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RIUNNE FHUM TD Mignone AM

Este documento analiza la evolución de la pobreza urbana en las cuatro capitales del noreste de Argentina entre 1990 y 2003. Utiliza datos censales y de encuestas para estudiar la distribución espacial de los hogares pobres y sus condiciones socioeconómicas. También incluye estudios de caso sobre asentamientos informales. Los resultados permiten conocer la evolución de la pobreza en cada ciudad y los espacios intraurbanos donde se localizan los enclaves de privación.

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RIUNNE FHUM TD Mignone AM

Este documento analiza la evolución de la pobreza urbana en las cuatro capitales del noreste de Argentina entre 1990 y 2003. Utiliza datos censales y de encuestas para estudiar la distribución espacial de los hogares pobres y sus condiciones socioeconómicas. También incluye estudios de caso sobre asentamientos informales. Los resultados permiten conocer la evolución de la pobreza en cada ciudad y los espacios intraurbanos donde se localizan los enclaves de privación.

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CONDICIONES DE POBREZA URBANA EN LAS CUATRO

CAPITALES DEL NORDESTE ARGENTINO 1990- 2003

Prof. Aníbal Marcelo Mignone

Tesis Doctoral

Presentada a la Facultad de Humanidades de la


Universidad Nacional del Nordeste
para aspirar al título de

DOCTOR EN GEOGRAFÍA

Directora: Prof. Dra. Norma C. Meichtry

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE

Julio de 2014
A mi abuela Simona

A Alejandra y Guido

A los docentes, que día a día


trabajan por una educación contra la pobreza

A todos los que intentan hacer un mañana sin pobreza

I
Agradecimientos

En primer lugar debo agradecer a mi directora de tesis, la profesora Dra. Norma


Meichtry por su dedicación y paciencia, por contagiarme su entusiasmo por la
investigación y por ayudarme a crecer profesionalmente en todos estos años.

A la profesora Dra. Alejandra Fantín por haberme facilitado datos estadísticos,


por su ayuda en los modelos y software matemáticos y sus contínuas palabras de
aliento.

A los investigadores, becarios, personal técnico y de apoyo del Instituto de


Investigaciones Geohistóricas del Conicet-UNNE, con quienes tuve la suerte de
compartir una década de actividades de investigación.

A los docentes y licenciados del Departamento y del Instituto de Geografía de la


UNNE, quiénes con su apoyo, sugerencias y recomendaciones, permitieron continuar
esta laboriosa tarea.

Al profesor Mgter. Jorge Alberto con quién he compartido la última instancia de


esta tesis.

A los colegas del Centro de Geociencias Aplicadas (CGA) de la UNNE, por su


acompañamiento y por haberme brindado un espacio para continuar con mis
investigaciones.

A la Universidad Nacional del Nordeste y al Consejo Nacional de


Investigaciones Científicas (CONICET), por haberme dado la posibilidad de acceder a
las becas que permitieron iniciarme y continuar con la ardua tarea de la investigación.

A los funcionarios, personal técnico y agentes de los organismos municipales y


de las diversas instituciones provinciales del Nordeste argentino.

Muchas gracias a mis padres porque sin su esfuerzo y sacrificio, no podría haber
llegado a estas instancias.

Y por último, un agradecimiento especial a mi esposa Alejandra y a mi hijo


Guido, quiénes compartieron mis emociones y tristezas, por la paciencia que me
tuvieron en estos largos años y por todo su amor y cariño.

II
Resumen

La popuesta de trabajo analiza la evolución de la pobreza urbana en las ciudades


capitales del nordeste, en forma comparada y atendiendo a las especificidades de
desarrollo socioeconómico, locacionales y de estructura de cada centro urbano. Es decir,
que se pretende reconocer las diferencias en la distribución de los hogares pobres, según
el grado de incidencia e intensidad que los mismos presentan.

Asimismo, existe una segregación por pobreza que tiene manifestaciones


diferentes según sitios geográficos de emplazamiento de las ciudades capitales, el cuál
es otro aspecto que interesa a nuestra propuesta de trabajo.

Para cumplir con lo planteado, se trabaja con datos estadísticos procedentes de


los censos nacionales de población, hogares y viviendas de 1991 y 2001, utilizando
variables simples o indicadores complejos con el fin de reconocer la distribución
espacial de los hogares pobres y analizar las condiciones edilicias, sociodemográficas y
económicas de los mismos. Por otra parte, se ha utilizado la información procedente de
la encuesta permanente de hogares entre 1990 y 2003, con el fin de reconocer la
evolución del empleo y especialmente de los ingresos de los deciles más bajos de la
escala social, con el fin de poder dar una interpretación más acertada de la evolución de
la pobreza en las cuatro capitales.

Se ha complementado la investigación con estudios de caso en asentamientos


informales del Gran Resistencia, estudiando las condiciones sociodemográficas y
económicas de la población carenciada.

Los resultados han permitido conocer la evolución espacial de la pobreza en las


cuatro capitales, calificar a las ciudades según el tipo y grado de privación que
predomina e identificar los espacios intraurbanos donde se localizan los enclaves de
pobreza.

Palabras claves: Pobreza urbana. Capitales del NEA. Segregación por pobreza.
Asentamientos informales.

III
ABSTRACT

The motions for paper analyzes the evolution of urban poverty in the capital
cities of the northeast, in a comparative way and meeting the specific socioeconomic,
locational development and structure of each urban center. Namely, that is to recognize
the differences in the distribution of poor households, according to the degree of
incidence and intensity that they present.

There is also a poverty segregation that has different manifestations according to


geographical location sites of the capital cities, which is the other aspect of interest to
our proposed work.

To comply with the statements, working with statistical data from national
censuses of population, households and dwellings, 1991 and 2001, using simple or
complex variables indicators in order to recognize the spatial distribution of poor
households and analyze building conditions , sociodemographic and economic thereof.
Moreover, we used the information from the permanent household survey between 1990
and 2003 in order to recognize the evolution of employment and income especially of
the lowest deciles of the social scale, in order to give a more accurate interpretation of
the evolution of poverty in the four capitals.

Research has been supplemented with case studies in informal settlements Gran
Resistencia, studying the demographic and economic conditions of the deprived
population.

The results have enabled determination of the spatial evolution of poverty in the
four capital cities qualify as the type and degree of deprivation and identify predominant
intra-urban spaces where poverty enclaves are located

Keywords: Urban Poverty. Capital cities NEA. Segregation by poverty. Informal


settlements.

IV
Índice

Pág.
Introducción ……………………………………………………………………………… 1
La distribución de la pobreza en el país. La región del Norte Grande Argentino ……….. 3
¿Por qué estudiar la pobreza en las capitales del NEA?...................................................... 7
Objetivos e hipótesis……………………………………………………………………… 10

Capítulo Nº 1
El contexto socioeconómico nacional y del Nordeste Argentino. Los estudios previos
sobre la pobreza ………………………………………………………………………….. 13
1.1. La pobreza en Argentina durante la década de 1990 ………………………………... 13
1.2. La pobreza en el Nordeste argentino ………………………………………………... 16
1.3. Antecedentes previos sobre la pobreza (el Estado del Arte) ………………………... 19

Capítulo Nº 2
El marco conceptual y metodológico ……………………………………………………. 27
2.1. La concepción de la pobreza ………………………………………………………… 27
2.2. La medición de la pobreza en Argentina ……………………………………………. 29
2.3. Las fuentes de información…………………………………………………………... 31
2.4. Las variables de los Censos Nacionales de Población ………………………………. 34
2.5. Los indicadores de la Encuesta Permanente de Hogares ……………………………. 39
2.6. El relevamiento muestral en asentamientos informales ……………………………... 40

Capítulo nº 3
El fenómeno de la pobreza en la historia de las capitales provinciales del Nordeste
Argentino …………………………………........................................................................ 42
3.1. La urbanización en el NEA ………………………………………………………….. 42
3.2. Las ciudades capitales del Nordeste argentino .……………………………………... 44
3.2.1. La ciudad de Posadas, fronteriza y comercial …………………………………….. 44
3.2.2. Los tradicionales núcleos de pobreza en la ciudad ………………………………... 46
3.2.3. Corrientes, la capital más antigua de la región ……………………………………. 52
3.2.4. La pobreza en la historia de Corrientes……………………………………………. 54
3.2.5. Formosa, moderna y pujante ………………………………………………………. 60
3.2.6. La ciudad y la pobreza hasta 1990 ………………………………………………… 63
3.2.7. El aglomerado Gran Resistencia y su sitio desfavorable ..………………………… 68
3.2.8. El crecimiento urbano y la pobreza en los municipios del Gran Resistencia ……... 76
3.3. Reconociendo las similitudes geográficas y socioeconómicas en las cuatro capitales
del NEA ………………………………………………………………………………….. 81

Capítulo Nº 4
Evolución espacial de la pobreza entre 1990 y 2001. Condiciones del mercado laboral ... 92
4.1. Construyendo el IPMV ……………………………………………………………… 93
4.2. Reconociendo los diferentes niveles de IPMV ……………………………………… 95
4.3. Condiciones de baja capacidad de medios de vida (IPMV entre 0 y 0,49) …………. 98
4.4. El IPMV entre 0 y 0,24. Las situaciones más graves de pobreza …………………… 103
4.5. El mercado laboral y la pobreza en las capitales del NEA ………………………….. 108
4.5.1. La tasa de actividad en las capitales del NEA …………………………………….. 109
4.5.2. El empleo en las ciudades capitales ….……………………………………………. 112
4.5.3. La situación del desempleo en las capitales provinciales …...…………..………… 115
4.5.4. El fenómeno de la subocupación en el NEA …….………………………………... 118
4.5.5. La distribución del ingreso en los deciles pobres …….…………………………… 120
4.5.6. La actividad laboral en los deciles pobres ……………………………………...…. 125
4.5.7. La vivienda y la pobreza ………………...………………………………………… 128
4.6. Recapitulación ………………………………………………………………………. 129

V
Capítulo Nº 5 Pág.
La pobreza a principios del siglo XXI ................................................................................ 133
5.1. Una primera aproximación: La estandarización de las variables …………………… 133
5.2. La cartografía de las variables seleccionadas, en puntaje estándar …...…………….. 135
5.3. Profundizando el estudio de la pobreza mediante el Ïndice de Privación Material de
los Hogares (IPMH) ……………………………………………. .………………………. 144
5.4. EL análisis del IPMH. Los hogares sin privaciones .………………………………... 146
5.5. La privación sólo de Recursos Corrientes (PR) ..……………………………………. 151
5.6. La Privación sólo de Recursos Patrimoniales (PP) .…………………………………. 156
5.7. La Privación Convergente (PC) ……………………………………………………... 163
5.8. Régimen de tenencia por tipo de IPMH ………………..…………………………… 168
5.9. La Incidencia del IPMH en las capitales del NEA ………………………………….. 170
5.10. La Intensidad del IPMH a nivel de radio censal …………………………………… 172
5.11. La localización espacial de los “núcleos duros” de la pobreza .…………………... 173
5.11.1. La capital correntina .…………………………………………………………….. 173
5.11.2. El Gran Posadas ...………………………………………………………………... 176
5.11.3. El Gran Resistencia ………………………………………………………………. 178
5.11.4. La ciudad de Formosa ………..…………………………………………………... 179
5.12. Recapitulación ……………………………………………………………………... 180

Capítulo Nº 6
La segregación por pobreza en las capitales del NEA …………………………………… 182
6.1. El concepto de segregación ….……………………………………………………… 183
6.2. Los índices de segregación y sus consideraciones metodológicas ………………….. 185
6.3. Los índices de igualdad en la medición de la pobreza ……………….……………… 187
6.4. El tipo de privación y los caracteres de segregación ……………….……………….. 189
6.5. La interacción de la población carenciada en los aglomerados capitales ..………….. 193
6.6. La concentración de la población pobre en los ejidos urbanos de las capitales .……. 196
6.7. La autocorrelación espacial y la pobreza en las capitales del NEA ………………... 202
6.8. Recapitulación ……………………………………………………….……………… 212

Capítulo Nº 7
Los asentamientos informales, principales núcleos de concentración de la pobreza en las
capitales del NEA ………………………………………………………………………... 215
7.1. El concepto de asentamiento informal ….…………………………………………… 216
7.2. La localización espacial de los asentamientos ………………………….…………… 218
7.3. Modalidad de ocupación de los terrenos ……………………………………………. 223
7.4. La vivienda y la provisión de los servicios ……………………….…………………. 229
7.5. Metodología para el saneamiento parcelario y social ……………………………….. 234
7.6. Los asentamientos informales en el Gran Resistencia ………………………………. 241
7.7. Estudio de casos en asentamientos informales del Gran Resistencia ……………….. 247
7.7.1. Los caracteres habitacionales en los asentamientos informales …………………... 247
7.7.1.a. Tipo de vivienda ...………………………………………………………………. 247
7.7.1.b. Infraestructura de servicios: la provisión de energía eléctrica ………………..…. 250
7.7.1.c. El agua corriente ………………………………………………………………… 251
7.7.1.d. Vivienda con baño propio ……………………………………………………….. 252
7.7.1.e. Cuartos de uso exclusivo en el hogar ...………………………………………….. 253
7.7.2. Los caracteres demográficos ………………………………………………………. 254
7.7.3. La educación formal de los habitantes …………………..………………………… 256
7.7.3.a. Educación de los jefes de familia y cónyuges …………………………………... 257
7.7.4. La actividad laboral de la población ………………………………………………. 258
7.7.4.a. Actividad laboral de los jefes de familia y cónyuges …………………………… 260
7.7.5. La condición laboral y obra social ………………………………………………… 262
7.8. Recapitulación ………………...…………………………………………………….. 263

VI
Pág
Conclusiones ....................................................................................................................... 266

Anexos
Anexo I…………………………………………………………………………………… 278
Anexo II …………………………………………………….............................................. 286
Anexo III ............................................................................................................................. 290
Anexo IV ............................................................................................................................ 291
Anexo V .............................................................................................................................. 292
Anexo VI ............................................................................................................................ 293
Anexo VII ........................................................................................................................... 297
Anexo VIII .......................................................................................................................... 300
Anexo IX ............................................................................................................................ 304
Anexo X .............................................................................................................................. 307

Bibliografía …………………………………………………………….………………… 308

VII
Lista de Cuadros

Nº 1 Línea de Pobreza del INDEC y CEPAL. Argentina 1974-1996 …………………… 16


Nº 2 Población urbana y rural de las provincias del NEA, 1991 y 2001 ………………… 43
Nº 3 Población de la provincia de Misiones y de la ciudad de Posadas …………………. 52
Nº 4 Población de la provincia y de la ciudad de Corrientes …………………………….. 59
Nº 5 Población de la provincia y de la ciudad de Formosa ………………………………. 68
Nº 6 Las capitales del Nordeste argentino ……………………………………………….. 87
Nº 7 Población de las capitales del NEA con respecto al total de cada provincia ……….. 88
Nº 8 Edad por grandes grupos (porcentaje). Capitales del NEA 1991-2001 …………...... 89
Nº 9 Capacidad de los hogares para obtener ingresos ……………………………………. 96
Nº 10 Volumen y porcentaje de hogares según niveles del IMPV. Capitales del NEA,
año 1991. …………………………………………………………………………………. 97
Nº 11 Volumen y porcentaje de hogares según niveles del IMPV. Capitales del NEA,
año 2001 …………………………………………………………………………………. 98
Nº 12 IPMH de los Hogares localizados en las capitales del NEA, 2001. Valores
relativos …………………………………………………………………………………... 146
Nº 13 IPMH de la Población residente en capitales del NEA, 2001. Valores relativos …. 147
Nº 14 Población por grandes grupos de edades. IPMH sin privaciones …………………. 149
Nº 15 Población por grandes grupos de edades. IPMH por Recursos Corrientes ……….. 153
Nº 16 Población por grandes grupos de edades. IPMH por Recursos Patrimoniales ……. 159
Nº 17 Población por grandes grupos de edades. IPMH Convergente ……………………. 165
Nº 18 Incidencia del IPMH en valores relativos. Capitales del NEA, 2001 …………….. 170
Nº 19 La Intensidad del IPMH en valores relativos. Capitales del NEA, 2001 …………. 173
Nº 20 Índices de segregación (IS) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001….. 189
Nº 21 Índice de Disimilaridad de Duncan (ID) según tipo de IPMH. Capitales del NEA,
año 2001 …………………………………………………………………………………. 191
Nº 22 Índice de Desigualdad corregido por la Longitud de Frontera (DW) según tipo de
IPMH. Capitales del NEA, año 2001 …………………………………………………….. 192
Nº 23 Índice de Desigualdad corregido por la Forma (DS) según tipo de IPMH. Capitales
del NEA, año 2001 ……………………………………………………………………….. 192
Nº 24 Índice de Aislamiento (xPx) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001 …. 194
Nº 25 Índice de Interacción (xPy) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001 ….. 195
Nº 26 Índice de Concentración Delta de Duncan (DEL) según tipo de IPMH. Capitales
del NEA, año 2001 ……………………………………………………………………….. 197
Nº 27 Índice de Concentración Absoluta (ACO) según tipo de IPMH. Capitales del
NEA, año 2001 …………………………………………………………………………… 198
Nº 28 Índice de Moran global según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001 ……... 203
Nº 29 Cuadro comparativo: villas de emergencia y asentamiento informales …………… 207
Nº 30 Modalidades de políticas de intervención habitacional …………………………… 235
Nº 31 Calidad de la vivienda (porcentajes) ………………………………………………. 249
Nº 32 Infraestructura de servicios ………………………………………………………... 250
Nº 33 Edad de la población. Asentamientos informales Gran Resistencia ………………. 255
Nº 34 Condición educativa de la población mayor de 5 años ……………………………. 256
Nº 35 Población mayor de 5 años que asiste a establecimiento educativo (porcentajes) ... 256
Nº 36 Población de más de 5 años que no asiste, pero asistió a establecimiento educativo
(máximo nivel alcanzado) ……………………………………………………………….. 256
Nº 37 Situación educativa de los Jefes de familia y cónyuges …………………………... 257
Nº 38 Nivel educativo de los Jefes de familia y cónyuges ………………………………. 258
Nº 39 Jefe de hogar o cónyuge que no realiza tareas remuneradas .................................... 260

VIII
Lísta de Figuras
Pág.
Nº 1 Tasa de actividad. Capitales del NEA, mayo 1990 a mayo 2003. ………………….. 110
Nº 2 Tasa de empleo. Capitales del NEA, mayo 1990 a mayo 2003. ……………………. 113
Nº 3 Tasa de desocupación. Capitales del NEA, mayo 1990 a mayo 2003. ……………... 117
Nº 4 Tasa de subocupación. Capitales del NEA, mayo 1990 a mayo 2003. …………… 119
Nº 5 Relación percentil 10/1 en las capitales del NEA. Mes de octubre 1990-2002. ……. 121
Nº 6 Coeficiente de Gini del ingreso total familiar. Capitales NEA. Ondas de octubre
1990-2002. ……………………………………………………………………………….. 122
Nº 7 Ingreso Medio Per Cápita Familiar en las capitales del NEA, mayo 1990 - 2003.… 123
Nº 8 Ingreso Per Cápita Familiar del Decil Nº1. Capitales del NEA, mayo 1990 – 2003 .. 124
Nº 9 Asalariados y No Asalariados del Decil 1 a 4. Capitales del NEA, octubre 1990-
2002. ……………………………………………………………………………………… 126
Nº 10 Asalariados del Decil 1 a 4, según rama de actividad. Capitales del NEA, octubre
1990- 2002. ………………………………………………………………………………. 127
Nº 11 Régimen de Tenencia de la Vivienda de los deciles 1 a 3. Capitales del NEA,
octubre 1990 - 2002 …………………………………………………………………….... 129
Nº 12 Composición del IPMH …………………………………………………………… 145
Nº 13 Índice de Masculinidad de la población sin privación …………………………….. 149
Nº 14 Índice de Masculinidad de la población con IPMH por Recursos Corrientes …….. 153
Nº 15 Índice de Masculinidad de la población con IPMH por Recursos Patrimoniales …. 159
Nº 16 Índice de Masculinidad de la población con IPMH Convergente ………………… 165
Nº 17 Régimen de tenencia por hogar, según tipo de IPMH. Capitales del NEA, 2001 … 169
Nº 18 Diagrama de dispersión para la autocorrelación espacial según tipo de IPMH.
Capitales del NEA. Año 2001 ……………………………………………………………. 205
Nº 19 Cuadrante III (espacio ++) ………………………………………………………… 206
Nº 20 Factores que generan la creación de asentamientos informales …………………… 223
Nº 21 Esquema comparativo de las modalidades de ocupación de los asentamientos
informales ……………………………………………………………………………….. 226
Nº 22 Modalidades de regularización dominial en asentamientos informales …………... 239
Nº 23 Población mayor de 15 años que realiza trabajos remunerados…………………… 259

IX
Lista de Imágenes
Pág.
Nº 1 Población con NBI. República Argentina, año 1991 ……………………………….. 6
Nº 2 Intensidad del IPMH. República Argentina, año 2001 ............................................... 6
Nº 3 Imagen satelital de la ciudad de Posadas y Encarnación …………………………… 45
Nº 4 Estructura urbana de la ciudad de Posadas …………………………………………. 46
Nº 5 Expansión urbana del Gran Posadas ………………………………………………... 48
Nº 6 Distribución de barrios en la ciudad de Posadas. Año 2011 ………………………... 51
Nº 7 Expansión urbana del Gran Corrientes ……………………………………………... 56
Nº 8 Distribución de los barrios del Gran Corrientes. Año 2001 ………………………… 58
Nº 9 Imágenes satelitales: sector este y sur del Gran Corrientes ………………………… 60
Nº 10 Imagen satelital de las ciudades de Formosa (Argentina) y Alberdi (Paraguay) ….. 62
Nº 11 Distribución de los barrios en la ciudad de Formosa. Año 2005 ………………….. 64
Nº 12 Expansión urbana de la ciudad de Formosa ……………………………………….. 67
Nº 13 Terrazas de inundación del aglomerado Gran Resistencia ………………………... 69
Nº 14 Zona de riesgo hídrico. Aglomerado Gran Resistencia …………………………… 70
Nº 15 Restricciones al uso del suelo del Gran Resistencia ………………………………. 71
Nº 16 Distribución de los barrios en el Gran Resistencia. Año 2000 ……………………. 74
Nº 17 Asentamientos localizados en terrenos de La Rubita (Resistencia) y en el sector
este de la Avenida Gaboto (Barranqueras) ……………………………………………….. 75
Nº 18 Expansión urbana del Gran Resistencia …………………………………………… 77
Nº 19 Complejo habitacional Barrio Provincias Unidas …………………………………. 79
Nº 20 Áreas de expansión de los aglomerados capitales del NEA ………………………. 83
Nº 21 Áreas limitantes de la expansión urbana en los aglomerados capitales del NEA …. 84
Nº 22 Desagües clandestinos en el sector sur de la ciudad de Resistencia (2009) ………. 86
Nº 23 Basural a cielo abierto. Zona de la “Arenera”, sector sur de Corrientes (2010) …... 86
Nº 24 Lagunas de oxidación. Municipio de Resistencia …………………………………. 86
Nº 25 Zona sur de la ciudad de Resistencia ……………………………………………… 86
Nº 26 Pirámides de población. Capitales del NEA 1991 y 2001 ………………………… 90
Nº 27 IPMV entre 0 y 0,49. Capitales del NEA, 1991……………………………………. 100
Nº 28 IPMV entre 0 y 0,49. Capitales del NEA, 2001……………………………………. 101
Nº 29 IPMV entre 0 y 0,24. Capitales del NEA, 1991……………………………………. 104
Nº 30 IPMV entre 0 y 0,24. Capitales del NEA, 2001……………………………………. 105
Nº 31 Puntaje Estándar. Gran Corrientes, año 2001 ……………………………………... 139
Nº 32 Puntaje Estándar. Gran Posadas, año 2001 ……………………………………….... 140
Nº 33 Puntaje Estándar. Gran Resistencia, año 2001 …………………………………….. 142
Nº 34 Puntaje Estándar. Gran Formosa, año 2001 ……………………………………….. 143
Nº 35 Población IPMH sin privaciones según grupos de edad. Capitales del NEA, 2001.. 148
Nº 36 IPMH Sin Privación. Capitales del NEA, 2001 …………………………………… 150
Nº 37 Población IPMH por Recursos Corrientes según grupos de edad. Capitales del
NEA, 2001 ……………………………………………………………………………….. 152
Nº 38 Viviendas localizadas al este del terraplén de la Av. Vélez Sársfield
(Barranqueras) ……………………………………………………………………………. 156
Nº 39 IPMH por Recursos Corrientes. Capitales del NEA, 2001 ....................................... 157
Nº 40 Población IPMH por Recursos Patrimoniales según grupos de edad. Capitales del
NEA, 2001 ………………………………………………………………………………... 158
Nº 41 Viviendas deficitarias. Asentamientos informales en Resistencia, Corrientes y
Posadas ………………………………………………………………………………….. 160
Nº 42 IPMH por Recursos Patrimoniales. Capitales del NEA, 2001 ……………………. 162
Nº 43 Población con IPMH Convergente según grupos de edad. Capitales del NEA,
2001……………………………………………………………………………………….. 164
Nº 44 IPMH por Privación Convergente. Capitales del NEA, 2001 …………………….. 166
Nº 45 Viviendas próximas a las lagunas del norte de Resistencia………………………... 167
Nº 46 Cunetas a cielo abierto. Municipio de Rcia ………………………………………. 167
Nº 47 Incidencia del IPMH. Capitales del NEA, 2001 ………………………………….. 171

X
Pág.
Nº 48 Barrio Patono. Municipio de Corrientes ................................................................... 174
Nº 49 Barrio La Esperanza. Municipio de Corrientes ……………………………………. 175
Nº 50 Barrio La Esperanza. Municipio de Corrientes ……………………………………. 175
Nº 51 Intensidad del IPMH. Capitales del NEA, 2001 …………………………………... 177
Nº 52 Cociente de localización (QL) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001. 200-
201
Nº 53 Autocorrelación Univariada según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001 … 207
Nº 54 Autocorrelación Local según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001 ………. 210
Nº 55 Asentamientos en la laguna Argûello. Municipio de Resistencia …………………. 219
Nº 56 Distribución esquemática de los asentamientos informales en Posadas …………... 219
Nº 57 Barrios próximos al arroyo Apa. Ciudad de Posadas …………………………….... 220
Nº 58 Venta de terrenos en asentamientos informales de Resistencia …………………… 221
Nº 59 Ocupación de terrenos: proceso de limpieza y medición ………………………….. 224
Nº 60 Asentamiento 2 de abril. Ciudad de Resistencia …………………………………... 225
Nº 61 Plano catastral y fotografía aérea de 1998 e imágenes satelitales de 2002 y 2009
del asentamiento Lestani (ciudad de Resistencia) ……………………………………….. 228
Nº 62 Ocupaciones de terrenos en el Gran Resistencia ………………………………….. 230
Nº 63 Ocupaciones de terrenos: instalaciones con carpas. Municipio de Resistencia …… 230
Nº 64 Provisión de agua potable mediante canillas públicas …………………………….. 231
Nº 65 Asentamiento del sur de Resistencia ………………………………………………. 232
Nº 66 Asentamiento del suroeste de Corrientes ………………………………………….. 232
Nº 67 Provisión de servicios (2002), IPMH Convergente (2001) y asentamientos
informales en el aglomerado Gran Corrientes …………………………………………… 233
Nº 68 Evolución edilicia en el asentamiento “Belgrano” (Resistencia) …………………. 234
Nº 69 Huerta particular en el asentamiento Banderas Argentinas (Fontana) …………….. 241
Nº 70 Asentamientos Informales en Barranqueras en el período 1990- 2002 …………… 243
Nº 71 Asentamientos Informales en la Ciudad de Puerto Vilelas. Período 1990- 2002 …. 244
Nº 72 Asentamientos Informales en la Ciudad de Fontana. Período 1990. 2002 ………... 245
Nº 73 Asentamientos Informales en la Ciudad de Resistencia. Período 1990. 2002 …….. 246
Nº 74 Tipos de viviendas en asentamientos informales ………………………………….. 249
Nº 75 Sistema de pozo ciego ……………………………………………………………… 256

XI
Introducción

Todos estamos aquí porque... Creemos... Que la pobreza es intolerable en un mundo de abundancia. Y
todos estamos aquí porque estamos convencidos -más bien sabemos- que podemos terminar con la
pobreza en el espacio de nuestra vida, con nuestras propias manos y nuestras propias mentes.

Kofi Annan

A mediados del siglo XX, nuestro país tenía una imagen positiva con respecto a
su situación socioeconómica. En el período que va desde 1947 a 1960, el Producto
Bruto Interno (PBI) había aumentado a una tasa anual del 2,4%, mientras que el empleo
experimentaba un crecimiento del 1,4%. En ese momento, la política económica de
nuestro país se asociaba con el modelo de acumulación desarrollista cuyo
funcionamiento requería la participación de los trabajadores asalariados, grupo
importante en el contexto nacional ya que analizando la distribución del ingreso, los
mismos representaban cerca del 50% de la renta nacional (Calvento, 2006).

Sin embargo, las especificidades del modelo de acumulación y la estructura


social y de poder tornaron inviable un estado distributivo al estilo del que progresó en
los países desarrollados (Marshall 1988, en Minujin 1993:47), lo que provocó un
quiebre del modelo ya a finales de los ´50. Esto por supuesto, no impidió que se
mantuviera el fuerte peso de las organizaciones sindicales y el alto nivel de las
demandas sociales, pero comenzó una lenta decadencia de la protección laboral y un
paulatino abandono de la oferta pública de los servicios sociales.

El fenómeno de la pobreza para la etapa en cuestión involucraba a no más del


3% de los hogares urbanos (Calvento, 2006) y no era un tema relevante para la sociedad
argentina e incluso para las investigaciones sociales del momento1. Sin embargo, desde
mediados de la década de 1970 se produjeron cambios políticos y económicos que
fueron afectando paulatinamente a la estructura social del país, provocando el aumento
y la profundización de la pobreza, el incremento desigual en la distribución del ingreso
(Cuadro Nº 1) y transformaciones en el ámbito laboral.

1
A pesar que la pobreza no era un hecho novedoso en Argentina y las desigualdades sociales y regionales
formaron parte de su conformación histórica, la pobreza estaba vinculada primordialmente con los
bolsones de pobreza o las villas miserias de las principales ciudades del país (Minujin, 1997:22).

1
La aplicación de la filosofía neoliberal con su correlato en una política
económica que consolida el nuevo patrón de acumulación basado en la valorización del
capital (Basualdo, 2006:16) trajo consecuencias negativas en nuestro país. Las medidas
económicas propulsadas, mostraron en los primeros años un marcado descenso del PBI,
primordialmente a consecuencia de la crisis que sufre el sector industrial con una caída
del producto del más del 20% en el período 1975-82 (Kosacoff y Azpiazu, 1989).
Posteriomente, se sumó una apertura asimétrica de los bienes producidos en el exterior,
lo que derivó en el ingreso de productos foráneos a precios menores provocando una
desigual competencia con la producción nacional2. Todo ello, va a provocar que la
actividad industrial argentina ingrese en un contexto recesivo, llevando al cierre de
fábricas y al despido masivo de empleados, que pasaron a integrar la larga lista de
población por debajo de la línea de pobreza. Justamente, Murmis y Feldman (1997),
Minujin (1997), Beccaria y López (1997a), entre otros, los reconocen como los
llamados “nuevos pobres”3 o “pauperizados”4, grupo que se considera como el
componente mayoritario del aumento de la pobreza en las últimas décadas y
especialmente en ámbitos urbanos.

Otros efectos fueron la liberalización de los mercados (mayormente el


financiero), una redistribución regresiva del ingreso y ajustes en el mercado laboral. Al
respecto, se produce una reestructuración del mercado de trabajo que se traduce en una
pérdida de dinamismo y en la incapacidad para generar nuevos puestos laborales. Como
consecuencia, se observa un paulatino aumento del desempleo y subempleo sumado a la
mencionada caída del empleo asalariado industrial. Por otro lado, se va a generar un
aumento del empleo femenino, y el incremento de la precariedad laboral (Beccaria y
Orsatti, 1989; Cortés 1989; Cortés y Marshall, 1991; Minujin 1990 citados por Minujin
1997:21).

Otro factor que adquiere relevancia, pero ya en la década de 1980, fue la crisis
por el desbordado crecimiento de la deuda externa. Por ello, se generaron medidas de
“achique o recorte de gastos” asociados a una reducción de los salarios reales, recortes

2
La apertura de las importaciones expuso a los pequeños y medianos productores de bienes transables
(PyMES) a una competencia que no estaban preparados, llevando a la quiebra a muchos de ellos.
3
Los nuevos pobres tienen caracteres particulares socioculturales que los asemejan a los “no pobres”,
pero comparte con los pobres estructurales, carencias ligadas al consumo cotidiano (Minujin, 1997:27).
4
Los pauperizados evidencian una caída evidente en el consumo de bienes elementales y acceso a la
salud, la educación, recreación, etc. (INDEC, 1990).

2
en el gasto gubernamental, incentivos a la inversión privada5 y menor proteccionismo
estatal (Cardoso y Helwege 1993:106, en Calvento 2006).

De un Estado garante en la distribución del ingreso y de los recursos nacionales


además de asegurador de las prestaciones sociales de salud y educación, se pasó a una
desarticulación explícita del andamiaje institucional del mismo, que llevó a una
descentralización desfinanciada de servicios altamente deteriorados y transferencia a la
comunidad de responsabilidades referidas a la cobertura de necesidades básicas
insatisfechas (Minujin, 1997:20) Esto fue acompañado de la aplicación de políticas de
corte neoliberal durante la década de 1990, muchas de ellas propiciadas por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) o el Consenso de Washington y asociadas con la
privatización de las empresas o la ya mencionada liberación de los mercados.

Todos los factores mencionados contribuyeron para que en la década de 1990, la


pobreza alcance valores elevados, nunca vistos hasta el momento, transformándose en
uno de los principales temas de debate dentro de la agenda política y económica
nacional, así como uno de los primordiales temas de investigación de los cientistas
sociales.

La distribución espacial de la pobreza en el país. La región del Norte Grande


Argentino

Los datos reflejan que en el censo de 1991, casi un quinto de la población del
país (19,3%) tenía Necesidades Básicas Insatisfechas, mientras que en el censo del año
2001, se observa un descenso a 14,3% (INDEC, 2002b), pudiendo mencionarse que esa
merma del número de hogares con NBI en Argentina obedece entre otras causas, a las
mejoras en la infraestructura de la vivienda6 (mediante la incorporación de los
diferentes planes nacionales, provinciales o municipales) o los progresos en la
condición educativa de la población.

5
Esto produjo un proceso de reasignación de los recursos estatales que permitió una mayor concentración
y centralización del capital en manos de los grandes grupos económicos.
6
Para 1960, el número de hogares en viviendas deficitarias ascendía a 41,5%; en 1991 el porcentaje era
de 24,9% y en el 2001 de 21,7% (Dirección Nacional de Políticas Habitacionales, 2003)

3
Las regiones extrapampeanas son las que reflejan las mayores carencias,
especialmente las del Noroeste y Nordeste7. Los factores que han incidido en esta
situación -de acuerdo a los testimonios de Bialet Massé o de Niklison- tienen una
persistencia mínima reconocida de un siglo de duración y son numerosos y complejos
(Bolsi et al, 2009:17). Estos territorios conforman la llamada región del Norte Grande
Argentino (NGA) y se encuentran incluidas en lo que Rofman (1999) ha dado en llamar
la “periferia” del sistema espacial argentino, donde se observa que los procesos
económicos evidencian signos de atraso dentro del sistema capitalista, con presencia
notoria de formas no capitalistas de producción. Los procesos productivos
fundamentalmente se relacionan con las actividades primarias y se integran a la
producción de alcance nacional e internacional, dependiendo en este último caso de las
condiciones de comercialización y de los precios en el mercado mundial, además de
otros factores como la pérdida del valor agregado al transferirse los procesos de mayor
generación de dicho valor fuera de la región.
La representación cartográfica de la distribución de la población con NBI por
departamento para el año 1991 y de la Intensidad del Índice de Privación Material de los
Hogares (IPMH) por departamento para el año 20018, permite observar que la mayor
parte de los territorios del Norte Grande Argentino9 presentan altos índices de pobreza
(imágenes Nº 1 y Nº 2). Esta región, revela el mayor número de departamentos con
elevadas Necesidades Básicas Insatisfechas para 1991, y donde la Intensidad de la
pobreza según el censo de 2001, mostraba valores relativos por encima del promedio
nacional10, en 167 de los 175 departamentos del NGA.

7
Como se expresara con anterioridad, las condiciones existentes acrecentaron las fuertes disparidades
regionales en los indicadores de pobreza, acentuando las diferencias en la población radicada en aquellas
provincias con sistemas productivos relativamente atrasados y procesos de apropiación de los excedentes
económicos que favorecen a los sectores con mayor concentración de la riqueza, en desmedro de los
demás grupos sociales (Rofman, 1999).
8
Para el 2001, se representa el IPMH por intensidad, por ser un indicador que mide los casos de pobreza
extrema. Mayores detalles se dan en el capítulo Nº 4.
9
La región del Norte Grande argentino comprende las nueve provincias más pobres del país: Jujuy, Salta,
Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Misiones, Formosa, Corrientes y Chaco. Para el año 2001
comprendía poco más de 7 millones y medio de habitantes, correspondiendo a un 20% del total de la
población nacional (Bolsi y Meichtry, 2006)
10
El promedio nacional de la variable Intensidad del IPMH era del 33% (Álvarez et. al, 2007).

4
Imagen Nº 1 Imagen Nº 2

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo de Población,
Hogares y Viviendas de 1991 y 2001

Según Bolsi y Meichtry (2006), históricamente el sistema productivo de todas


las provincias del Norte Grande se ha caracterizado, con la consolidación del
capitalismo, por la generación de complejos agroindustriales cuya producción se
encontró fuertemente ligada a la demanda nacional11; la cuál, con serios problemas para
la exportación, pronto encontró límites de expansión impuestos por un consumo interno
poco elástico. Un resultado común fueron las crisis de sobreproducción y las diferentes
formas de regulación.
Durante la primera mitad del siglo XX la sociedad del Norte Grande había
consolidado esa construcción básica que fueron los complejos agroindustriales. A partir
de allí, especialmente desde 1960 en adelante, hubo nuevos procesos, pero sus
dimensiones territoriales y económico-sociales si bien importantes en algunas de ellas,

11
El capitalismo se consolida con la afianzamiento de los complejos azucareros en Tucumán, Salta y
Jujuy, la yerba mate en Misiones y la explotación forestal y el algodón en el Chaco (Bolsi y Meichtry,
2006:73)

5
no alcanzaron los niveles de aquellos complejos. Se hicieron visibles, como había
sucedido anteriormente, las influencias de los distintos regímenes y prácticas
económico-políticas que articularon en orden a una mayor o menor sujeción (según los
méritos y capacidades de la dirigencia local y nacional) el desarrollo regional con el
nacional e internacional. Sin embargo, el balance entre ganancias y pérdidas de estos
nuevos procesos no fue positivo para el Norte Grande. Si bien existieron gran cantidad
de inversiones y aplicación de nuevas tecnologías, estas no lograron alterar
sustancialmente el esquema de debilidad productiva y magra participación regional en
el conjunto nacional (Bolsi y Meichtry, 2009). Además, en este esquema se fue
acentuando cada vez más la debilidad del perfil productivo de provincias como
Formosa, Chaco, Catamarca y Santiago del Estero, grupo al cuál se encuentra próxima
Corrientes.
En este conjunto del Norte Grande, se destacan las provincias que componen la
denominada región del Nordeste (NEA), territorio en el cuál la pobreza muestra
situaciones críticas, especialmente en el oeste de las provincias de Chaco y Formosa, así
como en el este de Misiones (imágenes Nº 1 y Nº 2). Nos referimos a circunscripciones
con gran número de hogares habitando en viviendas deficitarias, con altos índices de
analfabetismo y elevadas tasas de natalidad y mortalidad infantil (Fantín y Meichtry,
2005).
Asimismo, en los espacios rurales del Nordeste, se observa la presencia de dos
grupos emblemáticos: el campesinado y la población indígena. A ambos grupos, se los
reconoce como reproductores permanentes de pobreza. En cuanto al campesinado,
fueron perdiendo capacidad de producción y reproducción (Manzanal y Rofman
1989:69), y muchos de ellos se desplazaron hacia las áreas urbanas. En cuanto al
componente indígena, también sufrió los efectos de los cambios vinculados con la
consolidación del capitalismo en el Norte Grande. Las prácticas materiales de estos
grupos no le permitieron asegurar con éxito la pervivencia de los grupos, por lo cuál la
migración a las ciudades o la inserción ocupacional precaria en el sistema productivo no
indígena se convirtió en una alternativa necesaria (Bolsi y Meichtry, 2006:80).
Por su parte, los departamentos que contienen a las capitales provinciales del
NEA, muestran mejores situaciones, pero ello no estaría necesariamente indicando
mejores condiciones en el interior de los aglomerados, ya que si bien las capitales son
lugares que poseen una amplia diversidad de actividades laborales y se promueven
inversiones gubernamentales con el objeto de mejorar la calidad de vida de la

6
población, estas facilidades parecen no alcanzar a todos los habitantes urbanos, porque
se conforman enclaves dónde la pobreza reina con gran intensidad en los hogares. De
esta manera, las capitales del NEA mostraban para el censo de 2001, indicadores de
pobreza superiores al promedio nacional para las ciudades del país, en dónde los
hogares con NBI del Gran Resistencia alcanzaban el 22,4%, Formosa era de 27,8, Gran
Corrientes 20,8% y Gran Posadas 21,4%, mientras que la media era de 10,8% (INDEC,
2002b).

¿Por qué estudiar la pobreza en las capitales del NEA?

En las provincias del nordeste, la migración rural-urbana fue una de las


principales formas de crecimiento de la población urbana, pero también del desarrollo
de la pobreza, que aparece mayoritariamente relacionado con el aumento de los barrios
marginales o asentamientos informales, a través de la modalidad de ocupación
individual y colectiva de los terrenos en los principales ejidos urbanos. Según estudios
de casos realizados con anterioridad, que aportaron información estadística a este
informe, se deben sumar los procesos de movilidad territorial urbana o de relocalización
espacial, que también contribuyen a la expansión del ejido urbano (Meichtry y Mignone
2001, Mignone 2003, 2004). Esto se puede visualizar con ocupaciones de terrenos en la
periferia de las cuatro ciudades capitales12, transformándose en verdaderos bolsones de
pobreza.

Por otra parte, la ocupación de los espacios periféricos que se encontraban


suburbanizados o directamente sin urbanizar, van a generar la especulación inmobiliaria
por parte de los nuevos moradores localizados en estos terrenos. Justamente, en el
último decenio, ha aumentado el número de ocupaciones informales en terrenos
privados, generando verdaderos conflictos entre los propietarios legales, los nuevos
ocupantes y los organismos estatales.

Asimismo, es posible prever que en las cuatro ciudades, la distribución espacial


de la pobreza presenta no solo asentamientos informales, sino también la presencia de

12
A medida que nos alejamos del casco central de la ciudad, aumenta la localización de población
carenciada; al mismo tiempo que la urbanización cambia y crecen las dificultades en la provisión de los
servicios básicos y en las condiciones medioambientales (Alonso, 1964 en Smith, 2000).

7
población pobre distribuida aleatoriamente dentro de la trama urbana. Es decir,
hablamos de aquélla población que forman un grupo de tamaño variable y localización
más dispersa, que no necesariamente presentan carencias habitacionales, pero que
cuentan con ingresos menores y pueden considerarse como hogares pobres.

De otra manera y como se dijera anteriormente, a partir de la década de 1990, la


precarización del empleo se acrecentó en las capitales del Nordeste y dejó al empleo
público como el principal mecanismo de defensa para los trabajadores u obligó a
muchos de ellos a pasar a condición de cuentapropista13.

Los desocupados pasaron a constituirse en nuevos actores sociales que en


muchos casos se organizaron a través de agrupaciones que se transformaron en grupos
de presión y conflicto permanente. Para atenuar sus reclamos se implementaron
diferentes planes sociales, que si bien obedecen a una estrategia de ajuste del mercado
de trabajo a través del sobreempleo público, son proclives al clientelismo político. Sin
embargo, a pesar de que el empleo público fue importante, las tasas de desempleo no se
han reducido para el período final de la investigación, por lo tanto las actividades
públicas no logran compensar o suplir la retracción en la demanda del empleo privado
(SIMEL, 2001). Justamente, los ingresos que perciba la población van a ser un de los
factores primordiales para el acceso al suelo y la localización que presenten en el ámbito
urbano14, viéndose mayormente afectado la población carenciada que ocupará los
terrenos irregulares y con dificultades ambientales (Mignone, 2008)

Las capitales del NEA tuvieron cierto crecimiento económico en la primera


mitad de la década pasada, pero posteriormente pasó a depender en gran medida de las
transferencias de los recursos públicos, especialmente en políticas sociales (Barreto y
Sánchez, 2001). Además, la creación de viviendas de tipo social por parte de los estados
provinciales y municipales, ha llevado a una gran concentración de viviendas en
terrenos de bajo costos, con problemas ambientales y generalmente localizados en zonas
periféricas.

13
Así se originan otras formas en la estructura ocupacional como el aumento de artículos de consumo
final con su comercialización a través de los mercados informales.
14
En el caso del incremento en el número de barrios informales, uno de sus principales factores fueron las
políticas de liberalización del mercado de suelo urbano, que generalmente por su alto costo, permitió el
acceso a grupo acotado de población, mientras que los grupos de menores recursos tuvieron como
principal mecanismo la ocupación ilegal de los terrenos (Smolka, 2005). En este caso, aparece un
fenómeno de relocalización espacial de la población, porque los hijos que residen en hogares localizados
en asentamientos informales o en barrios de clase baja, ante la imposibilidad de acceder a un terreno
propio, optan por ocupar uno de manera ilegal.

8
Todos los elementos mencionados, han colaborado para acentuar diferencias en
la infraestructura de los servicios básicos, en las condiciones laborales y
sociodemográficas que generaron una mayor fragmentación del espacio urbano en las
cuatro capitales, intensificando los contrastes entre los distintos estratos económicos y
entre los grupos localizados en áreas periféricas con respecto a las llamadas áreas
centrales. Esto conlleva a la segregación socioespacial, fenómeno que actúa como
mecanismo de reproducción de la desigualdad social y económica porque “aísla a los
pobres” debido a que estos grupos al convivir con la pobreza y tener pares pobres
limitan sus horizontes de posibilidades y sus contactos y la exposición a ciertos códigos,
mensajes y conductas funcionales15 (Sabatini, 2000). Es decir, que existe una
segregación por pobreza que tiene manifestaciones diferentes según sitios geográficos
de emplazamiento.

Por lo tanto, surgieron numerosos trabajos que analizaron la pobreza desde las
diferentes miradas disciplinarias, haciendo hincapié en alguna de las capitales
provinciales del NEA, en las particularidades propias de contexto geográfico en el cuál
se localizan o atendiendo a las condiciones socioeconómicas de las urbes, como factores
que permitan identificar y caracterizar los conjuntos de población carenciada en el
interior de las ciudades. Sin embargo, no existen trabajos que con un enfoque
geográfico, analicen en forma comparada tanto temporal como espacialmente, los
cambios experimentados por el fenómeno de la pobreza en las cuatro capitales durante
la década de 1990. Desde este aspecto, interesa no sólo analizar la evolución de la
pobreza urbana en las ciudades capitales del nordeste, sino hacerlo en forma comparada
y atendiendo además a las especificidades de desarrollo socioeconómico, locacionales y
de estructura de cada centro urbano. Es decir, que se pretende reconocer las diferencias
en la distribución de los hogares pobres, según el grado de incidencia e intensidad que
los mismos presentan.

15
A pesar de ello, la segregación residencial de tipo socioeconómica tiene una faceta positiva, vinculado
con dos perspectivas: identitaria y funcional. Con la primera representación, se hace referencia al hecho
que las personas conviven con vecinos o “pares” a fin de preservar un conjunto de rasgos que forman
parte del “ser profundo” de las personas. Desde la situación funcional, se plantea que al residir con
personas de la misma condición social, se accede a “beneficios comunes”, pues se reducen los costos de
transacción al basarse la interacción en códigos de comportamiento y comunicación compartidos
(Sabatini 2000, Sabatini et. al. 2001; Arriagada Luco y Rodríguez Vignoli 2003).

9
Objetivos e hipótesis

El objetivo general del trabajo propone la realización de un estudio comparado


entre las situaciones de pobreza en las cuatro ciudades capitales del nordeste argentino a
lo largo del período 1990/2003. Se busca reconocer similitudes y diferencias en las
condiciones de la generación de la pobreza, en el perfil socioeconómico y demográfico
de la población afectada y en el comportamiento espacial del fenómeno en el tejido
urbano, buscando interpretar causas y modos de evolución de la pobreza.

De ello, se derivan los objetivos específicos propuestos en el trabajo, los cuáles


son los siguientes:

* Analizar las condiciones sociodemográficas en las cuatro ciudades capitales

* Determinar y caracterizar los niveles de pobreza

* Reconocer sus manifestaciones espaciales

* Interpretar las causas actuantes en cada caso y sus consecuencias.


*
Comparar el comportamiento de la pobreza, en los aspectos mencionados, en
los cuatro centros urbanos.

La hipótesis que guía la investigación, busca comprobar que diferentes procesos


de desarrollo socioeconómico dentro de un mismo marco de accionar del sistema
capitalista y aún en diferentes contextos geográficos de inserción y funcionamiento,
terminaron generando similares niveles de pobreza urbana, pero los mismos pueden
poseer manifestaciones espaciales diferenciadas en la estructura urbana de las ciudades
capitales del nordeste argentino.

Para demostrar lo anteriormente citado, la tesis se ha estructurado en siete


capítulos que permiten desarrollar la propuesta de trabajo. En el primer capítulo, se
redacta en forma breve, la evolución de la pobreza en nuestro país y especialmente en la
región del Nordeste Argentino (NEA), con especial énfasis en la década de 1990.
Posteriormente se hace una revisión sobre los trabajos que desde distintas perspectivas y
enfoques analizan el tema de la pobreza, en las diferentes escalas de trabajo: global,
nacional, regional y local.

10
El segundo capítulo, se ocupa específicamente de los aspectos conceptuales y
metodológicos de la pobreza. Se realiza una conceptualización del término pobreza y
cuáles han sido las maneras de cuantificarlo y cualificarlo desde la segunda mitad del
siglo XX. Por otra parte, se mencionan las ventajas y dificultades en el uso de las
diversas fuentes cartográficas de las cuatro capitales del nordeste argentino y se
fundamentan las variables que fueron utilizadas para medir la pobreza en las capitales
del NEA.

En el tercer capítulo se realiza una revisión temporo-espacial de la pobreza en


las cuatro capitales del NEA, desde los propios orígenes de los aglomerados y hasta
principios de 1990, reconociendo los históricos lugares ocupados por los hogares pobres
y los nuevos barrios con población carenciada. Asimismo, se reconocen las similitudes
geográficas y socioeconómicas de los aglomerados, evaluando las condiciones del sitio
y las limitaciones a la expansión urbana, las funciones de cada una de las ciudades y
realizando comparaciones sociodemográficas entre las mismas.

En el cuarto capítulo se compara la pobreza en los cuatro aglomerados del NEA,


durante el período intercensal 1991- 2001, utilizando el Índice de Privación de Medios
de Vida (IPMV) y analizando la información a nivel de radio censal. De esta manera, se
reconoce la evolución y los cambios durante la etapa analizada, identificando los
espacios donde la pobreza se consolidó. Asimismo, para complementar el análisis
temporal, se utilizaron los datos de la Encuesta Permanente de Hogares entre 1991 y
2003, para conocer la evolución del empleo y los ingresos de la población de los deciles
más bajos, como elementos que permiten marcar las diferencias estadísticas de la
pobreza entre las cuatro capitales.

Ya en el quinto capítulo, mediante un proceso de normalización y


estandarización de variables simples asociadas con la pobreza, se comienza a apreciar la
distribución espacial de los hogares pobres para el año 2001. Posteriormente, se utiliza
el Índice de Privación Material de los Hogares (IPMH) como indicador que permite
reconocer el tipo de pobreza que predomina en cada ciudad, así como el grado de
incidencia del fenómeno al interior de cada aglomerado. Por último, se finaliza el
capítulo identificando los espacios donde el fenómeno tiene mayor intensidad, pudiendo
reconocer los denominados “núcleos duros de la pobreza”.

11
Como la pobreza muestra las diferencias socioeconómicas que existen entre los
habitantes urbanos, y esa inequidad condicionará en gran medida la localización de los
grupos carenciados en los ejidos urbanos, en el sexto capítulo se evalúa la “segregación
por pobreza” como un fenómeno propio que permite identificar los enclaves o “ghettos
de pobreza” en el interior de las ciudades, considerando las condiciones
socioeconómicas deficitarias de los hogares, de acuerdo con el tipo de IPMH que
poseen.

El séptimo capítulo se centra en el estudio de los asentamientos informales,


como una de las formas más visibles de las condiciones de pobreza urbana en las cuatro
ciudades. Se analiza un estudio de caso, con la investigación llevada a cabo en
asentamientos informales del Gran Resistencia, realizando una caracterización socio-
demográfica general de la población y las diferentes propuestas para solucionar la
condición dominial y socio-económica de sus habitantes.

La tesis finaliza con las conclusiones generales del trabajo, los anexos y la
bibliografía.

12
Capítulo Nº 1
El contexto socioeconómico nacional y del Nordeste Argentino. Los
estudios previos sobre la pobreza

1.1. La pobreza en Argentina durante la década de 1990

Como se sostuviera anteriormente, una serie de fenómenos socioeconómicos y


políticos, influyeron para provocar un aumento sistemático de la pobreza en el país. El
deterioro social marcado por un rápido aumento de la cantidad de hogares situados bajo
la Línea de Pobreza (LP), es la mejor evidencia de los efectos socialmente regresivos
del proceso de ajuste estructural y reforma estatal realizado desde principios de los ‘90.
El porcentaje tanto de hogares como de personas pobres se incrementó
considerablemente, ya que en 1993 el 17,7% de las personas era pobre, mientras que en
mayo de 2003 este indicador alcanzó 60%. Por otra parte, en términos de desempleo, el
máximo valor fue alcanzado en 2002, en el cual el 21,5% de la población
económicamente activa se encontraba desocupada (Kostzer et. al. 2005).

El conjunto de medidas económicas a lo largo de la década de 1990, propició la


desregulación de los mercados y una reducción en los niveles de protección comercial.
La aplicación de reformas estructurales favoreció la acumulación del capital y acrecentó
los ingresos en las arcas argentinas. Sin embargo, los beneficios económicos de este
crecimiento no se tradujeron en mejoras sociales; en especial se vieron afectadas las
economías regionales que con la crisis mejicana del “efecto Tequila” originada a fines
de 199416, derivaron en un fuerte crecimiento del desempleo, que alcanzó la cifra de
18,6% en 1995, valor más alto en la historia de nuestro país hasta ese momento.

Otros factores exógenos afectaron la economía a partir de 1998, como


consecuencia de la crisis en el sudeste asiático de 1997, la decisión de Rusia en 1998 de
no cumplir con sus compromisos externos y en el mismo año, la devaluación brasileña.

16
El efecto Tequila o también llamado en Méjico el “Error de Diciembre”, consistió en la crisis
económica de este país, iniciada el 20 de diciembre de 1994.por la devaluación del peso mejicano ante la
falta de reservas internacionales. Esto causó (por ejemplo) que las empresas mejicanas (que tenían deudas
en dólares) generaran un despido masivo de empleados. En 1995, los efectos de la crisis se extendieron a
otros países, entre ellos la Argentina, donde cayó el valor de las acciones y también hubo fuga de divisas.

13
El mercado de trabajo fue fuertemente afectado por los procesos de
reconversión, tanto en el volumen de la demanda de trabajo como en el tipo de
relaciones laborales que se establecen y en las destrezas y calificaciones requeridas para
ocupar nuevos puestos (Beccaria y López, 1997b). La fuerte volatilidad del mercado, la
mayor competencia y el descenso de los márgenes de ganancia, hicieron que los
empleadores aprovechen la debilidad sindical del momento, favoreciendo el crecimiento
de los contratos laborales flexibles. Por lo tanto, después de mediados de la década de
los ’90, el desempleo disminuyó pero a costa de la reducción de los derechos laborales y
la “creación” de puestos de trabajo de peor calidad17, tanto en sus condiciones como en
su remuneración. Nuevamente el descenso en el poder de compra de los ingresos,
implicó un nuevo crecimiento de la pobreza.

Otro elemento concomitante con esta situación, fue la caída de los salarios y en
general del ingreso familiar. Para 1974, el salario real había alcanzado el nivel más alto
hasta ese momento, pero posteriormente comenzó a experimentar un descenso que para
1976 ya era del 40%, declive del que no logró recuperarse, sino que volvió a descender
para 1989. Esta merma, afectó especialmente a los trabajadores con bajo nivel de
calificación, y a los ocupados en el sector público y en las ramas industriales menos
dinámicas (Minujin, 1997:20).

Todos estos factores endógenos afectaron sustancialmente la actividad laboral en


nuestro país y degeneraron en una situación particularmente crítica a principios del año
2000 y hasta finales del 200318, cuando se comienza a visualizar un leve repunte en la
situación socioeconómica de Argentina. Posteriormente, la recuperación de la actividad
económica con una fuerte creación de empleos se logró gracias al cambio de precios
relativos que impuso la devaluación del 2001.

Si se considera la evolución de la Línea de Pobreza o la de Indigencia (cuadro


Nº 2), se reconoce un aumento paulatino del número de habitantes por debajo de ambos

17
Se produce la incorporación de personas como trabajadores secundarios o adicionales (sobre todo
jóvenes, mujeres y adultos mayores), como parte de una estrategia familiar ante la pérdida de empleo y/o
ingresos del principal perceptor del hogar. No obstante ello, sólo habrían mejorado su empleo las mujeres
de 20 a 34 años y de más de 50 años, pero a través de empleos cuentapropistas o de baja productividad
(Lavboratorio on line, 1999). Todas estas situaciones acrecentaron las situaciones de precarización,
especialmente en los espacios regionales.
18
Mientras que en el desempleo de 1995 el componente principal del crecimiento de la desocupación fue
la destrucción de empleos marginales de baja productividad, en la crisis del 2001 el factor predominante
es la destrucción de empleos formales del sector moderno de la economía (Kritz, 2003). La contrapartida
de este proceso es el crecimiento del trabajo informal en su modalidad más precaria y de baja
productividad: el empleo intermitente, de ingresos muy bajos y variables.

14
indicadores. Los datos extraídos de Altimir y Beccaria (2001), muestran la marcha de la
línea de pobreza absoluta correspondiente al Área Metropolitana de Buenos Aires
(AMBA) medidos por el INDEC y la CEPAL. A pesar de las diferencias en cuanto a los
valores registros por cada institución, se reconoce el incremento constante de la línea
para ambos organismos19.

Asimismo, los autores consideran las limitaciones que existen en la


disponibilidad de datos sobre líneas de pobreza para el ámbito nacional y establecen la
similitud entre el AMBA y el resto de las principales ciudades del país respecto a la
evolución de los ingresos medios, de la distribución del ingreso y de los indicadores del
mercado de trabajo, lo que permite conjeturar que las características de la pobreza y
particularmente su evolución en el conjunto urbano del país no serían marcadamente
diferentes a las del Gran Buenos Aires. Por lo tanto, se puede observar que durante los
‘80, se produce un incremento en el valor de ambas líneas de pobreza, lo que se puede
atribuir mayoritariamente a la reducción del ingreso real de los hogares y en segundo
lugar a cambios en la distribución agregada del ingreso. En cambio, en los ‘90, el efecto
del aumento del ingreso real fue contrarrestado por el empeoramiento de la distribución
del ingreso. Por último, el aumento de la pobreza ocurrido entre 1994 y 1996 es
atribuible principalmente a la reducción del ingreso medio de los hogares, y
secundariamente a cambios distributivos que afectaron la posición relativa de los
estratos de menores ingresos (Altimir y Beccaria, 2001:38)

19
La evolución que se observa entre las líneas del INDEC y la CEPAL se explica porque: la del INDEC
resulta de actualizar el valor de la canasta básica de alimentación con un indicador de precios de los
bienes que ella contiene y el coeficiente de Engel mediante un índice ad hoc de precios al consumidor que
toma en consideración la estructura de gastos de la población de referencia; la CEPAL actualiza la
canasta alimentaria con el IPC-alimentos y considera que el coeficiente de Engel no varía en el tiempo
(Altimir y Beccaria, 2001)

15
Cuadro N 1
Línea de Pobreza del INDEC y CEPAL. Argentina 1974-1996
INDIGENCIA POBREZA CEPAL
$ u$s $ u$s $ u$s
Período corrientes corrientes 1 corrientes corrientes 1 corrientes corrientes 1
Set. 1974 159,1 8,63 0,093 373,1 20,23 0,218 358,2 19,42 0,2092
Set. 1980 118919,5 61,73 0,1177 239028,3 124,08 0,2367 267667,6 138,95 0,265
Oct. 1986 34,6 28,85 0,1447 68,5 57,12 0,2864 77,3 64,43 0,3231
Set. 1991 487425,5 49,16 0,1426 1106455,8 111,58 0,3237 1329657,5 134,09 0,389
Set. 1994 62,8 62,82 0,1187 146,4 146,37 0,2765 174,2 174,16 0,329
Set. 1996 66,9 66,88 0,1348 155,8 155,83 0,3141 178,7 178,65 0,3601

1) Relación con ingreso medio por adulto equivalente


Fuente: Altimir y Beccaria, 2001:37

1.2. La pobreza en el Nordeste argentino

Las cuatro provincias que conforman básicamente la región nordeste, tuvieron


procesos de evolución sociodemográfica y económica diferentes dentro de las etapas
generales de desenvolvimiento del sistema capitalista.

La planicie chaqueña estuvo inicialmente relacionada con la actividad forestal-


taninera, que generó el crecimiento de importantes centros fabriles y una incipiente
actividad orientada a la exportación de materia prima. Tuvo su ocaso a mediados de la
década del ‘30, por ser una economía extractiva no sostenible por la competencia con
otros países productores, la sustitución del tanino por el extracto de mimosa, el escaso
mercado de consumo interno y otros factores internacionales, nacionales y regionales
(Bruniard, 1979). Desde entonces el cultivo de algodón, a pesar de las crisis cíclicas
experimentadas desde mediados de la década del ‘50, causadas por la competencia de
las fibras sintéticas, la caída de los precios en el mercado internacional y las condiciones
ambientales adversas, ha sido la principal actividad económica hasta mediados de la
década de 1990. Asimismo, la necesidad de reconvertir la economía agropecuaria se
tradujo en una “pampeanización” del sistema agrario, que produjo el incremento de la
producción cerealera y de oleaginosas, y posteriormente significó el aumento de la
mecanización y del uso de agroquímicos y la introducción de mejoras genéticas.

En Corrientes, la actividad ganadera desarrollada tradicionalmente desde épocas


históricas en los grandes fundos ganaderos, posibilitó la obtención de importantes
ganancias con un mínimo esfuerzo gracias a la enorme disponibilidad de tierra,

16
generando sistemas de baja carga animal y producción. No obstante ello, esta actividad
fue uno de los factores de expulsión demográfica en esta provincia (Meichtry, 1980).

Por su parte, la provincia de Misiones, basó su desarrollo económico,


primordialmente en la yerba mate y en la explotación forestal de la selva misionera. El
cultivo de la yerba mate fue el principal motor de ocupación de la tierra, aunque ha
sufrido sucesivas etapas de estancamiento.

En todos los casos, los sistemas de producción siguen siendo muy susceptibles a
las coyunturas tanto económicas como naturales, exhibiendo una escasa intensificación
y una débil integración con la cadena agroindustrial y comercial de modo que las
soluciones siempre excedieron a las posibilidades de acción de los protagonistas, los
que sólo han podido obtener alivios temporarios, “rachas” de éxito, en sus producciones
(Valenzuela de Mari, 2000).

El crecimiento de la pobreza en la zona rural obedeció a la insuficiencia de los


ingresos, acompañada de la privación de los servicios sociales básicos, al aumento del
subempleo y al incremento de nuevas tecnologías. En la última década, y bajo los
preceptos de las políticas neoliberales, de las reglas de producción y mercado del nuevo
modelo de acumulación flexible, generado globalmente desde la década de los años 70,
se privilegió, casi exclusivamente, a la productividad. Para lograr el aumento de la
misma se necesita incrementar el capital e introducir tecnología, con la contraparte de
requerir escasa mano de obra capacitada y barata20. Es así como la modernización
capitalista actúa como expulsora, debido a que la actual explotación agroindustrial
genera menor número de puestos de trabajo y reduce a los productores pequeños que no
responden a la nueva dinámica y al asalariado rural, a condiciones de trabajadores
estacionales o los obliga a desplazarse hacia el mercado laboral urbano

La población optó por migrar a las capitales provinciales, a la búsqueda de


trabajo estable y mejores condiciones económicas, necesidades que no pueden ser
resueltas, provocando el ingreso de gran parte de esta población a condiciones de
marginalidad. Estos grupos se instalan, especialmente en la periferia de las ciudades,
formando verdaderos “bolsones de pobreza”.

20
Sólo las grandes empresas contaron con la capacidad para poder incorporar los paquetes tecnológicos,
lo que dejó afuera a los minifundistas y aún a los productores medianos (Bolsi y Meichtry 2006).

17
Por otra parte, los centros urbanos cabeceras de la región han mostrado
generalmente una escasa capacidad de generación propia del crecimiento económico,
con un desarrollo limitado de sus funciones industrial y comercial y dependiendo
altamente de las rentas agropecuarias.

Si bien, como se mencionara anteriormente, las respectivas historias de


desarrollo económico y sociodemográfico y sus aspectos locacionales han sido
diferentes, los índices de carencias de las provincias del nordeste argentino durante la
década de 1990, están entre los más altos del conjunto nacional, especialmente en las
jurisdicciones de Chaco y Formosa. Tanto en sus expresiones urbanas como rurales, la
pobreza es crítica en la región, tal es así que para 1991 el promedio nacional de hogares
NBI era de 16,5%, Chaco y Formosa mostraban cifras de 33,2% y 34,3%
respectivamente (Cuadro Nº 3). Por su parte, Corrientes tenía un 26,9% y Misiones un
30%, ambos también superiores a la media del país. Mientras que para el censo de 2001,
la media nacional de hogares NBI era de 14,3%, mientras que en las cuatro provincias
los indicadores superaban el 20%, nuevamente con Formosa y Chaco en los primeros
lugares.

Para el año 2002, un 69,8% de la población y 59,4% de los hogares de la región


se encontraban por debajo y la línea de pobreza, mientras que el 38,8% de las personas
era indigente (INDEC, 2002).

Como se puede ver, el deterioro social como producto del proceso de


concentración de la riqueza desde mediados de la década de 1970, ha afectado con
mayor intensidad a las provincias del nordeste argentino, generando que estas aparezcan
cada vez con mayor frecuencia encabezando la lista de los indicadores de carencias y
baja calidad de vida (Meichtry y Fantín, 1999). En este espacio geográfico, la pobreza
ha tenido fuertes manifestaciones en las áreas rurales, probablemente más intensas que
en los ámbitos urbanos; sin embargo la pobreza urbana aparece actualmente como uno
de las consecuencias más evidentes de los efectos negativos del modelo económico
vigente en el mundo. Justamente, la pobreza urbana parece reflejar las propias
características de la economía actual y sus modos de producción (Morley, 1998), al
tiempo que manifiesta sus rasgos sociales debido a que impide la integración de grupos
de activos en el propio sistema productivo a la vez que deja su impronta en el espacio
urbano. Por lo tanto, si bien las condiciones más críticas de pobreza estructural se
vinculan con el ámbito rural, no obstante son las ciudades dónde la concentración

18
espacial de la pobreza son mayores, magnificando la situación del fenómeno en estos
espacios.

1.3. Antecedentes previos sobre la pobreza (el Estado del Arte)

La bibliografía referente a la pobreza en el mundo o a escala local es muy vasta


y especialmente, en el campo de la pobreza urbana, son múltiples y contradictorios en
algunos casos. Es por ello, que en esta revisión descriptiva de los antecedentes, se
incluyen aquellos trabajos que resultaron fundamentales para la tesis, ya que
promovieron aportes conceptuales, brindaron herramientas metodológicas o propusieron
algún enfoque teórico-práctico del fenómeno de la pobreza.

Al respecto, se pueden decir que existen numerosos estudios sobre la pobreza en


general y en Argentina. Los informes de Naciones Unidas (1978) y de CEPAL (1998),
estaban destinados a informar y buscar soluciones sobre la pobreza y el hambre a escala
mundial y en América Latina. Asimismo, el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo, periódicamente ha publicado trabajos que apuntaban al diagnóstico y las
posibles soluciones de la pobreza según los grupos etáreos, el género o la composición
étnica de la población en las diferentes regiones del subcontinente.

Maestre Alfonso (1973) contextualizaba el fenómeno de la pobreza urbana en


diferentes regiones del planeta, así los factores que incidían en cada uno de esos
espacios. En cambio, Cohen (1998) teorizaba acerca de las desigualdades de las
naciones como consecuencia de los cambios e innovaciones productivas generada por la
revolución tecnológica.

Por su parte, Kliksberg (1993, 2000) trabaja sobre la pobreza y el rol de estado,
y las posibles respuestas para reducirla en América Latina. Posteriormente (2002, 2004,
2005) se vuelca al campo de la ética como motor para desarrollas las políticas
económicas y publicas en los países latinoamericanos.

Ziccardi y otros (2002) analizaron la pobreza en diferentes espacios de


Latinoamérica, y cuáles fueron los efectos de las políticas sociales aplicadas por los
gobiernos locales en diferentes contextos del subcontinente. Clichevsky y otros (1990)
realizaron una serie de trabajos vinculados con aspectos relevantes de las ciudades

19
Latinoamericanas, tales como el empleo, el mercado de tierras, el hábitat, la tecnología,
etc. Asimismo, Mac Donald (2004) abordó la pobreza y precariedad del hábitat en
algunas ciudades latinoamericanas, identificando rasgos y tendencias que presentan
estos fenómenos en base a información estadística proveniente de encuestas de hogares
de los países de la región; mientras que Calvento (2006) delineaba las causas del
proceso de empobrecimiento y su profundización en América Latina y especialmente en
Argentina en la década de los noventa asociado con la política económica del modelo
económico vigente durante ese período.

Salama y Valier (1996) mencionaron la influencia de las políticas neoliberales y


las desigualdades sociales generadas en los países con economías periféricas, mientras
que Harvey (1999), analiza los cambios socioculturales generados por el proceso de
globalización.

Desde otro ámbito, el CYTED (Programa Iberoamericano de Ciencia y


Tecnología para el Desarrollo) propone una serie de innovaciones tecnológicas
implementadas en diferentes ciudades de América Latina (2001), con el objeto de
mejorar el hábitat y la vivienda de los sectores populares.

Larangueira y otros (2007) relataron las políticas públicas aplicadas para


regularizar los asentamientos informales en distintas ciudades de América latina.
Kaztman (1996a, 1996b, 1999, 2001, 2002), abordó la pobreza en Uruguay, con
especial énfasis en la medición del fenómeno y su manifestación en Montevideo, y
también estudió la vulnerabilidad laboral y social en la capital uruguaya. Mientras que
Avellaneda García (2007), realizó un análisis de la pobreza y la exclusión social en la
capital peruana y Sposati (1996) elaboró diferentes mapas de exclusión/inclusión de la
ciudad brasileña de San Pablo. En cambio, Correa do Lago (2000) realizó una
investigación sobre la segregación en Río de Janeiro, mientras que Vieira (2005)
propuso una discusión conceptual sobre indicadores de desigualdad intraurbana,
utilizando la ciudad de Sao José de Río Preto como base empírica para su investigación.

Los análisis de Minujin (1996, 1997), Murmis y Feldman (1997) o de Beccaria y


López (1997a y 1997b) señalaron en nuestro país, la generalización de la pobreza en
algunos niveles sociales donde ya estaba presente y la penetración en otros nuevos. Por
su parte Kliksberg (1993, 2000, 2002, 2004 y 2005) analizó la pobreza y el rol de estado
y las posibles respuestas para reducirla; estudió también el impacto de las desigualdades

20
socioeconómicas y los deterioros sociales sufridos por la clase media de América latina
y especialmente de Argentina. Rofman (1999) consideró los problemas del desempleo y
la exclusión social en relación con los caracteres estructurales de las economías
regionales en los últimos tiempos, mientras que Lo Vuolo y otros (2004), realiza un
pormenorizado análisis sobre las políticas aplicadas para solucionar la pobreza en
Argentina.

En otro aspecto y desde una perspectiva multidisciplinaria, Murtagh y otros


(2002) realizaron un informe sobre la pobreza urbana en nuestro país con el objeto de
analizar críticamente las estrategias desarrolladas por las instituciones estatales y
privadas, para afrontar y solucionar la pobreza.

Asimismo, en los últimos años y en el contexto del Gran Buenos Aires, citamos
a Álvarez (2004 y 2005) que analiza los procesos exclusión social y segregación urbana
en el partido de San Martín, utilizando para ello información a nivel de radio censal y
profundizando sobre las complejas vinculaciones entre aspectos territoriales-
ambientales, económicos, políticos e ideológicos.

En otra escala de trabajo, existen estudios específicos sobre la pobreza en


ciudades intermedias de nuestro país; entre los cuáles se pueden mencionar a Natera
Rivas (2005), que investigó acerca de los movimientos migratorios de la población de
bajos ingresos responsables de la aparición de asentamientos informales en el Gran San
Miguel de Tucumán. Mansilla (1994, 1997) estudió el crecimiento urbano y la
marginalización en la ciudad de San Miguel de Tucumán, mientras que Mansilla y
Legname (2001) analizaron comparativamente la expansión de las capitales tucumana y
santiagueña, considerando las características de la expansión territorial, sus respectivos
procesos de conurbación y los cambios sociales en el que espacio habitacional durante
la década de 1990.

Ockier y Formiga (1988) realizaron una caracterización de los asentamientos


informales localizados en la ciudad de Bahía Blanca. De otra manera, Formiga (1999,
2001) reconoció las diferencias socio-espaciales considerando la calidad de vida de los
habitantes de Bahía Blanca. En este sentido, Trifiró (1999) también propone una
diferenciación sociodemográfica en el Gran Mendoza, mientras que Sánchez y otros
(1999) estudiaron la pobreza urbana en el Gran San Juan. Asimismo, Guidiño y otras

21
(2005) plantean las transformaciones urbanas ocurridas por la globalización en las
ciudades de Mendoza y Santiago de Chile.

Para la ciudad de Córdoba, Tecco y Valdéz (2006) estudiaron la segregación


residencial socioeconómica y su relación con la dimensión espacial de las políticas
públicas en materia de servicios urbanos, infraestructura, urbanización y viviendas
sociales, mientras que Peláez, González y Pinto (2006) propusieron un análisis
comparativo de los patrones de segregación residencial en dos ciudades intermedias:
Córdoba (Argentina) y Campinas (Brasil).

En la ciudad de Tandil, también existieron trabajos sobre las desigualdades


socioespaciales como los de Velázquez (1997a y 1997b), o Macchi y Velázquez (2008)
que analizaron la diferenciación residencial y las características sociodemográficas de
los hogares. Mientras que Linares (2008) investigó sobre el accionar estatal y de las
organizaciones de la sociedad civil en la misma ciudad.

Por otro lado, Gutiérrez (2005) desde la perspectiva cualitativa, investigó sobre
las estrategias de reproducción social de la pobreza en barrios de la ciudad de Córdoba;
mientras que Mingo y otros. (2006) efectuaron un análisis teórico- metodológico de las
simetrías-asimetrías del fenómeno de la pobreza en las ciudades de Paraná y Concordia.
Asimismo, Di Virgilio (2003) analizó la pobreza en un barrio de la provincia de Buenos
Aires así como las estrategias desplegadas por la población para solucionar los
problemas vinculados particularmente con el hábitat y los procesos de salud-
enfermedad.

Trabajos metodológicos realizados por el INDEC, asociados con los


mecanismos de medición de la pobreza en Argentina, se pueden encontrar en la serie
Estudios Nº 1 y Nº 13 (1984 y 1989 respectivamente), referente a la pobreza en el
conurbano bonaerense y a la pobreza urbana en nuestro país utilizando el método de las
necesidades básicas insatisfechas. Por su parte, CEPA (1994) publicó un estudio
también de las NBI, pero por departamento para toda Argentina.

La construcción del Índice de Privación Material de los Hogares (IPMH) lo


encontramos en los Documentos de Trabajo del INDEC (1998a, 1998b, 2000, 2002a,
2003ª, 2003b). Mientras que en Álvarez (2002), Álvarez et. al. (2001), Gómez et. al.
(2003) y Mario (2003) explicitan la construcción del IPMH y su aplicación en diferentes
regiones, provincias y ciudades de Argentina.

22
Meichtry et al. (2003) y Meichtry y Fantín (2004a, 2004b, 2006) brindan
herramientas metodológicas acerca del IPMV y aplican el mismo en la región del Norte
Grande argentino y la región del NEA. Y Santillán (2004, 2007) conceptualiza el
Método Integrado de Pobreza y su aplicación en el Gran Córdoba. Por otro lado,
Madariaga (2003) propone un índice de pobreza factible de ser aplicado con los
sistemas de información geográfica.

Otros trabajos contribuyen a alcanzar una interpretación de las realidades


geográficas y socioeconómicas del Nordeste argentino, como los de Bruniard (1979,
1987), Bolsi y Meichtry (1982, 2006), Bolsi (1986, 2004), Maeder y Gutiérrez (1995),
Panaia y otros (2004), estudios que analizan la región del NEA desde diferentes miradas
disciplinarias pero sin desconocer la importancia de la pobreza en estos territorios. De
manera diferente, Conte y Borrini (2006) aportaron desde la perspectiva cuantitativa,
información acerca de configuración de la red urbana en la región del NEA; mientras
que Maeder y Gutiérrez (2003) describieron el proceso histórico de las principales
ciudades de la región.

Asimismo, Bolsi y otros (2009) analizaron la pobreza en la región del Norte


Grande Argentino, identificando los factores que primaron en el incremento del
fenómeno es este espacio, la conformación y caracterización de los “núcleos duros” de
la pobreza en el territorio, así como un breve análisis de la pobreza en las capitales
provinciales y en las ciudades intermedias de la región.

Entre los estudios urbanos sobre las capitales del Nordeste Argentino se
menciona a Foschiatti y Bolsi (1990), Foschiatti (1990, 1991a, 1991b, 2003) que
realizaron una serie de investigaciones acerca de la expansión urbana de las capitales
del NEA, mayoritariamente entre 1960 y 1990. Posteriormente (en 2006), Foschiatti
estudió el comportamiento de las variables sociodemográficas del censo de 2001 que
generan vulnerabilidad en los hogares de la provincia de Chaco. Asimismo, Barreto y
Sánchez (2000) realizaron un análisis sobre de la evolución urbana de las ciudades de
Resistencia, Corrientes y Posadas durante la década de 1990.

La evolución y características de la ciudad de Resistencia fueron objeto de


estudio a partir de la década de 1970, cuando el Instituto de Geografía publicó la revista
Geográfica 1, 2 y 3, que se ocuparon de estudiar el crecimiento del Gran Resistencia y
su transformación hasta la fecha mencionada y que conformaron el marco de

23
conocimiento sobre el que se asentaron estudios posteriores. Particularmente la
Geográfica Nº 2 analizó el tema del asentamiento de los inmigrantes en Resistencia,
mientras que la Nº 3 se presentó una caracterización socioeconómica de la ciudad para
principio de 1970.

Posteriormente se efectuaron estudios parciales sobre el Gran Resistencia,


los que se encuentran en la revista Demográfica Nº 4 (Foschiatti de Dell’ Orto 1991), Nº
6 y Nº 11 (Manoiloff 1992, 1995), Nordeste Nº 13 (Manoiloff, 2000) asociados con la
expansión urbana y los movimientos naturales en la ciudad. Valenzuela (1991) examinó
la expansión urbana y demográfica de la capital chaqueña a partir de 1960 y hasta 1986,
así como Fantín (1998, 1999) analizó las condiciones socioeconómicas del Gran
Resistencia a principios de la década de 1990. De igual forma, Rozé (1995) realizó un
informe sobre la situación de los niños marginales en la ciudad de Resistencia.

Trabajos referidos a la caracterización de la población localizada los barrios


informales del Gran Resistencia, los desplazamientos internos, las políticas de viviendas
y la resolución habitacional o la gestión municipal para resolver los conflictos
generados por los asentamientos informales, se los puede leer en Mignone (2000, 2001,
2003, 2004), Meichtry y Mignone (2001), Benítez (1999), Scornik y Pelli (2004),
Lombardo (2007) y Attias (2007).

Conte (inédito) realizó una investigación desde la geografía de la percepción


aplicada a la ciudad de Formosa, en la cuál identifica (por ejemplo) las áreas con
mayores carencias que asimismo llevan un estigma asociado con la violencia y la
delincuencia. También, se puede mencionar a Sáez y Hertelendy (2000) que efectuaron
una crónica histórica-geográfica de esta ciudad; a Coronel y otros (1993, 1996) que
estudiaron la evolución del plano de la ciudad de Formosa, así como algunos barrios
particulares de esta capital. Por su parte, Marotte que investigó sobre los problemas de
la expansión urbana de la ciudad (1999, 2000), mientras que Kalafattich estudia las
transformaciones del paisaje ribereño en las proximidades el puerto de Formosa.
Asimismo, también analizó los cambios en los barrios de la capital formoseña a partir
de 1960 (2007).

Díaz Orueta y otros (2000) trabajaron acerca de la expansión urbana y el


fenómeno de la pobreza en la ciudad de Posadas; Cantero (2002) analizó los cambios
surgidos por la expansión del sector sur-oeste de la capital misionera. Por su parte,

24
Baranger (1982) muestra un análisis acerca de la condición socioeconómica de la
población relocalizada por causas de la represa Yaciretá.

Desde el aspecto cualitativo, citamos a Bartolomé (1985) con su trabajo sobre la


relocalización de los pobres urbanos. En cambio, Schiavoni (inédito) estudió las
familias de los sectores pobres en Posadas, mientras que Curtino (1997) investigó sobre
las organizaciones barriales en sectores empobrecidos y González Villar (1997) analizó
el papel de los pobres en el proceso de producción de la ciudad posadeña. En cambio
Brites (2009) analiza los procesos de transformación urbana que la ciudad de Posadas
como resultado de los consecuentes programas de relocalización de la población
afectada por el agua de la represa hidroeléctrica de Yaciretá, pero también como
resultado de políticas locales, como los planes de renovación urbana, construcción de
obras públicas y ordenamiento territorial, desarrollados a escala municipal

No se puede dejar de considerar los diferentes informes de beca realizados por


becarios de la UNNE, trabajos en muchos casos inéditos que analizaron (especialmente
desde la Geografía y la Arquitectura) los asentamientos informales, los desplazamientos
internos de población y las características habitacionales en las ciudades de Corrientes y
Resistencia. Asimismo, existen diferentes trabajos de tesis (inéditos) presentados en la
Universidad Nacional de Misiones que estudian, entre otros temas, la expansión urbana
y el crecimiento de los nuevos barrios en la ciudad de Posadas, así como los impactos
generados por las nuevas obras en la capital misionera y los procesos de relocalización
espacial en este aglomerado.

Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) han revelado ser de gran utilidad
para los estudios urbanos. Así se puede citar a Buzai (2003) y Buzai y Baxendale (2006)
que presentaron una serie de técnicas de análisis espacial cuantitativo orientadas a la
realización de mapas sociales y las aplicaron para analizar la situación socio-
habitacional de la ciudad de Luján. Los aspectos más relevantes que se pueden
mencionar son las opciones al estandarizar variables cuantitativas, las medidas de
correspondencia, segregación y concentración espacial, los análisis de asociación entre
variables y sus fundamentos matemáticos.

Linares (inédito) utiliza los SIG para estudiar la segregación socioespacial en la


ciudad de Tandil, mientras que Ramírez (2006) aplica los SIG para reconocer la
accesibilidad de la población a los servicios de salud en la provincia de Chaco.

25
Desde un punto asociado directamente con los la población carenciada, Aguilar
Ibáñez (1998) menciona las diferentes estrategias en la vivienda, la salud y la
generación de ingresos, que desarrollan los sectores marginales para sobrevivir a la
pobreza. Por su parte, Mallimaci y Salvia (2005) coordinan una serie de investigaciones
que desde la óptica sociológica, analizan loas nuevos rostros de la marginalidad, las
prácticas y las representaciones que lo sustentan; en cambio, Salvia y Molina (2007)
muestran un compendio de trabajos con las respuestas que dan los sectores populares de
la capital y del Gran Buenos Aires como estrategias de supervivencia al desempleo, la
crisis socioeconómica y la pobreza. En otro sentido, Béliz (1995) compila una serie de
trabajos que brindan un diagnóstico y aportan proyectos concretos en el campo de la
política social, orientada fundamentalmente a enfrentar la pobreza en Argentina.

26
Capítulo Nº 2
El marco conceptual y metodológico

2.1. La concepción de la pobreza

La primera dificultad que, particularmente uno encuentra en los análisis acerca


de la pobreza, es la conceptualización del término. Es decir, si hay que remitirse al
concepto de una persona considerada “pobre”, esta varía de un país a otro y si bien, las
diferencias responden a cuestiones geográficas o socioeconómicas, también obedecen a
elementos culturales, a tradiciones y situaciones muy particulares de cada nación
(Cabrera Castellanos, 2000). Además, la conceptualización de la pobreza nunca ha
estado exenta de problemas. Según el PNUD (1997 en Gastaldi et. al 2003) la pobreza
se refiere a la incapacidad de las personas de vivir una vida tolerable. Para las ciencias
sociales, la pobreza presenta numerosos significados. Spicker en 1999 (en Feres y
Mancero 2001) reconoce once formas posibles de interpretar esa palabra21, todas
mutuamente excluyentes, aunque algunas de ellas pueden ser aplicadas a la vez y
algunas pueden no ser utilizados en toda situación. No obstante ello, la mayor parte de
los trabajos, especialmente los estudios económicos, han centrado su atención casi
exclusivamente en los concernientes a “necesidad”, “estándar de vida” e “insuficiencia
de recursos” (Feres y Mancero, 2001). Desde otro aspecto, Vinocur (1989) señala que
“la pobreza posee una conformación multifacética, en la que se combinan y potencian
distintos tipos de necesidades, las que afectan diversas áreas de la vida, desde la
biológica hasta la social”.

En general, las diferentes posiciones reconocen que la pobreza se identifica con


nociones tales como la de necesidad, estrechez o carencia (Gutiérrez, 2005:23) de lo
necesario para el sustento de la vida, por lo tanto, el término pobreza se relaciona con la
idea de privación. También, la idea de pobreza aparece vinculado con diversas visiones
del mundo, por lo que su concepto tiene una gran carga ideológica (González, 1997)

Por otra parte, todo concepto de privación, aunque fuera desprovisto de su


connotación ideológica, se desdibuja al compararlo con sociedades caracterizadas por

21
Ellas eran: necesidad, estándar de vida, insuficiencia de recursos, carencia de seguridad básica, falta de
titularidades, privación múltiple, exclusión, desigualdad, clase, dependencia y padecimiento inaceptable.

27
diferentes pautas culturales, con lo que toda pretendida objetividad en su definición
debe ser reemplazada por acuerdos de lo que se consideran carencias básicas. Además,
los desacuerdos son importantes cuándo se pretende precisar cuáles son los elementos
que autorizan a identificar un determinado estado de situación de pobreza, o cuando se
pretende definir las relaciones de distribución que explican las situaciones de pobreza y
riqueza (Lo Vuolo et. al., 2004).

Hay dos posturas clásicas en relación con la consideración de la pobreza. La


postura relativa refleja la idea de que las necesidades que se consideran esenciales y
cuya satisfacción marca el umbral de la pobreza, varían en el tiempo y en el espacio
según una escala de valores asignados en las diferentes sociedades.

La segunda posición destaca el carácter absoluto de la pobreza, como la


imposibilidad de acceder a un nivel de satisfacción necesario para la existencia y
reproducción de la sociedad. Se articula, en esencia, sobre la imposibilidad de alcanzar
los niveles nutricionales adecuados para lograr un crecimiento psico-físico considerado
normal, sin importar diferencias espaciales o temporales.

Según Jaume (1989:26), “la pobreza es una categoría totalmente descriptiva:


pobre es aquel que en comparación con otros individuos de su sociedad alcanza, de una
serie de rasgos tomados como categorizadores, los más bajos niveles”. Entonces, esto
denota la carencia de bienes y servicios mínimos que una determinada sociedad
considera como indispensables para todos sus miembros.

De otra forma, González (1997) considera a la pobreza como “la privación de


medios de vida y pérdida de estirpe”, lo que también permite distinguir el aspecto
descriptivo del fenómeno22, pudiendo reconocer que los pobres son un agregado
definido estadísticamente (Altimir 1979; Sen 1998).

Una de las grandes dificultades al medir la pobreza es poder contar con


información desagregada y distribuida en series históricas que permitan percibir sus
tendencias, o en unidades territoriales que permitan identificar los cambios en su
distribución (Meichtry et. al., 2003). Es por ello que el mayor número de trabajos y
análisis de la pobreza en Argentina van a aparecer asociados con dos formas de

22
Esta condición que “habilitaría a ingresar en los más diversos ordenamientos conceptuales” (González,
1997) fue la utilizada en el proyecto “Variaciones de los niveles de pobreza en el Norte Grande Argentino
durante la década de 1990. Sus manifestaciones estructurales, funcionales y espaciales”, para poder
localizar con la mayor precisión posible, la distribución espacial de los diferentes niveles de pobreza en
los hogares (Meichtry et. al., 2003).

28
medición: la que se vincula con la línea de pobreza y la que tiene en cuenta las
necesidades básicas insatisfechas.

2.2. La medición de la pobreza en Argentina

La Línea de Pobreza (LP) expresa la posición relativa que determinan las


necesidades consideradas esenciales y cuya satisfacción marca el umbral de la pobreza,
variando temporal y espacialmente de acuerdo con las sociedades. La LP mide la
privación en términos de bajos ingresos ajustados a los rasgos culturales de cada
sociedad. Son pobres aquellos hogares cuyo ingreso familiar no alcanza a cubrir el valor
mínimo de una canasta básica de bienes y servicios de costo mínimo. La determinación
de la LP surge de valorizar una canasta básica de bienes y servicios; los hogares con
ingresos menores a esta línea se denominan pobres al igual que sus integrantes.

El método de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) consiste en comparar


la situación de cada hogar en lo que respecta a un grupo de necesidades específicas
como hacinamiento, vivienda de tipo inconveniente, condiciones sanitarias y capacidad
de subsistencia. Para cada una de ellas se establecen normas que definen el mínimo por
el cual se considera insatisfecha a esa necesidad. Los hogares caracterizados a partir de
una necesidad insatisfecha son considerados como pobres, al igual que los individuos
que en ella residen.

Existen diferencias entre ambos métodos, porque las NBI no reflejan los
procesos económicos o sociales de corto o mediano plazo y detectan los grupos
conceptualizados como “pobres estructurales”, mientras que la LP identifica los
“hogares pauperizados” o los llamados “nuevos pobres” porque sus índices son
sensibles a los procesos económicos o sociales de corto plazo (Minujin 1997:40-42)23.
No obstante, ambos enfoques no son mutuamente excluyentes, sino que se usan en

23
Este tipo de medición de la pobreza -según un mínimo de bienes y servicios- presupone que la posesión
de tales bienes es algo valioso en si mismo. Sen dice que esto lleva a la práctica de un “fetichismo de los
bienes”: su simple posesión, precisa, no es indicador de bienestar en tanto que los bienes son sólo un
medio para lograrlo. No debe interesar tanto, dice, la cantidad de cosas que las personas tienen sino lo que
se realiza con ellas; estas realizaciones indican de manera más completa el bienestar, o la pobreza (citado
por Ferullo, 2000:75). Este planteo -inobjetable desde el punto de vista de las aspiraciones personales y
sociales- podría contribuir sin embargo a enriquecer el “yacimiento de subjetividades” que se señalara
más arriba.

29
forma combinada a fin de establecer distinciones más finas en la medición del
fenómeno (Beccaria y Vinocur, 1991).

Por la complejidad del concepto en estudio, toda investigación sobre el tema se


debe organizar a partir de una definición operativa de la pobreza que permita su
reconocimiento y medición. Por otro lado, el problema de la información (carencia,
cobertura, desagregación, discontinuidad, etc.) no es menos grave en algunos casos,
especialmente para su medición según lapsos extensos o en unidades administrativas
menores que las provincias.

No obstante los instrumentos metodológicos utilizados para medir la pobreza no


permiten entenderla totalmente ni mucho menos resolverla. Es decir que ambos
métodos (LP y NBI) no permiten desentrañar las verdaderas causas que provocan la
pobreza, porque depositan en el pobre la responsabilidad de la situación, sin abordar las
formaciones sociales concretas que la determinan (Vázquez, 1997). Entonces, se deben
aplicar otras herramientas para reconocer los fenómenos y procesos locales (y globales)
que afectan a la población pobre tanto en el país como en escalas locales, que no pueden
ser captadas con la LP o la NBI.

Ante esta situación y siempre en la búsqueda de ampliar y profundizar la


evaluación del fenómeno, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)
construye un nuevo indicador que a partir de los datos censales, permite vincular los dos
aspectos mencionados anteriormente. La metodología utilizada para medir las
privaciones de la población, se elabora a través de una variable que busca identificar las
situaciones de carencia; surge entonces el Índice de Privación Material de los Hogares
(IPMH), que se aplica en el Censo Nacional de 2001 con el objeto de reconocer el grado
de pobreza de los hogares.

La variable IPMH permite reconocer a los hogares24 según su situación respecto


a la privación material considerando dos dimensiones: recursos corrientes y
patrimoniales25. El reconocimiento de estas dimensiones responde a las distintas
manifestaciones que adquiere la privación. En efecto, en la vida económica de los
hogares existen formas alternativas de acceder a los recursos básicos, reconociéndose al

24
Se entiende por hogares a los grupos de personas que viven bajo el mismo techo y comparten los gastos
de alimentación. Se excluyen las instituciones colectivas donde las personas viven bajo un régimen no
familiar (INDEC, 2002a).
25
Acerca de la construcción de este indicador, ver los Documentos de Trabajo INDEC 1998a, 1998b,
2000, 2002a, 2003a, 2003b; Gómez et. al. 2003; Álvarez et. al. 2001.

30
menos dos procesos: la obtención de bienes que demandan ahorro e inversión
acumulados en períodos prolongados de tiempo y el acceso cotidiano a otros bienes de
consumo inmediato cuya adquisición es menos costosa pero debe renovarse
permanentemente.

La incapacidad de los hogares para proveerse de uno u otro tipo de recursos es lo


que distingue entre los hogares con privación o sin ella. El primer aspecto se vincula a
la privación de recursos corrientes, la que puede variar considerablemente en el corto
plazo y está ligada más directamente a las fluctuaciones de la economía. En cambio, la
privación de recursos patrimoniales afecta a los hogares en forma más estable y dada su
característica de persistencia se la considera de tipo estructural o crónico (INDEC,
2003a).

Otro indicador utilizado para medir la pobreza es el Índice de Privación Material


de los Hogares (IPMV), que busca aproximar los dos grandes métodos utilizados en la
evaluación de la pobreza -LP y NBI- y de esta manera se intenta reunir la vertiente
coyuntural con la estructural de la pobreza. El IPMV26 deviene de la elaboración de un
Índice de Capacidad de Subsistencia (ICS) que permite reconocer la dimensión
coyuntural de la pobreza y la Condición Habitacional (CH) vinculado al aspecto
estructural27. Asimismo, tiene la ventaja de ser un índice que permite la comparación
intercensal en el período que se pretende analizar.

2.3. Las fuentes de información

A lo largo de la investigación, se trabajó con el aporte de bibliografía que incluía


amplios aspectos de la literatura científica asociada con el fenómeno de la pobreza:
desde los marcos conceptuales de la pobreza, pasando por los procesos sociohistóricos
del país y de las ciudades, hasta las particularidades propias de la pobreza en las
capitales provinciales del NEA. Se utilizaron documentos, investigaciones, estudios
especializados y publicaciones científicas que ofrecieron aportes conceptuales,

26
El IPMV fue uno de los primeros indicadores diseñados en el intento de analizar con mayor precisión
las condiciones de la pobreza en el Norte Grande Argentino, tomando en consideración la extensión del
territorio en cuestión y las diferencias geográficas, históricas, sociales y culturales que lo caracterizan.
27
Para mayor información, ver Meichtry et. al 2003, Meichtry y Fantín 2004a, 2004b, 2006.

31
brindaron herramientas metodológicas o proponían algún enfoque teórico-práctico
vinculado con el fenómeno de la pobreza en general y con su estudio en el ámbito
urbano.

La información correspondiente a la situación en el interior de las capitales


provinciales, fue producto de las publicaciones especializadas, informes de instituciones
y organizaciones, así como el seguimiento de la información periodística, para dar
cuenta de la pobreza en las cuatro ciudades investigadas.

Para analizar la evolución de la pobreza y su distribución espacial, se utilizaron


fuentes estadísticas procedentes de los censos nacionales de Población y Vivienda de
1991 y de 2001, así como los datos provenientes de la Encuesta Permanente de Hogares
del período1990-2003.

Se emplearon los datos correspondientes a los censos nacionales de 1991 y


2001, disponibles del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y factibles
de ser analizados mediante el uso del software REDATAM+SP desarrollado por
CELADE- CEPAL que permite procesar la información contenida en bases de datos
comprimidas y muy extensas, como las provenientes de censos de población completos28.
El software logra identificar las unidades censales urbanas correspondientes a cada una
de las capitales y de esta manera se obtiene un listado de las fracciones y radios a fin de
poder representar cartográficamente las variables seleccionadas y realizar estudios
espaciales; además de facilitar su uso en el análisis de las dimensiones de segregación
por pobreza.

Por otra parte, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), fue un instrumento


que permitió caracterizar a la población en términos de su inserción socioeconómica. A
pesar de su dificultad en cuanto a la representación espacial de la información, debido a
que la encuesta toma una muestra de la población pero no abarca a todo el universo en
las ciudades, su aplicación a escala macro fue importante para efectuar comparaciones
entre los aglomerados, a través del análisis de variables asociadas al mercado de trabajo,
al régimen de tenencia de la vivienda y a la distribución del ingreso, elementos que
indirectamente están asociados con la movilidad de la pobreza y permiten explicar
situaciones coyunturales que afectan a la población carenciada.

28
A través de los microdatos, es decir datos o variables referidas a individuos, viviendas, hogares u otros
elementos de información se pueden generar diversas tabulaciones para cualquier área geográfica definida por
el usuario.

32
Las fuentes utilizadas para efectuar la representación cartográfica, fueron
obtenidas de las Direcciones de Estadísticas y Censos Provinciales y trabajadas
mediante los softwares Arc-View 3.1, Arc-Gis 9.2 y Geoda 0.9.5. Para el caso de las
bases cartográficas de las ciudades de Posadas y Formosa por radio censal y para el año
2001, se debe mencionar que fue necesario resolver algunos inconvenientes técnicos
que se presentaron al momento de confeccionar las bases de datos estadísticos.

En primer lugar, al preparar la base gráfica se ha encontrado la duplicación de


un radio censal en cada ciudad, dado que los radios en sectores urbanos periféricos
pueden contener más de un polígono censal en Arc- View, por tratarse de áreas mixtas
(urbano y rural). Esta situación provocaría que los atributos correspondientes a esa
unidad se vieran repetidos, distorsionando los valores finales.

A cada radio censal se le ha otorgado un “código” que corresponde al número de


provincia, departamento, fracción y radio; por ejemplo: “340140309” corresponde a la
provincia de Formosa, al departamento Capital y al radio censal 09 de la fracción 03.
Este código permite vincular la base cartográfica del Arc View con la base alfanumérica
que contiene la información sobre los hogares y la población. Si el radio se encuentra
dividido en 2 polígonos, los valores correspondientes a esa unidad resultan
multiplicados por 2. Para solucionar esta cuestión, se adoptó el criterio de unificar los
polígonos de tal manera que a cada dato alfanumérico le correspondió una única unidad
espacial o polígono censal.

Se realizó un exhaustivo control de la base cartográfica y la codificación de los


polígonos para efectuar los ajustes necesarios antes de proceder a relacionar esta base
con la información censal y disminuir de esta manera, la probabilidad de errores. Se
elaboró la base de datos alfanumérica con la información obtenida de la base
Redatam+SP a efectos de poder incorporarla al SIG y luego realizar la vinculación con
la base gráfica.

Por otra parte, la base Redatam del año 1991 es una base ampliada, es decir que
utiliza la información recopilada del “Formulario A”, que fue aplicado solamente a una
muestra de la población y ampliado al resto del ejido urbano29. Se observó la base no
contaba con información de los siguientes radios censales: del Gran Resistencia:
221400114, 221400415, 221400610, 221400712, 221400720; del Gran Corrientes:

29
Se recuerda que, en el censo de 1991, el relevamiento en las capitales del NEA fue por muestra.

33
180211814, 180211502, 180210925, 180211604, 180210403, 180210928. En Formosa
faltaban: 340140115, 340140207, 340140312, 340140412, 340141506, 340141511,
340141706; mientras que Posadas no contenía: 540280503, 540280806, 540280807,
540280808, 540282001. Es por ello, que estos radios censales, van a aparecer sin datos
en la representaciones cartográficas censales de 1991.

Una vez acondicionadas las bases gráfica y alfanumérica (en Anexo I), se
elaboró la cartografía temática necesaria para llevar a cabo el análisis de las variables de
estudio. Se escogió trabajar con información por radio censal, dado el grado de
desagregación espacial que se puede alcanzar con esta escala de trabajo; y porque para
la diferenciación socioespacial, es necesario contar con unidades espaciales que
presenten el menor contraste posible para procurar reducir el denominado PUEM
(Problema de la Unidad Espacial Modificable)30. Esta condición se genera cuando la
unidad estadística no presenta homogeneidad interna, y por lo tanto el valor asociado a
ella es un promedio de la realidad imperante en su interior, ocultando situaciones de
heterogeneidad interna a la unidad estadística (Gómez, inédito)

2.4. Las variables de los Censos Nacionales de Población

De los últimos dos censos nacionales, se seleccionaron un conjunto de variables


simples que fueron comparables en los dos períodos censales y factibles de utilizarse
para estudiar la pobreza urbana en las capitales del NEA. Estos indicadores de tipo
demográfico y socioeconómico, fueron trabajados estadísticamente y representados
cartográficamente a nivel de radio censal en los cuatro ejidos urbanos capitalinos, con el
fin de observar la distribución espacial en el período intercensal 2001. Una vez
representados cada uno de los indicadores, se tuvo una primera aproximación
geográfica de aquellos espacios dónde la pobreza se manifiesta con mayor intensidad31.

Para conocer las condiciones de la vivienda, se tomaron los siguientes


indicadores: viviendas deficientes (considerando las casas tipo B, ranchos, casillas o

30
Para mayor referencia conceptual, se pueden leer los trabajos de Buzai, 2003; Buzai y Baxendale, 2006;
Velázquez, 2001.
31
Se debe señalar que los indicadores seleccionados, son los que tradicionalmente se utilizan para
estudiar la pobreza y se sustentan en una amplia gama de estudios vinculados con la medición de este
fenómeno.

34
viviendas precarias) y material que predomina en las paredes interiores, en los
techos o en el piso de las viviendas. Con estas variables se busca reconocer el tipo de
morada y se puede tener una aproximación acerca de la condición económica de los
residentes (INDEC 1991 y 2002a; CEPA, 1994). Por ejemplo, paredes de adobe, cartón,
chapas de metal, fibrocemento o materiales varios de desecho, conjugados con pisos de
tierra, darían pautas de moradas que agrupan a población con importantes carencias, con
jefes de familia en condición de trabajador temporario o cónyuges que sostienen el
hogar con el ingreso obtenido por el servicio doméstico (Meichtry y Mignone, 2001;
Mignone, 2003).

La vivienda con el piso de tierra o ladrillo suelto, es un indicador que permite


reconocer las pobres condiciones socioeconómicas de los hogares, además de ser un
peligro para la salud (especialmente de los infantes) por la exposición a condiciones de
insalubridad (Fantín, 1999).

Los hogares que utilizan como combustible para cocinar leña o carbón,
muestran la incapacidad del hogar para proveerse de condiciones básicas y mínimas de
comodidad, asociado a condiciones de extrema pobreza.

Otro de los principales indicadores para analizar las condiciones de vida es el


referido a la calidad del agua. Numerosos trabajos consideran la importancia de medir el
acceso de la población al agua potable, por ser una necesidad básica para todos los
hogares, con independencia de su localización geográfica y por estar asociado
íntimamente con la higiene y por lo tanto con la salud y la pobreza (CEPA, 1994;
Kaztman, 1996; INDEC 1991, 2001; Velázquez 1997, 2001; Velázquez y García,
1999). Se consideró la forma de abastecimiento o provisión del agua potable, así
entre otras causas, se pudieron reconocer aquellos núcleos que al no tener el servicio
agua corriente dentro de la vivienda o del terreno, suplen la carencia por medio de las
canillas comunitarias, colectivas o públicas32. Es decir que no solamente es una muestra
de deficiencias de infraestructura por causa del crecimiento urbano de las ciudades,
también muestra los hogares que no cuentan con ingresos suficientes para realizar las
conexiones domiciliarias pertinentes. En este caso, la pobreza transforma a esta
población en grupos de alto riesgo para el contagio de enfermedades como la diarrea,

32
Esta forma de suministro, no sólo es precario por su escasa extensión, sino que es irregular en el tiempo
(Casabona 1983:37 en Di Virgilio 2003:27). Especialmente durante los meses de verano, la presión
disminuye de tal forma que las bocas públicas bajan el caudal o no dan agua., por lo tanto la población
dependiente de este servicio sufre grandes inconvenientes.

35
gastroenterocolitis, etc.33.

La característica de las instalaciones sanitarias del hogar para la higiene


personal, la deposición de excretas, su procesamiento y eliminación, son determinantes
significativos de las condiciones de vida de los miembros del hogar. Entonces, se
considerará la variable hogares particulares con inodoro sin descarga de agua, sin
inodoro o sin baño, porque a diferencia de otros servicios, como la provisión de agua,
su localización es independiente de los servicios sanitarios en el hogar por ausencia de
desagües cloacales o falta de instalación dentro del domicilio (Velázquez, 2001).
Asimismo, la ausencia de un elemento tan básico como el retrete pone en evidencia el
déficit de equipamiento de las viviendas asociado con la situación económica de la
familia, y primordialmente son los hogares pobres los que presentan esta situación.

Otro indicador involucra la noción de hacinamiento, que es una medida de larga


trayectoria en la medición de la calidad de vida en los hogares, debido a que pone de
manifiesto la estrecha relación entre los niveles de hacinamiento y promiscuidad y las
condiciones de pobreza de los hogares (CEPAL, 1988). El INDEC considera que existe
hacinamiento con un valor de 3 o más individuos por cuarto (CEPA 1994). Sin
embargo, para esta investigación, se coincide con Kaztman (1996) y Velázquez (2001),
en considerar un umbral de 2 personas por cuarto34.

El régimen de tenencia de la vivienda y del terreno, permite reconocer la


condición legal de los moradores. El acceso a ambos bienes está ligado con el poder
adquisitivo de los hogares y con la dinámica del mercado inmobiliario; este último
factor de acuerdo al nivel de los precios, puede generar restricciones en el acceso al
terreno propio, especialmente por parte de los grupos carenciados. Asimismo, el hecho
que los habitantes no sean dueños del terreno, inhibe las inversiones para realizar
mejoras para las viviendas35. Este aspecto tiene una importancia fundamental, ya que la

33
Como ejemplo, se puede citar el trabajo realizado por Victora y otros (1989) que realizaron en el
período 1982- 1987, un estudio riguroso sobre la mortalidad infantil en Pelotas (Brasil). Llegaron a la
conclusión que los niños que habitan en viviendas que se abastecen de agua a través de canillas
comunitarias tienen 4,8 veces más probabilidad de morir de diarrea que los que tienen instalaciones de
agua en su propia vivienda.
34
Bajo la percepción de que, particularmente entre adultos, la cohabitación de tres o más individuos en un
cuarto, significa falta de privacidad y un cierto grado de promiscuidad (Meichtry et. al., 2003).
35
Golovanevsky (2007) señalaba que Galiani y Schargrodsky (2004) realizaron un estudio basado en un
experimento natural en terrenos ocupados informalmente en San Francisco Solano (partido de Quilmes,
provincia de Buenos Aires), dónde reconocían cómo la carencia de derechos de propiedad bien definidos
implica un costo adicional para las familias pobres. También, Golovanevsky hacía referencia que de
acuerdo al experimento, los investigadores establecieron que la falta de propiedad puede llevar a no
invertir en mejorar la calidad de la vivienda (ante el riesgo de no poder disfrutar luego de los beneficios),

36
propiedad de la vivienda es el activo productivo más importante para los pobres urbanos
(Golovanevsky, 2007). El hecho de contar con un terreno y una vivienda propia, brinda
una especie de “colchón” frente a la incertidumbre y variabilidad de ingresos que los
pobres urbanos enfrentan a diario (Moser, 1998).

Un elemento clave para el desarrollo humano, es el acceso a los servicios


sociales. La cobertura de salud a través del indicador población que carece de mutual
o de obra social, permite reconocer la ausencia de un instrumento de protección social
esencial para los grupos vulnerables. Existe una conjunción de hechos que imposibilitó
el acceso a la seguridad social durante la década de los ‘90: la complicada situación del
sistema previsional argentino ante la falta de control estatal y las ventajas y flexibilidad
otorgada al sector privado en general, pero fundamentalmente los elevados niveles de
trabajo precario y por cuenta propia (Lindenboim et. al., 2000; De Santis et. al., 2006)

La población carenciada y especialmente los jóvenes, pueden estar expuestos a


comportamientos de riesgo como los embarazos adolescentes (Kaztman, 1999).
Atendiendo a esta situación, se considera la variable maternidad adolescente teniendo
en cuenta las madres solteras menores de 20 años, las que presentarían un alto grado de
vulnerabilidad y una íntima asociación con situaciones de pobreza36.

Los niveles de servicios adecuados de educación, se transforman en una


dimensión importante dentro del núcleo central de necesidades básicas para el
desarrollo del ser humano (cf. CEPA 2004). Es así que se consideran la variable:
analfabetismo, porque entre otros factores, el nivel de instrucción alcanzado puede
marginar a la población del circuito laboral o impedir su crecimiento social,
colocándolo en los estratos más bajos de la escala social. Asimismo, el incumplimiento
del ciclo escolar primario evidencia diversas situaciones de adversidad: temprana
inserción en el mercado laboral, escaso patrimonio cultural familiar, etc., lo que tiende a
retroalimentar un círculo vicioso que disminuye las posibilidades de desarrollo y

impide las ganancias propias del intercambio, no permite cambiar de vivienda cuando sus condiciones se
tornan inadecuadas para los requerimientos de la familia, e implica no poder utilizar la propiedad como
garantía en el mercado de créditos.
36
Adaszko (2005:35), realiza un doble planteo: ¿La maternidad y la paternidad condenan a los jóvenes a
permanecer o caer en la pobreza ya que al asumir responsabilidades de cuidado y manutención de sus
hijos quedan impedidos de proseguir con la formación requerida por un mercado laboral cada vez más
exigente? ¿O es la pobreza y la respuesta de los adultos la que genera condiciones adversas para las
madres y padres jóvenes independientemente de su edad? En cualquiera de las dos visiones interesa
conocer la dimensión, al menos cuantitativa, de la realidad.

37
promoción social de vastos sectores sociales (Velázquez, 2001) y pasa a ser un
importante eslabón en los mecanismos de reproducción de las situaciones de pobreza.

En cuanto a la condición laboral de la población económicamente activa (PEA),


interesan dos indicadores por su relación con la generación de la pobreza: la variable
desocupación, y la calificación laboral que tienen los individuos. Estos dos
indicadores, están muy relacionados con la pobreza, teniendo en cuenta que el
desempleo reduce los ingresos en los hogares y de acuerdo con el grado de calificación
laboral que tienen los jefes de hogar, se puede reconocer el lugar que ocupan en la
división social del trabajo, determinando esto el grado de estabilidad laboral, el nivel de
ingresos, aportes jubilatorios y la necesidad de recursos compensatorios para atenuar la
situación de pobreza de los sujetos (Salama y Valier, 1994; Lindenboim, 2000,
Beccaria, 2001).

Los censos permiten la elaboración de variables “compuestas”, de gran utilidad


para el estudio de la pobreza. Se seleccionó el índice de masculinidad para reconocer
al interior de cada aglomerado las áreas dónde pudiera existir predominio de varones,
vinculado al probable hecho de ser núcleos pioneros de expansión urbana de la ciudad,
lo que generalmente muestran una mayor situación de precariedad.

Los datos sobre edad y sexo, permitieron elaborar pirámides de población para
cada capital, dónde se podrá reconocer los caracteres demográficos generales de estos
ámbitos urbanos. Una vez establecidos los niveles con mayores carencias, se
confeccionaron las pirámides correspondientes, a fin de identificar cualidades
particulares de los mismos.

En esta investigación, el estudio de la pobreza se desarrolló con información a


nivel del radio censal, por ser el mayor grado de desagregación espacial que permite
alcanzar la información publicada por el INDEC37. Y el estudio estuvo primordialmente
basado en los hogares, porque permitió una mejor representación conceptual del
fenómeno debido a que el hogar es el colectivo dónde los individuos resuelven la
reproducción biológica y de sus condiciones materiales y no materiales de vida.
Asimismo, en el hogar es dónde los miembros económicamente inactivos participan
indirectamente de las relaciones de distribución de los bienes que son propias de la

37
Recordemos que por el secreto censal, no es posible tener información sobre los segmentos censales o
incluso las manzanas.

38
sociedad a la que pertenecen y el ámbito dónde se delinean las estrategias familiares de
vida (Torrado, 1981 en Gómez et. al. 2003).

2.5. Los indicadores de la Encuesta Permanente de Hogares

Como se dijera anteriormente, con la Encuesta Permanente de Hogares se


pretende dar cuenta de la situación de los individuos y de los hogares, así como de su
posicionamiento en la estructura social (Pok, 1998). Asimismo, como lo planteara
Monza (1998:46), el interior de nuestro país presenta condiciones de subestudio en
cuanto a los parámetros del mercado laboral, contrariamente al Gran Buenos Aires que
se encuentra sobrestudiado. Ante esta situación y considerando la capacidad operativa
de la información que tiene la EPH, se realizó el análisis de las tasas de actividad,
empleo, desocupación y subocupación en las cuatro capitales, entre mayo de 1990 y
mayo de 2003. Se considera esta última onda, porque a posteriori se introdujeron
cambios metodológicos en la captación de la EPH, lo que dificulta el seguimiento
temporal de la misma. El estudio del mercado laboral es importante, porque la
evolución del mismo repercute directamente en la población en general, pero
especialmente en los sectores más vulnerables.

También se estudió el Tipo de actividad laboral de la población en los cuatro


aglomerados, atendiendo especialmente a las crisis económicas nacionales de 1989/90 y
2001y la recesión del país de 1995 que afectaron las condiciones de acceso laboral y el
tipo de trabajo

Durante los últimos años del decenio, la concentración de los ingresos en los
hogares estuvo asociada a los vaivenes del ciclo económico nacional y por lo tanto de
las condiciones del empleo agregado y de las remuneraciones reales medias. Las
mejoras que se producen en el ingreso en 1999, solamente fueron un episodio transitorio
(cf. Beccaria, 2001).

Las transformaciones en la estructura productiva nacional, la prolongada


recesión económica y el incremento de la desocupación provocaron la caída de los
ingresos individuales y familiares. Así, de un descenso de alrededor del 1,5% en el
lustro pasado, la caída alcanzó al 10% anual a partir del año 2000. Esta situación es

39
todavía más grave en algunas provincias, las pérdidas en el poder adquisitivo a partir de
1995 fueron dramáticas lo que agravó las situaciones ya críticas en jurisdicciones como
Formosa o Chaco, que tienen los ingresos más bajos del país y sufrieron una caída
superior al 30% (PNUD, 2002:70).

Los trabajadores de los primeros deciles de ingreso son quienes han sufrido una
pérdida mayor por el bajo nivel de ingreso de sus habitantes, y por la elevada inequidad
de su distribución. Para analizar la evolución del ingreso, se tomaron las dos variables
que provee la Encuesta Permanente de Hogares: ingreso medio per cápita familiar y
el ingreso medio total familiar. Mediante la aplicación del Coeficiente de Gini, se
tendrá una imagen temporal de la concentración del ingreso en estas capitales y se
podrán reconocer las diferencias que existen entre las mismas y para los hogares
considerados pobres.

2.6. El relevamiento muestral en asentamientos informales

Para obtener la información sociodemográfica de la población localizada en


asentamientos informales, se han analizado los resultados obtenidos en los
relevamientos realizados en los asentamientos del Gran Resistencia, considerando dos
etapas de estudio: los asentamientos surgidos entre 1990 y 1999 en el municipio de
Resistencia, y los barrios informales originados en la etapa 2000/01 en el Gran
Resistencia38

De esta manera, para la primera etapa fueron relevados seis asentamientos,


mientras que en la segunda instancia se analizaron siete barrios informales, todos ellos
seleccionados en función a su fecha de origen y a su localización espacial en el
aglomerado. Como consecuencia de ambos relevamientos, se encuestaron un total de
381 viviendas, que comprendían 388 hogares con 1528 personas.

El cuestionario aplicado a los habitantes, comprendía cuatro áreas de análisis: la


residencia actual, los movimientos migratorios, las condiciones sociodemográficas y el
lugar de residencia anterior. Para esta investigación, solamente se han considerado para

38
Ambos relevamientos se realizaron entre los años 2001 y 2003, y respondían a dos investigaciones
becadas por la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la UNNE.

40
este trabajo las condiciones sociodemográficas y a la residencia actual, porque que
permitieron conocer la composición por sexo y edad, el nivel educativo y las
actividades laborales de cada residente en la vivienda (Anexo II). Además de conocer
las características de la infraestructura habitacional en los asentamientos, a través del
relevo de los componentes materiales y equipamiento de las viviendas, con el objeto de
identificar la infraestructura habitacional de los hogares y vincularlos con la pobreza
urbana.

De esta manera, se considera que todas las fuentes utilizadas, permitieron


avanzar en profundidad en la localización de los hogares pobres y en el análisis y
comparación del fenómeno de la pobreza urbana en las cuatro capitales del NEA.

41
Capítulo Nº 3
El fenómeno de la pobreza en la historia de las capitales provinciales
del Nordeste argentino

3.1. La urbanización en el NEA

El conocimiento desarrollado acerca del proceso de urbanización permite


diferenciar dos grandes grupos de causas en el crecimiento acelerado de las ciudades.
Por un lado están todas aquellas asociadas al crecimiento económico de los centros
urbanos, particularmente por sus funciones industrial y comercial, que los convierte en
centros de atracción de población por la generación de un mercado laboral diversificado
y dinámico y por la prestación de servicios que supone. Por otra parte, existe el grupo
de razones que no significan una condición genuina de atracción sino que transforman a
las ciudades en entidades receptoras ante situaciones socioeconómicas menos
convenientes en otros ámbitos.

Si la primera modalidad primó en la larga etapa del florecimiento del proceso de


urbanización, el segundo grupo de causas parece dominar en la fase actual. Así, la larga
migración rural-urbana generada en su momento por la atracción del crecimiento
industrial devino, en etapas de crisis, en una modalidad de expulsión desde el campo y
desde pequeñas localidades hacia las ciudades.

Para el caso de la región del Nordeste, si bien tenía para el año 2001, uno de los
porcentajes más alto de población rural (21%) con respecto al total del país (10,4%), el
fenómeno de la urbanización en el NEA ha sido intenso a partir de la segunda mitad del
siglo XX. En el cuadro Nº 2 se puede observar como se acrecentó entre 1991 y 2001 el
porcentaje de población residiendo en localidades mayores a 2000 habitantes. Como se
observa, existe un marcado descenso de la población rural, especialmente en los valores
absolutos del conjunto de la población rural dispersa39, que ante las consecuentes crisis
de los principales cultivos y las dificultades socioeconómicas, optaron por migrar hacia

39
Además de disminuir la población rural dispersa, un total de quince pueblos pequeños del NEA
presentan un crecimiento negativo de su población, que de continuar en el tiempo llevaría a la
desaparición de los mismos (Cf. Benítez, 2009).

42
las principales ciudades de sus respectivas provincias, asentándose en la periferia y
generando numerosos asentamientos informales40.

Cuadro Nº 2
Población urbana y rural de las provincias del NEA, 1991 y 2001
Año
1991 2001
Provincia Población Total % Total %
Total 839.677 984.446
Urbana1 575.9132 68,6 784.695 79,7
CHACO Rural3 263.764 31,4 199.751 20,3
agrupada 31.493 35.560
dispersa 232.271 164.191
Total 795.594 930.991
Urbana1 589.8532 74,1 739.040 79,4
CORRIENTES Rural3 205.741 25,9 191.951 20,6
agrupada 31.441 31.258
dispersa 174.300 160.693
Total 398.413 486.559
Urbana1 270.0612 67,8 378.182 77,7
FORMOSA Rural3 128.352 32,2 108.377 22
agrupada 18.514 16.725
dispersa 109.838 91.652
Total 788.915 965.522
Urbana1 493.4172 62,5 680.048 70,4
MISIONES Rural3 295.498 31,5 285.474 29,6
agrupada 44.369 42.687
dispersa 251.129 242.787

(1) Se considera población urbana a la que habita en localidades de 2.000 y más habitantes,
y población rural al resto.
(2) Totaliza estrictamente las localidades que al Censo 1991 tenían 2.000 y más habitantes.
(3) Se clasifica como población rural a la que se encuentra agrupada en localidades de
menos de 2.000 habitantes y a la que se encuentra dispersa en campo abierto.
Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 1991 y 2001

En este contexto de fuerte crecimiento de la población urbana, se destacan


las capitales provinciales de las cuatro provincias, las que han tenido un avance
acelerado del número de habitantes ya desde la década de 1950, pero acompañado de

40
Por ejemplo, el diario Norte de Resistencia mencionaba el 11/06/2003:14, la ocupación de un predio,
por parte de 20 familias sin viviendas, en el barrio Colón de la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña.
Asimismo, el día 30/07/2001:8 detallaba la existencia de de 350 familias ocupando terrenos en las
proximidades del ferrocarril. En ambos casos, con población oriunda (predominantemente) de áreas
rurales.

43
fenómenos negativos como la pobreza, el aumento del desempleo y subempleo, el
incremento de la exclusión social y la segregación residencial (Foschiatti, 2003).

3.2. Las ciudades capitales del Nordeste argentino

3.2.1. La ciudad de Posadas, fronteriza y comercial

La ciudad de Posadas capital de la provincia de Misiones, está ubicada sobre la


margen izquierda y en una de las curvas más pronunciadas del río Paraná. Se encuentra
dentro de zona de frontera y conforma con la ciudad de Encarnación (Paraguay) un
núcleo urbano bipolar, asociado fundamentalmente a la dinámica comercial fronteriza.
Con esta ciudad paraguaya, se encuentra conectada mediante el puente internacional
“Roque González de Santa Cruz”41 desde 1990 (Imagen Nº 3).

Dada su ubicación en el contexto regional, no solamente cumple con su función


administrativa, sino que también es nudo de comunicación entre Argentina, Brasil y
Paraguay, debido a que se encuentra en el cruce entre: la vía fluvial del río Paraná, las
rutas procedentes de Porto Alegre y San Pablo que llegan hasta Asunción y la red vial y
ferroviaria interna que la une mediante la ruta nacional Nº 14 y el ferrocarril Urquiza
con el litoral fluvial y la Capital Federal, y con el noroeste de Argentina a través de la
ruta nacional Nº 12 (Imagen Nº 4).

La altura media de la ciudad es de 111 metros sobre el nivel del mar,


localizándose el área más elevada entre las chacras números 52, 53, 56 y 57 con una
altura de 149,5 metros. Por otra parte, el terreno de la ciudad está integrado por
ondulaciones de tipo dómicas (meláfiros) que sobresalen entre los valles de los cursos
fluviales que atraviesan el municipio (Plan Urbis, 1975; Cantero, 2004).

Entre las cuencas fluviales más extensas se pueden mencionar a los arroyos:
Zaimán, Mártires, Itaembé, Alegre o Apepú y entre los menores los arroyos Mitre, Itá,
Antonica, Divisa (afluente del Zaimán) y Vicario. No existen lagunas de origen natural,
y la denominada Laguna de San José es en realidad una entrada o “bahía” natural del río

41
Este puente es más conocido como puente Encarnación- Posadas.

44
Paraná en un sector bajo próximo al puente internacional42; en la actualidad, la “laguna”
se utiliza para realizar actividades deportivas y de recreación.

Las cuencas fluviales naturales favorecidas por la pendiente del terreno,


permitían una evacuación rápida de las aguas generadas por las intensas y continuas
lluvias, han sido modificadas por la acción del hombre (pavimentos, edificios, etc.)
disminuyendo notoriamente el escurrimiento laminar. Esto ha dado origen a continuos
anegamientos, situación que trajo como consecuencia la desvalorización de los terrenos
y espacios sin infraestructuras, ocupados por población carenciada y con bajos recursos.

Imagen Nº 3
Imagen satelital de la ciudad de Posadas y Encarnación

Encarnación
Río Paraná Costanera

Aeropuerto
Puente Encarnación- Posadas
Lag.
San José

Ruta Nac. Nº 12

Ruta Nac. Nº 105 Villalonga

Fuente: Google Earth. 2010

42
La laguna tiene inicialmente unos 60 metros de ancho, luego se ensancha en 400 mts. y se prolonga al
sur en 700 mts., con una profundidad de 14/15 pies (Prefectura Naval Argentina, s/f).

45
Imagen Nº 4
Estructura urbana de la ciudad de Posadas

Fuente: Municipalidad de Posadas. 2008

Los límites del ejido municipal de esta ciudad son: al norte el río Paraná, al este
el río Paraná, el arroyo Laguna, la ruta Nacional N 12 y la ruta Nacional Nº 105; al sur
los arroyos Zaimán y Lapacho; y al oeste el arroyo Itaembé. La superficie del ejido
municipal era de 30.797 hectáreas para el año 1991 (Imagen Nº 4).

3.2.2. Los tradicionales núcleos de pobreza en la ciudad

Posadas se transformó en municipio a partir de 1872, cuando se realizó la


primera mensura y parcelamiento del poblado que hasta el momento había crecido
espontáneamente43. Surgió así una retícula inicial rodeada de cuatro avenidas que con el
correr del tiempo se transformó en el casco céntrico de la ciudad de Posadas.
Posteriormente, el incremento de la población desbordó el casco central desplazándose
hacia lugares como el puerto y la “Bajada Vieja”, o el matadero municipal, entre otros

43
En 1871, el gobierno de la provincia de Corrientes le había encargado al agrimensor Francisco A.
Lezcano el amojonamiento y trazado de la ciudad. Acompañado del agrimensor Irigoyen, adoptó el
sistema de cuadrícula o damero conformado por cuatro avenidas que abarcaban un área de doce por trece
manzanas (Díaz Orueta et. Al. 2000:67).

46
espacios, lo que promovió el crecimiento por loteo y ventas de parcelas: en principio
hacia el norte, y luego hacia el sur y parcialmente hacia el oeste (Díaz Orueta et. al,
2000:67). No obstante, estos asentamientos dispersos que generaron una temprana
extensión del amanzanamiento, fraccionaron la traza en chacras44 que sin adecuaciones
ni previsiones proyectaron la retícula geométrica sobre fuertes condicionantes
topográficos (Borio 2007), transformándose en un factor que con el tiempo incidió en la
localización espacial de los núcleos pobres (Imagen Nº 5).

En 1884, Posadas es declarada capital del Territorio Nacional de Misiones,


pasando a transformarse en uno de los núcleos urbanos más importantes en el ámbito
regional. Es su propia situación jurídica sumada a la estratégica posición geográfica, lo
que hace crecer rápidamente a la ciudad, transformándose en un centro administrativo y
de servicios regionales. Esta situación se fortalece con la presencia de la infraestructura
ferro-portuaria en la segunda década del siglo XX, y justamente la red ferroviaria, que
en sentido norte-sur se extiende por el este de la ciudad, fue otro elemento que actuó
como catalizador de población pobre asentada en sus proximidades.

Para principios de la década de 1930, aproximadamente la mitad de la población


residía dentro del casco céntrico, mientras que el resto se distribuía mayoritariamente en
los barrios adyacentes al puerto. Precisamente, la vinculación de la ciudad con la
actividad portuaria fue otro factor que provocó la ocupación del borde ribereño en el
norte del ejido urbano, el cuál va a concentrar los primeros asentamientos irregulares
que posteriormente darán lugar a los barrios de “Villa Sarita”, “Bajada Vieja”, “Villa
Blosset”, “Barrio Aguacate”, entre otros (Ministerio de Economía y Obras Públicas de
Misiones, 1975).
En el año 1957 y atendiendo a la necesidad de contar con un plan regulador que
permitiera orientar el desarrollo urbano de la ciudad de Posadas, se elaboró el Plan
URBIS, que aunque tuvo escasa aplicación, contribuyó a estimular la concreción de
muchas obras que afectaron positivamente la situación social de los pobres (Borio,
2007). A través de este plan, se realizó un relevamiento de población que reconoció
(para ese período) las zonas con mayores densidades de hogares en condiciones de
pobreza, que seguía siendo el sector cercano a las riberas este y norte del río Paraná,
aledaños al casco céntrico (Ministerio de Obras y Servicios Públicos de Misiones,
1957).

44
En Posadas la chacra consta de un módulo de 16 manzanas, cuatro por cada lado de chacra.

47
Imagen Nº 5

48
Durante la década de 1970, la ciudad comienza a expandirse aceleradamente a
partir del casco central, de tal forma que se fueron ocupando los espacios hacia el sector
sur y posteriormente hacia el oeste, pero sin consolidar totalmente su urbanización. El
crecimiento comercial y financiero del microcentro produjo desplazamientos de los
sectores de mayores ingresos hacia nuevos lugares de residencia, especialmente hacia el
área sur (Díaz Orueta et. al, 2000); no obstante ello, la propia expansión de la ciudad
sobre el área meridional provoca el incremento de los barrios humildes sobre estos
espacios. Esta configuración mantiene cierta vigencia hasta principios de los ‘80, con el
consecuente aumento de las densidades de población en el área, a lo que se suman dos
procesos territoriales de gran incidencia: el crecimiento y ocupación del sector oeste de
la ciudad y la relocalización de algunos sectores de la población. Respecto a esto
último, el fenómeno más importante lo constituye la relocalización de población que se
encontraban situados en la ribera norte de la ciudad, como consecuencia del aumento de
la cota del río Paraná debido a la construcción de la represa Yaciretá45. Otros
fenómenos, que provocaron el desplazamiento de población, aunque menos importante
en cuanto al volumen de habitantes que movilizaron, fueron la construcción del puente
internacional Posadas- Encarnación y la construcción de la avenida Costanera46.

Las primeras chacras al sur del casco céntrico, y especialmente en las


proximidades de las principales avenidas, permitían observar una combinación de áreas
comerciales sobre las avenidas pavimentadas con sectores residenciales, habitados por
población de clase media y/o núcleos de pobreza asentados sobre tierras privadas y
sometidos a fuertes presiones para abandonar el lugar (Curtino, 1997).

La zona oeste de la ciudad de Posadas, presentó un poblamiento y urbanización


más reciente (desde la década de 1980), teniendo como eje de crecimiento la avenida
Corrientes. El poblamiento se produjo por la construcción de los complejos
habitacionales de la denominada “Península IPRODHA”47 o mediante los planes

45
La represa de Yaciretá, inundó el 17% del ejido urbano de la ciudad de Posadas, lo que obligó a la
relocalización de aproximadamente unas 22.000 personas, mayoritariamente población empobrecida
(Díaz Orueta, 2000).
46
Son numerosos los barrios ribereños que han desaparecido por estas obras de infraestructura y la
relocalización de los habitantes dio origen a nuevos barrios que reciben nombres de combinaciones de
letras y números asignados por los entes que los construyeron como el Barrio A-3-2, o con nombres
nuevos impuestos por los propios relocalizados, como Esperanza, Nuevo Amanecer, etc. (Municipalidad
de Posadas, 2008).
47
Se estima que el número de viviendas públicas construidas por el Instituto Provincial de Desarrollo
Habitacional de Misiones (IPRODHA) en la ciudad de Posadas desde el año 1972 hasta el 2001 alcanza

49
FONAVI, las viviendas construidas por la Entidad Binacional Yaciretá48, la
municipalidad o por particulares. El puntapié inicial de este proceso fue a través de la
construcción del Barrio Villa Cabello, que parte inicialmente desde la chacra Nº 150,
próxima a las actuales avenidas Eva Perón y Padre Kolping o 15549 (Imagen Nº 6).
Asimismo, el límite a la expansión del suelo urbano, estuvo dado por la “barrera física”
que constituía el arroyo Mártires y el aeropuerto internacional.

A principios de los ´90, el sector oeste presentaba un alto crecimiento


demográfico, transformándose en una de las áreas más densamente pobladas de la
ciudad; según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 1991, acumulaba al 40%
de la población urbana total del municipio (Curtino 1997). Debido a la gran
disponibilidad de los servicios y la infraestructura, aumentó significativamente el valor
de la tierra lo que generó la expansión de los sectores medios, provocando cierta
contracción o arrinconamiento de los barrios pobres. En los inicios de esta década, se
observa también que la expansión urbana continúa a un ritmo acelerado, apareciendo
otro eje de crecimiento en dirección hacia el sureste, cuyo impulso genera la anexión de
los municipios de Garupá y Fachinal, dando origen al aglomerado denominado “Gran
Posadas”.

Por otra parte, en el período 1960-1990 la ciudad experimentó el crecimiento


poblacional más elevado, debido a que los censos nacionales indican que en esa etapa el
número de habitantes de la ciudad se duplica y es cuando Posadas comienza a mostrar
un cinturón de asentamientos espontáneos del que carecía hasta ese entonces
(Bartolomé, 1985). Fue la crisis del sector agrario misionero, iniciada a mediados de la
década del sesenta, lo que derivó en la intensificación de la migración rural hacia la
ciudad capital (González Villar 1995), provocando que la ciudad incremente
aceleradamente el número de sus habitantes en el lapso mencionado, generándose
asentamientos urbanos precarios, cuyos habitantes se incorporaron mayoritariamente en
un segmento del mercado laboral, caracterizado por situaciones de precariedad,

casi el 40% del total de viviendas que el organismo realizó en toda la provincia, es decir 14.117 de 37.478
unidades (Barreto, 2002).
48
La Entidad Binacional Yaciretá, financió en la ciudad de Posadas, más de 10.000 unidades de vivienda
para población relocalizada por la construcción de la represa (Barreto, 2002).
49
El proyecto de Villa Cabello, fue impulsado por el padre Juan Markievicz (Schmidt 1997 en González
Genes y Belastegui, inédito). La idea surgió ante la preocupación que existía por el estado general de los
barrios cuya población tenía una pobreza extrema y estaban localizados en la periferia de la ciudad. Es el
sacerdote, conjuntamente con un grupo de familias del Movimiento Familiar Cristiano, quienes dieron
impulso a Villa Cabello.

50
Imagen Nº 6
Distribución de barrios en la ciudad de Posadas. Año 2011

Fuente: Plan Estratégico Posadas 2016.

ilegalidad e informalidad: empleos ocasionales (changas), trabajo en negro o mediante


actividades cuentapropistas (cf. González Villar, 1997; Díaz Orueta et. al., 2000:70).

51
Cuadro Nº 3
Población de la provincia de Misiones y de la ciudad de Posadas
Años Prov. de Misiones Ciudad de Posadas1 Ciudad/Provincia2
1960 361440 70691 20%
1970 443020 97514 22%
1980 579570 139941 24%
1991 788915 210874 27%
2001 965522 275476 29%
1
Se considera el Gran Posadas a partir de 1991
2
Participación de la ciudad capital respecto al total provincial
Fuente: INDEC. Censos Nacionales de Población de 1960, 1970, 1980, 1991 y 2001

Asimismo, la tasa de crecimiento relativo se ha mantenido alta en comparación


con otras ciudades de la provincia e incluso respecto a las otras capitales de la región.
Las principales causas aparecen vinculadas con la mencionada crisis del sector agrario
de la provincia de Misiones que origina saldos migratorios positivos en las dos últimas
décadas, la construcción de dos importantes obras de infraestructura: el puente
internacional “San Roque González de Santa Cruz” y la represa Yaciretá (Foschiatti,
2003). A esto se suma las “políticas de integración”, que a través del Mercosur y por las
asimetrías comerciales con Paraguay, originó el desplazamiento de migrantes
procedentes de este país (Díaz Orueta et. al., 2000:72-73) cuyo volumen si bien no es
abultado, adquiere relevancia en cuanto a la concentración espacial de estos migrantes
en el ejido urbano, pudiendo originar áreas segregadas dentro de la ciudad.

3.2.3. Corrientes, la capital más antigua de la región

La ciudad de Corrientes50, capital de la provincia homónima se encuentra en el


noroeste del territorio provincial, sobre la margen izquierda del río Paraná y próxima a
la desembocadura del río Paraguay. Por ser fundada por los españoles, presenta un
característico plano en damero cuyos límites del ejido municipal son actualmente: por el

50
La ciudad fundada el 3 de abril de 1588, pertenecía a la jurisdicción del Paraguay y recibió el nombre
de Vera, apellido del fundador, pero casi simultáneamente se la comenzó a llamar San Juan de Vera de las
Siete Corrientes. Esta última denominación alude a las salientes rocosas de las barrancas del lugar, que en
ese número definieron el topónimo que desde entonces designa a la ciudad (Maeder, 2003:40).

52
norte y el oeste el río Paraná; al sur el arroyo Riachuelo y al este los límites políticos de
los departamentos de San Cosme y San Luis del Palmar.

La ubicación obedeció inicialmente a la necesidad de establecer una ciudad que


accionara de forma paralela a la de Concepción del Bermejo, ubicada en el centro de
Chaco (Gómez, 1942), pero también contar con un puerto que asegure las
comunicaciones fluviales entre Asunción y el Río de la Plata (Maeder, 2003:39).

Corrientes es una ciudad rodeada en su vertiente norte y oeste por el río Paraná,
cuyos primeros asentamientos se instalan sobre una barranca alta, con terrenos arenosos
de buen drenaje y en un lugar favorable ante el aumento del caudal del río Paraná. Pero
cuando la ciudad se expande aceleradamente desde mediados del siglo XX hacia
terrenos más bajos, empieza a presentar los problemas derivados de la falta de
planificación urbana generando un sinfín de situaciones que alteraron las condiciones de
vida de los habitantes situados en los mismos terrenos.

Asimismo, se puede reconocer una importante cantidad de bañados y cañadas,


como los Bañados Norte y Sur o la cañada de Quiróz. Y también un número importante
de arroyos como el Pirayuí, Pericón, Manantiales, Poncho Verde, Salamanca o el Isirí51.
Pero, la mayor parte de estos cursos quedaron cubiertos o fueron entubados con la
expansión urbana de la ciudad, así como las lagunas fueron rellenadas para facilitar el
desarrollo edilicio.

La ciudad tiene una altura promedio de 60 metros sobre el nivel del mar y de
acuerdo con el Plan de Diagnóstico Urbano (1988:6-7), se reconocen tres espacios con
caracteres particulares:

1- El albardón y plano de terraza del río Paraná: las cotas varían entre los 50 y 60
metros sobre el nivel del mar, tiene pequeños arroyos además de bañados y esteros. La
mayor parte de este espacio, exceptuando el extremo nor-noreste, se encuentra
completamente urbanizado.

2- La lomada arenosa rojiza y pardo amarillenta: con cotas que oscilan entre los 60
y 70 metros sobre el nivel del mar, con un gran número de lagunas de formas y tamaños
variados. El suelo es arenoso, con predominio de colores pardo a pardo amarillento.

51 La ciudad contaba hasta principios del siglo XX, con cuatro arroyos importantes: en el sudoeste y
desembocando en la Punta Arazá se encontraban los arroyos Manantiales y Poncho Verde, mientras que
en el este se localizaban el Salamanca y el Isirí que desaguaban en la Punta Tacurú. Estos arroyos,
significaron un elemento que limitó el avance de la ciudad hasta principios de 1900 (Maeder, 2003).

53
Esta área se extiende mayormente hacia el noreste-este de la ciudad, enmarcado entre la
ruta nacional Nº 12 y la ruta provincial Nº 5.

3- El valle aluvial, albardón, depresiones y el plano de terraza del arroyo


Riachuelo: las cotas se encuentran entre los 50 y 60 metros sobre el nivel del mar. En
este sector se localizan los esteros del Riachuelo; los suelos pueden ser oscuros,
calcáreos o de textura arcillosa en el valle del Riachuelo, a suelos compuestos con un
manto arenoso de color pardo oscuro sobrepuesto a un material areno-arcilloso.

Estos dos últimos espacios, son lo que van a contar con una mayor
concentración de hogares con condiciones precarias, dónde los terrenos son anegables y
el precio de la renta es menor (Plan de Diagnóstico Urbano, 1988).

3.2.4. La pobreza en la historia de Corrientes

Desde sus orígenes y hasta finales del siglo XIX, la ciudad de Corrientes se
caracterizó por tener un crecimiento lento, tal es así que el límite municipal hasta
mediados del siglo XVIII fue el río Paraná al norte y oeste y la diagonal del río Santa
Lucía hacia el sur y el sudeste. En ese entonces, uno de los principales problemas de la
ciudad se debía al hecho que la propia urbe no contaba con la capacidad de generar
importantes recursos económicos que pudieran mejorar la situación socioeconómica de
sus habitantes. Una de las causas era el relativo aislamiento con respecto a las ciudades
del litoral fluvial, especialmente con Buenos Aires, sumado a las actividades
ganaderas52 y a las mismas condiciones generales de la época. La modesta situación de
la ciudad se podía observar en la mayoría de las viviendas con materiales de caña, barro
y paja, que daban a la ciudad una fisonomía pobre sólo alterada por algunas
construcciones de adobe techadas con palma (Gómez 1942 en Maeder, 2003).

A pesar de su lentitud, el crecimiento demográfico y espacial de la ciudad


continuó a un ritmo constante, y durante la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a
generarse acentuados cambios en la fisonomía urbana debido a que fueron mejorando
las comunicaciones y se introdujeron diferentes servicios. Asimismo, empezaron a

52
Se debe recordar que las prácticas de las vaquerías fue una de las actividades que favoreció el origen de
una sociedad correntina con fuerte tradición ganadera. Posteriormente, la ganadería se afianzó aún más,
mediante el desarrollo de las estancias (Maeder, 2003).

54
aumentar los intercambios comerciales, por ello el puerto de la ciudad y el espacio
urbano cercano al mismo adquirieron una gran jerarquía generando cambios en el
paisaje del centro urbano.

La ciudad comenzó a experimentar un gradual crecimiento hacia los ejes este y


sur aunque irregular en cuanto a densidad y edificación. Para 1898, Tevthe (en Maeder,
2003) ya comenzaba a advertir la diferenciación entre un área céntrica con edificación
contínua, veredas y alumbrado público, respecto a otro espacio que circundaba a la
anterior, dónde predominaban los ranchos de estanteo, sin veredas ni alumbrado público
y con población pobre que ocupaban zonas bajas e inundables. A pesar de ello, Coni (en
Foschiatti y Bolsi, 1990:71) menciona que en 1897, más del 60% de las viviendas de la
ciudad tenían pisos de tierra; el 86% de las viviendas carecían de letrinas adecuadas,
sólo el 40% consumía agua de aljibes, mientras que el resto utilizaba el agua del río
Paraná o de pozos. Estas condiciones contribuían también a mantener altos los índices
de mortalidad y a mostrar que la pobreza se acentuaba sobre las áreas de expansión de
la ciudad (Imagen Nº 7).

Desde principios del siglo XX y hasta mediados del mismo, la ciudad crece
demográficamente y comienza a acentuarse espacialmente las diferencias económicas y
sociales entre el centro del aglomerado y las áreas de expansión. Una de las causas de
este incremento de población es producto de la migración del campo a la ciudad, porque
las propiedades rurales de la provincia se encontraban ocupadas, la mayoría atomizadas
en manos de estancieros vinculados con la actividad ganadera (Foschiatti y Bolsi,
1990:67). Por otro lado, como esta actividad primaria durante las primeras décadas del
siglo XX se desarrolló sin ningún tipo de adelanto o innovación tecnológica y teniendo
en cuenta que existe una relación estrecha entre una explotación ganadera tradicionalista
(que no incorpora ningún tipo de tecnología) y los elevados índices de desocupación
(Forni et. al., 1981), entonces el sistema rural de la provincia de Corrientes, comenzó a
generar la expulsión de población en forma más acelerada53, lo que impulsó a la ciudad
capital a crecer por efectos de este proceso migratorio. Afianzaron aún más este
fenómeno, el hecho que Corrientes acentuó su función política, sumándose un proceso
de terciarización de su economía (Maeder y Gutiérrez, 2003) asociado a las actividades
comerciales y administrativas.

53
En 1914, la migración se dirigía hacia el territorio chaqueño y el norte de Santa Fe, pero para el censo
de 1947 la atracción estaba en Capital Federal (Lattes, 1975).

55
Imagen Nº 7

56
Al aproximarnos a la década de 1950, el casco céntrico presenta las mejores
condiciones de infraestructura edilicia y de servicios, mientras que en la periferia del
mismo comienzan a formarse los barrios que reciben numerosa población, observándose
un crecimiento desordenado con déficit en la infraestructura y ausencia de servicios
básicos. A partir de la segunda mitad del siglo XX, se produce un aumento más
acelerado de la población en la capital, generando una alta concentración de habitantes
en el aglomerado Corrientes y un descenso pronunciado en el número de habitantes del
sector rural provincial. Es así que entre 1947 y 1991, la tasa de crecimiento anual medio
supera cinco veces al promedio provincial y constituye el 27% de la población total
(Maeder y Gutiérrez, 1999; Foschiatti y Bolsi, 1990).

La expansión en un primer momento en sentido horizontal54, significó la


propagación espacial de la ciudad en sentido radial hacia los sectores sur y este. Los
habitantes se asentarían mayoritariamente en terrenos de mala calidad y con condiciones
ambientales desfavorables; la población carenciada oriunda del interior de Corrientes,
pudo incorporarse a la vida en la ciudad, aunque en un primer momento su estabilidad
laboral fue relativa y muchos debieron realizan tareas en el medio rural (Plan
Diagnóstico urbano, 1988).

A partir de la década de 1970, se produce en el marco de la concepción


“desarrollista” del momento, un mayor incremento de las obras de transporte y de
infraestructura urbana, posibilitando el incremento del área urbanizada a través de la
concentración de los conjuntos de viviendas, de gran impacto urbano. En origen, estas
viviendas que se encontraban destinadas a la población de menores recursos, no
pudieron ser obtenidas por aquellos debido (entre otras causas) al tipo de operatoria
establecida en los programas del Banco Hipotecario Nacional, que terminaron
favoreciendo a los sectores con ingresos medios y altos (Maeder y Gutiérrez, 1988).

54
Si bien, inicialmente la edificación era mediante planes de viviendas particulares y de una sola planta, a
partir de la década de 1980 comenzaron a aumentar el número de barrios planificados de dos y tres
plantas.

57
Imagen Nº 8
Distribución de los barrios del Gran Corrientes. Año 2001

Fuente: Dirección de Estadísticas y Censos de la Provincia de Corrientes. En Internet: http://www.deyc-


corrientes.gov.ar/Capital/municapital.htm

Por otra parte, la ampliación del área urbana como la desarrollada entre el arroyo
Pirayuí, la ruta nacional Nº 12 y la avenida Maipú, significó la localización de conjuntos
de viviendas en zonas sin infraestructura y equipamiento, cuyo amanzanamiento y
loteos estaba en manos de empresas constructoras (Plan Diagnóstico Urbano, 1988:37).

58
Una década después, nuevamente se podían reconocer dos áreas perfectamente
definidas: la primera de ellas, es el tejido consolidado por el casco histórico y el área
asentada hasta finales del siglo XIX, coincidente con las inmediaciones de la Avenida 3
de Abril.55 Este casco histórico o casco central, era un lugar con valores medios en lo
referente a las densidades de población, contaba con la mayor parte de los servicios y se
veía fortalecido con el progresivo aumento de edificios en torre.

Cuadro Nº 4
Población de la provincia y de la ciudad de Corrientes
Años Pcia. de Corrientes Ciudad de Corrientes1 Ciudad/Provincia2
1960 533201 97507 18,3
1970 564147 136924 24,3
1980 661454 179590 27,1
1991 795594 258103 32,4
2001 930991 316782 34
1
A partir de 2001, se considera el Gran Corrientes.
2
Participación de la ciudad capital respecto al total provincial
Fuente: INDEC. Censos Nacionales de Población de 1960, 1970, 1980 1991 y 2001

Y el segundo espacio, constituido por lugares consolidados y por sectores


semiurbanizados o no consolidados, propagados en forma radial y a lo largo de las
principales avenidas que servían de acceso a la ciudad desde el sur, el este y el
nordeste56. Además de la presencia de los numerosos barrios planificados que
caracterizan a este lugar, se localizan los asentamientos informales con población
extremadamente pobre (Francini et. al. 1984). Los espacios más importantes son: el
borde ribereño hacia el noreste y sudoeste, con población radicada en condiciones
marginales y en actividades de subsistencia; hacia el sur se concentraba en las
proximidades del arroyo “La Limita” y hacia el este se encontraban próximos a la ruta
nacional Nº 12, hasta ese momento con escasa ocupación sobre la ruta provincial Nº 5.
Todos estos ejes, ocuparon espacios con caracteres topográficos particulares
(depresiones, áreas inundables, zonas con exuberante vegetación), lo que influyó en las
densidades de población, así como en el valor de los terrenos (Imagen Nº 9).

55
La avenida 3 de Abril y su continuación Pedro Ferré, trazada de oeste a este divide a la ciudad entre el
casco antiguo y el sector sur, en constante expansión.
56
La conformación de grandes conglomerados de viviendas de gestión estatal, ha generado áreas aisladas
que cuentan con servicios e infraestructura. Esto fue producto de la falta de coordinación de políticas
entre el INVICO (Instituto de Vivienda de Corrientes) y la municipalidad de Corrientes.

59
Durante la década de 1990, la ciudad continuó su expansión, primordialmente
hacia los cuadrantes este y sureste57. Con respecto al crecimiento del borde oriental del
ejido, la expansión se prolongó con barrios universitarios que fueron surgiendo en las
proximidades del campus de la Universidad Nacional del Nordeste, aunque también se
instalaron poblaciones de menores recursos económicos, especialmente al norte de la
avenida Libertad. El desarrollo hacia el este, prolongándose por la avenidas
Independencia y Centenario traspuso la frontera que imponía la ruta nacional Nº 12, y
continuó a lo largo de la ruta provincial Nº 5 y de la avenida Centenario. Entre las
mismas, se desarrollan conjuntos de barrios con privaciones estructurales.

Al norte y sur de estas vías de comunicación, la ocupación es restringida por ser


áreas anegables, con una gran cantidad de lagunas y esteros.

Imagen Nº 9
Imágenes satelitales: sector este y sur del Gran Corrientes

Campus
Zonas de lagunas Ruta Nac. Nº 12
UNNE
Ruta Nac. Nº 12 Arroyo
Av. Centenario Pirayuí

Río Paraná

Ruta Prov. Nº 5 Av. Maipú

Fuente: Google Earth. 2010

3.2.5. Formosa, moderna y pujante

La ciudad de Formosa, capital de la provincia homónima, fue fundada el 8 de


abril de 1879 y se encuentra ubicada en el este de la provincia, a orillas del río

57
Como se verá posteriormente, la expansión de la ciudad hacia el noreste está limitado por los terrenos
correspondientes al aeropuerto internacional “Piragini Niveyro”, mientras que hacia el sur las
restricciones son impuestas por la proximidad de los terrenos del ejército argentino.

60
Paraguay58. Esta asentada sobre una cuenca sedimentaria, integrada por depósitos de
acarreos fluviales y aluviales, de varios cientos de metros espesor, y con suelos propios
de albardones y depresiones interfluviales. Además, parte de la ciudad se localiza sobre
el valle de inundación labrado por el río Paraguay, complementado por una serie de
cuencas menores conformada por los riachos Formosa59 al norte, Pucú al oeste y un
sistema encadenado de lagunas del riacho Negro por el sur (son las lagunas Oca, Siam,
Martín García y de los Indios además del riacho Nº 6). Las cotas topográficas indican
que las partes más altas de la ciudad (59 metros sobre el nivel del mar) se localizan en el
casco céntrico y en los barrios del sector norte, adyacentes o cercanos a las vías del
ferrocarril (Conte s/f., citado por Coronel et. al., 1999:148).

En la ciudad predominan los suelos de tipo hidromórficos, constituidos por


arcillas altamente expansivas e impermeables. Este subgrupo forma parte de los suelos
pardo-rojizos de textura franco arcillosa y de los suelos pardo-grisáceos de textura
arcillosa, que ocupan zonas anegadizas, con drenaje impedido (Marotte, 1999:358). El
drenaje pobre e insuficiente es la característica principal del sitio y se transforma en un
factor de dificultad para la edificación y el desarrollo de la infraestructura urbana.

Se distinguen dos grandes unidades geomorfológicas: la zona de ribera paralela


al Paraguay que configura terrazas ligeramente elevadas y una zona con modelado
fluviolacustre con lagunas, bañados, esteros y riachos, ganados por el hombre para la
expansión urbana

El aglomerado presenta una característica particular: la plaza no ha sido el punto


inicial en la ocupación del espacio, sino que fue un elemento más en el primitivo
trazado urbano, que luego de algunos años fue tomando el carácter de elemento nuclear
que posee actualmente (Conte, inédito).

Por otro lado, parte de la ciudad se ha desarrollado sobre un sitio que presenta
áreas no aptas para la instalación de viviendas y personas60, debido a las limitaciones
físicas que ofrece el lugar para la expansión del ejido urbano; esas restricciones se

58
El topónimo de la ciudad se remonta a la denominación de un fuerte denominado Formosa, construido
en 1826 por el gobierno de Paraguay.
59
El valle fluvial del riacho Formosa, describe una gran cantidad de meandros y su recorrido está
acompañado por vegetación propia de selvas o bosques en galería.
60
El sitio inicial escogido por el fundador de la ciudad, el Comandante Luis J. Fontana, no era susceptible
de inundarse continuamente, aunque esta sometido a las crecidas extraordinarias del río Paraguay
(Foschiatti, 2003). Pero, al igual que la ciudad de Corrientes y de Resistencia, los problemas comenzaron
a surgir cuando la ciudad se extendió hacia los terrenos más bajos, propensos a sufrir inundaciones
periódicas.

61
encuentran circunscriptas a la presencia del río Paraguay por el este, y a los ya
mencionados arroyos y riachos que circundan la ciudad de Formosa por los sectores
norte y sur-sureste (ver imagen Nº 10). Sin embargo, en su expansión, parte de la
superficie del ejido urbano se ha desarrollado justamente hacia las áreas bajas y sujetas
a inundaciones periódicas por aumento del caudal del Paraguay61 o de los cursos
menores que atraviesan la ciudad. Esta situación, permite reconocer que la topografía ha
sido un factor que transformó al sector oeste, en el principal eje de expansión de la
ciudad.

Imagen Nº 10
Imagen satelital de las ciudades de Formosa (Argentina) y Alberdi (Paraguay)

Riacho
Formosa

Ruta
Nac. Nº 11
Río Paraguay

Aeropuerto
Alberdi

Reserva de Biosfera
Laguna Oca

Fuente: Google Earth. 2010

No obstante ello, la ciudad también ha experimentado un crecimiento hacia los


ejes norte y sur, transponiendo el riacho de Formosa y las lagunas del sur. Hacia el
noreste, el núcleo urbano se ha consolidado siguiendo la avenida de los Constituyentes
o de los Gobernadores, cuya prolongación concluye en la ruta provincial Nº 2; mientras
que hacia el sudoeste, el límite fue la avenida Gendarmería, traspuesto en períodos
cercanos en el tiempo.
61
En 1983, se produce una de las inundaciones más importantes del Paraguay, debido a que inundaron
una superficie próxima a las 7700 hectáreas, dejando parcial o totalmente bajo las aguas a un importante
números de barrios residenciales (Foschiatti, 1990). Es por ello, que se construyó un sistema de defensas
que en forma de anillo envuelve a la ciudad.

62
La vía del ferrocarril General Belgrano (Ramal C-25) desarrollado en forma
tangencial a la ciudad62, fue otro elemento que en un primer momento significó un freno
a la expansión urbana, aunque desde la década de 1960 fue traspasado, y se reconoce
que parte de la población carenciada se encuentra asentada en las cercanías de las vías,
especialmente en el noroeste (Imagen Nº 11).

3.2.6. La ciudad y la pobreza hasta 1990

Para 1950, la expansión de ciudad apenas había superado el casco central, y la


mayor densidad se concentraba en las áreas próximas al puerto de Formosa y zonas
aledañas a la avenida 25 de Mayo (Maeder, 2003: 130). Fuera del área central, se
reconocía especialmente la zona sureste, dónde existía una fuerte concentración de
actividades industriales vinculadas con la madera, algodón y tanino. En este espacio,
conocido como Barrio Rivadavia, existía también una importante cantidad de viviendas
carente de los servicios básicos y situados en un área cuya función no era plenamente
residencial. Esta incipiente zona industrial, generó un espacio de crecimiento con
actividades asociadas al puerto de Formosa, pero la población tenía una baja calidad de
vida.

A partir de la segunda mitad del siglo XX, comienza el acelerado crecimiento


demográfico de la ciudad y una virtual expansión de la superficie urbana, lo que llevó a
la ocupación de sectores que hasta ese momento eran considerados marginales o
constituían barreras naturales a la expansión de la ciudad (Maeder y Gutiérrez,
2003:129). Primordialmente, el aporte demográfico es producto de la inserción de
población procedente de la provincia de Formosa y de Paraguay. Tal es así, que en el
período 1960- 1990, la ciudad de Formosa tuvo saldos migratorios positivos,
especialmente para 1970, cuando el censo nacional mostraba que poco más del 50% de
su población eran inmigrantes nativos o extranjeros (Foschiatti, 1990:6).

62
Las vías del ferrocarril nacen en el puerto de Formosa en dirección sur- norte y luego se extiende hacia
el oeste, separando la ciudad en dos sectores perfectamente definidos.

63
Imagen Nº 11
Distribución de los barrios en la ciudad de Formosa. Año 2005

Fuente: Marketing y Servicios Formosa, 2006

El aporte de población oriunda del interior provincial, provenía especialmente de


las áreas rurales del oeste formoseño debido a que la ganadería extensiva había ocupado

64
amplios espacios en ese sector, lo que habría influido en los desplazamientos de
población. El elevado número de personas procedentes del interior provincial, concurría
a la ciudad con el objetivo de integrarse especialmente a las actividades fabriles que se
desarrollaban en ese momento (Kalafattich, 1999:258). Junto con los habitantes nativos
de Paraguay, van a ser el principal componente que se va a localizar en las áreas físicas
y socialmente marginales (Foschiatti, 2003:164), con serios problemas de
contaminación por su proximidad a los depósitos finales de los residuos (basurales), por

su cercanía a los desagües cloacales63 o por encontrase en áreas con problemas de


alcantarillados, falta de desagües pluviales o dificultades en el abastecimiento del agua
potable (Marotte, 1999:362)

El crecimiento demográfico de Formosa se aceleró en las últimas cuatro


décadas, con una expansión contínua que tuvo como foco principal la dirección oeste-
noroeste, prosiguiendo los ejes de las avenidas 25 de mayo y 9 de Julio (Maeder
2003:94), en conexión con la vías primarias de acceso a la ciudad.

La presencia de grandes espacios en área aledañas a la ciudad, ha llevado a la


especulación en el precio de los terrenos, lo que generó la realización de loteos lejos del
sector central y permitió la creación de barrios organizados mediante los planes de
vivienda, que dieron lugar a un crecimiento discontinuo y desorganizado (Foschiatti,
2003). En el impulso por generar mayor cantidad de viviendas, fueron quedando
amplias fracciones de espacios intermedios que incrementaron su valuación y no todos
fueron ocupados legalmente. Asimismo, era evidente el deterioro en la infraestructura
de la vivienda, ya que para 1977, el 40% de las viviendas estaban construidas con
materiales de baja calidad (Foschiatti, 2003: 161-162).

El estero Coluccio (originariamente Las Garzas) fue otro limitante para la


expansión de la ciudad. Este enorme bajo lagunar e inundable, se extendía por el oeste
de la ciudad entre los riacho Formosa y Pucú-Chajá ocupando unas 500 hectáreas (Sáez
y Hertelendy, 2000). Para permitir la ocupación y construcción de viviendas, el estero
fue rellenado en los primeros años de la década de 1980. Numerosos barrios de clase
media se instalaron en este lugar, aunque en los intersticios aparecieron núcleos pobres,
con carencias socioeconómicas. Muchos de estos barrios localizan en zonas con grandes
63
Se ha constatado un alto grado de contaminación de los principales cursos de agua, como resultado de
las descargas cloacales clandestinas, a la emisiones industriales, y al vertido de aguas domésticas
(Anchea, inédito). Todo ello, genera grandes trastornos en la salud de la población, que vive próxima a
los riachos y lagunas.

65
problemas de drenaje y déficit en la infraestructura (insuficientes o malos desagües,
falta de provisión de agua potable, pavimento, etc.).

La inundación de 1979 y sobre todo la de 1982-83, asociada con el accionar del


fenómeno de “El Niño”, actuó como elemento que favoreció la construcción de barrios
en el norte de la ciudad64, traspasando la barrera topográfica impuesta por el riacho
Formosa. En este marco, han surgido los complejos planificados por los organismos
oficiales65, que permitió la instalación de clase media y media-baja.

Justamente, para proteger a la ciudad de las crecidas extraordinarias del


Paraguay, de los riachos “Formosa” y “El Pucú”, así como de los riachos y lagunas
encadenadas del sur de la ciudad, se construyó un cinturón de terraplenes que bordea la
ciudad por el sur, el sureste y el noreste (Conte, 1999:111). Si bien, esta estructura se
transformó en un freno a la expansión, después de los ´90 fue traspasado el mismo,
especialmente en la zona sur-sureste de la ciudad, radicándose los hogares en áreas con
riesgo de inundación66.

Por otra parte, a lo largo de la década de 1980 se construyeron una gran cantidad
de barrios financiados por el IPV (Instituto Provincial de Vivienda) a través de los
planes FO.NA.VI. (Fondo Nacional para la Vivienda). Se estima que se edificaron
aproximadamente 10.000 viviendas en conjuntos habitacionales (Foschiatti, 2003;
Kalafattich, 2007), los mismos se fueron erigiendo hacia el sector localizado entre la
avenida de acceso y la nueva avenida de circunvalación67, en los terrenos que la
urbanización particular había dejado vacantes. La mayoría de estas viviendas no
quedaron en manos de las clases menos privilegiadas. Asimismo, se realizaron
ocupaciones no planificadas en el Lote rural 113, y sobre “Villa del Carmen”, “Nuestra
Sra. de Luján” y “San Juan Bautista” (Foschiatti, 2003:164), especialmente sobre las

64
Inicialmente tenían como objetivo la relocalización de familias inundadas por la creciente de 1979.
65
Los barrios que inicialmente surgieron fueron Juan D. Perón, Eva Perón y Simón Bolívar (Coronel et.
al., 1999). Posteriormente, le siguieron otros grupos habitacionales construidos por el IPV (Instituto
Provincial de la Vivienda).
66
Ya en el año 1979, el artículo Nº 2 de la ordenanza 495/79 prohibía la radicación de viviendas en zonas
aledañas a la laguna Siam, Martín García, de Los Indios, Oca, la margen del río Paraguay, y los (en ese
momento) lotes rurales 13 bis, 14 bis, 15 bis, 21 bis, 22 bis y las márgenes de los riachos Formosa, Pucú,
Chajá, en la extensión que abarca la superficie cubierta por las crecientes anuales normales. En 1980, la
ordenanza 666/80, aclaraba que lo estipulado en el artículo Nº 2 se refería a cotas menores a 54,51 mts.
(Sáez y Hertelendy, 2000:66-67).
67
Las avenidas de circunvalación Gendarmería Nacional y Napoleón Uriburu, fueron construidas en la
segunda mitad de la década de 1970; forman un semicírculo que une los accesos norte y sur y es vista por
la población como un “límite” o “borde” que separa la ciudad del exterior, es decir de los suburbios de
ésta (Conte, 1999:111).

66
Imagen Nº 12

67
rutas de acceso a la ciudad y a la vera de las vías del ferrocarril, con deficiencias en la
infraestructura, el equipamiento y los servicios, además de un alto grado de
hacinamiento y altas densidades de viviendas precarias, por manzana.

Para principios de 1990, sólo el 20,5% del área edificada en la ciudad contaba
con los cuatro servicios básicos, mientras que un 41% de la superficie construida apenas
contaba con energía eléctrica y servicio de agua potable, primordialmente mediante
canillas públicas (Marotte, 1999:363). Especialmente, se destaca el sector oeste de la
ciudad, ya desde 1980, dónde además de la falta de servicios, las NBI eran elevadas.

Cuadro Nº 5
Población de la provincia y de la ciudad de Formosa
Años Pcia. de Formosa Ciudad de Corrientes1 Ciudad/Provincia2
1960 178256 36499 20,5
1970 234075 61071 26,1
1980 292479 95067 32,5
1991 398413 147636 37,1
2001 485700 198074 40,8
1
Tasa de crecimiento medio anual intercensal.
2
Participación de la ciudad capital respecto al total provincial
Fuente: INDEC. Censos Nacionales de Población de 1960, 1970, 1980 1991 y 2001

3.2.7. El aglomerado Gran Resistencia y su sitio desfavorable

La ciudad de Resistencia integra junto con los municipios de Fontana, Puerto


Vilelas y Barranqueras, el aglomerado urbano conocido como Gran Resistencia68. Su
emplazamiento obedeció a la necesidad de instalar una ciudad sobre la margen derecha
del río Paraná que sea nexo entre las regiones del Noreste y Noroeste argentino
(vinculando Corrientes con Tucumán y Salta), además de cumplir con la función de
apoyo para propiciar una ocupación efectiva de la amplia planicie chaqueña, ocupada en
ese entonces, por grupos indígenas nómades (cf. Bolsi y Bruniard, 1974:17).

68
De acuerdo con la Ley Nº 2406, se considera que existen amplias vinculaciones con los municipios de
Margarita Belén, Colonia Benítez y Puerto Tirol, por lo tanto se conforma el Área Metropolitana del Gran
Resistencia (AMGR), término cada vez más usual dentro de la literatura geográfica. Asimismo, la
expansión urbana del aglomerado Gran Resistencia está alcanzando los límites de estos dos últimos
municipios, por lo que es posible prever su anexión al mismo, en los próximos años.

68
A excepción del municipio Fontana, las otras tres ciudades se encuentran en un
sitio desfavorable para la ocupación y desarrollo de las actividades humanas, porque se
localizan sobre el valle de inundación del río Paraná, en un interfluvio de topografía
chata, limitado al norte por el riacho Negro, al sur por el Arazá y al este por el riacho
Barranqueras, salpicado por lagunas semilunares69 y sujeto a inundaciones periódicas
(cf. Bruniard y Bolsi, 1975:12). Por ejemplo, las localidades de Barranqueras y Puerto
Vilelas se encuentran en cotas entre 47 y 49 mts sobre el nivel del mar y dentro de las
terrazas T1 y T0 del Paraná70. Estas núcleos urbanos e incluso los sectores noreste y
este- sureste de Resistencia, ocuparon espacios que primigeniamente estaban formados
por ambientes lénticos (lagunas, esteros, cañadas) y lóticos (riachos y arroyos), gran
parte de los cuáles fueron modificados mediante el relleno de suelos para la posterior
edificación de viviendas71 (imagen Nº 13). El resto de la ciudad de Resistencia y
Fontana se encuentran en cotas superiores a los 50 metros, transformándolas es áreas
menores vulnerables a las inundaciones.

Imagen Nº 13
Terrazas de inundación del aglomerado Gran Resistencia

San Buenaventura del Monte Alto

Fuente: Valenzuela, 2000; Mignone, 2011

69
Son en realidad antiguos meandros abandonados, que se encuentran mayoritariamente localizados por
el norte-noreste y el sudeste.
70
La existencia de un relieve plano permitió la estructuración de amplios trenes de meandros y la
formación de depósitos aluvionales de margen (albardones) que entorpecen el drenaje de los interfluvios
provocando el estancamiento y el lento escurrimiento de las aguas (cf. Popolizio, 1986).
71
El aglomerado ha sufrido inundaciones recurrentes, mayormente a partir de 1966. El avance de las
aguas, por desbordes del Paraná o del río Negro, han afectado a grandes conjuntos de población, los
cuáles sufrieron cuantiosas pérdidas económicas así como daños materiales a las viviendas.

69
Asimismo, se estima que de las 70 lagunas que ocupaban la ciudad de
Resistencia en su origen, hoy solamente quedan 29 de ellas (Alberto, 2009:8) debido a
que fueron tapadas para relleno sanitario y posterior ocupación humana (Imagen Nº 14).
Las lagunas que subsisten, mayormente se encuentran contaminadas por la presencia de
los desagües clandestinos.

Imagen Nº 14
Zona de riesgo hídrico. Aglomerado Gran Resistencia

Barranqueras

Pto. Vilelas

Un 42 % del AMGR se encuentra en área de riesgo Se suma un 26 %, de la planicie de divagación del


hídrico del Río Paraná Río Negro, es decir, casi un 68 % del aglomerado se
encuentra bajo amenaza de inundación pluvio –
fluvial.

Fuente: Alberto, 2010.

La existencia de los terrenos anegables y los lugares ocupados por lagunas, ha


incidido en el crecimiento urbano y ha afectado primordialmente a la población de bajos
recursos asentados en estos espacios anegables, obligando a los gobiernos de turno a
generar múltiples propuestas para solucionar la situación de los mismos. Una de ellas,
por ejemplo, ha sido la construcción de barrios para relocalizar la población afectada
por la inundación de 198372.

Por otra parte, con el objetivo de poner coto al avance desordenado de la


urbanización y especialmente sobre las áreas inundables, en 1997, con la resolución Nº
326/97 (aplicación de la línea de ribera del río Negro) y la Nº 1111/98 (restricciones al
uso del suelo sobre la ribera del río Paraná), se estableció que los espacios colindantes a
las lagunas y a los ríos mencionados debían ser utilizados únicamente como áreas de

72
Así, se construyó el complejo conocido como barrio “Llaponagat”.

70
recreación y no con fines residenciales (Imagen Nº 15). Esta reglamentación no se ha
podido cumplir, porque la población asentada cerca de los cuerpos de agua, se niega a
abandonar sus moradas y por el alto costo que significaba (ya en ese entonces) reinstalar
a un gran número de habitantes73.

Imagen Nº 15

Fuente: “Restricciones al uso del suelo del Gran Resistencia. Anexo VI: Resolución 1111/98” según Área
de Estudios Básicos de la Administración Provincial del Agua (APA). Agosto 1998

El aglomerado tiene un plano en damero a medio rumbo, y ha tenido un eje


histórico de crecimiento y expansión en sentido Noroeste-Sudeste, coincidente con la
orientación preferencial del drenaje de la planicie chaqueña (Bruniard, 1972) y
siguiendo las avenidas 25 de Mayo y 9 de Julio. Sin embargo, los caracteres del sitio
sumado a la disposición y distribución de la población en el crecimiento urbano,
muestran que en la actualidad, el eje mencionado anteriormente se ha modificado,
adquiriendo rumbo norte-noreste y sur-suroeste.

En cuanto al crecimiento del ejido urbano en los últimos 40 años, se puede decir
que el área urbana de Resistencia se expandió en forma muy acelerada como

73
Ocurre que las ocupaciones de tipo informal, sobre las áreas de lagunas, surgieron durante los períodos
de sequía, cuando las aguas estaban bajas. Al producirse las crecientes, muchos de estos núcleos quedaron
inundados debiendo realizarse el traslado de emergencia de dicha población.

71
consecuencia de la crisis forestal-taninera, los problemas en el monocultivo
algodonero74 y el incremento de las actividades terciarias en la capital provincial, que
provocaron el desplazamiento de población rural atraída por las condiciones propicias
de la ciudad, ante la crisis del campo.

A medida que se ocuparon los espacios libres en el centro, se produjo la


necesidad y el impulso de ocupar nuevos terrenos hacia la periferia con función
residencial Este crecimiento vertiginoso significó una desarticulación espacial,
provocando falencias en la distribución de los servicios e insuficiencias en las áreas
periféricas. (Bruniard, 1972, Foschiatti de Dell' Orto, 1992).

El crecimiento del espacio urbanizado operó según tres mecanismos principales:


el más importante de ellos fue el de los asentamientos informales, acompañados por los
barrios planificados y durante la última década, la construcción de edificios en torre en
la zona céntrica (cf. Valenzuela de Mari, 1999).

A principios de los ‘70, el sector central de Resistencia contenía más del 60% de
la población total de la ciudad, período a partir del cual se aceleró la expansión urbana
al norte y sur del casco céntrico. En la zona norte se produce un aumento constante
hasta que la inundación de 1983 detuvo el crecimiento y la ocupación de las tierras y
generó la expansión hacia el sur (Borrini, 1988).

Para finales de la década de 1980, el sector norte de la ciudad presenció un


incremento de los comercios mayoristas y de espacios con actividades recreativas a lo
largo de la ruta nacional Nº 11. También se produjo una incipiente ocupación
espontánea al norte del cruce con la ruta 16, Nicolás Avellaneda, con la instalación de
casas de fin de semana y la ocupación de viviendas con población de menores recursos.
Hacia el noreste, el poblamiento se afianza en los últimos tiempos, con la construcción
de las defensas definitivas. Es el caso del barrio conocido como Villa Fabiana, se
producen ocupaciones formales y se proyectan un conjunto de barrios residenciales.

74
El desplazamiento de la población rural se inició a partir de la década del ’60, en razón de la crisis del
monocultivo algodonero, como consecuencia (entre otros factores) de la merma en la demanda del
mercado interna y la aparición las fibras sintéticas que entraron a competir con la fibra natural a costos
más bajos. Asimismo, la necesidad de reconvertir la economía agropecuaria se tradujo en una
“pampeanización” del sistema agrario, con incremento de la producción cerealera y de oleaginosas, y
posterior aumento de la mecanización y modernización de las prácticas culturales (Bruniard, 1978). En
todos los casos, quienes se vieron más afectadas fueron las explotaciones agropecuarias de menor tamaño
y su población se transformó en el origen de potenciales migrantes. De esta manera y en primera instancia
se produce el desplazamiento de los jóvenes para ayudar a la subsistencia de los grupos familiares y de la
pequeña producción. Pero, posteriormente culmina con el traslado del resto de la familia.

72
Asimismo, parcialmente se han llevado a cabo planes para urbanizar los terrenos
localizados entre la defensa norte y la ruta nacional Nº 16, con el objetivo de
descongestionar parte de los terrenos ocupados75.

Por su parte al sur y sureste de la ciudad se destacan los asentamientos ilegales


en la parte meridional de la avenida Soberanía Nacional, y los barrios planificados con
viviendas individuales, al norte y sur de la arteria mencionada.

La ocupación espontánea y los barrios planificados ampliaron los límites de la


ciudad en este sector hacia lugares desfavorables, especialmente con problemas de
contaminación76 o de anegamiento (imágenes Nº 17, Nº 22 y Nº 23).

Barranqueras77 ordenó su fisonomía con calles que prolongaron el plano en


damero de Resistencia y ampliaron su espacio edificado con preferencia a lo largo de la
vía de comunicación que la unen a esta última. Esta vinculación fue consecuencia de la
presencia del puerto de Barranqueras, y la articulación se inicia a principios de siglo XX
con el primitivo Decauville Resistencia- Barranqueras, el ferrocarril Barranqueras-
Metán (hoy Ferrocarril Gral. Belgrano) y con el ex ferrocarril Santa Fe que
longitudinalmente llegaba al puerto, y se reafirma posteriormente con la avenida 9 de
Julio.

La distancia que en los primeros años existía entre Resistencia y el puerto78,


provocaron un desdoblamiento del área urbanizada que comenzó concertarse en torno al
área portuaria (cf. Bolsi, 1972), dando origen a la ciudad de Barranqueras.

La ciudad inicialmente tuvo un crecimiento desordenado, hasta que el puerto


adquiere gran relevancia, momento en el cuál las autoridades deciden efectuar el
ordenamiento del mismo (Altamirano, 1977). Ya en la actualidad, la expansión urbana
está limitado por cuestiones físicas, en el este y norte por los ríos Paraná y Negro y al

75
Actualmente, la superficie del ejido del Gran Resistencia, posee sólo 430 has con capacidad de terrenos
aptos. Esta escasa oferta de tierra urbana apta es provocada por la discontinuidad en la trama urbana a
causa de las restricciones que generan los terrenos bajos, las lagunas y los ríos Negro y Arazá.
(Municipalidad de Resistencia, 1995).
76
Algunos asentamientos se localizan próximos a lagunas de oxidación que se encuentran en el suroeste
de la ciudad, o próxima al vertedero municipal en el sur del municipio.
77
Barranqueras tiene una superficie de 3.913 has. Sus límites son: al norte las chacras 244 y 245, al
noreste con el río Tragadero hasta la desembocadura con el riacho Barranqueras que también integra la
divisoria este hasta la chacra 280, continuando con el riacho Arazá hasta llegar a las chacras 310 y 311; al
sudeste continúa en la chacra 330 hasta interceptar la avenida España, mientras que el noroeste se
extiende por la avenida antes mencionada y su continuación (Av. Farías) hasta alcanzar la chacra 294
(Municipalidad de Barranqueras, 1991).
78
Inicialmente llamado “Puerto Juarez Celman”, hoy ya “Puerto de Barranqueras”.

73
Imagen Nº 16
Distribución de los barrios en el Gran Resistencia. Año 2000

Fuente: C & R Comunicación Visual. 2000

74
sur por ser terrenos bajos e inundables. Asimismo, tiene un crecimiento natural lento,
especialmente por el escaso aporte migratorio, vinculado con la recesión económica y
particularmente en la actividad industrial79 y portuaria de la localidad.

Imagen Nº 17
Asentamientos localizados en terrenos de La Rubita (Resistencia) y en el
sector este de la Avenida Gaboto (Barranqueras)

Fuente: Mignone, 2009

Históricamente, Puerto Vilelas80 surgió de la necesidad de localizar empresas


industriales81 próximas al puerto de Barranqueras. La disponibilidad de agua y la
conexión ferroviaria apuntalaron la instalación de fábricas y la ciudad, hacia la década
del ’50, había ordenado su espacio urbano siguiendo la dirección de la línea ferroviaria.

A partir de la década del ‘70 comenzaron a surgir los primeros barrios


planificados, en dirección noreste-suroeste, generando el área de mayor concentración
de población. Sin embargo, la localidad creció desordenadamente, sin una planificación
previa, dando como consecuencia una superposición de actividades en cuanto al uso del
suelo (Codutti et. al, inédito). Además, no existen tierras vacantes aptas con función
residencial, esto genera presión en organismos locales y provinciales para la
habilitación y saneamiento de nuevos terrenos (Bataglia, 2007) y obliga a la población
joven a tener que desplazarse a otros lugares del Gran Resistencia.

79
Actualmente, UCAL (Unión de Cooperativas Agrarias Limitadas) es la única fábrica que continua en
actividad. Por su parte el empleo público está saturado y las perspectivas en la actividad privada son
restringidas. Entonces la población tiende a desplazarse a Resistencia con fines laborales.
80
El ejido urbano de Puerto Vilelas comprende 33 chacras, muchas de ellas irregulares por las
condiciones físico-naturales de la localidad.
81
Algunas de las fábricas fueron: National Leed Company (fábrica de plomo), TAMET (Talleres
Metalúrgicos San Martín), Cerno (fábrica de mosaicos), Molinos Río de la Plata (posteriormente Molinos
Río del Norte).

75
La avenida San Martín, acceso principal a la ciudad, delimita en cierta medida la
población con mejor situación socioeconómica por el norte y los núcleos más pobres al
sur de esta vía.

Fontana82 se integró al Gran Resistencia a partir de la década del ‘6083, cuando la


expansión urbana de Resistencia alcanzó los límites del municipio. La localidad siempre
tuvo un eje de crecimiento longitudinal, con una línea mayor de expansión hacia el
oeste, especialmente a lo largo de las vías del ferrocarril y de la avenida 25 de Mayo.
Hacia el norte no se extendió por la presencia del río Negro, mientras que al sur está
limitada por los terrenos del Aeropuerto Internacional Resistencia. De los cuatro
municipios que integran el Gran Resistencia, es el que presenta el crecimiento natural
más alto de todo el aglomerado, ya desde mediados de la década de 1980 (Imagen Nº
18).

3.2.8. El crecimiento urbano y la pobreza en los municipios del Gran Resistencia

En sus orígenes, la ciudad de Resistencia se caracterizó por un crecimiento


modesto propio de un centro cuya área de influencia todavía era limitada y mantenía
una amplia dependencia comercial con la ciudad de Corrientes. Las casas eran de
materiales precarios, ranchos de cañas o de adobe con techos de palma o paja, por lo
tanto se puede decir que la situación era limitada y no existía una marcada distinción
entre la zona urbana y el área rural.

La ciudad comenzó a extenderse a partir de la primera década del siglo XX,


cuando empiezan a surgir los primeros barrios fuera del área central, así como la
instalación de primitivos núcleos en Barranqueras y Puerto Vilelas, asociados al puerto
y a la actividad industrial. Estos primigenios barrios, con una infraestructura edilicia
precaria y carente de servicios básicos, podrían considerarse como espacios con amplias
carencias, los cuáles verán modificado su situación negativa con el correr de las
décadas.

El desarrollo del ferrocarril, significó la vinculación de la ciudad con el interior


provincial así como su relación con otras partes del país. Sin embargo, su extensión al

82
Fontana tiene una superficie de 686 has (Moreno y Moreyra, inédito).
83
El municipio de Fontana se crea en 1959, cubriendo una superficie de 800 hectáreas.

76
Imagen N 18

77
interior del aglomerado, fue un elemento que favoreció la localización de hogares
pobres. Es así que muchos de los asentamientos se instalaron, inicialmente, en los
terraplenes del antiguo ferrocarril “Santa Fe” que cruzaba el norte de la ciudad, y estos
grupos perduraron hasta el levantamiento de las vías en la década de 1950. Otros, a
través de la construcción de viviendas en la periferia, extendieron el tejido de la
ciudad y conformaron antiguas "villas tradicionales" que han quedado encerradas
durante el proceso de expansión y son consideradas áreas de deterioro urbano84
(Valenzuela de Mari, 1999).

Los asentamientos precarios continuaron en aumento, especialmente con la


inundación de 1982/8385, provocando la expansión de la ciudad hacia el norte y
fundamentalmente al sur. En el año ‘83, por ejemplo, la municipalidad de Resistencia

relocalizó en el sur de la ciudad a un importante grupo de asentados, instalándolos en


viviendas precarias, estipuladas inicialmente como transitorias, para luego
transformarlas en asilos permanentes (Cf. Rozé, 1993).

Desde fines de la década del 70, con la creación del Fo.Na.Vi.86 (Fondo
Nacional para la Vivienda), aumentó la articulación del estado con los capitales de
empresas constructoras y con los dueños de grandes extensiones de tierras urbanizables.
Se edificó en terrenos de bajo costo y alejados del casco céntrico (Benítez, 1999),
especialmente en el sector norte y sur-sureste. Como ejemplos se pueden mencionar los
barrios de Villa Río Negro y Golf Club, sin protección ante el avance periódico de las
aguas del río Negro. Ocurre lo mismo en algunos barrios de Barranqueras.

Los edificios colectivos, complejos habitacionales o barrios planificados,


generaron un trazado urbano diferente al damero de la ciudad y fueron creados
mayoritariamente en la década del 80 para satisfacer la demanda de viviendas de la
población carenciada que buscaba el acceso a la vivienda propia (Imagen Nº 19).

Como se dijera anteriormente, Resistencia se transformó en un centro de


atracción de familias expulsadas del interior provincial, que buscaban su relocalización
en la ciudad capital. Como ésta no podía absorber tales excesos, se produjo un rechazo

84
El crecimiento vertiginoso de la ciudad, provocó falencias en la distribución de los servicios,
fundamentalmente en las zonas con viviendas precarias, que conformaron un área de deterioro urbano
densamente poblado. Como ejemplo, se pueden citar entre otros barrios: Villa San Martín y Barrio
Central Norte en Resistencia, o Villa Forestación en Barranqueras.
85
Esta inundación, tuvo como elemento generador el fenómeno de "El Niño".
86
Su objetivo es supervisar las actividades que desarrollan y ejecutan los Institutos de Vivienda
Provinciales.

78
selectivo que originó una emigración hacia centros extrarregionales jerarquizados
(Bruniard, 1975; Valenzuela de Mari, 1991) como Buenos Aires87, Rosario o Córdoba,
pasando a formar parte de las villas miserias de alguna de ellas88. Esta población,
especialmente joven, buscaba una salida laboral en las ciudades a través de las redes
familiares o por intermedio de los vecinos y amigos residentes instalados en Buenos
Aires u otras capitales.

Imagen Nº 19
Complejo habitacional Barrio Provincias Unidas

Fuente: Mignone, 2011

En la actualidad las condiciones se han invertido, porque la población


procedente del campo se detiene mayoritariamente en Resistencia y ya no se desplaza
hacia centros más importantes (como la capital nacional). Ante la percepción de que el
mercado laboral se tornó crecientemente incapaz de absorber contingentes numerosos
de demandantes de trabajo provenientes de las zonas empobrecidas del interior de la
provincia, las corrientes migratorias prefirieron en mayor proporción que en décadas
anteriores, las ciudades intermedias (Rofman, 1999). Además se produce una migración
de retorno en la población desocupada89. Esto acrecienta los problemas de la estructura

87
Para 1970, 11,4% de los habitantes de las villas de emergencia de la Capital Federal y Gran Buenos
Aires provenían de la provincia del Chaco, segunda en importancia en cuanto al aporte interno de la
población villera. (Foschiatti de Dell´ Orto, 24/05/92:18).
88
El acelerado proceso de urbanización (en nuestro país) debido a fuertes migraciones internas, no fue
acompañado de un proceso de industrialización intenso ni del progreso y modernización de la estructura
agraria (especialmente para los pequeños productores), tal como se dio en países desarrollados. Estos
procesos de desplazamientos masivos, sin ninguna planificación produjeron un fuerte impacto sobre las
ciudades, originando una densa población marginal.
89
El diario Norte del 30/06/95 en página 6, reflejaba las palabras de un vecino del asentamiento "San
Miguel ":... me tuve que venir de Buenos Aires porque desde septiembre del año pasado en la
construcción todo paró y no hay más trabajo".

79
urbana, reflejando muchas veces la falta de planeamiento y previsión con que se ha
encarado la llegada de estos contingentes.

En el caso de Barranqueras, la ciudad constituía a principios del siglo XX, un


conglomerado de viviendas precarias (lo que actualmente se llamaría ranchos) rodeado
de terrenos bajos y anegadizos, amenazados por las periódicas crecientes del Paraná
(Altamirano, 1977). La ciudad, gracias al puerto, tuvo un desarrollo pujante aunque
siempre contuvo áreas deficitarias en las cercanías de la ribera del Paraná.

Ya en las últimas dos décadas, surgieron una serie de barrios planificados pero
acompañados de ocupaciones espontáneas en las proximidades de las avenidas España y
San Martín, al este de la avenida Gaboto, en sectores próximos a la Junta Nacional de
Granos o cercanos a las lagunas internas el municipio. Al sur, el tejido urbano apenas
alcanzó a traspasar la avenida Castelli, con algunos barrios planificados y
construcciones individuales.

Por su parte, el incipiente desarrollo industrial que movilizó la dinámica


comercial de Puerto Vilelas, tuvo su quiebre a partir de los ‘80 por la recesión y crisis
en el ámbito nacional, sumado al proceso de desindustrialización y reforma estatal en
los ‘90, que llevaron al cierre de todas las fábricas instaladas en la localidad.

En los últimos 20 años los principales núcleos espontáneos se localizaron en la


zona ribereña, en el oeste de la ciudad, en las proximidades de los barrios planificados y
en las cercanías del sector fabril. Posteriormente, el tejido urbano se extendió con
continuidad pero sin contigüidad a lo largo del área ribereña, al este del sector
urbanizado90. Es una población dedicada en su mayoría a la actividad pesquera, con
viviendas precarias91 predominantemente de madera. También se encuentran casas de
fin de semana, para el esparcimiento de los habitantes de Resistencia.

Las ocupaciones de terrenos, actualmente son de tipo individual y localizados en


terrenos bajos. Se las encuentran a lo largo de la avenida San Martín, especialmente al

90
Esto fue favorecido por los períodos de estiaje del Paraná después de la creciente de 1997. Según
estimaciones, de los funcionarios de la municipalidad de Puerto Vilelas, a partir del año 2000 se
instalaron unas 200 familias en forma individual, aunque ya existían habitantes desde la década del ‘70.
La economía de esta población está basada en la pesca, utilizada para resolver las necesidades
alimentarias, y la venta de este producto primario.
91
Son construcciones deficitarias hechas de maderas, chapas o materiales de desecho. Una alternativa
para solucionar el déficit en la vivienda, sería la construcción de viviendas palafíticas, mejor adaptadas a
las condiciones ambientales.

80
sur de esta vía de comunicación, hallándose en terrenos bajos y anegables. Por su parte,
las tomas colectivas de terrenos son menos numerosas.

En el municipio de Fontana, los núcleos de pobreza se concentraron inicialmente


en las proximidades de las vías del ferrocarril; con posterioridad, los barrios carenciados
se extendieron al norte y sur de la ciudad. A pesar que en la década de 1970, se
implementa el llamado “Parque Industrial de Fontana”, donde se localiza un importante
número de industrias pequeñas y medianas (Godoy et. al. 2004) la misma,
aparentemente, no fue suficiente para reducir los indicadores de pobreza en esta
localidad.

Actualmente, las mayores restricciones al crecimiento urbano, se encuentran en


el norte del municipio, con la presencia del río Negro y un conjunto de lagunas que
restringe la instalación humana, si bien los grupos carenciados se localizan en sus
proximidades.

3.3. Reconociendo las similitudes geográficas y socioeconómicas en las cuatro


capitales del NEA

Las ciudades capitales del Noreste argentino presentan rasgos similares


asociados con ciertos caracteres del espacio físico y con determinados aspectos
demográficos de sus habitantes. En lo referente al sitio92 en el que se encuentran las
ciudades, son particularmente desfavorables para los aglomerados del Gran Resistencia
y Formosa, debido a que se localizan sobre los valles de inundación de los ríos Paraná y
Paraguay, respectivamente, lo que favorece las inundaciones periódicas provocadas por
estos cursos de agua (Imagen Nº 20 y Nº 21). Si bien en menor grado, en Corrientes las
limitaciones aparecen en los extremos noreste y sureste, mientras que Posadas se ve
afectado por el Paraná en el sector oriental de la misma. Asimismo, la presencia de
ambos cursos fluviales ha condicionado en parte el sentido de los ejes de expansión y
crecimiento de las ciudades; es así que en la actualidad la ciudad de Resistencia ha
primado su expansión sobre el eje norte- sur y hacia el oeste, Formosa lo hace por el

92
El sitio hace referencia al lugar exacto dónde se encuentra instalada la ciudad, por lo tanto el ámbito de
su emplazamiento (cf. Bruniard, 1972).

81
norte y el occidente, Corrientes se expande para el oriente y el sur, mientras que
Posadas ha crecido hacia los cuadrantes oeste, sur y sureste.

La expansión del ejido urbano ha tenido limitaciones por la localización de los


aeropuertos internacionales o aeródromos locales, por la existencia de terrenos cuya
jurisdicción pertenecen al Ejército Argentino o por restricciones hídricas, ya que las
cuatro ciudades se encuentran atravesadas por ríos, arroyos o lagunas que surcan las
ciudades, obstaculizando el asentamiento debido a que se transforman en terrenos bajos
e inundables. Aún así, parte de estos cuerpos de agua han sido entubados, canalizados o
sepultados, lo que llevó al agravamiento de la situación por el delicado equilibrio
natural de los cursos de agua, y por las características geomorfológicas de las ciudades.
Esta es una de las cuestiones que suelen ser criticadas por los especialistas que
consideran que la falta de planificación ha llevado a constantes problemas, como la
localización de asentamientos informales o barrios marginales ilegales en las áreas
anegadizas que sufren las consecuencias de los desbordes y las inundaciones, a lo que
suma el alto grado de contaminación de los curso de agua (Imagen Nº 22), muchos de
ellos destinatarios de desagües cloacales clandestinos o reservorios de basuras de todos
tipo (Judyk, 2005). En este sentido, también se recuerda la localización de
asentamientos en las proximidades de basurales como en la zona de “La Arenera” en
Corrientes o en las lagunas de oxidación93 que se encuentran al sur del municipio
Resistencia (Imagen Nº 24 y Nº 25).

93
La restricción municipal en la ciudad de Resistencia, indica que la población se debe radicar a una
distancia mayor a los 500 metros de longitud a las piletas de oxidación; condición que en la realidad no se
cumple.

82
Imagen Nº 20
Áreas de expansión de los aglomerados capitales del NEA
N N

Gran Corrientes Gran Posadas


N N

Gran Resistencia Formosa

Fuente: Municipalidades de Resistencia, Posadas, Corrientes y Formosa. Dirección de Estadísticas y


Censos de las provincias de Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa

Otra similitud observada en los aglomerados es la presencia de los puertos


fluviales surgidos durante la misma génesis de las ciudades capitales, factor que en
principio llevó a orientar el flujo de mercancías y las vías de comunicación de terrestre
hacia esos puntos. Durante las primeras décadas del siglo XX, las actividades
extractivas del interior de cada provincia tenían como principal lugar de salida a los
puertos capitalinos, y esta situación sirvió para aumentar el vínculo de las capitales con
su hinterland interior.

83
Imagen Nº 21
Áreas limitantes de la expansión urbana en los aglomerados capitales del NEA
N
Gran Corrientes Aeropuerto

Aeropuerto

Terrenos Ejército Gran Posadas


Argentino

Riacho Formosa

Río Negro y
lagunas

Aeropuerto

Área ecológica y de
Terrenos Ejército
lagunas
Argentino
Gran Resistencia Formosa

Fuente: Municipalidades de Resistencia, Posadas, Corrientes y Formosa. Dirección de Estadísticas y


Censos de las provincias de Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa

Actualmente, a pesar de las dificultades en el transporte fluvial, la falta de


inversiones en la infraestructura portuaria y ante la primacía alcanzada por el transporte
terrestre, los puertos de las capitales del NEA continúan siendo una vía de salida de las
producciones locales y regionales; la excepción parece ser el puerto de Posadas que ha
perdido importancia porque no cuenta con infraestructura para operaciones de carga-
descarga y se halla próxima al casco central sobre una zona muy urbanizada, lo que
dificulta el movimiento del tránsito pesado94.

94
La capacidad operativa del puerto se encuentra limitada al tráfico vecinal fronterizo entre Posadas y
Encarnación. No obstante, en el año 2008 la legislatura de Misiones aprobó el proyecto para expropiar

84
El caso del puerto de Corrientes, también presenta un factor restrictivo por haber
quedado situado dentro del casco central, lo que genera dificultades en el transporte de
las mercancías ya que el contínuo desplazamiento de los vehículos de mediano y gran
porte tienen y provocan conflictos en el tránsito vehicular, además de la carencia de una
infraestructura adecuada para el movimiento de los mismos.

Característica común de las cuatro ciudades es la gran concentración de las


actividades comerciales, administrativas y de servicios públicos y privados. Además, se
reconoce que en los últimos tiempos ha existido un incremento de la población
vinculado con el sector público en general porque aumentó la precariedad del empleo y
entonces el empleo público quedó como el principal mecanismo de defensa para los
trabajadores u obligó a muchos de ellos a pasar a condición de cuentapropista95.
Asimismo, el empleo público, se encargó de absorber la mano de obra desplazada por
las privatizaciones de empresas públicas registradas en años anteriores, por lo que la
generación de actividades alternativas y su consecuente efecto multiplicador sobre el
empleo casi estuvo ausente.

Ya en el aspecto demográfico, otra situación que se repite en las cuatro capitales


del NEA es el elevado porcentaje de concentración de población con respecto al total
provincial. Este fuerte crecimiento iniciado a partir de la segunda mitad del siglo XX,
obedece primordialmente al aporte de población procedente de la migración rural y de
núcleos urbanos menores desde el interior de cada provincia, a los sucesivos períodos
de crisis de los diferentes cultivos y el resentimiento en las estructuras económicas
regionales. Asimismo, continuamente se suma la migración oriunda de países limítrofes
como los paraguayos a Posadas y Formosa. Además, por las reformas estructurales en
nuestro país, las capitales del NEA tuvieron cierto crecimiento económico en la primera
mitad de la década pasada, pero posteriormente el motor de la economía pasó a
depender en gran medida de las transferencias de recursos que las políticas públicas han
realizado, como en inversiones para obras de infraestructura y especialmente en
políticas sociales (cf. Barreto, 2002).

terrenos con el objeto de construir el nuevo puerto de Posadas, que estaría localizado en la zona de
Nemesio Parma al oeste de la ciudad de Posadas.
95
Así, se originan otras formas en la estructura ocupacional como el aumento de artículos de consumo
final con su comercialización a través de los mercados informales.

85
Imagen Nº 22 Imagen Nº 23
Desagües clandestinos en el sector sur de la ciudad Basural a cielo abierto. Zona de la “Arenera”,
de Resistencia (2009) sector sur de Corrientes (2010)

Fuente: Méndez, 2007 Fuente: Mignone, 2010

Imagen Nº 24 Imagen Nº 25
Lagunas de oxidación. Municipio de Resistencia Zona sur de la ciudad de Resistencia

Fuente: Norte, 26 de agosto de 2007 Fuente: Mignone, 2010

El aumento en el número de habitantes ha incidido en un acelerado crecimiento


espacial de las ciudades, que en su evolución han ido incorporando los municipios
aledaños a su jurisdicción y, con la única excepción de Formosa, los restantes están
formados por una conurbación de municipios que se anexaron a la capital por el rápido
crecimiento del ejido urbano, especialmente desde 1960 para el caso de Resistencia, y
desde 1970 para Corrientes y Posadas. En el cuadro Nº 6, se detallan las capitales, las
jurisdicciones que los integran y la respectiva población para los años 1991 y 2001.

86
Cuadro Nº 6
Las capitales del Nordeste Argentino
Aglomerado Departamento Población 1991 Población 2001
Gran Resistencia 292.287 hab. 359.590 hab.
- Resistencia San Fernando
- Barranqueras ”
- Fontana ”
- Puerto Vilelas ”
Gran Corrientes 258.103 hab. 316.782 hab.
- Corrientes Capital
- Barrio Esperanza ”
Gran Posadas 213.686 hab. 279.961 hab.
- Posadas Capital
- Garupá ”
Fachinal
Formosa Formosa 147.636 hab. 198.074 hab.
Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 1991 y 2001

Siguiendo el criterio de clasificación hecho por Vapñarsky y Gorojosky (1990),


las cuatro ciudades capitales se consideran como Aglomeraciones de Tamaño
Intermedio (ATIs). Son el grupo de ciudades que más ha crecido en esta región, desde
principios de 1960 y hasta mediados de la última década del siglo XX, primordialmente
con el crecimiento migratorio a las capitales.

Por otro lado, la gran concentración de la población en las capitales, consolida la


denominada primacía urbana96 en estos sistemas. En este sentido, quién encabeza la
lista es Formosa concentrando más del 40% de los habitantes provinciales, mientras que
en el otro extremo aparece Posadas, debido a que Misiones aún conserva un número
importante de habitantes en pequeños aglomerados (Cuadro Nº 7).

96
Se considera que existe primacía urbana cuando la ciudad más importante de una región o territorio
tiene (como mínimo) más del doble de población que la ciudad que le sigue. En este caso, hacemos una
extensión de un concepto que sólo debiera ser usado en referencias a sistemas mayores, como el ámbito
nacional.

87
Cuadro Nº 7
Población de las capitales del NEA con respecto al total de cada provincia
Capitales 1991 2001
Formosa 37,1% 40,7%
Gran Resistencia 34,8% 36,5%
Gran Corrientes 32,4% 34%
Gran Posadas 27,1% 29%

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 1991 y 2001

Las cuatro ciudades presentan un característico plano en damero u ortogonal


orientada de acuerdo con la topografía del lugar. Este tipo de plano propio de la
colonización española, involucra una plaza central a partir del cuál se disponen los
principales organismos públicos políticos y administrativos97. Presenta un casco central,
área central o casco histórico98 enmarcado en las cuatro u ocho avenidas principales
según la ciudad, y dónde se concentran las principales actividades (administrativas,
comerciales, financieras, gubernamentales, etc.).

El crecimiento urbano de las capitales ha sido desordenado, especialmente


después de 1950, dando lugar a una vasta periferia con calidad heterogénea en lo que
hace a servicios, equipamiento e infraestructura, opuesta a la denominado zona central
dónde convergen los principales medios de transporte y actualmente presentan un fuerte
crecimiento en altura (viviendas en torre).

En lo que respecta a la composición por sexo, existe un menor índice de


masculinidad en las cuatro ciudades capitales. Es probable que múltiples factores actúen
para generar esta situación; concurren a ello, especialmente la concentración de
actividades terciarias, mayormente del comercio, la administración pública y los
servicios públicos y privados, y el desplazamiento de población oriunda del interior
provincial y una mayor atracción de empleo para servicio doméstico femenino.

La composición por edad muestra que la población joven sigue disminuyendo en


términos relativos, mientras crece el grupo de edades adultas y los adultos mayores.

97
Vale la aclaración, porque los edificios públicos importantes en Formosa, no se localizan en torno a la
plaza principal sino que se ubican en otros sitos de la ciudad.
98
Este sector coincide generalmente con el área dónde se instalaron los primeros núcleos de población en
las ciudades.

88
Cuadro Nº 8
Edad por grandes grupos (porcentaje). Capitales del NEA 1991-2001
Gran Resistencia Gran Corrientes Formosa Gran Posadas
Edades 1991 2001 1991 2001 1991 2001 1991 2001
0-14 35,7 32,5 34,5 31,7 38,2 35,4 35,9 33,8
15-64 59,0 61,1 60,4 62 57,5 59,5 59,3 60,2
65 y más 5,3 6,4 5,2 6,4 4,3 5,1 4,9 5,9

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 1991 y 2001

Por otro lado, las pirámides de población para 1991 y 2001 (Imagen Nº 23),
permiten reconocer que las capitales se caracterizan por tener pirámides de tipo “Torre
Eiffel” o en forma “Triangular”.

Para 1991, las pirámides de las cuatro capitales muestran los caracteres propios
de las provincias que representan, mantienen una alta tasa de natalidad, una alta
concentración de las edades jóvenes y adulta- joven y un estrechamiento en el grupo de
los mayores de 65 años.

Asimismo, hay un incremento en las cohortes de jóvenes, probablemente porque


inciden los procesos migratorios de población oriunda del interior provincial, con fines
educativos o laborales.

Para el año 2001, las pirámides son triangulares, aunque comienzan a mostrar
una evolución a una pirámide “estable”, especialmente en el Gran Corrientes y Gran
Resistencia. Se observa en la base un descenso de la natalidad, comienza a disminuir los
grupos de población más jóvenes y a crecer el porcentaje de población adulta. La
población mayor a 65 años, si bien comienza a incrementarse, todavía no es suficiente
para considerar que existe un proceso de envejecimiento.

Las cohortes del grupo de varones entre 25 y 40 años no muestra tantas entradas
en los gráficos de las cuatros ciudades. Es probable que esté incidiendo el acceso al
empleo público que retiene a esta población y le impide migrar a otros lugares con
mejores oportunidades laborales.

89
Imagen Nº 26
Pirámides de población. Capitales del NEA 1991 y 2001
Pirám ide de Población del Gran Resis tencia. Año 1991 Pirám ide de Población del Gran Resis tencia. Año 2001

90-94 90-94

80-84 80-84

70-74 70-74

60-64 60-64
Edades

Edades
50-54 50-54

40-44 40-44

30-34 30-34

20-24 20-24

10-14 10-14

0- 4 0- 4

-20 -10 0 10 20 -20 -10 0 10 20


% %
Varones Mujeres Varones Mujeres

Pirám ide de Población de Formosa. Año 1991 Pirám ide de Población de Formosa. Año 2001

90- 94 90- 94

80- 84 80- 84

70- 74 70- 74

60- 64 60- 64
Edades

Edades
50- 54 50- 54

40- 44 40- 44

30- 34 30- 34

20- 24 20- 24

10- 14 10- 14

0-4 0-4

-20 -10 0 10 20 -20 -10 0 10 20


% %
Varones Mujeres Varones Mujeres

Pirám ide de Población del Gran Corrientes. Año 1991 Pirám ide de Población del Gran Corrientes. Año 2001

90- 94 90- 94

80- 84 80- 84

70- 74 70- 74

60- 64 60- 64
Edades

Edades

50- 54 50- 54

40- 44 40- 44

30- 34 30- 34

20- 24 20- 24

10- 14 10- 14

0-4 0-4

-20 -10 0 10 20 -20 -10 0 10 20


% %
Varones Mujeres Varones Mujeres

Pirám ide de Población del Gran Posadas. Año 1991 Pirám ide de Población del Gran Posadas. Año 2001

90- 94 90- 94

80- 84 80- 84

70- 74 70- 74

60- 64 60- 64
Edades

Edades

50- 54 50- 54

40- 44 40- 44

30- 34 30- 34

20- 24 20- 24

10- 14 10- 14

0-4 0-4

-20 -10 0 10 20 -20 -10 0 10 20


% %
Varones Mujeres Varones Mujeres

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 1991 y 2001

90
De esta manera, se han podido reconocer las similitudes geográficas,
sociodemográficas y económicas en los cuatro aglomerados capitales del NEA. Sin
embargo, cuando se estudia la pobreza en estas ciudades, las diferencias comienzan a
acentuarse ya que se pueden observar notorios contrastes en el interior de los
aglomerados tanto en los niveles como en las condiciones de pobreza urbana,
diferencias que se mostrarán en los posteriores capítulos.

91
Capítulo Nº 4
Evolución espacial de la pobreza entre 1990 y 2001. Condiciones del
mercado laboral

Como se dijera en el capítulo Nº 2, el concepto de pobreza se asocia con la


noción de carencia o ausencia de lo necesario para el sustento de la vida y, por lo tanto,
se relaciona con la idea de privación. Asimismo, el fenómeno presenta diferencias
espaciales y experimenta cambios temporales en los ámbitos urbanos, disparidades
asociadas a las condiciones del sitio de las ciudades, a cuestiones socioeconómicas
como la provisión de servicios, la distribución del ingreso o el acceso al empleo.

Un indicador utilizado para medir la pobreza y que permite realizar una


comparación espacial del fenómeno en el período intercensal 1991/2001, es el Índice de
Privación Material de los Hogares (IPMV). Este índice busca aproximar los dos grandes
métodos utilizados en la evaluación de la pobreza: la Línea de Pobreza (LP) y las
Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y de esta manera se intenta reunir la vertiente
coyuntural con la estructural de la pobreza. El IPMV99 deviene de la elaboración de un
Índice de Capacidad de Subsistencia (ICS) que permite reconocer la dimensión
coyuntural de la pobreza y la Condición Habitacional (CH) vinculado al aspecto
estructural100.

Se reúnen así, la vertiente coyuntural y la estructural de la pobreza, aún cuando se


reemplaza la LP, por no contar con información de cobertura universal sobre ingresos
personales o en los hogares (Meichtry y Fantín, 2006), por una medida de aproximación
a dicho indicador como es el ICS, derivado del indicador CAPECO101 (Capacidad
Económica de los Hogares) estudiado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(Gómez et al 2003; Álvarez 2002). Por su parte, la CH es una variable compleja basada
también en la información censal, que relaciona el tipo de vivienda con las condiciones
de hacinamiento.

99
El IPMV fue uno de los primeros indicadores diseñados en el intento de analizar con mayor precisión
las condiciones de la pobreza en el Norte Grande Argentino, tomando en consideración la extensión del
territorio en cuestión y las diferencias geográficas, históricas, sociales y culturales que lo caracterizan.
100
Para mayor información, ver Meichtry et. al 2003, Meichtry y Fantín 2004a, 2004b, 2006.
101
EL CAPECO fue elaborado hacia fines de la década de 1990 y aplicado en el censo nacional de 2001.

92
A diferencia del IPMH102, aplicable sólo al censo nacional 2001, el IPMV es el
único índice de medición de la pobreza que permite efectuar una comparación
intercensal 1991-2001 en las cuatro capitales del NEA y obtener una representación
cartográfica acorde con la distribución del fenómeno.

Otra ventaja del IPMV, es su capacidad de funcionar al nivel de los radios


censales, con el objeto de afinar la percepción del fenómeno de la distribución espacial
de la pobreza en las cuatro capitales del NEA (Meichtry y Fantín, 2006). De esta
manera, se puede realizar una comparación espacial y evolutiva del fenómeno de la
pobreza, además de reconocer, no solo los espacios que históricamente han tenido
privaciones en las cuatro capitales, también permite distinguir la presencia de población
pobre distribuida aleatoriamente dentro de la trama urbana. Es decir, hablamos de
aquélla población que forman un grupo de tamaño variable y localización más dispersa,
que no necesariamente presentan carencias habitacionales, pero que cuentan con
ingresos menores.

4.1. Construyendo el IPMV

Como se dijera, el IPMV surge de vincular la Capacidad Económica o de


Subsistencia de los hogares (ICS) con la Condición Habitacional (CH) de los mismos.
Con respecto al ICS, nace del CAPECO103, que es un indicador aproximado del grado
de suficiencia de los ingresos de los hogares, partiendo de un valor cero para la peor
situación, permitiendo distinguir diferentes niveles según intensidad de la pobreza en el
conjunto de la población. El ICS, incorpora la diferenciación por género de los
perceptores de ingresos en el hogar y con la consideración de niveles completos de
educación formal, según las estructuras de las demandas del mercado laboral (Meichtry
y Fantín, 2006). De esta manera se forma la siguiente expresión:

102
Los aspectos teóricos-conceptuales del IPMH, se van a desarrollar en el capítulo Nº 5.
103
La fórmula del CAPECO es: ∑ CPi*AEi/n; en donde : n: número de miembros del hogar;
I=1
CP: Condición del perceptor: (Ocupado= 1; Jubilado o Pensionado= 0.75, No ocupado ni jubilado=0)
AE: Años de educación formal aprobados

93
n

∑ Pi*NEi
ICS= ___________
I=1

n
donde ICS: Índice de Capacidad de Subsistencia
n: número de integrantes del hogar
Pi: Perceptor de ingresos con los siguientes ponderadores:
0: si la persona independientemente del sexo no percibe ingresos
1: si se trata de un perceptor varón
0,75: si se trata de una perceptora mujer
0,50: para un jubilado o pensionado
NEi: Máximo nivel educativo alcanzado
1: No asistió o primaria incompleta
2: Primario o EGB completo
3: Secundario o Polimodal Completo
4: Terciario o universitario completo

Se consideran las diferencias en los ingresos según género, teniendo en cuenta


que para empleos similares la remuneración que percibe la mujer es inferior a la del
varón (Sabaté et. al. 1995). Asimismo, se considera los niveles educativos
efectivamente aprobados por los perceptores de ingresos, ya que los requerimientos del
mercado laboral se discriminan de esa manera (Meichtry y Fantín, 2006).

En cambio, la variable condición habitacional considera el tipo de vivienda


incorporando la población involucrada a través de la noción de hacinamiento.
Combinando ambos datos, se pueden registrar diferentes grupos de hogares según
intensidad de carencia habitacional. Las combinaciones de esta variable compuesta
serían las siguientes:

• Casa- departamento tipo A104 con hasta 2 personas/cuarto105


• Casa- departamento tipo A con más de 2 personas/cuarto
• Casa- departamento tipo B106 con hasta 2 personas/cuarto

104
La categoría “Casa Tipo A” es la vivienda que no tiene condiciones deficitarias. A los efectos de la
construcción del indicador CH, se incorpora a los departamentos que no entran en las especificaciones
fijadas para las viviendas tipo A.
105
Se coincidió con Kaztman (1996b) y Velázquez (2001), al considerar un umbral de 2 personas por
cuarto, bajo la percepción que, particularmente entre adultos, la cohabitación de tres o más individuos en
un cuarto, significa falta de privacidad y un cierto grado de promiscuidad (Bolsi et. al. 2005)
106
La categoría “Casa tipo B” es la vivienda que presenta al menos una de las siguientes condiciones
deficitarias: tiene piso de tierra o ladrillo suelto u otro material (no tiene piso de cerámica, baldosa,
mosaico, mármol, madera, alfombra, cemento o ladrillo fijo); o no tiene provisión de agua por cañería
dentro de la vivienda o no dispone de inodoro con descarga de agua (Censo Nacional de Población 2001).

94
• Casa- departamento tipo B con más de 2 personas/cuarto
• Rancho-casilla- otros107 con hasta 2 personas/cuarto
• Rancho-casilla- otros con más de 2 personas/cuarto

Dado que las casas tipo B, por cualquiera de sus limitaciones en equipamiento,
pueden ser tomadas como deficitarias, se establecen dos niveles de vivienda
combinados con las condiciones de hacinamiento. Así se conformarían cuatro opciones:

CH 2,0 Casa- departamento tipo A sin hacinamiento


CH 1,5 Casa- departamento tipo A sin hacinamiento
CH 1,0 Tipos restantes108 sin hacinamiento
CH 0,5 Tipos restantes con hacinamiento

Finalmente, y como resultado de la combinación de los indicadores anteriores se


conforma el Índice de Privación de Medios de Vida:

IPMV = ICS * CH o su expresión

∑ Pi*NEi
IPMV= ___________*
I=1 CH
n

4.2. Reconociendo los diferentes niveles de IPMV

Los diferentes niveles de pobreza surgen de la conceptualización del ICS, como


evaluador de la capacidad económica respaldado en las condiciones mostradas por su
indicador gemelo CAPECO (Álvarez, 2002) ya indicado con anterioridad. Se tuvieron

107
Rancho o casilla son las viviendas construidas originalmente para que habiten personas, con salida
directa al exterior (sus habitantes no pasan por pasillos o corredores de uso común), donde el rancho
generalmente tiene paredes de adobe, piso de tierra y techo de chapa o paja; mientras que la casilla
habitualmente está construida con materiales de baja calidad o de deshecho (Censo Nacional de Población
2001).
108
La categoría “tipo restantes” incluye por descarte las viviendas y departamentos tipo B, los ranchos,
las casillas y las demás categorías (pensión, inquilinato, etc.) con excepción de los departamentos que no
entren en las determinaciones fijadas para las viviendas tipo B, que son computados conjuntamente con
las viviendas tipo A (Meichtry y Fantín, 2006).

95
en cuenta cinco umbrales estimados en función de la capacidad que tiene un hogar tipo,
formado por cuatro integrantes (padre, madre y dos hijos) para obtener los recursos
necesarios para asegurar su existencia y reproducción.

* Hogar con un perceptor varón que no ha completado los


estudios primarios: 1 * 1 / 4 = 0.25
* Hogar con un perceptor varón con nivel de educación
primario o EGB completo: 1 * 2 / 4 = 0.50
* Hogar con dos perceptores varón/mujer con nivel primario
o EGB completo el varón e incompleto la mujer: (1*2) + (0.75*1) / 4 = 0.69
* Hogar con dos preceptores varón/mujer ambos con nivel
terciario o universitario completo: (1*4) + (0.75*4) / 4 = 1.75
Fuente: Meichtry y Fantín. 2006

Estos umbrales así definidos en cuanto al ICS109, indicarían para los dos
primeros casos una muy baja y baja capacidad para obtener los ingresos necesarios para
el sostenimiento del hogar. En el otro extremo, consideramos que el cuarto umbral
señalaría el límite inferior de las mejores condiciones para el mantenimiento y
reproducción del hogar. Por lo tanto, habría cinco niveles establecidos (cuadro Nº 9) y
el límite de la pobreza quedaría establecido por los niveles muy bajo y bajo, que son los
segmentos que abarcan al conjunto de hogares con mayores privaciones

Cuadro Nº 9
Capacidad de los hogares para obtener ingresos
Muy Baja Baja Media Alta Muy Alta
0,00 a 0,24 0,25 a 0,49 0,50 a 0,69 0,70 a 1,74 1,75 y más
Fuente: Meichtry y Fantín. 2006

A partir de los niveles seleccionados, se calculó el volumen y porcentaje de


hogares en cada uno de ellos y para las cuatro capitales del NEA para los períodos
censales 1991 y 2001 (cuadros Nº 10 y Nº 11). Son varias las conclusiones que se
pueden obtener al observar los cuadros que siguen, ya que los cálculos muestran que el

109
La conceptualización a partir de la lógica imperante en el ICS, obedece a dos razones: una de ellas es
el alto grado de correlación mostrado por “r” de Pearson con el IMPV, y la otra es la construcción de la
CH, ya que el límite de la CH que indicaría condiciones de vulnerabilidad estructural por tipo de vivienda
y hacinamiento se asigna con un valor 1, con lo cuál en la formulación matemática, todo el peso de la
evaluación recae sobre el primer término de la ecuación, que corresponde sólo al ICS (Meichtry y Fantín,
2004, 2006).

96
porcentaje de hogares con IPMV entre 0 y 0,49 (capacidad baja y muy baja), en
promedio habría aumentado de un 27% a un 32%; aunque el incremento más importante
se habría producido en los hogares con muy baja capacidad (IMPV 0 a 0,24), con un
crecimiento del 8% en las cuatro capitales. Esto permite establecer que entre 1991 y
2001, las familias que tenían condiciones de precariedad habrían sufrido un mayor
deterioro de los ingresos lo que pudo haber generado una movilidad social negativa, y
no habrían contado con las oportunidades laborales, educativas y sociales para poder
mejorar su calidad de vida.

Se pueden destacar las capitales de Formosa y el Gran Resistencia, con el mayor


crecimiento del 29% al 36% y del 27 al 33%, respectivamente. Sin embargo, lo
importante de la capital chaqueña es el valor absoluto, ya que para el año 2001 más de
29.000 hogares se encontraban en condiciones de precariedad. Por su parte, los
aglomerados de Corrientes y Posadas, con porcentajes de hogares cercanos al 31% para
el año 2001, tuvieron un crecimiento relativo menor durante el período en estudio.

Por otra parte, al comparar la evolución porcentual de IMPV Media (0,50 a


0,69) se identifica un descenso en las cuatro ciudades, lo que podría presuponer que
parte de estos hogares, también podrían haber experimentado una movilidad social
descendente, generado por la falta de empleo, que pudo haber derivado en el ingreso a
la informalidad o en actividades a tiempo parcial.

Cuadro Nº 10
Volumen y porcentaje de hogares según niveles del IMPV.
Capitales del NEA, año 1991
IPMV Muy Baja Baja Media Alta Muy Alta Total
N % N % N % N % N % N
Gran Ctes. 8064 16,0 5202 10,3 5277 10,5 14822 29,4 17062 33,8 50427
Gran Pdas. 6574 14,9 5458 12,4 4924 11,2 12868 29,3 14157 32,2 43981
Gran Rcia. 8917 15,4 6583 11,3 6456 11,1 17754 30,6 18344 31,6 58054
Formosa 4562 16,1 3715 13,1 3408 12,1 8476 30,0 8115 28,7 28276
Total 28117 15,6 20958 11,8 20065 11,2 53920 29,8 57678 31,6 180738

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

97
Cuadro Nº 11
Volumen y porcentaje de hogares según niveles del IMPV.
Capitales del NEA, año 2001
IPMV Muy Baja Baja Media Alta Muy Alta Total
N % N % N % N % N % N
Gran Ctes. 18412 23,7 5777 7,4 6111 7,9 20984 27,0 26536 34,1 77820
Gran Pdas. 15493 22,1 5983 8,5 6363 9,1 18765 26,7 23645 33,7 70249
Gran Rcia. 22098 24,5 7359 8,2 7984 8,8 24518 27,2 28264 31,3 90223
Formosa 12153 25,9 4663 9,9 4362 9,3 12288 26,2 13459 28,7 46925
Total 68156 23,9 23782 8,3 24820 8,7 76555 26,8 91904 32,2 285217

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

4.3. Condiciones de baja capacidad de medios de vida (IPMV entre 0 y 0,49)

La representación cartográfica del IPMV entre 0 y 0,49110 para el año 1991


(Imagen Nº 27), muestra el incremento anular de la pobreza desde el centro a la
periferia de las cuatro ciudades, condición que parece acentuarse aún más al observar la
distribución espacial del índice para el año 2001 (Imagen Nº 28). Como se reconoce en
la cartografía de ambos períodos111, las cuatro ciudades tienen los menores valores en
los radios que abarcan el casco central o zonas cercanas al mismo, mientras que los
peores niveles se localizan en las áreas periféricas evidenciando la escasa capacidad de
subsistencia de los hogares.

La distribución espacial correspondiente al aglomerado Gran Corrientes para el


año 1991, permite identificar los espacios que históricamente se han caracterizado por
tener indicadores altos de pobreza, como los radios del cuadrante norte-noreste,
coincidente con barrios carenciados que se localizan en terrenos bajos y próximos a la
ribera del río Paraná. Otro sector corresponde al cuadrante suroeste, que también se
encuentra próximo al curso fluvial mencionado.

110
Se ha tomado como límite inferior del último intervalo, el valor que corresponde al 50%, a los efectos
de reconocer visualmente los radios censales que tienen más de la mitad de los hogares con condiciones
de baja capacidad de vida.
111
Como el interés en este capítulo consiste en hacer notar las diferencias intercensales del IMPV, se
consideró que podría resultar engorroso incorporar componentes físicos y antrópicos como ríos, lagunas,
vías del ferrocarril y rutas nacionales.

98
Coincidentes con las áreas de crecimiento de la ciudad, se conforman espacios
con hogares pobres que se ubican en el este de la ruta nacional Nº 12 y se prolongan
entre la ruta provincial Nº 5 y la avenida Centenario. A ello se suman los radios del
cuadrante sur, mayoritariamente localizados en las proximidades de la avenida Maipú y
las vías del ferrocarril “Mesopotámico” y coincidente con los actuales barrios de “La
Olla”, “San Roque” y “Dr. Montaña”.

Párrafo aparte merece el radio Nº 0214112, que se encuentra dentro del casco
central de la ciudad, y que presentaría condiciones de baja capacidad. En este caso, la
unidad censal coincide con viviendas en alquiler para estudiantes universitarios, que
serían considerados “pobres” porque no perciben ingresos propios, aunque reciben la
manutención de los padres para proseguir con sus estudios de grado.

Para el año 2001, los espacios mencionados anteriormente tienden a continuar


con un IPMV bajo, consolidándose en los barrios que tienen déficit en la infraestructura
de la vivienda, en el nivel educativo de los habitantes y en la percepción de los ingresos.
Asimismo, se observa una transición entre el casco central y la periferia, que comprende
radios censales con 25 y 49,9% de hogares con baja capacidad. Gran parte de estas
unidades tenían porcentajes menores para 1991, lo que indica que se incrementó la
intensidad de la pobreza, no solo en los barrios históricos de la ciudad, también en
lugares que presentaban mejores condiciones en el decenio anterior.

Con respecto a Posadas, para 1991 los radios censales con mayores porcentajes
de IMPV abarcaban toda la periferia externa sur-sureste y oeste, coincidiendo con las
proximidades de la ribera del Paraná, prolongándose hacia el sur por la ruta nacional N°
12 o por el oeste, aproximándose a los terrenos del aeropuerto “Libertador General San
Martín”.
En el 2001, la situación parece tener una evolución positiva ya que numerosos
radios pasan a tener menos del 25% de hogares con IMPV bajo; mientras que las
unidades que concentran más del 50% de hogares se ubican por el este de la ciudad
entre la ribera oriental del Paraná y el trazado de las vías del ferrocarril mesopotámico y

112
Se han tomado cuatro cifras para la denominación, los dos primeros números corresponden a la
fracción censal y los dos siguientes hacen referencia al radio censal. En este caso, sería la fracción 02 y el
radio 14.

99
Imagen N° 27

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 1991

100
Imagen Nº 28

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

101
se prologan por el sureste, siguiendo la ruta nacional Nº 12. Asimismo, otro espacio con
elevado porcentaje se observa por el norte, en el histórico sector conocido como “El
Brete”, hoy denominado barrio “Patoti” (radios 0102, 0105, 0116); así como hacia el
oeste, hay radios puntuales que coinciden con los barrios de Villa Cabello (radio 1904),
“80 de octubre” (radio 1917) y “Santa Rita” (radios 2306 y 2312).

Para 1991, la distribución del fenómeno permite reconocer que en el Gran


Resistencia, existían tres cuadrantes cuyos radios tenían porcentajes mayores a 50%: el
norte-noreste, el sur y el suroeste. En el primer caso, los radios coinciden con los
hogares que se prolongan a lo largo del río Negro y sobre las lagunas del norte de la
ciudad; las unidades del sur comprenden los barrios informales que se fueron instalando
y expandiendo la ciudad durante ese período, mientras que los del suroeste concuerdan
con barrios próximos al municipio de Puerto Vilelas y de Barranqueras.

En el censo de 2001, las condiciones de privación son más importantes ya que se


incrementa el número de radios que tienen porcentajes mayores a 50%, conformándose
un cinturón envolvente por la periferia, que parte del noroeste de la ciudad de
Resistencia, continúa hacia el oeste por el municipio de Fontana y sigue por el suroeste
y hacia el sur hasta el municipio de Puerto Vilelas. Está integrado por los nuevos
barrios, cuya población muestra una precariedad laboral. En forma opuesta, los radios
que coinciden con el casco central y con algunos de los barrios planificados construidos
durante la década de 1980, cuentan con porcentajes menores.

Condiciones de notoria precariedad parecen observarse en la ciudad de Formosa


para 1991, ya que casi un tercio de los hogares tenían una baja capacidad de medios de
vida. Esta situación se observa en la cartografía correspondiente, donde los mayores
porcentajes aparecen en forma anular por la periferia norte y oeste del aglomerado,
coincidente con las áreas de expansión que se prolongan por las vías del ferrocarril
general Belgrano, la ruta nacional N° 11 y el riacho Formosa.

Un decenio después los hogares con baja capacidad se han incrementado, y los
porcentajes mayores de IPMV continúan siendo las áreas de crecimiento de la ciudad,
por el oeste y en el extremo norte- noreste, coincidentes en muchos casos con los

102
nuevos barrios planificados mezclados con las ocupaciones informales de los terrenos
que se producen sobre espacios anegables y no siempre aptos para la urbanización (cf.
Mignone, 2008). Por su parte, el casco central y los barrios al oeste del mismo, siguen
mostrando las mejores situaciones socioeconómicas de los hogares.

4.4. El IPMV entre 0 y 0,24. Las situaciones más graves de pobreza

En este caso, se ha representado el IPMV entre 0 y 0,24 a los efectos de observar


y comparar la evolución espacial de los hogares que tienen una muy baja capacidad de
subsistencia por lo tanto, identificando las áreas en condición de extrema pobreza entre
1991- 2001.

La distribución de los hogares permite reconocer similitudes con la cartografía


del IPMV de 0 a 0,49, observándose una forma anular donde la posibilidad de
sostenimiento económico de los hogares localizados en la periferia de las ciudades es
difícil, ya que coinciden con los porcentajes más altos; mientras que los radios del casco
central cuentan con mejores situaciones socioeconómicas.

La ciudad de Corrientes mostraba para 1991, tres radios censales con más del
50% de sus hogares con IPMV muy bajo: el radio 0707 y los radios Nº 0214 y Nº 0202,
estos últimos se destacaban porque tenían una gran concentración de jóvenes
estudiantes universitarios, que no trabajaban y por lo tanto eran considerados pobres113.
Diez años después, estas unidades censales disminuyen levemente sus valores

113
Mayormente, los estudiantes universitarios que provienen del interior de Corrientes o de otras
provincias, residen en las cercanías de las facultades de la UNNE, alquilan una vivienda y no desarrollan
actividad laboral porque son mantenidos económicamente por los padres. El indicador CAPECO, tiene la
particularidad de identificarlos en condición de extrema pobreza.

103
Imagen Nº 29

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 1991

104
Imagen Nº 30

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

105
porcentuales y se destacan los radios del noreste, donde aparecen los barrios “Anahí”,
“Popular” y en las proximidades de la fábrica de “Tipoití” (radio 0406); hacia el este de
la ruta nacional Nº 12 coincide con el radio 1107, que abarca la Escuela Regional de
Agricultura, Ganadería e Industria Afines (Eragia), institución educativa técnica que
depende la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y cuenta con un servicio de
internado para alumnos varones que viven alejados de la ciudad de Corrientes; es esta
situación, la que puede estar influyendo para que el IPMV muestre importantes
condiciones de pobreza.

Asimismo, prolongándose entre la avenida Centenario y la ruta provincial Nº 5,


coincide con el barrio “Cadenas” y en las proximidades de “Santa Rita” (radio 1106);
mientras que los barrios “Paloma de la Paz”, “La Olla”, “Irupé”, “Ingeniero Serantes” y
“Nuestra Señora de Asunción” están en la zona conocida como “Laguna Seca”,
circunscripto dentro del radio 1724. Y por el suroeste aparece el barrio “3 de Abril”
(radio 0701) en las proximidades de la ribera del Paraná.

La capital misionera tiene para 1991, tres radios censales con más del 50% de
hogares en condiciones de extrema pobreza: las unidades censales 0802 y 0809 se
ubican por el sureste, en las proximidades del arroyo Zaimán e integrando los actuales
barrios de “San Jorge”, “Villa Poujade”, “Santa Rosa” y “San Lorenzo”. Mientras que
el radio 0115, coincide con la población localizada en el área ribereña de la ciudad,
habitantes que posteriormente van a ser trasladados como consecuencia del incremento
de la cota del embalse Yaciretá y por la construcción de la avenida Costanera.
Asimismo, los valores relativos entre 25% y 49,9% se concentran en toda la periferia de
la ciudad y en las proximidades de la ribera del río Paraná.

En el año 2001, el casco central se mantiene con las mejores condiciones


socioeconómicas, mientras que la periferia del aglomerado muestra un predominio de
hogares con porcentajes entre 25 y 49,9%, coincidentes con las áreas de expansión del
ejido urbano, especialmente hacia el sureste, sur y oeste. Asimismo, aparecen diez
radios que tienen más de la mitad de los hogares en condiciones de extrema pobreza,
mayormente agrupados por el sureste, en las proximidades de la ribera del Paraná y
siguiendo la cuenca del arroyo Zaimán, en zonas sujetas a inundaciones periódicas.

106
La cartografía de 1991 correspondiente al Gran Resistencia, muestra una
distribución anular y lineal, siguiendo las principales arterias de comunicación. La
distribución porcentual revela un predominio de hogares cuyos radios tienen entre 25%
y 49,9% de hogares con IPMV muy bajo, mayormente concentrados por los extremos
noreste, norte y sureste del aglomerado. Asimismo, la cartografía muestra cinco radios
con más del 50% de hogares en extrema pobreza, destacándose el radio censal 2504 que
por su dimensión, condiciona visualmente la observación del plano.

En 2001, se han acrecentado los radios con hogares que promedian entre 25% y
49,9%, y conforman una suerte de “anillo periférico interior”, mientras que el “anillo
periférico exterior” concentra las unidades con más de 50% de hogares. En este último
caso, se puede observar con mayor claridad los radios del extremo sur- sureste y los
radios del cuadrante norte, además de los radios del extremo norte y sureste de los
municipios de Barranqueras y Puerto Vilelas, respectivamente.

En el primero de los casos, comprende una de las principales áreas de


crecimiento y expansión del ejido urbano de la ciudad, donde las unidades censales
tienen mayoritariamente asentamientos informales con población de bajos recursos
cuyas unidades habitacionales también presentan grandes deficiencias. En cambio, los
radios del sector norte, se localizan en las proximidades del río Negro, y coincide con
barrios que “históricamente” han tenido condiciones de precariedad, como “Villa
Papelito”, “Villa Odorico”, “Barrio Don Santiago”, entre otros.

En el caso de las unidades censales con IPMV muy bajo que aparecen en
Barranqueras y Puerto Vilelas, también coinciden con núcleos de ocupación informal,
situados en cotas bajas y anegables.

En el plano de 1991, correspondiente a la capital formoseña, las grandes


dimensiones de los radios de la periferia, condicionan visualmente la lectura de la
cartografía. No obstante, en los cuadrantes noreste, sureste y oeste predominan los
hogares con porcentajes entre 25 y 49,9%, mientras que los casos más agudos se
localizan por el sur (radio 2209) en las proximidades del riacho Nº 6 y la laguna Martín
García, y al noreste en el barrio Nanqom (radio 2002) y en los actuales barrios Eva
Perón y Simón Bolívar (radios 1705, 1709, 1712 y 1713).

107
Para 2001, se observa una distribución anular en los radios que tienen entre 35 y
49,9%, mientras que las unidades censales del noreste, norte y oeste tienen porcentajes
más altos, con una población de bajos recursos residiendo en terrenos de baja calidad
ambiental, en terrenos públicos o privados.

Asimismo, el análisis de las cuatro capitales, permite conocer que se ha


producido una evolución positiva del número de hogares en condiciones de pobreza,
que tendría un correlato espacial con una concentración de las familias carenciadas que
aumenta notoriamente desde el casco central de las ciudades hacia las periferias de las
mismas, fenómeno que se acentuó durante la década de 1990. Entre otros factores, esta
situación estaría vinculada con los problemas del empleo, el incremento de la
desocupación y de las actividades informales y con una disminución del poder
adquisitivo de los hogares, características que se pretende demostrar en el siguiente
apartado.

4.5. El mercado laboral y la pobreza en las capitales del NEA

Como una forma de complementar el análisis geográfico de la pobreza en las


cuatro capitales del NEA, se analizaron las condiciones de trabajo de los cuatro
aglomerados para vincularlo con la evolución del fenómeno de la pobreza desde 1990
hasta el año 2003, momento cuando la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) sufrió
cambios metodológicos en la forma de captar la información, transformaciones
introducidas con el fin de obtener un número mayor de la población económicamente
activa, ya sea en condición de ocupados o desocupados. Asimismo, se estudió en forma
comparada la evolución de las tasas de actividad, empleo, y desempleo en el NEA para
reconocer la influencia de estas variables en la evolución de la pobreza para las cuatro
ciudades.

Por otra parte, se buscó comparar la evolución del ingreso, especialmente de los
segmentos más vulnerables, como factor vinculado con el crecimiento de la pobreza, así
como estudiar el tipo de actividad que desarrollan estos conjuntos de población.

108
La fuente de información utilizada para observar la evolución temporal de las
condiciones de pobreza entre las cuatro ciudades fue la Encuesta Permanente de
Hogares, específicamente la EPH puntual entre los meses de mayo de 1990 y mayo de
2003. Asimismo, se complementó el análisis con la EPH puntual correspondientes a los
meses de octubre, por su incidencia en la medición de los fenómenos laborales ya que
son las ondas que presentan los valores más altos en las diferentes tasas a utilizar, como
producto de la estacionalidad que existe, provocando (generalmente) que en mayo los
índices sean positivos mientras que por el contrario en octubre son negativos. Por lo
tanto, a decir de Monza (1998:46), no debe haber (por ejemplo) gran preocupación si la
tasa de desempleo sube en mayo con respecto a la medición anterior, pero si debe existir
gran preocupación si la tasa asciende en octubre o incluso si no baja lo suficiente. En
este caso siempre vinculado a factores que puedan acrecentar el fenómeno de la pobreza
en las cuatro capitales del NEA.

4.5.1. La tasa de actividad en las capitales del NEA

En un contexto de cambios estructurales en el mercado laboral y una sostenida


caída de ingresos, las familias carenciadas han tenido que enviar a los integrantes
inactivos a la búsqueda laboral, fomentado un aumento de la tasa de actividad. Pero
como el empleo no aumenta al mismo ritmo que el número de activos, los demandantes
de trabajo no logran concretar su aspiración de conseguir trabajo. Entre otros factores
complejos, la apertura externa y la integración con el mercado mundial, el ajuste
estructural del estado, la disminución del empleo público y las privatizaciones, han
afectado al crecimiento de la demanda laboral (Paz, 1999).

Durante la década de 1990, la tasa de actividad114 mostró índices más elevados


que en períodos anteriores, como consecuencia de la inserción laboral de mujeres,
muchas de ellas jefas de hogar, así como de los grupos más jóvenes que se insertan en el
mercado de trabajo para complementar los ingresos del jefe de hogar o lograr la
independencia económica, entre otras causas (Golovanevsky y Marcoleri, 2000).

114
En el Anexo III se incorporan las definiciones de las diferentes tasas laborales.

109
La tasa de actividad para el total de los aglomerados urbanos nacional ha tenido
una marcha ascendente a lo largo del período115, que entre 1991 y 1994 se debió al
fuerte crecimiento del PBI con un fuerte incremento de la PEA116. Por el contrario,
desde 1995 la coyuntura económica se deterioró y se inició un período recesivo que se
intensificará desde 1998 y durará cuatro años, el elevado pico alcanzado por la PEA
puede explicarse por el “efecto trabajador adicional” (Neffa et. al., 2013). En cambio,
las curvas de las capitales del NEA han presentado valores inferiores a la media
nacional (Figura Nº 1). Se advierte un comportamiento fluctuante en el trayecto de las
cuatro durante el primer quinquenio de la década del ‘90, luego la marcha de las mismas
se asemeja en su recorrido hasta mayo de 2001, cuando vuelven a acentuarse las
diferencias.

Figura Nº 1

Tasa de Actividad. Capitales del NEA,


45
mayo 1990 a mayo 2003

40

35

30

O nd as
Corrient es Resist encia Formosa
Posadas Promedio nacional

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

115
En este caso, y teniendo en cuenta todo el conjunto de los aglomerados, hay una relación causal con el
peso relativo que ejerce Buenos Aires cuya dinámica provoca las fluctuaciones de los valores, mientras
que en las restantes ciudades las oscilaciones son menores así como la actividad económica. En este
sentido, es conveniente resaltar la interacción de los salarios potenciales y de reserva con los niveles
dispares de desarrollo (Paz, 1999:712). Es así, por ejemplo, que el salario potencial promedio en las
ciudades del NEA ha sido menor al del Gran Buenos Aires
116
Este efecto significa que en condiciones de crecimiento económico, cuando se considera que se han
creado o se van a crear nuevos empleos, se generan expectativas positivas y numerosas personas
disponibles salen de la “inactividad” e ingresan al mercado de trabajo pasando a formar parte de la PEA,
al considerar que en ese momento existen más posibilidades laborales.

110
Resistencia y Formosa mantienen una curva que con altibajos, nunca evoluciona
en forma ascendente, de tal forma que las tasas al final de mayo de 2003, terminan
siendo similares o inferiores a la de mayo de 1990. Particularmente, la ciudad de
Resistencia muestra cierto crecimiento a partir de 1999, cuando la tasa de actividad
aumenta (primordialmente) con la implementación de los planes sociales y por la
retención del empleo público. Lo que también se debe considerar es que la tasa
experimentó un alza por causa de una mayor inserción de los trabajadores secundarios
en actividades informales y es probable que la reactivación económica nacional haya
impulsado a un número importante de postulantes a buscar trabajo. De una u otra
manera, la tasa revela que la población económicamente activa de la ciudad no ha
tenido un crecimiento importante, con lo cuál indirectamente se puede considerar que la
inserción de la población pobre también ha sido restringida.

Ya desde mediados de la década de 1990, la capital formoseña tiene la tasa de


actividad más baja de todos los aglomerados del NEA. Estos índices menores están
relacionados con el deterioro del empleo y el nulo crecimiento del subempleo de tipo
“refugio” (Paz, 1999), posiblemente por una menor participación de la fuerza laboral
(efecto del trabajador desalentado) y por imposibilidad de reactivación de la demanda o
ante la ausencia de estrategias alternativas del empleo informal. Y también es probable
que con la implementación de los planes sociales, la ciudad no tenga una mayor caída
en los registros. Estas condiciones afectaron sustancialmente a la población de escasos
recursos ya que puede haber restringido su acceso laboral, o aquellos que lograron
insertarse lo hicieron en actividades con menores ingresos.

Por otra parte, se destaca que Posadas muestra en el primer quinquenio valores
más altos que los otros tres aglomerados, pero después se mantiene en un progresivo
descenso para los años posteriores. Se podría suponer que la tasa de actividad
experimentó un escaso dinamismo como reflejo de un nivel de empleo pleno poco
afectado por los procesos del período o posible de ser reemplazado por el subempleo
horario público y privado. Por otra parte, el aumento inicial puede ser producto del
importante dinamismo económico entre las localidades misioneras y de Paraguay, como
consecuencia de la estabilidad económica que alcanza el país en los primeros años de
los ‘90. Asimismo, con la creación del Mercosur se incrementó la dinámica fronteriza
con Encarnación, que habría beneficiado para que la tasa no tenga caídas más abruptas y

111
es probable que también haya sido un factor que colaboró en la subsistencia de los
hogares carenciados.

La ciudad de Corrientes se destaca por el crecimiento continuo de la tasa de


actividad desde mayo de 1993. Si bien se observa un descenso para principios del año
2000, como resultado de la crisis política e institucional experimentada por la provincia
el año anterior, ha tenido una importante reactivación de su economía local, aunque
creemos que el crecimiento de la PEA posiblemente también sea resultado de los
“trabajadores secundarios” que deciden salir a buscar trabajo con el objeto de acrecentar
los ingresos familiares. A ello se podría sumar la incorporación de los planes sociales de
jefes y las jefas de hogar, especialmente después del año 2001.

4.5.2. El empleo en las ciudades capitales

La caída de la tasa de empleo puede interpretarse teniendo en cuenta que existen


menos puestos de trabajo en relación al crecimiento de la población, y esto provoca una
crisis si no existen alternativas para acceder a los ingresos. O sea, siempre es una doble
causa, aumento de la oferta de mano de obra y disminución de puestos de trabajo o
crecimiento inferior del número de puestos de trabajo, o sea de la demanda del mercado
laboral (Paz, 1998). Como se dijera en el primer capítulo del trabajo, uno de los factores
exógenos que afectaron a la actividad económica nacional y por ende al mercado laboral
fue la crisis económica de Méjico en 1994 (efecto “Tequila”). A ello, se sumó la
aplicación de las medidas neoliberales que a través del proceso de flexibilización
laboral buscaban lograr relaciones de trabajo más laxas por aplicación de los contratos
por tiempo indeterminado, pero esto provocó el acrecentamiento de las modalidades
contractuales de tipo temporaria y a tiempo parcial. Asimismo, la flexibilidad laboral no
permitió el crecimiento del empleo, por el contrario agravó la situación sociocupacional,
ya que se desaceleró la mano de obra en la fase de contratación que luego perdió su
capacidad y no se vuelve a ser empleada en la fase de crecimiento (Iñíguez, 1998).

Estos factores mencionados se pueden observar en la evolución de la curva


correspondiente al promedio nacional (Figura Nº 2). La misma muestra una primera
etapa de crecimiento hasta 1993, con una posterior caída para 1995. Hay una segunda

112
etapa de crecimiento del empleo, aunque también se comienzan a incrementar las
condiciones de precariedad laboral para los asalariados, así como se elevó la
subocupación y el incremento de las actividades por cuenta propia. La tasa vuelve a caer
más acentuada durante 2001-02 y la causa principal de esta contracción, que ubica a la
tasa de empleo en la más baja desde octubre de 1996, se vincula directamente con el
proceso recesivo que venía atravesando el país desde cuatro años atrás. Por lo tanto, a
pesar de los períodos de alza del empleo en dos momentos de la década de 1990, los
factores exógenos así como los endógenos propiciaron dificultades en la generación de
empleos lo que habría colaborado para el crecimiento de la pobreza en nuestro país.

En lo que respecta al empleo en las capitales del Nordeste argentino, las tasas
siempre han sido inferiores al promedio nacional. Se puede destacar a la ciudad de
Posadas, por poseer los valores más altos de empleo de los cuatro aglomerados de la
región. Se podría considerar que las actividades terciarias, especialmente el comercio y
el transporte vinculados a la dinámica binacional con Encarnación (Paraguay), habrían
sostenido los altos valores en este aglomerado, a pesar de la caída de la curva en 2001
por la crisis que afectó a todo el país. Asimismo, la marcha positiva del empleo,
indirectamente permite asociarla con los menores índices de pobreza que tiene la ciudad
en el censo de 2001.

Figura Nº 2

Tasa de Empleo. Capitales del NEA,


40
mayo 1990 a mayo 2003

35

30

25

O nd as
Corrient es Resist encia Formosa
Posadas Promedio nacional

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

113
La capital chaqueña muestra una situación más fluctuante y en descenso entre
principios y fines de la etapa analizada; aunque con una caída notoria en el primer
quinquenio de los ´90 prosiguiendo una marcha similar a la media nacional. En cambio,
la caída en 1998 podría ser consecuencia de las inundaciones por el fenómeno de El
Niño que significó grandes pérdidas en las actividades agrícolas y probablemente, una
retracción en las actividades terciarias de la ciudad, asociada con el sector rural.
Posteriormente la marcha se vuelve más heterogénea, y solamente alcanza a superar el
30% en 1997, 2000 y 2003, es decir en forma trienal. Las causas que posiblemente
provocaron el incremento del empleo en este último tiempo están relacionadas con la
aplicación de los planes sociales y el desarrollo de la construcción, aunque en
condiciones de informalidad. Estas condiciones del empleo, no conforman un marco de
acción positivo para los habitantes que vivían en condiciones de carencias y
contribuirían con los altos valores de pobreza en el aglomerado.

En Corrientes, hay dos ciclos notorios: una desaceleración del empleo durante
los primeros cuatro años con un aumento en los otros cuatro, y una nueva retracción
producto de la incertidumbre política de la provincia con un nuevo crecimiento del
empleo (a razón de un punto porcentual anual) hasta finales del período. Asimismo, se
destaca por ser el aglomerado dónde la tasa no cae durante la crisis nacional del 2001 y
la razón podría obedecer a la reactivación de los proyectos relegados por la crisis
institucional de la provincia del año 1999, especialmente en la construcción y el
comercio. Respecto a esto último, cabe acotar que desde principios del 2003 se reactivó
la actividad portuaria, con lo cuál creció el movimiento comercial de esta ciudad.

Formosa es una localidad fronteriza, que ha mantenido cierta regularidad en el


primer quinquenio de la década, probablemente por su vinculación comercial con la
ciudad de Alberdi; pero después ha tenido fluctuaciones importantes y un brusco
descenso de 6 puntos entre 1998 y 2002, por retracción en la oferta laboral. A partir de
este último año, repunta con la implementación en las políticas de empleo
especialmente del ámbito municipal. Asimismo, se debe considerar la existencia de una
economía subterránea, dónde existen actividades ilegales como el contrabando (Bauer
et. al., 2000). En todos los casos, en los momentos de mayor crecimiento del empleo no
siempre fue en condiciones legales y sí con incremento de los casos de precariedad, que
pudo haber sido un factor negativo que acentuó los valores mayores de pobreza en esta
ciudad

114
Una similitud de las cuatro ciudades está en la particularidad de mostrar un
aumento del empleo en los períodos electorales y en las primeras etapas de aplicación
de los programas sociales. Asimismo, a partir del 2003 se va a producir una
recuperación de las tasas de empleo en todas las capitales del NEA, pero los altos
índices de desocupación van a mostrar las condiciones deficientes que existen dentro de
la economía para generar condiciones de trabajo que permitan que los hogares pobres
satisfagan sus necesidades básicas.

4.5.3. La situación del desempleo en las capitales provinciales

En lo que respecta a la tasa de desempleo (Figura Nº 3), se observa una marcha


ascendente del promedio nacional no sólo por reflejo de las carencias estructurales
generadas por el modelo socioeconómico aplicado en la década de 1990, también el
aumento de la desocupación fue acompañado con una tasa positiva del empleo pero a
costa de un crecimiento de las actividades informales. En este caso, es producto de la
incorporación de personas como trabajadores secundarios o adicionales (sobre todo
jóvenes, mujeres y adultos mayores), como parte de una estrategia familiar ante la
pérdida de empleo y/o ingresos del principal perceptor del hogar. No siempre esta
estrategia fue exitosa, ya que durante los ‘90 sólo habrían mejorado su empleo las
mujeres de 20 a 34 años y de más de 50 años, pero a través de empleos cuentapropistas
o de baja productividad (SIMEL, 1999). Todas estas condiciones se sumaron para
acrecentar la desigualdad y la pobreza a nivel nacional y especialmente en los
aglomerados del NEA.

Observando la evolución de las curvas del desempleo en las cuatro capitales, el


gráfico muestra que ha excepción de ciertos períodos, los valores han logrado
mantenerse por debajo del promedio nacional aunque esto no fue un aliciente para
mejorar los indicadores de pobreza. Por otra parte, la evolución de las curvas permite
reconocer tres etapas bien definidas: un incremento de la desocupación entre 1990 y
1995, un “estancamiento” en el siguiente quinquenio y un nuevo aumento hasta el 2002.
Las causas que provocaron el aumento del desempleo a nivel nacional ya fueron
mencionadas con anterioridad, mientras que la etapa de “estabilidad” ocurre porque la

115
población no buscaba empleo al considerar que no existían posibilidades de acceder a
uno, o sea, el efecto del “trabajador desalentado” (Paz, 1999).

Asimismo, otra de las causas del crecimiento de la tasa de desempleo es


producto de la contracción de la tasa de empleo y por el acrecentamiento de la tasa de
actividad. Este comportamiento, por lo general, es adjudicado al denominado “efecto
trabajador adicional” que consiste, básicamente, en el ingreso al mercado laboral de
personas inactivas pertenecientes a familias con componentes que han perdido el
empleo. Esta situación, aparentemente tendría una mayor relevancia en Corrientes y el
Gran Resistencia, de acuerdo a la evolución de las curvas de las tasas de actividad y
empleo.

Creemos que, en el caso del Gran Resistencia se pueden sumar otros factores, ya
que la evolución positiva del desempleo hasta 1996 fue por los inconvenientes que
experimentó la industria textil localizada en la ciudad, como producto de la apertura
externa abrupta conjuntamente con el acentuado encarecimiento del crédito a la pequeña
y mediana empresa industrial y la contracción de la actividad algodonera por la caída de
los precios y la sustitución de la materia por las fibras sintéticas. A ello, se suman las
catástrofes naturales (sequías y especialmente inundaciones) que actuaron como
elemento desencadenante para provocar la migración de un número importante de
población del interior provincial, con destino a la capital provincial y con dificultades
para acceder a los puestos de trabajo (Mignone, 2003, 2005, 2008).

En cuanto al perfil de los desempleados, más de 70% de los asalariados que


habían perdido sus empleos carecía de descuento jubilatorio en la última ocupación. El
resto de los desempleados provenía de un empleo autónomo, en su mayoría (86%) de
ocupaciones informales (Braier, 2004). La fuerte incidencia del sector informal y una
presencia del sector público relativamente baja en relación con el promedio regional son
otras características destacadas de la estructura del empleo del Gran Resistencia. Por
otra parte aumentó la presencia de trabajadores por cuenta propia no profesionales y del
servicio doméstico. En todos los casos, se transformaron en agentes que no pudieron
mejorar los indicadores de pobreza del Gran Resistencia, para principios del siglo XXI.

116
Figura Nº 3

Tasa de Desocupación. Capitales del


25
NEA, mayo 1990 a mayo 2003

20

15
%
10

O nd as
Corrient es Resist encia Formosa
Posadas Promedio nacional

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

La tasa de desocupación en Corrientes tuvo inicialmente una tendencia


declinante hasta 1993, pero luego ascendió a razón de 2,5 % hasta alcanzar casi el 20%
en octubre del 2001, indicador superior a las restantes ciudades del NEA e incluso al
promedio nacional. El desempleo aumentó porque la tasa de actividad se incrementó
más que la tasa de empleo, sumándose la coyuntura del año 1999, en razón de la crisis
político institucional de la provincia. A esto, se debe sumar la fuerte caída del empleo
privado formal y estable, registrándose, por oposición, un aumento de la categoría de
trabajadores independientes y de los niveles de informalidad e inestabilidad, que son
expresión de la subutilización de la mano de obra. Mientras que el descenso de la tasa,
posterior al año 2002, podría ser consecuencia del crecimiento de los planes Jefes y
jefas de Hogar (Novacovsky y Bustos, 2005), a lo que creemos se suman la
incorporación en empleos municipales y por el incremento de la subocupación horaria.

La capital misionera se ubica entre las capitales del NEA con menor tasa de
desocupación. Se podría considerar que este comportamiento se debió, en parte, a la
baja propensión de las mujeres a insertarse en el mercado de trabajo (Bauer et. al,
2000). Asimismo, se sumaron otros factores tales como la fuerte incidencia de la
informalidad y la subocupación de la fuerza de trabajo, que consideramos habría
moderado el crecimiento del desempleo que se mantuvo en cifras de un solo dígito
(excepto mayo de 1994 y de 2002) y marcadamente inferiores a los otros aglomerados

117
del NEA. De los aspectos mencionados, creemos que se debería considerar como
principal factor al acrecentamiento del subempleo, ya que este componente explica que
la tasa de subutilización de la fuerza de trabajo haya sido creciente en el tiempo,
ascendiendo al 26.7% en octubre de 2002, siendo el promedio nacional 19.9%. A
diferencia de lo que ocurrió con el conjunto urbano nacional, en el aglomerado Posadas
el subempleo fue persistentemente más alto que el desempleo y las migraciones del
interior de la provincia de Misiones, al no poder ser absorbida en una proporción
significativa por el empleo público, derivó hacia el cuentapropismo informal (Bauer et.
al, 2000).

Formosa es otro aglomerado donde el desempleo creció, colaborando para que los
indicadores de pobreza no aumenten en el 2001. Al igual que Posadas, la evolución de
la tasas está vinculados al crecimiento del desempleo oculto y a los roles funcionales del
empleo público en ciudades capitales del interior argentino. Entre otras pruebas, además
de evidencias sobre el comportamiento de los trabajadores potenciales desalentados que
no ingresan al mercado laboral, se han sugerido asociaciones entre el incremento de la
participación laboral y el aumento del desempleo (Zurita, 1994, 1997). Por lo tanto, los
que habrían contribuido a la escalada de la desocupación serían los nuevos trabajadores
y las dificultades coyunturales en actividades de fácil acceso como (por ejemplo) la
construcción.

4.5.4. El fenómeno de la subocupación en el NEA

La subocupación es otro fenómeno que ha crecido progresivamente en los


aglomerados del NEA, ya desde 1991 (Figura Nº 4). En este caso, se ha representado la
tasa de subocupación117, y en forma opuesta a lo que sucede con la desocupación,
Posadas es el aglomerado que tiene mayores porcentajes en todo el período, por encima
de las restantes capitales de la región e incluso del promedio nacional. En efecto, este
fenómeno se ha acrecentado en la ciudad y si bien es un elemento que muestra la
precariedad y la informalidad laboral, de alguna manera se transforma en un elemento
que sirve para atenuar parcialmente las condiciones de pobreza extrema en esta ciudad.

117
Sumando la subocupación demandante y la no demandante.

118
Figura Nº 4

Tasa de Subocupación. Capitales del


30
NEA, mayo 1990 a mayo 2003
25

20

15

10

Ondas
Corrientes Resistencia Formosa
Posadas Promedio nacional

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

El aglomerado del Gran Resistencia también muestra tasas próximas al


promedio nacional, incluso en los primeros años de los ´90 con valores mayores a la
media nacional. Tal vez, la marcha no tiene el gradiente de Posadas, pero la
subocupación ha sido un reflejo que muestra un importante conjunto de población
trabajando una menor cantidad de horas que las que desearía tener. El aumento de esta
situación, se podría asociar con las dificultades o escasas oportunidades de empleo y la
marcha positiva de la desocupación que deja, especialmente a la población en
condiciones de pobreza ante la opción de emplearse en actividades de medio tiempo y
con marcadas condiciones de informalidad.

La ciudad de Corrientes, se ha mantenido con tasas levemente inferiores al


promedio nacional, con una curva que ha tenido una marcha creciente entre 1991-95 y
99-2002. Esta última etapa es la más destacada, ya que tuvo un crecimiento continuo
que estaría asociado con lo que se mencionara anteriormente: la caída del empleo
privado formal y el incremento de los trabajadores independientes. De cualquier
manera, la subocupación no parece ser un elemento que haya colaborado para disminuir
la pobreza.

La subocupación es una actividad que permite paliar en cierta medida, los


ingresos de los grupos carenciados, pero la tasa es la más baja en la ciudad de Formosa,

119
lo que no pudo contribuir para contrarrestar los indicadores de pobreza y la exclusión
social.

4.5.5. La distribución del ingreso en los deciles pobres

Durante la década de 1990, las transformaciones en las estructuras productivas


provinciales, la prolongada recesión económica nacional y el aumento de la
desocupación provocaron una caída de los ingresos individuales y familiares, que se
estimaba en el orden del 35% para las capitales del NEA. Así, de un descenso de
alrededor del 1,5% desde 1995, la caída alcanzó al 10% anual a partir del año 2000.
Esta situación es todavía más grave en algunas provincias; las pérdidas en el poder
adquisitivo a partir de 1995 fueron importantes lo que agravó las situaciones ya críticas
en jurisdicciones como Formosa, Misiones y Chaco, que tienen los ingresos más bajos
del país y sufrieron una caída superior al 30% (PNUD, 2002:70).

Según Bustelo y Luchetti (2004), entre 1996 y 2001 la incidencia de la pobreza


medidas tanto por la línea de pobreza como la de indigencia118 aumentó
primordialmente en las cuatro capitales del NEA, y se reconocía que el 60% de la
población de la región se encontraban bajo la línea de pobreza.

Los trabajadores de los primeros deciles de ingreso son el conjunto que han
sufrido una pérdida mayor, justamente por el bajo nivel de ingreso de sus habitantes y
por la elevada inequidad en comparación con los deciles más altos. Asimismo, este
conjunto conforma el grupo con extrema pobreza que, como veremos en el próximo
capítulo, se localiza en la periferia de la ciudad.

118
Los autores utilizaron la Tasa de Incidencia (FGT0) que mide sobre el total de la población, la
proporción de individuos cuyos ingresos son inferiores o iguales a la línea de pobreza, o inferiores o
iguales a la línea de indigencia.

120
Figura Nº 5

Relación percentil 10/1 en las capitales del NEA.


Mes de octubre 1990 - 2002
25

20

15

10

5
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
A ño
Corrient es Resistencia Formosa Posadas

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

Considerando por el momento las ondas del mes de octubre, en la figura Nº 5 se


puede observar como han crecido las diferencias en la brecha de los ingresos entre el
decil 1 (más pobre) y el decil 10 (más rico). En efecto, es interesante ver como aumenta
la diferencia en Resistencia, Formosa y Posadas, más acentuadas a partir de 1997;
mientras que en Corrientes la brecha alcanzó una marcha negativa en el bienio 97/99,
justamente con la crisis institucional de la provincia que tuvo probablemente su
correlato en un estancamiento en los ingresos de la clases sociales con mayor poder
adquisitivo.

Se observa que para el año 2001, la desigualdad es más acentuada en Formosa y


Resistencia, lo que indirectamente está vinculado con los mayores indicadores de IPMH
patrimonial y convergente. Esta desigualdad va a colaborar para generar condición de
segregación espacial, como veremos en el capítulo Nº 6.

Por otra parte, para analizar la evolución del ingreso, se han tomado las dos
variables que provee la Encuesta Permanente de Hogares: Ingreso medio per cápita
familiar y el Ingreso medio total familiar. En este caso, se ha representado la evolución
del ingreso medio total familiar del período durante los meses de octubre, calculado
mediante el Coeficiente de Gini, que permite reconocer las diferencias en la distribución
del ingreso (Figura Nº 6). En efecto, como puede verse en Resistencia, Formosa y
Posadas, las diferencias se han acrecentado notoriamente, especialmente desde 1995.

121
Las dos primeras ciudades, son justamente la que encabezan el índice de desigualdad y
por lo tanto son los aglomerados que muestran mayores valores relativos de población
carenciada, transformándolas en las “capitales más pobres” de la región NEA.

Menor desigualdad tendría la ciudad de Corrientes, lo que contribuiría para que


los indicadores de pobreza sean “relativamente” inferiores a los restantes aglomerados.

Asimismo, se ha representado la evolución del ingreso medio per cápita familiar


de los primeros cuatro deciles a fin de analizar la trayectoria de los ingresos en pesos
nominales, obtenidos por los hogares perceptores. En la figura Nº 7 se puede observar la
similitud en los cuatro aglomerados, con una curva que asciende hasta 1995 ya que
estos deciles lograron alcanzar ciertas mejoras relativas en términos de remuneraciones
laborales, aunque posteriormente afectado porque la inserción laboral fue en forma
precaria. Posteriormente la curva de los ingresos desciende gradualmente hasta mayo de
2002, probablemente por el incremento en los indicadores de subocupación y
desocupación abierta y se consolidó la tendencia de un mayor esfuerzo laboral con
menores remuneraciones a través del aumento de la informalidad (Litterio, 2006).

Figura Nº 6

Coeficiente de Gini del Ingreso total Familiar.


0,490
Capitales NEA. Ondas de Octubre 1990-2002

0,460
Coef.

0,430

0,400

0,370

O nda s
Gran Resistencia Co rrrientes Fo rmo sa P o sadas

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

El leve crecimiento en 2003, creemos que se debe fundamentalmente al aporte


que proveen los planes sociales. Analizando la distribución del ingreso familiar, se

122
puede generalizar que las cuatro ciudades estudiadas presentan un coeficiente de Gini
promedio de 0,45 -valor intermedio pero alejado de cero- lo cual permite deducir que en
el NEA no es equitativa la distribución familiar de los ingresos, viéndose afectado los
primeros deciles que no han incrementado sus haberes durante los `90, sumiéndolos en
la extrema pobreza.

Si se describe la evolución de las curvas, los aglomerados de Formosa y


Resistencia se asemejan en su recorrido, con ingresos que desde 1995 se deterioran y
provocan un aumento y consolidación de los casos de pobreza extrema. La marcha
negativa para la capital correntina119 comienza desde 1999, consecuencia también del
aumento de la desocupación.

Figura Nº 7
Ingreso Medio Per Cápita Familiar en las capitales del NEA. Mayo 1990-2003

Ingreso Medio Per Cápita Familiar. Gran Ingreso Medio Per Cápita Familiar. Gran
Corrientes, Mayo 1990/2003 Posadas, Mayo 1990/2003

130 130

104 104

78 78
$ $
52 52

26 26

0 0

Ondas Ondas
Decil 1 Decil 2 Decil 3 Decil 4 Decil 1 Decil 2 Decil 3 Decil 4

Ingreso Medio Per Cápita Familiar. Gran Ingreso Medio Per Cápita Familiar. Formosa,
Resistencia, Mayo 1990/2003 Mayo 1990/2003

130 130

104 104

78 78
$ $
52 52

26 26

0 0

Ondas Ondas
Decil 1 Decil 2 Decil 3 Decil 4 Decil 1 Decil 2 Decil 3 Decil 4

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

119
La ausencia de datos correspondiente al ingreso medio per cápita familiar en la ciudad de Corrientes
para el año 2002, obedece a que los mismos no fueron publicados por el INDEC.

123
Posadas es la única ciudad que tiene curvas estables hasta 1999, posiblemente
como consecuencia de la relación con la actividad yerbatera, forestal y el comercio
fronterizo, aunque probablemente en condiciones de informalidad laboral.

Observando solamente el trazado de la curva del decil Nº 1 en las cuatro


ciudades (Figura Nº 8), la marcha muestra una primera etapa donde los ingresos
aumentan hasta 1993, y luego un deterioro contínuo hasta el año 2002 cuando hay un
leve repunte en la situación macroeconómica del país sumado a la fuerte aplicación de
los planes sociales en las capitales provinciales que integran el Nordeste Argentino. Las
etapas donde las curvas muestran incrementos esporádicos, coinciden con las etapas
preelectorales.

La caída del ingreso para las estratos más bajos de la escala social, mantienen o
acentúan las condiciones de pobreza, obligándolos a realizar actividades laborales
informales, impidiendo la posibilidad de mejorar el capital físico (acceso a la propiedad
y a la vivienda, provisión de servicios, etc.) y limitando el ascenso social de los mismos.

Figura Nº 8

Ingreso Per Cápita Familiar del Decil Nº 1.


Capitales del NEA, Mayo 1990/2003
60

50

40

$ 30

20

10

Ondas
Corrientes Resistencia Formosa Posadas

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

124
4.5.6. La actividad laboral en los deciles pobres

El análisis de las categorías ocupacionales que desarrolla la población de los


primeros deciles de ingreso, permitió identificar la situación laboral y el tipo de
actividad que desempeñan los habitantes de los hogares pobres. En este caso, con fines
ilustrativos, solamente se han representado las ondas correspondientes a los meses de
octubre del período en estudio.

La figura Nº 9 correspondiente al grupo de los asalariados en los deciles 1 a 4,


revela una curva descendente para las cuatro ciudades, producto que muchas de estas
personas quedaron desempleadas y pasaron a integrar el conjunto de los no asalariados
como puede apreciarse en la figura Nº 9. También, es importante observar como la
evolución de las curvas tienden a acentuarse a partir de 1995, cuando las tasas de
desocupación se incrementan a nivel nacional y en la región, con lo cuál se puede
establecer que los grupos más pobres se vieron directamente afectados por el
crecimiento del desempleo, que les impidió la posibilidad de un acceso laboral pago y
en condiciones formales. Esta condición, es más visible en Formosa120 y Gran
Resistencia, con una curva fluctuante pero con tendencia negativa, mientras que la
curva de los no asalariados muestra un aumento rápido. En este caso, es el Gran
Resistencia quién ha mantenido porcentajes altos de no asalariados a lo largo del
período, revelando limitaciones en las condiciones de empleo de los grupos carenciados
y directamente provocando que los indicadores de pobreza se mantengan en valores
elevados en esta ciudad.

120
La EPH correspondiente a la onda de octubre de 1993, para la capital formoseña, no cuenta con
información sobre las categorías ocupacionales de los diferentes deciles de ingreso.

125
Figura N 9
Asalariados y no asalariados del decil 1 a 4. Capitales del NEA, octubre 1990-2002

Asalariados del Decil 1 a 4. Onda mes de octubre No Asalariados del Decil 1 a 4. Onda mes de octubre
1990-2002 1990-2002

90 50

80 40

70 % 30

60 20

50 10
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002

Onda s Onda s

Co rrientes Fo rmosa P osadas Gran Resistencia Co rrientes Fo rmosa Po sadas Gran Resistencia

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

En Posadas y Corrientes la curva de los asalariados es descendente pero menos


prominente, incluso con etapas positivas generalmente coincidente con períodos
eleccionarios.

Asimismo, se ha representado la rama de actividad que desarrollan los asalariados


de los primeros deciles en cada ciudad (Figura Nº 10) y según la información que
provee la encuesta permanente de hogares para el mes de octubre (Anexo IV). En
primer lugar, la población de los estratos más bajos se dedica primordialmente a los
servicios y si bien la EPH no publica cada componente de este rubro, se estima que la
mayor parte estaría involucrada en actividades asociadas con el empleo público
(Lindenboim, 2000) y labores más bajas dentro de la escala laboral. Al observar el
trazado de las curvas, se observa un ascenso brusco en el año 1995 en Formosa y el
Gran Resistencia, que puede obedecer a un error en el dato de origen121.

La población involucrada en el sector industrial es menor, probablemente por el


escaso desarrollo de esta actividad en las cuatro ciudades. Si bien los porcentajes son
ínfimos, cabe destacar la caída de la actividad en Posadas, por las dificultades
coyunturales en la actividad yerbatera y forestal.

121
Se ha controlado pormenorizadamente la BUA puntual de 1995 para ambos aglomerados, y se estima
que hay un error de origen con el dato representado.

126
El rubro de la construcción es una actividad importante para la población de
escasos recursos. Sin embargo, los inconvenientes experimentados por la actividad
durante la segunda mitad de la década, provocaron caídas en el porcentaje de
trabajadores.

El comercio fue una buena oportunidad laboral, con la fase positiva entre 1995 y
1999, especialmente en el Gran Resistencia con la apertura de comercios de origen
asiático. No obstante, la informalidad fue una constante en los trabajadores de estos
deciles.

Figura Nº 10
Asalariados del decil 1 a 4, según rama de actividad. Capitales del NEA, octubre
1990-2002

Decil 1 a 4 ocupado en el sector servicios. Onda Decil 1 a 4 ocupado en el sector comercial.


mes de octubre 1990-2002 Onda mes de octubre 1990-2002

90 20

80
15
70

60 10

50
5
40

30 0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002

Ondas Onda s

C o rrie ntes F o rmo s a P o s a da s Gra n R e s is te nc ia Co rrientes Fo rmo sa Po sadas Gran Resistencia

Decil 1 a 4 ocupado en el sector de la construcción. Decil 1 a 4 ocupado en el sector industrial. Onda


Onda mes de octubre 1990-2002 mes de octubre 1990-2002

15 9

12

6
9

6
3
3

0 0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002

Onda s Onda s
Co rriente s F o rmo s a P o s a da s Gra n Res is tenc ia Co rriente s F o rmo s a P o s a das Gra n Re s is tenc ia

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

127
4.5.7. La vivienda y la pobreza

En esta instancia, también interesa conocer el régimen de tenencia de la vivienda


de la población en condiciones de pobreza. Para ello, se utilizaron los datos de la EPH
correspondiente al mes de octubre, donde se identifican a los hogares por el ingreso per
cápita familiar (en este caso decil 1 a 3) asociado con el tipo de tenencia.

La representación de las curvas permite conocer que en las cuatro ciudades


mayormente los hogares correspondientes a los deciles pobres son propietarios de la
vivienda, aunque la EPH no permite discriminar si también son dueños del terreno
(Figura Nº 11). No obstante, la información permitiría aseverar que los grupos pobres
intentan residir en una morada propia, mientras que la opción del alquiler no es la
principal alternativa de residencia, porque prima la cuestión de los ingresos familiares.

En segunda instancia, existen otros tipos de regímenes de tenencia que


corresponden a ocupantes de pago de impuestos/expensas, ocupantes en relación de
dependencia, ocupantes sin permiso, ocupantes cuya vivienda está en sucesión y otras
situaciones no contempladas previamente (INDEC, 2002).

Se observan diferencias al comparar las ciudades, por ejemplo en Resistencia y


en Posadas el porcentaje de hogares propietarios no supera el 60% con una curva, que
en el caso de la capital chaqueña tiene un descenso entre 1997 y 2000 ya que se
incrementan otros tipo de tenencia, especialmente las ocupaciones de terrenos en forma
ilegal (Mignone, 2008).

Después del 2000, la curva vuelve a ascender y creemos que la contínua


incorporación de los planes sociales y los diferentes planes de vivienda social, pudieron
haber sido los motivos para que los hogares busquen alcanzar su propia vivienda. Por
otra parte, en Posadas es importante el porcentaje de hogares residiendo bajo otros tipos
de régimen de tenencia de la vivienda, especialmente en asentamientos informales
localizados en la periferia de los aglomerados.

128
Figura Nº 11
Régimen de Tenencia de la Vivienda de los deciles 1 a 3. Capitales del NEA,
octubre 1990- 2002
Régimen de Tenencia de la Vivienda. Deciles 1 a 3. Régimen de Tenencia de la Vivienda. Deciles 1 a 3.
Gran Resistencia Gran Corrientes

90 90

75 75

60 60

% 45 % 45

30 30

15 15

0 0

O nd as O nd as

P ro pietario Inquilino Otro s regímenes Pro pietario Inquilino Otro s regímenes

Régimen de Tenencia de la Vivienda. Deciles 1 a 3. Régimen de Tenencia de la Vivienda. Deciles 1 a 3.


Formosa Gran Posadas

90 90

75 75

60 60

% 45 % 45

30 30

15 15

0 0

O nd as O nd as

Pro pietario Inquilino Otro s regímenes Pro pietario Inquilino Otro s regímenes

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. EPH Puntual
1990-2003.

Durante el período de estudio, los aglomerados de Corrientes y Formosa son los


que tienen mayores porcentajes de hogares propietarios de la vivienda, especialmente en
la capital correntina se observa como la curva crece desde 1993, probablemente por las
progresivas inversiones en la construcción de los planes habitacionales que redundaron
en el acceso a estos por parte de la población con bajos recursos.

4.6. Recapitulación

Mediante la aplicación del Índice de Privación Material de Medios de Vida, se


ha podido conocer la evolución espacial de la pobreza entre 1991 y 2001. La misma
indica que las cuatro ciudades han incrementado positivamente la pobreza durante el

129
decenio, con 8% en los casos de baja capacidad de subsistencia y del 5% con muy baja
capacidad y este aumento se ha consolidado en las periferias de las ciudades.

Las áreas centrales de las cuatro ciudades siguieron presentando mejores


situaciones económicas, pudiendo tener algunas unidades censales con mayor número
de jóvenes estudiantes universitarios, que no trabajan y por eso el IPMV los considera
con baja capacidad.

La localización de los hogares con baja capacidad, atiende a los lugares que
presentan dificultades físicas y ambientales como la proximidad de ríos, arroyos o
lagunas, con barrios que arrastran pobreza estructural de varias décadas; a ello se suman
los nuevos barrios planificados, donde se encontrarían los casos de pobreza por
ingresos. Por otra parte, las acciones llevadas a cabo desde los diversos estamentos
públicos y con el objeto de generar mejores condiciones de vida, no han logrado reducir
los casos de pobreza urbana.

Si se consideran los valores absolutos, hay mayor número de casos en el Gran


Resistencia. Luego seguiría el Gran Corrientes, continuando con el Gran Posadas y con
el menor valor está Formosa. Sin embargo, con el fin de comparar los datos
interurbanos, se han utilizado los valores relativos de cada aglomerado, estableciendo
un orden de la pobreza, donde la ciudad de Corrientes cuenta con menores porcentajes,
seguido por el Gran Posadas, luego Gran Resistencia y con los mayores registros
aparece Formosa.

En el Gran Corrientes, se destaca el cuadrante norte-noreste y el sureste con los


barrios que se han caracterizado por tener los peores indicadores de pobreza, que se
localizan en terrenos bajos y próximos a la ribera del río Paraná. Asimismo, se
consolida en las áreas de crecimiento de la ciudad, que abarcan el este de la ruta
nacional Nº 12 y se prolongan entre la ruta provincial Nº 5 y la avenida Centenario, o
bien por el cuadrante sur, localizados entre la avenida Maipú y las vías del ferrocarril
“Mesopotámico”.

Corrientes ha tenido durante los `90, el aumento de la desocupación abierta por


falta de empleo y una evolución menos dinámica del subempleo. Esto habría influido en
el crecimiento absoluto de los hogares con baja capacidad de subsistencia, no pudiendo

130
mejorar sus ingresos y manteniéndose en los estratos más bajos. A pesar del ello,
comparativamente es la capital que tiene menores porcentajes de hogares con baja
capacidad de subsistencia.

En el Gran Posadas, hay un importante número de radios donde disminuye el


valor IPMV con baja capacidad entre 1991-2001, ya que el aglomerado ha mantenido
una alta tasa de empleo, mayormente en actividades terciarias y en actividades propias
de la dinámica binacional y comercial con Encarnación, que mantuvo la subocupación
en valores importantes y evitó un incremento acelerado de la pobreza. No obstante, los
radios censales con mayores porcentajes de IPMV, abarca todo la periferia sur-sureste y
oeste, en las proximidades de la ribera del Paraná, prolongándose hacia el sur por la ruta
nacional N° 12 o por el oeste, cercanos al aeropuerto “Libertador General San Martín”.

En la capital chaqueña hay un fuerte incremento de los hogares con baja


capacidad de subsistencia, que bordea casi toda la periferia del aglomerado. Los casos
más importantes se reconocen en las áreas de expansión urbana por el noroeste y el sur-
sureste de la ciudad de Resistencia, el oeste de Fontana, el sur de Puerto Vilelas y el
sector norte de Barranqueras. Han influido la baja tasa de actividad, la caída del empleo
como resultado de la destrucción de los puestos de trabajo, el aumento notorio de la
desocupación y el descenso de la subocupación abierta.

Formosa también ha tenido un fuerte crecimiento del IPMV, entre 0 y 0,49 con
las peores situaciones coincidiendo con las áreas de expansión del norte y oeste del
aglomerado. Esta ciudad y la capital chaqueña son las dos urbes que a lo largo de la
década de 1990, han tenido una débil tasa de actividad y de empleo, con una pérdida
neta de los puestos de de trabajo que no pudo compensar la subocupación. Uno de las
dificultades es que el empleo público no permite incorporar un número mayor de
agentes, a lo que se suma las dificultades para mejorar las arcas provinciales, quedando
supeditado muchas veces a la marcha del empleo privado.

131
Las limitaciones laborales de la población con baja capacidad de subsistencia en
las cuatro capitales, está condicionada por el bajo nivel educativo que poseen, más aún
considerando que las exigencias del mercado actualmente requieren la educación de
nivel secundario completo. Las opciones primordiales para las personas, muchas veces
se ven restringidas a tareas que requieren menor nivel educativo, como la construcción
para los hombres y servicio doméstico para las mujeres, o bien la inserción en tareas
poco remuneradas.

Por otra parte, el acceso al terreno y a la vivienda propia, son elementos vitales
para la calidad de vida de las personas. Gran parte de los hogares pobres, no tienen la
seguridad del terreno propio y esto se traduce en acciones que conllevan a la ocupación
de tierras, o bien la propia condición de informalidad de las parcelas provoca que las
personas no mejoren la infraestructura de sus viviendas.

En conclusión, la pobreza aumentó en las cuatro capitales y las condiciones de


trabajo empeoraron, o sea que una de las causas está relacionada con la evolución
negativa del empleo, el incremento del desempleo y de las propias condiciones de
informalidad laboral, que en forma directa contribuyeron para que los índices de
pobreza se incrementen entre 1991 y 2001.

132
Capítulo Nº 5
La pobreza a principios del siglo XXI

5.1. Una primera aproximación: la estandarización de las variables

Como se dijera anteriormente, para determinar el perfil sociodemográfico de la


población localizada en las capitales del Nordeste Argentino y poder identificar los hogares
que presenten condiciones de pobreza, se utilizaron los datos correspondientes al Censo
Nacional de Población y Vivienda de 2001, analizándolo a través del uso del software
REDATAM+SP desarrollado por CELADE- CEPAL que permitió procesar la información
contenida en bases de datos comprimidas y muy extensas, como las provenientes de censos de
población completos122.

Se seleccionaron un conjunto de variables simples, relacionadas con condiciones


sociodemográficas y de índole económica, factibles de aplicarse en el estudio de la pobreza
urbana en las capitales del NEA. Se realizó el procesamiento estadístico de los indicadores
correspondientes a condiciones de infraestructura edilicia de la vivienda, de las
condiciones sanitarias, el hacinamiento y el régimen de tenencia de la vivienda. Asimismo,
se utilizaron las variables de índole social, relacionadas con la educación, la calidad de
vida y la capacidad de subsistencia, como indicadores aproximados de los niveles de
pobreza.

Los indicadores representados cartográficamente en los cuatro ejidos urbanos


capitalinos, permiten observar la distribución espacial del fenómeno para el año 2001,
realizando una primera aproximación geográfica de los espacios dónde la pobreza se
manifiesta con mayor intensidad.

Las variables utilizadas en esta primera instancia fueron las siguientes123:

122
A través de los microdatos, es decir datos o variables referidas a individuos, viviendas, hogares u otros
elementos de información se pueden generar diversas tabulaciones para cualquier área geográfica definida por el
usuario.
123
En el Anexo V se presentan cada una de las variables y los indicadores utilizados en la base Redatam+SP
2001.

133
Variables Denominación
Viviendas particulares deficientes VIVDEFIC
Paredes exteriores de la vivienda con materiales deficientes PARED
Techo precario de la vivienda TECHO
Piso de tierra u otros PISO
Combustible principal utilizado para cocinar: leña o carbón LENACARB
Provisión de agua fuera de la vivienda y del terreno AGUA
Servicio sanitario (inodoro sin descarga de agua, sin inodoro o sin baño) SINNODOR
Hacinamiento (más de 2 personas por cuarto) HACINAMI
Régimen de tenencia del terreno y de la vivienda REGTENEN
Servicio de obra social y/o mutual OBRASOCI
Maternidad adolescente MATERNID
Población ocupada no calificada NOCALIFI
Población ocupada no aporta para jubilación NOAPORTA
Población analfabeta ANALFABE
Jefe de hogar y cónyuge desocupado JEFEDESO
Hogares sin heladera SINHELAD

Como los datos de cada variable están en valores absolutos, es engorroso alcanzar
una comparación entre las mismas. Para solucionar esta cuestión, se realizó la
estandarización de las variables, como un procedimiento inicial de tratamiento para
transformar los datos originales llevándolos a una misma unidad de medida y con ellos
hacerlo comparables (Buzai, 2003).

Se efectuó un proceso de estandarización por rango que permitió llevar al grupo de


variables a escalas comparables constituyendo una matriz de datos estandarizados (MDZ).
El puntaje estándar se calculó considerando la sumatoria (Σ), el promedio () y el desvío
estándar (s) de cada variable en cada columna, y luego se obtuvo el puntaje “Z” para cada
una de las mediciones individuales de acuerdo con la siguiente fórmula:

Z= Xi – 
s

donde Xi es la medición para la unidad espacial de rango i,  es la media aritmética y s es


el desvío estándar. De esta manera, cada uno de los datos originales se transforma en un
puntaje que se desvía en valores positivos y negativos respecto de = 0 y s =1. La
información fue trabajada estadísticamente a través del software SPSS 11.5, mientras que
para la dimensión espacial de las variables y de los factores determinantes, especialmente
los geográficos ambientales, se hizo uso de técnicas geográficas geo-referenciadas a través
del sistema ArcView 3.1 y Arc Gis 9.2.

134
5.2. La cartografía de las variables seleccionadas, en puntaje estándar

El puntaje Z fue calculado sobre los desvíos estándar, considerando ocho variables
seleccionadas teniendo en cuenta su amplia utilización en la medición sobre la pobreza.
Las mismas fueron:

Variable Denominación
Viviendas particulares deficientes VIVDEFIC
Combustible principal utilizado para cocinar: leña o carbón LENACARB
Provisión de agua fuera de la vivienda y del terreno AGUA
Servicio sanitario (inodoro sin descarga de agua, sin inodoro o sin baño) SINNODOR
Hacinamiento (más de 2 personas por cuarto) HACINAMI
Régimen de tenencia del terreno y de la vivienda REGTENEN
Servicio de obra social y/o mutual OBRASOCI
Población analfabeta (10 y más años) ANALFABE

Las restantes variables (consideradas en un primer momento) también fueron


estandarizadas y como los resultados obtenidos muestran una representación cartográfica
semejante, entonces se optó por presentarlos en el Anexo VI.

La cartografía confeccionada facilita la comparación entre los cuatro aglomerados


porque las variables tienen las mismas unidades de referencia, donde los intervalos
utilizados muestran cuanto se desvían los valores de la media aritmética; de esta manera
los desvíos altos estarían asociados con áreas que presentarían las peores condiciones
según la variable utilizada. Los desvíos que tienen valores negativos estarían relacionados
con espacios donde la población tiene una mejor condición socioeconómica y de calidad de
vida.

Asimismo, se ha optado por incorporar en la cartografía, elementos que son


condicionantes para la instalación de los habitantes en cada ejido urbano. Estos
componentes son: las vías del ferrocarril, las rutas nacionales y los ríos y lagunas; que han
contribuido para la localización espacial de los hogares pobres, por motivos vinculados con
el valor de los terrenos, la vulnerabilidad hídrica, la provisión de los servicios básicos,
entre otras causas.

135
En el Gran Corrientes y de acuerdo a las variables estandarizadas del censo del
2001 (Imagen Nº 31), los registros superiores se localizan sobre el área ribereña del
noroeste, prolongándose en los barrios “Gobernador Galván” y “Villa de los Dolores”;
mientras que hacia el norte de la ciudad, los radios concuerdan con los barrios “Guerrero”,
“Pujol”, “Quintana Ferré”, “Itatí”, “Anahí”, “Apipé”, “Lomas del Mirador” y “Molina
Punta”. Estos dos últimos, son barrios que durante la década de 1990 se encontraban
semiurbanizados y parte de la población se ubicaba de manera más o menos contínua en
las proximidades de la línea de ribera o próximos al “Bañado Norte”. En cambio, hacia el
este de la ruta nacional Nº 12, están los barrios “José M. Ponce”, “Cremonte” o “San
Ignacio”, conjuntos que se prolongan entre la ruta provincial Nº 5 y la avenida Centenario,
que en un primer momento estaban separados de la trama urbana, pero con la posterior
expansión de la ciudad quedaron insertos dentro del ejido urbano capitalino.

Por el extremo suroeste, los núcleos de precariedad se encuentran en los radios


próximos al área ribereña del Paraná y coincidente con los barrios de “Villa Patono”, “3 de
Abril”, “San Roque” y “Dr. Montaña”. Los habitantes localizados en los asentamientos
informales cercanos al río, tenían como principales fuentes de ingreso, la pesca de
subsistencia y la construcción (cf. Acevedo et. al, inédito). Además, estos lugares tenían
una ocupación irregular y generaban grandes dificultades en la provisión de los
equipamientos básicos; mientras que los barrios informales más antiguos, que fueron
absorbidos por el crecimiento radial de la ciudad, pudieron acceder a ciertos servicios
aunque no sin pocas dificultades.

De otra manera, aparece un nuevo ámbito por el sureste de la ciudad enmarcado


entre las vías del ferrocarril y la ruta nacional Nº 12 y extendiéndose en sentido este-oeste
sobre los barrios “Paloma de la Paz”, “Irupé”, “Laguna de la Paz”, “Ingeniero Serantes”,
“Nuestra Señora de Asunción” y “Ciudades Correntinas”. Nuevamente, aquí tenemos
grandes parcelas sin edificar que fueron ocupados por población con escasos recursos.

Al observar los planos de la ciudad de Posadas (Imagen Nº 32), existen varios


sectores dónde los puntajes Z son altos: por el norte hay un conjunto de radios lindantes
con la ribera del Paraná que coincide con la cuenca del arroyo Itá, donde se localiza el
histórico barrio “El Brete” y con el arroyo Antonina donde están los barrios de “Ramón

136
Brouse” y “El Laurel”, cuya localización coincide con áreas vulnerables a las condiciones
hídricas.

Por el oeste, ya en el límite del ejido urbano por su proximidad con el aeropuerto
internacional de Posadas y con el arroyo Mártires, se encuentran los núcleos residenciales
precarios que acrecentaron el tejido urbano hacia sector de la ciudad, cuyos radios
coinciden con los barrios “López y Planes”, “30 de Octubre” y “Cristo Redentor”.
Mientras que hacia el sur y sureste, los desvíos estándar más altos coinciden con el área de
expansión de la mancha urbana durante la década de 1990, siguiendo la prolongación de la
ruta nacional Nº 12 y las vías del ferrocarril. Por ejemplo, en el límite entre Posadas y
Garupá, los radios censales coinciden con los barrios “Villa Madariaga”, “Villa Longa”,
“Don Pedro”, “Campo Lapacho”, áreas con déficit en la infraestructura habitacional, alto
grado de hacinamiento, bajo nivel educativo y precariedad laboral de la población.

En líneas generales y según las ocho variables representadas para el año 2001, en el
Gran Resistencia (Imagen Nº 33) se observan los desvíos mayores en el sector norte del
aglomerado, coincidente con los barrios de “Villa Luisa”, “Villa Ghío”, “Barrio Toba”,
“Villa Encarnación”, “Santa Lucía” y en los asentamientos informales de larga data como
“Villa Papelito” o “Santa Clara”, o los asentamientos más nuevos al norte de “Villa Río
Negro”.

En el extremo noreste, los radios que muestran desvíos superiores a 1,5, puede ser
resultado de los barrios marginales que surgieron después de la segunda mitad de la década
de 1990, ocupando espacios intersticiales en terrenos que se encontraban vacíos124, pero
sobre las lagunas del lugar o próximos al río Negro. Asimismo, por lo menos en lo que
respecta a las variables estandarizadas, aparecen registros altos en el extremo noroeste de
Fontana en los nuevos barrios informales surgidos durante los ´90.

Otros espacios son los extremos de los cuadrantes suroeste y sureste, y en forma
discontinua algunos radios del sur de Resistencia. En este último caso, esa discontinuidad
obedece a que algunos barrios que a principios de los ´90 tenían un alto grado de
precariedad, para el año 2001 regularizaron su situación dominial y mejoraron la

124
De acuerdo con Alcalá (2007), una de las formas de urbanización de Resistencia es mediante la ocupación
de los terrenos o espacios intersticiales en áreas libres pero que ya se encuentran rodeados total o
parcialmente por edificaciones. Justamente, allí se ubican los asentamientos informales.

137
infraestructura de sus viviendas, además de contar con los todos los servicios básicos125.
Además, puntajes estándar altos aparecen con un conjunto de radios al sur de la avenida
Soberanía Nacional y coinciden con los asentamientos informales que acrecientan la
periferia meridional de la ciudad, como los barrios de “Villa Don Alberto”, “Facundo” y
“San Andrés”, entre otros.

También, aparece otro conjunto de radios con desvíos altos en el municipio de


Puerto Vilelas y por el noreste de la ciudad en los barrios “Golf Club”, “Los Lirios” y
“Dónovan”.

125
Como ejemplo se menciona el barrio 10 de Mayo.

138
Imagen Nº 31
Puntaje Estándar. Gran Corrientes, año 2001
139

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

139
Imagen Nº 32
Puntaje Estándar. Gran Posadas, año 2001
140

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

140
Para el caso de la capital formoseña, los puntajes estándar de 2001 (Imagen Nº 34),
muestran como indicadores de mayores carencias, el sector noreste del aglomerado, en los
radios próximos al riacho Formosa y a la avenida. Los Gobernadores. Estas ocupaciones,
relativamente nuevas en ese entonces estaban integrados por los barrios “Nuestra Sra. del
Luján”, “Simón Bolívar” y “Eva Perón”.

Hacia el oeste, entre la vía del ferrocarril y la ruta nacional Nº 11, aparece un
conjunto de radios con un alto puntaje Z que coincide con “La Colonia” (actualmente
“Divino Niño Jesús”), “El Pucú” (“Liborsi”), “12 de Octubre” y “San Antonio”. Y hay un
tercer sector, al suroeste y sur del casco central bordeando la laguna Siam, el Riacho Nº 6 y
la Laguna de los Indios, por lo tanto localizados en los terrenos bajos de los barrios “Santa
Rosa” y “Villa Hermosa”.

De esta manera, los desvíos estándar permiten reconocer que en las cuatro capitales
hay un importante déficit en la infraestructura habitacional de los hogares, en la educación
formal de las personas y en la condición laboral de la población empleada, que en forma
anular crece desde el centro a la periferia de los aglomerados. Esto, inicialmente permite
reconocer que los casos de extrema pobreza se van a concentrar en los bordes de las
ciudades.

141
Imagen Nº 33
Puntaje Estándar. Gran Resistencia, año 2001
142

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

142
Imagen Nº 34
Puntaje Estándar. Gran Formosa, año 2001
143

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

143
5.3. Profundizando el estudio de la pobreza mediante el Índice de Privación
Material de los Hogares (IPMH)

Como se ha mencionado anteriormente, la pobreza está asociada a cuestiones de


tipo estructural relacionada con la obtención de bienes que demandan ahorro e inversión
acumulados en períodos prolongados de tiempo como a situaciones de índole coyuntural
y el acceso cotidiano a bienes de consumo inmediato cuya adquisición es menos costosa
pero debe renovarse permanentemente. De esta manera, han surgido indicadores que
intentan retratar esas diferencias en los grupos carenciados, utilizando la información
procedente de la estadística censal. Uno de ellos, que permitió la comparación
intercensal y fue desarrollado el capítulo anterior, ha sido el IPMV. El otro indicador
que se utiliza en este estudio es el Índice de Privación Material de los Hogares (IPMH),
que permite reconocer diferentes tipo y grados de carencia de los hogares para el año
2001, identificando aquellos espacios que se podrían considerar como los “núcleos
duros” de la pobreza en el interior de los ejidos urbanos.

El IPMH fue elaborado para el Censo Nacional de Población de 2001 y permite


reconocer y caracterizar diferentes categorías de la pobreza, pero cuenta con la
desventaja de que no puede ser homologado con los registros del Censo Nacional de
1991, por lo cuál no se pueden realizar comparaciones intercensales según niveles de
pobreza o distribución espacial del IPMH. No obstante ello, es de mucho interés su
aplicación, por ser un indicador que permite analizar la intensidad y el grado de
incidencia de la pobreza en los aglomerados capitales del NEA.

La variable IPMH permite reconocer a los hogares según su situación respecto a


la privación material considerando dos dimensiones: recursos corrientes y
patrimoniales. La combinación de estas dimensiones define cuatro grupos de hogares:
aquellos que no tienen ningún tipo de privación y tres grupos diferenciados según el
tipo de privación que presentan: sólo de recursos corrientes, sólo patrimonial y
convergente126. En el siguiente esquema (Figura N 12) se grafican las dos dimensiones
consideradas en la construcción del IPMH.

126
La identificación de las personas en cierta categoría se establece a partir de las características del hogar
al que pertenecen.

144
Figura Nº 12
COMPOSICIÓN DEL IPMH

Privación sólo de

Suficiente
RECURSOS SIN PRIVACIÓN
CORRIENTES (SP)
(PR)
Patrimonio
PRIVACIÓN
Insuficiente
CONVERGENTE
(PC) PRIVACIÓN sólo
(Insuficiencia PATRIMONIAL
Patrimonial y de (PP)
Recursos Corrientes)
Insuficiente Suficiente
Recursos Corrientes
Fuente: Gómez, Mario, Olmos, 2003

Asimismo, a los efectos de mostrar una imagen global de la pobreza, la


metodología proporciona diferentes mediciones que permiten describir el número de
hogares con privación, cómo son y cuán grave es la situación que presentan. De esta
manera, a través de la Incidencia se responde la pregunta sobre magnitud del fenómeno.
Se define como la suma de los hogares con algún tipo de privación, sea sólo de recursos
corrientes (PR), sólo patrimonial (PP) o convergente (PC) sobre el total de hogares (N).

PR + PP + PC
I= * 100
N

En cambio, la medida que refiere a la Intensidad, permite dar cuenta del peso
relativo de los hogares con privación convergente sobre el total de hogares con algún
tipo de privación, reflejando cuán grave es la pobreza.

PC
INT = *100
PR + PP + PC

145
5.4. El análisis del IPMH. Los hogares sin privaciones

Se inicia el análisis considerando el conjunto de hogares que, según el IPMH, no


tienen privaciones (cuadro Nº 12). Al respecto, se observa que la mitad de los hogares
de las capitales correntina y misionera no tienen privaciones asociadas con el fenómeno
de la pobreza, lo que indicaría que ambas ciudades tendrían mejores condiciones
estructurales, sanitarias y de servicios. Sin embargo, el porcentaje es menor si lo
comparamos con otras capitales del Norte Grande Argentino, como el Gran Catamarca,
Santiago del Estero o el Gran Salta con mejores condiciones socioeconómicas de su
población urbana127.

Cuadro N º 12
IPMH de los Hogares localizados en las capitales del NEA, 2001. Valores relativos
Sin Privación Recursos Corrientes Patrimonial Convergente
Formosa 42,97 Formosa 17,63 Gran Ctes. 9,72 Gran Ctes. 15,50
Gran Rcia. 46,67 Gran Rcia. 18,50 Gran Pdas. 9,80 Gran Pdas. 18,31
Gran Ctes. 50,67 Gran Pdas. 21,01 Gran Rcia. 11,89 Gran Rcia. 22,94
Gran Pdas. 50,88 Gran Ctes. 24,11 Formosa 14,95 Formosa 24,44
Total 48,4 Total 20,3 Total 11,2 Total 19,7

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

Asimismo, en el cuadro Nº 13 se indica el porcentaje de población según el tipo


de privación que presentan. De acuerdo con los valores obtenidos, el orden de las
ciudades no presenta cambios respecto al cuadro anterior, aunque se puede observar una
mayor incidencia de la privación por recursos corrientes y la convergente en el
porcentaje urbano regional, y con mayor intensidad en las ciudades de Resistencia y
Formosa. Asimismo, se reconoce que el Gran Posadas y el Gran Corrientes tienen
menos de la mitad de sus habitantes sin privación material.

127
Bolsi y Mignone (2009) realizaron un análisis de las capitales provinciales de la región del Norte
Grande Argentino, y demostraron para el año 2001, que el Gran Catamarca (65%), Santiago del Estero-
La Banda (56%) y Salta (53%), son las capitales de la región Norte Grande que tienen los mejores
porcentajes de hogares sin privaciones.

146
Cuadro Nº 13
IPMH de la Población residente en capitales del NEA, 2001. Valores relativos
Sin Privación Recursos Corrientes Patrimonial Convergente
Formosa 37,04 Formosa 20,31 Gran Pdas. 8,05 Gran Ctes. 19,82
Gran Rcia. 40,60 Gran Rcia. 20,94 Gran Ctes. 8,56 Gran Pdas. 23,31
Gran Pdas. 43,85 Gran Pdas. 24,79 Gran Rcia. 9,96 Gran Rcia. 28,49
Gran Ctes. 45,38 Gran Ctes. 26,25 Formosa 12,39 Formosa 30,25
Total 42,1 Total 23,2 Total 9,5 Total 25,2

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

Por otra parte, la suma total de hogares con privaciones de las cuatro capitales
promedia el 13%. En primera instancia, se puede suponer un valor exiguo si se compara
con el número de pobres en las áreas rurales de la región, pero teniendo en cuenta su
condición de capitales provinciales (con todos los factores positivos que ello implica),
se podría considerar un porcentaje alto.

El Gran Resistencia y Formosa comienzan a revelar mayores condiciones de


precariedad, si se tiene en cuenta que menos del 40% de la población no tiene algún tipo
de privación material. Estas capitales provinciales muestran fuertes condicionantes
asociados con la falta o las dificultades de acceso a los recursos básicos, más acentuado
a medida que nos dirigimos a la periferia de ambos aglomerados.

Realizando una breve descripción de las pirámides correspondientes a la


población que según el IPMH no tiene privaciones, se puede observar que en las cuatro
capitales, la figura adopta la forma propia de etapas de transición de una pirámide
“triangular” a una de tipo estable o con forma de “campana”, con una base más estrecha
que señala un descenso de la natalidad y da indicios que la mortalidad infantil y la
general son menores (Imagen Nº 35). Asimismo, se puede reconocer un aumento en el
grupo de edades adultas y una tendencia al envejecimiento por el porcentaje de personas
mayores de 65 años en las cuatro ciudades, aunque más importante en el Gran
Resistencia y en Corrientes (cuadro Nº 14). El incremento se puede vincular con un
descenso de la natalidad, una mejor esperanza de vida, mejores condiciones en la
infraestructura edilicia y sanitaria y un mayor nivel educativo de los habitantes.

147
Imagen Nº 35
Población IPMH sin privaciones según grupos de edad. Capitales del NEA, 2001
Población sin privaciones. Gran Corrientes, 2001 Población sin privaciones. Gran Posadas, 2001

90-94 90-94
80-84 80-84
70-74 70-74
60-64 60-64
Años

Años
50-54 50-54
40-44 40-44
30-34 30-34
20-24 20-24
10-14 10-14
0-4 0-4
-18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00 -18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00
% %
Varones Mujeres Varones Mujeres

Población sin privaciones. Gran Resistencia, Población sin privaciones. Formosa, 2001
2001

90-94 90-94
80-84 80-84
70-74 70-74
60-64 60-64
Años

Años

50-54 50-54
40-44 40-44
30-34 30-34
20-24 20-24
10-14 10-14
0-4 0-4
-18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00
-18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00
%
%
Varones Mujeres
Varones Mujeres

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

Por su parte, el índice de masculinidad revela un valor relativo mayor desde las
primeras edades y hasta los 15 años, cuando comienza un descenso gradual que se
intensifica a partir de los 55 años, dónde el predominio de las mujeres es aún mayor,
probablemente por aumento de la mortalidad en los varones. Las mejores condiciones
socioeconómicas de estos hogares, no alienta los procesos migratorios, por ello la curva
tiene una marcha estacionaria entre los 20 y los 50 años.

148
Cuadro Nº 14 Figura Nº 13

Población por grandes grupos de Índice de Masculinidad de la población


edades. IPMH sin privaciones sin privaciones.
Total
Rcia Ctes. Fsa. Pdas.
0-14 23,8 24,0 26,4 24,7
15-64 66,4 66,7 65,8 66,4
65 y + 9,8 9,3 7,9 8,9 ____
Rcia.
Varones
Rcia. Ctes. Fsa. Pdas.
____
0-14 25,9 25,8 28,4 26,9
Ctes.
15-64 65,9 66,6 64,7 65,5
65 y + 8,2 7,6 6,9 7,6
____
Mujeres Fsa.
Rcia. Ctes. Fsa. Pdas.
0-14 22,0 22,5 24,6 22,8 ____
15-64 66,8 66,8 66,7 67,1 Pdas.
65 y + 11,3 10,7 8,7 10,1

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

La distribución espacial de los hogares sin privaciones, muestran una importante


concentración de habitantes en las denominadas zonas centrales de las ciudades, donde
se agrupan los principales servicios que abastecen a la población (Imagen Nº 36).
Asimismo, la población se instala siguiendo las principales avenidas que convergen en
el área central de cada aglomerado.

Por otra parte, los hogares cuentan con los recursos económicos que les
permitiría vivir en estas zonas, donde el precio de la renta es más alto y son menores las
distancias físicas a los centros de servicios, entidades públicas, etc. De la misma forma,
en estos espacios hay una concentración de población adulta- anciana y anciana, con
una mejor calidad de vida y residiendo en viviendas tipo A o en los edificios en altura
(Ponce y Mignone, 2011).

149
Imagen Nº 36

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

150
5.5. La Privación Sólo de Recursos Corrientes (PR)

De acuerdo con la construcción del IPMH, la privación solo de Recursos


Corrientes (PR) se asocia con el flujo predominantemente monetario. Pero, como la
fuente censal en la Argentina no releva los ingresos de la población, entonces para
poder dar cuenta de esta dimensión de la privación se utiliza un indicador indirecto que
se aproxima al nivel de ingresos del hogar; a partir de la relación existente entre los
años de educación formal aprobados por los perceptores de ingresos y la cantidad total
de miembros del hogar.

Para poder efectuar la medición de la Privación de Recursos Corrientes, surge el


indicador denominado Capacidad Económica de los Hogares (CAPECO), elaborado con
el fin de lograr una estratificación del nivel de suficiencia de ingresos calculada por
medio de una aproximación indirecta128. El indicador se basa en el supuesto de que la
educación de las personas (específicamente los años de escolaridad aprobados en el
sistema formal de enseñanza), asociada a otras características individuales tales como el
sexo, la edad y el lugar de residencia, permiten representar de forma bastante
aproximada sus ingresos laborales.

Analizando la PR para los cuatro aglomerados del NEA (Cuadro Nº 12), se


observa que más un quinto del total de los hogares del Gran Corrientes y el Gran
Posadas sufriría una pobreza de tipo coyuntural, asociado con los vaivenes del ciclo
económico provincial y municipal, con los cambios coyunturales del mercado de trabajo
y la crisis socioeconómica que atravesó nuestro país en esos años y repercutió en los
hogares más vulnerables. Los valores alcanzados permiten considerarlas como ciudades
donde predomina la pobreza por ingresos, afectada por el aumento de la desocupación
en la ciudad de Corrientes129 y de la subocupación en Posadas, lo que provocaron un
rápido incremento en la brecha de los ingresos. Especialmente, el mercado de trabajo
correntino, históricamente genera menos puestos de trabajo que el crecimiento de su
población; asimismo, el sector informal es más dinámico en cuanto a la generación de
empleo, pero también en la destrucción de puestos de trabajo (cf. Van Raap, 2004:183).

128 Para un análisis detallado de los desarrollos metodológicos de construcción de este indicador
consultar los documentos de trabajo respectivos del INDEC (1998a, 1998b, 2000, 2002a, 2003a, 2003b).
129
La ciudad de Corrientes, de acuerdo con los cálculos efectuados en las diferentes ondas de la EPH
entre 1990 y 2003, ha sido uno de los principales aglomerados del país, que temporalmente ha mantenido
alto los valores de desocupación.

151
Imagen Nº 37
Población IPMH por Recursos Corrientes según grupos de edad. Capitales del
NEA, 2001
Población con IPMH por Recursos Corrientes. Población con IPMH por Recursos Corrientes.
Gran Corrientes, 2001 Gran Posadas, 2001

90-94 90-94
80-84 80-84
70-74 70-74
60-64 60-64
Años

Años
50-54 50-54
40-44 40-44
30-34 30-34
20-24 20-24
10- 10-
0-4 0-4
-18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00 -18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00
% %

Varones Mujeres Varones Mujeres

Población con IPMH por Recursos Corrientes. Población con IPMH por Recursos Corrientes.
Gran Resistencia, 2001 Formosa, 2001

90-94 90-94
80-84 80-84
70-74 70-74
60-64 60-64
Años
Años

50-54 50-54
40-44 40-44
30-34 30-34
20-24 20-24
10- 10-
0-4 0-4
-18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00 -18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00
% %

Varones Mujeres Varones Mujeres

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

Las pirámides de población de privación de recursos corrientes para las cuatro


ciudades, revela una fuerte presencia de población joven. Esto es entendible porque,
como se dijera anteriormente, se considera con privación por ingresos a los estudiantes
universitarios que alquilan una vivienda pero no cuentan con ingresos propios porque
percibe el dinero enviado por los padres. Eso explica el descenso brusco a partir de la
cohorte de 25 años, porque los jóvenes concluyen sus estudios de grado y regresan a sus
lugares de orígenes o porque ya desarrollan alguna actividad laboral. También, es más
notorio el predominio de las mujeres, especialmente a partir de los 30 años, con jefas de
hogar que tienen bajo nivel educativo y cuya actividad laboral probablemente es
informal.

152
Los porcentajes por grandes grupos de edades, muestran una fuerte presencia de
población joven y adulta-joven (Cuadro Nº 15) en detrimento de las edades mayores, y
con predominio de los varones (Figura Nº 14). Aquí también se debe considerar a los
estudiantes universitarios que engrosan este conjunto; además de reconocerse el
contraste de los mayores porcentajes de varones en las edades menores y de mujeres en
las edades ancianas.

Cuadro Nº 15 Figura Nº 14

Población por grandes grupos de Índice de Masculinidad de la población


edades. IPMH por Recursos con IPMH por Recursos Corrientes
Corrientes
Total
Rcia Ctes. Fsa. Pdas.
0-14 34,6 35,1 38,0 38,0
15-64 61,4 61,5 59,0 58,5
65 y + 4,0 3,4 3,1 3,4
____
Varones Rcia.
Rcia. Ctes. Fsa. Pdas.
0-14 36,5 36,8 40,1 39,8 ____
15-64 60,3 60,4 57,1 57,1 Ctes.
65 y + 3,2 2,8 2,7 3,1
____
Mujeres Fsa.
Rcia. Ctes. Fsa. Pdas.
0-14 32,9 33,5 36,0 36,4 ____
15-64 62,4 62,5 60,7 59,9
Pdas.
65 y + 4,7 4,0 3,3 3,8

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

En el plano de la ciudad de Corrientes (Imagen Nº 38), la distribución espacial


relativa de los hogares con PR, muestra porcentajes más altos en el cuadrante sureste,
que mayormente coincide con los barrios “J F Quintana”, “Pirayuí” y “Dr. Montaña”,
destacándose la fracción y radio 1818 (con PR superior a 50%) localizada entre la ruta
nacional Nº 12, el arroyo Pirayuí y las vías del ferrocarril Urquiza. Por otra parte, y
desprendido de la trama urbana, hay un radio censal con PR alta que coincide con un
sector del barrio “Esperanza”. En esta unidad censal, por ejemplo, el 27% de la

153
población entre 15 y 64 años realiza algún tipo de actividad laboral, de los cuáles el
37% tiene baja calificación ocupacional así como el 70% de los mismos tiene menos de
7 años de educación formal130.

También existen sectores con concentración de hogares entre 30% y 49,9%,


localizados al este del casco central en las proximidades de las facultades de Medicina,
Agronomía y Veterinaria; y por el noreste, entre las avenidas Armenia y Centenario
próximos al campus de la Universidad Nacional del Nordeste. En ambos casos, los
radios censales coinciden con una gran proporción de barrios con estudiantes
universitarios provenientes de la región, que no son perceptores de ingresos al ser
personas dependientes de recursos (perciben estipendios de los padres) y entonces el
IPMH los considera como hogares pobres131. Los resultados, revelan esta particularidad
del índice, lo que puede llevar a introducir lecturas erróneas en el análisis de la pobreza.

En el Gran Posadas, se reconocen varios espacios que concentran privaciones


mayores al 50%: primordialmente hacia el sur- sureste de la ciudad coincidente con el
área de expansión del ejido y con los nuevos barrios informales. En este último caso,
son invasiones planificadas en zonas que aún se consideran de expansión urbana, pero
no urbanizables en el corto plazo en razón de la disponibilidad de servicios. Estos
espacios tienen amplio deterioro en materia ambiental y edilicia, como se observa en los
radios del suroeste del Gran Posadas, que coincide por ejemplo con el barrio Itambé-
Mini, conformado por población pobre que reside en las proximidades del río Paraná y
que fue relocalizada por la construcción de la Costanera. Además, se debe agregar el
área de “Villa Cabello”, que es un barrio tradicionalmente carenciado localizado en el
oeste del ejido de la ciudad,

En cambio, en el Gran Resistencia y Formosa los hogares con PR son inferiores


al 20% (Cuadro Nº 12), porcentajes menores en comparación con las otras dos capitales
que puede estar vinculado con la incorporación de los planes sociales y la atracción del
empleo público, que actuaron como soporte ante la crisis coyuntural que afectaba
nuestro país para el año 2001. También, es probable que se haya producido una
transferencia de hogares hacia la pobreza extrema.

130
Resultados calculados según la base de datos de REDATAM+SP 2001.
131
Los estudiantes reciben ingresos de los padres y entonces el IPMH no los capta de manera adecuada,
porque los considera como perceptores de hogar desocupados y sin una remuneración fija (cf. Formiga y
Prieto, 2006).

154
No obstante, en las cuatro capitales se produjo un aumento de la desocupación
desde la segunda mitad de la década de 1990, lo que provocó la incorporación de
personas como trabajadores secundarios o adicionales (sobre todo jóvenes, mujeres y
adultos mayores), como parte de una estrategia familiar ante la pérdida de empleo y/o
ingresos del principal perceptor del hogar. Según indica Morley (1998), más que
encontrarse completamente desempleados, se forzó a la gente a aceptar trabajos con
dedicación parcial o a trabajar por salarios menores a los que habían tenido antes. En
forma secundaria, los miembros de la familia, cuyos ingresos eran a menudo un
elemento crítico para evitar la pobreza, simplemente se salieron del mercado de trabajo,
convirtiendo al desempleo abierto en disfrazado.

La localización espacial de la privación de Recursos Corrientes en el Gran


Resistencia, muestra una distribución más heterogénea, siendo lo más destacable los
radios que congregan porcentajes entre 30% y 49,9%, concentrados en el municipio de
Fontana y los extremos norte y sur de Barranqueras. Coincide con barrios como: “48
viviendas”, “100 viviendas” y “Hernández” en Fontana, o “110 viviendas”, “120
viviendas”, “150 viviendas”, “152 viviendas” y “200 viviendas” al sur de Barranqueras.
Estos conjuntos de viviendas originadas mediante diferentes mecanismos como la
autoconstrucción o de entrega pactada, surgieron a fines de la década de 1990, y en ella
reside población con menores ingresos.

Por el norte de Barranqueras, se encuentran los asentamientos informales


ubicados al este del terraplén de la avenida Vélez Sársfield y próximos a la Junta
Nacional de Granos, instalado en terrenos con cotas bajas (menor a 48 metros) y
anegables periódicamente (Imagen Nº 37), dónde gran parte de la población son
trabajadores por cuenta propia, mayormente en actividades informales132. Asimismo, en
el municipio de Resistencia la localización es dispersa, pudiendo encontrar radios
censales que coinciden con barrios como Mujeres Argentinas, Güiraldes, San Fernando,
440 viviendas, Provincias Unidas, San Cayetano, entre otros. O bien, en las
proximidades de la Universidad Nacional del Nordeste, donde se localizan las
construcciones alquiladas por los estudiantes universitarios.

132
El radio censal Nº 221401802 coincide mayoritariamente con el área mencionada y comprende un
38% de jefes de hogar obrero o empleado en sector privado, el 36% trabajador por cuenta propia y
solamente el 22% empleado u obrero en el sector público, de acuerdo con la base REDATAM+SP 2001.

155
Imagen Nº 38
Viviendas localizadas al este del terraplén de la Av. Vélez Sársfield (Barranqueras)

Fuente: Mignone, 2009

Por su parte, en el caso de la ciudad de Formosa, el fenómeno se concentra en


los radios del extremo noreste, coincidiendo con barrios informales de “Antenor
Gauna”, “7 de mayo” y “República Argentina”. Visualmente, la representación
cartográfica permite ver que las áreas periféricas de esta ciudad, como del Gran
Resistencia, conservan valores relativos menores de PR aunque esto no implica mejores
condiciones de vida de la población, situación que se verá al analizar los restantes tipos
de privaciones.

5.6. La Privación Sólo de Recursos Patrimoniales (PP)

Se sostiene que la vivienda que ocupa el hogar es un tipo de bien cuyo disfrute
depende generalmente de la acumulación exitosa y sostenida, lo cual da cuenta de
ciertos aspectos de las condiciones de vida de los hogares que tienden a no variar en el
corto plazo y permite inferir la situación patrimonial de los mismos (Boltvinik, 1990 en
Gómez et. al. 2003). De esta manera, a partir del cálculo del índice de Condiciones
Habitacionales (CONDHAB)133 y de la definición de un umbral de carencia, se pueden
determinar los hogares con Privación Solo de Recursos Patrimoniales (PP) vinculados,
por lo tanto, a condiciones de pobreza estructural.

133
Sobre la construcción y aplicación de este indicador, se pueden leer los trabajos de Gómez et. al. 2003;
Álvarez, 2002, Álvarez et. al. 2001, Álvarez et. al. 2007.

156
Imagen Nº 39

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

157
Para dar cuenta del mismo, se consideran dos subdimensiones del indicador: una
referida a la protección o abrigo del medio natural y de factores ambientales adversos, y
otra relacionada al equipamiento mínimo para el desarrollo de ciertas funciones
biológicas (eliminación de las excretas) en condiciones saludables (INDEC, 2000).

Imagen Nº 40
Población IPMH por Recursos Patrimoniales según grupos de edad. Capitales del
NEA, 2001
Población con IPMH por Recursos Patrimonial. Población con IPMH por Recursos Patrimonial.
Gran Corrientes, 2001 Gran Posadas, 2001

90-94 90-94
80-84 80-84
70-74 70-74
60-64 60-64
Años

Años
50-54 50-54
40-44 40-44
30-34 30-34
20-24 20-24
10- 10-
0-4 0-4
-18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00 -18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00
% %

Varones Mujeres Varones Mujeres

Población con IPMH por Recursos Patrimonial. Población con IPMH por Recursos Patrimonial.
Gran Resistencia, 2001 Formosa, 2001

90-94 90-94
80-84 80-84
70-74 70-74
60-64 60-64
Años

Años

50-54 50-54
40-44 40-44
30-34 30-34
20-24 20-24
10- 10-
0-4 0-4
-18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00 -18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00
% %

Varones Mujeres Varones Mujeres

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

A diferencia de las anteriores pirámides de población, las que representan a la


población con privación patrimonial revelan un cambio importante (Imagen Nº 40). Se
reconoce que son pirámides progresivas o de tipo “triangular”; cuya base ancha muestra
una mayor natalidad, especialmente en Formosa y el Gran Posadas. Asimismo, la
mortalidad infantil es importante considerando el déficit en la infraestructura sanitaria
del hogar (cf. Fantín, 1999), ya que las viviendas cuentan con el servicio de agua
potable pero fuera de la misma o del terreno, y con baño con descarga a pozo ciego.

158
Por otra parte, es probable que el incremento de la población en edades jóvenes
y adulta-joven obedezca a procesos migratorios de población procedente del interior de
cada provincia y cuya condición de precariedad en su lugar de origen los obliga a
trasladarse en busca de mejores condiciones laborales, no pudiendo mejorar su
condición social y económica en las capitales. Esta situación, se refleja en el índice de
masculinidad, en el grupo entre 25 y 55 años, y de alguna manera le imprime un
aumento relativo en la población mayor a 65 años (Figura Nº 15)

Cuadro Nº 16 Figura Nº 15

Población por grandes grupos de Índice de Masculinidad de la población


edades. IPMH por Recursos con IPMH por Recursos Patrimoniales
Patrimoniales
Total
Rcia Ctes. Fsa. Pdas.
0-14 28,3 29,0 31,4 29,0
15-64 63,9 63,4 61,9 63,5 ____
65 y + 7,8 7,5 6,7 7,5 Rcia
Varones ____
Rcia. Ctes. Fsa. Pdas. Ctes
0-14 28,5 29,8 31,4 28,8
15-64 64,9 63,7 62,5 64,6
____
65 y + 6,6 6,5 6,1 6,6
Fsa
Mujeres
Rcia. Ctes. Fsa. Pdas. ____
0-14 28,0 28,3 31,4 29,3 Pdas
15-64 63,0 63,1 61,3 62,3
65 y + 9,0 8,6 7,2 8,4

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

Al analizar en forma relativa la privación patrimonial, se aprecia su mayor


importancia en los aglomerados de Formosa y el Gran Resistencia, asociado
fundamentalmente con la rápida expansión de las periferias, a través de núcleos
pioneros que muestran viviendas deficitarias con ausencia de los servicios básicos de
saneamiento y drenaje (Imagen Nº 41). Al respecto, también hay que considerar que los
migrantes de áreas rurales oriundos del interior de las provincias e incluso los migrantes
de países limítrofes, tienden a reproducir ciertas características de la vivienda que tenían

159
en su residencia anterior (Margulis, 1968). Generalmente, esa vivienda se adapta a las
condiciones climáticas de la zona, pero los materiales con los cuáles se construyen son
nocivos para la salud y para el bienestar general134.

Imagen Nº 41
Viviendas deficitarias. Asentamientos informales en Resistencia, Corrientes y
Posadas

Fuente: Mignone, 2009 Fuente: Mignone, 2003

Fuente: Mignone, 2010 Fuente. Misionesonline. 2010

Cartográficamente, ninguno de los radios del Gran Resistencia supera el 50% de


sus hogares con Privación Patrimonial, concentrándose mayormente en la periferia norte
y sur del aglomerado (imagen Nº 41). Coincide con las ocupaciones de terrenos de
manera informal, pudiendo citar (entre otros) los asentamientos “Vuelta de Obligado” y
“Padre Fyrnys” en el norte de Resistencia (Imagen Nº 73 del capítulo Nº 7) y en las
proximidades del río Negro; los asentamientos del noreste: “Villa Cristo Rey”, “Don
Santiago”, “Parque Autódromo” en las proximidades de la ruta nacional Nº 11; los
barrios informales del sur, que ocuparon los espacios con mayor intensidad a partir de la

134
Según el área geográfica, generalmente los tipos de vivienda predominante son los ranchos,
compuestos por techos de paja o barro con paja, combinados fundamentalmente con paredes de adobe o
de piedras y pisos de tierra.

160
segunda mitad de la década de 1990, como “Vista Linda”, “Menem Junior”, “10 de
Mayo”, “Villa Don Andrés”, “Villa Facundo”, “La Paz”, entre otros.

Por el norte de Barranqueras, hay una fuerte presencia de hogares dedicados a la


fabricación de ladrillos y actividades informales, con viviendas precarias y sin servicio
básicos. Mientras que en Fontana, la PP es importante al sur de las vías del ferrocarril,
en las proximidades de Puerto Vicentini, mayormente con ocupaciones en terrenos
privados.

En la ciudad de Formosa, se destacan dos de los radios de la periferia sur,


condición que visualmente se acentúa en la cartografía por el tamaño que tienen ambas
unidades censales. Estos espacios muestran una baja calidad ambiental con hogares
localizados en cotas bajas, sujetos a inundaciones periódicas y en las proximidades de la
reserva de Biosfera Laguna Oca. La localización de este tipo de privación, coincide con
la instalación de población oriunda de Paraguay, en los barrios “San José Obrero”,
“Villa Jardín”, “Bernandino Rivadavia”, “Villa Hermosa”, “Santa Rosa”, localizados en
las proximidades del río Paraguay, pero en terrenos bajos, circundados por lagunas y
dónde el valor de la tierra es menor (Mignone, 2009). Asimismo, los radios censales que
tienen entre 30% y 50%, rodean el resto de la periferia urbana, mostrando un serio
déficit en la infraestructura de la vivienda.

De manera opuesta, con menos el 10% de hogares con privaciones


patrimoniales, aparecen Corrientes y Posadas (cuadro Nº 12); probablemente una de las
causas que mantienen relativamente bajos estos valores, se relaciona con la aplicación
de políticas asociadas al crecimiento habitacional y mejoramiento de las viviendas. Por
ejemplo, después de la crisis institucional que sufrió Corrientes en 1999135, se
reactivaron las obras inconclusas y aumentaron los planes de viviendas para la
población de clase media y baja136. Por ello, son puntuales los radios censales que
tienen valores altos con privación de recursos patrimoniales.

135
La crisis del año 1999 fue principalmente consecuencia de una fuerte crisis fiscal que provocó la
cesación de pagos durante cuatro meses. Esto generó que en el mes junio se produzca una fuerte
movilización del sector educativo, al que luego acompañaron otros sectores. Los reclamos de la sociedad
correntina, algunos con alto grado de violencia derivaron en la caída del entonces gobernador Romero
Feris. Esto dio lugar a que Corrientes tuviera tres gobernadores en el lapso de dos semanas. Se formó una
coalición que gobernó la provincia por cinco meses, hasta que fue intervenida por el gobierno nacional.
136
Según información brindada por funcionarios del INVICO y de la municipalidad de Corrientes.

161
Imagen Nº 42

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

162
En el Gran Posadas, sobresale el cuadrante este de la ciudad siguiendo las vías
del actual ferrocarril “Mesopotámico”, por el norte coincide con una de las históricas
áreas con población humilde localizadas en lo que hoy es el barrio Patoti (antiguamente
zona de El Brete)137 en las proximidades del arroyo Apa, y al oeste comprende el radio
que está desprendido de la trama urbana y próximo al aeropuerto internacional de
Posadas.

5.7. La Privación Convergente (PC)

Esta privación, resultado de la combinación de ambas privaciones: patrimonial y


por recursos corrientes, refleja las condiciones extremas de la pobreza y permite
identificar los casos de pauperización más graves de la población.

Las ciudades con niveles de mayor precariedad son Formosa y Gran Resistencia
en dónde más de un cuarto de los hogares sufren de esta condición. Se asocian con las
periferias de ambos aglomerados, vinculados a los principales núcleos de expansión
urbana, especialmente en barrios de reciente instalación, con viviendas deficitarias, sin
acceso a los servicios y población en su gran mayoría cuentapropista o con empleos
informales, generalmente con ingresos inferiores a la línea de pobreza o a la de
indigencia.

Con la privación convergente, las pirámides de población se van tornando en una


figura de tipo torre Eiffel o progresiva, con una base que se ensancha por efecto de una
creciente fecundidad y por ende una natalidad muy alta. Asimismo, la tasa de
mortalidad general y especialmente la mortalidad infantil, son elevadas.

137 El Brete es uno de los barrios tradicionales de la ciudad de Posadas, localizado a pocas cuadras de la
costanera. Antiguamente, en este espacio funcionaba el balneario municipal, hasta que las aguas
contaminadas por la propia ciudad y los desechos industriales lo convirtieron en un lugar no apto para el
hombre. El periódico La Capital (06 de febrero de 2010, versión online) mencionaba que “… siempre fue
un barrio humilde, de trabajadores que buscaron las costas bajas de la ciudad para asentarse en su gran
mayoría, de manera informal”, frase con la cuál da la pauta de barrio que tradicionalmente ha contado con
una población de escasos recursos. Asimismo, el mismo artículo decía que “…los que planifican el
destino de los demás, decidieron que esa pujante barriada se convertiría en una zona “de no innovar…”,
esto generó la relocalización de parte de esta población y conflictos entre los habitantes que continuaron
residiendo en este lugar. Con respecto a esto último, el periódico escribía: “… los negocios, las
expulsiones, las peleas, los desalojos y los derrumbes, uno tras otro (cuando logran correr -o reubicar- a
los vecinos de la zona) para convertir sus casas en escombros” han sido algunos de los problemas
generados en este lugar.

163
De acuerdo a la concentración de población por grupos de edades, se observa
que el porcentaje de población joven es muy alta en los cuatro aglomerados, ya que casi
la mitad de la población que posee privación convergente tiene menos de 15 años. Este
hecho es relevante ya que habría una vinculación directa con mayores tasas de natalidad
y a edades más tempranas, la imposibilidad o dificultades de proseguir con la educación
formal ya que deben abandonar los estudios para insertarse rápidamente en el mercado
laboral138, además de una mayor incidencia de la mortalidad y de no mediar una acción
estatal, una reproducción de la pobreza a las posteriores generaciones.

Imagen Nº 43
Población con IPMH Convergente según grupos de edad. Capitales del NEA, 2001
Población con IPMH Convergente. Gran Población con IPMH Convergente. Gran
Corrientes, 2001 Posadas, 2001

90-94 90-94
80-84 80-84
70-74 70-74
60-64 60-64
Años

Años

50-54 50-54
40-44 40-44
30-34 30-34
20-24 20-24
10- 10-
0-4 0-4
-18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00 -18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00
% %

Varones Mujeres Varones Mujeres

Población con IPMH Convergente. Gran Población con IPMH Convergente. Formosa,
Resistencia, 2001 2001

90-94 90-94
80-84 80-84
70-74 70-74
60-64 60-64
Años

Años

50-54 50-54
40-44 40-44
30-34 30-34
20-24 20-24
10- 10-
0-4 0-4
-18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00 -18,00 -12,00 -6,00 0,00 6,00 12,00 18,00
% %

Varones Mujeres Varones Mujeres

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

En forma opuesta, el porcentaje de los mayores de 65 años es muy bajo. Esto


puede ser resultado de las altas tasas de mortalidad, como consecuencia de las
fragilidades estructurales que presenta esta población, con elevados déficits en las

138
Mayormente en empleos informales, o bien como trabajador familiar que ayuda al jefe de hogar.

164
condiciones edilicias y sanitarias, además de los magros ingresos que les impide hacer
frente a ciertas cuestiones como buena alimentación, acceso a los medicamentos.
Además, se suma el lugar de residencia, ya que los hogares se localizan en áreas
vulnerables a las condiciones ambientales139.

La curva del índice de masculinidad muestra una peculiaridad en las cuatro


ciudades: predominio de los hombres en las edades más jóvenes y posterior descenso en
edades adulta – joven, creemos que puede obedecer a desplazamientos de la población
masculina en edad laboral, hacia otros espacios de la región. Además puede indicar la
importancia económica que potencialmente representan las mujeres por su número en la
fuerza de trabajo y por las opciones de empleo en actividades informales que no
requieren un mayor nivel educativo, como el servicio doméstico. Además, existe una
mayor heterogeneidad en las curvas de las cuatro ciudades a partir de los 60 años,
considerando que hay influencia de la mortalidad general y como consecuencia un
descenso en el número de habitantes.

Cuadro Nº 17 Figura Nº 16

Población por grandes grupos de Índice de Masculinidad de la población


edades. con IPMH Convergente
IPMH Convergente
Total
Rcia Ctes. Fsa. Pdas.
0-14 45,6 46,3 46,7 48,7
15-64 51,8 51,0 50,9 49,0 ____
65 y + 2,7 2,6 2,4 2,3 Rcia

Varones ____
Rcia. Ctes. Fsa. Pdas. Ctes
0-14 44,8 47,5 47,6 49,6
15-64 52,2 50,3 50,1 48,4 ____
65 y + 3,0 2,2 2,3 2,0 Fsa

Mujeres ____
Rcia. Ctes. Fsa. Pdas. Pdas
0-14 46,4 45,1 45,8 47,8
15-64 51,3 51,8 51,6 49,7
65 y + 2,3 3,1 2,6 2,5

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

139
Mayor desarrollo de este tema se puede leer en el capítulo Nº 7.

165
Imagen Nº 44

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

166
El plano del Gran Resistencia muestra como la privación Convergente (imagen
Nº 44) se distribuye en una suerte de “cinturón” o “anillo” envolvente que bordea por
toda la periferia de la ciudad, mientras que en Formosa esa distribución también es
contínua pero por la periferia noreste hacia el suroeste. Esta condición de pobreza
convergente reviste particularidad gravedad, puesto que hablamos de casos de extrema
pobreza cuya localización coincide con espacios periféricos dónde los problemas
ambientales son importantes. Como ejemplo, en la ciudad de Resistencia concuerda con
los radios del cuadrante norte-noreste del aglomerado, que se encuentran próximos al
río Negro (Imagen Nº 45) y a las lagunas que tienen un alto grado de contaminación,
dónde predominan los desagües pluviales con zanjas a cielo abierto (Imagen Nº 46) que
descargan a los cursos de agua o directamente no poseen desagües cloacales (Scornik y
Pelli, 2004); a lo que se suma la saturación periódica de los pozos ciegos y la existencia
de los basurales clandestinos140. Estos elementos, como se dijera anteriormente,
contribuyen a incrementar los valores de mortalidad general e infantil141.

Imagen Nº 45 Imagen Nº 46
Viviendas próximas a las lagunas del Cunetas a cielo abierto.
norte de Resistencia Municipio de Resistencia

Fuente: Municipalidad de Resistencia, 1998 Fuente: Bianucci et. al., 2004

140
Las lagunas de Resistencia se encuentra ampliamente degradadas, con alto contenido de bacterias
coliformes, y presencia de otros géneros y especies (pseudomonas aeruginosas, enterobacter, klebsiella
pneumonae), causantes de diferentes enfermedades gastroentéricas y respiratorias. Además, los residuos
acumulados en torno a los cuerpos de agua, no necesariamente son arrojados por las personas que habitan
en sus entornos, ya que una cantidad importante son traídas de otras zonas de la ciudad y arrojadas allí; de
esta forma, se pueden observar a personas de bajos recursos que, como un modo de ganar algo de dinero,
trasladan la basura en móviles de tracción animal, hasta dichas áreas (Cf. Bianucci et. al, 2004).
141
Fantín (1999) realizando un análisis con los datos censales del año 1991, mencionaba que la
mortalidad en general y sobre todo la infantil aumentaba en las áreas periféricas del aglomerado Gran
Resistencia, especialmente en sectores con contaminación ambiental.

167
El Gran Posadas y Gran Corrientes tienen menos del 20% de hogares con PC
(cuadro Nº 12) y menos de un cuarto de la población en esta condición (Cuadro Nº 13).
Los radios censales que se destacan en la cartografía de ambos aglomerados (Imagen Nº
44), por tener más del 50% de población con IPMH convergente, coinciden
mayoritariamente con los núcleos localizados en las periferias de ambas ciudades; en la
capital misionera aparece en el sector sur de la ciudad y por el cuadrante noreste
siguiendo las vías del ferrocarril, además de los radios meridionales próximos a la ruta
nacional Nº 12. En el caso de Corrientes, concuerda en el área ribereña del noroeste y
suroeste, y en los radios al este de la ruta nacional Nº 12, y si bien no se conforma un
cinturón contínuo que rodea la ciudad, las condiciones de vulnerabilidad
socioeconómica de los habitantes es importante en toda la periferia.

5.8. Régimen de tenencia por tipo de IPMH

Intentando reconocer el grado de precariedad en el acceso al suelo que tienen los


núcleos más carenciados y como una manera de complementar el análisis del IPMH, se
ha representado el régimen de tenencia de la vivienda según el tipo de privación de los
hogares. En efecto, los conjuntos de población que no tienen privaciones, presentan una
situación estable ya que la mayor parte son propietarios de la vivienda y el terreno y en
menor grado son inquilinos. Además, es menor el porcentaje de hogares que se
encuentran dentro del marco informal de acceso a la propiedad privada (solamente un
quinto de los mismos en cada aglomerado).

El régimen de acceso de tipo informal se incrementa considerablemente en los


grupos carenciados; en promedio más del 35% de los hogares con privación patrimonial
y 45% de los hogares con privación convergente primordialmente son solo propietarios
de la vivienda u ocupantes gratuitos residentes en asentamientos informales. Además, la
situación de precariedad se convierte en un condicionante para tener acceso a ciertos
servicios de infraestructura, pero también es un limitante para el acceso a los créditos de
vivienda y, sobre todo para tener cautela en las inversiones destinadas a mejorar o
ampliar su vivienda (INDEC, 1989:56).

168
Por otra parte, se observa un importante porcentaje de hogares con privación por
recursos corrientes que alquila una vivienda; condición que es muy notoria en
Corrientes, probablemente porque el IPMH capta a los estudiantes universitarios
(mayormente residentes de otros lugares) que provisoriamente alquilan una vivienda
para continuar sus estudios superiores.

Además hay un alto porcentaje de hogares con PC en la ciudad de Formosa que


son propietarios de la vivienda y el terreno (61,8%), mientras que en las restantes
ciudades, no superan el 50%, es probable que esta situación coincida con familias que
después de mucho tiempo, pudieron acceder a un título de propiedad aunque cuentan
con bajos ingresos y residen en una vivienda con deficiencias en la infraestructura.

Figura Nº 17
Régimen de tenencia por hogar, según tipo de IPMH. Capitales del NEA, 2001
Gran Corrientes 2001 Gran Posadas 2001

100% 100%

80% 80%

60% 60%
% %
40% 40%

20% 20%

0% 0%
SP PR PP PC SP PR PP PC
Tipo de IPMH Tipo de IPMH

P ro p. VyT P ro p. Viv Inquilino Ocupa. P rést. Ocupa. Trab. Otro s P ro p. VyT Pro p. Viv Inquilino Ocupa. Prést. Ocupa. Trab. Otro s

Gran Resistencia 2001 Formosa 2001

100% 100%

80% 80%

60% 60%
% %
40% 40%

20% 20%

0% 0%

SP PR PP PC SP PR PP PC
Tipo de IPMH Tipo de IPMH

P ro p. VyT P ro p. Viv Inquilino Ocupa. P rést. Ocupa. Trab. Otro s P ro p. VyT Pro p. Viv Inquilino Ocupa. Prést. Ocupa. Trab. Otro s

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

169
5.9. La Incidencia del IPMH en las capitales del NEA

Con respecto al grado de Incidencia del IPMH, se recuerda que se define como
la suma de los hogares con algún tipo de privación, sea sólo de recursos corrientes (PR),
sólo patrimonial (PP) o convergente (PC) sobre el total de hogares. En este caso, se
pueden identificar los radios que presentan una mayor incidencia de algún tipo de
privación, considerando las unidades que tienen un valor superior al 60% (Imagen Nº
47).

Cuadro Nº 18
Incidencia del IPMH en valores relativos. Capitales del NEA, 2001
Incidencia Nivel Gran Rcia. Gran Ctes. Formosa Gran Pdas.
4,40-19,99 I 3,1 2 2,5 3,2
20-39,99 II 15,2 19 10,2 19,2
40-59,99 III 18,3 33,7 19,3 24,1
60- 100 IV 63,4 45,3 68,0 53,5
Total absoluto 48127 38400 26766 34520

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

En forma general, la posibilidad de sufrir algún tipo de privación aumenta del


centro a la periferia, siempre en sentido en forma anular- lineal, siguiendo las avenidas
de circulación más importantes y presentando una incidencia menor en algunos barrios
planificados.

Si se analizan los datos de los aglomerados, la incidencia de la pobreza es mayor


en Formosa y el Gran Resistencia (Cuadro Nº 18) que tienen respectivamente, el 68% y
63% de los hogares en el nivel IV, lo que indica que existe un porcentaje muy alto de
hogares que es afectado con algún tipo de privación y por lo tanto, son dos ciudades
donde la incidencia como la pobreza extrema son elevados. Los porcentajes mayores
están en los bordes externos de estas urbes, donde se observan condiciones más críticas.

Por otra parte, nuevamente el Gran Posadas y Corrientes cuentan con valores
porcentuales menores, especialmente la capital correntina tiene un 45% del total de los
hogares en el nivel IV. En ambas aglomerados, la distribución espacial muestra una

170
Imagen Nº 47

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

171
mayor incidencia de la pobreza en las periferias lindantes con el Paraná y prosiguiendo
las rutas nacionales y las vías de los ferrocarriles.

5.10. La Intensidad del IPMH a nivel de radio censal

A través de la Intensidad de IPMH, se busca resaltar el porcentaje de los hogares


con privación convergente (PC) con respecto al total de hogares con algún tipo de
privación, ya sea de recursos corrientes (PR), patrimonial (PP) o inclusive privación
convergente (PC). Por lo tanto, con este indicador se pueden reconocer los espacios
dónde la pobreza muestra la combinación de ambos tipo de privaciones: la estructural y
la coyuntural, reconocer las ciudades que presentan condiciones críticas de pobreza y
localizar espacialmente los “núcleos duros de pobreza”. Por otra parte, se logra
distinguir grados y situaciones que dan cuenta de las diferencias cuantitativas entre los
hogares pobres en cada ciudad estudiada.

Se han considerado cuatro niveles de referencia y su delimitación, inicialmente


se hizo con el software informático ArcView 3.1 a fin que el programa realizara un
primer agrupamiento de los registros. Una vez que obtenidos los cortes naturales,
definimos los límites de cada intervalo considerando los umbrales comunes en las
cuatro capitales el NEA.

En el cuadro Nº 19 se pueden observar varias particularidades en cuanto a la


intensidad de la pobreza. En primera instancia, los totales absolutos revelan que el Gran
Resistencia tiene el mayor número de pobres de las cuatro capitales mientras que
Formosa posee la menor cantidad. Entonces habría una relación directa, ya que a mayor
número de habitantes en las ciudades, hay mayor cantidad de pobres urbanos, por lo
menos en los resultados obtenidos en estas cuatro ciudades.

No se pretende entrar en detalles acerca de los valores relativos, ya que el cuadro


es más que elocuente; simplemente se puede destacar que el aglomerado con una menor
intensidad de pobreza convergente es Gran Corrientes, que tiene un 53% de los hogares
en dos primeros niveles de intensidad; seguido por el Gran Posadas, que concentra el
56% de los hogares en los niveles intermedios. Mientras que los las ciudades con
mayores déficits son Formosa y el Gran Resistencia ambos con poco más del 60% de

172
los hogares en los niveles III y IV. Este conjunto de hogares, cuenta con viviendas
precarias, sin servicio sanitario, ocupando informalmente los terrenos y población con
un bajo nivel educativo. Estas familias requieren inmediatamente la aplicación de
políticas de saneamiento social y ambiental, así como el acceso laboral efectivo. Para
mejorar esta condición se implementaron los planes sociales de fines del siglo XX.

Cuadro Nº 19
La Intensidad del IPMH en valores relativos. Capitales del NEA, 2001
Intensidad Nivel Gran Ctes. Gran Pdas. Gran Rcia. Formosa Total NEA
0-19,99% I 33,4 23,6 18,7 16,5 34459
20-39,99% II 31,7 29,8 19,4 23,8 38221
40-59,99% III 25,1 26,6 37,5 32,9 45756
60-100% IV 9,5 19,8 24,2 26,6 29377
Total absoluto 38400 34520 48127 26766 147813

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

5.11. La localización espacial de los “núcleos duros” de la pobreza

La representación espacial de la Intensidad del IPMH a nivel de radio censal,


permite reconocer diferentes los núcleos de concentración de las áreas más carenciadas
de la ciudad, es decir la localización de los casos de extrema pobreza. Por ello, se
consideró el nivel IV (radios que tienen más del 60% de sus hogares en esta condición)
para reconocer la concentración de los espacios con condiciones críticas (Imagen Nº
51).

5.11.1. La capital correntina

Corrientes muestra un crecimiento anular de la intensidad, con los espacios más


críticos por el extremo sur, el suroeste, el oeste y en el norte. Como se observa, los
radios con más del 60% con población en el Nivel IV de intensidad, tienen una
distribución puntual en la ciudad y no hay lugar a la conformación de un anillo o
cinturón continuo que rodee el aglomerado.

173
Se reconocen los núcleos pioneros de expansión urbana a través de la ocupación
del espacio por medio de los asentamientos informales; hacia el este de la ruta nacional
Nº 12 y siguiendo la ruta provincial Nº 5 y la avenida Centenario. Hacia el norte, en las
proximidades del “Bañado Norte” y de “Molina Punta”142, es resultado de barrios
antiguos en situación de informalidad, con baja densidad de población pero alto
porcentaje de hacinamiento. Al respecto, se pueden citar barrios como “Canal 13”,
“Anahí” o los localizados en las proximidades de los terrenos del aeropuerto “Piragini
Niveyro”.

Se observa un conjunto de radios al este de la avenida Maipú, en la zona


conocida como Laguna Seca, que coincide con barrios como “La Olla”, “Paloma de la
Paz” o “Irupé” y el sector septentrional del barrio “Ingeniero Serantes”. En cambio, por
el suroeste se destacan los radios censales cercanos a la ribera oeste del Paraná, que
coincide con barrios informales instalados a lo largo de la década de 1990, en dónde se
encuentran barrios como “55 viviendas” y “Patono” (Imagen Nº 48).

Imagen Nº 48
Barrio Patono. Municipio de Corrientes
Barrio Patono, en sector sureste de la capital correntina.
Viviendas monoambientes, con pared de ladrillo
enrasado o con ladrillos huecos, piso de tierra o cemento
alisado. Generalmente, el hogar tiene una habitación
pequeña como dormitorio y otra, que es cocina comedor.
Se observa la ausencia de veredas, pavimento,
alumbrado público y cloacas.
Fuente: Mignone, 2010

142
En la actualidad, se han construido un número importante de obras para paliar la condición
habitacional de la población con menores recursos. Así tendremos (entre otros) los núcleos
habitacionales: “136 Viviendas”, “250 Viviendas”, “76 Viviendas”, “90 Viviendas”, “40 Viviendas”,
“250 Viviendas”. Muchas de estas unidades se inauguraron sin que tengan instalados los servicios
esenciales como el agua, el alumbrado público, el pavimento o la simple recolección de residuos.

174
Imagen Nº 49
Barrio La Esperanza. Municipio de Corrientes

Barrio “La Esperanza”, en la zona sur de la ciudad de


Corrientes. También se puede apreciar la calidad de la
vivienda, así como la ausencia de servicios básicos.

Fuente: Mignone, 2010

Imagen Nº 50
Barrio La Esperanza. Municipio de Corrientes

Barrio “La Esperanza”. Viviendas en las


proximidades de un arroyo. El paisaje presenta
características de un espacio rururbano.

Fuente: Mignone, 2010

Al sur de la ciudad y desprendido de la trama urbana aparece como caso


particular el radio censal que corresponde al “Barrio Esperanza”, un importante núcleo
de pobreza originado mediante el loteo del municipio capitalino, para la relocalización
de la población inundada en el año 1983 (Barreto, 2002). Con el correr del tiempo el
barrio se densificó manteniendo sus características originales, con ausencia de
posibilidades económicas para “comprar suelo urbanizado”. Es un barrio con caracteres
periurbanos, dónde lo urbano se mezcla con ciertos caracteres del paisaje rural. En las
imágenes Nº 49 y Nº 50 se pueden observar que las viviendas cuentan con el servicio de
electricidad y probablemente con agua en el terreno143, pero las mismas no tienen

143
En el año 1991, se privatizó el servicio de agua corriente en la capital correntina. Sin embargo, el
“Barrio Esperanza” quedó fuera del área de concesión de la empresa “Aguas de Corrientes”. En principio
esto no afectó su funcionamiento, pero la población aumentó y con ello los problemas en la provisión.
Las respuestas se hicieron oír rápidamente: “…el agua que consumimos sale muy herrumbrada, sobre
todo en la época de calor; y a veces tiene arenilla. Esto hace que los chicos se enfermen y que siempre
tengamos que hervir el agua”, exclamaba un ama de casa del barrio (Sánchez, 2008).

175
veredas, así como tampoco cuentan con alumbrado público y pavimento; mientras que
el servicio de recolección de residuos es dos veces a la semana. Es un espacio donde lo
natural todavía se mezcla con los caracteres propios del ámbito urbano.

5.11.2. El Gran Posadas

En Posadas, el sector con alto grado de privaciones se prolonga por el este y


hacia el sur-sureste, prolongado a través de la ruta nacional Nº 12. Posadas se ha
caracterizado por tener un crecimiento desordenado, especialmente por loteos realizados
con el único propósito de lograr una mayor renta de la subdivisión de la tierra en
desmedro de una población con importantes falencias estructurales.

La reubicación de las familias con la culminación de las obras de Yaciretá,


alteraron la distribución de la población, el traslado de aproximadamente 290 unidades
de viviendas correspondientes al área dónde se instaló el obrador y cabecera del puente
internacional Posadas- Encarnación y la necesidad de de realizar la construcción de unas
60.000 viviendas para relocalizar la población urbana y rural afectada por el embalse de
la represa hidroeléctrica (Foschiatti, 2003) se sumaron a los problemas existentes en
este sentido y aumentaron la pobreza estructural.

Hacia el sur, coincide con un gran porcentaje de población relocalizada por


causa de la represa Yaciretá (Foschiatti, 2003). Se puede mencionar que el uso de suelo
residencial es relativamente heterogéneo y que los diferentes niveles socio económicos
están entremezclados y crecen los asentamientos de población pobre en las tierras
urbanas intersticiales de bajo valor (Díaz Orueta y otros, 2000).

176
Imagen Nº 51

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

177
Asimismo, en el sector sureste existen actividades que movilizan población de
niveles socio económicos medios- bajos coincidiendo con las zonas de ocupación de
asentamientos informales en las proximidades del arroyo Zaimán (POBUR, 1996), a la
vera de la ruta nacional Nº 12 y con los hogares residentes hacia las inmediaciones del
acceso sureste de la ciudad.

Por el noroeste, se encuentran los radios censales que coinciden con “Villa
Cabello”, El Laurel”, “12 de Octubre”, “Ramón Brouse” muy próximos a la ribera del
Paraná o sobre el arroyo Antonina; y al oeste están los barrios “López y Planes”, “30 de
Octubre” y “Cristo Redentor” con dificultades asociadas a déficits estructurales. Por
otra parte, la presencia de un mayor número de población cuentapropista en Posadas, se
asocian a las actividades comerciales fronterizas sin las consabidos mecanismos legales
que requieren en su accionar. Parte de esta población es de origen paraguayo, y se
concentra en el sector norte de la ciudad, próximo a la ribera del Paraná (Mignone,
2009).

5.11.3. El Gran Resistencia

Hay una fuerte presencia de los hogares con pobreza extrema (más del 60%)
en toda la periferia de los cuatro municipios que integran el Gran Resistencia.
Especialmente en los cuadrantes norte, noreste y en el sur- suroeste se han
configurado grandes áreas urbanas con sectores de población con bajo niveles
socioeconómicos. En el primero de los casos, coincide con norte de los municipios
de Fontana que se ha caracterizado por recibir en los últimos tiempos, el mayor
volumen de población migratoria del interior provincial y del propio proceso de
relocalización espacial, con alto índice de precariedad e insuficiencia en la
infraestructura y los servicios. Asimismo, comprende el sector septentrional de
Resistencia, en áreas cuya pobreza es estructural y no han podido mejorar su calidad de
vida.

Por el sur-sureste, abarca los municipios de Resistencia, Barranqueras y Puerto


Vilelas, esta última ciudad que tuvo su quiebre a partir de los ‘80 por la recesión y crisis
en el ámbito nacional, sumado al proceso de desindustrialización y reforma estatal en

178
los ‘90, que llevaron al cierre de todas las fábricas instaladas en la localidad. En las
últimas dos décadas se acrecentaron los núcleos espontáneos con población joven y
localizados en áreas con cotas muy bajas y propensos a las inundaciones periódicas.
Asimismo, durante la década de 1990, se redujo considerablemente la creación de los
barrios planificados, dificultando aún más el acceso a la vivienda.

La intensidad es importante hacia el sur de Resistencia, que por sus dimensiones


producen un fuerte impacto visual, que extiende el ejido de la ciudad mayoritariamente
con ocupaciones ilegales de terrenos, cuyos habitantes residen en viviendas con
materiales precarios, alto grado de hacinamiento, empleos informales y bajo nivel
educativo.

5.11.4. La ciudad de Formosa

Conjuntamente con el Gran Resistencia, la ciudad de Formosa tiene los mayores


porcentajes de hogares en los niveles más altos de intensidad. En este aglomerado, los
obstáculos naturales han sido desbordados por la expansión urbana, dando lugar a un
cinturón marginal de población que en forma continua rodea toda la ciudad, y que
cuenta solamente con el servicio de agua potable. Esto ocurre especialmente en todo el
noroeste y sur, próximo a la avenida Gendarmería Nacional, la ruta nacional Nº 11 y
especialmente sobre el riacho Formosa, dónde se concentran más del 80% de hogares
por radio censal, agrupándose personas de la misma condición social ante la facilidad de
los vínculos y de las redes sociales establecidas, y en la búsqueda de acceso a un terreno
propio. Estas altas densidades de población pobre, coincide con barrios como “San
Agustín”, “El Palomar”, “Stella Maris”, “Los Inmigrantes”, “Eva Perón”, “Simón
Bolívar”, entre otros.

Otros radios que concentran fuertes densidades, se localizan próximos a la


intersección de la avenida Gendarmería Nacional y las vías del ferrocarril Gral.
Belgrano, en los barrios “San Juan” y “San Antonio”.

179
5.12. Recapitulación

La aplicación de los desvíos estándar, con el objeto de comparar las variables


simples asociadas con la pobreza, revela la presencia de radios censales con elevados
desvíos que aumentan desde el centro a la periferia de los aglomerados. La localización,
comienza a determinar ciertos espacios de las ciudades con grandes deficiencias, en el
aspecto edilicio, el hacinamiento, la formación educativa y la seguridad social.

Esta distribución coincide mayoritariamente con la distribución espacial de los


niveles del IPMH, indicador que además de reconocer el crecimiento anular de la
pobreza hacia la periferia, permite detectar los radios que presentan mayores carencias
según el tipo de privación.

A medida que se incrementa el grado de privación, encontramos población más


joven, con menor nivel de instrucción y con altas tasas de natalidad y mortalidad
general e infantil. Asimismo, la localización espacial revela que los peores casos de
pobreza van a estar en las áreas de expansión de los ejidos urbanos, a grandes distancias
del casco central y donde existen dificultades para la provisión de los servicios básicos
y mayor condiciones de hacinamiento en los hogares. También, la ubicación va a
coincidir con las zonas ribereñas, los ríos y arroyos o los sistemas lenticulares que
atraviesan las ciudades y generan periódicos anegamientos o inundaciones. O bien,
siguen las principales vías de circulación, como las vías de ferrocarril, las rutas
nacionales o las avenidas de ingreso a las ciudades.

En forma comparada, la ciudad de Corrientes tiene un menor porcentaje de


hogares con privaciones, y prima una pobreza de tipo coyuntural, asociado con
dificultades laborales y la percepción de bajos ingresos. Los barrios que concentran este
tipo de pobreza, se localizan por el cuadrante sureste del aglomerado.

Existen sectores de Corrientes, con que radios congregan casos de extrema


pobreza como: las riberas norte y suroeste de la ciudad, en el sector conocido como
“Laguna Seca”, al oeste de la ruta nacional Nº 12 y por el sur en el barrio “La
Esperanza”.

La siguiente ciudad es el aglomerado Gran Posadas, donde aumentan los


porcentajes de IPMH, porque se incrementan las privaciones por recursos corrientes y
convergente. Esta capital también se destaca por el porcentaje de hogares con privación

180
por recursos corrientes, primordialmente en barrios de bajos ingresos que pudieron
mejorar la infraestructura de sus viviendas mediante los distintos programas de orden
nacional y provincial. A ello, se suman los barrios construidos para la población
relocalizada por causa del embalse Yaciretá, en el barrio homónimo.

Los radios con casos de extrema pobreza están concentrados en la periferia


sureste, en las proximidades del arroyo Zaimán y se prolongan por la ribera oriental del
Paraná y la ruta nacional Nº 12.

Las peores condiciones estarían en el Gran Resistencia y en Formosa, con los


mayores porcentajes de IPMH convergente. Este tipo de privación envuelve a la
periferia de ambas ciudades, que en el caso de la capital chaqueña, coincide con el área
de lagunas y cursos de agua del sector norte, en muchos casos con números barrios o
villas que históricamente han presentado condiciones de carencias y situados en áreas
de vulnerabilidad hídrica; mientras que el cuadrante sur-sureste coincide con áreas de
expansión, mayormente con ocupaciones ilegales de terrenos.

En Formosa se destacan los cuadrantes norte y oeste, que coinciden con los ejes
de expansión de la ciudad, siguiendo el sentido de la vía del ferrocarril “Manuel
Belgrano” y la ruta nacional N° 11. Al igual que en la capital chaqueña, el mecanismo
de las ocupaciones ilegales de los terrenos, sería la modalidad imperante en la periferia
de Formosa.

181
Capítulo Nº 6
La segregación por pobreza en las capitales del NEA

Como se ha visto en el capítulo anterior, la pobreza muestra una intensidad y una


incidencia diferente en los hogares de las cuatro capitales del NEA, cuyos efectos tienen
magnitudes desiguales y con un crecimiento del fenómeno desde el centro a la periferia de
las ciudades, incremento que ha dado lugar a los bordes con calidad heterogénea en lo que
hace a servicios, equipamiento e infraestructura, opuesta a la denominada área central,
“casco central” o “casco histórico” dónde se concentran las principales actividades
(administrativas, comerciales, financieras, gubernamentales, etc.), con convergencia de los
principales medios de transporte y usualmente, un fuerte crecimiento en altura (viviendas
en torre). Por lo tanto, en una primera instancia, hay que considerar que existiría una
cuestión de “prestigio” o de “estatus social” que originaría una competencia para acceder a
los mejores espacios dentro de las ciudades; esta situación da lugar a la segregación de las
personas y de los distintos tipos de actividades que realizan. Ese dominio de un grupo
sobre el otro, se encontraría basado en el poder económico de los grupos poblacionales y
en el valor del suelo urbano (Buzai, 2003:38) y se da en el marco de una lucha por la
existencia que se cristaliza y resulta en la organización de la sociedad y determina la
distribución espacial de los individuos (Theodorson, 1974). Los estratos más bajos de la
población, no cuentan con los recursos económicos para poder competir con grupos que
tienen mejor posición económica, lo que condiciona su localización en lugares poco aptos
para la instalación de los habitantes.

También es importante tener en cuenta el fenómeno de la dominación, que en el


marco de las actividades urbanas, está primordialmente en función de la distancia (en
tiempo/costo) al denominado centro de negocios. Por lo tanto, todos aquellos lugares que
logren alcanzar una gran concentración de actividades y de población en el centro o
cercano al mismo, darían muestras manifiestas de poder y dominación.

De esta manera, se puede afirmar que la pobreza es un fenómeno que muestra las
diferencias socioeconómicas que existen entre los habitantes urbanos, y esa inequidad
condicionará en gran medida la localización de los grupos carenciados en los ejidos
urbanos, instalación que permitiría asociarlo con los caracteres de segregación espacial.
Por lo tanto, atendiendo al hecho que la pobreza conlleva implícito una “diferenciación”

182
entre los hogares o las personas, es importante evaluar la “segregación por pobreza” como
un fenómeno propio que permite identificar los enclaves, espacios o “ghettos de pobreza”
en el interior de las ciudades, considerando las condiciones socioeconómicas deficitarias.
Esta segregación por pobreza, es lo que se pretende cuantificar y comparar entre las cuatro
capitales, caracterizando las diferencias más notorias entre las mismas.

6.1. El concepto de segregación

En su primera acepción, la Real Academia Española define a la segregación como


la acción y efecto de segregar; es decir, de separar o apartar una cosa de otra u otras. Sin
embargo, el uso del término segregación ha generado situaciones ambiguas ya que se
aplica a una gran diversidad de circunstancias, en algunas de las cuales no es tan clara la
intencionalidad, así como que resulta más difícil distinguir a los grupos involucrados (cf.
Formiga 2000). Además, la conceptualización es muy diferente según la disciplina que
analiza el fenómeno y tiene el inconveniente que en el imaginario social, el uso del término
segregación implica discriminación, o presupone una idea similar.

La segregación específicamente en el ámbito urbano implica la distancia física


entre la localización residencial de los grupos sociales, de esta manera se entiende a la
segregación urbana como la tendencia a la organización del espacio en zonas de fuerte
homogeneidad social interna y de fuerte disparidad social entre ellas, entendiéndose esta
disparidad no sólo en términos de diferencia, sino de “jerarquía” (Castells, 1974).

Según Brun (en Brunet y Rhein 1994 citado por Formiga, 2000), la aplicación más
precisa y menos discutible del proceso de segregación en el ámbito urbano, corresponde a
los espacios ocupados por los grupos más pobres, los que establecen una clara
diferenciación en la morfología urbana. Estas áreas, generalmente localizadas en el borde
de la ciudad, presentan una alta asociación de indicadores que revelan las condiciones de
carencia y privación que se relacionan tanto con el grupo de población como en su hábitat,
que pone de manifiesto la exclusión económica, social y cultural de estos grupos

El estudio de la segregación, se ha transformado es un objeto de estudio en el


campo de diferentes disciplinas científicas. Sin embargo, la conceptualización es muy
diferente según la ciencia que lo analiza y tiene el inconveniente que en el imaginario

183
social, el uso del término segregación implica discriminación, o propone una idea similar.
Por otra parte, se lo toma como sinónimo de desigualdades sociales, exclusión social e
incluso pobreza; y en muchos casos es la forma propia que tienen los estudiosos de la
ciudad latinoamericana para llamar a la pobreza urbana144 (Sabatini et. al. 2001).

Asimismo, el enfoque presenta diferencias de acuerdo con los lugares dónde se lo


analice; así, por ejemplo, la segregación de tipo residencial se asocia en el mundo
anglosajón con espacios culturales vinculados a cuestiones étnicas y migratorias; por lo
tanto el parámetro de medición pasa especialmente con razones asociados a fenómenos
raciales. En cambio, en las ciudades latinoamericanas la segregación residencial hace
referencia a los vínculos territoriales entre los estratos socioeconómicos, considerando la
concentración de grupos que tienen características socioeconómicas similares, por lo tanto,
ha estado más relacionado con los estudios de concentración espacial de la pobreza145.

Por lo tanto, se ha optado por considerar que la segregación es el grado de


proximidad espacial o la aglomeración geográfica de hogares de una misma categoría
social (cf. Sabatini, 2000), que en nuestro caso serían los hogares pobres. Por lo tanto,
remite a las diferencias o desigualdades sociales que existen en el espacio físico, dónde los
sujetos se encuentran separados en categorías que presentan cierto grado de distinción
jerárquica o valorativa. A ello, se suma el hecho de existir una ausencia o escasez relativa
de mezclas socioeconómicas dentro de las unidades territoriales de la ciudad (cf.
Rodríguez Vignoli, 2001). De esta forma, el concepto de segregación apunta a un
fenómeno espacial que es independiente de la distribución del ingreso y de las diferencias
sociales, por mucho que la segregación residencial esté relacionada con una y otras o que
pueda incidir en ellas, por ejemplo contribuyendo a aumentar las desigualdades (Sabatini y
Sierralta, 2006).

La escala de trabajo que nos permite alcanzar un mayor grado de desagregación


espacial, nuevamente son los radios censales, considerando que esta unidad censal presenta
una la mayor homogeneidad y entendiendo que el radio será homogéneo no por la
similaridad de sus hogares, sino porque un hogar que sea elegido arbitrariamente tiene una
característica determinada que se repite en todas las partes del área.

144
A decir de Sabatini (2003), la segregación residencial refleja los procesos de diferenciación social antes
que las diferencias sociales, debido a que la relación existente entre diferencias sociales y segregación
espacial sería inversa antes que directa, como habitualmente se asume.
145
Cabe acotar que en los últimos tiempos, con el crecimiento de los countries y barrios privados en ciudades
latinoamericanas, han ido aumentado las investigaciones acerca de la “segregación por riqueza” o también
conocido como los “archipiélagos de riqueza” (Janoschka, 2002; Borsdorf, 2003).

184
6.2. Los índices de segregación y sus consideraciones metodológicas
Los indicadores de segregación surgen de la clasificación hecha por Massey y
Denton (1988), donde los autores proponen que la segregación se manifiesta a través de
varias dimensiones como: igualdad, exposición, concentración y agrupamiento
(clustering)146. Para cada dimensión existe al menos un indicador básico de medida y a
través de su aplicación empírica se demuestra estadísticamente que las medidas obtenidas
por los diferentes indicadores son independientes entre sí (Lavía Martínez, 2008). En este
caso, con los diferentes indicadores, se busca reconocer situaciones de segregación por
pobreza cuando:

* Existe un área dónde se localiza la mayor parte del grupo minoritario en cuestión
(distribución desigual).

* Se reconoce una zona homogénea habitada casi en su totalidad por población del
grupo minoritario (aislamiento fuerte).

* Un grupo se distribuye en unidades espaciales inmediatamente contiguas,


generando enclaves en la ciudad (autocorrelación alta).

* Se observa una zona, que refleja una parte pequeña del territorio analizado, dónde
la densidad de población del grupo minoritario alcanza valores elevados (concentración
elevada).

Los indicadores utilizados para la medición de la segregación por pobreza fueron


los siguientes:

* Índices de igualdad - Índice de segregación (IS)


- Índice de Disimilitud de Duncan (ID)
- Índice de Desigualdad Corregido por la longitud
de frontera (Dw)
- Índice de Desigualdad Corregido por la forma
(Ds)

* Índices de exposición - Índice de Interacción (xPx)


- Índice de Aislamiento (xPy)

146
Las fórmulas correspondientes a los diferentes índices de segregación, se pueden consultar en el Anexo
VII de este informe.

185
* Índices de concentración - Índice Delta (DEL)
- Índice de Concentración Absoluta (ACO)
- Coeficiente de Localización (QL)

* Índices de autocorrelación - Índice de Moran Global (I)


- Índice de Moran Local (Ii)

Estos índices facilitan el análisis sobre la concentración espacial de la población en


un determinado ámbito urbano, pero los indicadores cuentan con una serie de
inconvenientes metodológicos que se deben tener en cuenta al efectuar las mediciones.
Una de las cuestiones va asociada con el tipo de unidad territorial sobre la que se realiza la
medición, porque aunque se comparen las ciudades utilizando la misma unidad censal, en
cada aglomerado varía el número de unidades, el tamaño de las mismas y por lo tanto, el
grado de homogeneidad interna de la variable utilizada. En consecuencia, se acepta que la
elección de un tipo de unidad residencial básica utilizada para medir la segregación en un
caso concreto, afecta los resultados y la variabilidad de las medidas que dan los índices. El
efecto principal sería que cuanto más pequeñas y/o más internamente homogéneas son las
unidades, mayor segregación muestran los índices (cf. Lavía Martínez, 2008).

Otro factor está vinculado con la escala de análisis, en razón que al calcular los
índices necesariamente se requiere delimitar las áreas de medición, restringiendo la
información a sólo una escala espacial. Este es un problema metodológico de los estudios
de segregación porque para medirla, se debe definir el nivel de análisis de la información
(departamento, fracción, radio censal, barrio, etc.), condición que interfiere directamente
en el fenómeno que se pretende medir (cf. Sabatini y Sierralta, 2006).

Asimismo, cada dimensión de la segregación puede presentarse en distinto grado y


la combinación de las mismas varía en función del tipo de segregación que se trate y del
ámbito y nivel en que se mida. Es decir, las diversas formas en que puede manifestarse la
segregación de un grupo que está “aislado” son muchas y complejas. Por último, la
interpretación de los resultados requiere no solo el conocimiento de lo que se mide,
también hay que considerar el ámbito y la realidad concreta que se pretende medir, ya que
formalmente no existe una escala de interpretación preestablecida universalmente que
permita definir a partir de qué valores un índice de segregación reconoce condiciones de

186
desigualdad territorial (cf. Lavía Martínez, 2008). A pesar de las limitaciones
mencionadas, se considera que los resultados obtenidos en esta investigación, permiten dar
una aproximación cuantitativa de las condiciones de segregación de los hogares pobres
localizados en las cuatro capitales del nordeste argentino.

Como se dijera en la introducción, la información censal fue normalizada mediante


el uso del software REDATAM+SP, desarrollado por CELADE- CEPAL, que permite
procesar la información contenida en bases de datos comprimidas y muy extensas, como las
provenientes de censos de población completos147. Posteriormente, se efectuaron los
cálculos de los índices de igualdad, exposición y concentración utilizando el software
Segregation, mientras que los resultados de autocorrelación global y local se obtuvieron
por medio del Geoda 0.9.5148.

A efectos de poder medir cuantitativamente la segregación por pobreza, se utilizó el


Índice de Privación Material de los Hogares, indicador que ya fue desarrollado en el
capítulo Nº 5 y que nos permite medir las privaciones de la población partir de datos
censales, identificando diferentes grados de carencia de los hogares. Según el tipo de
privación y de acuerdo con el índice de segregación que se utilice, es posible reconocer si
los hogares con condiciones de pobreza, tienden a concentrarse en el interior de los
aglomerados o simplemente presentan condiciones aleatorias en su distribución.

6.3. Los índices de igualdad en la medición de la pobreza

Un primer paso para medir la segregación, es por intermedio de los índices de


igualdad. En este estudio, inicialmente se utilizaron el índice de Segregación (IS) y el
índice de Disimilaridad de Duncan (ID). Ambos varían entre cero y uno, valores que
corresponden respectivamente a una distribución exactamente igualitaria y una distribución
de máxima segregación. El valor de estos índices se puede interpretar como la proporción
del grupo minoritario que tendría que cambiar de residencia o ser relocalizado para obtener
una distribución igualitaria en las unidades territoriales (Massey y Denton, 1998). La
diferencia radica en que el IS compara la diferencia entre la proporción de individuos del
147
A través de los microdatos (en este caso datos de los hogares pobres), se pueden generar diversas tabulaciones
para cualquier área geográfica definida por el usuario.
148
Ambos programas permiten trabajar la información contenida a través de los Sistemas de Información
Geográfica (SIG).

187
grupo minoritario y la proporción del resto de población, mientras que el ID compara
proporciones de dos grupos y no del grupo respecto al resto.

Sin embargo, tanto el IS como el ID de Duncan no permiten incorporar el


componente espacial en el análisis, entonces los resultados resultan sensibles a la
configuración territorial de las subunidades dentro de la ciudad (Martori y Hoberg, 2004).
Por ello, surgieron otros indicadores que incorporan la información espacial para el cálculo
del índice, como el Índice de Desigualdad Corregido por la Frontera (Morill, 1991), el
Índice de Desigualdad corregido por la Longitud de Frontera y el Índice de Desigualdad
Corregido por la Forma (Wong, 1993, 1998). Estos índices fueron desarrollados a partir del
uso de los sistemas de información geográfica y con la disponibilidad de contar con datos
de población georreferenciados desarrollados a partir del uso de los sistemas de
información geográfica (SIG).

Para el análisis se han incorporado el Índice de Desigualdad Corregido por la


Longitud de Frontera (Dw) y el Índice de Desigualdad Corregido por la Forma (DS). El
primero de ellos, tiene en cuenta la diferencia de proporciones del grupo minoritario en las
unidades de la ciudad que son contiguas, es decir que es sensible a la presencia de clusters
de subáreas que tienen una composición social similar. Pero también considera que las
posibilidades de interacción entre los grupos residentes en unidades espaciales contiguas
dependen de la longitud de la frontera que separa a las unidades vecinas, interacción entre
los individuos que se supone proporcional a la longitud de frontera común (Wong 1993,
1998). Con este índice, subyace la idea que la interacción entre unidades disminuye el
nivel de segregación expresado en términos de la Disimilitud.

Asimismo, al incorporar los elementos de configuración espacial, también se debe


considerar la forma geométrica de los radios censales y por ello se utiliza el índice de
Desigualdad corregido por la Forma. En este caso, la forma de los radios afecta la
probabilidad de interacción entre individuos de diferentes grupos en unidades vecinas
(Wong, 1993, 1998). La medida más sencilla para el cálculo de la forma, es la relación
entre perímetro y área, por lo tanto el cociente entre estas dos magnitudes determina lo que
se denomina compacidad de la unidad. La compacidad es mínima cuando el cociente es
máximo y a más compacidad menor probabilidad de interacción (Martori y Hoberg, 2004).

188
6.4. El tipo de privación y los caracteres de segregación

Considerando el índice de segregación (IS) y analizando los distintos tipos de


privaciones del IPMH (cuadro Nº 20), se puede reconocer que los hogares con Privación
Convergente (PC) cuentan con una mayor concentración en las capitales del NEA, ya que
en las cuatro ciudades es necesario redistribuir más del 50% de los hogares con pobreza
extrema para que no exista segregación149. En cambio, la Privación por Recursos
Corrientes (PR) mostraría una menor segregación que la Privación Patrimonial (PP)
probablemente por el fenómeno que miden: la primera está vinculada con el ingreso de los
hogares, por lo tanto con situaciones coyunturales que son dinámicas y fluctuantes;
mientras que la segunda está asociada con la vivienda, componente estructural150 sujeto a
cambios lentos en el tiempo y en el territorio.

El índice revela que la segregación aumenta conforme varía el tipo de pobreza, por
lo tanto, los conjuntos con carencia extrema tienden a estar más segregados en el espacio
urbano, lo que permite asociarlo a una segregación impuesta por las condiciones
socioeconómicas.

Por otra parte, relocalizar el 50% de la población con privación convergente, para
que en términos socioeconómicos no exista segregación, indirectamente está dando las
pautas de los grandes requerimientos o inversiones en vivienda, transporte y servicios
públicos que debe existir por parte de los diferentes estamentos gubernamentales, e
inclusive del sector privado.

Cuadro Nº 20
Índices de segregación (IS) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001
REC. CORRIENTES (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
Corrientes 0,257 Resistencia 0,321 Corrientes 0,491
Resistencia 0,269 Corrientes 0,332 Resistencia 0,502
Posadas 0,285 Formosa 0,334 Posadas 0,519
Formosa 0,319 Posadas 0,335 Formosa 0,523

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

149
Esa concentración es mayor en las periferias y en las áreas de expansión urbana de las ciudades.
150
La vivienda con el tiempo puede modificar su infraestructura, pero la misma permite aproximarnos a un
conocimiento sobre el nivel socioeconómico de la población residente en las moradas.

189
En esta primera instancia, el índice IS revela que el Gran Corrientes sería la ciudad
con menor grado de segregación, especialmente con las privaciones por recursos corrientes
y convergente. Esta situación es significativa porque el cuadro Nº 11 del anterior capítulo,
se mencionaba que el aglomerado tenía un mayor porcentaje de hogares con privación de
recursos corrientes, pero la concentración espacial de este grupo sería menor en el interior
de la ciudad151.

En segundo lugar se encontraría el Gran Resistencia, ciudad que tiene una de las
“peores capitales” del NEA en cuanto a la intensidad e incidencia de la pobreza (Cuadro Nº
18 y Nº 19 del capítulo 5), pero los hogares con carencias reflejan un valor medio de
segregación de acuerdo con el resultado del IS.

El valor de segregación por privación convergente es más alto en el Gran Posadas y


en Formosa, aunque en esta última capital es más notable por tener el mayor porcentaje de
hogares con Privación Convergente (cuadro Nº 12 del capítulo Nº 5), cuyos residentes
pobres, tienden a instalarse primordialmente en la periferia de la ciudad, en terrenos bajos
y sujetos a periódicas inundaciones por causa del río Paraguay y Formosa, o por cursos
menores que circundan la ciudad (cf. Mignone, 2008).

Por su parte, el ID de Duncan (cuadro Nº 21) fue calculado entre las diferentes
combinaciones de los hogares que no tienen privación respecto a aquellos que lo tienen y a
su vez, entre estos últimos152.

Nuevamente la pobreza convergente es la más alta al compararlo con la población


que no tiene privaciones, en especial en la capital chaqueña, misionera y formoseña, y
estaría marcando condiciones de fuerte segregación o una situación de “hipersegregación”
porque los valores superan el 60% de concentración (Massey 1985). Como ya se dijera,
esta situación se podría asociar a una condición de segregación impuesta por la falta de
medios socioeconómicos que acentúa la diferencia entre la privación convergente y los
hogares sin privaciones, reflejando una distribución desigual entre estos conjuntos. Sin
embargo, no se puede dejar de recordar que el agrupamiento de esta población, también
podría estar asociado a una cuestión de “protección” de la identidad del grupo social o a la
propia preservación de las costumbres, ya que los pobres tienden a aislarse físicamente de

151
No obstante, es probable que puedan existir grupos de hogares pobres separados entre los radios censales
que de forma agregada, hacen desaparecer la segregación individual del grupo.
152
Sabemos de las limitaciones del ID de Duncan, ya planteados por Jargowsky (1997) o por Sabatini y
Sierralta (2006). Sin embargo, su aplicación es necesaria para efectuar la comparación de los diferentes
conjuntos carenciados en las capitales del NEA.

190
otros grupos sociales, lo que pueden compensar razonablemente bien mientras se
mantienen fuertes otras formas de integración social, como la participación de las redes
sociales entre parientes o “vecinos” del lugar, o la incorporación laboral (Sabatini, 2003).
Al respecto, mencionamos que en la encuestas realizadas en asentamientos informales del
Gran Resistencia (presentadas en el capítulo Nº 7), se detectaron casos dónde la población
oriunda del interior provincial, se radica en los lugares dónde tiene la oferta laboral, pero
también buscan convivir en lugares dónde residen familiares y amigos ante las “ventajas”
que eso conlleva.

Cuadro Nº 21
Índice de Disimilaridad de Duncan (ID) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año
2001
Corrientes Posadas Resistencia Formosa
SP-RC 0,281 0,313 0,311 0,308
SP-PP 0,464 0,501 0,522 0,564
SP-PC 0,574 0,607 0,623 0,669
PR-PP 0,422 0,444 0,417 0,481
PR-PC 0,485 0,506 0,465 0,544
PP-PC 0,221 0,217 0,231 0,216

SP: sin privación - PR: privación sólo recursos corrientes


PP: privación sólo patrimonial- PC: privación convergente
Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

El ID en cierta medida, refuerza los valores de segregación en las ciudades de


Formosa y el Gran Resistencia; así por ejemplo, se debe redistribuir el 57% y el 67%
respectivamente, de los hogares con pobreza estructural (PP) o con pobreza convergente
(PC) de Formosa, para que no exista segregación entre pobres y los no pobres. Esta
desigualdad se puede observar en los barrios marginales localizados en terrenos próximos a
las vías del ferrocarril General Belgrano, en las cercanías de la ruta nacional Nº 11, o en
zonas vulnerables a las condiciones hídricas (Mignone, 2008). Por lo tanto, se estima que
habría un proceso de segmentación espacial donde las inequidades se acentúan por
ausencia de los servicios básicos, déficit en la infraestructura edilicia y problemas de tipo
ambiental.

191
De manera opuesta y de acuerdo al ID, Corrientes podría ser considerada como la
ciudad donde la segregación es menor, especialmente porque los valores del ID estarían
dando muestra de una distribución espacial más “equitativa” al comparar los pobres por
ingresos y los no pobres. No obstante, el valor de Duncan puede considerarse alto para la
privación convergente, por las condiciones mencionadas en el párrafo anterior.

Al incorporar el componente espacial en los índices corregidos por la longitud de


frontera y por la forma (Cuadros Nº 22 y Nº 23), se observan cambios en los dígitos. En
ambos casos, los resultados son menores a los de la variante no espacial (IS e ID), debido a
la corrección introducida en el cálculo. Esta situación indica que el nivel de segregación se
puede considerar sobrevalorado cuando los cálculos se basan únicamente en los
indicadores no espaciales (Martori y Hoberg, 2004). Sin embargo, como los resultados más
próximos al ID de Duncan corresponden al índice corregido por la forma (DS), más
completo por los elementos espaciales que incorpora, la sobreestimación puede ser menor
que la percepción inicial.

Cuadro Nº 22
Índice de Desigualdad corregido por la Longitud de Frontera (DW) según tipo de
IPMH. Capitales del NEA, año 2001
REC. CORRIENTES (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
Corrientes 0,214 Resistencia. 0,295 Resistencia. 0,425
Resistencia. 0,227 Formosa 0,299 Corrientes 0,439
Posadas 0,242 Corrientes 0,311 Formosa 0,454
Formosa 0,278 Posadas 0,314 Posadas 0,457

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

Cuadro Nº 23
Índice de Desigualdad corregido por la Forma (DS) según tipo de IPMH. Capitales del
NEA, año 2001
REC. CORRIENTES (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
Corrientes 0,235 Resistencia 0,311 Corrientes 0,467
Resistencia 0,253 Corrientes 0,322 Resistencia 0,474
Posadas 0,274 Formosa 0,325 Formosa 0,503
Formosa 0,306 Posadas 0,329 Posadas 0,504

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

192
Los datos muestran el patrón que reconoce una mayor segregación en la pobreza
convergente. Asimismo, y especialmente con el DS, obtenemos una progresión en los
índices de las cuatros ciudades, que consolidaría la posición que tiene cada ciudad de
acuerdo con el valor de la segregación.

En efecto, y según los cálculos de los índices por radio censal, en Formosa habría
una mayor segregación (distribución desigual) en cualquiera de los tipos de privaciones
analizadas. Nuevamente, lo más importante sigue siendo la alta segregación de los hogares
con privación convergente, concentración que (como veremos más adelante) será más
fuerte en la periferia urbana, especialmente, en los extremos o ejes de crecimiento de las
ciudades.

En segundo orden aparecería el Gran Resistencia, con valores cercanos a Formosa,


revelando una distribución desigual de los hogares pobres, que tienden a concentrarse en la
periferia norte y sur del municipio de Resistencia y en el extremo noreste de Fontana
(Mignone, 2008).

Seguiría el Gran Posadas y con menor índice de segregación la ciudad de


Corrientes. Esta última, tendría una distribución más heterogénea de la población pobre en
el interior de la ciudad, de acuerdo con los datos obtenidos.

6.5. La interacción de la población carenciada en los aglomerados capitales

Los indicadores de exposición, tratan de reconocer cuál es el grado de potencial


contacto o la probabilidad de interacción por residencia entre el grupo minoritario (en este
caso la población con algún tipo de privación) y el grupo mayoritario con el que se
compara (la población sin privaciones). Se entiende que el grupo minoritario puede estar
distribuido por el espacio urbano de forma desigual respecto la mayoría poblacional pero
estar “expuesto” a ésta si de todas formas comparten espacios residenciales (Lavía
Martínez, 2008). Es decir, las personas interactúan sólo con quienes viven en su propia
área de residencia aunque cada una tiene igual probabilidad de establecer contacto con
cualquier otra de la misma área y que las posibilidades de interacción tienen como único
determinante la distribución residencial de la población (Marcos y Mera, 2006).

193
Existen dos indicadores característicos de medición de la exposición: el Índice de
Aislamiento y el de Interacción. El Índice de Aislamiento (xPx) mide la probabilidad de que
dos miembros del grupo minoritario compartan la unidad residencial urbana. Su máximo
valor indica que el grupo analizado está aislado en las unidades donde reside (Bell 1954,
White 1986 en Martori y Hoberg, 2004).

Un análisis general permite conocer que en las unidades censales de las cuatro
capitales, hay una mayor probabilidad de encontrar dos personas con privación
convergente, lo que indica que este conjunto de personas tiende a “aislarse” más con
respecto a los que presentan privación patrimonial o de recursos corrientes.

Cuadro Nº 24
Índice de Aislamiento (xPx) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001
REC. CORRIENTE (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
Resistencia 0,275 Posadas 0,123 Corrientes 0,390
Formosa 0,293 Corrientes 0,130 Posadas 0,452
Corrientes 0,328 Resistencia 0,145 Resistencia 0,484
Posadas 0,338 Formosa 0,186 Formosa 0,517

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

Por su parte, al comparar los aglomerados entre sí, el aislamiento tiende a ser
mayor en las ciudades de Formosa y Gran Resistencia, especialmente en lo que respecta a
la pobreza convergente. Es decir, que existe un 52% de probabilidad de encontrar un
individuo con privación convergente compartiendo el mismo radio censal con un
ciudadano de su mismo grupo socioeconómico, reforzando los temores de que el
aislamiento de la población pobre reproduzca y perpetúe las condiciones de desventaja
social en que se sitúan amplios sectores del municipio (Añez y Yicón, 2007).

En cambio, el índice de Interacción (xPy) mide la probabilidad de que un miembro


del grupo minoritario comparta el mismo espacio residencial con un miembro del grupo
mayoritario. En este caso, el software Segregation permitió calcular la interacción según el
tipo de privación de la población y pudiendo colocar a cada uno de los conjuntos en la
condición de grupo mayoritario o minoritario. Es decir, se pudo calcular la interacción de
la población sin privaciones con respecto a la población con privación de recursos
corrientes, considerando a cualquiera de los dos tipos como grupo mayoritario o

194
minoritario. En este caso, se muestran los resultados de todas las interacciones posibles
entre los distintos grupos y donde el grupo mayoritario está en la parte superior de la
columna (Cuadro Nº 25).

Los datos permiten conocer que la interacción es mayor entre la población que no
presenta privaciones, ya que en los cuatro aglomerados el valor promedia entre 0,56 y 0,57,
lo que indica que en una unidad censal donde reside un hogar sin privaciones se puede
encontrar 5 hogares que presentan la misma condición. En cambio, al compararlo con los
hogares que tienen privaciones, los resultados disminuyen progresivamente, ya que en una
unidad censal que tenga un hogar sin privaciones, se pueden encontrar 4 hogares con
privación por recursos corrientes, 3 hogares con privación por recursos patrimoniales y
solamente 2 hogares con privación convergente.

Cuadro Nº 25
Índice de Interacción (xPy) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001

Corrientes Posadas
SP PR PP PC SP PR PP PC
SP 0,56 0,26 0,07 0,12 SP 0,58 0,24 0,06 0,13
PR 0,44 0,33 0,07 0,16 PR 0,42 0,34 0,06 0,18
PP 0,35 0,22 0,13 0,30 PP 0,32 0,20 0,12 0,36
PC 0,27 0,21 0,13 0,39 PC 0,24 0,19 0,12 0,45

Resistencia Formosa
SP PR PP PC SP PR PP PC
SP 0,57 0,21 0,07 0,15 SP 0,56 0,22 0,08 0,14
PR 0,41 0,28 0,08 0,23 PR 0,40 0,29 0,09 0,21
PP 0,29 0,18 0,15 0,39 PP 0,24 0,15 0,19 0,43
PC 0,21 0,17 0,14 0,48 PC 0,17 0,14 0,18 0,52

SP: sin privación - PR: privación sólo recursos corrientes


PP: privación sólo patrimonial- PC: privación convergente
Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

Al comparar la interacción de la privación patrimonial de las cuatro ciudades, es


probable que en la unidad censal se encuentre 3 hogares de la misma condición, 2 hogares
sin privaciones y entre 2 o 1 hogar para la privación por recursos corrientes o convergente.
En forma inversa, la interacción decrece cuando se compara la privación convergente con

195
los hogares sin privaciones y crece cuando se mide con la privación patrimonial o la propia
privación convergente. En este último caso y según la ciudad, por cada hogar que tiene
privación convergente, encontramos 4 o 5 hogares de la misma condición.

De esta manera, encontramos una similitud: cuando el hogar no tiene privaciones o


cuando mayor es el grado de carencia de los hogares, mayores son las posibilidades de
estar conviviendo con un hogar de la misma condición social.

6.6. La concentración de la población pobre en los ejidos urbanos de las capitales

Los indicadores de concentración permiten conocer acerca de la ocupación de un


espacio físico (superficie) por parte de un grupo de población. En este caso, cuanto menor
sea la porción de espacio urbano ocupado por un grupo, más concentrado y segregado se
encuentra.

Para medir la concentración, en primera instancia se utilizó el índice Delta


(Duncan, 1961 en Martori y Hoberg: 2004) que calcula la diferencia entre la proporción de
la población de un grupo en cada unidad respecto al total del grupo en la ciudad y la
proporción de la superficie de cada unidad con el total de la ciudad. También se puede
interpretar como el porcentaje de población del grupo X que ha de cambiar de residencia
para obtener una densidad uniforme en toda la ciudad.

Si se compara el valor de las privaciones en cada ciudad (cuadro Nº 26) el índice


Delta muestra que los tres tipos de privaciones son mayores en Resistencia y Formosa, que
se debe a que las personas ocuparían una menor superficie por radio censal, lo que
aumentaría la densidad relativa.

Se puede destacar a la ciudad de Formosa, ya que en cualquiera de los tipos de


IPMH, habría que mover el 70% de los hogares para que no exista segregación,
probablemente porque la proporción de cada grupo en los radios censales con respecto al
total del grupo en la ciudad es alta. No obstante, consideramos que estos elevados valores
están también en relación con el tamaño de las unidades censales, ya que el aglomerado
tiene los radios periféricos con grandes superficies y una gran concentración de unidades
pequeñas en el centro de la ciudad, condición que podría afectar el resultado final.

196
Cuadro N 26
Índice de Concentración Delta de Duncan (DEL) según tipo de IPMH. Capitales del
NEA, año 2001
REC. CORRIENTE (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
Posadas 0,425 Posadas 0,409 Corrientes 0,440
Corrientes 0,430 Corrientes 0,413 Posadas 0,448
Resistencia 0,601 Resistencia 0,586 Resistencia 0,578
Formosa 0,799 Formosa 0,713 Formosa 0,730

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

El Gran Resistencia, fundamentalmente por los valores en recursos corrientes y


patrimoniales, podría agruparse junto a Formosa, Especialmente, la capital chaqueña tiene
una fuerte concentración de hogares con PR localizados en los numerosos asentamientos
que rodean la periferia norte y sur de la ciudad, presentan densidades altas en espacios
críticos vinculados a los nuevos barrios informales153, sin acceso a los servicios, con un
bajo nivel educativo de la población y predominantemente con empleos informales
(Meichtry y Mignone, 2003). Gran parte de los habitantes reciben asistencia por medio de
los planes sociales, pero con ingresos inferiores a la línea de pobreza y a la de indigencia
(Mignone, 2008).

Asimismo, el Delta muestra que la capital de Misiones y de Corrientes tendrían una


menor densidad relativa de los conjuntos pobres. En especial, los considerados pobres por
ingresos de Corrientes, no estarían fuertemente agrupados en el ejido metropolitano,
hallándose más bien dispersos en el interior del mismo.

Por otra parte, Massey y Denton (1988) también proponía aproximarse a la


concentración de población, a través del Índice de concentración absoluta (ACO) que toma
en cuenta la superficie ocupada por dicho grupo y la compara con el mínimo y máximo de
superficie donde podrían residir sus miembros en el caso de mínima o máxima
concentración. El índice varía de 0 a 1, valores que corresponden respectivamente a una
concentración mínima (localización de los miembros del grupo X en las secciones más
grandes del municipio) y la concentración máxima (localización de los miembros del grupo
X en las unidades más pequeñas del municipio).

153
A decir de Sabatini y Sierralta (2006), los grupos pobres son excluidos de ciertas áreas de la ciudad y
empujados a aglomerarse en las peores áreas de a ciudad por causa del precio del suelo, las políticas de
vivienda social e incluso las erradicaciones forzosas.

197
En Posadas y en Corrientes, es más alta la concentración absoluta de los hogares
población con privación convergente, mientras que en Resistencia y Formosa corresponde
a las familias con privación por recursos corrientes y patrimonial, por lo tanto, ocupan un
espacio muy pequeño del total del área urbana.

El valor del ACO correspondiente a la privación convergente en las cuatro capitales


es menor que las otras dos privaciones, y se localizan en la periferia de las ciudades,
usualmente donde las unidades censales tienen un tamaño mayor. Por ello, Formosa y
Resistencia tienen los indicadores más bajos, ya que estas ciudades cuentan con radios
censales de importantes dimensiones, generando esta situación de inferioridad. En cambio,
los radios periféricos de Corrientes y Posadas son más chicos en comparación con las otras
dos ciudades, esto eleva el resultado del ACO para la privación convergente.

Cuadro Nº 27
Índice de Concentración Absoluta (ACO) según tipo de IPMH. Capitales del NEA,
año 2001
REC. CORRIENTE (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
Posadas 0,608 Posadas 0,751 Formosa 0,384
Corrientes 0,675 Corrientes 0,782 Resistencia 0,415
Resistencia 0,807 Resistencia 0,789 Corrientes 0,540
Formosa 0,901 Formosa 0,792 Posadas 0,551

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

Otra manera de mejorar el análisis de la concentración espacial relativa, es por


medio del Cociente de Localización (QL). En este caso, el cociente de localización154 para
cada subunidad espacial indica cuán grande es la proporción del grupo en relación con la
proporción del grupo en la ciudad (Bayona, 2007). Si el QL es menor a 1 muestra que la
proporción del grupo en la subunidad es menor a la proporción del grupo en la ciudad;
cuando iguala a 1, significa que ambas proporciones son idénticas y si es mayor a 1 revela
que la proporción del grupo en la subunidad es mayor a la proporción del grupo en la
ciudad. La ventaja de QL es que permite ordenar todas las áreas en función de la
proporción de miembros del grupo que habitan en ella, así como también, el QL no es
sensible a las diferencias de población (cf. Rodríguez, 2008).

154
También llamado grado o razón de localización.

198
De esta forma, la cartografía ofrece una primera aproximación visual de la
segregación espacial relativa de la población según el tipo de IPMH. En la imagen Nº 52,
se comienzan a apreciar los espacios donde la concentración espacial de los hogares con
PR, supera a la proporción del mismo grupo en la ciudad. De esta manera, se observa un
mayor agrupamiento hacia el sureste de Corrientes y aumento del valor del coeficiente
desde el área central hacia los radios periféricos del aglomerado. En el caso del Gran
Resistencia, hay varios núcleos separados entre sí, pudiendo destacarse los radios del
sector sur (municipio de Barranqueras) y los del oeste (coincide con Fontana) en dónde la
población con privación por recursos corrientes supera dos o más veces al conjunto de
población del aglomerado que posee este tipo de privación. En Formosa, se destaca el
cuadrante noreste, en los barrios planificados de “7 de Mayo” y “Antenor Gauna”;
mientras que en Posadas se reconoce el agrupamiento en los sectores sur-suroeste, con un
cociente de 2 y 3 en las unidades censales que corresponden (entre otros) a los actuales
barrios “Tacuarita”, “La Paz”, “Nuevo Amanecer”, “17 de Octubre”; y por el sureste
existen dos unidades que tienen valor mayor a 3, coincidente con los barrios de “Villa
Poujde” y “Sesquicentenario”, en las proximidades del arroyo Zaimán.

Continuando con Posadas, los valores del QL se concentra hacia el sur-sureste y


este cuando se observa la privación de recursos corrientes y se acentúa con la privación
convergente hacia estos cuadrantes y siguiendo la ruta nacional Nº 12. En este caso, se
pueden destacar entre otros barrios: “San Marcos”, “San Lucas”, “17 de noviembre”,
“Santa Rosa”, y los terrenos ocupados al este de las vías del ferrocarril y lindantes con las
ribera del Paraná. También, se observa el radio censal del oeste, en las proximidades del
área aeroportuaria y desprendido de la trama urbana con un QL mayor a 2.

En Corrientes, las otras dos privaciones comienzan a conformar un anillo


envolvente que se acentúa sobre la periferia de la ciudad, destacándose tres conjuntos: los
radios del sureste, norte y este con un QL de privación convergente mayor a 2. Los barrios
del sureste y norte, son históricos en cuanto a las condiciones de pobreza, mientras que los
del cuadrante este son más nuevos y prolongan el ejido urbano hacia ese punto cardinal.

En el Gran Resistencia, hay un incremento del OL con un anillo envolvente que


prácticamente rodea a todo el aglomerado y tiene un QL mayor a 2, con hogares que
poseen privación patrimonial y/o convergente. Se destacan los barrios tradicionalmente
carenciados de “Villa Inmaculada” y “Villa Encarnación”, en las cercanías del río Negro.

199
Imagen Nº 52
Cociente de localización (QL) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001
Privación sólo Recursos Corrientes Privación sólo Recursos Corrientes

Privación sólo Patrimonial Privación sólo Patrimonial

Privación Convergente Privación Convergente

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

200
Imagen Nº 52
Cociente de localización (QL) según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001
Privación sólo Recursos Corrientes Privación sólo Recursos Corrientes

Privación sólo Patrimonial Privación sólo Patrimonial

Privación Convergente Privación Convergente

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

201
Una situación similar, experimentaría la ciudad de Formosa, aunque la
concentración relativa es más acentuada en la parte septentrional de la ciudad, al norte de
los barrios Nuestra Sra. De Luján y Juan Domingo Perón, donde se observan las
características propias de la transición de los sectores rururbanos.

6.7. La autocorrelación espacial y la pobreza en las capitales del NEA

Se utilizaron los indicadores de autocorrelación espacial, porque permiten medir la


correlación de una variable consigo misma y considera los atributos vinculados con
aspectos espaciales155. La autocorrelación espacial se basa en el postulado que revela que
en el espacio geográfico todo se encuentra relacionado con todo, pero los espacios más
cercanos están más relacionados entre sí que con los más alejados (principio de Tobler). Si
bien este principio funciona acertadamente en variables del medio físico-natural, en el
análisis de variables sociales o demográficas este principio o criterio se debe evaluar toda
vez que se lleva a cabo un estudio debido a que los aspectos humanos pueden apartarse del
mismo (Velázquez y Cepeda 2004)

Para medir la autocorrelación, se ha utilizado el Índice de Moran (I), en el cuál los


valores van de -1 a 1. Un índice de 1 indica una autocorrelación espacial positiva, un valor
0 indica un patrón aleatorio y -1 indica una fuerte autocorrelación espacial negativa. El
índice de Moran156 permite vincular en forma conjunta la dependencia entre lugares
próximos y valores de variables o atributos que nos interesan (Velázquez y Cepeda, 2004).

Las capitales muestran una autocorrelación espacial positiva en las privaciones,


nuevamente más acentuada en la privación convergente y especialmente en el Gran
Resistencia, Gran Posadas y Formosa (más de 50 %); por lo tanto, existiría una contigüidad
espacial en las unidades censales lo que permitiría suponer la conformación de “enclaves”

155
Como se mencionara, Massey y Denton (1988) consideran el “agrupamiento o clustering” como un índice
de segregación. Sin embargo, Sabatini y Sierralta (2006) no lo consideran una dimensión de la segregación;
por el contrario, determinan que es un sinónimo de segregación residencial ya que lo que se intenta con el
clustering, es medir la segregación en otra escala espacial; en una escala mayor que la que corresponde a las
áreas de medición usuales en los estudios de uniformidad y exposición.
156 El cálculo del Índice de Moran Global se efectuó mediante el uso del software Geoda 0.9.5. La matriz de
pesos especiales construida con el mismo software, fue la “matriz de contactos binarios”, atendiendo a un
criterio de contigüidad de tipo Queen o Reina de primer orden, con el cuál se concibe que serán vecinas de i
las unidades censales que comparten algún lado o vértice con i, por lo tanto, considera los valores vecinos
que estén geográficamente más cercanos.

202
o núcleos con pobreza extrema. Como se dijera anteriormente, la convergencia de
situaciones en un mismo espacio puede primordialmente estar sujeta a cuestiones
socioeconómicas forzadas (falta de empleo, ingreso bajos); aunque también podría deberse
a los mecanismos de preservación de la clase social considerando una segregación no
forzada (Sabatini, 2003) lo que permitiría reconocer que ambas condiciones podrían
presentarse en estas ciudades157.

Asimismo, se puede presuponer que se está produciendo el paso de una segregación


de primer tipo (concentración espacial del grupo pero con el espacio compartido con otros
grupos) a una de segundo tipo, que se caracterizaría por una homogeneidad de estos
espacios, que con el correr del tiempo tienden a aislarse físicamente de otros grupos
sociales, mientras se mantienen fuertes otras formas de integración social, como la laboral
o la económica (Sabatini, 2003). Esta situación, probablemente es más factible de
observarse en Formosa y el Gran Resistencia.

Cuadro N 28
Índice de Moran global según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001
REC. CORRIENTE (PR) PATRIMONIAL (PP) CONVERGENTE (PC)
Corrientes 0,264 Corrientes 0,199 Corrientes 0,201
Resistencia 0,324 Resistencia 0,294 Resistencia 0,356
Posadas 0,379 Formosa 0,330 Posadas 0,425
Formosa 0,428 Posadas 0,446 Formosa 0,449

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

En el Gran Corrientes y siempre calculado por radio censal, existe una mayor
autocorrelación de la privación patrimonial, asumiendo entonces que la distribución de las
viviendas deficientes de Corrientes tiene una mayor contigüidad en las unidades
territoriales. De manera opuesta, disminuye en la pobreza por recursos corrientes, lo que
sumado a los menores índices de igualdad y concentración, dan pautas que a nivel de radio
censal no habría una “fuerte” condición de autosegregación de este conjunto de hogares.

157
Los trabajos de Meichtry y Mignone (2001) y Mignone (2003, 2004), con relevamientos realizados en
asentamientos informales de la ciudad de Resistencia, indican que los migrantes del interior de la provincia a
llegar a la ciudad, se dirigen directamente al asentamiento como consecuencia de las redes sociales
(generalmente por parentesco) formadas entre la población migrante y la residente en el barrio informal. No
obstante, se entiende que hace falta una mayor comprobación empírica de este fenómeno.

203
Por otra parte, el diagrama de dispersión es una herramienta gráfica fundamental
para el análisis de dependencia espacial en una serie y representa una línea de regresión
cuya pendiente está formada por las posiciones de cada unidad espacial en el sistema de
coordenadas (Buzai y Baxendale, 2006). En el diagrama de dispersión de Moran (Figura
Nº 18) se estandariza la variable a analizar y se obtiene el retardo espacial de dicha
variable estandarizada, representándose ambos valores en un eje cartesiano. La pendiente
de la recta de regresión es el valor del estadístico I de Moran de autocorrelación espacial
global, de forma que cuanto mayor sea el ángulo que forme ésta con el eje de abscisas, más
fuerte será el grado de autocorrelación espacial (Chasco Irigoyen, 2003) 158.

Los diagramas de dispersión representados en la figura Nº 18, justifican los valores


de autocorrelación global de Moran. Como se observa, la pendiente de la recta es inclinada
hacia los valores positivos, que son moderados en el caso de la privación patrimonial y
tiende a acentuarse más en las privaciones por recursos corrientes y convergente,
especialmente por la pendiente que adopta la recta en Resistencia y Formosa. Asimismo,
en este último aglomerado, los radios aparecen con un grado de dispersión mayor en torno
a la línea recta, revelando que esta representará con algunos residuos a la nube de puntos.

Asimismo, a pesar que en la ciudad de Corrientes la autocorrelación adopta valores


menores en los tres tipos de privaciones, en esta capital y en el Gran Posadas la nube de
puntos tiende a ser más estrecha y concentrada en la privación de recursos corrientes, por
lo tanto con una relación positiva importante.

Por otra parte, al calcular la autocorrelación con el software Geoda 0.9.5, se puede
obtener un gráfico de dispersión que puede vincularse con el mapa del área de estudio, que
permite comprobar espacialmente la localización de cada unidad territorial, tanto en el
espacio de relaciones estadística como en el espacio geográfico159. De esta manera, se ha
efectuado el cálculo de la autocorrelación espacial univariada de los tres tipos de
privaciones en las cuatro ciudades, donde los gráficos de dispersión relacionan el valor que
asume el indicador en cada unidad espacial con el correspondiente al arrojado por sus
unidades espaciales vecinas (Buzai y Baxendale, 2006).

158
En el eje x aparecen los valores estandarizados de la variable para cada unidad espacial y en el eje y se
encuentran los valores estandarizados del promedio de los valores de las unidades espaciales vecinas para la
misma variable en el caso de la autocorrelación espacial univariada (Buzai y Baxendale, 2006). El diagrama
en un instrumento útil para analizar distribuciones de puntos que representan un valor que permite identificar
algún patrón o proceso en un espacio determinado.
159
La representación gráfica utilizada se denomina Scatterplot de Moran.

204
Figura Nº 18
Diagrama de dispersión para la autocorrelación espacial según tipo de IPMH. Capitales del NEA. Año 2001
GRAN CORRIENTES GRAN POSADAS GRAN RESISTENCIA FORMOSA
Privación Recursos Corrientes Privación Recursos Corrientes Privación Recursos Corrientes Privación Recursos Corrientes

Privación Patrimonial Privación Patrimonial Privación Patrimonial Privación Patrimonial


205

Privación Convergente Privación Convergente Privación Convergente Privación Convergente

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

205
Por el momento, se ha optado por representar cartográficamente, el cuadrante III
(espacio ++) donde se puede observar para cada tipo de privación, la relación entre los
radios censales con valores altos de privaciones con unidades censales limítrofes que
poseen valores altos de la misma privación (Figura Nº 19), identificando las áreas con
mayor concentración de hogares.

Figura Nº 19
Cuadrante III (espacio ++)

La imagen Nº 53 revela en el aglomerado Corrientes, una concentración espacial de


la privación por recursos corrientes que parece primar por el sector sureste de la ciudad,
entre la avenida Maipú y la ruta Nacional Nº 12. En cambio, la privación patrimonial y
convergente parecen solaparse mediante un anillo envolvente que bordea la ciudad y se
prolongan hacia la ruta provincial Nº 5 y al norte de la ruta Nacional Nº 12.

En Posadas, la distribución de la población con privación por recursos corrientes, se


extiende por el oeste y suroeste de la ciudad, mientras que los otros tipos de privaciones se
sectorizan por el sur-sureste del ejido urbano, prolongándose por la ruta nacional Nº 12.
Los aglomerados de Gran Resistencia y Formosa, tienden a tener unidades censales más
sectorizadas en lo que respecta a la privación por recursos corrientes, mientras que la
privación patrimonial y convergente se concentran en la periferia de ambas capitales, con
un marcado anillo envolvente en la capital chaqueña y destacables por el noroeste y sureste
de Formosa. En estos casos, hablamos de población con grandes dificultades en la
infraestructura habitacional, que no dispone de los elementos necesarios para, por ejemplo,
conectarse al servicio de desagüe cloacal.

206
Imagen Nº 53
Autocorrelación Univariada según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001
P. Recursos Corrientes P. Patrimonial P. Convergente
N N N

Gran Gran Gran


Corrientes Corrientes Corrientes

Gran N Gran N Gran N


Posadas Posadas Posadas

Gran N
N N
Resistencia Gran
Resistencia Gran
Resistencia

Formosa Formosa Formosa

N N N

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

207
Por lo tanto, se puede apreciar que hay una autocorrelación espacial positiva en los
tres tipos de privaciones, que visualmente se acentúa en un anillo externo que
prácticamente envuelve la periferia de las ciudades y se prolonga en las unidades censales
que corresponden a las áreas de expansión de los ejidos urbanos.

Con el cálculo realizado anteriormente del I de Moran, se obtiene un indicador


global de autocorrelación de las variables analizadas, aunque el grado de relación
significativo entre estas y las unidades censales ocurre sólo en determinadas zonas de la
ciudad. Para esta cuestión, se recurre al Ii de Moran (Anselin, 1995), indicador local de
autocorrelación espacial (LISA) que tienen como objetivo que el estadístico obtenido
indique la presencia de subáreas de dependencia espacial dentro del espacio general
dado160. De esta forma, se reconocen los enclaves o áreas con mayor dificultades
socioeconómicas y entendiendo que, a decir de Martori y Hoberg (2004), la detección de
este tipo de situaciones en el espacio urbano, puede ser de gran utilidad en la aplicación de
políticas sociales que eviten los problemas derivados de la segregación.

Con la utilización del software Geoda se obtienen los clusters con presencia alta de
miembros de un grupo, pudiendo identificar zonas con una alta manifestación de hogares
pobres rodeados de áreas con presencia también alta de hogares en la misma situación
(condición High-High), o bien unidades con presencia alta rodeadas de espacios con
presencia baja (circunstancia High-Low). Con el mapa de Cluster Server de Geoda
(Imagen Nº 54) se observan los lugares estadísticamente significativos según la correlación
espacial: con rojo para la asociación alto-alto, con azul para bajo-bajo, el celeste muestra el
vínculo bajo-alto y el color rosado corresponde alto-bajo. Los lugares con alto-alto y bajo-
bajo sugieren la agrupación de valores similares, mientras que las unidades censales de
alto-bajo y bajo-alto indican los valores extremos del territorio; en cambio los que están en
blanco corresponden a valores con una relación no significativa.

Con este último análisis, se obtiene una cartografía síntesis que representa la
segregación de los hogares según el tipo de privación, donde la distribución espacial

160
El análisis espacial se realiza a través del reconocimiento de patrones locales de identificación espacial.
Este método descompone el índice I de Moran y verifica en cuánto contribuye cada unidad espacial a la
formación del valor general, permitiendo obtener un valor de significatividad para cada cluster formado por
los valores similares de cada unidad espacial y sus vecinos.

208
muestra rasgos semejantes a los planos analizados anteriormente, aunque en el Moran
Local se identifican las áreas más segregadas161.

El Moran local correspondiente a la privación patrimonial para la ciudad de


Corrientes, confirma lo observado anteriormente en la autocorrelación univariada, ya que
se observa una mayor concentración de pobres por ingresos en el sureste del municipio,
enmarcado entre la ribera del Paraná, la Av. Gobernador Ferré-Independencia y la ruta
nacional Nº 12 (Imagen Nº 54). También, creemos necesario el cluster formado por el
extremo sur-sureste (color celeste), que indicaría condiciones deficitarias en los ingresos de
los hogares.

Continuando con Corrientes, una similar disposición espacial tendrían la privación


patrimonial y convergente, donde los radios con alta autocorrelación se localizan por el
norte, coincidiendo con los barrios “Plácido Martínez”, “Pujol”, “Quinta Ferré”, “Lomas
del Mirador”, “Apipé”; en los radios localizados al este de la ruta nacional Nº 12,
concurrente con los núcleos de expansión de la ciudad que se prolongan por la ruta
provincial Nº 5 y concurrente con los barrios “Cremonte”, “San Ignacio”, “José Ponce,
“Flier” y “Lomas”; y por el cuadrante sur-suroeste aparecen en los barrios “Irupé”,
“Paloma de la Paz”, “Ongay”, “Nuestra Sra. de Guadalupe”, “Nuestra Sra. de Asunción”,
“San Antonio”, “Concepción”, “San Roque”, así como las proximidades del área
denominada “La Arenera” y cerca del área donde se encuentra “Astilleros Corrientes” (en
los barrios “Patono”, “3 de Abril” y “Juan XXIII”).

En el Gran Posadas, el Moran local indica una alta concentración de radios


censales, con privación por recursos corrientes que por el oeste, coinciden con los barrios
generados bajos diferentes programas coordinados por el IproDHa162, con población de
bajos recursos que pueden acceder a su propia vivienda163.

161
Se hace mayor hincapié en las unidades censales con valores alto-alto, que corresponden a los
denominados conglomerados calientes o hot-spots.
162
El Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional llevó a cabo una serie de programas habitacionales
orientado a crear o mejorar las unidades habitacionales de la población con bajos recursos. Generalmente, se
plantea la creación de vivienda con dos habitaciones y que no superen los 60 metros cuadrados.
163
Como ejemplo, se menciona el Plan Ayuda Mutua (PAM) que fue implementado a principios de 1980 por
la Municipalidad de Posadas y contó con financiamiento internacional. Consistía en la construcción de
viviendas destinado a familias humildes, de escasos recursos y que se hallaran ocupando tierras fiscales, en

209
Imagen Nº 54
Autocorrelación Local según tipo de IPMH. Capitales del NEA, año 2001
Priv. Recursos Corrientes Privación Patrimonial Privación Convergente

Gran N
Gran N
Gran N
Corrientes Corrientes Corrientes

N N
Gran Gran N Gran
Posadas Posadas Posadas

N N N

Gran Gran Gran


Resistencia Resistencia Resistencia

Formosa Formosa Formosa

N N N

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas de 2001

este caso sobre la chacra 128. El sistema constructivo adoptado, consistió en que la Municipalidad se
responsabilizaba de la provisión de los materiales necesarios y el asesoramiento técnico, en tanto la mano de
obra quedaba a cargo de los interesados y sus familiares (Almirón et. al., 2011).

210
Asimismo, se observan las unidades censales que muestran una alta autocorrelación
de radios con privación convergente. Se destacan valores altos-altos por el norte de la
ciudad, que coinciden con una de las históricas áreas de población humilde localizadas en
el barrio “Patoti” y con “El Centenario” (proximidades del arroyo Apa). Además, coincide
con el área de expansión del ejido urbano hacia el sector sureste, prolongándose por la ruta
nacional Nº 12 y las vías del ferrocarril “Urquiza”, hacia los barrios de “Villa Lanús”,
“Tacurú”, “Don Pedro”, “Villa Bonita”.

Con respecto al Gran Resistencia, el Moran local muestra espacios particulares de


la ciudad, que concentran radios con privación de recursos corrientes. Coincide con barrios
planificados relativamente nuevos para el año 2001, como “Mujeres Argentinas” que está
por el noreste de Resistencia, o los barrios del sureste como “200 viviendas”, “110
viviendas” o “52 viviendas”, o bien los barrios “San Pantaleón” y “Belgrano” de Fontana.
Además del oeste de Puerto Vilelas, entre las avenida General San Martín, Soberanía
Nacional, Nicolás Rojas Acosta y Castelli. En este caso, una observación visual en terreno
permitió conocer que es una población de bajos recursos que reside en áreas anegables. Y
también, los radios próximos a la Universidad Nacional del Nordeste, por tener población
joven que vive bajo el régimen de alquiler.

En cuanto a la privación convergente del Gran Resistencia, la autocorrelación se


acentúa en los radios de la periferia, conformando un cinturón que prácticamente envuelve
la ciudad por el norte- noreste y por el cuadrante sur-sureste. Se destacan en la periferia
norte, especialmente en los barrios “Don Santiago”, “Parque Autódromo”, “Villa
Inmaculada”, “Villa Oro”, entre otros lugares caracterizados por viviendas construidas con
materiales precarios, provisión de agua por canillas públicas o fuera de las viviendas y
deficiencias sanitarias. Caracteres similares tienen los barrios informales de todo el
cuadrante sur-suroeste, en coincidencia con los asentamientos “Vista Linda”, “Menem
Junior”, “Villa Facundo”, “Don Andrés” y “Villa Libertad”; y del noreste en los
asentamientos “Vuelta de Obligado” y “Padre Fyrnys”, al norte del terraplén Vuelta de
Obligado.

A la distribución se agrega todo el sector norte de Barranqueras (Villa María


Cristina, La Toma y Villa Eva María), la parte norte de Fontana, así como el municipio de
Puerto Vilelas.

211
En el aglomerado Formosa, el Moran Local para la privación por recursos
corrientes, indica una concentración en dos espacios de la ciudad: en el extremo noreste, en
los barrios planificados de “Antenor Gauna”, “Eva Perón” y “Simón Bolívar”; y en las
proximidades del centro de la ciudad, que coinciden con los barrios “San Pedro”, “15
viviendas”, “28 viviendas”, “El Mistol”, “El Mistol II”, “2 de Abril”, “Los Guayacanes”,
“Urunday I”, Urunday II” y “8 de Marzo”.

En lo referente al IMPH patrimonial y convergente, en la ciudad predomina una


envolvente que se desarrolla por el noroeste hacia los radios del extremo noreste,
coincidiendo con barrios como “Las Orquídeas”, “Eva Perón”, “Simón Bolívar” y
“Antenor Gauna”, o abarcando (para ese entonces) los barrios más nuevos de la ciudad,
como “San Antonio”, “Itatí II”, “La Colonia”, “Sagrado Corazón”, “12 de Octubre” o
“Namquom”. Mayormente, son ocupantes en condición de irregularidad, y afectados por
condicionantes físicos como la ruta nacional Nº 12, las vías del ferrocarril o el riacho
Formosa.

6.8. Recapitulación

Según Rodríguez Vignoli y Arriagada (2004:19) en las ciudades latinoamericanas


“la segregación se perfila como un mecanismo particularmente importante en la
reproducción de las desigualdades socioeconómicas, el aislamiento de los pobres y la
inseguridad ciudadana, especialmente para los pobres”. Es así, que a pesar de las
dificultades metodológicas que poseen los índices de segregación, su aplicación para el
análisis de los diferentes tipos de IPMH, han permitido establecer que en los aglomerados
analizados, no existe espacialmente una distribución “equilibrada” de los hogares con y sin
privaciones; por el contrario, las diferencias son marcadas en los cuatro ejidos, condición
que se acentúa aún más a medida que el grado de privación se acrecienta.

Una primera apreciación permite reconocer que en las cuatro capitales y según los
cálculos realizados, hay un incremento de la segregación por pobreza según aumenta el
grado de privación. Esto revela que habría una condición de alta segregación relacionada
con las condiciones socioeconómicas de la población, dónde los hogares con extrema
pobreza estarían agrupados y situados en los bordes de los ejidos urbanos, sin servicios

212
básicos y con amplio déficit ambiental. Asimismo, el agrupamiento de las familias con
pobreza extrema, también puede deberse a los mecanismos de preservación de la clase
social lo que permitiría concluir que ambas condiciones podrían estar presentes en los
cuatro aglomerados.

Por otra parte, los índices utilizados revelan una importante disparidad entre las
capitales, no sólo en los niveles de segregación sino también en las modalidades de
segregación.

En el Gran Corrientes, los cálculos efectuados con los diferentes índices de


igualdad, evidencian una mayor equidad en la distribución espacial de los hogares con y
sin privaciones. Por otra parte, la concentración de los hogares carenciados, no da muestras
de un fuerte agrupamiento, por lo menos en lo que respecta a la superficie ocupada en
términos de extensión relativa de espacio físico. La autocorrelación espacial es poco
significativa, aunque el Moran local estaría mostrando coincidencia con los espacios del
noreste y sureste, que históricamente han tenido altos índices de pobreza o con las áreas de
expansión del ejido urbano correntino, como el oeste y el sur.

En Posadas, se comienzan a observar mayores diferencias en la distribución


espacial de los hogares con privaciones, ya que tiene índices de igualdad más altos;
mientras que los indicadores de exposición y concentración tienden a ser menores, dando
pautas de un menor agrupamiento en cuanto a la superficie ocupada. La autocorrelación
espacial es mayor que Corrientes y el Moran local muestra coincidencias con los barrios
que tradicionalmente se han caracterizado por contener hogares pobres, como los
cuadrantes norte y noroeste, o con los núcleos de crecimiento del aglomerado, por las
periferias oeste, sur y sureste.

En cambio, en el Gran Resistencia la pobreza se manifiesta con mayor intensidad,


ya que existe una mayor concentración espacial de los hogares con privaciones. Asimismo
se puede observar una mayor densidad y contigüidad de hogares con privaciones,
especialmente en el cinturón o anillo continuo, que rodea al aglomerado por el norte y el

213
sur y que notoriamente coincide con los asentamientos informales, cuya población posee
bajos ingresos y amplias dificultades en el acceso al empleo.

La que tendría mayores condiciones de segregación, es la ciudad de Formosa,


donde los índices de desigualdad muestran importantes diferencias, llegando a generar
condiciones de “hipersegregación” en la comparación de hogares sin privación y con
privación convergente. Asimismo, la concentración como la autocorrelación espacial es
importante, con agrupamiento de la privación patrimonial y convergente en los cuadrantes
norte y oeste. Estos dos tipos de privaciones prevalecen en Formosa y en Gran Resistencia,
mientras que la segregación por recursos corrientes predomina en el Gran Corrientes y en
Posadas.

214
Capítulo Nº 7
Los asentamientos informales, principales núcleos de concentración de
la pobreza en las capitales del NEA

Una de las formas más visibles del fenómeno de la pobreza en las capitales son
los denominados asentamientos informales o más conocidos como asentamientos
espontáneos o irregulares. La población residente en estos “barrios marginales” han sido
objeto de estudio en numerosas investigaciones, analizadas mayoritariamente desde el
punto de vista sociológico (enfoque en las personas) o desde el punto de vista de la
arquitectura (enfoque habitacional). Las preocupaciones, de acuerdo con las diferentes
ópticas de estudio, plantean las dificultades relacionadas con la cuestión laboral o la
problemática en la salud, las prácticas de las políticas estatales o el déficit habitacional.
No obstante, cabe reconocer que desde la órbita geográfica, encontramos que los
asentamientos informales, son polos de crecimiento y expansión de las cuatro capitales
provinciales del NEA, con población que (como se verá más adelante) comprende
grupos etáreos jóvenes o adultos-jóvenes, propias de su particular estructura social. En
efecto, la pobreza imprime caracteres diferenciales en las pautas de fecundidad,
comparado con los núcleos que tienen un alto estándar de vida (Cf. Natera Rivas, 2003),
que caracterizan la periferia de la ciudad, dónde residen el mayor número de barrios
precarios.

Por lo tanto, en este capítulo se realiza una caracterización socio-demográfica


general de la población localizada en asentamientos informales en las cuatro
capitales164, y posteriormente se presentan los resultados de un relevamiento censal
realizado en barrios informales165 del aglomerado Gran Resistencia.

164
Al buscar la información correspondiente a los asentamientos informales de Corrientes, Posadas y
Formosa, nos encontramos con varios inconvenientes: la información era dispersa o no estaba
sistematizada, no habían datos actualizados de las ocupaciones, o los funcionarios comentaban que no se
podía brindar la información por la complejidad del tema y porque la misma podría ser manipulada con
fines políticos o económicos. Por ello, no se presentan los planos de los asentamientos gestados durante la
década de 1990 en los tres aglomerados y se recurre a las fuentes bibliográficas y a los datos brindados
oralmente por los funcionarios públicos. Los planos presentados son esquemáticos y comprende barrios
surgidos antes y después de la década de 1990.
165
Como se dijera en el capítulo Nº 2, los relevamientos en asentamientos informales del Gran
Resistencia forman parte de dos trabajos de investigación realizados entre 2001 y 2003, cuyos resultados
fueron incorporados en esta tesis doctoral.

215
7.1. El concepto de asentamiento informal

Los asentamientos informales son asentamientos humanos colectivos que


presentan características de ilegalidad e irregularidad, con pobladores de bajos recursos
económicos y marginales, conformando una concentración espacial y disfuncional de
actividades (Bosch et. al, inédito). Se los conoce también como “asentamientos
espontáneos”, “asentamientos precarios”, “barrios marginales”166, “barrios
espontáneos”, “barrios irregulares”, “barrios precarios”, “la ciudad ilegal”, “villas
espontáneas” o “villas periféricas”. A sus habitantes, se los ha generalizado con el
nombre de los "sin techo" o los "sin tierra"167, pero para los funcionarios suelen ser
simplemente "intrusos" que ocupan ilegalmente los terrenos.

Visualmente significan la ocupación de una propiedad privada o de tierras


públicas (calles, espacios verdes, áreas circundantes a lagunas); de terrenos municipales,
provinciales o estatales (como las zonas próximas al ferrocarril nacional o áreas del
ejército); que no fueron adquiridos de manera legal y con la correspondiente escritura
nominal168.

No son áreas aisladas de la ciudad, sino que son elementos físicos que integran
el espacio urbano, y que usualmente surgen en períodos de crisis (especialmente en el
sector rural), fragmentación y descenso social.

Según Agostinis (en Cozzi, s/f.), los asentamientos informales presentan


características disímiles respecto a las villas de emergencia. Estas diferencias pueden
apreciarse en el siguiente cuadro:

166
Aquí, el término de marginal se aplica de acuerdo con Margulis (1968:16) “a conjuntos de individuos
situados de tal manera en el sistema, que ven restringida su participación en diversas esferas de la vida
económica y social, comparados con otros grupos mayoritarios con los que están vinculados. Los grupos
marginales suelen estar localizados en los límites sociales y ecológicos del sistema”. En este caso en la
periferia de la ciudad.
167
La denominación inglesa es la de "squatters", y hace referencia a los migrantes internos asociados con
la pobreza, marginalidad, salud precaria (Scaravelli y González Ibarra, 1996:74).
168
Los terrenos ocupados no pudieron obtenerse a través de los canales institucionales, como ser compra
directa a una inmobiliaria, crédito hipotecario, etc., porque la población cuenta con escasos recursos
económicos para adquirirlos.

216
Cuadro Nº 29
Cuadro comparativo: villa de emergencias y asentamientos informales
VILLA DE EMERGENCIA ASENTAMIENTO
Contexto social en el Período con posibilidades Período de crisis aguda:
que surgen relativas de: - fragmentación y descenso
- ascenso social social.
- nivel de salarios aceptable - caída de salario
- aumento del nivel de empleo - aumento del desempleo
Movimientos Vinculada a movimientos Vinculada a migraciones
migratorios migratorios campo ciudad. internas a lo urbano.
Contingente con experiencia Contingentes con experiencia
predominantemente rural. predominantemente urbana, y
experiencia laboral en industria
o servicios.
Tipo de estrategia Predominantemente individual/ Estrategia colectiva.
familiar.
Crecimiento a través de sucesivas
incorporaciones basadas en redes
sociales/ familiares.
Organización No la requieren al principio. Requiere la organización previa
Surge para incorporar mejoras o a la toma y en muchos casos de
evitar desalojos. apoyo externo.
Ídem para formar y consolidar el
asentamiento.
Control del espacio Inicialmente individual. Comunitario desde el principio
Posteriormente surge la por el modo de apropiación del
necesidad de acciones colectivas: terreno; amanzanamientos,
control de pasillos, suministro de subdivisión en lotes,
agua, electricidad, etc. construcción de calles y espacios
No respeta la trama urbana. comunes.
Respeta la trama urbana.
En cuanto a la Ocupación ilegal, privilegia la Ocupación ilegal con vocación
posesión/propiedad de posesión y el usufructo del de entrar a la legalidad. Buscar
la tierra terreno que ocupa. activamente la propiedad de la
tierra, ejerciendo presión.
Relación con el estado Demanda al estado, esperando No espera soluciones definitivas
soluciones tipo viviendas desde el Estado; busca su
definitivas. mediación.

Fuente: Agostinis (1992) citado en Cozzi, inédito.

Es necesario destacar que a diferencia de lo expuesto anteriormente, el POBUR


(1996:105) conceptualizó de otra forma a la población en condiciones de pobreza y lo
hizo operacionalmente, con el objeto de poder identificar las características de los
hogares pobres localizados hasta mediados de los ’90 en la ciudad de Posadas.
Entonces, utilizaba el término “bolsón de pobreza” y lo definía como “un asentamiento

217
carenciado, conformado por un conjunto de por los menos diez viviendas precarias
localizadas dentro del perímetro de una manzana; aplicaba esta definición a fin de lograr
identificar los grupos residenciales y los posibles sujetos receptores de las políticas
sociales focalizadas”. A pesar de las diferencias conceptuales, esta fuente fue
importante porque localizó a parte de la población carenciada de Posadas y permitió
relacionarlo con los indicadores de privación y segregación utilizados para medir las
condiciones de pobreza.

7.2. La localización espacial de los asentamientos

Existe una lógica similar en cuanto a la localización de los asentamientos


informales en las ciudades capitales del Nordeste argentino. La concentración de estos
barrios marginales aparece en los terrenos bajos e inundables próximos al río Paraná
(caso de Resistencia, Corrientes y Posadas) o al río Paraguay (en Formosa). La cercanía
al río se asocia con actividades de subsistencia como la pesca, el empleo de agua para el
lavado de la ropa o el propio aseo personal (Mignone, 2002, 2004, 2008). Asimismo, se
encuentran asentados a la vera de los ríos, arroyos y lagunas que se hallan en el interior
de las ciudades: por ejemplo los núcleos informales próximos al río Negro y lagunas
importantes del norte de la ciudad de Resistencia (imagen Nº 55), o los barrios
informales cercanos a los arroyos Apa, Zaimán y Mártires en Posadas169 (imagen Nº 56
y Nº 57), o los que se encuentran localizados en las proximidades del arroyo Pucú o del
riacho Formosa en la ciudad homónima170.

Por otra parte, aparecen en aquellos lugares donde no ha llegado la


infraestructura de los servicios, precisamente en terrenos por el momento no
urbanizados y de bajo costo. O de manera opuesta, se destacan por su proximidad a los
complejos habitacionales o barrios planificados, o sectores con altos ingresos171. Según

169
En el año 1996, el POBUR reconocía que el 33% de los bolsones censados se hallaban en el área
ribereña, por debajo de las cotas de inundación establecidos por la Entidad Binacional Yaciretá (EBY).
170
Según la información brindada por los funcionarios de la Municipalidad de Formosa.
171
Según comentarios de funcionarios de la municipalidad de Posadas, uno de los espacios conflictivos
estuvo localizado entre las calles Bustamante y Las Heras, avenida 115 e Ituzaingó. Además de la chacra
145, donde un conjunto de familias tienen sus casas levantadas sobre la calle y lindan con las obras de
tratamiento costero cerca del arroyo Mártires.

218
las encuestas realizadas en los asentamientos informales de la ciudad de Resistencia172
los habitantes pueden desarrollar diferentes actividades como el servicio doméstico,
albañilería o el comercio ambulante, entre otros. Asimismo, la cercanía de los barrios,
constituyen fuentes cercanas de provisión de agua, servicios básicos y posibilidad
laboral por medio de las "changas". Por otra parte, la generación de los barrios
planificados va dejando entre los mismos, intersticios de terrenos fiscales y privados
que son (o fueron) objeto de asentamientos marginales.

Imagen Nº 55 Imagen Nº 56
Asentamientos en la laguna Argüello. Distribución esquemática de los
Municipio de Resistencia asentamientos informales en Posadas

Casco
céntrico

Fuente: Norte. 27 de octubre de 2012. P. 9 Fuente: POBUR, 1996 en Curtino, 1997

La instalación está también en relación con los terrenos y sus condiciones


ambientales, además de considerar la proximidad a las vías de circulación. Con respecto
a esto último, se debe tener en cuenta la preferencia por las mejores condiciones de
accesibilidad, en términos de menor costo-distancia, desde la periferia hacia el centro
(Marotte, 2000:363). Esto se puede ejemplificar con los núcleos espontáneos en
Formosa y Posadas; en el primer caso, localizados a la vera de la ruta Nacional Nº 11 y
Provincial Nº 2; o próximos a la ruta Nacional Nº 12 de acceso a la ciudad de Posadas.
Asimismo, se puede observar la misma situación en Corrientes, en las proximidades de
la ruta Provincial Nº 5 (Mignone, 2003, 2008).

172
Mayor desarrollo, se verá a partir del apartado Nº 7.6.

219
En otras situaciones, la instalación obedece a razones políticas. La realidad de
los intrusos se ve agravada por la legitimación que ejercen los dirigentes políticos
cuando promueven las ocupaciones o simplemente no establecen normas claras para la
organización de la ciudad. A la hora del debate, la clase dirigente es la más criticada por
los propietarios, quienes los acusan de considerar los terrenos privados como
instrumentos electoralistas. Ocurre que algunos representantes políticos incitan a la
ocupación de los terrenos en épocas de elecciones, como medio para la obtención de
votos y se torna partidariamente muy difícil tomar medidas antipopulares y no
solidarias.

Imagen Nº 57
Barrios próximos al arroyo Apa. Ciudad de Posadas
Febrero de 2004

Septiembre de 2010

Fuente: Municipalidad de Posadas, 2010. Google Earth, 2011

Como ejemplo de la ciudad de Resistencia, se puede citar la ocupación de los


terrenos de La Rubita (pertenecientes al ejército) con el aval de ciertos funcionarios
políticos, que tuvo lugar en marzo de 1997. Fue una ocupación masiva de tierras (con
más de 300 familias), duró una semana y sus habitantes fueron desalojados por la

220
Gendarmería Nacional, para posteriormente ser relocalizados en otro sector de la
ciudad173.

También está presente la especulación de las compañías inmobiliarias, que


provocan la ocupación a efectos de promover la posibilidad de expropiación de los
terrenos (Norte, 26/11/94:13). Ciertamente, con la toma de tierras, el valor del terreno
ocupado se incrementa, significando notorias ganancias para las compañías174. Por su
parte, los operadores inmobiliarios coinciden en que la solución no pasa por generar una
nueva ley de Tierras, sino por flexibilizar el Código de Urbanismo de las propias
ciudades, que impide que la gente de escasos recursos tenga acceso a un lote
económico. Los operadores establecen que con las expropiaciones se genera “todo un
negocio”, porque consideran que es la mejor solución para el propietario del terreno,
que no podía subdividirlo por las exigencias municipales. También consideran que se
instiga a la usurpación para forzar la expropiación, y entonces el propietario usurpado
termina cobrando en efectivo, todo el dinero (Norte, 08/09/02:4).

Imagen Nº 58
Venta de terrenos en asentamientos informales de Resistencia

Fuente: Norte. 19 de enero de 2008. P. 3

173
Parte de sus habitantes fueron relocalizados en el barrio Jesús de Nazaret, ubicado en el sector oeste de
Puerto Vilelas, en el límite con Resistencia. De cualquier manera, una nueva toma se produjo el 14 de
octubre de 2007, con una instalación definitiva en el lugar.
174
En palabras de un delegado de los asentamientos, reproducida por el diario Norte, del 5/4/01:28: "Un
vecino común levanta su casa en medio de la nada, gestiona el tendido de agua y luz. Llegan los negocios,
empiezan a pasar las líneas de colectivos y cuando la zona se cotiza, los grandes latifundistas hacen su
negocio. Es una manera de especular con el sacrificio del pobre".

221
Por otra parte, aparece la especulación del loteo que explota la necesidad e
ignorancia de esta población, a través de transacciones irregulares (Comisión de Tierras
Fiscales Nacionales, 1994). Ocurre que existen moradores que ven esta forma de
ocupación con un fin lucrativo, ocupan un terreno, construyen una vivienda precaria y
ante las dificultades para acceder a los títulos de propiedad, optan por venderlo luego a
precios elevados (Imagen Nº 58). Posteriormente, esos grupos se mueven a otro lugar
para continuar con el ciclo de especulación175.

Asimismo, la ocupación de los espacios periféricos que se encontraban


suburbanizados o directamente sin urbanizar, van a generar la especulación inmobiliaria
por parte de los nuevos moradores localizados en estos terrenos. Justamente, en el
último decenio, ha aumentado el número de asentamientos informales en terrenos
privados, generando verdaderos conflictos entre los propietarios legales, los nuevos
ocupantes y los organismos estatales.

A todo esto, se suma el marco de ilegalidad urbana, en gran medida, por efecto
del propio orden jurídico. La ley se constituye en un factor importante de la ampliación
de la ilegalidad en las ciudades latinoamericanas, sobre todo porque, de manera fuerte,
dominante y hegemónica, todavía prevalece una visión conservadora, individualista,
civilista y patrimonialista de los derechos individuales de propiedad. Esta visión sigue
orientando gran parte de la acción de los tribunales e incluso de la opinión pública
(Fernandes, 2007:16).

El esquema presentado (Figura Nº 20) sintetiza las causas que provocan la


existencia e incremento en el número de asentamientos informales en las cuatro
capitales provinciales del NEA.

175
Esta conclusión surge de haber mantenido diferentes entrevistas con los funcionarios públicos de las
cuatro ciudades y con las propias personas residentes en los barrios informales. No obstante, se considera
lo dicho por Fernandes (2008:30), que menciona que en las ciudades latinoamericanas “…con frecuencia,
el precio del lote irregular es más o menos el mismo que el de la parcela regular; sin embargo, los
promotores inmobiliarios son conducidos a la informalidad o “prefieren” hacer la subdivisión irregular
porque es más fácil, considerando la enorme burocracia exigida. En muchas ciudades, tarda de tres a
cinco años aprobar un proyecto de subdivisión, lo que hace que la “opción” por la informalidad sea cada
vez más frecuente. Obviamente, todo ello tiene lugar en un contexto de falta de fiscalización y de
represión, aliado a la preponderancia de sistemas políticos clientelistas que vienen fomentando y
manipulando los procesos de producción informal de las ciudades”.

222
Figura Nº 20
Factores que generan la creación de asentamientos informales
• Procesos de relocalización
• Migración rural-urbana espacial

• Períodos de crisis en los • Prolifera una demanda carente de


principales cultivos recursos económicos

• Cambios en la dinámica del • Inestabilidad laboral


empleo
• Especulación inmobiliaria
• Incorporación de tecnologías
• Especulación por loteo
• Contingencias naturales
• Razones políticas (clientelismo)
• Migración de retorno
• Liberalización del mercado de
suelo urbano

Fuente: Elaboración propia

7.3. Modalidad de ocupación de los terrenos

Otra característica es la modalidad de ocupación, que presenta notorias


diferencias en las últimas décadas. Antes de 1990, los asentamientos se caracterizaban
por contar con grupos familiares instalados en forma individual, paulatina y en un
tiempo relativamente largo. Su desorganización era otra característica; los terrenos se
ocupaban en forma irregular, sin calles trazadas o con senderos de acceso interrumpidos
por alguna vivienda.

Para visualizar la organización que poseen en la ciudad de Resistencia, se puede


tomar como ejemplo la chacra 206 parcelas 6 a la 12 e inclusive la 18, en el plano
catastral y la fotografía aérea correspondiente (Imagen Nº 60). Se trata del asentamiento
Lestani, ubicado en Villa Libertad y establecido entre 1992 y 1994. Fueron terrenos
privados que hasta la actualidad, no han podido regularizar su situación dominial, a
pesar que estos espacios fueron expropiados a los efectos de poder entregarlos a sus
actuales ocupantes. En el plano catastral aparecen las distintas parcelas, mientras que en
la fotografía aérea se puede apreciar la ocupación de los terrenos en forma discontinua,

223
con casas acumuladas y apertura de calles en forma irregular. La imagen satelital
permite observar que la distribución edilicia entre 2002 y 2009 todavía continúa siendo
irregular, no obstante comienzan a delimitarse las calles interiores.

En los asentamientos de la última década, la forma de ocupación presentó


cambios sustanciales. Al momento de la instalación se efectúa la subdivisión de las
parcelas, buscando un trazado regular y dejando los espacios para la apertura de las
calles públicas o semi-públicas que las comuniquen (Imagen Nº 59). Se realizan
mediciones de los terrenos (tratando de respetar las medidas establecidas de acuerdo a la
norma municipal) que aunque imprecisas, logran mantener cierto orden en la
distribución parcelaria. Asimismo, la organización de los ocupantes sirve para afrontar e
impedir el desalojo impulsado por los propietarios de los terrenos, obtener beneficios
para el asentamiento (chapas, agua, etc.) y lograr la ley de expropiación del terreno
ocupado y con ello la posterior regularización dominial y consolidación del
asentamiento; También en muchos casos se usa para demandar asistencia alimentaria
y/o puestos de empleos en los programas sociales (cf. Magnano, 2005)

Imagen Nº 59
Ocupación de terrenos: proceso de limpieza y medición

Fuente: Norte. 18 de marzo de 2008. P. 44 Fuente: Norte. 07 de agosto de 2002. P. 7

Esta estrategia de apropiación es llevada a cabo por grupos que tienen


mayor organización previa, formados con ese fin, y las tierras que son ocupadas
generalmente son de mayor valor. Es por eso que en algunos casos las tomas
resultaron conflictivas. Sin embargo, estos grupos han practicado diferentes formas
de articulación con el poder político y organizaciones civiles de asistencia que los
han “ayudado” en la ocupación (Barreto y Sánchez, 2000). Además, a diferencia de

224
las ocupaciones pasadas, se realiza una toma masiva de los terrenos, con numerosas
familias (inicialmente en un número inferior a 40) que se instalan y construyen casillas
de chapas de cartón o material de desecho, mezclado con maderas o troncos.

Muchas de las ocupaciones provocan conflictos con los propietarios del terreno,
que pretenden la expulsión de los asentados. Sin embargo resulta imposible retirarlos
del lugar ocupado. Como ejemplo se puede mencionar a los asentados a la vera de los
campos del Golf Club en la ciudad de Resistencia (a partir de 1992), cuando personal de
la municipalidad intentó retirar a la población que ocupaban terrenos municipales, pero
los habitantes lograron mantenerse hasta la actualidad. Asimismo, la imagen Nº 60
muestra el asentamiento 2 de abril176, instalado a principios de diciembre del año 2000.
En este caso, la ocupación se realizó sobre terrenos fiscales y privados. En el primero de
los casos, los ocupantes tuvieron el aval municipal para la ocupación, mientras que las
familias localizadas en terrenos privados, tuvieron (y tienen) una situación más
conflictiva desde el marco jurídico y dominial177.

Imagen Nº 60
Asentamiento “2 de Abril”. Ciudad de Resistencia
ASENTAMIENTOS INFORMALES EN LA CIUDAD DE RESISTENCIA. PERÍODO 1990-2002

N
RU
TA
NAC

.
16

.N

C.
NA
º1

TA
RU
1

Referencias

Asentamientos
Informales

Casco central
RUTA NAC. Nº 11

28
FUENTE:
Unidad Ejecutora Municipal
Programa Arraigo-Icoha
IPDUV
C & R Comunicación Visual

Fuente: Unidad Ejecutora de la Municipalidad de Resistencia; Fuente: Norte. 06 de diciembre de


Programa Arraigo-Icoha; IPDUV; C & R Comunicación 2000:11
Visual

176
Ver en Anexo IX las características del asentamiento 2 de Abril.
177
Al momento de redactar esta tesis, los hogares situados en terrenos privados, no han podido regularizar
su situación dominial.

225
Ocurre que los individuos estudian el lugar a ocupar, informándose sobre el
propietario y la condición impositiva que presenta el mismo. Posteriormente se
organizan los grupos que ocupan las parcelas. El esquema presentado (Figura Nº 21)
sintetiza las modalidades que provocan la existencia e incremento en el número de
asentamientos informales.

Figura Nº 21
Esquema comparativo de las modalidades de ocupación de los asentamientos
informales
ANTES ACTUALIDAD

• Ocupación desorganizada, sin • Ocupación organizada. Se efectúa la


división ni mediciones de los subdivisión y medición de las
terrenos. parcelas.

• Con grupos familiares instalados • Apropiación por grupos que tienen


en forma individual, paulatina y en mayor organización previa, formados
un tiempo relativamente largo. con ese fin.

• Tomas de tierras al azar • Tomas de tierras planificadas

• Lento reclamo al Estado • Rápido reclamo al Estado

Fuente: Elaboración propia en base a Mignone, 2003, 2004, 2005, 2008

Determinar una cifra aproximada de la población localizada en asentamientos


informales es muy difícil, debido a las condiciones de movilidad que tiene la población
localizada en estos lugares. Como ejemplo, citamos que la UEM (Unidad Ejecutora
Municipal de Resistencia), entre 1990/99 estimaba que 1.000 era el número aproximado
de familias instaladas en los asentamientos de la capital chaqueña. Si se tiene en cuenta
que consideraba cada familia con cinco integrantes, se hacía un total de 5.000 habitantes
como valor mínimo. Complementariamente la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de
la UNNE, que había trabajado por convenio (en ese entonces) con el plan Arraigo178-

178
Programa establecido en el ámbito nacional a partir de 1992, que busca la regularización dominial de
la tenencia del suelo para la vivienda, emprendiendo la regeneración urbana a través de la
implementación de proyectos que atiendan la instrumentación de servicios básicos de infraestructura y

226
Icoha, estimaba para el período 1990/96 que el número aproximado de viviendas
asentadas era de 1.830. Tomando seis integrantes por cada familia, hacían un total
cercano a 11.000 personas.

Otras cifras indicaban para 1994, un total de 25.000 familias viviendo de forma
irregular (Norte, 26/11/1994:12). En 1995, un artículo periodístico mencionaba la
existencia de 13.000 hogares intrusos, de los cuales 5.000 se concentraban en terrenos
municipales, 7.000 en propiedades privadas y 800 en tierras públicas. (Norte,
19/03/1995:3). Dos años más tarde, otra investigación estableció la existencia de 32.193
habitantes o de 7.417 familias viviendo de manera ilegal. De ellos, 13.120 personas se
encontraban en tierras fiscales y 19.043 en espacios privados (Norte, 28/04/1997). Otro
informe, estimaba un total de 10.132 familias involucradas en la problemática (Norte,
23/04/01).

Un informe del Plan Tierras179 mencionaba que 45.597 individuos, considerando


desde las ocupaciones más antiguas hasta las más recientes, vivían en condiciones
ilegales. El 41% habitaba en terrenos originariamente fiscales y el 59% en propiedades
originariamente privadas (Rozé et. al., 2000). Estas diferencias estadísticas son producto
de las dificultades que existían (y existen) al momento de relevar la información
estadística de la población, porque se trata de un proceso de ocupación rápida, con
importantes grupos familiares instalados en un lugar en pocos días y porque los propios
habitantes generan un movimiento interno al desplazarse de un asentamiento a otro, ante
la inseguridad existente para la adjudicación de los terrenos. Por ello aparece la
especulación del loteo, que explota la necesidad e ignorancia de esta población, a través
de transacciones irregulares (Comisión de Tierras Fiscales Nacionales, 1994). Ocurre
que existen moradores que ven esta forma de ocupación con un fin lucrativo, ocupan un
terreno, construyen una vivienda precaria y ante las dificultades para acceder a los
títulos de propiedad180, optan por venderlo luego a precios elevados.

logren la solución integral del hábitat (Comisión de Tierras Fiscales Nacionales, 1994: 31). Actualmente,
se denomina “Mi Pueblo”.
179
El Plan Tierras coordinado por el Ministerio de Transporte, Obras y Servicios Públicos de la provincia
de Chaco, se aplicó en esta provincia durante la década de 1990, y estaba destinado a familias con
necesidades básicas insatisfechas asentados en terrenos públicos o privados.
180
El diario “El Territorio” de Posadas (27 de mayo de 2009, versión online), mencionaba que una
funcionaria de la Secretaría General de la Municipalidad de Posadas, revelaba con respecto a los
asentamientos, que “no había precisiones exactas sobre la cantidad de familias o personas involucradas en
esta problemática”, ya que además, la población migra de manera casi constante”.

227
Imagen N 61
Plano catastral y fotografía aérea de 1998 e imágenes satelitales de 2002 y 2009 del asentamiento Lestani (ciudad de Resistencia)
228

Fuente: Dirección de Catastro de la municipalidad de Resistencia y Google Earth 2010, 2013.

228
Posteriormente, esos grupos se mueven a otro lugar para continuar con el ciclo de
especulación181.

Por lo tanto, para los diferentes organismos dedicados a solucionar la pobreza o


a mejorar la calidad de vida de estos habitantes, resultaba difícil contar con un número
aproximado de habitantes. Sin embargo, mediante los programas sociales y de
planificación territorial que fueron surgiendo con posteridad al año 2000, y
especialmente después del 2005, se ha tratado de tener una estadística certera de estos
conjuntos de población182.

7.4. La vivienda y la provisión de los servicios

Presentan condiciones deficitarias de todo orden. Inicialmente muchas viviendas


son construcciones de materiales precarios combinando burdamente chapa, cartón,
madera, etc. (Imagen Nº 62). Básicamente las familias cercan sus lotes otorgándoles
formas irregulares y generalmente de medidas disímiles, limpian las malezas o cavan
pozos para los troncos de palma que se utilizan como estructura. En el fondo del lote se
construye la letrina con pozo ciego o enganchado con un pozo existente. Incluso el
trazado de estos barrios es caótico, debido a su condición de espontaneidad, lo que
dificulta el acceso de recolectores de residuos, bomberos o servicios de emergencias en
casos de urgencia (Norte, 26/11/94:13).

181
El diario Norte, del 19 de enero de 2001 mencionaba la condición de la población instalada en el
asentamiento Villa Chica: “Circula por el lugar el comentario de que muchas familias son de origen
humilde y carenciadas, pero también entre el grupo ocupante, había gente que tenía sus viviendas, su
trabajo y se apoderaba de esos terrenos para sus familiares”.
182
Los distintos gobiernos provinciales y municipales de las provincias del NEA, han ido creando
diferentes organismos y programas con el objeto de cuantificar la cantidad de población residente en
asentamientos informales, a efectos de lograr el saneamiento parcelario y habitacional de los mismos.

229
Imagen Nº 62
Ocupaciones de terrenos en el Gran Resistencia

Fuente: DataChaco.com. 23 de marzo de 2012 Fuente: Norte. 07 de enero de 2005. P. 48

Otros pobladores sólo tienen la posibilidad de vivir en carpas (Imagen Nº 63) y


algunos logran consolidar su vivienda con el correr del tiempo, lo que hace más
dificultoso su posterior traslado o erradicación.

Imagen Nº 63
Ocupaciones de terrenos: instalaciones con carpas. Municipio de Resistencia

Fuente: Norte. 08 de agosto de 2002. P. 4 Fuente: Norte. 21 de mayo de 2009. p. 7

Asimismo, la provisión de servicios básicos no suele acompañar la expansión


acelerada de la periferia de las ciudades. Una necesidad vital como el agua presenta
dificultades en su servicio, desde la colocación de cañerías domiciliarias hasta la canilla

230
pública183 para el asentamiento, o incluso el aprovisionamiento con tanques
municipales. La provisión de agua potable se realiza por medio de canillas públicas
(Imagen Nº 64), que en muchos casos, la población dispone cada 100 o 200 metros; o
por otra parte, como se pudo observar en los habitantes instalados al este del municipio
de Puerto Vilelas, no tienen provisión de agua por cañerías, entonces la población
concurre a los complejos habitacionales para obtenerla184.

Lo mismo se puede decir del servicio de electricidad, ya que las viviendas


presentan mayoritariamente conexiones en forma “clandestina o enganchada”, sin
ningún tipo de precaución (sin descarga de tierra, con cables que cuelgan de palos y
ramas) ni registro.

Imagen Nº 64
Provisión de agua potable mediante canillas públicas

Fuente: Norte. 15 de noviembre de 2009. P 9 Fuente: Norte. 08 de septiembre de 2008. P. 8

El alumbrado público es otro servicio que la población no tiene, lo cual en


horarios nocturnos, acrecienta la inseguridad y dificulta el recorrido por las calles de
tierra. A esto, se suman los problemas que generan la falta de cloacas o el asfalto; la

183
Como ejemplo, se puede citar el asentamiento "San Miguel" de la ciudad de Resistencia, quienes "... se
abastecen de una sola canilla pública.... la que durante el día exhibe una larga cola de amas de casa, niños
y jóvenes munidos de baldes, tachos y palanganas". Norte (30/06/95:6). Esto también se ha podido
visualizar personalmente en los asentamientos Banderas Argentinas, Familias Unidas y Belgrano, quiénes
comentaban las dificultades del servicio de agua potable en dichos barrios.
184
Esta situación observada en 2003, sigue hasta el momento de redactar esta tesis doctoral.

231
ausencia de este último provoca importantes dificultades para el tránsito de los propios
vecinos, especialmente en los períodos lluviosos y húmedos.

En la mayoría de los asentamientos, según los testimonios de los vecinos del


Gran Resistencia, no se recolecta la basura o su recolección es muy irregular, lo que
genera grandes depósitos de desperdicios acumulados y transforma el área en una
potencial fuente generadora de enfermedades.

Imagen Nº 65 Imagen Nº 66
Asentamiento en el sur de Resistencia Asentamiento en el suroeste de Corrientes

Fuente: Mignone, 2003 Fuente: Mignone, 2010

La provisión de los servicios es muy lenta, como puede observarse en el plano


correspondiente a la ciudad de Corrientes (Imagen Nº 66). El casco central y los barrios
planificados próximos al mismo, cuentan con los cuatro servicios básicos, pero los
núcleos que tienen privación convergente o son residentes en asentamientos informales,
solamente tienen agua potable o electricidad.

De cualquiera manera, también se debe reconocer que existe una evolución en la


condición edilicia, sanitaria y ambiental del espacio dónde se localizan los
asentamientos. Como ejemplo, se puede observar como se ha modificado el paisaje
urbano en el asentamiento Belgrano de la ciudad de Resistencia.

232
Imagen Nº 67
Provisión de servicios (2002), IPMH convergente (2001) y asentamientos
informales en el aglomerado Gran Corrientes

agua/pavimento/cloaca/electricidad
agua/pavimento/electricidad
agua/cloaca/electricidad
agua/electricidad
electricidad
sin servicios

Fuente: Secretaría de Planeamiento de la provincia de Fuente: Elaboración personal sobre la base


Corrientes. 2008 de datos proporcionada por INDEC. Censo
Nac. de Población, Hogares y Viviendas de
2001

Fuente: Acevedo et. al, s/f

La fotografía del año 2002 (Imagen Nº 68), dónde las carencias están a la vista,
contrasta ocho años después con el alumbrado público, viviendas de materiales (incluso
de dos pisos) con paredes perimetrales, cunetas, y arbolado público. No obstante, de
diferentes comentarios obtenidos por la población residente en los asentamientos
informales, la celeridad para el mejoramiento de los barrios depende muchas veces del
clientelismo político, de la capacidad de gestión de los dirigentes barriales y de los

233
diferentes mecanismos utilizados por la población para generar respuestas por parte de
la dirigencia política.

Imagen Nº 68
Evolución edilicia en el asentamiento “Belgrano” (Resistencia)
Año 2002 Año 2010

Fuente: Mignone, 2002 y 2010

7.5. Metodología para el saneamiento parcelario y social

De acuerdo con Fernández Wagner (citado por Bettatis 2009:93), han existido
dos importantes modalidades en las políticas de intervención habitacional en los
asentamientos informales de nuestro país: una de ellas fueron las viviendas “llave en
mano” y un segundo tipo de intervenciones teñidas por las modificaciones en las
concepciones internacionales acerca de las urbanizaciones informales, que se orientan a
la mejora de los asentamientos, la radicación, la apertura de la participación, etc. El
cuadro comparativo sintetiza las características señaladas.

234
Cuadro Nº 30
Modalidades de políticas de intervención habitacional
Políticas “llave en mano” Políticas “alternativas”
Tipo de intervención Erradicación de Radicación de asentamientos
asentamientos irregulares. irregulares.
Tipo de producto Construcción de conjunto Construcción de baja y media
habitacional sobre terreno complejidad (de baja
libre. productividad).
Financiamiento Fondos públicos, con muy Fondos públicos u otras
bajo o sin recupero (o fuentes, con recupero parcial
recuperación). o total de inversión.
Decisión y Realizada por el Estado en Centralizada, con distintos
planificación forma centralizada. grados de participación de la
población.
Construcción Grandes empresas por Pequeñas empresas locales,
licitación pública. cooperativas, o los usuarios
organizados.
Asignación social Listado de población Pre-acordada/proyecto
destinataria ordenado según gestado en respuesta a una
criterios de prioridad. demanda específica.
Usuario Receptor pasivo, no participa Receptor activo, con
en la toma de decisiones. diferentes grados de
implicación en el proceso.
Fuente: Fernández Wagner (inédito, citado por Bettatis 2009:93)

Como se verá a continuación, lo que ocurrió en la práctica ha sido una


articulación y superposición de las distintas políticas de regularización dominial. De
esta manera, a lo largo de la década de 1990, numerosas han sido las actividades
llevadas a cabo185 a fin de solucionar las condiciones de los asentamientos periféricos
informales en los cuatro aglomerados capitales.

Si el asentamiento se establece en terrenos municipales, la ocupación es


permitida, pero comienza todo un proceso para regularizar la situación de los habitantes.
Dentro de las estrategias más elementales están las de "consolidación", que consisten en
mantener el asentamiento en su lugar de origen, integrándolo a la trama urbana. Se
interviene en la regularización dominial y se producen mejoras sustanciales sobre la
situación de necesidad habitacional.

185
La información sobre las diversas formas de solución parcelaria se obtuvieron por intermedio de las
unidades ejecutora de los distintos ayuntamientos, de la información brindada por los funcionarios de los
institutos de vivienda provinciales y de las observaciones brindadas por el Plan Arraigo-ICOHA.

235
La regularización dominial se lleva a cabo realizando el relevamiento físico de
los terrenos, se elabora una propuesta de subdivisión y se realiza una asamblea con los
ocupantes del asentamiento para llegar a un consenso. Luego de logrado el mismo, se
ejecutan los planos de mensura y posteriormente se aprueba la resolución para librar la
venta a los actuales ocupantes. Esta entrega de los lotes por familia se realiza por
intermedio de los institutos provinciales de viviendas, las diferentes subsecretarías de
obras públicas provinciales y las municipalidades de cada ciudad. Las adjudicaciones se
realizan mediante planes de pagos o créditos, cuya financiación se realiza a precios
bajos y a largo plazo ante la precaria situación económica que presenta gran parte de la
población asentada186. A pesar del tiempo que puede demandar el pago, la financiación
es aceptada por los habitantes a sabiendas que al saldar la deuda tendrán su título de
propiedad. Otros pobladores critican este accionar porque consideran que se necesita
tener una estabilidad laboral para hacer frente a esta política crediticia187.

Otra forma de solución, consiste en la entrega del lote y la construcción de la


vivienda, cuya ejecución corre por cuenta de los gobiernos provinciales y la entrega es
sin cargo alguno188. En cambio, distinta resolución se alcanza a través de la entrega del
lote con una vivienda por autoconstrucción: la mano de obra de familia adjudicataria
permite levantar el techo. Los vecinos desocupados son absorbidos en la construcción
de las edificaciones y son capacitados en la organización y manejo de grupos de trabajo.

La "reubicación" del asentamiento se produce cuando éste no puede ser


consolidado debido usualmente al riesgo ambiental que corre o por dificultad en la
gestión del traspaso del dominio de las tierras a sus ocupantes, si se encuentran
ocupando zonas de calles, lugares destinados a plazas, salud o educación.
Indudablemente que para la ejecución de los proyectos, se deben realizar las
tramitaciones pertinentes con el consiguiente tiempo y dinero que demandan. Los

186
En nuestro país, existe el Programa Mejoramiento de Barrios (PROMEBA) programa nacional con
base federal, que se presenta como un programa social para transformar el hábitat popular. Su objetivo es
mejorar la calidad de vida de la población con necesidades básicas insatisfechas, asentada en barrios con
carencia de infraestructuras, problemas ambientales y/o de regularización dominial. La característica
saliente de este programa es el sistema de unidades ejecutoras y direccionamiento de recursos
provinciales a prioridades nacionales.
187
En el Anexo VI se pueden observar los diferentes planes de viviendas y programas nacionales
aplicados durante los `90 en las capitales del NEA.
188
Como ejemplo, se puede mencionar el plan “Mi Techo” aplicado en la provincia de Chaco a finales de
la década de 1990. Mediante el Sistema Social Articulado (plan AIPO), surge este plan con el objeto de
erradicar los ranchos y mejorar la infraestructura habitacional de todos aquellos grupos vulnerables en
situación de emergencia social.

236
programas se ejecutan por medio de las municipalidades conjuntamente con los
institutos de viviendas.

La situación se vuelve más conflictiva si el asentamiento ocurre en terrenos de


dominio privado. Se debe llegar a un acuerdo con los propietarios de los inmuebles
ocupados, que no siempre aceptan el asentamiento y buscan la expulsión de sus
moradores189. En ciertos casos se logra la cesión del terreno a cambio de compensación
de deudas o crédito fiscal, o "por acción directa de los ocupantes que acrediten una
posesión pacífica e ininterrumpida durante un plazo mínimo de 20 años a través de la
realización de juicios de usurpación" (Comisión de Tierras Fiscales Nacionales, 1994).
Esta acción se dificulta en los asentamientos más recientes, por el tiempo que requiere
el cumplimiento de la norma.

Otra solución, por parte del Estado, consiste en la sanción de leyes que declaren
de utilidad pública y sujetos a expropiación los inmuebles ocupados, permitiendo la
regularización del dominio para las familias que los habitan. El problema se produce
porque por cada asentamiento es necesario realizar la expropiación190, y es el estado
provincial quién debe asumir los gastos que demande el pago191 al dueño del terreno
expropiado, con sumas que el estado no siempre puede disponer por sí solo. Por ello,
muchas veces el gobierno debe vetar las leyes de expropiación, ante la situación de las
finanzas públicas de la provincia192. Existen críticas por parte de los propietarios de los
terrenos ocupados, quienes se quejan porque nunca logran cobrar los que se les paga,
convalidándose la usurpación y generando situaciones conflictivas. Muchas leyes de
expropiación no son pagadas por el gobierno y la vigencia de la misma caduca a los
años de sancionada. Esto también produce incertidumbre en los pobladores de los
barrios expropiados193. Por otra parte, al momento de brindar las respuestas a estos

189
Muchos de los terrenos son retenidos por los propietarios para lograr su revalorización.
190
Las expropiaciones son realizadas por intermedio de la Cámara de Diputados provinciales.
191
"La provincia destina unos 2 millones de pesos al año para pagar expropiaciones de terrenos e
instrumentar planes habitacionales" (Clarín, 29/03/99: 56).
192
El diario Norte del 4 de enero de 1996, mencionaba con respecto a varias leyes de expropiación
aplicadas en la ciudad de Resistencia que "El Poder Ejecutivo en uso de sus facultades conferidas por los
artículos 118 y 141 inciso 4 de la Constitución Provincial vetó en forma total las leyes citadas
precedentemente bajo estas fundamentaciones: Es conocida por todos la situación crítica por la que
atraviesan las finanzas públicas, lo cual no permitirá hacer frente a la erogación que demande el
cumplimiento de lo normado en las mencionadas leyes. Se deja constancia que se comparte la intención
tenida en cuenta por el legislador al sancionarla, pero al hacer uso de esta facultad de veto se toma en
consideración prioritariamente la imposibilidad del Poder Ejecutivo Provincial de afrontar con recursos
genuinos sus propios gastos de funcionamiento ...".
193
Las críticas se centran primordialmente en que el Estado provincial no tiene una política de tierras
definida para los sectores más carenciados, va solucionando los conflictos a medida que se suscitan, con

237
conjuntos, tienden a superponerse el accionar de varios organismos públicos, lo que
demanda una duplicación y hasta triplicación de gastos de funcionamiento que muchas
veces terminan en resultados poco satisfactorios para la población (cf. Magnano, 2005).

La política de tierras también está sujeta a la coyuntura política. Un caso


representativo fue el barrio 10 de Mayo de la ciudad de Resistencia, donde en el lapso
de cuatro meses se compraron los terrenos, porque se transitaba por un período
electoral. Entonces, estos grupos sociales cuentan con mayores posibilidades de
saneamiento ambiental, si saben alcanzar distintos resortes estatales. Si existe un rédito
político, entonces el grupo social se verá atendido (Barrios, 1999).

Para iniciar el proceso de regularización del asentamiento, el primer paso


consiste en entrevistarse con la gente e inmediatamente realizar el relevamiento y censo
de la población instalada en el terreno ocupado, a los efectos de evitar el ingreso de
nuevas familias194.

Posteriormente, se analizan las condiciones para la compra directa del terreno


(por parte del estado provincial) y la valuación de los terrenos. Con esto se busca evitar
la expropiación, porque el trámite demanda mínimamente dos años, alargando el
proceso de regularización.

Cuando se concreta la compra del terreno o se reubica a la familia en otro lugar,


se lleva a cabo el trabajo de regularización dominial, con la ubicación definitiva de las
casas195; además de considerar los espacios para actividades recreativas y educativas y
el trazado de las calles.

El proceso concluye con la escrituración del inmueble a nombre de cada


beneficiario. Desde el inicio del proceso hasta la entrega de la escritura, cada familia
recibe un certificado de uso y ocupación que no puede ser vendido o transferido. El
esquema de la figura Nº 22, sintetiza lo anteriormente mencionado.

respuestas puntuales y coyunturales o estructuradas dentro del formato tradicional, sin asumir una lectura
realista de la situación, ni formular una efectiva política de tierra y vivienda popular (Magnano, 2005).
194
Un grupo de especialistas realiza el relevamiento y censo de todas las familias. Luego, se pinta un
número a cada vivienda, para evitar el ingreso de nueva población.
195
En general, los terrenos comprenden una superficie mínima de 20 metros cuadrados.

238
Figura Nº 22
Modalidades de regularización dominial en asentamientos informales

Ocupaciones en terrenos fiscales


Ocupaciones en terrenos
- Localización permitida privados
- Proceso de regularización dominial

* Expulsión de los ocupantes

* Permitido por el propietario


- Traspaso de la parcela
-Regularización dominial

* Prescripción veinteañeal (juicios de * Intervención del Estado


ocupación) - Expropiación
- Pasa al ocupante - Pago
- Regularización dominial
Fuente: Elaboración propia

No obstante, tal como se observara en la imagen Nº 61, cuando se considera los


proyectos de urbanización para estos barrios informales, la precariedad inicial en la
ocupación y subdivisión del suelo genera grandes dificultades para respetar la trama
urbana y las dimensiones reglamentarias para los anchos e parcelas como las vías
públicas, hacen que resulte muy difícil lograr una subdivisión regular y/o racional de las
parcelas y evitar inequidades y situaciones no deseadas por parte de los organismos
encargados de la urbanización de los barrios (Alcalá, 2007).

En cuanto al saneamiento de las condiciones sociales, debe señalarse que la


población de los asentamientos se caracteriza por tener escasa cobertura social,
condiciones precarias de salud y dificultades en el acceso al mercado laboral.

La falta de trabajo es uno de los factores condicionantes de la pobreza estructural


en esta población. La manera de asistir a parte de esta población fue mediante los planes
sociales, con una ayuda económica que comenzó por un breve tiempo, de 3 a 6 meses,
luego de los cuales las personas retornaban a su condición de desocupados196. A
principios de 2000, la asistencia se realizaba a través de los Planes Jefes y Jefas de

196
Era el denominado “Plan Trabajar”, un programa social implementado a finales de la década de 1990.

239
Hogar, pero algunos habitantes de asentamientos, consideraban que era difícil la
adjudicación de los mismos, porque había parejas que no tenían hijos o porque existía
clientelismo político197.

El apoyo alimentario se realiza por medio de programas que intentan cubrir la


dieta básica de la población. Por ejemplo, dos de los planes más aplicados durante la
década de 1990 en la ciudad de Resistencia fueron: las cajas Aipo198, otorgadas a
familias numerosas con jefes de familia desocupados y en condiciones de vulnerabilidad
y las Cajas Unidos199. En la actualidad, a pesar de recibir otra denominación, los
programas de asistencia alimentaria200 continúan en las cuatro capitales.

Los cuestionamientos que realizaban los asentados se refieren no sólo a la falta


de cobertura para el total de la población, sino también al incremento en el número de
mercaderías de la canasta emitida, dado que lo otorgado en la actualidad permite cubrir
sólo unos días de la cuota alimentaria. Para solventar lo anterior, desde principios del
2000, se comenzó a aplicar proyectos productivos, como el caso del Programa
Prohuerta201, que permitió el desarrollo de huertas familiares o comunitarias, cuya
producción se destina fundamentalmente para autoconsumo, pero los excedentes son
vendidos en forma particular o a los comercios minoristas (Imagen Nº 69).

197
Recordemos que después del año 2003, los planes sociales tuvieron un incremento cuantitativo, ya que
los requisitos tuvieron una menor exigencia.
198
El plan AIPO, en su componente alimentario, tiene como objeto asistir con aporte de mercadería no
perecedera a grupos sociales en situación de crisis.
199
La caja Unidos surge de la unificación de los programas Prani y Asoma, destinados el primero, a la
asistencia de los niños entre 2 y 5 años, y el Asoma, a los mayores de sesenta años. Con la aplicación del
nuevo plan, implementado a principios del 2001, se busca abastecer a aquellas familias en situación de
riesgo alimentario.
200
Por ejemplo, en la provincia de Chaco se utiliza la “Tarjeta alimentaria”, sistema que consiste en un
determinado monto de dinero que los usuarios pueden utilizar en la compra de mercaderías mediante una
tarjeta magnética destinada solamente para ese fin.
201
El Prohuerta (ejecutado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) está destinado a
mejorar las condiciones alimentarias de la población en situación de pobreza, a través de proyectos
autogestionarios, llevados a cabo por los propios beneficiarios, quienes reciben capacitación para preparar
huertas en las que cultivan hortalizas y verduras. En el caso de las huertas comunitarias, se desarrollan en
aquellos lugares donde las condiciones ambientales no permiten el cultivo en cada parcela. Esto era
factible de ver, por ejemplo, a lo largo del riacho Barranqueras.

240
Imagen Nº 69
Huerta particular en el asentamiento Banderas Argentinas (Fontana)

Fuente: Mignone, 2003

7.6. Los asentamientos informales en el Gran Resistencia

En primera instancia, la cartografía muestra la distribución espacial de los


asentamientos informales surgidos entre 1990 y 2002 en el Gran Resistencia,
complementado con un plano del aglomerado que indica el porcentaje de hogares que
poseen IPMH convergente. De esta manera, se puede ver la coincidencia de la
localización de los barrios informales con los radios censales que tienen mayor
concentración de hogares con pobreza extrema.

La observación de los planos de los cuatro municipios del Gran Resistencia,


revela ciertas particularidades en la distribución de los barrios informales. En
Barranqueras (Imagen Nº 70) surgieron pocos asentamientos durante la década de 1990,
mayormente localizados en el noreste de la ciudad202. Las ocupaciones colectivas no se
producen porque los terrenos presentan limitaciones físicas que son tenidas en cuenta al
momento de la instalación. Sin embargo, la causa principal parece estar relacionada con
la larga recesión económica que experimenta la ciudad, porque la actividad fabril se
encuentra paralizada y el empleo público no alcanza para reducir el número de
desocupados.

202
En Anexo VIII se puede leer el listado de asentamientos informales surgidos a lo largo del período
1990- 2001.

241
En Puerto Vilelas, los barrios marginales se localizan próximos a los barrios
planificados o en las proximidades del riacho Barranqueras (Imagen Nº 71). Con
respecto a estos últimos, la fertilidad de los suelos permite la instalación de huertas
familiares; sin embargo la actividad de subsistencia es la pesca, tanto para consumo
como para la venta. Por ello, las personas vinculadas a esta actividad se resisten a
abandonar sus viviendas cercanas al río.

En Fontana, el número de asentamientos espontáneos es restringido (Imagen Nº


72). Los barrios se localizan en terrenos cercanos al ferrocarril. Como esas superficies
son fiscales, luego pueden ser traspasadas al estado provincial, para realizar el loteo y
venta a los ocupantes, evitando las dificultades que se producen en caso de ser terrenos
privados.

La localización interna de los asentamientos informales en el Gran Resistencia,


permite reconocer que por los sectores sur y suroeste del municipio Resistencia los
asentamientos completan un cordón en toda la periferia urbana. Esta es el área que
recibió el mayor volumen de población desplazada en los últimos años, y su
localización está ligada en gran medida a la proximidad de los barrios planificados
(Imagen Nº 73).

Los asentamientos también se extienden a lo largo de las primeras chacras al sur


de la Av. Soberanía Nacional. Estas instalaciones son las más recientes de la década de
1990, inclusive continuaron con las ocupaciones durante el nuevo milenio. Asimismo,
presentan los mayores núcleos de población, por lo general con instalaciones que
superan las 100 familias. En estos terrenos, la falta de los servicios se hace visible ya
que se requiere con urgencia la instalación de canillas públicas, electricidad,
iluminación, etc.

242
Imagen Nº 70

REFERENCIAS
Rec. Convergente %
0 - 9,99
10 - 24,99
25 - 49,99
50 y más
Ferrocarril
Ruta Nacional
Curso de agua o laguna

243
Imagen Nº 71

244
Imagen Nº 72

245
Imagen Nº 73

246
7.7. Estudio de casos en asentamientos informales del Gran Resistencia

En esta etapa se exponen los resultados obtenidos en los relevamientos


realizados en los asentamientos informales del Gran Resistencia, considerando dos
períodos de estudio: los asentamientos surgidos entre 1990 y 1999 en el municipio de
Resistencia (en adelante EaR 90/9), y los barrios informales originados en la etapa
2000/01 en el Gran Resistencia203 (en adelante EGR 00/01). De esta manera, para la
primera etapa fueron relevados seis asentamientos, mientras que en la segunda instancia
se analizaron siete barrios informales, todos ellos seleccionados en función a su fecha de
origen y a su localización espacial en el aglomerado204. Como consecuencia de ambos
relevamientos, se encuestaron un total de 381 viviendas, que comprendían 388 hogares
con 1528 personas (Anexo IX).

7.7.1. Los caracteres habitacionales en los asentamientos informales

7.7.1.a. Tipo de vivienda

De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001, existen


diferentes tipos de viviendas particulares, y con las dos encuestas censales llevadas a
cabo en los asentamientos, fue posible reconocer dos tipos: la casa tipo B y el rancho o
casilla.

En el grupo casa tipo B, se agruparon las edificaciones que cumplen por lo


menos una de las siguientes condiciones: no tiene provisión de agua por cañería; no
dispone de retrete con descarga de agua, tiene piso de tierra u otro material que no sea
cerámico, baldosa, mosaico, madera, alfombra, plástico, cemento o ladrillo fijo. Por su

203
Como se dijera en el capítulo Nº 2, ambas investigaciones fueron realizados entre los años 2001 a
2003 mediante dos becas de las Secretaría General de Ciencia y Técnica de la UNNE.
204
En varios de los asentamientos se pretendió realizar un censo de los hogares instalados ilegalmente, no
pudiendo ser registrada la totalidad de los mismos por no estar presente los jefes de familia y cónyuges al
momento de visitar la vivienda o por propia negativa de sus moradores. En el caso de los asentamientos
Nazareno (Resistencia) y Familias Unidas (Fontana), la densidad de viviendas y el volumen de población
superó en forma importante a los datos que obraban en nuestro poder, y determinó la necesidad de utilizar
la técnica de muestreo aleatorio o al “azar”, consistente en encuestar una vivienda cada dos existentes.

247
parte, como rancho o casilla se consideran las viviendas con salida al exterior, donde el
rancho tiene generalmente paredes de adobe (Cuadro Nº 31), piso de tierra y techo de
chapa o paja. Y la casilla está habitualmente construida con materiales de baja calidad o
de desecho (INDEC, 2001).

La encuesta EaR1990/9 mostró un 60% de casas tipo B contra un 35,5% del


mismo tipo en la encuesta EGR2000/01. La diferencia es producto del período de
estudio, ya que la encuesta EaR1990/9, corresponden al grupo de familias que han
logrado ir consolidando su vivienda con el correr del tiempo, o tienen cierta estabilidad
laboral que les permite invertir en mejoras para la residencia; a pesar que muchas de
ellas adolecen de falta de retrete con descarga de agua o todavía mantienen el piso de
tierra. La segunda encuesta, corresponde a “barrios nuevos”, para el momento en que se
realizó el relevamiento, por ello había un 65% de construcciones semejantes al rancho o
la casilla.

Estas diferencias notorias entre una y otra encuesta, justamente obedece al


período de instalación de los barrios, ya que aquellos que son más antiguos, han podido
ir mejorando la calidad de los materiales de la vivienda, así como la provisión de los
servicios.

Si se hace una caracterización general de las viviendas, se puede mencionar que


las construcciones con paredes de ladrillos, mayormente han sido realizadas por los
propios jefes de hogar (autoconstrucción), porque su oficio son las tareas de albañilería
(Imagen Nº 74). Estas construcciones predominan en aquellas familias que por
intermedio de los planes sociales, pudieron obtener los elementos económicos para la
edificación, o en algunos casos, porque tienen un pequeño “almacén” o despensa” que
le reditúa ganancias extras. Estas edificaciones están demostrando el anhelo que existe
en estos grupos sociales, para lograr la consolidación de la vivienda y lograr la
instalación definitiva.

248
Cuadro Nº 31
Calidad de la vivienda (porcentajes)
Material de las 1990/ 2000/ Material 1990/ 2000/ Material de los 1990/ 2000/
paredes 99 02 del techo 99 02 pisos 99 02
Total viviendas 177 204 Total viviendas 177 204 Total viviendas 177 204
Ladrillo, piedra, 62,8 32,3 Teja 14,2 --- Cerámica, baldosa, 2,7 1
bloque, hormigón mosaico, madera,
alfombra o plástico
Adobe 3,3 12,7 Chapa 66,7 68,6 Cemento o 56,8 37,4
metálica ladrillo fijo
Madera 6,0 27 Chapa de 1,1 4,9 Tierra 40,4 61,4
fibrocemento
o plásticas
Chapa de metal o 27,9 28 Chapas de cartón 18,0 18,0
fibrocemento;
cartón o desecho
Fuente: EaR90/9 y EGR00/01

Las moradas que poseen paredes de cartón, chapas de metal, fibrocemento o


materiales varios de desecho, obteniendo muchos de ellos a través del "cirujeo" en los
basurales. Estas moradas agrupan a población paupérrima, con jefes de familia en
condición de trabajador temporario o cónyuges que sostienen el hogar con el ingreso
obtenido por el servicio doméstico. También, las jefas de familia viven en esta
condición, dado que el trabajo doméstico no les genera ingresos suficientes para
sostener a la familia y mejorar la vivienda.

Imagen Nº 74
Tipos de viviendas en asentamientos informales
Material consolidado Materiales de descarte Adobe

Fuente: Mignone, 2003

En las primeras etapas de la ocupación, son importantes el número de casas


hechas con tablones de madera, porque son de fácil construcción y tienen un bajo costo

249
económico. En algunos casos, la edificación se complementa con paredes de chapas de
zinc.

En cuanto a las casas de adobe, corresponden fundamentalmente a los grupos


aborígenes, porque no exige elevados gastos en los materiales y también porque buscan
reproducir sus pautas socioculturales (Imagen Nº 74).

7.7.1.b. Infraestructura de servicios: la provisión de energía eléctrica

El servicio de energía eléctrica es de acceso relativamente fácil y llega


prácticamente a todos hogares (Cuadro Nº 32), mayoritariamente en forma clandestina.
Existen casos particulares que no han hecho las conexiones pertinentes, y utilizan farol a
mecha o velas.

Cuadro Nº 32
Infraestructura de servicios
1990/99 2000/01
Electricidad
Viviendas con conexión eléctrica 95% 98,5%
Viviendas sin conexión eléctrica 5% 1,5%
Agua
Conexión dentro de la vivienda 14,8% 1,5%
Conexión en el terreno 50,3% 32,3%
Fuera del terreno 34,9% 66,2%
Cuartos de uso exclusivo en el hogar
Uno 57,9% 70,4%
Dos 28,4% 21,1%
Tres 9,8% 0,5%
Más de tres 3,8% -----
Combustible para cocinar
Gas envasado 84,1% 76,5%
Otros (leña, carbón 15,8% 23,5%
Baño instalado 84,2% 76,5%
Desagüe a pozo ciego 100% 100%
Total de viviendas 177 204

Fuente: EaR90/9 y EGR00/01.

Muchas de las viviendas no reúnen las condiciones mínimas de seguridad


requeridas para realizar las instalaciones legales. El enganche de cables constituye un

250
serio riesgo para los habitantes. Parte de la población asentada pretende solucionar esta
situación a través de una serie de mejoras y solicita la instalación de los medidores
correspondientes y la certificación por parte de la empresa proveedora de energía,
SECHEEP (Servicios Energéticos del Chaco. Empresa del Estado Provincial); los
hogares de menores ingresos o los más recientes optan por mantener el sistema de
enganche.

7.7.1.c. El agua corriente

Las encuestas reflejan que un 66% de la población encuestada no tiene el


servicio agua corriente dentro de su vivienda, y suple la carencia del vital líquido por
medio de las canillas públicas. Esto es una muestra de deficiencias de infraestructura,
porque el crecimiento urbano no fue acompañado por el incremento en el trazado de la
red de agua potable. El avance de este servicio es lento, y para abastecer a los
asentamientos se instalan las canillas públicas. Las que presentan falta de agua de red
son las villas que se encuentran más distanciadas de las zonas céntricas, como el
asentamiento “Las 5 Bocas” del municipio de Puerto Vilelas. La población carenciada,
generalmente, está integrada por individuos que viven en casillas de cartón, donde los
jefes de familia no tienen empleo, o trabajan temporariamente, y son analfabetos o no
completaron la escuela primaria.

Los habitantes se ocupan de obtener solamente el agua para consumo


personal205, en envases que adolecen de la falta de higiene necesaria. Estos conjuntos, y
especialmente los niños, se transforman en grupos de alto riesgo para el contagio de
enfermedades como la diarrea, gastroenterocolotis, etc. A esto se suma la falta del
líquido para la realización de la higiene personal y de los utensilios y productos para
consumo.

Existe, un importante porcentaje de viviendas que tienen cañerías con agua


corriente dentro del terreno pero fuera de la vivienda206 Las parcelas con casillas, por
tener estructura precaria, se agrupan dentro de este grupo, así como las edificaciones de
205
El agua se obtiene a través de las canillas públicas que en algunos asentamientos se encuentran a
distancias superiores a los 100 metros.
206
Este tipo de servicio consiste en la prolongación de una línea del cual se sirven los vecinos. Esto es lo
que se denomina servicio por “servidumbre” (Borrini, 1998).

251
material que aún no han realizado las instalaciones dentro de la residencia.

Es menor, el porcentaje de cañerías dentro de la morada. En este grupo se


encuentran las casas de material, que han instalado todo el sistema de cañerías
pertinentes. Sus individuos tienen usualmente mayor estabilidad laboral y los jefes de
hogar comprenden la necesidad y las ventajas de tener agua dentro de la vivienda.

Los primeros asentamientos de la década lograban la colocación de una canilla


pública con el correr del tiempo y luego llegaba el transporte de agua por medio de
cañerías. En los últimos asentamientos, las redes sociales establecidas de antemano,
buscan desde el momento de la instalación del barrio la provisión del agua por parte de
SAMEEP (Servicio de Agua y Mantenimiento. Empresa del Estado Provincial), que
suministra el servicio en la provincia.

7.7.1.d. Vivienda con baño propio

Es un indicador relacionado con la calidad de vida, fundamental para la higiene


y la salud. Todos los asentamientos utilizan el sistema de pozo ciego para la descarga
del retrete o inodoro ante la ausencia de desagües cloacales que atraviesen los barrios
(Imagen Nº 75). Esto es comprensible si se considera que el servicio de cloacas en la
ciudad sólo alcanzaba a cubrir un 43% de los hogares capitalinos207, limitado
especialmente, al casco céntrico y a los barrios planificados208.

Fantín (1999) menciona que algunos de los sectores de la ciudad carecen de


inodoros con descarga de agua en más de un 50% de las viviendas y en algunos casos
más del 75%. Dentro de esos sectores se localizan todos los barrios espontáneos
analizados, que además coincide con las áreas con IPMH convergente.

207
Para 1998, el 43% de los hogares del Gran Resistencia, aproximadamente 139.000 habitantes sobre un
total de 323.00 individuos, contaban con cloacas (Norte, 12/10/98 4-5).
208
El servicio abarca todo el radio céntrico, con algunas prolongaciones al norte, sur y oeste.

252
Imagen Nº 75
Sistema de pozo ciego

Fuente: Norte (24 de noviembre de 2002. P. 10)

Las viviendas instaladas inicialmente, comienzan con un con baño construido en


el terreno en condiciones precarias, y posteriormente mejoran la infraestructura y
pueden lograr instalar el sanitario en el interior de sus moradas. Asimismo, un grupo
importante (23,5% en la EGR00/01) deben utilizar las "instalaciones" de los amigos o
vecinos, acrecentando las condiciones de insalubridad.

7.7.1.e. Cuartos de uso exclusivo en el hogar209

La cantidad de cuartos por vivienda es un reflejo de las características


socioeconómicas de la población asentada. En la primera etapa de ocupación y
consolidación del barrio, mayoritariamente son viviendas con un solo cuarto, que en el
caso de la EGR 00/01 comprende un 70%, de los cuales, un 57% son ranchos o casillas
precarias y un 13% corresponde a casas tipo B.

La única sala de las casillas se transforma en dormitorio, cocina, comedor y sala


de actividades diarias. Este grupo de viviendas está habitado por individuos
mayoritariamente sin trabajo o trabajadores temporales, con familias que superan los

209
De acuerdo con los censos nacionales de 1991 y 2001, los baños y las cocinas no se computan como
cuartos. Tampoco los garages, pasillos y lavaderos, a menos que en ellos duerma habitualmente una
persona. En caso de las viviendas con más de un hogar no se contabilizan los cuartos de uso común.

253
cinco integrantes por hogar. Estas casas reflejan las condiciones de pauperidad de la
población que no puede acceder a un empleo estable y no encuentra trabajo porque su
nivel de instrucción es bajo (sin escuela primaria completa). Entonces, “la changa” es el
único medio de sostén para solventar su situación familiar.

Las casas tipo B que tienen un solo cuarto corresponden a familias que han
iniciado la construcción de su casa de ladrillos, y al momento de la encuesta tienen
todavía una sola habitación, con piso de tierra y techo de chapa. En todos estos casos, se
observa un alto grado de hacinamiento de los moradores, condición que lleva a
incrementar las situaciones de promiscuidad en las familias.

Las casas con dos cuartos constituyen el 21,1% y muestran un avance en la


condición de las viviendas. Una de las salas generalmente se utiliza para reposo y la otra
es el comedor y cocina, incluso dormitorio para los niños. Son construcciones de
ladrillos, con techo de chapa y piso de cemento, que pueden alcanzar a tener agua
adentro del hogar.

Las casas con tres cuartos, reflejan cierto avance socioeconómico; son los
pobladores que cuentan con un empleo fijo (de acuerdo a las encuestas en empleos
privados), con ingreso suficiente para acrecentar el tamaño de la vivienda.

En cuanto al tamaño medio de los hogares, la EGR00/01 arrojó que un 68,6% de


los mismos está integrado por 2 a 4 personas, un 23,5% de viviendas con 5 y más. Sólo
el 7,8% son viviendas unipersonales.

Por otra parte, la población utiliza primordialmente el gas envasado para la


cocina; pero en los momentos de crisis en los ingresos, se recurre a la leña. Incluso, es
frecuente el uso de técnicas primitivas de cocción como los fogones de piso.

7.7.2. Los caracteres demográficos

La investigación efectuada en trece asentamientos surgidos entre 1990 y 2001 en


el Gran Resistencia (EaR90/9 y EGR00/01), permitió encuestar un total de 1528
personas. En cuanto a la composición por sexo de este universo, indicaba un leve
predominio de las mujeres sobre los hombres, con un 52%, mientras que el índice de
masculinidad es de 93 hombres por cada 100 mujeres.

254
De acuerdo con la edad y considerando los tres umbrales clásicos de
identificación, se aprecia que la mitad de la población analizada es menor a los 15 años
(Cuadro Nº 33), lo que demuestra el predominio de grupos jóvenes en los asentamientos
y un grupo extremadamente reducido de personas mayores a los 65 años.

Cuadro Nº 33
Edad de la población. Asentamientos informales Gran Resistencia
Total de la población Menor 15 años 15 a 64 años 65 o más
Dato absoluto 730 779 19
Valor relativo 47,8% 51% 1%

Fuente: EaR90/9 y EGR00/01.

El cálculo de la edad media dio como resultado 19,7 años, lo que significa la
existencia de una población muy joven en los asentamientos, por ser el grupo con
condiciones que migra con mayor facilidad desde el interior provincial o se relocaliza
dentro de la ciudad. Además, aquellas personas que conforman su propia familia y no
pueden acceder a los mecanismos formales de acceso a la propiedad y la vivienda,
buscan asentarse en los terrenos de manera informal.

Fundamentalmente se trata de hogares nucleares, compuestos por padres e hijos.


En pocas encuestas se localizaron otros integrantes, que son los parientes de los jefes de
familiar y que se instalan provisoriamente en la vivienda mientras se encuentran en
búsqueda de un terreno donde asentarse definitivamente.

Esto permite conocer que los barrios informales estarían en las primeras fases
de urbanización, en comparación a los asentamientos más antiguos que se han
consolidado en la trama urbana (cf. Valenzuela, 2000), con núcleos de población más
madura y, primordialmente más próximos al casco central de la ciudad.

Asimismo, también se evidencia un índice de dependencia potencial (IDP) de 1


pasivo por activo, mientras que IDP por partes indica para los jóvenes 93,7% y para los
mayores de 65 años un valor de 2,4%, lo que indica que el número de jóvenes por cada
100 activos es alto, en contraposición a los adultos mayores, que es más reducida.

255
7.7.3. La educación formal de los habitantes

La educación es uno de los déficits más importantes de los individuos


establecidos en los asentamientos. Por el hecho de tratarse de una población muy joven,
existe una elevada proporción de niños cursando el nivel primario y desciende
marcadamente su inserción en el nivel secundario. Esto ocurre, porque ante la condición
de precariedad económica de las familias, los niños deben comenzar a trabajar a
temprana edad, abandonando la escuela.

Asimismo, entre las personas que asistieron al colegio, el valor más alto
corresponde a los individuos que no han completado la escuela primaria (cuadro Nº 36),
por lo tanto tienen una limitada formación escolar y son aquellos que se encuentran
localizados en los estratos más bajos del ámbito laboral.

También existe una gran diferencia a favor del grupo que no concluyó la escuela
secundaria respecto de los que lo han hecho, causado por el abandono escolar o por el
ingreso al mercado laboral en forma temprana, o por dificultades en el sector agrario
para el caso de los individuos procedentes del interior provincial. Además aparecen
valores ínfimos de personas que continuaron estudios superiores.

Cuadro Nº 34
Condición educativa de la población mayor de 5 años
Cursa actualmente No asiste, pero asistió Nunca asistió Ignorado
1990/99 41,9% 54,2% 3,6% 0,3%
2000/01 30,4% 59% 10,2% 0,3%
Fuente: EaR90/9 y EGR00/01.

Cuadro Nº 36
Cuadro Nº 35
Población de más de 5 años que no asiste,
Población mayor de 5 años que asiste pero asistió a establecimiento educativo
a establecimiento educativo (%) (máximo nivel alcanzado)

1990/99 2000/01 1990/99 2000/01


Preescolar 16 26,4 Preescolar completo 0,6 0,6
Primario 70,8 58,4 Primario Incompleto 33,3 23,8
Secundario 11,9 9,6 Primario completo 31,3 31
Terciario o 1,1 5,6 Secundario incompleto 27,2 31
Universitario Secundario completo 5,5 9,3
Terciario completo 1,2 2
Fuente: EaR90/9 y EGR00/01
Universitario incompleto 0,3 0,9
Ignorado 0,6 1,7
Fuente: EaR90/9 y EGR00/01.
256
Otro hecho consiste en el índice relativamente alto que corresponde a la
población que nunca asistió a la escuela, grupo que no ha recibido educación formal y
ve limitada su incorporación al mercado laboral formal y propenso a reproducir las
condiciones de pobreza.

7.7.3.a. Educación de los jefes de familia y cónyuges

En ambas encuestas, se reconoce que el 91% de los jefes de familia sabe leer y
escribir, pero de acuerdo con el nivel de instrucción alcanzado muchos de ellos se
mantienen en los estratos laborales inferiores. Los individuos que alcanzaron a
completar el nivel medio e incluso aquellos que no lo concluyeron tienen posibilidad de
ingreso a tareas administrativas y actividades privadas.

Cuadro Nº 37
Situación educativa de los Jefes de familia y cónyuges
Cursa actualmente No asiste, pero asistió Nunca asistió Ignorado
1990/99 2,6% 92% 4,5% 0,9%
2000/01 4,1% 87% 8,3% 0,6%

Fuente: EaR90/9 y EGR00/01

Primordialmente, se destaca un mayor número de varones que abandonaron la


escuela primaria en comparación con el número de mujeres que lo hicieron, mientras
que entre los que finalizaron el colegio secundario, el mayor porcentaje corresponde al
sexo femenino. Esto ocurre porque los varones comienzan a trabajar a temprana edad
mientras que las mujeres tienen actividades relacionadas especialmente con el ámbito
hogareño y pueden continuar su instrucción.

En cuanto a los estudios terciarios y universitarios, completos o incompletos, se


contabiliza un mayor acceso por parte de los hombres, mientras que las mujeres no
completaron estudios superiores. No obstante, es un número muy reducido el que
alcanza esta situación.

257
Cuadro Nº 38
Nivel educativo de los Jefes de familia y cónyuges
Cursa actualmente No asiste, pero asistió (nivel alcanzado)
1990/99 2000/01 1990/99 2000/01
Primario 50% 13,3% Primario incompleto 32,9% 21,9%
Secundario 25% 33,3% Primario completo 32,9% 31,4%
Terciario -- 6,7% Secundario incompleto 26,6% 31,4%
Universitario 12,5% 46,7% Secundario completo 5,6% 10,2%
Plan de Alfabetización 12,5% -- Terciario incompleto -- 1,0%
Total absoluto 8 hab. 15 hab. Terciario completo 1,4% 1,0%
Universitario incompl. 0,7% 1,3%
Ignorado 0% 1,9%
Total absoluto 286 hab. 315 hab.

Fuente: EaR90/9 y EGR00/01

Los resultados mostraron un nivel de instrucción formal bajo en toda la


población y esto es un elemento más que influye para sostener las condiciones de
pobreza y la reproducción de la misma. Los motivos obedecen a distinto orden: en la
población que procede especialmente del interior de la provincia, se interrumpe el ciclo
lectivo al momento de abandonar su lugar de origen (lo que genera retrasos en la
marcha educativa), o directamente se interrumpe definitivamente. También el atraso
escolar se produce porque se dedican a trabajar a temprana edad para contribuir al
sustento familiar o por las distancias que debían recorrer para asistir a un
establecimiento educativo210. Tal es así que un numeroso grupo de población considera
que una causa por la cual se desplazaron a la capital chaqueña, obedece al deseo de
lograr que sus hijos accedan a la educación que para ellos fue vedada o no contaron con
los recursos para continuarla.

7.7.4. La actividad laboral de la población

Los registros obtenidos sobre las actividades laborales realizadas por la


población mayor a 15 años, permitieron identificar en ambas encuestas, que poco más
del 60% realiza algún tipo de actividad remunerada, mientras que el porcentaje restante

210
En la población residente en áreas rurales, se destacan las grandes distancias para recorrer a un
establecimiento escolar que por lo general se encontraba en la ciudad, además que los jóvenes
acompañaban a sus padres para trabajar en la cosecha de algodón o a los obrajes.

258
está conformado por mujeres que son mantenidas por sus parejas o sus hijos, o jóvenes
que estudian mientras se encuentran en el hogar de sus padres.

En el grupo de trabajadores, se reconoce que la mitad de población se dedica a


realizar tareas por cuenta propia (Figura Nº 23). Muchos de ellos tienen la escuela
primaria incompleta o directamente no asistieron a ella, y se dedican a trabajos
temporarios, en las tareas más bajas de la escala laboral. En otros casos, son personas
que tienen un pequeño local de expendio de artículos comestibles.

En segundo lugar, por la importancia que ha tenido la asistencia social desde los
primeros años del siglo XX, se encuentran las personas con planes sociales, muchos de
ellos Jefes y Jefas de Hogar211. Este tipo de asistencia estatal, logra paliar
moderadamente las condiciones de precariedad de los habitantes, aunque constituye una
ayuda para los habitantes.

Figura Nº 23

Población mayor de 15 años que realiza


trabajos remunerados
60

50

40
%

30

20

10

0
Obrero/empleado Obrero/ empleado Empleado Trabajador por Planes sociales
sect or privado sect or público servicio cuenta propia
domést ico

1990/99 2000/01

Fuente: EaR90/9 y EGR00/01

En tercer lugar, hay un predominio individuos que trabajan en el sector privado,


superando ampliamente a los empleados del sector público, por la flexibilidad laboral en
el área privada, creemos que fundamentalmente por las contrataciones temporarias y por
el proceso de reforma estatal, que impide al sector público provincial, la posibilidad de

211
En la encuesta EaR90/9, el número de individuos con planes sociales no alcanzó al 1%.

259
incorporar mano de obra. Asimismo, la mayor parte de estas personas empleadas en el
sector privado, no contaba con beneficios sociales al momento de la encuesta.

También es destacable el grupo de mujeres dedicadas al servicio doméstico212,


siendo una actividad de fácil acceso por no requerir un mayor nivel educativo y porque
mayormente no se realizan los aportes que corresponden a las mismas213

7.7.4.a. Actividad laboral de los jefes de familia y cónyuges

Con respecto a los jefes de hogares y cónyuges que no realizan trabajos


remunerados (Cuadro Nº 39), mayormente corresponden a mujeres amas de casa cuyo
marido realiza algún tipo de actividad rentable o cuenta con un plan social; un número
muy reducido de son los jefes varones desocupados, pero cuyo cónyuge trabaja, menos
del 10% son jefes de familia con algún tipo de pensión, y un 5% son las jefas de hogar
desocupadas en hogares sostenidos por el trabajo de los hijos o por las pensiones que
reciben los padres que habitan en la vivienda. Generalmente, estos grupos se
caracterizan por tener escuela primaria incompleta y muchos de estos individuos con el
correr del tiempo han accedido a algún tipo de plan social.

Cuadro Nº 39
Jefe de hogar o cónyuge que no realiza tareas remuneradas
1990/99 00/01
Amas de casa 71% 91%
Jefe de hogar desempl. con cónyuge empleada 13% -
Jefa de hogar desempleada sin cónyuge 4% 5%
Jefe/a de hogar con pensión 10% -
Jefa de hogar desocupada - 5

Fuente: EaR90/9 y EGR00/01

212
La importancia de este tipo de trabajo para la mujer, radica en que les permite ubicarse en aquellos
sectores más vulnerables a las crisis económicas y a los ajustes estructurales. Asimismo, es una
alternativa de inserción laboral para los denominados “trabajadores secundarios” para suplementar el
ingreso del principal perceptor que en el caso de una familia nuclear, es el hombre (Di Vrgilio, 2003:124).
213
Para el año 2003, no había demasiadas exigencias para lograr que las mujeres empleadas en el servicio
doméstico, logren insertarse en el mercado formal y adquieran todos los beneficios sociales que cualquier
trabajador en “blanco”.

260
Con respecto a las personas que realizan tareas para empresas privadas,
predomina el trabajo de albañilería para empresas de construcción o la fabricación de
muebles. Sigue en orden de importancia los empleados de ventas en supermercados,
carnicerías, verdulerías, viveros, etc. Le siguen la seguridad para locales comerciales y
el resto trabaja en actividades como lavado y limpieza de autos, de edificios, cocina,
cadetería, etc. Esta última actividad, requiere por lo menos instrucción primaria
completa, en tanto que los restantes empleos pueden ser realizados por personal que no
ha concluido la primaria. Asimismo, al momento de realizar la encuesta, mayormente
estaban empleados sin contar con todos los beneficios sociales y jubilatorios.

Por otra parte, se puede mencionar el caso de cuatro individuos, tres de ellos
(con secundario incompleto) realiza actividades administrativas; el otro (con secundario
completo) trabaja en mantenimiento de instalaciones eléctricas.

Los trabajadores en actividades públicas son un grupo minoritario, trabajando


mayoritariamente para el organismo municipal con personal ocupado en limpieza de
calles, albañilería; colocando cañerías para SAMEEP, en actividades de seguridad
pública y en tareas administrativas. Para las dos últimas actividades se registra
educación primaria o la secundaria completa. En este caso, se cuenta con una mayor
protección social, ya que son trabajadores que tienen cobertura social y beneficios
jubilatorios.

Con la encuesta EGR00/01, comienzan a aparecer las personas que perciben


planes sociales, que en ese momento correspondía al denominado “Plan Trabajar”,
donde realizaban tareas de albañilería, para los hombres, y asistencia en los comedores
infantiles para las mujeres214.

Una opción de empleo rápido y de fácil acceso, por las escasas exigencias, es el
servicio doméstico que es una de las principales actividades que desarrollan las mujeres.
Mientras que el grueso de los pobladores se dedica a trabajar por cuenta propia. Dentro
de este conjunto se identifica dedicado a trabajos temporarios “informales” o "changas";
las mismas comprenden múltiples actividades: corte de césped o jardinería, electricidad,
pesca, lavado de autos. En este conjunto se localiza un importante número de población
con escuela primaria incompleta y se alojan en viviendas precarias, como ranchos o
casillas.

214
En la actualidad, los planes sociales tienen entre otras exigencias, la asistencia de los beneficiarios a
las instituciones educativas para culminar el ciclo básico de la educación formal.

261
Sigue en importancia el grupo que se dedica a tareas de albañilería, recurrente
entre los hombres, por ser rentable y no requerir mayores niveles de educación.
Igualmente, hay actividades que van desde los canillitas y pintores, pasando por las
actividades de herrería y la peluquería.

Un hecho que es significativo para mejorar la condición económica de los


hogares, son las personas que desarrollan actividades comerciales caracterizadas por la
venta particular de productos diversos (como plantas, cosméticos, ollas, carbón y leña),
la venta de verduras o la atención del kiosco en su propio hogar. Estas despensas o
kioscos usualmente generan ingresos que permiten edificar una casa de material, con
techo de chapa y piso de cemento alisado, además de ser viviendas con dos cuartos
como mínimo. De esta manera, pueden presentar una condición socioeconómica, que les
permita salir de la pobreza215. En el caso de las mujeres, simultáneamente a la actividad
comercial, se ocupan de las tareas domésticas tendientes a la reproducción de la unidad
familiar. El rol reproductivo, implica el desempeño de ciertas actividades que podrían
caracterizarse como no estrictamente económicas (limpieza del hogar, compra de
alimentos, cuidado de los hijos, etc.).

En el caso de la población integrada por pueblos originarios216, los mismos


tenían como actividad de subsistencia la elaboración y venta de artesanías. Además,
algunos hombres trabajaban en construcción y en empleos informales.

7.7.5. La condición laboral y obra social

El proceso de reconversión productiva, iniciado a principios de los años ’90,


agudizó la creciente incapacidad del aparato productivo para generar puestos estables.
Al mismo tiempo, las sucesivas reformas introducidas en la normativa del trabajo, y
especialmente en la promoción de diversas modalidades de contratación por tiempo
determinado, debilitaron la lógica protectora del derecho laboral en general. De este
modo, el creciente universo de los trabajadores precarios en negro, se ve engrosado por

215
Si bien los comerciantes atienden a clientela de escasos recursos y obtienen bajos beneficios,
consideran que el monto es superior al que recibirían si estuvieran en relación de dependencia.
216
En este caso, son comunidades tobas que residían en el asentamiento “Banderas Argentinas” del
municipio de Fontana.

262
aquellos que, si bien están registrados, lo están en puestos sumamente inestables
(Ferraris 1993, en Beccaria 1997).

De esta manera, considerando a todos los mayores de 15 años que estaban


registrados en empleos públicos y privados, solamente el 40% en la EaR90/99 y el 23%
de la EGR00/01, realizaba aportes para su jubilación y el resto trabajaba en “negro”. Por
las propias necesidades económicas y ante el temor que existe de perder el trabajo,
aceptaban estas condiciones para realizar sus actividades. Por lo tanto, se observa una
situación de sometimiento al cual se ve inducido el empleado por las políticas de
flexibilización laboral que favorecen al empleador, además de la falta de control estatal.
A esto, se suman las mujeres perceptoras de planes sociales o las empleadas en servicio
doméstico que de acuerdo con los datos brindados por los encuestadas no realizaban
aportes jubilatorios.

Otro elemento clave para el desarrollo humano, es la falta de los servicios


sociales. Tan sólo el 11% de la EaR90/99 y el 3,4% de la EGR00/01 tenía obra social,
mientras que los restantes individuos no tenían asistencia social, lo que marginaba y
acrecentaba la condición de vulnerabilidad y pobreza de estos grupos.

Existe una conjunción de hechos que imposibilita el acceso a la seguridad social:


la complicada situación del sistema previsional argentino ante la falta de control estatal
y las ventajas y flexibilidad otorgada al sector privado en general, pero
fundamentalmente los elevados niveles de trabajo precario y por cuenta propia.

7.8. Recapitulación

Los asentamientos informales han sido una de las principales modalidades de


expansión de los ejidos urbanos de las cuatro capitales del NEA. Esta forma de
ocupación de los terrenos, mayormente en forma ilegal, ha ido evolucionando en cuanto
a la organización y mecanismos de los grupos sociales. Hasta principios de la década de
1990 se caracterizaban por las ocupaciones “espontáneas”, desorganizadas y lentas en
cuanto a los reclamos de los servicios. Durante los ´90 y hasta la actualidad, las tomas
de terrenos son planificadas y ocupadas por grupos que tienen cierto grado de
organización en la distribución y medición de las parcelas, así como en los mecanismos

263
de gestión ante los organismos públicos. Por otra parte, las ocupaciones avanzan
mayormente sobre los terrenos privados, provocando graves conflictos entre los
propietarios y los ocupantes.

De acuerdo con los estudios de caso, los asentamientos para principios del siglo
XXI, se caracterizan por estar conformados fundamentalmente por población
relocalizada, con habitantes procedentes del Gran Resistencia. Se considera que es
importante revisar el discurso periodístico y algunas investigaciones existentes que
mencionan a la migración desde el interior provincial, especialmente urbana, como
causa fundamental de la formación de estos asentamientos en el Gran Resistencias; esos
datos no coinciden con la realidad.

Los barrios espontáneos presentan condiciones de precariedad y el trabajo de


campo realizado muestra que es fundamental solucionar el servicio de agua potable y
cloacas, ante el riesgo que significa la ausencia de estos dos elementos para la salud
humana. Asimismo es prioritario mejorar la situación legal ante la numerosa población
"enganchada" en el servicio de energía eléctrica. Los sectores no cuentan con
alumbrado público, lo que acrecienta las condiciones de inseguridad. Entonces, de no
mediar un decidido accionar estatal, el número de asentamientos continuará creciendo,
con elevados niveles de marginalidad y vulnerabilidad.

Las encuestas mostraron que la población conformada por los jefes de familias y
cónyuges es preferentemente joven y adulta-joven y en su mayoría tuvo al menos una
residencia anterior en la ciudad, previa a su localización en el asentamiento en que
fueran encuestados. Los sitios para habitar son elegidos en relación con motivaciones
laborales y con la posibilidad de acceder a un terreno y casa propia. Mayoritariamente
se trata de desplazamientos del núcleo familiar. El nivel educativo de la población es
deficitario, porque la mayor parte de los jefes de familia y cónyuges no logró concluir la
primaria o lo concluyó con dificultades y no pudo proseguir sus estudios. Esto ha
restringido o dificultado el acceso laboral, y por lo tanto se dedican a actividades
informales o en empleos con bajas remuneraciones.

Asimismo, un número importantes de personas que desarrollan tareas en


empleos privados o públicos, no cuentan con jubilación u obra social demostrando las
condiciones de irregularidad laboral a la cual se ven sometidos estos trabajadores. Por
otra parte, desde finales de la década del ´90, comienzan a implementarse los diferentes

264
planes sociales con el objeto de paliar, en cierta medida, la falta de empleo o los bajos
ingresos percibidos por los hogares pobres.

De esta manera, y atendiendo a los análisis realizados en las cuatro capitales del
NEA, se puede establecer una vinculación directa entre la población en condiciones de
pobreza y su localización en asentamientos informales, presentando fuertes condiciones
de vulnerabilidad socio-habitacional, dominial y ambiental. La realidad indica que está
asociado con la dificultad para el acceso a una vivienda de calidad, además de los
propios inconvenientes para mejorar la infraestructura. Uno de los elementos claves es
la falta de ingresos suficientes, así como la situación de incertidumbre en el acceso a la
propiedad del terreno, lo que impide que la población realice las mejoras a las
viviendas. Por otro lado, influiría el retraso en la implementación o la obtención de los
planes de vivienda ante los requisitos necesarios para acceder al mismo (empleo estable,
salario determinado, entre otras cosas). Por ello, el salario de las familias es un elemento
importante, ya que según consultas a funcionarios públicos del IPDUV (Instituto
Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda de Chaco) para mediados de 1990, se
requería un salario mínimo de mil pesos ($ 1000) para inscribirse en un plan de
viviendas en la ciudad de Resistencia, y de acuerdo a lo planteado en el capítulo Nº 4, el
ingreso promedio familiar del decil 1 para ese año era de doscientos pesos ($200) un
valor cuatro veces menor a lo requerido.

Por ello, una de las claves el saneamiento parcelario de los barrios, donde las
adjudicaciones deben realizarse mediante planes de pagos o créditos a precios bajos y a
largo plazo ante la precaria la situación económica que presenta gran parte de la
población asentada. A pesar del tiempo que puede demandar el pago del terreno, es
probable que sea aceptado por los habitantes a sabiendas que al saldar la deuda, tendrán
su título de propiedad.

265
CONCLUSIONES

Como se ha podido reconocer, el fenómeno de la pobreza data desde los propios


orígenes de las capitales del Nordeste Argentino, ya que gran parte de las primigenias
viviendas eran de materiales precarios y la población presentaba notorias carencias
porque las incipientes ciudades no contaban con la capacidad de generar importantes
recursos económicos que pudieran mejorar la situación socioeconómica de sus
habitantes.

Con el correr del tiempo, la propia evolución urbana fue consolidando los
núcleos originales que conformaron lo que actualmente se conoce como las áreas
centrales de los aglomerados, que cuentan con los servicios básicos, concentración de
funciones y una fuerte densidad de hogares que poseen una buena condición
socioeconómica. Y a medida que las ciudades extendían sus límites, iban acompañados
de población pobre que se instalaba en la periferia, en espacios que se caracterizaban
por la falta de servicios y donde los habitantes mostraban graves falencias estructurales
y pésimos indicadores de educación y salud. A pesar de ello, los casos de pobreza
fueron relativamente menores hasta la primera mitad del siglo XX.

A partir de la segunda mitad del siglo pasado las capitales del Nordeste
argentino han experimentado un crecimiento acelerado de la población y por ende de
sus ejidos urbanos. Distintos factores generaron estas condiciones, entre las más
importantes están los desplazamientos de población desde las áreas rurales y de núcleos
urbanos menores desde el interior de cada provincia como consecuencia de los
sucesivos períodos de crisis en los diferentes cultivos y el resentimiento en las
estructuras económicas regionales, los efectos de las condiciones climáticas y en los
últimos tiempos, la incorporación de nuevas tecnologías en las actividades agrícolas con
el consecuente desplazamiento de mano de obra rural. A ello se sumó, para el caso de
Posadas y Formosa, la migración de población de origen paraguayo. Todos estos
componentes provocaron que las urbes incrementen rápidamente el número de
habitantes, generando déficits en la infraestructura urbana ya que la provisión de los
servicios básicos fue lenta, además de producirse ocupaciones sobre áreas
ambientalmente críticas para la calidad de vida de las personas.

266
Con la rápida expansión de las ciudades, algunos barrios quedaron insertos en
los ejidos urbanos, transformándose en “áreas deterioradas” con déficits en la
infraestructura de las viviendas. Asimismo, se fueron consolidando los asentamientos
urbanos precarios, cuyos habitantes se incorporaron mayoritariamente en un segmento
del mercado laboral, caracterizado por situaciones de precariedad, ilegalidad e
informalidad. Mientras que la creación de los barrios planificados, no alcanzaron a
cubrir la gran demanda habitacional, especialmente de la población pobre que no
contaba con los ingresos suficientes para acceder a una vivienda.

Los centros urbanos analizados han mostrado generalmente una escasa


capacidad de generación propia del crecimiento económico, con un desarrollo limitado
de sus funciones industrial y comercial y dependiendo altamente de las rentas
agropecuarias. Asimismo, en los últimos tiempos dependieron de las transferencias de
recursos generados por las propias políticas públicas, especialmente en obras de
infraestructura y políticas sociales. No obstante, a lo largo de la década de 1990, los
mecanismos instrumentados para mejorar la calidad de vida y las condiciones de
pobreza de la población radicada en las capitales del NEA, no pudieron mejorar las
situaciones coyunturales como las estructurales; por el contrario, la brecha entre los
grupos que tienen una mejor condición socioeconómica y la población pobre se ha
incrementado considerablemente.

A los efectos de poder cuantificar y comparar la evolución de pobreza en los


cuatro núcleos urbanos, se han utilizado dos indicadores: el Índice de Privación de
Medios de Vida y el Índice de Privación Material de los Hogares, que han permitido dar
pruebas empíricas sobre las diferencias intra e interurbanas en los aglomerados
capitales. A pesar que los dos índices identificaban a los estudiantes universitarios con
una pobreza coyuntural, se considera que los resultados obtenidos son confiables, tanto
en la distribución espacial del fenómeno como en la comparación entre capitales.

Entendemos también, que al realizar el estudio por radios censales, no siempre


la unidad abarca la totalidad de un barrio o bien, comprende solo una parte del mismo,
pero es el mayor grado de desagregación espacial que se puede alcanzar y consideramos
que a pesar de ello, nos aproximamos mucho en la identificación de las villas y barrios
que están afectados por la pobreza.

267
El análisis de ambos índices, permitió reconocer varias similitudes en la
distribución espacial de la pobreza durante el decenio en estudio. En primer lugar, la
existencia de barrios tradicionalmente pobres, mayormente próximos a la ribera de los
ríos Paraná y Paraguay o cercanos a los cursos de agua y lagunas internas de las
ciudades, que llevan varios decenios con carencias estructurales, déficit en la
distribución de servicios y población con bajo nivel educativo y en condiciones de
informalidad laboral.

Otra semejanza, revela que las áreas de expansión o bordes de ciudades tienen
los casos de extrema pobreza, donde es difícil identificar los límites entre el ámbito
natural no urbanizado y el espacio urbanizado. En estos bordes, generalmente se
encuentran parcelas que poseen grandes dimensiones, cuyos propietarios privados
originales no siempre son claramente identificables y son ocupados ilegalmente por
familias jóvenes y carenciadas que buscan alcanzar una parcela para edificar su propia
vivienda. Asimismo, las ocupaciones de terrenos se producen en las cercanías o
intersticios próximos a los barrios planificados, por cuestiones laborales y económicas.

Según el IPMV, entre 1991-2001 el fenómeno de la pobreza creció en los cuatro


aglomerados, con un incremento de 5% de los hogares con baja capacidad de
subsistencia y 8% en los que poseen muy baja capacidad, lo que significa un aumento
no solo en el número de personas y hogares afectados sino también muestra la
profundización del problema en dicha década. Mayoritariamente, el conjunto de hogares
carenciados se ha consolidado en la periferia de los aglomerados, donde se concentran
las peores situaciones y se acentúo el contraste socioeconómico entre el sector central y
los bordes de las ciudades.

Las áreas centrales de las cuatro ciudades siguieron presentando mejores


situaciones económicas, con excepción de algunas unidades censales que contienen
población universitaria que no posee empleo o no trabajan por eso el IPMV los
considera pobres. Los radios que bordean a los cascos centrales también muestran
mejores condiciones y a medida que nos alejamos, existe una zona de transición con
valores intermedios de IPMV hasta alcanzar los casos con baja capacidad de
subsistencia en la periferia de los aglomerados.

La localización de los hogares pobres, no solamente se corresponde con los


núcleos históricos de pobreza o con lugares que tiene pésimas condiciones ambientales

268
como la proximidad de ríos o arroyos, lagunas de oxidación o áreas con desagües
clandestinos. También, hay coincidencia con los nuevos barrios planificados, donde se
encuentra un número importante de hogares con pobreza coyuntural.

Las comparaciones interurbanas muestran que en valores absolutos, el Gran


Resistencia es la capital que ha tenido el mayor número de hogares pobres, siguiéndole
en orden decreciente Gran Corrientes, Gran Posadas y Formosa. Sin embargo, al utilizar
los valores porcentuales que permitan comparar los datos de las cuatro ciudades, varía
la clasificación y es Formosa la que tiene las peores situaciones, continuando con Gran
Resistencia, Gran Posadas y con una mejor situación en el Gran Corrientes.

Estableciendo este último criterio, la ciudad de Corrientes tendría los porcentajes


menores y la pobreza estaría vinculada con cuestiones coyunturales, ya que el
aglomerado tuvo un aumento de la actividad y de la desocupación abierta por caída del
empleo pleno y menor dinamismo del subempleo. A pesar que a lo largo de la década
habría existido una mayor dinámica de la oferta laboral, la tasa general de empleo bajó
al igual que la subocupación horaria y con un incremento de la desocupación.

En Posadas, se produjo un bajo incremento de la actividad y de la desocupación


abierta por caída moderada del empleo y aumento del subempleo. En conjunto, los
indicadores laborales muestran un movimiento regresivo pero de baja intensidad, con
una tasa de empleo global que a lo largo de los ‘90 se mantuvo estancado a la vez que la
tasa de desocupación experimentó un crecimiento moderado. Este tipo de
comportamiento, que sería el menos negativo de todas las ciudades, habría estado
asociado al escaso dinamismo experimentado por la tasa de actividad como reflejo de
un nivel de empleo pleno bajo que puede ser reemplazado por subempleos públicos o
privados y con un aumento del cuentapropismo. Estas condiciones habrían influido para
que los casos de extrema pobreza no aumentaran exponencialmente en el aglomerado,
aunque gran parte de los hogares habrían experimentado dificultades en la generación
de los ingresos, justamente por las dificultades en el empleo.

269
Con el Gran Resistencia y Formosa, encontramos los mayores casos de pobreza
absoluta o relativa respectivamente. A lo largo de los ´90, la capital chaqueña
experimentó un débil crecimiento de la actividad y aumentó del desempleo abierto y del
subempleo refugio como efecto de la pérdida neta de puestos de trabajo plenos.
Asimismo, habría tenido una caída contínua en la demanda de empleo y un relativo
estancamiento en la tasa de actividad laboral. En el aglomerado se habría producido una
fuerte destrucción neta de puestos de trabajo, lo cual habría generado un aumento
significativo de la desocupación abierta, sin que esto hubiese encontrado compensación
a través de la subocupación horaria. La crisis de demanda de empleo y la saturación del
sector informal refugio, explicarían el débil dinamismo del subempleo horario y el
relativo desaliento que afectó a la oferta laboral. Es indudable, que los que más se
vieron perjudicados fueron los hogares pobres, que tuvieron en la obligación de
insertarse en actividades informales que no redituaban los ingresos necesarios para
mejorar su situación económica. Esto también, obligó a u número mayor de jóvenes a
salir al campo laboral y abandonar o retrasar sus estudios.

En Formosa, también se produjo una caída en la demanda de empleo, con un


bajo crecimiento de la subocupación que determinaron una fuerte caída anual de la tasa
de actividad. La ciudad se habría visto afectado por una menor participación laboral de
la fuerza de trabajo (efecto trabajador desalentado) ante la imposibilidad de reactivar la
demanda o disponer de estrategias alternativas de empleo informal. Esta condición,
también habría tenido un correlato en los hogares pobres, donde se acentuó la brecha de
los ingresos, ya los primeros deciles tuvieron ingresos muy bajos, sin posibilidad de
mejorar su condición económica y su movilidad social.

Al aplicar el IPMH para medir el grado e intensidad de las privaciones en el año


2001, se puedo identificar las diferencias demográficas de acuerdo con el tipo de
privación que poseen los hogares. De esta manera, los hogares sin privaciones tienen
predominio de población adulta y adulta-anciana, con bajas tasas de natalidad y
mortalidad, mejores niveles de instrucción (estudios universitarios o terciarios
completos) y localizada sobre o en las inmediaciones del casco central de los

270
aglomerados. Esta población, se ve beneficiada con todos los servicios y reside en
viviendas de tipo A o en departamentos.

Existen importantes diferencias con relación a los hogares que tienen


privaciones, ya que la privación sólo por recursos corrientes, comprende una población
joven y adulta joven, con predominio de estudios secundarios incompletos o finalizados,
o con estudios superiores en realización. La residencia no necesariamente se consolida
en la periferia de las capitales, ya que puede coincidir con los barrios planificados
creados para la población de menores recursos, o con barrios tradicionales más
próximos al casco central de los aglomerados.

La privación sólo por recursos patrimoniales revela una población joven-adulta,


pero con un descenso en las tasas de fecundidad y un incremento en las edades adulta-
anciana. Las deficiencias se relacionan con el régimen irregular de tenencia de la
vivienda y del terreno, la calidad de los materiales utilizados en las casas y los
inconvenientes en la infraestructura sanitaria. Los hogares se ubican en la periferia de
las ciudades, con mayores densidades en los barrios informales más nuevos.

Los casos de privación convergente o pobreza extrema, se asocian con población


joven que cuenta con mayores carencias educativas, altas tasas de fecundidad,
problemas de desempleo y un marcado déficit en la infraestructura de las viviendas.
Estos hogares se caracterizan por estar consolidados y distribuidos en forma envolvente
por la periferia de las ciudades, en áreas con marcados problemas ambientales y
dificultades en la provisión de servicios. Este tipo de privación, presenta mayores
condiciones de segregación espacial, marcando la existencia de una concentración que
responde a una situación que es forzada por las condiciones socioeconómicas o
probablemente asociada a cuestiones de seguridad identitaria del grupo social.

También, con el IPMH se puede observar que en el promedio de las cuatro


ciudades, menos de la mitad de las familias no tienen privaciones. Un quinto de los
hogares tiene privación de recursos corrientes y casi la misma cantidad de hogares
sufren privación convergente. Mientras que poco más del 10% tiene privación
patrimonial o estructural. Es decir, que a lo largo de la década de 1990, las ciudades
sufrieron los efectos de la reestructuración del mercado de trabajo aplicado a nivel
nacional, con una pérdida del dinamismo y la incapacidad para generar nuevos puestos
laborales. Como consecuencia, se produce el incremento del desempleo y del

271
subempleo, y de las condiciones de informalidad. Asimismo, se produce un “achique”
en los salarios reales y caída en los ingresos de la población más carenciada. Esto se
traduce en un crecimiento de la pobreza coyuntural y se consolidan los grupos sumidos
en la pobreza extrema. Esto también trae como consecuencia que, especialmente las
familias jóvenes, ante la imposibilidad de tener ingresos que le permitan acceder a
créditos de viviendas, optan por ocupar ilegalmente los terrenos públicos y privados de
la periferia.

De otra manera, quedó demostrado que existen diferencias intra e interurbanas


entre los aglomerados. Si se posicionan las ciudades por las diferentes privaciones y las
mediciones de los índices de segregación, de una manera similar a lo ocurrido con el
IPMV, tendríamos un ranking creciente de la pobreza urbana que en valores relativos
comienza con la ciudad de Gran Corrientes, seguido por Posadas, luego Gran
Resistencia y con las peores situaciones en Formosa.

La ciudad de Corrientes, es la capital que tiene una mejor situación


socioeconómica de los hogares, ya que la mitad de las familias del conjunto urbano no
tiene privación material. La distribución espacial de los radios, coincide con el sector
central de la ciudad y se extiende por las principales avenidas de circulación,
especialmente las que se dirigen hacia el sur y el este de la urbe.

Por otra parte, es la capital regional donde predomina la privación por recursos
corrientes, entendible si la ciudad y la provincia se han caracterizado por tener desde
mediados de los ´90, grandes dificultades en la generación del empleo y donde ha
crecido el número de trabajadores independientes y de los niveles de informalidad e
inestabilidad. La localización parece tener un mayor núcleo de concentración por el
sureste, teniendo como límites las avenidas 3 de Abril y Maipú, y la ruta nacional Nº 12.

Si bien crece en la periferia, la privación convergente no alcanza a conformar un


cinturón que envuelva al aglomerado, pero se identifican mayores condiciones de
segregación en cuatro sectores de la ciudad: al norte, en las proximidades del Bañado
Norte; al este de la ruta nacional Nº 12, entre la avenida Centenario y la ruta provincial
Nº 5; por el sur, en las proximidades de la zona conocida como “Laguna Seca” y por el
sur-suroeste en las cercanías de la ribera del Paraná.

272
También, es importante reconocer que la ciudad tiene los menores valores de
segregación por pobreza, con una mayor equidad en la comparación espacial de los
hogares con y sin privaciones. Asimismo, la concentración de los hogares carenciados,
no da muestras de un fuerte agrupamiento al compararlo con los restantes aglomerados,
mientras que la autocorrelación espacial es poco significativa. De esta manera, los
menores índices de igualdad y concentración, dan pautas que a nivel de radio censal no
habría una fuerte condición de autosegregación de las familias pobres.

La capital misionera se encontraría en condiciones similares a Corrientes, ya que


en 2001, la mitad de los hogares del aglomerado no tenían privación material. Sin
embargo, por el mayor número de casos de privación convergente, debemos ubicarlo un
puesto más alto en la medición de la pobreza urbana.

Los hogares sin privaciones se extienden desde el caso central describiendo ejes
de prolongación hacia los sectores sur y oeste, siguiendo las avenidas Uruguay-
Rademecher y Urquiza-Centenario, respectivamente. Asimismo, al igual que en
Corrientes, en Posadas predomina la privación solo de recursos corrientes, ya que un
quinto de los hogares tiene esta condición; y se encuentran localizados en el sector sur-
suroeste de la ciudad, mayormente coincidentes con los barrios donde se produjo la
relocalización de población que se encontraba situada en la ribera norte de la ciudad,
como consecuencia del aumento de la cota del río Paraná debido a la construcción de la
represa Yaciretá.

En cambio, los hogares que sólo tienen privación por recursos patrimoniales
tienen una menor concentración espacial, pudiendo destacarse el área que se encuentra
al este de las vías del ferrocarril “Mesopotámico”. Mientras que la privación material
convergente coincide con los espacios de crecimiento más reciente de la ciudad.
Concuerda con lugares donde han ocurrido ocupaciones de terrenos protagonizadas por
población de bajos recursos, asentados en zonas adyacentes a la urbanización
consolidada, pero sin estar dotados de servicios como para ser urbanizados aún. Estos
espacios tienen amplio deterioro en materia ambiental y edilicia, con altos porcentaje de
hacinamiento, sin servicios sociales, que se concentran por el nor-noroeste y el sureste
del ejido urbano. En el primero de los casos, se encuentran en las proximidades del
arroyo Apa y coincide con la histórica zona de pobreza conocida como “El Brete” y con

273
barrios cuya población es de origen paraguayo. Hacia el sureste se localiza en las
proximidades del arroyo Zaimán, en terrenos anegables y luego se prolonga por la ruta
nacional Nº 12 y las vías del ferrocarril “Urquiza”, camino a Garupá.

En Posadas, los valores de segregación muestran índices de igualdad más altos,


lo que indica una distribución espacial menos “equilibrada”, mientras que los
indicadores de exposición y concentración tienden a ser menores, dando pautas de un
menor agrupamiento en cuanto a la superficie ocupada. La autocorrelación espacial es
mayor que en la ciudad de Corrientes, por lo tanto hay una segregación por pobreza más
acentuada en esta ciudad, que se circunscribe a los espacios antes mencionados.

En tercer lugar y continuando con el orden creciente de la pobreza, se puede


posicionar al Gran Resistencia, que posee menos de la mitad de los hogares sin
privaciones, localizados en los radios que desde el área central se prolongan por el eje
noroeste-sudeste siguiendo las avenidas 9 de Julio y 25 de Mayo, hacia el norte por
avenida Sarmiento, y hacia en sur en coincidencia con los barrios planificados,
especialmente los creados en la década de 1980.

El IPMH por recursos corrientes, coincide con los radios censales próximos a la
Universidad Nacional del Nordeste, en los barrios donde se aplicaron los planes de
mejoramiento barrial o con las nuevas unidades habitacionales para población sin
vivienda o de escasos recursos. Esto último se manifiesta al norte de Barranqueras, al
sureste de Resistencia y al norte del municipio de Fontana.

La privación patrimonial y la convergente presentan coincidencias en la


distribución espacial, ya que la población se concentra en toda el área periférica, que en
forma anular envuelve al aglomerado. En este caso, se conjugan barrios históricos que
han perpetuado la pobreza con los nuevos barrios informales, resultado de la ocupación
ilegal de los terrenos. Por el norte, los hogares se instalan en sectores bajos inundables o
propensos a los anegamientos pluviales. Hacia el sur, las ocupaciones son más nuevas
en el tiempo, mayoritariamente con asentamientos que se instalan en terrenos privados.
Solamente cuentan con servicio de electricidad “enganchada” y provisión de canillas
públicas o agua dentro del terreno. No llega la red cloacal y las familias utilizan sistema

274
de pozo ciego, lo que incrementa la propensión a contraer diferentes tipos de
enfermedades.

En la capital chaqueña, la segregación revela que los índices de igualdad no


muestran grandes diferencias en la distribución espacial entre hogares pobres y no
pobres, así como la autocorrelación de Morán se mantiene en valores intermedios. Pero,
los índices de concentración son mayores con respecto a Gran Corrientes y Posadas, y el
Moran Local muestra mayor congregación de pobreza extrema en la periferia de la
ciudad. Es una población, donde se reproducen las condiciones de pobreza, subsistiendo
con actividades informales, y donde los jóvenes abandonan la escuela para trabajar
junto con sus progenitores.

En la cima de las ciudades con pobreza urbana y siempre calculada en términos


relativos, se encuentra la capital formoseña. Sólo alrededor del 40% de los hogares no
tienen privación material, y la localización se limita al caso central y entre las avenidas
González Lelong y Napoleón Uriburu.

Los hogares con un solo tipo de privación, tienen una localización diferente. Si
es por recursos corrientes, se concentran mayormente en dos espacios: al noroeste del
casco central, situado al norte de la avenida González Lelong y sur de avenida
Gendarmería Nacional y las vías del ferrocarril “Gral. Belgrano”, coincidente con los
complejos habitacionales que surgieron a lo largo de la década de 1980. Y por el
extremo noreste de la ciudad, en los barrios que se crearon a final de los `80 y durante la
década de 1990, con población que presenta mejores condiciones en la provisión de
servicios y en la infraestructura de las viviendas, pero con amplias dificultades
coyunturales.

Los hogares con privación patrimonial, muestran un incremento relativo hacia la


periferia sur, en terrenos que son bajos y están rodeados de riachos y lagunas. Mientras
que la privación convergente congrega a un quinto del total de hogares del aglomerado,
localizados en la periferia norte-noreste y oeste, donde se combinan barrios informales
antiguos con nuevas áreas de expansión que traspasan la avenida de circunvalación
Gendarmería Nacional y el aeropuerto de la ciudad. Estos barrios tienen importantes

275
déficits estructurales en las condiciones edilicias y población con bajos ingresos por
subocupación o en condiciones de informalidad laboral.

La segregación es alta en esta ciudad, conformando áreas con una importante


concentración de hogares con privaciones y generando significativos enclaves de
pobreza que envuelven la ciudad por los cuadrantes norte- y oeste. De esta manera,
Formosa y Gran Resistencia se transforman en las capitales de la región que poseen las
“peores periferias” con importantes porcentajes de pobreza extrema en los bordes de las
ciudades.

En una escala diferente, se han presentado dos estudios de casos realizados en


asentamientos informales del Gran Resistencia, surgidos durante el período en estudio,
retratando las características de la población que presenta condiciones de precariedad
socioeconómica.

No pretendemos explayarnos mucho en cuantos a las condiciones de la


población, simplemente destacar los siguientes resultados: los asentamientos informales
han acompañado el proceso de expansión urbana de las cuatro ciudades,
transformándose en una de las principales modalidades de ocupación de las periferias de
los aglomerados. Las tomas de terrenos son planificadas, más usuales en períodos pre-
electorales y comprenden familias que ocupan las parcelas por necesidad y grupos que
ven esta modalidad como una actividad rentable. Mayormente, abarca personas que se
relocalizan internamente en la ciudad y es menor la cantidad de habitantes oriundas del
interior de cada provincia o de países limítrofes.

Hay un déficit importante en los servicios básicos, ya que los hogares cuentan
con agua potable y electricidad. Las ocupaciones se inician con construcciones precarias
y luego, si pueden mejorar sus ingresos, van realizando las mejoras a las viviendas.

La población es mayormente joven o adulta joven, integrados por núcleos


familiares, con familias ya conformadas que se mueven al asentamiento para acceder a
una propiedad. El nivel educativo de la población es deficitario, porque la mayor parte
de los jefes de familia y cónyuges no logró concluir la primaria o lo concluyó con
dificultades y no pudo proseguir sus estudios. Esta situación ha restringido o dificultado
el acceso laboral, porque predominan las actividades cuentapropistas informales o los
empleos con bajas remuneraciones. Si bien, hay un sinfín de actividades que realiza la
población, con el objetivo de mejorar sus ingresos, predominan la albañilería en los

276
hombres y el servicio doméstico en las mujeres, mayoritariamente con condiciones de
precariedad social.

Justamente, uno de los cuestionamientos que se detectaba en las entrevistas a las


personas radicadas en asentamientos del Gran Resistencia, apuntaban a que no podían
contar con obra social y jubilación por estar trabajando en una condición informal. A lo
largo de la década de 1990, la falta de control estatal en el cumplimiento de los
beneficios sociales para los trabajadores, fue una de las características salientes
remarcada por los funcionarios que entrevistamos en los diferentes organismos
públicos.

Asimismo, consideramos que una participación más activa de las comunidades


en los procesos de gestión habitacional, que no se limite al propio proceso de
autoconstrucción, podría generar mejores resultados en la organización espacial de los
barrios, e inclusive mejorar la calidad del hábitat en los hogares.

De esta manera, se ha podido determinar en el período 1991- 2003, se ha


producido un aumento numérico y un proceso de profundización de la pobreza en las
cuatro capitales del Nordeste Argentino, fenómeno que acentuó la fragmentación
espacial de los ejidos urbanos y la conformación de fuertes enclaves de pobreza en la
periferia de los aglomerados. La falta de dinamismo en la generación de empleos, el
aumento del desempleo y las condiciones de informalidad laboral, son elementos que
colaboraron para que la pobreza se acreciente considerablemente en la etapa en estudio.

Por supuesto que desde el año 2003 en adelante, las ciudades han continuado
con la expansión de sus ejidos urbanos, se construyeron y pavimentaron nuevas rutas y
avenidas, crecieron cuantitativamente los planes sociales con el objeto de mejorar el
ingreso de las familias pobres y se han puesto en marcha los planes estratégicos y de
ordenamiento territorial, lo cuál deja abierta la puerta para continuar con los estudios
sobre la evolución de la pobreza en las capitales y el análisis de las condiciones
demográficas y sociales de la población.

277
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Wong, David. 1998. “Measuring multiethnic spatial segregation”. En: Urban Geography. Volumen 19:
77-87.
Zicardi, Alicia (comp.). 2002. Pobreza, desigualdad social y ciudadanía. Colección Grupos de trabajo
de CLACSO. CLACSO, Buenos Aires.
Zurita, Carlos. 1994. Trabajo precario y desempleo oculto. La estructura ocupacional de Santiago
del Estero, Argentina. Revista de Sociología Nº 9. Faculta de Ciencias Sociales, Universidad de
Chile, Chile.
Zurita, Carlos. 1997. El trabajo en un área tradicional de Argentina. Marcos demográficos,
estructura del empleo y subutilización en Santiago del Estero. Estudios Sociológicos Mayo-
agosto de 1997. Hemeroteca Virtual. En Internet: www.hemerodigital.unam.mx

327
Anexo I. Planos de las capitales del NEA por radio censal 1991 y 2001

Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)

278
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)

279
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)

280
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)

281
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)

282
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)

283
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)

284
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)

285
Anexo II. Modelo de encuesta aplicado en asentamientos informales del Gran
Resistencia 1990- 2002

Nº DE ENCUESTA:.............................
NOMBRE DEL ASENTAMIENTO:..........................................................
CASA Nº..............................
HOGAR Nº...........................

RESIDENCIA ACTUAL

1. TIPO DE VIVIENDA 6. TIENE ELECTRICIDAD...


Casa.................................................. 1
por red pública o privada?.......................... 1
Rancho o casilla................................ 2
por generación propia?............................... 2
No tiene...................................................... 3
2. CANTIDAD DE HOGARES EN
VIVIENDA PARTICULAR.
Un hogar 1 Dos hogares y más 2

3. ¿CUÁL ES EL MATERIAL 7. TIENE AGUA CORRIENTE...


PREDOMINANTE DE LAS PAREDES
EXTERIORES por cañería dentro de la vivienda?............. 1
fuera de la vivienda, pero dentro del
Ladrillo, piedra, bloque, hormigón............ 1 terreno?...................................................... 2
Adobe......................................................... 2 fuera del terreno......................................... 3
Madera........................................................ 3 No tiene...................................................... 4
Chapa de metal o fibrocemento.................. 4
Chorizo, cartón o desecho.......................... 5
Otros........................................................... 6

8. OBTIENE EL AGUA A TRAVÉS DE...

4. ¿CUÁL ES EL MATERIAL red pública (agua corriente)?..................... 1


PREDOMINANTE DE LA CUBIERTA perforación con bomba a motor?............... 2
EXTERIOR DEL TECHO? perforación con bomba manual?................ 3
pozo?.......................................................... 4
Baldosa, cubierta asfáltica o membrana...... 1 agua de lluvia?........................................... 5
Tejas............................................................ 2 transporte por cisterna?.............................. 6
Chapas metálicas......................................... 3 río, canal, arroyo, etc.................................. 7
Chapas de fibrocemento o plásticas............ 4
Chapas de cartón......................................... 5
Caña, tablas o paja con barro, paja sola...... 6
Otros............................................................ 7 9. ¿CUANTOS CUARTOS DE USO
Ignorado...................................................... 8 EXCLUSIVO TIENE EL HOGAR, SIN
CONTAR BAÑO Y COCINA? (Incluya
comedor, sala, living, dormitorio)

5. ¿CUAL ES EL MATERIAL Ninguno.................................................... 1


PREDOMINANTE DE LOS PISOS Uno........................................................... 2
Dos........................................................... 3
Cerámica, baldosa, mosaico, madera, alfombra Tres........................................................... 4
o plástico....................................................... 1 Más de tres (especificar)........................... 5
Cemento o ladrillo fijo.................................. 2
Tierra............................................................. 3
Otros.............................................................. 4 Pasar a pregunta Nº 10

286
Nº DE ENCUESTA:...........................
CASA Nº..............................
HOGAR Nº...........................

10. ¿QUE COMBUSTIBLE USA 13. EL DESAGÜE DEL INODORO O


PRINCIPALMENTE PARA COCINAR? RETRETE ES......
Gas envasado............................................. 1 a red pública (cloaca)?............................. 1
Querosén ................................................... 2 a cámara séptica y pozo ciego?................ 2
Leña o carbón............................................. 3 sólo a pozo ciego?.................................... 3
Electricidad................................................ 4 Ignorado................................................... 4
Otro ........................................................... 5

11. ¿LA VIVIENDA TIENE BAÑO 14. ¿ES...


PROPIO?
propietario de la vivienda y el terreno?......... 1
Sí 1 No 2 propietario de la vivienda solamente?........... 2
inquilinato o arrendatario?............................ 3
ocupante por relación de dependencia?........ 4
ocupante por préstamo, cesión o permiso?... 5
12. EL BAÑO ¿TIENE INODORO O ocupante de hecho de la vivienda?............... 6
RETRETE CON DESCARGA DE AGUA (A Otro?............................................................. 7
BOTÓN, CADENA, ETC.)
Ignorado........................................................ 8
de uso exclusivo de los miembros del
hogar?......................................................... 1
de uso compartido con otro hogar............. 2
no tiene inodoro o retrete con
descarga de agua en el baño?..................... 3

15. MENCIONE LAS PERSONAS QUE VIVEN EN SU HOGAR

Nº DE PARENTESCO
ORDEN
ORDENAR:
A las personas empezando
por el jefe o jefa del hogar
y continuando con las otras
personas en el orden
siguiente:
a) Cónyuge o pareja
b) Hijo (a), hijastro (a)
c) Padres / suegros
d) Yerno/ nuera
e) Nieto (a)
f) Otros familiares
g) Otros no familiares

287
Nº DE ENCUESTA:...........................
CASA Nº...............................
HOGAR Nº............................
PERSONA Nº:.......................

CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS (PARA TODAS LAS PERSONAS,


INCLUYENDO NIÑOS)

31. SEXO 36 ¿QUÉ NIVEL CURSA?


Varón........................................ 1 jardín o preescolar................... 1
Mujer........................................ 2 primario................................... 2
secundario................................ 3
terciario.................................... 4
universitario............................. 5
ignorado................................... 6
32. CUÁL ES LA EDAD ACTUAL EN
AÑOS
CUMPLIDOS?.......................7.......... 37 ¿CUAL ES EL NIVEL MÁS ALTO QUE
CURSÓ?
Compl. Incomp
jardín o preescolar................... 1 2
primario................................... 3 4
secundario................................ 5 6
33. RECIBE ALGUNA PENSIÓN O
terciario.................................... 7 8
JUBILACIÓN?
universitario............................. 9 10
Si...................... 1
ignorado................................... 11
No.................... 2
Ignorado.......... 3

38. ¿DURANTE LA SEMANA PASADA,


TRABAJÓ AUNQUE SEA UNAS POCAS
HORAS?
34. SABE LEER Y ESCRIBIR
Sí............................................................... 1
Sí 1
No.............................................................. 2
No 2
Vacaciones-licencia................................... 3
Ignorado 3

39. ¿TRABAJA ACTUALMENTE?

Sí 1 No 2
35. ASISTE A ALGÚN
PASAR A PREGUNTA Nº 44
ESTABLECIMIENTO EDUCACIONAL
Asiste a establecimiento público........... 1 40. EN EL TRABAJO PRINCIPAL, EN EL
Asiste a establecimiento privado........... 2 QUE TRABAJABA MÁS HORAS ERA:
No asiste, pero asistió............................ 3
Nunca asistió......................................... 4
pPA ¿Patrón? (tenía obreros y empleados)........... 1
Ignorado................................................ 5 ¿Obrero o empleado del sector privado?...... 2
¿Obrero o empleado del sector público?...... 3
¿Empleado en servicio doméstico?.............. 4
¿Trabajador por cuenta propia?.................... 5
¿Trabajador familiar sin remuneración fija.. 6
Ama de casa................................................. 7
Ignorado........................................................ 8
Planes sociales.............................................. 9

288
Nº DE ENCUESTA:...........................
CASA Nº..............................
HOGAR Nº...........................
PERSONA Nº:.......................

41 ¿A QUÉ SE DEDICABA O QUE PRODUCÍA EL LUGAR O ESTABLECIMIENTO DONDE


TRABAJABA? (Ej.: Fabricación de cocinas, transporte colectivo de pasajeros, fabricación de
zapatos de cueros, enseñanza primaria, elaboración y ventas de
tortas)........................................................................................................................................................
..................................................................................................................................................................

42. ¿QUÉ TAREAS HACÍA EN ESE TRABAJO? (Ej.: Administrativa: calcula sueldos/ Chofer:
maneja colectivos/ Cosedor: cose zapatos con máquina eléctrica/ Portero: limpia y cuida la escuela)
..................................................................................................................................................................
..................................................................................................................................................................
........................

43. POR ESE TRABAJO ¿LE DESCUENTAN JUBILACIÓN?

Sí 1 No 2 Ignorado 3

44. ¿TIENE ALGUNA OBRA SOCIAL?

Sí 1 No 2 Ignorado 3

45. ACTUALMENTE ES...


¿Unido?................................................................ 1
¿Casado(a) en unión legal?.................................. 2
¿Separado(a) de unión o matrimonio?................. 3
¿Divorciado(a) de matrimonio?........................... 4
¿Soltero(a) nunca unido?..................................... 5
Ignorado............................................................... 6

289
Anexo III. Definiciones conceptuales de las tasas laborales

Población económicamente activa: la integran las personas que tienen una ocupación
o que sin tenerla la están buscando activamente Está compuesta por la población
ocupada más la población desocupada.

Población ocupada: conjunto de personas que tiene por lo menos una ocupación, es
decir que en la semana de referencia ha trabajado corno mínimo una hora (en una
actividad económica) El criterio de una hora trabajada, además de preservar la
comparabilidad con otros países, permite captar las múltiples ocupaciones informales
y/o de baja intensidad que realiza la población. Para poder discriminar dentro del nivel
de empleo qué parte corresponde al empleo de baja intensidad, pueden restarse del
empleo total aquellos que trabajan menos de cierta cantidad de horas (por ejemplo los
subocupados) La información recogida permite realizar distintos recortes según la
necesidad de información de que se trate, así como caracterizar ese tipo de empleos.

Población desocupada: se refiere a personas que, no teniendo ocupación, están


buscando activamente trabajo. Corresponde a desocupación abierta. Este concepto no
incluye otras formas de precariedad laboral tales como personas que realizan trabajos
transitorios mientras buscan activamente una ocupación, aquellas que trabajan jornadas
involuntariamente por debajo de lo normal, los desocupados que han suspendido la
búsqueda por falta de oportunidades visibles de empleo, los ocupados en puestos por
debajo de la remuneración mínima o en puestos por debajo de su calificación, etc. Estas
modalidades son también relevadas por la EPH, como indicadores separados.

Población subocupada horaria: se refiere a los ocupados que trabajan menos de 35


horas semanales por causas involuntarias y están dispuestos a trabajar más horas.
Comprende a todos los ocupados en empleos de tiempo reducido (incluye, entre otros, a
agentes de la Administración Pública Provincial o Municipal cuyo horario de trabajo ha
sido disminuido) y están dispuestos a trabajar más horas.

Cálculo de las tasas laborales

Tasa de actividad: calculada como porcentaje entre la población económicamente


activa y la población total.

Tasa de empleo: calculada como porcentaje entre la población ocupada y la población


total.

Tasa de desocupación: calculada como porcentaje entre la población desocupada y la


población económicamente activa

Tasa de subocupación horaria: calculada como porcentaje entre la población


subocupada y la población económicamente activa.

290
Anexo IV. Población Ocupada Clasificada por Sexo, Categoría Ocupacional y
Rama de Actividad, según Ingreso Total Individual. Deciles 1 a 4. Ondas mes de
octubre 1990- 2002

ASALARIADOS
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02
Corrientes 75,4 78,2 67,5 68,7 68,2 67,3 66,6 65,6 69,3 59,1 68,5 65,9 66,3
Formosa 79,7 76,8 76,6 s/d 82,2 87,7 70,4 77,9 83,4 68 74,7 65,5 82,6
Posadas 69,2 69 75 66,8 64,1 60 60 67 69 64,9 61,4 60,3 61,9
Gran Resistencia 82,9 76,5 66,5 65,6 69,6 82,4 60,7 73,8 64,8 69,1 64,4 55,4 73

Industria
90 91 92 93 94 95 96 97 98 -99 00 01 02
Corrientes 6 3,8 4,4 3,5 3,1 4,4 3,2 3,5 2 2,5 2,2 1,4 4,9
Formosa 2,6 3,6 2,3 s/d 2,5 0,6 4,2 3,9 2,6 3,4 5,4 6,1 7,4
Posadas 3,9 4,7 8,6 5,2 5,2 6,4 5,6 7,1 6 4,1 3,5 3,1 1,1
Gran Resistencia 5,4 5,3 6,2 4,5 6,1 s/d 2,9 5,3 5,2 5,2 4,1 1,2 2,8

Comercio
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02
Corrientes 7,2 9,2 8,6 6,4 8 9,6 7,9 6,6 12,9 8,6 8,3 12,9 8,3
Formosa 7,2 8,8 7,4 s/d 9,8 2,5 8,7 11,5 11,2 4,5 8,6 5 4,6
Posadas 10,4 8,8 9,5 6,7 9 7,9 8,1 7,7 9,2 8,3 15,9 10,9 9
Gran Resistencia 8,8 9,3 6,6 6,9 6,7 3,1 7,5 9,5 7,2 17,2 10,3 8,4 7,4

Servicios
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 -01 02
Corrientes 52,4 55,6 48,9 51,6 47,8 42,6 45,6 38,9 38,1 41,9 47,4 44,4 44,7
Formosa 59,4 50,4 53,6 s/d 53,9 82,8 43,2 44,9 51,6 48,6 46,2 39,6 60,1
Posadas 46,4 46,3 46,2 46,6 39,5 34,6 35 37,3 37,3 36,5 33,3 32,6 42,7
Gran Resistencia 59,6 53,4 43,4 46,4 48,3 76,1 38,9 41,8 35,8 37,8 37,6 36,3 58,8

Construcción
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02
Corrientes 5,8 5,7 3,1 2,9 4,2 4,7 4,2 10 9,5 2,1 4,8 3,8 2,9
Formosa 7,7 9,9 10,7 s/d 11,6 9,4 11,6 12 6,9 6,3 8,6 1,8
Posadas 7,7 6,3 8,1 5,4 4,8 5,5 6,9 9,7 10,2 9,3 4 7,4 5,5
Gran Resistencia 7 5,7 8 3,3 5 6,2 10,2 8,2 4,8 6 2,8 1,4

NO ASALARIADOS
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02
Corrientes 24,6 21,8 32,5 31,3 31,8 32,7 33,4 34,4 30,7 40,9 31,5 34,1 33,7
Formosa 20,3 23,2 23,4 s/d 17,8 12,3 29,6 22,1 16,6 32 25,3 34,5 17,4
Posadas 30,8 31 25 33,2 35,9 40 40 33 31 35,1 38,6 39,7 38,1
Gran Resistencia 17,1 23,5 33,5 34,4 30,4 17,6 39,3 26,2 35,2 30,9 35,6 44,6 27

Fuente: INDEC. EPH Puntual, Ondas de octubre 1990-2003.

291
Anexo V. Variables e Indicadores utilizados del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

Viviendas particulares Paredes exteriores de la Techo precario de la vivienda Piso de tierra u otros
deficientes vivienda con materiales
deficientes
- Casa Tipo B - Adobe sin revoque exterior - Chapa metal sin cielorraso - Tierra o ladrillo suelto
- Rancho - Adobe con revoque exterior - Fibrocemento o plástico sin - Otros
- Casilla - Madera cielorraso
- Chapa metal o fibrocemento - Chapa cartón
- Chorizo, cartón, palma, paja - Caña, tabla o paja, paja sola
sola o material de deshecho - Otro material sin cielorraso
Combustible principal para Provisión de agua Servicio sanitario
Régimen de tenencia de la
292

cocinar vivienda y del terreno


- Leña o carbón - Provisión de agua fuera de la - Hogares particulares con - Propietario sólo de la
vivienda y del terreno inodoro sin descarga de agua, vivienda
sin inodoro o sin baño - Ocupante por préstamo
- Ocupante por trabajo
- Otra situación
Hacinamiento Hogares sin heladera Servicio de obra social y/o Maternidad adolescente
mutual
- Hogares con más de 2 personas - No tiene heladera ni freezer - No tiene obra social o plan - Mujeres menores a 20 años
por cuarto médico con hijos nacidos vivos

Población ocupada no Población ocupada no aporta Población Analfabeta (igual o Jefe de hogar y cónyuge
calificada para jubilación mayor a 6 años) desocupado
- Ocupación no calificada - No le descuentan ni aporta para - No sabe leer ni escribir - Hogar nuclear completo con
jubilación jefe desocupado y cónyuge
desocupado

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionada por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

277
Anexo VI. Puntaje Estándar. Gran Corrientes, 2001
293

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionados por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

278
Puntaje Estándar. Gran Posadas, 2001
294

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionados por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

279
Puntaje Estándar. Gran Resistencia, 2001
295

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionados por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

280
Puntaje Estándar. Formosa, 2001
296

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos proporcionados por INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001

281
Anexo VII. Fórmulas de los índices de segregación

ÍNDICES DE IGUALDAD

Índice de Segregación Índice de Disimilitud de Duncan

donde Xi es la población del grupo minoritario en donde: xi: Población del grupo minoritario en la
la sección censal i, X es la población total del sección censal i.; xi: Población del grupo
grupo minoritario en el municipio, yi es el número minoritario en la sección censal i. X: Población
de individuos del grupo mayoritario en cada total del grupo minoritario en el municipio; - ti:
sección censal, e Y el total de población de este Población total en la sección censal i; - T:
grupo en el municipio. Población total del municipio y n: Nombre de
secciones del municipio.

Índice de Desigualdad Corregido por la


longitud de frontera (Dw) Índice de Disimilitud

donde: dij la longitud de la frontera entre la zona i, donde: pi es el perímetro de la unidad, y ai su área
y la zona j

ÍNDICES DE EXPOSICIÓN

Índice de Aislamiento Índice de Interacción

donde: Xi es la población del grupo x en el radio i, donde: Xi: población del grupo X en el radio i, X:
X es el total de población del grupo X, ti total de total de la población del grupo X, yi: población del
población del radio i. grupo y en el radio i, ti: total de la población del
radio i.

297
ÍNDICES DE CONCENTRACIÓN

Índice Delta Índice de Concentración Absoluta

donde: Xi es la población del grupo X en la donde: las unidades de área están clasificadas por
unidad espacial i, X es la población del grupo X tamaño geográfico del más pequeño al más grande,
en la ciudad, ai es la superficie de la unidad a es el área de la unidad i, y los dos números n1 y
espacial i, A es la superficie de la ciudad y, n es el n2 se refieren a diferentes puntos en el orden de
número de las unidades espaciales en la ciudad rango de unidades territoriales de menor a mayor:
n1 es el rango del tracto aquí la población total
acumulado de unidades de área es igual a la
población de las minorías de la ciudad, sumando
desde la más pequeña unidad de seguimiento; y n2
es el rango de las vías donde la población total
acumulado de unidades es igual al total de la
población minoritaria de la mayor unidad hacia
abajo. T1 es igual a la población total de los tractos
de 1 a n1, y T2 es igual a la población de zonas de
n2 a n. Al igual que antes, ti se refiere a la
población total de la zona I, mientras que X es el
número de los miembros del grupo X en la ciudad

Coeficiente de Localización
QL= (Xi/Ti)/(X/T)
Donde: Xi: es el número de hogares sin privación
en la unidad censal, Ti: es el total de hogares de la
unidad. Mientras que X: es el total de hogares
pobres de la ciudad y T es el total de hogares de la
ciudad

298
ÍNDICES DE AUTOCORRELACIÓN

Índice de Morán Global (I) Índice de Morán Local (Ii)

donde: N significa el número de los unidades donde x es la intensidad de la media para todas las
censales en el mapa, X es la variable sometida al observaciones, xi es la intensidad de la
análisis de dependencia espacial, “Wij” son las observación i; xj es la intensidad para todas las
ponderaciones de la matriz de distancias que demás observaciones, (donde i ≠ j), Sxi 2 es la
define si las áreas o puntos geográficos i y j son o diferencia al cuadrado de todas las observaciones y
no vecinos asignándole 1 a las observaciones wij es el peso en función de la distancia para las
vecinas o a un radio de distancia determinado interacciones entre las observaciones i y j. El
respecto al punto i, y cero a las demás primer factor en el numerador se refiere
observaciones. Este coeficiente I se sujeta a una únicamente a la observación i, mientras que el
prueba de significancia estadística de valores “Z”, segundo es la suma, respecto de la media, de los
es decir, bajo el supuesto de una distribución valores ponderados para todas las observaciones
normal (sin incluir i)

Fuentes: Cliff y Ord, 1981; Brown y Chung, 2006; Goodchild, 1987; Anselin, 1995; Velázquez y Cepeda,
2004; Duncan y Duncan, 1955; Massey y Denton, 1988; Isard, 1960

299
Anexo VIII. Lista de Asentamientos Informales

Período 1990/99

Municipio de Resistencia
Asentamiento Chacra Manzana Parcela Quinta Nº de Fecha de
viviendas o instalación
familias
1. Villa Don Santiago 28 - 10 - 21 viviendas 1993
2. Villa Don Santiago 28 - - - 23 familias 1997
3. Barrio Parque Autódromo 32 - 11 - 12 viviendas 1993
4. Barrio Parque Autódromo 32 - - 1 20 familias 2/1998
5. Villa Cristo Rey 1 32 - 82 - 17 viviendas 1993
6. Villa Cristo Rey 2 109 16 - 6 viviendas 1993
7. Villa Cristo Rey 110 - 1 20 familias 8/1997
8. Santa Lucía 110 - 7,8 - 40 familias 10/99
9. Villa Río Negro 1 111 - - 15 viviendas 1995
10. Villa Río Negro 2 111 - 4 - 18 viviendas 1992
11. Villa Río Negro 3 111 - 2 - 70 viviendas 1993
12. Villa Río Negro (Las Ranas) 111 - s/d 7/1997
13. Sin Nombre 113 - 16 - 30 viviendas 1994
14. Villa Encarnación 114 15 - 10 viviendas 1992
15. Villa Papelito 114 - 10 9 20 viviendas 1994
16. Villa Papelito 114 - 11 9 20 viviendas 1994
17. Santa Catalina 116 - 24 - 12 viviendas 1994
18. Cafayate 120 - 107 - 30 familias 9/1994
19. Tierra del Toba o Cafayate 120 - 77 - 6 viviendas 1995
20. Adolfo Emaro y otros 120 - 226 - 4 viviendas 1995
21. Nuevo Amanecer 1 128 - 28 - 24 viviendas 1992
22. Nuevo Amanecer 2 128 5y6 - 36 viviendas 1990
23. 6 de Febrero 128 - 52 - 19 viviendas 2/1999
24. García 130 - 48 - 70 viviendas 1994
25. Municipalidad de Resistencia 130 66 3 - 10 viviendas 1992
26. Barberán o San Pablo 131 - 91 - 50 flias. (total 1993
350 flias.)
27. Menem Junior 132 - 34 - 30 familias 1995
28. Lotes varios frente al Santa 133 - 18,19,20, - 80 familias
Inés 21,36
29. Lote 133 o Barrio 10 de Mayo 133 - 38 - 200 familias 5/1998
30. Villa Fabiana 175 - 48 - 15 familias 1998
31. Tierras del Toba 183 - 2 - 2 viviendas 1993
32. Hernán Picilli y otros 183 - 9 - 4 viviendas 1993
33. Rodolfo Riva y otros 183 - 10 - 4 viviendas 1993
34. Policlínico San Fernando 183 - 11 - 3 viviendas 1993
35. Chacofi 183 - 12 - 2 viviendas 1993
36. Padre Fyrnys 187 65,86,87,8 - - 100 viviendas 1990
8,89
37. Sector Vía Golf 194 - 133 - 100 viviendas 1991
38. Golf Club 194 - 1, 12 13 y - 100 viviendas 1992
calle
pública
39. Curtiembre Corrientes o Villa 196 - 62 - 40 familias 7/1999
Dónovan
40. Dominio Público 197 - - 14 viviendas 1994
41. Barrio Vial 197 - 3y4 - 33 viviendas 1992

300
42. 6 de febrero 198 - 52 - 60 viviendas 2/1999
43. Rogert Balet (La Horqueta) 200 - 34,42,43 - 30 familias 1997/98
44. Villa Teniente Saavedra 200 115 - - 14 viviendas 1994
45. Nazareno o UTA 202 31 - - 40 viviendas 1990
46. Nazareno o Foesgra I 202 47 - - 15 viviendas 1994
47. Nazareno o Foesgra II 202 43 - - 15 viviendas 1995
48. Nazareno (regularizado) 202 31,45 - - 60 viviendas 1990
49. Villa Elisa 1 (13 de diciembre) 203 53 1,2,3,4,5 - 60 viviendas 1990
50. Villa Elisa 2 (13 de diciembre) 203 54 1,2,5,6 - 80 viviendas 1990
51. Villa Elisa 3 (13 de diciembre) 203 55 1 - 40 viviendas 1990
52. Villa Elisa 4 (13 de diciembre) 203 56 1,2,3 - 70 viviendas 1990
53. Ampliación Luzuriaga o Panal 204 - 79 - 125 viviendas 1990
54. Lestani 1 206 - 3 - 40 viviendas 1993
55. Lestani 2 206 - 5 - 25 viviendas 1993
56. Lestani 3 206 - 6 - 58 viviendas 1993
57. Lestani 4 206 - 7 - 50 viviendas 1993
58. Lestani 5 206 - 8 - 50 viviendas 1993
59. Lestani 6 206 - 10 - 50 viviendas 1993
60. Lestani 7 206 - 11 - 50 viviendas 1993
61. Lestani 8 206 - 12 - 40 viviendas 1992
62. Lestani 9 206 - 18 - 40 viviendas 1992
63. Lestani 10 206 - 19 - 60 viviendas 1990
64. Lestani 11 206 - 22 - 40 viviendas 1991
65. Lestani 12 206 - 23 - 15 viviendas 1993
66. Lestani 13 206 - 24 - 25 viviendas 1993
67. Lestani 14 206 - 35 - 40 viviendas 1993
68. Lestani 15 206 - 41 - 40 viviendas 1992
69. San Valentín 207 - 35 - 80 viviendas 1993
70. Barrio Municipal 207 30 1 - 20 viviendas 1992
(Supercemento)
71. Juan Bautista Alberdi 207 30 3,15,35 - s/d 1990
(Supercemento)
72. Barrio Unión 207 - 13 - 58 viviendas 1994
73. 207 - 51 - 16 viviendas 1993
74. La Paz 210 50,58 - - s/d 11/1999
75. Villa Don Andrés 210 44,45 - - 80 familias 11/1999
76. Sector Vías 273 - III - 40 viviendas 1991
77. Villa La Liguria 273 - - - 8 familias
78. La Rubita (Asent. de 295 - 22 - 10 viviendas 1992
ladrilleros)
79. La Rubita 295 - 72 - 40 viviendas 1992
80. La Rubita 295 - 92 - 5 viviendas 1992
81. San Miguel 130 - - - 30 familias 1990
Fuente: Municipalidad de Resistencia; Programa Arraigo- ICoHa- Facultad de Arquitectura y Urbanismo,
UNNE; Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda

Municipio de Barranqueras
Asentamiento Chacra Fracción Manzana Parcela Quinta Nº de Fecha de
familias instalación

1. Zona ribereña 260 - - - - 100 1990


2. Sin nombre 262 - - 1, 2, 3 - 8 1990
3. Sin nombre 263 - 8, 16 27 1 80 1995

301
4. Nuevo Amanecer 270 - - - - S/d 1995
5. Sin Nombre 275 - 42 - - S/d 1990
6. Vías del ferrocarril 279 - - - - S/d 1990

Fuente: Municipalidad de Barranqueras.

Municipio de Puerto Vilelas


Asentamiento Chacra Fracción Manzana Parcela Nº de viviendas Fecha de
o familias instalación
1. Zona de Pescadores - - - - 600 viviendas 1957
2. Sin Nombre 287 - 64, 65 - S/d 1990
3. Reserva Municipal 287 III - - 10 familias 1997
4. Bº Coop 290 - - 2a4 50 viviendas 1951
5. Abrazo el Arroyo 298 - - - S/d 1980
6. Lote 263 Zona 298 - - - 40 viviendas 1957
Riacho Arazá
7. El Palmarcito 298 - - - 10 viviendas 1987
8. Bº Obrero 299 - 7 - 40 viviendas 1957
9. Lote 24 299 - - 2 350 viviendas 1967
10. Sobre Avenida 299 - - - 12 familias 1990
San Martín
11. Cofrino 301 - - 24 a 73 S/d 1970

Fuente: Codutti, Juan et. al. 1997. Municipalidad de Puerto Vilelas.

Municipio de Fontana
Asentamiento Chacra Fracción Manzana Parcela Nº de familias o Fecha de
viviendas instalación
1. Balastro II 38 - - - 50 familias 1989
2. Balastro I 39 - - - 50 familias 1959
3. Querini (2) 40 - 6,7 - 16 viviendas 1979
4. Santa Bárbara 40 - 8,10,11 - 117 viviendas 1969
5. Parcela 4 (1 y 2) 40 - - 4 102 viviendas 1989
6. Querini (1) 40 - - 15 44 viviendas 1979
7. Parcela (5) 40 - - 5 86 viviendas 1984
8. Independencia 42 - - - 20 familias 1983
9. Evita (Regularizado) 43 - - 5 61 familias 1979
10. 25 de Mayo (1 y 2) 43/39 - - - 24 viviendas 1979
11. Sapito (Regularizado) 44 - - 12 40 familias 1987
12. Villa Oro (2) 44 - - - 23 viviendas 1979
13. Villa Oro (1) 44 - 16 1 a 22 30 viviendas 1991
14. Cruz de Madera 44 - - - 31 viviendas 1929
15. Bº Vicentini (Proceso de 45 - - 5 52 familias 1979
regularización)
16. Ex Estación Arazá 45 II - - 400 familias 1983
17. Cacuí 46 - - 9 45 familias 1979
18. Nueva Esperanza 46 - 19,23 - 25 familias 1998
(Proceso de regularización)

Fuente: Paulino Moreno y otros (1997). Dirección de Catastro, Municipalidad de Fontana.

302
Período 2000/02

Municipio de Resistencia
Asentamiento Chacra Fracción Manzana Parcela Nº Fecha
de familias aproximada
1. Villa Ghío 113 - - 15, 16 100 2001
2. Santa Clara 115 - - 2y3 S/d Ampliación
en el 2000
3. Villa Ghío 117 - - 30 30 Ampliación
en el 2001
4. Rivadavia 118 - - 21 20 2001
5. Villa Chica 118 - - 32, 33, 41, 42 17/01/2001
77
6. Cacique Chaliyí 118 - - XVI, XVII 60 20/06/2001
7. 2 de Abril 130 - 40 00, 01, 10, 1a y 14 12/2000
reserva
municipal
8. Belgrano 130 - 80 - 28 2001
9. Familias Unidas 132 32, 33, 34, 100 - 110 04/2001
10. Nueva Esperanza 132 35, 48, 49 - - 50 06/2001
11. Vista Linda 133 - - 35, 37, 43 150 2000
12 Almafuerte 134 - - 38, 39, 40 100 2000
13. 25 de Julio 134 - - 45 42 2000
14. Santa Margarita 136 - - 34, 35, 37 10 2000
15. 1º de Mayo 137 - - 16, 17, 18 S/d 2000
16. Sin Nombre 193 - - 12 200 2001
17. Golf Club 197 - - VII 30 2001
18. Villa el Dorado 205 - 42 1 S/d S/d
19. Villa Facundo 209 XVI, - - 500 a 600 2001
XIX,XXII,XI
V
20. Palermo II 209 - 51, 52, 59, - S/d 09/2001
60
21. 20 de Junio 209 - 20 - 28 2001
22. Mate Cosido 128 - 24 100 2002
23. Sin Nombre 196 - 1, 4 20 2002
24. Sin Nombre 194 - 134 sobre 8 2002
terraplén
Fuente: Dirección de Catastro, Municipalidad de Resistencia.

Municipios de Fontana y Puerto Vilelas


Asentamiento Chacra Manzana Parcela Nº de familias Fecha
aproximada
25. Banderas Argentinas 44 82, 86, 90, 94, 95, - 83 11/04/2001
98, 100,102
26. Güemes 47 - - S/d 2002
27. Cacuí S/d
Ampliación en el
2001
28. Las Cinco Bocas 292 - - 12 2000
Fuente: Dirección de Catastro, Municipalidad de Fontana. Municipalidad de Puerto Vilelas.

303
Anexo IX. Características de los asentamientos encuestados

Encuesta Resistencia 1990-99


Asentamiento Éxodo Chaqueño Nazareno 6 de febrero Barrio Parque Padre Fyrnys Sin Nombre
Autódromo
Localización Chacra 202, parcela Chacra 202, parcela Chacra 198, parcela Chacra 32, quinta 1, Chacra 128, parcelas Chacra 113, parcela
31 40, 41 y 42 fracción 11 65, 86, 87, 88, 89 2, 4, 7, 9, 10, 11 y 14
Calles Av. Edison e Av. Primo López Jericó, Baruc, Belén Al oeste de la ruta Nº Av. Italia, sur del Al norte del
Independencia Piacentini, Carrasco y ruta Nº 11 11 y al norte de la terraplén Vuelta de terraplén de la
y Edison ruta Nº 16 Obligado, Av. Vélez Vuelta de Obligado
Sarsfield y calle
Francia
Total de Viviendas 56 150 60 20. 100 18
Viviendas 44 31 (realizado en la 43 18 30 (realizado en las 18
encuestadas parcela 40) parcelas 87,88 y 89)
Fecha del 1990 (según 1990 (de acuerdo con 6 de febrero de 1999 1997 (según la A partir de 1992 1992 (de acuerdo a
localización municipalidad), 1992 municipalidad); 1994 municipalidad). De Arraigo-Icoha).
304

(de acuerdo con (de acuerdo con acuerdo con los Según los datos
Arraigo-Icoha). Facultad de datos brindados por obtenidos de los
Según los datos Arquitectura). Las la población, su encuestados, la
brindados por los encuestas origen se remonta a instalación se inició
encuestados, el determinaron la 1985. en 1986.
asentamiento surgió instalación desde
a partir de 1992 1992.
Observaciones La denominación Este asentamiento al El nombre es Prolongación del Es una prolongación Muy vulnerable,
surge por ser, las igual que el Éxodo resultado de la fecha barrio homónimo del barrio porque está sujeta a
primeras familias del Chaqueño se inunda, de instalación de los homónimo. Sufre de inundaciones por
barrio, oriundas del porque los terrenos primeros habitantes anegamientos desborde del río
interior provincial aledaños (al norte) fluviales y pluviales Negro.
son más elevados,
escurriendo el agua
de las precipitaciones
hacia dichos barrios.
Además se produce
la elevación de las

288
napas freáticas,
transformándose en
una fuente de
contaminación

Fuente: Encuesta Resistencia 1990-99 (EaR90/99)

Encuesta Gran Resistencia 2000-01


Resistencia
Asentamiento 2 de Abril Belgrano 20 de Junio Familias Unidas Villa Chica
Localización Chacra 130, parcela 00,01, Chacra 130, manzana 80. chacra 209, parcela 20 Chacra 32, quinta 1, Chacra 118, parcelas
10 y reserva municipal fracción 11 32, 33, 41 y 42
Calles Santa María de Oro 2100, Av. Belgrano, Coronado y Roque Sáenz Peña 2600, Ruta N° 11, Av. Malvinas Av. Rivadavia 1700,
305

Ricardo Rojas, P. Freschi. Larreta. San Salvador y Honduras. Argentinas, Bertaca Sica y Andreani
Total de Viviendas 14 20 28 120 77
Viviendas 9 13 12 51 45
encuestadas
Fecha del 19 de diciembre de 2000 Abril de 2001 2001 Abril de 2001 17 de enero de 2001
localización
Observaciones Lleva el nombre del Lleva el mismo nombre de El nombre es El nombre surge cuando Denominación similar
Centro de Ex la avenida que pasa por el desconocido. un grupo de familias se al barrio donde se
Combatientes que se lugar. Se localizaron sobre Son terrenos bajos, que unieron para protestar y encuentran No sufren
encuentra en forma terrenos utilizados como requieren del relleno hacer frente a una orden anegamientos.
contigua al asentamiento. obrador para la continuo. Suelo con de desalojo.
Se localiza en terrenos construcción del tanque escasa fertilidad que Terrenos anegados por
bajos, que fueron cisterna sur de la ciudad, impide el desarrollo de precipitaciones pluviales.
rellenados con materiales lo que ha impedido la huertas.
de diversa índole instalación de huertas.

Fuente: Encuesta Gran Resistencia 2000-01 (EGR00/01)

289
Fontana Puerto Vilelas
Asentamiento Banderas Argentinas Paraje Las 5 Bocas
Localización Chacra 44, parcela 82, 86, 90, Chacra 298
94, 95, 98, 100,102
Calles Av. 25 de Mayo, Neuquén, Sin denominación
Bahía Blanca, Salta
Total de Viviendas 83 12
Viviendas 58 8
encuestadas
Fecha del localización 11 de abril de 2001 2001
Observaciones Al momento de la instalación, Se encuentran instalados
los ocupantes instalaron tres en terrenos que
banderas de grandes pertenecen a la antigua
dimensiones, con los colores fábrica de Sasetru. El
patrios. Posteriormente, el asentamiento se
periodismo le adjudicó el encuentra a 30 metros de
nombre. Las parcelas próximas la ribera del riacho
a la laguna, sufren anegamientos Barranqueras.
por precipitaciones pluviales
306

Fuente: Encuesta Gran Resistencia 2000-01 (EGR00/01)

290
Anexo X. Programas sociales aplicados en las capitales del NEA durante la década
de 1990

PROGRAMA DESCRIPCIÓN PRESTACIONES


Programa Familias de barrios de dos o más Asistencia técnica para la formulación de
Mejoramiento de años de antigüedad y con un los proyectos. Inversiones de
Barrios mínimo de cincuenta familias, infraestructura pública, privada,
(PROMEBA) constituidos en localidades con más equipamiento comunitario y obras
de 5.000 habitantes, con una complementarias. Regularización
población con NBI e ingresos dominial. Acompañamiento social y
familiares inferiores al valor del ambiental
primer quintil de la distribución del
ingreso de la provincia.
Mejoramiento Hogares con necesidades y grupos Construcción o mejoramiento de vivienda
Habitacional e vulnerables básica. Mejoramiento del hábitat e
Infraestructura Básica infraestructura social básica.
(Programa 17)
Préstamo de Protección Familias NBI afectadas por Construcción de viviendas y refugios
contra las inundaciones comunitarios
inundaciones. (PPI)
Programa Población urbana NBI y con Obra de mitigación ambiental,
mejoramiento de ingresos mínimos en localidades de acompañamiento social, asistencia técnica
barrios. más de 20.000 habitantes y capacitación.
(MEJORAMIENTO)
Sistema social Grupos vulnerables en situación de Construcción de módulos básicos iniciales
articulado provincial- emergencia social
Programa Mi Techo.
(AIPO-MITECHO)
Plan Tierra. Asentamientos urbanos o rurales Asesoramiento legal y regularización
(TIERRAS) irregulares dominial
Plan de acción Barrios irregulares, grupos o Asistencia técnica y financiera a proyectos
comunitaria (PAC) comunidades comunitarios
Agua potable y Población de escasos recursos y Provisión de agua interdomiciliaria y
saneamiento ambiental. carentes de servicios de agua y/o saneamiento ambiental
(APySA) saneamiento ambiental
Programa de Niños de 2 a 14 años con NBI Equipamiento, infraestructura, asistencia
Alimentación y técnica, capacitación, refuerzo de dieta
Nutrición Infantil. (para comedores infantiles y escolares).
(PRANI) Asistencia alimentaria directa a través del
Subprograma Refuerzo PRANI (caja
mensual de alimentos)
Programa Huertas. Población en situación de Mejorar la condición alimentaria de la
(PROHUERTA) vulnerabilidad social, comprende población en situación de pobreza -
familias urbanas y rurales con NBI necesidades básicas insatisfechas (NBI) o
o bajo la línea de pobreza. Niños en bajo la línea de pobreza-, al complementar
escuelas de áreas críticas, con y diversificar la dieta con la
prioridad de aquéllas con comedor autoproducción en pequeña escala de
escolar o en áreas económicamente alimentos frescos, mediante modelos de
deprimidas, marginales o rurales huertas y granjas de autoconsumo en los
dispersas niveles familiar, escolar, comunitario e
institucional
Fuente: Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales

307

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