión de la naturaleza humana169.
A menudo se ha señalado que los diversos pronunciamientos y
cambios doctrinales de los transformistas muestran los rasgos de los
ucranianos imperiales y, en general, que inventan conclusiones
observacionales y experimentales sin el beneficio de la evidencia
conductual170. En este sentido, es interesante notar los comentarios de
Bowers que critica a Chomsky por su empirismo arbitrario al decidir que la
oración “su crítica del libro antes de leerlo” no es gramatical, mientras que
la oración “su crítica del libro antes de leerlo” es gramatical. Bowers
declara,

El empirismo es un término extraño para usar un método


que lleva a la conclusión de que la aceptación de una
expresión inaceptable por Chomsky por parte de otro
hablante nativo es el resultado de la falla del hablante en
notar los criterios de gramaticalidad que se derivan del
área privada de aceptabilidad de Chomsky171.

Para resumir el movimiento de transformación en el contexto de


comparar la lingüística general y la psicológica, se debe enfatizar que este
movimiento manifiesta el cumplimiento de la cosificación de la lingüística
general, aunque el estructuralismo que exhibe varía en algunos aspectos de
las formas más antiguas al enfatizar las oraciones en lugar de las palabras,
como unidades estructurales. El árbol analiza y sus diversas modificaciones
de las estructuras de las oraciones reifican el significado, la referencia y
otras funciones además de los aspectos fonológicos de los enunciados. Sin
embargo, el contraste es grande entre todas esas diversas abstracciones
arbitrarias del lenguaje y el comportamiento real de las personas en
situaciones expresivas y comunicativas específicas.
Si se requiere una justificación para el tratamiento de una forma de
teoría del lenguaje tan compleja y teológicamente matizada, debe buscarse
en el trasfondo social de la lingüística. La lingüística transformacional ha
transformado temporalmente la lingüística general y la literatura de tamaño
de biblioteca que ha provocado ha marcado un retroceso en un campo de
estudio importante y, por lo tanto, debe tenerse en cuenta.

II. RELEVANCIA DE LA LINGÜÍSTICA GENERAL PARA LA LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA


A pesar de todas las divergencias entre la lingüística general y la
lingüística psicológica, las dos subdisciplinas seguramente están muy
estrechamente relacionadas, ya que ambas pertenecen a tipos complejos de
comportamiento humano. Si bien el lingüista general se considera el
estudioso de la palabra cosa -su composición y coordinación- debe
reconocer que el comportamiento intercomunicativo es la matriz de toda
lingüística. Existe, por tanto, una relación simbiótica entre las dos
subdisciplinas. Esto es cierto tanto para la rama histórica como para la
comparativa de la lingüística general. Cada uno se beneficia del trabajo del
otro. En los siguientes párrafos especificamos algunos ejemplos de los
beneficios que la lingüística general confiere a los estudiantes de psicología
del lenguaje. Estos beneficios pueden derivarse de los aspectos generales,
históricos y comparativos del lenguaje.

ORIENTACIÓN LINGÜÍSTICA GENERAL


Se afirme o no que la lingüística general es la más avanzada de las
ciencias humanas, como sostienen algunos lingüistas, nadie puede
subestimar su riqueza e importancia. La lingüística en sus diversas
especializaciones abre el camino a la apreciación de los entresijos de la
civilización. Enseña mucho sobre el comportamiento de los seres humanos
y sus interrelaciones entre sí como individuos y como grupos. No es el
menor de sus logros la orientación de los académicos hacia la existencia y
el desarrollo de un conjunto de eventos muy significativo. Por lo tanto,
puede esperarse que pueda ser de considerable valor para la lingüística
psicológica tanto en sus fases comparativas como históricas.

LINGÜÍSTICA COMPARADA
La rama comparativa de la lingüística general proporciona muchos
detalles de importancia para la lingüística psicológica. Informa a los
estudiantes de comportamiento lingüístico sobre la existencia y variaciones
de los cuatro mil o más sistemas diferentes de lenguaje. Luego está toda la
valiosa información sobre las influencias de un sistema sobre otro. Seguir
las evidencias del préstamo o del origen independiente de los modos o
estilos de expresión ofrece un conocimiento invaluable sobre los detalles de
los cambios y variaciones en los ajustes específicos de las personas en
diferentes ubicaciones geográficas vecinas o distantes.
Probablemente una de las lecciones más grandes que la lingüística
psicológica puede aprender de la lingüística general es la relación entre el
comportamiento de las personas y las cosas y eventos a los que pertenece el
comportamiento del lenguaje. Ejemplos son la presencia o ausencia de
artículos y cópulas o la variación en el desempeño de tales elementos en el
habla. Idiomas como el ruso y el chino prescinden de artículos necesarios
en inglés y otros idiomas. Los llamados lenguajes analíticos difieren más
radicalmente a este respecto de los lenguajes incorporativos que incluyen
elementos que representan grandes detalles de las cosas y eventos a los que
se refieren.

LINGÜÍSTICA HISTÓRICA
Desde el punto de vista de la lingüística psicológica, los estudios
históricos del lenguaje son aún más importantes que los datos comparativos.
En general, el estudio de los cambios en las formas y usos lingüísticos
descubre comportamientos subyacentes cuando se libera de las capas
tradicionales de interpretación de las cosas. La evidencia del servicio
prestado por una subdisciplina a otra se proporciona considerando la
evolución de las formas o investigando las condiciones o circunstancias que
facilitan los cambios o desarrollos.
Muchas adiciones a las formas, palabras o expresiones compuestas se
pueden atribuir a circunstancias definidas, incluido el comportamiento de
las personas, pero otras no. No está claro cómo se agregaron al léxico inglés
expresiones como “OK”, “right”, “no way”, “kodak”, “so long”, pero está
claro que apuntan a actos de personas o culturas. tendencias como las
reacciones compartidas de un número de individuos. Es este último tipo de
cambio el que explica la evolución de los sistemas lingüísticos a partir de
sistemas establecidos más antiguos, como en la proliferación de los
sistemas románicos del latín original.
La importancia de la lingüística histórica para la lingüística
psicológica se destaca por los cambios en los "significados" o usos de las
palabras de vez en cuando. En la siguiente tabla hay una variedad de
cambios derivados de varias fuentes:
Ejemplos de cambios de significado
Histórico Actual
Carne = comida en general comida carnosa
Planta = planta planta
Electrón (griego) = ámbar partícula atómica
Plaga = peste bubónica molestia
Cadeau = mayúscula regalo
Agarrar = seize entender
Knave = niño criminal
Presbítero = anciano sacerdote
Satélite = auxiliar de salvavidas entidad relacionada con otra identidad

SEMÁNTICA
La importante división de la lingüística general llamada semántica, ya
sea que se trate de circunstancias actuales o históricas, ofrece ayuda a la
lingüística psicológica para apreciar datos prometedores. El lingüista no
psicológico saca a la luz muchos rasgos del habla, como metáforas,
metonimias, analogías, ambigüedades e incertidumbres del "significado".
Se afirma que “el helicóptero, no se diferencia si está sobre el cerro o al
otro lado del mismo172. Este y muchos otros ejemplos indican la necesidad
de estar alerta a las condiciones reales del habla y evitar el abstraccionismo
de palabras, frases o declaraciones complejas tratadas fuera del contexto
lingüístico o situaciones de comportamiento.

III. IMPORTANCIA DE LA LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA PARA LA LINGÜÍSTICA


GENERAL

Relaciones generales de la psicología con la lingüística


Debido a que tanto el lenguaje como su estudio involucra factores
psicológicos, es evidente que la psicología es muy relevante para la
investigación lingüística. Pero la historia de la lingüística indica que los
lingüistas han afirmado y negado esta relevancia.173 Para no remontarnos
más allá de Delbrück (1842-1922), observamos su convicción de que, entre
las psicologías entonces predominantes de Herbart y Wundt, no importa qué
teoría se propugna. Él dice: “Man sieht: für den Practiker lässt sieh mit
beiden Theorien leben174. Esta declaración equivale a la abjuración de la
psicología. En 1933 encontramos que Bloomfield, quien se alejó
radicalmente de la psicología wundtiana que expuso en 1914, hacia el
conductismo al que denominó mecanicismo, se refiere con aprobación a la
declaración de Delbrück y afirma que el estudio del lenguaje puede llevarse
a cabo sin hacer referencia a ninguna de esas doctrinas psicológicas, y que
al hacerlo salvaguarda nuestros resultados y los hace más significativos
para los trabajadores de campos afines175. Es perfectamente evidente que
Bloomfield no se adhirió a esta afirmación, sino que basó su lingüística en
la psicología conductista de Weiss (1879-1931). Otro ejemplo lo
proporciona Ullmann (1914-), especialista en el aspecto semántico de la
lingüística general. Este escritor, sensible al problema mentalista-
conductista, declara,

Sería imprudente que el lingüista se comprometa con una


teoría psicológica particular. La naturaleza psicológica
exacta del significado no tiene una importancia destacada
para el lingüista; está más interesado en la información
que una palabra realmente transmite al hablante
ordinario176.

Concediendo que la lingüística es una ciencia, es de la mayor


importancia para los lingüistas ser conscientes de los postulados y
supuestos sobre los que se basan las descripciones e interpretaciones. Ahora
bien, dado que existe una conexión inevitable entre los aspectos
psicológicos y otros del lenguaje, ya sea que se suponga que los datos
estudiados se producen verbalmente o se derivan de alguna manera de tal
comportamiento, no sólo es muy deseable sino necesario estar informado
sobre el aspecto psicológico. Ciertamente, uno debe estar atento a la gran
diferencia entre los ajustes primarios del habla y los textos resultantes
hechos de transcripciones del habla.
Que sea opcional para un lingüista general ser escéptico o agnóstico
acerca de la psicología es una opinión razonable, ya que la psicología
tradicional es principalmente mentalista, pero la historia es diferente cuando
se trata de psicología científica. La opción de tener en cuenta la psicología o
excluirla de la consideración se desvanece. La psicología interconductual
no sólo cumple una función interdisciplinaria necesaria en el campo general
de la lingüística, sino que también ayuda a la apreciación de muchos, si no
todos, los problemas específicos de esta actividad tan importante de los
organismos humanos y no humanos. Así como todo trabajador está
obligado a usar sólo las herramientas adecuadas para lograr resultados
satisfactorios, los lingüistas deberían poder distinguir entre una psicología
naturalista y un enfoque basado en la metafísica histórica o la reflexología
actual. Es una experiencia interesante, pero no deleitable, observar a los
escritores de lingüística construir un culto mentalista debido a su
intolerancia hacia la reflexología. Por muy justificados que puedan estar en
sus ataques a la idea de que el condicionamiento simple es el principio y el
fin de la conducta lingüística, no puede haber justificación para proponer
que los procesos sobrenaturales pueden reemplazar a la reflexología.
Incluso si se diera el caso de que el condicionamiento o el aprendizaje son
de escasa relevancia para la lingüística, la sustitución del alma teológica y
sus supuestas propiedades intuitivas es tan inútil como anticientífica e
irracional. Concluyo este capítulo con una serie de sugerencias en cuanto al
probable servicio que una psicología naturalista puede prestar a la
lingüística general.
(A) ELECCIÓN DE MODELOS LINGÜÍSTICOS.
En la ciencia, los modelos no sólo son útiles sino también
informativos. ¿Qué tipo de modelo es apropiado para la lingüística? La
respuesta, por supuesto, implica la representación de las características
esenciales del habla, así como el propósito del fabricante del modelo. De
ello se deduce, entonces, que los diferentes intereses del fabricante del
modelo influyen en qué componentes formarán el modelo producido.
Considero primero el tipo de modelo propuesto por el ingeniero de
comunicaciones177.
Origen—Mensaje—Señal—Mensaje—Destino
Es cierto que se trata de un modelo muy especializado y abstracto, y
puede considerarse que encaja bien con lo esencial de una conversación
telefónica. Obviamente, sin embargo, carece de todos los detalles
importantes que componen la naturaleza y complejidad del discurso.
Un modelo simple que supuestamente sugiere lo esencial del habla
humana está representado por un modelo psicológico propuesto de la
siguiente manera:
Codificación—Mensaje—Descodificación
Este modelo plantea una serie de preguntas. ¿Cuáles son realmente
los procesos de codificación, codificación y decodificación? No es difícil
ver que esta es una interpretación teológico-mental abreviada expresada en
diferentes palabras.
Este modelo no puede hacerse aceptable empleando términos tales
como "almacenamiento en el cerebro" y recuperando "ideas" para su
expresión por medio de declaraciones vocales. Afortunadamente, una
psicología científica del lenguaje puede eliminar este tipo de modelo del
dominio lingüístico. Si bien ningún modelo puede hacer más que sugerir las
características sobresalientes de un evento, sostengo que el diagrama
triangular discutido en el Capítulo V ofrece un índice suficientemente útil
para el evento de campo lingüístico típico.
(B) ACTOS Y COSAS, CONTEXTO Y AUSPICIOS.
Entre los servicios que la lingüística psicológica puede prestar a los
lingüistas generales está el análisis efectivo de las diversas características
que caen bajo las categorías lingüísticas. En primer lugar, por supuesto, está
la diferenciación de actos, ajustes de comportamiento y expresiones de
señales, palabras y cadenas de morfos. La comprensión de los fenómenos
lingüísticos en general depende de la apreciación de factores diferentes a
pesar del uso común de nombres.
Otra ventaja que la lingüística psicológica puede aportar al estudio
general del lenguaje es la diferenciación del contexto de los auspicios
lingüísticos. Hay excelentes ejemplos disponibles en la fase semántica de la
gramática. En lugar de desconcertarnos acerca de la polisemia, dadas las
palabras que tienen varios significados, por ejemplo, "banco" como en la
oración, "El banco es solvente", "El banco se está desgastando", "Hay un
banco de arena" uno sólo considera los auspicios completamente diferentes
bajo los cuales se realizan los actos lingüísticos. Ningún tipo de exégesis
verbal es útil aquí, incluso con la evocación de relaciones contextuales que
se aplican sólo a cosas de palabras o cadenas.
Aunque los lingüistas generales se preocupan principalmente por
cuestiones textuales, deben estar atentos a los antecedentes generales y al
origen de los textos en la matriz humanística del lenguaje. Es ineludible que
el origen último de los textos o guiones es el comportamiento referencial y
simbólico. Los estudios textuales deben concebirse como una base para la
orientación entre los muchos aspectos de las instituciones del lenguaje en
las complejidades de las sociedades humanas y el comportamiento de los
individuos que las componen.
Debido al interés del lingüista general por la fonémica y la
fonética178, está obligado a tomar contacto electivo con la lingüística
psicológica, ya que la producción de sonidos consiste en actos de
individuos. Sin duda, el estudio de la creación de sonido arroja poca
información sobre eventos complejos de intercomunicación; sin embargo,
ofrece mucha información con respecto a algunos aspectos especializados
del habla.
(C) CONFUSIONES SINCRÓNICAS Y DIACRÓNICAS.
Es bastante evidente que la psicología científica coopera muy
eficazmente en el esclarecimiento de los problemas de la lingüística
general. Este hecho queda excelentemente demostrado en el análisis de los
problemas del lenguaje sincrónico y diacrónico. Básicamente, el problema
se refiere a la relevancia de los aspectos históricos del lenguaje para la
investigación del lenguaje en cualquier fecha actual. Por un lado, algunos
lingüistas están seguros de que el conocimiento de la naturaleza del
lenguaje sólo puede ser efectivo cuando la historia del lenguaje se incluye
en su estudio. Por otro lado, otros lingüistas han argumentado que la
historia de un idioma, por ejemplo, la descendencia del francés del latín, o
los cambios generales en los idiomas, eran irrelevantes para la comprensión
del idioma o habla actual e inmediata.
A favor de esta última interpretación, de Saussure, quien propuso los
términos “sincrónico” y “diacrónico” en su famoso Curso de Lingüística
General, sostenido por muchos para marcar una nueva tendencia en el
estudio lingüístico, persistió en separar la investigación histórica y actual
del lenguaje. Al final de su Cours publicado póstumamente, declaró que “el
verdadero y único objeto de la lingüística es el lenguaje estudiado en y para
sí mismo179”.
La lingüística sincrónica de Saussure la describió como el estudio de
las formas o signos actuales tal como existen en un eje horizontal
atemporal. El estudio del lenguaje sincrónico proporciona familiaridad con
los elementos unitarios y su combinación en estructuras más grandes. Todas
las estructuras constan de formas estáticas e inalterables.
La lingüística diacrónica enfatiza el aspecto evolutivo y cambiante del
lenguaje. Es puramente social e independiente de los individuos. Otra
característica es que es lo contrario de hablar.
El estudio del habla es, pues, doble: su parte
fundamental —que tiene como objeto el lenguaje, que es
puramente social e independiente del individuo— es
exclusivamente psicológica; su parte secundaria, que
tiene por objeto el lado individual del habla, es decir,
hablar, incluida la fonación, es psicofísica180.
Si bien es ciertamente posible distinguir entre el lenguaje actual y el
histórico, la lingüística psicológica sólo puede rechazar la visión de que el
lenguaje sincrónico es puramente psíquico. La distinción realmente está
entre el comportamiento y las cosas como productos del comportamiento.
Como exponente de la psicología mentalista, el tratado de de Saussure está
repleto de ambigüedades e incluso con errores rotundos. Ninguna fase de la
lingüística es más resistente al cambio que cualquier otro evento. En
general, entonces, la lingüística psicológica puede arrojar una luz
considerable sobre la lingüística general, como lo ilustra el tratamiento de
Saussure de los problemas lingüísticos. Si el Course, algunos creemos, es la
biblia del estructuralismo lingüístico, comparte con todas las biblias las
debilidades del construccionismo imaginario.
El psicólogo científico ve claramente que adoptar un dualismo
psicofísico es negar todo conocimiento de los hechos. Como hemos visto,
de Saussure es un dualista empedernido, por lo que los aspectos realmente
dinámicos y cambiantes del lenguaje provienen del lado psíquico de los
signos. Los signos lingüísticos para él consisten en conceptos e imágenes
sonoras. “El lenguaje existe bajo la forma de una suma de impresiones
depositadas en el cerebro de cada miembro de una comunidad.181” Además,
de Saussure está imbuido de la noción de conciencia o mentalidad
colectiva. Incluso cuando enfatiza fuertemente los problemas de estructura,
se aparta ampliamente de todas las actividades de las personas en el
comportamiento comunicativo y simbólico. Sólo la lingüística psicológica
puede revisar el dicho de de Saussure de que "los datos naturales no tienen
cabida en la lingüística"182.
(D) UNIVERSALES Y ABSOLUTOS.
Un ejemplo instructivo en el que la lingüística psicológica puede
iluminar la lingüística general se refiere al problema de los universales y los
absolutos. Lo que se denomina universales lingüísticos son generalizaciones
de características del habla como el comportamiento humano y las
similitudes y semejanzas de los enunciados, como que las oraciones
consisten en sujetos y predicados, o secuencias de sustantivos y verbos. Lo
que la psicología científica condena son las implicaciones metafísicas
relativas a tales entidades. Una psicología científica evita interpretaciones
fantasiosas de lo que claramente son simples referencias a eventos y su
organización. Lo que se designa como universales son construcciones que
surgen de la observación de que las actividades referentes y simbolizantes
son ajustes a situaciones y circunstancias.
La lingüística psicológica deja en claro que todos esos universales son
simples sustitutos verbales ciegos de las condiciones reales en los campos
lingüísticos. Las uniformidades y necesidades en la gramática o el lenguaje
en general están influenciadas por los eventos que forman los referentes de
las situaciones comunicativas. Los universales se derivan de las similitudes
y uniformidades en los eventos unidos a los estilos de referencia, que se
encuentran en diferentes grupos o comunidades. La lingüística psicológica
exige que se tome la debida atención a la influencia de las situaciones
concretas del entorno sobre el orden y la aceptabilidad de la morfología y la
sintaxis de la gramática.
(E) LEYES Y REGLAS DEL HABLA.
La historia de la lingüística general revela un tremendo impulso hacia
la fijeza, la estabilización y la permanencia. Ejemplos destacados son las
reglas sin excepciones de la Junggrammatiker del siglo XIX y las reglas
internas de las gramáticas transformacionales del siglo XX.
Probablemente hay dos condiciones principales responsables de los
intentos de sustanciar el lenguaje. Uno es el origen tradicional de la
filología a partir de los estudios textuales. Los gramáticos han sido
estimulados a encontrar reglas y orden en el habla. El otro es la fluidez y el
flujo reales en el desempeño del comportamiento comunicativo. Esta
búsqueda de leyes y reglas hace del lenguaje algo muy alejado de lo que
ocurre cuando se realiza una conducta comunicativa.
Desde el punto de vista de la lingüística psicológica, todas las
supuestas leyes, reglas y prescripciones son construcciones completamente
arbitrarias sin tener en cuenta los hechos lingüísticos reales. Los estudiantes
de lenguaje sustituyen las leyes y reglas absolutas por los usos y
convenciones de las referencias. Los estándares del habla o comunicación
se establecen a través de usos basados en diversas circunstancias
individuales y sociales, y luego gobiernan los usos del lenguaje. Otro medio
de cosificar las reglas del lenguaje es la incorporación de usos en
documentos escritos o impresos que luego aparecen como prescripciones
permanentes.
(F) SINTAXIS, EL PROBLEMA DEL ORDEN SERIAL.
La Lingüística general, con su énfasis en la palabra, enfrenta
problemas tales como cómo las palabras se serializan en frases, cláusulas y
oraciones aceptables. Se atribuye mucho misterio a la forma en que las
palabras se organizan en enunciados que se consideran apropiados para los
diversos sistemas lingüísticos. Algunos gramáticos se confunden con el
problema de cómo los niños pueden juntar palabras unitarias para formar
oraciones correctas y significativas. Una sugerencia es que las oraciones
poseen estructuras internas innatas compuestas de elementos o palabras
significativas. Ahora bien, cuando incluso las oraciones cortas compuestas
de elementos significativos comprenden diferentes mensajes, los elementos
deben estar dispuestos significativamente. “Juan ama a María” lleva un
mensaje diferente al de “María ama a Juan”. Ejemplos obvios de la
secuenciación de palabras se encuentran en profusión. Moulton (1914- )
proporciona elementos interesantes del dominio de las comparaciones de
sistemas lingüísticos.

Considere la simple cuestión de preguntarle a una


persona cuál es su nombre. En inglés decimos: “¿Cuál es
tu nombre?” En francés hay que decir lo que nos suena a
“¿Cómo te llamas?” (Comment vous appelez-vous?), en
italiano, "¿Cómo te autodenominas?" (Come si chiama?),
en español, "¿Cómo te llamas a ti mismo?" (¿Cómo se
llama usted?), y en ruso, “¿Cómo te llaman?” (¿Kak vas
zovut?).

La lingüística psicológica ofrece una explicación naturalista de los


problemas de sintaxis o de orden de las palabras. En primer lugar, se debe
prestar atención a los campos o situaciones en los que se encuentran los
hablantes y los oyentes en determinados momentos. Si William dice “Juan
ama a María”, se está refiriendo a un evento conocido o creído y no se
puede realizar ninguna otra combinación de declaraciones en esta situación.
Posiblemente podría decir "María ama a Juan" si estuviera familiarizado
con tal evento, o si creyera que hubo tal evento. Desde un punto de vista
psicológico científico, la sintaxis no es principalmente una cuestión de
palabras que se juntan, sino más bien el comportamiento de los hablantes
que realizan ajustes comunicativos con personas de referencia y referentes
en campos lingüísticos. En resumen, no hay misterio alguno en el orden
serial u otros arreglos de tipo comunicativo.
En cuanto a la comparación entre sintaxis de diferentes sistemas
lingüísticos, es una cuestión de evolución histórica y cultural. Si el lingüista
general estuviera libre de la noción de que el lenguaje o el habla es una
disciplina que se ocupa principalmente de las cosas-palabra, el gramático
histórico podría descubrir las condiciones prácticas que hacen que el inglés
acentúe el tiempo, que el alemán coloque verbos al final de las oraciones y,
en general, dé cuenta de la variaciones en el comportamiento del lenguaje
además de la genealogía de sistemas derivados de fuentes conocidas del
latín como el francés, el español y el portugués.
Una palabra de precaución debe ser interpolada aquí. No es una
perversidad que los lingüistas generales traten la sintaxis como lo hacen. El
hecho es que simplemente siguen los puntos de vista predominantes de la
lógica y la psicología. En consecuencia, debemos distinguir entre la
lingüística psicológica basada en axiomas de campo y la que se basa en la
tradición del yo o la mente, así como la que interpreta la conducta en
términos de funciones cerebrales más o menos independientemente de los
campos interconductuales totales. Es sólo el punto de vista del campo de la
conducta el que puede servir para despejar los misterios entrelazados con la
psicología, es de orden serial desde la sintaxis.
Lashley (1890-1958), un psicólogo conductista, proporciona una
excelente ilustración de la diferencia entre la concepción de campo de las
secuencias ordenadas habituales o institucionales de palabras en oraciones y
los puntos de vista contrastantes de la psicología mentalista y conductista.
En lugar de explicar las variaciones entre el Cree
“kekaweechetusamikowanowow” y el inglés “may it stay with you” como
un comportamiento lingüístico influenciado por las muchas diferencias en
las vidas y culturas de los hablantes contrastantes, propone ver sólo el
proceso de integración de la corteza cerebral. Parece claro que la vista de
campo no sólo es de mayor utilidad sino que también está de acuerdo con
los eventos del lenguaje.
(G) FUNCIONES PARTICIPATIVAS EN EL LENGUAJE.
Debido a la complejidad y las muchas facetas del lenguaje, se
clasifica inmediatamente como un estudio interdisciplinario. Una
apreciación satisfactoria de los procesos de habla y simbolización requiere
la participación y coordinación de aspectos biológicos, físicos,
antropológicos, sociológicos y psicológicos. Esta circunstancia plantea una
serie de problemas graves. ¿Cómo se relacionan los diversos aspectos o
fases del lenguaje y cómo pueden encajar los principios básicos de cada uno
en una visión generalizada teniendo debidamente en cuenta un complejo
armonioso?
Los lingüistas generales dan mucha importancia a la coordinación del
sonido y el sentido, como en los signos de Saussure183 que componen un
concepto y una imagen sonora, o la relación recíproca y reversible de
Ullman184 entre el sonido y el sentido en el significado. Los escritores
mencionados asumen que el lenguaje o el habla se limita a la conducta
aural-oral. Entonces, se deben encontrar respuestas sobre ¿cómo las ondas
de aire y los fenómenos vibratorios que pertenecen a la física se relacionan
con los factores psicológicos de los sentidos? De nuevo, está el problema de
cómo se relacionan los sonidos o los teléfonos a la laringe, los pulmones y
otras partes de la anatomía. Hay muchos otros problemas afines en relación
con los componentes sociales de las situaciones lingüísticas.
Aunque este trabajo se ocupa principalmente de problemas
pertenecientes a la psicología, es necesario considerar las relaciones entre
(a) la física de los estímulos sonoros; y (b) las actividades fisiológicas y
neurológicas de las vías de conducción del sistema nervioso, incluido el
cerebro. Como hemos mostrado a lo largo de este libro, es mítica la historia
convencional que los lingüistas han tomado prestada de la psicología
animista, de que las ondas de aire suscitan impulsos en los receptores
(cóclea) que al llegar al cerebro despiertan ideas o conceptos mentalistas.
Ese tipo de componente psicológico no se armoniza con los eventos
observados cuando los individuos hablan o se les habla.
La psicología científica está comprometida con un principio de
participación con respecto a los diversos componentes de los campos de
comportamiento del habla. En lo que respecta a la relación biológica con los
componentes psicológicos, el funcionamiento de las partes anatómicas
participa en un evento de comunicación más amplio. Los actos del
organismo involucran también la participación de componentes
sociológicos y antropológicos que influyen en muchos aspectos del
comportamiento referencial tales como (a) lo que se dice; (b) en qué estilo;
y (c) en circunstancias particulares. De ninguna manera tales factores
pueden quedar fuera de cualquier análisis de los campos lingüísticos.
CAPÍTULO XXIV
LINGÜÍSTICA PSICOLÓGICA Y FILOSOFÍA LINGÜÍSTICA

_____________________________________________________________
___

PROBLEMAS LINGÜÍSTICOS DE LOS FILÓSOFOS

Entre las relaciones interdisciplinares más significativas que la


lingüística psicológica sostiene con otros estudios, una se refiere a la íntima
conexión de la psicología del lenguaje con la filosofía del lenguaje. Este es
el caso tanto con (1) las interpretaciones filosóficas generales de los eventos
lingüísticos; y (2) la filosofía lingüística especializada desarrollada bajo
títulos tales como Filosofía Analítica, Positivismo Lógico, Análisis
Semántico, Empirismo Científico, Análisis Lógico, Análisis Lingüístico y
Empirismo Lógico. Considero que los aspectos filosóficos del lenguaje
están suficientemente cubiertos en mis diversos comentarios sobre
lingüística general. Como he indicado, la lingüística general está
profundamente impregnada de doctrinas dualistas expresadas en el
acoplamiento de palabras y significados. En este capítulo me ocuparé
principalmente de los problemas de los filósofos lingüísticos en su intento
de liberarse de las cadenas de la metafísica.
Para una apreciación de la naturaleza esencial de la filosofía
lingüística vale la pena referirse brevemente a su desarrollo. Esta rama de la
filosofía surge claramente de una insatisfacción con la perversión de la
metafísica griega. Para los griegos (Aristóteles), la metafísica consistía en
especulaciones naturalistas extrapoladas a partir de observaciones
disponibles o inferencias basadas en observaciones.
Con el declive de las instituciones sociales y culturales de la época
clásica y el surgimiento de la cultura escapista propagada por los clérigos,
la metafísica se convirtió en una industria intelectual exactamente opuesta.
Las especulaciones filosóficas se alienaron de las cosas y los eventos
confrontables, y su observación, y se convirtieron en verbalizaciones y
pseudodescripciones de entidades no naturales y sobrenaturales. El tema de
la metafísica se centró en los poderes y procesos inventados verbalmente en
la simulación ilícita de descripciones de eventos confrontados. Los
referentes eran principalmente entidades espiritistas que existen sólo en las
palabras o símbolos que presumiblemente se refieren a ellos. La metafísica
post-griega asumió y afirmó la dicotomización del mundo y el hombre en
esencias materiales y espirituales.

SOLUCIONES LINGÜÍSTICAS DE PROBLEMAS


FILOSÓFICOS

A pesar de los avances de la ciencia y la tecnología desde el siglo X,


la metafísica espiritualista y ultraespeculativa nunca se ha sublimado por
completo. Sin embargo, la creciente sofisticación filosófica ha generado
algunas objeciones profundas a la forma de pensar puramente religiosa. La
filosofía lingüística representa una oposición crítica formalizada a ella. Así,
un número cada vez mayor de filósofos ha llegado a la conclusión de que la
base del pensamiento erróneo consiste en los usos erróneos del lenguaje. En
consecuencia, una declaración típica de la nueva filosofía es la siguiente.

En filosofía no se estudia física, sino el lenguaje de los


físicos; no la ciencia política, sino el lenguaje de los
politólogos; no la historia, sino el lenguaje de los
historiadores; no religión o teología, sino lenguaje
religioso o teológico185.

La filosofía lingüística nació definitivamente de excelentes


intenciones y saludables motivaciones. Representa una clara apreciación de
que la gran sucesión de sistemas filosóficos históricos ascendió sólo al
intento inútil de crear universos trascendentes últimos y absolutos. En
consecuencia, el siglo XX fue testigo del desarrollo de una inmensa escuela
de pensadores que intentaron revolucionar la filosofía mediante el análisis
lingüístico de palabras, oraciones y proposiciones. Entre los miembros
destacados son bien conocidos los siguientes nombres, entre muchos otros:
Russell (1872-1970), Schlick (1882-1936), Moore (1873-1958),
Wittgenstein (1889-1951), Urmson (1915- ), Carnap (1891-1970), Austin
(1911-1960), Wisdom (1904-), Ayer (1910-), Feigl (190a) y Reichenbach
(1891-1953). Estos escritores, sin embargo, no han aceptado puntos de vista
idénticos del lenguaje analítico y, por lo tanto, han creado grupos diversos.
Cabe señalar que cada unidad enfatiza algún aspecto de la doctrina
común que prefieren. Podría ser (1) la fuente de origen basada en la
admiración de los símbolos matemáticos; (2) la necesidad de precisión de la
referencia influenciada por la formación temprana en estudios clásicos; o
(3) la esperanza de mejorar la filosofía mediante descripciones adecuadas y
categorización de conceptos. Entre otros criterios o apoyos para las
preferencias lingüísticas favorecidas se encuentran la necesidad de
clarificación de proposiciones, o la construcción de lenguajes
supuestamente perfectos para mejorar el estudio filosófico. Indico cinco de
estos subgrupos bajo las siguientes rúbricas.

CINCO VARIANTES DE FILOSOFÍA LINGÜÍSTICA

(1) LINGÜISMO CLÁSICO


Bajo este título se incluye lo que puede designarse como la visión
semiótica tradicional de que, a menos que uno analice el significado y el
sentido del lenguaje, puede estropear su fortuna filosófica. En palabras de
Russell, “creo que la influencia del lenguaje en la filosofía ha sido profunda
y casi no reconocida”186. En realidad hay dos tradiciones bien asentadas
para dejar sin efecto este pronunciamiento. Una es la forma temprana de
filosofía analítica que se basaba en la creencia en la perfección y precisión
lógica y simbólica del lenguaje matemático. Esta fase del lingüismo clásico
es bien conocida desde la atribución de gran potencia de Leibniz (1646-
1716) a una característica universal para resolver todos los problemas
intelectuales. Un ejemplo de filósofo, además de Russell, que se inclina
fuertemente hacia este énfasis es Ayer.
La otra fase del lingüismo clásico surge de la filosofía empirista
inglesa en la que la realidad debe buscarse en el dominio mentalista de los
individuos. Presumiblemente, se evita todo abstraccionismo y, en
consecuencia, se asignan poderosas propiedades a las palabras o al
lenguaje. Para toda la sucesión de Locke (1632-1704), Berkeley (1685-
1753), Hume (1711-1776), Mill (1806-1873) y los que siguieron su estela
intelectual, las palabras que representan las experiencias personales de los
individuos son tomados como garantes de la verdad y el conocimiento,
mientras que las cosas y los eventos reales se almacenan de forma segura en
las mentes o almas de los pensadores.

(2) REFORMISMO LINGÜÍSTICO EN FILOSOFÍA


Dado que el énfasis particular de los cultos lingüísticos está en
función de los antecedentes culturales de los miembros, bien podemos
esperar que los filósofos con antecedentes en el estudio de las lenguas
clásicas antiguas insten a una reforma expansiva de la filosofía lingüística.
Buscarían una mayor claridad en las declaraciones y proposiciones, y
medidas más efectivas para obtener los significados de símbolos, palabras u
oraciones. Los críticos de tales programas de reforma del lenguaje afirman
que tales mejoras lingüísticas son sólo incidentalmente útiles para la
filosofía, ya que el análisis propuesto se refiere solo a elementos
individuales del lenguaje como palabras, sintaxis y modismos187.

(3) LA FILOSOFÍA COMO LENGUAJE IDEAL


Se puede esperar que los filósofos lingüistas considerados
antimetafísicos se vuelvan hacia la ciencia y la lógica en apoyo de sus
esfuerzos por mejorar la filosofía. En consecuencia, analistas lingüísticos
como el filósofo austriaco Carnap se han unido a la proposición de que “la
filosofía es la lógica de la ciencia”188. En esta proposición está implícita la
opinión de que la ciencia y la lógica son antagónicas a la metafísica. En el
artículo mencionado, Carnap afirma que está siguiendo la prescripción de
Hume de que, dado que los volúmenes de teología o matemáticas escolares
no contienen razonamientos abstractos sobre cantidad y número, ni
razonamientos experimentales sobre cuestiones de hecho y existencia,
deben ser arrojados a las llamas189.
El resultado de la antimetafísica de Carnap es creer que el lenguaje
ordinario como base para las proposiciones filosóficas no puede ser
rescatado de las trampas de la falta de sentido. Entonces se debe recurrir a
pasar, del lenguaje inexacto al simbolismo riguroso, que es consonante en
oraciones, y tan abstracto y general como los símbolos matemáticos. El
lenguaje ordinario incluía invariablemente factores sin sentido. El remedio
es construir lenguajes ideales con fines filosóficos. Por medio de tales
lenguajes uno puede entonces construir una teoría formal del lenguaje de la
ciencia, es decir, la sintaxis lógica del lenguaje de la ciencia. La filosofía se
convierte entonces para él en la sintaxis del lenguaje de la ciencia, una
sintaxis que puede servir para construir el mundo.

(4) EN DEFENSA DEL LENGUAJE COMÚN


No es de extrañar que entre los participantes en las discusiones sobre
antimetafísica surja la sospecha de que el análisis lingüístico no es una
panacea para los males de la filosofía. Una demostración de esto es el
desarrollo de los filósofos ingleses G. E. Moore, Strawson (1919— ) y
otros, de que confiar en el uso común de palabras y términos no es un
obstáculo para obtener resultados filosóficos válidos. La implicación es que
la filosofía no necesita apartarse perentoriamente del mundo de las cosas y
eventos cotidianos. Las afirmaciones de lo empírico frente a la actitud
racional no deben negarse mientras no impliquen que todo es reducible a
estados mentales en una mente inexistente.

(5) POSITIVISMO TERAPÉUTICO


Un grupo de filósofos analíticos enfatizó el punto de que el torpe
tratamiento de los problemas filosóficos se debe a infecciones por
confusiones lingüísticas que, como las enfermedades biológicas, requieren
la aplicación de remedios. Wittgenstein, a quien se le atribuye el liderazgo
del grupo terapéutico, en un estilo muy errático y consistentemente
contradictorio, señaló constantemente las deficiencias del habla, su fluidez,
ambigüedad y polisemia. Él mismo, sin embargo, por sus discusiones sobre
las enfermedades del lenguaje, provocó ideas sobre remedios que eran
mucho más incapacitantes que las patologías. Se podría concluir que
Wittgenstein estaba proponiendo una posición clara de que, si bien las
enfermedades del lenguaje eran intolerables, los remedios correspondientes,
debido a las ambigüedades de los problemas lingüísticos, eran
completamente inútiles. En este contexto es interesante recordar la
afirmación de Wittgenstein en su conocido Tractatus Logico-Philosophicus

... la verdad de los pensamientos aquí comunicados me


parece inexpugnable y definitiva. Por lo tanto, soy de la
opinión de que los problemas se han resuelto finalmente
en lo esencial190.

Y también de su renuncia a los “graves errores” del Tractatus en sus


Investigaciones filosóficas póstumas191.
Mérito en abundancia se acumula en el movimiento de la filosofía que
aboga por el manejo cuidadoso y preciso del lenguaje de la filosofía, como
debería ser el caso en cada empresa del habla o la escritura. Sin embargo, es
cierto que los males de la filosofía no pueden curarse con el simple recurso
de controlar el lenguaje. Una pregunta crucial aquí es por qué, si se evita la
metafísica, emprender la empresa de mejorar el lenguaje ordinario o
inventar un lenguaje ideal de algún tipo. Surgen preguntas relacionadas:
¿qué es el lenguaje y cuáles son sus funciones? ¿Cuáles son los criterios de
un lenguaje adecuado o eficaz? Entre los defensores de la filosofía
lingüística ciertamente parece no haber una apreciación universal de la
naturaleza precisa del lenguaje, ya sea como comunicación general o como
descripción técnica. Una falla destacada de la postulación del lenguaje de la
filosofía lingüística es que se supone que el lenguaje consiste en
proposiciones u oraciones autosuficientes que son independientes de los
campos conductuales concretos del pensamiento y el razonamiento. Lo que
falta es la apreciación de situaciones completas en las que las descripciones
e interpretaciones juegan su papel sobre la base de problemas,
presuposiciones y conclusiones racionales.
ANÁLISIS CRÍTICO DE LA FILOSOFÍA LINGÜÍSTICA

Paso ahora a un análisis crítico de la filosofía analítica o lingüística, y


explicó los detalles de esta fase de la lingüística desde los puntos de vista de
la ciencia, la filosofía, la psicología y la lingüística. Desafortunadamente,
descubrí de inmediato una serie de debilidades en estos cuatro aspectos de
la filosofía lingüística. Primero considero las dificultades lingüísticas.

A. INSUFICIENCIAS DE LA LINGÜÍSTICA ANALÍTICA

(1) AUTONOMÍA Y FIJACIÓN DE PALABRAS Y ORACIONES


La lectura de escritos sobre filosofía lingüística indica claramente que
este movimiento se relaciona con la lingüística convencional en la que el
lenguaje se considera como objetos o cosas y no como comportamiento
psicológico. Por supuesto, las palabras y oraciones como expresiones
transcritas o como símbolos son productos de la conducta, pero la conducta
y sus productos nunca deben confundirse. Si son confundidas, se producirán
todo tipo de interpretaciones erróneas. .
Las fijaciones de eventos comunicativos en el dominio de la filosofía
se observan más fácilmente en el campo de la lógica. Allí las palabras se
convierten en términos, oraciones y proposiciones. Los tres son
manipulados como objetos independientes fijos en sistemas diseñados para
establecer pruebas, creencias o verdades. Naturalmente, los lógicos tenían
que tratar con el lenguaje como vehículo de todos los argumentos,
preguntas sobre las cosas o la integridad y validez de las afirmaciones. Para
ellos, los sistemas lógicos eran organizaciones estructurales de elementos
lingüísticos. Así, la lógica ha sido diversamente exaltada como disciplina
autónoma y como leyes de inferencia o razonamiento capaces de
proporcionar un conocimiento firme y una verdad absoluta.
No es necesario señalar que el origen y desarrollo del trabajo lógico
surgió de problemas que debían ser enfrentados para que el uso de términos
y proposiciones fueran en realidad dispositivos funcionales para asegurar la
convicción y para sistematizar cosas y acciones en circunstancias
específicas.

(2) RELACIÓN ENTRE EL LENGUAJE Y LA "REALIDAD"


Gran parte de la fijación del lenguaje bien puede atribuirse a la noción
de los filósofos analíticos de la correspondencia necesaria del lenguaje con
algún tipo de realidad relativa o absoluta. Como hemos visto, los filósofos
analíticos pueden favorecer una actitud racionalista o empirista. Pero en
cualquier caso, se pierde de vista el hecho de que el lenguaje es un tipo
definido de comportamiento con funciones distintivas, mientras que las
cosas, las personas y los eventos a los que se hace referencia o simbolizan
consisten en componentes reales de situaciones en las que las personas
confrontan las cosas directa o implícitamente. Es ese comportamiento, y
esas cosas con las que interactúa, lo que contiene cualquier realidad que
pueda suponerse. La aceptación de una relación de términos fijos y realidad
absoluta continúa las tradiciones metafísicas históricas.

(3) MAL USO DEL CONCEPTO Y DEL TÉRMINO “SIGNIFICADO”


Para el filósofo, el significado es el cemento que une las cosas de la
palabra o la oración a las cosas y condiciones del discurso filosófico. En
consecuencia, el significado se trata como una característica esencial de la
filosofía lingüística192. Como se expresa convencionalmente, la pregunta
filosófica básica es "¿Cuál es el significado de una palabra o una oración?"
Esta pregunta se ilustra mediante la distinción entre proposiciones u
oraciones analíticas y sintéticas. En el primero se presume que el
significado está firmemente fijado en los términos o palabras. Cuando Kant
declaró que la oración "Todos los cuerpos son pesados" no es analítica,
pensó que no se trataba de un significado inherente o tautológico. El
significado de pesadez o gravedad no está contenido en el concepto o
término “cuerpo”.
Ahora bien, aunque algunos filósofos lingüísticos recientes o actuales
pueden rechazar la distinción implícita de lo empírico a priori como
metafísico, no se apartan de las nociones pseudopsicológicas de la mente,
los conceptos mentales, etc. Esto se indica en la separación de las palabras
de los significados. Lo que es tan objetable en la dicotomía palabra-
significado es el estímulo que permite confundir las descripciones y lo
descrito. Claramente, los filósofos lingüísticos no logran apreciar que el
lenguaje, ya sea considerado como palabras o como enunciados, son sólo
referencias o indicadores de cosas o designaciones. Por supuesto, en una
cultura alfabetizada, los actos de expresión o referencia se vuelven
rigurosos en las estructuras alfabéticas. Entonces se convierten en cosas,
productos de actos. Tanto los actos como los productos son factores en
campos complejos que influyen en el carácter de cada uno.

(4) NOCIÓN EQUIVOCADA DE SIGNIFICADOS


Considerar los significados como propiedades de las palabras en
asociación es adoptar fantasías. Los significados se vuelven sobre esta base
esencias o poderes trascendentales, que residen en actos cristalizados o
derivaciones de actos. Lo que se pasa por alto es que en palabras o términos
estándar o institucionalizados, los usos o manipulaciones de palabras han
sido iniciados y llevados a cabo en algún momento pasado por uno o más
individuos. El modelo es el uso o la regla en el vocabulario o la gramática
en el habla estándar o propia. Los ejemplos son "carne y bebida", que se
usaban de manera diferente en épocas anteriores. Cierto es que tales
significados pueden solidificarse y perdurar y, por lo tanto, aparecer como
existentes permanentemente, pero el proceso de origen y continuación no
puede dejarse de lado. Además, los “cambios de significado” son tan
constantes que sólo pueden fijarse engañosamente.

B. INSUFICIENCIAS DE LA FILOSOFÍA ANALÍTICA

(1) FILOSOFÍA LINGÜÍSTICA UN TIPO DE METAFÍSICA


A pesar de la afirmación de los filósofos lingüísticos de que su
movimiento es y fue designado como antimetafísico, no es nada por el
estilo. En realidad, la filosofía lingüística es una variante distinta de la
metafísica clásica. La filosofía lingüística justifica ampliamente el
comentario de Bradley (1846-1924)193 en el sentido de que quienes están
dispuestos a probar que el conocimiento metafísico es imposible, son
metafísicos hermanos con una teoría rival de los primeros principios.
Básicamente, la filosofía analítica mantiene el interés tradicional en
problemas metafísicos como la verdad última, el ser absoluto, el a priori, el
yo, la mente o el alma, la existencia de otras mentes, los datos privados, etc.
Lo que propone es meramente un “mejor método” para tratar ese supuesto
tema.
Lo enormemente exagerada que se vuelve la filosofía lingüística está
implícito en la idea de que la filosofía está disociada de cosas y eventos
concretos, y sólo se preocupa por el lenguaje utilizado. La calidad del
lenguaje utilizado debe juzgarse por criterios tales como la coherencia
lógica, el significado literal y la verificabilidad. Una declaración
significativa aquí es la de Ayer.

Nuestra acusación contra el metafísico no es que intente


emplear el entendimiento en un campo en el que no
puede aventurarse provechosamente, sino que produce
oraciones que no se ajustan a las condiciones bajo las
cuales una oración puede ser literalmente
significativa194.

Ahora bien, aunque el escritor citado habla del metafísico como


alguien que trasciende los límites de la posible experiencia de los sentidos,
él mismo se aleja de las cosas y eventos reales como en la siguiente
declaración.

... las proposiciones de la filosofía no son fácticas, sino


de carácter lingüístico, es decir, no describen el
comportamiento de los objetos físicos, ni siquiera
mentales; expresan definiciones, o las consecuencias
formales de las definiciones. En consecuencia, podemos
decir que la filosofía es un departamento de la lógica.
Porque veremos que la marca característica de una
investigación puramente lógica es que se ocupa de las
consecuencias formales de nuestras definiciones y no de
cuestiones de hecho empírico.195"

Por mucho que admiremos la intención de la escuela de análisis


lingüístico de mejorar el pensamiento filosófico, no podemos pasar por alto
su error básico de abstraer el lenguaje de las situaciones humanas reales en
las que ocurre. Incluso cuando los filósofos se limitan a textos o
proposiciones codificadas, presuponen que el lenguaje consta de palabras
únicas o cadenas y sistemas de palabras más significados. Bien podemos
suponer que la filosofía no puede ser revolucionada o mejorada de otro
modo excepto pensando en términos de individuos o conjuntos de
individuos que desarrollan actitudes significativas hacia las cosas y los
eventos que realmente confrontan. Sólo así se puede eliminar el absoluto, la
certeza y la trascendencia. Ahora debemos considerar algunas muestras
representativas del lenguaje tratado por los filósofos analíticos.
Las maneras en que se tratan las palabras y sus significados en la
filosofía lingüística se indican en el siguiente extracto de las
Investigaciones filosóficas de Wittgenstein.

Si uno dice “Moisés no existió”, esto puede significar


varias cosas. Puede significar: los israelitas no tenían un
solo líder cuando se retiraron de Egipto—o: su líder no se
llamaba Moisés: o no puede haber alguien que haya
logrado todo lo que la Biblia relata de Moisés o: etc.—
Podemos decir, siguiendo a Russell: el nombre “Moisés”
puede definirse por medio de varias descripciones. Por
ejemplo, como “el hombre que condujo a los israelitas por
el desierto”, “el hombre que vivió en ese tiempo y lugar y
que entonces se llamaba 'Moisés'”, “el hombre que de
niño fue sacado del Nilo por la hija del faraón” y así
sucesivamente. Y en consecuencia, cuando asumimos
una u otra definición, la proposición "Moisés no existió"
adquiere un sentido diferente, y lo mismo ocurre con
cualquier otra proposición sobre Moisés. Y si se nos dice
"N no existió", preguntamos: ¿Qué quieres decir?
¿Quieres decir ... o … etc?”196

El lenguaje, según la psicología naturalista, contrasta poderosamente


con este énfasis en las palabras o combinaciones de palabras y el
significado supuestamente inherente a ellas. Puede parecer que el filósofo
lingüístico se aleja un poco de este tratamiento extremo de las palabras
como cosas misteriosamente asociadas con significados impalpables cuando
se da cuenta de que las mismas palabras pueden contener o expresar
diferentes significados para diferentes personas. Pero esta no es toda la
historia. Las interpretaciones del significado de las palabras de la filosofía
lingüística parecen completamente divorciadas de las situaciones concretas
en las que los individuos realizan reacciones verbales y simbólicas. Este
punto se aplica tanto a la intercomunicación filosófica como al
comportamiento lingüístico cotidiano.
Desde el punto de vista de la psicología lingüística no puede
subrayarse tal diferenciación entre el lenguaje filosófico y el de sentido
común. El hecho de que los filósofos lingüísticos no se adhieran a este
punto surge del hecho de que presuponen inconscientemente algún tipo de
principios metafísicos que son muy diferentes de las circunstancias
ordinarias de la vida individual y social. El ejemplo anterior de Wittgenstein
apoya el punto de vista de Ryle (1906- ) y Ayer de que el trabajo de los
filósofos es más bien "resolver acertijos" que descubrir verdades197.

(2) MANTENIMIENTO DE LAS TRADICIONES VENERABLES


La filosofía lingüística no es un único movimiento unido sino que,
como hemos visto, consta de una serie de unidades sectarias. Además, los
miembros participantes formulan y reformulan continuamente sus propios
puntos de vista sobre lo esencial de sus creencias. Aún así, existe una
unidad decidida entre ellos en el mantenimiento de la fe tradicional en la
universalidad y ultimidad de los pronunciamientos filosóficos. Ninguno de
los miembros de la hermandad asimila la visión de la filosofía como
orientación concreta de las cosas y los acontecimientos.
Específicamente, las filosofías lingüísticas se ocupan de los
problemas del empirismo, el racionalismo y, en general, las epistemologías
y ontologías históricas que han vuelto inútil la discusión filosófica durante
varios milenios.

(3) CONCEPTOS ERRÓNEOS SOBRE LAS FUNCIONES LINGÜÍSTICAS


Desde el punto de vista de este libro, uno de los defectos más
flagrantes del análisis lingüístico es el empeño inveterado por alcanzar la
validez absoluta. Los lingüistas semánticos apenas reconocen el aspecto
referencial del lenguaje. El interés por los símbolos se llevó tan lejos como
para hacerlos tan abstractos como para sustraer al lenguaje de toda conexión
con el mundo de las cosas y los acontecimientos. Los filósofos lingüistas
hablan del mundo, pero aún no aprecian que el lenguaje es tanto, en su
aspecto referencial, como simbólico, las actividades de los individuos
cuando reaccionan ante objetos presentes o ausentes, o ante algunas
cualidades o propiedades de ellos. Lo que se les escapa es el punto
fundamental de que el rechazo filosófico es una cuestión de saber sobre las
cosas y los acontecimientos. En lo que consiste el lenguaje son en
respuestas que en muchos casos son puramente metafóricas. Esencialmente,
ninguna reforma o modificación de las palabras puede afectar la naturaleza
de las cosas, sino sólo las relaciones de las personas con las cosas y los
eventos. Es un gran error de los filósofos en general no concentrarse en las
cualidades de los acontecimientos que se supone que evalúan e interpretan.
Dado que no es posible que un individuo reproduzca las respuestas del
lenguaje exactamente de la misma manera, debe notarse que las variaciones
en las categorías y descripciones pueden clasificarse como mejores o peores
solo con el propósito de comprender las cosas confrontadas.
Atribuir a las funciones del lenguaje un poder tan grande como para
corregir los males de la especulación histórica es desafiar todas las
probabilidades. Pero esto no es negar que en el lenguaje filosófico, como en
la gramática ordinaria, existen criterios de excelencia y escalas de
propiedad. Por supuesto que en filosofía, al igual que en la gramática
ordinaria, los estándares varían, por lo que la conformidad con los criterios
de suficiencia o excelencia tiene que ver más con las actitudes personales
de los pensadores y no tanto con la corrección del punto de vista con
respecto a las cosas y acontecimientos a los que uno se orienta. A lo que
equivale el énfasis en la función y el poder de los símbolos es al descuido
de las cosas y los eventos a los que se hace referencia o sobre los que se
desarrolla una actitud. Lo que es igual de malo es la consecuencia de que
los signos, símbolos, proposiciones y enunciados se hacen idénticos a las
cosas significadas198. Este procedimiento se remonta, por supuesto, a la
vieja idea solipsista de transmutar el mundo en la propia conciencia interior.
Este procedimiento se remonta, por supuesto, a la vieja idea solipsista de
transmutar el mundo en la propia conciencia interior. Deberíamos esperar
que si el Positivismo Lógico constituye una mejora genuina en el filosofar,
se alejaría tímidamente de las nociones solipsistas y también de los estados
mentales y la conciencia.

4) LÓGICA INADECUADA
Las inclinaciones abstraccionistas y formalistas de los analistas
lingüísticos conducen directamente a puntos de vista inadecuados sobre la
lógica. La filosofía, declaran, no es más que lógica, y la lógica no es más
que la conjunción rígida de proposiciones o enunciados no contradictorios.
Cuando Carnap declara que "la filosofía es la lógica de la ciencia", y que el
fin último de la ciencia es lograr un lenguaje ideal, bien podemos
preguntarnos qué puede hacer este tipo de lógica por el avance de la ciencia
o la filosofía. Es un claro fracaso de la lógica de la filosofía lingüística para
llevarse bien con el origen y la historia de las actividades lógicas. Dado que
todas las fases de un sistema filosófico se articulan entre sí, no sorprende
que la fase lógica sea insatisfactoria e ineficaz como parece ser.
Lo que falta por completo en las opiniones de los filósofos
lingüísticos es que la lógica, tal como realmente se originó y desarrolló,
consiste en la construcción de sistemas. Los materiales que se sistematizan,
los objetivos del constructor del sistema y el tipo de productos del sistema
dependen de muchos factores. Sobre todo, cualquier formalismo, fijeza y
certeza de que pueda presumir cualquier sistema o construcción de
sistemas, debe atribuirse a circunstancias concretas, involucrando
trabajadores, recursos, de tales criterios seleccionados y valorados entre
otros. No es el menor de los elementos sobre los que el lógico debe tener
cuidado son las condiciones de trabajo, la claridad y los logros de la ciencia,
incluida la psicología. Que las personas estén familiarizadas con el trabajo
real de la ciencia y lo que produce es un poderoso antídoto para la
aceptación de las nociones tradicionales de lógica y filosofía.
Es incuestionable que la lógica consiste en la construcción de
sistemas, la construcción de estructuras a partir de cosas, acciones y
cualquier otro objeto de interés, necesidad o deseo. Por lo tanto, limitar la
naturaleza de la lógica a un solo sistema particular, ya sea de palabras,
proposiciones o símbolos matemáticos, es malinterpretar la naturaleza de la
lógica, así como las formas lingüísticas o los símbolos que sirven como
materiales de construcción.

C. INSUFICIENCIA DEL TRABAJO Y CONOCIMIENTO CIENTÍFICO


Dado que el análisis lingüístico estaba destinado a ser el oponente
efectivo de la metafísica, inevitablemente se vuelve hacia el pensamiento
científico como archi antimetafísica. Pero, lamentablemente, los analistas
lingüísticos no mantienen una noción válida de ciencia. La ciencia misma
se reduce ilegítimamente a una serie de proposiciones o afirmaciones. Esto
equivale a confundir la descripción o referencia lingüística, incluidos los
hallazgos aceptados del trabajo científico, con la ciencia misma. La ciencia
es una tarea de trabajo: el intento de determinar la naturaleza y el
funcionamiento de las cosas y los eventos. Este último consta de cuerpos,
ya sean tomados como objetos concretos, estrellas, nubes, células,
elementos químicos orgánicos o compuestos junto con sus interacciones y
actuaciones en campos definidos. En ningún sentido se puede identificar al
trabajador y su trabajo con las cosas y los acontecimientos que estudia, y
mucho menos con referencias lingüísticas o simbolizaciones.

D. INSUFICIENCIA DE LA PSICOLOGÍA
Siendo el lenguaje el comportamiento de las personas o el producto
de tal comportamiento, corresponde a aquellos que hacen del lenguaje un
tema central de sus estudios y argumentos ser meticulosos en su
comprensión y uso de palabras, términos, signos, símbolos y combinaciones
de tales elementos. Este no parece ser el caso. El gran énfasis en la
abstracción y el vacío de las proposiciones en aras de la claridad y la
consonancia sirve para ocultar el lugar real que ocupan las personas en la
empresa filosófica. Claramente, los filósofos analíticos, como la mayoría de
los filósofos en general, parecen no estar ilustrados con respecto a la
psicología en su evolución naturalista moderna.
Por esta razón, abierta o implícitamente, operan bajo la idea errónea
de que el organismo humano consiste en una mente y un cuerpo. Esto indica
que no se observa que los organismos no se conciben como realmente son,
sino a través de la neblina brumosa de la tradición metafísica inventada por
los clérigos de los primeros siglos de la era cristiana. Por lo tanto, sus
puntos de vista están repletos de nociones falaces sobre conceptos,
oraciones, definiciones y proposiciones.

CONCLUSIÓN

La principal lección que debe aprenderse de un breve examen de la


filosofía lingüística es la gran confusión y ambigüedad que surgen cuando
las palabras, los símbolos y las sintaxis de tales elementos se consideran
objetos autónomos. Todo tipo de argumentos mal fundados se pueden
construir con cosas tales como materiales de construcción. Muchas sectas
pueden organizarse para formular creencias predilectas en el análisis, uso y
significado del lenguaje. Algunos ejemplos son los acertijos extraídos de
una proposición o declaración simple, por ejemplo, "El autor de Waverly
fue Scotch". A. J. Ayer da como equivalente "Una persona, y sólo una
persona, escribió Waverly, y esa persona era Scotch". Russell interpreta esta
declaración como equivalente a una conjunción de las tres proposiciones:
"Al menos una persona escribió Waverly", "A lo sumo una persona escribió
Waverly" y "Quien escribió Waverly era Scotch".
En la base de tales acertijos se encuentran las suposiciones dualistas
falsas de que los objetos están ubicados en las "mentes" de las personas, o
que se encuentran fuera de las "mentes" pero requieren una evaluación o
interpretación mental.
A la luz de las doctrinas de este libro, todas las ambigüedades y malas
interpretaciones que se encuentran en los escritos de filosofía lingüística
existen únicamente debido al descuido de la evolución real del habla y la
simbología entre las personas y las ocasiones específicas de las
declaraciones o transcripciones de contenidos, declaraciones, o fórmulas de
todo tipo. Para aprovechar las lecciones que se pueden aprender de los
errores de la filosofía lingüística, es esencial estar libre de la lógica, la
psicología y la filosofía que continúan las mitologías históricas instaladas
en estas provincias del pensamiento y el razonamiento, así como de las
exigencias culturales. que les dio origen.
REFERENCIAS
________________________________________________________

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ÍNDICE DE NOMBRES199
________________________________________________________
Abercrombie, D.,
Aristode (384-422 B.C.)
Austin, J. L. (1911-1960)
Ayer, A. J. (1910- )
Baldwin, J. M. (1861-1934)
Bechterev, V. M. (1857-1947)
Bennet, D. C.,
Berkeley, C. (1685-1753)
Bloomfield, L. (1887-1849)
Boas, F. (1858-1942)
Bolinger, D. (1097- )
Bopp, F. (1791-1867)
Bowers, F.,
Boyle, R. (1627-1681)
Bradley, J. H. (1846-1924)
Brain, W. R. (1895- )
Broca,P. P. (1854-1880)
Buklew, J. (1914-1974)
Carnap, R. (1881-1870)
Chafle, W. L. (1927- )
Chauer, G.(1340-1400)
Chomsky, N.(1928- )
Cofer, C. N. (1916- )
Cole, M. (1933- )
Croce, B. (1866-1952)
Darwin, C. (1809-1882)
Delbrück, B. (1842-1922)
de Saussure, F. (1857-1913)
Dillard, J. L. (1924- )
Dobzhansky, T. (1900-1976)
Ebbinghaus, H. (1850-1909)
Euclid (440-? a.c.)
Feigl, H. (1902- )
Firth, J. R. (1890—1960)
Fouts, R. F. (1943- )
Freud, S. (1856-1939)
Galileo, G. (1564-1642)
Gardiner, A. H.(1879-1963)
Gardner, B.T. 1933- )
Gardner, R. A. (1930- )
Gault, R. H. (1874-1972)
Gawronski, J. J.,
Gill, T. V.,
Goldstein, K (1878-1965)
Gorki, M. (1868-1836)
Grassman, H. (1809-1887)
Green, J. (1900- )
Grimm, J. (1785-1863)
Haugen, E. (1906- )
Hayes, C. (1921- )
Head, H. (1861-1940)
Hegel, G W. F. (1770-1831)
Herbart, J. F. (1776-1841)
Herder, J. G. (1744-1803)
Herman, B. T. (1916- )
Hinde, R. A. (1923- )
Hocart, A. (1884-1939)
Hockett, C. F. (1916- )
Householder, F. W. (1913-)
Hume, D (1711-1776)
Irion, A. L. (1918- )
Jackson, J. H. (1835-1911)
James, W. (1842-1910)
Jespersen, 0. (1860-1943)
Kant, I. (1724-1804)
Kantor, J. R. (1888- )
Katz, D. (1884-1953)
Keller, H.,
Kellogg, L. A.,
Kellogg, W. N. (1898-1972)
Kierkegaard, S. (1813-1855)
Krober, A. L.,
Lachman, R. (1934- )
Lashley, K.S. (1890-1958)
Lazarus, H (1824-1903)
Leibniz, G. W. (1646-1716)
Lindzey, G.,
Locke, J. (1632-1704)
Lowie, R. H. (1883-1957)
Luria, A. R. (1902- )
Macaulay, T. B. (1800-1859)
Malinowski, B. (1884-1842)
Marett, R. R. (1866-1943)
Marie, P. (1853-1940)
Martinet, A.,
McBride, K. E. (1904-1976)
McCarthy, D. A. (1906- )
McGeoch, J. A. (1897-1942)
Meade, G. H. (1863-1931)
Meneghello, L.,
Mill, J. S. (1806-1873)
Mistler-Lachman, J. L.,
Moldavan, A.,
Moore, G. E. (1873-1958)
Morf, J. (1854-1921)
Morris, C. (1901- )
Moulton, W. G. (1914- )
Müller, F. M. (1832-1900)
Musgrave, B. S.,
Newton, I. (1642-1727)
Noiré, L. (1829-1889)
Ogden, C. K. (1889-1957)
Osgood, C. E. (1916- )
Paget, R. (1869-?)
Paul, H. (1846-1921)
Pavlov, I. P. (1849-1936)
Pear, T. H. (1886- )
Pierce, C. S. (1839-1914)
Piaget, J. (1896-)
Pillsbury, W. B. (1872-1960)
Plato (447-347 a. c.)
Pontecorvo, B. (1913- )
Premack, D. (1925- )
Preyer, W. (1841-1897)
Prince,
Pronko, N, H. (1908- )
Rask, R. C. (1787-1832)
Ratner, S. C. (1925-1976)
Reichenbach, H. (1891-1953)
Rice, F. E. (1938- )
Richards, I. A. (1893- )
Rorty, R.
Royce, J. (1863-1916)
Rumbaugh, D. N. (1929- )
Russell, B. (1900- )
Ryle, G. (1900- )
Sapir, E. (1884-1939)
Saporta, S. (1925- )
Schlick, M. (1882-1936)
Seymour, B. F.,
Shakespeare, W. (1564-1616)
Shannon, C. L. (1916- )
Shaw, G. B. (1856-1950)
Shinn, M. W. (1858-1940)
Silone, I. (1900- )
Smith, N. W. (1933- )
Spurgeon, C. H. (1834-1882)
Sócrates (469-399 a. c.)
Steinthal, H. (1823-1899)
Stern, C.
Stern, W. (1871-1938)
Stevens, S. S. (1906-1973)
Strawson, P. F. (1919- )
Suci, J. S.
Sutherland, J.,
Taine, H. D. (1828-1893)
Talleyrand, C. M. (1754-1838)
Tannenbaum, P. H.,
Thomson, P.,
Thompson, M. R.,
Thorndike, E. L. (1874-1949)
Tomb, J. W.,
Ullmann, S. (1914- )
Urmson, J. 0. (1915- )
Veatch, H.B. (1911- )
Verner, I. (1946-1896)
von Glasersfeld, E. C.,
von Humboldt, A. (1769-1859)
von Humboldt, W. (1767-1859)
von Schelling, T. W. J. (1775-1854)
Watson, J. B. (1878-1958)
Wegener, P. (1848-1916)
Weisenberg, T. A. (1876-1934)
Weiss, A. P. (1879-1931)
Wernicke, C. (1848-1905)
Whitehead, A. N. (1861-1947)
Wilkins, J. (1614-1672)
Wilson, E. (1895-1972)
Wisdom, A. J. T. D. (1904- )
Wittgenstein, L. (1889-1951)
Wolf, I. S. (1914- )
Wundt, W. N. (1832-1920)
Notes
[←1]
En esta lista se incluyen los comportamientos comunicativos que involucran el habla
del tambor y el silbido de varias comunidades.
[←2]
An Analysis of Language Data, Psychological Review, 1922, 29, 267—309. Can
Psychology Contribute to Linguistics? Monist, 38, 630-648. Language as Behavior
and as Symbolism, Journal of Philosophy, 1928, 26, 150-158. The Role of Language
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Analysis, 1975, 1, 259-268.
[←3]
Publicado en Psychological Review, 1922, 29, 267-309.
[←4]
Sapir, E., Philology, Encyclopaedia Britannica, 13th Edition, 1926.
[←5]
James, W. Principles of Psychology, New York: Holt, 1890, Vol. II, p. 356.
[←6]
Los sistemas de respuesta son las unidades del comportamiento psicológico; ver
cap. IX.
[←7]
Forma de hablar característica de cada persona (cuando la expresión es por escrito,
puede denominarse estilo). Nota del Traductor (En lo sucesivo: N. del T.).
[←8]
Gardiner, A. H., The Theory of Speech and Language. Oxford: Clarendon Press,
1960, Second Edition, p. 107 ff.
[←9]
Kantor, J. R., An Objective Psychology of Grammar, Bloomington: Indiana U. Science
Series, 1936.
[←10]
N. del T.: De hecho, este libro constituye la “segunda parte” del libro antes indicado.
Pero consideramos que el lector debe tener un conocimiento avanzado del análisis
gramatical antes de proceder con su lectura.
[←11]
N. del T.: En el original esta palabra aparece en francés.
[←12]
N. del T.: Homogénico significa que la persona interactúa consigo misma, como en la
conversación consigo mismo, mientras que heterogéneo se refiere a la reacción del
habla interpersonal ordinaria. Cf. Kantor, J. R., Principles of Psychology,
Bloomington: Indiana U. Press, 1924-6, vol. II, Cap. sobre reacciones
interpersonales.
[←13]
N. del T.:En el original esta frase aparece en inglés..
[←14]
N. del T.:El autor analiza las palabras que forman la oración original: “A soldier kills a
farmer”.
[←15]
vendré
[←16]
Ver cap. XXIV
[←17]
Carnap, R., Introduction to Semantics, Cambridge: Harvard U. Press, 1942, p. 9.
[←18]
Ver cap. XI
[←19]
Aquí, también, saber o reconocer que la linterna o la palabra representan algo no es
lenguaje, sino otro tipo de actuación psicológica.
[←20]
La reacción de A, por supuesto, puede ser provocada por algo que sustituya al
estímulo de ajuste. Pero, ¿un símbolo es un estímulo sustituto? Cf. Cap. III, p. 54.
[←21]
Sea implícito o explícito
[←22]
En los últimos años existe una manifiesta tendencia a ampliar esta proposición para
que diga "el lenguaje es un método de comunicar ideas, emociones y deseos".
[←23]
Los datos crudos pueden involucrar, por supuesto, las cosas más abstractas. Los
científicos pueden estudiar los objetos más inverosímiles de los cuentos mitológicos.
Aquí los datos crudos son las creencias o relatos de personas; en otras palabras,
acciones de individuos. Mediante el estudio del comportamiento, el científico puede
incluso atrapar en su red lo inexistente y lo inexistente.
[←24]
Concedido que los actos de conciencia son fenómenos sutiles, pero este hecho no
garantiza convertirlos en algo que no son, es decir, estados de conciencia. Tenemos
descripciones satisfactorias de tales actos. Véase Kantor, J. R., Principles of
Psychology, Bloomington: Indiana U. Press, 1924-6, Chaps. On Sensing and
Perceiving; and Kantor, J. R., and Smith, N. W., The Science of Psychology, Chicago:
Principia Press, 1975, Chap. On Perceiving Interactions.
[←25]
Un shibboleth es una especie de contraseña lingüística: una forma de hablar (una
pronunciación o el uso de una expresión particular) que utiliza un grupo de personas
para identificar a otra persona como miembro o no miembro de un grupo particular.
grupo. El grupo que hace la identificación tiene algún tipo de poder social para
establecer los estándares de quién pertenece a su grupo: quién está "dentro" y quién
está "fuera".
[←26]
Algunas reacciones se pueden llevar a cabo de manera analógica. Por ejemplo, el
niño al encontrarse por primera vez con un pony puede llamarlo perro grande.
[←27]
Ver Kantor, J. R., The Evolution of Mind, Psychological Review, 1935, 42, 455-465.
See also Kantor, J. R., and Smith, N. W., The Science of Psychology, Chicago:
Principia Press, 1975.
[←28]
Quizás deberíamos decir, más bien, que la civilización y los fenómenos psicológicos
complejos se desarrollan simultáneamente. Sin embargo, para reacciones
específicas, podemos decir que la civilización es un prerrequisito previo del
desarrollo.
[←29]
El material de este capítulo es un resumen de Kantor, J. R., and Smith, N. W., The
Science of Psychology, Chicago: Principia Press, 1975.
[←30]
Steinthal, H., Grammatik, Logik, und Psychologie, Berlin: Dümmler, 1855, pp. 387 ff.
además de las referencias de esas páginas.
[←31]
Cf. El ensayo inicial de Steinthal, H., y Lazarus, M,Zeitscchrift für Volkerpsychologie
und Sprachwissenchaft, 1860.
[←32]
Herbart, G. F., A Test-Book in Psychology, New York; Appleton, 1891.
[←33]
Wundt vaciló mucho sobre este asunto.
[←34]
Wundt, W. M., Völkerpsychologie, Leipzig: Englemann, 1904, Second Edition, Erster
Band: Die Sprache.
[←35]
Paul, H., Prinzipien der Sprachegeschichte, Halle: Niemeyer, 1898, Third Edition.
[←36]
Mead, G. H., A Behavioristic Account of the Significant Symbol, Journal of
Philosophy, 1922, 19, 157-163.
[←37]
Mead, G. H., The Relation of Psychology and Philology, Psychological Bulletin, 1904,
1, 375-391; Social Consciousness and the Consciousness of Meaning, Ibid., 1910, 7,
395-405; What Social Objects Must Psychology Presupposed? Journal of Philosophy,
1910, 7, 174-180; and The Mechanism of Social Consciousness, Ibid., 1912, 401—
406.
[←38]
Baldwin, J. M., Mental Development in the Child and the Race, New York: Macmillan,
1907, Third Edition. También, Social and Ethical Interpretations in Mental
Development, New York: Macmillan, 1913, Fifth Edition.
[←39]
Royce, J., Outline of Psychology, New York: Macmillan, 1903.
[←40]
Boas, F., Handbook of the American Indian Languages, 1911, Part I, Introduction.
[←41]
Marett, R. R., Anthropology, New York: Holt, 1911, Chap. on Language.
[←42]
Hocart, A., The Psychological Interpretation of Language, British Journal of
Psychology, 1912, 5, 267—280.
[←43]
Malinowski, B., The Problem of Meaning in Primitive Language, in Ogden, C. K.,
and Richards, I. A., The Meaning of Meaning, New York: Harcourt Brace, 1923.
[←44]
Chafe, W. L., Meaning and the Structure of Language, Chicago: U. Chicago Press,
1970, p. 16.
[←45]
Representado en la fig. 7
[←46]
Ver Gardiner, A. H., The Theory of Speech and Language, Oxford: Clarendon Press,
1932.
[←47]
Wegener, P., Untersuchungen über die Grundfragen des Sprachlebens, Halle:
Niemeyer, 1885
[←48]
Ver nota 3 en la página anterior.
[←49]
N. del T.: El autor emplea el término mediative cuya traducción literal sería
“mediativo” pero en castellano es más usual el término mediacional. Por esta razón.
Hemos optado por esta traducción.
[←50]
N. del T.: Desde los 70, en México se adoptó la traducción de los términos “referor” y
“referee”, que emplea el autor, como referidor y referido lo cual no viola el sentido
original.
[←51]
Para obtener una descripción más detallada del lenguaje del referidor y referido,
consulte Principles of Psychology, Bloomington: Indiana U. Press, 1924-6, Chap.
XXIII bajo el encabezado de Transmissive and Receptive Speech.
[←52]
Los términos alternativos para hablante y oyente son remitente y destinatario,
hablante y oyente.
[←53]
Estos aspectos se aclaran más en el Cap. IX.
[←54]
Nótese que arbitrariamente restrinjo el término “referencial” al tipo de evento
lingüístico biestimulacional, aunque en el uso actual el término se emplea
indistintamente para todo tipo de hechos lingüísticos y, a menudo, para enfatizar el
simbolismo.
[←55]
El término “socialmente adaptativo” se emplea para distinguir entre una modificación
general de la condición de un individuo (ya sea para bien o para mal) a través de la
actividad psicológica, y el evento psicológicamente técnico que comprende la
operación coordinada de una función de respuesta de un organismo con una función
de estímulo de un objeto, evento al que llamo un ajuste psicológico.
[←56]
Esta comparación, naturalmente, se aplica sólo a las respuestas dentro de
situaciones simbólicas. Las respuestas a estímulos o situaciones simbólicas están
tan lejos de ser referenciales que no me obligan a señalar las variaciones.
[←57]
Tomb, J. W., On the Intuitive Capacity of Children to Understand Spoken Language,
British Journal of Psychology, 1825, 16, 53-550.
[←58]
Ver Kantor, J. R., An Objective Psychology of Grammar, Bloomington: Indiana U.
Science Series, 1936.
[←59]
Cf., Kantor, J. R., An Outline of Social Psychology, Chicago: Follett, 1929.
[←60]
Moldavan, A., Vitamins? Science, 1935, 81, p. 639.
[←61]
N. del T.: OK = Okey, muy usual en castellano, QED= Quod erat demostrandum
(expresión en latín que significa: lo que había que demostrar), E & OE= Errors and
omissions excepted (errores y omisiones exceptuadas) se dice de una lista de
precios, una descripción del producto u otro documento puede contener errores o no
incluir algunos detalles.
[←62]
Collected Papers of Charles Sanders Peirce, Cambridge: Harvard U. Press, 1932,
Vol. II, p. 156-173.
[←63]
Pear, T. H. The Psychology of Conversation, London: Nelson, 1939, p. 24
[←64]
N. del T.: Kantor emplea la expresión MUTE SPEECH pero en la actualidad, las
personas Sordas no usan esa expresión. Preferimos el uso de Lengua de Señas.
[←65]
Paget, R. Human Speech, New York: Harcourt Brace, 1930, p. 174.
[←66]
Para una amplia discusión sobre la conducta de atender véase el Cap. XII; también
en Kantor, J. R. Principles of Psychology, Vol. I, Chicago: Principia Press, 1924; y en
Kantor, J. R., and Smith, The Science of Psychology, Chicago: Principia Press, 1975.
[←67]
En una reseña del libro de Luigi Meneghello (Times Literary Supplement, 2 de julio de
1976), Libera Nos a Malo, Donini afirma que el autor utiliza con frecuencia palabras
auténticas del dialecto imposibles de traducir al italiano.
[←68]
N. del T.: Es una expresión informal de aliento o admiración a un hombre o niño.
[←69]
N. del T.: En español esta expresión equivale a algo así como “No sirve de nada
preocuparse por situaciones que ya sucedieron y no se pueden cambiar”.
[←70]
N. del T.: Kantor emplea la palabra “Thinghood” que puede traducirse como
“cosidad”. Hemos preferido la traducción de cosificación pues es más usual en
español. Otra traducción aceptable pero que puede dar una idea reducida es
“sustantivación” pues éste es el caso posiblemente más grave y numeroso que
ocurre en la psicología. Por ejemplo: el habla (en lugar de hablar), pensamiento (en
lugar de pensar), sensación (en lugar de sentir), estímulo (en lugar de estimular),
entre muchos otros. Además, es interesante observar que en español no existe un
sólo verbo del que NO se genere un sustantivo. Y también hay objetos (“sustantivos”)
que NO generan un verbo (rata –ratear), no tiene relación con la palabra de interés-,
pantalón, cielo, melón, arete, nube, ajedrez, casta, etc.. Pero existen muchos verbos
que se generan a partir de objetos (“sustantivos”) siendo muchos de ellos
neologismos: trampear, espejear, primaverear, telefonear.
[←71]
Para un tratamiento detallado del tipo de atención psíquica temprana, véase
Pillsbury, W. B., Attention, New York: Macmillan, 1908.
[←72]
Stevens, S. S., Notes for a Life Story, in Lindsey, G. (ed.), History of Psychology in
Autobiography, New York: McGraw-Hill, 1970.
[←73]
Para los hablantes nativos de japonés, los sonidos "ra" y "la" poseen la misma
función de estímulo.
[←74]
Ver Cap. XV
[←75]
Ver Kantor, J. R., Newton’s Influence on the Development of Psychology,
Psychological Record, 1970, 20, 83-82.
[←76]
N. del T.: Como en el texto original. Se han preservado los errores gramaticales y
ortográficos de la expresión francesa ya que puede tratarse de un error intencionado
del autor. La expresión correcta sería “Où est le Louvre”
[←77]
Bloomfield, L. Language, New York; Holt, 1933, p. 82.
[←78]
N. del T.: Tribu nativa norteamericana.
[←79]
La traducción literal es: ningún lugar del Ródano que nosotros.
[←80]
Wilkins, J. An Essay Towards a Real Character and a Philosophical Language,
London Gellibrant, 1668.
[←81]
N. del T.: Frase en inglés que en la química sirve para aprender y diferenciar las
terminaciones de ácidos en “ite” y “ous”; “ato” e “ico” en español.
[←82]
Los autodenominados transformistas y gramáticos sintácticos generativos.
[←83]
Sea del estilo que sea.
[←84]
Por supuesto, el proceso de matanza tiene muchas variaciones.
[←85]
Como J. B. Watson lo pensó una vez.
[←86]
Para una exposición más completa de las proposiciones ver Kantor J. R., An
Interbehavioral Analysis of Propositions, Psychological Record, 1943, 5 309-339.
[←87]
N. del T.: El original está en francés: lenguaje y habla.
[←88]
Müller, F. M., Lecture on the Science of Language, London: Longmans, 1861, Lecture
IX.
[←89]
N. del T.: Kantor emplea la palabra “minetic gestures” que no existe. Creemos que es
un error de imprenta y se trata de “mimetic gestures”. Así lo tradujimos.
[←90]
Paget, R., Human Speech, New York: Harcourt Brace, 1930.
[←91]
Thorndike, E. L., Man and His Works, Cambridge: Harvard U. Press, 1943, Chap. V.
[←92]
Notoriamente Chomsky y sus seguidores.
[←93]
En latín, el equivalente de Julio ama a Julia puede arreglarse como sigue:
Julius amat Juliam; (Julio ama a Julia)
Julius Juliam amat; (Julio, a Julia ama)
Juliam, Julius amat; (A Julia, Julio ama)
Amat Julius Juliam; (Ama Julio a Julia)
Juliam amat Julius; A Julia ama Julio)
Amat Juliam Julius (Ama a Julia, Julio)
En el original sólo aparece en latín (N. del T.)
[←94]
Tales extrapolaciones hiperbólicas de pequeños números finitos son síntomas de
pensamiento y escritura descuidados.
[←95]
Sutherland, J. (ed.), The Oxford Book of Literary Anecdotes, Oxford: Oxford U. Press,
1975, p. 270.
[←96]
Ver Sapir, E., Language, New York: Harcourt Brace, 1921; and Abercrombie, D.,
Elements of General Phonetics, Chicago: Aldine, 1967.
[←97]
Quoted from Haugen, E., The Bilingual Individual, in Saporta, S. (ed.),
Psycholinguistics, New York: Holt, 1961, p. 396.
[←98]
Saporta, S., Ibid.
[←99]
New York Times, October, 12, 1948.
[←100]
Ver Cap. XXIII
[←101]
Head, H., Aphasia and Kindred Disorders of Speech, 2 vols., New York:
Macmillan,1926.
[←102]
Goldstein, K., Language and Language Disorder, New York: Grune and Stratton,
1948.
[←103]
Luria, A. R., Human Brain and Psychological Processes. New York: Harper and Row,
1935.
[←104]
Weisenberg, T. A., and McBride, K. E., Aphasia, London: Oxford U. Press, 1935.
[←105]
Goldstein, K., Speech Without a Tongue, Journal of Speech Disorders, 1940, V, 65-
69.
[←106]
Cole, M., The Anatomical Basis of Aphasia as Seen by Pierre Marie, Cortex, 1968, 4,
172-183.
[←107]
Brain, R., The Neurology of language, Brain, 1961, 84, 145-166.
[←108]
Jackson, J. H., Selected Writings of John Hughlings Jackson (J. Taylor, ed.), London,
Hodder and Stoughton; Vol. II, 1932, p. 130.
[←109]
Bloomfield, L., Language, New York: Holt, 1933, p. 153.
[←110]
En inglés el autor emplea las expresiones “it ain’t” “it is not” y “going to” “gonna” que
en español no tienen diferencia.
[←111]
Gorki, M., Autobiography, New York: Citadel, 1969.
[←112]
Silone, I., Fontamara, London; Methuen, 1934, Foreword.
[←113]
Morf, H., Zeitschrift fur neufranzösische Sprache, 1888, 10, 199; quoted by Haugen,
E., The Norwegian Language in America, Bloomington: Indiana U. Press, 1969, p.
319
[←114]
De manera notable el Joumal of Verbal Learning and Verbal Behavior.
[←115]
Darwin, C., A Biographical Sketch of an Infant, Mitid, 1877, 2, 285-294.
[←116]
Taine, H., On the Acquisition of Language by Children, Mind, Z, 252-258.
[←117]
Preyer, W., fire Mind of the Child (Brown Translation), New York: Appleton, 1888-
1890, 2 volumes.
[←118]
Shinn, N. W., Notes on the Development of o Child, Berkeley: U. California Press,
1893.
[←119]
Stern, C., and Stern, W., Die Kindersprache, Leipzig: Barth, 1928, Fourth Edition.
[←120]
Piaget, J. (The Language and the Thought of the Child, New York: Harcourt Brace,
1926) es un destacado defensor del egocentrismo del lenguaje infantil.. McCarthy, D.
A. (The Language Development of the Pre-school Child, Minneapolis; U. of Minnesota
Press, 1930) desafía este punto de vista.
[←121]
Los siguientes volúmenes, con sus bibliografías, cubren muy bien las teorías y los
datos de las investigaciones paralingüísticas. McGeoch, J. A., and Iron, A. L. The
Psychology of human learning, New York: Longmans, 1952, Second Edition, Cofer, C.
N., Verbal learning and Verbal Behavior, New York: McGraw-Hill, 1961; Cofer, C. N.,
and Musgrave, B. S., Verbal Behavior and Learning, New York: McGraw-Hill, 1963.
[←122]
Osgood, C. E., Suci, J. S., and Tannenbaum, P. H., The Measurement of Meaning,
Urbana: U. of Illinois Press, 1957
[←123]
Kellogg, W. N., and Kellogg, L. A., The Ape and the Child, New York: McGraw-Hill,
1933.
[←124]
Hayes, C., The Ape in Our House, New York: Harper, 1951.
[←125]
Gardner, R. A., and Gardner, B. T., Teaching Sign Language to a Chimpanzee,
Science, 1969, 165, 664-672.
[←126]
Fouts, R. S., Acquisition and Teaching of Gestural Signs in Four Young Chimpanzees,
Science, 1973, 180, 978-980.
[←127]
Premack, D., Language in Chimpanzees, Science, 1971, 172, 808-822.
[←128]
Rumbaugh, D. N., Gill, T. V., and von Glasersfeld, E. C., Reading and Sentence
Completion by a Chimpanzee, Science, 1973, 182, 731-733.
[←129]
Mistler-Lachman, J. L., and Lachman, R., Language in Men, Monkeys, and Machines,
Science, 1974, 185, 871—872.
[←130]
Rumbaugh, D. N., Gill, T. V., and von Glasersfeld, Language in Men, Monkeys, and
Machines, Science, 1974, 185, 872-873.
[←131]
Aquí es de interés el libro siguiente: Hinde, R. A., Non-Verbal Communication, New
York: Cambridge U. Press, 1972.
[←132]
Dobzhansky, T., Mankind Evolving, New York: Bantam Books, 1970, p. 41.
[←133]
Briones, I. T., An Experimental Comparison of Two Forms of Linguistic Learning,
Psychological Record, 1937, 1, 205-214.
[←134]
Bucklew, J., An Exploratory Study in the Psychology of Speech Perception, Journal of
Experimental Psychology, 1943, 32, 473-494.
[←135]
Pronko, N. H., An Exploratory Investigation of Language by Means of Oscillographic
and Reaction Time Techniques, Journal of Experimental Psychology, 1945, 35, 433-
458.
[←136]
Herman, D. T., Linguistic Behavior: I. Some Differentiations in Hearer Responses
to Verbal Stimulation, Journal of General Psychology, 1951, 44, 199-213.
[←137]
Ratner, S. C., and Rice, F. E., The Effect of the Listener on the Speaking Interaction,
Psychological Record, 1963, 13, 265-268.
[←138]
Wolf, I. S., Stimulus Variables in Aphasia: I. Setting Conditions, Journal of Scientific
Laboratories, Denison University, 1958, 44, 203-217.
[←139]
Ratner, S. C., Toward a Description of Language Behavior: I. The Speaking Action,
Psychological Record, 1957, 7, 61—64.
[←140]
Aparentemente un sinónimo de reacciones secundarias.
[←141]
Ratner, S. C., Gawronski, J. J., and Rice, F. E., The Variable of Concurrent Actions in
Language of Children: Effect of Delayed Speech Feedback, Psychological Record,
1964, 14, 47—56
[←142]
Aquí pongo una fuerte objeción a la noción lingüística general de que “el habla es
una interpretación de la escritura, no al revés”. Cf. Householder, F. W. Linguistic
Speculations, Cambridge, University Press, 1971. Sin duda, lo que se señala se
deriva, al menos en parte, de signos, marcas e imágenes, y que el establecimiento
de la escritura y las cosas escritas influye en las formas del habla. Pero los hechos
no permiten confundir la comunicación o los mensajes con el estilo en que se
realizan.
[←143]
Jespersen, The Philosophy of Grammar, New York: Holt, 1924, p. 2.
[←144]
Bolinger, D., Aspects of Language, New York: Harcourt Brace, 1975, p. 14.
[←145]
Se supone, por supuesto, que los datos son diferentes de las construcciones.
[←146]
El lector notará una aparente correspondencia entre esta clasificación y langue,
langage y parole de la lingüística general. Pero también hay que señalar las
variaciones.
[←147]
Kantor, J. R., An Objective Psychology of Grammar, Bloomington: Indiana U.
[←148]
N. del T.: La traducción es “ven mañana”. Como puede verse, en este caso no hace
referencia a nada redondo.
[←149]
Jespersen, 0., The Philosophy of Grammar, New York: Holt, 1824, p. 61.
[←150]
Es interesante observar que en la lingüística, el estructuralismo se ha basado en gran
medida en el discurso del deseo como independiente de las complicaciones
mentalistas.
[←151]
Martinet, A., A Functional View of Language, Oxford: Clarendon, 1962.
[←152]
Martinet, A., Structural Linguistics, in Kroeber, A. L., Anthropology Today, Chicago: U.
of Chicago Press, 1953.
[←153]
N. del T.: También llamado: inglés afroamericano. Es un dialecto del inglés americano
caracterizado por pronunciaciones, estructuras sintácticas y vocabulario asociado y
utilizado por algunos afroamericanos y que exhibe una amplia variedad y rango de
formas que varían en la medida en que difieren del inglés estándar.
[←154]
Cf. Dillard, J. L., Black English, New York: Random House, 1972.
[←155]
“Wha da work”
“Da wor is, you dope.”
“Is? ain’t no wor is. You jivin me? Wha da wor meant”
“Ah dunno. Jus is”
[←156]
Seymour, D. F., Black children, Black Speech, Commonweal, 1971-2, 95, 175-178.
[←157]
En el original aparece: ““din teacher start checkin’ de boys, see which one had i’. An’
one boy name Bill Bailey had a whole pocketful of i’. An’ teach’ say I’ma tell dis to de
princiba too dat ehu go ’round stealin’ school prope’ty. He say I ain’ steal school
prope’ty. My muvver pay for dis whin she pay for de tax. She say, your muvah ain’ pay
for dis. Dis b’long to de school, an’ she start talkin’ all lat ov’ ol’ junk an’ waster half de
peri’d. Din we start talkin’ ’bout light, how, speed o’ light an’ na speeh o’ soun’ an’ all
’a’ kinna stuff”.
[←158]
Thomson, P., Washington’s Second Language, The Washington Post, POTOMAC,
Sunday, June 11, 1967.
[←159]
N. del T.: New York Times, February 25, 1934. Creemos que hay un error en el
original ya que la referencia que se hace es a un libro del propio Kantor.
[←160]
Ver los primeros capítulos de este libro.
[←161]
Ogden, C. K., and Richards, I. A., The Meaning of Meaning, New York: Harcourt
Brace, 1923.
[←162]
Notablemente, Bloomfield, L., Language, New York: Holt, 1933.
[←163]
Firth, J. R., Paper in Linguistics 1934-1951, London: Oxford U. Press, 1957, p. 19.
[←164]
Cf. Hockett, C. F., A Course in Modern Linguistics, New York: MacMillan, 1958,
Section 42, Phylogenetic Change, for a series of changes over a thousand years.
[←165]
Kantor, J. R., An Objective Psychology of Grammar, Bloomington: Indiana U. Press,
1936, p. 8.
[←166]
Bloomfield, L., Language, New York: Holt, 1933, p. 24.
[←167]
Bolinger, D., Aspects of Language, New York: Harcourt Brace, 1975, p. v.
[←168]
Cf. Chomsky, N., Language and Mind, New York: Harcourt Brace, 1968.
[←169]
Chomsky, N., Language and Mind, New York: Harcourt-Brace, 1968, p. 1.
[←170]
Ver por ejemplo, Herriot, P., An Introduction to the Psychology of Language, London;
Methuen, 1970, Chap. III.
[←171]
Bowers, F., The Deep Structure of Abstract Nouns, Foundations of Language, 1969,
5, 520- 523
[←172]
Bennet, D. C., Spatial and Temporal Uses of English Prepositions, London:
Longmans, 1975.
[←173]
Para una discusión sustancial de este problema ver Kantor, J. R., An Objective
Psychology of Grammar, Bloomington: Indiana U. Series, 1936.
[←174]
Delbrüek, B., Grundfragen der Sprachforschurig, Strassburg: Trübner, 1901, p. 44. El
texto original está en alemán y quiere decir: “Se ve: para el pretoriano se puede vivir
con ambas teorías”.
[←175]
Bloomfield, L., Language, New York: Holt, 1933, Chap. VII.
[←176]
Ullman, S., Semantics: An Introduction to the Science of Meaning, Oxford: Blackwell,
1962, p. 61.
[←177]
Shannon, C. E., The Mathematical Theory of Communication, Bell System Technical
Journal, 1948, 27, 379-423; 623-656.
[←178]
N. del T.: Si bien para la RAE la palabra “fonémica” no existe, los lingüistas la usan
para referirse exclusivamente a los sonidos articulados verbalmente y la fonética en
general estudia la relación entre los sonidos y su representación escrita.
[←179]
de Saussure, F., Course in General Linguistics, New York: McGraw-Hill, 1966, p. 232.
[←180]
Ibid, p. 18.
[←181]
Ibid, p. 19.
[←182]
Ibid, p. 80.
[←183]
de Saussure, F., Course in General Linguistics, New York: McGraw-Hill, 1966, p. 67.
[←184]
Ullmann, S., Semantics: An Introduction to the Science of Meaning, Oxford:
Blackwell, 1962, p.
[←185]
Atribuido al profesor John Wisdom por H. B. Veatch en su discurso presidencial
pronunciado ante la 68.ª Reunión Anual Occidental de la Asociación Filosófica
Estadounidense en Chicago, el 7 de mayo de 1971.
[←186]
Russell, B., Logical Atomism in Contemporary British Philosophy, First Series,
London: Unwin & Ahen,1924
[←187]
Ver Urmson, J. 0., The History of Analysis, Reprinted in Rorty, R. (ed.), The Linguistic
Turn, Chicago: U. Chicago Press, 1967.
[←188]
Carnap, R., On the Character of Philosophical Problems, Philosophy of Science,
1934, 5-19.
[←189]
Hume, D., An Enquiry Concerning Human Understanding, Chicago: Open Court
Publishing Co., 1912, p. 176.
[←190]
London: Routledge, 1922, p. 29.
[←191]
Oxford: Blackwell, 1953, Foreword.
[←192]
Como sostuvo el filósofo austriaco Schlick, la filosofía es la búsqueda del significado.
Ver Schlick, M., The Future of Philosophy, College of the Pacific Publications in
Philosophy, 1932, I, 45-62.
[←193]
Bradley, J. H., Appearance and Reality. Oxford: Clarendon Press, 1897, Second
Edition.
[←194]
Ayer, A. J., Language, Truth, and Logic, New York: Dover, 1946, p. 35.
[←195]
Ayer, A. J., Ibid., p. 57.
[←196]
Wittgenstein, L., Philosophical Investigations, Oxford: Blackwell, 1953, p. 37E.
[←197]
Ayer, A. J., Ibid., p. 26.
[←198]
Carnap ha insistido en que las cuestiones filosóficas son sólo cuestiones de lenguaje
filosófico.
[←199]
N. del T.: Aunque muchos de los autores citados ya fallecieron –incluyendo al autor
del libro-, se respeta el formato original.

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