Act. 2

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Nombre del alumno: Esmeralda García Rodríguez

Carrera: Licenciatura en Pedagogía

Nombre del catedrático: Lic. Oscar Gómez Palomera

Nombre de la asignatura: Ética Profesional Docente

Nombre de la actividad: actividad 2

Fecha de presentación: 19 de noviembre


CONCEPTO DE ÉTICA

La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral,


y cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal
y social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca
las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro.

La ética profesional puede definirse como la ciencia normativa que estudia los
deberes y los derechos profesionales de cada profesión. También se le llama
Deontología. Al decir profesional no solo se refiere a que la ética es solo para
quienes tienen un cartón o son profesionales, sino que está en especial va
destinada especialmente a las persona que ejercen una profesión u oficio en
particular.

IMPORTANCIA DE LA ÉTICA PROFESIONAL

La importancia de la ética profesional puede considerarse en el orden


especulativo, como la ciencia que analiza los principios fundamentales de la moral
individual y social, y los pone de relieve en el estudio de los deberes profesionales.
Trata de definir con claridad y concisión la naturaleza de la Profesión y las
distintas relaciones con todos los elementos humanos que sufren su influencia o la
ejercen. En el Orden práctico, la importancia está determinada por las
conveniencias y consecuencias que mutuamente rigen las relaciones entre
profesionistas y clientela. Es notorio que la mejor garantía del éxito profesional la
constituye el leal y escrupuloso cumplimiento de los deberes.

ÉTICA PROFESIONAL DEL DOCENTE

Dedicarse a la profesión docente no es solo una cuestión de oportunidad de


empleo, o de poseer y mostrar una titulación en dicha rama, sino supone un
compromiso y una serie de competencias para esta actividad. Entre los
componentes que hacen de un profesional el ser un profesional de la docencia se
encuentra, precisamente, su ética profesional.

Una profesión es aquella forma especial de organización ocupacional basada en


un cuerpo de conocimiento sistemático adquirido a través de una formación
educativa. Ella es el resultado de una formación profesional especializada. Dicha
formación se concibe como el conjunto de procesos sociales de preparación y
conformación del sujeto referido a fines precisos para un posterior desempeño en
el ámbito laboral. En un sentido, la ética profesional puede entenderse como la
disciplina científica que se ocupa de formular, determinar y regular el conjunto de
responsabilidades morales o reglas de acción necesarias para el ejercicio de una
profesión. En otra dirección, la ética profesional se concibe como aquel rasgo
distintivo de una profesión vinculado al deber moral profesional y que expresa los
mandatos y obligaciones que pretenden guiar éticamente la acción del profesional
en su desempeño, lo que a su vez se ve reflejado también en su comportamiento
individual y social como una integralidad. La ética profesional como paradigma o
deber ser esperado se contrapone a transgresiones y problemas éticos
profesionales fundamentales que pueden ser reconocidos y desafortunadamente
se encuentran con frecuencia. Entre ellos se pueden nombrar el abuso de poder,
los conflictos de intereses, el nepotismo, el soborno, la lealtad excesiva, la falta de
dedicación y compromiso, el abuso de confianza, el encubrimiento de lo mal
hecho, el egoísmo, la incompetencia, entre otros. Ante ellos, se deben enarbolar,
aplicar y hacer prevalecer una amplia visión de valores éticos profesionales que
poseen una alta significación positiva para cualquier profesión, entre los que se
han destacado como fundamentales la autonomía, la responsabilidad y la
competencia profesional.

La ética en cualquier profesión se expresa en diversos y variados planos, entre los


que se pueden reconocer la significación y muestra de la ética profesional ante la
ley, ante los derechos humanos, ante el medio ambiente, ante las futuras
generaciones, ante la comunidad, ante la organización en que se labora, ante la
propia profesión y ante uno mismo. La ética profesional posee su modo peculiar y
su rasgo distintivo en cada profesión. Precisamente, una de ellas es la profesión
docente. La ética profesional docente constituye la expresión, compromiso y
responsabilidad moral del docente ante su profesión.

Al respecto se considera que la ética de la docencia se centra en el abordaje y


precisión de aspectos tales como los atributos morales del docente, las
características que posee el razonamiento moral, la toma de decisiones en este
campo, la conducta y el obrar aquí, junto a las habilidades del docente para prever
las consecuencias de su accionar, entre otros.

La ética profesional docente se basa y supone no solo poseer un título o


graduación sino una preparación, actitud y dominio de al menos los siguientes
campos:

 Dominio de los problemas y cuestiones más apremiantes a enfrentar y


resolver de la realidad educativa.
 Dominio de las diversas teorías que permiten explicar y comprender la
realidad y proyectar escenarios perspectivos.
 Dominio de la pedagogía como ciencia.

La ética profesional docente se manifiesta, expresa y proyecta en diversos planos


o direcciones, tales como con la sociedad, la escuela, los alumnos, los colegas de
trabajo y con la propia persona y se vincula estrechamente con fenómenos tales
como la vocación que se posee para su ejercicio y la preparación real que se
tenga para su desenvolvimiento, esta se basa en fundamentos, en
comportamientos aceptados por los miembros del gremio y en consecuencia es de
obligatorio cumplimiento.

El docente debe realizar su trabajo respetando en todo momento el valor y la


dignidad inherente a cada ser humano. Todos los actos que realice el docente
deberán manifestar su compromiso con la incorporación de los individuos al
movimiento social y a la producción de la cultura universal.

• Estructuración del plan de formación de los alumnos.

• Ejecución del plan de estudios.

• Manejo de las relaciones humanas.

• Equilibrio emocional, estabilidad, manejo objetivo y racional de las situaciones.

• Capacidad de interacción social, interés por sus alumnos y a sus familias.

• Discreción y rectitud en el manejo de información.

• Cordialidad, sentido del humor, amabilidad y respeto hacia los demás.

• Pulcritud y buen gusto.

• Claridad y orden en el pensamiento y la expresión.

Interés por la actualización de sus conocimientos y de sus procedimientos


educativos.

Disciplina, puntualidad, orden y cumplimiento de horarios y compromisos


académicos.

Criterios valorativos éticos como fundamento de su conducta personal y de la


orientación de su actividad profesional para la búsqueda recta del bien propio y del
bien común.

Los nuevos paradigmas de pensamiento han llevado hacia cambios sociales,


económicos y culturales las estructuras y actividades sociales, tanto como las
costumbres y los patrones de comportamiento han sufrido variaciones importantes
en todas las latitudes; se hace urgente una educación de gran calidad,
comprometida con la justicia social y la humanidad. La educación tiene que
empezar a generar mayor sensibilidad hacia valores sociales y morales, como los
siguientes:
• Reconocimiento de la dignidad y de los derechos de la persona.

• Solidaridad como exigencia en las relaciones entre pueblos y grupos sociales.

• Respeto a las minorías y a sus manifestaciones políticas.

• Preocupación por los menos favorecidos.

• Clara conciencia de la libertad.

• Creciente aspiración hacia la paz.

• Reconocimiento de derechos e integración.

• Defensa de la naturaleza y del medio que la rodea.

• Acceso a la tecnología adecuada y apropiada.

Cambio social y educativo, en materia ética profesional, demanda protagonismo


docente, solidaridad, sensibilidad, justicia, libertad. En resumen, resaltan en este
ejercicio las siguientes condiciones del profesor:

• Compromiso con su profesión y su vocación educativas.

• Manejo de un discurso pedagógico convincente, en donde confluyan la acción, el


análisis, el sentido crítico y moral para que tenga vigencia y efectividad en los
alumnos.

• Autocontrol, autonomía, conciencia, moral y respeto para elegir, decidir y ejercitar


sus virtudes, libre y voluntariamente poniendo a prueba sus actitudes y aptitudes.

Educar al hombre aumenta la autoestima, ennoblece y exalta la profesión y la vida


humana. Por lo tanto, el profesor debe ser responsable, consciente de su papel,
conocedor de que su discurso y su ejemplo debe guiarse hacia la búsqueda de la
verdad, será la mejor forma de ser merecedor y digno en nuestro comportamiento
humano.
CONCLUSIÓN

Amanera de conclusión final, resulta interesante reflexionar sobre la importancia


del papel ético que el docente debe desempeñar y su rol dentro de la educación.

Es importante resaltar las virtudes, los valores y aspectos como: la prudencia, la


honradez, la dignidad, la disciplina y la solidaridad, aspectos primordiales que se
han descuidado en la formación profesional de los educadores; aspectos todos
relevantes para el compromiso ético que debe asumir el maestro.

Además es necesario comprometer a las diferentes instancias, instituciones o


asociaciones que forman parte del entorno del maestro y sus funciones, para que
a través de un esfuerzo serio, eficaz y constante, colaboren con la capacitación de
los docentes en este campo de la ética; esto ayudara en el mejoramiento de su
formación profesional y en la calidad y excelencia de la educación.

Importante es también, que el profesor asuma su verdadero papel, desempeñe las


funciones con responsabilidad y profesionalismo, aumente su respeto y
autoestima, para tratar de mermar en lo posible, las críticas infundadas de la
opinión pública, hacia el ejercicio de nuestra profesión.

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