VII Jornada Avances en Vacunas
VII Jornada Avances en Vacunas
DE AVANCES EN VACUNAS
DE LA SEPEAP 2ª EDICIÓN
VII JORNADA
DE AVANCES EN VACUNAS
DE LA SEPEAP 2ª EDICIÓN
AUTORES
· Dra. Belén Aguirrezabalaga · Dr. Cristóbal Coronel Rodríguez
González · Dr. Adrià Curran Fàbregas
· Raúl Ayala Velasco · Dr. Josep de la Flor i Brú
· Dr. Francesc Xavier Bosch i José · Dr. Jesús de la Fuente Valero
· Dra. Maria Brotons Agulló · Dr. Jesús García Pérez
· Dra. Laia Bruni Coccoz · Dr. Fernando García-Sala Viguer
· Dr. Gonzalo Cabrera Roca · Dra. Idoia Jiménez Martín
© S EPEAP
Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria
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Coordinadora
Dra. Belén
Aguirrezabalaga
González
ÍNDICE
PRÓLOGO
Dr. Fernando García-Sala Viguer 5
4 Clínica y diagnóstico
en el varón
Dr. Adrià Curran Fàbregas 41
INTRODUCCIÓN LA PREVENCIÓN
5
Dra. Belén Aguirrezabalaga González 7
Vacunas contra el VPH:
3 generaciones
EL GERMEN Dr. Josep de la Flor i Brú
Dr. Gonzalo Cabrera Roca 49
Las vacunas son una de las estrategias preventivas más beneficiosas en la ac-
tualidad, y gracias a ellas se están evitando millones de muertes que en otro
tiempo ocasionaban virus y bacterias que hoy en día son prevenibles mediante
la vacunación. La mayoría de estas vacunas previenen infecciones que pueden
desembocar en graves secuelas o en la muerte, pero en el caso de la vacuna del
virus del papiloma humano, que va a ocupar esta monografía, vamos a prevenir a
corto y medio plazo las verrugas genitales, pero a largo plazo es una vacuna que
va a evitar cánceres en la mujer adulta, como el de cuello de útero, pero también
se ha visto que la vacunación en el varón podrá prevenir en su caso diversos
cánceres, y es por ello que desde las sociedades científicas se está intentando
conseguir que la vacuna frente al virus del papiloma humano también entre en el
calendario vacunal y, por tanto, sea financiada para los varones.
De todos son sabidas las controversias que se generaron con esta vacuna, pero
afortunadamente se ha podido demostrar que los efectos secundarios que los
detractores de la vacuna esgrimían no tienen ninguna base y, por tanto, su justi-
ficación era mera palabrería de las corrientes antivacunas que afloran en nuestro
país, enmascarándose en las redes sociales para manipular con su doctrina.
Desde la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria
(SEPEAP), y en concreto desde nuestro Grupo de Trabajo de Vacunas (VACAP),
queremos seguir en la línea de nuestra sociedad, ofreciendo al pediatra en
ejercicio y al residente de Pediatría información y puesta al día de una de las
patologías que en la actualidad se puede prevenir gracias a la vacunación. En
esta monografía se hace un repaso exhaustivo a la patogénesis, epidemiología,
transmisión, clínica, diagnóstico, tanto en la mujer como en el hombre, y se nos
presentan de forma detallada las vacunas de las que disponemos para evitar
esta infección.
El virus del papiloma humano (VPH) es un virus ADN con una familia de más de
150 genotipos descritos. La infección es muy común, produciendo lesiones epi-
teliales de piel en zona genital y no genital, así como infecciones de mucosas. La
etiología viral de las verrugas se demostró experimentalmente en 1907, pero no
sería hasta 1940, con la llegada del microscopio electrónico, cuando se visualiza-
ron las partículas virales, inicialmente en las verrugas cutáneas y posteriormente
en las genitales. Posteriormente, con las técnicas de biología molecular que se
desarrollan en los años 70, se describen más de 70 tipos diferentes de VPH y se
relacionan diferentes tipos de virus con distintas expresiones clínicas.
La mayoría de las lesiones son autolimitadas y se pueden resolver sin mayor trascen-
dencia, de tal manera que el 90 % de los pacientes pueden aclarar el virus en 3 años.
La persistencia de la infección es clave para el desarrollo de cáncer. Esta capacidad
oncogénica del virus es un hecho que se conoce desde los años 70. Fue descrito por
primera vez por Orth y sus colegas en la epidermodisplasia verruciforme, una rara
condición que puede desembocar en cáncer de células escamosas; posteriormente,
en los años 80, se identifica (Haussen y colegas) ADN viral en cáncer cervical.
La infección se transmite por contacto directo. Se estima que el riesgo de infec-
tarse a lo largo de la vida, tanto en hombres como en mujeres, supera el 50 %;
el 80 % de las personas tendrán una infección genital por VPH a los 50 años. La
mayoría de las infecciones se adquieren en los primeros años tras el inicio de
las relaciones sexuales, siendo el riesgo de infección proporcional al número de
contactos sexuales. Están descritos como factores de riesgo la edad, la paridad,
el fumar, el uso de contraceptivos orales y la inmunosupresión.
De entre los genotipos descritos hasta la fecha, podemos hacer una clasificación
clínica entre los de riesgo oncogénico confirmado (15 de ellos) y de bajo riesgo
oncogénico. Esta relación causal con cáncer implica una gran trascendencia en
términos de salud pública, puesto que no todos los cánceres asociados al virus
tienen método de screening, como en el caso del cáncer de cérvix.
Afortunadamente, disponemos de vacunas desde el año 2006 (en el caso de la
cuadrivalente), en 2007 (bivalente) y en 2015 (nonavalente), que nos proporcionan
Bibliografía recomendada
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gardasil-epar-product-information_es.pdf.
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8
EL GERMEN
CÁPSIDA
CENTRO
(RNA
o DNA)
CAPSÓMERO
Fuente: Zur Hausen H, De Viliers EM, Fuente: Plotkin, Orenstein, Picazo. Vacunas. Ed. Española,
Fauquet C, et al. Virology 2004, 324:17-27 pag.1307-1315, 2004..
10
Figura 3. Virión Figura 4. Genoma del VPH 16
E6 E7
7.905
7.000 1.000
L1
6.000
VPH16 2.000
E1
5.000 3.000
L2
4.000
E2
E4
E5
L1: Proteína mayor (72 pentámeros) L2: Proteína menor (12 pentámeros)
Genes no estructurales
Especies 10
13 species 8
2
54 1
VPH-BR: 6, 11 ...
Genus Alpha-papillomavirus 6 c91 10
94 43
7729 78 42 7 40 12
3 25 10 32 6 74
7 6553 30
56 11 55 PCPV
Especies 7 70 68 39
44 CCPV
15 5 59 c85 13 9
45 18
VPH-AR: 18, 45 ... 51 60 29
52 67
Especies 9
14 71 58 33 35
82 3116
c90
73 34 41 VPH-AR: 16, 31, 33, 52 ...
81 61 72 49 76
3 83 c62 38 23
c89 c87 22
c86 2
84 2 9 37
4 27 17
4 BPV2 57 80 5 Beta-papillomavirus
BPV1 15 96
Delta-papillomavirus EEPV 25 92 4
1 20 19
RPV 14 21
24 93 1
2 DPV 5
36
OvPV1 612 47
3 95
OvPV2 65
4 1
BPV5
50 2
Epsilon-papillomavirus EcPV1 48 Gamma-papillomavirus
Zeta-papillomavirus 60 3
POPV
COPV HaOPV38 5 4
1 63 BPV6
MmPV CRPV FdPV BPV3
1 2
BPV4
PsPV
Pi-papillomavirus
Eta-papillomavirus FcPV 41
Omikron-papillomavirus
PePV Mu-papillomavirus Xi-papillomavirus
Theta-papillomavirus
Lambda-papillomavirus
Kappa-papillomavirus Nu-papillomavirus
Iota-papillomavirus
Fuente: De Villiers EM, Fauquet C, Bernard HU, zur Hausen H.; Clasification of papiloma-viruses. Virology. 2004;324:17-27.
13
2 10
57 3 44 43 32
42
VPH
Bajo riesgo
30 66
53 56
26
31
31 34 VPH
35 52
16 33
58 18 45 39 68 Alto riesgo
Fuente: Chan SY, Delius H, Halpern AL, Bernard HU. Analysis of genomic sequences of 95 papillomavirus types: uniting typing,
phylogeny, and taxonomy. J Virol. 1995;69(5):3074-83.
12
Figura 7. Iconografía del virus del papiloma humano
ALTO RIESGO
Tipos: 16, 18, 31, BAJO RIESGO Verrugas comunes
33, 39, 45, 51, 52, Tipos: 6, 11 (manos/pies)
56, 58 y 59
Fuente: Navarro Alonso JA, García Rojas AJ. Vacuna a Vacuna. 2.ª ed. Editorial Amazing Books. 2017.
Existen más de 150 tipos de VPH que afectan a humanos y se clasifican según su
potencial oncogénico en:
• Alto riesgo: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82.
• Posible alto riesgo: 26, 53 y 66.
• Bajo riesgo: 6, 11, 40, 42, 43, 44, 54, 61, 70, 72, 81 y CP6108.
Patogenia
El VPH puede transmitirse por relaciones sexuales con penetración vaginal y/o
anal, relaciones de sexo oral y, menos frecuentemente, solo por contacto geni-
tal, pues generalmente una mujer embarazada e infectada por el virus puede
transmitirlo a su bebé durante el parto, el cual puede presentar una infección en
la boca, laringe o garganta. No se contagia por los asientos de los inodoros, por
besos o abrazos, por mala higiene al compartir utensilios de comida o bebida o
por bañarse en piscinas o jacuzzis. Tienen más posibilidades de contraer la in-
fección los que inician relaciones sexuales a edades más tempranas, si se tienen
múltiples parejas y si su pareja tiene, a su vez, varias parejas.
Fuente: Alba Menéndez A. Papiloma Virus Humanos. Clasificación e Inmunidad de la infección natural. Capítulo 1. Monografía
infección por el virus del papiloma humano. Módulo 1. EDIMSA. Ene 2011.
El siguiente paso para la infección celular requiere el contacto con el tercio in-
ferior del epitelio, donde se replican las células basales, contacto que se ve fa-
vorecido por los microtraumas derivados de la actividad sexual. El VPH, una vez
penetrado en el epitelio (figura 9), es reconocido y captado por las células den-
dríticas de Langerhans, monocitos, macrófagos, células plasmáticas, que actúan
como células presentadoras de antígenos (CPA) (figura 10) y:
14
• Constituyen la conexión entre el sistema inmune innato y adquirido
(figura 11).
• Hacen que se reconozca al antígeno para su presentación al sistema
inmune.
Fuente: Alba Menéndez A. Papiloma Virus Humanos. Clasificación e Inmunidad de la infección natural. Capítulo 1. Monografía
infección por el virus del papiloma humano. Módulo 1. EDIMSA. Ene 2011.
Funciones
Fuente: Alba Menéndez A. Papiloma Virus Humanos. Clasificación e Inmunidad de la infección natural. Capítulo 1. Monografía
infección por el virus del papiloma humano. Módulo 1. EDIMSA. Ene 2011.
Respuesta inmune
Innata Adaptativa
INESPECÍFICA ESPECÍFICA
Primera línea de defensa Segunda línea de defensa
Respuesta en horas Respuesta en días
Complemento, Linfocitos B
Macrófagos Linfocitos T
interferón, TNF, específicos:
Neutrófilos específicos
NK, Citocinas anticuerpos
Fuente: Alba Menéndez A. Papiloma Virus Humanos. Clasificación e Inmunidad de la infección natural. Capítulo 1. Monografía
infección por el virus del papiloma humano. Módulo 1. EDIMSA. Ene 2011.
16
Figura 12. Infección celular por VPH
Fuente: Fuente: Alba Menéndez A. Papiloma Virus Humanos. Clasificación e Inmunidad de la infección natural.
Capítulo 1. Monografía infección por el virus del papiloma humano. Módulo 1. EDIMSA. Ene 2011.
CIN 1
Fuente: Trottier H, Franco E. The epidemiology of genital human papillomavirus infection. Vacine. 2006;24(suppl1):15-51.
(A) (B)
p53
LCR E6 LCR E6
E6
E7 E7 Rb
E7
E2
E2
Fuente: Alba Menéndez A, Puig-Tintoré LM. Oncogénesis por VPH. Infección por el virus del papiloma humano. Módulo 1.2.
Monografía. EDIMSA. Enero 2011.
18
Conclusiones
Se puede afirmar, por tanto, que el cáncer causado por el VPH es una compli-
cación muy poco frecuente de una infección frecuente y que la infección por
el virus es condición necesaria, pero no suficiente, para el cáncer cervical. Este
cáncer no es el más frecuente en las mujeres españolas, aunque sí es el cuarto
entre mujeres de 15 a 44 años. Aproximadamente, aparecen en España 1.942
casos de cáncer de cuello uterino al año y fallecen por esa causa alrededor de
825 mujeres, con una edad media al fallecimiento de 60 años.
Por otra parte, algunos cánceres orofaríngeos, especialmente los ubicados en
amígdalas del paladar y en el anillo de Waldeyer, también estarían asociados con
infecciones de la cavidad oral por genotipos de alto riesgo.
Bibliografía
20
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Epidemiología y transmisión
del virus del papiloma humano 2
Dr. Cristóbal Coronel Rodríguez
Pediatra de Atención Primaria. Centro Salud Amante Laffon (Sevilla). Vocal del VACAP
24
Tabla 1. Principales tipos de papilomavirus humanos y sus asociaciones
con enfermedad
Tipo de papilomavirus asociado
Localización
de las Enfermedad Gardasil@ Gardasil 9@
lesiones característica Merck/SPMSD Merck/SPMSD
· Condiloma acuminado · 6, 11, 30, 32, 40, 41, 42, 43, 44, 54, · 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51,
55, 61, 70, 72, 81 52, 53, 56, 59
· L-SIL · 6, 11, 40, 42, 43, 44, 54, 61, 70, · 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51,
72, 81 52, 56, 58, 59
· H-SIL · 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51,
Genital · Carcinomas escamosos 52, 56, 58, 59
invasivos (cuello uterino,
vagina, ano, etc.)
· Adenocarcicoma
· Carcinomas
adenoescamosos
26
El contagio se produce con más frecuencia en los primeros años de actividad
sexual: un 20-30 % en las mujeres menores de 30 años y por debajo del 10 % en
mujeres mayores de 50 años. El riesgo estimado de contagio tras una relación
sexual sin protección con una persona infectada es elevado y oscila entre el 40
y el 80 %.
El contacto sexual con una persona infectada es necesario para que se produz-
ca la transmisión a través de abrasiones microscópicas de la mucosa o la piel;
también es conocido que se requiere una abrasión de las células columnares
dentro de la zona de transición anal para exponer las células basales a la infec-
ción persistente por VPH y una mayor transformación cancerígena. La infección
es generalmente transitoria, consiguiéndose un aclaramiento habitualmente
en menos de 1 año. Sin embargo, en pacientes con el sistema inmune dete-
riorado (pacientes con infección por VIH o trasplantados) se ha descrito una
mayor dificultad para la eliminación del virus, siendo así la infección más per-
sistente.
Se sabe que no es necesaria la introducción completa del pene para el conta-
gio, la transmisión puede tener lugar en un sitio anogenital, como el introito, o
incluso propagarse a otra zona de un mismo individuo por autoinoculación, sin
olvidarnos de la transmisión orogenital. Se ha observado que el uso de preser-
vativos no elimina con garantías la posibilidad de transmisión viral durante el
acto sexual, ya que veces encontramos lesiones producidas por algún tipo de
VPH en zonas de contacto en relaciones sexuales que no son protegidas por el
condón. Se cree que el uso correcto del preservativo solamente protege en un
70 % del contagio por VPH, pero el uso de otro método anticonceptivo diferente
al profiláctico aumenta el riesgo de adquirir VPH debido a que es más frecuente
que los contactos sexuales sean sin barrera física entre mucosas.
En un estudio en Canadá en 2015 se concluyó que la transmisión de VPH me-
diante contacto manogenital es poco probable; sin embargo, es posible la trans-
misión vertical, al pasar por el canal del parto, pudiendo manifestarse en el niño
como una papilomatosis laríngea recurrente o un papiloma bucal en la edad
escolar que plantea diagnóstico diferencial con verruga vulgar bucal, condiloma,
hiperplasia epitelial focal y carcinoma verrugoso, recordando siempre que es
necesario descartar abuso sexual. Se ha detectado en ocasiones ADN del VPH
en el líquido amniótico, las membranas fetales, la sangre del cordón umbilical y
la placenta, lo que indica que los recién nacidos pueden estar expuestos a infec-
ción por algún serotipo de VPH a través del canal del parto o intraútero.
La infección por VPH es causa necesaria, aunque no suficiente, para que se pro-
duzca cáncer de cuello de útero en la mujer y otros cánceres del área anogenital.
Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de transmisión, como
coinfecciones por otros virus (VHS tipo 2), inicio temprano de relaciones sexua-
les, consumo de tabaco, ausencia de uso de preservativo, inmunosupresión, etc.
28
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30
LA ENFERMEDAD
3
Clínica, diagnóstico y cribado
del virus del papiloma humano
en la mujer
Dr. Jesús de la Fuente Valero
Ginecólogo. Jefe de Sección de Ginecología del HU Infanta Leonor (Madrid)
y Vicepresidente Asociación HPV-Madrid
32
Su expresión clínica es muy variable. Las CIN/SIL pueden dar lugar a sangrados
tras relaciones sexuales coitales. De igual forma, las AIN pueden cursar con san-
grado anal espontáneo o tras defecación. Las lesiones vulvares (VIN) pueden ser
únicas o múltiples, de coloración blanca, roja o pigmentada, y una superficie to-
talmente plana o sobreelevada. El prurito es su síntoma más frecuente, seguido
de dolor, escozor, dispareunia o disuria (dolor con la micción). Por su parte, las
pacientes con VaIN pueden ocasionalmente referir prurito, dispareunia o leuco-
rrea. Cabe destacar que el cáncer orofaríngeo producido por el VPH no cursa
con estas lesiones previas, lo cual dificulta mucho su diagnóstico precoz.
Imagen 3. Cérvix
34
sente o presentes; cuando se trata de infecciones múltiples (genotipado),
las técnicas son diferentes. Este tipo de técnicas solo detectan la presencia
del VPH y no dan información acerca de si la infección está en estado laten-
te o ha iniciado un proceso de transformación epitelial con potencial riesgo
oncogénico (infección transformante).
•T
écnicas de detección del ARN mensajero viral (ARNm): se basan en la de-
tección del ARNm de los oncogenes virales E6 y E7. Indican que el ADN del vi-
rus se ha integrado en el ADN de la célula que infecta y que se están expresan-
do los oncogenes virales E6 y E7. Por lo tanto, este tipo de técnicas establecen
no solo la presencia viral, sino, además, el inicio de una infección transformante.
•T
écnicas biomoleculares: suponen la innovación más reciente en el diag-
nóstico del VPH y cada vez presentan un papel más importante. Se basan,
por ejemplo, en la detección de la sobreexpresión de la proteína p16INK4a,
o en la detección simultánea de p16 y Ki67 (tinción dual), o en la detección
de la presencia de genes metilados de la célula huésped. Están destinadas
a la detección de infecciones transformantes.
Es importante señalar que la determinación de VPH no está indicada en pacien-
tes con condilomas acuminados, ya que no añade información clínica ni modifica
la conducta ante estas lesiones. Únicamente en la población pediátrica puede
estar indicada, ya que con frecuencia es necesario descartar o confirmar la exis-
tencia del VPH debido a la posible asociación entre su detección y el maltrato
sexual del menor.
36
test de detección del VPH-AR presentan una mayor sensibilidad que la citología
cervical para la detección de lesiones precancerosas de alto grado (HSIL, AIS) y
un mejor valor predictivo negativo, lo que permite poder aumentar el intervalo
entre cribados. Sin embargo, no deben usarse como estrategia de cribado en
mujeres por debajo de los 30-35 años, puesto que, por debajo de dicha edad, la
elevada prevalencia de VPH conlleva que estos test tengan un bajo valor predic-
tivo positivo y ello puede traer consigo sobrediagnósticos y sobretratamientos.
En la actualidad, solo cuatro métodos de detección de VPH-AR han sido aproba-
dos por la FDA (Food and Drug Administration) para su utilización en el cribado
poblacional del cáncer de cérvix.
En nuestro país, el 1 de julio de 2019 entró en vigor la Orden del Ministerio de
Sanidad de actualización de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Sa-
lud que compromete a las autonomías a implantar un cribado poblacional de
cáncer de cérvix en el plazo máximo de 5 años. De igual modo, se establece
que en 10 años la cobertura, entendida como invitación a participar, se deberá
aproximar al 100 %. En dicha Orden se determina la población diana, las carac-
terísticas de la prueba de cribado y el intervalo entre exploraciones de acuerdo
con la evidencia científica.
Las bases del programa de cribado son las siguientes:
• Población diana: mujeres con edades comprendidas entre 25 y 65 años.
• Prueba primaria de cribado e intervalo entre exploraciones:
- Edad 25-34 años: citología cada 3 años.
- Edad 35-65 años: determinación del VPH-AR:
· Si VPH-AR es negativo, repetir prueba VPH-AR a los 5 años.
· Si VPH-AR es positivo, triaje con citología. Si la citología es negativa,
repetir VPH-AR al año.
La misma Orden establece que estas recomendaciones deberán ser revisadas
periódicamente, especialmente en lo que respecta al cribado de mujeres ade-
cuadamente vacunadas.
Por su parte, la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia
(AEPCC), en su Guía de cribado del cáncer de cuello de útero en España, reco-
mienda incluir dentro de la población diana a todas aquellas mujeres inmuno-
deprimidas a partir de los 21 años de edad y establece que el cribado puede
finalizar a la edad de 65 años siempre que se cumplan los siguientes criterios:
• Cribado previo adecuado y negativo durante los 10 años anteriores.
• Sin antecedentes de neoplasia cervical intraepitelial (CIN/SIL) o cáncer de
cérvix tratado durante los 20 años previos.
Bibliografía recomendada
38
• EACS Guidelines 9.0. Disponible en: https://www.eacsociety.org/files/guidelines_9.0-english.pdf.
• Encuesta Nacional de Salud de España 2017. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/
estadEstudios/estadisticas/encuestaNacional/encuesta2017.htm.
• Mateos-Lindemann ML, Pérez-Castro S, Rodríguez-Iglesias M, Pérez-Gracia MT. Diagnóstico
microbiológico de la infección por virus del papiloma humano. Enferm Infecc Microbiol
Clin. 2017;35(9):593-602.
• Puig-Tintoré LM. Neoplasias intraepiteliales de vulva, vagina y ano. En Pahisa J. y Torné
A. Directores. Ginecología Oncológica. Cursos CLINIC de Formación Continuada en
Obstetricia y Ginecología. Madrid: Ergon; 2014.
• Von Krogh J. Management of anogenital warts (condiloma acuminata). Eu J Dermatol.
2001;11:598-603.
Introducción
La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión
sexual (ITS) más frecuente, pero probablemente es más correcto considerarla un
marcador de actividad sexual más que una ITS como tal. La prevalencia real de in-
fección por VPH es difícil de precisar porque en la mayoría de casos es asintomáti-
ca y se aclara antes del año, pero, además, cuando el VPH da clínica, a menudo no
se reporta en las notificaciones de ITS. La presentación clínica de la patología por
VPH en el varón no difiere especialmente de la mujer, pero sí que la prevalencia de
infección genital por VPH no varía con la edad en el varón y la tasa de seroconver-
sión tras la infección por VPH es más baja en varones que en mujeres.
Dado que la papilomatosis respiratoria recurrente ya se ha tratado en el capítulo
anterior y las causas y la clínica no son distintas en el varón que en la mujer, no ha-
blaremos de ella en este capítulo. Nos centraremos en los condilomas acuminados
o verrugas genitales y en la displasia en distintas localizaciones. No hablaremos tam-
poco de las verrugas no genitales, que afectan a otras zonas de la piel, son típicas de
la infancia y están causadas por otros tipos de VPH, como 1, 2, 3, 4, 7 y 10.
En cambio, sí existen diferencias significativas en el diagnóstico y las posibilida-
des de realizar un cribado de las displasias o lesiones precursoras del cáncer en-
tre varones y mujeres, por lo que nos centraremos más en este aspecto. El diag-
nóstico y el estadiaje del cáncer por VPH se escapan al objetivo de este capítulo.
Finalmente, daremos unas pinceladas sobre el tratamiento de las distintas lesiones.
Clínica
••• Condilomas acuminados o verrugas genitales
Como en las mujeres, los condilomas acuminados (CA) son la presentación clí-
nica más frecuente del VPH en el varón y en más del 90 % de los casos están
causados por los tipos de VPH 6 y 11. En niños podemos encontrar también
verrugas anogenitales asociadas a tipos de VPH causantes de verrugas cutáneas
(tipos 1-4) de transmisión no sexual. El periodo de incubación desde la infección
a la aparición de CA va de semanas a meses, con una media de 3 meses.
Los CA pueden aparecer en cualquier zona del área anogenital (incluyendo
pene, escroto, perineo, zona perianal, margen y canal anal y zona suprapúbica)
y también a nivel orofaríngeo. Son más frecuentes en hombres, y en aquellos
varones con causas de inmunodepresión, entre las que destaca la infección por
el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), podemos encontrar CA de mayor
tamaño y más difíciles de tratar.
Los CA pueden tener distintas características (forma, tamaño, color), como ya
se ha descrito en el apartado de la presentación clínica de la mujer. Podemos
encontrar CA planos o en placas, en forma de coliflor, verrugosos, filiformes,
pedunculados…; de milímetros hasta de varios centímetros; de coloración blan-
quecina, hiperpigmentados, violáceos, eritematosos o del color de la piel. Pue-
den ser únicos, pero a menudo son múltiples y afectan a distintas áreas, por
lo que es muy importante explorar con detalle todas las zonas potencialmente
afectadas.
Los CA suelen ser asintomáticos y el problema principal suele ser estético. No
obstante, en función de la localización pueden dar distintas manifestaciones clí-
nicas. A nivel uretral, si son de gran tamaño, pueden incluso obstruir el meato
y dificultar la micción y/o sangrar. A nivel intraanal pueden dar prurito, dolor o
sangrado. A nivel perianal o intraanal, si son de gran tamaño, pueden dificultar
la defecación y las relaciones sexuales.
Pueden ser recurrentes y el tratamiento no modifica la historia natural de los mis-
mos, aunque cuando el CA es visible el riesgo de transmisión de VPH es mayor
debido a la elevada carga viral.
La forma más llamativa de los CA es el tumor de Buschke-Löwenstein, que es
una forma gigante de CA también asociado a VPH 6 y 11 que puede afectar a
glande, prepucio y zona perianal, y que puede formar fístulas o abscesificarse,
teniendo mayor riesgo de transformación neoplásica a pesar de ser una lesión
displásica de bajo grado.
No debemos infravalorar, dentro de la clínica, el impacto psicológico que pue-
den tener los CA, sobre todo en la vida sexual del que los padece y sus parejas.
••• Displasia
Al igual que en la mujer, en el varón el VPH puede provocar cambios displásicos
en el epitelio escamoso, típicamente en zonas de transición escamo-columnar,
como la que encontramos en la unión entre el ano y el recto, donde existe una
42
zona de transformación activa similar a la que encontramos en el cérvix. También
podemos encontrar displasia en todo el canal anal, el margen anal, la zona pe-
rianal, el perineo, escroto y pene. Estos cambios se relacionan con los tipos de
VPH de alto riesgo oncogénico (VPH-AR), que son los mismos que en la mujer,
y entre los que destaca el VPH 16, por su frecuencia y el riesgo de progresión a
cáncer, seguido de VPH 18.
Existen cambios displásicos de bajo grado (LSIL, por las siglas en inglés de Low
grade Squamous Intraepithelial Lesion), entre las que encontraríamos los CA.
Esta displasia, si está asociada a VPH-AR, tiene el potencial de progresar a le-
siones de alto grado o HSIL (High grade Squamous Intraepithelial Lesion), que
engloban a lo que anteriormente se conocía como displasia moderada y severa
(AIN 2/3 en el caso del ano). Al igual que en el cérvix, a nivel anal/perianal se cree
que las lesiones de HSIL son el paso previo al cáncer, aunque solo un pequeño
porcentaje de estas HSIL acabará progresando a cáncer al cabo de años, mien-
tras que hasta un 30 % de las HSIL retrogradan a LSIL o a la normalidad.
Estas lesiones precursoras también se han descrito a nivel de escroto o pene,
pero no a nivel orofaríngeo.
Desde el punto de vista clínico, es importante dejar claro que la displasia, ya sea
LSIL o HSIL, no da síntomas y que se debe buscar, con las técnicas que explicare-
mos en el apartado de diagnóstico, para encontrarla. Si el paciente se queja de
algún síntoma, nos debemos plantear que presente alguna otra patología local
(hemorroides, fisuras, fístulas…) o que esta displasia haya progresado a cáncer
anal.
Existe una forma específica de HSIL que es la enfermedad de Bowen. Puede
presentarse a nivel genital y extragenital (dedos, palmas) y se ha asociado con
múltiples tipos de VPH, incluyendo 16, 18, 31, 32 y 34.
••• Cáncer
Dentro de los cánceres relacionados con el VPH, en el varón destaca el cáncer
anal. A nivel de la población general, este cáncer es más frecuente en mujeres de
edad avanzada. No obstante, en las últimas décadas este cáncer ha aumentado
de forma significativa en un grupo en concreto: los hombres que tienen sexo con
hombres (HSH) con infección por el VIH. En algunas cohortes y en metaanálisis
se ha descrito una incidencia de cáncer anal de hasta 130 por cada 100.000 pa-
cientes/año, muy por encima de los menos de 5 casos por 100.000 pacientes/año
que observamos en la población general, e incluso superior a la incidencia de
cáncer de cérvix antes de que se instauraran los programas de cribado. En los
varones heterosexuales con infección por VIH+ el riesgo también está significa-
tivamente aumentado respecto a la población general.
Diagnóstico
••• Condilomas acuminados o verrugas genitales
El diagnóstico de los CA es clínico, por el aspecto característico de las lesiones.
Es importante explorar con una buena luz e inspeccionar todas las otras áreas
donde puedan aparecer CA, incluyendo el meato uretral y el canal anal. No es
necesario confirmar el diagnóstico por biopsia/escisión, a no ser que se sospe-
che malignidad o el CA sea refractario al tratamiento. Debemos tener en cuenta
que a pesar de que los CA son lesiones benignas, pueden coexistir con HSIL que
pueden progresar a cáncer, debido a que un individuo infectado por VPH 6/11
puede estar a la vez infectado por VPH-AR oncogénico.
El diagnóstico diferencial incluiría otras lesiones benignas papulares, como la
queratosis seborreica, las pápulas perladas del pene, las manchas de Fordyce,
los acrocordones, los moluscos, los condilomas planos del secundarismo luético,
el liquen plano y el liquen nitidus.
En el varón no está indicado ni validado el diagnóstico molecular (determinar
tipos de VPH por la reacción en cadena de la polimerasa –PCR–) en ninguna
localización. Tampoco debe realizarse el diagnóstico serológico (determinar la
presencia de anticuerpos frente a los distintos tipos de VPH) en sangre. Este as-
pecto es muy importante, ya que no deben realizarse PCR ni serologías, aunque
la pareja haya sido diagnosticada de condilomas y/o displasia, ni tampoco antes
de tomar una decisión sobre si vacunar o no al individuo.
Al ser los CA un marcador de actividad sexual, es importante descartar la coexis-
tencia de otras ITS (clamidia y gonorrea mediante PCR y serologías de hepatitis
A, B y C, sífilis y VIH). Esto debe realizarse, al menos, en la primera visita y re-
petirse de forma periódica (cada 3/6 a 12 meses, en función de las prácticas de
riesgo). También se debería revisar la cobertura vacunal del individuo.
44
••• Displasia
El diagnóstico de lesiones displásicas, de forma similar al cribado que se realiza
en la mujer en el cérvix, solo está estudiado a nivel anal/perianal y existen dudas
respecto al beneficio real de este cribado, por lo que no está instaurado de for-
ma generalizada. En nuestro país se realiza en numerosos centros de referencia.
Existen algunas guías que lo recomiendan, fundamentalmente en aquellos gru-
pos en que se ha demostrado una mayor incidencia de cáncer anal, que serían
los varones con infección por VIH (sobre todo en HSH, pero también en hombres
heterosexuales y en mujeres con VIH, especialmente si tienen patología previa
asociada al VPH; probablemente deberíamos incluir también en este grupo de
mayor riesgo a los HSH con otras causas de inmunodepresión, como, por ejem-
plo, los trasplantados). No obstante, la evidencia del beneficio de este cribado
es todavía pequeña y el grado/fuerza de recomendación en las guías es débil, a
menudo como recomendaciones de expertos.
En caso de llevarse a cabo este cribado de displasia anal/perianal, se realiza me-
diante citología anal (habitualmente una citología líquida tomada a ciegas con
una torunda de dacrón, sin aplicar lubricante). Si la citología es anormal se debe
realizar una anuscopia de alta resolución (AAR), observando todo el canal anal y
la zona perianal con un colposcopio y tinciones de ácido acético y lugol. Al igual
que con la colposcopia, se tienen en cuenta las características de las lesiones
(forma, superficie, margen/contorno, aumento de captación con ácido acético,
falta de captación con lugol, patrón vascular anómalo, como, por ejemplo, con
puntuación o mosaicismo) para sospechar lesiones de bajo (LSIL) o alto grado
(HSIL). La confirmación del diagnóstico de HSIL se realiza mediante biopsia.
Dada la elevada prevalencia de infección por VPH-AR en esta población de ma-
yor riesgo (HSH VIH+), que en algunas cohortes, incluida la cohorte de la Red de
Investigación en Sida (CoRIS) de España, llega al 80 %, no está indicado deter-
minar tipos de VPH dentro de la estrategia de cribado.
Debemos tener en cuenta que no debemos realizar citología anal si no podemos
realizar la AAR si la citología es patológica. En caso de no realizarse un cribado
de la displasia anal, es muy importante realizar el cribado del cáncer anal de for-
ma periódica (anual) mediante el interrogatorio de síntomas, la inspección de la
zona anal-perianal y el tacto anorrectal.
Tratamiento
Existen distintos tratamientos para los CA. Dentro de los tratamientos tópicos
destacan la podofilotoxina, las sinecatequinas y el imiquimod. Dentro de los tra-
46
Bibliografía recomendada
• CDC. 2015 Sexually Transmitted Disease Treatment Guidelines. HPV infection. Disponible
en: https://www.cdc.gov/std/tg2015/hpv.htm.
• EACS. Guidelines. Version 10.0. November 2019. Disponible en: https://www.eacsociety.
org/files/2019_guidelines-10.0_final.pdf.
• Galán Montemayor JC, Lepe Jiménez JA, Otero Guerra L, Serra Pladevall J, Vázquez
Valdés F. Diagnóstico micro¬biológico de las infecciones de transmisión sexual y otras
infecciones genitales. En: Procedimientos en Microbiología Clínica. Vázquez Valdés
F (coord.). Cercenado Mansilla E, Cantón Moreno R (eds.). Sociedad Española de
Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). 2019.
• GESIDA. Guía de práctica clínica sobre los tumores no definitorios de SIDA e infección por
el VIH. Actualización Marzo 2019. Disponible en: http://gesida-seimc.org/wp-content/
uploads/2019/05/gesida_DC_TumoresNoDefinitorios_Marzo_2019_14_05_19.pdf.
• GESIDA, SPNS, GEITS, AEDV y SEIP. Documento de consenso sobre diagnóstico y
tratamiento de las infecciones de transmisión sexual en adultos, niños y adolescentes
(marzo 2017). Disponible en: https://seimc.org/contenidos/gruposdeestudio/geits/
pcientifica/documentos/geits-dc-ITS-201703.pdf.
• Martínez-Gómez X, Curran A, Campins M, Alemany L, Rodrigo-Pendás JÁ, Borruel N,
et al. Multidisciplinary, evidence-based consensus guidelines for human papillomavirus
(HPV) vaccination in high-risk populations, Spain, 2016. Euro Surveill. 2019;24(7). doi:
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• Palefsky J. Human papillomavirus infections. Epidemiology and disease associations.
UpToDate. 2019.
• Rosen T. Condylomata acuminata (anogenital warts) in adults. Epidemiology, pathogenesis,
clinical features, and diagnosis. UpToDate. 2019.
Hay comercializadas tres vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH),
dos de las cuales (bivalentes en relación a las tetravalentes/nonavalentes) son
distintas en composición y estrategia vacunal, por lo que hasta el momento no
está permitida su intercambiabilidad.
••• Composición
Principios activos: proteínas estructurales L1 (partículas no infecciosas similares
al virus –VLP: virus like particles–) altamente purificadas, de la cápside externa de
los genotipos 16 (20 µg) y 18 (20 µg). Puesto que las VLP no contienen ADN viral,
no pueden infectar células, reproducirse o causar enfermedad. Se producen por
recombinación genética mediante la utilización de un sistema de expresión en
baculovirus que utiliza células derivadas de Trichoplusia ni. ASO4 (adyuvante),
con MPL (monofosforil lípido A) e hidróxido de aluminio.
••• Indicaciones
Es una vacuna indicada para personas a partir de los 9 años de edad para la
prevención de lesiones anogenitales premalignas (cervicales, vulvares, vaginales
y anales) y cánceres de cérvix y ano causados por determinados tipos oncogé-
nicos del VPH.
50
••• Contraindicaciones y precauciones
Además de las contraindicaciones generales de todas las vacunas, la vacuna está
contraindicada en pacientes inmunodeprimidos, embarazadas o en periodo de
lactancia, al no disponerse de datos de seguridad y eficacia en estos grupos.
No se han realizado ensayos clínicos específicos de la vacuna en mujeres emba-
razadas. Sin embargo, durante el programa de desarrollo clínico se notificaron
un total de 10.476 embarazos, incluyendo 5.387 casos en mujeres que habían
recibido la vacuna. En general, la proporción de embarazos que presentaron
un desenlace específico (por ejemplo: recién nacido normal, recién nacido con
alteraciones, incluyendo anomalías congénitas, nacimiento prematuro y aborto
espontáneo) fueron similares entre los distintos grupos de tratamiento.
••• Compatibilidades
Se puede administrar concomitantemente con una vacuna combinada de re-
cuerdo que contenga difteria (d), tétanos (T) y pertussis acelular (pa), con o
sin poliomielitis inactivada (IPV): vacunas dTpa, dTpa-IPV. La administración se-
cuencial de la vacuna combinada dTpa-IPV, seguida de la administración de la
vacuna bivalente VPH 1 mes después, tiende a producir medias geométricas
de anticuerpos (GMT) menores frente a VPH-16 y VPH-18, comparadas con las
producidas cuando se administra la vacuna bivalente VPH sola. Se desconoce la
importancia clínica de esta observación. También se puede administrar conco-
mitantemente con una vacuna conjugada con toxoide tetánico frente a los sero-
grupos meningocócicos A, C, W, Y (MenACWY-TT), con una vacuna combinada
antihepatitis A (inactivada) y antihepatitis B (ADN recombinante, Twinrix®) o con
una vacuna antihepatitis B (ADN recombinante) (Engerix-B®). La administración
de vacuna bivalente VPH al mismo tiempo que Twinrix® ha demostrado que no
existe una interferencia clínicamente relevante en la respuesta de anticuerpos
frente a los antígenos de VPH y hepatitis A. Las GMT de las concentraciones de
anticuerpos anti-HB fue significativamente más baja con la coadministración,
pero no se conoce la importancia clínica de esta observación, puesto que las
tasas de seroprotección permanecen inalteradas.
La proporción de sujetos que alcanzaron anticuerpos frente a HB ≥ 10 mUI/ml
(niveles protectores) fue del 98,3 % con la vacunación concomitante y del 100 %
con Twinrix® cuando se administra sola. Se observaron resultados similares cuan-
do se administró vacuna bivalente VPH concomitantemente con Engerix-B® en
comparación con la administración de Engerix-B® sola (el 97,9 % de sujetos vs.
el 100 % alcanzaron anticuerpos anti-HB ≥ 10 mUI/ml, respectivamente).
••• Observaciones
La vacuna es profiláctica y no tiene ningún efecto terapéutico, por lo tanto, no
está indicada para el tratamiento del cáncer de cérvix ni de la neoplasia cervical
intraepitelial (CIN), ni de otras lesiones relacionadas con VPH ya establecidas.
No previene las lesiones relacionadas con VPH en mujeres que ya estén infecta-
das con los genotipos que contiene la vacuna; sin embargo, es muy improbable
(0,5 %) que una mujer esté infectada simultáneamente por ambos genotipos,
por lo que, aunque la vacuna tiene su máxima efectividad antes del inicio de
la actividad sexual, está indicada a cualquier edad, sin necesidad de un cribaje
previo, que no sería coste-efectivo. No se ha establecido el nivel de anticuerpos
protectores, pero el seguimiento muestra una tasa de anticuerpos muy superior
a la producida por la infección natural.
Los genotipos presentes en la vacuna protegen de un 70 % de casos de cáncer
de cérvix, por lo que la vacunación no sustituye al cribaje, si bien es posible que
se modifiquen las pautas del mismo. Se ha confirmado la presencia de protec-
ción cruzada para otros genotipos oncogénicos de VPH no incluidos en la vacu-
na (31, 33 y 45), lo que permite obtener una eficacia protectora global frente a
lesiones preneoplásicas por VPH superior a la esperada.
El adyuvante AS04 le confiere una gran inmunogenicidad que permite obtener
una respuesta inmunitaria potente y mantenida en el tiempo. No se ha estableci-
do el nivel de anticuerpos protectores, pero el seguimiento a 9 años muestra una
tasa de anticuerpos 10 veces mayor que la producida por la infección natural.
52
Vacuna contra el VPH tetravalente
••• Definición
Es una vacuna antivírica que protege frente a los genotipos oncogénicos más
prevalentes del VPH (16 y 18) y frente a los genotipos no oncogénicos más pre-
valentes (6 y 11) relacionados con las verrugas genitales externas (condilomas
acuminados).
••• Composición
Principios activos: proteínas estructurales L1 (partículas no infecciosas similares al
virus –VLP: virus like particles–) altamente purificadas, de la cápside externa de los
genotipos 6 (20 µg), 11 (40 µg), 16 (40 µg) y 18 (20 µg). Puesto que las VLP no con-
tienen ADN viral, no pueden infectar células, reproducirse o causar enfermedad.
Se producen por recombinación genética mediante la utilización de un sistema
de expresión en baculovirus que utiliza células derivadas de Saccharomyces cere-
visiae. Hidroxifosfato sulfato de aluminio amorfo (adyuvante).
••• Indicaciones
Es una vacuna indicada a partir de los 9 años de edad para la prevención de:
• Lesiones genitales precancerosas (cervicales, vulvares y vaginales), lesiones
anales precancerosas, cánceres cervicales y anales relacionados causalmen-
te con ciertos tipos oncogénicos del VPH (16 y 18).
• Verrugas genitales (condilomas acuminados) relacionadas causalmente con
tipos específicos del VPH (6 y 11).
54
Los individuos con la respuesta inmune alterada, ya sea debido al uso de una te-
rapia inmunosupresora potente, a un defecto genético o a otras causas, podrían
no responder a la vacuna.
Esta vacuna debe ser administrada con precaución en individuos con tromboci-
topenia o cualquier trastorno de la coagulación, porque puede aparecer hemo-
rragia después de una administración intramuscular en estos individuos.
••• Compatibilidades
La administración concomitante de vacuna tetravalente (en el caso de vacunas
inyectables, en un lugar de inyección diferente) con la vacuna frente a la hepatitis
B (recombinante) no interfirió con la respuesta inmune a los tipos del VPH. Los
índices de seroprotección (porcentaje de individuos que alcanzan un nivel sero-
protector anti-HB ≥ 10 mUI/ml) no se vieron afectados (96,5 % para la vacuna-
ción concomitante y 97,5 % para la vacuna frente a la hepatitis B sola). La media
geométrica de anticuerpos (GMT) anti-HB se redujo con la coadministración,
pero se desconoce la relevancia clínica de esta observación. Puede administrar-
se de forma concomitante con una vacuna de refuerzo combinada de difteria (d)
y tétanos (T) con tosferina (componente acelular) (ap) y/o poliomielitis inactivada
(IPV): vacunas de dTap, dT-IPV, dTap-IPV; no existe interferencia significativa con
la respuesta de anticuerpos a cualquiera de los componentes de cualquiera de
las dos vacunas. Sin embargo, se ha observado una tendencia a GMT anti-VPH
más bajos en el grupo con administración concomitante. Se desconoce la rele-
vancia clínica de esta observación. Esto se basa en los resultados de un ensayo
clínico en el que se administró una vacuna combinada de dTap-IPV de forma
concomitante con la primera dosis de vacuna tetravalente. Puede administrarse
a mujeres que toman anticonceptivos hormonales.
••• Observaciones
La vacuna es profiláctica y no tiene ningún efecto terapéutico, por lo tanto, no
está indicada para el tratamiento del cáncer de cérvix ni de la neoplasia cervical
intraepitelial (CIN), ni de otras lesiones relacionadas con VPH ya establecidas. No
previene las lesiones relacionadas con VPH en mujeres que ya estén infectadas
con los genotipos que contiene la vacuna; sin embargo, es muy improbable que
una mujer esté infectada simultáneamente por todos los genotipos que contiene
la vacuna, por lo que, aunque la vacuna tiene su máxima efectividad antes del
inicio de la actividad sexual, está indicada a cualquier edad, sin necesidad de un
cribaje previo, que no sería coste-efectivo. No se ha establecido el nivel de anti-
cuerpos protectores, pero el seguimiento muestra una tasa de anticuerpos mayor
que la producida por la infección natural. Los genotipos presentes en la vacuna
protegen de un 70 % de casos de cáncer de cérvix, por lo que la vacunación no
sustituye al cribaje, si bien es posible que se modifiquen las pautas del mismo. Se
ha confirmado la presencia de protección cruzada para otros genotipos de VPH no
incluidos en la vacuna (31), lo que permite obtener una eficacia protectora global
frente a lesiones preneoplásicas por VPH superior a la esperada.
56
••• Tipo de vacuna
Inactivada.
••• Composición
Principios activos: proteínas estructurales L1 (partículas no infecciosas similares
al virus –VLP: virus like particles–) altamente purificadas, de la cápside externa
de los genotipos 6 (30 µg), 11 (40 µg), 16 (60 µg),18 (40 µg), 31 (20 µg), 33 (20 µg),
45 (20 µg), 52 (20 µg) y 58 (20 µg). Puesto que las VLP no contienen ADN viral,
no pueden infectar células, reproducirse o causar enfermedad. Se producen por
recombinación genética mediante la utilización de un sistema de expresión en
baculovirus que utiliza células derivadas de Saccharomyces cerevisiae. Hidroxi-
fosfato sulfato de aluminio amorfo (adyuvante).
••• Indicaciones
La vacuna nonavalente está indicada para la inmunización activa de individuos a
partir de los 9 años de edad frente a las siguientes enfermedades por VPH:
• Lesiones precancerosas y cánceres que afectan al cuello de útero, vulva,
vagina y ano causados por los tipos del VPH de la vacuna.
• Verrugas genitales (condilomas acuminados) causados por tipos específicos
del VPH.
58
Esta vacuna debe ser administrada con precaución en individuos con tromboci-
topenia o cualquier trastorno de la coagulación, porque puede aparecer hemo-
rragia después de una administración intramuscular en estos individuos.
••• Compatibilidades
Se puede administrar de forma concomitante con una vacuna de refuerzo com-
binada de difteria (d) y tétanos (T) con tosferina (componente acelular) (ap) y/o
poliomielitis inactivada (IPV): vacunas de dTap, dT-IPV, dTap-IPV; no existe inter-
ferencia significativa con la respuesta de anticuerpos a cualquiera de los com-
ponentes de cualquiera de las dos vacunas. Esto se basa en los resultados de
un ensayo clínico en el que se administró una vacuna combinada (dTap-IPV), de
forma concomitante con la primera dosis de vacuna nonavalente.
Uso con anticonceptivos hormonales: durante los ensayos clínicos, el 60,2 % de
las mujeres de 16 a 26 años que recibieron vacuna nonavalente utilizaban anti-
conceptivos hormonales durante el periodo de vacunación de los ensayos clí-
nicos. El uso de anticonceptivos hormonales no pareció afectar a la respuesta
inmune a la vacuna.
••• Observaciones
La vacuna es profiláctica y no tiene ningún efecto terapéutico, por lo tanto, no
está indicada para el tratamiento del cáncer de cérvix ni de la neoplasia cervical
intraepitelial (CIN), ni de otras lesiones relacionadas con VPH ya establecidas. No
previene las lesiones relacionadas con VPH en mujeres que ya estén infectadas
con los genotipos que contiene la vacuna; sin embargo, es muy improbable que
una mujer esté infectada simultáneamente por todos los genotipos que contie-
ne la vacuna, por lo que, aunque la vacuna tiene su máxima efectividad antes del
inicio de la actividad sexual, está indicada a cualquier edad, sin necesidad de
un cribaje previo, que no sería coste-efectivo. No se ha establecido el nivel de
anticuerpos protectores, pero el seguimiento muestra una tasa de anticuerpos
mayor que la producida por la infección natural. Los genotipos presentes en la
vacuna protegen de un 90 % de casos de cáncer de cérvix, por lo que la vacuna-
ción no sustituye al cribaje, si bien es posible que se modifiquen las pautas del
mismo.
30/40/60/40 µg
Contenido 20/20 µg 20/40/40/20 µg
20/20/20/20/20 µg
60
Resumen actualizado de datos de efectividad
e impacto de las vacunas contra el VPH
Se cumplen 12 años de la comercialización en España de las primeras vacunas
contra el VPH. En octubre de 2007 se comercializó la vacuna bivalente y pocos
meses después la tetravalente. En mayo de 2017 se comercializa la vacuna nona-
valente. Desde 2007 la vacuna está recomendada por el Consejo interterritorial
y desde 2008 es administrada por todas las comunidades autónomas a niñas
preadolescentes. Desde 2008 también está recomendada por el calendario de
la Asociación Española de Pediatría (AEP) y desde 2017 el Comité Asesor de Va-
cunas de la de la AEP (CAV-AEP) recomienda también la vacunación en varones.
Es evidente que el paso de los años ha supuesto un cambio de paradigma en la
catalogación de la vacuna VPH en distintos aspectos:
1. De ser considerada una vacuna para la prevención del cáncer cervical y
verrugas genitales en mujeres a una vacuna para la prevención de otros
cánceres anogenitales y verrugas genitales en ambos sexos.
2. De mostrar excelentes resultados de eficacia y seguridad en ensayos clíni-
cos a mostrar alta efectividad e impacto poblacional.
3. De mostrar protección restringida a los tipos vacunales en vacunados a
mostrar protección cruzada para tipos no vacunales.
4. De mostrar inmunidad individual a mostrar inmunidad de grupo.
5. De estar indicada antes del debut sexual a mostrar gran protección en VPH
negativos en menores de 55 años.
En resumen, en estos 12 años se ha mostrado elevada seguridad, alta eficacia
frente a infección y enfermedad asociada al VPH, protección a largo plazo y fuer-
te evidencia sobre la efectividad en los programas poblacionales, con disminu-
ciones sustanciales de la infección por VPH, verrugas genitales y CIN.
El metaanálisis más reciente de que disponemos sobre los datos de efectivi-
dad e impacto incluye una revisión sistemática de 20 artículos aparecidos entre
2007 y 2014 de nueve países desarrollados, y en el mismo se analizan, entre los
periodos anterior y posterior a la vacunación, los cambios de frecuencia de la
infección por VPH, verrugas anogenitales y lesiones cervicales de alto grado. En
los países con coberturas ≥ 50 %, la prevalencia de las infecciones por genotipos
16 y 18 en mujeres adolescentes de 13-19 años disminuyó en un 68 % (riesgo
relativo [RR]: 0,32; índice de confianza del 95 % [IC95 %]: 0,19-0,52) y las verrugas
anogenitales se redujeron en un 61 % (RR: 0,39; IC95 %: 0,22-0,71). En los paí-
ses con altas coberturas disminuyeron las verrugas anogenitales en las mujeres
de 20-39 años de edad (RR: 0,68; IC95 %: 0,51-0,89) y en adolescentes varones
de 15-19 años (RR: 0,66; IC95 %: 0,47-0,91), dato que indicaría la existencia de
Bibliografía recomendada
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6
Realidad de la vacunación
en España: coberturas, actitud
de los padres, mitos y realidades
Raúl Ayala Velasco
Enfermero. Equipo de Pediatría del Centro de Salud Sardinero (Santander).
Vocal del VACAP
En España, la vacuna frente al virus del papiloma humano (VPH) está incluida en
todo el territorio español desde el año 2008, si bien tres comunidades autóno-
mas ya la habían introducido en el último trimestre de 2007 (La Rioja, Navarra
y País Vasco). Su introducción se produjo tras la propuesta de la Ponencia del
Programa y Registro de Vacunaciones, en febrero de 2007, recomendando la
vacunación sistemática de las niñas. Esta recomendación se aprobó por la Comi-
sión de Salud Pública en septiembre y por el Consejo Interterritorial del Sistema
Nacional de Salud en octubre de ese mismo año (figura 1).
Difteria
DTPa5
Tétanos DTPa1 DTPa2 DTPa3 DTPa4 Td
o DT
Pertussis
Haemophilus
Hib1 Hib2 Hib3 Hib4
influenzae b
Sarampión-
Rubéola- TV1 TV2(a)
Parotiditis
HB3 dosis
Hepatitis B HB3 dosis(b)
0; 1-2; 6 meses
Meningitis
MenC1 MenC2(c) MenC3(d)
meningocócica C
66
Tabla 1. Estrategia y edad de vacunación (continuación)
Comunidad autónoma Año de introducción Edad Lugar de vacunación
Extremadura 2008 14 Centro Escolar
Galicia 2008 14 Centro de Salud
Madrid 2008 14 Centro de Salud
Murcia 2008 13 Centro Escolar
Navarra 2007 12-13 Centro Escolar
País Vasco 2007 13 Centro Escolar
La Rioja 2007 11-12 Centro Escolar
Ceuta 2008 13 Centro Escolar
Melilla 2008 14 Centro Escolar
Difteria-Tétanos dTpa/
dTpa DTPa DTPa DTPa Td Td(b) Td(b)
Pertussis DTPa(a)
Haemophilus
Hib Hib Hib
influenzae b
Sarampión-
Rubéola- TV TV TV(c)
Parotiditis
Hepatitis B(d) HB(d) HB HB HB HB(e)
Enfermedad Men
MenC(f) MenC MenACWY(g)
meningocócica C ACWY
Varicela WZ WZ WZ(h)
Virus del
VPH(i) VPH(j)
papiloma humano
Enfermedad
VNC1 VNC2 VNC3 VN(k)
neumocócica
gripe
Gripe gripe
anual
68
Figura 3. Calendario de Vacunaciones sistemáticas de la Asociación
Española de Pediatría 2020
Edad en meses Edad en años
Vacuna
2 3 4 5 11 12 15 3-4 6 12 14 15-18
Hepatitis B HB HB HB
Difteria, tétanos DTPa/
DTPa DTPa DTPa Tdpa
y tosferina Tdpa
Poliomielitis VPI VPI VPI VPI
Haemophilus
Hib Hib Hib
influenze tipo b
Neumococo VNC VNC VNC
Rotavirus RV RV (RV)
Meningococo B MenB MenB MenB
Meningococos C MenACWY/ MenACWY/
MenC
y ACWY MenC MenC
Sarampión, rubéola SRP
SRP
y parotiditis Var/
Varicela Var SRPV
Virus del VPH
papiloma humano 2 dosis
Fuente: Comité Asesor de Vacunas.
70
administrado en todo el mundo más de 50 millones de vacunas frente al VPH
sin haberse notificado efectos adversos graves. Las reacciones adversas más co-
múnmente observadas habían sido mareos, síncope, cefaleas, malestar general
y reacción local (dolor, enrojecimiento e hinchazón).
La Agencia Española del Medicamento inmovilizó los lotes de la vacuna y se com-
probó que no mostraban ningún signo de alteración. Tampoco se encontró evi-
dencia científica que relacionase la vacuna con el cuadro clínico de las dos niñas.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) también concluyó, tras la evalua-
ción de los casos, que no tenían relación causal con la vacuna, y determinó que
los beneficios de la vacuna eran superiores a los riesgos.
Estos acontecimientos tuvieron mucho eco en los medios de comunicación, lo
que hizo que aumentase la reticencia por parte de muchos padres a vacunar a
sus hijas. De este modo disminuyeron las coberturas vacunales de un 77,2 % en
el año 2009 a un 64,3 % en el año 2010.
Gracias a la labor de los profesionales sanitarios, informando de los importantes
beneficios de la vacunación, las coberturas vacunales han ido aumentando, y así
las coberturas en el año 2018 son de un 84,9 % para la primera dosis y de un 72,8 %
para la segunda dosis.
En cuanto a la vacunación en niños, y tras la información que reciben por parte
de los profesionales sanitarios, los padres son cada día más receptivos a vacunar
de forma no sistemática a sus hijos varones, con el coste que esto supone para
las familias. No entienden que exista esta desigualdad y falta de equidad cuan-
do la vacunación debe ser universal.
padres. Pero la realidad es otra bien distinta, y así, a día de hoy, los objetivos de la
vacunación frente al VPH son más ambiciosos. Si bien el objetivo de inicio y prin-
cipal con esta medida de salud pública era la prevención del cáncer de cérvix, y
por ello solo se vacunaba a mujeres, en la actualidad los objetivos son también el
control y la eliminación de las enfermedades relacionadas con el VPH.
Australia estima que eliminará el cáncer de cérvix en 2035 gracias a la implanta-
ción del plan nacional de vacunación tanto a niñas como a niños.
En todo el mundo son ya más de 110 los países que vacunan a las niñas frente
al VPH.
En el hombre, el VPH está implicado en la génesis del cáncer anal, peneano y
orofaríngeo. También está implicado en la aparición de verrugas genitales, con
similar prevalencia que en mujeres.
Actualmente, 27 países recomiendan e incluyen la vacunación frente al VPH en
varones. Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda fueron los primeros países
que incluyeron la vacunación en varones, con buenos resultados. En Europa, el
primer país fue Austria y recientemente lo han hecho Alemania, Italia, Croacia,
Suiza, Noruega... De esta forma se pretende eliminar los tipos de cánceres rela-
cionados con el VPH, siendo en sí misma una medida de equidad e igualdad. El
niño tiene el mismo derecho a estar protegido que la niña.
Bibliografía recomendada
• http://apps.who.int/immunization_monitoring/globalsummary/schedules
• https://www.cdc.gov/vaccines/acip/recommendations.html
• https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/68/wr/mm6832a3.htm
• https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/docs/
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• https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/docs/
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• https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/docs/
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• Rodríguez Galán MA, Pérez Vilar S, Díez Domingo J, Tuells J, Gomar Fayos J, Morales Olivas
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en la Comunidad Valenciana (2007-2011).
72
LA PREVENCIÓN
7
Vacunación frente al virus del
papiloma humano en la estrategia
de eliminación del cáncer de cuello
uterino en España
Dra. Maria Brotons Agulló
Dra. Laia Bruni Coccoz
Unidad de Información e Intervenciones en Infecciones y Cáncer. Programa de Investigación
en Epidemiología del Cáncer. Institut Català d’Oncologia (ICO)-Institut d’Investigació
Biomédica de Bellvitge (IDIBELL). L’Hospitalet de Llobregat. Barcelona
La
eliminación del cáncer de cuello uterino
como problema de salud pública
El año 2020 será testimonio de la consideración por parte de la Asamblea Mun-
dial de la Salud de la propuesta del director general de la Organización Mundial
de la Salud (OMS) de declarar el cáncer de cuello como una patología eliminable
como problema de salud pública durante este siglo. La propuesta incluye docu-
mentación descriptiva de los recursos a movilizar, de la estrategia de implemen-
tación y de los mecanismos de evaluación del progreso en cada país. La OMS y
los modelos adoptados establecen la eliminación en una incidencia de 4 nuevos
casos por 100.000 mujeres-año. La decisión es claramente arbitraria y afecta dife-
rencialmente a cada país individual. Los países que han incorporado estrategias
de cribado durante años y tienen ya una incidencia moderada/baja de cáncer
de cuello alcanzarán la “eliminación” en unos pocos años/décadas y proponen
reducciones más drásticas (incidencia de 1 por 100.000), en base a una infraes-
tructura para la prevención fuertemente implantada en el sistema sanitario. Los
países de nivel socioeconómico claramente inferior requerirán inversiones sig-
nificativamente más importantes y deberían alcanzar este nivel únicamente a lo
largo del siglo XXI.
Los objetivos a corto plazo (2030) incluyen tres indicadores para todos los países:
1) la vacunación adecuada frente al virus del papiloma humano (VPH) del 90 %
de las niñas por debajo de los 15 años; 2) la realización de dos episodios de
cribado con un test de alta sensibilidad (test de VPH clínicamente validado) a
los 35 y 45 años de edad, y 3) conseguir tratamiento adecuado del 90 % de los
Eliminación a 10 / 100.000
Eliminación a 4 / 100.000
Fuente: Adaptada del documento borrador Global Strategy Towards The Elimination Of Cervical Cancer As A Public Health
Problem. Sobre un eje de 100 años (2020-2120) las tres líneas representan: la incidencia si las prácticas preventivas actuales se
mantienen constantes (línea azul claro), la reducción en el tiempo predecible con la estrategia única de vacunación de niñas
hasta los 15 años en introducción con múltiples cohortes (línea roja) y la estimación añadiendo a la vacunación dos episodios de
cribado con tecnología VPH validada (línea azul oscuro).
74
Claramente, este esquema es inspirador para los países más pobres, sin infraes-
tructura adecuada y con pocas posibilidades de adquirirla en un futuro próximo
en ausencia de inversiones considerables en desarrollar la infraestructura sanita-
ria general del país. En contraste, casi la totalidad de los países en desarrollo han
conseguido controlar/eliminar otras enfermedades infecciosas mediante la va-
cunación sistemática masiva, tales como la polio o el sarampión. La vacunación
masiva en solitario tendría la capacidad (según los modelos actuales) de reducir
la incidencia del cáncer de cuello por debajo de la cifra de 4 casos por 100.000
en el transcurso del siglo y, por tanto, se perfila como la intervención prioritaria
de excelencia y plausibilidad en el esquema de eliminación. El cribado con VPH
tendría la virtud de adelantar la reducción algunas décadas, pero en su comple-
jidad anticipa una organización más errática que depende de múltiples variables
socioeconómicas propias de cada región o país.
Por encima de las recomendaciones de la OMS, dirigidas primordialmente a paí-
ses en desarrollo, cerca de 30 países han incluido a la vacunación masculina en
los programas rutinarios de vacunación adolescente. La justificación de esta de-
cisión incluye: 1) la implicación masculina en la diseminación de las infecciones
por VPH; 2) el impacto del VPH en la población masculina, notablemente en las
tendencias del cáncer orofaríngeo masculino y del cáncer anal en varones homo-
sexuales; 3) la potencia de la protección de rebaño observada en VPH, disemina-
dos casi únicamente por transmisión sexual, y 4) que el impacto de la protección
de rebaño solo se observa en los varones heterosexuales. En cualquier caso, la
vacunación masculina y la recuperación de las cohortes de niños no vacunados
desde la introducción de la vacunación femenina es uno de los objetivos que son
socialmente responsabilidad de los pediatras.
Las
vacunas frente al VPH
••• Características de las vacunas frente al VPH
Existen tres vacunas frente al VPH comercializadas en España: la vacuna bivalen-
te, la tetravalente y la nonavalente, las tres compuestas por partículas similares
al virus (VLP, por sus siglas en inglés). Las VLP son partículas no infecciosas y no
oncogénicas que se producen mediante el autoensamblaje de copias de la pro-
teína L1 del virus producidas por tecnología del ADN recombinante, formando
una estructura similar a la cápside que induce la producción de anticuerpos. La
vacuna bivalente contiene VLP de VPH 16 y 18, genotipos causantes del 71 % de
los casos de cáncer de cuello uterino, y de una fracción entre el 64 y el 90 % de
los cánceres de vulva, vagina, pene, ano y orofaringe asociados al VPH. La vacu-
na tetravalente contiene VLP de VPH 16 y 18 y de dos genotipos no oncogéni-
cos, el VPH 6 y 11, que causan, aproximadamente, el 90 % de las verrugas anoge-
Pauta de · De 9-14 años: · De 9-13 años: · De 9-14 años: 0, 6-12 meses
vacunación 0, 5-13 meses 0, 6 meses · A partir de 15 años:
· A partir de 15 años: · A partir de 14 años: 0, 2, 6 meses
0, 1, 6 meses 0, 2, 6 meses
76
travalente y nonavalente son eficaces además en la prevención de verrugas
anogenitales.
La eficacia de las vacunas bivalente y tetravalente en la prevención de lesiones
precancerosas cervicales de alto grado relacionadas con los genotipos de VPH
16 y 18, cuando se administran a mujeres jóvenes susceptibles a estos genotipos,
es cercana al 100. La vacuna nonavalente ha demostrado una eficacia del 97 %
frente a lesiones cervicales, vulvares y vaginales de alto grado relacionadas con
los genotipos de VPH 31, 33, 45, 52 y 58 en mujeres no infectadas por estos ge-
notipos, y además una respuesta inmune frente a VPH 6, 11, 16 y 18 no inferior a
la de la vacuna tetravalente, por lo que se asume la eficacia de la vacuna tetrava-
lente frente a los genotipos de VPH 16 y 18.
La vacuna bivalente ha demostrado en los ensayos clínicos protección cruzada
frente a los genotipos de VPH 31, 33 y 45, mientras que en el caso de la vacuna
tetravalente se ha demostrado protección cruzada principalmente frente al ge-
notipo de VPH 31.
La eficacia clínica de las vacunas se demostró en mujeres y en hombres jóve-
nes, pero en preadolescentes y adolescentes se asume la misma eficacia por-
que la respuesta de anticuerpos no es inferior a la de las mujeres en las que se
llevaron a cabo los ensayos clínicos (estudios puente de inmunogenicidad). En
preadolescentes se ha demostrado que la respuesta inmune de una pauta de
2 dosis (separadas por un intervalo de 6 meses) es similar a la respuesta inmune
en mujeres de 18-26 años que recibieron una pauta de 3 dosis, motivo por el
cual en niños y niñas entre los 9-14 años se puede administrar una pauta de
2 dosis.
••• E
videncia del impacto poblacional y efectividad de los
programas de vacunación frente al VPH en el mundo
La evidencia en relación a la efectividad de las vacunas frente al VPH y su im-
pacto poblacional en la reducción de infección por VPH, lesiones precancerosas
cervicales y verrugas anogenitales es considerable, con más de un centenar de
artículos publicados de, al menos, 18 países. Drolet y colaboradores han publica-
do recientemente una actualización de un metaanálisis de impacto poblacional
de las vacunas frente al VPH que ha incluido 65 estudios de 14 países. Estos
estudios compararon la frecuencia (incidencia o prevalencia) de los desenlaces
asociados a la infección por VPH en población general entre el periodo previo
a la introducción a la vacuna y el periodo posvacuna. Al transcurrir 5-8 años del
inicio de la vacunación, se observa que la prevalencia de infección por VPH 16
y 18 ha disminuido en niñas y mujeres de 13 a 29 años, observándose el mayor
descenso (del 83 %), en las mujeres de 13 a 19 años. Además, se observa protec-
ción cruzada frente a VPH 31, 33 y 45 en las mujeres de 13 a 19 años (disminución
del 54 % en la prevalencia de infección por estos genotipos). Tras 5-8 años de
vacunación también han disminuido los diagnósticos de verrugas anogenitales
en las mujeres de 15 a 29 años de edad, observándose el mayor descenso (67 %)
en las mujeres de 15 a 19 años, y también se observa un descenso en hombres
no vacunados de 15 a 24 años de edad, lo que demuestra un efecto de pro-
tección de rebaño de la vacuna. En las lesiones precancerosas cervicales, tras
5-9 años de vacunación, la disminución observada es del 51 % en las mujeres
de 15 a 19 años que participan en los programas del cribado y del 31 % en las
mujeres de 20 a 24 años. Por último, los estudios realizados en países que va-
cunaron varias cohortes con altas coberturas (≥ 50 %) mostraron un descenso
mayor y más rápido de los diagnósticos de verrugas anogenitales en mujeres y
hombres de 14 a 29 años y de lesiones precancerosas cervicales en mujeres de
15 a 24 años, comparado con los estudios de países con coberturas < 50 % o que
vacunaron una sola cohorte.
En los estudios publicados de efectividad destacan los datos de Escocia pu-
blicados por Palmer y colaboradores, que muestran una elevada efectividad
de la vacuna bivalente en la prevención de lesiones precancerosas cervicales
independientemente del genotipo de VPH. En este estudio se compararon las
lesiones precancerosas cervicales detectadas en la primera visita de cribado (a
los 20 años de edad) en las mujeres vacunadas con la vacuna bivalente nacidas
en 1995 y 1996 con las mujeres no vacunadas nacidas en 1988. La reducción
observada en neoplasia intraepitelial cervical grado 3 o superior (NIC3+) fue
del 89 %, en NIC2+ fue del 88 % y en NIC1 fue del 79 %. Se observó una mayor
78
reducción en las mujeres vacunadas a los 12-13 años de edad (reducción del
86 %), comparado con las vacunadas a los 17 años (51 %). Adicionalmente, se
evidenció una reducción de las lesiones cervicales en las mujeres no vacunadas
de las cohortes elegibles para el programa de vacunación frente a VPH (naci-
das en 1995 y 1996), lo que sugiere un efecto de protección de rebaño de la
vacuna.
80
anogenitales en mujeres de 10-64 años aumentó de 72 casos por 100.000 a 107
por 100.000, y en hombres de 69 casos por 100.000 a 139 por 100.000. En las
mujeres de 16 a 19 años de edad se observó un cambio de tendencia en el año
2012, pasando de un incremento del 21 % anual entre los años 2009 y 2012 a una
disminución estadísticamente significativa de -19 % anual entre 2012 y 2016, con
una disminución de la incidencia del 61 % entre 2012 y 2016. Por contra, en las
mujeres de este mismo grupo de edad la incidencia de herpes genital aumentó
entre 2009 y 2016.
El
rol del pediatra en la estrategia
de eliminación
Las vacunas frente al VPH han mostrado su singularidad en múltiples aspectos
de sus indicaciones y de su aplicación: 1) las vacunas incluyen VLP de genotipos
de VPH oncogénicos, responsables de cánceres anogenitales y de orofaringe,
y de genotipos no oncogénicos, responsables de verrugas anogenitales y de
papilomatosis respiratoria recurrente; 2) el objetivo de la vacunación incluye pa-
tologías en ambos géneros; 3) el coste inicial de las vacunas restringió las indi-
caciones iniciales a una cohorte de niñas preadolescentes (entre 9 y 14 años de
edad). Con la experiencia y el mejor conocimiento de la eficacia y seguridad
vacunal, las indicaciones han ido extendiéndose a: 1) mujeres jóvenes hasta 18 o
26 años; 2) niños en indicaciones semejantes a las de las niñas; 3) grupos de alto
riesgo en función de su estado inmunitario (individuos trasplantados, pacientes
infectados por VIH, pacientes con patología autoinmunitaria), incluso está en
fase de evaluación/introducción la utilización de estas vacunas profilácticas en
esquemas integrados de tratamiento adyuvante de pacientes con lesiones cervi-
cales CIN 2+ o de papilomatosis respiratoria recurrente.
En el contexto español, el rol del pediatra en la estrategia de eliminación está
todavía definiéndose.
En primer lugar, cabe considerar la visita pediátrica en niños como una opción
única de mejorar las coberturas de vacunación VPH. Actualmente, la estima-
ción de las niñas que no están adecuadamente vacunadas a los 15 años oscila
entre un 40 % en algunas comunidades autónomas a menos de un 10 %. La
estimación media de cobertura de vacunación VPH es de un 70 %, en el tercio
elevado de las coberturas europeas. La visita pediátrica puede ser ocasión de
revisar el calendario de vacunación y recuperar las vacunaciones no realizadas.
En segundo lugar, la Pediatría española tiene la opción de estimular la incor-
poración de los niños a la campaña general de vacunación y eventualmente
iniciar la vacunación en espera de las indicaciones globales. Finalmente, los
Bibliografía recomendada
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