TP N°2 Combustibles

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

COMBUSTIBLES

La gran mayoría de la energía eléctrica que empleamos viene de los


combustibles fósiles de nuestro planeta tierra. Los combustibles fósiles se
formaron hace millones de años, a partir de restos de plantas y animales
muertos. Estos combustibles son tres: petróleo, carbón y gas natural. Durante
miles de años de evolución del planeta, los restos de seres que lo poblaron en
sus distintas etapas se fueron depositando en el fondo de mares, lagos y otros
cuerpos de agua.

Los combustibles fósiles son recursos no renovables: no se reponen por


procesos biológicos como por ejemplo la madera. En algún momento, se
acabarán, y tal vez sea necesario disponer de millones de años de una
evolución y descomposición similar para que vuelvan a aparecer.

La energía que proviene de la quema de combustibles fósiles se convierte en


electricidad y calor en plantas eléctricas. Cuando se queman los fósiles, el
carbón e hidrógeno reaccionan con el oxígeno produciendo dióxido de carbono
(CO2) y agua (H2O). Durante esta reacción se produce calor. La electricidad se
genera mediante la transformación de energía mecánica (calor) con energía
eléctrica por medio de una turbina o generador.

CLASIFICACION DE LOS COMBUSTIBLES

Todos los combustibles industriales se caracterizan por estar constituidos


por mezclas o combinaciones de pocos elementos. La mayor proporción (en
peso) corresponde a Carbono, Hidrogeno y en muchos casos algo de Azufre,
elementos cuyas reacciones de combustión son exotérmicas.

El resto, mucho más reducido cuantitativamente, está constituido por


Oxigeno, Nitrógeno, agua, y cenizas (sílices, compuestos organometálicos de
vanadio y otros, arcillas, sales de sodio y otros, óxidos de hierro, etc), su
presencia representa problemas tecnológicos específicos de cada combustible.

La clasificación de los combustibles convencionales puede realizarse de


diferentes formas. Atendiendo a su origen, pueden ser fósiles o no fósiles,
según procedan o no de restos fermentados de seres vivos, sepultados en la
era secundaria. Según su grado de preparación se clasifican en naturales, su
utilización es directa tal y como aparecen en origen, y elaborados o
manufacturados, que deben ser sometidos a complejos tratamientos o incluso
a preparación química especifica.

Dependiendo de la fase en que se presenten: combustibles sólidos,


líquidos y gaseosos. La fase es uno de los factores determinantes en el diseño
de los dispositivos de combustión así como en el de las instalaciones de
preparación y manejo del combustible.
Turba: es el tipo de carbón que se forma en la primera etapa de la
transformación de materia vegetal en zonas pantanosas en un ambiente pobre
de oxígeno. Es el carbón con menor contenido en carbono y menor poder
calorífico en la combustión.

Lignito: es un tipo de carbón muy abundante que posee mayor poder calorífico
que la turba, un color negro o pardo (de menor rango que el negro) y una
estructura leñosa o fibrosa. Tiene una elevada humedad y materia volátil y al
lignito negro se le denomina también “carbón subbituminoso”. Es de formación
más reciente que la hulla y la antracita y su poder calorífico en la venta no
suele pasar de las 4.000 Kcal/Kg.

Antracita: se trata de un carbón duro, muy evolucionado, que tiene el mayor


contenido en carbono fijo (hasta un 95%), el mayor poder calorífico y el menor
contenido en materias volátiles de los cuatro tipos citados. Debido a su bajo
contenido en materia volátil, presenta una ignición dificultosa. Arde dando una
llama azul corta y sin apenas humos. Tiene una estructura cristalina y un color
negro brillante.
Carbón Bituminoso: es un carbón relativamente duro que contiene betún, de
mejor calidad que el lignito pero peor que la antracita. Suele ser de color negro,
a veces marrón oscuro, presentando a menudo una bandas bien definidas de
material brillante y mate. Las vetas de carbón bituminoso se identifican
estratográficamente por la distintiva secuencia de bandas brillantes y oscuras.
Contiene entre un 60 y un 80% de carbono, siendo el resto agua, aire,
hidrógeno y azufre que no ha sido repelido de los macerales. Su contenido
calorífico oscila entre los 21 a 30 millones Btu/t (24 a 35 MJ/Kg). De carbones
bituminosos hay de varios tipos según su concentración en volátiles, siendo la
hulla uno de ellos. La hulla tiene un contenido en carbono alto (entre el 75% y
el 90%), bastantes volátiles y un poder calorífico muy superior al del lignito
(casi el doble). Puede utilizarse en la combustión y en la industria siderúrgica.
Este tipo de carbón dio origen a la carboquímica.

Carbón vegetal: se utilizó mucho como combustible, pues tiene más poder
calorífico que la madera. A partir del carbón vegetal también se puede obtener,
por calentamiento en ambiente reductor y saturado de vapor de agua, o por
deshidratación química, el carbón activo, que es un carbón de elevada pureza y
textura extraordinariamente porosa. Dado que la relación superficie/volumen es
muy alta tiene gran capacidad de absorción y puede ser utilizado en forma
granular o en polvo como elemento filtrador de aguas u otras sustancias y
gases. Es evidente que a escala humana puede considerarse que el carbón es
un recurso no renovable, pues necesita millones de años para que las plantas
se transformen en carbón. Es decir, no se reemplaza al ritmo que se consume,
aunque hay muchas reservas.

Coque

El coque es un combustible obtenido de la destilación de la hulla


calentándola a temperaturas muy altas en hornos cerrados que la aislen del
aire, y sólo contiene una pequeña fracción de las materias volátiles que forman
parte de la misma. Es producto de la descomposición térmica de carbones
bituminosos en ausencia de aire. Cuando la hulla se calienta desprende gases
que son muy útiles industrialmente; entonces nos queda el carbón de coque.
Es liviano y poroso. Durante la Revolución industrial sustituyó al carbón vegetal
como reductor y fuente de energía en los altos hornos. Facilitó el desarrollo de
la industria siderúrgica que dependía hasta entonces de un recurso muy
limitado como es la leña. El carbón de coque es muy importante para la
fabricación del hierro y el acero; y su utilización es muy práctica en hogares
para calefacción pues su combustión no produce humo y genera menos
contaminación.

El Coque es generado en una instalación llamada batería de coque que


se trata de una serie de hornos en batería. El proceso de generación de coque
no es más que la introducción de carbón en un horno de la batería y dejarlo
coquizando (calentando / quemando) durante un tiempo entre 10-24 horas
(dependiendo del tamaño del horno).
ACTIVIDAD
Trabajo Práctico N°

Tema: Combustibles

Nombre Y Apellido:

1.
a) ¿Qué entiende por combustible?
b) ¿Cuál es su naturaleza?
c) ¿Cuáles son los elementos más comunes que lo componen?

2. Realizar un mapa conceptual indicando los tipos de combustibles


3. Realizar un cuadro sinóptico mencionando los combustibles naturales
solidos
4.
a) ¿Qué es el carbón de coque?
b) ¿Cómo se produce?

5. ¿A que denominamos hornos metalúrgicos?


6. ¿Cómo se clasifican los hornos metalúrgicos?

También podría gustarte