Via Crucis Diario

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Via Crucis (Lunes, miércoles, viernes y domingos)

Para iniciar esta oración del Via Crucis nos persignamos diciendo juntos: Por la señal de la Santa
Cruz…
Pedimos perdón al Señor: Pésame Dios mío…
Aquí vengo, Jesús mío, a recorrer contigo tu camino doloroso. Es tan provechoso para mi alma el
recuerdo de tus dolores, que no quiero olvidarlos un momento. ¡Déjame, pues, Jesús mío,
acompañarte! ¡Déjame seguirte! Quiero sorprender en cada paso un rasgo de tu amor, para saber
cómo debo amarte. Quiero recoger amorosamente tus sudores, tus esfuerzos, tus quejidos, tus
lágrimas, para guardarlos en mi corazón, como en un relicario, y recordarlos con frecuencia y
vivirlos. Quiero asistir a tu muerte, para aprender a dar mi vida por Ti. Quiero ver cómo llevas tu
cruz, para aprender a llevar la mía; y, quiero ver, sobre todo, qué es amar de verdad, para de
verdad corresponderte.

1ª Estación: Jesús sentenciado a muerte


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por los mismos que le habían
aclamado poco antes. Y Él calla... Nosotros huimos de ser reprochados. Y saltamos
inmediatamente...
Dame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el silencio cuando alguien me haga sufrir. Yo lo
merezco. ¡Ayúdame! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

2ª Estación: Jesús cargado con la cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día, de mis
achaques, de mis dolencias, de mi soledad.
Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos,
mi cruz de cada día. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

3ª Estación: Jesús cae, por primera vez, bajo el paso de la cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias, cuando después
de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos.
¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti! Señor, pequé, ten piedad y
misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

4ª Estación: Encuentro con la Virgen


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida. Con ella,
apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día de mi
existencia.
¡Ayúdame Madre! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

5ª Estación: el Cirineo ayuda al Señor a llevar la Cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo concreto, para
realizarnos de una manera particular. ¿Cuál es la mía y cómo la llevo a cabo? Pero hay algo, Señor,
que es misión mía y de todos: la de ser Cirineo de los demás, la de ayudar a todos.
¿Cómo llevo adelante la realización de mi misión de Cirineo? Señor, pequé, ten piedad y
misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

6ª Estación: la Verónica enjuga el rostro de Jesús


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Yo, Señor, te
abandono cuando me dejo llevar por el "qué dirán", del respeto humano, cuando no me atrevo a
defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una broma que ridiculiza a los que
tratan de acercarse a Ti. Y en tantas otras ocasiones.
Ayúdame, Señor, a ser valiente y jugarme siempre por vos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia
de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

7ª Estación: Segunda caída en el camino de la Cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Caes, Señor, por segunda vez. Caes delante de todos... ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el quedar
mal ante los demás, por un error, por una equivocación?. ¿Cuándo aprenderé que también eso se
puede convertir en ofrenda? Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

8ª Estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos, de mis pesares, de mis
preocupaciones. Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo, de amor propio mal entendido, de
egoísmo, de envidia.
Debería llorar por mi falta de correspondencia a tus innumerables beneficios de cada día, que me
manifiestan, Señor, cuánto me quieres. Dame profunda gratitud y correspondencia a tu
misericordia. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

9ª Estación: Jesús cae por tercera vez


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas. Caes desfallecido, Señor.
Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me siento incapaz. Dame, Señor,
imitarte en esta tercera caída y haz que mi desfallecimiento sea beneficioso para otros, porque te
lo doy a Ti para ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

10ª Estación: Jesús despojado de sus vestiduras


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas. A infinita distancia de tu dolor,
yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba dolorosamente de mí por la pérdida de mis seres
queridos.
Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones que me desgarraron, uniéndome a tu pasión
y esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo de mi propio egoísmo. Señor, pequé, ten
piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

11ª Estación: Jesús es clavado en la Cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda ayudar a mis hermanos. Y
que cuando con mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecértelas también por
ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

12ª Estación: Jesús muere en la Cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas de los
clavos, la lanzada del costado... ¡Gracias, Señor, gracias! Has muerto por salvarme, por salvarnos.
Dame responder a tu amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación, ayudado de
tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la salvación de mis hermanos. Señor, pequé, ten piedad y
misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...
13ª Estación: Jesús en brazos de su madre
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable.
Déjame estar a tu lado. Más te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te compadezcas de
mí.
¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

14ª Estación: Jesús puesto en el sepulcro


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la Resurrección.
Enséñame a ver lo que pasa, lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que no pasa. Y que esa luz
ilumine todos mis actos. Así sea. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

Oración final
Alma de Cristo, santifícame No permitas que me aparte de ti
Cuerpo de Cristo, sálvame Del maligno enemigo defiéndeme
Sangre de Cristo, embriágame En la hora de mi muerte llámame
Agua del costado de Cristo, lávame y mándame ir a ti
Pasión de Cristo, confórtame para que con tus santos te alabe
Oh, buen Jesús, óyeme por los siglos de los siglos. Amén
Dentro de tus llagas escóndeme

Via Crucis (martes, jueves y sábados)


Para iniciar esta oración del Via Crucis nos persignamos diciendo juntos: Por la señal de la Santa
Cruz…
Pedimos perdón al Señor: Pésame Dios mío…
Aquí vengo, Jesús mío, a recorrer contigo tu camino doloroso. Es tan provechoso para mi alma el
recuerdo de tus dolores, que no quiero olvidarlos un momento. ¡Déjame, pues, Jesús mío,
acompañarte! ¡Déjame seguirte! Quiero sorprender en cada paso un rasgo de tu amor, para saber
cómo debo amarte. Quiero recoger amorosamente tus sudores, tus esfuerzos, tus quejidos, tus
lágrimas, para guardarlos en mi corazón, como en un relicario, y recordarlos con frecuencia y
vivirlos. Quiero asistir a tu muerte, para aprender a dar mi vida por Ti. Quiero ver cómo llevas tu
cruz, para aprender a llevar la mía; y, quiero ver, sobre todo, qué es amar de verdad, para de
verdad corresponderte.

1ª ESTACIÓN: Jesús sentenciado a muerte


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Yo he dado, Señor, sentencia de muerte contra Ti para que mueras por mí…
¡Oh Jesús!, da Tú sentencia de muerte contra mí, para que, con tu gracia, yo de amor muera por Ti.
Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

2ª ESTACIÓN: Jesús cargado con la Cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Nudosa y pesada, labrada con mis pecados, es la cruz que has abrazado por mi amor... La que Tú
por pura misericordia, has preparado para mí, por áspera y pesada que sea ¿no la abrazaré yo por
tu amor…? Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

3ª ESTACIÓN: Jesús cae la primera vez


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Señor, ¿Tú caído en el suelo…? ¡Quieres, pero no puedes…! ¡Me amas más allá de los límites de tus
fuerzas…! Señor, aunque me falten las fuerzas y mi flaqueza se resista, que mi corazón siga
queriéndote, y que yo nunca diga “no puedo”. Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos
los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

4ª ESTACIÓN: Jesús se encuentra con su Santísima Madre


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
La compasiva mirada de tu Madre es bálsamo que endulza la terrible amargura de tu Corazón, que
sufre el peso de la Cruz y de la ingratitud… Que tu maternal mirada, Madre mía, no me falte en la
dolorosa vía-crucis de mi vida y de mi muerte. Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos
los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

5ª ESTACIÓN: Jesús ayudado por el Cirineo


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Señor, ya no puedes más, más pesan mis pecados que las fuerzas que te restan; morirás, si no te
apoyas en un Cirineo… ¡Oh buen Jesús! Mayor número que el de mis cabellos es el de mis pecados.
No puedo, Señor, con tan pesado haz; déjame que lo descargue en Ti; sé Tú mi buen Cirineo.
Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

6ª ESTACIÓN: La Verónica enjuga el rostro de Jesús


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Qué necesitado estabas, Jesús!, ¡qué favor tan oportuno el de la Verónica!, ¡y qué bien se lo
pagaste…! ¡Qué necesitado estás también ahora, Señor! ¡Cómo te escupe el mundo sensual y
blasfemo…! ¿Dónde están las intrépidas Verónicas…? Señor, pequé, tened misericordia de mí y de
todos los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

7ª ESTACIÓN: Jesús cae por segunda vez


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Fuera de los muros de la ciudad, arrojado como inmunda basura, te veo, Señor. A los tuyos viniste,
y los tuyos no quisieron recibirte. ¡Oh!, también llamaste a mi puerta, y yo ¡ingrato! te la cerré…
¡Basta de ingratitudes! Ven, Jesús, y haz que sea yo casa siempre cerrada al mundo y siempre
abierta a Ti. Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

8ª ESTACIÓN: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Señor, las mujeres de Jerusalén te lloran… ¡Qué poco saben que por ellas lloras lágrimas de
sangre…! Llorando por mí, me enseñaste a llorar por Ti y por mí. ¡Oh! ¡Todo un Dios ha llorado por
mí! Que sus lágrimas me purifiquen y me rediman. Señor, pequé, tened misericordia de mí y de
todos los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

9ª ESTACIÓN: Jesús cae por tercera vez


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Tres veces te aplasta la Cruz; tres veces te derriban mis pecados, Señor, y yo sigo insensible… Cae el
pecador, ya no me extraña; cae el cristiano, se explica también, ¡es tan débil y flojo…! Pero… ¡que
yo caiga, y repetidas veces caiga…! Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos los
pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

10ª ESTACIÓN: Jesús despojado de sus vestiduras


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Púrpura de sangre cubre tu cuerpo, al quedarte desnudo ante un pueblo insolente… ¡Oh, si los
inmodestos y escandalosos te conociesen…! Si mis faltas de pudor te arrancaron la túnica virginal,
con mi pureza y modestia te vestiré, Señor… Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos los
pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

11ª ESTACIÓN: Jesús clavado en la Cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Cuán duro es alma mía, el lecho donde te espera clavado tu esposo…! Y ¿querrás tú ser esposa,
regalándote en delicias, entregada a la comodidad y viviendo en placeres…? ¡Señor, en el mismo
lecho, en la misma Cruz los dos…! Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos los
pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

12ª ESTACIÓN: Jesús muere en la Cruz


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Perdonando y amando, Jesús mío, hasta el fin, hasta lo imposible, hasta lo infinito, mueres en la
cruz entre terribles dolores, con el pensamiento y el Corazón en mí… Señor, ¿sabré yo perdonar,
sabré yo amar, sabré yo sufrir y morir con el pensamiento y el corazón en Ti? Señor, pequé, tened
misericordia de mí y de todos los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

13ª ESTACIÓN: Jesús en brazos de su Santísima Madre


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
La Hostia inmolada en el Ara de la Cruz desciende a los brazos purísimos de su Madre, para volver
a inmolarse en el Ara de su Corazón Virginal… Haz, Señor, haz, Madre mía, que mi corazón sea un
nuevo altar, para inmolarme a mí mismo en sacrificio por Ti, e inmolarte a Ti, divino Cordero, por
mí. Señor, pequé, tened misericordia de mí y de todos los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

14ª ESTACIÓN: Jesús es sepultado


Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Santo Sepulcro, donde la muerte de Cristo dio muerte a la muerte y al pecado, y donde la
Resurrección dio vida divina al mundo… ¡Oh Señor!, que en mi sepulcro, mi muerte sea muerte de
todos mis pecados y mi resurrección sea principio de vida eterna en la gloria. Señor, pequé, tened
misericordia de mí y de todos los pecadores.
Padre nuestro, Ave y Gloria

Oración final
Alma de Cristo, santifícame No permitas que me aparte de ti
Cuerpo de Cristo, sálvame Del maligno enemigo defiéndeme
Sangre de Cristo, embriágame En la hora de mi muerte llámame
Agua del costado de Cristo, lávame y mándame ir a ti
Pasión de Cristo, confórtame para que con tus santos te alabe
Oh, buen Jesús, óyeme por los siglos de los siglos. Amén
Dentro de tus llagas escóndeme

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