Tarea S12 Marie HC

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Curso:

Ciudadanía Y Reflexión Ética

Tema:

Ensayo

Docente:

Lizbany Sujey Cardoza Sernaque

Integrante:

Huaraca Castro Marie


U23312034

Lima ,12 de junio del 2024


Introducción

En la actualidad, el concepto de Estado de Derecho se ha convertido en un pilar fundamental para el

desarrollo de sociedades justas y equitativas. Este ensayo aborda la importancia del Estado de

Derecho en la construcción de la ciudadanía, explorando cómo los principios de legalidad,

separación de poderes y respeto a los derechos fundamentales pueden influir en la formación de

ciudadanos activos y responsables. La pregunta controversial que guía esta reflexión es: ¿Puede un

Estado de Derecho sólido garantizar una ciudadanía más comprometida y consciente de sus

derechos y deberes? La tesis que se defiende en este trabajo es que un Estado de Derecho bien

implementado no solo protege los derechos de los individuos, sino que también fomenta una cultura

de participación y responsabilidad ciudadana. Para fundamentar mi postura, expongo dos conceptos

éticos cruciales: la ética de la responsabilidad y la ética de máximo y mínimos.

En primer lugar, el principio ético de la responsabilidad nos convoca a actuar en beneficio de los

más vulnerables de la sociedad, asegurando que todas las decisiones y acciones gubernamentales

estén guiadas por un compromiso ético con la justicia y la equidad.,El imperio de la ley es uno de

los pilares fundamentales del Estado de Derecho. Este principio asegura que todas las personas,

incluyendo las autoridades, están sujetas a las mismas leyes. Este marco legal proporciona una

estructura en la cual los ciudadanos pueden confiar para la protección de sus derechos. Por ejemplo,

en el Perú, la Constitución garantiza una serie de derechos fundamentales que deben ser respetados

por todos. Cuando las leyes son claras y justas, los ciudadanos pueden sentirse seguros y

respaldados, lo que incentiva su participación activa en la vida pública. Además, la certeza jurídica

que proporciona el imperio de la ley permite a los ciudadanos planificar sus acciones y decisiones,

sabiendo que están protegidos por un sistema legal predecible y transparente.

El imperio de la ley establece que todas las personas, incluidas las autoridades, están sujetas a las

mismas leyes, proporcionando un marco legal donde los ciudadanos pueden confiar para la

protección de sus derechos fundamentales. En países como Perú, la Constitución garantiza derechos
básicos que deben ser respetados universalmente. La claridad y la justicia de las leyes no solo

fomentan la seguridad y el respaldo de los ciudadanos, sino que también estimulan su participación

activa en la vida pública.

Sin embargo, algunos críticos advierten que un sistema legal demasiado rígido podría conducir a la

burocratización y a la falta de flexibilidad para adaptarse a nuevas circunstancias. Esta

inflexibilidad potencialmente desincentiva la participación ciudadana, al percibirse el sistema como

ajeno a las necesidades cambiantes de la sociedad. Es aquí donde el principio ético de la

responsabilidad cobra vital importancia: insta a los legisladores y operadores del sistema judicial a

mantener un equilibrio dinámico entre la aplicación rigurosa de la ley y la capacidad de respuesta a

los desafíos sociales y económicos en evolución.

En respuesta a estos desafíos, es crucial entender que el Estado de Derecho debe ser dinámico,

capaz de evolucionar con la sociedad y adaptarse a nuevos contextos sin perder de vista sus

principios fundamentales de justicia y equidad. Esto implica que las leyes y regulaciones deben ser

revisadas y actualizadas de manera constante para asegurar su relevancia y efectividad en la

protección de los derechos individuales y colectivos. Así, el imperio de la ley no solo garantiza la

seguridad jurídica, sino que también facilita un entorno donde los ciudadanos pueden planificar sus

acciones con certeza y confianza en un sistema legal predecible y transparente.

El dilema ético y la responsabilidad, como plantea Savater (1991), subrayan la idea de que no

somos libres de elegir las circunstancias que nos rodean, pero sí somos libres para decidir cómo

responder a ellas. Esta reflexión ética resuena en el ámbito del derecho, donde los responsables de

formular y aplicar leyes enfrentan constantemente decisiones que afectan directamente a los

derechos y la dignidad de las personas. El desafío radica en encontrar un equilibrio entre la

rigurosidad de las normas y la capacidad de adaptación necesaria para asegurar que el sistema legal

sea justo y efectivo en todas las circunstancias.


En segundo lugar, la ética de máximo y mínimo nos insta a buscar soluciones que maximicen el

bienestar y minimicen el sufrimiento humano a ética de máximo y mínimo, como planteada por

Adela Cortina, ofrece un marco valioso para analizar la separación de poderes dentro del Estado de

Derecho. La separación de poderes es otro componente esencial del Estado de Derecho, diseñado

para evitar la concentración de poder y los abusos que de ello podrían derivarse. Este principio

garantiza que las funciones del gobierno estén distribuidas entre diferentes ramas: ejecutiva,

legislativa y judicial. Esta distribución de poderes no solo previene el autoritarismo, sino que

también promueve la transparencia y la rendición de cuentas. Por ejemplo, en un Estado de

Derecho, el poder judicial tiene la autoridad para revisar y, si es necesario, invalidar las acciones del

poder ejecutivo que violen la Constitución. Esta capacidad de control y balance asegura que las

leyes sean aplicadas de manera justa y equitativa, lo que refuerza la confianza de los ciudadanos en

sus instituciones y promueve su participación activa.

Este enfoque ético busca maximizar el bienestar y minimizar el sufrimiento humano como

principios fundamentales para evaluar las acciones individuales y las políticas públicas. En el

contexto de la separación de poderes.

Por ello al aplicar la ética de máximo y mínimo al análisis de la separación de poderes, podemos

entender cómo este principio ético no solo sustenta la estructura fundamental del Estado de

Derecho, sino que también orienta la práctica y la mejora continua de las instituciones

democráticas. Promueve un enfoque ético en la política y la administración pública, asegurando que

las decisiones y acciones gubernamentales estén alineadas con el objetivo de promover el bien

común y proteger los derechos individuales y colectivos.

No obstante, la separación de poderes también puede dar lugar a conflictos entre las diferentes

ramas del gobierno, lo que podría ralentizar el proceso de toma de decisiones y la implementación

de políticas públicas. Aunque estos conflictos son una parte natural del sistema de pesos y

contrapesos, es crucial que existan mecanismos efectivos para resolverlos de manera justa y rápida.
La mediación y el diálogo institucional son herramientas valiosas para mantener el equilibrio y la

cooperación entre los diferentes poderes del Estado. (p.165) Adela cortina 2015.Este argumento se

basa en la ética de máximo y mínimo, una perspectiva ética que busca maximizar el bienestar y

minimizar el sufrimiento

En tercer lugar ,El respeto a la dignidad humana y a los derechos fundamentales es un pilar central

del Estado de Derecho, esencial para la construcción de una sociedad justa y democrática. Según

Kant, el imperativo categórico proporciona un criterio moral universal desde el cual evaluar la

moralidad de nuestras acciones y normas, enfatizando la dignidad intrínseca de cada individuo

como fin en sí mismo. Este enfoque ético subraya la importancia de tratar a todos los seres humanos

como sujetos morales autónomos, capaces de racionalidad y dignidad inherentes.

Mill, por otro lado, desde la perspectiva utilitarista, promueve la maximización del bienestar y la

minimización del sufrimiento como principios fundamentales. El utilitarismo destaca la capacidad

universal de experimentar dolor y placer, proponiendo que las acciones deben orientarse hacia la

consecución del mayor bienestar para el mayor número de personas. En este contexto, la protección

de los derechos fundamentales, como la libertad de expresión y el derecho a un juicio justo, se

justifica en la medida en que contribuyen al bienestar general y a la felicidad de la sociedad.

Sin embargo, a pesar de estos principios éticos, persisten desigualdades en la protección y acceso a

los derechos fundamentales, afectando especialmente a grupos vulnerables como minorías étnicas,

mujeres y personas en situación de pobreza. Estas desigualdades subrayan la necesidad de políticas

inclusivas y efectivas que garanticen la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos. La

participación activa de la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales es crucial para

supervisar y promover los derechos humanos, asegurando que todos los individuos puedan ejercer

plenamente sus derechos y contribuir activamente a la vida cívica y democrática.


En conclusión, En conclusión, el presente ensayo ha explorado el papel fundamental del Estado de

Derecho en la formación de ciudadanos comprometidos y responsables. Desde la ética de la

responsabilidad que nos insta a proteger a los más vulnerables hasta la ética de máximo y mínimo

que busca maximizar el bienestar y minimizar el sufrimiento, hemos visto cómo estos principios

éticos fundamentales deben guiar tanto la estructura de nuestras instituciones como la práctica

diaria de la justicia.

El imperio de la ley emerge como un pilar indispensable para garantizar que todos, sin excepción,

estén sujetos a las mismas normas claras y justas. Sin embargo, es crucial reconocer que un sistema

legal rígido puede obstaculizar la adaptabilidad necesaria para enfrentar los desafíos cambiantes de

nuestra sociedad. Es aquí donde el equilibrio entre la rigurosidad de las normas y la flexibilidad en

su aplicación se vuelve crucial, asegurando que el Estado de Derecho no solo proteja los derechos

individuales, sino que también fomente la participación ciudadana activa y consciente.

La separación de poderes, diseñada para prevenir la concentración del poder y garantizar la

transparencia y la rendición de cuentas, debe ser fortalecida con mecanismos eficaces de mediación

y diálogo institucional. Esto no solo mitigará los conflictos inherentes entre las diferentes ramas del

gobierno, sino que también acelerará la toma de decisiones y la implementación de políticas

públicas que beneficien a toda la sociedad.

Finalmente, para abordar las persistentes desigualdades en la protección y acceso a los derechos

fundamentales, es imperativo promover políticas inclusivas y efectivas que garanticen la igualdad

de oportunidades para todos los ciudadanos. La participación activa de la sociedad civil y las

organizaciones no gubernamentales son clave para supervisar y promover los derechos humanos,

asegurando que cada individuo pueda ejercer plenamente sus derechos y contribuir activamente a

una convivencia pacífica y democrática.


En última instancia, un Estado de Derecho robusto no solo protege a sus ciudadanos, sino que

también los empodera para ser agentes de cambio positivo en sus comunidades. Es responsabilidad

de todos mantener vivos estos principios éticos y trabajar constantemente por una sociedad más

justa, equitativa y solidaria.

Referencias Bibliográficas

Fuentes Cuenca, M. (2015). El dilema de la ética: entre el ser y el deber ser, la libertad y el

reconocimiento del otro. Estudios de filosofía, 13, 31-54. Obtenido de http://revistas.

pucp.edu.pe/index.php/estudiosdefilosofia/article/ view/14589/15188

Fuentes: Savater, F. (1991) Ética para Amador. Barcelona. Ed. Ariel

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