Investigacion de La Vestimenta Gauchesca

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Materia:Teatro de Ensayo

Profesor: Juan Jose Beitia


Alumnas: Lara Cappelli y Lucia Machinea
Tema: Investigación cultura y vestimenta gauchesca en la Argentina

El gaucho es un hombre de campo, que trabajaba en las tierras en las afueras de Buenos
Aires. Un jinete a caballo, un hombre rural independiente, y nómade. Los primeros gauchos
aparecieron en la zona del Litoral a principios del siglo XVII y, en las desiertas llanuras
pampeanas, había gran cantidad de vacas y caballos salvajes, sin dueños, denominados
“cimarrones”. Así comenzó a configurarse la imagen del gaucho. Se dedicaba a la caza de
ganado silvestre para su alimento, posterior extracción de cuero y comercialización.

El gaucho, en su tiempo de ocio, tomaba mate amargo, comía asado a las brasas,
empanadas, locro, guisos, pastelitos de membrillo o dulce de batata. Realizaba una típica
competencia llamada “corrida de sortija”, un juego que consistía en introducir un puntero en
una sortija que cuelga de un aro a tres metros de altura. Este juego gauchesco era a caballo
con el jinete parado sobre los estribos, y a toda velocidad.El gaucho también dedicaba su
tiempo a tocar la guitarra, realizar payadas, y bailar el pericón o el malambo, danzas típicas
argentinas.

Si se quisiera hacer una radiografía del gaucho, simplemente hay que leer el Martín Fierro,
escrito por José Hernández, un clásico de la literatura gauchesca. Este libro de poesía de
1872, considerado como la biblia gaucha, es un relato en forma de verso que narra las
experiencias de un gaucho, su estilo de vida, sus costumbres, su lengua, su sabiduría, y
códigos de honor. Si se tuviera que definir al gaucho con tres características serían: orgullo,
lealtad, y valentía. El gaucho era un hombre de palabra y respeto, reconocido por su
solidaridad y hacer favores (referido hoy en día a “hacer gauchadas”), y con una increíble
habilidad para domar a los caballos.

En cuanto a su vestimenta, el gaucho se vestía con “bombachas de campo”, pantalones


amplios para cabalgar, poncho para abrigarse del frío, cinturón de faja de lana y otro
cinturón de cuero adornado con monedas, botas altas o alpargatas, camisa con chaleco y
pañuelo en el cuello, sombrero o boina, rebenque, y su tradicional “facón”, cuchillo que le
servía para defenderse, matar animales, cuerear, cortar leña, realizar artesanías, entre otras
cosas.

Toda indumentaria de gaucho usualmente es llamada pilcha, palabra de origen indígena que
luego ha pasado a ser parte del lunfardo. La vestimenta típica del gaucho tiene la impronta
de la de los jinetes andaluces. A esta suma los siguientes elementos:

Un poncho (gran capa talar o capote tipo manta con un tajo en el centro para pasar la
cabeza)
Un facón (cuchillo de gran tamaño)
Un rebenque o talero
Pantalones amplios, llamados bombachas, sostenidos con un cinturón con una faja de lana
tejida y un ancho cinturón de cuero adornado a veces con monedas (llamado tirador)
Un "chiripá", lienzo atado a la cintura como un pañal, una de cuyas funciones era proteger
del frío (el frío fue llamado muchas veces con la palabra quechua del mismo significado:
"chiri")

Para nuestros gauchos, el poncho era casi como una bandera. Tenía, a su vez, muchas
funciones prácticas que acompañaban el día a día en los campos, protegiéndolos del frío y
asistiéndolos en la pelea.
Hay una reflexión al respecto, de las manos de Alberto G. Bellucci, exdirector del Museo de
Arte Decorativo;

“Extendido o replegado sobre los hombros echado sobre el cuello o terciado sobre un lado,
el poncho protege del viento y abriga del frío; es alternativamente sobretodo, impermeable,
bufanda y capote.
También sirve como colchón al sereno, oficia de manta y frazada o se arma como alforja,
donde cabe una “ponchada”.
Ocasionalmente acompaña a la violencia ya que, arrollado en el brazo izquierdo, sirve como
escudo y defensa del puñal ajeno o actúa como instrumento de tortura, “emponchando“ al
reo con un cuero fresco.
El poncho integra las galas del jinete, apoya los avances de una conquista amorosa, sirve
de ofrenda del profesante y funde al gaucho con su cabalgadura convirtiéndolo en centauro
pampeano.
El poncho mantiene intacta su vigencia, venciendo el paso del tiempo, porque se ha
convertido en uno de los símbolos que nos identifica y que nos conecta, sin duda alguna,
con las raíces de nuestra propia historia.”

El poncho, como el hábito de tomar mate, fueron tomados del "indio". Por ejemplo, de los
aborígenes tomó el gaucho una de sus más singulares armas: la boleadora. El caballo, el
"chambergo" (sombrero alar) y la guitarra eran herencia de los conquistadores españoles.
El gaucho solía montar con las llamadas "botas de potro", que no tenían tacones y eran
abiertas en las puntas. La bota de potro está hecha con cuero de la parte baja de la pierna
del caballo o potro (porción metacarpo falángica) preferentemente este último por la mayor
resistencia de su piel, que servía para la protección de los pies, y su caña (elevación) de
resguardo para las espinas del monte y las irregularidades de la vegetación. También se
puede hacer con cuero de vaca. Fueron desplazadas luego de 1850 con la generalización
de las botas fuertes que ya existían pero a las que solamente accedían aquellos
campesinos con mayor poder adquisitivo.
Otro elemento típico de la vestimenta del gaucho son sus cinturones. Los más conspicuos
son llamados rastras y consisten en cinturones anchos de cuero blanco graneado, trabajado
con alumbre.
Raíces históricas y amalgama de indumentaria

Resulta claro y verificable que la indumentaria del gaucho colonial argentino en la primera
mitad del siglo XIX, no incluía la bombacha, sino el «chiripá». Todos los cronistas y viajeros
europeos así lo constatan, como las acuarelas y litografías y los uniformes militares.

Al decir “Gaucho Colonial” estoy significando la palabra “Gaucho”, hasta poco antes de
1815/1816, este vestía, si era patrón de estancia o acaudalado, chaqueta corta que no
pasaba de la mitad de la espalda, con cuello, puños y solapas de terciopelo; camisa blanca
con cuello largo, corbatín negro chaleco de raso o de tela brillosa con dos o tres botones,
muy abierto con solapa por donde se asomaba una especie de jabot.
Pero los peones de campo vestían mucho más humildes, para realizar las tareas del campo.

Por ese entonces dos vocablos se usaban para designar a los peones que trabajan en el
campo: “gauderio”y camilucho o “camelucho”.

Volviendo a la vestimenta, el pantalón ceñido a la pierna, a la que llamaban calzón español,


llegaba hasta más debajo de la rodilla, y estaba abotonado al costado cuatro botones y una
pasa cordón que se anudaba rematado con 2 borlas de color; desde allí seguía hasta los
tobillos una especie de calzoncillo, ensanchándose de arriba hacia abajo y rematado con
flecos y bordados;los “cribos”.
Este pantalón o calzón español comenzó a desaparecer cerca de 1820, siendo
reemplazado por el chiripa.
El calzoncillo “Cribao” o Cribado, consistía en un pantalón de tela común, color blanco, más
bien ancho que a partir de la media pierna llevaba bordados calados (como una especie de
puntilla) y flecos largos que llegaban hasta el suelo.
Los había también sin cribo, en este caso el largo del calzoncillo llegaba hasta la media
pierna y se usaban únicamente para trabajar.
El chiripa fue usado antes de 1815 por gauchos pobres, especialmente para trabajar.
Esta prenda se ajustaba con una faja angosta, o fajín ceñido de color oscuro, anudándose
al costado izquierdo cayendo sus puntas, que sujetaba el pantalón.

El chiripa, que en quichua significa «para frío» es decir para protegerse del frío, lo venían
usando los indios desde antes de 1810, e inicialmente y en particular los indios pampas lo
usaban «jerga» mientras que los españoles y criollos la denominaban «bayeta», y era de
muy baja calidad.
También se usaba el chiripa con una franja o banda de colores por el medio.

En lo referente a los colores el gaucho sureño los usaba de color beige o bayo como solía
llamar al color marrón claro y también al gris, tenía guardas o bandas listadas en los
costados de color blanco, marrón oscuro, crema. Si eran de color oscura las bandas
laterales eran más claras.

En todos los casos dichas guardas o bandas listadas eran bien definidas es decir los
colores no se esfumaban o fundían entre sí (degrade).
En cuanto a las botas de potro a las que ya nos referimos, el gaucho colonial le sacaba las
puntas, por donde se asomaban los dedos de los pies, es decir las despuntaba. Esto lo
hacía así, porque lo había heredado de los indios “pampas” por su forma de estribar, que
consistía en afirmar los dos primeros dedos de cada pie sobre un nudo hecho en cada
extremo de un tiento retorcido que cruzaba el lomo del caballo.
A este rústico estribo se le llamó “pampa” y a los nudos de cada extremo
‘botón pampa”.

Su arma era un cuchillo, al que llamaba “alfajor” que calzaba delante en la cintura. Esta
denominación deriva de “alfanje” una especie de sable corto y curvo, con filo solamente por
un lado, y por los dos en la punta, también usó un cuchillo largo y recto al que llamaba
“faca”, de origen andaluz, y del cual derivaría después otro de hoja más ancha llamado
“facón”.

Completando su vestimenta usó un sombrero cónico, rígido de ala mediana, con barbijo
esto consistía en un pequeño lazo o cordel que cayendo desde el costado del ala se unía a
la misma altura del otro lado, y servía para sujetar el sombrero a la cabeza.
A partir de 1815, el calzón español que venía usando el gaucho colonial desde antes de
1810 fue desapareciendo paulatinamente desde 1815/1816, aproximadamente, siendo
reemplazado por el chiripa a tal punto que, ya en 1818 no había ninguno que usase esa
primitiva prenda hispana.

Muchos han señalado la connotación árabe del gaucho argentino o rioplatense. La guitarra,
el caballo, la asimilación de la pampa al desierto.
La España mora ha sido señalada como el canal de transmisión de estas características.

La bombacha de campo, pantalones muy amplios que se angostan en el tobillo, constituye


una característica particular en la indumentaria del gaucho argentino, que también tiene
origen árabe, como resulta obvio al constatar que es en el mundo árabe y en especial en lo
que constituía el imperio turco en el siglo XIX -que dominaba los Balcanes e incluso Grecia-
donde este tipo de vestimenta se usaba.
Esto no se encuentra en el guazo chileno, el charro mexicano, el llanero venezolano o el
gaúcho brasileño.
Nos dice el historiador Jorge V. Duizeide, “La bombacha es un elemento de la indumentaria
árabe o turca que llegó a la Argentina a través de España” y ha explicado esta curiosa
traslación.

Como curiosidad histórica podemos señalar que en marzo de 1856, se firma el Tratado de
Paz que da fin a la Guerra de Crimea, que enfrentó a las fuerzas de aliadas de Gran
Bretaña, Francia, Turquía (Imperio Otomano) y Cerdeña contra el Imperio Ruso.
Siendo presidente de la Confederación Argentina Justo José de Urquiza, al año siguiente de
finalizar la guerra, el representante diplomático francés ante el gobierno de Paraná, informó
que su país estaba en condiciones de vender a un precio muy conveniente 100.000
bombachas que habían sido fabricadas para el ejército turco, que como consecuencia de la
paz, se habían convertido en “rezago militar”.
Urquiza se entusiasmó con la forma de pago, que era un trueque por productos y lograda la
aprobación de la compra por parte del gabinete, se aceptó la oferta de las bombachas
originalmente destinadas al ejército turco.
Todas las bombachas fabricadas por los franceses eran del color del uniforme de dicho
país, el gris de un color blanco sucio o isabelino y éste es el origen de la bombacha gaucha
que entra en Entre Ríos a fines de 1858.
Muchos paisanos que traían productos del litoral a Buenos Aires, vendían también
“bombachas batarazas”(en Entre Ríos muchas fueron revendidas) y como algunos de los
comerciantes eran de origen árabe o turco, la fábrica de origen fue confundida por muchos.
En tres años, se difundió con gran éxito. Es después del triunfo de Mitre en Pavón en 1861,
se difunde en forma generalizada.
Cabe señalar que en esos mismos años, los ponchos que se vendían en las pulperías eran
fabricados por la industria británica y ya no por los telares locales.
Tanto la bombacha fabricada en Francia como el poncho salido de las industrias textiles
francesas, muestran cómo después de la caída de Rosas la Argentina entró en un proceso
de globalización económica.
Otros sostienen, que Ricardo Güiraldes importó de Francia bombachas vascas, de donde
también provino la “alpargata”, pero esto fue muy posterior, recién en los comienzos del
siglo XX.
Hay quienes también argumentan que con el ingreso de las primeras colonias vascas,
traídas por Pedro Luro en 1862, fue como se difundió la bombacha de campo y la alpargata.
Fuentes bibliográficas
“Atuendo tradicional para danza folklórica”– Héctor Aricó
“Atuendo nacional argentino”– Héctor Aricó
“Vestimenta gaucha” – Jorge V. Duizeide
«Historia y Sociedad» – Matiascalero
“La evolución en la vestimenta del gaucho: El calzoncillo cribado y el chiripá”
https://www.madariaga.gob.ar/noticias/5703/la-evolucion-en-la-vestimenta-del-gaucho-el-cal
zoncillo-cribado-y-el-chiripa
“ Evolución de las prendas del gaucho” Museo de Madariaga
https://www.youtube.com/watch?v=drHe-pCRY54

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