LIBRO-180 Profecia - Preguntas y Respuesta - David Jeremiah

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Introducción

Los acontecimientos del presente


¿Por qué una nación en ciernes (Israel) —con una población de
poco más de siete millones y un territorio apenas mayor que Nueva
Jersey— se menciona en los noticieros de la noche más que
cualquier otro país, salvo Estados Unidos? ¿Y qué importancia tiene
Israel para la profecía?
Las fronteras actuales de Israel, ¿se corresponden con la promesa
que hizo Dios a este pueblo en el Antiguo Testamento?
¿Alcanzarán los judíos alguna vez el cumplimiento del pacto divino
de que Israel fuera su posesión eterna?
¿Supone la presencia de Israel en su territorio actual el
cumplimiento definitivo de la promesa divina de reunir a todo su
pueblo?
¿Qué eventos relativos a la posesión total de Israel de su territorio
permanecen incumplidos?
¿Es el petróleo clave para los eventos proféticos del futuro?
¿Qué tienen en común el petróleo y el huerto del Edén?
¿Cómo encaja la situación petrolífera actual con la profecía?
¿Qué lugar ocupa América en la profecía de los últimos tiempos?
¿Predicen las Escrituras la unificación de Europa?
¿Habrá un líder mundial?
¿El líder mundial e Israel firmarán un tratado?
¿Qué es el Eje del Mal?
¿Por qué tiene un interés especial para nosotros una de las
naciones del Eje del Mal?
¿Qué países ya existentes formarán coalición para el ataque sobre
Israel profetizado por Ezequiel?
¿En qué punto se halla la unión de fuerzas entre Rusia, Irán y otras
naciones musulmanas?
¿Cuándo será invadido Israel?
¿Qué propósito tiene la invasión de Israel?
¿Qué propósito tiene Dios en la guerra y la destrucción descritas en
la profecía de Ezequiel?
¿Qué significa Islam y con cuántos seguidores cuenta?
¿Cuál es la historia del Islam?
¿Quiénes son los chiítas y los sunitas, y por qué suponen una
amenaza para los cristianos?
¿Qué significa yihad?
¿Qué es la fatah?
¿Qué otros términos se usan para describir el objetivo islámico de
dominar el mundo?
¿Espera el Islam el regreso de su mesías?

El arrebatamiento
¿Qué es el arrebatamiento (rapto)?
¿Cuál es la diferencia entre el arrebatamiento y la Segunda Venida?
¿Qué dice el apóstol Pablo sobre el arrebatamiento?
¿Regresará Cristo durante el arrebatamiento?
¿Quién resucitará en el momento del rapto?
¿Formarán parte del rapto los incinerados?
¿Qué sucederá en los cielos después del arrebatamiento?
¿Por qué debemos evitar determinar fecha y hora para el
arrebatamiento?
¿Cómo nos afecta hoy la esperanza del arrebatamiento?
“Todo el mundo oirá el evangelio antes del regreso de Cristo…”.
“Jesús podría volver en cualquier momento…”. ¿Cómo pueden ser
ciertas estas dos afirmaciones?

La tribulación
¿Qué es la tribulación?
¿Qué señales avisarán del periodo de tribulación inminente?
¿Qué sucederá en el mundo durante la tribulación?
¿Qué sucederá en el cielo durante la tribulación?
¿Se librarán los cristianos de la tribulación?
¿Qué catástrofes naturales ocurrirán en la tierra durante la
tribulación?
¿Se salvará alguien durante la tribulación?
¿Cómo se salvarán las personas durante la tribulación?
¿Qué sucederá con los que se conviertan durante la tribulación
cuando mueran?
Si puedo salvarme durante la tribulación, ¿por qué debería cambiar
mi vida ahora?
¿Es cierto que las personas no podrán suicidarse durante la
tribulación?
¿Prevalecerá la promiscuidad en la tierra durante la tribulación?
¿Quiénes son los dos testigos que predicarán el evangelio durante
la tribulación?
¿Cuándo aparecerán estos dos testigos?
¿Qué poderes especiales poseerán los dos testigos?
¿Qué les sucederá a los testigos?

El anticristo
Si Satanás fue derrotado en la cruz, ¿por qué sigue teniendo tanto
poder ahora y en el futuro?
¿Quién es el anticristo?
¿Qué es la “trinidad impía”?
¿Cuáles son algunos de los rasgos del anticristo?
¿Cómo gana el anticristo el poder político?
¿Quién adorará al anticristo?
¿Qué es la marca de la bestia?
¿Qué les pasará a quienes se nieguen a llevar la marca de la
bestia?
¿Qué les pasará a quienes acepten la marca de la bestia?
¿Cómo será derrotada la bestia?
¿Quién es el falso profeta?
¿Qué aspecto tendrá el falso profeta?
¿Qué poderes tendrá el falso profeta?
¿Qué importancia tienen los 144.000 israelitas mencionados en
Apocalipsis?
¿Qué quiere decir la Biblia con 144.000 vírgenes?
¿Qué significa que los 144.000 estén sellados con la marca de
Dios?
¿Habrá consecuencias en la tierra para quienes adoren a la bestia?
¿Experimentarán los que adoren al anticristo algo parecido a las
plagas de Egipto del Antiguo Testamento?
¿Qué es el Armagedón?
¿Qué significa Armagedón?
¿Dónde tendrá lugar la batalla de Armagedón?
¿Por qué será el monte de Meguido el enclave de la batalla final del
mundo?
¿Qué propósito tiene el Armagedón en el plan de Dios?
¿Qué diferencia hay entre la batalla de Gog y la del Armagedón?
¿Qué le sucederá al anticristo cuando dirija la batalla de
Armagedón?
¿Qué importancia tiene que se seque el río Éufrates, y por qué
tendrá este suceso tan perturbador efecto sobre el anticristo?

La Segunda Venida
¿Será juzgada la tierra al final de la tribulación?
¿Qué significa exactamente que “Cristo reclamará el mundo”?
¿Cómo se limpiará el mundo?
¿Existen en la Biblia más referencias a la primera venida de Cristo o
a la segunda?
En vista de las profecías en el Antiguo Testamento sobre la primera
y la segunda venida de Cristo, ¿por qué lo rechazaron los judíos?
¿Cómo será la Segunda Venida?
¿Qué diferencias hay entre la primera y la segunda venida del
Señor?
¿Quién vendrá con Cristo en la Segunda Venida?
¿Reconoceremos a Cristo cuando vuelva en la Segunda Venida?
Apocalipsis menciona dos cenas, la de Dios y la cena de las bodas
del Cordero. ¿A cuál asistiré?
¿Qué les sucederá a la bestia (anticristo) y al falso profeta?
¿Qué diferencia hay entre el tribunal de Cristo y el juicio del gran
trono blanco?
¿Cuándo se arrojará al lago de fuego las almas sin esperanza de
los no redimidos?
¿Figura mi nombre en el libro de vida?

El milenio
¿Qué significa la palabra milenio?
¿Cómo cabrán todos los cristianos en una sola ciudad, la Nueva
Jerusalén?
¿Reinará Cristo en la tierra durante mil años literales?
¿Cómo será el milenio?
¿Qué sucederá al final del milenio?
¿Cuál es la diferencia entre postmilenialismo, amilenialismo y
premilenialismo?
¿Por qué deberíamos creer en un milenio literal (premilenialismo)?

El nuevo cielo y la nueva tierra


¿Qué haremos en el cielo?
¿Existe el “sueño del alma”?
¿Hay algo que pueda impedir que los muertos inconversos vayan al
infierno?
Como cristiano, ¿por qué no debo temer a la muerte?

Conclusión
¿Cómo deberíamos prepararnos para los últimos tiempos
venideros?
¿Qué debemos hacer cuando empezamos a ver las señales de los
últimos tiempos?
¿Por qué debería estudiar la profecía y el libro de Apocalipsis?
Notas finales
Créditos
Editorial Portavoz
Introducción

Todo estudio sobre “los últimos tiempos” puede generar una


gran diversidad de preguntas, inquietudes e incluso confusión
en nuestras mentes. En ocasiones, resulta difícil entender
cómo es posible que pasajes complejos, lugares distantes y
símbolos nada familiares puedan ser importantes para
nuestra vida. Después de todo, si no entendemos lo que
enseña la Biblia, ¿cómo podrá tener alguna incidencia sobre
lo que experimentamos en nuestros tiempos?
No quiero que te pierdas las profundas verdades que Dios
nos ha proporcionado en la Biblia.
Para ayudarte a comprender y apreciar este tema, he
hecho una lista de preguntas y respuestas a las dudas más
frecuentes sobre la profecía bíblica. Confío en que estas
respuestas sobre los acontecimientos presentes, el
arrebatamiento, la tribulación, la Segunda Venida, el nuevo
cielo y la nueva tierra te ayuden a vivir confiado y
esperanzado, en una época repleta de incertidumbres y
problemas.
Debemos recordar que la profecía es importante para Dios,
y que Él desea que comprendamos su plan para el futuro. En
la Biblia hallamos más de novecientas profecías sobre la
Segunda Venida de Jesucristo, ¡casi tres veces más de las
que anunciaron su encarnación! Dios ha sabido transmitirnos
estas verdades en la Biblia, con términos que podamos
entender.
Jesús advierte que mantengamos los ojos abiertos para no
ser engañados por las señales que indican la inminencia de
los últimos tiempos. Conforme nos acerquemos más a ellos,
muchos afirmarán ser el Mesías y pretenderán tener las
respuestas para un mundo atribulado. Además, el libro de
Apocalipsis nos dice que esperemos un periodo de guerras
incesantes, inacabables, terribles. Se diría que nos estamos
preparando ya para ese momento: hoy día, el cincuenta por
ciento de los científicos investigadores se dedican al
desarrollo armamentístico, y el ratio es de un arma militar y
1800 kilogramos de explosivos por habitante. Por último, las
enfermedades y la devastación se multiplicarán. En la
actualidad, mientras lees estas líneas, millones de personas
en todo el mundo carecen de alimentos, padecen nuevas
enfermedades y los efectos devastadores de las catástrofes
naturales. A medida que nos acerquemos más a los últimos
tiempos, las hambrunas irán siendo más frecuentes.
Aumentará, asimismo, el número de terremotos y
calamidades. Cristo también habló de pestilencias: la
propagación de dolencias hasta hoy desconocidas. Nuestro
mundo experimentará una oleada de nuevas y trágicas
afecciones imposibles de controlar por el hombre.
La constatación de estas señales en los medios de
comunicación, en Internet y hasta en nuestras propias vidas,
puede llevarnos al desespero, la ansiedad y la confusión.
Cuando Jesús nos aconseja que abramos los ojos, es para
animarnos a mirarle a Él —no porque eso haga desaparecer
todos los problemas del mundo (y los nuestros)—, sino
porque Él es el Príncipe de Paz. En las siguientes páginas, te
aliento a estudiar conmigo el plan de Dios para el futuro,
según voy explicando las Escrituras. Confío en que
descubras, como yo lo he hecho, que estudiar y comprender
los acontecimientos del mañana te ayudará a vivir hoy
confiado y esperanzado.
Esperando su regreso,
David Jeremiah
Los acontecimientos del presente
La Biblia ha demostrado ser totalmente fidedigna. Por consiguiente,
podemos confiar en ella como fuente de toda información fiable sobre
el significado de los sucesos de nuestro tiempo, y su mensaje
respecto a nuestra esperanza para el futuro al considerar el regreso
de Cristo. El Señor Jesús mismo habló de la sabiduría de discernir las
señales de los tiempos y de actuar de la forma adecuada mientras
aguardamos su retorno (Mateo 24, Marcos 13).

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le


acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué
señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?
Mateo 24:3
¿Por qué una nación en ciernes (Israel) —con
una población de poco más de siete millones y
un territorio apenas mayor que Nueva Jersey—
se menciona en los noticieros de la noche más
que cualquier otro país, salvo Estados Unidos?
¿Y qué importancia tiene Israel para la profecía?

Para encontrar la respuesta no debemos acudir a las


noticias de la tarde ni a la primera página de un diario, sino a
la Biblia.
La historia de Israel empieza cuando Dios revela su
propósito soberano en Génesis, primer libro de la Biblia.
Abraham y su descendencia parecen importantes para Dios.
El espacio que dedica la Biblia a Israel nos indica su
relevancia: confiere dos capítulos a la historia de la
Creación, uno a la Caída del hombre, ocho a los miles de
años transcurridos desde la Creación hasta Abraham. Y
entonces descubrimos que se destinan 38 capítulos al relato
de las biografías de Abraham, Isaac y Jacob, progenitores
de la raza judía.
Israel es importante, porque el cumplimiento del pacto
establecido por Dios con Abraham, su fundador, nos afecta
enormemente a cada uno de nosotros. La puesta en escena
de los sucesos proféticos relativos a Israel nos sitúa en los
últimos tiempos de la línea cronológica de la historia. La
supervivencia milagrosa del pueblo del pacto de Dios, los
judíos, demuestra la providencia y la capacidad divina de
cumplir su propósito contra todo pronóstico de la mente
humana. La existencia de Israel hoy es la prueba A de todas
las evidencias convincentes del cumplimiento de todas las
profecías bíblicas relativas al futuro. A día de hoy, la cuestión
de quién controla Israel, la Tierra Prometida, es la más
inestable de la política internacional.
Las fronteras actuales de Israel, ¿se
corresponden con la promesa que hizo Dios a
este pueblo en el Antiguo Testamento?

El territorio prometido a Abraham abarca un área mucho


más extensa que la ocupada por la actual nación israelita.
Génesis 15:18 indica que se extiende desde el mar
Mediterráneo, al oeste, hasta el río Éufrates al este. Ezequiel
sitúa la frontera norte de Israel en Hamat, 160 km al norte de
Damasco (Ez. 48:1), y la frontera sur en Cades, unos 160
km al sur de Jerusalén (48:28).
Israel tiene una extensión equivalente a la decimonovena
parte de California, y es aproximadamente del tamaño de
nuestro tercer estado más pequeño, Nueva Jersey. Mide
unos 420 km de largo, 97 km de ancho en sus puntos
máximos, y 5 km en el lugar más estrecho.
Si contemplamos el mapa y localizamos la minúscula franja
territorial perteneciente hoy a Israel, comprobamos que
nunca ha ocupado del todo la tierra descrita por Dios a
Abraham en la promesa de su pacto. Si Israel estuviera
ocupando ya todo el territorio prometido, estaría controlando
el Israel actual, El Líbano, la Ribera Occidental del río Jordán,
y zonas considerables de Siria, Irak y Arabia Saudita.
¿Alcanzarán los judíos alguna vez el
cumplimiento del pacto divino de que Israel fuera
su posesión eterna?

El profeta Isaías afirmó que ocurriría. Profetizó:


“Acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su
mano para recobrar el remanente de su pueblo que aun
quede” (Is. 11:11). Dios también tocó este asunto mediante
Ezequiel, cuando dijo: “Y yo os tomaré de las naciones, y os
recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país” (Ez.
36:24).
El cumplimiento de estas profecías se puso en marcha el
14 de mayo de 1948, cuando Estados Unidos reconoció el
nuevo estado de Israel. La víspera de este anuncio, el
popular comentarista radiofónico Lowell Thomas afirmó en su
programa que los estadounidenses de todos los rincones del
país recurrirían a sus Biblias en busca de un trasfondo
histórico que les permitiera entender “ese día histórico”.[1]
De hecho, como demuestran las profecías de Isaías,
Ezequiel, Mateo y Apocalipsis, tanto el Antiguo Testamento
como el Nuevo apuntaban al día en que los judíos regresaran
a la tierra que les fue prometida e iniciarían el cumplimiento
de las profecías antiguas.

El gobierno israelita estableció el estado de Israel, cumpliendo así la


profecía bíblica de hace 2.500 años.
¿Supone la presencia de Israel en su territorio
actual el cumplimiento definitivo de la promesa
divina de reunir a todo su pueblo?

¡N
o! Lo que está sucediendo hoy en Israel es, principalmente,
el resultado de un movimiento sionista secular, cuando lo
escrito por Ezequiel hablaba del retorno espiritual del pueblo
de Dios a Él:
Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras,
y os traeré a vuestro país… Os daré corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo dentro de vosotros … Y pondré dentro de vosotros
mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis
preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a
vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a
vosotros por Dios (Ez. 36:24-28).
El regreso de los judíos a la nación de Israel, ya refundada,
es la primera etapa de esa reunión, pero desde luego no
cumple los requisitos de un retorno espiritual al Señor.

Desde el momento en que Dios le hizo la promesa a Abraham hasta


hoy, no se han cumplido aún las profecías relativas a la posesión
total israelita ni la bendición de la tierra. Los sucesos más dramáticos
permanecen todavía en el futuro.
¿Qué eventos relativos a la posesión total de
Israel de su territorio permanecen incumplidos?

Desde su fundación, Israel ha sido atacado repetidamente,


unas veces en guerras declaradas, e incesantemente por
grupos terroristas. El pueblo judío ha sobrevivido a base de
mantenerse alerta, pero anhela la paz. Según la Biblia, un
líder futuro cumplirá este deseo estableciendo un tratado de
paz de siete años con los enemigos de Israel. Pero la
Escritura también nos dice que dicho acuerdo de paz se
romperá, y que Israel será atacado de nuevo, como nunca
antes.. Se juntarán incontables ejércitos contra la nación
arrinconada, arrebatándole toda esperanza humana de
victoria. Solo el regreso de Cristo, su juicio y su reinado
traerán por fin la paz verdadera a Israel.
Será entonces cuando el pacto de Dios con Abraham
alcanzará su cumplimiento supremo. Los judíos regresarán al
Señor y, como profetizaron Ezequiel y Jeremías, serán su
pueblo y Él será su Dios. Las fronteras del territorio se
ampliarán hasta las dimensiones descritas en Génesis 15 y
Ezequiel 48. El regreso de Cristo cumplirá asimismo la
profecía de Jeremías respecto a la reunión de todos los
judíos: “He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las
cuales los eché con mi furor… y los haré volver a este lugar,
y los haré habitar seguramente; y me serán por pueblo, y yo
seré a ellos por Dios” (Jer. 32:37-38).
Ezequiel deja claro que esta reunión significa que Dios
devolverá a su tierra a todos y cada uno de los judíos vivos;
porque escribe que el Señor afirmó que los devolvería a su
propia tierra “sin dejar allí [fuera de Israel] a ninguno de ellos”
(Ez. 39:28).
Hoy vemos cómo se está cumpliendo esta profecía ante
nuestros ojos. En el 2006, y por primera vez en 1.900 años,
Israel se convirtió en el hogar de la mayor comunidad judía
del mundo, superando a la población judía de los Estados
Unidos. De los 650.000 que regresaron cuando se fundó el
estado israelí en 1948, la población ha incrementado hasta
cerca de 5,4 millones de habitantes, y se prevé que en el
2020 sobrepasarán los seis millones.[2]
¿Es el petróleo clave para los eventos proféticos
del futuro?

El petróleo explica por qué centra la Biblia su atención en


Oriente Medio cuando habla de los últimos tiempos y por qué
el petróleo más que cualquier otro factor de la nación israelita
tiene la clave de los sucesos proféticos futuros.
Pocos cuestionarían que el petróleo se haya convertido en
la nueva base de nuestra economía mundial. Hoy es un
elemento vital, la materia prima más preciada para las
naciones industrializadas o en vías de desarrollo de este
mundo, la sangre que corre por sus venas económicas y que
insufla vida a la prosperidad de la economía global moderna.
La mayor fuente de esa sangre vital se halla en Oriente
Medio, siendo, pues, allí donde se concentran todas las
miradas del mundo.
¿Qué nos señala esto sobre los eventos venideros? En el
Evangelio de Lucas, Jesús contrasta nuestra capacidad de
discernir los cambios meteorológicos con nuestra
incapacidad para comprender las más importantes señales
de los tiempos: “Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la
tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?” (Lc. 12:56). La
fascinación del mundo por el petróleo (un artículo muy valioso
cuya fuente se encuentra en territorios hostiles o casi
hostiles a Israel y a nosotros) se considera sin duda una
“señal”.
¿Qué tienen en común el petróleo y el huerto del
Edén?

Hace algunos años, mi amigo Robert Morgan viajó en avión


a Nueva Orleáns, y el hombre que le recibió en el aeropuerto
era geofísico en una importante compañía petrolífera.
Camino del hotel le explicó a Robert que los depósitos de
petróleo son el resultado de la descomposición de plantas y
animales enterrados durante eones de tiempo. Le indicó que
el petróleo se encuentra repartido por todo el mundo, incluso
bajo los hielos del Ártico y de la Antártida. Esto significa que
en otro tiempo el mundo estuvo cubierto de bosques y de una
exuberante vegetación, hasta que todo fue destruido durante
un vasto cataclismo universal (como un diluvio mundial).
El geofísico siguió aclarando que los depósitos más ricos,
profundos y grandes de petróleo existentes se hallan bajo las
arenas de países situados justo al este de Israel, lugar donde
según la Biblia se ubicó el huerto del Edén. Se trataba de una
inmensa extensión de bosques, vegetación y jardines, con
una fertilidad sin parangón en la historia humana.
Hoy solo existe arena estéril y ardiente desierto donde una
vez creció un floreciente jardín de exuberante y densa flora,
como el mundo no ha conocido desde entonces. Lo destruyó
alguna catástrofe, y la materia vegetal se convirtió en los
mayores depósitos petrolíferos mundiales. Nunca antes
habría imaginado que la gasolina con la que lleno el depósito
de mi auto pudiera proceder de los restos del rico y extenso
follaje del huerto del Edén.
Resulta irónico pensar que Satanás pueda financiar la
batalla del Armagedón, al final de la historia humana, con los
ingresos generados por el mismo huerto que él estropeó al
principio de la historia humana.[3]

El petróleo explica por qué centra la Biblia su atención en Oriente


Medio al final de los últimos tiempos.
¿Cómo encaja la situación petrolífera actual con
la profecía?

Al no poseer hoy Israel depósitos de petróleo considerables,


debemos seguir tratando la realidad de un mundo en el que el
petróleo sigue en manos de países hostiles a nosotros y a
Israel. Por ejemplo, Ezequiel predijo un momento en que
Rusia atacaría a Israel. Al detallar como sería ese ataque
bélico, el profeta mencionó la coalición de algunas de las
naciones que se le unirían en esa guerra. “Persia, Cus y Fut
(Libia) con ellos; todos ellos con escudo y yelmo” (Ez. 38:5).
Hasta el 21 de marzo de 1935, Persia era el nombre oficial
del Irán actual. En los últimos 2.500 años, Rusia no había
establecido un tratado bélico con Persia/Irán… hasta ahora,
[4] pero ahora ambos países han firmado una alianza militar
que sigue fortaleciéndose gracias a la situación política de
nuestro mundo. Hace poco Rusia firmó un contrato de mil
millones de dólares para venderle misiles y otras armas a
Irán. Y el vínculo es incluso más amplio, como señala Joel C.
Rosenberg, exsecretario del Primer Ministro israelí Benjamin
Netanyahu: “Científicos rusos expertos han formado en
Rusia a más de mil científicos nucleares iraníes”.[5]
Esta alianza de los últimos tiempos se profetizó hace 2.500
años, y recientemente se ha convertido en una realidad. ¡Es
evidente que el escenario se está montando!

El petróleo es el nuevo oro de la economía mundial, y es la clave


para los eventos proféticos futuros.
¿Qué lugar ocupa América en la profecía de los
últimos tiempos?

La Biblia no hace mención específica alguna a los Estados


Unidos ni a ningún otro país de Norteamérica o Sudamérica.
Podría deberse a que dentro del gran programa de la historia,
Estados Unidos es un recién llegado. Su existencia como
nación es inferior a 250 años; es mucho más joven que las
naciones de los tiempos bíblicos, que figuran en la profecía
de la Biblia. De hecho, esta apenas menciona a la mayoría
de los países del mundo moderno. Los profetas de la
antigüedad se centraron principalmente en la Tierra Santa y
sus vecinos inmediatos. Las zonas alejadas de Israel no
aparecen ni se nombran en la Biblia.
John Walvoord planteó la teoría siguiente: “América
participará en la mezcla de reestructuraciones políticas que
presagian el final de los tiempos, pero por medio de nuestros
países de origen. Los ciudadanos estadounidenses
proceden, en su mayoría, de Europa, y sus simpatías
estarían, lógicamente, a favor de una alianza europea…”.[6]
Y podemos ver ya cómo se van produciendo dichas
reorganizaciones.
En abril del 2007 y con la típica ostentación presidencial, el
presidente Bush dio la bienvenida en la Rosaleda de la Casa
Blanca al presidente de la Comisión de la Unión Europea,
Jos Barroso, y a la presidenta en funciones del Consejo
Europeo, la canciller alemana Angela Merkel. Estos tres
líderes firmaron el Tratado Trasatlántico de Comercio e
Inversión entre los Estados Unidos de América y la Unión
Europea. Menos de siete meses después, el Consejo
Económico Trasatlántico celebró su primera reunión en
Washington, D.C. En una declaración conjunta anunciaron:
“Desde abril, Estados Unidos y la Unión Europea han dado
pasos importantes para eliminar las barreras del comercio y
la inversión, y para facilitar la carga administrativa”.[7]
A primera vista, este acuerdo no parece revestir peligro
alguno; se diría que es un mero intento de liberalizar el
comercio económico entre naciones. Pero en marzo de 2008
se celebró una reunión parecida en el Departamento de
Estado, menos aireada y donde se trató la posibilidad de
vincular a Estados Unidos, Méjico y Canadá en una
“comunidad norteamericana con la Unión Europea”, en
anticipación de una “Unión Económica Trasatlántica” entre la
Unión Europea y Norteamérica”. Uno de sus participantes —
cuya identidad protegen las reglas de Chatham House, que
permiten la distribución de información sin atribuirla a nadie
en concreto para garantizar la confidencialidad—, hizo esta
reveladora declaración:
Norteamérica debe ser una plataforma crucial para la fundación de
instituciones continentales. Por ello, debemos ampliar el perímetro
de seguridad e incluir a todo el continente, sobre todo al abrir las
fronteras entre los países norteamericanos para la expansión del
libre comercio.[8]
Tales afirmaciones revelan una intención unificadora cuyas
consecuencias trascienden el comercio económico.
Además, si consideramos la velocidad con la que los líderes
impulsan la unidad entre países, semejante unión no tardará
en ser una realidad.
¿Predicen las Escrituras la unificación de
Europa?

Hace más de dos mil años, Dios envió a su siervo Daniel


una visión del futuro que se considera la visión profética más
detallada jamás concedida a un ser humano. Por medio del
profeta, Dios ofreció una historia compuesta de los últimos
días de este mundo. El primer reino fue Babilonia, a la que
seguirían los medos y los persas, los griegos, los romanos, y
la Biblia habla del último reino mundial que surgiría de un
Imperio romano restaurado.
Según Daniel tiene que producirse aún otra división del
Imperio romano. Predice un momento en que este consistirá
en diez reinos o líderes (Dn. 2:41-43; 7:7, 24). Sabemos que
esta profecía de los diez reinos no solo no se ha cumplido
por haber existido jamás en la historia semejante forma de
Imperio romano, con diez líderes, sino también porque el
reino descrito no ha sido nunca aplastado como indica la
profecía. Daniel 2 afirma que, en su forma final, el Imperio
romano sufrirá una destrucción repentina. No fue lo que
sucedió con el imperio de la época de Jesús, que se fue
deteriorando y decayendo con el paso de muchos siglos,
hasta que su parte occidental cayó en el año 476 d.C., y la
oriental, el Imperio bizantino, sucumbió en 1453. ¿Puedes
imaginar una transición más lenta entre la gloria y el olvido?
Por lo tanto, debemos concluir que en los últimos tiempos
surgirá cierta forma del Imperio romano y que, según Daniel,
se establecerá antes de la venida de Cristo para gobernar y
reinar en el mundo. La unificación de Europa es, en realidad,
la del Imperio romano. Hoy, la concentración del poder en la
Unión Europea señala el principio de un nuevo orden
mundial.
¿Habrá un líder mundial?

Según la profecía de Daniel, de la confederación de diez


países de Europa surgirá un líder supremo: “Y tras ellos se
levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres
reyes derribará. Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los
santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los
tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta
tiempo, y tiempos, y medio tiempo” (Dn. 7:24-25). Este líder
se convertirá en el dictador universal por antonomasia. Lo
conocemos como el anticristo. La nueva Unión Europea es
uno de los preludios necesarios para la venida del anticristo.
Como escribe Arno Froese, director general de Midnight Call
Ministries:
La nueva estructura europea de poder cumplirá las predicciones
proféticas respecto a la instauración de un sistema mundial. Una
vez establecido, caerá en manos del anticristo.[9]
¿El líder mundial e Israel firmarán un tratado?

En el capítulo 9 de su profecía, Daniel nos habla de un


tratado que firmará el pueblo de Dios con el líder mundial que
encabezará el Imperio romano reconstruido: “Y por otra
semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la
semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda” (Dn. 9:27).
Daniel nos indica en este pasaje que Israel firmará un tratado
con el anticristo, cuya vigencia prevista será de una
“semana”. En el lenguaje profético supone literalmente “una
semana de años”, o siete años. El propósito será intentar
solventar la disputa entre árabes e israelitas que atrae la
mirada del mundo hacia Oriente Medio. Transcurridos tres
años y medio, ese tratado se incumplirá, y comenzará la
cuenta atrás para el Armagedón.

Las profecías de Daniel nos muestran la hora: las agujas del reloj
profético avanzan hacia la medianoche. Ha sonado la alarma, y será
mejor hacerle caso.
¿Qué es el Eje del Mal?

En su discurso sobre el Estado de la Unión del 29 de enero


del 2002, el presidente George W. Bush utilizó por primera
vez la expresión Eje del Mal. Identificó a Irán, Irak y Corea
del Norte como “estados… [que] se arman para amenazar la
paz mundial… Estos regímenes —añadió— suponen una
grave amenaza y un peligro creciente. Podrían facilitar esas
armas a terroristas, y proporcionales los medios necesarios
para dar rienda suelta a su odio”.[10] El embajador de los
Estados Unidos en las Naciones Unidas, John Bolton,
pronunció el 6 de mayo del 2002 un discurso titulado “Más
allá del Eje del Mal”, en el que incluyó a otros tres países a
dicho eje: Libia, Siria y Cuba. El término Eje del Mal incluye
hoy a estos seis países.
¿Por qué tiene un interés especial para nosotros
una de las naciones del Eje del Mal?

Una nación de este Eje del Mal reviste un interés especial


para nosotros, porque también la hallamos en la lista de Dios.
Se trata de Irán, y figura en la relación de los capítulos 38 y
39 de Ezequiel. Aunque se escribieron hace unos 2600
años, nos ofrecen una de las profecías más importantes y
dramáticas de toda la Escritura. Se la conoce como la
profecía contra Gog y Magog, y es la más detallada de toda
la Biblia sobre una guerra. Predice la invasión de Israel en los
últimos tiempos, por parte de enormes masas de tropas
procedentes de una coalición de países dirigida por Irán y
Rusia.
Esta invasión tendrá lugar poco después de la firma del
pacto entre Israel y el nuevo líder de la Unión Europea. Este
acuerdo fomentará la paz de Israel con sus vecinos
islámicos. Los israelitas creerán en la protección de los
poderes europeos frente a cualquier agresor o invasor
extranjero…, especialmente de Rusia, que habrá unido
fuerzas con Irán para desarrollar armas que arrasen Israel
por completo.

Los sucesos de nuestro mundo moderno amenazan de forma


inquietante con desequilibrar instituciones, reorganizar las alianzas
políticas nacionales, alterar el equilibrio del poder mundial y
desestabilizar la distribución equitativa de los recursos.
¿Qué países ya existentes formarán coalición para el
ataque sobre Israel profetizado por Ezequiel?
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, pon tu
rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec
y Tubal, y profetiza contra él, y di: Así ha dicho Jehová el Señor:
He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y
Tubal. Y te quebrantaré, y pondré garfios en tus quijadas, y te
sacaré a ti y a todo tu ejército, caballos y jinetes, de todo en todo
equipados, gran multitud con paveses y escudos, teniendo todos
ellos espadas; Persia, Cus y Fut con ellos; todos ellos con escudo
y yelmo; Gomer, y todas sus tropas; la casa de Togarma, de los
confines del norte, y todas sus tropas; muchos pueblos
contigo. Prepárate y apercíbete, tú y toda tu multitud que se ha
reunido a ti, y sé tú su guarda (Ez. 38:1-7).

Como ves, la profecía de Ezequiel empieza con una lista de


nombres propios. Muchos de estos identifican a ciertos
nietos y biznietos de Noé, padres de las naciones que
durante un tiempo llevaron su nombre (ver Gn. 10). Hoy día,
estos países no conservan sus nombres originarios y
acabarán formando una coalición que marchará contra
Israel. Al identificarlos con sus nombres actuales y situarlos
en el mapa moderno vemos cómo se va preparando el
escenario para la anunciada invasión ruso-islámica de Israel.
Gog es una excepción en la lista de Ezequiel, porque no es
uno de los descendientes de Noé mencionados en Génesis
10. Sin embargo, aparece once veces en Ezequiel 38–39.
No es el nombre de un país, sino el título del gobernador de
Magog —príncipe de Ros, Mesec y Tubal—, aquel que
dirigirá la invasión de Israel. De hecho, Gog significa
“dirigente” o “el que manda”. Es evidente que Gog es un
individuo y no una nación, porque en esta profecía Dios se
dirige varias veces a él como tal (Ez. 38:14; 39:1). Además,
en Ezequiel 38:2 y 39:1 a Gog se le califica explícitamente de
príncipe y gobernante.
¿En qué punto se halla la unión de fuerzas entre
Rusia, Irán y otras naciones musulmanas?

Durante la primera visita del presidente ruso Vladimir Putin a


Irán, en octubre del 2007, según un periódico iraní
“tranquilizó a Irán respecto a la conclusión del proyecto
energético de mil millones de dólares para la construcción del
reactor nuclear ruso Bushehr, varias veces demorada”.
Dicho informe sugería, asimismo: “El resultado más
importante del viaje de Putin ha sido, quizás, demostrar la
independencia de Rusia frente a Estados Unidos y
Occidente”.[11] Como líder ruso, Putin visitó también por
primera vez países musulmanes como Arabia Saudí, Qatar,
Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia y, de forma
más reciente, Libia. Todo indica que sus visitas tuvieron éxito
en lo económico, y resultaron en acuerdos y contratos
lucrativos enfocados a otros esfuerzos conjuntos en la
producción de petróleo y la exploración de las reservas de
gas natural.
Al parecer, el mandatario ruso también tuvo éxito en el
terreno político. En Libia, el presidente Gadhafi y Putin
acordaron que las Naciones Unidas “tenían que ser
reformadas para afrontar un ‘desequilibrio de fuerzas’ en el
terreno internacional”, y sobre todo “el Consejo de
Seguridad, con el que podamos trabajar en conjunto para
resolver problemas. En otras palabras, trabajando juntos
podrían eliminar el poder de veto que ostenta Estados
Unidos, favoreciendo así el progreso de sus causas
mutuas”.[12]
Al recuperar la osa sus fuerzas, procura sin cesar devolver a sus
cachorros a la cueva.
¿Cuándo será invadido Israel?

Ezequiel no proporciona una fecha concreta para la


invasión, pero sí nos da múltiples maneras de identificar
cuándo ocurrirá: “De aquí a muchos días… al cabo de
años…” (Ez. 38:8); “En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel
habite con seguridad…” (v. 14); “Y subirás contra mi pueblo
Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los
días” (v. 16).
El profeta nos comunica que Israel será invadido en los
“últimos años” futuros. Sucederá en un momento de paz y
seguridad, cuando no tenga conflicto alguno con otras
naciones.
¿Se ha producido alguna vez un momento así en la historia
de Israel? No. ¿Es hoy ese día? ¡No! ¿Cuándo llegará esa
época? El único periodo en la vida de Israel que satisface
este requisito es el momento inmediatamente posterior al
arrebatamiento de la Iglesia, cuando el anticristo y la Unión
Europea firmen un tratado con Israel que garantice su paz y
su seguridad. Una vez rubricado el acuerdo, Israel relajará la
vigilancia mantenida desde la fundación de su país en 1948.
Confiará en el tratado y apartará su atención de la defensa
para concentrarla en el enriquecimiento nacional. Será,
literalmente, una tierra de ciudades sin muros. Tendrá la
guardia baja y la invasión de los ejércitos rusos y la coalición
lo hallarán trágicamente desprevenido.

La nación de Israel es una república democrática rodeada por 22


dictaduras árabes o islámicas hostiles, con un tamaño 640 veces
superior al suyo y una población 60 veces mayor.
¿Qué propósito tiene la invasión de Israel?

La futura invasión de Israel cuenta con tres objetivos


principales. El primero será adueñarse de su territorio. En
palabras de Ezequiel, la meta será “poner tus manos sobre
las tierras desiertas ya pobladas” (Ez. 38:12). El segundo
objetivo de los invasores será robarle a Israel sus riquezas:
“para arrebatar despojos y para tomar botín, para poner tus
manos sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el
pueblo recogido de entre las naciones, que se hace de
ganado y posesiones, que mora en la parte central de la
tierra… para tomar botín, para quitar plata y oro, para tomar
ganados y posesiones, para tomar grandes despojos” (vv.
12-13).
Y en el Israel moderno hay muchas riquezas que saquear,
como vemos en la siguiente cita de un artículo reciente en el
Jerusalem Post: “A pesar de contar con una población de
poco más de siete millones de personas… hoy habitan Israel
más de 7.200 millonarios… De las 500 personas más ricas
del mundo, seis son israelitas y, por lo general, en el año
2007 los adinerados de Israel poseían acciones por un valor
superior a 35.000 millones de dólares… El PIB de Israel casi
duplica el de cualquier otro país de Oriente Medio”.[13]
Según el “índice de prosperidad”, Israel declaró en el 2008
que disponía de bienes y servicios por valor de más de
70.000 millones de dólares, incluidos 34.200 millones tan
solo en el sector de la tecnología. “Israel es el país de
Oriente Medio que ocupa el primer puesto de este índice”.
[14]
Por último, el objetivo supremo de los países invasores
será la masacre absoluta de todo el pueblo de Israel: “Subiré
contra una tierra indefensa, iré contra gentes tranquilas que
habitan confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no
tienen cerrojos ni puertas… para poner tus manos… sobre el
pueblo recogido de entre las naciones… y subirás contra mi
pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra” (Ez. 38:11,
12, 16). El odio histórico acumulado hacia los judíos
impulsará a esos ejércitos con la seguridad de que, esta vez,
los israelitas no escaparán de la muerte.
¿Qué propósito tiene Dios en la guerra y la
destrucción descritas en la profecía de Ezequiel?

Para entender qué sucede en la guerra y la destrucción


descritas en la profecía de Ezequiel, debemos considerar
primero la soberanía del plan divino. Incluso en las épocas
más devastadoras, Dios sigue teniendo el control. De hecho,
a menudo orquesta los acontecimientos para cumplir sus
propósitos. Nos indica en términos muy claros lo que hará
con los enemigos de Israel: “Y te quebrantaré, y pondré
garfios en tus quijadas, y te sacaré a ti y a todo tu ejército,
caballos y jinetes” (Ez. 38:4); “Será al cabo de los días; y te
traeré sobre mi tierra” (v. 16); “Y te quebrantaré, y te
conduciré y te haré subir de las partes del norte, y te traeré
sobre los montes de Israel” (Ez. 39:2).
El Antiguo Testamento, en especial, pretende mostrarnos
que Dios es el gobernador supremo sobre todas las cosas.
Aunque los seres humanos intenten frustrar los planes
divinos y provocar una gran destrucción, el propósito de Dios
siempre vencerá. Cuando Ezequiel afirma que Dios traerá al
enemigo contra su tierra, solo quiere señalar que Él llevará a
esas naciones al destino que merece inevitablemente su
maldad. Al final, todos cumplen la voluntad divina. Quienes se
conforman a su voluntad lo hacen por voluntad propia; los
que no lo hacen actúan, sin percatarse, como instrumentos
ignorantes en sus manos.
Dios tiene un propósito claro y sencillo para la batalla
catastrófica de los últimos tiempos: quiere que su pueblo lo
reconozca como el Señor Dios de los cielos cuyo nombre es
santo, cuya gloria llena el universo, y a quien los hombres
deben reconocer como soberano si quieren hallar la paz y el
gozo que Dios desea para su pueblo.
Como tan gráficamente nos muestra Ezequiel, Dios
destruirá el Eje del Mal en los últimos días y esto resultará en
la salvación de su pueblo, la nación de Israel. Al identificar
este Eje del Mal con las naciones modernas que, sin saberlo,
se empeñan en cumplir esta devastadora profecía, podemos
ver claramente cómo los eventos modernos conducirán al
cumplimiento supremo de los propósitos divinos.
¿Qué significa Islam y con cuántos seguidores
cuenta?

La palabra Islam significa, literalmente, “sumisión”. Un


musulmán es “alguien que se somete a Dios”. Según una
estimación prudente, en nuestro mundo actual hay cerca de
1.500 millones de musulmanes. De estos, 1,4 millones
vivirían en Estados Unidos, y esto representa alrededor del
6% de la población adulta estadounidense. Aunque solemos
asociar el Islam con Oriente Medio, las mayores poblaciones
musulmanas están en Asia.[15]

Si bien la mayoría de los 1.500 millones de musulmanes existentes


en el mundo no quieren participar en la mortífera violencia y solo
aspira a vivir en paz con sus vecinos, cada vez es mayor el número
de radicales que predican la violencia y el terror por el mundo.
¿Cuál es la historia del Islam?

Según la tradición islámica, Mahoma, fundador del Islam,


nació en La Meca (en la actual Arabia Saudita) en el año 570
d.C. Su padre murió antes del nacimiento del profeta, y su
madre falleció cuando él solo tenía seis años. Lo crió su
abuelo paterno; trabajó como camellero y más tarde, como
comerciante; cuando tenía 26 años, se casó con una
adinerada propietaria de caravanas llamada Jadiya.
Los trabajos desempeñados por Mahoma lo pusieron en
contacto con numerosos cristianos y judíos que le hicieron
cuestionar la religión de su propio pueblo. Tenía cuarenta
años y, mientras meditaba en una cueva a las afueras de La
Meca, recibió su primera revelación. A partir de ese
momento, según su testimonio, Dios le revelaba mensajes
ocasionales que él transmitía a su pueblo. Estos mensajes,
que Mahoma recibió durante toda su vida, constituyen los
versículos del Corán que los musulmanes consideran la
palabra divina de Dios.
En el mundo árabe del siglo VII se adoraba a más de 360
dioses distintos, uno por cada día del año lunar. Uno de ellos
era el dios de la luna, contrapartida masculina de la diosa del
sol. Se le conocía por diversos nombres, uno de los cuales
era Alá, y era el dios favorito de la familia de Mahoma.
Cuando Mahoma empezó a promocionar su nueva religión,
lo más natural fue optar por exaltar al dios de la luna, Alá, y
declararlo único Dios verdadero. Su devoción a Alá fue
incondicional y feroz; al fundar y extender su religión del
Islam, Mahoma masacró a millares de personas que se
negaron a convertirse. Como muestran sus instrucciones a
sus seguidores, en su técnica evangelizadora no había
sutileza: “Matad a quien rechace esta fe… Alá me ha
ordenado que luche con la gente hasta que todos testifiquen
que no hay más dios que Alá, y que Mahoma es su profeta”.
[16]
¿Quiénes son los chiítas y los sunitas, y por qué
suponen una amenaza para los cristianos?

La oposición hallada en La Meca obligó a Mahoma y a sus


seguidores a huir a Medina en el año 620; allí se convirtió en
la cabeza de la primera comunidad musulmana. En el año
631 regresó a La Meca, donde murió al año siguiente. A su
muerte, la comunidad islámica sufrió una amarga división por
la cuestión de la sucesión de Mahoma. Este cisma sigue hoy
vigente en las dos sectas islámicas, conocidas hoy como
chiítas y sunitas. El conflicto entre ellas es uno de los
factores de tensión más importantes en Irán y en todo el
mundo islámico.
A la muerte de Mahoma, el grupo conocido como sunita o
suní siguió el liderazgo de Abú Bakr, uno de los suegros de
Mahoma. Los sunitas constituyen alrededor del 90% del
mundo islámico. Creen que los dones espirituales de
Mahoma murieron con él, y que la única autoridad reside
ahora en el Corán. El partido Baaz de Saddam Hussein
formaba parte de la secta sunita.
Los chiítas sostenían que Mahoma, además del Corán,
dejó tras sí un legado de autoridad personal, como explica el
escritor Winfried Corduan:
Por otro lado, los chiítas se identificaron con el yerno de Mahoma,
Alí, en quien reconocían el empoderamiento espiritual directo del
profeta. Los chiítas creen que sus líderes, los imanes, tienen una
autoridad equivalente a la del Corán; creen que el duodécimo imán
se ocultó hace cientos de años y que sigue vivo hasta el regreso
del Mahdi… ¡el Mesías musulmán![17]
Abú Bakr sucedió a Mahoma, y tanto él como sus
sucesores lanzaron yihads, o guerras santas, que
extendieron el Islam desde el norte de España hasta la India,
y amenazaron a la Europa cristiana. Los cristianos lucharon
contra esta amenaza, y se produjo una serie de guerras que
hicieron retroceder a los invasores islámicos hasta los
países de Oriente Medio, donde siguen teniendo el control.
Sin embargo, el celo porque su religión domine el mundo no
ha disminuido, y sigue siendo una amenaza para todos los
que no mantengan la vigilancia.
¿Qué significa yihad?

La palabra más temible asociada con el Islam es yihad. A


veces se denomina “el sexto pilar del Islam” y significa
“lucha”. La mayor yihad es la lucha interna de cada
musulmán para someterse a Alá. La yihad menor es la lucha
externa para defender a la comunidad islámica. Esta es la
que provoca temor entre los enemigos del islam. Los
musulmanes militantes la interpretan como algo más que la
defensa pasiva del Islam; para ellos, autoriza la expansión de
la religión islámica hasta por medio de la agresión letal.
El odio manifiesto hacia Occidente expresado en la yihad
ya ha generado muchos atentados mortíferos, y el fanatismo
que los engendró no ha disminuido. En el libro que Benazir
Bhutto, exprimera ministro de Pakistán, acabó de escribir
pocos días antes de su asesinato, indicó que uno de los
principales objetivos de los militantes es:
provocar un choque de civilizaciones entre Occidente y… el Islam.
La gran esperanza de los militantes es una colisión, una explosión
entre los valores occidentales y aquellos que, para los extremistas,
son los del Islam… Los ataques del 11 de septiembre del 2001
presagiaron el… sueño de confrontación sangrienta… Si
prevalecieran los fanáticos y los extremistas… un gran fitna (caos
provocado por un cisma o una división) barrería el mundo. Esta es
su meta suprema: el caos.[18]

El odio que los musulmanes sienten hacia los judíos no


precisa documentación. No obstante, que Israel se
estableciese en su patria, en 1948, llevó este aborrecimiento
al extremo de furia asesina. Los militantes y los radicales
aluden a Israel como “el pequeño Satán”, a Estados Unidos
como “el gran Satán”, y están decididos a borrar del mapa a
ambos países.
¿Qué es la fatah?

Podemos detectar fácilmente los efectos de la yihad en el


terrorismo militar, pero nos cuesta más apreciar y resistirnos
a la estrategia más sutil que los musulmanes denominan
fatah. Significa infiltración, colarse en un país en número
suficiente como para afectar a su cultura. Significa
aprovecharse de las leyes tolerantes y de las políticas
acomodaticias para insertar la influencia del Islam. En
lugares donde la invasión militar fracasaría, los métodos
lentos, sistemáticos e implacables de la fatah conquistan
países enteros. Veamos un ejemplo:
En Francia se está produciendo hoy una revolución demográfica.
Algunos expertos predicen que en el año 2040 el 80% de los
habitantes de Francia serán musulmanes. En ese momento, la
mayoría musulmana controlará el comercio, la industria, la
enseñanza y la religión. Dominarán, asimismo, el gobierno, y
ocuparán los puestos clave del Parlamento francés. Además, el
presidente será musulmán.[19]
¿Qué otros términos se usan para describir el
objetivo islámico de dominar el mundo?

Otros de los términos usados para describir la meta


islámica de la conquista mundial son yihad biológica o yihad
demográfica, que describen la estrategia no violenta de los
musulmanes que se mudan a Europa y a Occidente, y cuya
prole supera a la de sus anfitriones. Confían en haber
repoblado, al cabo de varias generaciones, las culturas
tradicionalmente cristianas con su propia gente, y desde
luego van por buen camino para alcanzar esa meta. Según el
informe emitido recientemente por el Vaticano, la Iglesia
Católica Romana entiende esto: “Por primera vez en la
historia no ocupamos la primera posición; los musulmanes
nos han superado”.[20]
¿Espera el Islam el regreso de su mesías?

¡L
a respuesta a esta pregunta es un sí rotundo! Esta
esperanza islámica afloró en un discurso pronunciado por el
presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, discípulo del ayatolá
Jomeini, el clérigo que organizó la revolución de 1979 y que
logró convertir Irán en un estado islámico estricto. En 2005
convocaron a Ahmadinejad ante el Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas para que explicase su incesante
determinación por desarrollar armamento nuclear. Inició su
discurso declarando: “En nombre del Dios de misericordia,
compasión, paz, libertad y justicia…”, y lo acabó con esta
oración: “Te ruego que apresures la llegada de tu último
repositorio, el prometido, el ser humano perfecto y puro, que
llenará este mundo de justicia y de paz”.[21] El “prometido”
mencionado en la oración de Ahmadinejad era una
referencia al duodécimo imán, personaje de la enseñanza
chiíta paralelo a la figura del Al-Mahdi de la doctrina sunita.
Básicamente, ambos títulos aluden al mesías islámico que
aun no ha regresado.
El Islam chiíta cree que el duodécimo imán solo puede
aparecer en una época en que el mundo esté sumido en el
caos. Esto explica muchos de los actos desafiantes de
Ahmadinejad: por qué sigue adelante con su programa
nuclear a pesar de la censura mundial, y la razón de su
obcecación por destruir Israel. En su deplorable discurso del
25 de octubre del 2005 dijo: “Israel tiene que ser borrado del
mapa”, y advirtió a los líderes musulmanes que reconocen al
estado de Israel que se enfrentarían “a la ira de su propio
pueblo”.[22] Mediante estos actos desafiantes y divisivos,
Ahmadinejad fomenta ese entorno caótico que, según él,
propiciará la llegada del mesías islámico. En un discurso
televisado pronunciado en 2008, Ahmadinejad reiteró: “Lo
que ahora tenemos es el último capítulo… Acepten que la
vida de los sionistas acabará tarde o temprano”.[23] El 14 de
marzo, Ahmadinejad “arrasó en las elecciones nacionales,
con un respaldo del 70%”.[24]
El mundo en su totalidad no parece tomarse en serio a
Ahmadinejad, pero el pueblo de Israel es una excepción.
Entienden que está decidido a exterminarlos; y las palabras
del profeta Ezequiel respaldan este punto de vista. Nos
señala que el odio que siente Irán (actual nombre de la
Persia bíblica) hacia la nación judía jugará un papel relevante
en una importante batalla de los últimos tiempos.
El arrebatamiento
Llevar a la Iglesia a su hogar

La venida de Cristo se acerca a gran velocidad. Todas las profecías


pendientes de cumplimiento antes de su venida parecen ya cumplidas.
El Señor descenderá con grito de mando y con trompeta de Dios.
Todos los creyentes, vivos o muertos, se reunirán de repente con su
Señor en el aire. La Iglesia aguarda, cual amante esposa, la
culminación final de la unión con su Esposo.
Por mal que estén ahora las cosas en nuestro mundo, podrían ir a
peor (y lo harán). Una influencia de retención frena este mal, esta
oscura marea satánica de perversión y maldad. ¿Quién tiene poder
para contener a Satanás? Solo Dios. Y Dios Espíritu Santo, la
tercera Persona de la Trinidad, es quien fija hoy los límites que
mantienen a raya ese océano de maldad.
Until Christ Returns
¿Qué es el arrebatamiento (rapto)?

Según mi diccionario online, la palabra arrebatamiento o


arrebato significa “una expresión o manifestación de éxtasis
o de pasión” y “dejarse llevar por una emoción incontrolable”.
[25] Pero la Biblia indica un significado adicional: millones de
personas desaparecerán de la faz de la tierra en menos de
un milisegundo. El propósito de dicha evacuación consiste en
evitar una espantosa devastación. El pueblo de Dios será
apartado de los efectos catastróficos de los terremotos y los
incendios futuros, y del caos mundial.
La palabra arrebatamiento es una expresión utilizada en la
Biblia para describir el momento en que todos los cristianos
serán retirados del mundo antes de los últimos tiempos. El
Señor descenderá con un grito y con trompeta de Dios.
Todos los creyentes, vivos o muertos, se reunirán de repente
con su Señor en el aire.
El enfoque del arrebatamiento no está en contemplar este
evento desde el punto de vista de quienes permanecerán en
el mundo, sino de los que son evacuados. Antes del estallido
del periodo de la tribulación, todos los seguidores auténticos
del Señor serán trasladados de este mundo directamente
hasta su presencia. El arrebatamiento cumplirá la promesa
hecha a sus discípulos en Juan 14:1-3:
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os
lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me
fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí
mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Los seguidores de Cristo que sean arrebatados se librarán


del trauma de la muerte y de las catástrofes que se
producirán cuando irrumpa la tribulación en este mundo. Es,
sin duda, motivo de un verdadero rapto por parte de quienes
aman al Señor y anhelan estar con Él.
El Nuevo Testamento nos dice que este traslado al cielo o
arrebatamiento de aquellos que hayan puesto su confianza
en Cristo es el siguiente evento crucial del calendario
profético. En otras palabras, es algo que se vislumbra en el
horizonte… podría suceder en cualquier momento. Este es el
claro mensaje de la Biblia, y una verdad que he venido
enseñando a lo largo de mis años de ministerio.
¿Cuál es la diferencia entre el arrebatamiento y la
Segunda Venida?

Confundir estos dos conceptos ha dado pie a muchos


malentendidos. Cuando hablamos de las señales indicativas
del regreso de Cristo, no estamos aludiendo al
arrebatamiento, sino al regreso definitivo del Señor a este
mundo con todos sus santos. Según el libro de Apocalipsis, la
venida de Cristo se producirá después del traslado de la
Iglesia al cielo, y se diferencia de este en al menos dos
sentidos.
Primero, el arrebatamiento será un acto “sigiloso”, en el que
solo los creyentes verán a Cristo. Por el contrario, su
Segunda Venida será un evento público. Todo el mundo lo
verá: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y
los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán
lamentación por él” (Ap. 1:7; ver también Zac. 14:1, 3-5; Ap.
19:1-21).
Segundo, los arrebatados son todos los creyentes. Jesús
los llevará inmediatamente al cielo con Él. Pero cuando
Cristo regrese a este mundo, siete años después, en su
Segunda Venida, lo hará para quedarse. Este regreso, al que
a veces se alude como “el Segundo Adviento”, tendrá lugar al
final del periodo de la tribulación, y tras él se iniciará el
milenio, el reinado de Cristo en el mundo durante mil años.
De modo que el rapto ocurrirá primero, siete años antes del
Segundo Adviento. En ese momento, Cristo nos llevará para
que estemos con Él en el cielo, inmediatamente antes del
periodo de siete años de la tribulación. En segundo lugar,
volveremos con Él a la tierra durante su Segunda Venida.
Existe otra diferencia importante. El arrebatamiento no tiene
que ir precedido de evento profético alguno. Todo forma
parte del perfecto marco cronológico establecido por Dios.
Cuando predico sobre las señales visibles del inminente
regreso del Señor, me refiero a eventos aún por suceder
antes del regreso de Cristo en la Segunda Venida.

Por mal que se estén poniendo las cosas, no exageramos al hablar


del horror que invadirá el mundo cuando la sociedad pierda la
influencia moderadora de los cristianos.
¿Qué dice el apóstol Pablo sobre el
arrebatamiento?

En este pasaje, Pablo nos señala todo lo que necesitamos


saber sobre el arrebatamiento:
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que
duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen
esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así
también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros
que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no
precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con
voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir
al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por
tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras (1 Ts. 4:13-
18).
Primero, Pablo escribió: “Tampoco queremos, hermanos,
que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os
entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”
(4:13). El apóstol se refiere aquí a la ignorancia de los
tesalonicenses sobre el estado de quienes habían muerto
creyendo en Cristo. La palabra usada en esta descripción es
de gran importancia para todos los creyentes actuales. Pablo
afirmó que habían dormido. Para el término traducido dormir
empleó la palabra griega koimáo, una de cuyas acepciones
es “dormir con el sueño de la muerte”. Se utiliza la misma
palabra para describir la muerte de Lázaro, Esteban, David y
Jesucristo.
Lázaro: “Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo
Lázaro duerme; mas voy para despertarle” (Jn. 11:11).
Esteban: “Y puesto [Esteban] de rodillas, clamó a gran
voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo
dicho esto, durmió” (Hch. 7:60).
David: “Porque a la verdad David, habiendo servido a su
propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue
reunido con sus padres, y vio corrupción” (Hch. 13:16).
Jesucristo: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los
muertos; primicias de los que durmieron es hecho” (1 Co.
15:20).
Este concepto de la muerte se enfatiza en el maravilloso
término adoptado por los cristianos primitivos para los
lugares donde estaban enterrados sus seres queridos. Era la
palabra griega koimetérion, que significa “casa de reposo
para forasteros, lugar para dormir”. De esta palabra
derivamos el vocablo español cementerio. En la época de
Pablo, este término se usaba para las posadas, o lo que
llamaríamos hoy hotel o motel. Nos alojamos en un hotel
Hilton o una Ramada Inn con la esperanza de pasar una
noche de sueño reparador y despertar por la mañana,
renovados, y deseosos de continuar viaje. Es exactamente la
idea que Pablo expresa con palabras como koimáo y
koimetérion. Cuando mueren los cristianos, es como si
estuvieran dormidos plácidamente en un lugar de reposo,
listos para despertarse cuando vuelva el Señor. Son palabras
de gran importancia, porque transmiten la idea cristiana de la
muerte como sueño temporal y no como un estado definitivo
y trágico.
A continuación, en este mismo pasaje de Tesalonicenses,
vemos cómo Pablo confirma la esperanza de ellos respecto
a que sus seres queridos vivirían de nuevo. Lo hace
vinculando esa esperanza a la resurrección tras el
arrebatamiento: “para que no os entristezcáis como los otros
que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús
murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que
durmieron en él” (1 Ts. 4:13-14). Pablo les está diciendo a
ellos (y a nosotros) que el plan de Dios para nuestro futuro
nos ofrece una perspectiva tan nueva de la muerte para que
no nos venza la tristeza y la desesperación cuando muera
alguien a quien amamos: cuando todos los creyentes vivos
sean arrebatados, los que murieron en Cristo resucitarán
para estar con Él.
¿Regresará Cristo durante el arrebatamiento?

En 1 Tesalonicenses, Pablo afirma: “Porque el Señor mismo


con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de
Dios” (4:16). Mientras lees estas palabras, el Señor
Jesucristo está sentado en los cielos a la diestra del Padre
todopoderoso. Pero llegado el momento oportuno, Jesús
iniciará el arrebatamiento; se levantará literal y físicamente
del trono, recorrerá los pasillos de luz y descenderá a la
atmósfera del planeta Tierra, al monte de los Olivos, desde
donde ascendió a los cielos hace dos mil años. No serán los
ángeles ni el Espíritu Santo quienes acudan a llevarse a los
creyentes al cielo, sino el Señor mismo.
¿Quién resucitará en el momento del rapto?

En 1 Tesalonicenses 4:16, Pablo nos dice: “Y los muertos


en Cristo resucitarán primero”. Como indica aquí, el llamado
a la resurrección en el arrebatamiento no convocará a todos
los muertos, sino solo a los creyentes. Mucho más tarde
habrá otro momento en que todos los muertos resucitarán
para comparecer ante el trono blanco del juicio. Pero en esta
primera “convocatoria” nuestros seres queridos creyentes
que ya hayan muerto resucitarán para ocupar el primer lugar
en el programa del arrebatamiento.
A continuación, Pablo explica el siguiente evento en la
secuencia del rapto. “Luego nosotros los que vivimos, los
que hayamos quedado, seremos arrebatados” (1 Ts. 4:17).
La palabra arrebatados es la traducción de un término
griego, una de cuyas acepciones es “agarrar de pasada o
llevarse algo con rapidez”. Este participio subraya la
naturaleza repentina del arrebatamiento. Pablo describe esta
premura en su carta a los corintios: “en un momento, en un
abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la
trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y
nosotros seremos transformados” (1 Co. 15:52).
Pablo prosigue con su explicación: “Luego nosotros los que
vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos [los creyentes muertos que habrán
resucitado] en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así
estaremos siempre con el Señor” (1 Ts. 4:17). Fíjate que
Pablo empieza con la palabra “luego”, un adverbio que indica
secuencia. Conecta los eventos que ya hemos visto del
arrebatamiento con este suceso final, dándoles un orden
definido de reunión secuencial, de este modo:
• Los cuerpos de los muertos se reúnen con sus espíritus
• Los creyentes resucitados se reúnen con los creyentes
vivos
• Los creyentes resucitados y los arrebatados se reúnen
con el Señor
Como señala Pablo, la consecuencia suprema de esta
reunión con el Señor será que no habrá más separación.
Tras su regreso, nuestra unión y comunión con Él serán
ininterrumpidas y eternas. Este hecho glorioso, por sí solo,
nos indica por qué la palabra arrebatamiento es un término
preciso para describir este acontecimiento.
¿Formarán parte del rapto los incinerados?

Cuando la Escritura dice “los muertos en Cristo


resucitarán”, ¡habla de la resurrección corporal de todos los
creyentes! En ese momento, los espíritus de los creyentes
se unirán con sus cuerpos de resurrección, perfectos y
completos. “Porque el Señor mismo con voz de mando, con
voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del
cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero [¡sin
excepciones!]. Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con
ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así
estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los
unos a los otros con estas palabras” (1 Ts. 4:16-18).
¿Qué sucederá en los cielos después del
arrebatamiento?

Después del arrebatamiento, nos presentaremos uno por


uno ante el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10); no se decidirá
entonces si entra al cielo, porque ya estaremos allí. Será el
momento de rendir cuentas sobre las obras realizadas en la
tierra, y seremos recompensados en consecuencia. El Señor
nos asignará lugares de autoridad en el milenio venidero
según nuestra fidelidad hacia Él mientras estuvimos en el
mundo, y la influencia que dejamos atrás.
¿Por qué debemos evitar determinar fecha y hora
para el arrebatamiento?

La cuestión es que no podemos calcular el día en que


regresará Cristo, porque Dios mismo escogió
específicamente no revelárnoslo.
Cuando los apóstoles preguntaron a Jesús sobre los
últimos tiempos, Él les respondió con cariño, pero con
firmeza: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las
sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo” (Hch. 1:7-8). Solo Dios sabe cuál es ese
momento cuando acabarán nuestros tiempos. El calendario
de Dios es el único que importa (1 Ts. 5:1-2; Mt. 24:36, 42,
44, 50; Mt. 25:13).
La verdad futura incide en la responsabilidad presente.
Saber que el Señor vuelve pronto añade premura a nuestros
pasos y determinación a nuestro servicio.
¿Cómo nos afecta hoy la esperanza del
arrebatamiento?

Concluida la descripción del rapto para los tesalonicenses,


Pablo remata el pasaje con un consejo práctico: “por tanto,
alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Ts.
4:18).
El apóstol está explicándoles a los tesalonicenses, y a los
creyentes de hoy, que se requiere algo más que la
comprensión pasiva de lo que acaba de exponer sobre el
arrebatamiento, la muerte de los cristianos y la resurrección.
Nuestra comprensión debería espolearnos a una acción
concreta: “alentarnos los unos a los otros”. Y en los
versículos anteriores nos ha proporcionado exactamente el
tipo de información que posibilita el verdadero consuelo.
Cuando los creyentes pierden a familiares o amigos muy
queridos, en las descripciones que Pablo hace de la muerte y
la resurrección del cristiano hallamos todo lo necesario para
consolarnos unos a otros. La muerte del creyente no es
permanente; solo es un “sueño”. Llegará el momento
apoteósico en el que nos reuniremos con nuestros seres
queridos, cuando Cristo mismo nos llame y salgamos de este
mundo o de nuestras tumbas para estar eternamente con Él
en una relación extática de amor eterno. Por ello, Pablo nos
dice que deberíamos consolarnos unos a otros,
recordándonos que, para los cristianos, lo que llamamos
muerte solo es un sueño transitorio antes de la llamada de
Cristo a esa relación ininterrumpida con Él para siempre.

La muerte del cristiano no es permanente; solo es un sueño.


“Todo el mundo oirá el evangelio antes del
regreso de Cristo…”. “Jesús podría volver en
cualquier momento…”. ¿Cómo pueden ser
ciertas estas dos afirmaciones?

Primeramente, ¡Jesús podría volver esta misma noche!


Pero quizás oigas decir a algunos que el arrebatamiento no
puede producirse hasta que el mundo entero haya oído el
evangelio y que, por tanto, hemos de predicárselo a toda
criatura para que entre en el reino “la última persona que ha
de ser salva”; entonces, Jesús regresará por su Iglesia. Pero
esto no puede ser cierto.
Si algo tiene que suceder antes del regreso de Cristo, ya no
sería una “venida inminente”. El mandamiento de llevar el
evangelio por todo el mundo es una imposición para todas las
generaciones, pero que el evangelio llegue a todos los
habitantes del mundo no es condición para el arrebatamiento,
sino para la Segunda Venida de Cristo.
La tribulación
Para permitir el mal ilimitado

Tras el arrebatamiento, el Espíritu de Dios retirará de inmediato su


influencia inhibidora en este mundo. Como resultado, se cederá la vida
en la tierra al mal floreciente. Conforme progrese la tribulación, el mal
empeorará hasta alcanzar su apogeo. Dios manifestará su ira hacia
los malvados mediante las señales de su juicio venidero.
Afortunadamente, quienes sean creyentes en el momento del
arrebatamiento se librarán de esta terrible época.
Se le ha dado cuerda al minutero de Dios que no cesa de girar. Un
viento veloz nos empuja por el sendero de la historia. Nuestra
capacidad individual de capear el temporal dependerá de nuestra
comprensión de la Palabra de Dios. Solo tenemos que prestar
atención al mensaje que ha resonado a través de los siglos: “El que
tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap. 3:22).
Escape the Coming Night
¿Qué es la tribulación?

La tribulación es un periodo de siete años que se describe


en Apocalipsis 11–18. En los primeros tres años y medio, el
empeoramiento de las condiciones alcanzarán su apogeo,
Dios manifestará su ira contra los malvados y se producirán
las señales que anuncian la venida de Cristo. Durante los
tres años y medio posteriores, “el impío” (el anticristo) será
empoderado para dirigir la maldad de la tribulación, como
personificación de Satanás.
¿Qué señales avisarán del periodo de tribulación
inminente?

Estos son los diez sucesos que podemos esperar en


forma embrionaria en los días precedentes al arrebatamiento
y al principio de la tribulación. Seguirán multiplicándose y
progresando durante el transcurso de la primera mitad de los
siete años de tribulación.
• Una época de engaños. “Porque vendrán muchos en mi
nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán”
(Mt. 24:5).
• Una época de disensiones. “Y oiréis de guerras y rumores
de guerras… Porque se levantará nación contra nación, y
reino contra reino” (Mt. 24:6-7).
• Una época de devastación. “…y hambres…” (Mt. 24:7).
• Una época de enfermedad: “Y habrá pestes…” (Mt. 24:7).
• Una época de catástrofes naturales. “…y terremotos en
diferentes lugares” (Mt. 24:7).
• Una época de muerte. “Entonces os entregarán a
tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las
gentes por causa de mi nombre”(Mt. 24:9).
• Una época de deslealtad. “Muchos tropezarán entonces, y
se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán”
(Mt. 24:10).
• Una época de mentiras. “Y muchos falsos profetas se
levantarán, y engañarán a muchos” (Mt. 24:11). También
cabe destacar que una parte de esos engaños será el
aumento en el consumo de drogas. Una de las
características de la falsa religión de los últimos tiempos
será lo que el libro de Apocalipsis llama “hechicerías”
(9:21). La palabra que usa Juan es farmakeía, de la que se
deriva nuestro término “farmacia”. Es una referencia
antigua al consumo de fármacos. El uso de psicofármacos,
como los narcóticos y los alucinógenos, se asociará a las
religiones falsas, sin duda con la aprobación del gobierno.
• Una época de apostasía. “Y por haberse multiplicado la
maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mt. 24:12). La
gente se alejará de Dios y unos de otros.
• Una época de declaración. “Y será predicado este
evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a
todas las naciones” (Mt. 24:14).
¿Qué sucederá en el mundo durante la
tribulación?

Creo que la tribulación es una consecuencia natural del


arrebatamiento. Quizá pienses que el mundo moderno está
degenerándose hacia la avaricia y la inmoralidad más
descaradas, y ciertamente es así. Cuando todos los
cristianos sean retirados del mundo, el ministerio limitador del
Espíritu Santo desaparecerá del todo. El resultado será
espantoso. Jesús mismo describió lo que sucedería
después: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la
ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la
habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería
salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán
acortados” (Mt. 24:21-22).
¿Qué sucederá en el cielo durante la tribulación?

Los cristianos están en el cielo. Dios está sentado en el


trono, rodeado por un arco iris de esmeraldas. Los
veinticuatro ancianos representan a los santos de la era de
la Iglesia, sentados alrededor del trono. Ante este se
extiende un mar de cristal. En medio del trono están los
cuatro seres vivientes, y alabando en torno a Él vemos a los
ángeles y a la Iglesia (Ap. 4:3-4, 6, 8). Esta es la alabanza al
Cristo glorificado, el Creador del mundo. Dios está a punto
de enjuiciar al mundo físico, y antes de hacerlo, el Creador
recibe la adoración de la Iglesia en los cielos. Los truenos,
los relámpagos y las voces manifiestan el juicio que está a
punto de desatarse sobre la tierra.
¿Se librarán los cristianos de la tribulación?

Los cristianos escaparán a los siete años de pesadilla que


será la tribulación.
Creo que la Biblia enseña claramente que uno de los
grandes eventos venideros en el cumplimiento de la profecía
tiene que ver con la Iglesia. Se trata del regreso personal,
físico, del Señor en el aire para llevarse del mundo a la
Iglesia que le espera, y para recompensar a cada uno
conforme a sus obras. Esto sucederá antes del periodo de la
tribulación, momento en el que se derramarán los juicios de
Dios sobre el mundo incrédulo.
Creo que son más los pasajes que respaldan el regreso
inminente de Cristo por su Iglesia antes de la tribulación que
los que hablan de un momento durante la misma o posterior:
1 Tesalonicenses 4:13-18; 2 Tesalonicenses 2:8-12;
1 Tesalonicenses 1:10, 5:9.

“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento;


y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a
perpetua eternidad” (Dn. 12:3). En medio de todos los momentos
difíciles, el horror de la tribulación, Dios tiene algunas cosas
especiales reservadas para aquellos que le sirven. ¡Dice que serán
como estrellas en su galaxia!
The Handwriting on the Wall
¿Qué catástrofes naturales ocurrirán en la tierra
durante la tribulación?
• El sol se oscurecerá, la luna se volverá roja y
proliferarán los terremotos de gran magnitud.
Apocalipsis 6:12 dice: “Y he aquí hubo un gran terremoto”.
También dice: “Y el sol se puso negro como tela de cilicio, y
la luna se volvió toda como sangre”. Cuando Jesús murió
en la cruz, todo el mundo quedó en tinieblas al mediodía.
Cuando Dios juzgó a Egipto, cayeron sobre el país
tinieblas nocturnas. Cuando el Señor descendió sobre el
monte Sinaí, la montaña se vio envuelta por nubarrones
oscuros. También los profetas presagiaron que la
oscuridad sería una característica del principio del periodo
de la tribulación.
• Las estrellas caerán del cielo.
“Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra” (Ap. 6:13).
En este caso, la palabra “estrella” es el término griego
astér, que hace referencia a los cuerpos luminosos del
firmamento aparte del sol y la luna. Está claro que esas
estrellas no son los objetos siderales lejanos que
conocemos por este nombre, sino más bien un conjunto de
asteroides.
• Se trasladarán los montes y las islas.
“Y todo monte y toda isla se removió de su lugar” (Ap.
6:14). Cuando los asteroides alcancen el mundo, existe la
posibilidad de que la corteza terrestre quede tan
perjudicada por su impacto que grandes segmentos de ella
se deslicen bajo del manto terráqueo. Según el Dr. Henry
Morris, quienes vivan en las regiones situadas en la zona
de desplazamiento sentirán que los cielos se mueven en la
dirección contraria, como si alguien los enrollara.
• El océano se convertirá en sangre.
Tal como explica Apocalipsis 8:8-9, un gran monte ardiente
será arrojado al mar. Un tercio del mar se convertirá en
sangre, y morirá una tercera parte de todas las criaturas
marinas. También quedará destruida una tercera parte de
todos los barcos. Las consecuencias trascendentales de
estos juicios escapan a nuestro entendimiento. Alguien ha
discurrido que los océanos ocupan en torno a tres cuartas
partes de toda la superficie del mundo, de modo que el
alcance de este juicio será gigantesco. La contaminación
del agua y la muerte de tantas criaturas marinas afectarán
al equilibrio de la vida en el océano. Esto sucederá en la
tercera parte de todas las masas de agua salada del
mundo.
• El agua se envenenará.
Después se verán afectados los suministros de agua
dulce. Se volverán amargos y morirán muchas personas
(Ap. 8:10-11). El instrumento de este juicio será una gran
estrella llamada “ajenjo”. Esta estrella o meteoro literal, se
precipitará desde el espacio y alcanzará la tierra. Barrerá
la superficie y convertirá un tercio del agua en un líquido
venenoso y letal. Afectará a ríos, manantiales y pozos.
Será la época de mayor sufrimiento y persecución que el mundo haya
conocido jamás.
¿Se salvará alguien durante la tribulación?

Sí; durante la tribulación habrá una gran cosecha de almas


para Cristo en la que veremos cumplida la profecía de Mateo
24:14: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces
vendrá el fin”, ¡y después la Segunda Venida de Cristo!
Personas de toda nación, tribu e idioma formarán parte de
la gran multitud de los redimidos. Será la época de mayor
sufrimiento y persecución que el mundo haya conocido
nunca, pero también el momento en que se producirá la
mayor oleada de conversiones sinceras. Esta multitud de
redimidos se compondrá de quienes no eran salvos aún en el
momento del arrebatamiento.
Hoy, como mínimo 2.000 millones de personas no han oído
nunca el evangelio o no han comprendido lo suficiente como
para aceptarlo o rechazarlo. Quienes se salven durante la
tribulación procederán de este gran número, y se convertirán
basándose exactamente en lo mismo que quienes fueron
salvos antes de la tribulación: mediante la fe en la vida,
muerte y resurrección justificadora del Hijo de Dios.

La condición de que el evangelio llegue a todos los puntos del mundo


no es propia del arrebatamiento, sino de la Segunda Venida de
Cristo.
Unsolved Mysteries
¿Cómo se salvarán las personas durante la
tribulación?

Si no queda ningún creyente en la tierra al principio de los


siete años de la tribulación, esta es una buena pregunta.
Como veremos en las siguientes páginas, habrá dos testigos
y 144.000 israelitas sellados (Ap. 11:3, 7:4). Además, el Dr.
Henry Morris sugiere la existencia de “un testigo silencioso”,
porque “los millones y millones de ejemplares de la Biblia y
porciones de ella… no desaparecerán; sin duda, en esos
tiempos el mundo se sentirá impulsado a leer la Biblia… [y] se
volverá a su Creador y Salvador”. Estos creyentes
comprados por sangre empezarán a advertir a otros sobre el
juicio venidero más terrible aún. Predicarán el
arrepentimiento y el juicio, y los matarán por su mensaje.
¿Qué sucederá con los que se conviertan
durante la tribulación cuando mueran?

El Señor envía a un ángel para bendecirlos especialmente:


“Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que
mueren en el Señor” (Ap. 14:13). Así como el Nuevo
Testamento empieza con las bienaventuranzas de Jesús
para los vivos, también acaba con la bienaventuranza del
Señor para los muertos. Es la segunda de las siete
bienaventuranzas del libro de Apocalipsis. Aunque estas
palabras están escritas concretamente para quienes mueran
durante la tribulación, también van dirigidas a los santos de
cada generación, a los muertos en Cristo de todos los
tiempos. Los creyentes no mueren en el sentido de la muerte
como final de todo; simplemente aguardan el regreso del
Señor. Bienaventurados los que duermen en Jesús.
Si puedo salvarme durante la tribulación, ¿por
qué debería cambiar mi vida ahora?

Así como la muerte concluye el tiempo de salvación para


quienes rechazan a Cristo, con el arrebatamiento ocurre lo
mismo. Quienes hayan escuchado el mensaje del evangelio y
lo hayan rechazado caerán en las manos de un “poder
engañoso” durante la tribulación. En 2 Tesalonicenses 2:10-
12 leemos: “Y con todo engaño de iniquidad para los que se
pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para
ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para
que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los
que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la
injusticia”. Apocalipsis 13 nos dice que serán las mentiras de
la bestia y el anticristo, que falsifican la vida de Cristo e
inducirán a engaño. Los que han rechazado el evangelio
antes de la tribulación creerán estas mentiras, e irán al
infierno sin la oportunidad de recibir a Cristo. El tiempo de la
gracia habrá concluido para ellos. No hay segunda
oportunidad.
Cuidado: más te vale no esperar para ser cristiano. He oído
razonar a algunos de este modo, y me obligan a preguntarme
si quien desea burlar el sistema tiene el deseo genuino de
conocer a Dios. No permitas que nadie te diga que puedes
vivir a tu manera y esperar hasta la tribulación para ser
cristiano. Las cosas no son así. Te estarán engañando. La
mentira es la razón de que hoy no haya muchas más
conversiones. Es increíble, pero cuanto más intensa se
vuelva la tribulación, más fuerte será el rechazo contra Dios.
Lo lógico sería que se volverían a Él pidiendo misericordia;
sin embargo, se limitarán a maldecir a quien envía sus juicios
sobre el mundo. Los que ahora rechazan la verdad serán
engañados y no creerán el evangelio cuando se lo prediquen.
La Biblia declara que hoy es el día de salvación (2 Co. 6:2).
No intentes eludir el plan de Dios. No creas que puedes
vencer al sistema. Pronto volverá el Señor, y si ya le has
rechazado, habrás perdido tu oportunidad.
¿Es cierto que las personas no podrán suicidarse
durante la tribulación?

A pesar de que los seres humanos procurarán morir e


intentarán suicidarse, al parecer la muerte no será posible: “Y
en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la
hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos” (Ap.
9:6).
La experiencia de quienes hayan quedado aquí será
espantosa, cuando los incontables demonios del abismo
corran desenfrenados por toda la tierra. Las únicas
personas a las que estos demonios podrán herir son las que
no pertenezcan a Dios (v. 4). El veneno del aguijón
incendiará literalmente el sistema nervioso (v. 10). Este mal
se prolongará durante 150 días (v. 10), y la muerte no será
una escapatoria (v. 6).
¿Prevalecerá la promiscuidad en la tierra durante
la tribulación?

Cuando se retire la contención divina durante la tribulación,


las pasiones humanas se exacerbarán, y se rechazará la
moralidad en aras de la libertad y la “inmoralidad sexual” (Ap.
22:15). El resultado será una inmoralidad galopante
inimaginable.
¿Quiénes son los dos testigos que predicarán el
evangelio durante la tribulación?

En mi opinión, los dos testigos son Elías y Moisés. En


Malaquías 4:5-6 se nos dice que Elías volverá antes del
regreso de Jesús. En 1 Reyes 17, Elías detuvo la lluvia; y en
Apocalipsis 11:6, los testigos “tienen poder para cerrar el
cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía”. Otra
razón para creer que se trata de Elías es que no murió. Fue
arrebatado en un torbellino de fuego.
En mi opinión, el segundo testigo es Moisés. En Éxodo 7:20
y 21, convirtió “el agua en sangre”, y en Apocalipsis 11:6 los
dos testigos “tienen poder sobre las aguas para convertirlas
en sangre”. Moisés murió, pero nadie sabe dónde está
enterrado su cuerpo (Dt. 34:5-6). Dios preservó el cuerpo de
Moisés para que fuera restaurado. Por último, también es
significativo que Elías apareciera junto a Moisés en la-
transfiguración.
No podemos demostrar fehacientemente quiénes son los
dos testigos, pero de no ser ellos tenemos claro que se
parecerán mucho y que su ministerio será parecido.

En estos días de crisis, nuestra confianza no debe reposar sobre una


nación que puede desaparecer en breve, sino en Aquel que todo lo
hace conforme al designio de su voluntad.
Herman A. Hoyt
¿Cuándo aparecerán estos dos testigos?

En Apocalipsis 11:3 se nos presenta a los dos testigos. Se


ha debatido mucho sobre cuándo aparecen en escena. Yo
creo que empiezan su ministerio al principio de la tribulación,
cuando el anticristo firme su pacto con el pueblo judío.
Podemos suponer que tendrán muchos seguidores.
¿Qué poderes especiales poseerán los dos
testigos?

Apocalipsis 11:5 dice: “Si alguno quiere dañarlos, sale fuego


de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno
quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera”.
Dios los protege. Estos testigos tendrán poder sobre la
muerte, la sequía y la enfermedad.
Predicarán a Cristo como Señor de toda la tierra. Cerrarán
los cielos, de modo que durante su ministerio no llueva ni una
sola gota, y tendrán poder para provocar plagas cuantas
veces deseen. Irán por todas partes testificando de la
maldad de las personas. A todos dirán que Dios es
responsable de todos los juicios derramados sobre ellos. Por
si no fuera suficiente, anunciarán otros juicios futuros más
aterradores. Predicarán contra la bestia de Apocalipsis 13, y
los seres humanos intentarán matarlos porque su testimonio
expone las maldades del mundo.
¿Qué les sucederá a los testigos?

Transcurridos los 42 meses durante los que nadie podrá


matarlos, la bestia que subirá del abismo sin fondo acabará
con ellos. Son tan aborrecidos que todos se regocijarán
cuando mueran. Expondrán sus cuerpos en público.
Quedarán tendidos en la calle tres días y medio (Ap. 11:7-
10). En la sociedad judía de los tiempos bíblicos esto era una
abominación. Sus adversarios estarán exultantes porque
alguien haya eliminado por fin a esos dos archienemigos.
Ya se están descomponiendo, ¡y lo siguiente que vemos es
que se levantan! El mundo entero lo verá, porque estará en
todos los medios informativos. Mientras están siendo el
centro de atención del planeta, no solo resucitan, sino que
también son arrebatados (Ap. 11:12). Ascenderán al cielo “en
una nube”, la que representa la gloria de la shekiná de Dios.
Es la misma nube que envuelve al ángel de Apocalipsis 10:1.
El anticristo
El superhombre de Satanás

Hace casi cuarenta años, cuando empecé a estudiar la profecía


bíblica, me encontré con la predicción de que un día un solo hombre
dominaría el mundo entero. Francamente, no podía imaginar cómo
sucedería algo así. Sin embargo, como la Biblia lo presentaba como
parte importante del panorama de los últimos tiempos, lo creí y lo
prediqué aun sin poder entenderlo.
A medida que la civilización se apresura hacia su destino final, la
aparición de un poderoso gobernante mundial es inevitable.
LaHaye y Hindson, Global Warning
Si Satanás fue derrotado en la cruz, ¿por qué
sigue teniendo tanto poder ahora y en el futuro?

La victoria definitiva se obtuvo en el Calvario, pero se


implementará en el futuro. Se ha dictado sentencia y ahora
hay que ejecutarla. La aplicación está en manos de la Iglesia.
El instrumento que ejecuta la derrota de Satanás es la
oración. “Porque las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se
levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo
todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Co. 10:4-5).
Una persona que ora en la tierra puede movilizar a los
ángeles en el cielo.
Es necesario que los cristianos aprendan el poder de la
oración contra Satanás y que su obra será derrotada. No
estamos involucrados en la guerra si no estamos orando
contra él. Un día, el juicio emitido en la cruz, y aplicado
mediante la oración, concluirá. Satanás está condenado.
Una vez el arrebatamiento haya puesto fin a nuestra guerra
contra Satanás, sus planes malvados no tendrán obstáculo.
Pero no nos equivoquemos; Satanás y sus secuaces —el
anticristo y el falso profeta— tendrán que asistir a su cita con
el Dios todopoderoso. Ya derrotado, Satanás está
condenado.
¿Quién es el anticristo?

El anticristo es una persona que se opone a Cristo. El


prefijo anti también puede significar “en lugar de”, y ambos
significados serán aplicables a este futuro líder mundial. Se
opondrá abiertamente a Cristo y, al mismo tiempo, se hará
pasar por Él.
El anticristo estará a la altura de su terrible nombre. Será el
superhombre de Satanás que persiga, torture y mate al
pueblo de Dios, y quien dirija los ejércitos del mundo en la
batalla culminante del Armagedón. Será el dictador más
poderoso que haya visto este mundo, haciendo que César,
Hitler, Mao y Saddam parezcan débiles e inofensivos en
comparación.
A pesar de que al anticristo solo se le identifica cuatro
veces con este nombre en toda la Biblia, aparece en muchas
más ocasiones bajo diversos sobrenombres. También se le
llama:
• “el príncipe que ha de venir”, Daniel 9:26
• “un rey altivo de rostro”, Daniel 8:23
• “entendido en enigmas”, Daniel 8:23
• “un hombre despreciable”, Daniel 11:21
• “un pastor inútil”, Zacarías 11:16-17
• “el hijo de perdición”, 2 Tesalonicenses 2:3
• “la apostasía”, 2 Tesalonicenses 2:3
• “el hombre de pecado”, 2 Tesalonicenses 2:3
• “la bestia”, Apocalipsis 13:1

Cuando entre en escena, los habitantes del mundo correrán a él


como las abejas a la miel, y se desvivirán por obedecerle.
¿Qué es la “trinidad impía”?

Satanás es la primera persona y el padre de la trinidad


impía. El anticristo es la segunda persona y el hijo. Mientras
que el Espíritu Santo es la tercera Persona de la Trinidad y
su función principal es dirigir la alabanza hacia la persona de
Cristo, la misión central del falso profeta consiste en
orientarla hacia el anticristo (Ap. 13:11-12).
¿Cuáles son algunos de los rasgos del anticristo?

El profeta Daniel describe al anticristo usando estos


términos tan gráficos: “Después de esto miraba yo en las
visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia… Y he aquí
este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que
hablaba grandes cosas… y hablará palabras contra el
Altísimo” (Dn. 7:7-8, 25).
Daniel sigue diciendo que el líder venidero será famoso por
este tipo de elocuencia, que atraerá la atención y la
admiración del mundo.
Daniel sigue diciéndonos que este orador de pico de oro es
de verbo altisonante, pero que también pronunciará palabras
pomposas contra el Altísimo. El apóstol Juan lo describe en
términos parecidos en el libro de Apocalipsis: “También se le
dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias” (Ap.
13:5).
Daniel prosigue con su descripción del anticristo como un
hombre que “parecía más grande que sus compañeros” (Dn.
7:20). Respecto a su aspecto externo, será extremadamente
atractivo. La combinación de su personalidad magnética, su
capacidad oratoria y su apostura lo harán prácticamente
irresistible para las masas. Cuando entre en escena, los
habitantes del mundo acudirán a él como las abejas a la miel,
y se desvivirán por obedecerle. El apóstol Juan amplía la
descripción del profeta Daniel sobre los actos blasfemos del
anticristo, indicándonos que exigirá que todos los seres
humanos le adoren. “Y se le permitió infundir aliento a la
imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese
matar a todo el que no la adorase” (Ap. 13:15).
Por último, Apocalipsis 13:1-8 señala que se representa al
anticristo como una bestia, un título adecuado para él.
Durante la segunda mitad de los siete años de tribulación, el
anticristo personificará a Satanás mismo. En
2 Tesalonicenses 2:9 leemos: “cuyo advenimiento [el del
anticristo] es por obra de Satanás, con gran poder y señales
y prodigios mentirosos”. Paso a paso, el anticristo se irá
promocionando de líder europeo a líder mundial, a dictador
global tiránico y finalmente a un dios.
¿Cómo gana el anticristo el poder político?

Su ascenso al poder pasará desapercibido. Al principio no


se notará y apenas llamará la atención incluso de los más
cercanos al centro de la acción. Saldrá de entre la población
global. Juan narra: “Me paré sobre la arena del mar, y vi subir
del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos”
(Ap. 13:1). En la imaginería bíblica, el mar representa a la
masa general de los seres humanos o, más concretamente,
a las naciones gentiles.
Cualquiera que sea el poder del anticristo, solo lo tiene
porque el Dios todopoderoso lo permite. Por terrible que sea
la tribulación, nunca escapa al control divino. Satanás está
atado, y Dios es quien sujeta el extremo de la cuerda. El
diablo solo podrá hacer lo que Dios le permita durante el
periodo de la tribulación.
¿Quién adorará al anticristo?

Según Apocalipsis 13:8, “le adoraron todos los moradores


de la tierra”. Daniel 8:25 nos dice que el anticristo es el líder
de una secta. “Y hablará palabras contra el Altísimo… y
pensará cambiar los tiempos y la ley”. Hablará contra el Dios
verdadero de los cielos. Este lenguaje sugiere que intentará
alzarse al nivel de Dios y hacer declaraciones desde esa
posición.
En 2 Tesalonicenses 2:4 se afirma que el anticristo “se
opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es
objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios
como Dios, haciéndose pasar por Dios”. Aceptará la
adoración de los pueblos de este mundo.

La combinación de su personalidad magnética, su capacidad de


oratoria y su apostura lo harán prácticamente irresistible para las
masas.
¿Qué es la marca de la bestia?

La marca de la bestia es el número 666. No podemos


identificar el sentido exacto de la marca, pero sí podemos
decir algunas cosas generales sobre ella. El número seis es
el número del hombre (Ap. 13:18). Este fue creado el sexto
día. Debe trabajar seis días de cada siete. Un esclavo
hebreo no podía serlo más de seis años. Sus campos no se
podían sembrar más de seis años consecutivos. El número
666 es el hombre por triplicado. El número de la bestia
representa, quizá, la credulidad y la competencia humanas
por antonomasia.
La palabra empleada para la marca de la bestia es el
término griego járagma. En la antigüedad se la solía asociar
al emperador romano. A menudo contenía el nombre del
emperador, su efigie y el año de su reinado. Era necesaria
para comprar y vender, y para que un documento tuviera
validez tenía que llevar este sello. El anticristo hará lo mismo.
“Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres,
libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano
derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni
vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia,
o el número de su nombre” (Ap. 13:16-17).
¿Qué les pasará a quienes se nieguen a llevar la
marca de la bestia?

Quienes se nieguen a llevar la marca de la bestia serán


perseguidos y acusados de traición. Según el sistema
organizado por la bestia, a todo aquel que no lleve la marca
se le negará el poder comprar y vender (Ap. 13:16-17). Al
parecer, esto los llevará a la muerte, por no poder adquirir ni
los alimentos ni los demás artículos básicos para
mantenerse vivos.
¿Qué les pasará a quienes acepten la marca de
la bestia?

Apocalipsis 14:9-11 advierte que todos los que reciban la


marca de la bestia sufrirán el juicio eterno a manos de Dios.
En este pasaje, el ángel anuncia que quienes acepten la
marca de la bestia serán condenados al fuego eterno, la
perdición y la ira. Su tormento durará para siempre, porque
habrán optado por adorar y servir a la bestia y no al único
Dios verdadero.
¿Cómo será derrotada la bestia?

Satanás permitirá que maten a la bestia, o al menos que lo


parezca. Pero la herida que recibirá en la cabeza sanará, y el
mundo quedará tan asombrado que todos la seguirán (Ap.
13:3-4, 12). Una vez más, se trata de una imitación: emulará
la resurrección. Es la última estrategia de Satanás. Usará
todo lo que esté en su mano para llevar consigo al infierno a
tantos como pueda.
Justo cuando parezca que ya no hay esperanza, el Señor
regresará en su Segunda Venida para destronar a la bestia
durante la batalla de Armagedón. Entonces juzgará a las
naciones y a Israel, y Cristo instaurará el milenio.
¿Quién es el falso profeta?

El falso profeta es un hombre que ostenta la autoridad


religiosa y militar en nombre del anticristo. Realiza milagros
para inducir al mundo entero a postrarse y adorar al
anticristo y su imagen. En Mateo 7:15, Jesús dice:
“ Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con
vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. El
falso profeta que hallamos en Apocalipsis es la máxima
expresión de todos los profetas que le antecedieron. Hemos
de estar avisados contra los falsos profetas que se
presentan con la voz, la personalidad y la apacibilidad de un
cordero, pero cuyas palabras son las de Satanás mismo.
¿Qué aspecto tendrá el falso profeta?

Según Apocalipsis 13:11, tiene voz de dragón, pero aspecto


de cordero. ¿Por qué querrá Satanás que el falso profeta
parezca un cordero? Porque seguirá haciendo todo lo
posible por engañar al mundo, imitando el ministerio del
Jesús, el Cordero de Dios que fue sacrificado desde antes
de la fundación del mundo (Ap. 13:8).
¿Qué poderes tendrá el falso profeta?

El falso profeta será el líder religioso del anticristo, y


dispondrá del poder de imitar los milagros de Dios, según nos
dice Apocalipsis 13:13. Concretamente, en este pasaje se
menciona que hará descender fuego del cielo. Es posible que
con ello intente imitar a Elías, quien hizo caer fuego sobre el
monte Carmelo; el propósito del falso profeta sería hacer
creer a los seres humanos que él es Elías, que precede el
gran y terrible día del Señor. Engaña a las personas para que
hagan una imagen como punto de adoración central para la
bestia (v. 14). Con sus poderes esotéricos conseguirá que la
imagen hable (v. 15).
¿Qué importancia tienen los 144.000 israelitas
mencionados en Apocalipsis?

Durante la tribulación, Dios enviará al mundo a sus dos


testigos, para que profeticen y realicen poderosos milagros.
Durante este periodo también habrá 144.000 israelitas
“sellados” para servir a Dios (Ap. 7:4). Los 144.000 israelitas
—12.000 de cada una de las doce tribus de Israel—, se
convertirán en evangelistas y verán una gran cosecha de
almas durante los terribles días de la tribulación. Serán
protegidos para que nadie los pueda matar, y muchos oirán
su mensaje y serán salvos. Resulta difícil imaginar el impacto
que podrían tener sobre el mundo 144.000 judíos llenos del
Espíritu. El poder que les concederá el Espíritu Santo les
permitirá mostrar gran coraje y valentía cuando testifiquen
sobre el Verbo y sean testigos de la salvación en Jesucristo.
Doce judíos llenos del Espíritu pusieron su mundo patas
arriba. Imagínate la magnitud del avivamiento que tendrá
lugar durante la tribulación.
¿Qué quiere decir la Biblia con 144.000
vírgenes?

En Apocalipsis 14:4, la palabra virgen no es una descripción


física. Como vemos en 2 Corintios 11:2, la Iglesia debe
presentarse ante Jesucristo como una virgen casta. No es
una referencia a la virginidad física, sino a la espiritual. La
Iglesia debe ser santa. Asimismo, en Apocalipsis 14:4 dicho
término se refiere a que los 144.000 estarán apartados de la
corrupción del mundo. Serán vírgenes para Dios, y se
entregarán al Señor con una devoción pura. Será un grupo
verdaderamente separado y santificado, al que no le afectará
en absoluto la contaminación del mundo. Es el tipo de
testigos que Dios desea, independientemente de la
generación en que vivamos. Cuanto más santos seamos,
mejor nos podrá usar Dios. La mejor preparación para el
ministerio que podamos tener es, quizás, disponer nuestros
corazones en justicia y santidad ante Dios.
¿Qué significa que los 144.000 estén sellados
con la marca de Dios?

Apocalipsis 7:3-4 explica que el Espíritu de Dios sellará a


los 144.000 evangelistas en la frentes, y protegerá su
ministerio. Llevarán el nombre del Padre bien visible en sus
frentes.
Durante la época de la tribulación, no llevar la marca de la
bestia en la frente equivaldrá a morir. Pero habrá 144.000
personas que caminarán por el mundo sin llevar el 666, y
nadie los matará. No serán neutrales, sino agresivos. No se
limitarán a pasearse sin la marca; irán de un lado a otro con
su propia marca. No quieren que haya dudas respecto a
quién pertenecen. Llevarán la marca de Dios, y esta será
evidente para todo el mundo.
Llevar la marca de Dios equivaldrá a la muerte, pero estos
predicadores confesarán a Cristo, no se avergonzarán de Él,
y serán protegidos. Han atravesado toda la tribulación
predicando el evangelio. Siguen vivos. Dios los selló. Cuando
eres de Dios, y estás en su voluntad, eres inmortal hasta que
Dios haya acabado contigo. Él tiene el control. Esto no
significa que tengas que vivir temerariamente, sino que Dios
se ha comprometido a protegerte a lo largo de tu ministerio.
¿Habrá consecuencias en la tierra para quienes
adoren a la bestia?

Apocalipsis 16:2 nos habla de las terribles llagas que


padecerán quienes hayan aceptado la marca de la bestia y
adorado su imagen. Las úlceras de estos rebeldes
simbolizan que adoran a Satanás.
Los que acepten la marca de la bestia parecen ser
personas religiosas; se identifican con el gran régimen
religioso de su tiempo. Pero en ese espantoso momento de
juicio, cuando las copas se derramen sobre el mundo, las
úlceras serán otra forma de identificarlos y demostrar su
rebeldía contra Dios. Es como si Él permitiese que el veneno
de la rebelión que esas personas llevaban dentro saliera a la
superficie, manifestándose en llagas por todo su cuerpo.
En ese punto, Dios usará otras seis catástrofes en este
mundo para hacer realidad sus juicios. El resto del mar se
convertirá en sangre, igual que los ríos y los arroyos; el sol
quemará a las personas con su fuego; la tierra se sumirá en
las tinieblas; el río Éufrates se secará por completo; los
truenos, los relámpagos y piedras de granizo de casi 45 kg
caerán del cielos (Ap. 16:3-21).

El anticristo vivirá de una manera agresiva digna de su terrible


nombre. Será el superhombre de Satanás que persiga, torture y
mate a los miembros del pueblo de Dios, y dirigirá a los ejércitos del
mundo en la batalla culminante del Armagedón.
¿Experimentarán los que adoren al anticristo algo
parecido a las plagas de Egipto del Antiguo
Testamento?

La sexta plaga que Dios envió contra Egipto fue muy similar
a la que tendrá lugar en Apocalipsis 16:2. La Biblia la
describe como “sarpullido con úlceras en los hombres y en
las bestias, por todo el país de Egipto” (Éx. 9:9).
Estas llagas serán el cumplimiento de la profecía del
Antiguo Testamento. En Deuteronomio 28:27 y 35, Moisés
prometió que Dios juzgaría a Israel con llagas y otras
enfermedades de la piel si ellos no cumplían su pacto. El
castigo por la desobediencia consistiría en que las plagas
derramadas por Dios sobre Egipto (que incluían las úlceras y
los sarpullidos [Éx. 9:9]) también visitarían a Israel.
El juicio mencionado en Apocalipsis 16:10-11 es una plaga
de tinieblas. Una vez más, recuerda a las plagas de Egipto.
De la misma manera que las úlceras de la primera plaga
simbolizan la infección interna de quienes las padecen, esta
oscuridad exterior es un reflejo de las tinieblas del corazón y
del alma de quienes rechazan a Dios.

El anticristo será el dictador más poderoso que haya visto este


mundo, haciendo que César, Hitler, Mao y Saddam parezcan débiles
e inofensivos en comparación.
¿Qué es el Armagedón?

Nuestra nación no desconoce la guerra. En menos de 250


años de historia estadounidense, hemos participado en casi
300 guerras, conflictos y operaciones militares.
La Biblia nos indica que queda aún otra guerra importante
que se librará en este mundo, en algún momento después de
que la coalición de naciones dirigida por Rusia declare la
guerra a Israel. Esta guerra, llamada Armagedón, hace que
todas las libradas por los Estados Unidos hasta hoy
parezcan simples escaramuzas. Esta guerra hará caer el
telón final sobre la civilización moderna. De hecho, los
preparativos para esta guerra están ya en marcha por todo el
mundo. Lo único que frena su veloz aproximación es la
desaparición de todos los verdaderos creyentes en
Jesucristo, el evento conocido como el arrebatamiento o
rapto de la Iglesia, que todavía no ha ocurrido. Cuando la
Iglesia de Jesucristo sea trasladada a la seguridad del cielo y
empiece la tribulación, la incesante persecución a la que
Satanás someterá a Israel impulsará a todos los países
hacia la batalla del Armagedón.
¿Qué significa Armagedón?

Dada la enorme atención que recibe este nombre, podría


sorprenderte que solo se mencione una vez en la Biblia, en el
sexto capítulo de Apocalipsis. El término hebreo
harmageddon significa “el monte de Meguido”. Har significa
“monte” y meguiddo significa “matanza”; de modo que el
significado de Armagedón es “monte de la matanza”.
¿Dónde tendrá lugar la batalla de Armagedón?

Esta batalla tendrá lugar en el monte de Meguido, al norte de


Israel. Se compone de una inmensa llanura que llega desde
el mar Mediterráneo hasta el norte del territorio israelita.
Meguido está situado a unos 30 km al sureste de Haifa, a
casi 90 km al norte de Jerusalén y a poco más de 16 km de
Nazaret, ciudad donde creció Jesús.
Aunque la palabra Armagedón solo se menciona una vez
en la Biblia, el monte de Meguido disfruta de una rica historia
bíblica. Fue allí donde Débora y Barac derrotaron a los
cananeos (Jue. 4 y 5); donde Gedeón derrotó a los
madianitas (Jue. 7); donde murió Saúl durante una batalla
con los filisteos (1 S. 31); donde Jehú mató a Ocozías (2 R.
9); y donde los invasores egipcios acabaron con Josías (2 R.
23).
Estas no son, ni mucho menos, las únicas batallas libradas
en ese terreno sangriento. Si durante los siglos pasados
hubiéramos estado en la cumbre del monte Meguido,
contemplando la llanura de Armagedón, habríamos asistido a
una larga sucesión de batallas entre los grandes ejércitos
que atravesaron el campo uno tras otro: los cruzados, los
egipcios, los persas, los drusos, los griegos, los turcos y los
árabes. Durante la primera guerra mundial, el general
británico Edmund Allenby condujo a su ejército contra los
turcos, en una cruenta batalla en la llanura de Armagedón.
Según el historiador Alan Johnson, “en esa zona o en sus
inmediaciones se han librado más de 200 batallas”.[26]
Como ves, Meguido se ha ganado con creces su terrible
nombre: ciertamente es el “monte de la matanza”.
¿Por qué será el monte de Meguido el enclave de
la batalla final del mundo?

Una de las figuras más relevantes del mundo militar nos


dará la respuesta. En 1799, Napoleón estaba en Meguido
antes de la batalla que puso fin a su intento de conquistar
Oriente y reconstruir el Imperio romano. Contemplando la
vasta llanura de Armagedón, declaró: “Todos los ejércitos del
mundo podrían maniobrar sus fuerzas en esta inmensa
planicie… En el mundo no hay lugar más adecuado para una
batalla que este… [Es] el campo de batalla más natural de
toda la tierra”.[27]
Aunque la razón de que la batalla final de la tierra se libre en
Armagedón no es un misterio, es importante comprender que
aun teniendo su centro allí no estará confinada en ese punto.
Todos los profetas de la antigüedad concuerdan en que esta
guerra se librará por todo el territorio de Israel.
Las palabras del profeta Zacarías presagian que Jerusalén
será el centro del conflicto en la batalla del Armagedón: “He
aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos
los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra
Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra
pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren
serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra
se juntarán contra ella” (Zac. 12:2-3). De modo que, aunque
usamos el término Armagedón y localizamos la batalla en la
llanura de Meguido, la Escritura nos enseña que los
combates y el derramamiento de sangre ocuparán
literalmente todo el territorio israelita.
¿Qué propósito tiene el Armagedón en el plan de
Dios?
1. Concluir su juicio contra Israel: el periodo de la tribulación
es un tiempo de indignación divina contra el pueblo de
Israel, que rechazó a su Mesías y que, tras recibir una y
otra vez la oportunidad de volverse a Dios, no logró
reconocer el juicio correctivo y punitivo del Señor. No es
casualidad que este periodo de tiempo futuro suela
denominarse “tiempo de angustia para Jacob” (Jer. 30:7).
2. Finalizar su juicio contra las naciones que han
perseguido a Israel: los países persecutores del pueblo
judío se reunirán todos en la batalla de Armagedón, en el
valle de Josafat, dándole a Dios la oportunidad perfecta
para acabar con ellos de una forma definitiva y aplastante.
“Reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle
de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi
pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron
entre las naciones, y repartieron mi tierra” (Jl. 3:2).
3. Juzgar oficialmente a todas las naciones que le hayan
rechazado: “De su boca sale una espada aguda, para herir
con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y
él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios
Todopoderoso” (Ap. 19:15).
Fijémonos en esta última frase, “Él pisa el lagar del vino del
furor y de la ira del Dios todopoderoso”. Desde la
perspectiva de nuestros sentidos, limitados por el tiempo, la
actividad de Dios suele parecer tan lenta y pausada que las
personas que persiguen objetivos impíos tienden a
desestimar el juicio divino, como si fuera un factor que no
deben tomar en serio. Por tanto, las naciones no creen que
llegará un momento en el que Dios derrame sobre ellas su
juicio inevitable. Pero ten por seguro que Él está reteniendo
su juicio hasta que llegue el momento. La Biblia es clara: uno
de estos días Dios se hartará, y su juicio se verterá como
fuego consumidor sobre las naciones malvadas de este
planeta.
¿Qué diferencia hay entre la batalla de Gog y la
del Armagedón?

Al principio del periodo de la tribulación, Gog (el príncipe de


Rusia/Magog) reúne a las naciones en masa contra Israel,
pero la intervención de Dios frustra sus planes destructivos.
La batalla de Armagedón concluirá el periodo de la
tribulación. Varios años separan la batalla de Gog y la de
Armagedón, y sus participantes son distintos. Veamos
algunas de las diferencias que te ayudarán a distinguir entre
ambas:
• En la batalla de Gog participan Rusia y al menos otros
cinco países (Ez. 38:2-6). En la de Armagedón, todos los
países del mundo (Jl. 3:2; Zac. 14:2).
• En la batalla de Gog, los invasores atacarán desde el
norte (Ez. 38:6, 15; 39:2). En la de Armagedón, los ejércitos
vienen del norte, sur, este y oeste (Dn. 11:40-45; Zac. 14:2;
Ap. 16:12-16).
• En la batalla de Gog, el propósito de los ejércitos es
“arrebatar despojos y tomar botín” (Ez. 38:12). En la de-
Armagedón, el objetivo es aniquilar a los judíos y luchar
contra Cristo y su ejército (Zac. 12:2-3, 9; 14:2; Ap. 19:19).
• En la batalla de Gog, Rusia será el líder de las naciones
(Ez. 38:13). En la de Armagedón, será el anticristo (Ap.
19:19).
• En la batalla de Gog, Dios derrota a los invasores del
norte mediante las convulsiones de la tierra, la confusión de
las tropas, las enfermedades contagiosas y las
calamidades que caen de los cielos. En la batalla de
Armagedón, los ejércitos son derrotados por la palabra de
Cristo, “una espada aguda” (Ap. 19:15, 21).
• En la batalla de Gog, los enemigos de Israel morirán en
los montes de Israel y en campo abierto (Ez. 39:4-5). En la
batalla de Armagedón, los que caigan ante el Señor
yacerán donde sean derribados, de un extremo de la tierra
al otro (Jer. 25:33).
• En la batalla de Gog, los muertos serán sepultados (Ez.
39:12-15). En la de Armagedón, los muertos no serán
enterrados, sino que sus cadáveres serán totalmente
devorados por las aves (Jer. 25:33; Ap. 19:17-18, 21).
• Tras la batalla de Gog, las naciones participantes
(excepto Israel) seguirán combatiendo entre ellas durante el
resto de la tribulación (Ap. 13:4-7). Tras la batalla de
Armagedón, las espadas y las lanzas se convertirán en
rejas de arado y en hoces (Is. 2:4). Y las naciones no
volverán a prepararse para la guerra.[28]
¿Qué le sucederá al anticristo cuando dirija la
batalla de Armagedón?

Durante la batalla de Armagedón, el mundo se mostrará


cada vez más descontento con el liderazgo de este dictador
universal que ha incumplido todas sus promesas. Grandes
sectores del mundo empezarán a reunir sus propios ejércitos
para rebelarse contra él.
El rey del sur y sus ejércitos serán los primeros en
arremeter contra el anticristo, seguidos por las fuerzas del
norte. “Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con
él; y el rey del norte se levantará contra él como una
tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves;
y entrará por las tierras, e inundará, y pasará” (Dn. 11:40).
El anticristo sofocará algunos de esos primeros intentos de
rebelión contra él. Pero antes de que pueda celebrarlo y
continuar con su proyecto de destruir Israel y Jerusalén,
sucederá algo: “Pero noticias del oriente y del norte lo
atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a
muchos” (Dn. 11:44). La Biblia no nos oculta la fuente de las
noticias que tanto perturban y enfurecen al anticristo: “El
sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el
agua de éste se secó, para que estuviese preparado el
camino a los reyes del oriente” (Ap. 16:12).
El Éufrates es uno de los mayores ríos del mundo. Fluye
desde los montes de Turquía occidental, pasa por Siria y
sigue adelante atravesando el corazón de Irak, no lejos de
Bagdad. Al final se une con el Tigris para convertirse en el
Shatt el Arab, y acaba desembocando en el golfo Pérsico.
Todo el río Éufrates pasa por territorios musulmanes. En
Génesis 15 y Deuteronomio 11, el Señor especificó que el
Éufrates sería la frontera oriental de la Tierra Prometida.
Sirve tanto de frontera como de barrera entre Israel y sus
enemigos.

¿Qué importancia tiene que se seque el río Éufrates, y


por qué tendrá este suceso tan perturbador efecto sobre el
anticristo?
Si el río Éufrates se queda sin agua, no habrá barrera entre
el anticristo y el vasto ejército que avanza contra él. Cuando
estas fuerzas de inmensidad sin precedentes crucen el lecho
del Éufrates para luchar contra el anticristo, se pondrá en
marcha la guerra más tremenda de la historia que involucrará
a centenares de millones de soldados. El enorme campo de
batalla de esa guerra será el territorio de Israel.
Por si esta noticia no fuera preocupante de por sí, Juan nos
dice que todos estos eventos los inspirarán y dirigirán los
demonios del infierno: “pues son espíritus de demonios, que
hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el
mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios
Todopoderoso” (Ap. 16:14).
No cabe duda de que el demonismo, en todas sus formas y
expresiones, se irá manifestando cada vez más conforme se-
acerque el fin, hasta que todo concluya en el Armagedón… Pero
aparte de esos ejércitos de seres humanos, también estará
presente en el Armagedón una hueste innumerable de seres
sobrenaturales… De modo que el Armagedón será, en verdad, una
batalla entre el cielo, la tierra y el infierno.[29]
De manera que, justo en el momento en que el anticristo
esté a punto de atacar y destruir Israel y Jerusalén, se
producirá un imprevisto: el ataque de un ejército
inconmensurable que entra en el campo de batalla. El
escenario se dispone, pues, para el último e impactante
movimiento en la batalla del Armagedón.
La Segunda Venida
Para juzgar al mundo

Tras leer sobre el gobierno del anticristo, nos tranquilizará saber que
Cristo volverá para gobernar y reinar sobre la tierra y juzgar al mundo.

El regreso de Cristo se verá amplificado por un espectáculo


devastador que hará que las películas de catástrofes de Hollywood
parezcan un cuento para niños. El mundo verá y reconocerá a su
Señor y Rey legítimo. Aunque la primera vez vino con humildad y
sencillez, esta vez su gloria y majestad se manifestarán de forma
espectacular para que todos las vean.
¿Será juzgada la tierra al final de la tribulación?

Al término de la tribulación, Jesucristo volverá para juzgar al


mundo. Reconciliará a su pueblo elegido consigo, y
empezará el reinado del Rey de reyes. La justicia eterna se
introducirá durante el milenio. El templo será ungido, y se
restablecerá la belleza de la adoración judía en el templo
milenial.
• ¿Quién es el juez?
Mateo 25:31-33 nos dice claramente que el Hijo del
Hombre es el juez que preside el juicio de las naciones.
Juan 5:22 nos dice que el Padre no juzgará a nadie; ha
entregado todo juicio en manos de su Hijo Jesucristo. Y no
solo eso, sino que la Biblia afirma que Jesús vendrá con
sus santos ángeles para derramar su juicio.
• ¿Cuándo se producirá el juicio?
Los estudiosos premilenaristas de las Escrituras indican
claramente el momento del juicio. Tiene lugar cuando el
Hijo descienda en toda su gloria, de modo que será
durante la Segunda Venida. No se trata del arrebatamiento,
momento en que los cristianos se reunirán con Cristo en el
cielo, sino de la Segunda Venida, cuando Él descienda a la
tierra y dé por terminada la gran tribulación.
• ¿Dónde tendrá lugar el juicio?
Este juicio se celebrará en la tierra, no en el cielo. Jesús
habrá regresado para sentarse en su trono de gloria, y “lo
dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el
trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y
confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para
siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto” (Is.
9:7). Jesucristo reinará sobre la tierra restaurada durante
mil años (el milenio) en su reino, y después por toda la
eternidad, sobre un cielo y una tierra nuevos.
• ¿Quién será juzgado?
A este juicio serán convocados todos los incrédulos del
mundo (Ap. 19:15, 20, 21). En ese momento, Cristo
volverá a la tierra con sus santos que fueron arrebatados
para juzgar a los que no sean salvos y para reinar sobre el
mundo. Aunque ya habrá llevado a los creyentes al cielo,
en el arrebatamiento, siete años antes, otros habrán
creído en Él durante la época tan espantosa conocida
como la tribulación. Todos los que hayan creído en Cristo
en ese tiempo también reinarán con Él durante mil años.
¿Qué significa exactamente que “Cristo
reclamará el mundo”?

El libro de Apocalipsis se divide en tres secciones. Al


principio se nos presenta el mundo arruinado por el ser
humano. Cuando pasamos a la segunda mitad del periodo de
la tribulación, vemos un mundo gobernado por Satanás. Pero
cuando llegamos al momento del regreso de Cristo, al final
del periodo de la tribulación, vemos el mundo que Cristo ha
reclamado.
Sin embargo, reclamar el mundo no solo consiste en que
Cristo llegue y plante su bandera. Antes de poder reclamar la
tierra tiene que limpiarla. Tú no te mudarías a una casa
infestada de ratas sin antes exterminarlas y hacer una buena
limpieza. Es lo que Cristo debe hacer antes de reclamar el
mundo. Tiene que arrancar de raíz toda oposición, vengar el
daño padecido por su perfecta creación y borrar a los
rebeldes de la faz del planeta.
¿Cómo se limpiará el mundo?

No hay palabras adecuadas para describir el horror de esta


terrible escena. Las aves del cielo terrenal se juntarán en la
planicie de Armagedón para darse un festín con los
kilómetros y kilómetros de carne humana amontonada y
sembrada por el campo de batalla. La palabra traducida aves
solo aparece tres veces en la Biblia: dos en Apocalipsis 19
(v. 17 y 21) y una más en Apocalipsis 18:2. Se trata del
vocablo griego órneon, que alude a un ave carroñera y que
se traduce mejor en español como buitre.
Según la visión de Juan, el ángel está convocando a los
buitres de la tierra, “al festín del gran Dios” en Armagedón,
donde se alimentarán de los cadáveres de los enemigos del
Señor. El pasaje indica que entre estos despojos hay
grandes y pequeños, reyes y generales, esclavos y libres.
Como lo expresa Harry Ironside: “Es una imagen aterradora,
el punto culminante de la audaz resistencia del hombre ante
Dios”.[30]
¿Existen en la Biblia más referencias a la primera
venida de Cristo o a la segunda?

Aunque los cristianos estamos más familiarizados con la


primera venida de Cristo, la Biblia dedica más espacio a la
segunda. Las referencias a esta superan a las de la primera
en una proporción de ocho a una. Los estudiosos han
encontrado 1.845 referencias bíblicas a la Segunda Venida,
incluidas 318 en el Nuevo Testamento. Al retorno de Cristo
se le da importancia en nada menos que 17 de los libros del
Antiguo Testamento, y en siete de cada diez capítulos del
Nuevo Testamento. El Señor mismo hace referencia a su
regreso 29 veces. Si tenemos en cuenta los temas
dominantes del Nuevo Testamento, la Segunda Venida ocupa
el segundo lugar después de la fe.
En vista de las profecías en el Antiguo
Testamento sobre la primera y la segunda venida
de Cristo, ¿por qué lo rechazaron los judíos?

Las profecías en el Antiguo Testamento sobre la primera y la


segunda venida de Cristo están tan interrelacionadas que los
eruditos judíos no las entienden como eventos separados. Su
forma de comprenderlas fue como lo que sucede cuando
vemos una cadena montañosa desde cierta distancia.
Contemplaron lo que les parecía una sola montaña, sin darse
cuenta de que tras ella había otra igual de alta, invisible a su
mirada por la perspectiva de la distancia. Los profetas
entendieron ambas venidas de Cristo como un solo suceso o
como dos separados por muy poco tiempo. Un estudioso de
la Biblia ha escrito: “Las palabras pronunciadas de un tirón, y
escritas en una sola frase, pueden contener eventos
proféticos cuyo cumplimiento esté separado por milenios”.
[31]
Esta fusión de dos sucesos proféticos en uno solo puede
explicar, en parte, por qué la mayoría de los judíos ha
rechazado a Cristo. Las profecías presagian que el Mesías
soportará un gran sufrimiento a la par que obtendrá una gran
victoria. Ellos entendieron que el Salvador sufriente se
convertiría en el Salvador victorioso en una sola venida. No
comprendieron que vendría una primera vez para sufrir y una
segunda para vencer.
Es evidente que hasta los seguidores de Jesús esperaban
el cumplimiento de las gloriosas promesas de la segunda
venida durante su primer adviento. No se percataron de que
estaban viviendo en el intervalo de ambas apariciones hasta
que Él ascendió al cielo; era como hallarse en un llano entre
dos montes.
¿Cómo será la Segunda Venida?

Mateo escribe:
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta
el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán
las águilas. E inmediatamente después de la tribulación de aquellos
días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las
estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán
conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el
cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al
Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y
gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y
juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo
del cielo hasta el otro (Mt. 24:27-31).
La Segunda Venida será un evento glorioso contemplado
por creyentes e incrédulos por igual. Será un cataclismo que
dará paso al milenio, el reinado de mil años de Cristo sobre
la tierra (más adelante detallaremos este suceso).
¿Qué diferencias hay entre la primera y la
segunda venida del Señor?
• En su primera venida lo envolvieron en pañales. En la
segunda vestirá un manto real manchado de sangre.
• En su primera venida estuvo rodeado de ganado y gente
corriente. En la segunda lo acompañarán incontables
ejércitos celestiales.
• En su primera venida le cerraron la puerta del mesón. En
la segunda le abrirán las puertas de los cielos.
• En su primera venida su voz fue el llanto débil de un bebé.
En la segunda su voz tronará como el sonido de muchas
aguas.
• En su primera venida fue el Cordero de Dios que traía
salvación. En la segunda será el león de la tribu de Judá
que traerá juicio.
¿Quién vendrá con Cristo en la Segunda Venida?

El gran Señor Jesús, Capitán de los ejércitos de Jehová,


Rey de reyes, descenderá para defender y proteger a su
pueblo elegido y acabar de una vez con la maldad del
anticristo. Pero el Señor Jesús, Capitán de los ejércitos de
Dios, no vendrá solo, como manifiestan los siguientes
pasajes:
• “Y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos” (Zac.
14:5).
• “…en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos
sus santos” (1 Ts. 3:13).
• “…cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus
santos y ser admirado en todos los que creyeron” (2 Ts.
1:10).
• “He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de
millares…” (Jud. 14).
Todos los que hayan muerto en el Señor, junto con los que
fueron arrebatados con anterioridad a la tribulación, se
reunirán con el Señor y participarán en la batalla que
reclamará el mundo para ser gobernado por Cristo.
Y los santos no serán los únicos en constituir el ejército del
Señor. Tanto Mateo como Pablo nos dicen que los ángeles
también descenderán con Cristo: “Cuando el Hijo del Hombre
venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria” (Mt. 25:31); y
“Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los
ángeles de su poder” (2 Ts. 1:7).
¿Cuántos ángeles están disponibles para ser reclutados
por este ejército? La Biblia nos dice que su número es
impresionante. En Mateo 26:52-53, Jesús dijo a Pedro en el
huerto de Getsemaní: “Vuelve tu espada a su lugar… ¿Acaso
piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me
daría más de doce legiones de ángeles?”. Una legión romana
se componía de unos 6.000 soldados, de modo que Jesús
afirmó tener acceso inmediato a la protección de 72.000
soldados angélicos que se habrían apresurado a rescatarlo
con una sola palabra suya. Apocalipsis 5:11 respalda como
mínimo esta cifra: “Y oí la voz de muchos ángeles alrededor
del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su
número era millones de millones”. El griego dice, literalmente:
“Y su número era miríadas de miríadas y millares de
millares”. La Nueva Traducción Viviente traduce este pasaje
como “miles de millones de ángeles”.
Contrastes entre el arrebatamiento y la Segunda Venida
Segunda Venida Reino
Arrebatamiento/traslación
establecido
1. Traslación de todos los
1. No hay traslación alguna
creyentes
2. Los santos arrebatados van al 2. Los santos arrebatados vuelven al
cielo mundo
3. Se juzga a la tierra y se establece
3. No se juzga a la tierra
la justicia
4. Inminente, en cualquier 4. Sigue una serie de señales
momento, sin señales previas predichas, incluida la tribulación
5. No figura en el Antiguo 5. Se predice a menudo en el Antiguo
Testamento Testamento
6. Solo para los creyentes 6. Afecta a toda la humanidad
7. Antes del día de la ira 7. Concluye el día de la ira
8. No hay referencias a Satanás 8. Satanás encadenado
9. Cristo viene por los suyos 9. Cristo viene con los suyos
10. Viene en el aire 10. Viene a la tierra
11. Recoge a su Esposa 11. Vuelve con su Esposa
12. Solo le ven los suyos 12. Todo ojo le verá
13. Empieza la tribulación
Cortesía de Thomas Ice y Timothy Demy

Cristo no solo volverá para recompensar a los suyos, sino para


juzgar al mundo. Entre su primera y su segunda aparición habrá un
tiempo de perturbaciones, y luego se producirá el juicio de todos los
que le rechazaron. No será el juicio de los creyentes, porque ellos ya
habrán comparecido ante el tribunal de Cristo. Será un juicio sin
derecho a libertad condicional, sin sentencias leves y sin poder alegar
enajenación mental.
Escape the Coming Night
¿Reconoceremos a Cristo cuando vuelva en la
Segunda Venida?

Al producirse el arrebatamiento antes de la Segunda Venida,


los cristianos estarán con Cristo en el cielo durante la
tribulación. En el momento de la Segunda Venida le
conoceremos, porque estaremos con Él cuando vuelva al
mundo.
Apocalipsis menciona dos cenas, la de Dios y la
cena de las bodas del Cordero. ¿A cuál asistiré?

En Apocalipsis 19 se mencionan dos banquetes. El primero


es la cena de las bodas del Cordero; el segundo es la cena
de Dios en el que las aves de rapiña devoran la carne de sus
enemigos. Está en nuestras manos decidir a cuál de los dos
festines asistiremos. Si no queremos disfrutar de la cena de
las bodas del Cordero, seremos la comida en la cena de
Dios. Los cristianos estarán en la cena de las bodas del
Cordero, ¡en calidad de Esposa de Cristo!
¿Qué les sucederá a la bestia (anticristo) y al
falso profeta?

La Biblia nos dice que Dios agarra sencillamente al líder de


la rebelión final —el anticristo romano—, y lo lanza al infierno
con su cómplice, el falso profeta: “Y la bestia fue apresada, y
con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las
señales con las cuales había engañado a los que recibieron
la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos
fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde
con azufre” (Ap. 19:20).
Estas dos criaturas satánicas tienen el honor no buscado
de llegar al infierno antes que Satanás mismo. Como escribe
Juan, el confinamiento de Satanás llegará mucho después:
“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego
y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán
atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Ap.
20:10). Satanás no se reunirá con la bestia y el falso profeta
en el infierno hasta el final del milenio, mil años después de la
llegada de ellos allí.
¿Qué diferencia hay entre el tribunal de Cristo y
el juicio del gran trono blanco?

Al principio de la tribulación, los cristianos comparecerán


ante el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10). Transcurridos siete
años y el milenio (es decir, 1.007 años después), se
celebrará el juicio del gran trono blanco, el juicio de Dios,
donde todo el mundo deberá dar cuentas de sus actos.
Nadie puede escapar del juicio de Dios. Apocalipsis 20:13
afirma: “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la
muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos;
y fueron juzgados cada uno según sus obras”. Estos
muertos, los que habían rechazado a Cristo, se presentarán
delante del gran trono blanco. Si su nombre no figura en el
libro de la vida, serán arrojados al lago de fuego (Ap. 20:11-
15).
¿Cuándo se arrojará al lago de fuego las almas
sin esperanza de los no redimidos?

Cuando llegue el juicio del gran trono blanco, todas las


personas no redimidas que hayan vivido en este mundo se
presentarán delante de Jesucristo para recibir la sentencia
de muerte eterna. Todas se enfrentarán a un Juez sin jurado;
a un Fiscal sin abogado defensor, a una sentencia sin
posibilidad de apelación. Es el juicio final del mundo. No hay
esperanza para los que comparezcan ante el gran trono
blanco ni posibilidad de redención, de un veredicto favorable,
de una apelación. Solo existe una sentencia: ser arrojados al
lago de fuego.
¿Figura mi nombre en el libro de vida?

El libro de la vida se menciona a menudo en la Escritura (Éx.


32–33; Sal. 69:28; Dn. 12:1; Fil. 4:3; Ap. 3:5; 13:8; 17:8;
21:27; 22:19), y es imperativo que te asegures de que tu
nombre está inscrito allí, porque es la reserva de tu morada
eterna junto a Dios. Cuando crees en Jesucristo, recibes el
don gratuito de la vida eterna y haces una reserva en el cielo.
Los nombres de quienes no reciben el regalo de Dios se
borran del libro. “Sean raídos del libro de los vivientes, y no
sean escritos entre los justos” (Sal. 69:28); “Y el que no se
halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de
fuego” (Ap. 20:15), donde las almas de los condenados
languidecerán por toda la eternidad. Allí, separados de la
gloria de Dios, permanecerán en un estado eterno de agonía
desesperanzada.
El milenio
Para gobernar el mundo

En latín, la palabra millenium se divide en mille, que significa “mil”, y


annum, “años”; esto se traduce “mil años”. Durante ese tiempo,
Cristo gobernará el mundo en paz y justicia desde Jerusalén, su
capital. El milenio será un presagio del estado celestial que vendrá
después.
Cristo regresará cuando esté listo, e instaurará su reino sin nuestra
ayuda. Por ello tenemos que hacer, junto a Isaías, esta oración
poderosa: “¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras…!” (Is.
64:1). Podemos decir con Juan: “Amén. Sí, ven, Señor Jesús” (Ap.
22:20). Esta es la única esperanza de una paz duradera.
The Handwriting on the Wall
¿Qué significa la palabra milenio?

Milenio significa “mil años”, y alude al periodo cronológico


mencionado en Apocalipsis 20:1-6, que describe el gobierno
y el reinado de Cristo en la tierra. Cristo gobernará mil años
como rey sobre todo el mundo desde Jerusalén, su capital.
Los santos de Dios, que habrán vuelto con Él para librar la
batalla de Armagedón, gobernarán con Cristo durante el
milenio. Gobernaremos desde la Nueva Jerusalén y
contribuiremos a supervisar mil años de paz y de justicia en
el mundo. Durante ese tiempo Satanás estará atado, de
modo que la paz florecerá y el conocimiento del Señor llenará
el mundo. Al milenio solo entrarán los creyentes que hayan
aceptado a Cristo durante la tribulación.
¿Cómo cabrán todos los cristianos en una sola
ciudad, la Nueva Jerusalén?

La ciudad tendrá forma de cubo, y unas dimensiones tan


gigantescas que desafían la imaginación. La longitud,
anchura y altura del cubo son de 12.000 estadios,
aproximadamente 2.400 km (Ap. 21:16). ¡Solo su base mide
5.760.000 km2! Con el primer nivel ya habría espacio
suficiente para muchas más personas de las que han vivido
jamás en este planeta.
¿Reinará Cristo en la tierra durante mil años
literales?

Las Escrituras mencionan seis veces la duración del


milenio, pero su descripción no sugiere que debamos
interpretarla de forma simbólica o alegórica. El texto es
sencillo y claro: este reino terrenal durará mil años (Ap. 20:2-
3).
¿Cómo será el milenio?

No habrá guerras. Los reinos se unificarán. Incluso el reino


animal estará en paz (Mi. 4:2-3; Is. 11:6-9). Será una época
de prosperidad ilimitada. Desaparecerá toda necesidad (Is.
35). El pecado se mantendrá a raya, y en ese tiempo de gran
pureza se resolverá de inmediato la desobediencia. El reino
de Cristo será un reino santo (Is. 11:9, 66:23; Zac. 13:2).
Durante ese tiempo Satanás estará atado y encerrado, sin
poder salir a engañar a las naciones.
¡La gente considerará maldito al hombre que muera a los
cien años de edad! La salud de las personas será perpetua.
Se diría que volverá a instaurarse la extraordinaria
esperanza de vida que caracterizó a la raza antes del Diluvio
(Is. 65:20). El milenio será una era emocionante de felicidad,
satisfacción y gozo personal. Será la respuesta a muchas
oraciones antiguas y angustiosas (Is. 9:3-4; 12:3; 14:7-8;
25:8-9; 30:29; 42:1, 10-12).
¿Qué sucederá al final del milenio?

Durante el milenio nacerán niños que poblarán este mundo.


Algunos de ellos se rebelarán contra el justo gobierno de
Dios. Durante un tiempo, al final del milenio, Satanás será
liberado y organizará una rebelión final en la tierra,
recurriendo a quienes no hayan creído durante los mil años.
El juicio final del mundo, el juicio del gran trono blanco, remata
el milenio e introduce el nuevo cielo y la nueva tierra (Ap.
20:11-15; 21:1).
¿Cuál es la diferencia entre postmilenialismo,
amilenialismo y premilenialismo?

Existen tres puntos de vista respecto al milenio.


• El postmilenialismo enseña que la propia Iglesia provocará
la llegada del milenio mediante la predicación del evangelio.
A medida que se vaya convirtiendo un número creciente de
personas en todo el planeta, el evangelio irá conquistando
paulatinamente el mundo para Cristo, y Jesús volverá por
fin a la tierra para recibir el trono que la Iglesia ha ganado
para Él.
• El amilenialismo proclama que no existe un reinado literal
de Cristo durante mil años. Más bien la Iglesia hereda la
bendición milenial prometida a Israel, y Cristo reina por
medio de la Iglesia ahora mismo, en un milenio alegórico.
San Agustín desarrolló este punto de vista y lo propagó en
el siglo IV, y sigue siendo el paradigma habitual en muchos
círculos reformados.
• El premilenialismo es el punto de vista más antiguo de los
tres, y sostiene que Cristo volverá físicamente al mundo
para derrotar a sus enemigos y reinar sobre la tierra
durante un periodo de mil años literales. Esta es la visión
que figura en los escritos de los primeros padres de la
Iglesia, y es el punto de vista más habitual entre los
evangélicos.

Por el reinado de un Rey justo, cuya justicia mantendrá el equilibrio


de la vida en todo el mundo, desaparecerán muchas de las causas
del sufrimiento. El milenio será un periodo de alegría sin precedentes,
un subproducto natural de la paz. Isaías 14:7 dice: “Toda la tierra
está en reposo y paz; se cantaron alabanzas”.
What You Always Wanted to Know About Heaven
¿Por qué deberíamos creer en un milenio literal
(premilenialismo)?

Existen al menos cuatro razones por las que Cristo


debe volver a la tierra a reinar personalmente sobre los
reinos de este mundo.
• Es necesario para recompensar al pueblo de Dios. En
ambos Testamentos encontramos montones de promesas
que garantizan que el pueblo de Dios recibirá generosas
recompensas por su servicio fiel.
• Es necesario como respuesta a la oración de los
discípulos que hallamos en Lucas 11 y Mateo 6. Cuando
oraron “venga tu reino”, solicitaban que aquel reino tan
esperado se estableciera en la tierra.
• Es necesario para redimir a la creación. Génesis 3
describe los horrores de un mundo al que Dios maldice por
causa del pecado, mientras que Romanos 8:19-22
describe un momento venidero en el que desaparecerá esa
maldición, siendo el milenio el único periodo histórico en
que esta se suspende.
• Es necesario para subrayar de nuevo la depravación de la
humanidad y la necesidad de la muerte de Cristo en la cruz.
El milenio responderá de una vez por todas a la ancestral
pregunta de si el pecado del hombre nace de su entorno o
de su herencia. El milenio ofrecerá mil años de paz y
prosperidad ininterrumpidas, durante los cuales Cristo
gobernará desde Jerusalén con mano firme. Sin embargo,
al final de ese tiempo de felicidad, Satanás será liberado
durante un breve tiempo para demostrar que el corazón del
ser humano está ennegrecido por el pecado, y que incluso
en un entorno perfecto, los hombres y mujeres no redimidos
se rebelarán contra Dios. El milenio es la prueba definitiva
de que la muerte de Cristo es esencial para la salvación de
la humanidad.
El nuevo cielo y la nueva tierra
Para crear el reino eterno de Dios

Dios ha preparado un hogar eterno para sus hijos, donde no habrá


enfermedad ni muerte. Las tristezas pasadas se habrán olvidado, y
sus hijos pasarán la eternidad en su presencia, regocijándose en la
Nueva Jerusalén.

¿Te imaginas una ciudad santa? Será una comunidad donde nadie
mienta, donde no se maquinen asuntos turbios, donde no se vean
películas ni imágenes impuras. La Nueva Jerusalén será santa
porque todos sus ciudadanos serán santos. Allí desaparecerán todos
los pensamientos desmoralizantes o tenebrosos que hoy nos pasan
por la mente.
Escape the Coming Night
¿Qué haremos en el cielo?

¡N
unca nos aburriremos! Cantaremos (Ap. 15:3-5). Los que en
este mundo hayan sido incapaces de cantar dos notas
seguidas podrán cantar en los cielos, sin cansarse nunca de
exaltar el nombre del Rey de reyes. Podremos servirle a la
perfección, capacitados por el poder que puede someter
todas las cosas al deseo de su voluntad (Ap. 1:1; 7:3; 10:7;
11:18; 15:3; 19:5; 22:6). Tendremos una comunión constante
(Ap. 19:9; He. 12:22-24) con los ángeles, los miembros de la
Iglesia, Dios, Jesús y los espíritus de los seres humanos
perfeccionados. Nunca más tendremos que despedirnos de
un ser querido ni organizar una fiesta de despedida.
Dios reserva diferentes trabajos para personas distintas.
Dios nos ha hecho a todos únicos, con un ministerio y una
responsabilidad especiales. Cada uno de nosotros, por
derecho propio, tiene un propósito y ha sido preparado para
lo que Dios le haya llamado a hacer. En el cielo habrá
muchos grupos diferentes, con responsabilidades únicas
delante de Dios. Por ejemplo, los 24 ancianos están
coronados, entronizados y sentados (Ap. 4:10; 11:16). Los
144.000 procedentes de la tribulación no tienen coronas ni
tronos, y están en pie entonando un cántico que nadie más
conoce (Ap. 14:3). El cántico de los 144.000 resuena como
el estruendo de muchas aguas, como potentes truenos. Es
un cántico de alegría (Ap. 14:2).
Cuando lleguemos al cielo, alabaremos a Dios de todas las
maneras imaginables. Todo el cielo está repleto de cánticos.
La música de adoración nos ofrece un presagio de lo que
será el cielo. En el libro de Apocalipsis hay más himnos que
en cualquier otro libro de la Biblia, excepto Salmos. Si
queremos saber cómo adorar al Señor, para nosotros la
música debe ser una prioridad.
¿Existe el “sueño del alma”?
Apocalipsis 6:9-11 tira por tierra el concepto del sueño del
alma. Las almas de los mártires bajo el altar, aquellos que
murieron durante la tribulación, son conscientes y hablan: “Y
clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo
y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que
moran en la tierra?”. No debemos permitir que nos confunda
el uso del verbo dormir en relación con la muerte física. Esto
no es un “sueño del alma”. Podemos entenderlo más
claramente cuando leemos 1 Tesalonicenses 4:14-16. En
este pasaje se nos habla de la resurrección de los creyentes:
(1) salen de la tumba; y (2) Dios los llevará con Cristo
cuando este regrese. Solo existe una manera de explicar
cómo pueden resucitar y al mismo tiempo descender del
cielo. Al morir, el alma y el cuerpo se separan. El sueño se
aplica solamente al cuerpo del creyente, que va a la tumba
esperando la resurrección. El sueño nunca se aplica al alma
del creyente.
¿Hay algo que pueda impedir que los muertos
inconversos vayan al infierno?

No. Por ello, nuestro objetivo prioritario debe ser alcanzar al


mayor número de personas posible antes de que sea
demasiado tarde. No hay segunda oportunidad, y después de
la muerte no llega la aniquilación. Al morir, los que no han sido
salvos descienden directamente al Hades, donde padecen
tormento hasta su resurrección corporal, tras la cual serán
condenados (Dn. 12:2; Lc. 16:22-24; Ap. 20:11-15).
Como cristiano, ¿por qué no debo temer a la
muerte?

La Biblia tiene un concepto único de la muerte para quienes


han puesto su confianza en Jesucristo. La Palabra nos dice
que la muerte es preciosa para el creyente: “Estimada es a
los ojos de Jehová la muerte de sus santos” (Sal. 116:15). La
Biblia también nos dice que para el creyente la muerte ha
perdido su aguijón. “¿Dónde está, o muerte, tu aguijón?
¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Co. 15:55); y también
que supone estar con Cristo: “Porque de ambas cosas estoy
puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con
Cristo, lo cual es muchísimo mejor” (Fil. 1:23). En el cielo
veremos a Jesús cara a cara: “Enjugará Dios toda lágrima
de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”
(Ap. 21:4). ¡Esta es la maravillosa esperanza con la que
vivimos!
Conclusión
La Segunda Venida de Cristo es un tema central en buena parte de la
Biblia, y una de las promesas más reiteradas de toda la Escritura.
Los cristianos pueden descansar en la convicción inmutable de que,
así como Jesús vino al mundo la primera vez, también regresará
cuando concluya la gran tribulación.
¿Cómo deberíamos prepararnos para los últimos
tiempos venideros?
• Manteniéndonos firmes (2 Ts. 2:15) No es el momento de
correr tras una nueva doctrina ni de analizar nuevas ideas
sobre teología. Mantente firme en la fe que conoces. Si ha
habido alguna vez un momento idóneo para ser rotundos
respecto a nuestra fe, es ahora. La palabra que hoy usa
todo el mundo es tolerancia. Pero yo solo quiero ser tan
tolerante como Dios, y Él es bastante intolerante con lo que
no es cierto.
• Retener la doctrina (2 Ts. 2:15) Las noticias diarias
pueden desanimarnos. Pero en medio de todo está Jesús y
el aliento que nos da. Hemos de cultivar nuestra relación
con Él hasta que deje de ser una cosa de nuestra vida y se
convierta en el centro de nuestro ser.
• Trabajar duro (2 Ts. 2:16-17; Lc. 19:13) El objetivo de los
cristianos no solo es ir al cielo, sino llevar con nosotros al
mayor número de personas posible. Compartir el evangelio,
enseñarlo a los niños, edificarnos mutuamente, animar a
los que caen y acercarnos a los que sufren. El Señor dijo
que nos ocupáramos en toda buena obra “hasta que Él
vuelva”. No hay tiempo para estar ociosos. Es hora de que
busquemos la verdad y la vivamos cada día.
¿Qué debemos hacer cuando empezamos a ver
las señales de los últimos tiempos?

A pesar de lo mucho que valoro comprender los eventos


futuros, considero que el valor del estudio de la profecía es
más elevado y práctico. Nos ofrece una motivación sólida
para vivir la vida cristiana. La inminencia de los sucesos
proféticos demuestra la necesidad de vivir cada momento
preparados como lo estuvo Cristo. Una vez oída y entendida
la verdad del regreso prometido de Cristo, no podemos
seguir viviendo nuestras vidas como antes. Los eventos
futuros tienen consecuencias en el presente que no
podemos ignorar. Sabiendo que Cristo volverá a este mundo,
no podemos seguir siendo los mismos.
De las epístolas neotestamentarias he recopilado diez
modos en los que nuestro conocimiento profético debería
hacernos distintos. He resaltado en cursiva las palabras de
las Escrituras que relacionan la amonestación con la
promesa del regreso de Cristo.
1. No juzguemos a otros: “Así que, no juzguéis nada
antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará
también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las
intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá
su alabanza de Dios” (1 Co. 4:5).
2. Celebremos la Cena del Señor: “Así, pues, todas las
veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que él venga” (1 Co.
11:26).
3. Vivamos espiritualmente: “Si, pues, habéis resucitado
con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y
vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando
Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros
también seréis manifestados con él en gloria” (Col. 3:1-4).
4. Relacionémonos unos con otros en amor: “Y el
Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con
otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros
para con vosotros, para que sean afirmados vuestros
corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios
nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo
con todos sus santos” (1 Ts. 3:12-13; Jud. v. 21).
5. Restauremos a los afligidos por el duelo: “Tampoco
queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que
duermen, para que no os entristezcáis como los otros que
no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y
resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que
durmieron en Él. Por lo cual os decimos esto en palabra del
Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado
hasta la venida del Señor, no precederemos a los que
durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con
voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del
cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes
para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre
con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con
estas palabras” (1 Ts. 4:13-18).
6. Comprometámonos con el ministerio:”Te encarezco
delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los
vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de
tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y
doctrina” (2 Ti. 4:1-2).
7. No dejemos de asistir a la iglesia: “Y considerémonos
unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas
obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen
por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto
veis que aquel día se acerca” (He. 10:24-25).
8. Mantengámonos firmes: “ Por tanto, hermanos, tened
paciencia hasta la venida del Señor. Mirad como el labrador
espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con
paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la
tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad
vuestros corazones; porque la venida del Señor se
acerca” (Stg. 5:7-8).
9. Renunciemos al pecado en nuestras vidas: “Ahora,
hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste,
tengamos confianza, para que en su venida no nos
alejemos de él avergonzados. Si sabéis que él es justo,
sabed también que todo el que hace justicia es nacido de
él” (1 Jn. 2:28-29).
10. Alcancemos a los perdidos: “Conservaos en el amor
de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor
Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan,
convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y
de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la
ropa contaminada por su carne” (Jud. 21-23).
¿Por qué debería estudiar la profecía y el libro de
Apocalipsis?

No sería lógico que un escritor tan meticuloso como Juan


nos dejara preguntándonos sobre cómo aplicar el mensaje
de Apocalipsis. Deja clarísimos los propósitos que tuvo al
escribir el libro. Puedes ser bendecido por el mero hecho de
leerlo (Ap. 1:3, 22:7), o maldecido por tergiversarlo (vv.
22:18-19). Apocalipsis nos revela que encontramos el
camino al verdadero éxito sometiendo nuestras vidas a la
Palabra de Dios. Apocalipsis nos enseña que aunque un día
desaparecerá la necesidad de evangelizar, la necesidad y el
privilegio de la adoración son eternos. ¡Practica “aquí abajo”
antes de adorar a Dios perfectamente “allá arriba”!
Estamos bajo la misma instrucción que recibió Juan: llevar
las palabras del evangelio a hombres, mujeres, niños y niñas
que aún no conozcan ni amen al Salvador. “Porque es
necesario que todos nosotros comparezcamos ante el
tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que haya
hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”
(2 Co. 5:10).
Debemos prepararnos ahora y esperar su venida, porque
hemos recibido la clara advertencia de que está en camino, y
no habrá más tiempo de prepararse: “He aquí yo vengo
pronto” (Ap. 22:20).

Ahora llegamos al punto final de nuestro viaje, y recibiremos una


breve visión del futuro eterno; Dios hará unos cielos nuevos y una
tierra nueva. Aunque nos cuesta imaginar algo más maravilloso que el
cielo en el que habitaremos después de morir, el cielo eterno será
incluso más glorioso. La joya definitiva del paraíso será la ciudad
santa, la Nueva Jerusalén.
Escape the Coming Night
Notas finales
[1] David McCullough, Truman (Nueva York: A Touchstone Book
publicado por Simon & Schuster, 1992), p. 619.
[2] The Jewish People Policy Planning Institute: Annual Assessment
2007 (Jerusalén, Israel: Gefen Publishing House, LDT, 2007), p. 15.
[3] Robert J. Morgan, My All in All (Nashville, TN: B&H Publishing,
2008), comentarios para el día 22 de abril.
[4] Paul Crespo, “Something Is Going On Between Rusia and Iran”,
30 de enero de 2007,
http://archive.newsmax.com/archives/articles/2007/1/29/212432
.shtml?s=1h.
[5] Joel C. Rosenberg, Epicenter (Carol Stream, IL: Tyndale, 2005),
p. 113.
[6]. John Walvoord y Mark Hitchcock, Armageddon, Oil and Terror
(Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, 2007), p. 67.
[7] “Transatlantic Economic Council”,
http://ec.europa.eu/enterprise/enterprise_policy/inter_rel/tec/index_en.
htm. Consultada el 28 de marzo de 2008.
[8] Jerome R. Cossi, “Premeditated Merger: Inside the hush-hush
North America Union confab”, 13 de marzo de 2008,
www.worldnetdaily.com/index.php?pageId=39523.
[9] Arno Froese, How Democracy Will Elect the Antichrist
(Columbia, SC: The Olive Press, 1997), p. 165.
[10] www.whitehouse.gov/news/release/2002/01 /print/20030239-
11html.
[11] Scott Peterson, “Russia, Iran Harden Against West”, The
Christian Science Monitor, www.csmonitor.com, 18 de octubre de
2007.
[12] AFP: “Russia scraps Libya’s debts and Putin visits Tripoli”,
www.google.com/article/ALeqM5AgDZCvyaEv18qMczqwwc1-Er_w>,
17 de abril de 2008.
[13] Matthew Kreiger, “7,200 Israeli millionaires today, up 13%”,
Jerusalem Post, 28 de junio de 2007.
[14] www.prosperity.org/profile.aspx?is+IS.
[15] Estadísticas recopiladas de www.adherents.com
/Religions_By_Adherents.html y
http://pewresearch.org/assets/pdf/muslim-american.pdf. Descarga de
la página 15.
[16] Cita sobre la autoridad de Ibn ‘Abbas en Sahih de al-Bukhari;
respaldado por numerosos eruditos islámicos. Véanse, por ejemplo,
http://www.bibletopics.com/BIBLESTUDY/96a.htm y
http://www.giveshare.org/islam/index.html.
[17] La información sobre la historia del Islam procede de Winfried
Corduan, Pocket Guide to World Religions (Downers Grove:
InterVarsity Press, 2006), pp. 80-85.
[18] Benazir Bhutto, Reconciliation: Islam, Democracy, and the
West (Nueva York: Harper Collins, 2008), pp. 2, 3, 20.
[19] Georges Sada, Saddam’s Secrets: How an Iraqi General
Defied and Survived Saddam Hussein (Brentwood, TN: Integrity
Publishers, 2006), pp. 286-287.
[20] “Vatican: Muslims now outnumber Catholics”. USA Today, 30 de
marzo de 2008, www.usatoday.com.
[21] “Ahmadinejad’s 2005 address to the United Nations”, de
Mahmoud Ahmadinejad. Traducción facilitada por las Naciones
Unidas.
[22] “Ahmadinejad: Wipe Israel off map”,
http://english.aljazeera.net/English/archive/archive?ArchiveId=15816.
[23] Stan Goodenough, “Ahmadinejad:Israel has reached its
‘final’stage’”, www.jnewswire.com/article/2314, 30 de enero de 2008.
[24] Mark Bentley y Ladane Nasseri. “Ahmadinejad’s Nuclear
Mandate Strengthened After Iran Election”.
www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid
=aGUPH1VLn.7c&refer=home.
[25] www.merriam-webster.com/dictionary/rapture.
[26] Alan Johnson, The Expositor’s Bible Commentary, vol. 12
(Grand Rapids: Zondervan, 1981), p. 551.
[27] Vernon J. McGee, Through the Bible, vol. 3 (Nashville, TN:
Thomas Nelson Publishers, 1982), p. 513.
[28] De J. Dwight Pentecost, Things to Come: A Study in Biblical
Eschatology (Findlay, OH: Dunham Publishing Company, 1958), pp.
347, 348.
[29] The Coming Great War: The Greatest Ever Known in Human
History (Toronto, Canadá: A. Sims, Publisher, 1932), pp. 12-13.
[30] H. A. Ironside, Revelation (Grand Rapids, MI: reimpresión de
Kregel, 2004), p. 189.
[31] Lehman Strauss, “BibleProphecy”: www.bible.org. Consultada
el 27 de noviembre de 2007.
La misión de Editorial Portavoz consiste en proporcionar productos de calidad —con integridad y excelencia—, desde una perspectiva bíblica y confiable, que animen a las personas a
conocer y servir a Jesucristo.

Título del original: The Prophecy Answer Book © 2010 por el Dr. David Jeremiah, y publicado por Thomas Nelson, Nashville, Tennessee.

Edición en castellano: Profecía: Preguntas y respuestas © 2016 por Editorial Portavoz, filial de Kregel, Inc., Grand Rapids, Michigan 49505. Todos los derechos reservados. Publicado
con permiso de Thomas Nelson, una división de HarperCollins Christian Publishing, Inc.

Traducción: Daniel Menezo

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