Dos Mundos Diferentes

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DOS MUNDOS DIFERENTES

Había una vez, en un pueblo muy lejano, un niño que se llamaba Ernesto, tenía el cabello
castaño y los ojos marrones claros pera de color negro, su familia era pobre y su mamá iba a las
calles a vender.

Los padres de Ernesto trabajaban en el pueblo en donde vivían. Por las mañanas dejaban a
Ernesto en la escuela. Bajaban por los cerros para poder dejar a Ernesto y poder ir a trabajar
como siempre.

Allí los niños aprendían a leer y escribir, también jugaban a la pelota, como en cualquier otra
escuela.

Un día, Ernesto se encontró con que había llegado un nuevo compañero de clase, y que éste
era de color blanco, era de la ciudad, tenía mucha plata y vive junto a sus padres.

Su nombre era Mauricio y empezaron a hablar, y empezaron a jugar.

Cuando terminó el juego, Mauricio reunió a sus amigos y le dijo que Ernesto no era igual que
ellos, porque era negro; que había leído sobre un país que se llamaba Sudáfrica en donde los
negros estaban separados de los blancos; que era muy peligroso juntarse con los negros,
porque estos eran malos y muy desagradables.

En la noche, Ernesto les contó a sus padres, que había llegado un niño blanco a la escuela y le
discriminaba por su color de piel.

A Mauricio le daba igual si Ernesto se sentía mal, no le importaba nada, ya que anteriormente
Mauricio tenía amigos que decían

- Las personas negras, son personas malas, y provienen de otra raza como áfrica y nos
pueden contagiar sus piojos.

Mauricio sabia que lo que estaba haciendo esta mal, pero temía que sus amigos le rechacen en
su grupo, y se sentía obligado a hacer todas esas cosas

Ernesto se sintió mal, pero se dijo a sí mismo

- Mañana les diré a mis compañeros que todos somos iguales.

Ernesto y sus padres fueron a la escuela como cualquier día. Ernesto esperaba entusiasmado a
que llegue la hora de el recreo para poder salir e ir hacia sus amigos y decirle a Mauricio y sus
amigos:

- ¡Mauricio! ¡Mauricio! Dijo Ernesto.


- ¿Qué paso? Respondió Mauricio.
- Sabes… No importa el color de piel o de donde provengamos, todos somos iguales.
- A Mauricio no le importo lo que le dijo Ernesto y se fue a jugar con la pelota.

Pasaron las horas y se aproximaba la salida de la escuela, y Ernesto se quedo pensando

- ¿Porque Mauricio piensa que los hombres y niños negros somos distintos a ellos?

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- ¿Acaso no coincidimos con ellos?

Mauricio salió de la escuela y se fue a casa.

Mauricio se fue quedando dormido, pensando en todo lo que dijo Ernesto y empezó a soñar y
a soñar...

Ahora vivía en un pueblo muy lejano, su nombre no era Mauricio, sino Baldó, y cuando se vio
sus manos eran de color Negro, entonces, se asustó y preguntó

- En que país vivían

Y le respondieron:

- Se llamaba Sudáfrica.

Su madre se le acercó y le dijo:

- Levántate Baldó o llegarás tarde a la escuela.

Se le quedó mirando a su madre y se dio cuenta de que era su misma madre, sólo que de color
negro.

- Madre, le preguntó

- ¿En dónde está mi padre?

La madre con lágrimas en los ojos le respondió:

-Hijo, tú sabes que está en la cárcel por luchar para que seamos todos iguales, para que
blancos y negros estemos unidos.

Baldó se fue a la escuela y se dio cuenta, de que había escuelas para niños blancos y escuelas
para niños negros, entonces se recordó de Mauricio y la forma como lloraba. Acá era todo un
pueblo que lloraba.

Al salir de la escuela, Baldó pidió a su madre que lo llevará a la ciudad, pero le dijo que allí no
entraban los negros,

- Pero madre, si somos iguales, decía Baldó.

- La madre lo miraba y lo acariciaba con todo el amor del mundo.

- Ven hijo, vamos a ver a tu padre.

- le dijo su madre, y se fueron a una prisión de sólo negros.

Allí estaba su padre, únicamente que tenía el color negro, pero era el mismo. Entonces se
recordó que la noche anterior le había dicho que todos éramos iguales; ahora se daba cuenta
de que éramos todos iguales. Allí estaba su padre y su madre, sólo cambiaba el color. También
se dio cuenta que el color de la lucha por la igualdad era el más bello de los colores.

Corrió y abrazó a su padre, lo besaba y lo besaba con toda la ternura de las estrellas,

- Padre mío

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- te amo con toda el alma.

- le dijo Baldó.

El padre lo acariciaba y le empezó a recitar unos poemas muy bellos, porque su padre era
poeta. Le decía:

La noche es muy bella, tiene blancas y brillantes estrellas en la oscuridad, no podemos separar
a las estrellas de la noche, por eso es muy bella, blanco y negro, viven en paz.

Cuando llegaron, su madre lo besó en la frente y le dijo:

- Baldó, prométeme que nunca causarás sufrimiento a otra persona porque sea de otro
color, prométeme que lucharás para que todos seamos iguales.
- -Si madre, te lo prometo-,
- respondió Benjamín.

Sin embargo, la madre lloraba sin consuelo, y entre lágrimas le dijo:

-Hijo, tienes que ser muy fuerte, mañana tu padre morirá por luchar por la igualdad de los
seres humanos, el Gobierno de Sudáfrica lo ha condenado a morir.

Benjamín se fue en silencio a su cama, las lágrimas caían de sus ojos como cuando llueve, en
medio del llanto se quedó dormido, su último pensamiento fue para su padre.

A la mañana siguiente, se despertó con mucha tristeza.

- ¡Madre! i Madre! gritaba.

- Vamos a ver a mi padre, hoy es el último día que lo puedo ver. Cuando de pronto se
encontró con su padre que le dijo:
- ¿Oye Santiago, que es eso de que hoy es el último día de que me puedes ver?
- Entonces se dio cuenta, que estaba frente a su padre, que todo había sido un sueño y
lo abrazó como nunca.

Cuando llegaron a la escuela, Mauricio estaba en una esquina con la mirada triste, en eso
llegaron todos los niños de la escuela, porque ya Ernesto les había contado la verdad y el sueño
de la noche anterior. Entre todos le pidieron perdón por su comportamiento, además lo
nombraron capitán del equipo de pelota.

Todos los niños y los profesores de la escuela, firmaron una carta en donde le pedían al
Gobierno de Sudáfrica, que terminara con la discriminación, y que todos tenían el derecho a
votar y gobernar el país, que el gobierno debería ser de la gran mayoría de los habitantes,
también enviaron copia de la carta, a en ONU.

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Desde entonces, el equipo de la escuela, es campeón, no únicamente en el juego de la pelota,
sino también en la lucha para que todos seamos iguales.

( ANÓNIMA ) …

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