Guion El Hombre de Maiz

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Personajes:

● Narrador Todos nos iremos turnando


● Kukulcán (Dios serpiente emplumada) Santiago Valdez
● Tepeu (Dios creador) Ernesto Chavez
● Hunahpú (Humano de madera) Marcelo Garcia
● Ixbalanqué (Humano de barro) Franco
● Iztamná (Humano de maíz) Yussef mansur
● Ixchel (Humana de maíz) Sofia Rivero
Escena 1: El Reino Celestial
(El escenario se ilumina con tonos celestiales mientras los dioses, Kukulcán y Tepeu, están
en poses majestuosas)
Narrador: En el principio, cuando aún no existía la humanidad, en el reino celestial de los
dioses mayas, Kukulcán y Tepeu decidieron crear seres que pudieran habitar la tierra.
Escena 2: Creación de los Primeros Humanos
(Luces brillantes iluminan la escena mientras Kukulcán y Tepeu modelan a los primeros
humanos)
Kukulcán: (mientras modela a Hunahpú) Con cuidado y amor, crearemos seres a nuestra
imagen.
Tepeu: (mientras modela a Ixbalanqué) Que tengan la sabiduría para comprender su
propósito en la tierra.
Escena 3: Los Fallidos Hombres de Barro
(Las luces toman tonos más oscuros mientras los dioses intentan moldear al Hombre de
Barro)
Narrador: En su intento por crear seres perfectos, los dioses probaron, con el Hombre de
Barro, Ixbalanqué.
Kukulcán: (mientras moldea a Ixbalanqué) Del barro de la tierra, será un ser flexible y
moldeable.
Tepeu: (observando atentamente) Que pueda adaptarse a las circunstancias de la vida.
Narrador: Sin embargo, al darle vida al Hombre de Barro, algo salió mal. Ixbalanqué,
aunque mostraba signos de movimiento, no tenía estabilidad. Se desmoronaba y volvía al
barro del que fue creado. ( el hombre de barro se desmorona)
Kukulcán: Este humano, aunque muy flexible y moldeable, carece de las habilidades para
adorarnos, será mejor destruirlos.
Narrador: Los dioses no estaban felices así que decidieron inundar la tierra, y con ello
exterminar a los hombres de barro.
Escena 4: Los Fallidos Hombres de madera
(El escenario se llena de tonos tierra mientras los dioses crean al Hombre de Madera)
Narrador: Después de su intento fallido, los dioses optaron por un nuevo material para
crear sus seres perfectos. Kukulcán y Tepeu decidieron crear al Hombre de Madera,
Hunahpú.
(Las luces resaltan la fuerza y resistencia del Hombre de Madera)
Kukulcán: (mientras modela a Hunahpú) Este humano de madera será fuerte y resistente.
Tepeu: (mientras observa) Conéctalo a la tierra para que pueda comprender su esencia.
Narrador: (Los dioses están decepcionados y ven que su hombre está completamente tieso
e inamovible) Sin embargo, al dar vida al Hombre de Madera, algo salió mal. Hunahpú,
aunque tenía la apariencia de un humano, carecía de sentimientos. Permanecía inmóvil, sin
la chispa de la vida. Tepeu y Kukulcán decepcionados por el fracaso hacen que del cielo
caiga fuego y quemara a su creación.
(Las luces se tornan rojas cuando el Hombre de Madera queda inmóvil)
Escena 5: El Descubrimiento del Maíz
(Las luces cambian a tonos verdes mientras los dioses observan la tierra)
Narrador: Los dioses observaron la tierra y vieron que en sus campos crecía una planta
especial: el maíz. Con gran sabiduría, decidieron utilizar esta planta para dar vida a dos
nuevos seres.
(Luces brillantes iluminan la creación de Itzamná e Ixchel)
Iztamna: (nace de una semilla de maíz) ¡Siento la fuerza de la tierra en mi ser!
Ixchel: (nace de otra semilla de maíz) Somos hijos de la tierra y el maíz.

Escena 6: La Enseñanza de los Dioses


(Luces doradas iluminan la escena mientras los dioses enseñan a los humanos)
Kukulcán: (enseñando a los humanos) El maíz es un regalo sagrado. Aprendan a cuidar la
tierra y agradecer por sus dones.
Tepeu: (mientras enseña cómo sembrar) Con paciencia y gratitud, la tierra florecerá.

Escena 7: La Prueba de los Humanos de Maíz

Narrador: Con el tiempo, los dioses observaron cómo los humanos de maíz, Iztamná
y Ixchel, florecían en la tierra. Decidieron poner a prueba a sus creaciones, queriendo
asegurarse de que estos seres fueran dignos de habitar la tierra que tanto amaban.

Kukulcán: (observando desde el reino celestial) Es hora de ver si nuestros hijos de


maíz son capaces de superar las pruebas de la vida.

Tepeu: (con una mirada seria) Veremos si han aprendido las lecciones de gratitud y
paciencia.

Narrador: Los dioses enviaron desafíos a la vida de Iztamná y Ixchel, poniendo a


prueba su sabiduría y amor por la tierra. Aunque enfrentaron adversidades, los
humanos de maíz demostraron resiliencia y agradecimiento.

Escena 8: La Tentación de la Oscuridad

Narrador: Sin embargo, en su camino, Iztamná y Ixchel se encontraron con la


oscuridad, personificada en un ser malévolo que intentaba desviarlos del camino de
la luz.

Ixtab (ser malévolo): (con una voz siniestra) ¿Por qué seguir el camino de la luz y la
gratitud cuando la oscuridad ofrece poder y placer?

Ixchel: (firme) Somos hijos de la tierra y el maíz. No sucumbiremos a tus tentaciones.


Narrador: La oscuridad intentó envolverlos, pero la conexión de Iztamná e Ixchel con
la tierra y el maíz los protegía. Con fuerza y determinación, lograron superar la
tentación.

Escena 9: La Celebración de la Vida

Narrador: Al superar las pruebas, los dioses decidieron celebrar la vida en la tierra.
Crearon una danza sagrada que representaba la conexión entre el cielo, la tierra y los
humanos de maíz.

(Luces brillantes y coloridas iluminan el escenario. Los dioses y los humanos de maíz
comienzan a bailar en armonía, representando la danza de la vida)

Kukulcán: (entusiasmado) ¡Que la danza de la vida perdure por siempre en la tierra!

Tepeu: (sonriendo) Nuestros hijos de maíz han demostrado ser dignos de este regalo
sagrado.

Narrador: La danza se vuelve más intensa y alegre, simbolizando la armonía entre los
dioses y los humanos de maíz. La luz resplandece mientras la celebración llena el
reino celestial y la tierra.

Escena 10: El Renacer de Itzamná e Ixchel

Narrador: Impresionados por la valentía y la sabiduría de Iztamná e Ixchel, los dioses


decidieron otorgarles un regalo especial. A través de la danza sagrada, Itzamná e
Ixchel fueron revividos, renaciendo con una nueva energía.

(Luces brillantes y una música celestial acompañan el renacimiento de Itzamná e


Ixchel)

Itzamná: (agradecido) Renacemos con la sabiduría de la tierra y el amor del maíz.

Ixchel: (sonriendo) Que nuestro renacer inspire a todos los seres a cuidar la tierra y
valorar la vida.

Escena 11: La Bendición de la Tierra

Narrador: Con el renacer de Itzamná e Ixchel, los dioses decidieron bendecir la tierra
con abundancia y prosperidad. El maíz se convirtió en un símbolo sagrado que
alimentaba a la humanidad y fortalecía la conexión entre los dioses y los hombres.

(Luces resplandecientes iluminan la escena mientras los dioses extienden sus brazos
hacia la tierra, bendiciendo los campos de maíz)

Kukulcán: (con voz majestuosa) Que la tierra florezca y que la bondad del maíz
alimente los corazones de todos los seres.
Tepeu: (con gratitud) Que esta bendición perdure por generaciones, recordándoles
siempre la importancia de cuidar de la tierra.

Escena 12: El Legado de los Hijos de Maíz

Narrador: Y así, los hijos de maíz, guiados por la sabiduría de Itzamná e Ixchel, se
convirtieron en los guardianes de la tierra. Su legado perdura en la memoria de los
mayas, recordándoles la importancia de la gratitud, la paciencia y el amor por la vida.

(Los dioses y los humanos de maíz se unen en un último baile, simbolizando la


continuidad del ciclo de la vida)

Fin: Y así concluye la leyenda del Hombre de Maíz, una historia que trasciende el
tiempo y el espacio, recordándonos la conexión eterna entre los dioses, la tierra y la
vida misma. Que la danza sagrada continúe, nutriendo el alma de la humanidad con la
esencia del maíz y la gratitud.

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