La Larga Lucha Por La Igualdad

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La larga lucha por la igualdad Hemos contado hasta aqui los origenes de muchas coyunturas actuales que tienen en menor o mayor medida algo en comiin:son tendencias que parecen consagrar y violentar los derechos huma- nos —bien sea con la eleccién de Trump, la campaia del Brexit, el Daesh, el desplazamiento de refugiados mundial, la islamofobia, Jos nacionalismos, etcétera—. Sin embargo hemos enfatizado los procesos y los origenes de estas tensiones para lograr una mayor comprensién sobre por qué suceden fenémenos que parecen re~ gresivos y cémo analizarlos desde una perspectiva amplia. Todo Jo anterior ha sido articulado en nuestra historia sobre la idea de libertad ¢ igualdad como fondo para analizar estos fenémenos, una biisqueda que —como vimos— ha ocupado siglos. También vimos que la tendencia al odio no es exclusiva de nuestro mundo contemporineo;1os derechos humanos han sido contradichos, pi- soteados,olvidados a lo largo de las eras. La historia occidental esti permeada de la contradiccién fundamental entre un discurso que habla sobre la libertad de todos los seres y la dominacién ejercida ala fuerza sobre el resto del planeta ridad—, origen de innumerables conflictos que afectan a muchos —bajo una visién de superio- pucblos en el planeta. En ese sentido, cobra importancia el orden 359 Brijula para el mundo contemporéneo cen el que vivimos de unas instituciones y unos derechos comu- nales que se consagraron definitivamente después de la Segunda Guerra Mundial, Aunque la historia desde entonces tampoco esti exenta de contradicciones, tenemos los derechos humanos como tun marco de referencia internacional que se vuelve cada vez mis necesario en un mundo que desde hace treinta afios se integré como nunca antes con la globalizacion. El motivo principal para contar la historia detras de los sucesos que nos han traido hasta aqué es quitarle el sentido de inmediatez ¥ apocalipsis, que las noticias se encargan con tanto esmero ¢n Pro- pagar. Hemos hecho un largo recuento —apensas un esbozo— tenemos en consideracién la complejidad de los fendmenos que nuestro relato cubre, para entender el origen de muchas situaciones de la actualidad, y asi romper un poco la sensacién de que vivimos cen el peor de los tiempos. Hemos pasado por numerosos conflicts, Epocas oscuras, crisis econémicas, desigualdades, bisquedas por la construccién de una identidad nacional, que han estado presentes y son protagonist de los sucesos del siglo XX.Todo tiene un origen ylos enémenos son resultados de procesos historicos bastante com- plejos que no pueden ser entendidos ni analizados bajo un tinico relato del mundo ni por la inmediatez. Aunque tampoco perdamos de vista la critica fundamental contra los discursos de odio impe- rantes —particularmente preocupantes en el continente europeo ¥ en Estados Unidos—, dadas sus respectivas historias y la influencia aque ejercen, para bien o para mal, cultural y politicamente, Pero no tenemos que ser fatalistas, aunque si criticos para poder entender y detener procesos que retrocedan los avances en derechos humanos. No obstante, la gran noticia de que podamos articular un libro con los derechos humanos como referente es que, de hecho, fenemas derechos. No perdamos de vista lo significativo que es esto. Podemos hablar de un referente ético con el cual guiarnos porque hemos construido como sociedades —a partir de muchas movilizaciones y durante generaciones—, estos referentes. Asi, otra pieza que ne- cesitamos para entender en qué mundo vivimos son los derechos 360 | | Horizontes: desatos y alternatives humanos, y cmo estos configuran nuestra realidad de manera uy honda. La historia de nuestras sociedades contemporineas, ye se han estructurado bajo los modelos occidentales,es también Inde la larga lucha por los derechos humanos que han logrado ser aleanzados por los movimientos sociales, y también por las lee- ciones de destruccién que el siglo XX nos deja. La libertad de las personas no ¢s un hecho gratuito sino que sigue una trayectoria dentro de la progresiva ampliacién de derechos para todos aquellos que en principio no clasficaron en la definicién. Asi que, aunque podemos ver todo lo que fita por lograr, no perdamos de vista todo lo que se ha logrado y que debemos defender. A veces puede ser que no veamos c6mo hemos conseguido transformar durante generaciones el mundo en el que vivimos. Pero en efecto, la clave fundamental para entender nuestra realidad es que hemos creado ‘unos estindares a fin de relacionarnos entre distintas identidades, reconociendo nuestra fundamental igualdad, al ser todos merecedo~ res de los mismos derechos, Hoy, con la seguidilla de movimientos de reivindicacién nacionalistas en la politica internacional, estos logros estin siendo atacados, pero esto no significa que las victo- rias que muestros antepasados consiguieron queden por fuera de muestra cotidianidad, es mis, son triunfos que configuran nuestra existencia Vivimos en un mundo en donde se logran derechos cada dia, que nos dan la esperanza de que indudablemente tenemos la capacidad de transformar nuestras sociedades y crear un mundo mejor para todos los seres Recordemos que en nuestro relato tuvimos un punto de partida: ha Declaracién de los Derechos del Hombre y el Ciudadano en 1789, ¢n Francia, Esta fue la semilla que inicié una transformacién social que se extendié por casi todas las latitudes del planeta, y este es sin duda el gran legado de la modernidad: la posibilidad de que todos ‘stemos bajo un marco de igualdad de derechos ante la ley. Ahora vivimos en sociedades de sujetos de derecho, y este es un logro que inca podemos dar por sentado porque nos habla de nuestra era, de las diferencias dristicas con el pasado anterior a la lustraci6n. 361 Brujula para el mundo contemporaneo Antes un ser humano no se concebja como uno entre igua- les. A pesar de que a mayoria de religiones del mundo tiene el principio de igualdad, la preocupacién por la igualdad y libertad es central —y una de las caracteristicas mas importantes de los Liltimos siglos— porque se volvi6 uno de los ejes sobre los cuales articular la sociedad en su conjunto; este proceso contintia hoy y nos ayuda a entender el mundo en el que vivimos. Esto es lo que ha permitido que, a través de muchas luchas, se extienda poco a poco nuestra nocién de considerarnos iguales entre todos, algo fun- damental para acabar con las ideas de superioridad de unos sobre otros, cuyos estragos mis recientes hemos analizado a término.Y aun a pesar de que sea una lucha que no termina y que debe ser conquistada poco a poco, lo logrado hasta aqui debe admirarnos por nuestra capacidad de ampliar el reconocimiento, de construir sociedades y conceptos que nos dirijan, que sean en favor del respeto mutuo. Esto es un cambio paradigmatico importantisimo en Ja historia de la humanidad. Aunque podemos ser presa del pesimismo rapidamente y decir cémo nada se ha logrado; hay que tener cierta perspectiva de la historia para gozar de lo mucho que si tenemos, aun cuando no esté plenamente garantizado o se deba luchar para mantenerse. Los derechos y los deberes de los ciuidadanos se han construido poco a poco, y hay varios momentos importantes en esta biisque- da. Normalmente se habla de tres generaciones de derechos: los civiles y politicos, los sociales y econémicos, y una era de nuevas definiciones sobre los derechos iniciada desde hace pocas décadas. El siglo XIX fixe cl escenario de luchas por alcanzar la primera ge- neracién de derechos, desde Europa hasta las guerras independistas en Latinoamérica. Se traté de muchas maneras de consagrar las libertades que constituyen, por ejemplo, un sistema democritico como la libre asociacién, el derecho a elegir y ser clegido, a la li bertad de prensa, entre otros. La Revolucién francesa fire uno de los primeros momentos en los que se buscé consagrar de forma generalizada estos derechos civiles y politicos, pero el proceso pata 362 Horizontes: desafios y alternativas que esto se volviera tuna realidad tomd mucho tiempo en distintos paises, incluida Ia propia Francia. Durante décadas, incluso después de la misma Revolucién francesa, sucedieron manifestaciones, movimientos y revoluciones para hacer realidad los derechos por primera vez consagrados. Esto nos recuerda que la historia no es lineal, y un logro no significa su realizacién perfecta. La Revolucién francesa de 1789 es la mas famosa ¢ icénica porque fire donde por primera vez se establecieron estos conceptos. Pero a ella la siguié una era que enterré muchos de los logros surgidos de este evento. Francia volvié a ser un régi- men monirquico bajo Napoleén, que si bien instaur6 el cddigo de jurisprudencia todavia vigente en muchos paises, y su régimen y los monarcas que lo sucedieron restringieron progresivamente Jos derechos consagrados en 1789.Asi, fue necesario gestar nuevos movimientos sociales, nuevas reivindicaciones éticas para garan- tizar los derechos consagrados en 1789; en este sentido, se tuvo que hacer otra revoluicién en la misma Francia en 1848, antes de la Revolucién francesa de 1971, en la que particips Roberpierre; esta revolucién seria una de numerosas que se expandieron por toda Europa durante esas décadas. El siglo XIX es tanto la historia de las independencias latinoamericanas, la expansién colonizadora curopea, la formacién del Estado-nacién, como la de los derechos politicos de los ciudadanos. Esto nos sirve para recordar que la historia de los derechos esti llena de avances, luchas y retrocesos, pero que en este proceso gradualmente se vuelven parte de nuestra manera de relacionarnos y entender el mundo. ‘A finales del siglo XTX comenz6 a gestarse la lucha por los derechos laborales ampliando el alcance de lo que significaba la ligualdad de las personas. a no solo en términos de libertad politica sino teniendo en cuenta las condiciones laborales que el sistema industrial generd; en este sentido, el papel del socialismo en esta lucha lo discutimos en el capitulo anterior. Los derechos laborales incluyen el derecho a trabajar en condiciones dignas, al salario, al descanso diario,a la seguridad e higiene en el trabajo,a asociaciones 363 Brijula para el mundo contemporaneo sindicales ya la proteccién social (salud, pensiones),entre otros. Estos logros pueden parecernos de sentido comin, pero no lo eran. Que 1nos parezca sensato que las empresas otorguen unas condiciones de comodidad y dignidad bisicas, y que tengamos en mayor 0 menor medida descanso en el trabajo, es porque triunfo la lucha que fue gestada por los sindicatos en numerosos paises desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Aunque 50, de nuevo, no significa ‘que no haya excepciones o lugares en el mundo que exploten a sts trabajadores —recordemos a China—, sha significado una mejora en las condiciones de trabajo de miles de millones de personas. Nuestra conciencia sobre las condiciones del trabajo se ha visto definitivamente transformada por estos derechos, que son también ‘una herramienta juridica para garantizarlos allé donde no estén. Sieel siglo XIX y los inicios del XX fueron una era de avances politicos y laborales, el siguiente gran momento que marcé un antes y un después en Ia historia del mundo fae la Declaracién Universal de los Derechos Humanos de 1948. Sobre por qué se legé a acordar este marco comin nos hemos extendido en pro- fundidad, Europa occidental, después de haber vivid siglos de conflicto y de haber suftido cambios politicos, revoluciones, deca~ pitaciones de los monarcas aqui y alli, logré construir sociedades igualitarias a partir del orden que se creé tras Ia Segunda Guerra, yy abi es fundamental la figura del Estado benefactor. Ya que estas sociedades son el estindar més alto en cuanto a su garantia de derechos civiles, politicos y laborales. Por eso también, el ataque al Estado benefactor que supuso el neoliberalismo tiene conse- cuencias mas amplias que simplemente privatizar empresas estaales, pues se ponen en riesgo, después de todo, los logros alcanzados por ‘varias generaciones en el pasado. En la actualidad, este modelo de bienestar social estd presente en paises escandinavos como Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia e Islandia, que en la actualidad son precisamente los paises que han logrado las sociedades mis igualitarias, garantizando el bienestar de toda su poblacién como no lo ha hecho ningiin otro pats. 364 Horizontes: desatios y alternativas Latercera generacién de derechos se ha vuelto colectiva. Des- de los afios ochenta, los derechos comenzaron a pensarse no solo ‘como beneficiadores de individuos sino también de colectivos, pueblos, comunidades: asi, aparecen el derecho a la paz, al desa- rollo econémico y a un medioambiente sano y equilibrado. Mis adelante entraremos en detalle sobre esta nueva idea de derechos ya no individuales, que puede dar cabida a repensar nuestra relaci6n con nuestro entorno, ya que poco a poco se esti avanzando en pensar a la natnraleza como sujeto de derechos. La trayectoria de Jos derechos, que comenzé desde la importancia de la participacién politica y los derechos juridicos de cada persona, se transformé también en el derecho a condiciones y un bienestar garantizado en el trabajo, y luego a un bienestar del entorno en su conjunto. Del individuo, que se creé como el centro de la sociedad, se pasé a condiciones conjuntas del trabajo y luego a la comunidad. Pero esa trayectoria de los derechos siempre se ha caracte- rizado por ser notoriamente exclusiva de un grupo privilegiado que se beneficia de esos derechos. En la historia occidental, ese grupo privilegiado son los hombres, blancos y adinerados, que se volvié el referente de superioridad durante el siglo XIX.En otros, paises fuera de ese continente —como en el caso latinoamericano yen los paises que comenzaron a estar bajo el yugo de naciones ‘europeas— existi6 siempre una élite que era masculina y que de- tentaba derechos con los que no contaba el resto de la poblacién. En principio los derechos eran exclusives de ellos; recordemos que fae una pequefia fiaccién la que se beneficié indiscutiblemente de la Revolucién francesa en su. momento: la clase burguesa. Las mujeres, los pobres, los trabajadores, todas las personas de otras culturas, emias y religiones bajo dominio colonial quedaban afuera. Pero poco a poco, todos los sectores no beneficiados por este nuevo orden que clamaba ser para todos, sin serlo, pudieron comenzar tuna lucha por la igualdad porque existian las condiciones juridicas para poder acceder a esos derechos. Asi que la historia de los de- rechos humanos, por un lado, se refiere a cudles son esos derechos, Brajula para e! mundo eontemporaneo ¥y por el otro, a la béisqueda por ampliar el concepto de quiénes se ‘enefician de esos derechos. Porque la expansi6n del alcance de la libertad y de Ja construccién de la igualdad humana ha sido una lucha de generaciones y de numerosos pucblos. En ese sentido la Declaracién Universal de los Derechos Hu- imranos fue la primera que recogié la igualdad y la no discriminacién asada en el sexo, religidn o color de piel. Asi se abrié la posibilidad de terminar el racismo, el sistema de desigualdad inherente a la expansién europea del siglo XIX. En la lucha por la expansion de derechos se ha logrado combatir la idea de superioridad cultural y émica del mundo occidental, lo que ha abierto la puerta para poder reconocer la diversidad de numerosas sociedades. Esto les dio un impulso fandamental alas huchas independentistas de los paises bajo dominio colonial europeo, ya que el sistema politico colonialista se comenz6 a echar abajo sobre Ja base de la destruccién de su legitimidad juridica, ética y moral. La Declaracién, por otro lado, también paviment6 el camino para una nueva era, en donde la lucha por la igualdad femenina dejé de centrarse exclusivamente en los derechos politicos, buscados por las sufragistas desde el siglo XIX, para enfocarse en analizar el papel sistemitico de la desigual- dad femenina. En el proceso se buscé garantizar derechos laborales, econémicos, y la libertad de decisién sobre sus propios cuerpos. Los avances de la Declaracién Universal de los Derechos Hu- ‘manos se manifestaron casi veinte aiios después, precisamente en la generacién que se crié en un mundo que ya tenia un marco para reconocer la libertad y la igualdad de todos.Ya que la década de los sesenta condens6 las luchas por los derechos como ninguna otra época. Este fue un momento en el cual la generacién nacida en el Estado de bienestar y criada bajo estindares muy altos de vida material quiso hacer cumplir finalmente, en el seno de sus socie~ dades, las promesas de igualdad y libertad que habian originado el mundo moderno. El escenario para este cambio generacional de paradigma comenz6 en Estados Unidos con el Movimiento por la Libertad contra el sistema de segregacién racial Jim Crow; esta 366 fie la chispa que inspird a los movimientos sociales que caracte rizaron la década de los sesenta. Generaciones de afroamericanos en Estados Unidos se movilizaron para terminar con un sistema de segregaci6n, en donde las personas de piel negra no po- dian votar ni compartir los mismos espacios que personas de piel blanca, En el proceso se logré evidenciar la realidad racista de tun pais supuestamente construido sobre la igualdad de todos los hombres. Fue un movimiento que se inspiré en las teorias de des. coloniza n de paises africanos, y ala ver logré ser un precedente fandamental para todas las reivindicaciones de minorias étnicas en distintos paises. Esto significd un esfierzo de organizacién local para cambiar la mentalidad de los propios afroamericanos después de siglos de esclavitud y desigualdad. Junto con las marchas y manifestaciones lideradas por el reverendo Martin Luther King Jr.se logré el derecho al voto sin restriccién alguna, en 1965, y la garantia de los derechos civiles y politicos, en 1964. Sin esta lucha nok era sido posible la eleccién en el 200) del primer presidente afroamericano en la historia de ese pais: Barack Obama. Sin esta lucha no seria posible el debate contra la discriminacién notoria del sistema carcelario y policial en ese pafs. La transformacién de las desigualdades hist6ricas que produce el racismo no es una tarea facil, pero es una empresa en la que hemos avanzado como especie en un tiempo que, de nuevo, ¢s bastante corto pata la escala de la humanidad. Como el Movimiento por la Libertad, a lo largo y le EUuNciers|OcMcla) e movilizaron p minar con un Etetemciabe oerca-t 387 Brujula para el mundo contemporéneo ancho del planeta se extendieron movilizaciones en contra de Ja discriminacién y el racismo. De los afios sesenta parte la mayoria de referentes de derechos de hoy. Fue una época fundamental humanos que nos gufan al en nuestra historia reciente porque en varios paises se planted ef debate por los derechos de las mujeres y de las minorias, de los afroamericanos, latinos, de las personas LGBTI-Y abi si, la histo- ria de la igualdad se volvié universal porque las reivindicaciones adquirieron un caricter global, cada una forjada por movimientos que atienden a las condiciones locales de cada pais, pero teniendo a Jos derechos humanos como la meta en comin. Los logros de estos movimientos ayudaron a construir el mundo en el que vivimos,y Jos avances de ellos son innegables. Esta lucha por los derechos nos ayuda a repensar nuestra relacién con el otro y a ampliar nuestra empatfa sobre fendmenos diversos. En este sentido, e! feminismo, las luchas anticoloniales, antirracistas, y el movimiento LGBTI no solo se basan en lograr los derechos para todos, sino que también ayudaron a analizar la construccién desigual de muchas de nues- tras sociedades. Gracias a estos movimientos, podemos repensar Ia divisién de los roles de mujeres y hombres, analizar nuestros comportamientos cotidianos y nuestros prejuicios, para asi generar una conciencia y reemplazar los habitos que continéian la discrimi- nacién, Estos representan cambios profindos en la manera en que construimos la realidad que nos rodea y cémo nos relacionamos mutuamente, Son transformaciones que se han gestado desde hace apenas cinco décadas, por lo que el cambio de conciencia esti dandose en este instante. El proceso de igualdad mundial ha sido lento y tortuoso.Tam- bién en los sesenta comenzé el movimiento sudafticano contra el apartheid, liderado por el Congreso Nacional Africano, que buscé conseguir los derechos de la poblacién negra sudafricana. Aunque mayoria en ese pais, estaba subyugada bajo un claborado sistem legal que segregaba y mantenfa a toda la poblacién en un circulo continuo de miseria. No fue sino hasta la década de los novent® 368 | Horizontes: desatios y alternativas que se logr6 por fin desmantelar este sistema, En este proceso la presién internacional tuvo un papel fundamental, lo que nos da seiiales de que para esta década ya habia progresado la conciencia colectiva sobre las injusticias de la discriminacién racial. Un sistema que habia sido aceptado y generalizado en todo el mundo en los cincuenta, para los noventa ya era repudiado internacionalmente. Noes que hayamos erradicado el racismo de la mente humana, ‘sin duda, hoy la politica parece inclinarse hacia la aceptaci6n de discursos discriminatorios una vez mis, Pero al menos colectiva~ mente hemos construido y logrado mucho mis de lo que era el undo hace apenas setenta afios, cuando los paises europeos tenian otros paises bajo su dominio colonial, en donde en sus propias naciones millones de personas no gozaban siquiera de derechos. Hoy la nocién de superioridad de unos sobre otros, justificada por una construccidn étnica homogénea, contintia en Birmania, donde en este instante las politicas de persecucién a los rohinya se suman ala crisis de desplazamiento mundial. En Israel,1os muros que dividen el pais, sumados a la politica estatal de favoritismo ¢ identificacion nacional exclusiva con el judaismo, también nos hablan de un sistema basado cn la segregacién étnica y religiosa de personas mismo pais. Aunque no musulmanas 0 de origen arabe dentro de olvidemos que hace setenta afios los mismos citrdadanos judios en Europa fueron despojados de su derecho mis basico: el de la vida. Estos son solo dos casos de sistemas injustos que siguen presentes, Pero recordemos que antes la desigualdad era la regla. La idea de la no discriminacin también beneficié profundamente alos paises construidos sobre la diversidad cultural y étnica, ya que ayud6 a ampliar sus relatos de identidad nacional, Este es un caso pa~ radigmitico en los paises latinoamericanos,los derechos han logrado el reconocimiento de las diversas influencias culturales en paises que tienen una naturaleza multiétnica. En este sentido, los avances para lograr el respeto y reconocimiento de las comunidades afroameri~ canas e indigenas no serian posibles sin estos referentes. Gracias a ellos hoy en dia estamos avanzando en la biisqueda de garantizar la 369 Brijula para el mundo contempordneo igualdad de todos los ciudadanos, independientemente de su color de piel, en territorios donde, por el legado colonial espaftol,se daba prelacién a la herencia culeural y étnica espatiola. Asi, el relato de Jos derechos humanos nos ha permitido visibilizar y construir so- ciedades que, como las latinoamericanas, se definen por su caracter ‘multiétnico y multicultural, en detrimento de la costumbre de dar preferencia a la cultura occidental blanca. Los derechos han sido una bandera para construir un relato plural de ciudadania comin, en el caso de Colombia, perfectamente ilustrado en la Constitucién de 1991, en donde “el Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nacién”, 0 la Constieueién boliviana del 2009, que reconoce el Estado boliviano como “plurinacional”, constituido por las naciones de pueblos indigenas originarios, campesinos, las ‘comunidades interétnicas y los affobolivianos, por nombrar apenas dos casos. Falta todavia mucho para climinar las condiciones hist6~ ricas de desigualdad latinoamericana, para reconocer y, por ende, respetar plenamente las comunidades indigenas y affo, ast como la importancia de su legado en nuestra historia, Pero el avance de los derechos y las Iuchas contra el racismo que han caracterizado la segunda mitad del siglo XX, y que continiian en nuestra era, si han logrado en muchos aspectos el reconocimiento juridico de estas raices culturales, Progresivamente, nuestro imaginario simbélico y colectivo ha sido nutrido por estos logros, asi que no olvidemos que los derechos también nos han servido para poder vernos, y que alli radica la clave para construir sociedades més justas Por otto lado, la lucha por la igualdad femenina también ha estado en todos Jos rincones del planeta, y las movilizaciones, las campafias, la ensefianza —todos los pasos tomados dentro de este movimiento—, han transformado nuestras sociedades radicalmente, Hace sesenta afios, en muchas partes, las mujeres no podiamos pedir un crédito en un banco sin la aprobacién de un marido o padre; 1a violacién dentro del matrimonio no se consideraba ni siquiera un delito y las oportunidades laborales estaban restringidas a la seccién de clasificados para mujeres que, en general, anunciaban 370 Horizontes: desatios y alternativas | de los sesenta, que se inspir6 en el an Libertad al indagar el caracter sistémico del machismo, ayud6 a euestionar la construccién del rol femenino en la historia de las sociedades modernas para encontrar un relato mas amplio sobre la jidentidad de la mujer, que no estuviera supeditado a su posicién con respecto al hombre. De siglos de sociedades en donde la mujer puestos de secretaria. Por eso el movimiento feminista de la década lisis del Movimiento por la | cera la hija, a esposa o la viuda pasamos a la posibilidad de construir una identidad de igualdad, de Iuchar contra la discriminacién, de i autorreconocernos en nuestra misma humanidad. Asi, en Francia, } Italia, Espafia, Estados Unidos, Argentina, Colombia, Brasil, y de- is paises latinoamericanos, en los dltimos aiios de los sesenta se dieron movilizaciones para garantizar los derechos laborales, para Juchar por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y contra todas las demas formas de discriminacién. La transformacién del papel de la mujer y su participacién politica dentro de la sociedad definen nuestra era. La lucha por sensibilizar sobre la violencia contra la mujery el acoso laboral est presente en movimientos tan recientes como las mujeres de Liberia por la paz, que desembocd en la eleccién de la primera presidenta en todo el Africa en el | 2005, Ellen Johnson-Sirleaf, También en el #MeToo, que se tomé | las redes sociales cuando numerosas celebridades de Hollywood | denunciaron el acoso laboral persistente dentro de Ja industria. Todo esto nos habla de que el mundo en que vivimos esti atin plagado de injusticias, discriminacién, violencia y prejuicios, pero i sin duda es un mundo mis igualitario que el de antes. Cada dia estamos mis cerca de concientizarnos sobre las desigualdades que | estructuraron las sociedades y que poco a poco se han ido cuestio- nando, El debate, las movilizaciones, las leyes y politicas piblicas de Ja mujer dicen mis del avance de lo logrado, que de lo terrible de nuestra era. El voto femenino —la primera gran causa politica por los derechos de las mujeres — es legal en absolutamente todos los paises sobre la Tierra, cuando hace mis de cien afios solo Nueva Zelanda permitia el voto femenino. i an Brijula para el mundo contemporaneo Uno de los temas que también empez6 en los afios sesenta fue el aborto, basado en el principio de que la mujer decida sobre su propio cuerpo, ya que durante generaciones millones de mujeres han muerto por abortar de manera clandestina. El derecho a abor- tar es un debate muy polémico que en realidad toca puntos muy sensibles en distintos sectores, pero el derecho a acceder a unas condiciones seguras para interrumpir voluntariamente el embarazo hha logrado ser aprobado en numerosos paises. La legislacién varia desde considerar la legalidad solo bajo casos especificos, como el embarazo producto de una violacién, el riesgo de salud de la madre 0 el riesgo de anomalias en el feto hasta la interrupcién sin restriccién alguna, La capacidad de la autonomia sobre el propio cuerpo, un tema findamental que se planteé durante las luchas de los sesenta, ha sido central para el feminismo porque juridica~ mente la mujer fue considerada en muchas sociedades propiedad del hombre. Esta condicién de subyugaci6n femenina, que definié sociedades enteras durante milenios, no puede ser olvidada. Que hoy las mujeres ocupen cargos piiblicos, que sean parte de la fuerza laboral, de la intelectualidad, ¢s un cambio dristico que posibilita lograr un mundo en donde todos gocemos exactamente de los mismos derechos, poniendo fin asia siglos de desigualdad. Era en realidad algo impensable que una mujer fuera elegida presidente, y hoy la participacién politica femenina es un hecho, aunque la disparidad salarial y el dominio de hombres en la politica nos in- dican que la bisqueda contintia. Pero algo hemos logrado desde la sociedad decimonénica, una perspectiva que muchas veces se pierde dentro del debate por la igualdad y que deberfa mis bien darnos esperanza sobre el futuro, basados en todo lo conseguide hasta ahora. EI movimiento que més logros ha conseguido, en apenas déca- das, para garantizar la no discriminacién es el movimiento LGBTI Nacido también de la ola de transformaciones sociales de los se- senta, el movimiento se nutrié dentro del seno del ferninismo, con todas las mujeres que comenzaron a expresar de manera abierta 372 Horizontes: desatios y alternativas au sexualidad, y también a raiz del incendio y acoso policial en el bar Stonewall, en Nueva York, en 1969. Las protestas que este {ilkimo hecho provocé fueron el inicio de las demostraciones del orgullo gay todos los aiios para conmemorar esa fecha. Asi, la ola de libertad dio origen a un movimiento de personas que durante generaciones habjan sido acosadas, discriminadas y privadas de construir con libertad su identidad. Las relaciones entre personas del mismo sexo han sido una prictica comin en muchas culturas y épocas, pero desde la creacién de nuestras sociedades contempo- rneas a la manera occidental se acabé de manera progresiva con las leyes que permitian, por ejemplo, el matrimonio igualitario. En este sentido, el movimiento LGBTI ha logrado tumbar estas leyes represivas. En nucstras sociedades, no hace mucho tiempo, ser ho- mosexual era considerado una enfermedad mental y era castigado por la ley; hoy los paises que mantienen esta postura son la excep= cién, como Arabia Saudita. En cuestién de décadas, las distintas Juchas locales e internacionales del movimiento lograron que la homosexualidad fuera retirada del DSM, el Manual Diagnéstico y Estadistico de Trastornos Mentales, que compila la asociacién de psiquiatras estadounidenses, una guia fundamental para la prictica de la psiquiatria a nivel global. Este hecho fundamental también nos ensciia que las cosas que damos por sentadas no lo son nece- sariamente, que hay un espacio muy amplio para discutir, debatir, enseiiar y crear nuevos significados sobre los otros. En el proceso podemos crear una identidad no excluyente.Al respecto, vemos que la construccién de un relato excluyente es un tema fundamental en el origen de numerosos conflictos que continian hoy. Como todos los movimientos a favor de los derechos humanos, sus logros ‘impactan a la sociedad en su conjunto, ya que cada avance por |a libertad de unos es un paso para lograr ampliar nuestro marco de referencia de lo que es ser humano. Sin duda, hemos avanzado desde los tiempos en que los derechos eran propiedad exclusiva del hombre blanco heterosexual y burgués, el nficleo reducido que tenia el poder dentro de las sociedades occidentales. i 373, a le as Brajula para el mundo contemporaneo El movimiento LGBTI también nos ayuda a construir una identidad que no se reduce solo a ser homosexual o heterosexual, rompiendo la mania binaria de articular la realidad occidental en opuestos —que, como vimos, también esté presente en la politi- ca—ya que el transgenerismo y la intersexualidad son definiciones mis amplias de lo humano. Como todos los grandes movimientos originarios de los sesenta, el movimiento por la liberacién sexual continda, del mismo modo que se mantiene la discriminacién y Ja violacién sistemitica de personas lesbianas, gays, transgénero, intersexuales, Pero nuestras sociedades acogen debates y Iuchas que nuestros abuelos no se podian siquiera imaginar, Para comprender los aleances de las transformaciones que he- mos conquistado no hace falta sino ver los derechos de los nifios, Ja poblacién mis vulnerable de la sociedad, ya que no pueden velar por sus propios intereses a nivel pablico, Los nifios pasaron de ser considerados una propiedad de los padres —que podian hacer lo que quisieran con ellos, incluidos la explotacién, la venta, el maltra- toy el abuso—, a considerarse uno de los ejes mas importantes de la sociedad, cuya proteccién es fundamental, La concepcién misma de la nifiez como el momento determinante para la formacién de una persona es un proceso que se ha ido logrando desde el siglo XVII, cuando Jean-Jacques Rousseau empezé a aportar a la idea misma de infancia. Aunque nos ha tomado siglos garantizar sus derechos. De generaciones en donde los nitios fueron explotados laboralmente hemos pasado a sociedades que velan por el derecho a una nifiez basada en el juego y el aprendizaje, algo inaudito hace apenas un siglo. Puede que veamos con frecuencia la frase “construir sociedad” y la demos por sentada, pero realmente la historia de la libertad en las sociedades se ha construido paso a paso. Tenemos la capa~ cidad de construir los marcos de referencia que les dan sentido a muestra sociedad y a nuestra realidad siguiendo las enseitanzas de trescientos aiios de luchas politicas y sociales en torno a cmo articular una sociedad de seres iguales y libres. Todo lo anterior sin 374 F Horizontes: desatios y alternativas juda nos invita a reflexionar que las sociedades modernas no son tdestado natural de la humanidad, sino que han sido construidas sobre proces0s historicos especificos y una desigualdad evidente, pero ambién fueron el escenario en donde se gest la posibilidad de acanzar sociedades igualitarias sin precedentes en la historia. Como hemos contado, las luchas por la igualdad y libertad de derechos del feminismo, de los movimientos de descolonizacién, contra el racismo y por los derechos LGBTI, han logrado ampliar las categorias de igualdad para que abarquen a toda la sociedad. Asi se ha logrado ampliar nuestra conciencia sobre la diversidad de ta humanidad en su conjunto, Los abusos a Jos derechos huma- nos no terminaron con la Declaracién Universal de los Derechos Humanos, pero desde entonces todas las sociedades han logrado construir realidades mas igualitarias, porque hemos elevado nuestros cstindares de convivencia, dignidad y respeto. Esa es sin duda la caracteristica de los derechos: son logros que se tienen que con- quistar, que normalmente toman mucho tiempo, que pueden ser revertidos por gobernantes de turno, pero que ala larga construyen parimetros para relacionamnos. Como vimos,los derechos humanos 10 solo han beneficiado alos indiviciuos de ls distintas sociedades del planeta sino que han modificado nuestros imaginarios colec~ tivos sobre Jo que significa ser humano y también sobre cémo nos articulamos y cuiles son nuestras aspiraciones como sociedad. No solo los imaginarios que tenemos sobre la identidad huma~ ra han sido tansformados por los distintos movimientos que he- ‘os elatado, ambign hay ottos presupuestos que solo se entienden fcias a nocién misma de derects humans. EL XIX fae un siglo de grandes transformaciones en la concepeién de Ja organizacién socal Durante todo este relato hemos visto los cuestionamientos ‘ue surgen frente a la figura del Estado-nacién, pero detengimonos también en sus ventajas, ya que este tipo de organizacién social ‘sti estechamente vinculado a los derechos de los ciudadanos.Esta figura incorporé por primera vez la idea de que el Estado tenia el ‘éeber de garantizar los derechos de los ciudadanos.Y asi fue como 375 Brujula para el mundo contempordneo comenzaron a existir instituciones como las escuelas y los hespitales, Mencionamos que la escuela cumple un papel fundamental en la nocién de crear una identidad nacional, pero también recordemos que el acceso a la ensefianza transformé ¢l conocimiento —que antes era un néicleo reservado para las élites— en un derecho. Este también es otro proceso que ha tomado bastante tiempo para que cubra a todos sus ciudadanos, incluso muchos paises atin no Io han logrado. Que consideremos el valor de la educacién hasta elevarla a categoria de derecho esti cimentado en Ja premisa de construir sociedades igualitarias, en donde todos podamos acceder al co- nocimiento, y con esto, a las mismas oportunidades. Un formato que —repitimoslo— no existia antes. Por otro lado, Ia infraestructura para Ia salud de los ciudadanos sum invento muy reciente, Antes la salud era una tarea de orga~ nizaciones religiosas, que lo hacian por caridad, y era mas como paliativo para personas en estado de mendicidad o desahuciadas. Hoy, por el contrario, a salud es un derecho y todo un campo de conocimiento que ha transformado nuestras condiciones, logrando incrementar nuestra expectativa de vida. Asi hemos logrado erra- dicar enfermedades que arrasaron con millones de personas,como la viruela, evitando que se repitan las pestes o las hambrunas que asolaron durante milenios a distintas latitudes del planeta. Como la educacién y la salud, varios de los conceptos que existen hoy en dia como guias en nuestras sociedades han sido generalizadas y posibles gracias a la nocién misma de derechos huumanos, que tiene la igualdad de todos como su fundamento. Cambios tan funda- mentales como que las personas en la pobreza fueran vistas como ciudadanos en igualdad de derechos son conquistas muy recientes. En el régimen aristocritico europeo los pobres no podian aspirar a ninguna reivindicaci6n y su condicién era vista como un hecho natural, pero la nueva era de los derechos logré que se repensara esta visién, lo que de hecho levé a analizar las condiciones que generaban pobreza para poder cambiarlas. Por lo que no perdamos de vista que los derechos no son un marco juridico que nunca se 376 | wail Horizontes: desatios y alternativas yy fgrado, sno que Son una gua que ha logrado transforma l me jedad de diversas manerasy de forma vertignoxa en los ikimos gos sighos. Precisamente Io que nos permite definir un gobierno dicta- toro represivo es su violacién de los derechos humans; esto fos habla de que si tenemos una gu‘a para interpretar la realidad wograr un mando mejor. Nuestras concepciones de lo que es fim Estado democritico estin a tono con defender y respetar los derechos. En este sentido la democracia si se ha creado como el sscema que, aunque imperfecto, se constituye sobre la igualdad de «ys ciudadanos. Aunque creamos que la democracia es solo nues- tro derecho a votar —que ficilmente puede caer en las ret6ricas populisas de Donald Trump o Viktor Orban, y hacernos cuestio~ rar el ideal mismo—, la democracia no es solo el voto electoral, sino el reconocimiento juridico de todos los derechos humanos, ‘al menos de varios, como la piedra angular de la organizacién de una sociedad. En la medida que este sistema respeta nuestros derechos juridicos, libertades politicas y civiles es que hablamos de un gobierno democritico. La capacidad de seguir transformando Janacién y la posiblidad de Iuchar por nuestros derechos y gozar de unas instituciones que respeten y garanticen estas libertades son las definiciones de la democracia misma. Ni en el pasado ni en el presente vivimos en un mundo de democracias perfectas 0 de respeto a los derechos humanos absohuto, y en este relato nos hemos concentrado largamente en las contradicciones que muchos paises democriticos albergan. Pero con una perspectiva mis amplia que mite dénde comenzamos y a dénde hemos legado bay raz6n Para tener esperanza. Es por la era de los derechos humanos que hemos empezado, de manera muy lenta, pero al menos paulatina,a considerar la in- Volbilidad de la vida, la preciosidad de la existencia de cada uno de nosotros. Esta es una creacién muy reciente que todavia debe condarse y defenderse, pero sin duda ha logrado elevar nuestras *piraciones y nuestra manera de relacionarnos con el mundo y los 377 — Brijula para el mundo contemporneo otros. La vida vale en nuestra era como nunca en la historia de Ia humanidad. Que consideremos la vida como un derecho ha cimen tado que lentamente se construya una visian mucho mas pacifica y de respeto internacional. Aun cuando la geopolitica ¢s compleja y muchos pueblos han quedado en medio de los intereses de poten cias, in duda hemos logrado que la guerra entre dos Estados sea un asunto muy limitado desde la Segunda Guerra Mundial. La guerra se consideré durante siglos un medio mis para hacer politica, pero gracias a los derechos humanos, hoy en dia el derecho a la vida y a la paz hacen que sea reconsiderado el papel de la guerra, No faltan los faniticos que defienden la violencia, pero antes de la Primera Guerra los fanaticos eran mayorfa.A duras penas existian voces de disenso ante el hecho mismo de cuestionar la violencia o la guerra; al contzario, la guerra era celebrada y vista como algo glorioso. No cobstante, desde la devastacién de ta Segunda Guerra Mundial el estindar internacional es la paz, La guerra es de hecho ilegal, y los titicos moti- ‘vos acogidos por el derecho internacional para entrar en guerrason, ‘0 un ataque provocado, o por mandato del Consejo de Seguridad de la ONU En ese sentido, Europa occidental ha logrado estar setenta afios sin una guerra entre paises, un periodo histérico que nos habla de lo importante que es tener estos principios y respetarlos. Aunque vvimos ya que la unilateralidad pone en riesgo este sistema y que el Consejo de seguridad no es la"*panacea”, por ahora,no vivimos en Ios tiempos de los confictos frontales entre potencias.Ya cumplimos setenta afios desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y no se ha desatado otro confficto de esa magnitud, Incluso, la guerra dejé de ser vista como algo glorioso y pas6 a ser considerada una tragedia humanitaria. Que nos podamos conmover hoy por el contficto en Siria habla de cémo los principios de la vida y la paz han calado en nuestra mente. Sin duda, el logro mayor de los derechos humanos es que hablan de un modo directo a nuestra compasién,a nuestra em- patia, a todo lo que nos permite trascender nuestros odios. En este sentido, toma relevancia la idea de Ubuntu, una filosofia sudafricana aque ha estado presente en la reconciliacién de este pais que busca 378 alll Horizontes: desatios y alternat gear wna narrativa humana comén,una ética de interdependencia tre nosotros. Todo lo que yo hago se refleja en ti;aunque seamos personas diferentes estamos en esencia interconectados ‘Aunque esto no significa que se haya logrado detener las cruen~ tas guerras civiles en numerosos paises, la vision de salir de los conflictos por medio de la paz es uno de los rasgos mis ‘inicos de ruestra era. En las sociedades, la paz fue durante generaciones un asunto limitado a grupos religiosos u organizaciones de mujeres. Pero hoy es el horizonte comiin de paises desangrados por la guerra, en donde cada vez mis cede la postura intransigente de acabar el conflicto por medios violentos,y,en cambio, es reemplazada por la vision de constnair una paz duradera atendiendo alas causas del conflict. Esta era una visién inimaginable hace tan solo un siglo. Hoy, muchos pafses sumidos en guerras durante generaciones han salido adelante por reconciliaciones pacificas. El final de la Guerra Fria también implicé que muchos conflictos que eran atizados y perpetuacos por esta bipolaridad pudieran resolverse. Estas lecciones son mis que importantes hoy en paises como Siria, Es un hecho singular de nuestra era el que conozcamos los procesos y sti impacto en otros paises, para poder aprender de sus aciertos y de sus errores. En este sentido, vivimos en una era en donde tenemos la capaci- dad de aprender y construir procesos de paz duraderos. Aunque el siglo XX vio la mayor destruccién de la humanidad —ocasionada por guerras y genocidios—, también vio los mayores esfuerzos concertados para alcanzar la paz en nuestra historia contempori~ nea. Desde la renuncia a la no agresion, hasta pactos de estabilidad o con el respeto a regional, no proliferacién de armas, compton los derechos humanos, y procesos de paz que dieron fin a contflictos de gencraciones, que llegaron a acuerdos que incluyeron comisio~ nes para establecer la verdad de los hechos durante la guerra, En nuestro mundo contemporineo la paz se considera un horizonte colectivo y es también un derecho fundamental de los humanos. Nuestra era tiene antecedentes de proyectos pacificos que buscaron lograr el respeto de los derechos de todos: en Sudafrica —donde el 379 ‘Brujula para el mundo conterpordineo proceso de paz dio fin al apartheid—; en Irlanda —donde se acab con una guerra religiosa y cultural que muchos datan de 500 afios de antigiiedad—; en Riuanda —que llevé paz a un pais después de un genocidio en donde alrededor de 800.000 personas murieron asesinadas con los métodos mis crueles—;en Liberia —dando fin a una guerra civil de catorce aitios—.¥ en Colombia —con un proceso que se aliment6 de los aprendizajes de los otros acuerdos de paz en el mundo, que ha logrado la desmovilizaci6n de la mayor parte del grupo guerrillero mas antiguo del planeta—. Este proceso ha abierto la posibilidad de tener debates sobre la sociedad que que- remos construir después de décadas en donde no existi6 un debate pliblico, ya que solo predominé el discurso de la guerra, Cada proceso aprende del anterior, y aunque ninguno de esos proyectos padficos es Ja formula migica para acabar con todos los problemas de nuestra sociedad, son sin duda el paso fandamental para poder empezar a resolver algunas dificultades que —en medio del conflicto y una mentalidad de odio imperante—nunca legamos a ver. Por lo que nunca pasemos por alto Ja magnitud de Tas trans formaciones que hemos logrado a través de los derechos humanos, ni seams presa del pesimismo atizado por el sistema noticioso, en donde exclusivamente se cuentan cosas aterradoras. Albergamos en nuestras sociedades todas las contradicciones que hemos visto en nuestro relato, pero también la forma de resolverlas. No olvidemos nuestra capacidad de cambiar el mundo, que se ha transformado en apenas dos siglos, aunque atin falte mucho por hacer. No perdamos de vista este espiritu esperanzador. Hoy —mas que nunca— es fundamental, dado que necesitamos estar a la altura de las circuns- tancias ante el reto mis apremiante que hayamos experimentado como especie en toda nuestra historia: el cambio climético.

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