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PRÁCTICA ANATOMÍA VEGETAL

MATERIA: Botánica

NOMBRE DEL ALUMNO: LAURA ANGÉLICA RODRÍGUEZ VALLE

NOMBRE DEL DOCENTE: MTRO. ABRAHAM ARELLANO PERUSQUÍA

FECHA DE ENTREGA:

21/MARZO/2024
I. INTRODUCCIÓN Y MARCO TEÓRICO

La anatomía vegetal constituye una herramienta fundamental que se utiliza para resolver
diferentes problemas botánicos, ya sean de interés económico o científico. Entre sus
aplicaciones se destacan la identificación y clasificación de especies, reconocimiento de
plantas medicinales, adulteraciones y contaminación de alimentos, hábito alimenticio de
animales, determinación del hábitat, reconocimiento de la madera en construcción, en restos
arqueológicos y en material forense, etc.

Tejido vegetal.

Las estructuras de las plantas como hojas, raíces, tallo están hechas de tejido vegetal que
varían en su arreglo en cada parte de la planta. La morfología de las plantas varía entre ellas,
pero su composición es la misma. Los tejidos están compuestos de célula vegetal que se
organizan para realizar una función (Barbour et. al. 1975).

Los tejidos fundamentales que son parénquimas, clorénquimas y esclerénquimas son los
componentes principales del cuerpo primario de una planta. La función de estos tejidos varía
desde almacenaje, soporte y metabolismo. Por ejemplo, las parénquimas son las más
abundantes y versátiles en su función. Las células de este tejido pueden llevar a cabo síntesis
de componentes, ayudar a transportar como almacenar sustancias y son células que están
activas en la división celular cuando llegan a su madurez. Además, este tipo de célula puede
estar asociada a tejidos más complejos como lo son el xilema y el floema. Otro tipo de tejido
fundamental es la colénquima que son células vivas en su estado maduro, tienen una forma
alargada y forman una pared celular primaria irregular (Stern, 1982).

Estas células se encuentran en el crecimiento primario de la planta en áreas de alargamiento


como el tallo, ramas y peciolo, dando soporte a esa estructura. Por otro lado, esclerénquima
son células rígidas con pared secundaria gruesa y lignificada. La función primordial de estas
células es dar soporte a áreas de la planta que no se está alargando. El esclerénquima muere
cuando llega a su madurez dejando la pared gruesa como estructura de soporte o apoyo en el
área. Hay dos tipos de esclerénquimas que son las fibras y las esclereidas. Las primeras son
largas y finas que forman filamentos. Por otra parte, las esclereidas son irregulares en su
forma y pequeñas (Vodopich y Moore, 1998).

Tradicionalmente los tejidos de las plantas se agrupan en tres sistemas de tejidos: sistema
de protección o

dérmico (epidermis y peridermis), fundamental (parénquima, colénquima y esclerénquima)


y vascular (xilema y floema) (Vodopich y Moore, 1998). (Figura 1).
Figura 1. Clasificación tradicional de los tejidos de las plantas.
Megías M, Molist P, Pombal MA. Atlas de histología vegetal y animal. http://mmegias.webs.uvigo.es/inicio.html.

El sistema de protección permite resistir un medio ambiente variable y seco. Está


formado por dos tejidos: la epidermis y la peridermis. Las células de estos tejidos se
revisten de cutina, suberina y ceras para disminuir la pérdida de agua, y aparecen los
estomas en la epidermis para controlar la transpiración y regular el intercambio gaseoso
(Barbour et. al. 1975).

El sistema fundamental lleva a cabo funciones metabólicas y de sostén. Una gran


proporción de los tejidos vivos de las plantas está representada por el parénquima, el cual
realiza diversas funciones, desde la fotosíntesis hasta el almacén de sustancias. Para
mantenerse erguidas sobre la tierra y mantener la forma y estructura de muchos órganos
las plantas tienen un sistema de sostén representado por dos tejidos: colénquima y otro
más especializado denominado esclerénquima. La función de mantener el cuerpo de la
planta erecto pasará a los sistemas vasculares en plantas de mayor porte (Barbour et. al.
1975).

Uno de los hechos más relevantes en la evolución de las plantas terrestres es la aparición
de un sistema vascular capaz de comunicar todos los órganos del cuerpo de la planta. El
sistema vascular está formado por dos tejidos: xilema, que conduce mayormente agua,
y floema, que conduce principalmente sustancias orgánicas en solución. Sólo hablamos
de verdaderos tejidos conductores en las plantas vasculares (Stern, 1982).

Los tejidos también se pueden agrupar de otras formas. Por ejemplo, por la diversidad
celular que los componen. Así, hay tejidos simples o sencillos que sólo contienen un tipo
celular, como el tejido fundamental, mientras que otros son complejos como los de
protección o conductores (Stern, 1982).

Plantas vasculares.

La característica más llamativa que distingue a las plantas vasculares de las no vasculares
es la presencia de tejidos especializados en la conducción de agua, sustancias inorgánicas
y orgánicas. Estos tejidos son el xilema y el floema (Spicer, 2014).
El xilema conduce grandes cantidades de agua y algunos compuestos inorgánicos y
orgánicos desde la raíz al resto de órganos de la planta, mientras que el floema conduce
sustancias orgánicas producidas en los lugares de síntesis, fundamentalmente en las hojas
y en las estructuras de almacenamiento, al resto de la planta (Spicer, 2014).

En la figura 2, podemos apreciar con mayor detalle la estructura de los tejidos y su


diferenciación.

Figura 2. Tallo, xilema y floema. Especie: A: pino (Pinus spp); B: saúco (Sambucus nigra). Técnica:
cortes en parafina teñidos con safranina / azul alcián.

Molecular control of cell specification and cell differentiation (Furuta et. al., 2014).

II. OBJETIVO

• Analizar, observar e identificar las estructuras principales de los tejidos de las plantas
vasculares.
• Localizar sus principales sistemas de tejidos como el de protección (epidermis y
peridermis), el tejido fundamental (parénquima, colénquima y esclerénquima) y el
vascular (xilema y floema).

III. MATERIALES Y MÉTODOS

Materiales:

-Muestra de hojas y tallos de diferentes plantas suculentas.


-Hidróxido de potasio.
-Bisturí.
-Pipeta Pasteur.
-Portaobjetos.
-Cubre objetos.
-Microscopio óptico.
Método:

Corte transversal:

1. Se tomó un tallo de una de las plantas, y con ayuda de un bisturí se realizó un


corte transversal, es decir, como una fina rodaja. Cuidando de no dañar su
estructura. Se colocó sobre un portaobjetos.
2. Se agregaron 2-3 gotas de hidróxido de potasio para permear el tejido y que
fuera más visible a la luz del microscopio.
3. Por último, se colocó el cubreobjetos para esparcir por completo el KOH.
Quedando la muestra tal como se aprecia en la figura 3.

Figura 3. Muestra 1, corte transversal en tallo de suculenta.

Corte longitudinal

1. Se tomó una hoja de una de las plantas, y con ayuda de un bisturí se realizó
un corte longitudinal. Cuidando de no dañar su estructura. Se colocó sobre un
portaobjetos.
2. Se agregaron 2-3 gotas de hidróxido de potasio para permear el tejido y que
fuera más visible a la luz del microscopio.
3. Por último, se colocó el cubreobjetos para esparcir por completo el KOH.
Quedando la muestra tal como se aprecia en la figura 4.

Figura 4. Muestra de corte longitudinal.

4. Obtenidos los cortes y las muestras preparadas en el portaobjetos; se retiró el


excedente de líquido con ayuda de un papel absorbente.
5. Una vez encendido el microscopio, se ajustó la luz del diafragma para el lente
4x.
6. Se colocó el portaobjetos sobre la platina y se enfocó la muestra con ayuda
del macrómetro y el micrómetro, hasta obtener una visión más nítida.
7. Se analizó la muestra y se reportaron los resultados obtenidos.

Epidermis:

1. Tomamos una hoja delgada de suculenta.


2. La partimos cuidadosamente para obtener una capa delgada y
semitransparente de la parte abaxial de la hoja.
3. Retiramos la epidermis (capa transparente).
4. El corte obtenido se colocó sobre un portaobjetos.
5. Agregamos de 2 a 3 gotas de hidróxido de potasio para permear el tejido.
6. Pusimos el cubreobjetos sobre el tejido para esparcir por completo el
KOH.
7. Posteriormente se observó en el microscopio.
8. Se registraron las observaciones.
IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Se logró la identificación de los diferentes tejidos en las muestras obtenidas. Cumpliendo el


objetivo de analizar su estructura y reconocer cada uno de sus componentes a través del uso
del microscopio óptico y la técnica de muestreo en fresco, tal como se presenta a
continuación:

Muestra 1: Observación del tallo (figura 5).

Figura 5. Apreciación de las estructuras del xilema y floema en el corte transversal. Se distingue un
patrón claro de los haces vasculares.

Figura 6. Observación del corte transversal de tallo de Malva. Se aprecia epidermis, cortex, floema, xilema y
médula.
Muestra 2: Observación del tallo No. 2 (Figura 7).

Figura 7. Se aprecia con más detalle el xilema y floema en el tallo de suculenta.

Muestra 3: Observación de hoja de suculenta (Figura 8).

Figura 8. Corte longitudinal. Se puede apreciar la periferia de la hoja, notándose la epidermis, el


cortex y las parénquimas.
Figura 9. Corte longitudinal. Identificación de cutícula, epidermis, haces vasculares, parénquima en
empalizada y clorénquima.

Muestra 4: Observación de hoja de suculenta (Figura 10).

Tejidos vasculares
Figura 10. En esta imagen es más visible la estructura de la epidermis y la clorénquima.

Muestra 5: Observación de la epidermis de suculenta.

Estomas

Figura 11. Vista de la epidermis obtenida de la cara abaxial de la hoja. Se logran apreciar
algunos estomas.

Células guarda

Ostiolo

Figura 12. Se apreció más de cerca uno de los estomas, notándose que se encontraba
abierto, formando el ostiolo y rodeado de las células guarda.
Tal como lo menciona Barbour et. al. (1975). La morfología de las plantas varía entre ellas,
pero su composición es la misma. Los tejidos están compuestos de células vegetales que se
organizan para realizar una función.

Al observarse en su mayoría los componentes del mesófilo, que son las parénquimas en
empalizada, confirmamos lo que nos dice Stern, (1982); las parénquimas son las más
abundantes y versátiles en su función. Las células de este tejido pueden llevar a cabo síntesis
de componentes, ayudar tanto a transportar como a almacenar sustancias y son células que
están activas en la división celular cuando llegan a su madurez. Además, este tipo de célula
puede estar asociada a tejidos más complejos como lo son el xilema y el floema.

Spicer, (2014) nos dice que los estomas son poros en la superficie de las plantas,
encontrándose mayoritariamente en las hojas y en menor medida en los tallos y otros órganos.
Estos poros se rodean por células parenquimáticas especializadas, denominadas células
guarda, justo como pudo ser observado durante la práctica. Los estomas tienen dos funciones
principales, en primer lugar permiten el intercambio gaseoso, dando entrada al CO2 y
liberando el oxígeno. La segunda función importante, es la regulación del movimiento del
agua a través de la transpiración (Spicer, 2014).

V. CONCLUSIONES

En esta práctica se pudo lograr el objetivo planteado, ya que fue posible analizar con claridad
las principales estructuras de los tejidos, tales como el xilema y el floema, también se logró
apreciar la epidermis y córtex de la planta, en este caso fueron empleadas dos diferentes
suculentas. Basándonos en la guía proporcionada, se logró la correcta identificación de cada
uno de los componentes que conforman los tejidos de las plantas. También fue posible
conocer la técnica de muestreo en fresco, realizando cortes transversales y longitudinales
tanto de tallos como de hojas para su análisis en el microscopio.

VI. BIBLIOGRAFÍA
• Barbour M.G., B.A. Bonner y G.J. Breckon. 1975. Botany: An Introduction to Plant Biology.
5 ta ed. John Wiley & Sons, E.U. 263pp.
• Furuta KM, Hellmann E, Helariutta Y. 2014. Molecular control of cell specification and cell
differentiation during procambial development. Annual review of plant biology. 65:607-638.
• Spicer R. 2014. Symplasmic network in secondary vascular tissues: parenchyma distribution
and activity supporting long-distant transport. Journal of experimental botany. 65: 1829-
1848
• Stern K.R. 1982. Introductory Plant Biology: A Laboratory Manual. 2da ed. Wm. C. Brown
Company Publishers, Iowa. 104 pp.
• Vodopich, D.S y R. Moore. 1998. Laboratory Manual Botany. 2da ed. McGraw-Hill, E.U.
276 pp.

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