Literatura Posmodernista
Literatura Posmodernista
Literatura Posmodernista
De este modo, el posmodernismo conservó algunos rasgos del modernismo como el gusto por la
musicalidad y la utilización de imágenes sensoriales. En cambio, el posmodernismo difirió del
modernismo por el retorno a la realidad inmediata y la sencillez en la expresión. Por todo esto se afirma
que, más que una ruptura, el posmodernismo significó una depuración de los rasgos del modernismo.
En la segunda década del siglo XX, el modernismo estaba ya desgastado para los escritores peruanos.
Por ello comenzó a perder adeptos y simpatizantes, y surgieron numerosas voces que lo repudiaron,
entre ellas, las que formaban el grupo Colónida. Movimiento Colónida Este movimiento genera las
tendencias que llevan, según los estudiosos de nuestra literatura, al fin del modernismo en el Perú. Este
proceso se relaciona en cierto grado con lo que Mariátegui llama “un desplazamiento de los gestores de
la cultura hacia provincias”. Para comenzar, Abraham Valdelomar (impulsor del movimiento Colónida)
fue iqueño. Colónida es el nombre de una revista que apareció en 1916. Su director e inspirador fue
justamente Valdelomar. Aunque Colónida solo publicó cuatro números, la revista agrupó a un conjunto
de escritores e intelectuales que se caracterizaron fundamentalmente por su actitud irreverente y su
espíritu renovador (Manuel González Prada, José María Eguren, José Santos Chocano, Percy Gibson,
etc.). Eran individualistas y encontraban placer en escandalizar a los conservadores y burgueses. José
Carlos Mariátegui, quien en su juventud estuvo cerca de este movimiento, decía de él que se opuso al
“énfasis retórico”, al “gusto conservador” y a la “melancolía mediocre y ojerosa”. Evidentemente, esa
postura chocaba con el modernismo, cuyos afanes retóricos le habían dado rigidez académica. En
resumen, los “colónidas” estaban contra toda rigidez literaria y norma académica. Por eso, se oponían
tanto a los modernistas como a toda la literatura anterior. El grupo Colónida no logró forjar un
movimiento intelectual duradero. Sin embargo, su influencia fue decisiva en la literatura de esos años e
inauguró una nueva tendencia literaria.
En el Perú, los principales posmodernistas fueron Abraham Valdelomar y José María Eguren. Durante
este periodo, en otros países surgió un grupo de poetas notables como Alfonsina Storni (argentina),
Juana de Ibarbourou (uruguaya) y Gabriela Mistral (chilena).
Características. Su obra supera al modernismo, pero posee muchas características de ese movimiento:
el espíritu cosmopolita pero también regionalista, el gusto por lo refinado, la prosa elegante y la
búsqueda insaciable de belleza.
Obra. Sus cuentos desarrollan muy diversos temas: historias fantásticas, episodios autobiográficos,
escenas de la vida rural y costeña, etc. Sin embargo, Valdelomar destaca por su faceta realista y
regionalista. Fueron agrupados en El Caballero Carmelo (1918 utiliza un vocabulario arcaico y una
retórica propia de las novelas de caballerías para narrar la triste historia de un gallo de pelea, relato
nostálgico ambientado en Pisco, durante la infancia del autor. ) y Los hijos del Sol (1921 busca su
inspiración en el pasado histórico del Perú, remontándose a la época de los incas). Su obra poética fue
breve, pero es tan original y valiosa como sus cuentos.
Pasó su niñez y juventud en la hacienda Chuquitanta, en Lima, su lugar de origen. Luego se instaló en
Barranco, donde viviría gran parte de su vida. Aficionado a la pintura (óleos y acuarelas) y a la fotografía
(inventó una cámara minúscula con la que tomaba fotografías), pasó una vida alejada del mundo
intelectual y social, concentrado en sus tareas artísticas
Es considerado el poeta más original de las primeras décadas del siglo xx e inauguró una tendencia de
nuestra lírica actual.
Características. Hasta la aparición de Eguren, la poesía era considerada un vehículo a través del cual el
poeta transmitía una idea. Eguren, en cambio, destierra de la poesía la capacidad informativa, la lógica y
la razón, y evoca en el lector mundos de fantasía, sensaciones o estados de ánimo a través del uso de
figuras, alegorías o símbolos.
Obra. Su principal obra es Simbólicas (1911). Representa una ruptura con la tradición lírica americana
(modernismo) y peruana a través de imágenes evocativas y lúdicas de tendencia simbolista. Estas
características se lograron gracias a un depurado uso del lenguaje que buscaba la belleza por sí misma.
La canción de las figuras (1916) le sigue en orden de importancia y refleja la nostalgia a través de la
representación de mundos exóticos o perdidos. Sombras y rondinelas (1929) completa su obra poética.