Via Lucis
Via Lucis
Via Lucis
1. Canto.
Lector: “Se llevó aparte a los Doce y les dijo:
-Mirad, estamos subiendo a Jerusalén y se va a cumplir todo lo que
escribieron los profetas acerca de ese Hombre: lo entregarán a los
paganos, se burlaran de él, lo insultarán, le escupirán; después de
azotarlo, lo mataran, pero al tercer día resucitará. Ellos no entendieron
nada de aquello; aquel lenguaje seguía siendo un enigma para ellos y no
comprendían lo que quería decir” (Lc 18, 31 -34).
Oración y reflexión:
Frente a la muerte, Tú, Jesús, anuncias la resurrección. La muerte ya no
tiene la última palabra. Por eso, hoy, rompemos precisamente esa palabra
(y se rompe el cartel con la palabra “muerte”).
Canto.
Se va a la siguiente estación.
II
Canto.
Oración y reflexión:
Jesús, en medio de la incertidumbre y el desconcierto, tú envías a tus
mensajeros para anunciar que, contigo, todo cambia. Ellas, las mujeres del
evangelio, pasan de la duda a la certeza. Haz también que, nosotros,
podamos anunciar tu resurrección como ellas. (Se rompe el cartel con la
palabra “duda”).
Canto.
Se va a la siguiente estación.
III
Presidente: Tercera estación: Jesús camina a nuestro lado, pero no le
reconocemos.
Canto.
Lector: “Aquel mismo día hubo dos discípulos que iban de camino de una
aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén, y
comentaban lo sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en
persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero estaban cegados y
no podían reconocerlo” (Lc 24, 13-17).
Oración y reflexión:
Nos cuesta aceptar que tú estés entre nosotros. Es como si viviéramos
ciegos. Por eso, Tú, Jesús, nos devuelves la vista para reconocerte, para
poder alegrarnos contigo. (Se rompe el cartel con la palabra “ciegos”).
Oración: Señor Jesús, en los que me rodean, en los que sufren, en los
acontecimientos de mi vida, caminas a mi lado. Pero no te reconozco.
Concédenos unos ojos limpios, para descubrirte cercano a nosotros.
Concédenos un mirar nuevo, para encontrarte en aquellos que tu bondad
pone a nuestro lado para mostrarles tu amor. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
Canto.
Se va a la siguiente estación.
IV
Oración y reflexión:
Los discípulos de Emaús tenían cerrado su corazón. Incapaces de
descubrir la verdad escondida en tu Palabra, se cierran a la posibilidad de
tu vida y de tu resurrección. Rompe, señor, nuestra cabezonería. (Y se
rompe también el cartel con la palabra “cabezonería”).
Canto.
Se va a la siguiente estación.
V
Canto.
Canto.
Se va a la siguiente estación.
VI
Canto.
Oración y reflexión:
La actitud de tus apóstoles se resume en una palabra: MIEDO. Miedo al
qué dirán, a aceptar que Tú haces posible lo que parece imposible, a abrir
nuestra vida a la posibilidad de tu llamada y de tu elección. También
nosotros vivimos con ese mismo miedo. Rómpelo para hacernos más
libres. (Se rompe el cartel con la palabra “miedo”).
Canto.
Se va a la siguiente estación.
VII
Canto.
Lector: “Después los sacó a Betania y, levantando las manos, los bendijo.
Mientras los bendecía, se separó de ellos y se lo llevaron al cielo. Ellos se
postraron ante él y se volvieron a Jerusalén llenos de alegría. Y se pasaban
el día en el templo bendiciendo a Dios" (Lc 24, 50-53).
Oración y reflexión:
A mí tampoco me gustaría separarme de ti, Señor. No me gusta que ya no
estés físicamente con nosotros. Pero es necesario que sea así para que
seamos nosotros los que tomemos el relevo. Tenemos que atrevernos a
ser tus testigos en medio de un mundo que quiere, mejor, nuestro silencio.
(Se rompe el cartel con la palabra “silencio”).
Oración: Señor Jesús, danos tu fuerza para proclamar ante los hombres la
llegada del Reino y la necesidad de convertir nuestros corazones a sus
exigencias. Infúndenos tu Espíritu para que nuestra vida sea testimonio
creíble de las verdades que proclamamos. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
Canto.
RITOS FINALES
Tres o cuatro alumnos salen con los carteles y una imágen de Jesús
resucitado. “JESÚS VIVE” “HA RESUCITADO” “ALELUYA”
Todos: Amén.