Prevencion
Prevencion
Prevencion
Ortodoncia 4
Parcial 2
Actividad 17
https://gacetadental.com/2009/04/prevencin-de-las-
maloclusiones-8323/
Resumen
Las maloclusiones son un problema real de salud pública
con el que nos enfrentamos en la práctica clínica diaria.
Los datos epidemiológicos confirman este problema, ya
que estadísticamente el 70-75 por ciento de la población
infantil española presenta algún tipo de desviación de la
oclusión ideal, calculándose en un 30-35 por ciento la
necesidad urgente de tratamiento ortodóncico.
Definición de maloclusión
La oclusión comprende no sólo la relación y la interdigitación de los dientes, sino
también las relaciones de éstos con los tejidos blandos y duros que los rodean.
También comprende la relación que existe entre las dos bases apicales, así como
con los otros huesos del cráneo, y a través de ellos con el resto del esqueleto.
También incluye los factores dinámicos que se asocian con el crecimiento y el
desarrollo, y los componentes funcionales derivados de la contracción de los
músculos asociados y los movimientos de la articulación temporomandibular.
Finalmente, deben considerarse los factores estéticos resultantes de las relaciones
de las distintas partes del aparato masticatorio entre sí y con la cara como
conjunto. Así podríamos definir la maloclusión como una alteración del equilibrio
de cualquier componente del aparato estomatognático: dientes, huesos y el factor
neuromuscular (1).
Clases de Angle
Considerando el primer molar superior como punto fijo de referencia, Angle dividió
las maloclusiones en tres grandes grupos, que a continuación mencionaremos:
— Clase I.
— Clase II: división 1/ división 2. Completa/incompleta.
— Clase III.
Maloclusión sagital
la Clase II ósea o dentaria puede ser resultado de:
A) Protusión de la apófisis alveolar maxilar superior.
B) Retrusión de la apófisis alveolar mandibular.
F) Retrusión de la mandíbula.
Puede desarrollar una clase III ósea o dentaria como resultado de:
— Retrusión de la apófisis alveolar maxilar superior.
— Protrusión de la apófisis alvelolar maxilar inferior.
— Aumento de la inclinación hacia vestibular de los incisivos inferiores.
— Inclinación hacia palatino de los incisivos superiores.
— Protrusión de la mandíbula.
— Retrusión del maxilar superior.
Maloclusión vertical
La mordida abierta anterior de origen dentoalveolar puede deberse a:
— Erupción incompleta (infraposición) de los incisivos superiores o inferiores.
— Desarrollo vertical reducido de la apófisis alveolar en la región de los incisivos.
La mordida abierta se desarrolla más a menudo como resultado de hábitos orales:
succión del chupete, de dedos, o empuje lingual. Según el tipo y la duración de los
hábitos habrá una tendencia a la corrección espontánea de la mordida abierta
frontal o anterior, en especial si el hábito se interrumpe antes de la erupción de los
incisivos permanentes.
Maloclusión transversal
La mordida cruzada de dientes únicos o aislados muchas veces es resultado de
apiñamiento. Una mordida cruzada unilateral total se asocia con más frecuencia
con desviación mandibular respecto de la línea media, hacia el lado de la mordida
cruzada. Esta situación se produce en casos con arco maxilar superior estrecho
produciéndose un desplazamiento lateral de la mandíbula debido a las
interferencias que se producen, fundamentalmente en la región canina, dando
lugar a la llamada “mordida cruzada funcional”.
La mordida en tijera unilateral total puede ser causada por un arco mandibular
estrecho, un arco maxilar superior ancho o la combinación de ambos.
Segundo nivel: Protección específica. Son las dirigidas a prevenir una enfermedad
en particular.
Embarazo
Es fundamental la educación sanitaria de la futura madre con una dieta equilibrada
para el desarrollo armónico del feto. En nuestra sociedad es difícil encontrar déficit
nutricionales graves que puedan interferir en el crecimiento del maxilar y/o
mandíbula, pero si existiesen aquéllos, podría verse afectado. Igualmente, el
aporte vitamínico debe ser equilibrado.
Parto
La buena asistencia durante el parto es primordial para la salud general y también
para evitar una posible maloclusión. Las lesiones del parto pueden originar.
• Hipoplasia mandibular por lesión de la articulación temporomandibular,
especialmente cuando se emplea la denominada maniobra de Mauriceau en el
parto de nalgas.
• Parálisis cerebral por traumas o hipoxia: cursa con falta de coordinación muscular
que afectará a la oclusión cuando estén alterados los músculos del sistema
estomatognático.
• Lesión del nervio facial: suele ser pasajera, pero si es permanente puede producir
asimetrías en los maxilares.
Pero sin duda alguna, una de las medidas más eficaces en esta etapa para evitar
las maloclusiones, es el promover la “lactancia materna”, no sólo por sus
beneficios generales, sino porque favorece todo el desarrollo armónico de la
musculatura perioral y de mandíbula, cosa que no ocurre con la lactancia artificial
que va íntimamente ligada a la deglución atípica por persistencia de la forma
visceral de deglución, que debe ser normal en el niño sin dientes (interponiendo la
lengua entre los rebordes alveolares), pero que debe cambiarse a deglución
somática con la aparición de los dientes (colocando la punta de la lengua en la
parte anterior del paladar por detrás de los incisivos superiores).
Hoy en día se han desarrollado tetinas artificiales que imitan en lo posible el pezón
materno, para que el lactante pueda efectuar los movimientos musculares
normales.
Alimentación
Cuando erupcionan los primeros molares temporales y se produce el primer
contacto oclusal, el niño ya es capaz de masticar. En este momento es importante
cambiar la alimentación a una dieta sólida. Si el niño continúa tomando una
alimentación blanda se produce una masticación con empleo del músculo
temporal en lugar de masticar con los músculos maseteros. La sobrecarga
funcional desfavorable del músculo temporal altera el desarrollo de las
estructuras óseas y del propio desarrollo y crecimiento del maxilar. Las
características de la masticación con los maseteros serían las siguientes:
• Gran sobrecarga funcional con aparato óseo potente.
• Molido de la alimentación.
• Abrasión de los dientes temporales.
• Desplazamiento anterógrado de la arcada dentaria inferior.
• Colocación favorable del primer molar.
• Ausencia de sobremordida frontal bloqueante.
Las características del acto masticatorio con el músculo temporal serían las
siguientes:
• Estímulos funcionales débiles con escaso desarrollo del aparato óseo.
• Masticación superficial de los alimentos.
• Abrasión mínima o nula de la dentición temporal.
• Ausencia de desplazamiento anterior de la arcada dental inferior.
• Colocación desfavorable del primer molar.
Hay que seleccionar un cepillo de dientes con contorno y tamaño adecuado para
satisfacer las necesidades del niño; se recomiendan las cerdas suaves de nailon. El
empleo de tabletas o soluciones reveladoras de placa facilita la evaluación de la
limpieza por parte de los padres y del niño; se debe efectuar al menos cada
semana, siempre bajo supervisión paterna para instruir al niño sobre las
modificaciones en el cepillado para eliminar esta placa.
Durante esta época el niño tiene malestar bucal provocado por el recambio
dentario, sus encías están hipersensibles e inflamadas; hay que instruirle para que
realice una limpieza suave de la zona afectada y conservar sanos los tejidos.
A esta edad el niño tiene la suficiente destreza para aprender a utilizar el hilo
dental, por lo que igualmente hay que enseñar al niño cómo realizar un correcto
uso del hilo de seda.
Hábitos
El tratamiento del hábito requiere en primer lugar la cooperación del niño y de los
padres. Otras veces, en la mayoría de los casos, será necesaria la colocación de un
aparato corrector del hábito.
Respiración oral
Se debe eliminar la causa y una vez eliminada podemos realizar mioterapia
funcional, ejercicios para aumentar al tono de los músculos periorales: por
ejemplo, tirar con los labios de un botón enhebrado, sostener una moneda con los
labios…
Es suficiente con usarla por la noche, aunque los primeros días es necesario
utilizarla dos o tres horas diurnas para que el niño se acostumbre a ella.
Succión digital
Debemos evitar este hábito, para ello, al principio se le debe dar una oportunidad
al niño para que suspenda el hábito voluntariamente antes de que erupcionen sus
dientes permanentes. Si esto no ocurre se tratará de suspender este hábito
empleando distintas técnicas entre los 4 y 6 años.
Se aconsejan tres métodos distintos para el tratamiento, dependiendo de la
cooperación del niño para suspender el hábito:
Terapéutica de recuerdo: para los que quieren suspender el hábito y necesitan
ayuda para interrumpirlo por completo. Por ejemplo, podemos utilizar una cinta
adhesiva alrededor del dedo causal, acompañada o no de una mina de bolígrafo, y
ésta permanece en el dedo hasta que el hábito desaparece. También podemos
utilizar soluciones de mal sabor en el dedo.
Los aparatos usados para desalentar costumbres deben permanecer seis meses
en boca (Figuras 4 y 5).
Succión labial
Es recomendable como terapia concienciar al paciente del problema y sugerir
ejercicios labiales. También se recomienda tocar instrumentos musicales de
viento…; en casos rebeldes podemos colocar pantallas orales o el “lip bumper”
también llamado bompetera labial.
Onicofagia
Se utilizarán técnicas psicológicas.
Bruxismo
La terapéutica debe comenzar con medidas sencillas; es preciso reconocer
interferencias oclusales y ajustarlas de ser necesarias. Si no remite el problema, se
puede colocar una férula para proteger los dientes y hacer que desaparezca este
hábito.
Deglución atípica infantil
Para tratar este problema y evitar las consecuencias nocivas debemos enseñar al
niño a deglutir mediante mioterapia funcional: son ejercicios a base de gomas
situadas en la punta de la lengua, se le dice al niño que trague y si éste lo hace
bien la goma no se caerá. También podemos utilizar para el tratamiento una placa
palatina con una señal que le indique al niño dónde tiene que posicionar la lengua
(en la papila interincisiva tras los incisivos superiores). También podemos usar una
rejilla lingual. Estos tratamientos son más efectivos en dentición mixta.
Para quitar el hábito del chupete podemos recurrir a medidas poco suaves, como
sabores desagradables, e incluso coserle hilos.
Automutilación
Para prevenirla se pueden utilizar restricciones, almohadillas protectoras y
sedación. Como última medida puede ser necesaria la extracción de los dientes
selectos.
Otro aparato a utilizar en estos casos sería el aparato transversal con levantes de
acrílico sobre las superficies oclusales de los dientes posterosuperiores. Al
expansionar la arcada superior el acrílico protege a toda la arcada inferior la cual
no se va a ver afectada por ningún tipo de transmisión de fuerza.
Una ventaja que tiene la utilización de estos levantes de acrílico con el aparato
transversal es que la mandíbula pierde su reflejo lesivo propioceptivo que le lleva
a una desviación funcional. Los bloques de acrílico rompen ese reflejo y la
mandíbula tiende a centrarse espontáneamente. La desventaja más importante de
este aparato es la afectación que pueda tener sobre las longitudes verticales del
paciente.
Creemos que en la mayoría de los casos, la utilización del Quad helix está mucho
más indicada que la utilización de la aparatología removible, debido
fundamentalmente a la amplia posibilidad terapéutica que tiene este aparato y a la
rapidez de su efecto, unido a la fácil adaptación del paciente (Figuras 6 y 7).
Cuarto y quinto nivel de prevención
La limitación del daño y la rehabilitación de la función perdida entra de lleno en el
campo de la ortodoncia.
Niño de 6 a 12 años
Los padres tienen que seguir controlando el programa de remoción de placa,
siendo útil el uso de reveladores de placa. El niño tiene edad suficiente para
aprender a usar la seda dental. La administración de flúor tópico debe seguir de
forma regular, y se valorará la necesidad de colocar selladores de fisuras y de
restaurar los dientes afectados. En esta etapa, suceden los mayores cambios en la
oclusión, por lo que es necesario valorar la conveniencia de tratamiento
ortodóncico.
En todo caso, cabe añadir que, según Pietila y cols., el diagnóstico realizado por
ortodoncistas profesionales y odontólogos generales acerca de la necesidad de
tratamiento ortodóncico en niños coincidía, pero variaba en distintos aspectos del
mismo, de modo que, globalmente, los dentistas generales atenuaban la gravedad
del problema. Por lo tanto, es precisa la formación del odontólogo general en el
diagnóstico y prevención de maloclusiones (21).
Conclusiones
En resumen, el objetivo de la ortodoncia debe permitir el desarrollo de la
estructura facial que permita la dotación genética del niño, con el mínimo de
interferencias ambientales, parafunciones y factores patológicos que puedan
alterar este crecimiento. Para ello se propone un posible plan de prevención que
se pueda realizar en la asistencia pública:
1. Primer Nivel de prevención: Educación sobre higiene y salud oral a las gestantes,
información, promover la lactancia materna…
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