Sesion 09 La Sintaxis
Sesion 09 La Sintaxis
Sesion 09 La Sintaxis
I. DEFINICION:
La sintaxis es una rama de la gramática que estudia los principios de ordenamiento y combinación de las palabras y de
los conjuntos que éstas forman dentro de la oración, llamados sintagmas. A su vez, los sintagmas están dotados de un
sentido específico y una función dentro de ella.
Las palabras no operan de manera individual y aislada, sino en una cadena o ristra, unas antes que otras, ya que su
significado propio puede alterarse del lugar que ocupen en la oración. De hecho, la sintaxis del español establece un
orden por defecto en el que se formulan las oraciones, que conocemos como SVP: Sujeto-Verbo-Predicado.
Sujeto. Es como se llama al sintagma nominal, o sea, al conjunto de palabras que cumplen el rol dentro de la
oración de indicar sobre quién recae la acción del verbo. El sujeto tiene un núcleo, que es generalmente un
sustantivo o pronombre que indica de quién o quiénes hablamos específicamente.
Verbo. Es la palabra que indica la acción en la oración, y por lo tanto se halla siempre en concordancia con el
núcleo del sujeto.
Predicado. Es como llamamos al sintagma verbal, o sea, a todo aquello que no es sujeto ni verbo, y que
vendría a ser todo lo que se dice del sujeto, siendo siempre su núcleo el verbo mismo.
Similarmente, cuando la sintaxis se combina además con la morfología (o sea, el estudio de la formación de las
palabras), tenemos una disciplina combinada: la morfosintaxis.
Como se verá, existen muchos significados semejantes, pero sólo uno puede usarse por vez, de modo que al usar la
lengua nos vemos obligados a elegir cada significado, así como elegimos cada lugar para colocarla (sintaxis).
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IV. EJEMPLOS DE SINTAXIS:
En una oración como “Las hermanas de María compran una entrada para el cine”, tendremos a grandes rasgos dos
sintagmas principales:
Es posible, siguiendo el ejemplo anterior, que los mismos términos sean planteados en la oración según un orden
diferente, pero el orden utilizado en la sintaxis tendrá cierta incidencia sobre lo fácil que resulte o no entender el
mensaje.
V. COMO EVITAR UNA SINTAXIS RECARGADA Y CONFUSA:
V.1. Construir oraciones claras, concisas y de sintaxis sencilla.
No hay que abusar de las estructuras complejas con exceso de subordinación y de incisos largos, ya que una
idea incluida en una estructura compleja queda desdibujada y el texto pierde legibilidad.
Tampoco debe caerse en el extremo de reducir el texto a frases muy cortas, separadas por puntos, lo que puede
producir un efecto de descohesión. El estilo más claro y más legible es el que combina la frase breve con las
oraciones coordinadas y subordinadas que van reflejando las relaciones lógicas entre las ideas.
Hay que prestar atención a las concordancias, la jerarquía y la cohesión de las relaciones sintácticas dentro de
la oración.
V.2. Ordenar los componentes de la oración:
Los elementos de la oración tienen movilidad dentro de la estructura sintáctica; ganan o pierden importancia
según el lugar que ocupan. Como norma general, mantenemos el orden convencional de los elementos de la
oración
De este modo, cuando queramos destacar un elemento para poner énfasis en él, podemos desplazarlo al
principio de la oración, que es el lugar en el que está la información principal.
Si abusamos de los recursos de énfasis o los utilizamos sin criterio, invalidamos su función. Además, si los
complementos están cerca de su núcleo, evitamos ambigüedades.
El orden de las palabras, si bien no es fijo, a menudo responde a la lógica interna de construcción de cada
lengua. Las estructuras sintácticas genuinas evitan repeticiones, anacolutos, discordancias, etc. y no pueden
calcarse de una lengua a otra.
V.3. Evitar elementos superfluos:
En general es aconsejable redactar las oraciones con criterios de economía, que es una de las condiciones de la
comunicación funcional. El resultado es un estilo conciso, que ahorra elementos sobrantes y va directamente a
la idea que quiere expresar. Por tanto, podemos expurgar expresiones redundantes por repetición de ideas o
conceptos.
También deben evitarse paráfrasis o circunloquios y palabras de significado muy general, como elemento,
tema, factor, problema, etc., porque en muchos contextos añaden palabras, pero no significado.
Tenemos que redactar un informe [y no desarrollar la redacción de un].
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El estilo es más claro cuando utilizamos un léxico adecuado al texto, alejado de palabras complejas, poco
frecuentes y rebuscadas.
Lo mismo pasa si sustituimos las palabras de significado demasiado general o inconcreto (hacer, tener, cosa...)
por otras de significado más preciso.
V.5. Evitar tecnicismos innecesarios:
Cuanto más especializado es el tema del que tratemos, más importante es la precisión. Aun así, los términos
técnicos, que sin duda son precisos y útiles en el lenguaje de especialidad, no siempre son conocidos por las
personas que leerán los textos generales o divulgativos.
Para evitar que el texto sea críptico y la terminología nos aleje del lector, conviene utilizar los términos
especializados con moderación y definirlos brevemente con palabras sencillas cuando sea imprescindible
utilizarlos.
Algunas palabras extranjeras más usadas en ciertos ámbitos (feedback, e-learning...), los acrónimos y las
siglas pueden tener el mismo efecto que los tecnicismos. Si no podemos asegurar su comprensión, debemos
definirlos o identificarlos al principio del texto.
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Cuando un escrito va dirigido a un público genérico, hay que tener en cuenta que puede haber
destinatarios masculinos y femeninos y que todos han de sentirse incluidos; pero esta inclusión debe
conseguirse sin caer en la artificiosidad. A menudo podemos encontrar construcciones o palabras
colectivas para evitar doblar las formas masculinas y femeninas, pues los desdoblamientos de género
entorpecen la lectura. Ejemplos: