Poesía Desde El 75

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TEMA 12.

La lírica española desde los años 60 hasta la


actualidad

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En este cuadro podemos observar algunas de las características
estéticas y de los nuevos caminos del arte que se abren con el inicio
de la democracia.
• Optimismo y libertad creativa. Desde 1975, el entusiasmo
que se vive en España con la reciente democracia coincide
con una tendencia internacional del sentido lúdico del arte,
que busca la creación de imágenes atractivas capaces de
provocar el gozo visual del espectador.
Este gato, que evoca la ingenuidad primitiva, está resuelto de
manera sencilla a base de colores primarios y planos.
Su figura, que está reducida a los elementos imprescindibles,
ocupa todo el lienzo-casa con sus enormes patas que giran
como los rayos del sol, simbolizado en el amarillo luminoso
del fondo.
El gato, en su estatismo feliz y silencioso, parece indicarnos
todas las direcciones del viento y de la libertad con sus cuatro
patas humanizadas acabadas en forma de manos.
Los partidos políticos que surgieron con la democracia
también usaron como símbolo los colores primarios que
pueden observar en el cuadro de Menchu Lamas.
• Mixtificación cultural. El cuadro reinterpreta un símbolo
mítico presente en varias culturas: la cruz con aspas-símbolo
del sol girando-, que se encuentra en la cultura hindú desde
el siglo V antes de Cristo; en la cultura vasca como lauburu;
y en la cultura gallega como trisquel- en forma de hélice-, de
origen irlandés.
Este antiquísimo símbolo representa, en tan distintos lugares
del mundo, el bienestar, la buena suerte, la salud y el éxito.
• Convivencia generacional. El cuadro de Menchu Lamas
comparte espacio creativo con pintores de generaciones
anteriores que van evolucionando dentro de su propia
estética y particularidades expresivas.

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Aletargados en perpetua siesta
después de inconfesables andanzas nocturnas,
desatendidos o alertas,
los gatos están en la casa para ser consentidos,
para dejarse amar indiferentes.
Dios hizo los gatos para que hombres y mujeres
aprendan a estar solos.

Darío Jaramillo: Gatos, 2005

DARÍO JARAMILLO AGUDELO


Santa Rosa de Osos, Antioquia, Colombia, 1947. Ha
publicado ocho libros de poemas. Su obra poética reunida
fue publicada en 2003 por el Fondo de Cultura Económica
con el título de Libros de poemas. Posteriormente, la
editorial Pre-Textos publicó Gatos (2005), Cuadernos de
música (2007) y Sólo el azar (2011). Es, también, autor
de siete novelas. La última de ellas, Historia de Simona
(Pre-Textos, 2011), obtuvo el premio Pereda de novela
breve. Fue también dos veces finalista del Premio Rómulo
Gallegos. En 1977 obtuvo el Premio Nacional de Poesía.
Es miembro correspondiente de Academia Colombiana
de la Lengua y fue becario de la John Simon Guggenheim
Memorial Foundation (2008).

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Nevera nueva (1991-1994), de Antonio López

Observamos ahora el cuadro de Antonio López, Nevera


nueva. El pintor manchego también deja constancia del
cambio y optimismo de los tiempos.

En esta composición, a diferencia de Nevera de hielo


(1966), que ya vimos, la luz blanca, luminosa, la limpieza
y el orden, la abundancia y el colorido de los alimentos, y
las dos puertas abiertas nos están indicando que los
nuevos aires de libertad ya componen el nuevo bodegón
de la cultura española.

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UN POEMA ACTUAL

CHAPOTEA EL agua contra la loza en la ducha. Ecos de


una música suave llegan desde la radio. La cafetera está
a punto de bullir y la tostadora se transforma en un verano
para las rebanadas del pan. He dividido una mandarina
en gajos que te esperan, todos menos uno, que ya no está.
Abro el tarro de mermelada de arándanos y la luz
enciende con abulia el día, como si fuera otro día más.
Pero apareces en albornoz en la cocina y cafetera,
mandarina, pan de centeno y yo nos damos la vuelta para
ver cómo detienes el tiempo.

José Ángel Cilleruelo

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José Ángel Cilleruelo

José Ángel Cilleruelo nació en Barcelona, en 1960. Ha


publicado los poemarios: El don impuro (1989), Maleza
(2010), Tapia con mirlo (2014) y los poemas en prosa: Glería
de charcos (2009), Vitrina de charcos (2011) y Becqueriana
(2015).

En narrativa ha publicado: El visir de Abisinia (2001), Trasto


(2004), Doménica (2007), Al oeste de Varsovia (2009), Una
sombra en Pekín (2011) y Ladridos al amanecer (2011). Y la
prosa memorialista: Barrio Alto (1997) y Almacén: dietario de
lugares (2014).Mantiene la bitácora de creación El visir de
Abisinia.

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UN POEMA CLÁSICO

Rojo sol, que con hacha luminosa


cobras el purpúreo y alto cielo,
¿hallaste tal belleza en todo el suelo,
que iguale a mi serena Luz dichosa?

Aura süave, blanda y amorosa, 5


que nos halagas con tu fresco vuelo,
¿cuándo se cubre del dorado velo
mi Luz, tocaste trenza más hermosa?

Luna, honor de la noche, ilustre coro


de las errantes lumbres y fijadas, 10
¿consideraste tales dos estrellas?

Sol puro, Aura, Luna, llamas de oro,


¿oíste vos mis penas nunca usadas?
¿Vistes Luz más ingrata a mis querellas?

Fernando de Herrera
NOTA:La descripción de la amada sigue los cánones establecidos por Petrarca (cabello, frente, ojos, nariz, boca, cuello,
personalidad altiva, desdeñosa, objeto inalcanzable para el poeta…). Sin embargo, esto se expresa mediante hipérboles y antítesis
de inusitada riqueza. R. O. Jones cita un buen ejemplo: en una poesía de Petrarca, los ojos de Laura ciegan a una mariposa (o
falena). Inspirados por este motivo, numerosos poemas del XVI cantan la belleza de la dama cuyo destello fulmina al insecto que
revolotea cerca de su aura: un mosquito en Tasso, una pulga en otros (por ejemplo, Lope de Vega).

Precioso soneto de Fernando de Herrera


(1534 – 1597), poeta sevillano del
Renacimiento que recibió el elocuente
apodo de El divino. Se le considera el
más alto representante del petrarquismo
del XVI en España. Fue historiador,
estudioso de la literatura y persona de
renombre en su época. Su poesía
amorosa, inspirada en parte por el
convencionalismo cortesano, posee visos
de pasión auténtica y rasgos originales,
como el favor de la dama cortejada,
insinuado en algunos poemas.

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ÍNDICE

1. La literatura de la democracia: El marco histórico.


2. El nuevo lugar de la poesía.
3. La estética novísima.
3.1. La poesía del silencio.
4. Tendencias poéticas de los años ochenta.
5. Hacia una estética dominante:
5. 1.Poesía hermética
5. 2. Poesía de la experiencia

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1. La literatura de la democracia: El marco histórico.

Incluso en un periodo histórico tan reducido y cercano


como el que nos ocupa, es posible señalar una serie de
momentos cuya especial relevancia les hizo trascender el
ámbito de la política, para convertirse en símbolos de una
época, con incidencia notable en el desarrollo de la cultura.
Veamos algunos de ellos:
-Aprobación de la Constitución el 6 de diciembre de 1978
tras un referéndum. Desde ese momento, España se
convierte en una monarquía parlamentaria, cuyo territorio se
divide en diecisiete Comunidades Autónomas.
El generalizado optimismo de los primeros tiempos del
cambio de régimen no elimina las resistencias que ciertos
sectores sociales ofrecen a las reformas institucionales. El
presidente Adolfo Suárez dimitió el 29 de enero de 1981;
apenas un mes después –el 23 de febrero- se produjo un
intento de golpe de Estado, abortado por la resuelta
intervención del Rey frente a los sublevados.
-El partido Socialista Obrero Español gana las
elecciones, con mayoría absoluta, en octubre de 1982. Las
izquierdas no gobernaban en España desde 1936; para
muchos, su llegada pacífica al poder supone la verdadera
consolidación de la democracia. A lo largo de la década se
produce –sobre todo en la capital- una extraordinaria
efervescencia cultural, que recibe le nombre de “movida
madrileña”.
-Integración de España en la Unión Europea el uno de
enero de 1986; se rompe así un aislamiento de siglos, al
tiempo que dentro del país se produce una bonanza
económica que facilita los negocios rápidos y el aumento de
consumo.
-En 1992 se conmemora el V Centenario del Descubrimiento
de América con dos acontecimientos que difunden la imagen
de España por todo el mundo: la Exposición Universal de
Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona.

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-Por último, el 3 de marzo de 1996 se pone- según bastantes
analistas e historiadores- el definitivo punto final de la
transición española a la democracia: los socialistas
abandonan pacíficamente el Gobierno tras el triunfo
electoral del Partido Popular, liderado por José Mª Aznar.

La literatura – y el resto de las manifestaciones


culturales y deportivas- experimentan durante estas dos
décadas un desarrollo muy vivo, debido a una serie de
circunstancias, entre las que destacamos:
• Creciente difusión exterior de la obra de nuestros
escritores; señalamos, a este respecto, la
concesión del Premio Nobel al poeta Vicente
Aleixandre (1977) y al novelista Camilo José Cela
(1989).
• La mayor presencia de las literaturas en lengua no
castellana- gallego, vasco, catalán, valenciano-
así como temas y autores de las distintas
regiones, en correspondencia con el peso
emergente de los poderes autonómicos.

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2. El nuevo lugar de la poesía.

La llegada de la democracia no trajo –a diferencia de lo


ocurrido con los otros géneros literarios- especiales
novedades en el ámbito de la lírica española, dominada en
aquellos años por la estética culturalista, apenas estorbada
en su desarrollo por la acción de la censura. Sin embargo,
con el paso del tiempo se irán produciendo distintos
fenómenos, entre los que destaca la menor influencia del
poeta en la sociedad, y el carácter minoritario de los lectores
de poesía. Veamos, a continuación, algunos de los aspectos
que definen la creación y la recepción de la lírica en las dos
últimas décadas:

-Optimismo y libertad creativa. La censura acabó en 1975 y,


a partir de ese momento, entraron en el país las
publicaciones de los autores exiliados y las corrientes
literarias más importantes.
-Ausencia de normas estéticas dominantes. La pluralidad
ideológica y estética preside las creaciones artísticas.
Conviven con éxito la novela histórica con la novela negra o
intimista, la poesía del silencio con la de la experiencia, y el
teatro realista con el teatro experimental.
-Mixtificación cultural. En el último cuarto del siglo XX y en
los primeros años del siglo XXI, la cultura se vuelve global
gracias a los medios de comunicación y a la revolución
informática, hasta tal punto que las corrientes estéticas y
literarias se conocen y se desarrollan casi simultáneamente
en todos los países con acceso a internet.
-Convivencia generacional. A partir de 1975, la literatura
española ofrece un panorama en el que conviven autores de
diferentes generaciones y tendencias.
Siguen publicando y ejercen un indudable magisterio sobre
los autores más jóvenes, miembros de la generación del
27, como Rafael Alberti o Vicente Aleixandre; autores de la

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generación del 36, como Cela, Delibes o Buero Vallejo; así
como los maestros de la generación de medio siglo, como,
por ejemplo, Ángel González y Juan Goytisolo, entre otros.
-Extraordinaria abundancia de títulos, ya que en estos años
se publican más libros de versos que nunca. Según los datos
oficiales, sólo en 1991 la cifra de poemarios editados pasó
de mil trescientos originales.

-Proliferan los premios y certámenes poéticos por doquier,


algunos- Reina Sofía, Fundación Loewe- dotados con una
generosidad insólita en los dominios de la lírica. Se mantiene
la tradición de las revistas de poesía, al tiempo que surgen
editoriales especializadas- incluso- en tendencias poéticas
concretas: Renacimiento (Sevilla), Pre-textos (Valencia),
Comares (Granada), Hiperión y Visor (Madrid).

-Lo anterior favorece una amplia variedad de tendencias,


lleno de un panorama lleno de vitalidad, en el que han
surgido encendidas y fecundas polémicas, que más
adelante tendremos ocasión de resumir.

-Sin embargo, la poesía –quizá más que antes- se ha


convertido en un género de lectura minoritaria: los editores
han calculado que de un libro de poemas se vende el uno
por ciento en relación con una novela de difusión mediana.

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3. La estética novísima.

En 1970 José María Castellet publicó una antología


titulada Nueve novísimos poetas españoles, que supuso una
ruptura total con la poesía de carácter realista; a partir de
ese momento se define con el superlativo “novísimos” a una
serie de autores situados hoy en el primer plano de las letras
españolas, como Manuel Vázquez Montalbán, Félix de
Azúa, Vicente Molina-Foix o Pere Gimferrer.
Desde entonces, cada uno ha seguido su propia
trayectoria, que en bastantes casos supuso el paso al
género narrativo – como ocurrió con los nombres antes
citados- o a la escritura de poemas en catalán (Gimferrer);
sin embargo, pueden establecerse una serie de rasgos que
justifican la identidad generacional.

• Preocupación máxima por el lenguaje y por el poema,


como creación que se justifica por sí misma.
• Esteticismo, que supone la revalorización de
ambientaciones lujosas, exóticas y decadentes, en la
línea del modernismo; se recupera también el carácter
lúdico de la poesía, presente en ciertos poetas del 27.
• Frecuentes –y en ocasiones, excesivo- uso de la
intertextualidad, de modo que el poema aparece como
un objeto metaliterario: precedido de citas de distintos
autores, cargado de referencias culturales y aportando
variaciones sobre temas conocidos. De ahí que se haya
acuñado el término culturalismo para designar a esta
poética, entre cuyos representantes cabe citar también
a Antonio Colinas, José Mª Álvarez y Luis Alberto de
Cuenca,

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• Presencia de los medios de comunicación de masas
como referente cultural y fuente de nuevos mitos
populares: el cine, la literatura policíaca, la música pop,
se convierten en temas poéticos.
• Abundante uso de procedimientos experimentales:
ruptura del verso, disposición gráfica original, supresión
de los signos de puntuación, recurso al “collage” o
mezcla de anuncios publicitarios, letras de canciones,
refranes y textos poéticos.
• Recuperación de los valores irracionales del lenguaje;
un tanto postergados desde el ocaso del surrealismo.

“La poesía de la transición”


La aparición de elementos que permitían columbrar un
cambio de orientación hacia 1965 tiene lugar de manera no
sistemática ni uniformemente sostenida. Algunos de los del
cincuenta presentan ya gérmenes estilísticos que señalan
una desviación, aunque no llegan por sí solos a constituir
una nueva codificación expresiva. La publicación de los
primeros títulos novísimos está acompañada de la de libros
de autores que, pertenecientes a generaciones anteriores,
encontraban ahora una acogida estética que no sintieron
entre sus coetáneos: así ocurre, por citar sólo un caso, con
Oda en la ceniza (1967), de Carlos Bousoño, cuyas
analogías con el lenguaje del 68 han sido señaladas por la
crítica y reconocidas por el propio poeta.

Ángel Prieto, BVMC

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Oda en la ceniza, Carlos Bousoño

Una vez más. Las olas, los sucesos,


la menuda porfía que horada
la granítica realidad, el inmóvil
bloque donde los tiempos
giran como un águila
aciaga.
Cada minuto el mundo es otro,
otra la muerte,
otro el desdén, la diurna aparición del entusiasmo,
el radical sentido.
Perdemos suelo,
firme contacto, asidero de sombras. Dame
la mano, álzame, tocaría
acaso la sublime
agarradera sin ceniza, la elevada
roca, el alto asiento
del resplandor, la puerta que no gira
ni se abre, ni cierra, el último
fundamento del agua, de la sed, de los aires
diáfanos,
del barro mísero donde el ardor se quema
como un ascua. Oh tentación de ser
en la portentosa verdad,
en el irradiante espacio, estallido de veneración
más allá del respeto
sombrío. Oh calcinante
idealidad sagrada que no arde ni quema
en la deslumbradora invisibilidad, en la increíble
fuerza del mundo. Oh témpano de oceánico ardor
donde el cansancio
puede brillar y la queja
abrasar y ser otra, y el hombre apetecer y saciarse
en el alimento continuo.
Oh desaliento
del desconocer, hambrear, consumirse,
centro del hombre.
Tú, mi compañero,

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triste de acontecer,
tú, que como yo mismo ansías lo que ignoras, y tienes lo que
acaso no sabes,
dame la mano en la desolación,
dame la mano en la incredulidad y en el viento,
dame la mano en el arruinado sollozo, en el lóbrego cántico.
Dame la mano para creer, puesto que tú lo sabes,
dame la mano para existir, puesto que sombra eres y ceniza,
dame la mano hacia arriba, hacia el vertical puerto, hacia la
cresta súbita.
Ayúdame a subir, puesto que no es posible la llegada,
el arribo, el encuentro.
Ayúdame a subir puesto que caes, puesto que acaso
todo es posible en la imposibilidad,
puesto que tal vez falta muy poco para alcanzar la sed,
muy poco para coronar el abismo,
el talud hacia el trueno
la pared vertical de la duda,
el terraplén del miedo.
Oh dame
la mano porque falta muy poco
para saltar al regocijo
muy poco para el absoluto reír y el descanso,
muy poco para la amistad sempiterna.
Dame la mano
tú que como yo mismo ansías lo que ignoras y tienes lo que
acaso no sabes,
dame la mano hacia la inmensa flor que gira en la felicidad,
dame la mano hacia la felicidad olorosa que embriaga,
dame la mano y no me dejes caer,
como tú mismo,
como yo mismo,
en el hueco atroz de las sombras.

Carlos Bousoño, Oda en la ceniza

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La poesía de la década de 1970: novísimos y culturalistas

La poesía anterior no había logrado el cambio social que


deseaba, así que los nuevos poetas ya no se sienten en la
obligación de dar testimonio y dedican sus esfuerzos a
experimentar con el lenguaje. Así vemos, por ejemplo, la
supresión de las mayúsculas y de los signos de puntuación
con la finalidad de explorar las posibilidades expresivas del
idioma.

En la antología Nueve novísimos, de José María


Castellet aparecen nombres como Antonio Martínez Sarrión,
Guillermo Carnero, Pedro Gimferrer y Leopoldo María
Panero, entre otros.

Los poetas amplían también la temática de sus versos:

• La metapoesía. Son poemas que hablan de la propia


poesía, del acto de la escritura y de las dificultades del
lenguaje para exponer con precisión los sentimientos y las
ideas del poeta.
• El culturalismo. La cultura, tanto clásica como moderna
(la cultura pop, el género negro, el cine, los viajes, las
referencias a otros poetas...) se convierte en centro y tema
de la poesía.

Dentro de la corriente culturalista asistimos a una


renovación de los mitos clásicos, que se adaptan a la vida
contemporánea, y también a una renovación de los tópicos
literarios. Por ejemplo, el tópico del Carpe diem, que invita
a disfrutar del día, de la vida, en manos de la poeta Aurora
Luque se convierte en Carpe noctem, invitándonos a
disfrutar de la vida nocturna.

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Carpe noctem

Carpe noctem, amor. Coge el brusco deseo


ciego como adivino,
los racimos del pubis y las constelaciones,
el romper y romper
de besos con dibujos de olas y espirales.
Miles de arterias fluyen
mecidas como algas. Carpe mare.
Seducción de la luz,
de los sexos abiertos como tersas actinias,
de la espuma en las ingles y las olas
y el vello en las orillas, salpicado de sed.

Desear es llevar
el destino del mar dentro del cuerpo.

De "Poemas para la siesta de Epicuro" 2008

AURORA LUQUE
Poeta y traductora española nacida en Almería, en 1962.
Licenciada en Filología Clásica por la Universidad de Granada, es una brillante
representante de la poesía española actual. Es profesora de Griego Antiguo en
Málaga, dirige la colección de poesía Cuadernos de Trinacria y codirige con el
poeta Jesús Aguado la colección MaRemoto de poesía internacional.
Pertenece al consejo de redacción de la colección de poesía española "Puerta
del mar", es miembro del Consejo Asesor del Centro Cultural "Generación del
27" y del "Centro de Publicaciones" de la Diputación de Málaga. Recibió
"Ayudas a la Creación" del Ministerio de Cultura en las modalidades de Poesía
y Traducción en 1990 y 1992.
Obra: "Hiperiónida", premio "FedericoGarcía Lorca" de la Universidad de
Granada 1981."Problemas de doblaje", accésit al premio "Adonais" 1989.
"Carpe noctem", premio "Rey Juan Carlos" 1992."Carpe
mare" 1996. "Transitoria", accésit al Premio "Rafael Alberti" 1997 y "Premio
Andalucía de la Crítica" 1998. "Las dudas de Eros", 2000. "Portuaria"
antología 1982-2002. "Camaradas de Icaro", Premio Fray Luis de León, 2003.
"Carpe verbum" 2004, "Haikus de Narila", 2005 y "La siesta de Epicuro" 2008,
Premio de la Generación del 27. ©

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Interior

A menudo converso con mis sueños.


Los invito a salirse de la noche
y se sientan con ojos neblinosos,
junto a mi mesa sucia de papeles.
Y les pregunto sobre su sintaxis
porque se ofenden si hablo de semántica.

Hoy he recuperado de sus manos


un fragmento de ti tan exquisito
como una noche de junio en Gil de Biedma,
un otoño en Keats o aquel sabor a polo de naranja
de las viejas mañanas de domingo.
Aurora LUQUE: Problemas de doblaje.

19
el cine de los sábados

maravillas del cine galerías


de luz parpadeante entre silbidos
niños con sus mamás que iban abajo
entre panteras un indio se esfuerza
por alcanzar los frutos más dorados
yvonne de carlo baila en scherazade
no sé si danza musulmana o tango
amor de mis quince años marilyn
ríos de la memoria tan amargos
luego la cena desabrida y fría
y los ojos ardiendo como faros
Antonio MARTÍNEZ SARRIÓN: Teatro de operaciones.

ANTONIO MARTÍNEZ SARRIÓN

Poeta, ensayista y traductor español (Albacete, 1939). Es licenciado en Derecho


por la Universidad de Murcia. Incluido en la antología de José María Castellet
Nueve Novísimos poetas españoles, lleva publicados casi una veintena de libros
de poesía, con títulos como Teatro de operaciones, con el que se dio a conocer
en 1967, al que se suman Horizonte desde la rada, Ejercicio sobre Rilke o Cantil.

Como traductor, se ha dedicado sobre todo a la traducción de poetas franceses,


gracias a lo que en 1990 recibió el Premio Stendhal de traducción. Es también
autor de dietarios y memorias. Escaramuzas es su último título en este género.

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3.1. La poesía del silencio

Una de las corrientes poéticas más interesantes de estos


años es la que algunos llaman poesía del silencio, una
poesía cercana a la poesía pura. Los poetas se preguntan si
el lenguaje puede plasmar sentimientos absolutos como el
horror ante el exterminio nazi, por ejemplo. ¿Con qué
palabras se puede transmitir la indefensión y la crueldad
extrema?

José Ángel Valente y la poesía del silencio.

“Mucha poesía ha sentido la tentación del silencio.


Porque el poema tiende por naturaleza al silencio”

En el fondo, estos interrogantes se están preguntando


sobre la capacidad de la palabra para expresar lo más hondo
y desconocido de la experiencia humana. Como los místicos
del Siglo de Oro, los poetas del silencio investigan las
posibilidades expresivas del lenguaje ante situaciones o
sentimientos inefables.

Algunos rasgos de la poesía del silencio son:

• Poemas breves en los que es más importante lo que


se sugiere que lo que se dice explícitamente con
palabras.
• Poemas muy densos de significado. Unas pocas
palabras contienen muchas posibilidades significativas.
• Exigen un lector cómplice que se atreva a imaginar y a
desentrañar los significados superpuestos en el poema.

Algunos poetas del silencio son: José Ángel Valente,


Antonio Gamoneda, Ada Salas, Andrés Sánchez Robaina,
Jaime Siles y Olvido García Valdés.

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Cima del canto.
El ruiseñor y tú
ya sois lo mismo.
José Ángel VALENTE: Fragmentos de un libro futuro.

Acerqué mis labios a tus manos y tu piel tenía la suavidad


de los sueños.

Algo semejante a la eternidad rozó un instante mis labios.


Antonio GAMONEDA: Sílabas negras.

No sabe del dolor la piedra


que golpea. No la estremece el grito
ni acaricia la mano
que la lanza. Obedece a su peso
y al deseo del aire.
Mineral
es mi voz.

Hambriento corazón qué puedo darte.


Ada SALAS: La sed.

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Elegía

Morir serenamente como nunca he vivido


y ver pasar los coches como en una pantalla
y las canciones lentas de Nat King Cole
un saxofón un piano los atardeceres en las terrazas bajo los
parasoles
esta vida que nunca llegué a interpretar
el viento en los pasillos las ventanas abiertas todo es blanco
como en una clínica
todo disuelto como una cápsula de cianuro en la oscuridad
Se proyectan diapositivas con mi historia
entre el pesado olor del cloroformo
Bajo la niebla del quirófano extrañas aves de colores anidan.

"Extraña fruta y otros poemas" 1968 – 1969Pedro Gimferrer

23
Dido y Eneas

I
Esta bien y es una norma: fuera del paraíso,
recordando, no a Eliot, sino una traducción de Eliot,
(nuestra vida como los pocos versos que quedan de T. E. Hulme)
las naves que conducen a los guerreros difuntos,
(qué dios, qué héroe bajo los cielos recibirá esta carga),
la madera calafateada, el chapaleo las oscuras olas,
avanzando, no hacia un reino ignorado, no hacia el recuerdo o la
infancia,
sino más bien hacia lo conocido. Así vuelve de pronto Milán,
una noche, a los dieciséis años: luz en la luz, relámpago,
rosa y cruz de la aurora (los tranvías, disueltos en el crepúsculo,
de oro, de oro y en mi pecho qué frágiles)
Dido y Eneas, sólo una máscara de nieve,
un vaciado en yeso tras el maquillaje escarlata,
como danzarina etrusca,
cálido fox,
oscuro petirrojo,
la imperial de los ómnibus de Nueva Orleans está pintada de amarillo
y hay que bailar con un alfiler de oro en la mejilla
(como cuando se rezan oraciones para conjurar al Ruiseñor
y la Rosa o al milano en la tarde)

Amor mío, amor mío, dulce espada,


las llamas invadieron las torres de Cartago y sus jardines,
qué concierto en la nieve para piano
qué concierto en la nieve.

II
Y aún nos es posible cierta aspiración al equilibrio,
la pureza de líneas, el trazado de un diseño,
el olvido de la retórica de lo explícito por la retórica de las alusiones,
los recursos del arte (la piedra presiente la forma),
el recuerdo de una tarde de amor o un rezo en la capilla del colegio,
la vidriera teñía los rostros de un esplendor violeta,
naufragaban en la claridad submarina las hebillas de oro de los
caballeros,
todo en escorzo, la luz amarilla chorreando en las botas y los cintos,
las cabezas extáticas, vueltas al cielo raso, porcelana de la tarde,
la quilla, los velámenes,
(qué costas y escolleras),

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las islas, timonel,
en el viento nos llegan los cabellos de una sirena, las arenas doradas,
historias de hombres ahogados en el mar.

¿Qué costas? ¿Qué legiones? Pedro Gimferrer

Pere Gimferrer. (Barcelona, 22 de junio de 1945). Poeta, narrador, ensayista y


traductor en lengua catalana y española.

Es miembro de la Real Academia Española desde 1985 y académico fundador y


miembro permanente de la Academia Europea de Poesía con sede en
Luxemburgo. Actualmente es director literario de la editorial Seix Barral.

Estudia Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona. Su obra


poética comienza con Arde el mar (1966), Premio Nacional de Poesía, y supone
la aparición de una nueva sensibilidad poética, contraria a la poesía social
imperante en la España de aquellos años. Es incluido en la famosa antología de
José María Castellet, Nueve novísimos poetas españoles, que incluye otros
poetas de su generación, como Leopoldo María Panero, José María Álvarez o
Antonio Martínez Sarrión.

Su obra, marcada en un primer momento por el surrealismo, deriva hacia una


estética modernista y simbolista. Dentro de su obra poética destacan también,
La muerte en Beverly Hills (1968), El espacio desierto (1977), El vendaval (1988),
La luz (1991) y El diamante en el agua (2001); en prosa, la novela Fortuny
(Planeta, 1983), Premio Ramón Llul, El agente provocador (1998) y La calle de
la guardia prusiana (2001); en ensayo, La poesía de J.V. Foix (1974), Max Ernst
o la disolución de la identidad (1977), Radicalidades (1978), Lecturas de Octavio
Paz (1980), Los raros (1985), Cine y literatura (1985) o Las raíces de Miró (1993).

25
Abelardo Linares

Hay poetas (muchos) que dedican todo su esfuerzo


intelectual a la promoción de la propia poesía, que mendigan
reseñas, amañan premios, cultivan lazos de mafioso
amiguismo; otros (pocos) son capaces de alternar la fatigosa
tarea de publicitar la propia obra con la generosa atención a
la ajena; pero sólo hay uno -o al menos yo sólo conozco a
uno- que desde un cuarto de siglo se haya ocupado sólo de
la poesía de los demás, editándola, difundiéndola,
discutiéndola, orientándola, mejorándola (o lo contrario, a
veces), mientras hacia sus propios versos dedicaba un
elegante descuido: Abelardo Linares.

Con el título de Mitos, idéntico al de su primer libro, acaba


de reunir ahora el conjunto de su obra en un volumen que
hará evidente para la mayoría lo que algunos sabíamos
desde hace tiempo: que el editor, el librero, el incansable
conversador Abelardo Linares es también un poeta sabio y
apasionado, parnasiano y neorromántico, hondo, brillante,
ejemplar. Su primer libro, de 1979, marca un “regreso al
orden” tras el aventurerismo novísimo. Los críticos menos
favorables lo calificaron como un brillante cuaderno de
ejercicios, como la obra de un buen lector que se ejercita en
el pastiche y el homenaje a los poetas que ama. Y
ciertamente Mitos es el libro de un admirable lector, de un
virtuoso, de un aplicado artesano, y algo más: un juego de
máscaras, la poesía de un tímido que se esconde tras la

26
poesía ajena. El virtuosismo de Mitos no tolera ningún
defecto formal, y por eso en este libro encontramos las
escasas variantes que aparecen en la nueva edición de su
obra: en el poema “Invocación y elegía” intercambia los
adjetivos entre dos sustantivos para eliminar una asonancia;
en el soneto alejandrino “Londres 1840. Un español
exiliado”, dedicado a Blanco White, modifica cinco versos
para sustituir dos rimas imperfectas.
.

Mágico vivir

Arde aún y es espléndida la llama


de aquel fuego. ¿Recuerdas esas tardes,
el canto de los pájaros; la tenue
veladura de un mar casi tan negro
como tus ojos? Súbita, la vida
nos quemaba por vez primera entonces.
Nosotros, qué podíamos hacer
sino aceptar ese secreto incendio,
su agonía y su éxtasis, fundidos
en un mismo sentir inexpresable.
Hiere aún ese mágico vivir:
ya sólo quiero envejecer contigo.

De "Espejos" 1986 - 1991


Pre-Textos, 1991 Valencia-España

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LUIS ALBERTO DE CUENCA

Luis Alberto de Cuenca es un escritor oriundo de España,


nacido en Madrid el 29 de diciembre del año 1950.
Comenzó su formación académica estudiando la carrera
de Derecho, pero luego de un tiempo la abandonó en pos
de la Filología Clásica. Aparte de su producción literaria,
ha realizado un importante labor en el campo de la
investigación científica y también ha desempeñado
cargos públicos relacionados con la cultura. A través de su
trabajo en la Biblioteca Nacional de su país, impulsó
grandes cambios y fue promotor de proyectos y actividades
que tenían como propósito reivindicar la importancia de la
lengua y la lectura. Asimismo, es notable su aporte como
traductor, con obras en lenguas clásicas y modernas y de
autores de la talla de Homero y Guillermo de Aquitania. Por
todo esto, así como por su incursión en el mundo editorial,
ha sido reconocido y premiado en varias ocasiones.
De Cuenca ha publicado decenas de libros, entre los que
se encuentran los poemarios "El héroe y sus máscaras" y
"La caja de plata", los ensayos "Floresta española de varia
caballería" y "Álbum de lecturas", y su "Fragmento de
novela". De sus poesías disponibles a continuación, resalta
"Pasión, muerte y resurrección de Propercio de Asís".

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El desayuno

Me gustas cuando dices tonterías,


cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».

Luis Alberto de Cuenca

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CONSOLACIÓN DE LA LITERATURA

Por las aguas del cuerpo y de la mente,


la ciudad fluye hacia ninguna parte.
De vivir nos consuela sólo el arte,
que es estar con la gente, sin la gente.

Carlos Marzal

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