MASC
MASC
MASC
I. PRESENTACIÓN
1
pobreza
o
extrema
pobreza
(52%
en
zonas
rurales
frente
a
un
20%
en
áreas
urbanas),
la
vulnerabilidad
laboral,
o
la
baja
tasa
de
alfabetización
caracterizan,
según
este
Informe,
la
situación
socioeconómica
de
estos
grupos
de
ciudadanos
hondureños.
Los
representantes
de
la
sociedad
civil
(por
ejemplo
la
Plataforma
EPU
Honduras,
una
alianza
de
50
organizaciones
de
la
sociedad
civil
con
amplia
trayectoria
en
la
defensa,
denuncia
y
promoción
de
los
derechos
humanos)
han
constatado
que,
desde
el
primer
EPU
en
2011,
la
situación
de
los
derechos
se
ha
agravado
debido,
según
esta
organización,
a
diversas
causas,
como
la
creciente
militarización,
la
reducción
de
los
espacios
de
participación
de
sociedad
civil,
la
ausencia
de
diálogos
reales
y
productivos,
la
falta
de
eficacia
y
efectividad
de
las
instituciones
estatales,
la
implementación
de
leyes
y
decretos
que
restringen
derechos
humanos,
el
control
de
las
instituciones
del
sector
justicia
y
seguridad
por
grupos
de
poder,
y
una
mayor
desprotección
de
sectores
de
la
población
históricamente
vulnerables.
Además,
después
del
primer
EPU,
la
Comisión
Interamericana
de
Derechos
Humanos
(CIDH)
ha
constatado
unos
alarmantes
niveles
de
violencia
e
inseguridad
(homicidios,
desapariciones
forzadas,
violencia
de
género,
conflictos
agrarios),
violencia
e
inseguridad
que
tienen
lugar
en
un
contexto
de
gran
impunidad.
Esta
impunidad
es
el
resultado
de,
entre
otros
factores,
la
debilidad
institucional,
la
corrupción
y
la
falta
de
independencia
del
Poder
Judicial.
En
concreto,
la
CIDH
ejemplifica
esa
impunidad
en
“una
amplia
gama
de
violaciones
a
los
derechos
humanos,
tal
como
la
ocupación
ilegal
de
tierras
de
comunidades
indígenas,
rurales
y
afrodescendientes,
la
violación
de
los
derechos
laborales,
y
actos
de
discriminación”.
Por
su
parte,
la
OACNUD
aprecia
que
no
existen
acciones
decisivas
por
parte
de
las
2
instituciones
que
administran
justicia
para
revertir
la
situación,
acciones
que
deberían
venir
dadas
tanto
por
vía
normativa
como
por
la
implementación
de
políticas
públicas.
Del
breve
comentario
anterior
ya
se
puede
deducir
que
una
de
las
mayores
debilidades
que
aqueja
a
las
poblaciones
indígenas
y
afrohondureñas
es
la
dificultad,
cuando
no
imposibilidad,
de
acceso
real
a
la
Justicia.
Como
se
ha
señalado,
los
problemas
fundamentales
que
las
comunidades
originarias
padecen
son
la
usurpación
de
tierras,
el
abuso
de
autoridad
y
las
discriminaciones
de
todo
tipo.
Lo
cierto
es
que
estos
conflictos
no
son
mayoritariamente
denunciados
por
los
indígenas
o,
cuando
lo
son,
las
probabilidades
de
tener
éxito
(no
ya
solo
de
una
resolución
favorable,
sino
al
menos
de
una
tramitación
adecuada)
son
prácticamente
nulas
(por
desconocimiento,
falta
de
formación,
desprecio,
discriminación,
falta
de
apoyo,
presiones
interesadas
de
otros
particulares,
entre
otras
causas),
una
realidad
que
no
favorece
la
confianza
de
aquéllos
en
el
sistema
judicial.
Sin
embargo,
a
pesar
del
excelente
y
abnegado
trabajo
que
realizan
muchas
de
las
personas
que
trabajan
en
estos
organismos,
la
protección
efectiva
de
los
derechos
de
los
miembros
de
las
comunidades
ancestrales,
y
concretamente
el
derecho
3
fundamental
que
es
el
acceso
a
la
justicia,
está
todavía
lejos
de
ser
garantizado.
En
este
contexto,
una
Guía
de
acceso
a
la
Justicia
para
los
pueblos
indígenas
y
afrohondureños
sin
duda
puede
resultar
útil,
pero
no
debe
dejar
de
decirse
desde
el
principio
que,
para
que
esta
Guía
tenga
sentido
debe
ir
acompañada
de
un
planteamiento
paralelo
por
parte
de
las
instituciones
y
los
poderes
públicos
del
Estado,
planteamiento
dirigido
a
remover
los
numerosos
obstáculos
con
que
se
encuentran
aquéllos
cuando
tratan
de
resolver
los
conflictos
que
a
diario
perturban
la
paz
y
cohesión
social
de
sus
comunidades.
Propuestas
al
efecto
se
verán
en
el
apartado
de
conclusiones
y
recomendaciones.
La
finalidad
última
de
la
Guía
es,
en
esta
primera
parte
contribuir,
junto
a
otras
acciones
esenciales
en
este
ámbito,
a
la
promoción
del
acceso
a
la
justicia
de
los
pueblos
indígenas,
como
colectividad
y
como
individuos.
En
realidad,
esta
Guía
debería
resultar
útil
para
todos
los
ciudadanos,
porque
es
esencial
que
los
no
indígenas
sepan
y
acepten
que
existen
unos
ciudadanos
hondureños
que,
con
sus
singularidades,
4
comparten
territorio
del
Estado
y
tienen
como
todos
los
demás
y
en
igualdad
de
condiciones
del
derecho
a
que
sus
problemas
sean
resueltos
de
forma
justa.
La
segunda
finalidad
de
la
Guía
es
destacar
que
los
verdaderos
obstáculos
para
el
acceso
a
la
Justicia
por
parte
de
los
pueblos
indígenas
y
afrohondureños
no
provienen
de
su
falta
de
formación,
o
de
su
desconocimiento
de
los
instrumentos
que
teóricamente
están
puestos
a
su
disposición
para
obtenerla.
Sin
despreciar
en
absoluto
lo
relevante
de
esta
cuestión,
la
realidad
es
que
el
mayor
y
más
importante
grupo
de
impedimentos
para
la
realización
efectiva
del
derecho
de
acceso
a
la
Justicia
proviene
del
“exterior”.
La
falta
de
legislación
adecuada,
que
cumpla
con
los
mandatos
internacionales;
la
falta
de
reacción
inmediata
y
de
oficio
ante
los
abusos
claros
que
continuamente
sufren;
la
escasez
de
recursos
personales
y
materiales
de
las
instituciones
que
los
apoyan;
la
falta
de
formación
y
sensibilización
de
los
funcionarios
y
de
los
operadores
(jurídicos,
policiales,
sociales…),
que
dependen
del
Estado
y
se
relacionan
con
ellos…
Estos,
y
algunos
otros,
son
los
retos
que
los
poderes
del
Estado
de
Honduras
deben
afrontar
para
promover
y
garantizar
la
efectividad
del
derecho
objeto
de
este
documento.
Esta
Guía
dedica
en
su
última
parte
algunas
consideraciones
al
respecto.
El esquema de este Documento es sencillo. Consta de tres partes:
En
la
segunda
parte
se
lleva
a
cabo
el
desarrollo
de
la
primera.
Así,
además
de
justificar
brevemente
la
existencia
y
legalidad
de
los
medios
propios
con
que
los
pueblos
originarios
cuentan
para
la
solución
de
conflictos,
se
lleva
a
cabo
el
desarrollo
de
los
instrumentos
que
el
Estado
pone
a
su
disposición
(al
igual
que
para
los
demás
5
ciudadanos)
para
acceder
a
la
Justicia.
Qué
autoridades
están
a
disposición
de
los
indígenas,
qué
tipo
de
conflictos
pueden
plantear
ante
ellos,
bajo
qué
principios
es
de
esperar
que
estos
se
resuelvan,
qué
tipo
de
procedimientos
son
los
previstos…
En
este
punto
se
hace
especial
hincapié
en
los
MASC.
Además,
este
apartado
incluye
ya
algunas
observaciones
dirigidas
a
poner
de
manifiesto
cuáles
son
las
principales
dificultades
que
pueden
encontrarse
los
indígenas
cuando
tratan
de
resolver
sus
problemas
por
estas
vías,
dificultades
que
obstaculizan
gravemente
su
derecho
de
acceso
a
la
Justicia
La
tercera
parte,
y
final,
se
compone
de
una
lista
esquemática
de
conclusiones
que
tienen
que
ver
directamente
con
el
derecho
de
acceso
a
la
Justicia
por
parte
de
los
pueblos
originarios
de
Honduras.
A
ellas
se
acompañan
sus
correspondientes
recomendaciones,
dirigidas
a
proponer
líneas
de
actuación
que
pongan
los
cimientos
de
una
verdadera
protección
de
ese
derecho.
6
A. Qué es
La
Justicia
indígena
o
comunitaria
es
el
modo
en
que
determinadas
comunidades
ancestrales,
a
través
de
las
autoridades
internamente
legitimadas
para
ello,
dirimen
o
resuelven
los
conflictos
que
se
presentan
al
interior
de
sus
territorios,
conforme
a
las
normas,
procedimientos
y
sanciones
de
un
sistema
jurídico
propio.
Este
sistema
jurídico,
el
“Derecho
indígena”,
está
integrado
por
principios,
instituciones
y
normas
cuyo
objetivo
es
la
armonía
entre
los
miembros
de
la
comunidad
y
la
paz
al
interior
en
ella.
B. Qué autoridades
C. Qué conflictos
7
armonía y la paz de las relaciones sociales o de la misma colectividad y que, por
consiguiente, requiere la intervención de terceros responsables de mantenerlas o
recuperarlas. En la mayoría de los casos tienen carácter familiar o relacionado con el
uso de la tierra.
2. LOS MASC
A. Qué son
B. Qué autoridades
Las
autoridades
que
pueden
participar
en
la
resolución
de
los
conflictos
a
que
se
dedican
los
MASC
son
las
que
las
leyes
establecen,
y
son
de
muy
diversa
naturaleza,
dependiendo
del
instrumento
y
procedimiento
concreto
utilizados.
Fundamentalmente
son
conciliadores,
mediadores,
tribunales
arbitrales…
pero
también,
en
otros
ámbitos
se
faculta
a
determinadas
personas
u
organismos
para
que
puedan
intervenir
para
resolver
conflictos
sin
tener
que
acudir
a
la
Justicia
ordinaria.
C. Qué conflictos
8
3.
EL
SISTEMA
JUDICIAL
A. Qué es
El
Sistema
Judicial
es,
en
sentido
estricto,
la
manifestación
estructurada
de
uno
de
los
tres
poderes
clásicos
del
Estado,
el
Poder
Judicial,
competente
para
interpretar
y
aplicar
las
leyes
en
caso
de
conflictos,
juzgar
y
hacer
ejecutar
lo
juzgado.
El
Sistema
Judicial
comprende,
además,
el
conjunto
de
instituciones
gubernamentales
que
llevan
a
cabo
esta
competencia
(desde
los
jueces
a
los
peritos
y
la
policía
judicial),
su
organización
territorial
y
administrativa,
su
división
por
instancias
y
órdenes,
la
actuación
de
los
letrados
defensores
y
la
suma
de
normas
jurídicas
que
regulan
sus
aspectos
y
se
aplican
en
sus
resoluciones.
B. Qué autoridades
Son
aquellos
miembros
del
Poder
Judicial
llamados
jueces
y
magistrados
(según
pertenezcan
a
un
órgano
unipersonal
o
colegiado),
a
quienes
corresponde
administrar
Justicia
mediante
sentencias
y
otras
resoluciones,
así
como
garantizar
a
todas
las
personas
la
efectividad
en
el
ejercicio
del
derecho
a
la
tutela
judicial
o
juicio
justo.
En
un
sentido
más
amplio
son
todos
aquellos
actores
señalados
en
el
punto
anterior
(policía,
defensores,
fiscales,
etc.),
con
competencia
para
intervenir
en
alguna
de
las
fases
del
procedimiento
para
resolver
el
conflicto.
C. Qué conflictos
Los
conflictos
que
atiende
el
Poder
Judicial
hondureño
son
todos
aquellos
que
se
produzcan
en
el
interior
del
territorio
del
Estado,
cualquiera
que
sea
su
naturaleza.
La
división
de
la
judicatura
en
“órdenes”
facilita
su
ordenación.
Así,
con
carácter
general:
-‐ los
juzgados
del
orden
civil,
atienden
conflictos
de
naturaleza
privada
(familiares,
contractuales…);
-‐ los
del
orden
penal,
los
que
son
constitutivos
de
delitos;
-‐ los
de
orden
contencioso
administrativo,
controlan
que
la
actividad
de
la
Administración
cumpla
el
principio
de
legalidad;
-‐ los
de
orden
social
o
laboral,
los
relativos
a
cuestiones
relacionadas
con
relaciones
de
trabajo.
9
III. ACCEDER
A
LA
JUSTICIA:
OPCIONES
Y
DIFICULTADES
En
este
punto
van
a
desarrollarse
las
tres
opciones
de
acceso
a
la
Justicia
que
tienen
en
sus
manos
los
miembros
de
las
comunidades
indígenas
y
afrohondureñas,
así
como
los
colectivos
en
los
que
se
organizan.
A
la
Justicia
propia,
la
comunitaria,
se
dedican
unas
palabras
descriptivas
y
una
argumentación
dirigida
a
reivindicar
su
cobertura
legal,
justificada
en
Honduras
no
en
normas
internas
sino
en
Derecho
internacional.
Los
MASC
y
la
Justicia
ordinaria
se
desarrollan
de
forma
más
precisa,
describiendo
los
actores
y
procedimientos
que
están
a
disposición
de
los
ciudadanos
(obviamente
también
los
indígenas
y
afrohondureños)
para
resolver
sus
conflictos.
En
las
tres
opciones
se
tratará
de
identificar
aquellos
obstáculos
que
impiden
que
el
acceso
a
la
Justicia
por
parte
de
las
comunidades
sea
efectivo.
En
efecto,
tres
son
los
sistemas
de
protección
que
garantizan
los
derechos
de
los
indígenas,
y
que
forman
parta
del
ordenamiento
jurídico
del
Estado:
el
sistema
de
protección
universal
de
Naciones
Unidas
(ONU),
el
sistema
interamericano
de
10
protección
de
los
derechos
humanos
de
la
Organización
de
Estados
Americanos
(OEA),
y
el
creado
por
la
Organización
Internacional
del
Trabajo
(OIT).
Artículo 33:
Los
pueblos
indígenas
tienen
derecho
a
decidir
cuál
es
su
identidad
o
membrecía.
También
tienen
derecho
a
decidir
quiénes
constituyen
sus
integrantes
de
acuerdo
a
sus
propias
costumbres
y
tradiciones.
Los
pueblos
indígenas
tienen
derecho
a
ser
ciudadanos
del
país
en
el
que
viven.
Artículo 34:
En
cuanto
a
la
Organización
Internacional
del
Trabajo
(OIT),
en
1989
aprobó
el
Convenio
169.
Este
Convenio,
de
carácter
jurídico
vinculante
para
los
países
que
lo
11
hayan
aceptado
(Honduras
en
1994),
se
asienta
en
los
principios
de
respeto
a
la
identidad
de
los
pueblos
indígenas,
a
su
participación
en
los
asuntos
que
atañen
a
su
desarrollo,
y
al
derecho
de
propiedad
y
posesión
sobre
las
tierras
y
territorios
que
tradicionalmente
han
ocupado.
Así,
reconoce
a
los
indígenas
derechos
individuales
y
colectivos.
Entre
ellos,
y
en
lo
que
interesa
a
este
informe,
que
cabe
destacar
lo
referido
en:
1.
En
la
medida
en
que
ello
sea
compatible
con
el
sistema
jurídico
nacional
y
con
los
derechos
humanos
internacionalmente
reconocidos,
deberán
respetarse
los
métodos
a
los
que
los
pueblos
interesados
recurren
tradicionalmente
para
la
represión
de
los
delitos
cometidos
por
sus
miembros.
2. Deberá darse la preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento.
Sea
como
fuere,
y
a
pesar
de
la
falta
de
reconocimiento
o
transposición
expresa
del
Convenio
169
por
parte
del
Derecho
hondureño
interno,
lo
cierto
es
que
los
pueblos
indígenas
y
afrohondureños
aplican
habitualmente
sus
mecanismos
de
resolución
de
conflictos.
Siempre
que
estos
se
produzcan
entre
indígenas
(no
entre
indígenas
y
terceros).
La
Justicia
ordinaria,
así
como
los
MASC,
queda
reservada
para
las
disputas
entre
indígenas
y
terceros
(sean
estos
particulares
o
poderes
públicos),
y
para
aquellos
12
casos
en
que
la
justicia
comunitaria
no
haya
podido
resolver
el
conflicto
planteado,
bien
porque
no
haya
habido
un
arreglo
interno,
bien
por
la
naturaleza
o
gravedad
del
caso.
b. Las autoridades que resuelven los conflictos en el ámbito comunitario
Es
importante
tener
en
cuenta
que,
no
teniendo
los
conceptos
y
categorías
del
Derecho
Estatal,
en
la
organización
de
la
autoridad
indígena
no
se
conoce
la
división
de
poderes
o
de
funciones
(como
en
el
ordenamiento
de
origen
liberal).
Por
consiguiente,
no
hay
órgano
legislativo,
ejecutivo
y
judicial,
y
a
veces
las
tres
funciones
se
concentran
en
la
misma
autoridad.
Sin
embargo,
esta
concentración
no
supone
por
sí
misma
una
amenaza
para
los
derechos
de
las
personas
o
para
los
intereses
de
la
comunidad,
dado
13
el
permanente
control
de
la
comunidad
sobre
los
dirigentes,
ya
que
ésta,
con
frecuencia,
decide
los
problemas
más
agudas
en
asambleas
en
las
que
participan
todos.
14
d.
Las
prácticas,
los
procedimientos,
las
sanciones
Dos
son
las
características
comunes
que
comparten
las
prácticas
tradicionales
de
resolución
de
conflictos
de
los
pueblos
indígenas
y
afrohondureños,
y
que
también
están
en
la
base
de
los
MASC:
la
sencillez
y
el
diálogo.
Este
diálogo,
sea
directo
(lo
más
común)
o
intermediado,
es
posible
en
parte
por
la
relativa
gravedad
de
los
asuntos
que
se
tratan,
y
tiene
además
como
consecuencia
que,
salvo
excepciones,
da
lugar
a
soluciones
con
celeridad.
En
cualquier
caso,
para
los
pueblos
originarios
la
rapidez
no
se
entiende
en
términos
de
plazos
de
tramitación,
sino
como
el
tiempo
necesario
(sea
éste
más
o
menos
dilatado)
para
llegar
a
un
acuerdo
aceptado
y
satisfactorio
para
ambas
partes.
15
sincretizadas.
En
realidad
lo
que
se
produce
es
una
aplicación
“de
facto”
(más
allá
del
respaldo
jurídico
ya
relatado
en
el
punto
anterior)
de
esos
usos,
aplicación
favorecida
por
la
inactividad,
tolerancia
o
falta
de
interés,
según
los
casos,
de
los
organismos
vinculados
al
Estado
(la
policía,
la
Administración
municipal,
los
jueces,
la
fiscalía…).
Al
tratarse,
por
lo
general,
de
conflictos
menores
(cuestiones
familiares,
pequeños
robos,
delimitaciones
concretas
de
terrenos…),
el
músculo
orgánico
ancestral
(esté
más
o
menos
debilitado)
puede
resolver
con
eficacia
los
retos
que
se
le
plantean.
Más
complicada
aparece
la
cuestión
cuando
se
trata
de
resolver
conflictos
a
los
que
no
puede
dar
respuesta
el
derecho
consuetudinario,
bien
por
ser
problemas
graves
o
complejos
(asesinatos,
situaciones
relacionadas
con
el
contrabando
o
la
droga…),
bien
porque
el
conflicto
se
establecer
entre
indígenas
o
afrohondureños
y
terceros
(campesinos,
empresas,
la
propia
Administración…)
en
la
mayor
parte
de
los
casos
por
problemas
relacionados
con
la
posesión
y
uso
de
las
tierras.
En
estos
casos
es
evidente
que
la
justicia
indígena
no
tiene
competencia
para
resolver
las
cuestiones
que
se
plantean,
pero
sí
que
existen
normas
(en
Honduras
las
de
carácter
internacional
pues,
como
se
ha
indicado
en
el
punto
anterior,
no
han
sido
trasladadas
a
normativa
nacional)
que
obligan
a
los
operadores
jurídicos
(jueces,
funcionarios,
policía,
fiscalía…),
a
la
hora
de
resolver
los
conflictos,
a
tener
en
cuenta
la
posición,
cultura
y
circunstancias
de
los
pueblos
originarios.
En
general,
esta
‘perspectiva
indigenista’
no
es
tenida
en
cuenta
por
los
operadores
jurídicos,
con
el
consiguiente
menoscabo
para
el
derecho
de
acceso
a
la
justicia
de
los
pueblos
originarios.
Es
importante
tener
presente
que
existe
una
denuncia
creciente
por
parte
de
las
organizaciones
indígenas
y
afrohondureñas
según
la
cual
el
aumento
del
número
de
práctica
ilegales
y
antisociales
en
el
seno
de
las
comunidades
tiene
que
ver,
no
solo
con
el
desempleo
y
marginalidad
de
muchos
miembros
de
las
poblaciones
indígenas,
sino
también
con
la
“presión”
que
desde
el
exterior
ejerce
el
interés
y
las
acciones
(no
controladas
ni
fiscalizadas
por
las
instituciones)
por
parte
de
mestizos
particulares
y
empresas
forestales,
agrícolas
y
turísticas.
A
ello
debe
sumarse
el
abandono
de
la
agricultura
por
parte
de
los
más
jóvenes,
el
creciente
narcotráfico
(algunos
territorios
indígenas
son
“corredores”
del
tráfico
de
estupefacientes),
el
consumo
de
drogas
y
el
alcoholismo.
16
Los
MASC,
en
sentido
amplio,
son
aquellos
instrumentos
que
comprenden
las
alternativas
equivalentes
o
similares
al
sistema
de
administración
de
justicia
que
permite
a
los
particulares
resolver
las
controversias
de
manera
privada.
En
sentido
más
específico
o
restringido,
se
trata
de
aquellos
mecanismos
encaminados
a
solucionar
las
controversias
entre
las
partes,
ya
sea
de
manera
directa
entre
ellas,
o
bien,
a
través
del
nombramiento
de
una
tercera
persona
llámense
mediadores,
conciliadores
o
árbitros
que
coadyuven
en
la
solución
alterna
a
los
conflictos.
17
-‐ la
participación
activa
y
voluntaria
de
las
partes
en
la
resolución
de
sus
conflictos;
-‐ una
cierta
informalidad,
entendida
ésta
como
la
ausencia
de
normas
precisas
de
procedimiento
y
gran
flexibilidad
a
la
hora
de
plantear
el
modo
de
resolver
los
conflictos;
-‐ la
economía,
pues
los
costos
personales
y
materiales
son
mucho
menores
que
ante
la
Justicia
ordinaria;
-‐ la
rapidez,
pues
sus
plazos
de
resolución
son
más
cortos;
-‐ la
continuidad
de
las
relaciones,
en
la
medida
en
que
los
acuerdos
por
esta
vía
suelen
ser
menos
traumáticos
para
las
partes
que
las
resoluciones
producto
del
sistema
judicial.
Además
de
los
impactos
positivos
y
directos
que
proveen
los
MASC
al
ciudadano
como
usuario
de
los
servicios
de
justicia,
también
proporcionan
un
impacto
positivo
18
adicional
en
la
gestión
del
Poder
Judicial,
debido
al
descongestionamiento
de
casos
a
resolverse
por
la
vía
judicial,
y
a
la
reducción
de
costos
de
operación
al
recortarse
sensiblemente
los
plazos
de
tiempo
para
un
gran
porcentaje
de
procesos
judiciales.
Se
debe
incursionar
en
los
MASC
y
darlos
a
conocer
para
que
la
justicia
sea
más
equitativa
con
los
que
tiene
menos
que
los
demás
y
que
también
tienen
que
resolver
sus
diferencias
con
sus
semejantes
en
diferentes
índoles.
19
Artículo
139:
“El
estado
tiene
la
obligación
de
promover,
organizar
y
regular
la
conciliación
y
el
arbitraje
para
la
solución
pacifica
de
los
conflictos
de
trabajo.”
Entre las Instituciones o entes encargados de aplicar los MASC tenemos:
El
Director
del
Departamento
Municipal
de
Justicia
en
el
ejercicio
de
sus
funciones
actúa
con
independencia
de
criterio,
debiendo
administrar
justicia
en
edificio
público
Municipal.
Los
servicios
prestados
por
el
Departamento
Municipal
de
Justicia
son
gratuitos.
Es
prohibido
a
los
Directores,
Secretarios
y
demás
personal
de
apoyo
recibir
o
pedir,
directa
o
indirectamente,
obsequios
o
recompensas
como
retribución
por
actos
propios
de
su
cargo.
20
diferentes
conflictos
que
se
presentan
en
sus
comunidades,
procurando
el
arreglo
directo
de
las
partes
y
perdonando
la
aplicación
de
la
sanción
siempre
que
no
hubiere
perjuicio
a
terceros.
El
Departamento
Municipal
de
Justicia
conocerá
de
todos
los
asuntos
relacionados
con
el
Procedimiento
Gubernativo,
el
cual
consiste
en
conocer
y
fallar
sin
forma
ni
figura
de
juicio,
adquiriendo
el
funcionario
su
convencimiento
por
cualquier
medio
de
prueba
establecido
por
las
leyes.
Toda
imposición
de
medida
correctiva
o
sancionadora
deberá
efectuarse
mediante
resolución
escrita
y
motivada,
la
que
se
pronunciará
después
de
oír
los
descargos
del
infractor
y
examinar
las
pruebas
que
éste
quisiere
aducir
durante
la
audiencia
oral
o
pública
celebrada
ante
el
Juez
de
Policía
Municipal.
Actualmente
las
alcaldías
municipales,
con
el
apoyo
del
Programa
de
las
Naciones
Unidas
para
el
Desarrollo
(PNUD),
con
fondos
de
la
Cooperación
Española
(AECID),
la
Cooperación
Sueca
(ASDI)
y
la
Agencia
para
el
Desarrollo
Internacional
de
los
Estados
Unidos
(USAID),
han
fortalecido
las
Direcciones
de
Justicia
Municipal,
a
través
de
la
creación
de
las
Unidades
de
Mediación
y
Conciliación
de
Conflictos
(UMCC),
con
el
propósito
de
fomentar
una
cultura
de
paz
y
contribuir
a
fomentar
el
diálogo,
armonizar
la
convivencia
ciudadana
de
los
municipios
con
altos
índices
de
violencia,
además
de
evitar
que
las
disputas
lleguen
a
los
tribunales.
21
II. LA
SECRETARIA
DE
SEGURIDAD
Dichas
Oficinas
estarán
a
cargo
de
uno
o
varios
funcionarios
preferentemente
de
profesionales
de
la
Carrera
de
Ciencias
Jurídicas,
y
donde
no
fuere
posible
obtener
personal
que
llene
tal
requisito,
la
Secretaría
de
Estado
en
el
Despacho
de
Seguridad
podrá
nombrar
a
profesionales
de
otras
carreras
universitarias
en
el
área
social,
asistidos
por
los
correspondientes
secretarios.
Las
Oficinas
de
Conciliación,
podrán
conocer
y
sancionar
los
diferentes
conflictos
que
se
presentan
en
sus
comunidades,
procurando
el
arreglo
directo
de
las
partes,
dispensándose
la
aplicación
de
la
sanción
siempre
que
no
hubiere
perjuicio
a
terceros.
El
juez
podrá
actuar
por
sí
mismo
o
a
solicitud
de
parte,
citando
a
las
partes
a
una
audiencia
en
la
cual,
las
incitara
para
que
logren
llegar
a
fórmulas
de
arreglo.
En
caso
de
22
que
las
partes
no
lo
hagan,
el
juez
estará
facultando
para
proponerlas,
sin
que
ello
implique
prejuzgamiento.
Si
las
partes
logran
llegar
a
un
acuerdo
conforme
a
la
ley,
el
juez
lo
aprobará.
Para
tal
efecto
se
redactará
un
Acta
de
Conciliación
que
contendrá
el
referido
acuerdo,
debiendo
ser
firmada
por
las
partes.
Si
el
acuerdo
conciliatorio
recae
sobre
la
totalidad
del
litigio,
el
juez
dictará
auto
declarando
terminado
el
proceso;
en
caso
contrario,
el
mismo
continuará
respecto
de
aquellos
asuntos
no
acordados
sin
necesidad
de
providencia
que
así
lo
ordene.
La
inasistencia
injustificada
a
la
audiencia
de
conciliación
o
la
falta
de
colaboración
de
alguna
de
las
partes
de
la
misma,
dará
lugar
a
que
el
juez
imponga
una
multa.
Para
la
graduación
de
la
multa
el
juez
tendrá
en
cuenta
la
actitud
de
la
parte
contra
la
cual
se
impone
y
las
condiciones
del
caso
de
que
se
trata.
Los
Jueces
de
Paz
y
Paz
Móviles
están
facultados
por
ley
para
que,
en
el
lugar
de
su
jurisdicción
y
sin
considerar
la
cuantía
de
la
demanda,
lleven
a
cabo
audiencias
de
conciliación
en
todos
aquellos
asuntos
que,
conforme
a
esta
Ley,
son
susceptibles
de
la
misma.
Esta
conciliación
tendrá
los
mismos
efectos
que
la
promovida
por
un
juez
de
letras
dentro
del
proceso,
en
donde
también
se
levantara
acta
debidamente
suscrita
por
las
partes
y
el
juez,
de
no
llegar
a
un
acuerdo,
el
acta
servirá
a
las
partes
en
un
nuevo
proceso
cuando
se
intentare
una
nueva
audiencia
conciliatoria
para
no
celebrarla;
salvo
que
ambas
partes
así
lo
soliciten.
23
su
cumplimiento
se
llevará
a
cabo
dentro
del
plazo
que
él
señale.
Si
el
acuerdo
fuere
parcial,
se
ejecutará
en
la
misma
forma,
en
lo
pertinente,
y
las
pretensiones
pendientes
se
tramitarán
por
el
procedimiento
de
instancia.
Si
fracasare
la
conciliación,
el
Juez
examinará
los
testigos
que
presenten
las
partes
y
se
enterará
de
las
demás
pruebas
y
de
las
razones
que
se
aduzcan.
Actualmente
el
Juzgado
de
Letras
de
Francisco
Morazán,
cuenta
con
un
Juez
conciliador,
el
cual
es
el
encargado
del
desarrollo
de
las
audiencias
conciliatorias
previo
a
la
evacuación
de
pruebas.
En
materia
de
niñez
y
la
adolescencia,
una
vez
iniciadas
las
diligencias
contra
el
niño
infractor,
el
Ministerio
Público
o
cualquier
persona
interesada,
podrá
solicitar
al
juez
que
someta
el
asunto
a
conciliación.
Procederá
la
conciliación
en
aquellas
infracciones
en
que
no
haya
existido
violencia
contra
las
personas.
En
materia
penal,
se
establece
que
en
las
faltas;
en
los
delitos
de
acción
privada,
como
ser
los
relativos
al
honor,
violación
de
secretos,
su
revelación
y
el
chantaje,
estafa
en
el
libramiento
de
cheques
sin
la
suficiente
provisión;
en
los
de
acción
pública
dependiente
de
instancia
particular,
como
ser
lesiones,
las
amenazas,
el
estupro,
el
incesto,
el
rapto,
los
abusos
deshonestos,
el
hurto,
la
usurpación,
los
daños
y
los
relativos
a
la
propiedad
intelectual
o
industrial;
y
en
los
que
admitan
la
suspensión
condicional
de
la
persecución
penal,
procederá
la
conciliación
entre
la
victima
e
imputado,
en
cualquier
momento
hasta
antes
de
la
apertura
a
juicio.
Por
otro
lado
el
órgano
jurisdiccional,
si
las
partes
no
lo
han
propuesto
con
anterioridad,
en
el
momento
procesal
oportuno,
podrá
exhortarlas
a
intentar
una
conciliación.
En
el
procedimiento
por
delitos
de
acción
privada,
una
vez
admitida
la
querella,
el
tribunal
de
sentencia
convocara
a
las
partes
a
una
audiencia
de
conciliación,
que
se
celebrara
dentro
del
término
de
diez
días
contados
a
partir
de
auto
de
admisión.
24
Facilitadores
Judiciales
Los
Facilitadores
Judiciales
trabajan
bajo
la
dirección
y
supervisión
de
los
jueces
de
paz,
quienes
tienen
entre
sus
funciones:
supervisar
el
trabajo
de
los
facilitadores,
atender
sus
consultas,
mantener
la
motivación
,
reconocimiento
y
apoyo
humano;
utilizar
activamente
el
servicio
de
los
facilitadores
en
los
tramites
solicitados,
recepción
de
casos
y
mediaciones
remitidas;
recibir
mensualmente
las
actas
de
mediaciones
efectuadas
por
los
facilitadores
para
validarlas
de
acuerdo
a
la
ley;
mantener
actualizado
el
registro
de
mediaciones
de
los
facilitadores;
revisar
regularmente
los
libros
diarios
de
los
facilitadores;
evaluar
los
servicios
prestados
por
los
facilitadores;
dar
charlas
en
las
escuelas
y
colegios
sobre
los
temas
de
acceso
al
derecho.
25
conflictos,
como
la
Dirección
General
del
Trabajo,
el
cual
es
el
órgano
o
autoridad
de
aplicación
de
las
leyes
del
trabajo
en
primera
instancia
en
lo
administrativo.
Dentro
de
sus
funciones
se
encuentran:
-‐
propender,
por
todos
los
medios
adecuados,
a
que
exista
la
mayor
armonía
entre
patronos
y
trabajadores;
-‐
impulsar
la
negociación
y
la
contratación
colectivas
como
medio
de
resolver
las
diferencias
entre
patronos
y
trabajadores,
de
mejorar
las
relaciones
profesionales
y
las
condiciones
de
trabajo
en
general,
procurando
el
logro
de
salarios
justos
y
equitativos
y
el
cumplimiento
de
los
deberes
del
trabajador
en
cuanto
al
tiempo
y
eficiencia
en
el
trabajo;
-‐
imponer
la
sanciones
que
establece
el
código
de
trabajo
y
formular
prevenciones
en
los
casos
de
infracciones
menores.
La
Inspectoría
General
del
Trabajo
y
las
visitadoras
sociales
son
autoridades
que
tienen,
entre
otras,
la
facultad
de
intervenir
en
todas
las
dificultades
y
conflictos
de
trabajo
de
que
tengan
noticia,
sea
que
se
presenten
entre
trabajadores
y
patronos,
solo
entre
aquellos
o
solo
entre
estos,
a
fin
de
prevenir
su
desarrollo
o
lograr
su
conciliación
extrajudicial,
si
ya
se
han
suscitado.
La
procuraduría
en
el
desempeño
de
su
misión
legal,
está
facultada
para
avenir
a
las
partes
y
proponer
fórmulas
de
arreglo.
26
-‐
el
arbitraje
de
las
diferencias
o
conflictos
a
que
se
refiere
la
fracción
precedente,
cuando
no
se
hubiere
obtenido
un
arreglo
entre
las
partes.
V. LOS
CENTROS
DE
CONCILIACIÓN
(Registrados)
-‐ Institucional,
cuando
se
lleve
a
cabo
en
los
centros
de
conciliación;
-‐ Notarial,
cuando
se
lleve
a
cabo
ante
notario;
-‐ Administrativa,
cuando
se
lleve
ante
funcionarios
del
orden
administrativo,
debidamente
habilitados
para
tal
efecto.
Las
Cámaras
de
Comercio
e
Industria,
los
Colegios
Profesionales,
las
Asociaciones
de
carácter
gremial
y
las
Instituciones
de
Educación
Superior,
podrán
fundar
y
organizar
centros
de
conciliación,
formando
parte
integrante
de
la
Institución
respectiva,
sin
ser
una
persona
jurídica
independiente
de
la
misma.
Los
centros
contarán
con
las
facilidades
e
instalaciones
necesarias
para
poder
atender
debida
mente
sus
funciones
y
serán
responsables,
por
los
perjuicios
que
llegaren
a
causar
por
un
ineficiente
o
negligente
cumplimiento
de
sus
obligaciones
legales
y
reglamentarias.
La
conciliación
llevada
a
cabo
en
un
centro
produce
los
afectos
establecidos
por
la
ley
y
reemplaza
la
necesidad
de
la
audiencia
de
conciliación
dentro
del
proceso
judicial,
salvo
que
ambas
partes
soliciten
al
juez
la
celebración
de
un
nuevo
intento
conciliatorio.
27
Las
personas
que
participen
en
la
conciliación
deberán
mantener
la
mayor
prudencia
y
reserva,
las
maneras
de
acuerdo
que
se
propongan
o
ventilen,
no
incidirán
en
el
proceso
eventual.
1.
Con
la
firma
del
Acta
de
Conciliación
que
contengan
el
acuerdo
al
que
llegaron
las
partes,
especificando
con
claridad
las
obligaciones
a
cargo
de
cada
una
de
ellas.
Tanto
el
Acta
o
la
Conciliación
como
la
constancia
de
desacuerdo,
serán
auténticas
con
la
firma
de
las
partes
y
del
conciliador,
sin
necesidad
de
trámite
notario
judicial
alguno,
bastará
la
presentación
al
registro
público
correspondiente
de
una
copia
del
acta,
sin
necesidad
de
la
legalización
trámite
adicional
de
ninguna
clase.
Los
registradores
quedan
obligados
a
inscribir
dichas
actas.
Los
interesados
podrán
obtener
copias
auténticas
de
estas
actas
en
el
centro
de
conciliación
respectivo.
Cuando
se
refiere
al
procedimiento
de
catastro,
una
vez
que
los
predios
se
hayan
catastrado
como
irregulares,
se
requerirá
a
los
interesados
para
que
concurran
a
una
audiencia
pública
de
conciliación.
En
el
proceso
de
regularización
de
inmuebles
por
necesidad
publica
en
los
que
se
encuentren
asentamientos
humanos,
el
Instituto
de
la
Propiedad
citara
a
las
partes
para
que
concilien
sus
diferencias
En
los
procesos
de
partición
de
inmuebles
poseídos
en
comunidad
de
bienes
o
proindiviso,
las
disputas
podrán
solucionarse
mediante
la
Conciliación
entre
otros
medios
alternativos.
28
D.
OBSTÁCULOS
PARA
ACCEDER
A
LOS
MASC
1. Desconocimiento
29
2.
Falta
de
formación
En
último
término,
una
de
las
dificultades
a
las
que
se
enfrentan
los
pueblos
indígenas
y
afrohondureños
en
el
acceso
a
los
MASC
es
su
utilidad
real
para
aquellos
conflictos
que
verdaderamente
les
preocupan,
es
decir,
aquellos
relacionados
con
la
invasión
y
usurpación
de
tierras
por
terceros.
30
3. TERCERA
OPCIÓN
:
EL
SISTEMA
JUDICIAL
El
Sistema
Judicial
es,
en
sentido
estricto,
la
manifestación
estructurada
de
uno
de
los
tres
poderes
clásicos
del
Estado,
el
Poder
Judicial,
competente
para
interpretar
y
aplicar
las
leyes
en
caso
de
conflictos,
juzgar
y
hacer
ejecutar
lo
juzgado.
En
un
sentido
más
amplio,
el
Sistema
Judicial
comprende
también
el
conjunto
de
instituciones
gubernamentales
que
intervienen
y
llevan
a
cabo
esta
competencia
(desde
los
jueces
a
los
peritos
y
la
Secretaría
de
Seguridad,
pasando
por
el
Ministerio
Público,
los
Defensores
Públicos
y
los
letrados),
su
organización
territorial
y
administrativa,
su
división
por
instancias
y
órdenes,
así
como
la
suma
de
normas
jurídicas
que
regulan
sus
aspectos
y
se
aplican
en
sus
resoluciones.
En
este
sentido,
el
sistema
judicial
es
también
el
conjunto
de
normas
jurídicas
objetivas
que
están
en
vigor
en
determinado
lugar
y
época,
y
que
el
Estado
estableció
o
creó
con
el
objeto
de
regular
la
conducta
humana
o
el
comportamiento
humano.
Los
sistemas
jurídicos
integran
el
conjunto
de
leyes,
costumbres,
razones
y
jurisprudencia
de
derecho
positivo
que
rigen
en
los
diversos
países
del
mundo.
Cada
país
tiene
su
propio
sistema
jurídico
y
su
peculiar
manera
de
considerar
las
leyes,
las
costumbres
y
la
jurisprudencia.
Los
conflictos
que
atiende
el
Sistema
Judicial
hondureño
son
todos
aquellos
que
se
produzcan
en
el
interior
del
territorio
del
Estado,
cualquiera
que
sea
su
naturaleza.
En
este
sentido,
la
división
en
“órdenes”
de
la
judicatura
facilita
su
ordenación.
Así,
con
carácter
general:
-‐ los
juzgados
del
orden
civil,
atienden
conflictos
de
naturaleza
privada
(de
personalidad
y
nacionalidad,
familiares,
contractuales,
obligaciones,
herencias…);
-‐ los
del
orden
penal,
atienden
los
que
son
constitutivos
de
delitos;
-‐ los
de
orden
contencioso
administrativo,
controlan
que
la
actividad
de
la
Administración
cumpla
el
principio
de
legalidad;
-‐ los
de
orden
social
o
laboral,
atienden
los
relativos
a
cuestiones
relacionadas
con
relaciones
de
trabajo.
31
B.
OPERADORES
DEL
SISTEMA
DE
JUSTICIA
FORMAL
E
INSTRUMENTOS
PARA
ACTIVARLOS
La
Dirección
General
de
Policía
Preventiva
y
la
Dirección
General
de
Investigación
Criminal,
son
las
dependencias
a
lo
interno
de
la
Secretaria
que
se
encargan
de
la
recepción
de
denuncias
e
investigación
de
actos
delictivos.
32
I.i.
Dirección
General
de
Policía
Preventiva
La
Policía
Preventiva,
está
obligada
a
colaborar
con
las
autoridades
del
Estado
en
cumplimiento
de
las
leyes
y
resoluciones.
Sus
funciones
se
dividen
en
dos
apartados,
las
de
orden
general
y
las
de
orden
específico
u
operativas,
de
cumplimiento
obligatorio.
• Recepción
de
las
informaciones
relacionadas
con
el
delito
falta
o
infracción
(denuncia).
• Proceder a la detención y arresto, en su caso, del presunto culpable.
• Fijación
y
recepción
de
las
informaciones
relacionadas
con
el
delito
falta
o
infracción.
2.)
Colaborar
con
las
organizaciones
encargadas
de
proteger
las
etnias,
madres
solteras,
los
ancianos,
los
discapacitados
y
los
demás
grupos
vulnerables,
en
la
forma
que
determinen
las
respectivas
leyes
y
reglamentos.
3.)
Prestar
el
auxilio
que
requieren
los
funcionarios
encargados
de
ejecutar
las
leyes
y
las
órdenes
judiciales,
y
los
decretos,
acuerdos,
resoluciones
administrativas
o
electorales
legalmente
emitidas;
así
como
el
auxilio
que
solicite
el
poder
legislativo.
33
4.)
Atender
a
los
tribunales
de
justicia,
el
Ministerio
Publico,
la
Procuraduría
General
de
la
Republica
y
los
entes
contralores
del
Estado,
en
todas
las
actuaciones
policiales
requeridas,
informarles
y
remitir
los
elementos
probatorios.
Entre
otras
3.)
Recibir
la
declaración
de
las
personas
que
puedan
proporcionar
información
y
datos
de
interés
para
la
investigación
de
los
delitos;
En
aquellos
lugares
de
la
República
donde
no
hubiere
presencia
de
otro
órgano
especializado
de
investigación
para
los
delitos
no
comunes,
corresponde
a
la
Dirección
Nacional
de
Investigación
Criminal
(DNIC)
cumplir
las
funciones
de
investigación
de
los
mismos,
en
cuyo
ejercicio
cesarán
tan
pronto
como
el
órgano
especializado
de
investigación
competente
se
haga
cargo
de
las
mismas.
De
igual
manera
en
aquellos
lugares
donde
se
carezca
de
agentes
de
la
Dirección
Nacional
de
Investigación
Criminal
(DNIC)
o
del
órgano
especializado
de
investigación,
corresponde
a
la
Dirección
Nacional
de
la
Policía
Preventiva
realizar
las
funciones
de
investigación
de
los
delitos,
en
cuyo
ejercicio
también
cesarán
tan
pronto
como
el
órgano
de
investigación
competente
asuma
las
tareas
investigativas
correspondientes.
34
¿EN
CASO
DE
DELITO:
CÓMO
SE
INICIA
UN
PROCESO?
La
autoridad
que
reciba
la
denuncia
podrá
solicitar
al
denunciante
en
caso
de
ser
necesario
algunos
datos
complementarios
para
valorar
la
confiabilidad
de
la
información,
así
mismo
le
informará
de
que
la
denuncia
de
hechos
falsos
está
penada
por
la
ley.
Los
denunciantes
tienen
derecho
a
ser
atendidos
por
personal
con
alto
nivel
profesional
y
eficiencia,
de
manera
que
obtenga
una
orientación
e
información
clara,
debiendo
ser
registrado
en
el
Libro
de
Control
de
Denuncias
de
la
DGIC
o
Policía
Preventiva,
una
vez
se
ha
acreditado
su
identidad.
Si
el
denunciante
es
la
víctima
del
delito,
se
le
debe
informar
de
sus
derechos,
una
vez
realizado
lo
anterior,
quien
recibe
la
denuncia
prestara
toda
la
atención
posible
a
lo
expresado
por
el
denunciante,
siendo
minucioso
al
momento
de
llenar
todos
los
datos
que
contiene
el
acta
de
la
denuncia,
de
esta
manera
evitara
obviar
detalles
que
pueden
ser
importantes
para
la
investigación.
35
denunciante
se
guardará
en
un
sobre
cerrado
que
se
entregará
en
mano
al
Fiscal.
El
denunciante
tiene
derecho
a
que
se
le
extienda
la
copia
de
la
denuncia.
Después
que
le
sea
tomada
la
denuncia
esta
deberá
ser
remitida
a
la
sección
de
investigación
que
corresponde
para
seguir
con
el
procedimiento
respectivo.
b. SITUACIÓN
DE
OFICIO:
Cuando
la
autoridad
competente
se
diere
cuenta
de
un
hecho
criminal
de
orden
público
tendrá
la
obligación
de
iniciar
el
procedimiento,
a
lo
cual
llamamos
actuar
de
oficio:
Es
la
iniciación
del
procedimiento
por
iniciativa
de
la
autoridad
competente,
cuando
por
cualquier
medio,
que
no
sea
la
denuncia,
tiene
conocimiento
de
un
hecho
delictivo
de
los
perseguibles
de
oficio.
Los
delitos
que
requiere
denuncia
de
la
persona
perjudicada,
(de
acción
privada
y
de
acción
pública
a
instancia
particular)
son:
a.) Las
lesiones,
(leves,
menos
graves
y
culposas),
excepto
los
casos
de
violencia
intrafamiliar.
b.) Las
amenazas,
excepto
los
casos
de
violencia
intrafamiliar.
c.) El
estupro,
incesto,
rapto
y
abusos
deshonestos
cuando
la
víctima
sea
mayor
de
14
años.
d.) Hurto
de
bienes
con
valor
inferior
a
10
salarios
mínimos.
e.) La
estafa,
excepto
la
que
vaya
contra
el
perjuicio
del
Estado.
f.) La
usurpación.
g.) Los
daños.
h.) Los
relativos
a
la
propiedad
intelectual,
industrial
y
derechos
de
autor.
i.) Relativos
al
honor.
j.)
Violación
y
revelación
de
secretos
y
el
chantaje.
k.) La
negación
de
asistencia
familiar
a
mayores
de
edad.
l.) La
estafa
por
libramiento
de
cheques
sin
fondos
suficientes.
36
c. SITUACIÓN
DE
FLAGRANCIA:
Es
aquella
que
se
produce
cuando
el
sospechoso
es
sorprendido
cometiendo
el
delito
o
en
el
momento
de
cometerlo
o
cuando
sea
sorprendido
inmediatamente
después
de
cometido
el
delito.
La
Policía
está
obligada
ante
todo
a
asegurar
el
bienestar
de
las
personas,
ya
sea
en
su
calidad
de
imputado
o
de
víctima.
1.) Representar, defender y proteger los intereses generales de la sociedad;
37
4.)
En
colaboración
con
otros
organismos
públicos
o
privados,
velar
por
el
respeto
de
los
derechos
humanos.
• Fiscalía
General,
representada
por
el
Fiscal
General
de
la
República;
• Fiscalía
General
Adjunta,
representada
por
el
Fiscal
General
Adjunto;
• Dirección
General
de
Administración;
• Dirección
General
de
Fiscalía:
De
esta
dirección
a
su
vez
dependen
las
Fiscalías
Especiales,
La
Fiscalía
de
Delitos
Comunes,
Las
Fiscalías
Regionales
y
las
Unidades
Especiales
de
la
Fiscalía;
• Dirección
de
Medicina
Forense
• Dirección
de
Lucha
contra
el
Narcotráfico.
Representa
a
los
pueblos
indígenas
y
afro
hondureños,
garantiza
su
acceso
a
la
justicia
y
protege
sus
derechos
por
medio
de
la
aplicación
de
las
leyes
nacionales
y
la
normativa
internacional
vigentes.
Asimismo,
ejerce
en
interés
de
la
ciudadanía
y
las
futuras
generaciones
su
mandato
de
proteger
y
conservar
el
patrimonio
cultural
de
la
nación
por
medio
de
la
acción
penal
pública.
38
armónica
mediante
el
cumplimiento
de
las
leyes,
estableciendo
precedentes
sobre
la
aplicación
de
justicia
en
aras
del
surgimiento
de
una
generación
de
ciudadanos
y
ciudadanas
que
asuman
su
compromiso
en
relación
al
respeto
de
la
diversidad
cultural,
la
protección
y
conservación
del
patrimonio
cultural
material
e
inmaterial.
Los
casos
que
más
se
denuncian
en
perjuicio
del
patrimonio
cultural
de
la
Nación
son
los
robos
y
daños
que
se
provocan
a
los
bienes
inmuebles
que
son
parte
del
Patrimonio
cultural
protegido.
Previene
y
combate
el
fenómeno
de
la
corrupción
en
cualquiera
de
sus
formas,
como
ser
el
requerimiento
de
aceptación
directa
o
indirecta
por
un
servidor
público,
de
cualquier
objeto
pecuniario
u
otros
beneficios
para
sí
mismo
o
para
cualquier
otra
persona
y
otra
forma
de
enriquecimiento
ilícito
a
cambio
de
algo
en
el
ejercicio
de
sus
39
funciones
públicas
mediante
la
investigación
y
consecuente
ejercicio
de
la
acción
penal,
a
fin
de
que
las
personas
que
menoscaban
el
erario
público
sean
castigados
por
los
órganos
de
justicia.
Ejercita
las
acciones
previstas
en
las
leyes
que
protegen
el
medio
ambiente
como
un
bien
jurídico
del
estado
hondureño,
en
aquellos
casos
de
delitos
ambientales,
basados
en
los
principios
de
imparcialidad
y
objetividad,
haciendo
prevalecer
la
verdad
conforme
al
debido
proceso
y
el
interés
público,
en
beneficio
del
ecosistema.
40
actividades
económicas
que
se
desarrollan
en
el
país;
por
lo
que
esta
entidad
procura
la
resolución
de
tales
conflictos,
utilizando
las
vías
tanto
del
Derecho
Penal
como
el
Derecho
Administrativo
e
inclusive
las
que
se
circunscriben
al
campo
meramente
conciliatorio;
teniendo
como
égida
de
su
labor
el
respetar
y
hacer
que
se
respeten
las
leyes
de
Protección
al
Consumidor
y
Ley
del
Régimen
de
Tratamiento
Especial
para
Personas
de
la
Tercera
Edad,
Jubilados
y
Pensionados
por
Invalidez
y
las
demás
legislaciones
aplicables.
Vela
por
el
respeto
y
cumplimiento
de
los
derechos
y
garantías
constitucionales
y
por
el
imperio
mismo
de
la
Constitución
y
las
leyes,
interponiendo
recursos
de
amparo,
inconstitucionalidad,
revisión,
exhibición
personal
y
emitiendo
dictámenes
sobre
diversas
áreas
del
Derecho,
vertiendo
opiniones
por
denuncias
de
particulares
o
solicitudes
oportunamente
cuando
exista
alguna
violación
constitucional.
Brinda
un
aporte
técnico
doctrinario
y
jurisprudencial
que
permita
a
los
agentes
de
tribunales
de
primera
instancia
defender
adecuadamente
los
intereses
sociales
que
representa
el
ministerio
público.
Representa,
defiende
y
protege
los
intereses
de
la
sociedad
ejerciendo
la
acción
penal
pública
o
absteniéndose
de
ella,
en
aquellas
causas
de
delitos
comunes
conforme
41
al
Código
Procesal
Penal
del
2002,
implementando
las
nuevas
figuras
del
proceso
penal
acusatorio,
a
fin
de
colaborar
y
velar
por
la
pronta,
recta
y
eficaz
administración
de
justicia.
• Región Central
• Región Norte
42
El
Ministerio
Público
cuenta
en
la
Zona
Norte
del
País
con
oficinas
en
San
Pedro
Sula,
Puerto
Cortés,
El
Progreso
y
Santa
Bárbara.
• Región Occidental
En
la
Zona
Occidental
del
País,
el
Ministerio
Público
cuenta
con
oficinas
en
Santa
Rosa
de
Copán,
La
Entrada,
Nueva
Acadia,
Gracias
y
Ocotepeque.
• Región Sur
El
Ministerio
Público
cuenta
en
la
Zona
Sur
del
País
con
oficinas
en
las
ciudades
de
Choluteca
y
Valle.
Toda
persona
natural
o
jurídica
tendrá
acceso
al
Ministerio
Público
sin
restricción
alguna,
por
tanto
no
podrán
constituir
impedimentos
para
ello,
la
nacionalidad,
la
residencia,
el
sexo,
cultura,
la
minoría
de
edad,
la
minusvalía
física
o
mental,
la
incapacidad
legal
del
sujeto
o
la
detención
o
prisión
o
reclusión
en
cualquier
centro
militar,
policial,
cárcel,
penitenciaría,
albergue
de
menores
y
cualquier
centro
de
tratamiento
clínico.
43
El
acceso
será
directo
e
informal;
no
requerirá
representación
o
patrocinio
legal.
Las
gestiones
realizadas
por
el
Ministerio
Público
son
gratuitas
así
como
las
que
se
realicen
ante
el
mismo.
Ciertamente,
el
acceso
a
la
Justicia
se
realiza
por
la
vía
de
los
Juzgados.
Por
ello,
el
funcionamiento
de
éstos
será
descrito
al
final
con
mayor
detalle.
Es
el
máximo
órgano
jurisdiccional
dentro
del
Poder
Judicial
y
está
integrada
por
quince
(15)
magistrados
organizados
en
Salas.
Cada
una
de
estas
salas
está
presidida
por
un
Magistrado
y
contará
con
un
Secretario
Adjunto
de
Sala.
44
Su
organización
es
como
sigue:
1. La Sala de lo Constitucional integrada por cinco (5) Magistrados.
3.
Las
demás
que
por
razón
de
especialidad
de
la
materia,
se
considere
necesario
integrar
o
incorporar.
2. Resolver los conflictos de competencia entre los Poderes del Estado.
3.
Solucionar
las
discordias
que
surjan
entre
los
Poderes
del
Estado
o
Instituciones
Públicas
con
el
Tribunal
Nacional
de
Elecciones.
4.
Solventar
los
conflictos
entre
los
órganos
constitucionales
y
legales
del
Estado,
instituciones
descentralizadas,
desconcentradas
y
demás
entidades
de
derecho
público.
• En
el
caso
de
las
demás
salas
(civil,
penal
y
laboral),
deberán
conocer
y
resolver
en:
1. Los recursos establecidos en las leyes de la materia que se le hayan asignado.
En
cuanto
a
los
fallos
emitidos
por
las
salas
y
sus
efectos.
Cuando
las
sentencias
se
pronuncien
por
unanimidad
de
votos
por
parte
de
sus
miembros,
se
entenderán
pronunciadas
en
nombre
de
la
Corte
Plena
y
tendrán,
en
consecuencia,
el
carácter
de
definitivas.
45
Se
excluyen
los
casos,
en
que
la
toma
de
decisiones
en
las
Salas
de
la
Corte
Suprema,
no
se
efectuaren
por
unanimidad,
en
cuyo
caso
se
deberá
continuar
el
debate
en
el
Pleno
de
la
Corte,
con
la
participación
de
los
Magistrados
de
la
respectiva
Sala,
para
tomar
la
decisión
definitiva
correspondiente.
La
sentencia
de
la
Sala
de
lo
Constitucional
tendrá
efectos
generales
y
por
tanto
derogará
la
norma
que
haya
sido
considerada
inconstitucional,
cuando
haya
sido
publicada
por
el
Congreso
Nacional,
en
el
Diario
Oficial
“La
Gaceta”.
El
quórum
de
la
corte
plena,
por
no
haber
suplentes,
será
por
lo
menos
de
dos
terceras
partes
(10)
de
la
totalidad
de
sus
miembros
y
sus
decisiones
se
tomarán
por
lo
menos
por
ocho
votos
favorables
o
desfavorables
de
los
presentes,
en
caso
de
discordia,
se
solventará
ésta
por
simple
mayoría
con
la
asistencia
de
sus
quince
miembros.
Las
Cortes
de
Apelaciones
estarán
integradas
por
tres
(3)
o
más
Magistrados
Propietarios,
siempre
en
número
impar,
nombrados
por
la
Corte
Plena,
a
propuesta
del
Consejo
de
la
Carrera
Judicial
y
de
la
Carrera
Judicial.
El
Presidente
se
designará
bajo
un
acuerdo
de
nombramiento.
Rotándose
dicho
cargo
cada
dos
(2)
años,
a
partir
del
primero
de
enero
y
siguiendo
el
orden
de
nombramiento.
2.
En
segunda
petición
o
instancia
de
los
asuntos
de
que
conocieren
en
primera
instancia
los
Jueces
incluyendo
a
los
del
Fuero
Militar.
46
En
el
territorio
nacional,
además
de
las
Cortes
de
Apelaciones
ya
existentes,
en
materia
de
Trabajo,
Civil,
Penal,
Contencioso
Administrativo
y
Mixtas,
La
Corte
Suprema
de
Justicia,
creará
las
que
determine,
oyendo
previamente
el
informe
del
Consejo
de
la
Judicatura
y
de
la
Carrera
Judicial,
cuando
las
necesidades
y
circunstancias
ameriten
su
creación.
Asimismo,
tiene
potestad
para
suprimir,
fusionar,
o
trasladar
dichas
Cortes,
según
las
necesidades
del
servicio
Judicial.
Por
razón
de
la
materia
de
la
cual
deberán
conocer,
habrá
Juzgados
en
materia:
Civil,
Penal,
de
Trabajo,
de
lo
Contencioso-‐Administrativo,
de
la
Niñez
y
la
Adolescencia,
de
Violencia
Doméstica,
de
Familia,
de
Inquilinato,
de
tierras
de
Tránsito
y
de
cualquiera
otra
que
pueda
crear
la
Corte
Suprema,
de
conformidad
con
la
Constitución
y
las
Leyes.
47
• Sobre
qué
conflictos
o
materias
deciden
Sin
perjuicio
de
lo
que
a
futuro
dispongan
las
leyes
procesales
y
los
acuerdos
de
la
Corte
Plena,
los
Jueces
de
Letras
conocerán
en
primera
instancia:
9.
Elevar
las
quejas
que
contra
sus
subalternos
presentaren
las
partes
por
faltas
o
abusos
en
el
desempeño
de
sus
funciones,
para
ante
la
Inspectoría
General
de
Juzgados
y
Tribunales;
y
Los
Juzgados
(al
igual
que
las
Cortes
de
Apelaciones)
podrán
conocer
de
varias
materias
a
la
vez
o
únicamente
de
lo
civil,
de
lo
penal,
de
trabajo,
de
lo
Contencioso
Administrativo
y
de
cualquier
otra
materia
de
acuerdo
con
lo
que
disponga
la
Corte
Suprema
de
Justicia,
previo
informe
del
Consejo
de
la
Judicatura
y
de
la
Carrera
Judicial.
-‐ En
materia
penal
se
regula
por
lo
dispuesto
en
el
Código
Penal
y
en
el
Código
Procesal
Penal;
-‐ En
materia
civil
por
lo
dispuesto
en
el
Código
Procesal
Civil;
-‐ En
materia
laboral
por
las
disposiciones
del
Código
de
Trabajo;
48
-‐ En
materia
administrativa
por
la
Ley
de
la
Jurisdicción
de
lo
Contencioso-‐Administrativo;
y
-‐ En
el
resto
de
materias,
por
lo
que
establezcan
las
leyes
respectivas.
Los
Jueces
del
lugar
en
que
se
cometa
una
falta
son
los
únicos
competentes
para
juzgarla,
La
jurisdicción
de
lo
Contencioso-‐Administrativo
conocerá,
además,
de
las
resoluciones
definitivas
que
dicten
en
el
orden
administrativo
los
Poderes
del
Estado,
las
del
Tribunal
Superior
de
Cuentas,
Procuraduría
General
de
la
República,
Ministerio
Público
y
demás
organismos
y
órganos
del
Estado,
que
expidan
actos
materialmente
administrativos,
que
no
se
encuentren
señalados
expresamente
en
la
Ley
de
la
materia.
Las
actuaciones
judiciales
serán
públicas,
es
decir
ante
la
presencia
de
personas
ajenas
a
la
relación
procesal,
salvo
las
excepciones
previstas
en
las
leyes
procesales
y
deben
practicarse
en
idioma
español.
Cuando
el
idioma
o
lengua
de
la
parte,
sea
otro
de
aquél
en
que
se
realizan
las
diligencias,
las
actuaciones
deben
llevarse
a
cabo
ineludiblemente
con
presencia
de
traductor
o
intérprete.
49
mención
del
o
los
artículos
de
la
ley
que
le
sirven
de
fundamento
y
la
firma
y
sello
del
Juez
o
Presidente
de
Corte
de
Apelaciones.
-‐ Autos:
cuando
decidan
recursos
contra
providencias,
cuestiones
incidentales,
presupuestos
procesales,
nulidad
del
procedimiento
o
cuando,
de
acuerdo
con
las
leyes
procesales,
deban
revestir
esta
forma.
Serán
siempre
motivados
y
contendrán
en
párrafos
separados
y
numerados,
en
forma
breve
los
hechos,
después
los
fundamentos
de
derecho,
y,
la
parte
resolutiva.
Serán
firmados
por
el
Juez,
Magistrado
o
Magistrados
que
lo
dicten.
-‐ Sentencias:
cuando
decidan
definitivamente
el
pleito
o
causa
en
cualquier
instancia
o
recurso
o
cuando,
de
acuerdo
con
las
leyes
procesales
deban
revestir
esta
forma.
Las
sentencias
se
formularán
expresando
un
preámbulo;
los
hechos
en
párrafos
separados
y
en
forma
sucinta,
así
como
los
hechos
probados,
en
su
caso,
los
fundamentos
de
derecho,
y,
finalmente,
el
fallo.
Serán
firmados
por
el
Juez
o
Magistrados
que
la
dicten.
Sentencias en Estrados: podrán dictarse de viva voz cuando lo ordene la Ley.
En
cada
cabecera
municipal,
cuyo
término
no
exceda
de
cuatro
mil
habitantes,
habrá
un
Juez
de
Paz
propietario
y
un
suplente.
50
Los
Jueces
de
Paz,
tendrá
a
su
cargo
las
siguientes
atribuciones:
1.
Conocer
en
primera
instancia
de
los
pleitos
civiles,
en
juicio
verbal,
si
el
objeto
de
la
demanda
no
excediere
de
los
50
mil
Lempiras
(L.50,000.00).
3.
Conocer
en
primera
instancia
las
causas
criminales
por
faltas
y,
a
prevención
con
los
Jueces
de
Letras;
formar
de
oficio,
o
a
petición
de
parte,
el
sumario
por
simples
delitos
o
por
delitos
graves.
Esta
modalidad
del
poder
judicial
para
acercar
la
justicia
a
personas
de
escasos
recursos
económicos.
En
la
actualidad
se
cuenta
con
tres
unidades
de
paz
móvil
las
que
están
asignadas
en
las
ciudades
de
Tegucigalpa,
cubriendo
el
departamento
de
francisco
Morazán,
San
Pedro
Sula,
cubriendo
el
departamento
de
Cortes,
y
Choluteca
que
atiende
el
departamento
de
Valle
Cada
unidad
depende
de
dos
despachos
judiciales,
una
para
las
audiencias
y
otro
para
conciliaciones,
contando
con
tres
jueces,
un
secretario,
un
receptor,
un
escribiente,
un
conductor
y
guardias
de
seguridad,
con
excepción
de
Choluteca
que
solo
cuenta
con
una
jueza
En
lo
que
a
materia
civil
se
refiere
se
atienden
a
juicios
civiles
verbales
hasta
un
monto
de
50
mil
lempiras,
con
excepción
de
demandas
de
pago
cuando
los
demandantes
lo
hagan
en
representación
de
negocios
(prestamos),
cobros
u
otras
formas
de
captar
dinero
provenientes
de
una
actividad
mercantil.
Hay
que
resaltar
que
en
dichos
juzgados
no
se
podrán
practicar
embargos
y
ejecutar
otras
medidas
precautorias
ordenadas
por
otros
tribunales
de
justicia.
En lo que a materia penal, se conoce la sustanciación de juicio por algunas faltas.
51
Por
otra
parte
la
unidad
de
conciliación
del
Juzgado
de
Paz
Móvil,
conocerá
de
los
asuntos
conciliatorios
en
materia
penal
y
civil.
También
asuntos
en
materia
de
trabajo,
familia
y
violencia
doméstica,
en
esta,
únicamente
se
toma
denuncia
y
se
imponen
las
medidas
para
luego
remitir
el
caso
al
juzgado
especializado
en
contra
de
la
violencia
doméstica.
• La Defensa Pública
La
Defensa
Pública
es
un
órgano
dependiente
del
Consejo
de
la
Judicatura
y
de
la
Carrera
Judicial,
pero
únicamente
en
lo
administrativo,
no
en
lo
técnico
profesional,
que
se
encargará
de
la
defensa
de
los
menores
de
edad,
de
los
sordo-‐mudos,
enajenados
mentales
que
carezcan
de
la
protección
de
sus
padres
y
parientes,
o
que
teniéndolos
no
pueden
prestarles
el
auxilio
necesario;
de
los
desvalidos,
de
los
ausentes.
También
se
encargará
de
la
defensa
de
las
personas
bajo
protección
de
organizaciones
de
beneficencia
cuando
carecieren
de
representante
legal.
Una
modalidad
de
la
Defensa
Pública
son
los
servicios
que
prestan
los
Consultorios
Jurídicos
Gratuitos
de
entidades
oficiales
o
particulares,
a
los
que
tendrán
52
acceso
preferentemente
las
personas
con
ingresos
inferiores
al
salario
mínimo.
Los
Consultorios
Jurídicos
Gratuitos,
se
organizarán
y
funcionarán
de
acuerdo
con
los
reglamentos
particulares
que
emitan
las
respectivas
instituciones.
Colabora:
1.
A
través
de
las
municipalidades
con
las
disposiciones
judiciales
que
los
Jueces
emitan
en
cumplimiento
de
sus
funciones;
4. Sirviendo de enlace entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial.
Colabora:
1. Prestando asistencia o la fuerza pública que reclame el Poder Judicial;
53
3.
Vigilando
el
estricto
cumplimiento
de
las
sentencias
condenatorias
con
lo
que
determine
el
Juez
de
Ejecución
de
Sentencia
o
Jueces
de
Letras.
4.
Observando
fielmente
las
normas
que
tienden
a
la
protección
de
la
dignidad
inherente
del
ser
humano
y
proscriben
los
malos
tratamientos
o
el
trato
inhumano
de
los
internos.
• El Ministerio Público
Las
relaciones
entre
órganos
judiciales
y
Centros
Penales,
serán
coordinadas
por
los
Jueces
de
Sentencia
o
Jueces
de
Letras
y
la
Secretaria
de
la
cual
dependan
y,
respecto
a
los
Centros
de
rehabilitación,
con
el
Instituto
Hondureño
de
la
Niñez
y
la
Familia.
Es
parte
Legítima
en
toda
acción,
recurso
o
reclamo
encaminado
al
respeto,
protección
y
dignidad
inherente
a
la
persona
humana.
54
Alternativos
de
Solución
de
Conflictos,
problemas
ya
enunciados
y
descritos
en
el
apartado
anterior,
relativo
a
los
MASC,
y
al
que
nos
remitimos.
En
todo
caso,
recordaremos
aquí
que
los
obstáculos
más
frecuentes
para
el
ejercicio
efectivo
de
ese
derecho
de
acceso
tienen
que
ver,
en
primer
lugar,
con
el
desconocimiento
de
los
instrumentos
que
el
sistema
judicial
pone
a
su
disposición
(aunque
debe
señalarse
que
las
comunidades
tienen
mayor
conocimiento
de
la
Justicia
formal
que
de
los
MASC,
lo
cual
puede
ser
debido
a
la
mayor
juventud
de
estos).
En
segundo
lugar,
con
la
falta
de
formación
y
actitud
de
parte
de
quienes
tienen
la
autoridad
para
administrarlos.
Y
en
tercer
lugar,
con
la
escasa
utilidad
les
ofrecen
los
mecanismos
judiciales
para
resolver
los
temas
que
verdaderamente
les
preocupan,
principalmente
los
conflictos
que
tienen
que
ver
con
el
territorio.
Añádase
a
ello
la
distancia
que
deben
salvar
en
cuanto
un
caso
pasa
a
segunda
instancia
(pues
los
tribunales
de
apelación
nunca
están
cerca
de
las
zonas
rurales
donde
viven
los
miembros
de
las
comunidades).
55
IV. CONCLUSIONES
Y
RECOMENDACIONES
1. CONCLUSIONES
1ª.
Existe
una
desprotección
del
derecho
de
acceso
a
la
justicia
de
los
pueblos
indígenas
y
afrohondureños
-‐
Con
carácter
general
puede
decirse
que
existe
una
debilidad
constatable
en
el
derecho
de
acceso
a
la
justicia
por
parte
de
las
comunidades
originarias,
hablemos
de
la
opción
de
acceso
de
la
que
hablemos:
tanto
en
la
utilización
de
las
propias
prácticas
de
resolución
de
conflictos,
como
en
las
opciones
oficiales
que
el
Estado
les
ofrece,
bien
sean
los
MASC,
bien
la
resolución
por
la
vía
del
Sistema
Judicial
formal.
56
preocupan
y
empobrecen,
aquellos
que
tienen
que
ver
con
sus
tierras
(y
que
se
verán
en
la
última
de
las
conclusiones).
-‐
En
realidad,
todos
estos
obstáculos
(y
algunos
más)
están
instalados
en
uno
mayor,
que
es
la
falta
de
un
planteamiento
integral
(y
dotado
material
y
personalmente)
por
parte
de
las
autoridades
del
Estado
dirigido
a
sacar
a
los
pueblos
indígenas
y
afrohondureños
de
la
situación
general
de
desamparo
en
que
se
encuentran.
2ª-‐
Falta
de
cobertura
legal
interna
del
Derecho
internacional
que
reconoce
el
Derecho
comunitario
-‐
La
Constitución
de
Honduras
no
hace
referencia
a
sus
pueblos
originarios,
y
la
legislación
del
país
solo
los
menciona
de
forma
sectorial
y
reducida.
Con
esta
carencia
normativa,
los
principios
básicos
de
una
Justicia
indígena
que
encaje
en
el
ordenamiento
plural
del
Estado
quedan
en
entredicho.
Estos
principios
son
la
normatividad,
la
institucionalidad
y
la
jurisdicción.
El
primero
de
ellos,
la
normatividad,
se
refiere
al
reconocimiento
de
las
normas
y
procedimientos
(basados
en
las
costumbres
o
derecho
consuetudinario)
en
que
se
basa
la
Justicia
indígena,
tanto
las
normas
actualmente
vigentes
como
la
potestad
y
competencia
de
crearlas,
modificarlas
o
suprimirlas.
El
reconocimiento
de
esa
normatividad
supone,
sin
duda,
el
de
regular
la
propia
vida
social
y
organizar
el
orden
público
interno
de
cada
comunidad.
57
Por
último,
la
jurisdicción.
Este
principio
es
consecuencia
de
los
dos
anteriores.
Si
se
reconoce
un
derecho
propio
y
la
capacidad
de
tener
un
sistema
institucional
con
autoridades
propias,
la
consecuencia
no
puede
ser
otra
que
la
de
reconocer
la
competencia
de
administración
y
aplicación
de
las
propias
normas.
Se
reconoce
tanto
al
órgano
indígena
que
aplica
el
derecho,
como
al
Derecho
mismo,
el
cual
también
es
indígena,
superando
así
las
fórmulas
de
reconocimiento
parcial
del
modelo
integracionista
(autoridades
indígenas
que
debían
aplicar
el
Derecho
estatal,
o
viceversa,
autoridades
estatales
que
debían
implementar
las
normas
del
Derecho
indígena).
-‐
En
conclusión,
la
falta
de
cobertura
legal
interna
del
Derecho
internacional
que
reconoce
el
Derecho
comunitario
debilita
enormemente
la
vigencia
y
efectividad
del
mismo.
Una
debilidad
que
se
traduce
no
solo
en
la
del
derecho
de
acceso
a
una
Justicia
que
se
considera
“menor”,
sino
también
en
la
de
la
cohesión
social
que
todo
sistema
legal
estructurado
y
obedecido
supone
en
el
grupo
en
que
actúa.
3º.
Falta
de
información,
formación
y
actitud,
ausencia
absoluta
de
perspectiva
indigenista
58
personas
que
ocupan
puestos
con
competencia
tanto
para
implementar
los
MASC
como
para
intervenir
en
los
procesos
del
Sistema
Judicial,
presentan
en
relación
con
el
mundo
indígena
y
afrohondureño.
Para
poder
resolver
conflictos
en
los
que
se
ven
envueltos
las
comunidades
originarias
o
sus
miembros,
tanto
si
hablamos
de
instrumentos
MASC
como
en
procedimientos
del
Sistema
Judicial,
resulta
imprescindible
conocer,
aunque
sea
mínimamente,
la
“perspectiva
indigenista”,
es
decir,
la
visión
(la
“cosmovisión”),
el
modo
en
que
aquéllos
conciben
su
relación
con
otras
personas,
con
las
cosas
y
con
la
naturaleza.
Tener
presente
esta
“perspectiva”
no
significa
necesariamente
tener
que
tomar
parte
favorable
por
esa
posición
en
todos
los
conflictos,
pero
sí
tener
presente
que
el
Estado
hondureño
es
un
Estado
plural
en
el
que
coexisten
más
de
una
forma
legítima
y
protegible
de
concebir
la
forma
de
resolverlos.
Sin
embargo,
en
general,
esta
‘perspectiva
indigenista’
no
es
tenida
en
cuenta
por
los
operadores
jurídicos,
con
el
consiguiente
menoscabo
para
el
derecho
de
acceso
a
la
justicia
de
los
pueblos
originarios.
-‐
Es
una
idea
compartida
por
muchos
que
los
organismos
e
instituciones
que
en
Honduras
tienen
como
cometido
el
apoyo
a
las
comunidades
indígenas,
así
como
velar
por
sus
derechos
e
intereses,
carecen
de
recursos
personales
y
materiales
suficientes
para
llevar
a
cabo
su
labor
de
forma
adecuada.
Así,
instituciones
con
la
relevancia
de
la
Fiscalía
de
Etnias
(cuya
función
básica
es
promover
el
derecho
a
la
justicia
de
los
pueblos
indígenas
como
colectividad
y
como
individuos,
además
de
la
preservación
de
su
patrimonio
cultural),
o
LA
DINAFROH,
esenciales
como
correa
de
información
y
transmisión
entre
indígenas
y
no
indígenas,
entre
indígenas
e
instituciones
judiciales,
carecen
del
apoyo
e
infraestructura
mínimos
(personal
suficiente
y
formado,
medios
materiales
que
les
permitan
llegar
con
prontitud
a
los
problemas
que
se
plantean)
que
les
permita
llevar
a
cabo
su
misión
con
la
eficacia
requerida.
-‐
El
problema
de
la
tenencia
de
tierras,
y
de
un
derecho
de
acceso
a
la
Justicia
que
les
permita
garantizarla,
es
el
que
más
preocupa
a
los
pueblos
indígenas
y
59
afrohondureños. En
los
últimos
años,
en
Honduras
como
en
el
resto
de
países
latinoamericanos,
se
ha
recrudecido
el
problema
de
la
tierra.
La
tendencia
de
los
organismos
y
tratados
internacionales
(así
como
de
algunas
Constituciones),
dirigida
a
reconocer
derechos
de
los
pueblos
indígenas
sobre
sus
territorios
ancestrales,
ha
provocado
una
“reacción
invasora”
por
parte
de
terceros
(de
una
parte
individuos
particulares,
sobre
todo
agricultores,
y
de
otra
empresas,
fundamentalmente
dedicadas
a
la
madera,
los
recursos
energéticos,
el
turismo,
y
la
agricultura
intensiva),
con
la
finalidad
de
consolidar
por
la
vía
de
los
hechos
(la
ocupación
sin
título
o
con
título
fraudulento)
la
posesión
de
territorios
que
en
realidad
pertenecen
a
las
comunidades.
En
Honduras
este
situación
es
especialmente
grave.
-‐
La
falta
de
reconocimiento
constitucional,
primero,
así
como
la
carencia
de
una
normativa
clara
y
de
reconocimiento
expreso
por
parte
de
las
leyes,
después,
está
teniendo
una
consecuencias
de
desprotección
altamente
indeseables
en
las
zonas
rurales
y
de
bosques.
Zonas
ocupadas
en
muchos
casos
por
los
pueblos
originarios,
ya
de
por
sí
marginados
y
empobrecidos.
En
este
contexto,
la
realidad
es
que
muchas
comunidades
se
ven
invadidas,
deforestadas
y
contaminadas,
bien
esperando
una
titulación
que
no
llega,
bien
constatando
que
la
titulación
que
de
buena
fe
creían
poseer
no
les
ampara.
Todo
ello
debido
a
la
falta
de
un
correcto
registro
de
la
misma
o
a
la
duplicidad
de
títulos
que
presentan
algunas
tierras
indígenas
(registro
en
el
Instituto
Nacional
Agrario
INA
y
otro
registro
en
la
Alcaldía
Municipal),
ocasionando
el
inicio
de
un
proceso
judicial
para
disolver
la
controversia.
60
el
propio
Estado),
no
ha
merecido
hasta
ahora
una
respuesta
judicial
y
extrajudicial
legal
y
proporcionada
a
la
gravedad
y
amplitud
del
problema.
A
todo
ello
debe
sumarse
las
decisiones
(muchas
veces
por
medio
de
concesiones)
que
el
Estado
de
Honduras
viene
adoptando
en
relación
con
las
tierras
que
ocupan
los
pueblos
originarios,
decisiones
que
normalmente
tienen
la
finalidad
de
explotar
sus
recursos,
decisiones
que
sistemáticamente
incumplen
el
deber
de
consulta
recogido
por
el
Convenio
169
de
la
OIT,
derecho
vigente
en
el
país.
2. RECOMENDACIONES
1ª. General
-‐
Elaboración
por
parte
de
la
Administración
de
un
Plan
integral
(dotado
material
y
personalmente)
dirigido
a
sacar
a
los
pueblos
indígenas
y
afrohondureños
de
la
situación
general
de
desamparo
en
que
se
encuentran.
Este
Plan
debería
partir
de
un
diagnóstico
riguroso
de
los
problemas
que
quieren
abordarse
(pobreza,
salud,
tierras,
derecho
de
acceso
a
la
Justicia…),
y
con
base
en
él
disponer
las
políticas
públicas
dirigidas
a
resolverlos.
En
el
ámbito
del
derecho
de
acceso
a
la
Justicia
sería
necesario
realizar
un
análisis
más
profundo
de
los
obstáculos
planteados
en
este
Documento
–
Guía
y
proponer
medidas,
al
menos,
en
los
ámbitos
siguientes:
normatividad,
información
y
formación,
fortalecimiento
institucional
de
los
organismos
protectores
de
los
pueblos
ancestrales,
y
territorio.
2ª. Normatividad
-‐
En
Honduras
debe
crearse
una
nueva
institucionalidad
con
respecto
a
los
pueblos
originarios.
Esta
nueva
institucionalidad
deber
ser:
61
constitucionales
reconocen
a
las
autoridades
indígenas
la
facultad
de
ejercer
funciones
de
justicia,
aplicando
normas
y
procedimientos
propios
para
la
solución
de
los
conflictos
internos
de
conformidad
con
sus
costumbres
o
derecho
consuetudinario.
El
reconocimiento
de
la
diversidad
étnica
y
cultural
en
la
Constitución
supone
la
aceptación
de
la
alteridad
ligada
a
la
aceptación
de
multiplicidad
de
formas
de
vida
y
sistemas
de
comprensión
del
mundo
diferentes
de
los
de
la
cultura
occidental.
.
Normativa,
es
decir,
debe
desarrollarse
por
el
Derecho
interno
lo
recogido
por
la
Constitución
(si
así
se
establece)
y
por
los
Convenios
y
resoluciones
internacionales)
aceptados
por
Honduras.
Esta
implementación
legal
debe
ser
expresa
y
clara,
y
tener
como
objetivo
dar
seguridad
a
los
operadores
jurídicos,
tanto
a
los
propios
indígenas
y
afrohondureños
como
a
los
terceros
que
se
relacionen
con
ellos.
Especialmente
importante,
clara,
protectora
y
seguidora
de
los
convenios
internaciones,
ha
de
ser
la
normativa
relativa
a
los
derechos
sobre
el
territorio.
62
etnias
y
con
la
mayoría
ladina
en
términos
de
reconocimiento
e
igualdad.
También
deben
implementarse
acciones
para
la
formación
de
líderes
y
autoridades
indígenas
en
la
administración
en
justicia.
.
Hacia
el
exterior,
es
necesario
que
ese
conocimiento
y
formación
se
traslade,
en
el
ámbito
de
la
Justicia,
a
los
operadores
jurídicos
(desde
la
policía
hasta
los
jueces)
que
se
relacionan
habitualmente
con
los
pueblos
originarios.
Para
eso
es
necesario
establecer
o
fortalecer
allí
donde
existan
mecanismos
específicos,
fortalecimiento
de
las
instituciones
protectora
de
los
pueblos
originarios,
formación
(de
indígenas,
de
mestizos,
en
escuelas
y
universidades…).
63
entre
unos
y
otros,
sin
duda
en
lo
que
respecta
en
la
relación
con
los
conflictosy
el
acceso
a
la
Justicia.
-‐
La
última
de
las
recomendaciones
debe
dirigirse
a
los
problemas
que
afectan
a
las
tierras
ancestrales.
Debe
tenerse
en
cuenta
que
proteger
éstas
no
solo
es
importante
en
relación
con
el
desarrollo
económico
de
los
pueblos
originarios,
sino
también
con
su
seguridad
alimentaria
y
la
conservación
del
medio
ambiente
de
todos
los
hondureños.
Para
ello
deben
implementarse
acciones
normativas
y
de
políticas
públicas.
.
En
cuanto
a
las
primeras,
las
acciones
normativas,
éstas
deben
partir
del
artículo
13
del
Convenio
169,
que
abre
el
epígrafe
“Tierras”:
64
tradicionalmente
y
garantizar
la
protección
efectiva
de
sus
derechos
de
propiedad
y
posesión”
(art.14.2),
así
como
instituir
“procedimientos
adecuados
en
el
marco
del
sistema
jurídico
nacional
para
solucionar
las
reivindicaciones
de
tierras…”
(art.
14.
3).
.
En
cuanto
a
las
políticas
públicas,
éstas
deben
dirigirse,
por
una
parte,
a
clarificar
cuanto
antes
los
“procesos
de
saneamiento”,
es
decir,
la
demarcación
y
titulación
de
las
tierras
ancestrales
(el
principio
de
ancestralidad
reconoce
el
derecho
de
los
pueblos
indígenas
a
la
propiedad
originaria
de
sus
territorios,
la
que
se
fundamenta
en
el
mero
hecho
de
la
ocupación
anterior
al
propio
Estado);
por
otra,
debe
impedirse
que
proyectos
de
inversión
públicos
y
privados
(centrales
hidroeléctricas,
carreteras,
proyectos
forestales
…),
se
superpongan
a
los
derechos
sobre
el
territorio
de
los
indígenas,
así
como
al
derecho
a
la
consulta
reconocido
por
el
Convenio
169
y
la
jurisprudencia
de
la
Corte
Interamericana
de
Derechos
Humanos.
En
último
término,
los
funcionarios
no
pueden
seguir
excusándose
en
normas
nacionales
que
contradigan
este
Convenio,
y
deben
cumplir
con
rigor
con
el
mandato
que
deriva
de
los
tratados
internacionales
y
la
jurisprudencia
de
la
Corte.
65
V. Bibliografía
-‐
Dandler,
Jorge,
“Hacia
un
orden
jurídico
de
la
diversidad”,
Revista
Crítica
Jurídica,
núm.14,
UNAM,
México,
1994.
-‐
Chapman,
Anne,
Los
hijos
del
Copal
y
la
Candela.
Ritos
agrarios
y
tradición
oral
de
los
lencas
de
Honduras,
UNAM,
México,
1992
(2ªed.).
-‐
Flores
Giménez,
F.,
“Tierra,
identidad
y
derecho
a
la
consulta.
Caso
Pueblo
indígena
Kichwa
de
Sarayaku
contra
Ecuador”,
en
Revenga
Sánchez,
M.
y
García
Pascual,
C.,
Las
decisiones
básicas
internacionales
en
materia
de
violaciones
masivas
de
los
derechos
humanos,
Valencia,
Tirant
lo
Blanch,
2014.
-‐
Lara
Pinto,
Gloria,
Perfiles
de
los
pueblos
indígenas
y
negros
de
Honduras,
Unidad
Regional
de
Asistencia
Técnica
(RUTA),
Tegucigalpa,
2002.
-‐
Mena
Cabezas,
Ignacio,
“Tradición
y
cambio
cultural
de
los
chortís
en
Honduras”,
Gazeta
de
Antropología,
2008,
24
(2),
artículo
47.
http://hdl.handle.net/10481/6966
-‐
Moreno,
Marvin,
Documental
sobre
el
Pueblo
Tolupán
de
Honduras
(Los
hijos
de
Tomán),
SOLIHO,
SEDINAFROH-‐DIPA,
2012.
-‐
OACNUDH,
Diagnóstico
sobre
La
situación
de
los
derechos
Humanos
de
los
pueblos
Indígenas
de
América
Central.
http://www.cejamericas.org/Documentos/DocumentosIDRC/133indigenashonduras.pdf
-‐
Rivas,
Ramón
D.,
Pueblos
indígenas
y
Garífuna
de
Honduras.
Una
caracterización,
Guaymuras,
Tegucigalpa,
1993.
66
67