Abertura Del Concilio de Trento
Abertura Del Concilio de Trento
Abertura Del Concilio de Trento
**Capítulo IV: Se da idea de la justificación del pecador, y del modo con que se
hace en la ley de gracia**
- La justificación del pecador implica un tránsito del estado de pecado al estado de
gracia y adopción por Jesucristo, a través del bautismo o el deseo de él.
**Capítulo VII: Que sea la justificación del pecador, y cuáles sus causas**
- La justificación del pecador no es solo el perdón de los pecados, sino también la
santificación y renovación interior.
- Las causas de la justificación incluyen la finalidad de glorificar a Dios, la
eficiencia de Dios misericordioso, el mérito de Jesucristo, y el sacramento del
bautismo.
**Capítulo XV: Con cualquier pecado mortal se pierde la gracia, pero no la fe**
- La gracia se pierde no solo con la infidelidad, sino también con cualquier otro
pecado mortal.
- La fe puede conservarse incluso si se pierde la gracia.
**Capítulo XVI: Del fruto de la justificación; esto es, del mérito de las buenas
obras, y de la esencia de este mismo mérito**
- Los justificados deben realizar obras buenas que, aunque son recompensadas
por Dios, son consideradas como dones suyos.
- Se destaca que la justificación no proviene de nosotros mismos, sino de Dios, y
se enfatiza la necesidad de humildad y temor.
LOS SACRAMENTOS
Resumen detallado del contenido:
**CAP. I. Qué personas son aptas para el gobierno de las iglesias catedrales.**
Este capítulo establece criterios para la idoneidad de las personas en el gobierno
de iglesias catedrales. Se requiere que sean nacidas de legítimo matrimonio, de
edad madura, con graves costumbres y educación en ciencias, según la
constitución de Alejandro III.
**CAP. II. Se manda a los que obtienen muchas iglesias catedrales, que las
renuncien todas con cierto orden y tiempo, a excepción de una sola.**
Prohibición de que cualquier persona retenga múltiples iglesias catedrales,
debiendo renunciar a todas, excepto una, en un plazo determinado. Aquellos que
posean varias iglesias deben renunciar a todas menos una dentro de seis meses o
un año, según la disposición de la Sede Apostólica.
**CAP. IV. El que retenga muchos beneficios contra los cánones, queda privado de
ellos.**
Quien retenga múltiples beneficios eclesiásticos, contraviniendo los cánones,
perderá dichos beneficios automáticamente según la constitución de Inocencio III.
**CAP. V. Los que obtienen muchos beneficios curados exhiban sus dispensas al
Ordinario, el cual provea las iglesias de vicarios, asignándoles congrua
correspondiente.**
Se insta a aquellos que obtienen varios beneficios eclesiásticos a presentar sus
dispensas al Ordinario. En caso de incumplimiento, se aplican medidas según la
constitución de Gregorio X, asegurando la provisión de vicarios con asignación de
frutos correspondientes.
**CAP. VIII. Repárense las iglesias: cuidese con celo de las almas.**
Los Ordinarios deben visitar anualmente y reparar iglesias exentas, asegurando el
cuidado de las almas y evitando interferencias de apelaciones, privilegios o
costumbres.
**CAP. XI. A nadie sirvan las licencias de ser promovido, a no tener causa justa.**
Las facultades para ser promovidos a otros órdenes deben ser concedidas solo a
aquellos con una causa legítima expresada en las dimisorias. Se deben ordenar
por el Obispo de la diócesis o su sustituto después de un examen diligente.
**CAP. XIV. De qué causas civiles de exentos puedan conocer los Obispos.**
Se especifica la competencia de los Obispos en las causas civiles de exentos, con
referencia a la constitución de Inocencio IV.
**CAP. XV. Cuiden los Ordinarios de que todos los hospitales, aunque sean
exentos, estén fielmente gobernados por sus administradores.**
Los Ordinarios deben asegurar que los hospitales, incluso si son exentos, estén
bien gobernados por sus administradores, siguiendo la constitución del concilio de
Viena con las derogaciones establecidas.
EL SACRAMENTO DE LA EUCARÍSTIA
Este capítulo del Concilio aborda la doctrina de la Eucaristía, destacando la
presencia real de Jesucristo en el sacramento. Afirma que, después de la
consagración, el pan y el vino se convierten substancialmente en el cuerpo y la
sangre de Cristo. Se condena cualquier interpretación figurada o negación de esta
realidad, subrayando la importancia de la fe en la presencia real.
El capítulo concluye con una exhortación a los cristianos para que crean y veneren
los misterios de la Eucaristía con fe constante y firme, buscando la unidad y
conformidad en este símbolo de concordia. Además, se añaden cánones para
refutar errores y advertir sobre herejías.
En este caminar, ¿consideras que Dios se ha manifestado en tu vida a través de
las tribulaciones y el pecado para aumentar tu fe?