PTS - Estabilidad Estructural

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Procedimiento Estabilidad Estructural

PROCEDIMIENTO
ESTABILIDAD
ESTRUCTURAL (APEOS,
ENTIBACIONES)
PROCEDIMIENTO ESTABILIDAD ESTRUCTURAL

Índice
1. INTRODUCCION 2

2. OBJETO 4

3. ÁMBITO DE APLICACIÓN 4

4. PROCEDIMIENTO 4

4.1. RECEPCIÓN DEL AVISO 4


4.2. LLEGADA AL LUGAR DE ACTUACIÓN, INSPECCIÓN Y VALORACIÓN 5
4.3. IDENTIFICACIÓN DE POSIBLES RIESGOS 6
4.4. MEDIDAS DE PROTECCIÓN: 8
4.4.1. EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL: 8
4.4.2. ZONIFICACIÓN 8
4.4.3. MEDIDAS DE SEGURIDAD ASOCIADAS LA UBICACIÓN DE LOS VEHÍCULOS: 9
4.4.4. MEDIDAS DE SEGURIDAD DURANTE LAS OPERACIONES: 10
4.4.4.1.
EN OPERACIONES BAJO RASANTE (ENTIBACIONES): 10
4.4.4.1.1. EN OPERACIONES DE RESCATE EN ZANJAS: 12
4.4.4.1.2. DURANTE LA EJECUCIÓN DE ENTIBACIONES EN ZANJAS: 13
4.4.4.1.3. ENTIBACIONES EN POZOS 13
4.4.4.2.
EN OPERACIONES SOBRE RASANTE (APEOS y APUNTALAMIENTOS): 14
4.4.4.2.1. APUNTALAMIENTO VERTICAL (FORJADOS, CUBIERTAS, ESCALERAS) 16
4.4.4.2.2. APUNTALAMIENTOS DE HUECOS (PUERTAS, VENTANAS, …). RECERCADOS: 17
4.4.4.2.3. APUNTALAMIENTO HORIZONTAL (DESPLOMES) 17
4.4.4.2.4. APUNTALAMIENTO INCLINADO (CIMENTACIÓN, SOPORTE, DESPLOMES) 18
4.4.4.3.
DEMOLICIONES Y DERRIBOS 19
4.4.4.3.1. DEMOLICIÓN ELEMENTO A ELEMENTO: 19
4.4.4.3.2. DEMOLICIÓN TOTAL EMPLEANDO MEDIOS MECÁNICOS: 19
4.4.4.4.
OPERACIONES DE RETIRADA DE ELEMENTOS EN PELIGRO: 21
4.4.4.4.1. SANEAMIENTO DE FACHADAS 22
4.4.4.4.2. OTROS ELEMENTOS: 24
25
5. ANEXOS DE ADAPTACIÓN
26
6. REGISTROS ASOCIADOS
27
7. REFERENCIAS

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1. INTRODUCCIÓN
La estabilidad estructural de una edificación puede verse afectada, pudiendo llegar a
alcanzar el estado de ruina, debido a diversas causas. Entre ellas mencionamos:
 Errores en el cálculo de la estructura
 Elección de una cimentación no acorde con las características del terreno (estudio
geotécnico)
 Falta de conservación, o conservación inadecuada
 Obras de reforma mal diseñadas o estudiadas.
 Cambio de uso del edificio.
 Por causas naturales.
En otras ocasiones, la lesión se presenta por la existencia de obras de excavación en
un terreno próximo. La extracción o remoción de material de éste, durante las tareas
de vaciado, altera la estructura de las capas del terreno, así como su equilibrio
estático apareciendo empujes activos que al generar la aparición de nuevos esfuerzos
llegan a comprometer la estabilidad del edificio. Éstos se transmitirán al edificio
objeto de nuestra intervención.
Otros factores asociados al terreno que afecten a la estabilidad estructural pueden ser:
 Cambio en breve período de tiempo del contenido en humedad de un terreno,
debido a causas climatológicas, roturas de canalizaciones, etc.
 Distribución irregular de cargas tanto estáticas como dinámicas (generalmente
vehículos, o remoción de terreno) en el entorno más inmediato de la excavación.
 Errores de cálculo en la consistencia del terreno.
Tenemos por tanto definidas, entre nuestras funciones la realización de acciones
encaminadas a estabilizar los elementos en situación de equilibrio inestable y precario
con riesgo de colapso, cuando se dé al menos alguna de las siguientes circunstancias:
 Salvaguarda de vidas humanas en peligro, reduciendo el riesgo siempre que la
mera delimitación de este no sea suficiente para alcanzar aquel objetivo.
 Necesidad de evacuación y desalojo de los usuarios en condiciones mínimas de
seguridad
 Impedir la propagación de la patología a otras edificaciones o elementos que se
vean sometidos a cargas anormales (evitar el efecto dominó).
 Eliminación o disminución de la causa de la inestabilidad, siempre que esté al
alcance de los medios humanos y materiales accesibles al Servicio, y no se
comprometa la seguridad del personal interviniente.
PROCEDIMIENTO ESTABILIDAD ESTRUCTURAL

En función del estado de conservación, la función en la edificación y la estabilidad de


los elementos constructivos, se distingue la siguiente tipología de técnicas y grupos
de estructuras auxiliares:
 Saneamiento o retirada de elementos en peligro: (habitualmente en fachadas o
cubiertas.)
 Apeos: Estructuras auxiliares de carácter provisional que se realizan para
estabilizar elementos sobre rasante de la edificación sometidos a movimientos no
previstos, lesiones, …, generadores de esfuerzos no previstos a transmitir hasta
puntos de descarga, normalmente el suelo.
 Entibaciones: Estructuras auxiliares para estabilizar elementos (normalmente
zanjas o pozos) bajo rasante.
 Demoliciones: Eliminación del elemento estructural cuando sea tal el grado de
evolución de la lesión que haga ineficaz o muy peligrosa su estabilización.
 Rescate en estructuras colapsadas: Retirada de los elementos constructivos
apilados de manera caótica en montones y sujetados unos a otros en situación de
equilibrio inestable.
 Rescate en zanjas o en espacios abiertos por corrimientos del terreno:

La intervención nos exigirá organizar de forma rápida y con unos estándares


suficientes de seguridad una vez identificada la patología, los trabajos a realizar en
función de la técnica a emplear. Para ello debemos realizar un rápido precálculo de
las cargas que se deben soportar y una estimación de los medios materiales que se
requieren para estabilizarlas, lo que llamamos números gordos.

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2. OBJETO
El presente procedimiento definirá las medidas generales de organización y métodos
de intervención para el desarrollo de manera segura de las labores de estabilización
de elementos constructivos en situación de equilibrio precario o en riesgo de colapso
inminente.

3. ÁMBITO DE APLICACIÓN
El presente procedimiento será de aplicación a todos los trabajos relacionados con el
personal operativo en el desarrollo de sus funciones.
Se intervendrá en general cuando exista riesgo para las personas que no pueda ser
eliminado con la evacuación del edificio, cuando haya posibilidad de propagación del
riesgo. Asimismo, servirá de guía en la elaboración de actuaciones conjuntas con
otros organismos, así como en labores de coordinación en el desarrollo de las propias
intervenciones.

4. PROCEDIMIENTO
4.1. RECEPCIÓN DEL AVISO
El teléfono de emergencias nos reportará información básica como la localidad y
dirección del solicitante. Sería necesaria más información para valorar correctamente
la intervención.
Con el objetivo de estimar los medios iniciales humanos y materiales, así como los
principales riesgos previsibles, se deberá recabar más información y datos sobre:
 Personas afectadas (crítica en el caso de una entibación, que es casi la que
siempre justifica la actuación del Servicio de Bomberos en esta tipología de
actuación).
 Actuación sobre rasante o bajo rasante.
 Servicios de agua y energía afectados.
 Vías públicas comprometidas.
 Dimensiones aproximadas de la patología:
 En caso de sobre rasante, número de dependencias afectadas.
 En caso de entibación, profundidad de la zanja, pozo o excavación.
 Para desprendimientos en fachadas, altura aproximada de la ubicación del
elemento en peligro, para poder determinar la necesidad o conveniencia del uso
de vehículos de altura.
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4.2. LLEGADA AL LUGAR DE ACTUACIÓN, INSPECCIÓN Y EVALUACIÓN


Al llegar al lugar de la intervención debe posicionarse el vehículo o vehículos en lugar
seguro y de forma que el sentido de la marcha coincida con la salida rápida del lugar
sin necesidad de reposicionar los vehículos.
El mando de bomberos deberá adoptar, en un corto periodo de tiempo, decisiones
que lleven a la neutralización de las situaciones de peligro y de riesgo. Para ello
resultará necesario (salvo en casos peligro inminente para personas) efectuar un
primer reconocimiento rápido para disponer de una visión global del alcance de la
patología. En este apartado suele ser de gran ayuda contar con la información y
asesoramiento que puedan ofrecernos técnicos municipales, de la empresa
constructora o incluso, dentro de sus posibilidades, tampoco debemos despreciar las
aportaciones de los propios vecinos del lugar (por aquí ha corrido toda la vida el
arroyo, ...)
Efectuado éste, y si las condiciones iniciales lo permiten se realizará un análisis más
exhaustivo.
Se procederá, por tanto, con carácter previo a cualquier tipo de actuación, a una
inspección en la que se reconocerá toda la zona afectada en su conjunto para obtener
el máximo de datos posibles. La inspección se realizará tomando notas, que incluya
un croquis para conseguir una visión general de la estructura valorando entre otros
aspectos, los siguientes:
 Elemento o elementos previsiblemente afectados
 Consecuencias previsibles sobre otros elementos que puedan verse afectados.
 Materiales de construcción empleados o características del terreno, para realizar
una previa evaluación de su resistencia, comportamiento y tipo de actuaciones
posibles.
 Cargas a las que está sometido.
 Condiciones de estabilidad general de la estructura.
 Presencia de lesiones visibles: Grietas, roturas, desplomes, …
 Posibles ruidos en la estructura: procedencia, intensidad y frecuencia
 Incidencias con edificios colindantes, vía pública, servicios esenciales afectados, etc.
 Resultará conveniente entrevistarse con testigos directos y vecinos del inmueble.
Del reconocimiento y análisis de los síntomas y señales externas, se puede
determinar un diagnóstico que ponga de manifiesto el tipo de lesión, sus posibles
causas y su trascendencia a nivel estructural. Además, del resultado de la inspección
efectuada, el mando de la intervención también podrá determinar:
 La necesidad o no de evacuar el edificio (actuación previsible durante cualquier fase)
 La necesidad o no de realizar técnicas de apuntalamiento, entibación o demolición.

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 El lugar donde hubiera que ejecutarlo.
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 Los materiales y herramientas necesarias.


 La posibilidad real a nivel técnico y material de ejecutar la reparación temporal.
Analizados los datos anteriores existen casos en los que no resulta necesaria la actuación
de bomberos:
 Lesiones leves sin afectación a la estabilidad del edificio ni riesgo para las personas.
 Lesiones graves que desbordan nuestra capacidad de actuación.
 Lesiones graves a acometer por la propiedad, empresas de construcción y/o
restauración.
 Lesiones en zonas no habitadas delimitadas o aisladas sin riesgo y de actuación no
urgente.
Aun descartada nuestra actuación, deben realizarse los análisis anteriores y velar por
aplicar medidas preventivas que garanticen la seguridad de las personas. Estas
medidas pueden ser: sanear, desescombrar, señalizar, balizar, precintar el acceso a
la vivienda, encadenar puertas y vallas, evacuar, desalojar…

4.3. IDENTIFICACIÓN DE POSIBLES RIESGOS


La identificación de los riesgos asociados al entorno y al resto de circunstancias que
pudieran afectar al desarrollo de la intervención deber realizarse de forma continua,
permitiendo la adopción de medidas preventivas, así como la aplicación conjunta de
otros procedimientos de intervención.
Mecánicos:
 Producidos por desprendimientos secundarios de elementos en equilibrio inestable y/o
precario
 Hundimiento de forjados o cubiertas
 Deslizamiento del terreno en entibaciones
 Desplome de elementos estructurales verticales
 Derivados del uso de herramientas o equipos (con especial atención a las
herramientas de corte y separación), para lo cual se atenderá a los manuales del
fabricante
 Derivados del empleo de material de altura.
 Derivados de posibles atrapamientos
 Derivados de atropellos o alcances con o entre vehículos
 Producidos por caídas al mismo o a distinto nivel
Físicos: Derivados de la exposición:
 Al ruido y/o vibraciones
 A incendios o explosiones provocados por instalaciones de suministro de gas, por

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ejemplo
 A fibras y partículas de elementos de construcción (tratamiento de cristales, por
ejemplo)
Químicos: Derivados de:
 Gases y vapores embolsados por roturas de instalaciones de conducción o
almacenamiento
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 Sustancias y productos químicos almacenados en las edificaciones


 Gases liberados por motores de combustión
Eléctricos: Derivados de:
 Instalaciones y equipos eléctricos afectados
 Líneas de transporte de energía eléctrica implicadas
 Contacto con cableado eléctrico desprendido o arrastrados con sus postes
 Contacto eléctrico provocado por la combinación con el agua (fugas, humedades) …
 Contacto con carteles, paneles, … de publicidad en fachadas.
 La utilización de los equipos propios
Biológicos: Derivados de:
 La existencia de aguas fecales o contaminadas
 Presencia de animales o víctimas en estado de descomposición
 Contacto con fluidos corporales (sangre, vómitos, …)
Ergonómicos: Derivados de:
 La manipulación manual de cargas, posturas forzadas y movimientos repetitivos
Psicosociales: Derivados de:
 Situaciones de estrés, ansiedad, etc.
Ambientales: Derivados de:
 Intensas precipitaciones
 Vientos fuertes
 Temperaturas extremas
 Tormentas eléctricas
 Condiciones de baja visibilidad

Como consecuencia de la evolución de la intervención, del uso de equipos y


herramientas pueden surgir además otros riesgos que requerirán un proceso de
reevaluación permanente e incluso la adopción de medidas de protección durante los
trabajos.
Entre ellos señalamos: incremento del peso específico de materiales como
consecuencia del aporte de agua (rotura de tuberías, lluvia, ...), sobrecargas no
previstas (vehículos y maquinaria en movimiento en zona de influencia), insuficiente
capacidad de sostenimiento de las entibaciones, entibaciones mal acodaladas, …

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Resulta por tanto necesario velar permanentemente por la seguridad en la zona de
operaciones, como principio básico de seguridad incidiendo en el estado de las
instalaciones de suministro, elementos inestables, manifestaciones y evolución de los
signos y síntomas de la lesión.

4.4. MEDIDAS DE PROTECCIÓN:


4.4.1. EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL:

Tendrá la consideración de Equipo de Protección Individual mínimo: calzado de


seguridad, guantes de protección, casco y ropa de intervención/rescate, equipo de
protección respiratoria (filtro, ERA, …), protección ocular (gafas/pantalla), protección
auditiva (tapones, cascos, …) que se irán incorporando en función del tipo de tarea a
ejecutar. El presente apartado aparece desarrollado en el procedimiento específico de
vestuario.
El mando debe velar por el cumplimiento de las normas básicas de seguridad y la
aplicación de buenas prácticas en el trabajo en equipo, así como coordinar la
comunicación con el personal.

4.4.2. ZONIFICACIÓN

Establecer una zonificación desde el inicio resulta imprescindible en este tipo de


emergencias donde puede resultar necesaria la presencia de una gran cantidad de
medios humanos y materiales. Establecer un Punto de Recepción de Medios y
recursos alejado de la zona de riesgo, con objeto de controlar tanto su llegada, como
la asignación de tareas a realizar facilitará al mando una visión mucho más clara de
los medios de los que dispone, los que vienen en camino, y de aquellos que considere
deba solicitar. Además, desde el lado de la seguridad, reduce el número de personas
expuestas en la zona de riesgo.
Con objeto de garantizar la seguridad, el orden y la correcta aplicación de la técnica
definida, además de la zona de recepción de medios se definirán al menos:
Zona Caliente (Intervención): Incluye la zona directamente afectada por la patología:
 En ella instalaremos las estructuras auxiliares y permaneceremos exclusivamente
durante el tiempo necesario para su ejecución.
 El acceso a esta zona queda restringido al personal que esté ejecutando un
trabajo específico y que requiera la permanencia temporal en esta zona.
 El acceso a esta zona queda prohibido sin el Equipo de Protección Individual
establecido.
Zona Templada (Logística y apoyo): Es la zona inmediata al área de intervención:
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 En ella se realiza el acopio de materiales y se desempeñan el conjunto de tareas


auxiliares (corte y construcción de las distintas piezas, …).

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En este tipo de intervenciones puede no contemplarse la existencia de la zona de
socorro (normalmente situadas una a continuación de otra), ya que la longitud de la
zona logística suele permitir un rápido traslado de las víctimas a zona segura fuera de
la zona de influencia de la emergencia., ruidos, polvo, maquinaria en movimiento, …
El personal externo, curiosos, etc., debe permanecer fuera de una línea de
acordonamiento que se establezca a tal fin para impedir que interfieran en los
trabajos.
4.4.3. MEDIDAS DE SEGURIDAD ASOCIADAS LA UBICACIÓN DE LOS VEHÍCULOS:

La naturaleza de esta tipología de intervención no suele conllevar que las distancias


desde el lugar de estacionamiento definitivo de los vehículos hasta el lugar propio de
la actuación sea un factor crítico, por lo que debemos aplicar el precepto general de:
ante la duda, incrementar la distancia de seguridad. Para lograr una ubicación de los
vehículos de forma segura:
 Se colocarán los vehículos en sentido salida, tanto por la posibilidad de una
evolución negativa del servicio, como por la posibilidad de tener que desplazarse
a algún otro siniestro.
 Posicionaremos el vehículo a una distancia que evite la caída de elementos
inestables sobre los mismos ubicándolo al menos a una vez y media de la altura
del edificio como distancia mínima de seguridad, en la medida de lo posible;
 En el caso particular de tener que emplear un vehículo de altura en estructuras
sin riesgo previsible de derrumbe, el emplazamiento de éste se ubicará de forma
que quede protegida de la caída de elementos en riesgo de caída, superando en
general en una vez y media la mayor dimensión (largo, ancho o alto) del
elemento.
 En calles estrechas, evitaremos situarnos a menos de 3 veces la longitud de la
fachada.
 En el caso de entibaciones, a la hora de estacionar los vehículos cerca de una
zanja tendremos en cuenta las características del terreno y su grado de
inestabilidad. En todo caso, ubicaremos los vehículos al menos a 3 veces la altura
de la zanja.
 Deberemos valorar igualmente las vibraciones generadas por la circulación de
vehículos y/o maquinaria pesada empleados durante la intervención.
 Se señalizará y balizará convenientemente toda la zona de influencia de la
intervención.
 Se determinará claramente la ubicación de los vehículos empleados de manera
directa durante la intervención de aquellos desplazados al siniestro como
vehículos auxiliares para trabajos de apoyo y por tanto emplazados por detrás de
éstos).
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 Se limitará el paso, en caso necesario, de cualquier vehículo y personal distinto a


los empleados para la realización de trabajos directos en la zona.

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4.4.4. MEDIDAS DE SEGURIDAD DURANTE LAS OPERACIONES:

4.4.4.1. EN OPERACIONES BAJO RASANTE (ZANJAS):

Cuando un servicio de bomberos realiza un trabajo de entibación suele ir asociado a


trabajos de rescate de personas sepultadas (total o parcialmente) como
consecuencia de un deslizamiento o desprendimiento de terreno. Por consiguiente,
una vez localizada la víctima se contemplarán las siguientes prescripciones de
seguridad:
 Evaluación de las características del terreno, especialmente la posibilidad de
nuevos deslizamientos o desprendimientos y la capacidad portante para
vehículos, cargas estáticas y dinámicas. En este caso debemos identificar y
diferenciar entre terrenos coherentes (por ejemplo, arcillas) de sueltos (tales
como grava o arena).
 Se establecerá un plan de seguridad:
 Ubicado en una posición que le permita una visión general el recurso
preventivo supervisará las tareas que se realizan en la zona de intervención y
posibles movimientos inesperados.
 Por motivos de seguridad, el número de integrantes del grupo será el mínimo
indispensable, en número no inferior a dos, dependiendo del espacio
disponible y del acceso efectivo a las vías de escape.
 Además del sistema de comunicaciones contará con un sistema alternativo
silbato, sistema de megafonía o similar que le permita alertar de manera
inmediata al resto de intervinientes.
 Se establecerá una vía de escape de la zanja o pozo.
 Se establecerá como señal de emergencia: (emergencia, emergencia,
emergencia) y/o tres pitidos constantes de 3´´ de duración).
 Ante esta señal todos los miembros realizaran tareas de auto salvamento:
o En zanjas los bomberos se introducirán rápidamente en zona segura (zona
entibada).
o En la realización de trincheras retrocederán hacia zona construida.
o En espacios abiertos con riesgo de caídas o desprendimientos, retrocederán
hasta el espacio seguro.
 Se identificarán claramente las zonas de seguridad (mediante balizas, sprays o
señalética) y las zonas de riesgo.
 Se comenzará siempre a trabajar desde zona segura y no se perderán referencias
respecto a ruta de salida y/o de regreso a zona segura.
 Se colocarán testigos que nos ayuden a identificar visualmente los riesgos
identificados
 Realizaremos operaciones de entibación en todas aquellas intervenciones en las
que la profundidad sea igual o superior a 1,3 m.
 En función de las características y la profundidad del terreno se optará por
realizar entibaciones ligeras, semicuajadas o cuajadas.
 Con independencia del grado de cohesión del terreno, si la profundidad excede de
los 2,5m se realizará una entibación cuajada.
 Establecer una zona de acopio de material (éste de manera ordenada), a emplear
en sus inmediaciones por lo que los bomberos podrán disponer de éstos de forma
adecuada.
 Evitaremos la acumulación de materiales fuera de la zona de acopio al menos
10m de distancia a la zanja.
 Estableceremos una zona de trabajo para las tareas de corte y preparación de la
entibación entre la zona de acopio y la zanja, con una separación mínimo de 5m.
 Una vez cortadas y construidas las piezas (fuera de la zona de riesgo), podrá
iniciarse la última fase de montaje in situ.
 Como las dos zonas anteriores, establecer a una distancia segura y adecuada (a
la cantidad, superficie y/o volumen de material a retirar) de acopio de los
escombros y materiales que se van retirando.
 Señalizar la zona de acopio y retirada de materiales con objeto de evitar caídas al
mismo nivel.
 Verificación de la presencia de instalaciones de conducción de agua, gas, energía,
alcantarillado o saneamiento.
 En el primer caso (fuga de agua) valorar la sobrecarga que genera, posibles
corrimientos, contacto eléctrico.
 Comprobación previa al acceso y periódica durante la intervención, de las
condiciones de la atmósfera, en concreto presencia de niveles inaceptables de
sustancias asfixiantes, tóxicas, irritantes y/o explosivas), en el caso de pozos y
excavaciones mal ventiladas.
 En caso de rescate inminente se deberá emplear ERA y equipo de aire de rescate,
para el accidentado.
 En caso de que se vean involucradas planchas de blindaje o si el accidente se
produce durante la fase final de la obra con placas de hormigón, se emplearán

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técnicas de corte y/o perforaciones limpias (evitando la proyección y caída de
fragmentos sobre la víctima y el rescatador que esté junto a él.)
 Como norma general, no utilizar motores de explosión dentro de las excavaciones mal
ventiladas.
 En este último caso, valorar el empleo de medios de extracción de gases.
 En general las entibaciones o parte de éstas se quitarán sólo cuando dejen de ser
necesarias y por franjas horizontales, comenzando por la parte inferior del corte.
 En zanjas de profundidad mayor de 1,30 m., siempre que haya bomberos
trabajando en su interior, se mantendrá un equipo SOS para actuar en caso de
emergencia.
 En una zona próxima se dispondrá de un acopio mínimo de material y
herramientas para su empleo solo en caso de ser requerido para actuación
inmediata (cuñas, puntales, tablones, escalera, barra de uña, etc.). Este material
no debe emplearse para la entibación.
 La disposición y el tipo de entibación de los tablones se determinará en función
del tipo de terreno: Ligera, semicuajada y cuajada.
 La longitud máxima de tablones, distancia entre codales con sus apoyos
respectivos, … será establecida por el mando en función de diversos parámetros
(grosor del cabecero, empuje de terreno, tipo de entibación y de terreno (se
recomienda el empleo de las tablas recogidas por el INSHT) en su NTP 278.
 Los codales (puntales horizontales) deben formar ángulo recto con los mismos, de
forma que se minimicen las tensiones verticales sobre los paneles.
 La presión sobre los codales aumenta con la profundidad, por tanto, cuanto más
profunda sea la zanja, mayor presión tendrán que soportar los codales de la parte
más baja de la entibación.
 El personal interviniente que se encuentre en zonas donde exista riesgo de caídas
deberá tomar las medidas de seguridad adecuadas.
 Incidir en la posibilidad de vibraciones del terreno, debido a tráfico rodado,
maquinaria de obra o cualquier otra circunstancia, que pudiera afectar a la
estabilidad del terreno.
 En intervenciones con acumulación de conos de escombros por colapso
estructural, se realizarán técnicas de trinchera, como si de una entibación se
tratara, para ir penetrando protegiendo a los bomberos de posibles
desprendimientos sobre nivel de trabajo.

4.4.4.1.1. EN OPERACIONES DE RESCATE EN ZANJAS:

Este tipo de intervenciones conlleva un gran desgaste físico por lo que el personal
interviniente debe dividirse y estructurarse de manera que se ejecute un ciclo de
relevos efectivo. Este control de relevos llevará implícito el control del número de
personas que se encuentren en la zona de intervención. Por motivos de seguridad, el
número de integrantes del grupo de rescate también será el mínimo indispensable, en
número no inferior a dos, dependiendo del espacio disponible y del acceso efectivo a

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las vías de escape. Los relevos se harán en períodos de tiempo lo más corto posible
para que sean efectivos, de forma que trabajen con la máxima intensidad:
 Se comenzará por los trabajos de rescate de las personas que se encuentren en
superficie o semienterradas de fácil rescate.
 Los trabajos de desescombro deben coordinarse con los de apuntalamiento y
entibación para minimizar el riesgo de nuevos derrumbes.
 Habrá un efectivo dedicado expresamente a evaluar permanentemente la
estabilidad del terreno y avisar de posibles nuevos derrumbes, cuya función
principal es dar la voz de alarma para proceder a la inmediata evacuación.
Consiguientemente, todo el resto del personal operativo debe guardar el mayor
silencio posible, sólo interrumpido por estrictas y necesarias órdenes, consignas o
alarmas.
 Una vez localizada la víctima enterrada, la prioridad es facilitar su respiración.
Para ello puede ser necesario abrir las vías respiratorias, proporcionar aire fresco
a la víctima a través de un conducto y/o aliviar la presión ejercida sobre el tórax.
Para ello se retirará el material procedente del hundimiento de cabeza y tórax. Se
puede proteger a la víctima colocándole una estructura circular (tubo) de gran
diámetro de forma que ésta contenga otros desprendimientos.
 Como medida adicional de seguridad para este caso en concreto, el personal
interviniente que esté participando directamente en el recate debe llevar una
cuerda de seguridad, estableciendo una línea de vida.

4.4.4.1.2. DURANTE LA EJECUCIÓN DE ENTIBACIONES EN ZANJAS:

En general, una entibación debe reproducir las formas generadas en la excavación


(normalmente la cuchara de la retroexcavadora). Para ello se han de fabricar dos
superficies paralelas en contacto con los paramentos verticales del terreno., que
deben conectarse con elementos acodalados perpendiculares a dichas superficies para
contrarrestar los esfuerzos dinámicos del terreno. Para garantizar la rigidez del
conjunto deben utilizarse tornapuntas inclinadas entre el cabecero y codal:
 Según las características del terreno seleccionaremos el tipo de entibación
adecuada. Emplearemos una entibación cuajada, es decir, aquella que cubre todo el
paramento vertical, cuando el terreno tenga baja cohesión (como por ejemplo tierra
inundada de agua o arena).
 El tipo de suelo y su estado producen diferentes empujes. (entre los valores
extremos del empuje del terreno, roca (mínimo) y cantos rodados (máximo)
encontramos valores intermedios en suelos de arenas y gravas,
 Por tanto, el tipo de empuje será uno de los
criterios a considerar a la hora de establecer el
tipo de entibación.
Para ello, emplearemos la tabla de la TBG
(Tiefbau Berufsgenossen Schaft: Asociación
Profesional para la Industria de la
Construcción), empleada como referencia en

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Obra Civil, en lugares sin construcciones
delicadas en su entorno, para determinar la
presión del terreno.
 Se optará por una entibación semicuajada, (50 %
aproximadamente de cobertura de la superficie de los paramentos verticales del
terreno, en terreno de cohesión media y no saturados de agua).
 Se elegirá una ligera fabricada con codales y largueros, cuando el terreno presente
un alto grado de cohesión, lo que implica un alto grado de rozamiento.
 A la hora de proceder a su montaje, podemos introducir la estructura ya montada,
(cajón con planchas y codales previamente conformados), en la superficie (método
“Pronto”) o bien introducir pieza a pieza en la zanja y proceder a su montaje “in situ”
(método Quillery). Este último método está limitado a zanjas cuya profundidad no
exceda de 3,50m y tengan buena cohesión.
 Finalmente, referir las recomendaciones de la NTP 278 del INSHT para decidir qué
tipo de entibación emplear, que se resume en la tabla siguiente:
TIPO SOLICITACIÓN PROFUNDIDAD DEL CORTE EN (m)
TERRENO
<1, 1,30 - 2,00 - 2,50 >2,
Coherent 30 2,00 50
e Sin solicitación No necesaria en Ligera Semicuajada Cuajada
general
Solicitación de vial Ligera Semicuajada Cuajada Cuajada
Solicitación de Cuajada Cuajada Cuajada Cuajada
cimentación
Suelto Indistintamente Cuajada Cuajada Cuajada Cuajada

4.4.4.1.3. ENTIBACIONES EN POZOS

La entibación en pozos reproducirá la superficie interior de la cavidad para consolidar


el terreno y/o conseguir una cavidad de supervivencia. Para garantizar la rigidez de la
estructura fabricada deben contrapearse los codales, que serán de madera o puntales
dependiendo de las dimensiones del pozo. Al igual que en el caso anterior, podemos
seguir las recomendaciones de la NTP del INSHT para decidir qué tipo de entibación
emplear, que se refleja en la tabla siguiente:

TIPO DE SOLICITACIÓN PROFUNDIDAD DEL CORTE EN (m)


TERRENO
< 1,30 - 2,00 - >2,50
1,30 2,00 2,50
Coherente
Sin solicitación No necesaria en general Semicuajad Cuajada Cuajad
a a
Solicitación de vial Semicuajada Cuajada Cuajada Cuajad
a
Solicitación de Cuajada Cuajada Cuajada Cuajad
cimentación a
Suelto Indistintamente Cuajada Cuajada Cuajada Cuajad
a

4.4.4.2. EN OPERACIONES SOBRE RASANTE (APEOS y APUNTALAMIENTOS):

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Apeo es la realización de armazones o fábricas con la que se sostiene el todo o una
parte de un edificio, construcción o terreno. Se diferencia en que el apuntalamiento
suele realizarse con mayor urgencia que un apeo y que éste último forma parte
normalmente de los diferentes procesos constructivos.
Podemos definir apuntalamiento como la acción de colocar puntales, que son
elementos verticales cuya función es la de soportar las cargas, trasmitiéndolas al
durmiente, o pieza horizontal situada en la base de este.
Durante su realización, además de los riesgos genéricos señalados anteriormente
debemos mencionar algunos asociados al empleo de puntales como pueden ser:
caída de puntales sobre personas y/o bienes en las operaciones de elevación, carga
y descarga, en las operaciones de almacenamiento, golpes por objetos durante el
montaje o desmontaje del puntal, atrapamiento de las manos en la descarga del
puntal, lesiones y cortes en las manos con la tuerca del puntal, sobreesfuerzos en
la manipulación manual de los puntales,…
Deberán considerarse, además de las recogidas en los apartados anteriores, las
siguientes condiciones generales de seguridad:
 Delimitación de las áreas de riesgo, diferenciando claramente el área de
intervención (zona caliente), balizando la zona con cintas y/o vallas.
 La zona de intervención incluirá la zona de puesta en obra de los apuntalamientos.
 En la zona de socorro y apoyo se dispondrá de un área de acopio de material y
herramientas, que se complementará con un espacio para el corte y montaje de
los elementos constitutivos del apeo.
 No se realizarán trabajos de corte, clavado o preparación de los elementos del
apeo dentro de la zona de puesta en obra
 Verificar las condiciones de las instalaciones de energía existentes, tales como
gas o eléctricas. En caso de ser necesarias, anularlas
 Comprobar las instalaciones de conducción de agua y de saneamiento. En caso
de que pudieran ser afectadas por el apuntalamiento, proceder a su corte
 Señalización y protección de los posibles huecos donde pudieran producirse caídas a
distinto nivel.
 Prestar atención a los posibles ruidos (crujidos), vibraciones o desprendimientos de
material
 Identificar posibles vías de escape, manteniéndolas expeditas y libres de
materiales durante las labores de apuntalamiento y apeo.
 Las condiciones específicas de seguridad del propio apuntalamiento serán:
 Los diseños de ejecución deben ser lo más sencillo posible, teniendo en cuenta
para ello las cargas que deben soportar, la gravedad de las lesiones existentes,
el espacio geométrico y de trabajo que dispongamos, los accesos hasta los
lugares donde se deben realizar y el tiempo disponible para ejecutarlos
 El apuntalamiento debe ser “neutro”, es decir, no debe ejecutarse con un
excesivo apriete o acuñado de las piezas ya que podrían generase tensiones más
graves que las que se intentan corregir, ni tampoco debe quedar “suelto”.

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 Los apuntalamientos para transmitir cargas verticales deben guardar cierto
paralelismo y continuidad entre los diferentes niveles de la edificación hasta llegar
a la cimentación o planta baja, para poder guardar una correcta transmisión de
cargas y no se produzcan variaciones imprevistas de esfuerzos y momentos o
incluso cizalladuras o deformaciones.
 Es muy aconsejable disponer de elementos que faciliten la puesta en carga del
conjunto (sopandas, durmientes, etc.) y su estabilidad, rigidez y arriostramientos
(cruces de San Andrés, codales…)
 Una vez realizado el apuntalamiento, y en caso de que vaya a quedar como
permanente, deben colocarse testigos para averiguar si con posterioridad se ha
producido algún tipo de movimiento o lesión que requiera la adopción de nuevas
medidas
 En caso de revisión de un apeo previamente realizado, deben verificarse la
evolución de los testigos y lesiones, así como el grado de progresión de las
mismas
 Verificar que los puntales quedan en posición vertical, comprobando que están
completamente aplomados
 Evitar los desplazamientos de los elementos colocados, utilizando para ellos, cuñas,
bridas, riostras.
 La permanencia en la zona de trabajo se reducirá al mínimo imprescindible, de
forma que no se encuentre en la misma ningún efectivo sin estar realizando una
labor concreta.
 En la interfase entre la zona de intervención y apoyo, pero dentro de ésta última,
se dispondrá personal, preferentemente un mando, para supervisar las tareas
dentro de la zona de intervención.
 Deberán prestarse atención a la distribución de caras por puntal, así como a
posibles desplazamientos horizontales por causas como: mal arriostramiento,
puntales mal aplomados, puntales sometidos a esfuerzos laterales de origen
diverso, puntales instalados sobre superficies inestables.

4.4.4.2.1. APUNTALAMIENTO VERTICAL (FORJADOS, CUBIERTAS, ESCALERAS)

El apuntalamiento vertical, definido por esta disposición de sus elementos, es


adecuado para la estabilización de elementos horizontales, tales como forjados,
cubiertas, balcones, etc. Los medios empleados para realizar el apuntalamiento
pueden ser metálicos, como los puntales, de madera, como los rollizos y tablones, o
ladrillos.
Al conjunto de medidas ya descritas le acompañarán las siguientes:
 Inspeccionar la zona y decidir el tipo de apeo que hay que construir, teniendo en
cuenta que el objetivo de este es evitar que la lesión en edificio pueda provocar un
desplome o una situación equivalente de peligro.
 Delimitar la zona de acopio de material, montaje del apeo y área de trabajo o
ejecución del apuntalamiento:
 La zona de acopio, la más alejada del lugar de la intervención y en ella se
almacena el material a emplear.

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 La zona de montaje del apeo es donde se fabricará el mismo.
 El área de trabajo o ejecución del apuntalamiento es la zona donde se
procede a la colocación del apeo.
 Describir de los trabajos concretos para la realización del apuntalamiento (croquis).
 Tomar medidas de elementos horizontales y verticales.
 Presentar sobre el terreno los elementos horizontales (sopandas)
 Unir a los elementos verticales (puntales, tablones, ...).
 Colocación de los elementos verticales, comenzando siempre que sea posible por
los extremos y manteniendo un hueco de paso en el centro para permitir el resto
del montaje.
 Ajustar y comprobar la nivelación de los elementos verticales.
 Fijar los elementos verticales a los durmientes con el objetivo de fijar el apeo.
 En el caso de apeos de un edificio de varias plantas, siempre se empezará desde la
planta baja hasta la planta superior afectada. En ningún caso, se dejará de
apuntalar una planta inferior a la superior afectada, para minimizar el riesgo de
derrumbe.

4.4.4.2.2. APUNTALAMIENTOS DE HUECOS (PUERTAS, VENTANAS, …). RECERCADOS:

Esta clase de apuntalamiento suele realizarse cuando el número de huecos que hay
que realizar no es excesivamente numeroso. Puede realizarse utilizando madera,
puntales metálicos o ladrillos. Además de las medidas genéricas ya tratadas, la
secuencia a seguir será la descrita a continuación:
 Inspección del elemento que hay que apuntalar y delimitación de la zona de trabajo
 Toma de las medidas para dimensionar los elementos del apeo
 Preparación de los elementos de soporte (corte de tablones, ajuste de puntales,
…), siempre siendo conservadores en las dimensiones de los mismo, lo que
significa que es preferible un pequeño exceso de longitud, que posteriormente se
ajustará, que dejar los elementos algo cortos, lo que los inutilizaría.
 Corte de los durmientes
 Fabricación de elementos principales
 Ajuste de la estructura al hueco, intentando que la superficie de contacto entre la
estructura y la zona arqueada sea la máxima posible

4.4.4.2.3. APUNTALAMIENTO HORIZONTAL (DESPLOMES)

También denominados acodalamientos, se emplean para sostener elementos


verticales inestables, de manera que el apuntalamiento queda en posición horizontal
entre estructuras verticales. Pueden fabricarse en madera o emplear puntales
metálicos. Deberán acompañar a las medidas ya planteadas las siguientes:

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 Inspección y delimitación de la zona de trabajo
 Decisión del acodalamiento que va a construirse (compuesto o doble, simple en
conjunto). Normalmente se emplea madera, pero en casos de que el apeo a
realizar no sea excesivamente grande y la distancia entre fachadas o elementos
estructurales verticales no sea muy elevada, es posible el empleo de puntales
telescópicos metálicos
 Montaje provisional de sopandas que se colocarán en las fachadas y sujetas con
puntales metálicos, tanto para una estructura definitiva en metal como en madera
 Colocación de codales (puntales horizontales) de forma que sus apoyos coincidan
en la medida de lo posible con los forjados interiores, de forma que se sitúen a
plomo entre las sopandas.
 Embridado de los tablones en caso de usar madera
 Medida y fabricación de jabalcones y de ángulos para impedir desplazamientos en la
estructura
 Retirada de los puntales metálicos provisionales

4.4.4.2.4. APUNTALAMIENTO INCLINADO (CIMENTACIÓN, SOPORTE, DESPLOMES)

Se utiliza este tipo de apuntalamiento para sostener elementos verticales, tales como
muros, fachadas aisladas y otros elementos constructivos, cimientos dañados,
soportes de pilares o columnas, etc. Pueden emplearse en combinación con otros
tipos de apeos.
La secuencia de operaciones respetando las medidas de seguridad ya mencionadas
consistirá:
 Inspección de la zona de intervención y delimitación de la zona o zonas de trabajo
 Limpieza del suelo para un eficaz apoyo del apeo
 Selección del tipo de apeo a emplear (simple, múltiple o en abanico)
 Para el caso de apeo simple
 Preparación de la sopanda vertical o vela cuya medida depende de la altura del
muro
 Preparación de la sopanda horizontal cuya medida será siempre la mitad de la
sopanda vertical o vela
 Sujeción provisional con un puntal metálico
 Medición de la tornapunta para presentar las sopandas de manera que se
preparen los ángulos de sus dos extremos o cabezas (superior e inferior),
procediendo a cortar
 Fijación y embridado de tornapuntas
 Del ejión a la sopanda vertical

En caso de apeo múltiple, conllevaría la repetición de acciones para colocar al menos


una segunda tornapunta y la colocación de manguetas entre ambos apeos para
arriostrarlos, bien en horizontal o en cruz de San Andrés.

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4.4.4.3. DEMOLICIONES Y DERRIBOS

Se definen las demoliciones o derribos como el desmontaje o eliminación de un


elemento constructivo. En los servicios de bomberos, contemplaremos estas
acciones como la última opción a llevar a cabo, cuando se considere que es inviable
tanto su estabilización como cualquier otra acción que pudiera considerarse.
La intervención más habitual es la demolición parcial de alguna parte de un elemento
en peligro inminente de caída.
Debe considerarse el lugar donde se va a proceder a depositar los materiales
retirados, y prever su forma de transporte para que no dificulten la continuación de
los trabajos. Las dos técnicas de demolición existentes son:

4.4.4.3.1. DEMOLICIÓN ELEMENTO A ELEMENTO:

Es la forma más habitual de proceder en los servicios de bomberos, tanto por el


principio general de derribar y demoler lo estrictamente necesario como por el
entorno más frecuente en ámbito urbano que suele hacer muy difícil la demolición
total e inmediata. Es idóneo para demoliciones parciales o como preparación para
una demolición total. Se realizará teniendo en cuenta la siguiente secuencia, que en
general, es en el sentido inverso al de su construcción:
 Cortar cualquier elemento de unión con otras edificaciones (cables, tirantes, …)
para evitar arrastres de material de otros edificios.
 Realización de arriba abajo
 Mantenimiento en lo posible de simetría en la demolición
 Minimizar la cantidad de material a demoler, aligerando al máximo el peso de la
estructura a derribar
 Considerar y, en su caso contrarrestar, posibles empujes horizontales de la edificación
 Evaluación de la necesidad de realizar acciones de estabilización auxiliares, tales
como apuntalamiento de elementos en voladizo o arriostramiento de otras
estructuras.

4.4.4.3.2. DEMOLICIÓN TOTAL EMPLEANDO MEDIOS MECÁNICOS:

Es la última opción que hay que considerar. Previamente a su empleo, debe


aligerarse el elemento a demoler lo máximo posible. Puede realizarse de tres formas
diferentes:
 Por empuje, empleando maquinaria pesada: Está limitado hasta una primera
planta (alcance de la maquinaria), empleando el empuje efectivo por encima de
las tres cuartas partes de la altura del elemento a derribar y siempre por encima
de su centro de gravedad para evitar el vuelco.
 Por tracción: Este método está limitado en ámbito urbano por la distancia de
seguridad necesaria, no disponible en muchos cascos históricos. Debe realizarse
progresivamente para evitar tensiones excesivas.

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 Por corte o perforación: La secuencia general de la intervención será la siguiente:
 Inspección y evaluación de la estructura, recabado toda la información visual,
verbal y gráfica posible, habiendo descartado previamente la viabilidad de
cualquier intervención de consolidación o estabilización y habiendo comprobado
que el edificio no consta como protegido.
 Selección de la forma de derribo, teniendo en cuenta el tipo de patología, el
elemento constructivo afectado, la accesibilidad de los medios del servicio, las
causas que han podido provocar la ruina (aguas, viento, abandono,...) y los
riesgos sobre otras edificaciones, instalaciones o vía pública.
 Delimitación clara de la zona de riesgo, balizando o vallando según el caso
 Planificación del método de demolición o derrumbe que se va a utilizar
 Solicitud de medios auxiliares, tanto propios como, lo que es muy habitual en
estos casos, de otros servicios.
 Protección de las construcciones colindantes
 Anulación de las instalaciones (eléctrica, gas, agua, saneamiento, etc.) existentes
 Aplicación del método de derrumbe seleccionado.

4.4.4.4. OPERACIONES DE RETIRADA DE ELEMENTOS EN PELIGRO:

La demolición parcial o total de un edificio no debe generar un riesgo mayor que el


que se pretende evitar. No suelen ser servicios de gran emergencia, por lo que debe
evaluarse con detenimiento los riesgos antes de acometer las labores de demolición.
La tipología de demolición más habitual que realizan los servicios de bomberos suele
estar relacionada con el desprendimiento de elementos en las fachadas, tales como:
materiales de acabado (alicatados, aplacados), partes de cubiertas, de aleros, de
petos o hastiales, trozos de balcones y voladizos, daños en barandillas y
balaustradas, así como otros elementos de diversos tipos (carteles, luminosos,
canalones, aire acondicionados, toldos, antenas, etc.). Se deberán seguir las
siguientes prescripciones de seguridad:
 Delimitar clara de las áreas de riesgo, diferenciando claramente el área de
intervención (zona caliente) propiamente dicha con el área de socorro y apoyo
(zona templada), balizando la zona con cintas y/o vallas
 Verificar la presencia de instalaciones de energía (electricidad y gas), y en su casa
anularlas
 Comprobar la existencia de tirantes y/o cables que pudieran arrastrar otras
edificaciones al eliminar el elemento en el que se apoyan
 Consolidar los elementos de edificios adyacentes que pudieran verse afectados
por los trabajos de demolición
 En caso de la existencia de varios elementos a distintas alturas comenzar
generalmente por el que está situado a mayor altura

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 Calcular la caída más probable de los elementos cuando se proceda a su
demolición, garantizando que no dañen a las personas, y siempre que sea posible,
a los bienes materiales
 En caso de tratamiento de cristales (muros cortina) o en caso de sospecha o
confirmación de la presencia de elementos de construcción antiguos, (cuya rotura
pudiera causar el desprendimiento de fibras se hace necesaria la utilización de
equipos filtrantes por respiración del usuario), tales como mascarillas
autofiltrantes contra partículas FFP3 o, en caso de ser necesario, el equipo de
respiración autónomo y el traje de protección correspondiente.
 En el límite entre la zona de intervención y el área de socorro y apoyo
dispondremos de algún efectivo, preferentemente un mando, para la supervisión
de las tareas de la zona de intervención
 La apertura de huecos y la generación de espacio para rescatar a victimas
confinadas, sepultados o atrapadas, se realiza estableciendo mecanismos de
seguridad para los intervinientes.
 Estas medidas deben permanecer y ofrecer garantías también para la fase de
extracción de víctimas hasta lugar seguro.
 No se alterarán ni removerán de forma aleatoria escombros o elementos sustentados
entre sí.
 Se guardará una distancia de seguridad entre los bomberos durante la utilización
de equipos de trabajo;
 Se avanzará comprobando previamente la solidez del terreno y de los escombros.
 Se evitarán golpes y vibraciones innecesarios
 Colocar parapetos para la protección del personal contra la posibilidad de caída
escombros.
 Los bomberos se mantendrán alejados de muros con descuelgue de escombros.
 Controlar periódicamente el ambiente con medidores de gas.
 Utilizar materiales antideflagrantes, ante la posibilidad de gas en el ambiente.
 Al penetrar por oquedades utilizar un sistema de guía asegurándonos desde el
exterior.
 Tener un control del personal que trabaja en el interior.

4.4.4.4.1. SANEAMIENTO DE FACHADAS

Las patologías en fachadas suelen producirse por una construcción deficiente, por el
deterioro de los materiales por el paso del tiempo y la exposición a los factores
ambientales, por condiciones climáticas adversas, por movimientos del terreno, por
fallo en elementos estructurales o lo que suele ser más frecuente por una

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combinación de algunas de las anteriores.
El principio general de actuación será limitar nuestra actuación a las acciones
estrictamente necesarias para la eliminación del riesgo inminente, considerando
incluso la no intervención en caso de que el edificio esté protegido, y por tanto
limitarse a controlar la zona de posible caída de elementos señalizando y prohibiendo
el acceso a la misma.
Existe una amplia variedad de lesiones posibles, pero la mayoría de estas se
concentran en los siguientes puntos:
 Encuentros con el forjado o con la cubierta
 Estructuras en voladizo, balcones, cornisas o antepechos
 Medianeras
 Elementos añadidos ornamentales
 Encuentros de la planta baja con zonas accesibles
 Huecos y carpinterías
 Esquinas, o lugares donde se produce un cambio de plano
Los medios que se pueden emplear para el saneamiento de fachadas también son
muy diversos, pero podemos destacar:
 Vehículos de altura
 Escaleras
 Medios de medida, visión e inspección tales como linternas, focos, cinta métrica,
niveles.
 Herramientas diversas, entre las que se pueden citar una caja de herramientas
tipo, bichero, martillo de nailon, maceta y cincel, punzón o destornillador, piqueta,
palanqueta o pata de cabra, amoladora, taladro y parabolts.
 Elementos de señalización tales como conos, vallas o cintas para balizar
La tipología más frecuente que podemos encontrarnos en las fachadas suele ser el
desprendimiento de materiales, entre los que destacan: alicatados, chapados de
piedra, aplacados, revestimientos continuos, balcones, cornisas y voladizos,
barandillas y balaustradas, elementos ornamentales de variado tipo, vidrios, tabiques
y cerramientos, muros de contención, grietas, fisuras y desprendimientos en
cubiertas, petos, aleros y hastiales
Procederemos siguiendo las pautas citadas a continuación:
 Inspección visual y reconocimiento de la edificación en su conjunto, intentando
obtener información de los residentes del lugar
 Identificación del problema y del elemento o elementos constructivos implicados,
tanto los patentes como los indirectamente afectados. Es muy importante definir si
existen elementos portantes afectados, discerniendo si se trata de muros de carga
o por el contrario sólo se trata de un cerramiento no portante, algo que no
siempre es evidente
 Valorar la accesibilidad de los medios del servicio. A la hora de colocación de los
vehículos nos aseguraremos de que no puedan verse afectados por caídas
previsibles de elementos sueltos

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 Balizamiento y control de accesos de transeúntes a la zona afectada por la
retirada de los elementos en peligro. Previsión de caída de elementos sueltos
sobre otras partes del edificio
 Selección del método de saneamiento o consolidación
 Información a los afectados de las medidas en curso. A la finalización del servicio
comunicación al propietario o comunidad de vecinos el estado en que queda el
edificio y la necesidad o no de la adopción de medidas suplementarias por su parte
 Comunicación al departamento urbanístico correspondiente

4.4.4.4.2. OTROS ELEMENTOS:

En este aparatado englobamos otra serie de elementos, alguno de los cuales pueden
estar en fachada o no, y que no cumplen funciones estructurales en el edificio, tales
como:

 Aparatos y compresores de aire acondicionado


 Elementos para iluminación (farolas, luminarias,..)
 Instalaciones de conducción de aguas (canalones, bajantes, etc.)
 Protecciones frente a la luz exterior (toldos, persianas..)
 Instalaciones de telecomunicaciones (antenas, telefonía,…)
 Cartelería

Se procedería según las mismas pautas que para el saneamiento de fachada teniendo en
cuenta además lo siguiente:
 Evaluar todas las sujeciones de los elementos y no sólo las mecánicas
 Aquellos elementos que utilicen energía eléctrica se procederá a su estabilización
o retirada tras comprobar que la misma ha sido desconectada
 Según el grado de desprendimiento de los elementos, su inestabilidad, los medios
disponibles y la situación general (climatología adversa u otras circunstancias)
consideraremos las posibles actuaciones que se citan a continuación en el orden
reflejado, de forma que pasaremos a la siguiente opción si estimamos que la
opción anterior no es viable:
 Aseguramiento de los elementos. Esta acción siempre es la preferente, pero no
siempre puede llevarse a cabo.
 Retirada de estos, prestando especial atención a las distintas fuentes de
energía y a las posibles reacciones mecánicas (“efecto látigo”) de elementos en
tensión.
 Balizamiento y vallado, si se considera necesario, de la zona de la posible caída
del elemento, cuando no es posible ninguna de las dos opciones anteriores
5. ANEXOS DE ADAPTACIÓN
6. REGISTROS ASOCIADOS
7. REFERENCIAS
NORMA/LEY DENOMINACIÓN

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