21 El Sabado

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Me gustaría hacerte una pregunta: ¿Qué es el sábado, una señal

o un día festivo?
¿Por qué hablar del sábado como una señal? ¿No sería más
adecuado referirnos al sábado en términos de día festivo? Para
responder a estos interrogantes, debemos primero comprender
el sentido de la palabra “señal”.
Las señalizaciones en la ruta nos ayudan a ubicarnos cuando
andamos perdidos. Cuando una persona sabe hacia dónde va,
éstas no le son necesarias. Sin embargo, en el caso contrario, no
hay nada mejor.
Dios le dice a Moisés: “Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo:
En verdad vosotros guardaréis mis sábados; porque es señal
entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis
que yo soy Jehová que os santifico” Éxodo 31:13
Por lo tanto el sábado es una señal. Al llevar una vida tan agitada
y creativa, tendemos a apartarnos de Dios. Por ello el sábado es
una “señalización” que nos conduce nuevamente hacia nuestro
Creador, y refuerza nuestra relación con El.
¿Qué beneficios me aporta el sábado?
1 El sábado
Me ayuda a creer y
recordar la creación.
“Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército
de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y
reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al
día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra
que había hecho en la creación” Génesis 2:1-3.
“Yo soy Jehová vuestro Dios; andad en mis ordenanzas, y
guardad mis derechos, y ponedlos por obra: Y santificad mis
sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis
que yo soy Jehová vuestro Dios” Ezequiel 20:19, 20.
“El sábado le fue dado a toda la humanidad para conmemorar la
obra de la creación. El gran Jehová, cuando colocó los
fundamentos de la tierra, cuando vistió a todo el mundo con su
traje de hermosura, y creó todas las maravillas de la tierra y del
mar, instituyó el día sábado y lo santificó. Cuando las estrellas
de la mañana cantaban, y todos los hijos de Dios daban voces de
gozo, el sábado fue apartado como un monumento de Dios. Dios
santificó y bendijo el día en que había reposado de su obra
maravillosa” NEV 345.
2 El sábado Es un beneficio
para toda la familia.
En nuestro contexto socioeconómico, las responsabilidades financieras consumen
nuestro tiempo. Muchas familias sufren los efectos de la falta de tiempo para fortalecer
las relaciones interpersonales. Se logran ganancias económicas a costo de la pérdida de
la familia. Dios tiene un mejor plan. El sábado brinda una oportunidad para que la
familia comparta un tiempo de calidad y desarrolle relaciones familiares saludables.
Para los que no tienen una familia, el sábado les ofrece el beneficio de convivir con una
familia espiritual extensiva. En el Salmo 122:1, leemos: “Yo me alegré con los que me

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decían: A la casa de Jehová iremos”.
Me ayuda a mantener
El sábado
la familia unida.
Pero el sábado no es un día de inactividad forzada. Por el contrario: es una oportunidad de
obtener grandes logros. Es un día perfecto para que la familia esté finalmente unida, después
de seis días en que cada uno se preocupó por sus propios intereses, disfrutando de una
comida de sábado y de la compañía de sus seres queridos. La comida de sábado, que se
complementa con alabanzas a Dios y con las palabras de la Biblia dentro de una atmósfera
apacible, proporciona una mayor oportunidad de interacción entre los miembros de una
familia. Quizás el sábado es lo que permite una mayor estabilidad en una familia adventista.
4 El sábado Me ayuda a
autoevaluarme.
El sábado ayuda al hombre a tener una mayor visión de sí mismo. Es un día
en el que no debe preocuparse de las exigencias de su empleador o profesor.
En ese día, libre de toda presión, puede hacerse una auto evaluación: lo
hecho; el momento actual; metas… Puede luchar consigo mismo y buscar
formas de mejorar. Este día de descanso es un día de introspección.

5 El sábado Combate la soledad.

La soledad altera nuestro estado emocional. Fuimos creados para


vivir en comunidad. Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté
solo” (Génesis 2:18). Muchas personas sufren en nuestros días los
efectos de la soledad. Dios ofrece con el sábado una solución al
problema de la soledad. A nivel espiritual, cada semana tenemos
la oportunidad de estar en comunión con Dios y con otras
personas en la iglesia; para compartir juntos la alabanza a Dios; y
disfrutar de la fraternidad.
6 El sábado
Me impele a
trabajar seis días.
“Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra” Éxodo 20:8-9
“Los primeros seis días de cada semana nos fueron dados para trabajar,
porque Dios empleó el mismo período de la primera semana en la obra
de la creación. Apartó el séptimo día para que fuera un día de reposo,
en conmemoración de su propio descanso durante el mismo período,
después de terminar la obra de la creación en seis días”. SSJ 149

7 El sábado
Nos recuerda que
somos mayordomos
de todo y no dueños.
Cuando Dios colocó al hombre en el jardín del Edén ya había tomado
todas las provisiones para su debida existencia. Dios lo creó en último
lugar para que se diera cuenta de que no era dueño de nada, sino
mayordomo, y que para satisfacer todas sus necesidades debía
depender de su Creador, y no de las cosas, pues si dependía de éstas
se convertiría en esclavo de ellas.
8 El sábado Alivia el estrés y
la ansiedad.
En forma general, el estrés y la ansiedad son producidos por las
preocupaciones, los pensamientos negativos, el temor y la
incertidumbre.
La palabra sábado deriva del verbo hebreo sabbath, que significa
descanso. El beneficio del sábado es que nos da descanso físico, y
renovación mental y emocional. Piensa en esto: Si Dios les dio a Adán y
Eva el sábado en la creación (Génesis 2:1-3), cuando estaban en su
estado de perfección y sus cuerpos no se deterioraban ni enfermaban,
¿cuánto más el sábado no habrá de beneficiarnos a nosotros hoy, que
sufrimos de cansancio, decadencia, estrés y ansiedad? Los expertos en la
materia dicen que una de las claves para solucionar el problema del
estrés y la ansiedad es el descanso.
Mira cómo Dios se anticipó a esta situación. El cuarto mandamiento dice:
“Seis días trabajarás y harás toda tu obra; más en el día séptimo es
reposo para Jehová tu Dios…” (Éxodo 20:8-11). Nótese que en el texto
aparece la bendición del trabajo y el beneficio del descanso. El plan de
Dios es que tengamos vidas balanceadas y saludables. Con los beneficios
del sábado nadie necesita sufrir los efectos del estrés y la ansiedad.
9 El sábado
Ayuda a combatir
la depresión.
La depresión está clasificada como una enfermedad mental y provoca anhedonia, que
es la incapacidad de disfrutar la vida. Las personas con niveles bajos de la hormona
serotonina, que es responsable del bienestar, sufren más fácilmente una depresión
cuando no descansan. En estas situaciones particulares, los beneficios físicos del
descanso sabático son necesarios para vivir el lado optimista y positivo de la vida.
El descanso del sábado promueve el disfrute de la vida, porque eleva la estima propia
a niveles saludables. De los diez mandamientos del Decálogo, solo el cuarto menciona
a Dios como Creador: “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día…” (Éxodo 20:8-11). Así, el
sábado te ayuda a decir adiós a la depresión y ¡bienvenida felicidad!

10 El sábado Nos ayuda a ser


ecológicos.
En sábado recordamos que el mundo no es nuestro para hacer con él lo
que nos parezca, sino es la creación de Dios. “Dios vendrá a destruir a los
que destruyen la tierra”. Consumimos menos, no tv, no lavadora…
11 El sábado
Da propósito a
la vida.
En primer lugar, define nuestros orígenes. Somos producto de un Diseñador
inteligente que nos creó con un propósito. No estamos aquí por accidente.
En segundo lugar, el sábado define nuestra identidad. Dios es nuestro Creador y
Padre celestial, y por lo tanto somos familia del Rey.
Finalmente marca nuestro futuro. Tenemos una cita con Dios en la eternidad, ya
que cada sábado lo adoraremos en la Tierra Nueva (Isaías 66:23).

12 El sábado
Es la solución para los
problemas sociológicos.

El hombre fue creado por Dios a su imagen y semejanza, y, por lo


tanto, debe considerar a sus semejantes en la misma forma en que
él mismo se ve en relación con Dios. Este enfoque hará que no le dé
demasiada importancia al sexo y no le rinda culto al cuerpo, y
también le recordará siempre que no debe explotar a sus prójimos
-explotación que ha desatado los conflictos raciales, laborales y
nacionalista-, pues todos somos hechos de "una [sola] sangre".
13 El sábado
Y el sentimiento
de culpa.
El sentimiento de culpa es el responsable de que muchos vivan en
angustia y que no puedan reconciliarse con la paz y la felicidad.
Si ese es su caso, tengo buenas noticias para usted. Así como Dios le
dio el sábado como reposo para el cuerpo y renovación de su mente,
también le ha dado a Cristo como su reposo espiritual. Escuche su
invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y
yo os haré descansar” (S. Mateo 11:28). Él ofrece descanso para las
pesadas cargas de su corazón. Si siente la necesidad de perdón,
acepte a Jesús como su Salvador. La promesa es que: “Él es fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”
(1 Juan 1:9). Jesús quiere ser su reposo hoy.
El significado del sábado es trascendental. En forma literal es el día
de reposo señalado por Dios para nuestro descanso físico (Éxodo
20:8-11). Y en forma simbólica representa la paz y el reposo en
Cristo, de quien dependemos para nuestra salvación (Efesios 2:8). El
uno no anula al otro, sino más bien se complementan.
14 El sábado Mejora nuestra
relación con Dios.
El hombre corre el peligro de verse atrapado por sus muchas tareas. Podríamos
olvidarnos de Dios y de nuestra relación con Él. Además, en sábado uno tiene tiempo
para dedicarse el estudio de la Biblia y considerar la grandeza de Dios.
Hasta Adán, antes del pecado, tuvo durante la semana admirables conversaciones con
Dios; pero esto no era suficiente. Dios anhelaba que el hombre cesara de sus labores un
día cada semana -el séptimo- para que dedicara este tiempo en forma más completa a
conocer y a adorar a su Creador. Dios quería que el hombre se desarrollase durante los
seis días de trabajo, pero las actividades del sábado lo complementarían, pues estaría
aprendiendo más íntimamente de su Hacedor.

15 El sábado
Mejora mi relación
conmigo mismo.
El sábado ayuda al hombre a recordar quién es él. Mientras guardara el sábado
no sufriría crisis de identidad porque cada semana recordaría que Dios era el
Creador y Dador de todo. Este concepto ahondaría en el hombre el pensamiento
de que era una criatura de Dios. Concepto, sin duda, de un profundo significado
y valor: no era simplemente "un diente en el engranaje", sino un ser de suma
importancia en el plan de Dios, un ser hecho a la semejanza divina.
16 El sábado
Mejora mi relación con
el resto de la creación.
La observancia religiosa del sábado enseña dos verdades muy
importantes: el hombre no debe adorar la naturaleza porque él se
encuentra por encima [es superior] de ella, y porque ya tiene un Ser
supremo a quien adorar, Dios. El sábado protege contra el
paganismo tanto en su forma idólatra antigua como en su forma
moderna: culto al placer, al dinero y al poder. El hombre tampoco
debe explotar la naturaleza en forma irracional, porque no es el
dueño, sino el mayordomo que Dios puso sobre todas las cosas.

17 El sábado
Me recuerda que ya no
soy esclavo, sino libre.
En sábado también recordamos que Dios nos sacó de Egipto y decretó que
nosotros nunca más seriamos esclavos de ningún amo, sino libres en
Cristo Jesús. Nuestros trabajos, necesidades financieras y materiales, son
las herramientas con las cuales nosotros satisfacemos nuestro propósito
divino, no los amos de nuestras vidas. Además Dios nos sacó de la
esclavitud del pecado y nos dio perdón. “Yo soy Jehová tu Dios, que te
saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre” (Deuteronomio 5:6).
18
Me ayuda a recordar
El sábado a Dios durante toda
la semana.
“Al mismo principio del cuarto mandamiento el Señor dijo:
‘Acuérdate’. Él sabía que en medio de la multitud de cuidados y
perplejidades el hombre se vería tentado a excusarse de satisfacer
todo lo requerido por la ley, o se olvidaría de su importancia
sagrada. Por lo tanto dijo: ‘Acuérdate del día del reposo para
santificarlo’. Durante toda la semana, debemos recordar el sábado y
hacer preparativos para guardarlo según el mandamiento...
Cuando el sábado es así recordado, no se permitirá que lo temporal
usurpe lo que pertenece a lo espiritual. Ningún deber que pertenece
a los seis días hábiles será dejado para el sábado. Durante la semana
nuestras energías no serán agotadas de tal manera en el trabajo
temporal que en el día en que el Señor descansó y fue refrigerado
estemos demasiado cansados para dedicarnos a su servicio...
Termínense el viernes los preparativos para el sábado. Cuidad de
que toda la ropa esté lista y que se haya cocinado todo lo que debe
cocinarse... El sábado no ha de destinarse a reparar ropas, a cocinar
alimentos, a los placeres o a ningún otro empleo mundanal [Debe
hacerse esto a lo largo de la semana]” FV 36.
19 El sábado
Es una señal de
santificación.

Desde la columna de nube, Cristo declaró acerca del


sábado: “En verdad vosotros guardaréis mis sábados:
porque es señal entre mí y vosotros por vuestras
generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que
os santifico”. Éxodo 31:13. El sábado que fue dado al
mundo como señal de que Dios es el Creador, es
también la señal de que es el Santificador. El poder que
creó todas las cosas es el poder que vuelve a crear el
alma a su semejanza. Para quienes lo santifican, el
sábado es una señal de santificación. La verdadera
santificación es armonía con Dios, unidad con él en
carácter. Se recibe obedeciendo los principios que son
el trasunto de su carácter. Y el sábado es la señal de
obediencia. El que obedece de corazón el cuarto
mandamiento, obedecerá toda la ley. Queda
santificado por la obediencia. CPI 472.
20 El sábado
Es probar el
mundo venidero.
Por todas las bendiciones que hemos visto, el sábado se
convierte en un anticipo de todo lo que disfrutaremos en el
mundo venidero.
Allí, en la Tierra Nueva, seguiremos guardando el sábado.
“Se me mostró que la ley de Dios permanecerá inalterable por
siempre y regirá en la nueva tierra por toda la eternidad. Cuando
en la creación se echaron los cimientos de la tierra, los hijos de
Dios contemplaron admirados la obra del Creador, y la hueste
celestial prorrumpió en exclamaciones de júbilo. Entonces se
echaron también los cimientos del sábado. Después de los seis
días de la creación, Dios reposó el séptimo, de toda la obra que
había hecho, y lo bendijo y santificó, porque en dicho día había
reposado de toda su obra. El sábado fue instituido en el Edén
antes de la caída, y lo observaron Adán y Eva y toda la hueste
celestial. Dios reposó en el séptimo día, lo bendijo y lo santificó.
Vi que el sábado nunca será abolido, sino que los santos
redimidos y toda la hueste angélica lo observarán eternamente
en honra del gran Creador” Primeros Escritos, 217.
Dios ofrece la bendición del sábado para el
desequilibrio emocional y la inquietud humana.
Millones de personas en el mundo están
recibiendo estos beneficios.
Te invito a recibir los beneficios del descanso
sabático semanal. Al mismo tiempo, quiero que
hagas hoy de Jesús tu descanso espiritual. En
Cristo, el sábado tendrá una doble bendición.
Permite que Jesús aplique en tu vida los
beneficios de su gracia salvadora.
Los beneficios que nos otorga el sábado son eternos y no tienen
precio. ¿Cómo podríamos fijar un valor para cosas como una
vida familiar segura, o estar en paz consigo mismo? Si queremos
lograr estos beneficios, nuestros sacrificios son solo ínfimos en
comparación a nuestra recompensa.
Decida hoy guardar el sábado conforme al mandamiento
(Lucas 23:56) y disfruta la vida en plenitud.

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