ANEXO 6 27022012 Prospeccion Arqueologica Rev 0

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DECLARACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL

LÍNEA DE TRANSMISIÓN ELÉCTRICA DE DOBLE


CIRCUITO DE 220 KV CABO LEONÉS Y SUBESTACIÓN
ELÉCTRICA DOMEYKO

FEBRERO DE 2012

ANEXO 6
ESTUDIO DE ARQUEOLOGÍA

Presentada por:

Desarrollado por:

CARACTERIZACIÓN AMBIENTAL i

SEPTIEMBRE 2011
INDICE

1. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 3
2. DESCRIPCION DEL PROYECTO ............................................................................... 4
3. OBJETIVOS ............................................................................................................ 5
4. METODOLOGÍA ...................................................................................................... 6
5. RESULTADOS ......................................................................................................... 7
5.1 Caracterización del área del proyecto según los antecedentes bibliográficos ............ 7
5.2 Desarrollo de la Prospección ........................................................................... 23
5.3 Resultados de la Prospección .......................................................................... 24
6. CONCLUSIONES ................................................................................................... 46
7. RECOMENDACIONES ............................................................................................ 47
8. ANEXO FOTOGRÁFICO ......................................................................................... 48
8.1 Área de influencia directa (AID) ...................................................................... 48
8.2 Área de influencia indirecta (AII) ..................................................................... 58
9. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................. 102

FIGURAS
Figura 1: Localización general del proyecto ........................................................................ 4
Figura 2: EP 1, Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés ................................................ 35
Figura 3: EP 2, 3 y 4 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés ........................................ 36
Figura 4: EP 5 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés ................................................. 37
Figura 5: EP 6, 7, 8 y 9 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés .................................... 38
Figura 6: EP 10, 11 y 12 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés .................................. 39
Figura 7: EP 13 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés ............................................... 40
Figura 8: EP 14, 15, 16 y 17 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés ............................. 40
Figura 9: EP 18 y 19 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés ........................................ 42
Figura 10: EP 20, 21, 22 y 23 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés ........................... 43
Figura 11: EP 24 y 25 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés ...................................... 44
Figura 12: EP 26 Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés ............................................. 45

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 2 FEBRERO 2012


1. INTRODUCCIÓN

El Patrimonio Cultural Tangible (PCT) es uno de los elementos a considerar en cualquier


estudio referente a proyectos que involucren la modificación del ambiente, por ello en esta
primera visita a terreno se busca establecer la presencia de bienes patrimoniales, tales como
monumentos nacionales declarados por ley, zonas de conservación histórica, sitios
arqueológicos, así como la presencia de manifestaciones propias de la cultura local (animitas,
santuarios). Algunos de éstos se encuentran protegidos por la Ley 17.288 de Monumentos
Nacionales, y otros por la Ley 19.300 de Bases Generales del Medio Ambiente y sus
modificaciones y reglamentos.

Durante septiembre del año 2011 se realizó una primera etapa de estudio de línea de base del
patrimonio cultural tangible del área correspondiente a un parque eólico para la generación de
electricidad a través de una energía alternativa, no convencional (viento). Si bien el predio
alcanza 2.415 Ha, el área de influencia directa del proyecto (caminos y aerogeneradores)
alcanza solo 30 km lineales aproximadamente. Esta área – ya revisada en terreno- incluye
una superficie de 94,2 Ha totales, las que incluyen aerogeneradores, edificio de control, y
caminos internos.

La segunda y actual etapa tuvo por objetivo evaluar el trazado de la línea eléctrica de 56,6
km de longitud y la subestación eléctrica Domeyko, cercana a la Ruta 5 Norte, frente a la
localidad de Domeyko. En consecuencia, los días 26, 27, 28, 29, 30 y 31 de diciembre de
2011 la arqueóloga Catherine Westfall realizó, junto a un ayudante con calificación
profesional, una prospección en terreno del área del proyecto que se localiza al NE de
Carrizalillo, en la comuna de Freirina, provincia de Huasco, en el límite SW de la Región de
Atacama.

2. DESCRIPCION DEL PROYECTO

El proyecto Línea de transmisión eléctrica Cabo Leonés y Subestación Domeyko, se emplaza


en distintos paisajes, en dónde, en el extremo poniente se ubica sobre terrazas costeras altas
que presentan vegetación endémica.

Al momento de realizar el primer estudio de septiembre se constató el fenómeno estacional


conocido como “Desierto Florido”, dando cuenta de numerosas especies arbustivas bajas y de
flores (brotes y bulbos). Este fenómeno se mantuvo atenuado en la actualidad cuando se
realizó esta segunda etapa prospectiva de la línea de transmisión eléctrica.

En el extremo oriente del proyecto, el paisaje se caracteriza por una aridez extrema,
característica del desierto más seco del mundo que da su nombre a la región: el Atacama. En
el punto intermedio de la línea de transmisión se produce la transición de los dos ambientes
debido a la presencia de cerros que frenan el ingreso de las neblinas costeras o “camanchaca”
hacia el interior.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 3 FEBRERO 2012


A continuación se entregan dos Figuras1, la primera únicamente del recorrido de la línea
eléctrica y la segunda donde se muestra la línea de transmisión desde su punto de origen (en
el Parque eólico Cabo Leonés que se proyecta en la zona) y su remate en la S/E Domeyko:

Figura 1: Localización general del proyecto

Imágenes tomadas y modificadas de GoogleEarth por TaguaTagua Consultores.

3. OBJETIVOS

Los objetivos de la prospección fueron los siguientes:

a) Identificar monumentos nacionales (arqueológicos, zonas típicas, históricos, santuarios


de la naturaleza, paleontológicos) y/o bienes patrimoniales existentes en el área de
trabajo definida (cenotafios, lugares de culto, etc.).

b) Proponer procedimientos específicos para la conservación y/o salvataje de los sitios


arqueológicos, paleontológicos y/o de los bienes patrimoniales afectados por las obras.

1
Estas imágenes se adjuntarán al presente informe como archivos separados en formato JPEG.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 4 FEBRERO 2012


4. METODOLOGÍA

La metodología consistió en el desarrollo de las siguientes actividades:

a) Revisión Bbibliográfica de los componentes del patrimonio cultural del área de estudio.
Se revisaron las siguientes fuentes documentales: a) Catastro de Sitios Arqueológicos
en las Cuencas Priorizadas (MOP), b) Actas en línea del Consejo de Monumentos
Nacionales, c) Revistas Especializadas (Revista Chungará, Boletín de la Sociedad Chilena
de Arqueología, Chungará, Revista Chilena de Antropología, Actas de Congresos
Nacionales de Arqueología Chilena, etc.

b) Prospección arqueológica: Se realizó con planos, cámara fotográfica y GPS (navegador


de mano), visitando todo el trazado de la línea y la zona de ubicación de la subestación.

c) Definición del Área de Influencia Directa (AID) del Proyecto: Corresponde a


aproximadamente 56,6 km lineales que conforman el área del proyecto, considerando
una zona de amortiguación de 50 m a cada lado de la línea de transmisión, y a la zona
de ubicación de la subestación con una superficie de 8,2 ha. El área fuera de la zona de
amortiguación de la línea se define como Área de Influencia Indirecta (AII) en el marco
del presente proyecto.

d) Identificación y Registro en coordenadas U.T.M. de los sitios arqueológicos y elementos


patrimoniales detectados en superficie, por medio de navegadores de mano y
cartografía.

e) Descripción de las características físicas y culturales de los sitios arqueológicos y


elementos patrimoniales detectados en superficie, en ficha proforma y ficha SITUS-CMN.

f) Registro fotográfico de los sitios arqueológicos y elementos patrimoniales y su entorno


inmediato.

g) Elaboración de informe de caracterización de línea base, evaluación de impacto y plan


de mitigación para el área del proyecto (si correspondiese).

5. RESULTADOS

5.1 Caracterización del área del proyecto según los antecedentes


bibliográficos

De acuerdo con los antecedentes recopilados, se detalla a continuación la información


referente a los distintos elementos del patrimonio cultural definidos para el área de
influencia del proyecto:

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 5 FEBRERO 2012


5.1.1 Prehistoria del área de estudio (texto tomado de Cabello et al
2010b)

La prehistoria de la región de Atacama que hoy se imparte en los colegios y gran parte
de la que está disponible en textos de divulgación científica (Hidalgo et al. 2000;
Niemeyer et al. 1997), fue escrita a partir de excavaciones realizadas entre mediados de
los años 1970 y 1990. Época en que la arqueología se centraba en sitios monumentales
(con estructuras, cementerios, etc.), sin considerar evidencia menos visible pero
igualmente significativa, lo que redundó en interpretaciones parciales sobre la vida de
los antiguos pobladores de la Región. Pero asimismo, promovió la declaración como
Monumentos Nacionales a sitios cercanos a Copiapó como: Viña del Cerro, La Puerta y
Punta Brava.

Hoy la arqueología trabaja en forma sistemática, explorando metódicamente un área y


registrando todo tipo de hallazgo cultural que allí se encuentra. Similar valor científico se
le otorga a una punta de proyectil, un basural prehispánico o un sitio con estructuras,
pues todos entregan información valiosa para armar el rompecabezas sobre la vida de
nuestros antepasados. Actualmente en la Región existen por un lado, escasas iniciativas
que emprenden comunidades o instituciones locales que buscan conocer y difundir su
patrimonio, en su mayoría se trata de exploraciones arqueológicas que suelen
financiarse con fondos concursables como FONDART, FNDR o FPA, como los de Quevedo
y Garrido (2004); González et al. (2008a); Cabello (2010a), por citar uno en cada línea.
Pero cuyos resultados, dado lo restrictivo de los fondos, generalmente no alcanzan a
divulgarse a nivel regional y menos nacional. Quizás la excepción sea el texto educativo
de Garrido y Robles (2007a), cuya amplia difusión (11.500 ejemplares) y fácil lectura lo
han convertido en una recurrida fuente de consulta (por ejemplo en Squeo et al. 2008).

Por otro lado, mucho más numerosas son las prospecciones enmarcadas en el Sistema
de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), que desde el año 1994 a la fecha exige la
revisión arqueológica de las áreas destinadas a proyectos de gran envergadura
(mineros, inmobiliarios, viales, etc.) 2. Lamentablemente, los productos de estas
inspecciones son informes técnicos, crípticos a ojos no especializados y de circulación
restringida entre las empresas mandantes y los organismos reguladores (CMN y
CONAMA, en este caso). Pocos son los trabajos que reflexionan en torno a los hallazgos,
publicándolos en medios científicos y de difusión masiva, como lo hacen, por ejemplo,
González y Westfall (2005, 2006) y González (2010a).

No obstante, la mayor parte del territorio regional permanece sin ser explorado, las
iniciativas arriba mencionadas dan cuenta de una gran cantidad y diversidad de sitios

2
La Ley N°19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente incorpora el patrimonio cultural dentro de los aspectos
protegidos por sus disposiciones, al considerar como parte del “medio ambiente” los elementos socioculturales y sus
interacciones. Asimismo, el Decreto Supremo N°95 del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que modifica el
Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (2002), norma este tipo de estudios en lo que respecta al
componente Patrimonio Cultural.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 6 FEBRERO 2012


arqueológicos que complejizan y enriquecen el panorama prehistórico de la Región. Es
por ello y frente a la necesidad manifiesta de distintas instituciones por contar con
información actualizada sobre la prehistoria de la región de Atacama, que ofrecemos
esta síntesis, incluyendo datos y reflexiones generadas a partir de trabajos realizados
por los autores de esta sección en distintos puntos de la Región.

La ocupación humana de la región de Atacama se remonta varios milenios atrás,


evidenciada en el desarrollo de diversos grupos culturales a través del tiempo. Estas
poblaciones mantuvieron contacto con otras regiones, tanto del norte árido como del
semiárido, e incluso con la vertiente trasandina. Para una mejor comprensión de estas
dinámicas, seguiremos las seis etapas cronológico-culturales en que se organiza la
prehistoria de la macro zona Norte Chico o Semiárido, ellas son:

Período Paleoindio (10.000 a 8.000 a.C.): inicio del poblamiento americano

Tras cruzar el Estrecho de Bering, los cazadores recolectores que venían de Asia,
comienzan a explorar y poblar el continente americano con rumbo sur. Subsistían de la
caza y recolección de fl ora y fauna, entre ellas algunas especies actualmente extintas,
como el milodón (Mylodon darwini), mastodonte (Stegomastodon sp.), caballo
americano (Equus (A.) spp. e Hippidion spp.) y paleolama (Palaeolama sp.). Como es un
momento de sequías prolongadas, los recursos se remiten a espacios acotados,
principalmente a los ambientes lacustres. En esos antiguos sistemas lagunares hoy se
encuentran osamentas de animales asociados a instrumentos de piedra de factura
humana que sirvieron para cazar y faenar las presas.

El hallazgo de evidencias de esta época es limitado debido a que se encuentran


generalmente a muchos metros de profundidad, por lo que se requiere de modelos
especializados de búsqueda o bien hallazgos fortuitos. Ninguno de estos casos se ha
dado hasta el momento en la región de Atacama, por lo que no se cuenta con registros
de esta época. Sin embargo, la macro zona Norte Chico cuenta con dos de las cinco
evidencias paleoindias del territorio nacional: el clásico sitio de Quereo (9000 a.C.), defi
nido como un lugar de caza y destazamiento ubicado al sur de Los Vilos (Montané y
Bahamondes 1973; Núñez, Varela y Casamiquela 1983; Núñez, Varela, Casamiquela y
Villagrán 1994; Labarca y López 2006); y cerca de éste, el recientemente descubierto
sitio de Santa Julia que corresponde a un pequeño campamento con instrumentos de
piedra y fogones, asociado a fauna extinta hace más de 10 mil años (Jackson et al.
2007).

Período Arcaico (8.000 a 400 a.C.): adaptación local a un nuevo ambiente

Hacia el 8.000 a.C. los efectos de la última glaciación habían finalizado y el medio
natural presentaba condiciones similares a las actuales. La fauna antes descrita había
desaparecido, principalmente a causa de transformaciones ecológicas y la acción

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 7 FEBRERO 2012


antrópica. Por ello, los cazadores debieron readaptar sus métodos y técnicas para la
caza de fauna menor como guanacos (Lama guanicoe), vicuñas (Vicugna vicugna),
zorros (Lycalopex sp.), viscachas (Lagidium viscacia) y distintas especies de aves, entre
otras. Al mismo tiempo, la recolección de frutos y semillas cobró importancia en la
complementación alimenticia y permitió conocer el potencial vegetal del área, condición
necesaria para una futura actividad agrícola. Consecuente con esta economía cazadora
recolectora de amplio espectro, en este período se establece un mecanismo de
trashumancia o movilidad estacional constante a lo largo de la costa, hacia valles e
interfluvios y la precordillera.

Para la costa regional se cuentan con antecedentes desde el Arcaico temprano (8.000 –
4.000 a.C.). Se trata de conchales o acumulaciones de conchas, generados por el
consumo de productos marinos por parte de los habitantes del litoral. En ellos también
se encuentran artefactos de molienda (morteros y manos de moler), raspadores,
raederas, puntas lanceoladas y pedunculadas. Sumándose igualmente objetos de piedra
con formas geométricas: triángulos o círculos con muescas de hasta 22 lados. Estos
“litos geométricos” son característicos del complejo cultural Huentelauquén y estarían
ligados a aspectos rituales, interpretación construida en base a la ausencia de elementos
que nos hablen de otro tipo de funcionalidad. Los cazadores recolectores
Huentelauquén, cuyas evidencias se encuentran entre las regiones de Antofagasta y
Coquimbo, se habrían especializado en la caza de mamíferos terrestres y aves marinas,
así como en la recolección de mariscos y la pesca de orilla (Llagostera 1992). En la costa
norte de Atacama, entre Chañaral y Caldera, se identificaron siete sitios adscribibles a
este grupo: Piqueros 4, Soldado 1, Castillo 1, Los Médanos 1 y 2 y Obispo 1. Se trata
casi exclusivamente de depósitos culturales sobre formaciones dunarias que están sobre
terrazas de abrasión marina, o bien, en afloramientos rocosos no superiores a los 20
msnm.

Corresponden a conchales de densidad variable formados por conchas de loco


(Concholepas concholepas), lapas (Fissurella sp.) y chitón (Poliplacophora sp.) y en
menor cantidad choro zapato (Choromytilus chorus), erizo (Loxechinus albus) y ostión
(Argopecten purpuratus), junto a desechos líticos y litos geométricos. Entre los sitios
mencionados, destaca Obispo 1, ubicado al noreste de caleta Obispito y a unos 7 km al
sur del balneario Flamenco. Pues posee una extensión de 1.500 m² y el fechado más
antiguo de la Región: 8.860 a.C. (Cervellino 1998).

En la provincia del Huasco también se han detectado sitios pertenecientes al complejo


cultural Huentelauquén, los cuales corresponden a Quebrada Taisani 1 y Puerto
Guacolda. Hacia el interior, en Totoral y Canto del Agua, se han hallado ocasionalmente
litos geométricos, pero sin mayores investigaciones al respecto (Cervellino 1998).

Durante el Arcaico Medio y Tardío (4000 – 400 a.C.) el aumento de la temperatura


(optimum climaticum) afectó los recursos marinos, estimulando a los habitantes de la
costa a desarrollar nuevas tecnologías con el fi n de mejorar la obtención de los mismos.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 8 FEBRERO 2012


En este contexto surge en Arica el anzuelo de concha (de Choromytilus chorus),
instrumento que se extenderá por toda la costa norte en esta época, permitiendo
acceder a peces de mayor profundidad. De esta manera, a las especies de moluscos y a
los materiales culturales antes descritos, se suman anzuelos compuestos y otolitos de
peces como tollos (Mustelus mento) y corvinas (Cilus gilberti).

En la región de Atacama se identifican sitios arqueológicos pertenecientes a grupos


portadores del anzuelo de concha en Chañaral de Aceituno, Puerto Guacolda, Bahía
Carrizal, Bahía Maldonado, Puerto de Caldera y Pan de Azúcar (Cervellino 1998). A estos
hallazgos se suma el sitio PC 1, sector Punta Cachos, al sur de Bahía Salado, donde
sondeos de Sánchez (2009) obtuvieron una pesa o cuerpo de anzuelo compuesto similar
a la de Puerto Guacolda (Iribarren 1964).

En el mismo sector se registraron otros nueve sitios correspondientes a conchales y


eventos de talla lítica, dispuestos a cielo abierto o asociados a aleros rocosos y/o
estructuras de los actuales pescadores recolectores costeros (Sánchez 2009). De
similares características son los 11 sitios identifi cados entre Puerto Viejo y Carrizal
(Contreras 2003) y los 11 entre Huasco y Quebrada Tongoy (Ibacache 2009), defi nidos
como campamentos en corriente asociación a aguadas costeras. Si bien en ellos no se
encontraron elementos diagnósticos, la ausencia de fragmentería cerámica nos permite
suponer que corresponderían a ocupaciones de cazadores recolectores y pescadores
arcaicos. Dando cuenta así de la profusa ocupación del borde costero durante este
período.

Hacia el interior en cambio, existen menos evidencias arcaicas, no por falta de restos
arqueológicos, sino por una carencia de investigaciones. En la porción norte de la
región, estas se remiten por ahora a los contextos líticos provenientes del Tranque
Pampa Austral, ubicado 16 km al noroeste de Diego de Almagro, entre la pampa
transicional y la cordillera de la costa. Sector que concentra sitios arqueológicos
superficiales correspondientes a canteras, talleres y eventos de talla lítica de diversas
extensiones generados hace aproximadamente 5.000 años (Peralta et al. 2010). Estos
sitios constituían áreas de trabajo temporales donde los cazadores recolectores arcaicos
se abastecían de rocas locales, como sílices amarillos y dacitas, para confeccionar sus
artefactos y herramientas.

Hacia el sur destacan dos talleres líticos y dos hallazgos aislados registrados por Galarce
(2008) en un sector de terrazas fluviales altas del río Huasco, inmediatamente al
poniente de la ciudad de Freirina. Estudios especializados de algunos de esos materiales,
entre los que se cuentan una punta de proyectil y diversos subproductos de talla lítica
de recursos pétreos de origen local, permiten a Peralta (2009) relacionarlos
específicamente con contextos líticos del Arcaico Medio y Tardío (5.000 – 0 a.C.),
similares a los identificados en otros sectores del Huasco, La Serena y Guanaqueros
(Ampuero 1972-1973; Peralta 2007). Mientras que en los valles transversales al sur de
Vallenar, se encuentra el sitio Casa de Piedra El Salto, alero asociado a una aguada cuya

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 9 FEBRERO 2012


primera ocupación fue datada aproximadamente en 2.750 años a.C. (Gonzalo Ampuero
comunicación personal 2009).

En la precordillera existen tempranos antecedentes de nueve campamentos de


cazadores arcaicos, localizados en el río Astaburuaga y la laguna del Negro Francisco
entre los 3.600 a 4.500 msnm (Cervellino 1998). Se trata de conjuntos de estructuras
construidas por pirca sin argamasa, ubicados en torno a lagunas y vegas, que exhiben
desechos de talla lítica e instrumentos en materias primas silíceas y obsidiana.
Campamentos similares han sido detectados también entre esta Laguna y el Nevado
Tres Cruces, por sobre 4.000 msnm: uno en quebrada Villalobos (Niemeyer 1968) y
otros seis al oriente de la Ciénaga Redonda (Hermosilla 1997), todos con restos de
industria de piedra tallada de cazadores recolectores holocénicos (8.000 – 0 a.C.).

También se ha documentado presencia de estos grupos en el Salar de Los Infieles y en


la cuenca alta del Huasco. Por ejemplo, abundantes eventos de talla lítica de diferentes
tipos –y posiblemente de distintos períodos- asociados a las vegas altoandinas (Cabello
2010a). Muchos de estos sitios presentan restos subactuales correspondientes a
crianceros del sector, dando cuenta de la persistencia en la ocupación de los lugares
más propicios para el asentamiento temporal en el sector cordillerano. En el caso de los
cazadores recolectores arcaicos, está ligado al aprovisionamiento de materias primas
líticas y presas de caza durante la época estival.

Período Alfarero Temprano (300 a.C. a 700 d.C.): los fundamentos de la


complejización

Durante este período continúan ingresando al área Meridional Andina (Norte Chico y
Chile Centro Sur), por los pasos y puna de Los Andes poblaciones enlazadas
culturalmente con el área Centro Sur Andina (sur del Perú, el altiplano de Bolivia, el
Noroeste argentino y el Norte Grande chileno), grupos que poseían una rica tecnología
alfarera y un dominio más efectivo y tecnificado de la explotación agrícola y ganadera.
Se desconoce si estas poblaciones llegan ya conformadas a nuestra zona, si son un
resultado endógeno o bien un proceso mixto. Lo concreto es que lentamente se va a
sustituir la caza por el pastoreo de camélidos e introducir la horticultura, provocando el
surgimiento de los primeros asentamientos estables. Características que conforman las
primeras tradiciones alfareras del Norte Chico, agrupadas bajo la denominación de
complejo cultural El Molle, que obtiene su nombre de los primeros cementerios
excavados por Cornely (1953, 1956) en la localidad homónima de la región de
Coquimbo.

Hasta hace algunos años, el complejo cultural El Molle ocupaba una vasta extensión
entre el río Salado (provincia de Chañaral) por el norte y el Choapa por el sur. Se
pensaba incluso que podría estar presente en la falda oriental de Los Andes, pues tenían
como elemento diagnóstico común su cerámica: vasos altos y vasijas globulares sin
asas, de paredes delgadas y pasta fina, monocroma, negra o café, a veces con

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 10 FEBRERO 2012


decoraciones de incisiones lineales o geométricas previas a la cocción (Niemeyer
1998a). También compartían el uso de pipas de cerámica tipo T invertida para fumar
tabaco nativo; adornos (brazaletes), objetos (agujas y pinzas) y láminas en cobre
martillado; el tembetá de piedra, especie de adorno labial, con formas cilíndricas o de
“botón”; y el entierro de sus difuntos en túmulos funerarios.

Recientes investigaciones en el Choapa dan cuenta que las poblaciones del período
Alfarero Temprano (PAT) no poseían túmulos ni objetos de cobre en esa zona. Mientras
que la cerámica presenta rasgos propios y locales, distintos a lo definido como Molle y
disímiles a lo observado en Chile Central y en las culturas del Noroeste argentino
(Pavlovic 2004; Sanhueza et al. 2004; Pavlovic y Rodríguez 2005). Es por ello que más
que un grupo cultural, se trataría de una tradición alfarera que los autores denominan
PAT en alusión al período en que se inicia, pero que estaría perdurando hasta el 1.000
d.C. y en algunos sectores incluso hasta el 1.500 d.C. (Pavlovic 2004; Pavlovic y
Rodríguez 2005; Urízar 2004), siendo contemporánea a los diaguitas e incluso al Inka.

Teniendo la precaución de considerar que las poblaciones alfarero tempranas presentan


manifestaciones distintas en cada valle y que en la región de Atacama casi nada se sabe
acerca de sitios de vivienda, pues la información proviene mayoritariamente de
cementerios excavados hace más de 10 años, las características y fechas propuestas
originalmente para El Molle en la Región siguen siendo válidas.

Este complejo cultural presenta una mayoritaria distribución en los sectores altos de los
valles y en los interfluvios, territorios más propicios para la ganadería trashumante que,
según parece, sería su principal actividad económica. No obstante, en Copiapó existen
importantes enclaves en los valles, donde se produjeron concentraciones más estables
asociados a la práctica de una agricultura incipiente. Es el caso de las aldeas aglutinadas
El Torín, Cabra Atada y Carrizalillo Chico (Niemeyer y Cervellino 1982). En ellas se
observan estructuras habitacionales construidas por el despeje y reordenamiento de los
bloques rocosos disponibles en el lugar. Se les asocian túmulos funerarios, consistentes
en montículos de tierra y piedra, con una fosa cónica subterránea que alberga varios
individuos cubiertos por piedras y esteras de madera, rodeados de ofrendas (Niemeyer
et. al 1989). Según la riqueza del ajuar que porta el individuo, sus ofrendas y la energía
invertida en el entierro (visible en su tamaño y complejidad), se pueden inferir
diferencias sociales y de género. Por ejemplo, el uso del tembetá en estas poblaciones
ha sido históricamente vinculado a los hombres ya que en los entierros se le encuentra
asociados a individuos masculinos (Iribarren 1950, Niemeyer et al. 2000, Quevedo
1982).

Recientes estudios (Torres-Rouff 2010) demuestran que se trata principalmente de


hombres adultos (entre 30 y 40 años) con evidencias de lesiones traumáticas, por lo
que durante su vida debieron estar involucrados en actividades violentas, quizás
guerreros. En El Torín, estos individuos se entierran al centro del “sector inferior” del
sitio (sensu Niemeyer 1998a), permitiéndole suponer a la autora que pudiesen incluso

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 11 FEBRERO 2012


ser parte de un mismo linaje. De esta forma, el uso de este elemento no solo serviría
para enfatizar la masculinidad, sino también el rol social o sanguíneo de estos individuos
(Torres-Rouff 2010).

Entre otros elementos del ajuar de los individuos, destacan los collares de gran longitud
cuyas cuentas son elaboradas en concha y piedras semipreciosas, como la turquesa.
Respecto del trabajo lapidario resulta fundamental la evidencia de Mina Las Turquesas,
ubicada en El Salvador, que originalmente Iribarren (1972-1973) postulara como
incaica. Recientes excavaciones dirigidas por González y Westfall (2005) determinaron
la existencia de un asentamiento preincaico y un taller donde se elaboraban bienes
suntuarios de turquesa, concha y hueso. La mayoritaria presencia de fragmentos
cerámicos propios del Formativo Atacameño permite a los autores plantear que serían
ellos quienes controlarían la producción lapidaria en esta época. No obstante, la
presencia de cerámica Molle y Los Morros del área Circumpuneña (Uribe et al. 2004),
manifiestan las complejas interrelaciones culturales existentes desde aproximadamente
el año 500 a.C. (González y Westfall 2005). Relaciones que también se evidencian en los
sitios de El Torín (Niemeyer 1994); La Coipa, cercano al salar de Maricunga (Cabello
2008) y en Quinta Los Chañares, al sureste de Diego de Almagro (González 2008).

Por su parte, los contactos con el Noroeste argentino (NOA) se vinculan con similitudes
entre elementos Molle y los de las culturas formativas de este territorio. Por ejemplo, la
presencia de cerámica “cesteada” tipo Vaquerías en el cementerio El Torín (Niemeyer
1988a) o la decoración geométrica incisa de la cerámica y una placa de cobre que
representa un ave en vuelo hallado en el sitio quebrada de Pinte, comuna de Alto del
Carmen (Niemeyer 1994) que comparten Molle y Ciénaga.

En Alto del Carmen existirían otros 17 sitios de túmulos (Sinclaire y Cabello 2005) en las
quebradas de Pachuy, Colinay, Colpe, La Plata y La Pampa, además de los más
conocidos de quebradas Ipipe y El Durazno; éste último 25 km aguas arriba de Vallenar
(Iribarren 1957). También en los alrededores de Freirina, Iribarren (1955-1956)
reconoce varios sectores con presencia de túmulos disturbados probablemente
asociados a El Molle en: Bodeguillas; Matadero Municipal; Quinta Santa Clotilde; Llano
de Los Loros y estación de ferrocarril Las Tablas.

Hacia la costa en el sector de Huasco Bajo, en la terraza dunaria norte del río, se
encuentra el sector conocido como Llano de Los Infieles, donde existen túmulos de
grandes dimensiones (Iribarren 1955). Cerámica café incisa también ha sido registrada
recientemente en conchales Punta Alcalde, quebrada de Tongoy, al sur del Huasco
(Rodríguez 2007; Rivas 2008) y en quebradas interiores asociadas a ambientes
costeros, como Las Cañas, en el Parque Nacional Llanos de Challe (Fernández 2009) y
Chañaral, cerca de Chañaral de Aceituno y Carrizalillo (Niemeyer y Schiappacasse
1967). Lo que viene a reforzar la idea de que grupos Molle se desplazaban hacia la costa
y mantenían intercambio con las poblaciones del litoral, cambiando por ejemplo sus
vasijas decoradas por pescado y mariscos; restos que a veces se encuentran presentes

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 12 FEBRERO 2012


en sitios Molle del interior. En la costa destaca también el sitio arqueológico de Las
Lizas, cerca de caleta Obispo, donde además de conchales y material cultural de piedra
y cerámica, existe un conjunto de paneles grabados con representaciones de especies
marinas (Niemeyer 1985). Si bien el tema de la temporalidad de estas manifestaciones
resulta complejo, debido a la imposibilidad de fecharlos directamente, es necesario
recordar que los petroglifos del Semiárido fueron adscritos a poblaciones de El Molle en
sus dos estilos: La Silla, a partir de los grabados de cerro homónimo ubicado al sur de
Vallenar, y Limarí, en base al sitio El Encanto (Ampuero y Rivera 1971a; Mostny y
Niemeyer 1983). Adscripción a tomar con cautela pues estudios recientes en el Choapa,
han demostrado que la variabilidad técnica, iconográfica y en el tipo de sitio, ponen en
cuestión los estilos previamente establecidos y abren la posibilidad de que no solo El
Molle sea autor de los grabados, sino también poblaciones del Arcaico (Jackson et al
2001) o Diaguitas (Troncoso 2004).

Independiente de ello y considerando que no existen estudios especializados sobre el


tema en la Región, podemos señalar que los petroglifos se ubican preferentemente en
los interfluvios o en la parte alta de los valles. En el Huasco Alto por ejemplo, Sinclaire y
Cabello (2005) dan cuenta de seis sitios con paneles grabados con motivos de animales,
humanos y principalmente geométricos, algunos de los cuales relacionan con el estilo La
Silla. Las autoras señalan también la presencia de pequeñas horadaciones circulares
llamadas localmente “copitas” que se disponen agrupadas en la pared vertical de la
roca, lo que las diferencia de las “tacitas”. Otros reportes de petroglifos existen para las
cercanías de Vallenar (Rodrigo Escuti comunicación personal 2008) y en las quebradas
de Agua Dulce y Agua Salada que unen los llanos de Challe y de Capote al norte de
Huasco (Fernández 2009).

Por último, Sinclaire y Cabello (2005) también dan cuenta de pinturas rupestres al
interior de dos aleros rocosos de ocupación prehispánica y subactual, cerca de las
localidades de Juntas de Valeriano y Conay, en las nacientes del Huasco. Se trata
principalmente de camélidos y figuras geométricas en color negro, que las autoras
asemejan preliminarmente también a La Silla. Lo que al mismo tiempo sería
consecuente con la profusa ocupación Molle detectadas por ellas en el sector. Relación
que resulta coherente además con aleros precordilleranos con pinturas rupestres de
ocupación Molle –sobre arcaica- en otros sectores del norte semiárido, como San Pedro
Viejo de Pichasca (Ampuero y Rivera 1971b).

Alfarero Medio (700 a 1.000 d.C.): una misteriosa transición

El complejo cultural Las Ánimas fue propuesto por Montané (1969) para llenar el vacío
de 300 años existente entre El Molle y la cultura Diaguita. En efecto, los más antiguos
niveles de los cementerios diaguitas de la región de Coquimbo presentan individuos
enterrados con camélidos completos y características cerámicas que serán abandonadas
en épocas más tardías. Elementos que serán señalados por este autor como un grupo
independiente.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 13 FEBRERO 2012


Posteriores trabajos de Iribarren (1969) en Tres Puentes y La Puerta, cerca de Copiapó,
así como cerámica hallada por Niemeyer (1998b) en los sitios de Puntilla Blanca y
Quebrada Seca, apuntarán hacia vínculos con culturas representantes trasandinas del
período Medio (Castillo et al. 1996-1997).

Este período da cuenta, entre los años 500 y 1.000 d.C., de la integración del área
Centro Sur Andina a la órbita de influencias de Tiwanaku, entidad que potencia el
intercambio de bienes de distintos pisos ecológicos principalmente mediante el tráfico de
caravanas de llamas. Es posible entonces sugerir que en esta dinámica se intensificaran
en forma paralela las relaciones de las poblaciones de la región de Atacama con las del
NOA, introduciendo los cambios culturales y materiales que se adscriben a Ánimas. No
obstante, bien podrían ser poblaciones foráneas que se instalan en el sector a modo de
colonias, como ocurre en esta época en Arica; o bien conformar los primeros momentos
diaguita, como lo planteaba originalmente Cornely (1956). En definitiva se trata de una
incógnita en la secuencia histórico cultural del Norte Chico, siendo un tema escasamente
estudiado, con muy pocos sitios pertenecientes a esta filiación, de los cuales la mayoría
son cementerios. En ellos, los entierros pueden ser individuales o colectivos en fosas
subterráneas señalizadas con piedras, aunque en La Puerta hay montículos de tierra
(túmulos). En sus restos esqueletales se observa la deformación craneana de tipo
tabular erecta, rasgo distintivo de este grupo. Pero lo más llamativo de sus costumbres
fúnebres radica en que las osamentas humanas se encuentran rodeadas delicadamente
por uno o más esqueletos de camélidos completos. Y si bien no existe certeza de que
éstos sean silvestres (guanacos/vicuñas) o domésticos (llamas/alpacas), es probable
que la masa animal fuera excedentaria, consecuente a un modo de vida
preferentemente ganadero. No obstante la presencia de manos de moler y morteros, así
como hojas de herramientas agrícolas, evidencian que la agricultura y la recolección
debieron tener un lugar importante. Asimismo, se cuenta con considerables restos de
explotación marítima, como restos de locos, ostiones, lapas, erizos, jaibas y variedad de
pescado, junto con anzuelos, barbas de arpón y desconchadores (Castillo 2000).
Evidencia que se condice con la presencia de sitios en el litoral y en el curso medios e
inferiores de los valles, que lleva a Castillo y Kuzmanic (1982) a describir la economía
Ánimas como “pastora-pescadora”.

Entre su ergología, la cerámica se caracteriza por vasijas de formas abiertas (cuencos


acampanados), de interior negro y exterior policromo, con diseños geométricos en
negro, blanco y rojo. De igual forma se encuentran puntas líticas pequeñas
pedunculadas, fibras de textiles y la reocupación de tembetás Molle como colgantes.
Destacan también los elementos para el consumo de alucinógenos vía nasal, como
tubos, espátulas y cucharas de hueso y tabletas de concha y madera. Asimismo, existen
adornos de metal fundido, como aros y cintillos en plata y cobre, y cuentas de collar en
malaquita y turquesa.

Al respecto cabe señalar que en Mina Las Turquesas (Díaz Icaza 2009), la ocupación
Ánimas es la segunda más importante del sitio, siendo datada entre 680 y 980 d.C.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 14 FEBRERO 2012


(C14 Beta-196861=1210 +/- 60 AP, cal. 1270 a 970 AP) (González y Westfall 2005). La
fecha procede de un depósito de piedras que contenía productos diversos, que se
corresponde con el silo de Quebrada Seca (Niemeyer 1998b), forma de almacenaje que
reafirmaría la práctica excedentaria antes mencionada. Según González y Westfall
(2005), durante este tiempo Ánimas asumiría el control de la producción de cuentas y
adornos de turquesas, como lo evidencian la gran cantidad de cuentas y de elementos
correspondientes a su proceso de elaboración. Además se encontraron figurillas
zoomorfas, confeccionadas en trozos de rocas blandas, mostrando una de ellas claras
similitudes con cuentas de collar zoomorfas encontradas en el sitio La Puerta A. Por su
parte, la presencia de escasos fragmentos cerámicos foráneos del período Medio
atacameño (700 – 900 d.C.), comprueba que el intercambio e interacción cultural con
otras poblaciones circumpuneñas continuaría durante esta época.

En Copiapó, además de los sitios ya mencionados, se registran elementos de filiación


Ánimas en Tres Llanos, Los Pingos, Cabra Atada, Vega Redonda, Toledo y Piedra
Colgada. También entre las desembocaduras de los ríos Copiapó y Huasco se ha
constatado evidencia de este tipo en: Bahía Maldonado, Totoral y Punta de Lobos. Sitios
que por cierto requieren de una mayor profundización en su estudio. En el Huasco Alto
se tienen antecedentes bibliográficos de sitios del complejo Ánimas en Juntas de
Valeriano y Paso La Flecha que habrían sido excavados por Sanguinetti; un alero de
Pasteadero, en la cordillera al norte de la Laguna Grande; restos fúnebres en
Chanchoquín Chico (Kuzmanic 1982); y La Huerta, sector cercano a la localidad de Alto
del Carmen. Así como en Vallenar centro, calle Prat 450 (Kuzmanic 1988). En los tres
últimos, los restos Ánimas preceden entierros diaguita, lo que sumado a una cerámica
del Período Medio hallada en el cementerio Molle de Pinte, sugiere continuidad en la
secuencia estratigráfica. Cerámica Ánimas I encontrada en sitios del Camino del Inka
entre Inca de Oro y El Salvador, daría cuenta que el Qhapaq Ñan se implementó sobre
una ruta preincaica (Cervellino y Sills 2001; González y Westfall 2010). En Finca
Chañaral la ocupación Ánimas es profusa (Cervellino y Sills 2001), contando fragmentos
cerámicos, asentamientos con estructuras de piedras, túmulos funerarios, junto a
numerosas pinturas rupestres. Éstas son principalmente camélidos de cuerpos
semilunares, motivos geométricos y antropomorfos realizados en color rojo (Gallardo
2008), bien que se ha constatado la utilización de pigmentos ocre y verde (González et
al. 2008a).

En efecto, la pintura rupestre de la región de Atacama se ha vinculado preferentemente


con Ánimas, pues el tipo de motivos nos remite a la iconografía del NOA,
particularmente Aguada (650-900 d.C.), cuya vasta dispersión estilística está acreditada
en nuestro país en diversos soportes (Cabello y Ajata 2010). Entre ellas destaca el
“Pájaro Verde”, en río Figueroa, que en variados colores (negro, blanco, café, gris, rojo,
amarillo, negro azuloso y café rojizo) representa un mítico animal que combina cabeza
de camélido y cuerpo de ave. Figura que se ha vuelto ícono de la Comunidad Colla de río
Jorquera y sus afluentes.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 15 FEBRERO 2012


En el río Jorquera se encuentra también la representación antropomorfa de gran tamaño
de Tranca de los Monos (Garrido y Robles 2008) y en el río Figueroa, otros dos paneles
con círculos concéntricos pintados de rojo (Rees 2005). Los últimos muy similares a los
que, junto a camélidos en rojo-naranja, se encuentran en quebrada La Puerta, muy
cerca del sitio homónimo de filiación Ánimas (Niemeyer 1998b).

Entre Diego de Almagro y Copiapó, las manifestaciones rupestres de quebradas de La


Chinchilla (Garrido y Robles 2008) y Las Pinturas (Iribarren 1976), destacan por las
particulares vestimentas de sus personajes. En éste último sitio, dos de ellos, pintados
de blanco sobre motivos rojos, portan un “hacha” en una de sus manos y una “cabeza
trofeo” en la otra, apoyando la vinculación de estas manifestaciones con el período
Medio y Tiwanaku a través de la tan replicada imagen del “sacrificador” (Garrido y
Robles 2008). No obstante la superposición antes mencionada y el registro de cerámica
Molle (Gallardo 2009) podrían ampliar la producción rupestre a tiempos alfarero
tempranos. De forma similar, recientes estudios de González (2009) en cinco nuevos
sitios al este de Inca de Oro (Quebrada Aldaín, Aguada Los Chinches, Aguada Los
Guanacos, Viña del Desierto y Pingo Viejo) proponen que los motivos –preferentemente
antropomorfos y de camélidos- pueden haber sido generados desde los desarrollos
Ánimas en adelante.

Intermedio Tardío (1.000 a 1.400 d.C.): los desarrollos regionales

Al igual que en el área Centro Sur Andina, donde los grupos locales toman control de su
espacio y de las redes de intercambio tras la independencia de Tiwanaku, en los Andes
Meridionales se conforman identidades regionales. Se trata de grupos aldeanos, sin
grandes urbes, ni centro político, cuya interacción se da principalmente a escala
regional. Asimismo, la ampliación de espacios agrarios y el consecuente aumento
demográfico generan diferencias de estatus y presión social que obligan a la
construcción de recintos fortificados o pukaras para proteger los espacios de cultivo y
controlar los cursos de agua. Características que responden más bien a una estrategia
de control económico, más que a la connotación militar que se les ha otorgado
tradicionalmente.

Investigaciones de los últimos años en los ríos Pulido y Manflas y del río Jorquera
(Garrido 2007), proponen que en los valles transversales más nortinos (Copiapó y
eventualmente Huasco) la cultura Las Ánimas derivó en el período siguiente en lo que se
denominó cultura Copiapó, que encarna el desarrollo regional de este período (Castillo
1998). Mientras que hacia el sur, descendería en la contemporánea y más conocida
cultura Diaguita.

La cultura Copiapó ha sido muy poco estudiada y se define a partir de su alfarería de


tradición negro sobre rojo. Cerámica rojo engobada que se caracteriza por
representaciones pintadas en negro de camélidos estilizados. A ellos se alternan diseños
geométricos a partir de volutas verticales, comas y líneas onduladas, observándose en

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 16 FEBRERO 2012


menor medida un rostro antropomorfo con franjas verticales y figuras en forma de U
rectangulares ajedrezadas (Castillo 1998, Garrido 2010). Las formas básicas de estas
vasijas son formas abiertas o pucos, con las paredes ligeramente curvas, que servían al
servicio y consumo de alimentos. Aunque también existe el estilo Punta Brava, que
corresponde a grandes tinajas, con o sin cuello, de aproximadamente 50 cm de altura y
decoración tricolor negro y rojo sobre engobe blanco a modo de líneas en trazos
paralelos, diagonales cruzadas, triángulos, grecas, puntos, etc. Algunas de estas vasijas
exhiben rostros humanos modelados en el cuello, muy similares a las urnas diaguitas y
santamarianas de la misma época y cuya función es de almacenaje de líquidos y
alimentos. Para Copiapó también son comunes las puntas triangulares pequeñas
pedunculadas con aletas laterales y bordes aserrados, elaboradas en jaspe, calcedonia,
cuarcita y cuarzo, destinadas a su uso en fl echas. Igualmente, se agregan elementos
del complejo alucinógeno como tabletas de madera, tubos inhalatorios, espátulas y
cucharas óseas. Por último, existen cuchillos de madera tallada, punzones y placas de
cobre fundido, restos de tejido muy finos, cestería y micro morteros. Todo esto
principalmente en sitios habitacionales, puesto que hasta el momento solo se han
hallado dos cementerios: Altos Blancos con sepulturas ampollares y El Basural sin
contexto claro (Castillo 1998).

La cultura Copiapó se habría desarrollado en el valle de Copiapó y de preferencia en sus


afluentes precordilleranos como el Jorquera, Pulido, Montosa y Manflas, identificándose
hasta ahora una minoritaria presencia en la costa y nulos indicadores en la puna norte
de la región. Los asentamientos, tipo poblado, se componen por lo general de una
decena o más de estructuras de muros de pirca seca o con base pircada y muros de
adobe, de forma circular o elipsoidal. Poseen sectores habitacionales, corrales y
basurales contiguos, ubicados en las terrazas fluviales y dominando los terrenos de
cultivo (Cervellino y Gaete 2000). En zonas agrícolas de importancia, como el Fuerte y
Ojos de Agua del Montosa y Manflas, estos asentamientos se encuentran fortificados,
según parece para resguardarlos de posibles conflictos, pudiendo tener un contenido
más económico que político. El desarrollo de la agricultura se constata en los sitios El
Farellón, Chuskal, Los Molinos y El Castaño, por ejemplo, en la presencia de choclo (Zea
mays) y variadas semillas (Castillo 1998) que podrían corresponder a poroto (Phaseolus
sp.), zapallo (Cucurbita sp.) y quínoa (Chenopodium quinoa). En algunos de estos casos
se observan andenerías en las laderas de los cerros, en otros se utilizan canales de
regadío. También se aprecian en casi todos los sitios arqueológicos evidencias de
recolección de algarrobo (Prosopis chilensis) y chañar (Geoffroea decorticans) e
instrumentos de molienda. Producto exóticos como el maní (Arachis hipogea),
evidencian la continuidad de las relaciones con el NOA (Cervellino y Gaete 1997; Castillo
1998).

En el extremo norte de la Región, se desconocen por ahora las características


específicas del período. Aunque existe referencia de cerámica Copiapó negro sobre rojo
y Punta Brava en Finca de Chañaral (Cervellino y Sills 2001; González et al. 2008a) así
como se ha comprobado la asociación del primer tipo con huellas troperas, en las

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 17 FEBRERO 2012


proximidades de Inca de Oro (González 2010b). Por su parte, en la Mina Las Turquesas,
se registran únicamente tipos atacameños para el Intermedio Tardío (Uribe et al. 2004),
retomando estas poblaciones el control minero durante esta época. En Cementerio Las
Turquesas, uno de los fardos que subsistió al saqueo del sitio, muestra un individuo
masculino adulto maduro, momificado naturalmente. Los materiales que lo
acompañaban (tocado, gancho de atalaje, redes, costales, collar de turquesas, bolsitas
de cuero con turquesas en bruto y una preforma de cuenta de collar y las incrustaciones
de turquesa de una tableta de madera para consumir alucinógenos), los bienes
trasladados (entre ellos cerámica tardía atacameña) y una pata de camélido,
testimonian la orientación caravanera y minera foránea del individuo sepultado en este
cementerio (González y Westfall 2008). Radiografías practicadas al cuerpo muestran
politraumatismo, que sería la más probable causa del deceso del individuo, que se
habría generado –según los autores- durante la extracción de turquesas, principal
actividad de la localidad en tiempos preincaicos.

Hacia el sur de Copiapó, la evidencia más concreta hasta ahora se encuentra en


Quebrada El Algarrobal, donde se registran asentamientos temporales con elementos
diagnósticos del Intermedio Tardío como puntas de proyectil pequeñas de base
apedunculada con aletas y fragmentos cerámicos decorados tipo Copiapó negro sobre
rojo (Cabello 2009a).

Mientras que el valle del Huasco ha sido tradicionalmente identificado como el lugar de
frontera entre las culturas Copiapó y Diaguita pues, por ahora, no existen estudios
sistemáticos en el sector que permitan resolver la disyuntiva. Es más, la presencia de
estas poblaciones parecen estar más bien asociadas a tiempos posteriores, enmarcados
en la dinámica incaica (vid. infra). La única evidencia hasta el momento de un sitio
Diaguita preincaico es en la quebrada de Pachuy, cerca de Chollay, comuna de Alto del
Carmen (Sinclaire y Cabello 2005). Se trata de un asentamiento con estructuras
habitacionales, construidas con muros simples en base a grandes bloques rocosos. Su
emplazamiento sobre una terraza alta sin agua y con acceso restringido se ajusta al
patrón de los asentamientos del período Intermedio Tardío ya señalado, donde los
escasos sectores cultivables se dejan libres de ocupación y se resguardan a distancia
prudente.

Independiente de ello, vale la pena señalar que a diferencia de la restringida dispersión


de la cultura Copiapó (sector alto del valle homónimo), la Diaguita tiene una extensión
mucho mayor, cubriendo toda la región de Coquimbo y ocupando tanto el interior de los
valles como la costa. Se trata de sociedades agromarítimas que cultivan quínoa, poroto,
zapallo, etc. en los cursos medios de los valles y que explotarían de forma directa los
recursos costeros, compartiendo espacio e interactuando con las poblaciones pescadoras
locales que explotan el litoral desde tiempos arcaicos. Así lo evidencian sitios exclusivos
diaguita y otros con cerámica de este tipo asociada a una más costera, conformada por
fragmentos monocromos con antiplástico grueso, algunas veces de concha molida, que
se encuentra desde Taltal y Coquimbo. Razones que servirían también para argumentar

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 18 FEBRERO 2012


la filiación tardía de las pinturas rupestres costeras ubicadas en aleros del Parque Llanos
de Challe, cuyo estilo es muy similar a las de la costa de Taltal y El Médano (Cabello
2009b).

Respecto de la organización social diaguita, la calidad y cantidad de sus objetos sugiere


que contaría con especialistas. Por ejemplo, para la confección de su alfarería, que
combina pintura negra, roja y blanca para configurar complejos diseños geométricos
que utilizan distintos principios de simetría simultáneos; o la introducción de formas
asimétricas como el “jarro zapato”. Así como la manufactura de artefactos (pinzas) y
adornos (aros) en metal fundido requerían de un conocimiento acabado de tecnologías
metalúrgicas. O el uso de torteras que evidencia la producción textil. Por último,
destacan también entre su ergología las espátulas de hueso, decoradas con motivos de
felino, que dan cuenta del consumo de alucinógenos por vía nasal.

Tradicionalmente se ha dividido la cultura Diaguita chilena en tres fases, siguiendo


diferencias cerámicas y fúnebres: Diaguita I (900 a 1200 d.C.) que se relaciona con
restos del complejo Las Ánimas; la Diaguita II (1200 a 1470 d.C.), la mejor conocida
por la abundancia de restos y su riqueza contextual. La Diaguita III (1470 a 1536 d.C.),
que se caracteriza por la aculturación de las poblaciones diaguitas al Imperio Inka. Hoy
en día, se prefiere hablar solo de Diaguita preincaico e incaico.

Período Tardío o de influencia Inka (1.400 a 1.536 d.C.): la integración al Imperio

Mientras la mayoría de los desarrollos regionales seguía en su órbita local, el que se


ubicaba entorno al Cusco creció y se complejizó. Se dice que era deber de cada nuevo
soberano o Sapaq Inka expandir el Tawantinsuyu (imperio de las cuatro regiones) y con
ello, asegurar el sustento para su linaje real o panaca, pues la hacienda del Inka
fallecido la conservaban sus herederos (Berenguer 2009). En ese contexto y con el fin
de explotar la riqueza minera de los territorios del norte de Chile, el décimo Inka Topa
Yupanqui habría emprendido la conquista hacia el sur (Kollasuyu), la cual consolidaría su
hijo Huayna Capac.

Usando las rutas de intercambios previamente establecidas, los soldados y embajadores


del Inka llegaban a un territorio exigiendo a los kurakas (jefes locales) una sumisión
pacífica. Si aceptaban, se sellaba la alianza con regalos propios del incanato o de
regiones previamente conquistadas, como gorros, textiles, vasijas o vasos queros, los
que se convertían en bienes de prestigio para sus portadores. Incluyéndolos de esta
forma en una relación de “reciprocidad asimétrica, de la cual él y su pueblo no podían
escapar” (Berenguer 2009:21). Si no aceptaban, la sumisión sería bajo las armas.

Al parecer esto ocurrió con la anexión de Copiapó, ya que según relatan los cronistas
españoles, habría acontecido un enfrentamiento entre ambas partes (Bibar 1966).
Luego de un tiempo sin mayores avances, los incas establecerían una alianza con los
Diaguitas de más al sur, con el fin de conquistar los territorios de Huasco y Copiapó

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 19 FEBRERO 2012


(Castillo 1998). Situación que es posible de observar arqueológicamente a través de la
presencia de material Diaguita Inka en todos los sitios de esta época en la región, sean
habitacionales o de funebria. Ejemplo de esto es el cementerio prehispánico que se
extiende en las manzanas en torno a la actual plaza de armas de la ciudad de Copiapó,
de donde se continúan extrayendo restos arqueológicos a medida que la ciudad se
transforma (Cabello et al. 2010).

Facilitadores de la incorporación al Tawantinsuyu fueron tanto el sistema vial Inka o


Qhapaq Ñan como la religión estatal, existiendo importantes sitios de adoración a lo
largo del Imperio, en los que se practicaban rituales propiciatorios de bienestar social.
Muchas veces estos adquirían la forma de altares o plataformas ceremoniales en donde
se ofrecían a las divinidades locales y estatales ofrendas como figurillas de concha o
metal ataviadas a la usanza Inka, como las halladas en los adoratorios de altura. De
esta manera, las deidades locales y sus seguidores, eran incorporados dentro del
sistema religioso imperial. En la región de Atacama hasta ahora se ha detectado un
santuario de altura en el volcán Copiapó (Reinhard 1991) y un adoratorio en cerro Las
Palas, pero se cuentan con antecedentes de otros en los cerros Cantaritos, El Toro y
Doña Inés, así como en Los Amarillos (Gabriel Cantarutti comunicación personal 2010).

Por su parte, el Qhapaq Ñan ingresa al segmento norte de la región desde el salar de
Atacama, atravesando el despoblado (Niemeyer y Rivera 1983). Esta misma vía fue la
que tomó Diego de Almagro en su regreso al Perú en 1536, retomada por Pedro de
Valdivia cuatro años más tarde. En ella tambos (albergues) y chaskiwasi (refugios)
dispuestos a una jornada de camino, permitían recuperar fuerzas a viajeros y animales
de carga. La presencia en este tramo de restos de turquesa y ónice permiten suponer
que esta difícil ruta sirvió principalmente al transporte de minerales (Berenguer 2009).
En parte de este tramo, correspondiente a 4 km en el faldeo oeste del Cerro Indio
Muerto y a 5 km al sureste de El Salvador, se identificó material cerámico de filiación
Inka local, provincial y cusqueño (Westfall y González 2004; González y Westfall 2010;
González 2008).

Otros segmentos son evidentes en la comuna de Diego de Almagro, con tramos


claramente definidos que abarcan toda la extensión comunal en dirección noreste-
suroeste hacia Copiapó (Garrido y Robles 2007b; González 2007). Asimismo, se cuenta
con evidencias muebles e inmuebles asociadas a la ruta prehispánica, al igual que
diversos objetos hallados en sitios y localidades puntuales, como el sector de Quinta Los
Chañares y en Finca de Chañaral, con registros de cerámica Diaguita Inka (Cervellino y
Sills 2001; González et al. 2008a).

Muy utilizada también sería la vía cordillerana que corre entre 3.500 y 4.400 msnm,
uniendo los valles transversales del Norte Chico con importantes puntos del NOA y que
correspondería al “camino que es por las cabezadas de los valles” que unía Copiapó con
el curso superior del “río Huayco” (Bibar 1966: 28). Se piensa que por alguno de los
pasos fronterizos que comunican con Copiapó, el Inka habría accedido a la región de

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 20 FEBRERO 2012


Atacama, posiblemente Pircas Negras que sería posteriormente utilizado por Almagro en
el año 1536. Prospecciones arqueológicas impulsadas desde el 2009 están entregando
datos sobre otra ruta incaica transversal al noreste del valle de Copiapó, que
comunicaría el desierto interior, el espacio puneño y los territorios trasandinos,
complementando la ruta “oficial” incaica por el valle copiapino (González y Castells
2010).

Si bien las condiciones geográfi cas de este sector no permiten visualizar tan claramente
el camino como en las planicies desérticas, se han detectado gran cantidad de
instalaciones asociadas al Qhapaq Ñan, como los tambos de: Río Nevado, Pircas Negras,
Ollitas, Caserones, Helados, Pascualama, Tambillos, Vicuñitas, Pasteadero, Colinay,
entre otros (Berenguer 2009; Stehberg 1995). A ellos se sumarían otros importantes
sitios Diaguita Inka del Huasco, como cementerio La Falda, de Alto del Carmen
(Niemeyer 1988) y el del centro de Vallenar, excavado por Sanguinetti en 1968 para el
Museo del Huasco (Garrido 2004). Localidad donde también funcionaría el centro
administrativo de Paitanás (antiguo nombre de Vallenar), existiendo otro en Freirina.
Asimismo, recientes exploraciones en el Huasco Alto (Sinclaire y Cabello 2005; Cabello
2010a) permiten complementar esta información con el registro de una quincena de
instalaciones menores de esta época que podrían indicar que la circulación incaica hacia
todo el semiárido se habría dado principalmente por este valle (Gabriel Cantarutti
comunicación personal 2010).

Por otra parte la metalurgia, que durante los períodos anteriores tuvo una producción
restringida, se ve potenciada con la llegada del Inka. Mediante la mit’a, la población
local o mitayos especialistas traídos de otros sectores, tributaban al Imperio su tiempo
en turnos para conseguir metal fundido en bruto. Éste se habría llevado a diversos
lugares del Tawantinsuyu para su uso en orfebrería, por ejemplo, para la elaboración de
las famosas placas de bronce argentinas “Santa María”, las cuales también se
encuentran en la Región. El establecimiento metalúrgico más importante hasta ahora
conocido es Viña del Cerro en el valle de Copiapó, el cual era administrado por
funcionarios diaguita inkas, pero funcionaba gracias al trabajo de la población local
(Niemeyer 1993). La cual provendría de los asentamientos de Punta Brava e Iglesia
Colorada, mientras que en la estructura rectangular del sitio La Puerta, mal llamado
“palacio o palacete inca”, funcionaría el centro administrativo.

Con la llegada del Inka a la actual región de Atacama también se incrementa la


explotación de los recursos marinos, si bien –y como hemos constatado a lo largo de
esta revisión- el litoral fue continuamente utilizado durante la prehistoria por grupos
costeros. Aumento que se infiere de la presencia de tamberías y material típico de la
expansión imperial en Obispito, Rodillos, Bahía Obispo, Playa Flamenco, Bahía Salada,
Pajonal y Totoral. Así como fragmentería cerámica Diaguita Inka ha sido detectada en
varios sitios entre Puerto Viejo y Carrizal (Contreras 2003), entre Huasco y Quebrada
Tongoy (Ibacache 2009), en Punta Alcalde (Rodríguez 2007, Rivas 2008) e incluso en la
Isla Chañaral (Niemeyer y Schiappacasse 1967). Materiales exclusivos (aríbalos,

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 21 FEBRERO 2012


escudillas, hachas de metal en T, tupus, placas de cobre, etc.) que provendrían de
entierros de Caldera han servido para plantear que desde allí el Inka controlaba y reunía
una considerable cantidad de recursos marítimos de calidad, posiblemente, activando
una vía de tráfico más expedita hacia los valles más sureños.

5.1.2 Monumentos Nacionales con Declaratoria

En el área del presente proyecto no se registran Monumentos Nacionales con


Declaratoria en ninguna de sus categorías (p.e. Zona Típica, Monumento Histórico,
Santuario de la Naturaleza).

5.1.3 Investigaciones arqueológicas previas en el área del


proyecto

No hay registros previos de estudios arqueológicos en el área del proyecto. Los más
cercanos corresponden a dos estudios mineros llevados a cabo al W del pueblo de
Incaguasi, situado en la comuna de Freirina (Lenbox Minerales 2011; Rivas 2011). Sólo
uno de éstos da cuenta de hallazgos arqueológicos de carácter casi exclusivamente
histórico en el área del proyecto (Rivas 2011).

Otros proyectos también de carácter minero –más alejados del área del proyecto-
corresponden a los llevados a cabo por: J. Rodríguez (2005 y 2011), M. Cervellino y G.
Castillo (2006), la Consultora Jaime Illanes y Asociados (2007), L. Vargas (2008), G.
Cabello (2009a), I. Cáceres (2010) y J. Rodríguez y L. Valenzuela (2010) en la comuna
de Vallenar.

Por otra parte, Barón (2010) realizó una prospección arqueológica para el proyecto
eólico La Cebada ubicado en el km 333 de la Ruta 5 Norte, en la IV Región; sin hallar
evidencias arqueológicas asociadas.

5.1.4 Base de datos del MOP

Esta base de datos señala los siguientes sitios arqueológicos como los más cercanos al
área del proyecto:

 Caleta Chañaral de Aceitunas (Código MOP 33210): Se describe como un “área


con restos arqueológicos” cercana a Punta de Choros, que presentaría evidencias
(puntas de proyectil, raspadores de hueso, sepultura humana, etc.)
pertenecientes a dos períodos: Arcaico (circa 2000 AC) e Intermedio Tardío
(1100 DC). Las coordenadas referenciales del MOP del sitio son E 258560– N
6781673.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 22 FEBRERO 2012


5.1.5 Entrevista a lugareños

De acuerdo a lo señalado por el pescador Juan Galleguillos durante la etapa previa de


prospección arqueológica (septiembre 2011), quien vive en las cercanías del área del
proyecto Parque eólico Cabo Leonés dónde se ubica el origen de la línea de transmisión
eléctrica en estudio, los hallazgos arqueológicos de carácter prehispánico se
concentrarían en la franja costera e incluirían muestras de funebria. Esta información es
concordante con los resultados de la presente prospección como también con lo indicado
anteriormente por Rodríguez (2011:8): “…si bien la revisión bibliográfica señala una
notoria abundancia de tipos de sitios arqueológicos de tiempos prehispánicos en la III
Región, éstos se concentran en 3 ambientes bien definidos: costa, valles de los ríos y
zonas cordilleranas y salares. Fuera de éstas áreas se pueden encontrar algunos sitios
puntuales de paso o de sitios de tareas específicas (talleres líticos). Sin embargo, el
fuerte de los registros en estas áreas periféricas están ligados a actividades económicas
en tiempos históricos, principalmente a la minería”.

5.2 Desarrollo de la Prospección

Para la prospección arqueológica se realizó un muestreo sistemático por medios


pedestres y vehiculares del área del proyecto (aproximadamente 56,6 km lineales). Lo
anterior incluyó para efectos del establecimiento de un Área de Influencia Directa (AID)
la franja de amortiguación de 50 m a cada lado del eje del trazado de línea eléctrica
(TLE-CL) y la Subestación Eléctrica Domeyko. El área de influencia indirecta (AII)
correspondió a todo hallazgo situado a más de 50 m de distancia desde el límite externo
de la línea de amortiguación.

En términos de alteración antrópica presente en el área, ésta es mínima y sólo se da por


la presencia de huellas vehiculares no pavimentadas que surcan diversos puntos del
área. La ocupación actual del área es baja, observándose escasas majadas y/o casas de
crianceros y/o mineros tanto en el área de influencia directa como indirecta del
proyecto. Lo anterior probablemente se relaciona con la escasez de recursos hídricos
que caracterizan toda el área.

Si bien se efectuó la prospección en sentido E a W –con transectos separados no más de


35 m entre sí-, se mantuvo la nomenclatura diseñada previamente por el mandante en
términos del orden establecido para la colocación de las torres, el cual comienza con el
número 1 en el extremo W y termina con la torre 110 en el extremo E, específicamente
en la Subestación Domeyko, frente a la localidad del mismo nombre.

Según la descripción anterior, los factores de obtrusividad (McManamon 1984),


visibilidad y accesibilidad del área de estudio fueron poco relevantes para la prospección
efectuada del mismo debido a la presencia de vegetación por lo general rala y la
ausencia de cercados facilitaron tanto la accesibilidad como la visibilidad de la superficie

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 23 FEBRERO 2012


terrestre (Gallardo y Cornejo 1986; Ruiz y Fernandez 1993). Por tanto, hubo también
bajos niveles de obtrusividad del terreno.
Estimación de cobertura del área visitada: Considerando las condiciones de visibilidad,
accesibilidad y obstrusividad del área de trabajo se estima que la prospección cubrió un
99 % del área de trabajo.

5.3 Resultados de la Prospección

Monumentos Nacionales: En el área de influencia directa SÍ se registraron


monumentos nacionales de carácter arqueológico.

Monumentos Municipales: En el área de influencia directa NO se registran monumentos


municipales.

Monumentos Religiosos: En el área de influencia directa del proyecto NO se registraron


monumentos religiosos.

Ocupaciones indígenas actuales: Realizada la prospección se puede afirmar que NO se


localizaron asentamientos de pastores indígenas Colla, reconocidos como grupo indígena
en el marco de la Ley 19.253, pero cuyos territorios de ocupación se localizan fuera del
área de estudio, específicamente en la cordillera de Copiapó-El Salvador de la Región de
Atacama.

A continuación se resumen los hallazgos patrimoniales registrados según la categoría de


análisis (p. e. monumentos nacionales-arqueológicos, monumentos nacionales-
paleontológicos, monumentos religiosos, ocupaciones indígenas actuales y áreas de
interés patrimonial):

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 24 FEBRERO 2012


Tabla 1: Resumen de los elementos patrimoniales (EP) del proyecto según área de
influencia (AID/AAI)

Coordenada
Cronología / s UTM
EP Nº Descripción Fotos
Categoría WGS 84/19
S -Altura
4 Corresponde a una estructura pircada con Subactual / Uso
(AID) disposición laminar y uso de argamasa de ganadero 274945 E - 1,
barro y latas para cierre. Se observa semi 6795836 N; 2,
derruida. Junto a lo anterior hay restos de 307 msnm 3,
ladrillo refractario, cholguán y mallas 4,
raschel asociado a un corral confeccionado 5
en latas de zinc y un baño de cajón
actualmente desarmado, fabricado de los
mismos materiales. Aparentemente, se
relacionarían con un uso ganadero caprino
reciente de acuerdo con su cercanía a la
casa localizada próxima al poniente (EP-8).
Se localiza a 15.81 m al NW del TLE-CL.
8 Corresponde a una casa de un piso junto Subactual / Uso 284608 E – 6
(AID) con un corral apegado a un cerro con vista residencial 6795307 N;
a una vasta planicie donde se localizan los . 424 msnm
EP-4 y EP-3. Se observa semi abandonada
pero al parecer se utilizaría de forma
esporádica de acuerdo a informantes locales
(Campuzano 2011). Se relacionaría
entonces con un uso ganadero caprino
intermitente de tiempos recientes. Se
localiza a 11.90 m al SW del TLE-CL.
14 Corresponde a dos estructuras pircadas Arqueológico- 292693 E – 7,
(AID) abandonadas y derruidas localizadas al W Histórico / Uso 6794014 N; 8,
de una casa de color rosada (EP-15). La minero 503 msn 9,
primera es de forma semi-circular de 3 m 10
de diámetro con muros parcialmente
derrumbados de 50 cm de alto. A 20 m al W
se localiza otra estructura pircada de forma
rectangular de 4 m de lago (W-E) por 3 m
de ancho. No se observan materiales
culturales asociados a los recintos de
piedra. Aparentemente se relacionarían con
prácticas mineras de mediados del siglo
XIX hasta mediados del siglo XX.
Se localizan a 38.59 m al NE del TLE-CL.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 25 FEBRERO 2012


Coordenada
Cronología / s UTM
EP Nº Descripción Fotos
Categoría WGS 84/19
S -Altura
16 Presencia de una plataforma con borde de Arqueológico- 292959 E – 11,
(AID) piedra de 5 m (N-S) x 3 m (E-W) con restos Histórico / Uso 6793924 N / 12,
de mineral de cobre chancado. Se localiza minero 487 msnm 13,
directamente al costado W del camino que 14, 15
se dirige a una casa de color rosada (EP-
15). A 20 m al W de la plataforma se
identifican dos muros de doble hilera con
relleno de 50 cm de alto y 50 cm de ancho
apegados al corte del cerro. Miden 6 m de
largo en sentido N-S por 8 m de largo en
sentido E-W. Posiblemente existan más
estructuras hacia el NW pero éstas se
encuentran derruidas sin poder definir su
forma original. No se registraron materiales
culturales asociados. Aparentemente se
relacionarían con prácticas mineras de
mediados del siglo XIX hasta mediados del
siglo XX. La plataforma y muros en pie se
ubican a 35.56 m al NE del TLE-CL.
19 Corresponde a un alero rocoso que mide 4 Arqueológico- 294080 E – 16,
(AID) m de largo (E-W) por 2 m de fondo. Posee Prehispánico / Uso 6793923 N; 17,
un muro pircado bajo que circunda residencial y de caza 519 msnm 18,
parcialmente la entrada que se encuentra (avistamiento) 19,
semi-derruido. Delante de la entrada del 20, 21
alero existe un pequeño aterrazamiento de
aproximadamente 3 m de diámetro. Posee
una vista privilegiado del área, tanto hacia
el E como al W. La altura del espacio
interior del alero alcanza para sentarse o
acostarse. No se observó material cultural
en superficie, no obstante lo cual existe
sedimentación al interior del alero por lo
que es posible que éste posea estratigrafía.
Se localiza a 23.23 m al NW del TLE-CL.
1 (AII) Corresponde a una casa con corrales Actual / Uso 270619 E – 22
habitada actualmente por una familia residencial. 6793101 N /
dedicada a labores de crianza de animales 249 msnm
(cabras, burro). Se localiza a 797.51 m al
SE del TLE-CL
2 (AII) Corresponde a un cenotafio o lugar Actual / Cenotafio 273374 E – 23, 24
funerario sin presencia física de la víctima, 6794722 N;
los que se conocen comúnmente en Chile 259 msnm
con el nombre de “animita”. Ésta
conmemora el fallecimiento en el lugar de
“Mario Enrique Álvarez Zamora 18.01.67 –
21.10.06”. Se observa cuidada por lo que
se estima que es visitado esporádicamente.
Se localiza a 402.50 m al SE del TLE-CL.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 26 FEBRERO 2012


Coordenada
Cronología / s UTM
EP Nº Descripción Fotos
Categoría WGS 84/19
S -Altura
3 (AII) Corresponde a un área con presencia de Arqueológico – 274945 E – 25,
estructuras ortogonales, dividida por el Histórico / Uso 6795653 N; 26,
camino actual a la altura del km 44 del residencial 301 msnm 27,
mismo. En el lado Sur se encuentra una 28,
estructura de barro con muros de un 29,
máximo de 1 m de altura por 50 cm de 30, 31
ancho. Se encuentra abandonada y
mayoritariamente derruida con la excepción
de los cimientos de piedra. Hacia el N del
camino se registran otras estructuras
ortogonales de piedra (pircas) en conjunto
con los siguientes materiales culturales:
concha, hueso de animales, vidrio, loza.
Probablemente relacionado con actividades
ganaderas y habitacionales entre mediados
del siglo XIX hasta mediados del siglo XX.
No se descartan usos mineros pasados pero
no existen evidencias directas de los
mismos (p.e. desechos minerales). Se
localiza a aproximadamente 169 m al SE del
TLE-CL.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 27 FEBRERO 2012


Coordenada
Cronología / s UTM
EP Nº Descripción Fotos
Categoría WGS 84/19
S -Altura
5 (AII) Corresponde a la Fundición de Cobre El Arqueológico – 280285 E – 32,
Higinio erigido por el inglés Carlos Lambert Histórico (circa 1830 6797025 N; 33,
alrededor de 1830 bajo una tecnología DC) / Uso minero 389 msnm 34,
novedosa para la época que permitió que 35,
Chile se convirtiera en pocos años en 36,
primera productora mundial de cobre.; 37,
record que aún ostenta en la actualidad. El 38,
área de emplazamiento corresponde a la 39,
intersección de los caminos que se dirigen a 40,
Carrizalillo (Ruta C-500; km 38) y El Morro, 41,
respectivamente. Aquí se contabilizan al 42,
menos 14 recintos pircados, algunos con 43,
recubrimiento de barro u otros que sólo 44, 45
presentan emplantillados de piedra o el
borde de los cimientos, también de roca. Se
observan numerosos ladrillos refractarios
traídos directamente de Inglaterra, los que
se utilizaban para construir chimeneas de
los hornos de reververo. No quedan
muestras actualmente en pie de estas
estructuras aunque sí abundantes muestras
de escoria junto con restos domésticos tales
como latas, alambres, suela de zapato,
vidrio, loza y huesos de animales. Si bien
hay un letrero colocado por la Municipalidad
de Freirina que indica una protección legal
del sitio según la Ley 17.288 de
Monumentos Nacionales, ésta se efectúa
bajo la categoría de monumento
arqueológico sin que medie un decreto
específico de monumento histórico del
mismo. Hay que destacar que la Fundición
de El Higinio se asemejaría al Monumento
Histórico “Fundición de Labrar” (Ley
17.288), también construido por C. Lambert
en la misma época y bajo la misma
tecnología, la que se ubica más al N de
nuestra área de estudio. Finalmente, la
Fundición de Cobre El Higinio se localiza a
67.03 m al SE del TLE-CL
6 (AII) A 3 m al N del camino se registró una Arqueológico- 283227 E – 46,
estructura pircada rectangular, semi- Histórico / Uso 6795081 N; 47, 48
derruida, sin canteo de las rocas que residencial 371 msnm
componen el muro. Éste mide 4 m de largo
en sentido N-S por 2 m E-W con un ancho y
alto de 50 cm respectivamente. Asociado a
la estructura se registraron ejemplares de
conchas de Concholepas concholepas, latas
y restos de gomas. Posible área residencial
asociado a actividades ganaderas y/o
mineras. Se localiza este hallazgo a 611 m
al SW del TLE-CL.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 28 FEBRERO 2012


Coordenada
Cronología / s UTM
EP Nº Descripción Fotos
Categoría WGS 84/19
S -Altura
7 (AII) En un área de aproximadamente 30 m Subactual / Uso 284257 E – 49,
cuadrados al N del camino se registran 3 residencial 6795114 N; 50,
estructuras pircadas; la primera 389 msnm 51,
corresponde a una estructura rectangular 52,
con muros semi-enterrados de 7 m de largo 53, 54
(N-S) por 3 m de ancho (E-W) por 70 cm de
alto. El ancho del muro mide 60 cm y es de
tipo doble con relleno interior; la segunda
posee características similares y medidas de
3 x 2 m; mientras que la última mide 3 x 3
m. El material cultural asociado
corresponde a vidrio de parabrisa, vidrio de
botella, loza “Penco”, huesos con corte de
sierra de vaca, huesos de cabra, una mano
de moler, metal (latas) y restos de mineral
de cobre. Existe un sector utilizado como
botadero de huesos de animales también.
Probable uso residencial asociado a
actividades mineras. No se descarta una
reocupación subactual de la arquitectura de
posiblemente una mayor antigüedad. Se
localiza a 214.72 m al SW del TLE-CL.
9 (AII) Inscripción religiosa moderna que utiliza la Subactual / Grafitti 285652 E – 55
técnica de superposición e intervención 6795272 N;
mediante pintura de rocas para crear una 417 msnm
frase. Sobre una ladera del cerro, se
encuentran rocas pintadas de blanco que
por medio de binoculares se pudo reconocer
como un grafitti de tipo religioso donde se
lee “La verdad presente ….(es)…que Cristo
volverá”. Se encuentra bastante borrado.
Se ubica esta manifestación a 74.4 al NW
del TLE-CL.
10 Corresponde a un cenotafio o “animita” de Subactual / 288574 E – 56,
(AII) una niña debido a restos de un pequeño Cenotafio 6794571 N; 57, 58
colchón que acompaña a la manifestación 434 msnm
religiosa. Fue erigida en memoria de “Edith
Rosario S.L.”. Se localiza a 310.71 m al SW
del TLE-CL.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 29 FEBRERO 2012


Coordenada
Cronología / s UTM
EP Nº Descripción Fotos
Categoría WGS 84/19
S -Altura
11 Contiguo al EP-10 hacia el E se encuentran Subactual / Uso 288574 E – 59, 60
(AII) dos estructuras pircadas sin canteo de las residencial 6794571 N;
rocas y presencia de argamasa de barro. 434 msnm
Los muros son dobles con relleno de piedras
de menor tamaño. Apegada a estas dos
estructuras se conservan indicios de otra
estructura que fue demolida producto de los
trabajos de ensanchamiento del camino. No
presentan materiales culturales asociados.
Posible uso residencial de las estructuras
arquitectónicas en el marco de actividades
ganaderas y/o mineras. Este conjunto de
aproximadamente tres estructuras se
localiza a 310.71 m al SW del TLE-CL.
12 Corresponde a la casa de Rosa Campuzano Actual / Uso 288795 E – 61
(AII) quien reside permanentemente en dicho residencial 6794265 N;
lugar en compañía de su padre. Su casa se 439 msnm
ubica frente a la planta de agua que surte
una industria minera de Domeyko. Tanto
padre como hija se dedican a actividades
ganaderas (crianza de cabras, fabricación
de queso) y mineras (explotación de
yacimiento de cobre). La casa se ubica a
138.7 m al NE del TLE-CL.
13 Próximo al km 25 de la ruta C-500 se Arqueológico- 291442 E – 62,
(AII) registraron dos estructuras pircadas Histórico / Uso 6793969 N; 63,
adosadas entre sí. Una mide 1.5 x 3.5 m minero 479 msnm 64,
mientras la otra mide 6.5 x 4.5 m 65,
aproximadamente. Se constata un proceso 66, 67
de canteado de la roca para dejar las caras
planas en los muros que conforman las
estructuras. Éstos miden 1.5 m de alto por
60 cm de ancho y fueron fabricados
mediante la técnica de “doble muro con
relleno”. Presenta el uso de argamasa
(tierra) como aglutinante de los bloques
rocosos. Los materiales culturales asociados
corresponden a conchas de locos
(Concholepas concholepas), huesos de
animales (posiblemente de cabras), tarros
de conservas, restos de madera,
carboncillos y algunos trozos de minerales
de tono azul. Se localiza este sector a
194.57 m al S del TLE-CL.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 30 FEBRERO 2012


Coordenada
Cronología / s UTM
EP Nº Descripción Fotos
Categoría WGS 84/19
S -Altura
15 Corresponde a una casa pintada de rosado Actual / Uso 292779 E – 68, 69
(AII) y púrpura que perteneció a una antigua residencial 6794108 N;
familia de crianceros de cabras. Se 510 msnm
encuentran pintadas en la pared exterior de
la vivienda las iniciales F.E.C. De acuerdo a
la información proporcionada por la Sra.
Rosa Campuzano (2011), los hijos del
matrimonio fallecido que antiguamente la
habitaba en forma permanente, la ocupan
ocasionalmente durante distintos momentos
del año. Se encuentra parcialmente
amoblada (p.e. catre de bronce, cocina).
Posee áreas de corrales asociadas también.
Se localiza a 138.7 m al NE del TLE-CL.
17 Corresponde a una extensa explotación Subactual / Uso 293135 E – 70,
(AII) minera localizado en una estribación y minero 6794137 N; 71,
ladera de cerro frente (al E) de la casa 515 msnm 72, 73
rosada (EP-15). Se encuentra actualmente
abandonada, observándose la presencia de
al menos 3 piques, una plataforma, muros
pircados, sectores de acopio y un hito de
piedra (posiblemente mensura minera). No
se observan materiales culturales
asociados. Se localiza a 188.04 m al NE del
TLE-CL.
18 Corresponde a un alero rocoso que mide 10 Arqueológico- 293883 E – 74,
(AII) m de largo (E-W) por 4 m de fondo. Posee Prehispánico / Uso 6793972 N; 75,
un posible muro pircado bajo que circunda residencial y de caza 547 msnm 76,
parcialmente la entrada, encontrándose (avistamiento) 77,
éste casi derruido por completo. No hay 78,
espacio para una terraza externa fuera de 79,
la entrada del alero debido a la inclinación 80,
que posee el cerro. Se registraron 81,
materiales culturales compuestos por una 82, 83
lámina de jaspe color mostaza de tipo
secundario con desprendimientos, huesos
pequeños posiblemente de ave (incluyendo
un cráneo), un posible mano de moler o
sobador para cuero, fecas de animales
pequeños (posiblemente de ratones) y un
trozo no modificado de roca de color
verdoso que denota una composición
parcialmente silícea. Existe una veta de
este mismo material geológico en el borde E
del alero por lo que es posible que haya
sido motivo de explotación. Posee una vista
privilegiado del área, tanto hacia el E como
al W. La altura del espacio interior del alero
alcanza para sentarse o acostarse. Se
localiza a 63.89 m al NE del TLE-CL.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 31 FEBRERO 2012


Coordenada
Cronología / s UTM
EP Nº Descripción Fotos
Categoría WGS 84/19
S -Altura
20 Corresponde a un sendero bordeado por un Arqueológico- 295243 E – 84, 85
(AII) muro pircado erigido intencionalmente que Histórico / Uso 6794858 N;
probablemente se relaciona con los EP-21 y minero 637 msnm
EP-22. De acuerdo a lo observado en
terreno, el sendero habría sido utilizado
para facilitar el acceso a pie y en mula a
diversos piques mineros abandonados del
área. Se localiza a 717.87 m al NW del TLE-
CL.
21 Corresponde a dos muros pircados doble Arqueológico- 295418 E – 86,
(AII) con relleno interior localizados a 50 m al W Histórico / Uso 6794364 N; 87,
de EP-22. El primero se orienta en sentido minero 519 msnm 88,
N-S con muros de 50 cm de ancho por 40 89,
cm de alto por 170 cm de largo. El segundo 90,
se orienta E a W y es de 50 cm de ancho 91, 92
por 90 cm de alto por 320 cm de largo.
Inmediatamente contiguo al W de las
estructuras pasa un sendero angosto (SW-
NE) de no más de 50 cm de ancho. Los
materiales culturales registrados
corresponden a un trozo de mineral de color
azulado y una herradura oxidada de
pequeño tamaño (posiblemente de mula).
Se localiza a 200.10 m al NW del TLE-CL.
22 Corresponde a un probable hito minero de Arqueológico- 295463 E – 93, 94
(AII) mensura confeccionado en rocas apiladas y Histórico / Uso 6794397 N;
vinculado al EP-22. Posee una forma cónica minero 518 msnm
de 150 cm de alto por 150 cm de diámetro.
Se localiza a 223.32 m al NW del TLE-CL.
23 Corresponde a probables evidencias de Subactual / Uso 295521 E – 95,
(AII) explotación minera subactual a juzgar por la minero 6794426 N; 96,
presencia de huellas de barrenos de 518 msnm 97, 98
sondaje y piques mineros abiertos. Se
localiza a 239.96 m al NW del TLE-CL.
24 Corresponde a una Gruta a San Expedito, Actual / Gruta 299882 E – 99,
(AII) esculpida en roca y pintada de celeste, que 6794146 N; 100
lleva la frase “Protege mi Viaje”. Se ubica 562 msnm
en el costado E de una estribación de cerro,
al lado N de la Ruta C-500 donde se
produce una fuerte ventolera. Se localiza a
104.47 m al SW del TLE-CL.

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 32 FEBRERO 2012


Coordenada
Cronología / s UTM
EP Nº Descripción Fotos
Categoría WGS 84/19
S -Altura
25 Corresponde a una Gruta a San Sebastián, Actual / Gruta 300225 E – 101,
(AII) esculpida en roca, que presenta dos 6794323 N; 102,
imágenes del santo ya mencionado junto 563 msnm 103
con una imagen de Cristo y dos figuras de
ángeles, además de una bandera chilena y
diversas ofrendas de velas, piedras y
conchas de mar. Se ubica en el costado E
de una estribación de cerro al lado S de la
Ruta C-500, produciéndose en este sector
una ventolera extremadamente fuerte y
constante. Se localiza a 129.52 m al SW
del TLE-CL.
26 Corresponde a un cenotafio o “animita” de Actual / Cenotafio 308280 E – 104,
(AII) la Delsa María Campuzano, madre de Rosa 6792777 N; 105,
Campuzano (EP-12) quien falleció en el 6 106,
lugar el día 21 de octubre del año 2000 54 msnm 107
producto del volcamiento accidental de la
camioneta en que viajaba. En su honor, su
familia construyó un santuario compuesto
por la animita, plantas ornamentales,
escaños y una cocina, el que se encuentra
rodeado por un muro de planchas de zinc
de 6 x 10 m aprox. La familia visita
recurrentemente este memorial. Se localiza
a 151.74 m al SE del TLE-CL.

A continuación se entrega una tabla resumen de los hallazgos de elementos patrimoniales en el


área de estudio:

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 33 FEBRERO 2012


Tabla 2: Resumen de los hallazgos de elementos patrimoniales en el área de estudio

Proyecto Línea de Transmisión Eléctrica Cabo Leonés y Subestación Domeyko


ELEMENTOS PATRIMONIALES
DICIEMBRE 2011
Elem. Pat. AID / AII Cronología Típo Norte Este Elevación Distancia Rumbo

EP-1 AII Actual Residencial 6793101.18 270619.21 249 797.51 SE

EP-2 AII Actual Cenotafio 6794722.00 273374.00 259 402.50 SE


EP-3 AII Arqueológico-Histórico Residencial 6795653.01 274964.00 301 168.89 SE
EP-4 AID Subactual Ganadería 6795836.00 274945.01 307 15.81 NW

EP-5 AII Arqueológico-Histórico Minero 6797025.5 280285.31 389 67.03 SE


EP-6 AII Arqueológico-Histórico Residencial 6795081.13 283227.48 371 611.11 SW
EP-7 AII Subactual Residencial 6795114.40 284257.24 389 214.72 SW
EP-8 AID Subactual Residencial 6795307.0 284608.0 424 11.90 SW
EP-9 AII Subactual Grafiti 6795272.00 285652.00 417 74.41 NW
EP-10 AII Subactual Cenotafio 6794571.49 288574.18 434 310.71 SW
EP-11 AII Subactual Residencial 6794571.46 288574.22 434 310.71 SW
EP-12 AII Actual Residencial 6794264.97 288795.09 439 456.21 SW
EP-13 AII Arqueológico-Histórico Minero 6793969.78 291442.81 479 194.57 S

EP-14 AID Arqueológico-Histórico Minero 6794014.7 292693.05 503 38.59 NE


EP-15 AII Actual Residencial 6794108.81 292779.59 510 138.7 NE
EP-16 AID Arqueológico-Histórico Minero 6793924.59 292959.36 487 35.56 SW

EP-17 AII Subactual Minero 6794137.47 293135.65 515 188.04 NE


EP-18 AII Arqueológico-Prehispánico Residencial 6793972.89 293883.23 547 63.89 NE
EP-19 AID Arqueológico-Prehispánico Residencial 6793923.33 294080.68 519 23.23 NW

EP-20 AII Arqueológico-Histórico Minero 6794858.42 295243.63 637 717.87 NW


EP-21 AII Arqueológico-Histórico Minero 6794364.39 295418.87 519 200.10 NW
EP-22 AII Arqueológico-Histórico Minero 6794397.30 295463.23 518 223.32 NW

EP-23 AII Arqueológico-Histórico Minero 6794426.1 295521.22 518 239.96 NW


EP-24 AII Actual Gruta 6794146.53 299882.93 562 104.47 SW
EP-25 AII Actual Gruta 6794323.56 300225.46 563 129.52 SW

EP-26 AII Actual Cenotafio 6792777.12 308280.73 654 151.74 SE

Por medio de las siguientes Figuras se ilustra la relación física entre los Elementos
Patrimoniales (EP) y los apoyos que se construirán para habilitar el trazado de la línea de
transmisión eléctrica.

Éstas se muestran de W a E siguiendo la numeración correlativa de los apoyos.

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Figura 2: EP 1, Línea de transmisión eléctrica

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Figura 3: EP 2, 3 y 4 Línea de transmisión eléctrica

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Figura 4: EP 5 Línea de transmisión eléctrica

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Figura 5: EP 6, 7, 8 y 9 Línea de transmisión eléctrica

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Figura 6: EP 10, 11 y 12 Línea de transmisión eléctrica

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Figura 7: EP 13 Línea de transmisión eléctrica

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Figura 8: EP 14, 15, 16 y 17 Línea de transmisión eléctrica

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Figura 9: EP 18 y 19 Línea de transmisión eléctrica

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Figura 10: EP 20, 21, 22 y 23 Línea de transmisión eléctrica

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Figura 11: EP 24 y 25 Línea de transmisión eléctrica

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 44 FEBRERO 2012


Figura 12: EP 26 Línea de transmisión eléctrica

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 45 FEBRERO 2012


6. CONCLUSIONES

a) El trabajo en terreno entregó resultados positivos, dado que se efectuaron 3 hallazgos


dentro del Área de Influencia Directa (AID) del proyecto de elementos arqueológico-
históricos (EP-14, EP-16) y posiblemente prehispánicos (EP-19) que poseen una
protección legal.

b) En el Área de Influencia Indirecta del proyecto (AII) éstos corresponden a los siguientes
9 elementos patrimoniales: EP-3, EP.5, EP-6, EP-13, EP-18, EP-20, EP-21, EP-22 y EP-
23, destacándose entre ellos, la presencia de un sitio (EP-18) con probables contextos
materiales prehispánicos (pre 1540 DC).

En consecuencia, el Título V, Artículo 21° de la Ley 17.288 de Monumentos Nacionales


protege y caracteriza a los monumentos arqueológicos señalados debido a que “…por el
solo ministerio de la ley, son Monumentos Arqueológicos de propiedad del Estado los
lugares, ruinas, yacimientos y piezas antropo-arqueológicas que existan sobre o bajo la
superficie del territorio nacional…”.

c) Los elementos arqueológicos se refieren mayoritariamente a ocupaciones históricas


(mediados del siglo XIX-mediados del siglo XXI) probablemente relacionadas con la
ganadería y minería pequeña (pirquineros). Se han registrado tanto elementos muebles
como inmuebles que apoyan dicha hipótesis. Dichas actividades económicas
corresponden a las mismas que se realizan actualmente en el área de estudio.

d) Los sitios arqueológico-prehispánicos (EP-18 y EP-19) -localizados a escasa distancia


uno del otro- se caracterizan por corresponder a aleros rocosos que proveían de abrigo,
sombra, visibilidad de cuenca y en un caso de materia prima lítica. Todo lo señalado los
convertía en lugares aptos para el descanso momentáneo (uso residencial) y para la
caza.

e) Asimismo, hay que resaltar el hallazgo de elementos pertenecientes al ámbito de la


religiosidad popular como son las grutas (EP-24 y EP-25) y animitas (EP-2, EP-10 y EP-
26), todos los cuales se sitúan en el Área de Influencia Indirecta (AII) del proyecto.

f) Cabe señalar que las iglesias, animitas y grutas se encuentran protegidas por el artículo
11, letra d) del Decreto Supremo 95/01 de 2002 que modificó el Reglamento del
Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Ley 19.300 SBGMA y sus modificaciones),
que señala: “A objeto de evaluar si el proyecto o actividad, respecto a su área de
influencia, genera o presenta alteración de monumentos, sitios con valor antropológico,
arqueológico, histórico y, en general, los pertenecientes al patrimonio cultural, se
considerará: d) la proximidad a lugares o sitios en que se lleven a cabo manifestaciones
propias de la cultura o folclore de algún pueblo, comunidad o grupo humano.”

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 46 FEBRERO 2012


g) Finalmente es en el sentido indicado en el acápite legal señalado en el punto e) que se
debe respetar a los modos de vida de los habitantes de la zona, los que se reflejan en
los usos intermitentes aunque intensos del paisaje y su manipulación en el marco de
actividades productivas que dan sustento económico, social y cultural a sus residentes.
En este sentido se deben respetar las evidencias de asentamiento actual y subactual
registrados tanto en el AID del proyecto (EP-4 y EP-8) como en el AII del mismo (EP-1,
EP-7, EP-9, EP-10, EP-11, EP-12, EP-15 y EP-17).

7. RECOMENDACIONES

a) En el caso de los 5 elementos patrimoniales registrados en el Área de Influencia Directa


(AID) del proyecto, y con especial énfasis en los 3 sitios arqueológicos detectados (EP
14, EP-16 y EP-19) los que poseen protección legal (Ley 17.288), se deberá asegurar
que los sitios arqueológicos descritos en el punto 6.a del presente documento (EP-14,
EP-16 y EP-19) queden debajo del vano de las torres, evitando de esta manera una
afectación directa por la edificación de las bases de apoyo de las mismas. Esta
recomendación también se indica para el sitio arqueológico-histórico EP-5 (Fundición de
Cobre El Higinio) situado en el AII del proyecto (punto 6.b, Conclusiones) debido al valor
que reviste en términos de su significancia para la industrialización de los procesos
mineros nacionales, su extensión espacial y su localización en el borde de la zona de
amortiguación definida en el marco del presente proyecto (a 67 m al SE del TLE-CL).

Junto con lo anterior, se recomienda implementar medidas de resguardo en los 5


elementos (EP-4, EP-8, EP-14, EP-16 y EP-19) patrimoniales como son el cercado de los
mismos como parte de la realización de un Monitoreo Arqueológico Permanente (MAP)
durante la fase constructiva y de habilitación del trazado de línea eléctrica Cabo Leonés.

b) Respecto de lo registrado en el Área de Influencia Indirecta (AII) del proyecto se


aconseja también implementar medidas de resguardo como son el cercado provisional
de los elementos patrimoniales descritos y la implementación de un Monitoreo
Arqueológico Permanente (MAP) durante la fase constructiva de las obras, la que
necesariamente deberá incluir inducciones patrimoniales para los trabajadores. La
frecuencia y duración del Monitoreo deberán definirse según las características y
cronograma de la faena constructiva. Esta labor tiene por objetivo asegurarse la debida
implementación de las medidas propuestas a través del tiempo con la finalidad de
impedir alteraciones a los sitios arqueológicos detectados (AII: EP-3, EP-5, EP-6, EP-13,
EP-18, EP-20, EP-21 y EP-22).

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8. ANEXO FOTOGRÁFICO

8.1 Área de influencia directa (AID)

Foto 1: EP-4

Foto 2: EP-4

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Foto 3: EP-4

Foto 4: EP-4

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Foto 5: EP-4

Foto 6: EP-8

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Foto 7: EP-14

Foto 8: EP-14

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 51 FEBRERO 2012


Foto 9: EP-14

Foto 10: EP-14

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 52 FEBRERO 2012


Foto 11: EP-16

Foto 12: EP-16

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 53 FEBRERO 2012


Foto 13: EP-16

Foto 14: EP-16

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 54 FEBRERO 2012


Foto 15: EP-16

Foto 16: EP-19

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 55 FEBRERO 2012


Foto 17: EP-19

Foto 18: EP-19

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 56 FEBRERO 2012


Foto 19: EP-19

Foto 20: EP-19

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 57 FEBRERO 2012


Foto 21: EP-19

8.2 Área de influencia indirecta (AII)

Foto 22: EP-1

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 58 FEBRERO 2012


Foto 23: EP-2

Foto 24: EP-2

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 59 FEBRERO 2012


Foto 25: EP-3

Foto 26: EP-3

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 60 FEBRERO 2012


Foto 27: EP-3

Foto 28: EP-3

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 61 FEBRERO 2012


Foto 29: EP-3

Foto 30: EP-3

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 62 FEBRERO 2012


Foto 31: EP-3

Foto 32: EP-5

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 63 FEBRERO 2012


Foto 33: EP-5

Foto 34: EP-5

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 64 FEBRERO 2012


Foto 35: EP-5

Foto 36: EP-5

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 65 FEBRERO 2012


Foto 37: EP-5

Foto 38: EP-5

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 66 FEBRERO 2012


Foto 39: EP-5

Foto 40: EP-5

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 67 FEBRERO 2012


Foto 41: EP-5

Foto 42: EP-5

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 68 FEBRERO 2012


Foto 43: EP-5

Foto 44: EP-5

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 69 FEBRERO 2012


Foto 45: EP-5

Foto 46: EP-6

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 70 FEBRERO 2012


Foto 47: EP-6

Foto 48: EP-6

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 71 FEBRERO 2012


Foto 49: EP-7

Foto 50: EP-7

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 72 FEBRERO 2012


Foto 51: EP-7

Foto 52: EP-7

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 73 FEBRERO 2012


Foto 53: EP-7

Foto 54: EP-7

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 74 FEBRERO 2012


Foto 55: EP-9

Foto 56: EP-10

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 75 FEBRERO 2012


Foto 57: EP-10

Foto 58: EP-10

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 76 FEBRERO 2012


Foto 59: EP-11

Foto 60: EP-11

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 77 FEBRERO 2012


Foto 61: EP-12

Foto 62: EP-13

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 78 FEBRERO 2012


Foto 63: EP-13

Foto 64: EP-13

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 79 FEBRERO 2012


Foto 65: EP-13

Foto 66: EP-13

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 80 FEBRERO 2012


Foto 67: EP13

Foto 68: EP-15

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 81 FEBRERO 2012


Foto 69: EP-15

Foto 70: EP-17

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 82 FEBRERO 2012


Foto 71: EP-17

Foto 72: EP-17

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 83 FEBRERO 2012


Foto 73: EP-17

Foto 74: EP-18

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 84 FEBRERO 2012


Foto 75: EP-18

Foto 76: EP-18

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 85 FEBRERO 2012


Foto 77: EP-18

Foto 78: EP-18

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 86 FEBRERO 2012


Foto 79: EP-18

Foto 80: EP-18

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 87 FEBRERO 2012


Foto 81: EP-18

Foto 82: EP-18

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 88 FEBRERO 2012


Foto 83: EP-18

Foto 84: EP-20

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 89 FEBRERO 2012


Foto 85: EP-20

Foto 86: EP-21

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 90 FEBRERO 2012


Foto 87: EP-21

Foto 88: EP-21

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 91 FEBRERO 2012


Foto 89: EP-21

Foto 90: EP-21

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 92 FEBRERO 2012


Foto 91: EP-21

Foto 92: EP-21

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 93 FEBRERO 2012


Foto 93: EP-22

Foto 94: EP-22

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 94 FEBRERO 2012


Foto 95: EP-23

Foto 96: EP-23

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 95 FEBRERO 2012


Foto 97: EP-23

Foto 98: EP-23

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 96 FEBRERO 2012


Foto 99: EP-24

Foto 100: EP-24

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 97 FEBRERO 2012


Foto 101: EP-25

Foto 102: EP-25

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 98 FEBRERO 2012


Foto 103: EP-25

Foto 104: EP-26

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 99 FEBRERO 2012


Foto 105: EP-26

Foto 106: EP-26

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 100 FEBRERO 2012


Foto 107: EP-26

ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 101 FEBRERO 2012


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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO 116 FEBRERO 2012

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