Teresita Cuenca Parcial Paternidades

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Estudiante:

Teresita Cuenca CI. 3.341.930-5

Paternidades a edades tempranas en la


pobreza. Aspectos Psico – Sociales para su
abordaje

Docente Mónica De Martino

Mayo 2024
1) La masculinidad en la construcción de género y en la cultura tiene un lugar
preponderante, influyendo, percibiendo y realizando una valoración de los diferentes
géneros en la sociedad.

Para comprender y abordar el concepto de masculinidad y entenderlos debemos tomar


los sistemas de relaciones de género, en que los hombres y mujeres llevan sus vidas,
con esa idea y sentimiento de género.

En este marco la masculinidad es al mismo tiempo la posición en las relaciones


de género, las practicas por las cuales los hombres y mujeres se comprometen
con esa posición de género, y los efectos de esa práctica en la experiencia
corporal, en la personalidad y en la cultura. (Connell, 1997:5).

Se infiere así que la biología no define lo social, “el deber ser” atribuido a las personas
en función de su sexo biológico, depositando sobre los individuos la expectativa de
hombres y mujeres, no tomando en cuenta el devenir de las personas y sobre todo como
se va reconstruyendo el género como proyecto de género, ya no habla femenino o
masculino.

Connell (1997) propone diferentes componentes en la estructura de género que


manifiestan sus relaciones: relaciones de poder, de producción, Cathexis.

Relaciones de poder: el principal componente que existe es la subordinación de las


mujeres y la dominación de los hombres. A pesar de las diferentes luchas frente al poder
patriarcal, no se ha logrado revertir la situación de dominio patriarcal.

Relaciones de producción: La división social técnica del trabajo, la redistribución


monetaria entre hombres y mujeres es desigual, siendo favorecido el hombre a pesar
que en circunstancias poseen igual tarea.

Cathexis: Relacionado a las actitudes sexuales diferentes, tanto para hombres como
para mujeres. En la actualidad se espera en la sociedad que los hombres tengan una
actitud activa y funcional en materia sexual, para no ser “cuestionados” En
contraposición, se espera que las mujeres que cumplan con un rol más pasivo, y de
sumisión

Es importante destacar también que el género como categoría atraviesa otros modos
de clasificación sociales, como la etnia, la clase social, la nacionalidad etc. A modo de
ejemplo, los hombres construyen su masculinidad, teniendo en cuenta a las mujeres,
posesionándolas en un lugar determinado, pero también dentro de la categoría hombre
existen diferencias y status de acuerdo a la etnia, bienes que posee y lugar de donde
provenga.

Por lo antes expuesto es necesario decir que no existe una única masculinidad’ a pesar
de la construcción hegemónica sobre de cómo se “debe ser hombre”, sino por el
contrario existen varias formas de ser hombre y que cada una de ellas tienen rasgos
que lo caracterizan a todos por el simple hecho de ser hombres y a su vez hay atributos
que lo diferencian, dentro de la misma categoría de masculinidad, como las
contraposiciones negro-blanco, heterosexual – homosexual, etc.

La marginación está presente en las relaciones de género en la masculinidad en


particular, un ejemplo es el hombre negro discriminado por su etnia y por tal atributo no
puede pertenecer a la masculinidad hegemónica, la clase dominante la que determina
quienes van a ser los subordinados y por ello marginados en la sociedad.

En toda cultura existe una masculinidad hegemónica, la cual va cambiando con el


tiempo y es diferente en cada lugar.

La masculinidad hegemónica se puede definir como la configuración de práctica

genérica que encarna la respuesta corrientemente aceptada al problema de la

legitimidad del patriarcado, la que garantiza (o se toma para garantizar) la

posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres (Connell

1997: 12).

El número de hombres que cumplen con las condiciones para pertenecer a la

masculinidad hegemónica es reducido, y el resto acepta y son cómplices de dicha

masculinidad haciendo lo posible para pertenecer a ella en todos sus aspectos.

Existen relaciones de género de dominación y subordinación entre grupos de hombres,

un ejemplo concreto es la dominación dela heterosexualidad sobre la homosexualidad

y dentro de esa relación los homosexuales son subordinados. Esta subordinación trae

diferentes consecuencias físicas, psicológicas para quien se encuentra en esa situación,

y lo que se encuentran en el rol de dominación en circunstancia no la reconocen esta

realidad y la invisibilidad.
2) La propuesta teórica de Bourdieu (2000), aborda y analiza el tema de la dominación
masculina en la línea de poder entender y comprender cómo se producen y se reproducen
las relaciones de dominación entre hombres y mujeres en la sociedad. Como esa dialéctica
de dominación se restructura en los campos sociales a través de los diferentes agentes,
donde se ponen en juegos las competencias en desmedro de las mujeres, favoreciendo a
los hombres, manifestándose en un campo de lucha entre las personas y los grupos para
obtener los recursos y reconocimientos necesarios, enmarcados en un paradigma que tiene
como base fundamental la masculinidad.

La práctica de género se encuentra asociada a otros comportamientos de carácter objetivo


y subjetivo de la sociedad en los diferentes campos y habitus. Las personas ocupan una
posición en ese campo en una estructura social, obtenida a atravesar de luchas y
conflictos. En esta línea la lucha va a ser por un capital simbólico que le otorga
legitimidad, prestigio y autoridad en los diferentes campos, como por ejemplo,
académica, cultural, laboral entre otros. Esta forma de actuar, sentir, pensar, aprender
dentro de ese campo, constituye un habitus según Bourdieu. Se vincula lo objetivo y lo
subjetivo mediando una estructura objetiva del campo social donde se encuentran inserto
las personas, este contiene reglas, normas e instituciones que poseen posiciones
determinadas de antemano.

En el campo de las Masculinidades se encuentran Masculinidades Hegemónicas,


poniéndose en juego la historia, o sea el habitus es históricamente construido y pertinente
para ese campo, donde las masculinidades hegemónicas tienen un lugar asignado en dicho
campo. Los diferentes agentes para poder abordar el campo de la masculinidad se
apropian de los habitus preconcebido y así ocupan un espacio en el campo social de la
masculinidad desde un lugar de subordinación, se crea cierta complicidad en la relación
campo y habitus, que les permite ocupar un lugar social.

Se puede inferir que según el análisis de Bourdieu existen representaciones sociales


hegemónicas de masculinidad que juegan dentro del campo de poder, generando una
confrontación. Las mismas dificultan el surgimiento de nuevos desarrollos subjetivos que
posibiliten a su vez nuevos agenciamiento que rompan con los sistemas que categorizan
la percepción, el sentir y la acción.

Bourdieu sostiene que existen estructuras implícitas en los sistemas simbólicos, como el
lenguaje, estructuras objetivas, que se manifiestan independientemente de la conciencia
y voluntad de los agentes, que demarcan sus representaciones y sus prácticas. Devela la
dominación masculina como un órgano que posibilita una estructura, mostrándose en las
relaciones cotidianas ente hombres y mujeres, que constituye una expresión de violencia
simbólica, su análisis abre una mirada para una reconsideración teórica crítica del tema
de la masculinidad que es tomada como bases de transformaciones por algunas corrientes
instituyentes como puede ser el feminismo.

4) Los significados dados a l@s hij@s por parte de los padres y madres adolescentes
pueden variar según diferentes factores que entran en juego en las vidas de los mismos;
la cultura y el área social donde se desarrollan como seres humanos, (apoyo de los
padres ,contexto socioeconómico y la experiencia individuales de los padres).

Según De Martino (2017), es importante mencionar que el embarazo adolescentes que


en su devenir histórico ha sido construido como un… “problema”, un síntoma, un
problema social dando cabida al poder médico, y por lo tanto se medicalizado, como si
fuera una enfermedad de los “pobres” a la que hay que erradicar o solucionar.

En el momento que sucede el embarazo adolescente van surgiendo diferentes aristas de


cómo es tomado este embarazo y también algunas preguntas; ¿es un embarazo
adolescente o es tomado como un embarazo de personas adultas?

Según la autora “… esto parecería ser así también luego del embarazo, porque ahora su
condición es “adultos””. (De Martino 2017: 102), en la idea que en el momento de que
los adolescentes se embarazan “parecería “que saltan varias etapas, de ser adolescentes
al mundo adulto, “cargado” de responsabilidades, cuidar, trabajar entre otros.

En este sentido la maternidad o paternidad adolescente como mencionamos


anteriormente es visto como un problema, un síntoma, lo que queremos decir que dicho
embarazo se lo vincula con la pobreza, como una causa más de reproducción de ciertos
tramos de la desigualdad, no es solo biológico sino desde el punto de vista del sentir de
estos adolescentes y el significado que ellos le atribuyen a ser madre, ser padres o no
serlo en el contexto histórico, social, cultural, etc., en el que se encuentran inmersos.

Existen diferentes significados que le atribuyen los adolescentes a sus hij@s, como
asumen las masculinidades estos padres adolescentes o las adolescentes a ser madres.

En este sentido la autora lo define como hij@: Ordenador, pasaporte, de adquisición de


estatus, por accidente, habilidad entre otros.
El hij@ oficia como ordenador de la vida, una vida que hasta el momento no tenía
sentido, por diferentes circunstancias. Que provengan de familias violentas, que estén en
los límites de lo legal, para reparar su historia, estos adolescentes no cuentan por lo
general con redes de protección en su entorno. La llegada de un hij@ le da un sentido,
un orden y en diferentes circunstancias subsana vínculos anteriores.

El Hij@ se convierte en un pasaporte, salvador cuando unos adolescentes se embarazan,


en medio de situaciones de violencia en su hogar, (abuso sexual) y una de las
escapatoria puede ser ir a convivir con los padres de “el novio”.

Hij@ por habilidad o destreza; también se puede relacionar con la capacidad femenina
que el adolescente adquiere a través del cuidar a sus hermanos, esta preparación es para
su propia maternidad, culminando algo esperado, soñado y podemos visualizarlo como
una impostura, al tener un hijo@ se sigue demostrando el rol de cuidador.

En otros casos el hij@ da status, otorgando un rol social y posición, ser “madre”,
también obtiene los beneficios sociales y la capacidad de orientar a otras adolescentes y
el lugar que obtengo en la comunidad que estoy.

Otras veces se da el embarazo accidente (no planificado), en este sentido una pareja de
adolescentes establece una relación en corto tiempo y no se toman las medidas
anticonceptivas pertinentes. Y el embarazo puede ser tomado como algo contradictorio
en su sentir o no esperado, según las circunstancias familiares de los adolescentes
pueden lograr llegar a un acuerdo para el cuidado de ese hij@.

En nuestro rol de técnicos profesionales del Trabajo Social unos de los elementos
importantes para nuestro abordaje es tener presente el código de ética, que nos rige en
nuestra intervención. En este sentido debemos conocer que significado le dan los padres
y madres a sus hij@s, comprenderlos, empatizar, consultar cuáles son sus necesidades y
motivaciones que tienen. Por lo tanto de esta manera se lograra una relación basada en
la confianza entre las familias jóvenes y los técnicos actuante en ese acompañamiento.

Tener presente el conocimientos de los programas y si no los hay habrá que incidir para
lograr que existan y puedan ser más efectivos teniendo en cuenta los valores y
percepciones delos padres, para que logren desarrollar sus maternidades y paternidades
de las formas que ellos “puedan”, no forzando vínculos, cuando realmente no existen.
Tener presente el lugar que se le otorga al adolescente varón, y no invisibilizarlo, es
importante trabajar con la familia en su globalidad. Qué lugar le damos como
profesionales y la sociedad toda a las maternidades y paternidades adolescentes, no caer
en un juicio de valor, viendo el embarazo como fracaso de los técnicos y la sociedad.
Que postura tomaremos cuando se nos presentan las diferentes situaciones que
atraviesan las maternidades y paternidades, realizamos el “control “o nos detendremos a
pensar en todo su devenir histórico, cuando deciden concretar o no tener un hij@.
Bibliografía
Bourdieu, Pierre (2000), La dominación masculina. Barcelona: Anagrama (La
domination masculine. París: Editions deu Seuil, 1998).

Connell, Robert (1997). La organización social de la masculinidad. En: Valdès,


Teresa y Olavarrìa, Jose. Masculinidad/es. Poder y Crisis. Ediciones de las
Mujeres Nª..24 Isis Internacional/FLACO. Chile .Santiago

De Martino, M (2017) Visibilizando la Paternidad Adolescente. Experiencias y


prácticas en la pobreza. Reflexiones socio-políticas desde el Trabajo Social.

Recurso WEB

Connell Robert W https://idepsalud.org/la-organizacion-social-de-la-masculinidad/

https://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/ele

ctivas/105_estudios_genero/material/archivos/la_organizacion_socia_de_la_mas

culinidad.pdf

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