Conversatorio Teórico N7

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Conversatorio teórico N7

UNIDAD 2

Modelos de ciudad y dinámicas sociales

TEMAS

El barrio como objeto sociológico

La lectura semiológica de la ciudad

2) TEXTO OBLIGATORIO Y GUÍA DE LECTURA

Gravano, A. (2016). Antropología de lo urbano. Santiago: LOM. Capítulo “La identidad barrial
como producción ideológica”, pp. 139-175.

- ¿Qué definición de identidad barrial se sostiene?


 aquella producción que colocaba al barrio como referente en el proceso de
construcción de las identidades sociales.
 producto ideológico de una atribución recurrente entre actores sociales cuyo
referente es el barrio.

- ¿Cómo se explica el carácter confrontativo de la ideología?

A la ideología siempre se le «escapa» una «parte» de la totalidad de su referente, pues


la relación de totalidad implicada en lo ideológico consiste en la captación del mundo
como objeto. Y si fuera capaz de captar la totalidad del objeto directamente se vería
subsumido en él, por lo que ni cabría la necesidad siquiera de tener una idea de ese
objeto.
La determinación de lo que se «escapa» y de lo que se «capta» proviene del carácter
confrontativo de lo ideológico. Siempre provendrá de otra ideología con que se la
confronte. La confrontación de sentidos es el único estado propio de lo ideológico. Sin
contradicción dialógica entre una ideología y otra (desde una mera imagen hasta toda
una teoría) no es posible siquiera hablar de una ideología.

- ¿Cuáles son las cuatro variables de la identidad que se agrupan en torno al eje
disjuntivo-conjuntivo?

El eje principal de toda identidad es el compuesto por la relación entre conjunción y


disjunción: algo se define porque se junta –con algo y se dis-junta con otra cosa. En el
ejemplo está explicitado el conjunto «barrio –gente de trabajo– médico que también
trabaja», que se define por oposición a su disjunto otros lados-gente que «es otra
cosa», donde se da por supuesto que los médicos en general no trabajan. En torno a
ese eje central disjuntivo-conjuntivo agrupamos nosotros cuatro variables de la
identidad:
1. homogeneidad: cuando el polo conjuntivo es capaz de mantener un cierto grado
de estabilidad y uniformidad en uno o más rasgos con que se construye
ideológicamente la identidad. Por ejemplo, cuando los vecinos siguen
considerando el barrio como «obrero», aún señalando que las fábricas están
desmanteladas y que los obreros «se van muriendo».
2. heterogeneidad: cuando en el conjunto se contemplan diferencias internas
disjuntivas que no llegan a convertirlo en otra cosa». Por ejemplo, las «barritas»
que se distinguen pero son consideradas o se consideran a sí mismas todas del
mismo barrio; el ser hincha de un cuadro de fútbol o de otro a los que se atribuye
ser del barrio; o el médico que no rompe el conjunto barrio porque «también
trabaja» (o quizá «trabaja» precisamente porque es del barrio)
3. identificación: cuando se afirma la propia identidad respecto a otras (por ejemplo,
otros barrios, la ciudad, el «pago»), resaltando el polo conjuntivo.
4. diferenciación: cuando prevalece la disjunción respecto a otras identidades (por
ejemplo, respecto a otros barrios).

- ¿A qué se llama y qué función cumple “la época base de la identidad barrial” (p.
152)?
El presente, adquiere una significación negativa porque está actuando como un pasado
representado. El «antes» actúa como modo de «solucionar» que eso que se describe
como parte del pasado ocurra en el presente. Y por eso se lo niega en el presente, aún
cuando se lo tenga delante de las narices. Cada uno de los significados con los cuales
se construye la identidad del barrio se define por «pertenecer» a ese antes en
oposición con el ahora. El pasado irrumpe para definir cada valor.
Esa época del antes aparecía en los discursos como algo totalmente natural, no
problematizada y cumpliendo el papel de solución a determinados problemas. Esa
época, tenía como función homogeneizar e identificar la imagen del barrio y servía a su
vez para marcar tanto heterogeneidades internas del mismo barrio como
diferenciaciones respecto a otros barrios. Se constituía en la base con que la gente
construía la identidad que tenía como referente al barrio. Por eso la llamamos época
base de la identidad barrial.
Constituye la base de la eficacia distintiva de lo barrial y no es posible identificarla con
ninguna época referencial determinada ubicable en una cronología.

- ¿Cuál es la diferencia entre “el barrio” y “lo barrial”?


Barrio: referencial
 El barrio como espacio está subordinado al barrio como tiempo-éthos, con
capacidad para construir ideológicamente una identidad.
 todos los signos «positivos» son ubicados en ese antes y todos los «negativos» en
el ahora
 De lo que se trata es de reproducir esos valores en el tiempo a pesar del tiempo o
–lo que es lo mismo–: producirlos en el presente a pesar del «ahora» que se opone
a esos mismos valores por el solo hecho de ser «ahora». A esta deconstrucción del
presente mediante una época que re-presenta –como ya-producido– el pasado
como razón» naturalizada la llamamos deshistorización.

Barrial: valor
 vale más lo arraigado que lo meramente residente o presente en el barrio. Que una
persona sea considerada »del barrio» no depende de que habite el barrio físico,
sino básicamente que sea considerado arraigado en ese barrio.
 Los jóvenes simbolizan el riesgo de ruptura de la identidad barrial ocupan el lugar
de lo opuesto al arraigo y a la época base. Son la razón de ser de la época base, lo
que provoca su existencia, pues esa época –como éthos del barrio– necesita
reproducirse en y por medio de los jóvenes. De otro modo se interrumpiría la
reproducción.

- ¿Por qué “el arraigo es el valor básico de la identidad” (p. 155)?


El arraigo, en consonancia con el «antes», está compuesto por la red que gira
alrededor del eje de lo arraigado y lo cambiante. Y este eje es capaz de componer la
base de la identidad porque sólo en función suya los demás valores se configuran
como tales.
Es precisamente el sostén de esa red. Por eso el arraigo es el valor básico de esa
identidad. Si hubiera contradicciones con capacidad para romper la red tendría que
haber otros valores capaces de introducirse en ella con fuerza suficiente para provocar
la ruptura de la naturalidad y de lo que la red encierra en su interior como dado.

- ¿En qué sentido el riesgo de ruptura actúa como el motor interno de la reproducción
de la identidad barrial?

es el riesgo de ruptura el que provoca la necesidad de la reproducción en el tiempo de


la red de la época base; el riesgo representado por los opuestos al valor básico (el
arraigo) y por la ruptura de algunos de los valores que actúan en este caso como
secundarios. El riesgo de ruptura es, por lo tanto, el motor de la reproducción. De lo
que se trata es de reproducir esos valores en el tiempo a pesar del tiempo o –lo que es
lo mismo–: producirlos en el presente a pesar del «ahora» que se opone a esos mismos
valores por el solo hecho de ser «ahora». A esta deconstrucción del presente mediante
una época que –como ya-producido– el pasado como razón» naturalizada la llamamos
deshistorización.

Margulis, M. (2002). La ciudad y sus signos. Estudios Sociológicos, 20(60), 515-536.


Recuperado de https://estudiossociologicos.colmex.mx/index.php/es/article/view/539

- ¿Por qué, en tanto escritura colectiva, la ciudad puede ser leída como si fuera un
texto?
La metáfora "escritura colectiva", empleada en numerosos casos por la literatura al
referirse a la ciudad, indica que ésta puede ser descifrada como si fuera un texto, que
contiene en sus estructuras de significación las huellas de los procesos históricos —con
su conflictividad y sus disputas— que han dado lugar a su construcción, incluyendo las
estrategias urbanísticas, las elecciones estéticas y las decisiones políticas.

- ¿Qué posibilidades se abren ante el habitante de una ciudad al tener competencia


cultural?
El habitante que tiene competencia cultural para comprender su ciudad puede
interpretar, en diversas dimensiones, las señales que ésta contiene y descifrar, en la
marea semiológica contenida en el espacio urbano, signos sensibles, estímulos, señales
de identidad, prescripciones o prohibiciones que orientan sus prácticas.
La competencia del nativo indica que su uso de la ciudad es una práctica cultural que
permite el interjuego, la comunicación no explícita entre los habitantes, la posibilidad
de elección entre múltiples trayectorias y, aún más, una precaria armonía en las
transgresiones y formas de operar, de modo que el cúmulo de agresiones
(provenientes del ambiente, de los vehículos, del ruido o de los vecinos) no llegue a
hacer estallar el funcionamiento habitual ni interrumpa el fluir de la ciudad. El nativo
posee saberes que le permiten emprender trayectorias complejas, la convivencia con
diversas tribus en el espacio urbano.

- ¿Cómo es que una “misma ciudad, sus calles, casas o paisajes, son percibidos y
descodificados de modo disímil” (p. 520)?

Existen diferentes grupos que habitan la ciudad que están relacionados entre su por
variables generacionales, étnicas o tribales y comparten códigos culturales. Cada uno
des estos grupos imagina y vivencia una ciudad distinta (de modo disímil) hay entonces
ciudades paralelas, simultaneas pero diferentes se las distingue desde la intimidad de
las vivencias de los diversos grupos de habitantes.

- ¿Qué papel cumplen los habitantes en la creación histórica de la ciudad?


Cumplen el papel de depositar símbolos, sentidos de usos y formas culturales

- ¿De qué maneras la desigualdad social se expresa en las ciudades?


Se expresa em la vida ciudadana, en los usos y comportamientos de sus habitantes, en
los cuerpos y vestimentas, las costumbres y los hábitos de consumo que revelan la
clase, nacionalidad y cultura
En la ciudad también se ve expresada la desigualdad social en los barrios y sectores de
la ciudad. A territorios urbanos. Los mapas de la ciudad, cuyas líneas son a veces
sinuosas, son también mapas de clase y de origen étnico

- ¿En qué aspecto se podría decir que “la ciudad, como texto, es más explícita que el
lenguaje” (p. 529)?

Se dice eso porque la lengua no tiene una palabra que otorgue identidad al sector de la
población mestizo que es sometido a discriminación y descalificación. Además, la
ciudad carece de los recursos del lenguaje. Darle nombre en el plano del lenguaje sería
reconocer su existencia y con ello hacer posible su presencia en el plano de la política.
"¿Cómo llamar entonces a esto otro para lo cual no tenemos nombre? Porque el
nombre sería su aparición simbólica en escena. No es ingenuo que no tenga
nombre".23

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