Pericias Scopometricas - Analisis Extrinseco

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Pasos Metodológicos del Sistema

Scopométrico

Como hemos visto ya, los pasos metodológicos del Sistema Scopométrico son la serie de
procedimientos efectuados por el perito que buscan contestar un interrogante pericial. Por este motivo
son el eje central del tercer apartado, que es el de las Operaciones Realizadas.

Habiendo descrito en el informe el instrumental que se hubiera empleado, y luego de hacer el


tratamiento correspondiente sobre los fundamentos técnicos que apoyan los resultados obtenidos tras
aplicar el método científico, resta describir cómo se llevó a cabo este último antes de emitir la
conclusión.

Los estudios tendientes a establecer si una firma o un escrito dado fueron confeccionados por una
persona dan comienzo con la verificación de que se cumplimenten los Principios Scopométricos, tanto
para el dubitado, como para el indubitado y la comparación. A modo de repaso, procedemos a
enumerarlos.

Principios Scopométricos

Para el dubitado: debe contarse con el documento original, no aceptándose ningún tipo de
reproducción que pretenda ofrecerse en reemplazo de los originales, en función de:

 Que una reproducción (hecha por el medio que sea) no siempre es la fiel expresión de la
verdad.

 Que en fotocopias y reproducciones fotográficas no se puede efectuar el estudio físico del


soporte, elementos escritores, tintas, etc.

 Que sobre fotocopias y reproducciones fotográficas solo es posible realizar el estudio general.

Para el indubitado:

 Deben ser anterior, contemporáneo o posterior a la fecha del dubitado. Con dicho material se
confeccionará la historia gráfica del individuo.

 Deben estar representados por documentos públicos o privados, asegurándonos en este segundo
caso que sean de fecha cierta.

 Deben estar realizados fuera de juicio o de la investigación que se practica.

 Deben estar realizados con elementos similares y de forma similar al dubitado.


 Los cuerpos de escritura son, por principio, inidóneos (excepto en aquellos casos en donde no
se pueda acceder a otra clase de material indubitado y cuando ellos permitan lograr una
identificación positiva).

Para la comparación los estudios y las demostraciones:

o No se pueden comparar firmas con escrituras.

o No se debe afirmar nada que no se pueda demostrar.

Indagación del Soporte

Verificado el cumplimiento de los principios de esta disciplina scopométrica, y luego de hacer todas
las aclaraciones correspondientes (si fuera necesario), se prosigue con el Estudio o Indagación del
soporte, paso ineludible en toda pericia documentológica que tiene como propósito determinar si el
documento fue víctima de alguna maniobra fraudulenta, sea una falsificación o una adulteración.

Si bien existen diversos tipos de falsificaciones, cuando lo que se busca es falsificar un documento
(en lugar de una firma o una escritura) las maniobras posibles se pueden dividir en dos grandes grupos:
las falsificaciones materiales y las falsificaciones ideológicas.

La falsedad material se produce cuando se imitan todos aquellos signos de autenticidad: medidas de
seguridad, tipo de soporte, tipo de tintas, sistema de impresión, sellos, etc., de forma que el documento
busque ser tomado como auténtico, provocando o pudiendo provocar un perjuicio. Esta es la que más
nos interesaría al momento de llevar a cabo el Estudio del Soporte.

La ideológica, por otro lado, es cuando se parte de un documento auténtico cuyo contenido es falso,
mintiendo acerca de lo que ese documento debe probar. En estos casos la falsedad solo radica en los
hechos sobre los que el documento debería dar fe.

Las falsedades ideológicas no deben ser confundidas con las adulteraciones, ya que estas últimas
maniobras involucran un cambio o modificación sobre lo que ya estaba asentando. En las falsedades
ideológicas el autor del delito solo puede ser aquel que esté habilitado legalmente para emitir, firmar o
prestar su consentimiento acerca de la veracidad del contenido del documento, dando un aval sobre las
constancias del instrumento que no se deberían dar.

Tratándose de una falsificación material, la misma puede ser establecida al comparar el documento
dubitado con otros del mismo tipo que sí sean auténticos, con tal de poder observar las medidas de
seguridad, el tipo de soporte, tintas y los sistemas de impresión.

En el caso de las falsificaciones ideológicas, al estar en presencia de un documento materialmente


auténtico se debe proceder con otro tipo de indagaciones que exceden el estudio físico o químico del
documento, y que apunten a corroborar la veracidad del contenido.
Comprobada la autenticidad material del documento dubitado se procede a buscar signos de
maniobras adulteradoras (borrado, raspado, lavado, testado, recorte y armado, agregados, retoques o
enmiendas), recordando que cualquier análisis que pueda generar un cambio en las condiciones
originales del documento (tal y como suele suceder comúnmente con aquellos estudios de orden
químico) debe ser practicado mediando permiso de la autoridad que solicite el informe pericial.

Habiendo sobrepasado estas dos etapas, se continúa con el análisis extrínseco y el análisis intrínseco,
destinados a demostrar autoría acerca de un escrito o una firma. Ambos son practicados sobre el
dubitado y el indubitado, comparando luego los resultados y haciendo una posterior evaluación de los
mismos.

En cuanto a si comenzar primero con los estudios extrínsecos sobre el dubitado o el indubitado, en
algunos casos puede ser indistinto, aunque el sistema aconseja empezar siempre por el material testigo.
Esto es debido a que el mismo no presenta dudas sobre su origen (y por ello tampoco sobre sus
características), y también a que puede ser recolectado en calidad y cantidad suficiente, de forma que se
puedan encontrar y hallar todas las esenciales constitutivas de la personalidad gráfica que individualicen
a su autor, las que luego son buscadas en el dubitado.

De todas maneras, en ocasiones puede ser más conveniente hacer primero el análisis extrínseco sobre
el escrito o la firma dubitada y posteriormente continuar con el material indubitado. El orden
anteriormente comentado puede ser de utilidad cuando el dubitado (por no tener un contenido
demasiado extenso) no muestra señales de presentar numerosas características de la personalidad
gráfica, lo que haría pensar que iniciar con los documentos testigo podría ser una pérdida de tiempo si
muchas de las esenciales constitutivas de la personalidad gráfica no serán tenidas en cuenta por haber
grandes probabilidades de que no se visualicen en el documento cuestionado o dubitado.

También este orden puede responder a tener mucho material testigo proveniente de muchas personas,
siendo que el interrogante pericial girase en torno a determinar cuál de todas ellas fue la autora del texto
o firma cuestionada. En casos así, lo mejor es fijar cuáles son todas las características particulares e
inherentes al gesto gráfico que se pueden hallar en el dubitado, y a continuación buscar las mismas en
cada uno de los indubitados.

Tras haber finalizado con el Análisis Extrínseco del dubitado, indubitado, y habiendo hecho luego la
comparación de los resultados, de ser necesario se proseguirá con el Análisis Intrínseco (y será necesario
cuando lo recabado en los estudios extrínsecos practicados no sea suficiente para poder obtener una
conclusión categórica que responda al interrogante pericial). El mismo se procederá a llevarlo a cabo en
ambos documentos, en el orden que ya se haya establecido. Luego se efectúa otra nueva comparación de
los resultados.

Dichos resultados se evalúan en calidad y cantidad, a fin de llegar a la tan ansiada conclusión. Es
importante resaltar que para esta clase de estudios, no hay una cantidad preestablecida de esenciales
constitutivas de la personalidad gráfica a buscar y confrontar para poder identificar una firma o una
escritura.

Lo que significa que, según el caso, bien podemos requerir emprender una búsqueda exhaustiva de
decenas y decenas de características propias del gesto gráfico para formular una conclusión, o (por el
contrario) bastarnos con no más de 6 o 7 cuando estas esenciales constitutivas sean tan particulares, tan
características, tan diferenciables, o incluso tan extrañas, que por sí solas sean suficientes para
convencernos.
Sin perjuicio de lo dicho en el párrafo anterior, por supuesto que cuantas más encontremos, mejor.

También es importante destacar que, a diferencia de lo que sucede con otros tipos de pericias (incluso
de aquellas provenientes de otras ramas de la Criminalística), es muy frecuente que en el caso de la
identificación de firmas y manuscritos el Análisis Extrínseco no alcance por sí solo para poder contestar
la requisitoria pericial, obligándonos a poner en marcha también el Análisis Intrínseco.

Mientras que en una pericia balística o papiloscópica la etapa extrínseca puede ser suficiente para
llegar a una conclusión, en cuanto a firmas y escrituras se refiere se debe proceder comúnmente tanto
con el Extrínseco y el Intrínseco (ya que es este último el que permite ver más en detalle todas las
características propias del gesto gráfico). Esto quiere decir que, aun si se presentaran grandes
semejanzas o diferencias entre dos escritos o firmas durante la etapa extrínseca, las mismas deberán ser
corroboradas y reafirmadas con los pasos intrínsecos.

Bien podríamos decir que para este tipo de pericias es el Análisis Intrínseco el que tiene la última
palabra.

Análisis Extrínseco

Dentro de este estudio se deben evaluar los siguientes elementos o factores: espontaneidad, ritmo de
la escritura, inclinación de los ejes escriturales, orientación, diagramación, irradiación, intervalos,
cultura gráfica, calibre de trazos y rasgos, proporciones, y ortografía.

Cabe destacar que, dependiendo de si se estudian firmas o escrituras, algunos de estos factores
pueden ser más o menos relevantes.

Espontaneidad
Definida como la naturalidad, sinceridad o ausencia de artificio en la forma de obrar, caracterizada
por la ejecución de acciones naturales, honestas y sin premeditación.

Es un estudio que busca establecer la espontaneidad en forma genérica y no de manera minuciosa. Y


dado que en el Análisis Intrínseco este factor se evalúa nuevamente y con mayor rigurosidad, muchas
veces es pasada por alto en el examen extrínseco.

De cualquier manera, se observa en líneas generales si los trazos o los rasgos presentan o no señales
de haber sido confeccionados con dudas, vacilaciones, o si muestran signos de falta de naturalidad.

Al margen de que, como ya se especificó, esto se estudie con mayor rigor en el Análisis Intrínseco, lo
cierto es que en ocasiones la falta de espontaneidad es tan alevosa que puede ser apreciada a simple
vista.

Este factor será igual de importante sea que se estudien firmas o se estudien escrituras.
Ritmo de escritura
El ritmo es la combinación o sucesión armoniosa de acciones relacionadas entre sí, o puede ser
definido como el orden acompasado en una sucesión de eventos, atendiendo a la duración temporal,
acentuación y distribución.

El ritmo de la escritura está compuesto por cuatro subfactores, a saber:

1) Velocidad

Es la ligereza o rapidez con la que se realiza una acción o que sucede un evento, teniendo en cuenta
el trabajo efectuado y el tiempo que se requirió para ello.

La velocidad de una escritura puede estar atada a muchas circunstancias, pudiendo ser una
característica distintiva en una persona u originarse por causales ajenas al escribiente o firmante. Debido
a que las firmas suelen realizarse rápidamente, este elemento puede ser más importante en las escrituras
al momento de tener que ser estudiado.

En cuanto a este subfactor, la escritura puede ser: muy veloz (o veloz), medianamente veloz, o lenta.
Puede darse el caso de que la misma oscile entre muy veloz y medianamente veloz, o entre
medianamente veloz y lenta; o que en diferentes partes del escrito se presenten características de una u
otra. En casos así deben señalarse estas circunstancias, mencionando de entre todas las posibilidades
cuál es la que más resalta o abunda en el escrito o la firma.

a) Escrituras muy veloces:

 El tamaño es mediano o pequeño


 Hay un predominio de movimientos curvos por sobre los angulosos
 Las curvas se muestran rápidas (en aquellas hechas con estilográficas, no se observa
acumulación de tinta)
 Los movimientos son sobrios y contenidos
 Se ven simplificaciones
 Hay supresión o estilización de bucles superiores e inferiores
 Signos de puntuación (puntos, puntos de las “i”, de las “j”, comas, comillas, etc.)
enlazados a otros trazos, ubicados muy a la derecha o a veces están ausentes
 Finales y tildes prolongados
 Inclinación acentuada de los ejes
 Acortamiento de las letras sobresalientes (en ocasiones el tamaño de la mayoría de los
trazos es pequeño)
 Presión ligera
 Enlaces frecuentes (levantar mucho el elemento escritor supone pérdida de tiempo)
 Predominio de los movimientos dextrógiros (hacia la derecha)
 Letras “r” minúscula cursiva sin meseta
 Barrales horizontales de las letras “t” suprimidos o dispuestos más hacia la derecha del
eje de la letra (frecuentemente están ligadas a la letra siguiente).
 No hay vacilaciones, ni es común ver adornos o retoques

b) Escrituras medianamente veloces:

 Movimientos acompasados
 Dimensión media
 Uniformidad en las dimensiones, espaciamientos, direcciones, etc.
 Precisión en la colocación de los signos de puntuación y barrales de las letras
 Presionado mediano
 Equilibrio en el uso de los ángulos y las curvas
 Meseta de la letra “r” minúscula cursiva de tamaño mediano

c) Escrituras lentas:

 Inseguridad en el desarrollo gráfico


 Tamaño grande, a veces exagerado
 Abundancia de rasgos suplementarios y adornos
 Movimientos sinistrógiros (hacia la izquierda)
 Los bucles de las letras sobresalientes se aprecian ensanchados
 Pueden haber movimientos iniciales o finales espiralados
 Rasgo final que vuelve hacia a la izquierda
 Meseta de la letra “r” minúscula cursiva amplia
 Signos de puntuación antepuestos o colocados a la izquierda del eje de la letra
 Barral horizontal de la letra “t” hacia la izquierda
 Predominio del ángulo sobre la curva
 Presión intensa

2) Presionado del elemento escritor

Es la fuerza ejercida por el escribiente o signatario con la cual apoya el elemento escritor sobre el
soporte al momento de escribir o firmar.

Si bien influye notoriamente el tipo de elemento escritor y de soporte sobre los que se producen los
trazos, puede ser un elemento valioso de cotejar ya que no todos ejercemos la misma presión al
momento de escribir.

El presionado puede ser intenso, mediano o leve, y se estudian examinando primeramente el anverso
del soporte utilizando instrumental óptico-lumínico adecuado, empleando luces aplicadas desde
diferentes ángulos de incidencia (directa o perpendicular, rasante o tangencial rasante). También se
pueden utilizar filtros de luz

Más allá de lo anteriormente comentado, la observación más enriquecedora es la que se puede llevar
a cabo en el reverso del soporte, con luces rasantes con tal de atestiguar la mayor o menor intensidad del
surco dejado por el elemento escritor en el anverso.
También se puede determinar si el presionado es continuo o discontinuo, ya que algunos escribientes
pueden variar su intensidad a lo largo del escrito.

3) Grosor de trazos y rasgos

Se entiende por grosor a la anchura o espesor de un cuerpo, o qué tan voluminoso sea este.

Este subfactor está íntimamente relacionado con el tipo de elemento escritor y con el presionado
ejercido sobre el soporte, por lo que debe ser estudiado teniendo en cuenta estas consideraciones.

El grosor puede ser grueso, mediano o angosto.

4) Continuidad

Es la unión que tienen entre sí las diferentes partes que conforman un todo, o es el hecho de
prolongar o extender una acción luego de haber dado comienzo.

Se trata de establecer si la escritura (o la firma) se realizó sin levantar el elemento escritor del
soporte, y de haberlo hecho, si fue en muchas oportunidades o en pocas. Acorde a la cantidad de veces
que se ejecuten estos movimientos de apoyo y levante, tendremos escrituras continuas, medianamente
continuas o discontinuas.

Si para la confección de una palabra o una firma se ha levantado numerosas veces el elemento
escritor, la misma se considera discontinua; si se ha levantado pocas veces, serán medianamente
continuas; y si no se ha levantado en ningún momento el elemento escritor (o si se lo levantó pero solo
en ínfimas oportunidades teniendo en cuenta la extensión del escrito, o solo para separar signos de
puntuación o para separar la mayúscula con la que inicia una palabra de las letras que la suceden o
siguen), serán continuas.

En el caso de las firmas, por lo general son continuas o medianamente continuas, pero se pueden
hallar algunas firmas discontinuas (formada por trazos individuales).

En el caso de la escritura cursiva, generalmente es continua (es decir, las letras que conforman las
palabras se encuentran enlazadas), pero se suelen observar casos en donde hay letras de una misma
palabras que no están ligadas.

Con respecto a la letra de imprenta, sucede lo contrario que con la letra cursiva, ya que cada letra se
ejecuta de modo individual. Sin embargo, existen también excepciones a esta regla.

Inclinación de los ejes escriturales


La inclinación es la desviación de la posición vertical del eje o línea imaginaria que pasa por el centro
geométrico de algo, mostrando tendencia o propensión a irse hacia un lado u otro. Recibe también el
nombre de inclinación axial.

El eje de una letra, número o signo gráfico, es la línea que lo corta en forma vertical en dos partes.

La posición de los ejes de escritura puede ser vertical, inclinados a la derecha, inclinados a la
izquierda o heterogéneos.

Serán verticales cuando mantengan la perpendicularidad con respecto a la línea de base de la firma o
de la escritura, formando ángulos de 90º o muy próximos a ese valor. En este caso no habrá
(estrictamente hablando) una inclinación de los ejes, aunque esta etapa del extrínseco sea llamada con
ese nombre.

Por otro lado, serán inclinados a la derecha o a la izquierda cuando se desvíen hacia a un lado u otro;
mientras que serán heterogéneos cuando la escritura o la firma muestre ejes en más de una posición.

Imagen obtenida del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993
En el caso de las firmas es común que existan inclinaciones hacia un lado u otro.

Imagen obtenida del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993

Imagen obtenida de: https://www.nexofin.com/notas/441485-que-dice-tu-firma-sobre-tu-personalidad-n-/

Puede suceder que los ejes sean en principio heterogéneos, con cierto predominio hacia la
verticalidad o inclinación a un lado u otro. En estos casos se puede hacer dicha aclaración en el informe,
pero lo que importa es distinguir cuál es la característica predominante, o que más se observa y distingue
en el documento.

Los ejes inclinados hacia un lado u otro pueden, a su vez, presentar una inclinación leve, mediana o
pronunciada.

Tendrán una leve inclinación cuando el eje esté a más de 45º (aproximadamente) con respecto a la
base. Por otro lado, la inclinación será mediana cuando el eje esté a (aproximadamente) 45º con respecto
a la base; y pronunciada cuando esté a menos de (aproximadamente) a 45º.

Esta inclinación NO debe ser medida empleando instrumentos adecuados para ello (como lo sería el
uso de un transportador). Simplemente se observa, se valora y se determina a cuál de todas las
posibilidades se ajusta más dicha inclinación.

En casos de contar con letras que presenten astas, bucles, hampas, jambas, o trazos verticales, la
orientación de los ejes puede ser evaluado teniendo en cuenta esas partes de la letra.
Con letras como la “o” o la “a”, la tarea puede dificultarse un poco, pero si estas poseen una forma
más similar a la de un ovoide que a la de un círculo, esto se puede observar sin muchos problemas.

Con letras que tengan mesetas se puede ver si esta se presenta inclinada hacia un lado u otro. Al ser
un movimiento que corta al eje de forma perpendicular, este factor también es fácilmente detectable.

Orientación
Es la posición, dirección o tendencia tomada. Estará dada por la línea que une las bases de las letras
de una escritura o los trazos/rasgos de una firma.

Este factor se valora más en firmas que en escrituras, ya que en este último caso por lo general se
utilizan hojas de papel renglonadas o pautadas. Ahora bien, cuando se usan soportes sin renglones, esta
circunstancia es más perceptible. Aun así, en algunos casos el escribiente puede desatender el pautado,
partiendo de él para luego alejarse o incluso ir por debajo del renglón.

La orientación puede ser:

a) Horizontal

b) Ascendente:
- Muy ascendente
- Medianamente ascendente
- Levemente ascendente

c) Descendente:
- Muy descendente
- Medianamente descendente
- Levemente descendente

Imágenes obtenidas del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993

Diagramación
La diagramación es la representación de las variaciones de un fenómeno, de las relaciones existentes
entre los diferentes elementos que forman parte de un todo.

En este factor evaluamos el grado de fidelidad que tiene el conjunto de trazos que se supone que
deben conformar un determinado signo. El respeto irrestricto o no de la forma, tamaño y ubicación de
cada trazo o rasgo determina escrituras o firmas legibles, poco legibles o ilegibles.

Dicho de otra forma, es la mayor o menor legibilidad que posea una firma o un escrito. Por esto, una
firma o un escrito podrá ser clasificado (según su diagramación), como legible, medianamente legible o
ilegible.

Un escrito o una firma será legible cuando en su totalidad (o casi en su totalidad) pueda ser leído sin
dificultades. Por otro lado, será medianamente legible cuando no pueda ser leído fácilmente o haya
dificultad para determinar a qué letras corresponden algunos trazos. Finalmente, será ilegible cuando no
se logre establecer a qué letra corresponden todos o casi todos los conjuntos de trazos.

Al igual que en el factor anterior, la diagramación se aplica más en firmas, ya que la escritura (al
buscar que pueda ser leída) es por lo general confeccionada de manera legible (aunque hay
excepciones).

Firma legible:

Imagen obtenida del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993

Firma medianamente legible:

Imagen obtenida del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993

Firma ilegible:
Imagen obtenida del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993

Irradiación
Es la propagación de algo (generalmente energía) en todas direcciones.

Al escribir realizamos movimientos hacia todas direcciones, y dado que en nuestro idioma y con
nuestro alfabeto escribimos de izquierda a derecha, muchos movimientos tendrán esta última dirección,
a la que se le suman los que practicamos hacia arriba y hacia abajo.

La forma en cómo se propaguen estos movimientos sobre el soporte pueden generar que algunos
trazos sean más expansivos que otros, haciendo que una escritura o una firma ocupe más espacio en
forma vertical u horizontal, o que (por el contrario) se vea una armonía en estas expansiones.

Los movimientos, entonces, pueden ser expansivos en forma horizontal y vertical; y además pueden
ser muy expansivos, medianamente expansivos o poco expansivos.

Esto nos da nueve combinaciones, a saber:

1) Muy expansivo en sentido horizontal y muy expansivo en sentido vertical.


2) Muy expansivo en sentido horizontal y medianamente expansivo en sentido vertical.
3) Muy expansivo en sentido horizontal y poco expansivo en sentido vertical.
4) Medianamente expansivo en sentido horizontal y muy expansivo en sentido vertical.
5) Medianamente expansivo en sentido horizontal y medianamente expansivo en sentido vertical.
6) Medianamente expansivo en sentido horizontal y poco expansivo en sentido vertical.
7) Poco expansivo en sentido horizontal y muy expansivo en sentido vertical.
8) Poco expansivo en sentido horizontal y medianamente expansivo en sentido vertical.
9) Poco expansivo en sentido horizontal y poco expansivo en sentido vertical.

Si trazamos la caja gráfica de la firma, podemos ver mejor este factor:

En la imagen anterior se ve una firma que se muestra muy expansiva en sentido vertical y
medianamente expansiva en sentido horizontal (recordando que la imagen está ampliada).
Cabe destacar que la irradiación se encuentra limitada por el espacio con el que cuente el escribiente.
Sucede en muchos documentos que existen espacios prefijados para contener las grafías, obligando al
autor a tener que amoldar su firma o su escritura a dicho espacio, teniendo que variar la expansión de los
movimientos.

Intervalos
Se trata del espacio o de la distancia existente entre dos momentos o entre dos puntos. Otra forma de
definir este término es como a la desigualdad de condición de dos o más elementos.

En este estudio se analiza el espacio comprendido entre los trazos o gramas de una misma letra,
número o signo gráfico, (intervalos intergramáticos o intergramas), entre dos letras consecutivas de una
misma palabra (intervalos interliterales), entre la finalización de una palabra y el comienzo de la que
viene a continuación (intervalos intervocabulares) y entre líneas o renglones escriturales (intervalos
interlineales).

El último de los intervalos mencionados adquiere mayor relevancia cuando se trata de escritos hechos
en soportes que no presenten pautado.
Imágenes obtenidas del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993

Este estudio se realizará en forma de cotejo entre las grafías indubitadas y dubitadas. Es decir, no se
analizan en forma individual, sino que el estudio es enteramente comparativo.

De dicha comparación se establece si los intervalos mencionados anteriormente son símiles o


disimiles entre el dubitado y las grafías testigo.

Cultura Gráfica
Está dada por el grado de habilidad en el manejo del elemento escritor. Este paso del extrínseco
busca evaluar la cualidad automática que posee la mano del escribiente o signatario para ejecutar la
acción regida por el cerebro.
La cualidad estética o caligráfica, la legibilidad o la elegancia morfológica de las grafías, no deben
tomarse como piezas determinantes para establecer dicha habilidad (aunque puedan ser cuestiones a
tenerse en cuenta y otorguen cierto peso a la valoración), ya que en ocasiones el hecho de querer
respetar estrictamente a un modelo caligráfico impone un cierto cuidado en la elaboración de los trazos,
restándole espontaneidad al escrito. Lo importante aquí es el grado de evolución adquirido a nivel
subconsciente, y la capacidad de ejecutar la escritura espontáneamente.

La determinación y valoración de la cultura gráfica nos permite distinguir diferentes capacidades en


cuanto al uso del elemento escritor: excelente manejo, muy buen manejo, buen manejo, regular manejo,
y mal manejo del elemento escritor.

Un escritor con pocas habilidades en el manejo del elemento escritor no podrá imitar la habilidad de
otra persona que posea mayores habilidades, ya que hay una imposibilidad orgánica que se lo impide.

Este factor a diferencia de los otros puede generar entre los peritos algunas divergencias, en virtud
que cuando para un experto la escritura ostenta un excelente manejo del elemento escritor, otro puede
opinar que las grafías responden a un muy buen manejo. En este caso la diferencia es mínima y por ende
no implica criterios discordantes; simplemente responden a una valoración.

Cabe mencionar que en las firmas no se valora mucho este factor ya que no es posible establecer la
calidad gráfica. Por su parte, por regla general, la letra cursiva es más determinante, porque la letra de
imprenta responde a diseños normalizados (es decir el escribiente ejecuta grafismos preestablecidos).

Calibre de trazos y rasgos


Entendemos por “calibre” al espacio, tamaño y diámetro interior de un objeto hueco.

Para el cotejo de las grafías, se estudia el espacio y la forma comprendida entre la línea de base de las
letras de una escritura o una firma (si las tuviera), y las cúspides de las letras minúsculas, observando si
ese tamaño (en líneas generales) aumenta, disminuye o se mantiene igual durante todo el renglón
escritural.

Imágenes obtenidas del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993
Dicho de otra manera, en este factor se toma en consideración la altura de las letras pequeñas, por lo
general aquellas ejecutadas en forma cursiva. Estas letras pequeñas son las que responden a la altura del
cuerpo central de las letras, que equivale al tamaño de una caja gráfica (aquella que delimitaba la altura
de las vocales y las consonantes que no sobresalían ni hacia arriba, ni hacia abajo).

Imagen obtenida del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993

En caso de tener firmas ilegibles o medianamente legibles, establecer el calibre de los trazos/rasgos
es difícil por cuanto los mismos pueden no responder a letras. La situación sería otra tratándose de
autógrafas legibles.

Para el estudio del calibre se toma cada renglón escritural en forma independiente, para luego valorar
el conjunto.

Se puede trazar (imaginariamente o trabajando con una reproducción, ya que al documento original
no lo podemos alterar sin permiso de la autoridad que requiere la pericia) una línea que pueda unir todas
las bases de los cuerpos centrales de las letras minúsculas (por lo cual no consideramos ni las
mayúsculas, ni los trazos que sobresalen hacia arriba –crestas o hampas- o hacia abajo –partes inferiores
o jambas-). Solo debemos tomar los cuerpos centrales, por lo que la tarea se facilita si priorizamos la
evaluación tomando aquellas letras que solo posean cuerpo central y tengan la altura de una sola caja
gráfica.

A continuación se traza imaginariamente otra que busque unir todas las cúspides de dichos cuerpos
centrales. Luego se observa si esas líneas tienden a ser paralelas, si se acercan llegando al final del
renglón, o si se alejan.
Imagen obtenida del “Tratado de documentoscopia” de Del Picchia, La Rocca, Bs. As. 1993

Si dichas líneas son paralelas (lo que indicaría que el calibre de las letras se mantuvo igual o muy
semejante a lo largo de todo el renglón escritural) el calibre es constante o ingladiado.

Si dichas líneas se acercan al dirigirse hacia la derecha (lo que indicaría que el calibre de las letras
disminuyó a lo largo de todo el renglón escritural) el calibre es disminuido o gladiolado (en referencia a
poseer una forma similar a la hoja de una gladiola).

Finalmente, si las líneas se alejan al dirigirse hacia la derecha (lo que indicaría que el calibre de las
letras aumentó a lo largo de todo el renglón escritural) el calibre es aumentado o creciente.

Proporciones
La correspondencia o equilibrio entre las partes y el todo, o entre cosas relacionadas entre sí, equivale
a una proporción. La falta de correspondencia o el desequilibrio, nos da una desproporción.

Esta eventualidad en cuanto al estudio de las grafías involucra comparar la relación existente entre las
letras cortas entre sí (las que posean una sola caja gráfica), entre las letras largas entre sí (las que
sobresalen por encima o por debajo), entre las minúsculas entre sí, entre las mayúsculas entre sí, y entre
las mayúsculas y minúsculas entre sí.

La morfología de cada letra, número o signo poseen preceptos caligráficos fijados que apuntan a una
proporcionalidad, pero durante el acto de escribir o de firmar se puede desfigurar lo que se supone que
está normalizado. Es decir que, aun si los modelos caligráficos establecieran que las mayúsculas deben
tener mayor tamaño que las minúsculas, un escribiente podría presentar la particularidad de
confeccionarlas con dimensiones y proporciones que vayan en contra de esos modelos.

La proporción es, entonces, la relación entre las letras cortas y largas; y entre mayúsculas y
minúsculas.

Este factor se analizará comparativamente entre las escrituras indubitadas y las dubitadas, y se
observará la relación del tamaño (ancho y largo de las grafías componentes de los textos). De dicha
comparación se determinará si el grado de proporción (o desproporción, según como se vea) que se
visualiza en ambos documentos es símil o disímil.

Por supuesto que, tratándose de firmas, este factor tendrá mayor preponderancia cuanto más legible
sea.

Ortografía
Consiste en escribir correctamente las palabras de una lengua determinada, respetando la gramática
que dicta las normas para el empleo correcto de las letras y de los signos auxiliares de la escritura.

Se observan las faltas de ortografía que pueda haber, tanto en lo que hace a la construcción de las
palabras, como a su gramática.

Tras repasar el escrito, se estima el grado de normalidad o anormalidad en cuanto al correcto o


incorrecto uso de las reglas ortográficas. Se dice que la ortografía es anormal cuando el texto presente
errores graves (aquellos que la mayoría de las personas no cometería habitualmente), por lo que unos
pocos errores no habilitan a considerar anormalidad ortográfica. Por el contrario, será normal cuando no
los haya o cuando involucren deslices que la mayoría de las personas podría llegar a cometer.

Se tiene en cuenta también la coherencia de repeticiones en cada texto y comparativamente entre


ambos. Algunos errores pueden estar repetidos en la misma palabra durante todo el escrito, o puede
suceder que una misma palabra sea redactada de forma diferente.

Los signos de puntuación (en especial las tildes), pueden estar omitidos, mal empleados o ser
utilizados de forma excesiva.
Bibliografía

- Alegretti, Juan C., Escrituras manuales y mecánicas, La Rocca, Buenos Aires 2007.

-Del Picchia, José, Tratado de documentoscopia, La Rocca, Buenos Aires 1993.

- Bonilla, Carlos E., Tratado de documentología, La Rocca, Buenos Aires 2005.

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