Material Imprimible Unidad 1 - Seguridad I

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TECNICATURA

UNIVERSITARIA EN HIGIENE
Y SEGURIDAD EN EL
TRABAJO

UNIDAD 1
INTRODUCCIÓN

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PRESENTACIÓN
Los problemas básicos y el análisis del trabajo en la carrera del Técnico superior
en higiene Seguridad, son los que requieren el núcleo integrador. Teniendo en
cuenta que esta carrera el técnico tendrá un amplio ámbito de aplicación y
actuación en cualquier estructura organizacional, es necesario comenzar con una
introducción a la seguridad que permita al estudiante entender cuáles son los roles
que debe cumplir el profesional del área de seguridad dentro de esa organización
y conozca además cuales son las partes integrantes de una unidad de seguridad,
sus relaciones jerárquicas e interrelación con las demás unidades de trabajo y las
funciones que debe cumplir cada parte - Además se lo introducirá en el
conocimiento de los diferentes programas que debe aplicar y su administración,
las normas de seguridad que rigen y los reglamentos, y la necesidad de
capacitación de sus integrantes.

OBJETIVOS

Que el alumno logre:

- Conocer y aplicar los principios de la organización interna de la


Seguridad.
- Saber como actuar y relacionarse con empresarios y trabajadores, en
un tema importante como la organización interna de la seguridad en un
establecimiento, ya que su forma de proceder dependerá la buena
gestión.

TEMARIO
Unidad 1: Prevención de accidentes: Cronología de la prevención de accidentes. Datos históricos.
Principios de la prevención Organización de la seguridad: Elementos básicos en la seguridad
organizada.

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INTRODUCCIÓN

El profesional en higiene, seguridad y protección ambiental en las empresas constituye


una necesidad reconocida, ya sea para dar cumplimiento legal a la actividad que desarrolla
la empresa, como asi también la sustentabilidad y previsión que se necesita para crecer y
dominar el mercado.

Hoy en día esta profesión es una necesidad sentida por las empresas y las personas que
en ellas se desarrollan. Entre las funciones a desempeñar por en las empresas podemos
destacar las siguientes:

• Evaluación y control de los riesgos profesionales.

• Revisión de los proyectos de obras nueva o de ampliación de las instalaciones o


maquinaria para comprobar que una vez instaladas no constituyen fuentes de
condiciones peligrosas difíciles de suprimir.

• Confección de normas y métodos de trabajo de las tareas consideradas peligrosas


en la empresa.

• Realización de inspecciones de control del cumplimiento de la normativa en las


dependencias de la empresa, identificando, evaluando y controlando los riesgos
detectados.

• Investigación de accidentes para detectar causas y adoptar las medidas oportunas


para su control.

• Formación e información de personal a todos los niveles y en la materia de su


especialización, organizando charlas, cursos, campañas de prevención etc., en la
empresa.

• Planificar la gestión de emergencias y formación de equipos de respuesta

• Planificación de actividades preventivas que impliquen la intervención de varios


especialistas.

• Normalización de equipos de seguridad, control de compras y revisión de los


mismos.

• Ejercer acciones de motivación en los equipos directivos de las empresas,


auxiliándose de informes, estadísticas, estudios de coste, su influencia en la calidad
y productividad, etc.

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• Mantener contacto con otros departamentos o servicios de la empresa acerca de
los problemas relativos a seguridad (Servicio Médico de Empresa, Departamentos
de Compras, Mantenimiento, Recursos Humanos, etc.).

• Darle apoyo al empresariado asesorando sobre las mejores formas de proteger a


sus trabajadores.

• Brindar soporte legal y el marco de cumplimiento para prevenir litigios; y apoyar al


área legal ante estos.

Sin embargo con independencia de que las funciones de seguridad e higiene en las
empresas puedan ser asumidas por el profesional en Seguridad e Higiene, resulta evidente
que el personal técnico tiene entre sus obligaciones la de «cumplir y contribuir al
cumplimiento de la normativa e instrucciones que específicamente tuviese establecida la
empresa sobre seguridad laboral, informar previamente al trabajador/a, de los riesgos
específicos distintos de su ocupación habitual o cuando se introduzcan nuevas tecnologías
o cambios de equipos, así como de las medidas de prevención y protección que deban
observarse en la ejecución de los mismos... para lo cual su formación técnica necesita de
la formación complementaria en esta materia.

A modo de resumen de cuánto hemos venido exponiendo podemos concluir con los
siguientes puntos:

El profesional como tal no puede escapar a sus responsabilidades en materia de Seguridad


e Higiene del Trabajo. Para poder asumir estas responsabilidades su formación técnica
necesita ser complementada con amplios conocimientos en materia de prevención de
riesgos laborales.

Actualmente no es posible deslindar la tecnología o proceso productivo de las medidas de


prevención a adoptar en cada fase de ejecución del proyecto, seguridad integrada. La
Seguridad e Higiene del Trabajo se encuentra íntimamente relacionada con las tecnologías
de los procesos de fabricación ya que no se concibe la prevención de riesgos laborales sin
el conocimiento de los procesos tecnológicos. La obligación de integrar los principios
preventivos de la seguridad, la higiene o la ergonomía desde la fase de proyecto y diseño
constituye ya una evidente realidad, en especial desde la ley de Higiene y seguridad

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El profesional debe conocer por consiguiente estas
técnicas para su integración desde la fase de
concepción, proyecto, diseño o selección de las máquinas, puestos de trabajo, útiles,
materias primas, organización del trabajo, etc.

La seguridad en el trabajo encierra múltiples valores sociales, puesto que el trabajador


elimina con la observación de las normas preventivas, la consecuencia de riesgo que antes
solo preveía un seguro en el que, desde luego, no estaban compensadas las posibilidades
laborales del obrero, al que un accidente podría cercenar todas las satisfacciones a que su
esfuerzo en el trabajo le daba derecho.

Esta perfectamente claro que la seguridad, tanto para la empresa como para el
trabajador, ofrece características tanto sociales como económicas, pues sabido es que el
accidente lleva consigo una larga consecuencia de entorpecimiento, dificultades y
pérdidas económicas que no interesan ni social ni económicamente a nadie.

Son todas estas razones más que suficientes para establecer el interés que existe
actualmente entre los empresarios y los trabajadores por la seguridad en el trabajo,
interés que se halla apoyado por distintos organismos oficiales y privados creados ante
esta necesidad de hacer afectivo la seguridad en los ambientes laborales argentinos.

No hay duda que en todo este interés por la acción preventiva, el hombre es fundamental,
porque incuestionablemente es el elemento esencial del resultado práctico de cualquier
esfuerzo industrial y, por tanto, se debe recurrir a todo para evitar el accidente, creado
frente a las circunstancias que lo hacen posible los factores ambientales que lo eviten.

Para ello se necesita forjar la opinión que justifique la prevención y, por desgracia en
muchos casos, respecto al grado de cultura, hace falta que la opinión que se pretende
crear tenga la suficiente influencia para que el sujeto encuentre razonable evitar el
accidente. Es preciso conseguir que nada impida al hombre, en cualquiera de sus
actividades, defenderse del accidente.

No hay duda que la seguridad en el trabajo es un problema educativo.

Es necesario educar en la seguridad para que se responda con fidelidad a la prevención.

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EL OBJETIVO SOCIAL DE LA SEGURIDAD Y LA SALUD OCUPACIONAL (1)

Actualmente, cientos de millones de personas en todo el mundo trabajan bajo


condiciones inseguras que poner en riesgo su salud-

Cada año, 1,1 millones de personas en todo el mundo mueren a causa de lesiones y
enfermedades ocupacionales, lo que equivale aproximadamente al número anual de
defunciones por malaria en el mundo.

De 250 millones de accidentes que ocurren en el lugar de trabajo cada año, 300.000 son
mortales. Muchos de esos accidentes producen incapacidad parcial o completa para
trabajar y generar ingresos.

Cada año se presentan 160 millones de casos nuevos de enfermedades ocupacionales


en todo el mundo, incluidas las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, cáncer,
trastornos auditivos, trastornos oseomusculares y reproductivos, y enfermedades
mentales y neurológicas.

Se calcula que solo 5 a 10% de los trabajadores en países en desarrollo y 20 a 50% en


países industrializados (con pocas excepciones) tienen acceso a servicios adecuados de
salud ocupacional. En los Estados Unidos, 40% de los 130 millones de trabajadores no
tienen acceso a dichos servicios.

Trabajar bajo condiciones seguras y sanas (la razón de ser de la salud ocupacional)
beneficiará a los trabajadores, empleadores y gobiernos, así como al público en general.

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Aunque parezca obvio y sencillo, este concepto aún no
ha logrado la aceptación y el reconocimiento
generalizado que debiera tener.

Las razones son numerosas y complejas e incluyen ideas como la de la abundancia de


trabajadores jóvenes y fuertes para reemplazar a los de mayor edad, tanto en las líneas de
producción como en la caja de pensiones. Sin embargo, es posible que en los próximos 30
a 40 años, la situación sea muy diferente.

La imagen actual de la Seguridad y Salud Ocupacional se basa en apreciaciones erróneas,


como ser:

Subregistro de enfermedades ocupacionales: La información fiable para la mayoría de los


países en desarrollo es escasa, principalmente debido a graves limitaciones en el
diagnóstico de las enfermedades ocupacionales y en los sistemas de reporte. La OMS
calcula que en América Latina, por ejemplo, sólo se reportan entre 1 y 4% de todas las
enfermedades ocupacionales. Incluso en países industrializados, los sistemas de reporte
se encuentran algunas veces fragmentados.

Hay dos problemas principales comunes en países desarrollados y en desarrollo: la


renuencia para reconocer las causas de las lesiones o problemas de salud en el trabajo y el
hecho de no reportarlos cuando se reconocen. La historia de la salud ocupacional es la de
la lucha entre los trabajadores por obtener medidas de prevención y protección o
compensaciones, y sus empleadores que buscan negar o reducir su responsabilidad frente
a las enfermedades y lesiones ocupacionales. Este conflicto ha influido enormemente en
el reporte estadístico. Como resultado, hay un alto subregistro de la carga de morbilidad
debido a exposiciones ocupacionales.

Impacto económico: Las pérdidas económicas totales causadas por enfermedades y


lesiones ocupacionales son cuantiosas. Esas pérdidas representan una pesada carga para
el desarrollo económico. Por lo tanto, además de los aspectos de salud, el mejoramiento
de las condiciones de trabajo se constituye en una inversión económica:

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha calculado que en 1997 las pérdidas
económicas debido a enfermedades y lesiones ocupacionales, representaron
aproximadamente 4% del producto bruto interno en el nivel mundial.

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En 1992, en los países de la Unión Europea, el costo
directo pagado en compensación por enfermedades y
lesiones ocupacionales ascendió a 27.000 millones de euros.

En 1994, el costo general de todos los accidentes de trabajo y enfermedades


ocupacionales para la economía británica se calculó entre £6.000 y £12.000 millones.

En 1992, los costos totales directos e indirectos asociados con lesiones y enfermedades
ocupacionales se estimaron en US$ 171.000 millones, los que sobrepasan los del SIDA y
son similares a los del cáncer y cardiopatías.

Envejecimiento de la población: En el próximo cuarto de siglo, en ciertos países


industrializados, el envejecimiento de la población (con menos nacimientos y mayor
expectativa de vida) cambiará considerablemente la proporción entre personas que
trabajan y las jubiladas. Esto indudablemente aumentará la presión sobre la fuerza laboral
y exigirá más productividad y mayores contribuciones a la caja de pensiones. Solo una
fuerza laboral saludable podrá soportar esa presión.

Actualmente hay 590 millones de personas de 60 años y más, en el mundo. Para 2020,
se calcula que habrá más de 1.000 millones. Para entonces, más de 700 millones de
personas adultas vivirán en países en desarrollo.

En el próximo cuarto de siglo, se estima que Europa seguirá reteniendo su título de


región "más vieja" del mundo (actualmente, los ancianos representan alrededor de 20%
de la población total y representarán 25% en 2020).

Según un informe preparado por el Gobierno Francés en 1999, para 2040 se espera que
Francia tenga 70 personas de más de 60 años por cada 100 de entre 20 y 59 años de edad,
casi el doble de la proporción actual. Como resultado, se prevé que el sistema francés de
seguridad social y pensiones tendrá un déficit de F800.000 millones (US$ 130.000
millones) para entonces.

Salud ocupacional y mujeres: Cada vez se suman más mujeres a la fuerza laboral en la
agricultura, industria y el sector de servicios y constituyen cerca de 42% de la población
activa mundial. Si bien contribuyen apreciablemente a las economías nacionales, sus
necesidades especiales rara vez se satisfacen adecuadamente, aun cuando tienen acceso a
algún servicio de salud ocupacional.

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Cuando se exponen a riesgos ocupacionales, las
mujeres en edad fértil son susceptibles a
efectos adversos específicos sobre la reproducción, incluidos los abortos (agentes
embriotóxicos) o malformaciones del feto (agentes teratogénicos).

Las trabajadoras a menudo sufren trastornos oseomusculares ya que ni las tareas ni el


equipo que usan, que normalmente está diseñado para hombres, se adaptan a su
contextura y fisiología.

Trabajo infantil: Según la OIT, de los 250 millones de niños entre 5 y 14 años que trabajan
hoy en día en los países en desarrollo, casi 70% laboran en condiciones peligrosas. Asia
tiene la mayor cantidad de trabajadores infantiles con 61% del total mundial, África tiene
32% y América Latina, 7%. Sin embargo, África lidera la proporción de niños trabajadores,
donde alrededor de 41% tiene entre 5 y 14 años; la proporción en Asia es de 22%, y en
América Latina de 17%.

“La justicia social sólo puede obtenerse respetando la dignidad trascendente del hombre.
Pero éste no es el único ni el principal motivo. Lo que está en juego es la dignidad de la
persona humana, cuya defensa y promoción nos han sido confiadas por el Creador, y de
las que son rigurosas y responsablemente deudores los hombres y mujeres en cada
coyuntura de la historia." (Sollicitudo Rei Socialis, n. 47) Principios de la Doctrina Social de
la Iglesia

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BIBLIOGRAFIA

Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003) - Mario Rapoport -


Editorial: EMECE

Articulo del Sr. Igor Rozov, OMS, Ginebra.

De la Sociedad de Beneficencia a los Derechos Sociales 1a. edición. Buenos Aires -


Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Laura Susana Golbert y Emilia Eugenia
Roca 2010

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