Seminario Histo
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HUESO ESPONJOSO
La mayor parte del hueso compacto se compone de una gran cantidad de sistemas de conductos
de Havers (osteonas). Cada sistema está formado por cilindros de laminillas, dispuestas
concéntricamente alrededor de un espacio vascular denominado conducto de Havers. Con
frecuencia las osteonas se bifurcan a lo largo de su considerable longitud. Cada una de ellas está
delimitada por una delgada línea de cemento, compuesta principalmente de sustancia
fundamental calcificada con escasa cantidad de fibras de colágeno
Dentro de una laminilla, los haces de fibras de colágeno son paralelos entre sí, pero están
orientados cası perpendicularmente respecto a los de las laminillas adyacentes. Esta organización
es posible porque las fibras de colágeno siguen una disposición helicoidal alrededor del conducto
de Havers, pero se sitúan de forma diferente en las laminillas adyacentes.
Cada conducto de Havers, revestido por una capa de osteoblastos y células osteoprogenitoras,
alberga un haz neurovascular con su tejido conjuntivo asociado. Los conductos de Havers de las
osteonas adyacentes están conectados entre sí por los conductos de Volkmann (v. figs. 7.8. 7.14 y
7.17), espacios vasculares que están orientados oblicua o perpendicularmente a los conductos de
Havers.
El diámetro de los conductos de Havers varía de aproximadamente 20 µm a unos 100 µm. Durante
la formación de las osteonas, la laminilla más cercana a la linea de cemento es la primera que se
forma. Cuando se añaden más laminillas al sistema, el diámetro del conducto de Havers se reduce
y aumenta el grosor de la pared de la osteona. Debido a que les nutrientes de los vasos sanguíneos
del conducto de Havers deben atravesar los canalículos para llegar a los osteocitos, un proceso
bastante ineficaz, la mayoría de las osteonas no suele tener más de 4 a 20 laminillas.
Cuando el hueso se está remodelando, los osteoclastos resorben porciones de las osteonas y los
osteoblastos forman sistemas de conductos de Havers nuevos. Los restos de las osteonas
permanecen como arcos irregulares de fragmentos laminares, conocidos como taminillas
intersticiales, rodeados de osteonas. Al igual que las osteonas, las laminilas intersticiales también
están rodeadas por líneas de cemento.
La mayoria de los huesos planos se originan por osificación Intramembranosa. Este proceso se
produce en un tejido mesenquimatoso ricamente vascularizado cuyas células están en contacto
unas con otras a través de prolongaciones largas.
REMODELACION OSEA
Los diferentes sistemas del cuerpo humano están formados por tejidos y células
especializadas que tienen la capacidad de adaptarse a los cambios y así mismo sus
propiedades les permiten regenerarse cuando han resultado afectadas por lesiones o daños
tisulares. Por ejemplo, los huesos son unos de esos tejidos capaces de producir una regeneración
celular, conocida como remodelación.
"Es un proceso continuo que ocurre en el sistema óseo cuando los huesos han sido sometidos a
cambios y nuevas demandas"
Cuando se altera, pierde o interrumpe la continuidad del tejido de un hueso, ya sea por factores
externo o internos, se activa un sistema de células óseas que se encargan de eliminar el tejido
afectado y crear uno nuevo, por eso al momento del daño tisular, se envían señales para que
comience el reclutamiento de las células. Pero ese es un mecanismo que se lleva a cabo en varios
pasos, por lo que son descritos a continuación:
El sistema óseo está formado por una matriz ósea que a su vez comprende al calcio, agua,
colágeno, fósforo y la hidroxiapatita. Pero además es el lugar de los huesos donde se localizan las
células óseas, que se encargan de la eliminación, reabsorción y formación del hueso, por lo que
son las que participan activamente en la remodelación del hueso.
"Las células que intervienen en la remodelación son los osteoclastos y los osteoblastos"
¿Por qué es importante la remodelación de los huesos?
Nuestro cuerpo se encuentra en constante cambio, por eso es necesario que se activen
mecanismos que nos ayuden a adaptarnos a las nuevas demandas que se nos presentan. Entonces
este proceso es importante para que realicemos ejercicio y cualquier actividad física de la vida
diaria.
Ahora bien, aunque es un proceso que se activa constantemente a medida que nuestros tejidos
van cambiando, se presenta también cuando el hueso es expuesto a factores internos como lo son
los trastornos metabólicos (osteoporosis) y en presencia de lesiones como las fracturas.
REPARACION OSEA
Todos los tejidos del cuerpo tienen capacidad de regenerarse ante una lesión, sustituyendo los
tejidos perjudicados por tejidos nuevos que deben tener la misma forma y características del
tejido sano. El hueso es un tejido que a pesar de su dureza tiene una capacidad de regeneración
importante y un tiempo determinado para su reparación. Al proceso de reparación del hueso
después de una fractura le llamamos también consolidación ósea(1). En este texto se van a
describir los diferentes procesos de reparación del hueso cuando se produce una fractura y qué
sucede cuando éste proceso se retarda.
La consolidación ósea se da en 3 fases que siguen una de la otra. Éstas son: inflamatoria y
proliferativa, formación del callo de fractura y remodelación.
Cuando un hueso sufre un impacto, absorbe junto con los tejidos blandos circundantes la energía
liberada. Si la cantidad de energía no excede la capacidad de absorción de fuerzas del hueso no
sucede nada, pero si ésta energía es excesiva no será absorbida y se producirá la fractura; lo que
implica una hemorragia local y necrosis de las células tanto óseas como de los tejidos blandos, que
rodean la zona de fractura. En éste momento ocurren los siguientes procesos:
Si durante esta primera fase se manipula el foco de fractura se nota que los fragmentos rotan
entre sí y se producen sonidos (crepitación) debido al roce de los bordes óseos.
Entre la segunda y la tercera semana comienza a formarse el callo blando de fractura. Durante
esta fase proliferan las células en el periostio (capa más externa del hueso), en los tejidos blandos
y en todo el tejido vascularizado circundante; y comienzan a diferenciarse en osteoblastos (células
que formarán el nuevo tejido óseo), osteoclastos (células que reabsorben y remodelan el hueso) y
condroblastos (células que crean tejidos cartílaginosos).
Las células del periostio proliferan rápidamente, buscando la unión de los fragmentos de la
fractura. Por ello, se forma un manguito perióstico que envuelve el callo blando. En este momento
puede manipularse la fractura sin notar crepitación, ya que los fragmentos de hueso no se
mueven.
Cuando finaliza esta fase comienza la mineralización del callo, producida al depositarse cristales de
hidroxiapatita y al irse formando un tejido osteoide que va a ser mineralizado. En este momento
se forma un tejido óseo muy primitivo, fibrilar y en forma de láminas que tiene suficiente
consistencia para que el foco de fractura sea estable, pero no tiene capacidad de soporte de
cargas. A medida que progresa la mineralización, el tejido óseo va ganando rigidez. En cuanto a su
establecimiento se manifiesta por la desaparición de las manifestaciones inflamatorias en el foco.
Por ello, es el momento de considerar la posibilidad de soporte de cargas.
Fase de remodelación
El proceso de consolidación finaliza con un remodelamiento adaptativo, que puede durar meses o
incluso años.
Además, existen hormonas (como la paratohormona, hormona del crecimiento, estrógenos…), que
tienen una influencia definitiva en la formación del callo de fractura; igual que ciertas vitaminas
como la C y la D.