8561-Texto Del Artículo-8468-1-10-20220720
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Marc Aparisi Pons, Cristina Biosca Calabuig, Josep Mogort Martínez, Sara
Roig Sánchez, Madalina Doinita Scurt, Carlos Parralejo Cañada
Figura 1. Corte axial de cerebro, obtenido mediante una secuencia espín-eco potenciada en
T1 (izquierda) y su espacio K correspondiente (derecha).
Uno de los ejemplos más básicos es la onda sinusoidal que, trabajando en un eje de
coordenadas clásico de dos dimensiones, está definida por:
Figura 3. Representación visual sobre un plano de la variación de intensidad de una onda compleja a lo largo
del tiempo y su descomposición en ondas armónicas simples de diferente frecuencia que se reflejan en otro
plano, esta vez, con la frecuencia en el eje de coordenadas. Distribuida mediante una licencia CC BY-SA 4.0;
cortesía de Phonical.
La FT funciona tanto sobre funciones que varían con el tiempo como sobre las
que varían con el espacio, solo que, en este último caso, la frecuencia hace
referencia a la periodicidad con la que la onda cambia de intensidad a lo largo de
la distancia (figura 5) y se habla no de frecuencias temporales sino de
frecuencias espaciales.
Figura 5. Representación visual en dos dimensiones de ondas espaciales que varían su intensidad no en
función del tiempo (unidad de tiempo - segundos) sino de la distancia (unidad de distancia – metros), por
ejemplo 6 ciclos por centímetro. Del mismo modo que las ondas “convencionales” tienen intensidad,
frecuencia y fase. Además, también tienen dirección.
Para poder entender realmente como funciona y en qué se basa este espacio K
se va a dividir este trabajo en dos partes. En la primera parte se hablará de
cómo de un corte real de un paciente que está dentro de una RM se construye
el famoso espacio K. En la segunda parte, se pasará del espacio K a una imagen
de RM como las que se suelen ver en los estudios con los que se trabaja día a
día.
𝜑 = 𝛾 · 𝐵0
Para seleccionar uno de estos cortes, se aplica un gradiente a lo largo del campo
magnético principal (eje 𝑧 por convención). Este gradiente, que no es más que
un pequeño campo magnético sobreañadido al principal, varía de un valor
negativo (disminuye el campo magnético principal) a uno positivo (aumenta el
campo magnético principal) pasando por un punto neutro (sin variación del
campo magnético principal) lo cual se traduce en una alteración de las
frecuencias de los espines que se encuentran afectados por esta variación
(figura 6).
Idealmente el pulso de RF – por ejemplo en una secuencia espín eco – que inicia
la secuencia tendrá un ancho de banda que contenga las frecuencias incluidas en
dicho gradiente. Además, una de las propiedades de este gradiente, es que
cambia linealmente con la posición espacial:
𝐵 𝑥 = 𝐵0 + 𝑥 · 𝐺𝑧
Gracias a esto se podrá excitar unos protones en un punto del espacio concreto
mediante la aplicación de un pulso de RF que afecte a los protones con una
frecuencia de precesión determinada por su posición espacial.
Un problema es que al seleccionar el corte mediante el gradiente, al variar las
frecuencias de precesión, los espines irán desfasándose unos con otros según su
posición a lo largo del tiempo.
Esto será algo que se busque más adelante (y de diferentes formas según la
secuencia) cuando se produzca lo que se conoce como un gradiente de fase, pero
en este momento no interesa que se desfasen así que se aplica un gradiente de
polaridad invertida al anterior de tal modo que los espines vuelvan a una misma
fase, o se refasen, - los que iban más lento irán más rápido y viceversa - en un
punto concreto. Este gradiente de refase debe ser la mitad que el utilizado para
excitar un determinado corte (figura 7).
Figura 7. Representación habitual del pulso de RF y el gradiente de selección de corte. Al aplicar el pulso de
RF (en la secuencia espín eco en este caso) se aplica un gradiente de selección de corte dentro del campo
magnético principal para poder seleccionar el corte a estudio deseado. Este gradiente se compone de un
lóbulo de selección de gradiente y otro lóbulo de refase que tiene un área bajo la curva de la mitad.
Una vez seleccionado el corte, los espines, en el momento de empezar a aplicar
los gradientes necesarios para poder codificar la señal que se utilizará para
rellenar el espacio K se encuentran en fase (gracias al lóbulo de gradiente de
refase). Al aplicar a este corte un gradiente en el plano seleccionado (en la
dirección 𝑦 o en la 𝑥) los espines precesarán a diferentes velocidades según la
intensidad del gradiente, produciendo una pérdida de la fase que, al dejar de
aplicar el gradiente, se mantiene hasta que se aplica otro gradiente o la señal
que proporcionaría el espín decae (por relajación T2*). Esta pérdida de fase es
dependiente de la posición del espín y de la potencia del gradiente aplicado,
quedando, una vez deja de aplicarse, reflejado en la fase de precesión de los
protones. Esto se conoce como codificación por fase (figura 8).
Figura 8. Representación habitual de la aplicación del gradiente de fase in-plane. Se pueden identificar las
filas con diferentes potencias de gradiente, con los gradientes máximos en los extremos superior e inferior
del rectángulo para matrices de datos utilizadas habitualmente en la práctica cínica
(±512, ±256, ±128, ±64, 𝑦 ± 32 𝑝í𝑥𝑒𝑙𝑒𝑠). En el centro, representado en rojo, se muestra el gradiente 0, o
la ausencia de gradiente de fase que se encuentra habitualmente en el centro de donde se obtendrá la
máxima intensidad de señal (ya que no hay pérdida de ésta por el desfase que genera el gradiente de fase).
Este gradiente debe aplicarse posteriormente a todos los demás, siendo aplicado
al mismo tiempo que se produce la lectura de la señal mediante las antenas
receptoras y, por tanto, codificando diferentes frecuencias según la posición.
Figura 9. Representación habitual de la aplicación del gradiente de frecuencia in-plane y el eco recibido en la
secuencia espín eco. Se aplica un lóbulo de desfase y, posteriormente, se aplica ya el lóbulo de gradiente de
refase con una AUC de dos veces la del lóbulo de desfase para producir la codificación de frecuencia,
consiguiendo así que en el centro de este lóbulo se produzca la máxima intensidad del eco. El tiempo de
muestreado está presente en este momento de la secuencia.
La onda EM obtenida o eco lleva consigo la codificación de fase y de frecuencia
así como una amplitud variable. La antena receptora de la RM se activará para
poder recibir esta señal a lo largo de un tiempo determinado. Por como funciona
la secuencia espín eco, la amplitud máxima de la señal estará en el punto
central de la onda que se recibe. Los espines que se estaban desfasando, tras el
pulso de 180°, se refasan progresivamente a un punto de amplitud de señal
máximo para luego volver a perder señal, desfasándose. Esta lectura se hace en
el segundo lóbulo del gradiente de frecuencia aplicado.
Para poder entender de una forma más visual qué es lo que realmente está
ocurriendo en el proceso de codificación de la señal, se remite al lector a las
siguientes figuras: figura 10, figura 11, figura 12 y figura 13.
Figura 10. Representación visual de como afecta a los protones la aplicación de un gradiente de frecuencia
sobre el campo magnético a lo largo de un espacio determinado. Si este gradiente se mantiene durante la
adquisición del eco, los protones tendrán diferente frecuencia angular según su posición (por columnas en
este caso) permitiendo una codificación de su posición por columnas en este eje (X en este caso). 𝜔 =
frecuencia angular; 𝜔+ = frecuencia angular más alta y 𝜔− = frecuencia angular más baja.
Figura 11. Representación visual de como afecta a los protones la aplicación de un gradiente de fase a lo largo
del uno de los ejes del corte in-plane (Y en este caso). En a) se ve la representación habitual en los diagramas
de secuencias de pulso como filas de gradientes, con los más potentes en los extremos. En b) se representa
como influye el gradiente sobre un grupo de protones en una misma columna (que tendrán luego una
codificación de frecuencia particular) condicionando un desfase de 360° o 2𝜋 radianes. En c) sucede lo mismo
que en b) pero con un gradiente el doble de potente, condicionando un desfase de 720° − 2 𝑥 360° − o 4𝜋
radianes.
Figura 12. Representación visual de como se puede localizar la posición de los vóxeles mediante la
codificación de fase. Ejemplo con 6 vóxeles. Gracias a la codificación de frecuencia se puede diferenciar 3
columnas por su frecuencia angular (más alta, neutra o más baja) mediante la FT; pero para diferenciar los
vóxeles según las filas se tendrán que realizar dos gradientes de fase; uno sin gradiente de fase (fase 0) y otro
con un gradiente de fase de 180° (fase 1). La diferencia entre las señales obtenidas mediante cada gradiente
de fase permite diferenciar las posiciones relativas de las filas en cada columna.
Una vez se han aplicado estos dos gradientes lo que se está produciendo en el
paciente (en el corte que se ha delimitado) son una serie de patrones
conformados por los espines (figura 13) que dibujan algo similar a unas ondas
que cambian de intensidad con la distancia (figura 14). También cambia la
intensidad global y dirección del vector de magnetización.
Según cómo coincidan los patrones que se constituyen mediante las
codificaciones con el objeto a estudio (en este caso, presencia o ausencia de
protones en el volumen del paciente) se obtendrá una mayor (alta coincidencia)
o menor intensidad (baja coincidencia) de señal. La coincidencia global por lo
general es baja lo cual hace que se requieran muchos de estos patrones para
obtener una imagen adecuada (figura 15).
Hay que tener en cuenta que el signo del patrón de blancos y negros es
trascendente, o lo que es lo mismo, la fase de dicho patrón es importante puesto
que pueden sumarse o restarse a los siguientes patrones que se vayan
añadiendo.
Figura 14. En la imagen de la tercera columna de la figura 13 se puede ver como se van definiendo patrones
de alta intensidad y baja intensidad definidos por como los espines apuntan en una misma dirección (máxima
intensidad), apuntan de forma contraria (mínima intensidad) o aleatoria otras direcciones (diferentes grados
de intensidad intermedia) – columna de la izquierda. Esto define un patrón que se ve en la columna de la
derecha de alta y baja intensidad periódico definiendo una frecuencia espacial determinada
Figura 15. La coincidencia entre el patrón determinado por la fase y la frecuencia con el objeto es lo que da
lugar a una mayor o menor señal. En a) el objeto a estudio es uniforme haciendo que las fases de los espines
se vayan cancelando unos con otros y la señal global sea baja. En b) el objeto a estudio tiene una distribución
que coincide con un determinada fase de la columna de espines que van añadiendo a la señal global sin tener
pérdidas por los espines en direcciones opuestas; la señal global de dicha frecuencia espacial será alta.
En este tiempo activo tiene lugar el muestreado que consiste en tomar una serie
de valores de la onda de eco analógica para obtener una versión digitalizada de la
misma (figura 16). Este muestreado es importante puesto que es el que va a
permitir una correcta interpretación del eco analógico. Con insuficientes
muestras no se podrá interpretar adecuadamente por superposición de las FT.
Figura 16. En el apartado a) se presenta en la columna de la izquierda la función 𝑠𝑖𝑛𝑐𝜔𝑜 𝑡, una función de
señal habitual de RM como ejemplo. En la parte de la derecha se produce el muestreado: cada tiempo
definido por ∆𝑇𝑆 se “pregunta” por la intensidad de la señal y se registra. En el apartado b) está la FT de la
función completa (izquierda) y el equivalente de la señal muestreada (derecha) en la que se repite la misma
forma varias veces con la frecuencia central definida por 1/∆𝑇𝑆 o múltiplos y los extremos de cada
rectángulo definidos por 𝜔𝑜 .
Esta señal muestreada es la que rellenará el espacio de datos final. Al ver este
espacio de datos, se puede comprobar que se su unidad de medida es el tiempo
(figura 19). Entre las diferentes filas habrá una “distancia” TR. Entre las diferentes
columnas habrá una distancia de intervalo de muestreado. Es un espacio
asimétrico, la distancia entre filas (cada TR) de segundos y la distancia entre
columnas (cada ∆𝑇𝑠 ) de microsegundos.
De este número complejo se puede obtener un total de 4 valores con las que se
podría construir 4 imágenes: la imagen ”real”, la imagen “imaginaria”, la imagen
de la magnitud y la imagen de fase (figura 21).
Se puede ver un resumen global del paso del corte al espacio K en la figura 22.
FT
Figura 19. En a) se ve el espacio de los datos de las señales. Su dominio es el tiempo la diferencia entre las
filas viene determinada por el TR (cientos de ms o segundos) mientras que la diferencia en las columnas por
∆𝑇𝑠 (𝜇𝑠 o ms) de ahí la asimetría. En b) se realiza una transformación matemática para convertirlo en el
espacio K donde el dominio son las frecuencias espaciales. Finalmente en c) para producir la imagen se
realiza una FT de dos dimensiones (2DFT) para producir la imagen.
Figura 20. El llamado sistema de cuadratura a) permite adquirir mayor señal del espín precesando al tener
dos antenas dispuestas 90° una respecto a la otra. La señal obtenida es la “misma” pero con una diferencia de
fase de 90°. Al tener dos canales se puede representar cada punto de muestreado de la señal como un vector
b) con un componente imaginario, uno real, su magnitud y también obtener la fase.
Figura 21. Imágenes que se pueden obtener extrayendo la información de las antenas de cuadratura. La
imagen real y la imaginaria son “complementarias” con la única diferencia entre ellas la fase de 90 °. La
imagen de magnitud es la imagen con la que se trabaja habitualmente en la práctica clínica y combina la
imagen real y la imaginaria. Por último, en la cuarta columna, está la imagen utilizada en secuencias de
susceptibilidad como la SWI. Cortesía de Allen D. Elster, MRIquestions.com.
Figura 22. Resumen global del relleno del espacio K desde la codificación del corte real a estudio mediante
gradientes pasando por el muestreado y procesado de la señal que permite reconstruir el espacio K – en este
caso de forma cartesiana.
Figura 23. A partir de una imagen bidimensional en escala de grises (izquierda) se obtiene un espacio de
frecuencias espaciales (derecha) que la constituyen con las características de este espacio. No hay pérdidas
entre la imagen real que conocemos y su equivalente espacio K. Además se puede ver visualmente la
simetría del espacio K. Los ejes de la imagen real (X e Y) representan unidades de distancia mientras que los
ejes del espacio K representan frecuencias espaciales (𝐾𝑥 y 𝐾𝑦 ).
Figura 25. Cada punto del espacio K representa una frecuencia espacial que se puede obtener mediante una
FT de dos dimensiones (2DFT). Al sumar todas estas frecuencias espaciales se puede obtener la imagen
almacenada en dicho espacio K.
Figura 26. A partir de un único punto del espacio K se obtiene la frecuencia espacial específica de ese punto
con su codificación en fase y frecuencia – es decir, su dirección – su intensidad de señal y su fase específica
que constituirá la imagen final en su totalidad.
Hay que aclarar que no existe una relación “píxel por píxel” entre la imagen final
de RM y el espacio K. Realmente, como se ha podido deducir de lo que se ha ido
explicando hasta ahora, cada punto o frecuencia espacial del espacio K forma
parte de la totalidad de la imagen final (figura 26) y viceversa.
Este espacio K tiene una serie de particularidades como que a mayor tamaño y
homogeneidad del objeto, menos frecuencias espaciales son necesarias para
representarlo. Además también hay que tener en cuenta que su disposición
espacial implica un cambio sobre el espacio K (figura 27).
Como ya se ha comentado al inicio de esta sección del trabajo en el centro del
espacio K se encuentra el contraste de la imagen final mientras que en la periferia
se encuentra el detalle fino (figura 28).
Se puede ver visualmente en la figura 29 como el inframuestreado, en este caso
particular en la dirección supero-inferior, afecta a la imagen final, reduciendo el
FOV en dicha dirección y ocasionando el conocido fenómeno de alisasing.
a) b)
Figura 27. Otra de las características del espacio K es que a menos tamaño del objeto (suponiendo una
homogeneidad del mismo igual) mayor cantidad de frecuencias espaciales son necesarias para poder
reconstruirlo. En a) en la columna de la izquierda sólo hace falta una, en la de en medio hace falta un mayor
número de frecuencias espaciales y en la de la derecha hace falta aún un mayor número de frecuencias en el
espacio K. En b) se puede ver como la forma o dirección que toma la imagen (cuadrado sin rotar vs rotado 45°)
implica un cambio en dicha dirección de las frecuencias espaciales del espacio K (columna de la derecha).
Existe una relación entre la frecuencia máxima del espacio K y el tamaño de los
“píxeles” del espacio K con el campo de visión (FOV) de la imagen final y la
resolución. Esta relación puede ser poco intuitiva pero es importante conocerla
para conocer en profundidad el espacio K.
Por tanto, la frecuencia máxima a la derecha del FOV se expresa como: +𝑓𝑚𝑎𝑥 =
𝛾 · 𝐺𝑥 · 𝐹𝑂𝑉/2; y la mínima se expresa como: −𝑓𝑚𝑎𝑥 = −𝛾 · 𝐺𝑥 · 𝐹𝑂𝑉/2. El rango
desde la frecuencia mínima a la máxima es lo que se conoce como ancho de
banda o bandwidth (BW) que se puede expresa como: 𝐵𝑊 = 2𝑓𝑚𝑎𝑥 .
De las ecuaciones anteriores se deduce que 𝐵𝑊 = 𝛾 · 𝐺𝑥 · 𝐹𝑂𝑉𝑥 que se puede
reescribir como 𝐹𝑂𝑉𝑥 = 𝐵𝑊/𝛾 · 𝐺𝑥 .
También hay que tener en cuenta como está representada la resolución final de
la imagen (lo pequeños o grandes que son los píxeles) en el espacio K. Si el FOV
viene determinado por la ecuación ∆𝑘𝑥 = 1/𝐹𝑂𝑉𝑥 , la resolución de la imagen
viene determinada por el número de pasos de adquisición de frecuencia (𝑁𝑥 ), el
número de pasos de adquisición de fase (𝑁𝑦 ) y el espaciado entre puntos del
espacio K en ambas direcciones (∆𝑘𝑥 y ∆𝑘𝑦 ).
Un imagen con 512 (𝑁𝑥 ) x 512 (𝑁𝑦 ) tendrá una mayor resolución que una de la
mitad de pasos de codificación – para un mismo FOV (mismo ∆𝑘𝑥 /∆𝑘𝑦 ). No
obstante, y debido al menor tamaño de los vóxeles (suponiendo que se
mantenga constante el FOV), la SNR de cada vóxel será más baja, haciendo que la
imagen final se vea más granulada. Es por ello que hay que buscar un equilibro
que no empeore la calidad de la imagen globalmente.
Figura 31. En la columna de la izquierda con pocos ∆𝑘 (o también por inframuestreado) sucede el fenómeno
de aliasing, es decir el FOV de la imagen es demasiado pequeño haciendo que aquellas frecuencias percibidas
por la antena receptora pero que se quedan fuera del FOV sean situadas erróneamente en la imagen final. En
la columna central esto cambia al utilizar un muestreado más apropiado que hace que el FOV más adecuado.
En la columna de la derecha se ve un caso de “exceso de muestreado” u oversampling haciendo que el FOV
sea innecesariamente grande (esta técnica se utiliza en algunas ocasiones para solucionar el aliasing).
c)
Figura 33. Artefacto sobre la imagen final producido por un punto excesivamente brillante (con mucha
señal) en el espacio K. Dicho punto representa una frecuencia espacial determinada por la posición que
ocupa en el espacio K, al ser tan brillante, queda sobrerrepresentada produciendo un artefacto que no es
más que visualizar dicha frecuencia espacial excesivamente en la imagen final. En el caso de a) es una
frecuencia espacial muy alta (las zonas de alta intensidad y valles están muy juntas) y tiene una dirección
diagonal superior-derecha. En el caso de b) tiene una frecuencia espacial algo menos alta aunque la
dirección es la misma. En c) este spike de señal es casi central, teniendo una frecuencia espacial muy baja y
con un componente horizontal pero ninguno vertical.
Que relaciona el grosor del píxel en la imagen con la frecuencia máxima del
espacio K. Esta relación funciona de forma independiente para cada dirección
𝑥, 𝑦, 𝑧. Ésta es la razón de que un diferente uso de número de codificaciones de
frecuencia en el eje de codificación de frecuencia y de fase de lugar a vóxeles
rectangulares.
Conclusión
Nota: Las figuras presentes en este trabajo, salvo que esté expresamente
indicado de otra manera, son trabajo del autor principal del mismo y están
sujetas a una licencia de cultura libre Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY
4.0).
Referencias
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