2-Historia Filosofía Síntesis

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La filosofía y su historia

La filosofía antigua

El origen:se fundamentaron en tres estados o disciplinas filosóficas ; una es el Asombro,


el hombre que se sorprende por las situaciones que lo rodean y genera
conocimiento,otra es la Duda, encontramos dos ópticas sistemática (Pirrón de Elis
negaba la posibilidad de conocimiento )y metódica (Descartes lleva la duda al
extremo ,hasta el absurdo,Pienso luego Existo y por último la situaciones
límites(Jaspers;el hombre siempre se encuentra ante dos situaciones :situaciones de
nuestra vida que nosotros podemos decidir cambiarlas y las situaciones que no podemos
manejar como nacer,crecer,morir)

En la filosofía Griega, se inaugura la razón como un instrumento para la búsqueda de la


verdad, se siembran los principios de la ciencia moderna. Surge como una respuesta a
los mitos, para dar argumento acerca de su naturaleza (el porqué de las cosas), ya que la
mitología no es un pensamiento filosófico, puesto que no da una afirmación racional y
deductiva de sus afirmaciones.Los historiadores llamaron a este fenómeno tránsito del
mito al logos,debe tenerse en cuenta que la racionalidad de la filosofía conserva algo
propio del mito que es la coherencia y el orden del discurso

Este pensamiento racional surge formalmente con los llamados filósofos


presocráticos.Estos aparecieron en ciudades ricas,cultas,civilizadas de Asia
menor ,alrededor del año 600a.C.Los primeros filósofos aparecen en Mileto

• Tales de Mileto (c. 625-c. 546 a.C.)

Filósofo griego nacido en Mileto (Asia Menor). Fue el fundador de la filosofía griega, y
está considerado como uno de los Siete Sabios de Grecia. Tales llegó a ser famoso por
sus conocimientos de astronomía después de predecir el eclipse de sol que ocurrió el 28
de mayo del 585 a.C. Se dice también que introdujo la geometría en Grecia. Según
Tales, el principio original de todas las cosas es el agua, de la que todo procede y a la
que todo vuelve otra vez. Antes de Tales, las explicaciones del universo eran
mitológicas, y su interés por la sustancia física básica del mundo marca el nacimiento
del pensamiento científico.
• Anaximandro (c. 611-c. 547 a.C.)

Filósofo, matemático y astrónomo griego. Nació en Mileto (en la actual Turquía).


Discípulo y amigo del filósofo griego Tales de Mileto, Anaximandro está considerado el
descubridor de la oblicuidad de la eclíptica, que es el ángulo que forman el plano de la
eclíptica y el plano del ecuador celeste. También se le considera introductor del reloj de
sol en Grecia y fundador de la cartografía.

La contribución más relevante de Anaximandro fue elaborar la más temprana obra en


prosa en relación al cosmos y los orígenes de la vida, por lo que también es mencionado
como fundador de la cosmología. Concebía el Universo como un número de cilindros
concéntricos, de los cuales el más exterior es el Sol, el del medio la Luna y el más
interno contiene las estrellas. Dentro de estos cilindros está la Tierra, sin base firme y en
forma de bombo. Anaximandro postulaba una teoría del origen del Universo que
defendía que éste era el resultado de la separación de opuestos desde la materia
primaria. Así, el calor se movió hacia fuera, separándose de lo frío y, después, lo hizo lo
seco de lo húmedo. Además, Anaximandro sostenía que todas las cosas vuelven con el
tiempo al elemento que las originó.

• Anaxímenes (c. 570-500 a.C.)

Filósofo griego de la naturaleza, el último miembro de la escuela jónica fundada por el


filósofo Tales de Mileto. Nació en Mileto (Jonia), en Asia Menor. Anaxímenes afirmaba
que el aire es el elemento primario al que todas las demás cosas pueden ser reducidas.
Para explicar cómo los objetos sólidos se forman a partir del aire, introdujo las nociones
de condensación y rarefacción. Estos procesos, afirmaba, transforman el aire, en sí
mismo invisible, en entidades visibles —como el agua, el fuego y las materias sólidas
—. Pensaba que el aire se calienta y se vuelve fuego cuando se rarifica y que se enfría y
se vuelve sólido al condensarse. La importancia de Anaxímenes no radica en su
cosmología sino en su intento de descubrir la naturaleza última de la realidad.

Estos filósofos no dejaron escritos,o bien no se conservan,pero conocemos lo que


pensaron a través del testimonio de Aristóteles quien los critico porque en lugar de
buscar un principio metafísico se limitaron a ofrecer un principio puramente físico para
explicar la realidad:La mayoría de los primeros filósofos consideraron que los únicos
principios(arkhaí) de todas las cosas son de carácter material. Aquello a partir de lo cual
existen todas las cosas,lo primero de lo cual se generan y el término en el que se
correspondan y que permanece como sustancia pero que cambia en sus
afecciones,eso ,dicen,es elemento (material) y ese es el principio de todas las cosas.

En el sur de Italia surgieron los filósofos llamados itálicos algo posterior a los de Asia
Menor(jónicos)de fines del siglo VI a.C..Los itálicos delatan una muy fuerte
dependencia respecto del orfismo,movimiento religioso filosófico articulado sobre la
base de los llamados ritos de purificación.

Su idea central consiste en afirmar que el alma es divina,pero ha caído y, encerrada en el


cuerpo, está condenada a sucesivas reencarnaciones hasta que su absoluta purificación
le permita evadirse del cuerpo y retornar a su origen.

A estas ideas órficas Pitágoras agrego otras que después toman cuerpo como filosofía
occidental el alma es divina,puede conocer la verdad porque existe analogía entre el
alma y la realidad que el alma puede conocer. Así el alma puede conocer de la realidad
cierta forma o armonía que los pitagóricos encontraban en la música y en los números.

• Pitágoras (c. 582-c. 500 a.C.)

Filósofo y matemático griego, cuyas doctrinas influyeron mucho en Platón. Nacido en la


isla de Samos, Pitágoras fue instruido en las enseñanzas de los primeros filósofos jonios
Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Se dice que Pitágoras había sido
condenado a exiliarse de Samos por su aversión a la tiranía de Polícrates. Hacia el 530
a.C. se instaló en Crotona, una colonia griega al sur de Italia, donde fundó un
movimiento con propósitos religiosos, políticos y filosóficos, conocido como
pitagorismo. La filosofía de Pitágoras se conoce sólo a través de la obra de sus
discípulos.

Para Pitágoras, la esencia permanente del mundo puede encontrarse en los principios
matemáticos y especialmente en los números. La propuesta fundamental de la escuela
Pitagórica, se reduce a que el número es la esencia de todas las cosas ya que ocupan un
lugar intermedio entre la percepción sensible y las ideas.

Como sus doctrinas básicas, los pitagóricos asumieron ciertos misterios, similares en
muchos puntos a los enigmas del orfismo. Aconsejaban la obediencia y el silencio, la
abstinencia de consumir alimentos, la sencillez en el vestir y en las posesiones, y el
hábito del autoanálisis. Los pitagóricos creían en la inmortalidad y en la transmigración
del alma. Se dice que el propio Pitágoras proclamaba que él había sido Euphorbus, y
combatido durante la guerra de Troya, y que le había sido permitido traer a su vida
terrenal la memoria de todas sus existencias previas.

En el tránsito de los presocráticos anteriores a los posteriores la filosofía sustituye la


explicación física por una explicación metafísica de la realidad .Heraclito y
Parmenides ,llamados presocráticos posteriores,buscaron reemplazar el principio físico
por un principio metafísico

• Heráclito (c. 540-c. 475 a.C.)

Filósofo griego, quien sostenía que el fuego era el origen primordial de la materia y que
el mundo entero se encontraba en un estado constante de cambio. Nació en Éfeso, una
antigua ciudad griega en Asia Menor, que ahora pertenece a Turquía. Debido a su vida
solitaria, y a la oscuridad y misantropía de su filosofía, es llamado algunas veces el
oscuro.

En cierto sentido, Heráclito fue uno de los iniciadores de la metafísica griega, aunque
sus ideas se derivan de las de la escuela jónica de la filosofía griega. Consideraba el
fuego como la sustancia primordial o principio que, a través de la condensación y
rarefacción, crea los fenómenos del mundo sensible. Heráclito incorporó a la noción de
"ser" de sus predecesores el concepto de "devenir" o flujo, al que consideró una realidad
básica subyacente a todas las cosas, incluso a las más estables en apariencia. Para
aclararlo, afirmaba que una persona no podía bañarse dos veces en el mismo río.

Para Heráclito, su principio es la dialéctica misma, busca el equilibrio, todo es parte de


todo, las cosas cambian por eso son o no son.

En ética, Heráclito introdujo un nuevo énfasis social, manteniendo que la virtud consiste
en la subordinación del individuo a las leyes de una armonía razonable y universal.
Aunque su pensamiento estaba influido por la teología popular, atacó los conceptos y
ceremonias de la religión popular de su tiempo.

Sólo una obra, De la Naturaleza de las cosas, se puede atribuir a Heráclito, aunque
algunos autores sostienen que también escribió un libro sobre las leyes. Numerosos
fragmentos de su obra fueron preservados por escritores posteriores y se pueden
encontrar recopilaciones de estos fragmentos en diversas ediciones modernas.
Parménides (c. 515-c. 440 a.C)

Filósofo griego, considerado por muchos eruditos como el miembro más importante de
la escuela eleática. Natural de Elea (colonia griega en el sur de la península Itálica), se
cree que visitó Atenas cuando tenía 65 años de edad y que, en tal ocasión, Sócrates,
entonces un hombre joven, le oyó hablar. Parménides expuso su filosofía en forma de
versos y la única obra suya que ha perdurado se nutre de extensos fragmentos de un
poema didáctico, Sobre la naturaleza. En esta reflexión aboga por la existencia del ‘Ser
absoluto’, cuya no existencia Parménides declaraba resultar inconcebible, pero cuya
naturaleza admitía ser también inconcebible, ya que el ‘Ser absoluto’ está disociado de
toda limitación bajo la cual piensa el ser humano. Mantenía que los fenómenos de la
naturaleza son sólo aparentes y debidos, en esencia, al error humano; parecen existir,
pero no tienen entidad real. Sostenía también que la realidad, ‘Ser verdadero’, no es
conocida por los sentidos, sino que sólo se puede encontrar en la razón. Esta creencia le
convirtió en un precursor del idealismo de Platón. La teoría de Parménides de que el ser
no puede originarse del no ser, y que el ser ni surge ni desaparece, fue aplicada a la
materia por sus sucesores Empédocles y Demócrito, que a su vez la convirtieron en el
fundamento de su explicación materialista del Universo.

Es posible que los sofistas se hayan visto motivados por es distancia entre lo que la
razón puede demostrar y lo que sucede en la realidad para desarrollar un pensamiento
de tendencia relativistas.

• Sofistas.

Del griego sophi, 'experto', 'maestro artífice', 'hombre de sabiduría', en su origen,


nombre aplicado por los antiguos griegos a los hombres eruditos, tales como los Siete
Sabios de Grecia; en el siglo V a.C., nombre que se daba a los maestros itinerantes que
proporcionaban instrucción en diversas ramas del conocimiento a cambio de unos
honorarios convenidos con antelación.

Personas que compartían puntos de vista filosóficos mucho más amplios que los de una
escuela, los sofistas popularizaron las ideas de varios filósofos anteriores; pero,
basándose en su interpretación de ese pensamiento filosófico anterior, casi todos ellos
concluyeron afirmando que la verdad y la moral eran en esencia materias opinables.
Así, en sus propias enseñanzas tendían a enfatizar formas de expresión persuasivas,
como el arte de la retórica, que facilitaba a los discípulos técnicas útiles para alcanzar el
éxito en la vida, en especial en la vida pública.

Los sofistas gozaron de popularidad durante un tiempo, sobre todo en Atenas; sin
embargo, su escepticismo de la verdad absoluta y la moral suscitó a la postre fuertes
críticas. Sócrates, Platón y Aristóteles pusieron en tela de juicio los fundamentos
filosóficos de las enseñanzas de los sofistas. Platón y Aristóteles les censuraron por
aceptar dinero. Más tarde, fueron acusados por el Estado de carecer de moral. Como
consecuencia, la palabra sofista adquirió un significado despectivo, al igual que el
moderno término sofisma, que puede ser definido como astuto y engañoso o como
argumentación o razonamiento falsos.

La Famosa máxima de Protágoras, uno de los sofistas más importantes, "el hombre es la
medida de todas las cosas, es representativa de la actitud filosófica de esta escuela. Su
componentes mantenían que los individuos tienen el derecho de juzgar por sí mismos
todos los asuntos; negaban la existencia de un conocimiento objetivo en el que se
supone que todo el mundo debe creer, mantuvieron que la ciencia natural y la teología
tienen poco o ningún valor, porque carecen de relevancia en la vida diaria, y declararon
que las reglas éticas sólo tenían que asumirse cuando convienen al propio interés.

• Sócrates (c. 470-c. 399 a.C.)

Tal vez la mayor personalidad filosófica haya sido Sócrates. Práctico un diálogo
continuo hasta que fue sentenciado a muerte, condena que cumplió bebiendo cicuta. A
diferencia de los sofistas Sócrates se negó a aceptar dinero por sus enseñanzas,
afirmando que no tenía ninguna certidumbre que ofrecer excepto la conciencia de la
necesidad de más conocimiento. Sócrates no dejó ningún escrito, pero sus enseñanzas
fueron preservadas para generaciones posteriores en los diálogos de su famoso discípulo
Platón y también aparecen en los escritos de Jenofonte. Sócrates enseñó que cada
persona tiene conocimiento de la verdad última dentro de su alma y que sólo necesita
llevarlo a la reflexión consciente para darse cuenta. Por ejemplo, en Menón Sócrates
plantea a través de una ficción la forma en que un esclavo ignorante puede llegar a la
formulación del teorema de Pitágoras, demostrando así que el conocimiento está innato
en el alma, en vez de ser implícito o inseparable de la experiencia, Sócrates creía que el
deber del filósofo era provocar que la gente pensará por sí misma, en vez de enseñarle
algo que no supiera. Por eso se decía partero de ideas. Su contribución a la historia de la
filosofía no fue una doctrina sistemática, sino un método de reflexión, la mayéutica, y
un tipo de existencia. Hizo hincapié en la necesidad de un examen analítico de las
creencias de cada uno, de definiciones claras de los conceptos básicos y de un
planteamiento racional y crítico de los problemas éticos.

• Platón (c. 428-c. 347 a.C.)

Platón fue un pensador más sistemático que Sócrates, pero sus escritos, en especial los
primeros diálogos, pueden ser considerados como una continuación y elaboración de las
ideas socráticas. Al igual que Sócrates, Platón consideró la ética como la rama más
elevada del saber, y subrayó la base intelectual de la virtud al identificar virtud con
sabiduría. Esta idea llevó a la llamada "paradoja socrática" por la que ningún hombre
hace el mal por propia voluntad, como dice Sócrates en Protágoras. Más tarde,
Aristóteles advirtió que una conclusión así no da lugar a la responsabilidad moral.
Platón exploró los problemas fundamentales de la ciencia natural, la teoría política, la
metafísica, la teología y la epistemología, y enriqueció conceptos que luego han sido
fundamentados permanentes en el pensamiento occidental.

La base de la filosofía de Platón es su teoría de las ideas, o doctrina de las formas. La


teoría de las ideas (que queda expresada en muchos de sus diálogos, sobre todo en La
República y Parménides) divide la existencia en dos esferas o mundos, una "esfera
inteligible" de ideas o formas perfectas, eternas e indivisibles, el Topos Uranos, y una
"esfera sensible", de objetos concretos y conocidos. Los árboles, las piedras, los cuerpos
humanos y en general los objetos que pueden ser conocidos a través de los sentidos son
para Platón irreales, sombríos y copias imperfectas de las ideas. Llegó a está, en
apariencia, extraña conclusión por las elevadas reglas que adjudicó al conocimiento, por
ejemplo, que todos los objetos auténticos de conocimiento fueran descritos sin
contradicciones. Como todos los objetos percibidos por los sentidos experimentan
cambios, una afirmación hecha respecto a esos objetos en un instante no será válida en
un momento posterior. Según Platón, esos objetos no son del todo reales. Las creencias
e inconstantes, mientras que los principios de las matemáticas y la filosofía –elaborados
a partir de la meditación interior sobre las ideas– constituyen el único saber digno de ese
nombre. En La República, Platón muestra la humanidad prisionera en una caverna que
confunde las sombras proyectadas en una roca con la realidad; considera al filósofo
como la persona que penetra en el universo fuera de la caverna de la ignorancia y
alcanza una visión de la verdadera realidad, el mundo de las ideas. El concepto de
Platón del bien absoluto –que es la idea más elevada y englobada a todas las demás– ha
sido una fuente principal de las doctrinas religiosas panteísta y mística en la cultura
occidental.

La teoría de las ideas de Platón y su visión racionalista del conocimiento son la base de
su idealismo ético y social. El mundo de las ideas eternas facilita las normas o ideales
según los cuales todos los objetos y acciones han de someterse al juicio del hombre. La
persona filosófica, que se abstiene de los placeres sensuales y busca en su lugar el
principio de los conocimientos abstractos, encuentra en esos ideales los modos para
regir la conducta personal y fiscalizar las instituciones sociales. La virtud personal
consiste en una armónica relación entre las facultades del alma. La justicia social
consiste entonces en la armonía entre las distintas clases de la sociedad. El estado ideal
de una mente sana en un cuerpo sano, requiere que el intelecto controle los deseos y las
pasiones y las pasiones, así como el estado ideal de la sociedad requiere que los
individuos más sabios controlen a las masas buscadoras de placer. Según Platón, la
verdad, la belleza y la justicia coinciden en la idea del bien. Por lo tanto, el arte que
expresa los valores morales es el mejor. En su programa social, Platón apoyó la censura
en el arte, por estimarla como instrumento para la educación moral de la juventud.

Aristóteles (384-322 a.C.)

Aristóteles que empezó a estudiar en la academia de Platón con 17 años, es considerado


el más ilustre discípulo de Platón y se sitúa junto con su maestro entre los más
profundos e influyentes pensadores del mundo. Después de asistir durante varios años a
la academia de Platón, Aristóteles se convirtió en el preceptor de Alejandro Magno.
Más tarde regresó a Atenas para fundar el Liceo, una escuela que, al igual que la
academia de Platón fue durante siglos una de los grandes núcleos de enseñanza en
Grecia. En sus conferencias, Aristóteles definió los conceptos y principios básicos de
muchas de las ciencias teóricas, como la lógica, la biología, la física y la sicología. Al
establecer los rudimentos de la lógica como ciencia, desarrolló la teoría de la inferencia
deductiva, representada por el silogismo (proposición deductiva que utiliza dos
premisas y una conclusión), y un conjunto de reglas para fundamentar lo que habría de
ser el método científico.

En su teoría metafísica Aristóteles discutió la separación que hizo Platón de idea y


materia, y afirmó que las ideas o esencias están contenidas dentro de los objetos mismos
que las ejemplifican. Para Aristóteles, cada cosa real es una mezcla de potencia y acto;
en otras palabras, cada cosa es una combinación de aquello que puede ser (pero que
todavía no es) y de aquello que ya es (también distinguido como materia y forma),
porque todas las cosas cambian y se convierten en otra cosa diferente de lo que son,
excepto los intelectos activos humanos y divinos, que son formas puras.

Para Aristóteles la naturaleza es un sistema orgánico de cosas cuyas manifestaciones


comunes hacen posibles ordenarlas en clases de especies y géneros; cada especie tiene
una forma, propósito y modo de desarrollo en cuyos términos se puede expresar. El fin
de la ciencia teórica es definir las actitudes, propósitos y modos esenciales de desarrollo
de todas las especies y disponerlos en su orden natural de acuerdo con sus
complejidades según su forma, siendo los principales niveles el inanimado, el
vegetativo, el animal y el racional. El alma, para Aristóteles, es la forma o realidad del
cuerpo, y los humanos, cuyo espíritu racional constituye una forma más elevada que las
de las demás especies terrenales, la más elevada dentro de las perecederas. Los cuerpos
celestes compuestos de una sustancia imperecedera o éter, y movidos por un perfecto
movimiento circular por Dios, son todavía más altos en el orden de la naturaleza. Esta
clasificación jerárquica de la naturaleza se adoptó por muchos teólogos cristianos,
judíos y musulmanes en la edad media como una visión de la naturaleza.

La filosofía política y ética de Aristóteles surgió también de un examen crítico de los


enunciados platónicos. Las normas de conducta personal y social, según Aristóteles,
pertenecen al estudio científico de las tendencias naturales de los individuos y las
sociedades en vez de contemplarse en la esfera celeste de las ideas puras. Menos
insistentes que Platón en una conformidad rigurosa respecto a los principios absolutos,
Aristóteles consideró las reglas éticas como guías prácticas para alcanzar una vida feliz
y plena. El énfasis que puso en la felicidad, como el cumplimiento de las capacidades
naturales, expresó la actitud hacia la vida que mantuvieron los griegos cultos de su
tiempo. En teoría política adoptó una posición más realista que Platón. Se mostró
conforme con el modelo de una monarquía gobernada por un rey sabio que llegará a
representar la estructura política ideal, pero reconocía asimismo que las sociedades
difieren en sus necesidades y tradiciones, y creía que una democracia limitada conforma
y ordena el mejor compromiso concebible. En su teoría del conocimiento, Aristóteles
rechazó la doctrina platónica por la que el saber es innato e insistió en que sólo puede
adquirirse mediante la generalización desde la experiencia. Interpretó el arte como una
vía al servicio del placer y de la ilustración intelectual en lugar de ser un instrumento de
educación moral. Su análisis de la tragedia griega ha servido como modelo funcional de
la crítica literaria.

La filosofía medieval

El pensamiento medieval se caracteriza,esencialmente,por la impronta religiosa del


cristianismo.Por ello ,en cierto modo la filosofía medieval ha hecho de la especulación
sobre Dios su tema central a diferencia de lo que había ocurrido con la filosofía griega,
que había centrado su reflexión en torno a la determinación del objeto. A lo largo de
los primeros siglos de nuestra era, la progresiva expansión del cristianismo y otras
religiones mistéricas irá provocando la aparición de otros modelos de felicidad o
"salvación individual", que competirán con los modelos filosóficos. Frente a la inicial
hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos de los primeros padres apologistas
cristianos, sus continuadores encontrarán en la filosofía, especialmente a partir del
desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no sólo para combatir
otras religiones o sistemas filosóficos, sino también para comprender, o intentar
comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre filosofía y
cristianismo o, más en general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la
futura filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos. El tema
fundamental de reflexión pasará a ser la divinidad, quedando subordinada la
comprensión e interpretación del mundo, del hombre, de la sociedad, etc al
conocimiento que se pueda obtener de lo divino. La fe, que suministra las creencias a
las que no se puede renunciar, tratará de entrar en diálogo con la razón. La inicial
sumisión de la razón exigida por la fe, dejará paso a una mayor autonomía propugnada,
por San Agustín de Hipona (Aurelio Agustín 354-430),la relevancia de Agustín reside
en el hecho de que se trata del primer autor cristiano que logra unir estrechamente la
filosofía pagana griega
con la fe en la verdad cristiana revelada en lo que él llamó ocasionalmente filosofía
cristiana.El principio operante era “creo para entender”,extraída del pasaje de isaías
capítulo 7 y versículo 9 la búsqueda de Dios o la felicidad, único motivo,según
Agustín ,por el cual se filosofa,se plantea primero en el mundo circundante,dado, en
términos agustinianos, al hombre exterior.

El hombre está compuesto por cuerpo (instrumento) y alma (tiene como fin conocer a
Dios).Dios era para él un ser absoluto de la nada crea todo omnipotente y omnisciente.

Esta filosofía recibe el nombre de escolástica ,esto e filosofía de las escuelas.

El tema de la existencia de Dios abre justamente las dos obras más importantes de
Tomás de Aquino(1225-1274),la suma de las teologías y la suma contra los
gentiles ,Tomas estudió las obras de Aristóteles abarcadoras del total del saber

En esos caminos la razón el recorrido de abajo hacia arriba,desde un dato concreto y


existente dado la experiencia,única fuente de conocimiento para el hombre,hasta llegar a
Dios entendido respectivamente como primer motor inmóvil, causa primera , ser
necesario ,ser perfecto e inteligencia primera ordenadora de la naturaleza .

La primera prueba parte del hecho que se constata,por, experiencia,que las cosas
cambian ,son móviles,se encuentran en movimiento.y Todo móvil tiene una causa por la
que es movido ,y tiene un primer motor que se lo puede llamar Dios.

La segunda prueba parte del hecho de que se verifica una ordenación determinada de la
causa.Una cosa ,por cierto, es efecto de una causa eficiente que la produjo,y esta causa a
su vez es efecto de otra causa que es efecto de otra,etc.

La tercera parte de que toda cosa nace ,lleva un cierto periodo de existencia y se
corrompe.Las cosa son contingentes:pueden ser y no ser:pero como es imposible ir al
infinito en las cosas causadas por una causa externa,entonces hay que concluir que
existe un ser necesario en si mismo y sin causa de su necesidad fuera de si.Ese ser
necesario puede ser llamado Dios

La cuarta parte del hecho de que las cosas se encuentren en una cierta jerarquía de
grados de perfección :las hay con más o menos existencia,más o menos buenas,
verdaderas nobles , graduación presupone un término de comparación que es
absoluto.solo el ser y la bondad puede causar cosas con más o menos ser,más o menos
bondad .y esta perfección suma se la puede llamar Dios.

La quinta se basa en que len la naturaleza todo los seres tienden a un fin, buscan lo que
es óptimo en cada caso ,incluso lo hacen los seres que carecen de inteligencia ,puede ser
producto del azar por que las cosas se comportan de un modo regular.entonces hay una
inteligencia primera que dirige todo hacia un fin y se lo podría llamar Dios.

Filosofía Moderna

La filosofía clásica y medieval tuvo su crisis en el siglo XVI cuando la irrupción de


los fenómenos culturales llamados Humanismo y Renacimiento. Ambos fenómenos
trajeron una revalorización del hombre como individuo y ambos fueron el resultado de
la fractura del sistema de creencias del mundo de la Edad Media; es decir de un a
fractura que había colocado al hombre en un lugar secundario después de Dios, el
mundo medieval era Teocéntrico.

Con el Humanismo el hombre pasa a ser no solamente el centro de interés filosófico,


sino también el centro del universo. El Renacimiento fue un movimiento asociado al
Humanismo, ya que su principal característica es también la revalorización del hombre
y de la razón humana. Ésta revalorización se produjo a través de distintos fenómenos; el
más importante fue la recuperación de las llamadas “humanidades”; es decir el
renacimiento del interés en la literatura acerca del hombre.

El Renacimiento suele ser llamado también Humanismo Renacentista; es decir un


renacimiento del interés en el mundo y en la cultura del hombre griego y romano, en
oposición a la civilización y a las culturas teocéntricas medievales. Ésta concepción
había estado caracterizada por una visión de la realidad predominantemente unitaria,
que se manifestaba tanto en el orden científico como en el religioso y filosófico. Estos
tres órdenes comenzaron a sufrir fracturas ya hacia fin del mundo medieval.

El primer ámbito en el que se viola fractura, fue la pérdida de la base científica; ésta
había sido la base de la cosmología aristotélica. La crisis de ella estaba asociada a la
llamada revolución Copérnico; que sostenía que la Tierra ya no era más el centro del
sistema planetario.
Por otro lado, a esto se le agregó un nuevo descubrimiento científico. El
descubrimiento de territorios nuevos que ahora lograron hacer de la Tierra una
extensión geográfica mucho más extensa.

El segundo hecho histórico fue la ruptura de la unidad religiosa. Comenzaron a


defender la capacidad de cada individuo de interpretar la Biblia. Ello significó que el
hombre comenzaba a confiar en su propia capacidad. La nueva pluralidad de
interpretaciones del texto bíblico condujo a la multiplicación de modos de interpretar la
misma fe, y acabó con la unidad religiosa del cristianismo europeo centrada en la
fidelidad a Roma. El cristianismo deja de ser una religión basada en una fe unitaria para
transformarse en un sistema de múltiples creencias.

La filosofía se consolidó en torno a tres notas: en primer lugar, la filosofía moderna se


presenta como una necesidad de revisar una excesiva confianza clásico-medieval en la
posibilidad de conocer el mundo. En segundo lugar, exige reformular las condiciones de
posibilidades de nuestro conocimiento del mundo. Y, en tercer lugar, se produce en ella
una desintegración temática de la enciclopedia aristotélica.

En efecto, una de las características más importantes del pensamiento filosófico clásico
y medieval, había sido su confianza en la existencia del mundo y en nuestras
posibilidades de conocerlo. Tanto el hombre como la realidad son racionales. Lo que
permite que ésta asimile la realidad del mundo y que ésta realidad pueda ser asimilada
por las facultades cognitivas.

A partir del siglo XVI se comienza a percibir que no solamente las teorías y las
afirmaciones científicas acerca del mundo pueden ser puestas en tela de juicio, sino que
también las teorías filosóficas acerca de la realidad pueden ser objeto de crítica. Así el
hombre comienza a sustituir su actitud acrítica por una actitud crítica respecto de lo que
se sabía del mundo.

El nuevo grupo de problemas que ocupan ahora a la filosofía son los problemas
gnoseológicos; es decir los problemas referidos a las posibilidades humanas de conocer
la realidad. Aquí citaremos tres filósofos: Descartes, Hume y Kant.

Descarte: su tarea consistió en hacer de la Duda un programa de trabajo, es decir, en


transformar esa simple actitud, primero en método y luego en hacer que ella fuera el
tema principal de su filosofía. Para ello se puso a examinar y poner a prueba todos los
conocimientos considerados como verdaderos por la ciencia y la filosofía aplicándoles
la duda.

La duda cartesiana llamada hiperbólica, porque ella avanza gradualmente desde los
conocimientos más elementales y simples hacia los más elevados y menos dudosos.

El proyecto filosófico de Descartes puede explicarse en tres pasos:

1- Descartes aplicó la duda a los objetos del mundo exterior a los que accedo
mediante los sentidos;

2- Luego la aplicó a su propio cuerpo; él decía: “puedo estar soñando que existo
corporalmente”

3- Aplicó la duda a los conocimientos puramente racionales, aquí aparece el


carácter absoluto de la duda. En este momento la absolutez de la duda está
asociada a la introducción de la hipótesis del Dios omnipotente que me engaña.

En fin, ya que ninguna verdad puede ser aceptada como tal, Descartes se refugia en el
cogito; que es el resultado último y el único conocimiento resultante de la duda. Es el
acto de pensar del sujeto inmediato de mi certeza en la existencia de ese acto: no puedo
dudar de que pienso, y puesto que pienso existo.

En consecuencia, la duda es un método que permite llegar a una primera verdad acerca
de la realidad. Esa verdad que existe el Yo pienso, es el cogito. Éste es la primera
verdad alcanzada por la filosofía moderna. Puede concluirse que la duda es el camino
que conduce a la primera gran verdad del núcleo de la filosofía cartesiana.

Hume: a él le preocuparon siempre los problemas ontológicos y gnoseológicos, que


intentó solucionar con cierta simplicidad. Estos problemas consistirán en dos falsos
pasos dados por la filosofía. El primero es el gnoseológico, que consistía en la
atribución al hombre de una facultad de conocimiento de la realidad mucho mayor que
la que el hombre realmente posee. Y el segundo es el paso ontológico que consistió en
la atribución de existencia real a muchas cosas que las que realmente existían.

Hume resuelve el problema en dos pasos: primero recorta nuestra facultad de


conocimiento, y segundo, disminuye la cantidad de cosas realmente existentes. Él
afirma que sólo la existencia nos permite acceder a nuestro conocimiento de la realidad.
Esa experiencia nos muestra que tenemos dos clases de hechos mentales. Los primeros
llamados impresiones, que resultan de las sensaciones. Y las segundas, las llamadas
ideas simples, éstas son los recuerdos que permanecen en la mente cuando desaparecen
las impresiones. Además tenemos ideas complejas que no representan cosas, sino el
orden entre ellas. Éste orden está ligado al hábito.

La asociación entre ideas es una suerte de legalidad que ordena la realidad desde la
mente del sujeto. Ese orden constituye un conjunto de ideas de relaciones, que vinculan
las cosas que percibimos en el mundo con el objeto de que la realidad no sea solamente
un conjunto de cosas aisladas. Éste conjunto de ideas de relaciones está constituido por
tres asociaciones o vínculos: similitud y contigüidad y el tercero y más importante, es el
de la causa y efecto.

Kant: fue un fuerte crítico de la filosofía clásica. Coincidió con Hume, que sostenía
que todo conocimiento comienza con la experiencia sensible, pero Kant afirmaba que si
bien el conocimiento comienza con la experiencia, no se agota en la sola experiencia. Es
necesario que los datos brutos recibidos de ésta, sean ordenados; es decir informados
por una serie de estructuras teóricas que no están en la misma realidad.

Lo que depende del sujeto no es la existencia de la realidad, sino el orden de ella,


según Kan. En cambio para Descartes la existencia de la realidad puede ser deducida a
partir del cogito, es decir a partir del sujeto que piensa. Esa actividad que proviene del
sujeto puede ser llamada condiciones a priori de la experiencia. La expresión a priori
significa antes de la experiencia. Sin las dos dimensiones del conocimiento, es decir, sin
los datos de la experiencia (información a posteriori o a partir de la experiencia) y sin el
ordenamiento teórico proveniente del sujeto (información a priori), el conocimiento
humano es imposible. Kant sostenía que no hay duda alguna de que todo nuestro
conocimiento comienza con la experiencia. Para que el conocimiento sea posible deben
actuar dos elementos: nuestra facultad intelectual que compara, enlaza y separa, es decir
introduce sistema y orden donde aún no lo hay. El otro, es la materia bruta de las
impresiones sensibles, en éste caso esa materia bruta es sistematizada y ordenada por
nuestra facultad intelectual. Kan formula su teoría del conocimiento en dos aspectos: los
datos de la experiencia y el orden a priori. Primero la simple sensibilidad constituye el
principio de nuestro conocimiento. Ésta sensibilidad nos ofrece los fenómenos del
mundo externo.
El objeto es el resultado del primer nivel del conocimiento, la sensibilidad; pero las
formas que actúan como marco ordenador provienen del entendimiento. Estas
categorías permiten identificar el objeto como tal, y enunciar un juicio o síntesis
proveniente de la experiencia. Kan también menciona que para que exista un verdadero
conocimiento, debería verificarse la unión de una materia y forma. Éste es el nivel de la
razón. Estas formas son llamadas ideas; ellas son tres: el alma, el mundo y Dios. Estas
ideas están más allá de los niveles de sensibilidad. Nunca un hombre ha podido ni
podrá tener la experiencia, ni del alma ni del mundo como totalidad, ni de Dios como un
ser absoluto. De aquí que, pretender conocer objetos de los que carecemos de toda
experiencia, constituya una ilusión de la razón.

En efecto, mientras las ciencias siempre sintetizan una materia y una forma, la
metafísica en cambio, ha privilegiado la sola forma, y de ese modo ha sobrepasado
siempre los límites del uso de sus facultades de conocer. De allí que la filosofía se
constituya como verdadero conocimiento, como lo es la ciencia. Su objetivo ha sido
ejercer una crítica definitiva del nivel, en el cual la razón quiere actuar como facultad
pura, es decir sin contar con la experiencia. Su objetivo apunta a criticar las ideas de la
razón pura, es decir las ideas de la razón sin experiencia.

Filosofía Contemporánea

El hecho histórico más relevante de ésta época es la Revolución Francesa, el


nacimiento de la burguesía y las filosofías que reaccionaron contra esas posiciones. La
filosofía contemporánea no se agota en ambos fenómenos. De hecho, después de Marx,
Hegel, el positivismo, la fenomenología, la hermenéutica y el existencialismo
completan el pensamiento contemporáneo.

Hegel habla de dos consideraciones; una es la realidad como conjunto de relaciones. Él


sostiene que la realidad es un conjunto de sustancias con existencia independiente, unas
respecto de las otras. Para Hegel la realidad no es un conjunto de sustancias absolutas,
sino un conjunto de relaciones. Cada cosa no es según el modo del ser en si mismo de la
sustancia, sino el modo de ser en relación.

La otra consideración es la manera de conocer esas relacione. Kant distingue dos


formas de conocer, una propia del entendimiento y la otra de la razón. El entendimiento
(dialéctica transcendental) lograba un conocimiento cierto de la realidad de los
fenómenos. La razón en cambio, al pretender ir más allá de la experiencia para alcanzar
lo absoluto, fracasaba y caía. Esa razón obra dialécticamente. Esto es el procedimiento
mediante el cual la razón resuelve las diferencias que se dan en un objeto, en una
identidad concreta y verdadera. En cambio el entendimiento separa los aspectos de las
cosas. El entendimiento dice: “o esto o lo otro”. La razón considera a la vez en la cosa:
“esto y lo otro”. La cosa aislada no constituye la realidad tal como ella es. Hegel se
propone construir con el pensamiento toda la realidad. Esta es una especie de organismo
dialéctico de relaciones que se manifiestan. Y la realidad es adecuada al pensamiento,
porque de hecho es pensamiento o espíritu. La realidad es pensamiento que piensa esa
misma realidad, esto es que se piensa a sí misma.

El sistema se divide en tres momentos que constituyen la tríada dialéctica básica. Un


primer momento de la tesis, que es el de la Idea Pura, en sí para sí, de lo que se ocupa la
Lógica. Un segundo momento de antítesis, cuando la Idea es en Otro, esto es: sale de sí,
de lo que se ocupa la filosofía de la naturaleza. Y un tercer momento de síntesis, cuando
la idea regresa a sí, pensamiento consciente de sí mismo, lo que estudia la filosofía del
espíritu.

La lógica se divide en tres: la doctrina del ser, la doctrina de la esencia y la doctrina


del concepto. Las dos primeras constituyen la lógica objetiva, y la tercera la lógica
subjetiva. Ser y nada se sintetizan en el devenir (llegar a ser). En efecto, la Idea en la
lógica es abstracta, pura identidad. Para conocerse necesita objetivarse.

El espíritu absoluto, a su vez es la síntesis del espíritu subjetivo, como estudio de la


vida del alma. El estudio subjetivo es consciente de sí, pero no es objetivo. La idea es
pensamiento, en éste la idea se reconoce a sí misma. Es a la vez sujeto cognoscente
(capas de conocer) y objeto conocido. Y esa identidad entre sujeto y objeto es la
identidad del pensamiento consigo mismo.

Marx: lleva a cabo la crítica más significativa al sistema hegeliano. Esta filosofía para
Marx sólo se movió en el plano de los conceptos y dejó intacta la realidad sin cambiarla.
Para este filósofo el papel que debe cumplir la filosofía es transformar la realidad. Es
una tarea práctica no teórica.
El trabajo constituye para Marx la esencia del hombre. Por medio del trabajo el
hombre humaniza la naturaleza, la transforma para sus necesidades. El hombre produce
y se auto produce con el trabajo. Este a la vez es trabajo social. Pues trabajando el
hombre se relaciona con otros hombres, se encuentra en relación de producción. Estas
son necesarias e independientes de la voluntad del hombre.

La totalidad de las relaciones de producción conforman lo que Marx llama las fuerzas
productivas materiales de la sociedad. Esas fuerzas contribuyen la base sobre la que se
asienta un edificio o superestructura jurídica, política, religiosa, cultural, en síntesis
Ideología. Para este filósofo la ideología no hace historia, pues surge de una base y
cambia en cuanto la base se modifica.

Marx encuentra cuatro períodos económicos que se sucedieron con sus respectivas
relaciones de producción e ideología: el asiático, el antiguo, el feudal y el burgués-
capitalista. Los cuatros están cruzados por la evolución progresiva de las fuerzas de
producción.

En el siglo XX las ideas marxistas se convierten en la filosofía oficial del Estado


Soberano hasta su disolución. La llamada escuela Frankfurt, también se inspira en las
ideas marxistas y fue fundada en 1920. En este mismo año, inicia el positivismo en el
llamado Círculo de Viena. También se le da el nombre de neopositivismo. Muchos
representantes del positivismo lógico, perseguidos por el régimen nazi, se refugian en el
mundo anglosajón.

La fenomenología surge a principios de siglo, en la obra del filósofo alemán Husserl,


como reacción contra el lugar en el que el positivismo del siglo XIX había colocado a la
filosofía. Para este filósofo, el psicologismo de los positivistas no da una buena
explicación de los procesos que regulan el conocimiento. Por ello piensa en una reforma
de la filosofía, que haga de ella una ciencia estricta, un saber fundamental y definitivo,
con problemas y teorías bien determinados y con método propio, fenomenológico.

Este método propone la descripción de la estructura de la experiencia tal como se


presenta a la conciencia, a partir de una serie de reducciones que van de las cosas
individuales, hasta llegar a la esencia o idea, universales y necesarias de las cosas
constituidas por el sujeto cognoscente. De esta filosofía husserliana son deudores el
Existencialismo y la Hermenéutica.
Los representantes del existencialismo plantean el estudio del hombre en sí mismo. La
filosofía debe tratar fundamentalmente de la esencia. De hecho, la existencia precede a
la esencia. El hombre primero existe, comienza por no ser nada y después se define de
la manera que haya libremente optado. Así el existencialismo se centra en el análisis de
la existencia humana concreta y determinada.

Por último hablamos de Posmodernidad, que la crítica es desenmascarar al sujeto de la


modernidad. Lo que hoy se afirma es el nihilismo: la ausencia absoluta de los valores.
En este sentido los postmodernos sostienen que se perdieron los valores tradicionales,
morales y metafísicos, reducidos en su anuncio de la “muerte de Dios”. Por otro lado, se
proponen de deconstrucción, pieza por pieza, de la subjetividad moderna por hacer notar
su falsificación y acceder a un verdadero sentido.

Heidegger hace notar que, mientras en la filosofía griega y medieval se privilegió un


ente; a partir de Descartes y su descubrimiento del cogito, la filosofía se centró en el
hombre como fundamento de toda la realidad. Y en esta filosofía moderna llega a su
punto culminante con Hegel, con quien el cogito cartesiano se vuelve absoluta
autoconciencia. La filosofía privilegió un ente, lo hizo condición y fundamento de los
demás entes y se olvidó del ser. Las ideas de bien, el dios, el sujeto, no cambian, a
diferencia de los entes que se fundamentan a partir por ellos respectivamente y que
están sujetos al devenir temporal.

La principal obra de Heidegger Ser y Tiempo, justamente se aboca de lleno a la


cuestión del ser y su relación con el tiempo como marco de sentido del mismo. Todo lo
que rodea al hombre, las cosas los demás hombres, es un ente. El hombre tiene cierto
privilegio. Posee de manera tácita una cierta comprensión del ser que Heidegger llama
comprensión pre ontológica. Pues el hombre es el ente en el que está presente el ser
mismo; es el ahí del ser, es esencialmente su propia existencia, que Heidegger llama a
su análisis, analítica existencial. Existencia significa que el hombre se encuentra más
allá del ente. El hombre es comprensión del ser y relación del ser.

El ahí del ser posee tres notas propias de su existencia, por ello llamadas
existenciarios: el encontrarse, la comprensión y el habla. El encontrarse se refiere a los
modos en los que uno es capas de estar (alegría, tristeza, temor, angustia, etc.), la
comprensión le permite ver e interpretar los entes y así mismo. Y el habla se refiere a lo
complicado en lo que se hallan los útiles cumpliendo cada uno su función propia. El
habla es como el encontrarse en cierto temple y la comprensión, un constitutivo del ahí
del ser.

Para Heidegger la constitución originaria del ahí del ser se da en:

1-la existencia en tanto poder ser,

2-la posibilidad en tanto ser en el mundo, y

3-el ser caído, en tanto perdido en el mundo.

Más la cura, que es el ahí del ser, se apoya en algo más originario: el tiempo. Pues
estos tres momentos expresan un futuro, un pasado y un presente.

Posmodernidad

Al promediar el siglo XX algunas corrientes de opinión comenzaron a utilizar el


término de posmodernidad para referirse a ciertas manifestaciones culturales
contemporáneas.

La posmodernidad ¿no es en última instancia un pliegue más de la modernidad?

El término moderno se remite al siglo V de nuestra era y significa “actual”. El sentido


de moderno como nuevo, actual, renovador, sigue vigente. De modo que
paradójicamente, si existe un movimiento posmoderno, en tanto nuevo, también podría
ser abarcado en el concepto de moderno.

Se puede responder que la posmodernidad no es moderna en tanto no solo pretende


novedades sino también rescatar fragmentos del pasado y fundamentalmente, ahondar
en la crítica a la modernidad, si bien tal crítica se encuentra en las entrañas mismas de la
modernidad. Como periodización histórica la Edad Moderna ya es pasada. Los
historiadores la ubican entre los siglos XV y XVIII. Pero en realidad cuando decimos
moderno, como superado por lo posmoderno, no nos referimos al sentido de actualidad
que tiene la palabra ni tampoco a la Edad Moderna. Nos referimos a un movimiento
histórico-cultural. Las características de esta nueva época llamada posmodernidad,
capitalismo tardío, época posindustrial, edad digital o cualquier otro de los calificativos
que pretenden significar que los ideales modernos se están resquebrajando de manera
alarmante. No todas las manifestaciones de la modernidad surgieron al mismo tiempo
ni en los mismos lugares geográficos. La ilustración o madurez moderna defendió la
idea progresista de la historia. Concibió la cultura conformada por tres esferas: la
ciencia, la moralidad y el arte, se validan respectivamente por medio de la verdad, el
deber y la belleza. Pues en tanto y en cuanto la razón gobierna las acciones humanas la
humanidad se dirige hacia su perfección. La subjetividad concentraría su posibilidad
máxima accediendo a la universalidad de la razón, gran ideal de la humanidad.

Kant también patentiza en sus tres críticas la división tripartita de la cultura. En crítica
de la razón pura el filósofo pretende fundamentar la ciencia moderna, esto es, el
conocimiento. Pues desde su concepción epocal, conocimiento es sinónimo de ciencia.
Esta ciencia es guiada por la razón se regía por las leyes universales, necesarias y a
priori. El universo entero estaba regido por las inmutables leyes enunciadas de manera
magistral por Isaac Newton. La primera crítica deja establecida no sólo la estructura
formal del sujeto sino también de la naturaleza regida por leyes absolutas y
transparentes para la ciencia.

En crítica de la razón, Kant aborda el tema de lo moral. También ella se rige por la
razón. Pero sus leyes, aunque son tan inmutables como las de la naturaleza, no siempre
son cumplidas por los sujetos.

Kant como buen moderno, apunta al futuro y al mejoramiento ético bajo la égida de la
razón. Finalmente en crítica del juicio, Kant se ocupa de la otra gran esfera de la cultura:
el arte, encuentra una fundamentación racional, en tanto el sujeto está constituido por
formas estéticas puras, a priori, que al confrontarse con la obra de arte producen la
satisfacción del gusto estético.

Kant se adelantó a su época. Pues si bien es cierto que sus contemporáneos producían
obras de arte también es cierto que recién a fin del siglo XIX y comienzos del XX
irrumpieron con fuerza las expresiones más osadas del arte racional moderno llamado
genéricamente “modernismo”. Conceptualiza ideas que regularan las aspiraciones de
una humanidad que él encontraba madura para la autodeterminación. Mientras en lo
arcaico la unidad estaba dada por el pensamiento mítico-religioso, en la modernidad, se
aspiraba a la idea de una razón abarcativa. A partir de ello Kant concibió una ciencia,
una ética y un arte racionales atravesados por la flecha implacable del progreso. Todo
apuntaba a la utopía, al no lugar en el que los sujetos seremos racionales, justos y
estéticos.

Desde la perspectiva que defiende los valores modernos, se pretende que existe
objetividad absoluta y unidad metodológica en la ciencia, legalidad universal en la
moral y una lógica interna en el arte; cada ciencia impone sus reglas de juego, la moral
se rige por una pluralidad de códigos y el arte no se atiene a imperativos meramente
racionales, sino más bien creativos, sensitivos, irónicamente eruditos e incluso
populares. El discurso de la posmodernidad, en cambio, sostiene que solo puede haber
consensos locales o parciales, diversos juegos del lenguaje o paradigmas
inconmensurables entre sí.

Desde el punto de vista estético, es probable que lo que hoy se denomina


posmodernismo se haya gestado en el seno mismo de las vanguardias modernistas. Tal
vez ni siquiera como escisión, sino como continuidad o explotación extrema de algunos
de los principios modernistas. El proyecto de la modernidad apostaba al progreso.

Las ideas de progreso, en general, se afianzan con el convencimiento de que el


desarrollo de las artes, del conocimiento y de las libertades redituara en beneficio de la
humanidad.

En política la negación del pluralismo va perdiendo su poder de convicción. Los ideales


rígidos y excluyentes adolecen cada vez más de fuerza seductora. Las teorías comienzan
a regirse por un pensamiento débil, en el sentido de no fundamentalista. Hay una
pérdida de fe en las ideologías duras como el comunismo. Pero el neoliberalismo, que
pretende pasar por no duro bombardea pueblos con total impunidad. Se impone una
pluralidad de presencias. Es como si la cultura moderna, basada en el valor fundamental
de lo nuevo, hubiera caído en su propia trampa.

Si se mira la cultura desde la óptica del modo de vida, son el capitalismo y las políticas
multinacionales y no el modernismo artístico y sus excéntricos seguidores, los
principales artífices de la cultura hedonista. Los eslóganes del capitalismo tardío tienen
que ver con; espontaneidad, placer, objetos de lujo, publicidad, moda, crédito, crédito…

El éxito económico, como ideal de ser alcanzado, es una de las principales utopías que
conserva una sociedad posmoderna que se ufana de no sufrir de utopismos. El
hedonismo legitima al capitalismo. Otro aspecto del hedonismo y de la discutible pero
verbalizada, tolerancia contemporánea es el espíritu de comicidad. Se vive en una
gratuidad lúdica.

En las sociedades del capitalismo tardío, el culto de la libertad individual y el


despliegue de la personalidad se refuerzan y se ubican en el centro mismo de las
preocupaciones. Este culto imbricado con el hedonismo, el consumismo y el rechazo a
la autoridad apoyan la idea de que esta sociedad es el producto de la lógica del
modernismo llevaba a sus últimas consecuencias.

Durante la modernidad se creía que la ciencia, la moral y la política obtendrían


legitimación desde un gran relato emancipatorio o especulativo. La verdad a su vez,
estaría garantizada por la autonomía, la neutralidad y la independencia de los sujetos
comprometidos en el hecho científico. Sin embargo, esta unidad inmaculada se
resquebraja en la cultura actual. El gran relato pierde credibilidad. La ciencia entra en
crisis interna y externa. Ambos conflictos se tocan en un punto: la tecnología. El
conflicto externo se origina en la comprobación de la ciencia, a través de sus
aplicaciones tecnológicas, produce bienestar pero también produce destrucción. El
conflicto interno se produce en la irrupción de teorías sólidas en sí mismas, pero
inconmensurables entre sí. Estas no pueden ser legitimadas por un relato único, como se
suponía en la modernidad. En teoría, cada ciencia se legitima a sí misma, pero en la
práctica el respaldo proviene de la técnica.

La ciencia en los prolegómenos de la modernidad, comenzó a librar una lucha contra el


dogmatismo. Salió victoriosa; pero finalmente se contagió los defectos de sus viejos
enemigos. Hoy los defensores de la ciencia pura se han convertido en dogmáticos
epistemológicos.

La edad media bajo apariencia inmovilizante y dogmática, constituye un momento de


revolución cultural, fundamentalmente a partir del siglo X. Algunas de esas
características medievales son retomadas por la sociedad contemporánea. Nuestro arte
como el medieval no es arte sistemático sino aditivo y compositivo.

El artista moderno apunta al futuro y se esforzaba por omitir o negar el pasado. El


artista posmoderno, a semejanza del medieval, se fusiona con el pasado; el pasado
puede tener futuro.
El término posmodernismo surgió en el ámbito de la arquitectura como oposición al
movimiento modernista. El movimiento posmoderno, se opone al racionalismo en la
distribución de los espacios. Rescata la multiplicidad de códigos y descree de los
postulados funcionales. La confusión generada por algunas estructuras posmodernas
ayuda a crear un clima estéticamente buscado: el desencanto. El hombre posmoderno ve
desaparecer ante sí el horizonte de universalidad constituida por una razón que engloban
el arte, la ética y la ciencia. Este horizonte que desaparece como ideal, desaparece
también como intento de realización edilicia.

Entre las rupturas y las continuidades que se registran en el paso de una época a otra hay
un elemento que atravesó prácticamente toda la modernidad: el gran relato. Los relatos
abarcadores y extensos no sólo han persistido desde el fin de los siglos medios sino que
se han reforzado en la madurez y la declinación de la modernidad. Además del sentido
rector, se respeta un estilo determinado, no se mezclan los diferentes géneros literarios.
En la literatura posmoderna, se mimetizan otros aspectos; los relatos son breves, un
mismo autor transita por diversos estilos, abundan las ironías, se cita falsamente o se
copian fragmentos de otros autores sin pulcritud ni pudor.

Lo posmoderno se niega a la consolidación de las formas bellas, al consenso de un gusto


que permitiría experimentar en común la nostalgia de lo imposible. Lo posmoderno en
estética es como no podría ser de otra manera, la realización concreta del imaginario, las
prácticas y los discursos de una época histórica, que comienza al finalizar la segunda
guerra y se extiende por ahora hasta el tercer milenio. Pero no todo es cambio, también
hay continuidades; el pasaje de milenios produce inquietud, a pesar de que se trata de
una convención internacional: la de medir el tiempo en milenios pero como no nos
olvidamos de que es un invento, lo anhelamos y le tememos simultáneamente.

En ética y en política se multiplican los códigos. Se ablandan las ideologías duras, pero
se expande el neoliberalismo, que pretende hacerse pasar por lo blando. Por una parte,
se desarrollan tolerancias y por otra se agudizan las intolerancias; explotó el delirio de
las distintas etnias. Explotó asimismo el delirio de quienes, abusando de su poder, se
creen con derechos de intervenir entre ellas, como la OTAN. Además las subjetividades
se enfrentan a series diversas de normativas. El desarrollo de la técnica, la diseminación
de la informática y las movilidades económico-sociales han convertido el mundo de los
valores en un tembladeral. Se marca una nueva herida narcisista, con un ataque a
nuestra integridad, con una afrenta a nuestro yo. La primera fue saber que no somos el
centro del universo; la segunda, que no fuimos creados a imagen y semejanza de la
divinidad; la tercera, que no actuamos guiados únicamente por la conciencia. La herida
actual se produce al comprobar que la historia no dispone para nosotros ni la
emancipación, ni la sabiduría. Ya no nos une la promesa de un mañana mejor. Ahora
nos atan otros vínculos: nuestros ideales tristemente sacrificados y la obligación de
olvidarlos.

Bibliografía:

● Colección ciencia joven, Introducción a la filosofía, Francisco Bertelloni


Antonio Tursi, Ed.Eudeba
● Ester Días, ¿Qué es la Posmodernidad?

Integrantes:

● Rodríguez Marisa
● Alarcón Bernardita
● Peralta Lorena

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