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TRABAJO DE CONSULTA

ESTUDIANTES :
SEBASTIAN BUJATO
ALEJANDRO ALFARO
ANNY MORENO
SARAI DE MOYA
MICHELL TORRES
MARIA SOLANO
INGRID CONTRERAS

PROFESORA:
LUZ MARINA LLERENA

MÓDULO:
MATERNO INFANTIL

AUXILIAR DE ENFERMERÍA

CENTRÓ INCA

CÓDIGO
626
Grupo #1
1) Enfermedades hipertensiva del embarazo: manejo peri y postnatal del
recién nacido hijo de madre con eclampsia:
Concepto: La enfermedad hipertensiva del embarazo incluye una serie de
condiciones caracterizadas por la hipertensión arterial durante el embarazo. Las
principales formas incluyen hipertensión gestacional, preeclampsia, eclampsia y
hipertensión crónica con preeclampsia sobreañadida.
Características: Hipertensión gestacional: Presión arterial elevada (≥140/90
mmHg) después de las 20 semanas de gestación sin proteinuria.
Preeclampsia: Hipertensión después de las 20 semanas de gestación acompañada
de proteinuria (≥300 mg en 24 horas) o signos de daño a otros órganos.
Eclampsia: Preeclampsia complicada con convulsiones no atribuibles a otras
causas.
Hipertensión crónica: Hipertensión presente antes del embarazo o antes de las 20
semanas de gestación.
Preeclampsia sobreañadida a hipertensión crónica: Hipertensión crónica con
nueva aparición de proteinuria o deterioro de la función renal/hepática después
de las 20 semanas de gestación.
Diagnóstico: Historia clínica: Evaluación de antecedentes de hipertensión,
enfermedades renales, familiares con preeclampsia.
Medición de presión arterial: Monitoreo regular durante las visitas prenatales.
Análisis de orina: Detección de proteinuria.
Pruebas de laboratorio:
Función renal: Creatinina sérica, urea.
Función hepática: Enzimas hepáticas.
Plaquetas: Para detectar trombocitopenia.
Tratamientos: Antihipertensivos, Medicamentos seguros durante el embarazo
como metildopa, labetalol, nifedipino.
Corticosteroides: Para maduración pulmonar fetal si se anticipa un parto
prematuro.
Sulfato de magnesio: Para prevenir convulsiones en casos de preeclampsia
severa o eclampsia.
Inducción del parto o cesárea: Si la condición materna o fetal se deteriora, el
parto puede ser necesario independientemente de la edad gestacional.

Cuidados generales de enfermería


Monitoreo de la presión arterial: Medición frecuente y registro. Evaluación de
signos y síntomas: Detección de signos de preeclampsia severa (cefalea,
alteraciones visuales, dolor epigástrico).
Control de la ingesta y excreción: Vigilancia del balance hídrico.
Educación a la paciente: Instrucciones sobre la importancia del monitoreo de la
presión arterial, reconocer signos de alarma y seguir el plan de tratamiento.
Soporte emocional: Brindar apoyo psicológico y emocional a la paciente y su
familia.
Complicaciones
Síndrome HELLP: Hemólisis, elevación de enzimas hepáticas, trombocitopenia.
Eclampsia: Convulsiones que pueden llevar a complicaciones neurológicas.
Desprendimiento prematuro de placenta: Riesgo para la madre y el feto.
Insuficiencia renal aguda: Daño renal severo.
Restricción del crecimiento intrauterino: Afectación del crecimiento fetal.
Parto prematuro: Consecuencias de un nacimiento prematuro.
Prevenciones: Atención prenatal temprana y regular: Control y monitoreo
continuo de la presión arterial y otros signos.
Educación sobre estilos de vida saludables: Dieta equilibrada, actividad física
moderada y evitar el consumo de sustancias nocivas.
Detección y manejo de factores de riesgo: Identificación temprana de mujeres en
riesgo y manejo preventivo.
Monitoreo de signos de alarma: Enseñar a las pacientes a identificar signos de
preeclampsia y buscar atención médica inmediata.
Eclampsia
Concepto: La eclampsia es una condición grave que se presenta en mujeres
embarazadas y se caracteriza por la aparición de convulsiones en el contexto de
preeclampsia. El manejo del recién nacido de una madre con eclampsia requiere
cuidados especiales debido al potencial compromiso materno y fetal.
Características: Riesgo de prematuridad: Los recién nacidos pueden nacer
prematuros debido a la necesidad de inducción temprana del parto.
Complicaciones relacionadas con la eclampsia materna: Riesgo aumentado de
insuficiencia placentaria, restricción del crecimiento intrauterino y
desprendimiento prematuro de placenta.
Posible distress respiratorio neonatal: Necesidad de soporte respiratorio al nacer.
Diagnóstico: Historia clínica materna: Importancia de conocer el historial de
eclampsia, duración del embarazo, tratamientos recibidos.
Evaluación del neonato al nacer: Examen físico completo, incluyendo
evaluación de signos vitales, tono muscular, reflejos, y presencia de distress
respiratorio.
Pruebas de laboratorio y monitoreo:
Gases arteriales: Evaluar la oxigenación y equilibrio ácido-base.
Hemocultivos: Si hay signos de infección.
Niveles de glucosa: Para descartar hipoglucemia.
Ecografía craneal: Para descartar hemorragia intracraneal si se sospecha asfixia
perinatal.
Tratamientos: Soporte respiratorio: Oxígeno suplementario o ventilación
mecánica si es necesario.
Estabilización hemodinámica: Administración de fluidos y electrolitos
intravenosos.
Antibióticos: Si se sospecha o confirma infección.
Nutrición: Alimentación parenteral o enteral dependiendo del estado del
neonato.
Monitoreo continuo: Vigilancia estrecha de signos vitales y parámetros
hematológicos.
Cuidados generales de enfermería
Monitoreo constante: Vigilancia de signos vitales, saturación de oxígeno,
glucosa en sangre, y estado neurológico.
Cuidados respiratorios: Administración y ajuste de oxígeno, manejo de
secreciones, posicionamiento adecuado.
Control de infecciones: Medidas de asepsia para prevenir infecciones
nosocomiales.
Soporte nutricional: Evaluación de la capacidad de succión y deglución,
alimentación adecuada.
Apoyo emocional y educación: Brindar apoyo a la familia, informándoles sobre
el estado del neonato y el plan de cuidados.
Complicaciones Prematuridad: Riesgo de complicaciones asociadas a la
prematuridad, como síndrome de dificultad respiratoria, enterocolitis
necrotizante, sepsis neonatal.
Restricción del crecimiento intrauterino: Complicaciones relacionadas con el
bajo peso al nacer.
Asfixia perinatal: Daño neurológico debido a la falta de oxígeno durante el
parto.
Hemorragia intracraneal: Especialmente en neonatos prematuros.
Hipoglucemia: Niveles bajos de glucosa en sangre.
Prevenciones Atención prenatal adecuada: Control y manejo temprano de
preeclampsia para prevenir la progresión a eclampsia.
Monitoreo fetal intensivo: Evaluaciones periódicas del bienestar fetal durante el
embarazo de alto riesgo.
Preparación para el parto: Planificación de un parto en un centro especializado
con cuidados intensivos neonatales disponibles.
Educación materna y familiar: Informar sobre los riesgos, signos de alarma y la
importancia de las visitas prenatales regulares.
Cuidados postnatales intensivos: Monitoreo continuo del neonato en una unidad
de cuidados intensivos neonatales (UCIN) si es necesario.
2) Madre isoinmunizada grave (Zonas II- III de Liley ) sin tratamiento
antenatal:
Concepto: La isoinmunización o aloimmunización materna ocurre cuando una
mujer embarazada produce anticuerpos contra los antígenos presentes en los
glóbulos rojos fetales, generalmente debido a una incompatibilidad del factor Rh
entre la madre y el feto. En los casos graves, sin tratamiento antenatal, los
anticuerpos maternos pueden cruzar la placenta y destruir los glóbulos rojos
fetales, causando anemia fetal severa, Hidrops fetalis o incluso la muerte
intrauterina. Las zonas II y III de Liley indican un grado moderado a severo de
afectación en el feto, basado en la medición de bilirrubina en el líquido
amniótico.
Características: Anemia fetal severa
Hidrops fetalis (acumulación anormal de fluidos en dos o más compartimentos
fetales)
Elevada destrucción de glóbulos rojos fetales
Signos de sufrimiento fetal en ultrasonido
Aumento de la bilirrubina en el líquido amniótico
Diagnóstico: Historia clínica y antecedentes de incompatibilidad Rh Pruebas de
Coombs indirecta en la madre para detectar anticuerpos
Ecografía Doppler de la arteria cerebral media del feto para evaluar la anemia
fetal
Amniocentesis para medir los niveles de bilirrubina en el líquido amniótico y
determinar la zona de Liley
Monitoreo del bienestar fetal.
Tratamientos: Sin tratamiento antenatal, la isoinmunización grave puede
resultar en complicaciones severas. Las opciones de tratamiento incluyen:
Transfusiones intrauterinas de sangre al feto
Administración de inmunoglobulina Rh (RhoGAM) a la madre para prevenir la
formación de anticuerpos (en embarazos posteriores)
Monitoreo intensivo del feto para decidir el momento óptimo del parto
Cuidados Generales de Enfermería: Monitoreo frecuente de los signos vitales
de la madre y el feto
Educación a la madre sobre la importancia del seguimiento y las pruebas
diagnósticas
Apoyo emocional y psicológico a la madre y la familia
Coordinación con el equipo médico para intervenciones rápidas en caso de
deterioro fetal
Preparación y asistencia durante procedimientos como la amniocentesis o
transfusiones intrauterinas
Complicaciones: Muerte fetal intrauterina
Hidrops fetalis
Parto prematuro y sus complicaciones asociadas
Hemólisis neonatal severa, que puede requerir transfusiones postnatales
Ictericia neonatal severa y kernicterus (daño cerebral por bilirrubina)
Prevenciones: Administración de RhoGAM a mujeres Rh negativas durante y
después del embarazo para prevenir la sensibilización Seguimiento y monitoreo
adecuado de embarazos con riesgo de isoinmunización
Realización de pruebas de Coombs indirectas en madres Rh negativas
Educación prenatal sobre la importancia de las consultas y pruebas regulares
3) Ruptura prematuro de membranas: manejo peri y postnatal del recién
nacido hijo de madre con más de 24 horas de sucedida y sepsis neonatal
temprana:
Concepto: La ruptura prematura de membranas (RPM) se refiere a la rotura de
las membranas amnióticas antes del inicio del trabajo de parto. Cuando esta
rotura ocurre antes de las 37 semanas de gestación, se denomina ruptura
prematura de membranas pretérmino (RPMPT).
Características: Fuga de líquido amniótico: Principal característica que puede
ser intermitente o continua.
Ausencia de contracciones: Al momento de la rotura, no necesariamente se
presentan contracciones uterinas.
Sensación de humedad: La embarazada puede reportar sensación de humedad o
flujo abundante.
Riesgo de infecciones: Incremento del riesgo de infecciones intrauterinas y
neonatales.
Diagnóstico Historia clínica: Relato de la paciente sobre la fuga de líquido
amniótico.
Examen físico: Inspección visual con espéculo para observar la salida de líquido
amniótico a través del cérvix.
Pruebas diagnósticas:
Prueba de nitrazina: Cambia de color si el líquido es amniótico.
Prueba de cristalización: El líquido amniótico forma un patrón de helecho al
secarse en un portaobjetos.
Ecografía: Para evaluar el volumen de líquido amniótico y el bienestar fetal.
Tratamientos Hospitalización: Para monitoreo constante del estado materno y
fetal.
Antibióticos profilácticos: Para prevenir infecciones intrauterinas.
Corticosteroides: Para acelerar la madurez pulmonar fetal si el embarazo es
menor a 34 semanas.
Tocolíticos: Para retrasar el parto en algunos casos específicos.
Inducción del parto: Si hay indicaciones maternas o fetales para terminar la
gestación.
Cuidados generales de enfermería
Monitorización: Evaluación constante de signos vitales maternos y monitoreo
fetal.
Higiene perineal: Para prevenir infecciones.
Educación a la paciente: Informar sobre signos de infección, actividad
restringida, y la importancia de la hospitalización.
Apoyo emocional: Brindar apoyo psicológico debido al estrés que puede causar
la situación.
Complicaciones: Infección intraamniótica (corioamnionitis).
Desprendimiento prematuro de placenta.
Prolapso del cordón umbilical.
Parto pretérmino.
Síndrome de dificultad respiratoria neonatal.
Sepsis neonatal.
Prevenciones Atención prenatal adecuada: Control regular para detectar y
manejar factores de riesgo.
Evitar infecciones: Tratamiento adecuado de infecciones urinarias y vaginales
durante el embarazo.
Educación: Informar a las mujeres embarazadas sobre la importancia de reportar
cualquier fuga de líquido amniótico.
Control de enfermedades maternas: Manejo adecuado de enfermedades crónicas
y condiciones obstétricas.
Manejo peri y postnatal
Concepto: El manejo perinatal y postnatal del recién nacido hijo de una madre
con 24 horas de RPM implica una serie de medidas para asegurar la salud del
neonato, dada la mayor probabilidad de infecciones y complicaciones asociadas
a la RPM prolongada.
Características Mayor riesgo de infección: La ruptura prolongada de
membranas aumenta el riesgo de infecciones tanto para la madre como para el
recién nacido.
Posible prematuridad: Dependiendo de la edad gestacional, el neonato puede ser
prematuro.
Posible distress respiratorio: A causa de la prematuridad o infección.
Evaluación intensiva: Necesidad de monitoreo constante del estado del neonato
en las primeras horas y días de vida.
Diagnóstico Historia clínica materna: Importancia de conocer la duración de
la RPM y cualquier signo de infección materna.
Examen físico del neonato: Evaluación detallada al nacer y monitoreo frecuente.
Pruebas de laboratorio:
Hemocultivos: Para detectar infecciones sistémicas.
Biometría hemática completa: Para evaluar signos de infección o sepsis.
Pruebas específicas: Como la proteína C reactiva y procalcitonina para detectar
inflamación o infección.
Tratamientos: Antibióticos profilácticos: Administración inmediata de
antibióticos al neonato si hay signos de infección o sepsis
Soporte respiratorio: Si el neonato presenta dificultad respiratoria, puede
requerir oxígeno suplementario o asistencia ventilatoria.
Nutrición parenteral: Si el neonato es prematuro o no puede alimentarse por vía
oral.
Terapia de fluidos: Para mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos.
Cuidados generales de enfermería
Monitorización continua: Control de signos vitales, saturación de oxígeno y
parámetros hematológicos.
Aislamiento y control de infecciones: Medidas estrictas para prevenir la
transmisión de infecciones.
Higiene y cuidado del cordón umbilical: Para prevenir infecciones.
Apoyo nutricional: Evaluación y manejo de la alimentación del neonato, ya sea
por lactancia materna o fórmula.
Educación a los padres: Instrucciones sobre signos de alarma, cuidados en casa y
seguimiento médico.
Complicaciones Sepsis neonatal: Infección sistémica que puede ser mortal.
Síndrome de dificultad respiratoria: Especialmente en neonatos prematuros.
Enterocolitis necrotizante: Grave enfermedad intestinal en neonatos.
Hipoglucemia: Bajos niveles de glucosa en sangre.
Problemas neurológicos: Secuelas a largo plazo por infecciones graves o
prematuridad extrema.
Prevenciones Monitoreo prenatal: Vigilancia estrecha de embarazos con RPM
para detectar signos de infección y determinar el mejor momento para el parto.
Profilaxis antibiótica: Administración de antibióticos a la madre durante el parto
para prevenir infecciones neonatales.
Medidas de control de infecciones: Durante el parto y en la atención neonatal.
Educación materna: Informar a las madres sobre la importancia de reportar
cualquier signo de infección o complicación.
Sepsis neonatal temprana
Concepto: La sepsis neonatal temprana se refiere a una infección sistémica que
ocurre en los primeros 72 horas de vida del recién nacido. Generalmente es
causada por la transmisión de patógenos de la madre al bebé durante el
embarazo, el parto o inmediatamente después del nacimiento.
Características Síntomas inespecíficos: Letargia, irritabilidad, problemas de
alimentación, hipotermia o fiebre, apnea, dificultad respiratoria.
Alteraciones hemodinámicas: Taquicardia, hipotensión, mala perfusión
periférica.
Cambios en el comportamiento: Rechazo del alimento, llanto débil o excesivo,
disminución de la actividad
Diagnóstico Historia clínica y examen físico: Identificación de factores de
riesgo (RPM, fiebre materna, infección materna, prematuridad) y evaluación de
signos y síntomas en el neonato.
Pruebas de laboratorio:
Hemocultivos: Para identificar patógenos bacterianos en la sangre.
Biometría hemática completa: Leucocitosis, leucopenia, trombocitopenia.
Proteína C reactiva (PCR) y procalcitonina: Marcadores de inflamación e
infección.
Tratamientos Antibióticos de amplio espectro: Inicio inmediato de
tratamiento empírico (por ejemplo, ampicilina y gentamicina) hasta que se
obtengan resultados de cultivos.
Soporte hemodinámico: Administración de fluidos intravenosos y, si es
necesario, medicamentos inotrópicos para mantener la presión arterial y la
perfusión.
Soporte respiratorio: Oxigenoterapia, ventilación mecánica si hay insuficiencia
respiratoria.
Nutrición parenteral: Si el neonato no puede alimentarse adecuadamente por vía
oral
Cuidados generales de enfermería
Monitoreo constante: Vigilancia de signos vitales, estado hemodinámico,
parámetros respiratorios, y signos neurológicos.
Administración de medicamentos: Precisión en la dosificación y administración
de antibióticos y otros tratamientos necesarios.
Control de infecciones: Estrictas medidas de asepsia para prevenir infecciones
nosocomiales.
Soporte nutricional: Evaluación y administración de la nutrición adecuada, ya
sea enteral o parenteral.
Apoyo emocional: Brindar información y apoyo a los padres durante el
tratamiento y la hospitalización del neonato.
Complicaciones Shock séptico: Inestabilidad hemodinámica grave.
Meningitis: Infección del sistema nervioso central.
Dificultades respiratorias: Necesidad prolongada de ventilación mecánica.
Trombocitopenia: Disminución de plaquetas que puede llevar a sangrados.
Secuelas a largo plazo: Problemas neurológicos y desarrollo retrasado.
Prevenciones
Atención prenatal adecuada: Detección y tratamiento de infecciones maternas.
Profilaxis entriparte: Administración de antibióticos a la madre durante el parto
si hay riesgo de infección estreptocócica del grupo B.
Cuidados higiénicos estrictos: Durante el parto y la atención neonatal.
Monitoreo cercano de neonatos en riesgo: Vigilancia continua de aquellos con
factores de riesgo para sepsis.
Educación materna: Informar a las madres sobre la importancia de la atención
prenatal y los signos de infección neonatal.
4) Placenta sangrante ( Abrupció de placenta-Placenta previa):Manejo peri y
postnatal del recién nacido
La abrupció de placenta, también conocida como desprendimiento prematuro de
placenta, es una complicación del embarazo en la que la placenta se separa
prematuramente del útero antes de que el bebé nazca. Esta condición puede
poner en peligro la vida tanto de la madre como del bebé, ya que puede causar
hemorragia e insuficiencia fetal.Los signos y síntomas de la abrupción de
placenta pueden incluir dolor abdominal intenso, sangrado vaginal,
contracciones uterinas frecuentes y dolorosas, presión arterial alta y taquicardia
fetal. Es importante buscar atención médica inmediata si se experimenta alguno
de estos síntomas

El tratamiento de la abrupció de placenta depende de la gravedad de la condición


y puede incluir reposo en cama, monitoreo fetal, transfusiones de sangre y, en
casos graves, una cesárea de emergencia. Es importante recibir atención médica
oportuna para minimizar los riesgos para la madre y el bebé
Placenta previa
La placenta previa es una afección en la que la placenta cubre parcial o
completamente la abertura del cuello uterino, lo que puede provocar
complicaciones durante el embarazo y el parto. Los factores de riesgo de
placenta previa incluyen la edad superior a 35 años, los antecedentes de cirugías
anteriores, como una cesárea, haber tenido un parto anterior o la extracción de
fibromas uterinos.
Los síntomas de placenta previa pueden incluir sangrado vaginal indoloro en el
segundo o tercer trimestre del embarazo. En algunos casos, la placenta previa
puede resolverse por sí sola a medida que el útero crece, pero en casos más
graves, puede requerir intervención médica o un parto por cesárea para evitar
complicaciones tanto para la madre como para el bebé.
Manejo peri y postnatal del recién nacido

El manejo peri y postnatal del recién nacido es crucial para garantizar su salud y
bienestar desde el momento de su nacimiento hasta sus primeras semanas de
vida. Algunos aspectos importantes a tener en cuenta durante este periodo
incluyen:

•Examen físico completo al nacer: Es fundamental realizar un examen físico


completo al recién nacido en el momento de su nacimiento para detectar posibles
anomalías o problemas de salud que requieran atención inmediata.
•Cuidados inmediatos: Es importante mantener al recién nacido caliente y seco
inmediatamente después del parto, estimular la respiración si es necesario y
administrar profilaxis ocular y de vitamina K según las indicaciones médicas.

•Alimentación: La lactancia materna es la mejor opción para la alimentación del


recién nacido, ya que proporciona nutrientes esenciales y protección contra
enfermedades. Se recomienda iniciar la lactancia en la primera hora de vida y
mantenerla exclusivamente hasta los seis meses de edad.

•Monitorización del estado de salud: Durante las primeras semanas de vida, es


importante vigilar constantemente al recién nacido para detectar posibles signos
de enfermedad o complicaciones. Esto incluye controlar su peso, temperatura,
frecuencia cardíaca y respiratoria, así como observar su apariencia general y
comportamiento.

•Inmunizaciones: Es importante seguir el calendario de vacunación


recomendado para proteger al recién nacido contra enfermedades prevenibles.
Las vacunas son seguras y efectivas en la prevención de enfermedades graves.

•Consultas de seguimiento: Es importante programar consultas de seguimiento


con el pediatra para evaluar el crecimiento y desarrollo del recién nacido, así
como para abordar cualquier inquietud o problema de salud que pueda surgir.

Grupo #2
5) Atención del niño hijo de la madre con infección por VIH, con sífilis
gestacional o con toxoplasmosis: es un tema delicado y complejo. En el caso del
VIH, es crucial que la madre reciba tratamiento antirretroviral para reducir el riesgo
de transmisión al bebé. En cuanto a la sífilis gestacional, el tratamiento con
antibióticos es fundamental para prevenir complicaciones en el embarazo y proteger
al bebé. En el caso de la toxoplasmosis, se deben tomar medidas para evitar la
infección durante el embarazo y, si se detecta, el tratamiento adecuado puede ayudar
a proteger al bebé. Es importante buscar atención médica especializada lo antes
posible en cada caso. Si necesitas más información específica, estaré encantada de
ayudarte en todo lo que pueda.
6) Patologías prevalentes en el niño de manejo domiciliario: infección
respiratoria aguda, enfermedades diarreica aguda, infectocontagiosa propias
de la infancia
Infección respiratoria aguda: En el caso de una infección respiratoria aguda en un
niño, el manejo domiciliario puede incluir seguir las indicaciones del médico,
asegurar que el niño descanse lo suficiente, mantenerlo bien hidratado, administrar
los medicamentos recetados según las instrucciones y supervisar cualquier señal de
empeoramiento, como dificultad para respirar. Es importante estar atento a la
evolución de los síntomas y buscar atención médica si es necesario. Si tienes alguna
pregunta específica sobre el manejo domiciliario de esta u otras condiciones, estaré
encantada de ayudarte
Enfermedades diarreica aguda: En el caso de una enfermedad diarreica aguda en
un niño, el manejo domiciliario puede incluir asegurar una adecuada hidratación a
través de soluciones de rehidratación oral, mantener una alimentación adecuada
según las indicaciones médicas, evitar la automedicación y buscar atención médica
si los síntomas persisten o empeoran. Es crucial seguir las indicaciones del médico y
estar atento a signos de deshidratación, como la disminución en la producción de
orina o letargo inusual. Si tienes más preguntas sobre el manejo domiciliario de esta
condición, estaré encantada de ayudarte.
Infectocontagiosa propia de la infancia: Las enfermedades infecciosas
contagiosas comunes en la infancia suelen ser causadas por virus o bacterias y
pueden transmitirse fácilmente de un niño a otro. Es importante estar al tanto de los
síntomas y cuidados en el hogar para cada una de estas enfermedades. Por ejemplo,
en el caso de la varicela, es crucial mantener al niño cómodo y evitar que se rasque
las ampollas para prevenir infecciones secundarias. En el caso del resfriado común,
se recomienda descanso, hidratación y medicamentos para aliviar los síntomas.
Además, es esencial seguir las pautas de prevención, como la vacunación, el lavado
de manos frecuente y la práctica de una buena higiene para reducir la propagación
de estas enfermedades.
7) Manejo perinatal y postnatal del recién nacido con restricción del
crecimiento intrauterino (pequeño para la edad gestacional y prematuro) El
manejo perinatal y postnatal del recién nacido con restricción del crecimiento
intrauterino (RCIU) es crucial para garantizar su bienestar. En el caso de los recién
nacidos pequeños para la edad gestacional y prematuros, es fundamental
proporcionar cuidados especializados y seguimiento cercano.
Durante el manejo perinatal, es importante realizar un monitoreo cuidadoso de la
madre y el feto, así como considerar la posibilidad de un parto prematuro si la salud
del feto se ve comprometida. Una vez nace el bebé, se debe brindar atención
especializada para abordar las posibles complicaciones asociadas con el RCIU y la
prematuridad, como la dificultad para mantener la temperatura corporal, problemas
respiratorios y dificultades en la alimentación.
El seguimiento postnatal debe incluir un monitoreo continuo del crecimiento y
desarrollo del bebé, así como la implementación de estrategias para promover un
desarrollo saludable. Además, es fundamental brindar apoyo emocional y educativo
a los padres para que puedan cuidar adecuadamente a su recién nacido en casa.
8) detección de anomalías congénitas en niños: hemofilia, espina bífida:
Hemofilia: La detección temprana de anomalías congénitas como la hemofilia y la
espina bífida es fundamental para brindar el tratamiento adecuado y mejorar la
calidad de vida del niño afectado.
En el caso de la hemofilia, una enfermedad genética que afecta la coagulación de la
sangre, la detección temprana a través de pruebas genéticas o análisis de sangre es
crucial para iniciar el tratamiento y prevenir complicaciones graves, como
hemorragias internas.
La espina bífida: es un defecto del tubo neural que puede detectarse mediante
pruebas prenatales, como el ultrasonido, o después del nacimiento a través de
pruebas médicas. La detección temprana permite planificar intervenciones
quirúrgicas y terapias que ayuden a minimizar las complicaciones asociadas con esta
condición.
Es importante que los profesionales de la salud estén capacitados para identificar
estas anomalías congénitas y proporcionar el apoyo necesario a las familias
afectadas. Además, la educación sobre la prevención y el manejo adecuado de estas
condiciones es esencial.
9) patologías crónicas del niño: epilepsia, asma:
Epilepsia: Las patologías crónicas en niños, como la epilepsia, requieren un
enfoque integral para su manejo. La epilepsia es un trastorno neurológico que se
caracteriza por convulsiones recurrentes, y su diagnóstico y tratamiento deben ser
abordados de manera cuidadosa y personalizada.
El manejo de la epilepsia en niños implica la coordinación entre pediatras,
neurólogos y otros especialistas para determinar el tratamiento más adecuado. Esto
puede incluir medicamentos antiepilépticos, terapias complementarias, cambios en
el estilo de vida y, en algunos casos, cirugía.
Además del tratamiento médico, es importante brindar apoyo emocional tanto al
niño como a su familia, así como educar a los cuidadores sobre cómo reconocer y
responder a las convulsiones. El establecimiento de un plan de manejo
individualizado que aborde las necesidades médicas, emocionales y educativas del
niño es fundamental para garantizar su bienestar a largo plazo.
Asma: El asma es una de las patologías crónicas más comunes en la infancia y su
manejo efectivo es esencial para garantizar la calidad de vida del niño. El
tratamiento del asma en niños implica un enfoque multidisciplinario que incluye la
participación de pediatras, alergólogos, y en algunos casos, neumólogos.
El manejo del asma en niños generalmente incluye el uso de medicamentos
inhalados para controlar los síntomas y prevenir las crisis asmáticas. Además, es
fundamental identificar y evitar los desencadenantes del asma, como alérgenos o
irritantes ambientales, y educar tanto al niño como a su familia sobre el autocontrol
de la enfermedad.
El establecimiento de un plan de acción para el asma, que incluya la monitorización
de los síntomas, el uso adecuado de medicamentos de rescate y la comunicación con
el equipo médico, es crucial para manejar eficazmente esta condición crónica.
10) alteración funcionales y del desarrollo: parálisis cerebral, síndrome de
Down, niño autista:
Parálisis cerebral: Las alteraciones funcionales y del desarrollo, como la parálisis,
pueden tener un impacto significativo en la vida de un niño y requieren un enfoque
integral para maximizar su bienestar y desarrollo. La parálisis puede ser causada por
diversas condiciones, como parálisis cerebral, lesiones en la médula espinal o
trastornos neuromusculares, y su manejo varía según la causa y el grado de
afectación.
El tratamiento y manejo de la parálisis en niños pueden incluir terapias físicas y
ocupacionales para mejorar la movilidad, el fortalecimiento muscular y las
habilidades motoras. Además, es importante proporcionar apoyo emocional y
educativo tanto al niño como a su familia para fomentar la independencia y la
participación activa en la vida diaria.
El acceso a dispositivos de asistencia, adaptaciones en el entorno y una atención
médica especializada son fundamentales para optimizar la calidad de vida del niño
con parálisis. Asimismo, el apoyo continuo de un equipo multidisciplinario de
profesionales de la salud es crucial para abordar las necesidades físicas, emocionales
y sociales del niño.
Síndrome de Down: El síndrome de Down es una condición genética que afecta el
desarrollo físico y cognitivo de las personas. En el caso de los niños con síndrome
de Down, es importante brindar un enfoque integral que aborde sus necesidades
médicas, educativas y emocionales.
El manejo del síndrome de Down en niños implica la atención de profesionales
especializados, incluyendo pediatras, genetistas, terapeutas ocupacionales y del
habla, entre otros. Es fundamental proporcionar una estimulación temprana y un
ambiente de apoyo que fomente el desarrollo óptimo del niño.
Además, es esencial trabajar en estrecha colaboración con los padres y cuidadores
para ofrecer orientación sobre las necesidades específicas del niño con síndrome de
Down, incluyendo la planificación educativa y la promoción de la autonomía.
El acceso a programas de intervención temprana, servicios de salud especializados y
una red de apoyo comunitario son fundamentales para garantizar el bienestar
integral del niño con síndrome de Down.
Niño autista: El autismo es una condición del neurodesarrollo que puede presentar
una amplia variedad de manifestaciones y desafíos para el niño y su entorno
familiar. El manejo del autismo en niños requiere un enfoque integral que aborde las
necesidades individuales del niño, así como el apoyo emocional y educativo para la
familia.
El tratamiento del niño autista puede incluir intervenciones conductuales, terapias
centradas en el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas, así como
estrategias para abordar comportamientos desafiantes. Es fundamental trabajar con
un equipo multidisciplinario que incluya psicólogos, terapeutas ocupacionales,
logopedas y educadores especializados para proporcionar un enfoque integral.
Además, es importante promover la inclusión del niño autista en entornos
educativos y sociales, adaptando el ambiente para satisfacer sus necesidades
individuales y fomentar su participación activa.
La comprensión y el apoyo de la comunidad son fundamentales para garantizar que
los niños autistas tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.

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