LENTES
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LENTES
Las lentes ópticas son conocidas desde la antigüedad: Aristófanes en su obra Las nubes (423 a.C.)
menciona el uso de las mismas para enfocar rayos del Sol y fundir cera. Sin embargo, es el
conocimiento de los principios ópticos a partir del S. XV lo que permite desarrollarlas según el fin
concreto al que se destinen
Una lente es un sistema óptico formado por lo menos por dos interfaces refractoras donde al
menos una de estas es curvas. Esta condición geométrica permite plantear, como en el caso de los
espejos, una dirección llamada eje de la lente.
Cuando la lente está formada por un elemento, o sea, tiene dos superficies refractoras, es una lente
simple; si tiene más de un elemento es una lente compuesta.
La lente será delgada o gruesa según su espesor sea o no despreciable respecto del radio de
curvatura de su superficie esférica.
Dependiendo del efecto que producen cuando la luz los atraviesa, podemos clasificarlos en:
LENTES CONVERGENTES: Son aquellas que, al ser atravesadas por un haz de luz, producen que
los rayos converjan (se junten) en un punto (foco)
Como característica, estas lentes presentan su parte central más ancha que los extremos de las
mismas. Esta distribución del espesor hace que la desviación de un rayo varíe según el punto
donde incide. En consecuencia, los rayos incidentes acaban juntándose en el foco.
LENTES DIVERGENTES: Son aquellas que, al ser atravesadas por un haz de luz, producen que
los rayos diverjan, es decir se separen.
Las lentes divergentes, en su forma física, son más finas en su parte central y más gruesa en los
bordes.
Son unas lentes que están delimitadas por dos superficies y es cóncava o curva, al menos una de
estas partes. Esta anatomía hace posible que se separen de forma paralela los rayos de luz que
penetran a través de ellas al eje central, o hacer que diverjan. De esta forma, sus prolongaciones
convergen en el foco imagen que está a la izquierda de la lente.
EJE PRINCIPAL (E): Es una recta imaginaria que une los centros de las superficies esféricas que
forman las caras de la lente.
FOCOS DE LA LENTE (F): Es el punto donde convergen los rayos refractados en las lentes
convergentes o sus prolongaciones, en el caso de las lentes divergentes.
Para la determinación práctica de los focos, se hace incidir un haz de luz producido por una fuente
muy lejana sobre una de las caras y donde se observe que los rayos refractados, o sus
prolongaciones, se concentran, se tendrá dicho foco.
DISTANCIA FOCAL (f): Es la distancia entre el centro óptico y cada uno de los focos, que en las
lentes delgadas es igual para ambos focos. Esta distancia suele expresarse en unidades de longitud
(centímetros o metros) pero también puede expresarse en dioptrías, que no son más que el inverso
de la distancia focal expresada en metros.
Nota: La convención más habitual asigna signo positivo a la coordenada focal de las lentes
convergentes y negativo al de las divergentes, motivo por el cual también se las conoce con estos
nombres.
LENTES CONVERGENTES
Como se mencionó anteriormente, las lentes convergentes son aquellas que concentran (hacen
converger) en un punto los rayos de luz que las atraviesan. A este punto se le llama foco (F) y la
separación entre él y la lente se conoce como distancia focal (f).
REFRACCIÓN Y FORMACIÓN DE IMÁGENES:
La propiedad principal de las lentes convergentes es que focalizan los rayos de luz en un punto. Esta
propiedad es debido al fenómeno conocido como refracción, que explica la desviación de la luz
cuando pasa de un medio a otro.
Para la interpretación del fenómeno de refracción y formación de imágenes en las lentes, se utilizan
tres rayos claramente definidos. Es decir, existen unas reglas sencillas que permiten la obtención
gráfica de la ubicación y el tamaño de la imagen obtenida por una lente, enunciándose para esto
tres rayos principales.
2- Segundo rayo principal: la dirección de incidencia pasa por el centro óptico de la lente y el
rayo no se desvía.
Para interpretar la formación de imágenes en las lentes, utilizaremos un vector vertical ubicado
sobre el eje principal y los rayos principales. Como todo rayo que incide en la lente sobre el eje
principal pasa por centro óptico no sufre desviación, sabemos que los rayos provenientes de la base
del objeto formarán una imagen sobre el mismo eje, por lo que solo se trazará los rayos
provenientes del extremo superior del mismo y donde se intersecten los rayos refractados,
tendremos la imagen.
Cuando es posible proyectar la imagen formada decimos que se trata de una imagen real, y si no la
podemos proyectar la denominamos imagen virtual.
Las lentes convergentes se utilizan principalmente como lentes de aumento. Para ello es necesario
tener en cuenta la distancia a la que colocamos el objeto con respecto a la lente y conocer su
distancia focal (f).
Dependiendo de la distancia entre el objeto observado y la lente, la imagen que se obtiene al mirar
a través de la lente variará. En función de esta distancia puede distinguirse los siguientes casos:
1° CASO: El objeto se encuentra a más del doble de la distancia focal respecto de la lente.
La imagen será real, de menor tamaño, invertida y a menor distancia del lente respecto
del objeto.
Como se puede ver en el esquema, los rayos que pasan a través de la lente convergen al otro lado
creando una imagen invertida. Esta imagen creada al otro lado de la lente se conoce como imagen
real.
En este caso la lente convergente no actúa como lente de aumento ya que produce una imagen de
tamaño inferior al tamaño real del objeto.
Cuando la distancia entre el objeto y la lente es exactamente igual a dos veces la distancia focal
(2f), entonces la imagen obtenida tiene exactamente el mismo tamaño que el objeto real.
3° CASO: El objeto se encuentra a mayor distancia que el foco y menor al doble de la
distancia focal. La imagen será real, de mayor tamaño, invertida y se formará a mayor
distancia de la lente.
La particularidad de este caso es que la imagen obtenida tiene un tamaño real superior al del
objeto real. En consecuencia, la lente convergente actúa como una lente de aumento, pero
invirtiendo la imagen.
4° CASO: El objeto se encuentra sobre el foco objeto. Como los rayos emergentes son
paralelos y no se intersecan, no habrá imagen.
En este caso los rayos no convergen al otro lado de la lente como se observa en el esquema. En
consecuencia, el objeto es observado como si sus rayos fueran emitidos en un punto más lejano.
La imagen se forma en el mismo lado que el objeto observado y se conoce como imagen virtual.
Esta imagen virtual tiene un tamaño superior al del objeto real y como consecuencia en estos casos
la lente actúa como una lente de aumento.
Este es el caso de más utilidad para las lentes de aumento utilizadas como instrumentos de
observación. En este caso, la lente de aumento actúa como un microscopio simple o lupa.
APLICACIONES:
Las lentes convergentes se utilizan en muchos instrumentos ópticos y también para la corrección de
la hipermetropía. Las personas hipermétropes no ven bien de cerca y tienen que alejarse los
objetos.
LENTES DIVERGENTES
Rayos principales: del mismo modo que en las lentes convergentes, representamos los tres rayos
principales.
1- Primer rayo principal: Incide paralelo al eje principal y se refracta de modo que su
prolongación pasa por el foco objeto.
2- Segundo rayo principal: Incide pasando por el centro óptico y no sufre desviación.
3- Tercer rayo principal: Incide de modo que su prolongación pasa por el foco imagen y se
refracta paralelo al eje principal.
En el caso particular de las lentes divergentes tendremos una sola situación de la formación de
imágenes y es que, sea cual sea la posición del cuerpo frente a la lente, la imagen que se formará
tendrá unas características determinadas. Y es que en las lentes divergentes la imagen siempre será
virtual, porque se forma del mismo lado del objeto respecto de la lente, de menor tamaño que el
cuerpo y del mismo sentido.
APLICACIONES:
Las lentes divergentes, o negativas como también se las conoce, cuentan con diversas aplicaciones.
En particular, en oftalmología se emplean para corregir la miopía y algunos tipos de astigmatismo.
Los miopes no ven bien de lejos y tienden a acercarse demasiado a los objetos. Pues es un defecto
que se produce cuando la imagen un objeto lejano se forma por delante de la retina y ésta en
realidad toma una imagen borrosa del objeto. Las lentes divergentes sirven para corregir el mismo.
Las lentes divergentes oftálmicas separan los rayos de luz para que cuando lleguen al ojo humano
estén más distanciados. Así, cuando atraviesan la córnea y el cristalino llegan más lejos y pueden
alcanzar la retina corriendo los problemas de visión de las personas que sufren miopía.
1 1 1 h h1
+ = =
x x1 f x x 1
Teniendo en cuenta que:
f= distancia focal.
POTENCIA
Se denomina potencia de una lente a la medida del grado de desviación que produce en los rayos
de luz, la que aumenta según disminuye la distancia focal. Por esto es que se define:
1
P=
f
Se define como potencia de una lente a la recíproca de la distancia focal. Esta potencia se mide en
dioptrías, para lo cual la distancia focal se debe indicar en metros. Una lente tiene una potencia de
1 dioptría cuando su distancia focal es de 1 m.
h= 10 cm; x= 40 cm ; f= 20 cm;
1 1 1
+ =
40 x 1 20
1 1 1
= −
x1 20 40
1 2−1
=
x1 40
1 1
=
x1 40
40 cm=x 1
Calcularemos su tamaño:
h h1
=
x x1
10 cm h1
=
40 cm 40 cm
La imagen real es del mismo tamaño que el objeto y está invertida. Pues si observamos el objeto se
encuentra del lente exactamente a 2 veces la distancia focal. Es un ejemplo claro del 2° caso
mencionado anteriormente para lentes convergentes.
1 1 −1
Utilizamos la Fórmula de Descartes: + =
x x1 f
1 1 −1
+ =
9 cm x 1 3 cm
1 −1 1
= −
x1 3 cm 9 cm
1 −3−1
=
x1 9 cm
1 −4
=
x1 9 cm
x 1=−2 ,25
La imagen se forma del mismo lado que el objeto respecto de la lente (imagen virtual) y más cerca
de la misma.
h h1
=
x x1
6 cm h1
=
9 cm 2 , 25 cm
6 cm .2 , 25 cm
=h1
9 cm
1 ,5 cm=h1
OPTICA FÍSICA
Los fenómenos ópticos no pueden ser explicados en su totalidad a partir del modelo de rayos. Pues
las leyes de refracción ( 3 rayos principales) antes enunciadas suponen la utilización de un rayo de
luz monocromático. Y El hecho de que la luz blanca se dispersa en los distintos colores del espectro
cuando atraviesa las caras de un prisma no pueden ser explicados por las leyes de refracción de la
óptica geométrica. Tampoco puede aplicarse esta teoría cuando los fenómenos luminosos incluyen
objetos de un tamaño similar al de la onda de la zona visible del espectro, que es de 0, 4 a 0,7 um.
Es necesario, por lo tanto, abandonar este modelo basado en el rayo luminoso, para considerar el
comportamiento ondulatorio de la luz.
Sin embargo, hay fenómenos, como el efecto fotoeléctrico, que no pueden ser explicados mediante
el modelo ondulatorio. En esos casos se utiliza un modelo basado en el concepto de fotón. Los
fotones son porciones de energía o corpúsculos de luz que permiten explicar por qué una radiación
de cierto color, al incidir sobre un metal, logra liberar algunos electrones.
En óptica física se considera que la luz se propaga como una onda. Este modelo predice fenómenos
como la interferencia y la difracción, típicos fenómenos ondulatorios, que no se explican por la
óptica geométrica, pues no se pueden explicar tomando la luz como un rayo.
INTERFERENCIA
Cuando en una cámara oscura la abertura es demasiado pequeña, se observa la formación de zonas
alternadas de luz y de sombra. No es posible explicar este hecho por el modelo de rayos. Es
entonces la oportunidad del modelo ondulatorio.
Si consideramos dos luces idénticas que interfieren se puede producir: (Principio de Fresnel)
Interferencia constructiva.
“Cuando las ondas parten en concordancia de fase cuando la diferencia de caminos entre
las dos ondas es cero o un número entero de longitudes de onda, aquellas se superponen
en concordancia de fase produciendo una interferencia constructiva”
Es decir que dos luces idénticas interferirán constructivamente si llegan a un punto con
una “diferencia en marcha” (diferencia en el espacio recorrido) igual a un múltiplo entero
de longitudes de onda.
Interferencia destructiva.
“Cuando la diferencia de caminos entre las ondas es un número impar de medias
longitudes de onda, el encuentro de las dos se produce en oposición de fase produciendo
una interferencia destructiva”
De lo dicho anteriormente se deduce que la interferencia de dos luces idénticas (igual longitud de
onda y amplitud) debería de producir zonas de elevada intensidad y zonas oscuras.
Thomas Young (1773-1829) demostró por primera vez el fenómeno de la interferencia óptica. Su
experimento fue muy importante para dar a la teoría ondulatoria de la luz una base experimental
firme. Por entonces, ésta se encontraba en pugna con la teoría corpuscular, que había sido
defendida por Newton.
El experimento de Young consiste en hacer pasar por una ranura S luz monocromática, es decir de
una sola longitud de onda. Esta luz incide sobre una pantalla que posee dos orificios S1 y S2. Las
ondas luminosas que emergen de los dos orificios interfieren entre sí de modo que forman una
figura simétrica de bandas claras y oscuras sobre la pantalla MM, llamada figura de interferencia o
banda de interferencia.
En otras palabras: La luz llega a las dos rendijas S 1 y S2, que se encuentran muy estrechas y
próximas, y cada rendija se convierte en un foco secundario de ondas idénticas que interfieren
formando un patrón de luz-oscuridad.
Las manchas de luz suponen una interferencia constructiva y las oscuras, una destructiva.
d 2−d 1
sin φ=
a
Si suponemos que el ángulo es pequeño (pantalla alejada de las rendijas) se puede considerar que
el seno y la tangente son iguales, por lo tanto se considera tangente en lugar de seno.
y
Por triángulos semejantes consideramos: tan φ=
L
Y
d 2−d 1=a . sin φ=a . tan φ=a . =n. γ
L
Despejamos Y (zonas brillantes)
γ.L
Y LUZ=n .
a
Esta es la condición para que en un punto Y de la pantalla, ubicado a la distancia L haya
interferencia constructiva. Donde γ es la longitud de la onda de la luz, a es la distancia entre las
rendijas y n un número entero.
Esto nos dice que si aumenta a (la distancia entre las ranuras) Y disminuye, o sea que disminuye la
distancia entre las bandas brillantes al mismo tiempo que Y aumenta con la longitud de onda.
γ
d 2−d 1=(2 n+1)
2
Procedemos de manera análoga:
Y γ
d 2−d 1=a . sin φ=a . tan φ=¿ a . =(2 n+1) ¿
L 2
Despejo Y (Zonas oscuras):
γL
Y OSC =(2 n+1)
2a
DIFRACCIÓN
La difracción de las ondas luminosas tiene lugar cuando la luz se encuentra en su camino orificios
muy pequeños u obstáculos muy delgados, cuyas dimensiones son del orden de magnitud de onda
de la luz que se propaga, es posible entonces observar efectos de difracción. La difracción de la luz,
por tanto, solamente es apreciable para pequeños objetos.
Huygens, mediante un principio, justificó la propagación de un frente de onda, diciendo que cada
uno de los puntos de un frente de onda (a, b, c, etc) puede considerarse como emisor de ondas
secundarias en todas direcciones. El nuevo frente de onda es la envolvente (A, B, C, etc.) de los
frentes de ondas secundarios, que originará en la misma forma el próximo frente (L, M, N)
De acuerdo con este principio, a partir de cada punto del frente de onda limitado por la rendija se
emiten odas en todas direcciones que al superponerse producirán, por el principio de Fresnel,
interferencia constructiva o destructiva, según la diferencia de fase que presenten.
Se justifican así las bandas brillantes y oscuras que se forman. Estas bandas reciben el nombre de
figura de difracción.
La difracción fue descubierta por Francesco Grimaldi quien, al hacer incidir luz de una pequeña
fuente sobre un cabello, observó que en lugar de una sombra se formaban varias, separadas por
zonas iluminadas.
El estudio matemático del fenómeno de la difracción fue llevado a cabo por Agustin Fresnel (1788-
1827).
Los efectos de la difracción son observables en casos más cotidianos como, por ejemplo, en los
brillantes colores que devuelve un disco compacto. Los pequeños hoyitos de su superficie actúan
como una red de difracción, separando el espectro de la luz blanca.
LOS COLORES
El color o los colores en la luz enviada a nuestros ojos por los cuerpos iluminados están
determinados por dos factores:
La percepción del color implica que nos llegue onda luminosa a los ojos, donde se convierten en
impulsos nerviosos que se envían al cerebro para que sean interpretados y nos produzcan la
sensación del color. Es por esto que, el color, no sólo interesa a físicos y a químicos, sino que es
estudiado también por fisiólogos, psicólogos, artistas, etc.
El color es una denominación aplicable a la luz que llega al ojo del observador y no a la fuente de
luz. Físicamente lo que distingue una sensación de color de otra es la longitud de onda de la
radiación luminosa que impresiona nuestro sentido de la vista, y si, como generalmente sucede, la
radiación es compuesta, el ojo no puede analizar las distintas radiaciones o longitudes de onda que
recibe y aprecia tan sólo el tinte o “color” resultante.
En otras palabras: el color no está en las cosas sino en la luz que las ilumina. Esto sucede porque la
luz es una onda, es decir, cuando la luz se desplaza en el espacio lo hace como una onda. Y lo que
ocurre es que cada color de luz tiene un tamaño de onda distinto. De hecho, de todas las posibles
longitudes de onda que tiene la luz, los humanos somos capaces de ver apenas un pequeño rango.
En la siguiente imagen se muestran todos los tipos de longitudes de onda de luz que se conocen
hasta el momento. Los humanos solo somos capaces de ver el rango o segmento que dice "visible".
Ahí están el rojo, naranja, amarillo, verde, cian, azul y violeta...y todas sus posibles
combinaciones. El resto de tipos de onda (las de radio, microondas, infrarroja, ultravioleta, rayos x y
gamma) no somos capaces de verlas, aunque existen.
El prisma de Newton
Isaac Newton descubrió en 1666 que la luz blanca puede “dividirse” en varios colores. Mediante un
prisma encontró que cada color “puro” se caracteriza por una refractilidad específica (o sea,
ángulos diferentes)
Para realizar este experimento Newton hizo un hoyo en la pared de un cuarto oscuro para que
entrara un rayo de luz y pasara a través de un lente y se refractara en un prisma. La refracción del
rayo con un ángulo adecuado hacía que en una pared blanca se refractara los colores primarios.
Con este experimento descubrió que la luz blanca es en realidad una combinación de 7 colores:
rojo, naranja, amarillo, verde, cian, azul y violeta. Estos componen lo que se conoce como espectro
visible, que es la luz que el ojo humano es capaz de percibir.
Descubrió así una gran similitud entre el ojo humano y un prisma, ya que, con la refracción del rayo
de luz en el prisma, se daba el efecto de la “dispersión”, mediante el cual la luz blanca se va
descomponiendo en diferentes longitudes de onda que son los diferentes colores.
El disco de Newton
Dentro de sus estudios sobre los colores y la luz, Newton creó un dispositivo simple que consistía
en un círculo con los 7 colores pintados en él. Girando el disco a gran velocidad, se observan como
todos los colores combinados forman el color blanco.
Con este experimento logró comprobar que el color blanco está formado por los siente colores del
arcoíris y que los siente colores combinados forman el color blanco.
Así como la combinación de todas las longitudes de onda de la luz visible dan el color blanco,
también es posible producir este color a partir de la combinación de luces solo roja, verde y azul, de
iguales intensidades. Pues supongamos que disponemos de tres proyectores con un filtro, uno
azul, otro rojo y otro verde, si superponemos en una zona común los colores provenientes de los
tres, en el centro, los tres colores se suman y su efecto es blanco.
Desde el punto de vista físico esto no es posible porque no intervienen todos los colores, sin
embargo, lo es para nuestra retina.
La explicación de este fenómeno radica en las características de la visión humana. En la retina del
ojo normal hay células sensibles a tres colores: azul, verde y rojo. Cada uno está relacionado con
tres sectores del espectro: las longitudes de onda más largas, las medias y las más cortas. Las
primeras dan la sensación de rojo, las que le siguen dan el verde y las últimas corresponden al azul.
Es posible entonces conseguir cualquier color superponiendo luz de estos tres.
¿Qué sucede cuando se superponen solo dos de estos colores? Pues la adicción de rojo y verde
produce la sensación de amarillo. Cuando las luces azul y verde se suman, producen un azul
verdoso que se llama turquesa. Y cuando se adiciona el azul y el rojo, el ojo recoge una sensación
de color magenta.
El rojo, el verde y el azul se llaman colores primarios por transmisión y el amarillo, el turquesa y el
magenta, colores secundarios. Teniendo en cuenta que aquí, cuando hablamos de primarios y
secundarios, nos referiremos a colores de luces que se relacionan por suma o adición.
Los colores primarios para pinturas son distintos ya que se refieren a los matices de los pigmentos.
Aquí el proceso es por sustracción de colores.
Este hecho, que se conoce como mezcla de colores por adición, se utilizan mucho en las pantallas
de los televisores, pues utilizan este efecto iluminando con distintas intensidades puntos en la
pantalla que combinan estos tres colores que, al ser mezclados por el ojo, dan las distintas
sensaciones de color.
Las imágenes de un televisor se construyen iluminando distintos puntos en filas sucesivas. Pues si
observa con una lupa la pantalla de un televisor color se verá que está
formada por una serie de puntos, cerca de un millón de puntos, de casi
1 mm de diámetro cada uno, formado por tres cristalitos que brillan:
uno azul, otro verde y otro rojo.
En la sensación del color influye el tipo de longitudes de onda presentes en la radiación que ingresa
al ojo y la intensidad relativa de cada una de ellas. Esta radiación trae hasta el ojo la información
del color del objeto, tanto sea que éste la emita o la refleje. En este último caso, la luz reflejada ha
sido modificada por el objeto, y por lo tanto de alguna manera trae información de su superficie.
Si se mezclan pinturas azul y amarilla, resulta verde, siempre y cuando se iluminan con luz blanca.
Si se ilumina un objeto con luz blanca, que cubre todas las longitudes de onda visibles, la luz
reflejada por su superficie traerá información del objeto por cuanto, según de cuál radiación se
trate, será absorbida o reflejada en mayor o menor medida. Por ejemplo: Si un objeto se ve rojo, es
porque la luz que refleja es en mayor medida de ese color, mientras que los otros son absorbidos.
En cambio, si a este objeto rojo se lo ilumina con luz de color azul se lo verá negro, ya que
absorberá por completo la radiación sin reflejar nada.
Los objetos negros son aquellos que absorben todas las radiaciones presentes en el espectro de la
luz blanca. Los blancos son los que devuelven la luz blanca casi en forma completa, sin absorber
ningún color.
Para comprender lo dicho, observar los payasos siguientes: el primero de ellos se ve bajo una luz
blanca, por lo tanto, los colores del vestido del payaso reflejan sus propias tonalidades. Los
siguientes payasos están iluminados con luces verde, azul, amarilla y roja, respectivamente.
Este mismo principio se aplica a los colores observados en algunos objetos transparentes, como
vidrios coloreados. El color observado es, simplemente, el que corresponde a las longitudes de
onda que no han sido absorbidas. Pues si miramos un foco a través de un vidrio rojo, la luz se verá
roja, si en cambio se trata de un vidrio azul, la luz que dejará pasar será azul. Esto ocurre porque el
vidrio azul absorbe todos los colores de la luz blanca, pero deja pasar el color azul, o en el caso del
rojo, porque deja pasar la luz roja. Por el mismo motivo, un cristal coloreado podría verse negro, si
se lo ilumina solo con luz de las longitudes de onda que absorbe, ya que no transmitiría nada.
Existen personas que tienen dificultades para diferenciar algunos colores debido a defectos en la
retina o a alguna disfunción de los procesos nerviosos del ojo. Este defecto se conoce como
daltonismo en referencia al químico inglés John Dalton, que lo padecía y fue el primero en
describirlo.
Otra disfunción relacionada con la percepción del color es la acromatopsia, y las personas que la
padecen ven en blanco y negro.
¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué los atardeceres son rojos?
La primera pregunta se responde a partir de un fenómeno conocido como dispersión de la luz
blanca. La luz blanca del Sol es dispersada por las moléculas y las micro partículas de polvo que
componen la atmósfera. La capa superior absorbe la mayor parte de la luz ultravioleta y solo una
pequeña fracción de ella sigue hacia la superficie. De las frecuencias visibles, el violeta y el azul son
los colores que más se dispersan. El ojo humano no es tan sensible al violeta como al azul, por eso
el cielo se ve de este color.
Si la Tierra no tuviera atmósfera, no habría dispersión de la luz, el cielo aparecería negro, tal y como
en la Luna, y las estrellas serían visibles durante el día. De hecho, comenzando en altitudes de
aproximadamente 16 km, donde la atmósfera se vuelve bastante fina, el cielo se ve negro y las
estrellas se pueden ver durante el día
ARCOIRIS
El arcoíris se produce cuando llueve y aparece un rayo de Sol, la cual atraviesa las gotas de lluvia. En
el cielo, las gotas actúan como pequeños prismas y cuando la luz del sol las ilumina de la manera
adecuada, la luz se separa en sus colores básicos formando un arcoíris. (aunque la luz del sol se ve
blanca, está formada por la combinación de todos los colores del espectro: rojo, naranja, amarillo,
verde, cian, azul y violeta).
Aunque para ver un arcoíris no dependemos únicamente de la lluvia. Aquí hay ejemplos de unos
cuantos arcos iris formado por gotitas de agua en suspensión, del concreto del romper de las olas,
vapor de un géiser en erupción y de la caída de agua en una cascada.
Pues para que este fenómeno suceda son necesarias ciertas condiciones en el ambiente. Primero,
tiene que caer una leve llovizna o haber humedad para que la luz se pueda descomponer en las
gotitas; que el sol esté despejado para que sus rayos lleguen directamente a las gotas de agua; pero
que también el sol esté en cierta posición para que sus rayos lleguen a las gotas con un ángulo
determinado.
Pero si cada gotita tiene la propiedad de descomponer a la luz en rayos de cada uno de los siete
colores del arcoíris. ¿Por qué vemos grandes franjas de colores en lugar de ver millones de
diminutos arcoíris?
Para que se forme un arcoíris, es importante el ángulo con el que los rayos de sol entran en las
gotas. Pero además debemos saber que las ondas de cada color tienen una frecuencia diferente.
Debido a esta frecuencia, los rayos de colores que chocan con la pared de la gota, se reflejan en
ángulos diferentes.
Esto hace que solo uno de los rayos que sale de cada gota llegue hasta nuestros ojos y que veamos
en ella un solo color, y en todas las que reciban los rayos del sol en el mismo ángulo, el mismo
color.
ARCOÍRIS DOBLE
Entre los arcoíris primario y secundario, el cielo es notablemente más oscuro que en otros lugares
del firmamento y recibe el nombre de “banda de Alejandro”. Pues las gotas de lluvia a lo largo de
las líneas de visión entre los dos arcos no pueden enviar toda la luz al ojo del observador, y por ese
motivo el cielo está más oscuro allí. En el año 200 d.C Alejandro de Afrodisisas describió por
primera vez el efecto que ahora lleva su nombre.
Los arcos siempre se dan a ángulos concreto. Medido respecto a los rayos de Sol incidentes, el arco
primario se da entorno a 42° (es decir, mirando la sombra de tu cabeza deberías alzar la cabeza ese
ángulo) y el secundario entorno a 50°.