Agustín. El Deseo de Saber y Conocer
Agustín. El Deseo de Saber y Conocer
Agustín. El Deseo de Saber y Conocer
conocer
Agustín de Hipona fue uno de los sabios más prolíficos que la hu-
manidad haya conocido jamás, y es admirado no solamente por sus
obras, sino también por la variedad de temas, mismos que abarcan
todos los ámbitos del pensamiento.
• La intuición intelectual.
• La intuición sensitiva.
• La razón discursiva.
Hay, pues, una gradación del conocimiento, desde los niveles más
bajos, sensibles, hasta el nivel más elevado, lo inteligible, la idea:
2. Razón y fe
Agustín de Hipona fue el que formuló de modo preciso la relación en-
tre razón y fe. Al principiar la preparación de su recapitulación filo-
sófica del juicio del conocimiento parte ya de una previa conciliación
de la filosofía al cristianismo realizada por los pensadores cristianos
del siglo III, esencialmente.
Al significar “Cree para que entiendas, y entiende para que creas” (s.
43). Precisamos, que:
• Metafísico, las cosas del mundo sensible tienen realidad por par-
ticipar del mundo inteligible; tienen como una realidad derivada.
Para Agustín, la relación que liga al ser de lo creado con el ser divi-
no, es de participación -vemos aquí resonancias platónicas-. Pero el
hombre no es un ente más entre las cosas creadas: no participa de la
idea, sino que es imagen. El haber sido hecho a imagen y semejanza
de Dios implica que, a diferencia de las demás creaturas, existe en él
una presencia efectiva de la divinidad -sin que haya identificación
entre Dios y el hombre, como una ‘deificación’ humana-. El recorrido
descripto por Agustín en el que descubre la presencia de lo trasce-
dente en el interior de su alma, es un aporte fundamental en la cons-
trucción del sujeto. Veamos de qué se trata.
La unión mística con Dios pasa a ser el fin último del hombre. Se
considera fundador de esta corriente a Plotino, cuyas obras fueron
publicadas por su discípulo Porfirio, bajo el título de Enéadas.
Plotino partió del comentario a las obras de Platón, les dio un giro
que matizó su obra de un misticismo inquieto por la salvación del in-
dividuo a través del conocimiento del absoluto. Ese conocimiento se
consigue mediante la unión extática con Dios, a quien llama el Uno.
El Uno es absolutamente transcendente, inefable e incomprensible y
de él emana, gradualmente y sin corromperlo, toda la realidad.
5. Teoría de la iluminación
El iluminismo de Agustín señala que el intelecto agente es como una
luz que participa de Dios, gracias a la cual conocemos los conceptos.
La doctrina de la iluminación plantea la cuestión del estatus de la luz,
cuya temática se encuentra muy presente en los escritos patrísticos,
Amén.