Pronap. SAP. Nutrición 2020 1
Pronap. SAP. Nutrición 2020 1
Pronap. SAP. Nutrición 2020 1
PRONAP Nutrición
Temas de nutrición,
lactancia materna y alimentación
Módulo 1
Alimentacion complementaria adecuada
Cambios en la composición de la leche humana
Deficiencias nutricionales
Enfermedades transmitidas por alimentos (ETA)
2020
Descargado por Faustino Marentes (fausmarentes@gmail.com)
lOMoARcPSD|39977553
PRONAP Nutrición
Temas de nutrición,
lactancia materna y alimentación
Módulo 1
Alimentacion complementaria adecuada
Cambios en la composición de la leche humana
Deficiencias nutricionales
Enfermedades transmitidas por alimentos (ETA)
2020
Descargado por Faustino Marentes (fausmarentes@gmail.com)
lOMoARcPSD|39977553
Índice
Alimentación
complementaria adecuada
Dra. María Virginia Desantadina
11
Cambios en la composición
de la leche humana 35
Dr. Gustavo Sager
Deficiencias nutricionales 63
Dra. Adriana Fernández
Enfermedades transmitidas
por alimentos (ETA) 83
Dra. María Gracia Caletti /
Lic. Clarisa Vezzani /
Vet. Marcelo Da Rocha
Bienvenidos al
1. Enrique Abeyá Gilardón, María Gracia Caletti, Adriana Fernández, Carolina Marota, Norma Piazza, Debora Sabatelli,
Mónica Waisman.
Información general
Módulos
impresos/ 2 módulos impresos o digitales con 4 temas cada uno.
digitales
Encuesta de
Se contesta vía web, es obligatoria.
opinión
Examen aprobado.
Condición de
Encuesta de opinión enviada correctamente.
aprobación
Curso abonado.
Campus virtual
1. www.sap.org.ar
2. CAMPUS VIRTUAL DE LA SAP (margen derecho). Se abrirá una
nueva página.
3. Coloque ususario y clave (margen izquierdo).
Recuerde que el usuario es su DNI y contraseña su número de socio o
cliente.
4. Haga clic en PRONAP Nutrición.
Si no puede ingresar, enviar un mail a pronap@sap.org.ar
Alimentación
complementaria
adecuada
en el niño
de 6 meses a 2 años
Autoevaluación
Identifique marcando con una cruz (X) cuál de las siguien-
tes pautas de alimentación complementaria Ud. indica en
la consulta con sus pacientes (columna 1) porque las consi-
dera correctas (columna 2).
Pautas 1 2
Retrasar la introducción del jugo natural puro hasta al menos los 6 meses de
edad y limitarlo a no más de 120 ml/día; el jugo deberá ser ofrecido solamente
en taza/vasito con tapa/piquito.
Informar que es mejor dar fruta fresca que jugo exprimido y colado.
Informar que puede ser necesario ofrecer hasta 8-10 veces un mismo alimento
para que sea aceptado por el bebé.
Lavarse las manos antes de preparar los alimentos y lavar las manos del lactante
antes de darle de comer.
Autoevaluación
Responda las siguientes consignas.
1. Explique por qué la introducción de la alimentación complementa-
ria antes del 6to. mes influye negativamente en la madre y el bebé.
........................................................................................................................................................................
........................................................................................................................................................................
Autoevaluación
b) ¿Qué pautas considera el niño debe cumplir para iniciar la alimenta-
ción complementaria?
........................................................................................................................................................................
........................................................................................................................................................................
INTRODUCCIÓN
La incorporación de alimentación complementaria representa una etapa de transi-
ción de la alimentación del lactante a la alimentación familiar y es un proceso funda-
mental tanto desde el punto de vista nutricional como del crecimiento y del desarro-
llo, del desarrollo de la conducta alimentaria y de la formación de hábitos.
El primer año de vida es una etapa biológica con un crecimiento y un desarrollo acelerados,
lo que impone un riesgo de déficits o excesos nutricionales en el caso que el niño no reciba
la alimentación adecuada y oportuna.
En el segundo año de vida ya el niño presenta cierto descenso en la velocidad de creci-
miento con respecto al primer año, aunque persiste una velocidad de crecimiento mayor
que en los años subsiguientes e impone también un riesgo de deficiencias y excesos si la
alimentación a la mesa familiar no es la correcta en calidad, variedad y cantidad.
Las modalidades alimentarias, las preferencias, las texturas, la capacidad de autorregulación
de la ingesta, la disponibilidad de alimentos, y los factores socio-culturales entre otros, mo-
dulan el desarrollo de la conducta alimentaria y de los hábitos saludables del niño.
DEFINICIONES
Lactancia materna exclusiva (LME): se define cuando el niño recibe exclusivamente
lactancia materna o leche extraída de su propia madre, y no recibe ningún otro líquido ni
alimento, a excepción de suplementación mineral o vitamínica cuando esté indicado.
Alimento complementario: un alimento complementario es el alimento de transición
entre la lactancia o alimentación con fórmula exclusivamente en el caso de los bebés que
no son amamantados, y la incorporación de la alimentación familiar.
Alimentación complementaria: se define como la incorporación de alimentos semi-
sólidos o líquidos diferentes a la leche materna. La alimentación complementaria adecuada
comprende una combinación de prácticas para mantener la ingesta de leche materna y, al
mismo tiempo, mejorar la calidad y la cantidad de los alimentos que los niños incorporan y
MOMENTO ADECUADO
DE INTRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
Fundamentación
La LME los primeros seis meses de vida aporta múltiples beneficios tanto en la salud del
niño como en la salud materna.
La Sociedad europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición (ESPGHAN de sus siglas
en inglés) en su último consenso sobre alimentación complementaria, postula a la LME du-
rante los primeros 4 meses, manteniendo LME o predominante hasta los 6 meses como un
objetivo de alimentación ideal, incorporando alimentación complementaria en el período
comprendido entre el 4to. y el 6to. mes manteniendo en ese período una LM predominante.
La Academia Americana de Pediatría, recomienda LME por un mínimo de 4 meses, prefe-
rentemente 6 meses, y mantener la LM durante al menos 12 meses de vida.
Hay consenso en evitar la indicación de leche de vaca antes de los 12 meses de vida y en
recomendar precozmente alimentos complementarios ricos en hierro de alta biodisponibili-
dad para disminuir el riesgo de anemia ferropénica. Grandes volúmenes de leche de vaca a
su vez se asocian con mayor aporte de proteínas del recomendado, lo cual podría incremen-
tar el riesgo subsecuente de sobrepeso y obesidad en particular en individuos predispues-
tos. La leche de vaca es una fuente pobre de hierro, aporta proteínas excesivas aumentando
la carga renal de solutos, el perfil de grasas no es el adecuado y no se recomienda para
cubrir el aporte lácteo antes de los 12 meses de vida. Pequeños volúmenes o derivados,
pueden incorporarse en preparaciones cocidas de alimentos de manera controlada.
Se recomienda evitar la incorporación de miel antes de los 12 meses de vida por el riesgo
de desarrollo de botulismo en el lactante.
La alimentación complementaria y su progresión a la alimentación familiar se incorporan
en el período de los 1000 días que se considera una ventana de oportunidades para el
estímulo de prácticas saludables y así también un período crítico de vulnerabilidad ante
conductas o pautas inadecuadas.
La alimentación perceptiva permitirá que el niño regule la LM a demanda y en base a ello
la ingesta de alimentos complementarios, ya que los valores son estimados en ingesta pro-
medio y la ingesta individual de cada lactante, en cierta medida, es variable.
El fundamento de iniciar los alimentos complementarios a los 6 meses debe basarse en
el momento a partir del cual la LME deja de cubrir los requerimientos nutricionales a los
6 meses y cuando el lactante presenta un neurodesarrollo adecuado.
El niño debe lograr ciertas pautas de desarrollo para iniciar alimentación complementaria
• Puede sentarse erguido, con soporte.
• Se adelanta abriendo su boca al ver una cuchara (adelantándose al movimiento de
incorporación del alimento en su boca).
• Se muestra interesado por los alimentos.
• Puede retirar la comida de la cuchara y puede tragar sin escupir todo.
• Realiza movimientos de masticación (en un inicio desde arriba hacia abajo).
• Puede rechazar la comida.
• Ya no presenta el reflejo de extrusión.
A los 6 meses de vida, el lactante recién nacido de término sano presenta un desarrollo
neuro madurativo, digestivo, renal, inmunológico adecuado para iniciar la incorporación de
alimentos complementarios. La incorporación temprana o precoz de otros alimentos, y su
calidad inadecuada, pueden imponer un riesgo nutricional.
En el caso de los recién nacidos prematuros, se recomienda la incorporación de alimenta-
ción complementaria no antes de los 6 meses de edad corregida, y la valoración de la capa-
cidad del lactante para iniciar el proceso de la alimentación complementaria se realizará de
manera individual.
Los datos disponibles evidencian que alrededor del 4to. mes se alcanza la madurez de los
procesos digestivos y de la función renal para poder metabolizar adecuadamente los ali-
mentos. Con respecto al neurodesarrollo hay una serie de pautas que los lactantes nece-
sitan para poder alimentarse con purés y lo alcanzan en el período del 4to. al 6to. mes, para
luego adquirir las pautas para manejar los alimentos semi-sólidos y tomar alimentos por
sus medios.
Alrededor de los 9 meses casi todos los lactantes pueden tomar los alimentos con sus
manos, y alimentarse y beber de una tacita usando ambas manos, y ya han incorporado
una variedad de alimentos y texturas, y reciben alimentos presentes en la dieta familiar con
algunas modificaciones o adaptaciones para hacerlos apropiados. Hay cierta evidencia que
la demora en la introducción de alimentos en trozos más allá del 9no. o 10mo. mes, conlleva
un riesgo de aceptación posterior de algunos alimentos y texturas, considerando entonces
que más allá del alimento en sí y su aporte nutricional, se estimula el desarrollo de pautas
madurativas y el progreso del proceso de la incorporación de alimentos.
REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES
Calorías
El promedio de calorías que requiere el lactante a partir de los alimentos complementarios
se basa considerando una ingesta promedio de leche humana. Puede variar individual-
mente entre los lactantes y en los lactantes que reciben aporte de fórmula que no reciben
lactancia.
En promedio según la edad se aporta un estimado de calorías a partir de la lactancia
materna/leche humana de 6-8 meses de vida de 412 Kcal/día, de 9-11 meses de vida de
379 Kcal/día y de 11-23 meses de vida de 346 Kcal/día.
A partir de los alimentos se estima un aporte promedio a 6-8 meses de 200 Kcal/día, a los
9-11 meses de 300 Kcal/día, y a los 11-23 meses de 550 Kcal/día.
Una vez que se inicia la alimentación complementaria idealmente a los 6 meses, se incor-
pora una comida al día y se va progresando a 2, 3 y cuatro comidas diarias sucesivamente y
manteniendo la lactancia durante el segundo año de vida.
Proteínas
Las proteínas son el mayor componente estructural y funcional de todas las células.
Se debe valorar la calidad de las proteínas, de acuerdo a su composición de aminoácidos
esenciales. Esto determina lo que se denomina el valor biológico de una proteína, consi-
derando a las proteínas de origen animal como de alto valor biológico, y a las proteínas de
origen vegetal como incompleto o de menor valor biológico respecto al déficit de ciertos
aminoácidos esenciales que condicionan (limitan) la utilización del resto de los aminoáci-
dos. A su vez las proteínas de origen vegetal suelen ser menos digeribles. El valor biológico
de las proteínas de origen vegetal puede mejorarse realizando una combinación de dife-
rentes alimentos (legumbres y cereales) para lo cual se requiere un asesoramiento especia-
lizado en el caso de que se restrinja el aporte de proteínas de origen animal.
En base a estimaciones se considera que la LME aporta en el primer semestre un promedio
de 2 g/k/día durante el primer mes de vida y luego desciende correspondiendo a un pro-
medio de 1 g/k/día en el período comprendido entre los 4-6 meses de vida.
Grasas
Los niños que reciben LME reciben un aporte del 40 al 60% como energía proveniente de
las grasas. Al incorporar los semisólidos este porcentaje de aporte graso proveniente de la
lactancia materna desciende al 30-40%.
Los ácidos grasos aportan energía, ácidos grasos esenciales y facilitan la absorción de vita-
minas liposolubles y carotenoides.
Hidratos de carbono
La lactosa es el hidrato de carbono principal en la alimentación de los niños, en especial
durante el primer año de vida. Al iniciar y progresar la alimentación complementaria, los
almidones y las dextrinas representan un gran aporte de energía. Los hidratos de carbo-
no complejos y la fibra son fuente importante en la alimentación y se debe considerar un
aporte máximo de fibra 1 g/100 g de alimento en niños de 7 a 12 meses. En mayores de
12 meses de vida, con la incorporación de vegetales, cereales y legumbres el aporte de
fibra sugerido es de 5 g/día. De esta manera se busca evitar que concentraciones mayores
interfieran con la absorción de minerales.
Hierro
La concentración de hierro presente en la leche humana es baja, pero tiene una alta bio-
disponibilidad (no hay otro alimento con biodisponibilidad tan alta) y el lactante utiliza sus
reservas durante los primeros meses.
Es infrecuente la anemia en recién nacido de término, de peso adecuado (con ligadura del
cordón en tiempo oportuno) pero los índices hematológicos de los parámetros de hierro
muestran un descenso alrededor del sexto mes de vida. De no mediar factores de riesgo
o (iatrogénicos) considerando un clampeo adecuado del cordón al nacimiento, con un
estado materno de hierro adecuado durante el embarazo, se sugiere iniciar la suplementa-
ción de hierro en lactantes sanos de término que reciben lactancia materna exclusiva, a los
6 meses de vida. Ante factores de riesgo, bajo peso, déficits maternos durante la gestación,
clampeo precoz del cordón u otras situaciones se indicará a los 4 meses de edad. Ante
antecedente de prematurez, se iniciará entre las 2-4 semanas de edad, según el peso de
nacimiento.
Micronutrientes y vitaminas
Una alimentación variada, oportuna y adecuada cubre el aporte de micronutrientes y
vitaminas, con excepción de la vitamina D, la que en lactantes amamantados de manera
exclusiva con una escasa exposición solar por su edad, requiere suplementación. Se debe
tomar en consideración que la madre que amamanta reciba una alimentación adecuada y
completa.
MODALIDAD DE ALIMENTACIÓN
Texturas y sabores
La exposición a los diferentes sabores se inicia tempranamente en la vida a través de la ex-
posición al líquido amniótico durante la gestación, y la exposición de los diferentes sabores
durante la lactancia.
La conducta alimentaria se desarrolla durante el proceso de los primeros años y en la etapa
de transición de la alimentación del lactante a la alimentación familiar, se reconocen múlti-
ples factores de importancia que modulan las preferencias.
Las preferencias a sabores dulces y salados es innata, así como también el disgusto ante
sabores agrios. De todas maneras se aprende a aceptar una gran variedad de sabores y, en
este proceso de incorporación de la alimentación, se debe informar a los padres y/o cuida-
dores para que así puedan estimular el contacto con diferentes sabores y el desarrollo de
hábitos alimentarios saludables.
La exposición a los alimentos saludables y a los sabores naturales y diversos, logra que con
el estímulo sostenido el bebé los acepte y prefiera.
Los niños necesitan una exposición reiterada al alimento para realizar el proceso del apren-
dizaje de su aceptación. Se debe alentar a los padres y cuidadores a mantener la oferta 8 a
10 veces si es necesario de un alimento hasta que el niño acepte un sabor nuevo, aun si les
impresiona que no le agrada, porque el bebé finalmente lo aprenderá a aceptar.
Se desaconseja endulzar o salar los alimentos y, así, evitar condicionarlo a preferir alimen-
tos demasiado dulces o demasiado salados, facilitando de esta forma la aceptación por
parte del lactante del sabor de presentación natural del alimento.
Modo de alimentación
Los padres y cuidadores de un lactante y de un niño pequeño tienen un rol importantí-
simo en su alimentación desde el nacimiento iniciando con la elección de amamantar al
niño, vivencia muy diferente a alimentar al lactante con un biberón, y en cada etapa de su
crecimiento y desarrollo con relación al inicio, continuación y modalidad de alimentación,
y las relaciones o tipo de vinculo que comparten con el niño durante el acto de alimentar y
en cada comida. Presentan además vivencias propias con su alimentación, preferencias, ex-
pectativas, prácticas de diferentes dietas, y con las expectativas o sensaciones que tienen
sobre la alimentación de su hijo. Juegan a su vez un rol fundamental, que es ser modelo de
sus hijos tanto en la alimentación como en otras situaciones de la vida cotidiana.
Habitualmente se inicia la alimentación del niño ofreciendo alimentos en forma de purés
con cuchara, progresando luego a semi-sólidos de diferentes texturas y luego ofreciendo
alimentos que el niño pueda tomar con su mano y llevarse a la boca.
Se observa una tendencia creciente a ofrecer alimentos para que el niño pueda manipular
y alimentarse desde el inicio, salteando la etapa del alimento con cuchara ofrecido en for-
ma de puré. El método llamado BLW, de la sigla en ingles que representa los términos baby
led weaning, podría traducirse como la alimentación complementaria guiada por el propio
lactante y postula ofrecerle al bebé los alimentos familiares de a trocitos, para que el niño
pueda manipularlos y llevarlos a su boca. El niño debe tener las pautas madurativas para
poder lograrlo.
Se considera que de esta manera el bebé podría tener una mejor autorregulación de su in-
gesta, con las ventajas que ello conlleva, aunque los datos respecto a cobertura de reque-
rimientos se han obtenido de algunos estudios observacionales. Idealmente se requeriría
de estudios randomizados de investigación al respecto. Recientemente se ha introducido
un método que es una modificación del método llamado BLW, que se denomina BLISS sigla
derivada de los términos en inglés que significa alimentación con introducción de sólidos
guiada por el propio bebé, con especial hincapié en la elección de alimentos a ofrecer ricos
en hierro y energía, y de limitar la introducción de alimentos que puedan condicionar un
riesgo de atragantamiento, que es uno de los puntos de controversia del BLW.
No hay evidencia suficiente para indicar un estilo de alimentación tradicional con cuchara,
por sobre un estilo de alimentación guiada por el lactante, o viceversa. Los padres deben
ser estimulados a practicar una alimentación perceptiva responsable, acorde a la madura-
ción y desarrollo del niño.
Muchas familias combinan de manera natural y espontánea pautas de ambas modalidades
sin proponerse específicamente seguir un tipo u otro de alimentación.
Idealmente un padre o cuidador que practique la alimentación perceptiva de manera
responsable, interactúa con el bebé, atento a las señales de hambre, saciedad, u otras
sensaciones que el lactante exprese, comparte el momento de la alimentación como un
momento compartido en armonía, con un intercambio de sensaciones ofreciendo alimen-
tos nutritivos y seguros, de texturas que el niño pueda manejar, progresando en texturas y
variedad, permitiendo al niño tomar una cuchara, tocar la comida, manipular los alimentos
para llevarlos (o no) a su boca y compartir una mesa familiar.
Diferentes clasificaciones definen el tipo de conducta que ejerce el padre/tutor en la crian-
za y los categorizan en padres responsables, autoritarios, negligentes, e indulgentes.
Las dificultades alimentarias son una causa frecuente de consulta y preocupación en los
padres en la entrevista pediátrica. Ante la presencia de dificultades en la alimentación, el
acto de alimentarse deja de ser placentero y se presentan ansiedad y frustración tanto en
la madre (o el cuidador) como en el propio niño. Muchas veces los padres sobreestiman lo
que el niño debe comer, y quizás lo que ellos interpretan como un problema, es un error de
su interpretación y es el pediatra el que tiene el rol de guiarlos en las porciones que requie-
ren los niños en cada etapa.
Existen clasificaciones prácticas que permiten identificar a los diferentes grupos de niños
que no se alimentan bien y permiten facilitar su manejo y derivación oportuna. Las situa-
ciones que se pueden presentar de acuerdo con la dificultad que presente el niño son:
inapetencia secundaria a patología orgánica, miedo a alimentarse y selectividad en la
alimentación. Los pediatras son los primeros profesionales de la salud que se enfrentan a
un problema en la alimentación del lactante/niño y deben reconocer el punto de preocu-
pación o conflicto, valorarlo e implementar pautas para el manejo del mismo.
CONSIDERACIONES ESPECIALES
Incorporación del gluten
La Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición en su último consenso so-
bre la introducción del gluten y el riesgo del desarrollo de enfermedad celíaca (EC) conclu-
ye que no ha sido demostrado que la lactancia materna, durante la introducción del gluten,
haya demostrado disminución del riesgo de desarrollo de EC.
El gluten puede introducirse en la dieta del lactante entre el 4to. y el 12vo. mes de vida, una
vez que la alimentación complementaria se ha iniciado. Tener en consideración que la SAP
recomienda iniciar la alimentación complementaria al 6to. mes de vida, con lo cual la intro-
ducción del gluten se realizará a partir de esa edad.
Se aconseja no aportar grandes cantidades de gluten durante las primeras semanas de su
introducción, ni durante el primer año de vida. No están establecidas aun las cantidades
óptimas de gluten a ser incorporadas.
Los niños que no reciben lactancia materna, deben recibir fórmula de soja, y no se reco-
mienda su reemplazo por las “mal llamadas” leche de almendras o productos similares, ni
por otros preparados dietarios derivados de la soja.
A pesar de que en teoría se podría cumplir requerimientos cuando la madre y el niño reci-
ben la información y la suplementación adecuadas, las consecuencias de las deficiencias
son severas y graves. En las dietas veganas se requiere la suplementación de B12, y en die-
tas vegetarianas y veganas valorar periódicamente si requiere otro tipo de suplementación
farmacológica, independientemente de la suplementación de hierro y de vitamina D que
se prescriba según corresponda por la edad del lactante.
En la práctica cotidiana, se informa a los padres que a pesar de que teóricamente se podría
cubrir los aportes de nutrientes que requiere el lactante, al poner en práctica la incorpora-
ción de la alimentación complementaria durante una etapa de rápido crecimiento y desa-
rrollo, hay riesgos de deficiencias de nutrientes críticos. Muchas veces al conocer los padres
esta información deciden mantener la práctica de la alimentación vegetariana/vegana en
el lactante realizando los controles y monitoreos sugeridos. Otras veces los padres toman
en consideración incorporar algún/algunos alimentos de origen animal, en esta primer
etapa para asegurarse minimizar los riesgos de deficiencias, y avanzar mas adelante con la
práctica de una alimentación vegetariana/vegana para su hijo.
Alimentos a limitar
Sal y azúcar no deben adicionarse a los alimentos y comidas.
Las bebidas azucaradas deben evitarse.
La introducción del agua se realiza como parte del aprendizaje en el cual se conjugan la
disminución de la ingesta de agua proveniente de la LM con el aumento de la carga de
solutos de la alimentación complementaria. Si se reemplaza el agua por jugos, por bebidas
azucaradas o por otros alimentos dulces, se entorpece este natural proceso de aprendizaje
temprano hacia el sabor “no-dulce”.
La miel no debe introducirse antes de los 12 meses de vida.
El anís no debe usarse en tés como tratamiento del cólico del lactante, ya que no hay datos
de seguridad.
CONSIDERACIONES PRÁCTICAS
Pautas generales
• Seguir amamantando con frecuencia. La leche humana puede utilizarse para enrique-
cer preparaciones y alimentos. Es un sabor conocido para el lactante.
• Introducir alimentos complementarios a partir de los seis meses de edad. Tanto una
introducción temprana como tardía de alimentación complementaria impone riesgos a
corto y a largo plazo.
• Aumentar la cantidad, consistencia y variedad de los alimentos a medida que el lactan-
te crece, combinando comidas y colaciones.
CONCLUSIONES
La incorporación oportuna y segura de la alimentación complementaria es importante no
solo desde el punto de vista nutricional sino también desde el desarrollo del niño y de su
conducta alimentaria.
Alimentar a un niño significa mucho más que satisfacer su necesidad de comida. Es muy
importante ofrecerle alimentos adecuados en calidad y textura para cada etapa, y acompa-
ñarlo y compartir el proceso del desarrollo de su alimentación complementaria.
LECTURAS RECOMENDADAS
• Complementary Feeding: A Position Paper by the European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepa-
tology and Nutrition (ESPGHAN) Committee on Nutrition. Fewtrell, et al. JPGN January 2017; 64 (1).
• Deficiencia de hierro y anemia ferropénica. Guía para su prevención, diagnóstico y tratamiento. Comité
Nacional de Hematología, Oncología y Medicina Transfusional, Comité Nacional de Nutrición. Arch Argent
Pediatr 2017;115 Supl 4: s68.
• ENNyS - La alimentación de los niños menores de 2 años, 2010. http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/
graficos/0000000258cnt-a09-alimentacion-de-ninos-menores-de-2-anos.pdf.
• ENNyS 2. Indicadores priorizados - septiembre 2019. http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/
graficos/0000001602cnt-2019-10_encuesta-nacional-de-nutricion-y-salud.pdf.
• Nutrición del niño prematuro. Recomendaciones para las Unidades de Cuidado Intensivo Neonatal. Direc-
ción Nacional de Maternidad e Infancia. Ministerio de Salud de la Nación. Edición 2015.
• World Health Organization: The World Health Organization’s Infant Feeding Recommendation. http://www.
who.int/nutrition/topics/infantfeeding_recommendation/ en/index.html. (Revisado al 10-11-19.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/infant-and-young-child-feeding.
Clave de Autoevaluación
Identifique marcando con una cruz (X) cuál de las siguientes
pautas de alimentación complementaria Ud. indica en la
consulta con sus pacientes porque las considera correctas.
Todas las pautas generales y de higiene enumeradas son correctas y
deberían recomendarse a las familias.
Clave de Autoevaluación
Analice y resuelva las siguientes situaciones clínicas.
1. Julián
a) No iniciaría su alimentación complementaria aún. En el caso de los
recién nacidos prematuros, se recomienda la incorporación de alimen-
tación complementaria no antes de los 6 meses de edad corregida. El
niño tiene 4 meses de edad corregida. Aún no presenta correcto sostén
de su torso.
b) El niño debe poder sentarse erguido, aun con sostén, pero mejorando
el control de su tronco. Y se debe valorar que se muestre con interés
para comer, pueda tomar el alimento de la cuchara y pueda tragar sin
dificultades.
c) Se les explica que a los 6 meses de vida, los lactantes de término pre-
sentan un neurodesarrollo, maduración digestiva, renal e inmunológi-
ca adecuados. Que una incorporación temprana o precoz de alimentos,
puede imponer un riesgo nutricional. Y que en el caso de su bebé al ser
prematuro se recomienda iniciar su alimentación complementaria no
antes de los 6 meses de edad corregida, considerando la edad de inicio
en los lactantes que no han sido prematuros. En el caso de Julián, a los
6 meses de edad corregida, en dos meses a partir de la presente con-
sulta, deberemos evaluar si cuenta con la maduración necesaria en ese
momento.
2. Fermín
a) Factores de riesgo: madre sin asesoramiento dietario reciente, no
nombra si recibió suplementación durante la gestación o los primeros
6 meses de vida del bebé.
Probable ligadura precoz del cordón umbilical por el relato materno.
Bebé recién nacido de bajo peso para la edad gestacional.
b) Se jerarquiza la importancia en el caso que el lactante sea alimentado
con alimentación vegetariana asegurarse de cubrir los requerimientos
nutricionales. Se aclara que a medida que se desarrolla la alimentación
complementaria, se va intensificando el riesgo de déficits de nutrientes
esenciales. Se menciona cuáles son los nutrientes en riesgo. Se aclara
que si recibirá alimentación vegana debe recibir suplementación de
B12, que por su edad requiere hierro, y que se valorará la necesidad
de otras suplementaciones farmacológicas si no se lograra cubrir los
requerimientos.
c) Se sugiere que ella realice una consulta especializada, con un médico y
con un licenciado en nutrición. Se actualizará la evaluación del cumpli-
miento de sus requerimientos como madre lactante y se debe valorar si
requiere suplementación.
d) Incorporar gradualmente alimentos de los diferentes grupos, explicar
la combinación de legumbres y granos para optimizar la calidad del
aporte proteico, desaconsejar bebidas de soja y recomendar para cuan-
do la mamá está en su trabajo o bien incorporar en ese momento un
Clave de Autoevaluación
alimento, a modo de una comida o una colación, o en el caso de ofrecer
fórmula, recomendar la fórmula de soja. Mantener la lactancia mater-
na cuando la mamá no está en el horario laboral. Recordar que no hay
mayores restricciones en los alimentos a incorporar salvo evitar salar o
endulzar los alimentos y evitar el aporte de miel durante los primeros
12 meses de vida.
e) El niño debe realizar la consulta con el especialista en nutrición quién lo
controlará de manera periódica en conjunto con su pediatra de cabece-
ra, monitoreando cobertura de requerimientos, controles de laborato-
rio y valorando oportunamente la necesidad de suplementación.
Cambios en la
composición de
la leche humana
Autoevaluación
Identifique Verdadero o Falso en los siguientes enunciados
V F
7. Tanto el volumen del calostro como su osmolaridad están adecuados para los
riñones inmaduros del neonato, la concentración de sodio, potasio y cloro es
mayor que en la leche madura.
8. A partir de los 6 meses la leche materna aporta el 50% de las calorías que
recibe el niño.
14. Las bacterias que contiene la leche aumentan por encima de los 7º C al
doble cada 20 minutos o sea que, en una hora habrá 8 veces más bacterias.
Autoevaluación
Responda las siguientes consignas
1. Existe evidencia que la sumatoria de los efectos inmunológicos de
la leche materna produce una reducción en la incidencia de enfer-
medades en el niño. Mencione en qué patologías tiene impacto la
lactancia materna y en qué porcentaje estimado es la reducción.
........................................................................................................................................................................
........................................................................................................................................................................
INTRODUCCIÓN
“Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento”.
Hipócrates, padre de la Medicina, hace 2.400 años.
El amamantamiento es el modo normal de alimentación del bebé humano y ningún niño
debería ser privado de él, salvo en circunstancias excepcionales que justifiquen quitarle el
modo natural de nutrición de la especie; es un complejo sistema de comunicación y nutri-
ción entre la madre y su hijo. Es tan fundante para la psiquis de ambos que esta relación
condiciona el presente y el futuro del binomio, de la familia y de la sociedad.
La palabra amamantar proviene de la raíz árabe amalgamar, donde dos sustancias distintas
forman una única e indestructible (la amalgama) haciendo referencia al vínculo único e
indestructible que se logra amamantando al bebé humano.
Si se busca la palabra amamantar en Google aparecen 4 millones de resultados y si se bus-
ca breastfeeding 129 millones y 73 millones de artículos científicos sobre el tema.
El estudio de la leche materna es sumamente complejo, porque es un tejido vivo y cam-
biante, adaptado a cada madre y cada bebé en cada momento; es por esto por lo que
debemos reconocer nuestra ignorancia y ser conscientes de que desconocemos gran parte
de sus beneficios.
En este capítulo queremos mostrar parte de la complejidad de la leche materna humana,
sus dinámicas cronobiológicas, su composición, sus principios bio-activos y que todo esto
está íntimamente ligado a los modos de amamantar, a los condicionantes sociales y cultu-
rales de este hábito ancestral inserto en el mundo actual.
Todo comienza con el fenómeno del Big-bang o con el día 1 del Génesis, luego el caldo de
la vida y el surgimiento de los homínidos. Aquí estamos: mamíferos superiores, bípedos,
cerebrales y con sentimientos (con tres cerebros: el reptiliano, el límbico y el pensante). Así
se inicia la historia de la especie humana y del alimento completo y funcional perfecto: la
leche materna. Se ha tratado de dar explicaciones genéticas, biológicas, históricas, antro-
pológicas, psicológicas y sociológicas al acto de amamantar, pero todos estos conocimien-
tos no han bastado para describir y abarcar todas sus implicancias.
Como dice el Dr. Joao Aprigio Guerra de Almeida (Coordinador de la Red Global de Bancos
de Leche Humana): “el amamantamiento es un híbrido naturaleza-cultura”. Siempre que
nos refiramos al producto elaborado por la glándula mamaria (único: vivo, humano y cam-
biante) no deberemos olvidar a la madre y sus circunstancias y cuidar la relación vincular
entre ella, la familia y su hijo.
Muchos son los factores que contribuyeron a que se perdiese parcialmente el hábito de
amamantar, uno es que la industria hizo creer a la sociedad toda, con mensajes engañosos,
haber creado sustitutos perfectos para alimentar a los recién nacidos y lactantes, pero en
realidad son heterólogos, muertos, dis-armónicos, inseguros e incompletos, ocasionan
GENERALIDADES SOBRE
COMPOSICIÓN DE LA LECHE HUMANA
Agua: es el principal componente. Contribuye a la regulación de la temperatura del recién
nacido; en esta etapa el 25% de la pérdida de calor se produce por evaporación de agua
por los pulmones y la piel. El requerimiento de agua de los lactantes es cubierto por la
leche humana aún en climas cálidos, sin necesidad de agregar nada más.
Ph y Osmolaridad: el pH es de 6,7 a 7,4, con una media de 7,1.
Calorías: el contenido calórico de la leche humana es en promedio de 65 kcal en 100 ml.
Osmolaridad: se aproxima a la del suero humano, es 286 mOsm/L.
Proteínas: el contenido de proteínas es más alto al nacer, aproximadamente 1,8 g% en las
madres de niños a término. La concentración proteica disminuye durante las dos a cuatro
semanas siguientes a un nivel de aproximadamente 0,9 g%.
El 40% de la proteína de la leche humana es caseína y el 60% lactalbúmina. Este contenido
proteico proporciona del 5 al 7% de las necesidades calóricas de los recién nacidos a térmi-
no y asegura un estado proteico adecuado del lactante amamantado durante el primer año.
Las proteínas de la leche materna la hacen única para la especie humana, ya que contiene
los diez aminoácidos esenciales (metionina, valina, leucina, lisina, isoleucina, cistina, histidi-
na, treonina, triptófano y fenilalanina) y otros no esenciales pero importantes como la tauri-
na y la carnitina, en cantidades ideales y con mejor biodisponibilidad gracias a la presencia
de enzimas digestivas como la amilasa.
La alta proporción de proteína del suero en comparación con la caseína en la leche hu-
mana es beneficiosa para los bebés, ya que se digiere más fácilmente y se asocia con un
vaciado gástrico más rápido. En los primeros diez días posparto la leche humana tiene una
relación proteínas del suero/caseína de 90/10; cambia a 60/40 hasta los ocho meses y se
mantiene en 50/50 hasta el fin de la lactancia.
La fracción de proteína de suero proporciona concentraciones bajas de fenilalanina, tiro-
sina y metionina, potencialmente perjudiciales ya que en niveles altos pueden interferir
con el desarrollo del cerebro. Por el contrario, tiene altos niveles de cistina (necesaria para
sintetizar el antioxidante glutatión) y taurina (necesaria para la conjugación de la bilis y el
desarrollo cerebral).
La seroalbúmina interviene en la regulación del intercambio de agua entre los tejidos y la
sangre. Las inmunoglobulinas se encuentran también en el suero de la leche, la principal es
la IgA secretoria, con menores cantidades de IgA monomérica, IgG e IgM. La principal fun-
ción de la IgA secretoria es el bloqueo de la adhesión de patógenos y sus toxinas al epitelio
intestinal.
El nitrógeno no proteico, aproximadamente el 20% del nitrógeno total, está en los nucleó-
tidos, aminoácidos libres y urea.
El proteoma del suero de la leche mostró una alta similitud cualitativa entre mujeres, pero
con cambios cuantitativos, sobre todo en las proteínas del suero. No podemos explicar por
qué cada mamá produce leche con un proteoma específico para su bebé. Los proteomas
lácteos humanos están compuestos de 1.606 proteínas, de las cuales 524 fueron identifica-
das recientemente y todavía se ignora su función.
El contenido nocturno de proteínas en la leche es más alto que el diurno.
Enzimas: la amilasa hidroliza polisacáridos, la lipasa triglicéridos y las proteasas: proteínas;
la xantina oxidasa transporta hierro y molibdeno, la glutatión peroxidasa selenio y la
fosfatasa alcalina zinc y magnesio. Otras enzimas preservan componentes de la leche:
la antiproteasa protege a proteínas bioactivas como las inmunoglobulinas y la sulfidril
oxidasa mantiene la estructura y función de proteínas con enlaces disulfuro.
Agentes antiinflamatorios: lisozima y peroxidasa actúan como bactericidas. Las lipasas li-
beran ácidos grasos con acciones antibacterianas, antivirales y antiparasitarias. Otros agen-
tes antiinflamatorios como las vitaminas A, C y E actúan en la captación de radicales libres,
las catalasas en la degradación de peróxidos, la glutatión peroxidasa en la prevención de
la peroxidación lipídica, la Alfa 1 antitripsina y Alfa 1 antiquimotripsina en la inhibición de
proteasas inflamatorias, las prostaglandinas 1 y 2 en citoprotección, el factor de crecimien-
to epidérmico como protector de la función y el crecimiento intestinal y la Interleukina 10
como supresora de macrófagos y células T.
Se han identificado en la leche humana 13 nucleótidos; los más importantes son derivados
de la adenosina, la citidina, la guanosina, la uridina y la inosina; estos promueven el creci-
miento y la maduración intestinal, favorecen la función inmune, modifican la microflora
intestinal, incrementan la biodisponibilidad del hierro y aumentan la concentración de
lipoproteínas de alta densidad y ácidos grasos de cadena larga omega 3 y 6.
Más de 1400 moléculas diferentes de micro ARN (mesosomas) están presentes en la leche
materna, su función sería la regulación de la expresión genética, además de ayudar a evitar
Minerales: las concentraciones de minerales en la leche humana son más bajas que en
cualquiera de los sustitutos y están adaptados a los requerimientos nutricionales y capaci-
dades metabólicas del lactante.
El sodio, el potasio, el calcio y el magnesio son los principales cationes; el fosfato, el cloruro y
el citrato los aniones. Se destaca el aporte de calcio y fósforo, con una relación Ca: P de 2 a 1,
que asegura su óptima utilización. La absorción del calcio de la leche materna es de 55%.
Otros minerales son el hierro, el iodo, el zinc, el selenio, el azufre, el níquel, el cobre, el
cromo, el manganeso, el molibdeno y el flúor. Todos estos intervienen en fases importantes
del metabolismo. Su biodisponibilidad es óptima.
Hierro: la cantidad de hierro no cubriría los requerimientos teóricos, sin embargo, históri-
camente los niños amamantados no han sido anémicos. Esto puede explicarse por la mejor
biodisponibilidad.
L. reuteri y L. acidophilus son los tipos de bacterias simbióticas; las más activas son las del
género Bifidobacterium. La industria no ha podido hacerlas crecer in vitro. Las bacterias
son individuales de cada persona por lo que su variación, junto a las de los componentes
inmunoactivos, hace que a la leche materna se la considere una medicina personalizada.
che y la fuerza y eficacia del niño para mamar, se reduce sensiblemente el tiempo de cada
mamada, a algunos niños les es suficiente con 5 minutos por toma. La madre también debe
saber esto de antemano, para no interpretar que el bebé está tomando menos.
Pese a los cambios que describiremos la leche materna es siempre buena en calidad y si es
escasa en cantidad en una díada sana, es por restricciones culturales como amamantar en
horarios rígidos o por falta de transferencia de leche de la mama al niño por dificultades en
la prendida al pecho. Es responsabilidad del pediatra supervisar la prendida al pecho, ya
que es la causa de la mayoría de los problemas en la lactancia, disminuye la transferencia
de leche al niño, este se enoja y llora, lastima los pezones, engorda poco y los dos sufren.
En nuestro país el 97% de las madres inician la lactancia, pero luego la prevalencia baja
bruscamente y se llega a una lactancia exclusiva del 44% al sexto mes (ENNIS 2/2019).
Mejorar este estado de cosas es nuestro desafío.
La leche materna es la única leche viva, humana y cambiante que puede tomar un recién
nacido, un lactante o un niño.
Es viva porque contiene células vivas, entre ellas glóbulos blancos en proporción variable
según la etapa de la lactancia y las enfermedades que sufran el niño y/o la madre en el
curso del amamantamiento.
Es humana porque todos sus componentes son humanos: proteína humana, sin rechazo,
con menor incidencia de alergias, eczemas y asma; con carbohidratos humanos, lípidos
humanos, hormonas y enzimas humanas.
CAMBIOS EN LA
COMPOSICIÓN DE LA LECHE HUMANA
La leche humana es cambiante a través de los días y en cada mamada, según una infinidad
de variables, algunas conocidas, como la edad gestacional, los microorganismos ambienta-
les, la edad del niño, las enfermedades a que estén expuestos él o ella y su madre y segura-
mente muchas otras aún no conocidas.
El calostro
Tiene más células inmunitarias y más inmunoglobulinas que la leche madura, es el encar-
gado de sellar la permeabilidad intestinal con su IgA secretora para que microorganismos
patógenos no puedan dañar al bebé. Contiene más betacarotenos, una fuente segura de
vitamina A y con efecto antioxidante, que contribuye a proteger a los tejidos contra los
efectos nocivos de los radicales libres; éstos le dan su color amarillo-naranja. Es rico en mi-
nerales y tiene mayor concentración de vitaminas A, E y K que la leche madura. El porcenta-
je de proteínas del calostro también es superior.
El calostro por su contenido en motilina actúa como laxante, ayudando a expulsar las pri-
meras heces, el meconio, lo que previene o disminuye la ictericia por recirculación entero-
hepática de bilirrubina.
Tanto el volumen del calostro como su osmolaridad (concentración de sustancias en disolu-
ción) están adecuados para los riñones inmaduros del neonato. Su concentración de sodio,
potasio y cloro es mayor que en la leche madura.
La leche de transición
Aumenta su nivel de grasa, calorías y lactosa. En este período los recién nacidos suelen
despertarse más seguido durante la noche que durante el día. Esta demanda frecuente
nocturna es útil para aprovechar que el ritmo circadiano de prolactina es mayor a la noche,
ya que la madre está aprendiendo a regular la cantidad de leche de acuerdo con las nece-
sidades particulares del o de los niños que ha tenido. Debe recordarse que en condiciones
normales los dos pechos tienen la capacidad de producir leche para mellizos. Producen
aproximadamente 750 ml/día si la madre amamanta un solo hijo y 1500 ml/día si amaman-
ta dos. Su color blanco se debe a la emulsificación de grasas y a la presencia de la proteína
caseinato de calcio.
La leche madura
En esta etapa se vuelve más estable en su composición, oscilando sí en su cantidad, produ-
ciendo más a la madrugada y menos a la tardecita. Pocas semanas después de tener leche
madura, la producción de leche entra en una fase de regulación autocrina, donde el 80%
de la leche se produce desde unos instantes antes de que el bebé se despierte hasta que
finaliza la lactada. Es decir, que casi toda la leche se produce mientras el niño está toman-
do; sólo se acumula un 20% entre mamadas, por lo que la madre nota que sus pechos se
encuentran menos turgentes, no percibe la sensación de la bajada de la leche como antes
y deja de chorrearse. Esto suele ocurrir al mes y medio en la madre primeriza y a los 20 a
30 días en la madre que ya ha amamantado a otro hijo, pero es bastante variable.
Es muy frecuente la fantasía de insuficiencia materna, que suele estar aumentada por pre-
siones familiares y sociales: “este chico necesita una mamadera”. Las conductas de anticipa-
ción y la escucha activa refuerzan en la mamá la seguridad de que ella es la proveedora del
único alimento del mundo hecho específicamente para su bebé.
Por eso en esta etapa se le debe enseñar que poniendo al niño al pecho mientras se extrae
del otro, desencadena el reflejo de eyección y la secreción de leche hacia el niño y hacia
el sacaleches es mayor; como si tuviese mellizos y los alimentara simultáneamente. Otra
técnica, no tan sencilla, es aprender a relajarse, formar y soltar leche, mientras se extrae
manualmente o con sacaleches.
Luego de los seis meses la leche materna aporta el 93% de las calorías que el niño recibe.
Entre los 11 y los 15 meses, la mitad de la ingesta calórica proviene de la leche materna y
entre los 16 meses y los dos años el 40%.
Se ha demostrado que cuando uno de ellos padece una infección activa, aumenta la can-
tidad de leucocitos, macrófagos e inmunoglobulinas en la leche materna, para retornar a
la normalidad una vez superada la infección; también se observó un aumento del número
total de leucocitos en la sangre, específicamente de macrófagos y de TNF-α.
Cuando la madre padece una infección, rápidamente libera leucocitos, produce anticuer-
pos y los transmite a su bebé a través de la leche, por esto en la mayoría de las infecciones
maternas habituales, no sólo no está contraindicada la lactancia, sino que es protectora
para el niño.
Está demostrada la menor morbimortalidad de los niños amamantados ante las infecciones
por rotavirus, giardias y virus sincicial respiratorio; no sólo se contagian menos, sino que
cuando se enferman tienen cuadros más leves, requieren menos internaciones y tienen
mejor evolución.
El pediatra uruguayo Morquio decía: “el niño de pecho rara vez enferma y nunca muere”.
Cuando la madre tiene una dieta muy restrictiva en calorías, proteínas o micronutrientes,
como hierro, o ácido fólico, la sugerencia de que siga una dieta balanceada y completa es
para que ella no deplecione sus depósitos y se sienta bien, pero esto no dañará al niño;
también es importante tranquilizarla y transmitirle que con su dieta habitual recuperará el
peso previo.
La excepción es que, en el caso de mujeres veganas y vegetarianas, debe descartarse
la deficiencia de vitamina B 12 o suplementar, ya que la deficiencia de esta vitamina sí
puede provocar al bebé daño neurológico irreversible.
En la leche de madres fumadoras hay mayores niveles de cotinina, cadmio, mercurio y otros
metales pesados y menores niveles de proteínas, vitaminas A, C y E y otros antioxidantes.
Fumar puede disminuir la producción de leche y alterar el patrón lipídico. Pero los mayores
problemas de los bebés criados en ambientes con humo de tabaco son las infecciones res-
piratorias, los episodios de broncoespasmo, las internaciones por estos motivos y el riego
de muerte súbita. Esto no es por la nicotina que pasa a la leche, sino por la inhalación de
humo. Todos los riesgos aumentan si además son alimentados con leche artificial; por eso,
si una madre no puede dejar de fumar, es preferible que fume menos y que no fume
dentro de la casa, pero sobre todo que siga dando pecho. Hay menos paso de nicotina
si espera 2 horas tras el último cigarrillo para amamantar.
Con respecto al alcohol, al igual que el cigarrillo, no es saludable ni para la madre ni para
el bebé. El consumo excesivo de alcohol puede causar sedación, desmedro, irritabilidad y
retraso psicomotor en el lactante. Sin embargo, la madre puede consumir pequeñas can-
tidades como dos medios vasos de cerveza o dos cuartos de vaso de vino por día, incluso
para donar leche materna. Si la madre consume más alcohol en alguna ocasión, tiene que
esperar que el mismo se elimine (alrededor de tres horas por cada 10 gramos de alcohol
ingerido), pero esto puede ser peligroso.
El ejercicio habitual no perjudica la lactancia. Según la Asociación Española de Pediatría
realizar ejercicio físico posparto no afecta en nada a la lactancia materna. La práctica del
ejercicio físico habitual no perjudica el volumen ni la composición de la leche materna.
El ejercicio físico intenso de alto rendimiento (por ejemplo, correr una maratón, 42 km) sí
puede disminuir la producción de leche.
El cansancio que sienten algunas mamás puede aminorarlo si se realiza colecho seguro.
Cuando la madre tiene mellizos se le recomienda que algunas mamadas sean simultáneas
para disminuir su esfuerzo y optimizar la producción y la eyección de leche. La pareja o la
familia pueden ayudar en las tareas del hogar, pero no intentar sustituir a la madre en el
cuidado del bebé si ella no lo desea.
Gael es un niño flaco, largo y llorón de un mes de vida. Sus padres consultan porque aumenta
poco de peso y le han dicho a la madre que es porque su leche no es buena, que no tiene la
cantidad de grasa necesaria y que el niño se queda con hambre. En un mes aumentó sólo 350
gramos, (pesa 3.850 g), se lo ve nervioso cuando toma el pecho, se pelea con la teta, pide a cada
rato y tiene deposiciones normales cada dos días. El pediatra le indicó complemento con leche
de fórmula y como la madre no se la quiere dar, hace la consulta. El niño nació por cesárea con
3.500g y al alta, a las 48 horas, pesaba 3.200 g.
Comentario: probablemente, por la administración de suero endovenoso a la madre, Gael
tuvo un peso al nacer más alto que el que le correspondía; entonces el aumento de peso
real sería un poco mejor que el calculado. Se observa la mamada y el niño se prende poco
profundo, no abarca la aréola, hace chasquido con sus labios y se forma un hoyuelo en
su mejilla, no se lo escucha tragar, no queda relajado, no eructa ni regurgita luego de la
mamada. Esta observación nos hace pensar que no existe una adecuada transferencia de
leche, el niño no vacía adecuadamente los pechos y entonces estos producen menos leche.
La conducta correcta en este caso es corregir la técnica de mamada, aumentar la eficacia
de la toma comprimiendo el pecho, verificar que las tragadas sean audibles y sugerir a la
madre que se saque leche mientras amamanta o luego de amamantar y le dé al niño lo
extraído con vasito (enseñar la técnica). Citar a la mamá en tres o cuatro días para pesar
nuevamente al niño y valorar que haya aumentado adecuadamente de peso. Muchas veces
nos encontramos con aumentos superiores aún a los esperados para un niño normal, 30 o
50 gramos por día. Observar también que no se pelee más con el pecho, que tome relaja-
damente abriendo sus ojos y sus manos. Citar nuevamente en unos días para comprobar
que estos cambios conseguidos se mantienen en el tiempo y reforzarle a la mamá que son
el fruto de su esfuerzo, para aumentar su autoestima y confianza. Es muy importante en
estos casos la reafirmación que hace el pediatra de los logros conseguidos.
Como vimos en este trabajo la leche materna no tiene grandes variaciones de una mujer a
otra y su calidad siempre es buena; se trataba de una hipogalactia relativa, por mala técni-
ca, que puede ser corregida.
3. De altas calorías o del final de la mamada para niños que necesiten mayor aporte calórico.
4. De baja acidez Dornic1 para niños prematuros con osteopenia.
5. Suplementada con proteínas extraídas de leche materna (fortificadores a base de leche
humana)
6. Descremada para quilotórax.
Todas estas leches especiales a base de leche humana seleccionadas en los laboratorios
de los bancos de leche pueden ser una solución a situaciones clínicas complejas, como
prevención o recuperación de enterocolitis necrotizante, sepsis neonatal, cirugía neonatal,
intestino corto, alergias a proteínas heterólogas (principalmente a leche de vaca), deficien-
cias inmunitarias, etc.
Sin embargo, la refrigeración tiene efectos negativos sobre la calidad de la leche materna.
Así, se ha demostrado que la actividad bactericida disminuye a partir de las 72 horas de
refrigeración, y la concentración de leucocitos disminuye.
Los leucocitos parecen verse dañados secundariamente a su adhesión a las paredes de
los envases. El aumento de los ácidos grasos oxidados y la acidez de la leche suponen una
disminución de la calidad. Esta pequeña afectación de la calidad de la leche no impide
que sea guardada en el hogar para ser dada al niño cuando su madre está ausente.
Siempre será preferible a las leches artificiales.
Para el hogar los tiempos de conservación sugeridos son: hasta 6 horas a temperatura
ambiente menor de 26º C, en heladera de 24 a 48 horas, en congelador hasta 1 mes y en
freezer hasta 3 meses. Esto es para niños sanos, no prematuros. Para descongelar se sugie-
re hacerlo a baño María, sin fuego encendido, con el agua a 40º C.
En las unidades neonatales y en los bancos de leche, la leche humana ha de ser conservada
no más de 24 horas en heladera por la gravedad o inmadurez extrema del recién nacidos
ingresados, en congelador o freezer hasta 15 días y pasteurizada hasta 6 meses.
1. La acidez de la leche es la suma de la acidez “natural” y la acidez “desarrollada”. La “natural” corresponde a la debida a la caseína, sales hidrolizables,
trazas de ácidos orgánicos y fosfatos. La “desarrollada” se debe al ácido láctico y a otros ácidos procedentes de la degradación microbiana de la lactosa.
Se mide en grados Dornic, que expresan el número de décimas de ml de NaOH 0,1111 N necesarios para neutralizar 1 ml de leche.
Si la leche humana se pasteuriza por el método flash, los cambios en la leche son menores.
HTST: Este método de pasteurización en continuo para leche humana, permite eliminar
los microorganismos patógenos y mejorar su calidad nutricional e inmunológica. Es una
CONCLUSIONES
He tratado de realizar un pormenorizado análisis de los componentes de la leche materna
resaltando sus características cambiantes como un valor. Gracias a ella es posible que los
niños tengan un crecimiento y desarrollo óptimos.
Los pediatras, los trabajadores de salud y la sociedad toda tienen una gran responsabilidad
en la recuperación del hábito de amamantar.
Con cuarenta años de pediatra he dedicado muchas horas a capacitarme para poder asistir
y apoyar a las familias que me consultan y para formar al equipo de salud. Les estoy “pasan-
do la posta”, es un tema para enamorarse y ejercerlo con pasión.
“El futuro del hombre está en el cerebro de los niños. Si cuidamos el cerebro de los recién
nacidos y niños, estaremos cuidando a la humanidad”. Dr. K. Swaiman, neurólogo infantil
LECTURAS RECOMENDADAS
• Kent JC, Hepworth AR, Sherriff JL, Cox DB, Mitoulas LR, Hartmann PE. Longitudinal changes in breastfeeding
patterns from 1 to 6 months of lactation. Breastfeed Med. 2013; 8:401-407.
• Kent JC, Mitoulas LR, Cregan MD, Ramsay DT, Doherty DA, Hartmann PE. Volume and frequency of breastfe-
edings and fat content of breast milk throughout the day. Pediatrics 2006; 117(3):e387-395.
• Lawrence RA; Lawrence RM. Lactancia materna: una guía para la profesión médica. 6ª ed. Madrid: Barcelona:
Mosby: Elsevier, 2007.
• Sager, G. Bancos de Leche Humana Pasteurizada. PRONAP 2009. Módulo 1. Capítulo 2. Pág 26 a 45.
http://educasap.corplms.com.ar/course/view.php?id=222.
• Victora CG, Bahl R, Barros AJD, Francia GVA, Horton S, Krasavec A, et al. Breastfeeding in the 21st century:
epidemiology, mechanisms, and lifelong effect. The Lancet 2016; 387: 475-90. doi.org/10.1016/S0140-
6736(15)01024-7.
Clave de Autoevaluación
Identifique Verdadero o Falso en los siguientes enunciados
V F
Alcanzan su concentración
9. La concentración máxima de
máxima al principio de la
aminoácidos, ácido aspártico, alanina,
X tarde, ayudando a que el
glutamina, treonina y glutamato en la
niño duerma y ayudan a
leche materna se alcanza al amanecer.
regular el reloj biológico
Clave de Autoevaluación
Clave de Autoevaluación
2. Explique por qué no está indicado suspender la lactancia materna
cuando la madre tiene una infección habitual.
Cuando la madre padece una infección, libera leucocitos, produce
anticuerpos y los transmite a su bebé a través de la leche, por esto en la
mayoría de las infecciones maternas habituales, no sólo no está contra-
indicada la lactancia, sino que es protectora para el niño. Está demos-
trada la menor morbimortalidad de los niños amamantados ante las
infecciones por rotavirus, giardias y virus sincicial respiratorio; no sólo
se contagian menos, sino que cuando se enferman tienen cuadros más
leves, requieren menos internaciones y tienen mejor evolución.
Deficiencias
nutricionales
Autoevaluación
Identifique Verdadero o Falso en los siguientes enunciados
V F
1. Según los datos comunicados por la ENNyS 2019, los niños con bajo peso
y emaciación en la población de menores de 5 años fue de 1,7% y 1,6%
respectivamente.
5. Los lactantes que reciben al menos 600 ml por día de fórmula suplementada
con hierro no requieren de suplementación medicamentosa.
Autoevaluación
b) ¿Es importante interrogar qué dieta recibe la madre? ¿En relación con
qué deficiencias?
........................................................................................................................................................................
........................................................................................................................................................................
2. Jazmín, de 2 meses de edad, nació por cesárea por retardo del cre-
cimiento intrauterino (RCIU, PN 1950 g, EG 36 semanas), es alimenta-
da desde el nacimiento con leche humana exclusiva. Presenta peso
y talla adecuados para su edad. La madre ingiere una dieta comple-
ta y equilibrada.
a) ¿Requiere de suplementos nutricionales?
........................................................................................................................................................................
........................................................................................................................................................................
INTRODUCCIÓN
En este capítulo nos referiremos a las deficiencias nutricionales más comunes en lactan-
tes y adolescentes “aparentemente sanos”. Nos focalizaremos en responder las siguientes
preguntas:
- ¿Cuáles son las deficiencias nutricionales más frecuentes en pediatría y qué consecuen-
cias tienen sobre la salud?
- ¿Hay que sospechar deficiencias nutricionales en lactantes que presentan curvas de
peso y talla normal?
- Los bebés nacidos a término, con peso adecuado y bajo lactancia exclusiva en los pri-
meros seis meses de vida ¿pueden presentar deficiencias nutricionales?
- ¿Cuáles son las deficiencias nutricionales más frecuentes en los adolescentes?
La situación nutricional de los niños y adolescentes en Latinoamérica y en Argentina ha
cambiado en las últimas décadas. Se ha observado un descenso del número de niños con
bajo peso y un marcado aumento de la obesidad en todos los grupos etarios. Según la
ENNyS 2019 (Encuesta Nacional de Nutrición y Salud) en Argentina el exceso de peso repre-
senta el 13,6% de la población en menores de 5 años, y el 41,1% de la población entre 5 a
17 años. La baja talla se presenta en un porcentaje de niños que alcanza el 11,5% en algu-
nas regiones vulnerables del país.
Asociado a estos cambios del estado nutricional de la población, se ha observado una alta
incidencia de deficiencias nutricionales de micronutrientes que, si bien en grupos pobla-
cionales de escasos recursos es más frecuente, también se detectan en grupos de menor
vulnerabilidad.
Un concepto importante de mencionar es que el acceso a los alimentos ha mejorado en las
últimas décadas en Argentina, por lo que se ha observado, salvo en regiones muy vulne-
rables, una disminución en los casos de bajo peso. Según los datos comunicados por la
ENNyS 2019, los niños con bajo peso y emaciación en la población de menores de 5 años
fue de 1,7% y 1,6% respectivamente.
Pero esta accesibilidad no contempla el concepto de seguridad alimentaria, entendido
según la FAO (Food and Agriculture Organization, organismo especializado de la ONU) como
el acceso físico y económico a una alimentación suficiente, segura, nutritiva y culturalmen-
te aceptable para alcanzar las necesidades nutricionales diarias para una vida sana y activa.
Este concepto habla, entre otros términos, de calidad de los alimentos incluyendo, desde
ya, micronutrientes y vitaminas.
Se denominan micronutrientes al conjunto de minerales y vitaminas que se consumen en
pequeñas cantidades pero que son necesarios para una función celular y molecular normal.
Sus deficiencias deben ser sospechadas por los pediatras mediante un buen interro-
gatorio sobre la alimentación de los niños y también de las madres que amamantan.
Las madres gestantes y en período de lactancia, sino reciben adecuados micronu-
trientes, pondrán en riesgo su salud, y también la del niño, durante la gestación y
durante los primeros meses de la vida si el bebé se alimenta en forma exclusiva con
leche materna. Algunas de éstas deficiencias no impactarán sobre el crecimiento pero sí
sobre el neurodesarrollo o la inmunidad, sobre todo en períodos críticos de crecimiento. Es
de gran importancia considerar los dos primeros años de la vida, enmarcados en el concep-
to de los 1000 días (gestación y dos primeros años), y la adolescencia. Si estas deficiencias
ocurren en estos períodos, los efectos negativos sobre la salud serán más graves a corto y
largo plazo.
Es obvio que niños en situaciones vulnerables serán el blanco de muchas carencias por
la inadecuada alimentación, el estrés permanente, la contaminación ambiental, el escaso
acceso al sistema de salud, las infecciones recurrentes. La sospecha de las deficiencias nu-
tricionales será muy alta en estos grupos.
Pero es necesario considerar que pueden existir deficiencias nutricionales en niños con
lactancia exclusiva, en aquellos que presentan adecuado crecimiento y en la adolescencia.
Haremos referencia a estos grupos, ya que el pediatra deberá considerar distintos aspectos
que se mencionarán en el capítulo, para prevenir determinadas deficiencias.
La deficiencia de iodo se asocia con bocio y reducción de las capacidades cognitivas. Ni-
veles adecuados de zinc se relacionan con mejor capacidad inmune y su déficit se asocia a
mayor incidencia de diarrea e infeciones respiratorias, las causas de muerte más frecuentes
en niños menores de 5 años.
Dos aspectos son importantes de destacar, el primero la alta vulnerabilidad que presen-
tan los niños para producir deficiencias de micronutrientes cuando se los compara con
un adulto (Tabla 1); y el segundo aspecto, es que sólo un tipo de éstos nutrientes tendrá
impacto sobre el crecimiento por lo que es necesario siempre considerar esta posibilidad
en los controles de salud (Tabla 2).
En el siguiente cuadro se compara los requerimientos de micronutrientes de niños con los
requerimientos de adultos en un cálculo realizado por kg de peso que demuestra la alta
vulnerabilidad a las deficiencias de micronutrientes que presentan los niños vs. los adultos.
* Calculado por kilo de peso para un varón de peso medio para la edad.
** Calculado para un adulto varón de 70 kg de peso.
Proceedings of the Nutrition Society (2005), 64, 502-509.
Estas deficiencias pueden afectar el desarrollo del niño durante su gestación. El ejemplo
más conocido es el ácido fólico, cuya carencia se relaciona con alteraciones del tubo neu-
ral. Otro ejemplo es la deficiencia de hierro en la madre gestante asociada a menor desa-
rrollo de mielina y mayor incidencia de recién nacidos de bajo peso.
Un aspecto que no siempre es considerado es el estado de salud y la nutrición de
la embarazada, y menos aún, de la madre durante el período de lactancia. La le-
che humana puede ofrecer bajos niveles de algunos micronutrientes tales como hierro y
vitaminas A, D y B12, los cuales pueden afectar al bebé en los primeros meses de la vida. El
abordaje de la salud nutricional de la madre en todas las etapas, incluso en la preconcep-
ción, está incluido en el cuidado de los primeros 1000 días de vida.
Considerando que los primeros meses de la vida es un período de rápido crecimiento,
muy vulnerable a la presentación de deficiencias de micronutrientes, nos referiremos a
cuatro deficiencias frecuentes que pueden ocurrir en este período: la deficiencia de Hierro,
de vitamina A, de vitamina D y vitamina B12.
Deficiencia de hierro
La deficiencia de hierro definida por una ferritina < 12µg/L y la anemia por deficiencia de
hierro son, sin duda, las deficiencias más comunes en la infancia. En la Tabla 3 se ven los
valores normales de hemoglobina de acuerdo al peso de nacimiento y a la edad en niños y
adolescentes.
El hierro materno es incorporado por el feto durante el tercer trimestre del embarazo.
Si bien en la actualidad está en discusión la influencia de la deficiencia materna sobre el
estado del hierro el neonato, la mayor evidencia parece mostrar que los hijos de madres
con anemia ferropénica nacen con depósitos disminuidos de hierro. En Argentina el por-
centaje de mujeres embarazadas con anemia ferropénica según ENNyS 2007 fue de 30,5%.
Es fundamental tener en cuenta que las madres adolescentes tendrán un mayor riesgo de
presentar anemia durante el embarazo.
Tabla 3. Dosis profilácticas de hierro para administrar en los distintos grupos de riesgo
Las guías de SAP aclaran que aquellos lactantes que reciben al menos 600 ml por día de
fórmula suplementada con hierro no requieren de suplementación medicamentosa.
No debemos olvidar que el porcentaje de lactantes con LH exclusiva a los 6 meses alcanza
el 43,7% (ENNyS 2019) y que sólo grupos con acceso adecuado pueden ofrecer fórmulas
infantiles adecuadas. Los grupos más vulnerables ofrecen leche de vaca que tiene una
clara contraindicación antes del año de vida por su relación con hemorragia gas-
trointestinal oculta y su asociación con anemia crónica.
En nuestro país, la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2005) que incluyó el rele-
vamiento de datos de todas las provincias y en todos los estratos socioeconómicos, mostró
que en los niños menores de 2 años, la prevalencia de anemia fue 34,5% y de 50,9% en los
lactantes de 6 a 9 meses.
Dada la importancia del hierro en relación al desarrollo del niño, el pediatra deberá con-
siderar en su consulta todos los factores que llevarían a un riesgo de esta deficiencia en el
primer semestre de la vida e incluir en la alimentación complementaria alimentos ricos en
hierro desde el sexto mes de vida.
Deficiencia de vitamina A
El contenido de vitamina A en la leche humana dependerá del estado nutricional de
la madre. La deficiencia de vitamina A produce defectos visuales, alteraciones inmunológi-
cas, efectos negativos sobre el desarrollo cognitivo. Los neonatos tienen muy baja reserva
de vitamina A en el hígado debido al control ejercido a través de la placenta materna para
evitar altas concentraciones que podrían ser tóxicas para el feto. Por lo tanto, desde el
nacimiento hasta la inclusión de la alimentación complementaria la única fuente para las
reservas del lactante, es la aportada por la leche humana.
Algunos estudios en poblaciones vulnerables informan que sólo el 50% de las leches
humanas analizadas alcanzaban a satisfacer los requerimientos del niño.
El aporte de vitamina A a través de la leche materna en los primeros 6 meses de vida es
60 veces mayor a lo que ocurre durante el tiempo de gestación. Si la madre es deficiente,
esto generará deficiencia durante los primeros seis meses de vida.
Deficiencia de vitamina D
En los últimos años se ha visto un interés creciente sobre la importancia de la vitamina D
en la salud de los individuos. La mayoría de las células y órganos contienen receptores
de vitamina D y enzimas activadoras para sintetizar 25-OH Vit D, lo que advierte
sobre su importancia biológica.
Su deficiencia crónica se ha relacionado, en investigaciones recientes, con un mayor riesgo
cardiovascular, así como de presentar enfermedades autoinmunes, endócrinas, infecciosas,
psiquiátricas y/o neurológicas y diversos tipos de cánceres. Además de su conocido papel
biológico en el metabolismo óseo, la vitamina D parece cumplir un amplio espectro de fun-
ciones biológicas relacionadas con la proliferación, diferenciación y metabolismo celulares.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda un mínimo de 400 UI/ día para to-
dos los bebés con lactancia materna exclusiva, comenzando poco después del nacimiento.
El último consenso sobre prevención del raquitismo publicado en el año 2017 concuerda
con la AAP en la indicación de 400 UI/día independientemente si el niño se alimenta con
lactancia exclusiva o con fórmula.
La SAP no ha publicado recientemente recomendaciones de vitamina D en lactantes pero
adhiere a las recomendaciones de la AAP.
Tabla 4. Dosis recomendadas para mantener niveles adecuados de vitamina B12 en niños, ado-
lescentes, embarazadas y madres lactantes.
Suplementación vitamina B12 Dosis diaria única
Embrazadas y madres que amamantan 50 µg
Niños hasta 3 años 5 µg
Niños entre 4 y 10 años 25 µg
Niños a partir de 11 años 50 µg
Fuente: Baroni L, Goggi S, Battaglino R, Berveglieri M, et al. Vegan nutrition for mothers and children:
Practical tools for healthcare providers. Nutrients 2019; 11(1):5.
En el estudio ENNyS 2005 se observó que el 18% de las embarazadas presentaban déficit
de vitamina B12. Se estima que alrededor del 40% de las embarazadas vegetarianas pre-
senta esta deficiencia y el 45% de sus bebés son deficientes durante la lactancia.
Las lesiones neurológicas en los lactantes deficientes pueden ser graves e irreversibles.
En una publicación reciente en nuestro medio ser describe un grupo de niños que presen-
taron: apneas centrales, convulsiones tónico-clónicas generalizadas, mioclonías generaliza-
das, hipotonía, alteraciones de la deglución, pérdida de pautas madurativas, de la fijación
de la mirada y de la conexión con el medio. En los estudios por imágenes, se observó
atrofia cerebral (Ver Figura 1).
Recomendaciones para un
Micronutriente Fuentes alimentarias
lactante de 9 meses
2 a 3 cucharaditas de carne finamente trozada,
Hierro Carnes rojas, lentejas, espinaca. pescado sin espinas,
queso suave 2 veces al día.
4 a 6 cucharaditas de verduras pisadas,
Leche, quesos, huevo, zanahoria, tomate,
Vitamina A blandas o en trozos del tamaño de un bocado
hojas verdes, brócoli, hígado.
2 veces por día.
Los lactantes deben estar
Vitamina D Yema de huevo, hígado, pescado, queso.
suplementados con 400 UI/día.
En caso dietas vegetarianas o veganas
Vitamina B12 Carnes, huevos, leche.
ver suplementación en la Tabla 4.
Los requerimientos de energía, proteínas, hierro y calcio, entre otros, están aumen-
tados durante la adolescencia para asegurar un adecuado crecimiento y desarrollo.
En áreas vulnerables, en adolescentes con diferentes trastornos de la alimentación y en
aquellos que adhieren a dietas restrictivas (vegetarianos, veganos) las deficiencias nutricio-
nales por micronutrientes son frecuentes.
Los factores endocrinológicos que intervienen en el desarrollo del adolescente son
sensibles a las deficiencias nutricionales, observándose un retraso del mismo ante
cuadros de desnutrición.
La velocidad de crecimiento aumenta significativamente durante la pubertad. En las muje-
res entre el 15 y 20% de la talla del adulto se adquiere en este período.
En este período la energía utilizada para el crecimiento es del 4%, mayor a la consumida
por el crecimiento en un niño de 1 año (3%). Los requerimientos totales de energía aumen-
tan ante la actividad física, en los varones y en la ganancia de masa magra. Los varones
duplican la ganancia de masa magra en este período en relación a las mujeres. Es necesario
destacar que para cumplir con la meta de energía es importante que los adolescentes cum-
plan al menos con las 4 comidas principales con alimentos nutritivos.
Las recomendaciones de proteínas para este período son similares a las recomendaciones
para adultos. No es complicado llegar a las recomendaciones de proteínas en una dieta ha-
bitual, pero el valor biológico de las proteínas es muy importante. La ingesta de proteínas
de baja calidad afectará el crecimiento en esta etapa de alta demanda. El valor biológico
hace referencia a la proporción de aminoácidos esenciales de los alimentos y su facilidad
de asimilación por nuestro organismo. Las proteínas de mayor valor biológico son las de
origen animal (carnes, pescados, huevos y leche), mientras que las vegetales tiene menos
valor, bien por ser menos digeribles o asimilables por su contenido en fibra (soja, levadura
de cerveza y legumbres).
La ingesta adecuada de calcio en la adolescencia es la más alta comparada con otras
etapas de la vida, siendo de 1300 mg entre las edades de 9 a 18 años tanto para mujeres
como para varones. Es una recomendación compleja de lograr ya que implica consumir por
ejemplo: dos vasos de leche, un yogur y una porción de queso mozzarella.
En crecimiento lineal en la adolescencia es caracterizado por la elongación de huesos lar-
gos, que también aumentan de tamaño y se mineraliza la matriz ósea. Alrededor del 40%
del pico de masa ósea ocurre en la pubertad. El calcio constituye un tercio del depósito
mineral óseo y, durante este pico, se depositan alrededor de 300 mg/día.
La ingesta adecuada de hierro también aumenta entre los 14 a 18 años sobre todo para las
mujeres (15 mg/día).
La vitamina D es un nutriente esencial para la salud ósea en todas las edades, pero tam-
bién hay que destacar que niveles bajos se asocian a mayor riesgo de enfermedad respira-
toria, asma, tuberculosis, efectos negativos sobre el embarazo y enfermedades crónicas en
el adulto. Los adolescentes son un grupo de riesgo para la deficiencia de vitamina D debi-
do a la baja ingesta, sobretodo, de lácteos (principal fuente dietaria en nuestro medio), por
vivir en latitudes con baja exposición solar, o bien por hábitos de vida sin actividades al sol.
Es conocido el rol de la vitamina D en la adecuada mineralización ósea sobre todo en eta-
pas de rápido crecimiento, por lo que el pediatra deberá estar atento a la alimentación y a
los hábitos de vida al atender a los adolescentes.
No hay normas de suplementación de vitamina D para este grupo. En Tierra del Fuego
se realizan campañas oficiales en las que se ofrece tres dosis de vitamina D, para niños,
adultos mayores y embarazadas durante los meses de marzo, julio y septiembre (Programa
vitamina D de Tierra del Fuego).
Es recomendable que si se identifican grupos de riesgo como los mencionados, se realice
un dosaje de vitamina D. Las regiones con baja exposición solar debieran conocer la situa-
ción de la población y elaborar directrices desde la Salud Pública.
Fuente: Revista de Formación Continuada de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia. Volumen IV. Septiembre 2016, Nº 3.
COVID-19
REUNIONES, DOCUMENTOS, RECOMENDACIONES
Reuniones y Documentos con actualización permanente sobre
Coronavirus-Covid-19.
Webinar 30/04
Vitamina D en
tiempos de Pandemia
Comité de Nutrición.
Dra. María Beatriz Araujo
https://www.youtube.com/
watch?v=iGodokxFV58.
CONCLUSIONES
Diagnosticar un adecuado estado nutricional en relación a los micronutrientes requiere
que el pediatra conozca las situaciones de riesgo, tanto en niños vulnerables, como en
aquellos que siendo aparentemente sanos, no reciben aportes suficientes en su ingesta por
diferentes motivos.
La decisión de restringir ciertos alimentos de la dieta tanto en madres gestantes, madres
que amamantan o en la adolescencia pueden tener efectos muy negativos sobre la salud
del niño a corto y largo plazo. Por ejemplo, las dietas vegetarianas deben tener una su-
pervisión crítica en estos períodos. Sin duda este aspecto debiera sumar el cuidado de la
madre desde la gestación, más aún si es adolescente.
En general estas deficiencias impactan muy negativamente sobre el neurodesarrollo, la
inmunidad y por lo tanto en la morbimortalidad.
Para algunos de estos micronutrientes, no hay guías consensuadas en nuestro país, pero
los pediatras deberán analizar las diferentes situaciones para actuar con medidas preventi-
vas oportunas.
LECTURAS RECOMENDADAS
• Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2019). Disponible en: http://www.msal.gob.ar/images/
stories/bes/graficos/0000001602cnt-2019- 10_encuesta-nacional-de-nutricion-y-salud.pdf.
• ENNyS 2005. Disponible en: http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000257cnt-a08-
ennys-documento-de-resultados-2007.pdf.
• Grupo Latinoamericano de Estudios sobre Anemia. http://www.awgla.com.
• World Health Organization. Iron Deficiency. Anemia: Assessment, Prevention, and Control - A Guide for
Program Managers. Geneva, Switzerland: World Health Organization; 2001. WHO/NHD/01.3.
• Administración de suplementos de vitamina A a lactantes de 1 a 5 meses de edad. OMS. Disponible en:
https://www.who.int/nutrition/publications/micronutrients/guidelines/summary_guideline_vas_1to5_
es.pdf?ua=1
• Micronutrientes y ácidos grasos esenciales. Horacio Gonzalez y cols. Cap. 31. Nutrición en Pediatría. Setton-
Fernández. 1ª Edición, 2014. Editorial Panamericana.
• El papel del Calcio y la vitamina D en la salud ósea y más allá. Disponible en: https://cesni-biblioteca.org/
el-papel-del-calcio-y-la-vitamina-d-en-la-salud-osea-y-mas-alla.
Clave de Autoevaluación
Identifique Verdadero o Falso en los siguientes enunciados
V F
Clave de Autoevaluación
9. Aunque en la adolescencia es
relativamente fácil llegar a las
recomendaciones de proteínas en una
X
dieta habitual, es muy importante
revisar el valor biológico de las
proteínas que se consumen.
Es recomendable que en
grupos de riesgo, se realice
un dosaje de vitamina D. Las
10. Es recomendable suplementar a todos regiones con baja exposición
X
los adolescentes con vitamina D. solar debieran conocer la
situación de la población y
elaborar directrices desde la
Salud Pública.
Clave de Autoevaluación
Analice y resuelva las siguientes situaciones clínicas
1. Pedro
a) Sí, este lactante está en riesgo de presentar deficiencias de micronu-
trientes.
Deficiencia de hierro: A partir del sexto mes los lactantes requieren
recibir alimentos ricos en hierro en su alimentación complementaria.
La SAP considera grupo de riesgo aquellos lactantes de término alimen-
tados a pecho que reciben alimentación complementaria inadecuada
con bajo contenido de hierro.
Deficiencia de vitamina A: En este caso el niño no recibe ninguna fuente
alimentaria rica en vitamina A.
Deficiencia de vitamina D: La leche humana contiene bajos niveles de
vitamina D, por lo que debió recibir aportes de vitamina D desde el
primer mes de vida.
b) Siempre debe interrogarse sobre la dieta que consume la madre duran-
te la lactancia. Hay que conocer si la madre tiene un hábito vegetaria-
no o vegano para suplementar precozmente a la madre y al niño con
vitamina B12. Si la madre tiene una dieta general hay que preguntar
específicamente sobre la ingesta de alimentos ricos en vitamina A.
c) Los suplementos requeridos son: hierro 1 mg/kg/día;
vitamina A 1650 UI/día; vitamina D 400 UI/día.
2. Jazmín
a) Sí requiere suplementos nutricionales por tratarse de un lactante de
bajo peso al nacer.
b) Suplementos de: hierro 2 mg/kg/día a partir de los 2 meses.
Vitamina D: 400 UI/día a partir del mes de vida.
Enfermedades
transmitidas por
alimentos (ETA)
Su naturaleza, la situación
en la Argentina y las
intervenciones para su
prevención
María Gracia Caletti
Médica Especialista en Nefrología Pediátrica.
Doctorado en Medicina: Universidad de Buenos Aires.
Consultora Honoraria del Hospital “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”.
Miembro del Comité de Salud Ambiental, Sociedad Argentina de Pediatría.
1ra. Presidenta de Asociación de Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico
(LUSUH) 2005-2009.
Directora del Taller "Prevención de SUH y otras enfermedades transmitidas por
alimentos (ETA)" (2010-2019).
Clarisa Vezzani
Lic. en Nutrición. UBA, Diploma de Honor.
Docente adscripta de Facultad de Medicina. UBA. Tesis de la Maestría en Educación
para Profesionales de la Salud. Instituto Universitario Hospital Italiano.
Sub Directora Carrera de Especialización en Nutrición Pediátrica. FMED. UBA.
Docente. Taller para prevención de SUH para residentes de medicina. Hospital
“Prof. Dr. Juan P. Garrahan”.
Marcelo Da Rocha
Médico veterinario, UBA.
Inspector Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria GCBA.
Presidente Asociación de Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico (LUSUH).
Integrante Comité Ambiente y Salud Infantil de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Docente del Taller: "Prevención de SUH y otras enfermedades transmitidas por
alimentos (ETA)" (2010-2019).
Autoevaluación
Identifique Verdadero o Falso en los siguientes enunciados
V F
Intoxicaciones alimentarias
........................................................................................................................................................................
........................................................................................................................................................................
Seguridad alimentaria
........................................................................................................................................................................
........................................................................................................................................................................
Autoevaluación
3. Explique cómo se debe realizar la dilución de lavandina para la
vajilla, para pisos o paredes y superficies sólidas y para potabilizar el
agua y lavar frutas y verduras.
........................................................................................................................................................................
........................................................................................................................................................................
Autoevaluación
a) ¿Cuál es su sospecha diagnóstica?
........................................................................................................................................................................
........................................................................................................................................................................
Son las producidas por la ingestión de alimentos o agua contaminados con agentes
Infecciones
infecciosos específicos tales como bacterias, virus, hongos, parásitos que en el intestino
alimentarias
pueden multiplicarse y/o producir toxinas.
Son las ETA producidas por la ingestión de toxinas producidas en los tejidos de plantas
Intoxicaciones
o animales o productos metabólicos de microorganismos en los alimentos o sustancias
alimentarias
químicas que se incorporan a ellos.
Los agentes que producen diarrea a través de los alimentos pueden ser:
- Virus (por ejemplo: rotavirus, etc.).
- Bacterias (por ejemplo: Escherichia Coli, Shigella, Salmonella, etc.).
- Parásitos (por ejemplo: Giardias Intestinalis).
- Tóxicos producidos por bacterias (por ejemplo, toxina botulínica).
- Tóxicos que contaminan los alimentos en forma directa (por ejemplo, arsénico, etc.).
- En escasas ocasiones, la enfermedad puede ser producida por la carencia, genética-
mente determinada, de una enzima que impide el metabolismo normal como es el caso
del favismo, que se produce por carencia congénita de glucosa - 6-Fosfato-dehidroge-
nasa que perturba los mecanismos fisiológicos antioxidantes y produce anemia hemolí-
tica ante la ingesta de habas, y algunos medicamentos (aspirina, sulfamidas).
Se calcula que entre el 15 y el 70% de los casos de diarrea (dependiendo del país), son
causados por alimentos contaminados, incluyendo la utilización (ingesta, lavado de alimen-
tos, etc.) de agua no segura. Hay alrededor de 250 enfermedades que son transmitidas por
alimentos. En la Argentina se producen 3,6 millones de casos de ETA por año, entre los que
se incluyen 36.000 hospitalizaciones.
En la Argentina este impacto es aun mayor porque se agrega la presencia de Escherichia Coli
productor de toxina Shiga (STEC) que es altamente prevalente y es considerado un patógeno
emergente transmitido por alimentos. Está asociado a casos esporádicos y brotes de diarrea,
colitis hemorrágica (CH) y síndrome urémico hemolítico (SUH) con 8 a 20 muertes por año.
Las ETA se manifiestan clínicamente con una diarrea acuosa que luego de dos a tres días, se
convierte en sanguinolenta, este tipo de diarrea debe ser cultivada para detectar el agen-
te causal y poder así intervenir temprana y oportunamente según su indicación. En este
sentido, es muy importante conocer el germen causal porque no todos deben ser tratados
de la misma manera.
La diarrea, es una de las enfermedades agudas más comunes y a su vez más peligrosas
para la salud infantil, particularmente en los primeros meses de vida. La OMS estima que
cada año se producen 1.500 millones de episodios de diarrea que ocasionan cerca de
2 millones de muertes en menores de 5 años (2008).
El cuadro clínico de la diarrea aguda se caracteriza por aumento de la frecuencia, fluidez o
volumen de las deposiciones, con pérdida variable de agua y electrolitos del organismo.
Frecuentemente se acompaña de vómitos y, en ocasiones, de fiebre y dolor abdominal tipo
cólico. Cuando la diarrea viral ocurre en niños previamente sanos y bien nutridos, es un
proceso auto limitado de duración inferior a 2 semanas. Las medidas que deben tomarse
están dirigidas, como en todas las diarreas, a prevenir y corregir la deshidratación y a man-
tener una adecuada ingesta calórica.
Una proporción importante de estas diarreas son sanguinolentas (25-30%), con presencia
evidente de sangre en materia fecal, detectable a la simple inspección ocular.
En algunos casos la diarrea es invasiva o inflamatoria, con signos clínicos de enteritis
(dolor abdominal a la palpación, fiebre). Esto significa que hay penetración y destrucción
de las células del epitelio intestinal por parte del agente viral o bacteriano, con inflamación
y ulceración de la mucosa preferentemente a nivel del colon. La diarrea suele ser con moco
y sangre, no es infrecuente un cierto grado de participación sistémica con fiebre y alteración
del estado general. Cuando se visualizan las heces en el microscopio se demuestra la existen-
cia de leucocitos y hematíes. Los gérmenes invasivos más habituales son: Shigella, Campylo-
bacter jejuni, Salmonella, Cronobacter sakazakii, Escherichia coli enteroinvasivo (ECEI) y virales
(Norovirus, Rotavirus, Hepatitis A, Enterovirus, etc.). Estos gérmenes habitan en el intestino
humano y en el de algunos mamíferos (ganado vacuno, por ejemplo), y entran al tubo diges-
tivo del niño con alimentos contaminados, habitualmente por contaminación fecal.
Los alimentos más comunes transmisores de las ETA son agua, leche,
verduras y carnes. Deben ser considerados también los huevos,
alimentos en conservas y moluscos bivalvos.
derechos y garantías por ella reconocidos (artículo 75, inciso 22, segunda parte, capítulo 4).
A su vez, es un instrumento, jurídicamente vinculante. En los niños, la prevención de las
enfermedades transmitidas por alimentos se puede considerar entonces, como parte de
sus derechos a la salud.
En el caso de los vegetales frescos, por ejemplo, la contaminación es producida por el riego
de las verduras con aguas cloacales y también por la fertilización del suelo con abono, pro-
veniente de animales contaminados, que contiene las bacterias vivas en su composición.
En la Argentina, un 40% del ganado vacuno es portador de Escherichia Coli, de manera tal
que sus deposiciones conllevan el germen en la misma proporción.
La contaminación de la verdura puede también producirse durante la cosecha o la prepara-
ción de la misma en el momento de su elaboración: se han encontrado los gérmenes en las
manos de los expendedores de alimentos. Los vegetales en los cuales se detectó presencia
de esta bacteria fueron: los brotes de alfalfa (Alemania 2011) y de soja, la papa, la lechuga,
el repollo y la espinaca responsable de un brote denunciado en EE.UU. en el año 2009. En
los últimos años se ha descubierto que la bacteria ingresa por el estoma del vegetal y per-
manece dentro del mismo infectando a los que lo ingieren sin lavarlo adecuadamente.
Figura 1. Casos de SUH por año en Argentina con los datos del Ministerio de Salud, luego de la
incorporación de los grupos Centinela.
600 1,6
1,4
Tasa de SUH por 100 000 habitantes
500
Número de casos de SUH
1,2
400
1
300 0,8
Casos
0,6
200 Tasas
0,4
100
0,2
0 0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Año
El agente causal es la toxina vero o Shiga like toxin (Vt2- Vt1), producida en el 50% de
los casos por una cepa de Escherichia Coli enterohemorrágica (O157:H7). Esta bacteria se
encuentra en los alimentos, sobre todo carnes mal cocidas, verduras mal lavadas, agua no
potable y leche no pasteurizada. Esta situación es alarmante y requiere además de la adop-
ción de medidas puntuales para asegurar un correcto manejo de los alimentos, medidas de
prevención destinadas a la comunidad.
Existe también como forma de contaminación la llamada “contaminación cruzada” (carne
cruda contaminada - verdura cruda) y el contagio “persona-persona” (preparación de los
alimentos con las manos contaminadas). Al ingerir los alimentos contaminados los niños
incorporan la bacteria, cuya toxina es transportada por un receptor de la pared intestinal. Su
toxina compromete fundamentalmente el intestino, el riñón y en menor grado el sistema
nervioso central.
-3 -2 -1 0 +1 +2 +3 +4 +5 +6 +7
Resolución
espontánea ~85%
SUH ~15%
La Argentina es el país que tiene mayor incidencia del mundo. Si bien puede aparecer a
cualquier edad de la vida es entre los 6 meses y los 5 años su mayor frecuencia en nuestro
medio. La incidencia anual de la enfermedad no ha variado en los últimos diez años, lo cual
confirma la inexistencia de planes de prevención. Considerando que son enfermedades
producidas por la ingesta de alimentos contaminados y agua no segura, es fácil compren-
der que se trata de condiciones prevenibles.
En nuestro país no existe actualmente un programa orgánico de prevención del SUH.
Con el apoyo de la CONAPRIS (Comisión Nacional de Proyectos de Investigación en Salud),
hemos estudiado los costos directos e indirectos del SUH en todas sus etapas evolutivas
(VIGI+A 293 Año 2002-2003) y elaborado un programa de prevención. Para asignar recur-
sos y planificar la atención, es necesario conocer los costos, esto originará prioridades en
la adjudicación del presupuesto y redundará, a su vez, en una asignación más eficaz de los
recursos dirigido a educar a la comunidad (VIGI+A Nº26, Año 2004-2005).
Fuente Prevención del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) y otras enfermedades transmitidas por alimentos (ETA).
Programa basado en educación comunitaria. Ministerio de Salud de la Nación. Abril 2013.
Por eso, cada vez que vamos al baño, que estornudamos o nos tocamos la nariz, el pelo,
las carnes crudas, las verduras o las frutas sin lavar, desinfectantes, basura, o cada vez que
atendemos el teléfono, debemos lavarnos las manos e incorporar este acto como algo na-
tural. Hacer costumbres nuevas siempre nos cuesta, pero luego de adquirir ciertos hábitos
(sobre todo si son cambios positivos) no podemos prescindir de ellos.
Es importante tener una pileta cerca con jabón y toallas (descartables o individuales si son
de tela: por ejemplo, diferenciarlas por colores), nos facilita el trabajo.
No hace falta que la pileta sea exclusiva para el lavado de manos, lo que sí debe contar con
la disponibilidad de la misma todo el tiempo, en ese momento no pueda ser utilizada para
otro fin.
Los niños también deben contar con una pileta para lavarse las manos antes de empezar a
comer. Esta pileta podría ser la del baño.
Es útil, por lo menos una vez por semana, desinfectar la vajilla, sobre
todo las tablas y cuchillos con lavandina. Se debe usar una cucharada
tamaño té en un litro de agua, dejar en remojo y enjuagar.
Los desinfectantes son útiles, pero para que hagan efecto, primero debemos limpiar bien
las superficies a desinfectar para que éstos puedan actuar.
Si contamos con un lavavajilla, se puede aumentar la temperatura de lavado (que la mano
no puede recibir), lo que nos ofrece un beneficio extra.
Fuente: Prevención del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) y otras enfermedades transmitidas por alimentos (ETA).
Programa basado en educación comunitaria. Ministerio de Salud de la Nación. Abril 2013.
Primero, guardar los lácteos y alimentos preparados en los estantes superiores, luego en el
estante de abajo, las carnes crudas (en recipientes bien profundos para evitar que goteen),
y por último las frutas y verduras crudas.
Los huevos deben guardarse en la heladera y cubiertos, para evitar la contaminación de
otros productos.
Si congelamos en un freezer, debemos recordar usar los elementos necesarios (bolsas
plásticas para tal fin y con un solo uso, recipientes plásticos adecuados, papel de aluminio
o papel film). Debe cuidarse que el papel film que cubre el alimento esté entero.
Es necesario rotular lo que está congelado. Mantener el mismo orden aconsejado en los
estantes de las heladeras (en el anaquel superior lo cocido, en el de abajo lo crudo). Nunca
conviene guardar un alimento caliente en el freezer. Tampoco se puede volver al free-
zer un alimento crudo que fue descongelado, excepto que se cocine previamente.
Si se desea descongelar, nunca debe hacerse a temperatura ambiente. Puede desfreezarse
en la heladera o debajo del agua tibia (por un lapso no mayor de 2 horas y siempre lim-
piando muy bien la pileta donde se realizó ese procedimiento), directamente en el horno si
dentro de las instrucciones del envase lo aconsejan.
Si nuestra capacidad de almacenamiento en frío es pequeña, recibir la mercadería para
cada día o a lo sumo para dos.
Las razones para la alta frecuencia de infecciones en este grupo son múltiples y se destacan:
a. Los niños en edad preescolar tienen un sistema inmune inmaduro y, por lo tanto, son
más susceptibles a las infecciones.
b. Tienen poco control sobre sus secreciones y excreciones y pocos hábitos higiénicos.
c. Si usan pañales necesitan el cambio de los mismos y sino, que se los ayude en el uso del baño.
d. Tienen contacto directo y frecuente con otros niños pequeños y requieren contacto
manual con las personas que los atienden.
e. Exploran el ambiente con sus bocas (los niños de 1 a 3 años se llevan a la boca un
juguete o la mano cada 3 minutos).
Higiene de la institución
Área física
a. Los procedimientos de higiene ambiental deben estar escritos y deben incluir: la
limpieza y desinfección de los pisos, de las mesas de juego, la cobertura de los arene-
ros y la limpieza y desinfección de los derrames de sangre o líquidos corporales. Se
utilizan productos habituales como lavandina (1 parte en 10 de agua) o detergentes
desinfectantes.
b. El área de preparación de la comida debe estar separada de la destinada al cambio de
pañales.
c. Todas las áreas deben tener instalaciones para el lavado de manos.
d. Las cunas deben estar bien separadas (al menos 1 metro) y los niños no deben compar-
tirlas. Las camas y cunas se deben limpiar una vez por semana. Los colchones y la ropa
de cama deben limpiarse cuando se ensucien o se mojen.
e. Lavado de manos:
• Representa la medida aislada más importante para prevenir las infecciones.
• Es preciso establecer y hacer cumplir procedimientos escritos para el lavado de
manos.
• Se recomienda el lavado con agua y jabón.
• Las piletas deben ser profundas. Deben ser desinfectadas por lo menos una vez por
día y cuando se ensucien. No deben utilizarse para preparar alimentos ni lavar ropa.
f. Se desaconseja la utilización de reservorios de agua pequeños (piletas de lona o infla-
bles) como recreación en Jardines de infantes y Jardines maternales.
Cambio de pañales
a. Se deben pegar las instrucciones sobre procedimientos para cambiar pañales en la
zona destinada a ese fin.
b. Las zonas de cambio de pañales nunca deben utilizarse para colocar alimentos, bebidas
o utensilios de comida.
c. Las superficies para cambiar pañales no deben ser porosas y se las debe desinfectar
cada vez que se las usa.
d. La superficie para cambiar pañales se debe cubrir con almohadillas de papel descarta-
ble, que se desecha después de cada uso. Si la superficie se moja o se ensucia se la debe
limpiar y desinfectar.
e. Los pañales que deben usarse deben tener gel o carboximetilcelulosa absorbente o
sistemas reutilizables de una sola unidad con un revestimiento interno de algodón fija-
do a una cubierta externa impermeable que se cambian como una unidad. Deben ser
desechables.
f. Los pañales deben contener toda la orina y la materia fecal y minimizar la contamina-
ción fecal de los niños, los cuidadores, las superficies y los objetos del lugar.
g. Los pañales sucios se deben descartar en recipientes seguros revestidos de plástico, con
tapa, que se abren con el pie.
h. Los niños deben usar prendas de vestir sobre los pañales.
i. Luego de cambiar el pañal, los cuidadores deben lavarse las manos y lavar también las
del niño.
Juguetes
a. Todos los juguetes que están en salas que albergan niños pequeños, se deben limpiar y
desinfectar diariamente.
b. Los juguetes que los niños se llevan a la boca deben limpiarse con agua y detergente,
desinfectarse, enjuagarse y secarse con aire antes de que los manipule otro niño.
c. Debe desalentarse el uso de juguetes blandos, no lavables, en salas para lactantes y
niños pequeños. El lavado apropiado y cuidadoso de las manos es el factor más
importante para reducir la transmisión de enfermedades en los ambientes donde se
cuidan niños.
Preparación de biberones
a. Deben lavarse las manos con agua y jabón antes de comenzar la preparación.
b. Precauciones durante la preparación: no hablar, toser o estornudar sobre los utensilios,
la leche o el agua; no tocarse la cara, la nariz u otros objetos con las manos. Si esto ocu-
rriese, lavarse las manos inmediatamente.
c. Lavar con agua y detergente todos los utensilios necesarios (frascos, roscas, cacerolas,
etc.). Enjuagar. Hervir los utensilios. Mantener separados los elementos ya desinfectados.
i. Si lleva comida para hacer un camping, recuerde mantener el frío de los alimentos que
así lo requieran. En el mismo lugar térmico donde lleva la bebida lleve el fiambre, y
en todo caso haga los sándwiches en el momento, ya que el pan no requiere frío y así
ahorra espacio.
j. Lávese siempre las manos antes de comer en la playa, camping, etc. Si no hay lavabos
cercanos lleve una botella de agua con ese fin y protéjase para más seguridad con
alcohol en gel.
Por lo tanto, es indispensable para la vida y debe tratarse dentro del tema de inocuidad
alimentaria ya que es fundamental en la prevención de Enfermedades Transmitidas por
Alimentos (ETA).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dentro de la celebración del decenio inter-
nacional para la acción (2005- 2015), incluía la consigna: “el agua, fuente de vida”, ya que
considera que no se puede llegar a cumplir con los objetivos del milenio si no se logra la
distribución mundial de agua potable. Según datos de esta Organización, 1,8 millones de
niños mueren anualmente en el mundo a causa de enfermedades diarreicas por el consu-
mo de alimentos y agua insalubres. Las enfermedades diarreicas representan un 4,3% de
la carga mundial del total de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD),
O SEA, 62,5 millones de AVAD. Algunas observaciones indican que el 88% de esa carga se
puede atribuir al abastecimiento inseguro de agua y de alimentos.
Muchas personas pueden acceder al uso de agua embotellada por la falta de suministro de
agua de red pública pero, lamentablemente, sólo lo hacen para tomar, dejando de lado las
otras necesidades del uso de agua potable, tan importantes como la primera.
Una recomendación práctica para la potabilización del agua puede ser la cloración con
hipoclorito de sodio (lavandina) o hervirla por 1 minuto.
Es muy útil generar la explicación de prevención de ETA a partir de las 5 preguntas:
• ¿Cómo lo compro?
• ¿Cómo lo transporto?
• ¿Cómo lo almaceno?
• ¿Cómo lo elaboro?
• ¿Cómo lo como?
¿Cómo lo elaboro?
La cocción adecuada de los alimentos destruye los microorganismos, pero no las esporas
bacterianas, ni las toxinas termoestables. La temperatura mínima de cocción para que se es-
tablezca dicha destrucción, es de 90 ºC (para la Escherichia Coli, es suficiente con 75 ºC pero
para otros microorganismos como el virus de la Hepatitis A, se necesita mayor temperatura).
Por ejemplo, si cortó carne cruda en una tabla, y en la misma tabla con un simple enjuague
(no un lavado profundo) cortó lechuga y tomate para la ensalada.
Asimismo, la verdura que se va a comer cruda debe estar muy bien lavada, hoja por hoja, o
unidad por unidad, y para más seguridad, se la puede dejar durante 30 minutos en remojo
en agua con lavandina (2 a 3 gotas por litro de agua) para desinfectar.
Se deben lavar las manos antes de empezar a preparar los alimentos y después de ir al
baño o de tocarse el cabello, la nariz, la boca; cada vez que se toque algún alimento con-
taminado (ejemplo: envases, etc.); después de manipular los alimentos crudos; después de
recoger algo del piso; si se toca dinero; después de tocar el recipiente de residuos; después
de manipular alguna sustancia química (ejemplo: insecticida); cada vez que se ensucien.
Cómo lavarse las manos: (Figura 3)
1) Remangarse y mojarse bien las manos y antebrazos.
2) Enjabonarse abundantemente durante 30 segundos.
3) Cepillarse las uñas.
4) Enjuagarse con abundante agua.
5) Secarse bien las manos y antebrazos.
Se aconsejan que ambos actos se realicen por separado, ya que si no eliminamos previa-
mente la suciedad, los microorganismos están protegidos por ella y el desinfectante no
podrá actuar.
Tablas de picar: las tablas de madera son muy porosas y con más ralladuras que albergan
mayor cantidad de bacterias; por lo tanto, son más difíciles de limpiar e higienizar que las
de plástico. Por lo tanto, se recomienda el uso de estas últimas.
En esas ralladuras y poros de las tablas, sobre todo las de madera, las bacterias penetran
y se desarrollan. Por ende, un ahorro de agua o una pasada rápida con la esponja no es
suficiente para eliminar dicho riesgo.
Para removerlas hay que rasquetear con una esponja y con detergente, luego higienizarla
con una solución de lavandina y dejarla secar con aire o toallas de papel. Cuando higienice
las tablas de picar, asegúrese que la solución de lavandina cubra toda la superficie de la
tabla y de dejar actuar dicha solución durante 5 minutos como mínimo. Lo ideal es realizar
esta operación por lo menos una vez por semana.
Lo ideal, es usar dos tablas diferentes: una para alimentos crudos como carnes, pescados,
aves y otra para alimentos listos para consumir como, por ejemplo, carnes cocidas, frutas,
verduras lavadas o cocidas. Para diferenciarlas puede ser útil tener tablas de colores distin-
tos o pegar una cinta adhesiva roja colocada en un costado para los alimentos crudos. Los
detergentes ácidos, liberan gas de cloro que es tóxico.
¿Cómo lo como?
¿Cuáles pueden ser las distintas opciones para comer sin riesgos los alimentos cocinados?
Es importante para cocinar:
- Alcanzar los 90 ºC en el interior de los alimentos.
- Enfriar rápidamente el alimento a menos de 10 ºC en no más de 2 horas.
- Recalentar el alimento a 90 ºC inmediatamente antes del consumo.
- Mantener los alimentos fríos a menos de 10º C en los lugares de expendio.
- Mantener los alimentos calientes a más de 65 ºC en los lugares de expendio.
CONCLUSIONES
En las enfermedades transmitidas por los alimentos se destaca la importancia de la edu-
cación comunitaria, la capacitación del equipo de salud, la necesidad del acceso al agua
potable y el control sanitario.
Son hechos necesarios para actuar sobre enfermedades prevenibles. Se hace imprescin-
dible el compromiso de las autoridades en la provisión del agua potable y el manejo de
las excretas a toda la población.
Resulta un desafío estimar la real carga de enfermedad para así conocer la magnitud del
problema y evitar la sub notificación a los sistemas de vigilancia de la salud.
LECTURAS RECOMENDADAS
• Gianantonio C., Vitacco M., Mendilaharzu F., Mendilaharzu J. The hemolytic uremic síndrome. J Pediatr; 1964:
478-491.
• Sanz ME, Viñas MR, Parma AE. Prevalence of bovine verotoxin-producing Escherichia coli in Argentina. Eur J
Epidemiol 1998; 14:399-403.
• Rivas M, Caletti MG, Chinen I, Refi SM, Roldán CD, Chillemi G, Fiorilli G, Bertolotti M, Agerre I, Sosa Estani
S, Home prepared Hamburger and Sporadic Hemolytic Uremic Syndrome, Argentina. Emerging Infectious
Diseases Vol 9, N°9, September 2003.
• Caletti MG. El Síndrome Urémico Hemolítico en la Argentina. Estado actual del problema. PRONAP 2006.
Módulo 4:89-92.
• Rivas M, Sosa Estani S., Rangel J. Risk Factors for sporadic Shiga Toxin producing Escherichia Coli Infections in
children, Argentina. Emerging Infectious Deseases 2007; 14: 773 -771.
Clave de Autoevaluación
Identifique Verdadero o Falso en los siguientes enunciados
V F
Clave de Autoevaluación
2. Las razones para la alta frecuencia de infecciones en este grupo de
niños son múltiples y se destacan:
a) Los niños en edad preescolar tienen un sistema inmune inmaduro y,
por lo tanto, son más susceptibles a las infecciones.
b) Tienen poco control sobre sus secreciones y excreciones y pocos
hábitos higiénicos.
c) Si usan pañales necesitan el cambio de los mismos y si no, que se los
ayude en el uso del baño.
d) Tienen contacto directo y frecuente con otros niños pequeños y
requieren contacto manual con las personas que los atienden.
e) Exploran el ambiente con sus bocas (los niños de 1 a 3 años se llevan
a la boca un juguete o la mano cada 3 minutos).
2. Niña de 23 meses
a) Diagnóstico probable de SUH.
b) Con la sospecha diagnóstica de SUH se le piden los análisis de san-
gre de rutina y una orina completa; se le hace un coprocultivo para
búsqueda de virus, bacterias y se le pide PCR para Shiga toxina, y
búsqueda de anticuerpos anti Shiga en materia fecal.
Clave de Autoevaluación
c) La niña queda internada con el diagnóstico de SUH y probable
necesidad de DPI (diálisis peritoneal intermitente) dependiendo
de la evolución de su insuficiencia renal. Se dará aviso inmediato
a las autoridades sanitarias ya que desde el año 2000 el SUH es de
denuncia obligatoria al Ministerio de Salud.
d) Debe interrogarse sobre la existencia de hermanos, primos o
amiguitos de los chicos y la posibilidad de haber comido la misma
comida que la niña internada y la necesidad de eventualmente
consultar con los médicos que la atienden. Se debe comunicar a
la familia todas las medidas de prevención de las enfermedades
transmitidas por alimentos, sobre todo en relación al SUH, que en
nuestro país es de alta incidencia, evitar las comidas rápidas y sobre
todo a base de carne picada. Usar siempre agua potable y consumir
alimentos como queso, yogurt, etc. a base de leche pasteurizada.
Fuente: Adaptación de “Seguridad Alimentaria. Microbios y enfermedades transmitidos por los alimentos”.
Centro para el control y la prevención de enfermedades. CDC. Disponible en: https://www.cdc.gov/foodsafety/es/symptoms-es.html