Deuda Externa en Bolivia Ensayo Final 2

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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS


CARRERA DE LICENCIATURA EN ECONOMÍA

INTEGRANTES:

1. Antezana Muñoz Hafid Eduardo 75480021


2. Chauca Cárdenas Yamil Adhemar 74953226
3. Chauca Cárdenas Yosimar 74613952
4. Escalera Espinoza Kendra Gissel 62668064
5. Fernandez Villarreal Brennda Nykole 62717373
6. Nina Vasquez Elmer 72229415
7. Olivares Gandarillas Miguel Andrés 76089845
8. Perez Tudela Adriana Yuddy 63106012
9. Rivas Vanessa Analis 74569505
10. Rodríguez López Melani 67584300
11. Roque Mamani Israel 70300990
12. Salazar Flores Octavio 62640254
13. Soliz Arce Andru Carlos 62985853
14. Valero León Anderson Clemente 71479139
15. Yumacale Hurtado Shirley Deney 78095225

ASIGNATURA: Sociología Económica N° 01


GRUPO: N° 2
DOCENTE: Lic. Jorge Carlos Antezana La Fuente
FECHA: 18 de abril de 2024

Cochabamba – 2024
1. INTRODUCCIÓN

La deuda externa ha emergido como un indicador crucial para comprender la


dinámica económica de Bolivia. En los últimos años, este país ha experimentado un
crecimiento significativo en su deuda externa debido al constante aumento del gasto
público. Este fenómeno plantea desafíos sustanciales para las finanzas públicas y la
economía en general. A su vez, surge un debate sobre si un nivel "razonable" de deuda
externa puede estimular el crecimiento económico en un país en desarrollo, ya que
algunos expertos argumentan que podría afectar negativamente la productividad del
gasto público.

La historia económica de Bolivia está marcada por cambios y distorsiones


macroeconómicas, cuyos efectos han sido objeto de diversos estudios. Estas
investigaciones sugieren que el endeudamiento externo podría haber contribuido al
crecimiento económico del país, aunque los resultados no son concluyentes. Esto
plantea la pregunta de si el endeudamiento externo ha sido realmente beneficioso para
el crecimiento económico de Bolivia

En 2006, Bolivia ingresó a un nuevo período con la transición hacia el Estado


Plurinacional de Bolivia. Este cambio no solo implicó transformaciones sociales, sino
también la adopción de un modelo económico diferente a los anteriores, lo que subraya
la importancia de examinar este período en particular.

Además, es esencial analizar la evolución histórica de la deuda externa de


Bolivia durante este período, con el fin de identificar períodos de endeudamiento, crisis
de deuda y las reformas estructurales implementadas para abordar esta problemática.
La deuda externa ha sido un tema recurrente en la agenda económica de Bolivia
y de muchos países en desarrollo, con impactos significativos en el desarrollo
económico y social. Este ensayo explorará los desafíos que representa la deuda
externa, así como las oportunidades que pueden surgir de una gestión efectiva de la
misma.

El objetivo principal de este ensayo es analizar la evolución de la deuda externa


en Bolivia durante el periodo comprendido entre 2006 y 2023, se pretende comprender
los cambios, factores y tendencias que han afectado a la deuda externa del país en
este periodo de tiempo.

Para ello, se analizará la composición de la deuda, los principales acreedores


de Bolivia, los sectores en los que se han destinado los recursos obtenidos y se
evaluará la sostenibilidad de la deuda. De acuerdo al análisis, se podrán obtener
conclusiones relevantes relacionados a la economía boliviana y la deuda externa del
país.

Para llevar a cabo este ensayo se utilizará una metodología basada en el


análisis de datos y la revisión de artículos científicos. Se recopilará información de
fuentes confiables como informes económicos, estadísticas oficiales y estudios
académicos. Se realizará un análisis cualitativo de los factores que han influido en la
evolución de la deuda.

Finalmente, es crucial considerar las perspectivas futuras de la deuda externa


en Bolivia. Esto implica anticipar y abordar los desafíos que enfrenta el país, como la
necesidad de mantener la sostenibilidad fiscal, gestionar adecuadamente los riesgos
asociados con la deuda externa y fortalecer la capacidad de pago a largo plazo.
Además, se debe aprovechar las oportunidades para utilizar la deuda externa como
una herramienta estratégica para promover el desarrollo económico y social del país,
asegurando que se destinen recursos de manera eficiente y se prioricen los proyectos
que generen un alto retorno económico y social.

2. EL AVANCE DE LA DEUDA EXTERNA EN BOLIVIA

Entre 2006 y 2022, el tercer período inició con un saldo de deuda externa
relativamente bajo; pero nuevamente se recurrió al endeudamiento de manera similar
al primer período aumentando de nivel y tendencia creciente. Asimismo, desde 2009
comenzó la contratación de deuda pública interna con el Banco Central de Bolivia
(BCB) a favor de empresas públicas, a pesar que según la ley orgánica del BCB no se
podía, pero mediante las leyes del Presupuesto General del Estado anual esas
operaciones fueron aprobadas. Durante todos los periodos de análisis, Bolivia registró
déficit fiscal excepto el periodo 2006–2013 que presentó superávit fiscal, aunque se
continuó contratando crédito externo e interno para financiar el creciente gasto público.

Posteriormente, desde 2014, nuevamente se registró déficit fiscal, incluido el


2022 que fue financiado con más deuda pública, tendencia que podría conducir a un
escenario de mayor riesgo para la economía nacional.

El saldo de la deuda externa se fue reduciendo a partir de la gestión 2004, pero


a partir de 2006 se hizo más evidente esta reducción a raíz de las últimas iniciativas
de condonación de deuda en el marco de la Iniciativa de Alivio de Deuda Multilateral
(MDRI, por sus siglas en ingles), en la que el FMI, Banco Mundial y BID condonaron
la deuda externa a varios países endeudados. Así́, el saldo de la deuda externa del
país se redujo significativamente hasta llegar de un monto de 5.142 millones de
dólares en la gestión 2003, como uno de los picos más altos en la historia, a 2.208,8
millones en la gestión 2007, uno de los niveles más bajos desde 1980.
Sin embargo, a partir de 2008 se registraron nuevos incrementos en el saldo,
de 10,6% en esa gestión (saldo de 2.443,7 millones de dólares) y de 6% en 2009
(saldo de 2.589,7 millones). Así́, a junio de 2010, el saldo llegó a 2.633 millones de
dólares. Este proceso de contratar más deuda pública es contradictorio en un período
de superávit fiscal que se registró en ocho gestiones sucesivas, entre 2006 y 2013. En
2014, el saldo de deuda externa se situó en torno al doble respecto a 2006.

Desde 2014, hacia delante, se retornó a la situación de déficits fiscales y la


economía ingresó en una etapa de desaceleración e incertidumbre con efectos
adversos en las finanzas públicas e incremento continúo del endeudamiento fiscal,
registrando niveles récord de forma sucesiva, notándose que en 2022 registró $us
13.300 millones, seis veces más que el nivel más bajo presentado en 2007, cuando el
saldo había bajado a $us 2.208 millones. Los desembolsos continuaron llegando en
forma creciente, registrando el flujo más alto en 2017, con $us 2.395 millones, año en
el que se realizó la colocación de bonos soberanos por tercera vez, por $us 1.000
millones (en 2012 y 2013 se efectuaron las dos primeras colocaciones por $us 500
millones cada una). El año 2022 se recibieron desembolsos de deuda por $us 2.120
millones, siendo el segundo mayor monto.

2.1. PRINCIPALES ACREEDORES DE LA DEUDA EXTERNA

A partir de 2006, comenzó un nuevo proceso económico, político y social en


Bolivia bajo la presidencia de Evo Morales. El 2006 y 2007 el saldo de la deuda externa
estaba en niveles bajos por la condonación que aplicaron organismos internacionales
como el FMI, Banco Mundial y acreedores bilaterales, gestionados con anterioridad.
Si bien los acreedores de la deuda externa han ido variando a lo largo de los años se
encuentran como principales acreedores de la gestión 2022 a los siguientes entes:
BID, CAF, Bonos Soberanos, Banco Mundial, República Popular de China, Francia,
Alemania, Francia Alemania, Corea del sur, Brasil, otros.

Ilustración Nro. 1
Acreedores

2.2. BONOS SOBERANOS

Una nueva forma de endeudamiento es la colocación de los denominados


bonos soberanos en los mercados internacionales de capital. Desde 2012, el Gobierno
de entonces utilizó esa opción. La colocación de estos bonos se dio en cuatro
oportunidades, las tres primeras significaron el financiamiento de $us 2.000 millones,
mientras que la última, realizada el 2022, en su mayoría, fue para el canje de deuda a
vencer en 2022 y 2023. Por otra parte, en diferentes gestiones se programaron
emisiones que no se concretaron.
Los recursos de las emisiones de los bonos soberanos de los años 2012, 2013
y 2017 se destinaron a proyectos de inversión pública, según declaraciones del
Gobierno; y la de 2022 fue para postergar vencimientos de 2022 y 2023. Al final de
2022, el saldo de la deuda externa correspondiente a los títulos de deuda ascendía a
$us 2.033. millones.

2.3. MONTO DE LA DEUDA EXTERNA

Hasta 2006, la deuda externa era mayor que la deuda interna; desde 2007 esta
situación cambió y la deuda interna superó al endeudamiento de fuentes externas, por
la baja en el saldo de deuda externa debido a las condonaciones otorgadas por
acreedores multilaterales y bilaterales. Desde 2012, el endeudamiento externo es
nuevamente mayor y, finalmente, desde 2021 nuevamente la deuda interna es mayor,
por la creciente emisión de deuda interna con el BCB y entidades financieras privadas.
Al cierre de 2022, la deuda pública total fue de $us 28.965 millones del cual la deuda
interna del TGN fue el equivalente a $us 15.665 millones (54,1 del total) y la deuda
externa alcanzó a $us 13.300 (45,9%). De acuerdo a Fundación Jubileo, desde el año
2007 hasta la actualidad, la deuda externa se ha multiplicado por más de 6 veces,
llegando a $us 13.408 millones a septiembre de 2023.

3. ¿CÓMO SE INVIERTE EL DINERO?

3.1. INVERSIÓN DEL FINANCIAMIENTO EXTERNO

El financiamiento externo se constituye en una importante fuente de recursos


para financiar proyectos de desarrollo económico; sin embargo, también se ha
utilizado en fortalecimiento institucional y apoyo presupuestario que no son actividades
de inversión pública. Con relación al destino de la deuda por sector, de acuerdo a
Fundación Jubileo, al 31 de diciembre de 2022, la infraestructura vial fue más
beneficiada (28,3%), seguida del apoyo presupuestario (12,4%), multisectorial
(11,5%), salud (8,6%), saneamiento básico (6,8%), fortalecimiento institucional (5,8%),
agropecuario (5%), energía (4,2%), minería (2,2%) entre los principales. El sector
hidrocarburos fue de menor participación con solo 0,3%.

Ilustración Nro. 2
Estructura de la deuda externa

Si bien los recursos externos hicieron posible el crecimiento de la inversión


pública, existe controversia en la opinión pública y organizaciones nacionales en el
sentido de que la mayoría de los proyectos no generan los ingresos requeridos para
al menos pagar el financiamiento externo que fue contratado para los mismos, siendo
un claro ejemplo la baja inversión en hidrocarburos, cuando es uno de los sectores
que mayor ingreso genera para el Estado.
3.2. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA MAGNITUD Y DISTRIBUCIÓN DE LA DEUDA

Es importante analizar cuáles han sido los principales proyectos en los que se
ha invertido en el país, es importante señalar que la Unidad de Proyectos Especiales
(UPRE), dependiente del Ministerio de la Presidencia, llegan a los 2.139 millones de
bolivianos en 2019, presupuesto que supera a los montos asignados a cada una de
las ocho gobernaciones del país, según datos del Presupuesto General del Estado
(PGE) 2019. Esta es la entidad encargada de ejecutar las obras y proyectos del
programa Bolivia cambia, Evo cumple, y que ahora ejecuta los proyectos

3.3. LOS PRINCIPALES PROYECTOS DE INVERSIÓN

• INVERSIÓN EN PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURA

Los proyectos de infraestructura han buscado mejorar la conectividad, el


transporte, la energía y otras áreas clave para impulsar el desarrollo económico y
social.

Uno de los principales proyectos financiados con deuda externa es el Programa


de Construcción, Mejoramiento y Rehabilitación de Carreteras, estas inversiones han
mejorado la conectividad entre las principales ciudades y centros económicos.

En el ámbito energético, la deuda externa ha apoyado la expansión y


modernización de la red eléctrica del país. Proyectos como la Interconexión Eléctrica
Bolivia-Brasil y la Central Hidroeléctrica El Bala han buscado aumentar la capacidad
de generación y transmisión de energía, mejorando el acceso y la confiabilidad del
suministro eléctrico. Estas inversiones son fundamentales para sustentar el
crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de la población.

• POLÍTICAS SOCIALES Y DESARROLLO HUMANO

Además de los proyectos de infraestructura, la deuda externa de Bolivia


también ha sido utilizada para financiar políticas sociales y programas de desarrollo
humano. Estos esfuerzos han buscado abordar desafíos clave en áreas como salud,
educación, vivienda y protección social.

En el ámbito de la salud, la deuda externa ha respaldado la construcción y


equipamiento de hospitales y centros de atención médica en todo el país.

En el campo de la educación, la deuda externa ha financiado la construcción y


rehabilitación de escuelas, así como la dotación de equipamiento y materiales
didácticos. Programas como el Programa de Mejoramiento de la Calidad de la
Educación Primaria han apuntado a mejorar la infraestructura educativa y a fortalecer
las capacidades de los docentes. Estas inversiones han buscado aumentar la
cobertura y la calidad de la educación, especialmente en las áreas rurales y en las
poblaciones más vulnerables.

En el área de vivienda, la deuda externa ha respaldado programas de


construcción y mejoramiento de viviendas, con un enfoque particular en las familias
de bajos ingresos. Proyectos como el Programa Nacional de Vivienda Social han
buscado proporcionar soluciones habitacionales dignas y asequibles, contribuyendo a
reducir el déficit habitacional y a mejorar las condiciones de vida de la población.
Finalmente, en el ámbito de la protección social, la deuda externa ha financiado
programas de transferencias monetarias condicionadas y de asistencia a grupos
vulnerables. Iniciativas como el Bono Juancito Pinto y el Renta Dignidad han buscado
proporcionar apoyo económico a niños, jóvenes y adultos mayores, con el objetivo de
mejorar sus condiciones de vida y promover el acceso a servicios básicos.

Si bien estas políticas sociales y programas de desarrollo humano financiados


con deuda externa han tenido un impacto positivo en la población boliviana, es
importante evaluar su efectividad y sostenibilidad a largo plazo. Algunos estudios han
señalado la necesidad de fortalecer la focalización, la coordinación y el monitoreo de
estos esfuerzos, para asegurar que los recursos se destinen de manera eficiente y
equitativa, y que generen resultados tangibles en términos de reducción de la pobreza,
mejora de la salud y la educación, y desarrollo humano integral, en otras palabras, si
bien es adecuado invertir en el ámbito social, se debe analizar el impacto de esa
inversión.

• DESARROLLO DE LA INFRAESTRUCTURA PRODUCTIVA

Además de los proyectos de infraestructura y las políticas sociales, la deuda


externa de Bolivia también ha sido utilizada para financiar el desarrollo de la
infraestructura productiva del país. Estas inversiones han buscado fortalecer los
sectores clave de la economía, como la agricultura, la industria y la energía, con el
objetivo de impulsar el crecimiento económico y la diversificación productiva.

En el sector agrícola, la deuda externa ha financiado proyectos de riego,


mecanización y tecnificación de la producción. Programas como el Programa de
Desarrollo Rural Integrado han buscado mejorar la productividad y la competitividad
de los pequeños y medianos productores agrícolas, a través de la construcción de
sistemas de riego, la provisión de insumos y maquinaria, y la asistencia técnica. Estas
inversiones han apuntado a aumentar la producción agrícola, diversificar los cultivos y
mejorar los ingresos de los productores rurales.

En el sector industrial, la deuda externa ha respaldado la construcción y


modernización de parques industriales, plantas de procesamiento y centros de
investigación y desarrollo. Proyectos como el Parque Industrial de El Alto y la Planta
de Procesamiento de Litio en Uyuni han buscado impulsar la industrialización y el valor
agregado de los recursos naturales del país. Estas inversiones han apuntado a
fortalecer la capacidad productiva, generar empleos de calidad y diversificar la matriz
industrial de Bolivia.

En el sector energético, la deuda externa ha financiado proyectos de


generación, transmisión y distribución de energía. Iniciativas como la Central
Hidroeléctrica El Bala y la Interconexión Eléctrica Bolivia-Brasil han buscado aumentar
la capacidad de generación eléctrica, mejorar la confiabilidad del suministro y
promover el acceso a la energía en todo el territorio nacional. Estas inversiones han
sido fundamentales para sustentar el crecimiento económico y mejorar la
competitividad de los sectores productivos.

Si bien estas inversiones en infraestructura productiva han sido relevantes para


el desarrollo de Bolivia, es importante evaluar su impacto y la eficiencia en el uso de
los recursos. Algunos estudios han señalado que, en algunos casos, los proyectos
financiados con deuda externa no han generado los ingresos suficientes para cubrir
los costos del endeudamiento, lo que plantea interrogantes sobre la priorización y la
gestión de estos esfuerzos.
De acuerdo a los datos expuestos sobre la inversión y el destino de los
prestamos podría deducirse que la deuda externa de Bolivia ha sido utilizada para
financiar una variedad de proyectos destinados a desarrollar la infraestructura
productiva del país, en áreas como la agricultura, la industria y la energía. Estas
inversiones han buscado fortalecer la capacidad productiva, generar empleo y
diversificar la economía, sin embargo, no se ha obtenido el retorno esperado de las
mismas.

4. ¿POR QUÉ NOS ENDEUDAMOS?

4.1. POLÍTICA FISCAL Y ENDEUDAMIENTO

La política fiscal de Bolivia ha jugado un papel fundamental en la evolución de


la deuda externa del país. Las decisiones relacionadas con el gasto público, la
recaudación de impuestos y el manejo del déficit presupuestario han tenido un impacto
significativo en el nivel de endeudamiento externo de Bolivia.

A lo largo de las últimas décadas, Bolivia ha experimentado fluctuaciones en su


nivel de gasto público, lo cual ha incidido directamente en su necesidad de recurrir al
endeudamiento externo. Durante períodos de expansión del gasto, el gobierno ha
recurrido de manera creciente a la contratación de deuda externa para financiar sus
objetivos de política.

Por ejemplo, entre 2006 y 2013, Bolivia registró superávits fiscales


consecutivos, lo que podría haber permitido reducir el nivel de endeudamiento externo.
Sin embargo, durante este mismo período, el gobierno continuó contratando crédito
externo e interno, lo que resultó en un aumento sostenido de la deuda pública. Esta
aparente contradicción entre los superávits fiscales y el creciente endeudamiento
externo se explica por la priorización del gasto público y la expansión de la inversión,
aun cuando los ingresos fiscales eran suficientes para cubrirlos.

De acuerdo a Fundación Milenio. El Presupuesto General del Estado (PGE) de


2023 prevé Bs 47.253 millones para la programación del gasto público en sueldos de
funcionarios públicos de todo el aparato estatal, monto que supera los Bs 45.010
millones de recaudación tributaria que proyecta el Gobierno para el 2023.

4.2. RECAUDACIÓN DE IMPUESTOS

La política de recaudación de impuestos también ha influido en la necesidad de


endeudamiento externo de Bolivia. Una base tributaria débil y una baja carga fiscal
han limitado la capacidad del gobierno para generar ingresos suficientes y financiar el
gasto público de manera autosostenible.

Iniciativas como la creación del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) han
contribuido a fortalecer los ingresos fiscales, especialmente en períodos de precios
internacionales favorables. Sin embargo, la dependencia de los recursos naturales y
la volatilidad de los ingresos asociados han generado desafíos para mantener la
sostenibilidad fiscal a largo plazo.

La falta de una política tributaria sólida y eficiente ha obligado al gobierno a


recurrir de manera recurrente al endeudamiento externo para cubrir los déficits fiscales
y financiar sus objetivos de gasto. Esta situación pone en riesgo la sostenibilidad de
las finanzas públicas y aumenta la vulnerabilidad de Bolivia frente a shocks externos.
4.3. DÉFICIT PRESUPUESTARIO

El manejo del déficit presupuestario ha sido otro factor clave en la evolución de


la deuda externa de Bolivia. Períodos de déficits fiscales recurrentes han generado la
necesidad de recurrir al endeudamiento externo para cubrir estos desequilibrios.

Particularmente desde 2014, Bolivia ha registrado déficits fiscales consecutivos,


lo que ha provocado un aumento continuo del endeudamiento público. Estos déficits
se han financiado tanto con deuda externa como interna, lo que ha elevado el nivel
total de deuda pública del país.

La persistencia de estos déficits y la falta de una estrategia efectiva para


reducirlos y mantener la sostenibilidad fiscal a largo plazo han sido determinantes en
el crecimiento de la deuda externa boliviana. Esto ha generado preocupaciones sobre
la capacidad del país para hacer frente a sus obligaciones de pago y mantener la
estabilidad macroeconómica.

Por lo cual, la política fiscal de Bolivia, a través de las decisiones sobre el alto
gasto público, la baja recaudación de impuestos y el manejo del déficit presupuestario,
ha tenido un impacto significativo en la evolución de la deuda externa del país. La falta
de una política fiscal sólida y sostenible ha propiciado un patrón de endeudamiento
externo creciente, es de gran preocupación la poca capacidad de recaudación que
tiene el Estado, siendo que la economía está dominada esencialmente por el ámbito
informal.
4.4. INGRESOS POR EXPORTACIONES Y DEPENDENCIA EXTERNA

A partir de 2008, el país ya se encontraba en un ciclo de bonanza económica


gracias al incremento de la renta petrolera por mejores precios internacionales, la
creación del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), alza en precios
internacionales de los minerales y de algunos productos agropecuarios, entre otros,
sin embargo, estos precios han disminuido en la actualidad, lo que ha afectado la
capacidad de Bolivia para financiar su deuda externa.

Se considera la dependencia del país al mercado internacional y cómo las


fluctuaciones en los precios de los productos, esencialmente de la materia prima de
exportación han impactado en la capacidad de pago de la deuda.

5. CAPACIDAD DE PAGO DE BOLIVIA

La capacidad de pago de Bolivia con respecto a su deuda externa es un tema


de preocupación constante en las últimas décadas, desde 2014, Bolivia ha retornado
a una situación de déficits fiscales recurrentes, lo que ha propiciado un incremento
continuo del endeudamiento, tanto externo como interno, para cubrir estos
desequilibrios.

La evolución ascendente de la deuda externa ha generado crecientes presiones


sobre la capacidad de pago de Bolivia. Indicadores como la relación deuda
externa/PIB y el servicio de la deuda externa han reflejado un deterioro en la posición
financiera del país.
5.1. RELACIÓN DEUDA EXTERNA/PIB

La relación deuda externa/PIB es un indicador clave para evaluar la


sostenibilidad de la deuda externa de un país. En el caso de Bolivia, este indicador se
ha deteriorado significativamente en los últimos años. Mientras que en 2007 la deuda
externa representaba alrededor del 12% del PIB, para 2022 esta relación había
escalado hasta alcanzar el 30% del producto interno bruto. Este aumento refleja una
mayor carga de la deuda externa sobre la economía boliviana.

5.2. SERVICIO DE LA DEUDA EXTERNA

Otro aspecto fundamental es el servicio de la deuda externa, es decir, los pagos


de capital e intereses que Bolivia debe realizar a sus acreedores. Este servicio de la
deuda ha aumentado de manera considerable, llegando a $us 1.811 millones en 2022.

Estos pagos representan una salida significativa de divisas de las reservas


internacionales del país, lo que genera presiones sobre la liquidez y la capacidad de
pago. Además, estos desembolsos limitan los recursos disponibles para financiar el
gasto público en áreas prioritarias como salud, educación e inversión.

5.3. IMPACTO EN LAS FINANZAS PÚBLICAS

La creciente deuda externa y el servicio de la deuda han tenido un impacto


directo sobre las finanzas públicas de Bolivia. Los pagos de deuda externa han
consumido una porción cada vez mayor del presupuesto del gobierno, restringiendo la
capacidad de financiamiento de otras políticas y programas.
Esto se ha reflejado en la persistencia de déficits fiscales desde 2014, lo que a
su vez ha generado la necesidad de recurrir a un mayor endeudamiento, creando un
círculo vicioso que pone en riesgo la sostenibilidad fiscal a largo plazo. Es decir que
mientras Bolivia continue dependiendo de los prestamos esto llevará a una situación
insostenible, toda vez que se seguirán consumiendo las Reservas Internacionales del
país para proceder con el pago de estos.

6. UN ANÁLISIS COMPARATIVO DE LA GESTIÓN DE GOBIERNO DE


EVO MORALES Y LUIS ARCE EN BOLIVIA

La historia política de Bolivia en las últimas décadas ha estado marcada por la


presidencia de Evo Morales, un líder carismático y controvertido que gobernó el país
durante casi catorce años. Su sucesor, Luis Arce, enfrentó el desafío de continuar y,
en algunos aspectos, reformar la gestión de gobierno iniciada por Morales. En este
ensayo, examinaremos y compararemos la gestión de ambos líderes, destacando sus
logros, desafíos y legados.

6.1. EL LEGADO DE EVO MORALES

Evo Morales asumió la presidencia de Bolivia en 2006, convirtiéndose en el


primer presidente indígena del país y prometiendo una transformación radical. Durante
su mandato, Morales implementó políticas que buscaban reducir la pobreza y la
desigualdad, así como fortalecer la soberanía nacional y los derechos de los pueblos
indígenas.

Uno de los mayores logros de Morales fue la estabilidad económica y el


crecimiento sostenido de Bolivia. Durante su gobierno, el país experimentó un
crecimiento económico notable, impulsado en gran parte por la nacionalización de los
recursos naturales, especialmente el gas y el petróleo. Esta medida permitió que el
Estado obtuviera mayores ingresos y los invirtiera en programas sociales, como la
construcción de escuelas, hospitales y carreteras, beneficiando especialmente a las
comunidades rurales y marginadas.

Además, Morales promovió políticas inclusivas que empoderaron a los pueblos


indígenas y reconocieron sus derechos históricamente ignorados. Su gobierno
también se destacó por su firme postura antiimperialista y su defensa de la soberanía
nacional, desafiando las políticas neoliberales impuestas por los Estados Unidos y
otros actores internacionales.

Sin embargo, el gobierno de Morales también enfrentó críticas y desafíos


significativos. La controversia sobre su intento de buscar un cuarto mandato en 2019
desencadenó protestas masivas y tensiones políticas, lo que finalmente llevó a su
renuncia y exilio. Además, su gestión fue criticada por su manejo de la crisis
medioambiental en la región de El Chaco, así como por denuncias de corrupción y
autoritarismo.

6.2. EL GOBIERNO DE LUIS ARCE: CONTINUIDAD Y REFORMA

Luis Arce asumió la presidencia de Bolivia en 2020, respaldado por el


Movimiento al Socialismo (MAS), el mismo partido político de Morales. Su elección
marcó un retorno al poder del MAS después de un breve gobierno interino tras la
renuncia de Morales.

Arce heredó un país marcado por la polarización política y los desafíos


económicos, exacerbados por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, su gestión se
ha centrado en la estabilización económica y la reconciliación nacional. Arce ha
buscado mantener las políticas económicas keynesianas de su predecesor, al mismo
tiempo que ha introducido reformas para abordar las deficiencias y mejorar la eficiencia
del Estado.

Uno de los principales desafíos de Arce ha sido restablecer la confianza en las


instituciones democráticas y promover la reconciliación nacional. Su gobierno ha
buscado dialogar con la oposición y garantizar la participación política de todos los
sectores de la sociedad boliviana. Además, ha promovido medidas para fortalecer la
transparencia y combatir la corrupción, buscando así superar algunas de las críticas
que enfrentó el gobierno de Morales.

En su primer mes como presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora ha


organizado un gobierno «tecnocrático de izquierda», aunque con áreas manejadas por
los sindicatos y organizaciones sociales que lo apoyan, y ha establecido una cierta
«división del trabajo» con Evo Morales, el poderoso líder de su partido, el Movimiento
al Socialismo (MAS). En su corto tiempo en La Casa Grande del Pueblo, el ex ministro
de economía buscó diferenciarse del ex presidente con un estilo menos mediático y
austero de gobierno (viaja, por ejemplo, en vuelos comerciales).

Arce cumplió sus promesas electorales más inmediatas: entregar una ayuda
estatal en efectivo de 140 dólares a más de un tercio de la población (el Bono contra
el Hambre), implantar un impuesto a las grandes fortunas y comenzar la investigación
y sanción de los supuestos delitos represivos del gobierno interino de Jeanine Añez.
Por otra parte, el ministro de Justicia, Iván Lima, ha dado los primeros pasos de una
muy necesaria reforma del sistema judicial, el poder más cuestionado de Bolivia, la
cual podría requerir de un cambio parcial de la Constitución.
Arce también ha cometido sus primeros errores. Uno de ellos, hablar de una
posible devaluación del boliviano, que se mantiene estable, con pequeñas variaciones
frente al dólar, desde hace veinte años. Junto al impuesto a las grandes fortunas y los
nervios poselectorales, estas declaraciones causaron la pérdida de 1.200 millones de
dólares de las reservas internacionales del país, que hoy se encuentran en su nivel
más bajo en décadas. Por eso, el desafío más complicado que tiene el estratega de la
prosperidad boliviana durante la mayor parte de los 14 años del gobierno del MAS es
impedir que la recesión derivada de la pandemia de coronavirus y lidiar con la crisis.

6.3. RIESGOS Y DESAFÍOS

La evolución de la deuda externa y el deterioro de la capacidad de pago de


Bolivia plantean varios riesgos y desafíos para el país:

1. Riesgo de default: El aumento del servicio de la deuda y la potencial


incapacidad de cumplir con los pagos programados podrían llevar a Bolivia a una
situación de incumplimiento de pago, con graves consecuencias económicas y
financieras.

2. Restricciones de financiamiento: Un escenario de default o de alta percepción


de riesgo podría limitar el acceso de Bolivia a nuevos préstamos externos, dificultando
la financiación de programas de desarrollo.

3. Vulnerabilidad macroeconómica: La carga de la deuda externa y el servicio


de la deuda pueden generar presiones sobre la estabilidad cambiaria, la inflación y el
crecimiento económico.
4. Necesidad de ajustes fiscales: Para mantener la sostenibilidad de la deuda,
Bolivia podría verse obligada a implementar ajustes fiscales drásticos, con potenciales
efectos negativos sobre el bienestar social.

El análisis de la capacidad de pago de la deuda externa de Bolivia desde 2006


hasta la actualidad muestra un deterioro progresivo de la situación financiera del país.
El aumento sostenido del endeudamiento externo, la creciente relación deuda/PIB y el
incremento del servicio de la deuda han generado desafíos importantes para la
sostenibilidad fiscal y macroeconómica de Bolivia. Abordar estos retos requerirá la
implementación de estrategias integrales de gestión de la deuda y de fortalecimiento
de las finanzas públicas.

7. CONCLUSIONES

1. La deuda externa de Bolivia ha experimentado fluctuaciones significativas en


las últimas décadas, con períodos de reducción gracias a iniciativas de condonación,
seguidos de procesos de endeudamiento creciente, incluso en épocas de bonanza
económica. Esto pone en evidencia la necesidad de una gestión prudente y sostenible
de la deuda.

2. La composición de los acreedores de la deuda externa boliviana ha


evolucionado, con una creciente participación de entidades financieras privadas,
especialmente por la emisión de bonos soberanos en los mercados internacionales de
capital. Esto implica mayor dificultad en términos de negociación y renegociación de
la deuda.
3. La deuda externa ha sido utilizada para financiar tanto proyectos de inversión
pública como apoyo presupuestario y fortalecimiento institucional. Sin embargo, estos
proyectos han sido netamente de gasto y no ha existido un retorno de la inversión,
perjudicando el desarrollo económico y social de Bolivia.

4. La relación entre la deuda externa y la capacidad de pago de Bolivia es


compleja y ha presentado riesgos significativos, como el deterioro de las finanzas
públicas, la vulnerabilidad ante shocks externos y ante la escases del dólar la
posibilidad de entrar en una situación de incumplimiento de pago es alta.

5. El desafío más complicado del gobierno actual es impedir que la recesión


derivada de la pandemia de coronavirus y las dificultades crónicas de la industria
gasífera, la principal actividad exportadora del país, hagan escasear las divisas y
detonen una crisis financiera.
8. BIBLIOGRAFÍA

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