Cedaw Interseccionalidad
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Cedaw Interseccionalidad
ISSN: 1989-8797
Comité Evaluador de los Working Papers “El Tiempo de los Derechos”
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INMIGRACIÓN, DISCRIMINACIÓN Y DERECHOS HUMANOS: LA
CEDAW DESDE UNA PERSPECTIVA INTERSECCIONAL.
Resumen: Los fenómenos de discriminación han sido una preocupación especial tanto
en el ámbito internacional como en el nacional en los últimos tiempos. Por esta razón se
ha legislado intensamente sobre la materia, dando una especial relevancia a la cuestión
de género. Una de las normas más importantes tanto por su elaboración pionera como
por el amplio abanico de posibles discriminaciones que abarca es la CEDAW, que
introduce el principio de interseccionalidad y con ello amplía la protección de las
mujeres en los casos de discriminación múltiple. En este trabajo se analiza esta
normativa a la luz de ese marco interseccional, que nos permite contemplar cómo los
diversos exclusógenos que resultan en violaciones de los Derechos Humanos se abordan
teórica y legislativamente, y más concretamente para el caso de las mujeres inmigrantes,
ya que son muy propensas a sufrir este tipo de discriminaciones. Se observará además la
implementación en España de ésta norma y el alcance de la concepción interseccional,
así como el resultado que esta normativa tiene concretamente sobre las mujeres
inmigrantes. Los resultados de esta investigación son interesantes desde el punto de
vista interno de la propia CEDAW, al tener que definir mejor sus conceptos, y desde el
punto de vista externo en las dificultades de la aplicación en España. Hacemos así un
análisis reivindicativo analizando las luces y sombras de esta norma.
1
Introducción
La inmigración es uno de los grandes retos de nuestra era. A lo largo de los años y
especialmente desde el siglo XIX, distintos colectivos han reivindicado sus derechos, su
autonomía, su reconocimiento. De esta forma, los movimientos obreros, feministas,
homosexuales, etc. han ido paulatinamente logrando mejorar su situación. El último
colectivo víctima de la marginación, sin embargo, son los inmigrantes (Pérez de la
Fuente, 2008: 114; Ferrajoli, 2011: 109). Son normalmente invisibles, salvo en aquellos
casos en que son objeto de rechazo y se transmite de ellos una imagen de amenaza o
peligro. Pensar en los inmigrantes en España es dibujar mentalmente una imagen de
irregularidad, de pateras, de vallas que escalar. De hecho, en España hay un matiz
dialéctico bastante significativo que distingue entre extranjeros -como aquellos que
visitan el país, esas personas que vienen de países desarrollados- e inmigrantes -los
irregulares o ilegales1, los que llegan desde países en desarrollo-. Pero además, dentro
de este colectivo de irregulares, se hace necesario hablar de las invisibles dentro de los
invisibles, las mujeres inmigrantes.
No sólo los estudios migratorios dejaron de lado a la mujer durante años, silenciándola
en absoluto u otorgándole un mero papel de acompañante del varón durante el periplo
migratorio de éste. Sus motivaciones, sus inquietudes y las dificultades que encontraban
durante el viaje y una vez que llegan a su destino han sido simplificadas, ignoradas o
menospreciadas, y los mecanismos diseñados para protegerlas, cuando finalmente
aparecieron, no siempre han cumplido su papel.
Sin duda, ampliar la regulación garantista de los derechos humanos es una buena noticia
y así ha de ser recibida, no obstante, si ésta labor no se aborda entendiendo al fondo de
la problemática que la ocasiona, el resultado puede resultar estéril o no del todo
satisfactorio. Es por ello que en este trabajo nos hemos propuesto analizar la realidad de
una normativa que resultó pionera en el campo de la lucha contra la discriminación de la
mujer, planteándose un amplio espectro de actuación y tratando de visibilizar a una serie
1
Ripollés (2007: 3), en su artículo “Discurso mediático, inmigración e ilegalidad: legitimando la exclusión
a través de las noticias” acerca de la imagen que la sociedad percibe de los inmigrantes irregulares
afirma: “la polarización legal-ilegal determina la construcción de una identidad mediática de la
inmigración asociada a la delincuencia, fuertemente marcada por una visión policial y judicial, que
legitima las desigualdades sociales y confluye en la exclusión del “otro” que es concebido como un no-
ciudadano sin derechos en base a su condición, englobada bajo la ilegalidad”.
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de colectivos que no habían recibido atención suficiente hasta ese momento. Se trata de
la CEDAW2, un acuerdo internacional de gran calado que se encuentra en constante
evolución y que supone un reflejo de los distintos obstáculos a los que distintos
colectivos han de hacer frente. De esta forma, a lo largo de esta investigación se van a
mostrar, por un lado, el contexto en el que este tratado fue ideado, y aquellos aspectos a
los que pretendía dar respuesta, pero también cómo en ocasiones los “problemas” de la
inmigración de las mujeres y la vulneración que existe en relación a los derechos
humanos de éstas no han sido suficientemente bien atendidos. Por otro lado, resulta
interesante realizar un análisis de la CEDAW en relación al término y marco de la
interseccionalidad, pues es un planteamiento que aún se encuentra en desarrollo,
especialmente en Europa, y más concretamente en su aplicación legislativa.
Reivindicamos el espacio que esta consideración teórica reclama para atender a una
serie de fenómenos discriminatorios que no pueden entenderse plenamente
observándolos de manera individual.
Como se observa, el otro gran elemento de referencia en este contexto son los Derechos
Humanos. El ámbito universal de los mismos desde la esfera de lo legislativo y lo
jurídico se deriva del reconocimiento pleno de la dignidad de todos los seres humanos3,
2
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (1946)
3
La relación entre dignidad humana e igualdad de Derechos aunque existió teóricamente aún antes de
materializarse jurídicamente, alcanzó ese marco de protección, respeto y reconocimiento tras la
3
y por tanto también de la igualdad entre mujeres y hombres. De esta forma, el
enunciado de la Convención hace referencia al sujeto de las discriminaciones,
asumiendo la innegable realidad de discriminación que se da contra la mujer en un
sistema eminentemente patriarcal. No obstante, un acto de discriminación no puede
entenderse de una forma genérica en cuanto a su motivación si tenemos un sujeto o un
colectivo concreto al que atenernos.
4
Pero además, este tratamiento es relevante también en tanto esas discriminaciones se
producen en ámbitos diversos. La filosofía y la teoría política han debatido largamente
acerca de los diferentes “espacios” en los que las diversas formas de discriminación se
materializan, aunque sin duda una de las aportaciones clave en este sentido la hizo
Fraser (2008). Su distinción entre las diversas esferas que incluyen lo político,
económico y lo cultural (que se analizan desde el paradigma de la representación,
redistribución y reconocimiento respectivamente)5 permitió esquematizar de forma
simplificada toda una red de confluencia de trato desigual en la realidad social de quien
lo padece. Y aunque paulatinamente se ha ido regulando en todos esos ámbitos teniendo
en mente la meta de la igualdad, hay una norma especialmente importante en este
sentido, pues buscó su aplicación en un marco amplio que no se limitará a un único
contexto, y lo hizo de forma pionera, esta es la CEDAW (según sus siglas en inglés) o
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer;
que ya hemos mencionado aquí.
Más tarde, entre 1975 y 1985, en la denominada Década de las Mujeres de las Naciones
Unidas se redactarían, tras la CEDAW, otras resoluciones como la Declaración de
5
Fraser estudió las reivindicaciones de Justicia estableciendo un esquema que inicialmente se basaba en
dos contextos diferenciados dentro de la realidad: el económico, analizado desde el paradigma de la
redistribución, y el cultural, centrado en las demandas de reconocimiento. Un tercer ámbito, el político,
apareció en sus obras posteriormente y de forma independiente a los otros dos en su Escalas de Justicia,
y bajo el paradigma de la representación vino a completar así ese esquema originario.
6
Llevada a cabo en un momento en que aún muchos países no contemplaban el sufragio activo y pasivo
para las mujeres
7
De hecho la CEDAW reconoce explícitamente la influencia de la Declaración Universal de Derechos
Humanos en su prólogo y como uno de los fundamentos para su elaboración
5
México sobre la Igualdad de la Mujer y su Contribución al Desarrollo y la Paz, en 1975,
o el Plan de Acción Mundial para la consecución de los objetivos del Año Internacional
de la Mujer, así como la Resolución que versa sobre la mujer maltratada y la violencia
en la familia, y que vio la luz en el marco de la Segunda Conferencia Mundial de las
ONU en 1980, entre otras; llegando los esfuerzos legislativos contra la discriminación
por razón de género hasta nuestros días.
Es innegable que todo ese esfuerzo normativo ha supuesto una importante evolución y
mejora en la situación de las mujeres, no obstante, diversas autoras han afirmado que
con frecuencia la protección se ha enfocado exclusivamente o de forma preeminente en
el género, olvidando o bien el resto de discriminaciones que existen o bien el efecto que
tiene el hecho de que esas otras discriminaciones se den al mismo tiempo que la que se
produce por razón de género. No adoptar un enfoque interseccional puede llevar,
efectivamente, a establecer esa suerte de jerarquía entre los distintos fenómenos de
discriminación que una misma persona o colectivo puede padecer, por ello una de
nuestras principales críticas se dirigen a la necesidad de sentar las bases para la
superación de la concepción normativa de los derechos como un camino de un único
carril en el que hay una discriminación principal y el resto, secundarias, van
apareciendo como obstáculos. El Legislador ha de atender a la urgencia de entender que
todas esas discriminaciones conforman un único camino, que es el resultado de la
confluencia de todas ellas y que por ello ninguna ha de primar sobre el resto de forma
general, y en ningún caso puede legislarse atendiendo únicamente a una.
La importancia de la CEDAW radica por tanto en dos facetas muy concretas: por un
6
lado es fundamental la cantidad de Estados que se han adherido a ella, 187 en total, lo
que significa que sólo 7 países del mundo aún no han firmado la Convención. Este
hecho es muy relevante, pues debemos tener en cuenta que es una de las Convenciones
más ratificadas de la ONU y supone a priori una aceptación de ciertas normas y
preceptos generales a la que la mayoría de los países del mundo se encuentra sujeta. Por
otro lado, la CEDAW se llevó a cabo en 1979, siendo además de innovadora, una
convención activa y dinámica, que está sujeta a su propio protocolo facultativo y
también a los avances que presenten los Estados. Fue, en definitiva y como se ha
comentado anteriormente, una iniciativa novedosa y llena de buenas intenciones
políticas, en la que la principal finalidad fue introducir la interseccionalidad -aunque no
se profundizase realmente en ese concepto como tal, especialmente respecto de su
aplicación práctica- como parte fundamental de toda la Convención, es decir, teniendo
presente un marco normativo que se ocupa de los distintos colectivos de mujeres y las
distintas esferas de la realidad. Intentó desde su origen regular de forma que quedasen
recogidos todos los ámbitos en los que mujer es susceptible de sufrir discriminación por
serlo.
No obstante, a pesar de su intencionalidad en este sentido, uno de los temas que ha sido
criticado de la CEDAW ha sido precisamente su falta de consideración suficiente de la
problemática interseccional que han de enfrentar las mujeres, considerando que sigue
primando la cuestión de género sobre el resto, y que los esfuerzos por regular en esta
materia fueron insuficientes; así, autores como Bond mantienen que la CEDAW “tiene
en cuenta únicamente una forma de opresión (...) la estructura del sistema basado en los
tratados dentro de las Naciones Unidas ha contribuido por tanto a un entendimiento
fraccionado de la naturaleza de la discriminación, fracasando en reconocerlo como una,
en ocasiones, inextricable mezcla de factores incluyendo raza, etnicidad, religión,
género, clase y orientación sexual” (Bond, 2003: 93).
Es por ello que resulta de especial relevancia el trabajo del Comité, pues ha permitido
una continua revisión de los artículos de esta Convención introduciendo de forma clara
7
la interseccionalidad, y reconociendo así progresivamente los efectos de la interrelación
de distintas opresiones.
8
Recomendación General número 28:
http://www.right-to-education.org/es/resource/cedaw-recomendaci-n-general-28
9
Recomendación General número 28, artículo 18 página 5.
8
interseccional, se reafirma la intención del Comité en el artículo 31, que reza:
Con este artículo el Comité pretende que los Estados no cometan dobles o triples
discriminaciones; su objetivo por tanto es que los Estados sean conscientes de que la
concepción de la interseccionalidad es un instrumento muy potente para eliminar
cualquier tipo de discriminación al aprehender su verdadero alcance. Atendiendo a los
colectivos especialmente vulnerables, como los mencionados, se conciben unas
necesidades que no pueden comprenderse atendiendo únicamente al género. Así, aunque
todas ellas son mujeres, cada uno de esos colectivos padece una serie de opresiones con
bases casuísticas distintas.
9
en todos los Estados. Además, la CEDAW tiene una vinculación jurídica con los
Estados muy concreta. Como se ha comentado antes la mayoría de los Estados han
firmado la Convención, pero existen una gran cantidad de reservas. De hecho, la
CEDAW es el tratado internacional de derechos humanos que más reservas tiene. Esto
provoca que la obligatoriedad por parte de los Estados no sea tan fuerte como debería, y
por tanto el cumplimiento sea deficiente.
10
aplicado al caso concreto de España.
Como se ha expuesto, España es uno de los 187 países que ratificaron la CEDAW,
comprometiéndose así a su observación y publicándolo en el BOE el 21 de abril del año
1984. Es un país en que la inmigración -incluso a pesar de la tendencia a la baja de los
últimos tiempos- constituye un factor de enorme peso demográfico, social, económico y
político, por lo que resulta fundamental encontrar los medios para evitar que aquellas
discriminaciones que se vienen produciendo en los más diversos ámbitos del contexto
vital de las mujeres inmigrantes permanezcan sin resolver, pues de esta forma,
atajándolos no sólo se favorece la integración de las personas que componen ese
colectivo, sino que se cumple con el precepto de universalidad de los Derechos
Humanos, así como con el mandato de todos aquellos textos que promueven ese respeto
básico.
10
Entre otras cuestiones, las que indicaron entonces que: ”4. El Comité celebra los progresos realizados
desde el examen, en 2009, del sexto informe periódico del Estado parte (CEDAW/C/ESP/6) con respecto
a las reformas legislativas emprendidas”, y “5. El Comité acoge con satisfacción los esfuerzos del Estado
parte por mejorar su marco institucional y normativo destinado a acelerar la eliminación de la
discriminación contra la mujer y a promover la igualdad entre los géneros”
11
”338. Habida cuenta de que la inmigración en España se ha cuadruplicado desde 1999, al Comité le
preocupan las múltiples formas de discriminación de que pueden ser objeto las inmigrantes mujeres,
incluso las indocumentadas, por parte de las autoridades públicas, los empleadores privados y otras
personas, así como sus dificultades para integrarse en la sociedad española.
339. El Comité insta al Estado Parte a que adopte medidas eficaces para eliminar la discriminación
contra las inmigrantes mujeres, tanto dentro de las comunidades de inmigrantes como en la sociedad
en general, y a que garantice que esas mujeres sean informadas de los servicios sociales y recursos
11
2004 y que, con el último gobierno conservador, no han terminado de mejorar 12, más al
contrario.
También afirma este informe que en ocasiones mujeres inmigrantes acuden para
interponer una denuncia por violencia de género y acaban con una apertura de
expediente de expulsión, lo que significa que si no denuncian pueden seguir siendo
víctimas de violencia de género, y si lo hacen, pueden correr el riesgo de ser expulsadas
del país, por lo cual no existe adaptación ninguna de la Ley de Extranjería con la Ley
Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género, y nos encontramos ante casos flagrantes de desamparo ante
situaciones de extrema vulnerabilidad.
Asimismo este informe arroja algunos datos bastante esclarecedores sobre las mujeres
legales de que disponen y reciban apoyo para tener acceso a esos servicios y recursos” (Informe del
Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, 31° período de sesiones (6 a 23 de julio
de 2004).
12
En el texto de las Observaciones finales sobre los informes periódicos séptimo y octavo combinados
de España aprobadas por el Comité en su 61º período de sesiones (6 a 24 de julio de 2015) se afirma
que “34. Si bien observa que el Estado parte ha adoptado varias medidas, incluidas medidas legislativas,
para mejorar la situación de los grupos de mujeres desfavorecidas, al Comité le preocupa que los
recortes de presupuesto y las recientes reformas legislativas puedan socavar dicho progreso. Le
preocupa especialmente la situación de las mujeres migrantes, las mujeres romaníes, las mujeres
mayores y las mujeres con discapacidad”.
13
http://www.rednosotrasenelmundo.org/IMG/pdf/InformeSombra_Actualizado_23Sep__2014.pdf
12
que sufren discriminación además de por su género por otras circunstancias, es el caso
por ejemplo de las mujeres de etnia gitana de las que afirma que existe una escasa
sensibilización sobre su problemática; o el de las mujeres con diversidad funcional,
sobre las que existe insuficiente información y se produce una mayor desigualdad. Estos
ejemplos vislumbran un camino muy amplio aún por recorrer por parte de España para
reconocer las nuevas realidades existentes e intervenir en las situaciones en las que hasta
ahora no se ha puesto el foco de interés.
Otro ejemplo de ello se puede observar en un caso paradigmático que muestra con
claridad algunas de las muchas carencias que existen por parte del estado español, tanto
a la hora de actuar contra las actitudes de discriminación y rechazo contra las mujeres
inmigrantes, incluso por las fuerzas de autoridad públicas, como en una concepción
interseccional que sirva de marco explicativo y de actuación ante ese tipo de sucesos. Se
trata del caso de Beauty Solomon15, en el que se produjeron abusos policiales contra una
mujer nigeriana que ejercía la prostitución y a la que se agredió e insultó, y en el que
14
“Amnistía Internacional lamenta los retrocesos en el ámbito del derecho a la salud, incluida la salud
sexual y reproductiva. La entrada en vigor en septiembre de 2012 del Decreto-Ley 16/2012 limitó el
acceso a la atención sanitaria gratuita para a las personas inmigrantes en situación irregular, con el
consiguiente impacto para las mujeres inmigrantes, incluidas las víctimas de trata.” (Amnistía
Internacional, 2015).
15
Sección Tercera, Asunto B. S. c. España (Demanda nº 47159/08) Sentencia de Estrasburgo. 24 de julio
de 2012
13
España resultó finalmente condenada pero donde además se sienta un precedente a nivel
europeo cuando el tribunal trató específicamente la cuestión interseccional por primera
vez, y determinó que: “las decisiones dictadas por los Órganos Jurisdiccionales internos
no tuvieron en cuenta la vulnerabilidad específica de la demandante, inherente a su
condición de mujer africana ejerciendo la prostitución”. De esta forma, aunque no se
menciona expresamente el término, sí se observa claramente cómo se concibe esa
discriminación múltiple.
Así, poco a poco este tratamiento se va abriendo paso. Str Kjaerum, director de la
Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, se pronunció respecto es este
ámbito en el comunicado de prensa acerca de los Primeros resultados de la encuesta
sobre la discriminación múltiple de las minorías en la UE, señalando que “la mayoría de
tribunales europeos abordan únicamente un motivo de discriminación por caso. Esto
significa que a las víctimas de discriminación múltiple les resulta más difícil presentar
su caso en un tribunal y recibir compensación por los diversos tipos de discriminación
sufridos. Introducir el concepto de discriminación múltiple en la legislación podría
también contribuir a una mejor correspondencia entre la legislación y las complejas
experiencias cotidianas de discriminación sufridas por una persona”. De esta forma,
quizás el camino para la introducción normativa de este precepto y todo aquello que
conlleva pase por una mayor profundización jurídica del mismo.
En definitiva, España en particular y Europa en general tienen aún que avanzar para
lograr observar la realidad de discriminación atendiendo a cada una de sus diversas
aristas y reconociendo sus efectos no sólo a nivel teórico, sino con todas las
implicaciones prácticas que conlleva. Por ello, no es suficiente, aunque sí necesario y
reseñable, que la Justicia adopte la visión interseccional -aún de forma tímida-. sino que
ha de ser un precepto transversal que llegue también a los aparatos legislativos y
permita adoptar un marco de protección que universalice y enriquezca la labor
garantista de los Derechos Humanos, haciendo prevalecer la igual dignidad de todas las
personas al contemplar de forma amplia la interrelación de realidades que condicionan
sus vidas de forma negativa.
14
Conclusiones
También se enfrenta al desafío del continuo análisis de la realidad para poder tener unas
recomendaciones y actuaciones que se acomoden a las circunstancias que están
ocurriendo y seguir adaptándose definiendo conceptos como la interseccionalidad de
forma más clara y práctica.
Este trabajo no ha pretendido ser una crítica vacía que desmerezca la intensa labor que
se ha llevado a cabo hasta ahora en un ámbito tan necesario como las actuaciones para
frenar la discriminación hacia las mujeres. La idea que se ha perseguido es la de
enriquecer el debate, poniendo énfasis en una cuestión con aún escaso tratamiento en
este ámbito legislativo, la de la interseccionalidad, que puede servir para ampliar la
imagen que se tiene de este fenómeno y de otros tipos de discriminaciones, dando así
una protección mayor y una posibilidad de actuar de manera más eficiente a la hora de
hacer prevalecer los Derechos Humanos.
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Bibliografía
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