María La Madre de Jesús - Ana Mendez - 2016
María La Madre de Jesús - Ana Mendez - 2016
María La Madre de Jesús - Ana Mendez - 2016
DE JESÚS
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Todas las referencias bíblicas has sido extraídas de la traducción Reina Valera, revisión 1960.
www.vozdelaluz.com
ISBN 978-1-944681-13-5
INTRODUCCIÓN
Un libro para la gloria de Dios
Escribo este libro con gran amor hacia todos los que aman a Dios, y que
buscan Sus caminos y Su Bendición; a todos los Católicos, y también a todas
las denominaciones Cristianas.
Como seres humanos, el ver un ángel de luz falso o verdadero es algo que
va más allá de nuestro entendimiento. Si no tenemos discernimiento y no
estamos anclados en la verdad de Dios y Sus caminos, es muy fácil ser
engañado.
Si nos dejamos llevar por su belleza y resplandor, somos presa fácil. Pero
Dios en Su Palabra nos da la pauta de cómo saber quien es el que se nos está
apareciendo.
Dios ha usado muchas veces apariciones angélicas para anunciar
mensajes, pero no todo lo que brilla es del cielo o proviene de Dios.
El propósito de este libro es guiarlo y poner en sus manos las
herramientas de discernimiento y de sabiduría que lo harán entender como
analizar una aparición y su mensaje.
También es mi intención darle a conocer el profundo mensaje que nos
dejó María la madre de nuestro Señor a través de su vida ejemplar, de su
amor al Padre y al Hijo, y de las palabras escritas acerca de ella en la Biblia.
CAPÍTULO 1
MI ENCUENTRO CON LA
VIRGEN DE GARABANDAL
Mi mente no podía creer lo que mis ojos veían. Delante mío estaba una
visión extraordinaria. Era una mujer llena de luz, su rostro era hermosísimo
lleno de una ternura y una piedad que cautivaba el alma. Su cabello rubio y
ondulado le llegaba hasta las corvas de las piernas y ondeaba lleno de luz
como cuando se está dentro del agua. Sus vestidos eran blancos y su túnica
azul pálido ribeteada con un cinto dorado del cual emanaban destellos de luz
a manera de estrellas tintineantes.
Me quedé sin habla, admirándola más que observándola, entonces me
habló con una voz cándida y apacible que me traspasaba.
-‘Yo soy la Virgen, y he venido porque tengo un mensaje para ti, que
quiero que lo lleves al mundo. Para esto tienes que venir a Garabandal.’
Al terminar de hablar empezó a desvanecerse.
Eran como las tres de la mañana cuando sentí una presencia que recorrió
mi cuerpo y luego vino otra vez la luz y ahí estaba de nuevo.
No pude sino romper en llanto de la emoción que sentía, estaba llena de
alegría.
-‘No te preocupes, yo soy tu Madre y no te voy a dejar; si vine para
decirte que tengo un mensaje para ti, me voy asegurar que llegues al lugar.
Tienes que ir a Garabandal, ahí te estaré esperando.’
- ‘Ahí estaré’-, le dije con voz temblorosa por el impresionante privilegio
de oírla, y se volvió a desaparecer.
Esta vez lo había oído con suma atención. Así que lo escribí con gran
cuidado para que no se me fuera a olvidar. A la mañana siguiente, bajé a
desayunar y les conté a todos acerca de la segunda aparición. Todos se me
quedaron viendo casi con temor y temblor.
-‘¿Que vas a hacer?’- Me preguntó mi hermana. ‘Ya buscamos el lugar en
el mapa y no hay nada que se le parezca.’
- ‘La verdad no sé que voy hacer, pero si ella quiere que llegue, se
encargará que así sea.’- Le contesté.
Mis vacaciones cambiaron por completo, dejé de participar con los demás
en la mayoría de las actividades y me dediqué a rezar. Por cinco noches
consecutivas se apareció a mí, diciéndome lo mismo, al cabo de los cuales
decidí ir a la curia de Madrid y preguntar si alguien sabía algo al respecto de
ese lugar. Me recibió un sacerdote muy amable, y cuando le conté lo ocurrido
su rostro se transformó, como si le estuviese contando algo que fuera una
confirmación de algo que daba vueltas en su interior.
-‘Tienes que hablar con uno de los padres, él sabe todo lo relacionado a
ese lugar, ya que de hecho él ya fue.’
Creo que se llamaba Francisco, no lo recuerdo bien. Pero lo cierto es que
lo mandó llamar y llegó corriendo un simpático padrecito regordete y con una
gran sonrisa en la boca.
Para esto quiero empezar desde lo que considero lo básico, esto es,
conocer quién fue, verdaderamente María la Madre de Jesús.
CAPÍTULO 2
VOLVIENDO A LA HISTORIA
María es uno de los personajes Bíblicos más importantes, por haber sido la
mujer escogida para llevar en su vientre al Mesías, y es también uno de los
menos comprendidos.
Su nombre y su persona han sido tratados entre las diferentes iglesias y
denominaciones que se profesan Cristianas con el más amplio espectro entre
la exhaltación total y el desprecio absoluto. Ningún otro santo del Antiguo, ni
del Nuevo Testamento es tratado con tanta ambigüedad.
Esto se debe a que existen dos diferentes Marías, una la madre de nuestro
Señor y otra proveniente de las diversas culturas paganas, que toma
astutamente el nombre de la virgen con el fin de engañar y desviar la fe de los
creyentes; esta es la falsa María. Estas dos figuras maternales se han ido
mezclando a través de los siglos, creando una gran confusión.
En estos tiempos tan difíciles, donde la espiritualidad y la fe están
desvaneciéndose en el corazón de muchos, es importante revisar la historia y
el origen de muchas creencias.
Hay cosas que simplemente las hemos ido aceptando por tradición, por
que alguien lo dijo, porque así nos enseñaron, y jamás nos hemos preguntado
si están de acuerdo al corazón de nuestro Padre Celestial.
Dios está poniendo orden una vez más en la tierra, con el propósito que
veamos con claridad sus caminos y nos acerquemos a Él en la plenitud y las
bendiciones que Él tiene para cada uno de nosotros.
Dios elegiría de entre Su pueblo una virgen para que fuese el vaso
escogido que llevaría en su vientre al Hijo de Dios.
¡Qué honra tan grande para la mujer que iba a ser escogida para esta
tarea! Pero, ¿cómo sería esta elección?, ¿Qué miró Dios en ella?
¿ Qué características tenía que tener la mujer a quien Dios le diera el
privilegio más grande para un ser humano?
Dios tenía que escoger alguien conforme a Su propio corazón, y
totalmente santa y sujeta a la ley que Él había mandado por medio de Moisés.
La virgen escogida, tendría que ser de un carácter firme e
impresionantemente humilde para no robarle ni un ápice de gloria al futuro
Mesías. Ella sería sin lugar a dudas tentada en ese sentido. Es muy fácil para
la naturaleza humana el quererse exaltar ante una gran hazaña o ante un
nombramiento como éste, “la madre, del Hijo de Dios”. María, tendría que
saber cómo mantenerse firme y humilde en tan glorioso llamado.
Satanás siempre tentó al pueblo de Israel con el pecado que más ofendía a
Dios, “la idolatría”.
No hay una abominación más grande mencionada en las Sagradas
Escrituras, que el hecho que los hombres le den gloria a pinturas o figuras
hechas de madera, de fundición o de piedra. La idolatría no es tan sólo el
postrarse ante una piedra, un totem, un dios africano, o precolombino, sino
adorar cualquier cosa, o persona que no sea Dios mismo.
Dios es Espíritu, y es el Creador de los cielos y la tierra. El se siente
sumamente humillado cuando el hombre le da la gloria y la adoración a las
criaturas y no a Él. Cuando el hombre se postra ante otro ser humano o ante
un ángel del cielo o ante un demonio aberrante.
Todo lo creado, por más magnífico que sea ese ser, no es sino una
creación, hechura de Sus manos.
María sabía esto perfectamente. Ella, como una fiel judía, asistía a la
sinagoga todos los sábados para ser entrenada y adoctrinada en la ley de
Dios. Ella no era una ignorante, ni una mujer trivial, era una mujer de
profundo conocimiento de la Torah (ley Judía) de “los Salmos y de los
Profetas”, y temerosa de Dios. La vemos en las escrituras cumpliendo toda la
ley y purificándose en el dia de la expiación.
Ésta era una práctica pagana en la cual incurrió el rey Saúl, evocando el
espíritu del profeta Samuel. Esto produjo que Dios lo aborreciera y lo
destituyera de su reino entregándolo a la muerte. (1 Samuel 28:7- 19)
a. Las Profecías
Desde la caída del hombre en el Jardín del Edén, el Padre profetiza el
plan de salvación a través de Su Hijo unigénito. El maldice a la serpiente,
anunciándole cómo de la mujer saldría la simiente, que aplastaría su cabeza
destruyendo todo su imperio.
Vemos aquí cómo surge una enemistad terrible entre el diablo y la mujer
como consecuencia de la maldición. Satanás creía que había conquistado el
dominio total de la Tierra al hacer caer en transgresión a Adán y a su mujer,
pero Dios tenía ya en mente el plan para reconciliar de nuevo a su creación
consigo mismo.
Muchas veces María debió haber escuchado a los maestros de la ley,
hablar sobre esta enemistad. Y seguramente en su infancia y adolescencia
Dios puso pensamientos en su corazón y circunstancias que la forjaron cómo
una mujer de gran valor y resistencia emocional. María fue una mujer de
extraordinaria fe capaz de dar pasos en su caminar con Dios que muy pocos
se atreverían.
Una de estas grandes pruebas tenía que ver con la misma concepción
sobrenatural del Hijo de Dios. No iba a ser nada fácil el enfrentarse a toda la
sociedad de su tiempo, como una mujer embarazada que aún no contraía
nupcias con su desposado, José. Hoy en día es fácil decir, Jesús nació de una
virgen, pero en aquellos tiempos, nadie le iba a creer que provenía del
Espíritu Santo.
Aún tuvo Dios que enviar al ángel Gabriel para traer paz y confirmación
en el corazón de José, ya que para él tampoco iba a ser algo fácil de digerir.
La ley Judía era muy severa en contra de la inmoralidad y la unión íntima
entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio, sobre todo cuando se
trataba de un linaje sacerdotal. En este caso, María era hija de Elí de la orden
sacerdotal de Aaron.
María sabía que si una mujer concebía fuera del matrimonio, sería
inmediatamente señalada, rechazada, y si no fuere redimida moriría
irremediablemente. Esta ley provocó un momento de decisión muy dramático
en el corazón de María durante la anunciación. Dios probaría su fe, la cual la
calificaría como madre del Mesías o la descalificaría por amar más su
reputación y su vida, que la voluntad de Dios.
CAPÍTULO 3
EL CARÁCTER Y EL MENSAJE
DE MARÍA
1. La Anunciación
Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad
de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un
varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de
la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba,
dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre
las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y
pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo:
María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y
ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás
su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del
Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y
reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá
fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no
conozco varón.
Lucas 1:26-34
En esta parte vemos el corazón de María que Dios miró, para escogerla.
Ella no se siente grande, ni se exalta a sí misma, ni busca adoración ni fama.
Ella reconoce lo que toda la humanidad debe reconocer, que todos tenemos
necesidad de un salvador y que ese salvador es Dios hecho carne, nuestro
Mesías.
María fue humilde más que cualquiera, y ésta es la virtud que Dios
necesitaba en la mujer que llevaría en su vientre a Su Hijo unigénito. Dios
sabía que el diablo tentaría a María como tentó a la primera mujer, con algo
suculento y delicioso que la llenara de exaltación y la descalificara.
… sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos
vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y
vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la
sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido,
el cual comió así como ella.
Génesis 3:5-6
La estrategia del diablo para tentar a María sería también en esa misma
dirección. El poder ser como Dios, el exaltarse sobre su propio Hijo, el
robarle Su gloria y propósito, el desviar la atención del mundo hacia ella.
Pero ella era temerosa de Dios, fiel y justa en todos sus caminos y jamás
accedería a semejante tentación y engaño.
Note en las siguientes palabras cómo el mensaje de María siempre será
exaltar y adorar a Dios y conducir a todas las generaciones a temer el Santo
Nombre del Padre Eterno.
2. El Alumbramiento
“Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su
alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en
pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para
ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que
velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y
he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor
los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les
dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo,
que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la
ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto
os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales,
acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel
una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y
decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena
voluntad para con los hombres! Sucedió que cuando los ángeles
se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros:
Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y
que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues,
apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado
en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había
dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de
lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas
estas cosas, meditándolas en su corazón.”
Lucas 2:6-19
Qué momento tan extraordinario para María, el ver nacer de sus entrañas
al Salvador del Mundo. La Gloria de Dios llenaba el lugar, los ángeles del
cielo se manifestaron, el firmamento mismo se rindió al Mesías y se encendió
con la estrella con la que el cielo anunció: he ahí vuestro redentor.
Pero su sencillo corazón perseveraba en humildad, para que todo honor y
gloria fueran siempre para el Hijo de Dios y no para ella.
No ha de haber sido una tarea fácil, criar al hijo de Dios. Pero el Padre
nunca puso en José y en María tal responsabilidad. Ellos lo cuidaron y lo
educaron como padres amorosos y temerosos de Dios; pero el Padre mismo
era El que hacía la obra en el Hijo. Ningún ser humano podía haberle dado la
dirección espiritual necesaria al Mesías del mundo.
Desde que era niño, Jesús manifestó que él venía al mundo para hacer la
obra del Padre la cual era reconciliar al mundo consigo mismo.
Aún de niño lo hizo muy claro. Veamos en el siguiente pasaje la reacción de
María ante la respuesta del pequeño.
María sabía que su Hijo, no era como cualquier otro niño. Ella lo
escuchaba. No corregía sus palabras, ni lo regañaba por hacer o decir cosas
que ni aún ella entendía. María nunca se puso entre el Padre y Jesús, y
esto es radical para entender el corazón de la verdadera María, la madre de
nuestro Señor. Su carácter humilde y sabio la llevaba a callar y a meditar en
su corazón.
Una y otra vez vemos que María, siendo la Madre de Jesús, no era la voz
imperante, ni quien tuviera la última palabra. Lejos estaba de ella el querer
imponer algo, o el hacer algo de su propia cuenta.
Ella no le dijo: “Te ruego que hagas un milagro, porque no tienen vino”,
ni se impuso diciendo: “Tienes que hacer vino.” Ella siempre se condujo
como una fiel sierva de Dios, simplemente le anunció a Jesús cual era la
necesidad. Esto nos muestra que ella sabía que Jesús estaba en autoridad y
que por lo tanto podía hacer algo. ¿De que sirve presentarle una necesidad a
alguien que no tiene la autoridad para resolver el problema?
Después de esto María va expresar lo que será el mensaje más importante
que ella nos dejó: “Haced todo lo que Él os dijere.” En otras palabras les
estaba diciendo a los que servían en la boda, “No vengan a mí, buscando que
yo solucione el caso, Él es el que tiene las respuestas y les dirá lo que tienen
que hacer.”
Ella estuvo presente cuando Jesús ascendió a los cielos y fue parte de los
120 que recibieron el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Ella se gozó
porque el consolador había sido manifestado para que todas las generaciones
lo conociesen y disfrutaran de Su amor, de Su consuelo y de Su poder.
Los discípulos no oraron a María para que viniese la promesa del Espíritu
Santo; oraron todos juntos.
Otra vez en este pasaje vemos a Jesús refiriéndose a María como Mujer y
no como madre. Esto se debe además de la protección de la cual ya
hablamos, al establecimiento correcto de los diseños de Dios sobre la Tierra.
Todo lo que Jesús hizo había sido profetizado por los profetas del Antiguo
Testamento.
Venus de Lespugue.
Entre las más antiguas encontramos “la Venus de Lausel” y “la Venus de
Lespugue”2. En estas grotescas figurillas vemos la exaltación a la maternidad,
cómo un símbolo de la tierra madre.
El culto a la mujer cómo trasmisora de vida empieza a desarrollar un
“sistema de matriacado” entre las primeras civilizaciones. De ahí, al fundarse
Babilonia, la primera gran ciudad de la Tierra, este culto va a evolucionar a
un sistema religioso y gubernamental mucho más organizado.
2. Babilonia
Babilonia, es madre de todas las civilizaciones de la tierra.
La Biblia narra acerca de la fundación de esta gran ciudad y cómo se
constituyó en el eje cultural del cual provendrían todos los cultos idolátricos
de la tierra.
Torre de Babel.
Las leyendas y recuentos orales de aquella época, nos hacen saber que
Nimrod, el fundador de Babilonia, estaba casado con la reina Semiramis. El
se proclamó a sí mismo “el dios solar” y a ella la estableció como “la diosa de
la fertilidad y la sexualidad, la diosa de la luna y de la noche.” Satanás
literalmente se personificó en esta pareja, para gobernar uniendo los cielos y
la tierra.
Recordemos que Luzbel al caer, se trajo consigo la tercera parte de las
estrellas las cuales son los ángeles caídos.
También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón
escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus
cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de
las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra.
Apocalipsis 12:3-4a
Por esta razón vamos a ver en su gobierno una continua interacción con
los astros del firmamento. Toda la simbología babilónica esta cargada con
figuras del sol, la luna y las estrellas.
Diosa egipcia Isis con niño. El disco solar de Osiris está sobre ella.
Pachamama, Diosa Inca, madre de la tierra.
Aquí vemos esta misma Inanna en una versión europea. En esta pintura holandesa vemos
una representación de la reina del cielo rodeada de leones edificando un templo para ser
adorada.
Ishtar sobre leones.
Durga, Diosa madre entre los Hindúes con el león, el disco solar, el arco, y la flor de liz,
símbolos de Inanna.
Diosa Cybele con leones.
Toda esta adoración pagana, en sus más diversas formas fue con lo que se
enfrentaron los profetas del Antiguo Testamento. Una y otra vez vemos en la
historia del pueblo de Israel, cómo éste se desviaba de Dios e inevitablemente
caía en la adoración de esta diosa reina.
Note la reacción tan dura de las mujeres y de todo el pueblo, cegados por
el dominio espiritual de la reina del cielo. “No oiremos de ti la palabra que
viene de Jehová.”
Este espíritu es real, y opera en millones de gentes apartándolas de la
voluntad de Dios y velando su entendimiento. Dios se enoja fuertemente por
esta causa y responde con gran indignación a esa reacción de ellos.
He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos
los hombres de Judá que están en tierra de Egipto serán
consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.
Y los que escapen de la espada volverán de la tierra de Egipto a
la tierra de Judá, pocos hombres; sabrá, pues, todo el resto de
Judá que ha entrado en Egipto a morar allí, la palabra de
quién ha de permanecer: si la mía, o la suya.
Jeremías 44:27-28
Esto lo vemos reflejado con el hambre terrible y los robos de los que el
pueblo de Israel fue víctima en el tiempo de los jueces, cuando los
Madianitas arrasaban continuamente con todo lo que tenían. Esto se debió
otra vez a que adoraban a esta diosa llamada Asera o Astarté, reina del cielo
entre los cananeos.
Dios se manifiesta a Gedeón quien sería levantado cómo libertador en
aquel tiempo, y le dice que es necesario que derribe el altar que su padre
irguió a la diosa Asera5 para que pueda librarlos del hambre y del asedio de
los Madianitas.
Estatua de la gran ramera, sosteniendo en sus manos un rey y un Papa, ubicada en el lago
de Konstancia en Alemania.
Diana de los Efesios siendo coronada por ángeles como Reina del cielo.
Note el león, símbolo de Innana y de Ishtar en el pedestal, así como las figuras desnudas de
los ángeles y de los que la rodean, claro símbolo de las diosas de la fertilidad.
Ahora veamos la similitud en este retablo de la falsa María, siendo igualmente coronada por
ángeles desnudos sobre la luna de Inanna.
Que dolor tan grande el que debe haber sentido y lo sigue sufriendo la
verdadera María, la santa madre de Jesús, temerosa de Dios aborrecedora de
la idolatría y guardadora de todos los mandamientos que el Padre y Jesús
establecieron.
La verdadera María jamás hubiera permitido algo así. Jamás se posicionó
sobre la Iglesia. Jamás se proclamó a sí misma mediadora entre Dios y los
hombres. Ella sabía que ese lugar sólo le pertenecía a Jesús.
Dios aborrece Babilonia, sus ídolos, su reina del cielo y todos sus
símbolos demoníacos y quiere limpiar a todos los que genuinamente lo
buscan y han sido engañados por esta mentira del infierno. Es necesario
entender estas cosas y poder hacer la separación entre la verdadera María y la
falsa. Dios está juzgando a Babilonia y a su reina que inevitablemente caerán
junto con todo lo que es falso.
Si María nos pudiera hablar, nos diría: ‘No os postréis ante mí, adorad a
Dios, yo soy consierva de todos los hermanos que retienen el testimonio de
Jesús.’
Más adelante hablaremos de nuestra posición correcta ante María de
acuerdo a la Palabra de Dios.
CAPÍTULO 5
Puerta de los leones en la Catedral de Toledo. Aquí volvemos a identificar los símbolos de
Ishtar: Los leones, el disco solar y la flor de liz.
Al mezclarse el nombre de la falsa María con diosas de toda cultura y de
diversos atributos y poderes, vamos a ver surgir un sinnúmero de imágenes
distintas. Va a adoptar diferentes razas, y nombres. Ya no sólo se llamará
falsamente María sino que tomará en muchos casos los nombres y los
atributos de las diosas que se veneraron antes de Cristo. Siendo unas
imágenes, más o menos milagrosas que otras.
Los cubanos dirán que “La caridad del cobre” es más poderosa que otras
imágenes. Los Mexicanos, no adorarán a la virgen negra de Polonia, sino a la
Guadalupana, ni los franceses adoradores de la virgen de Lourdes, seguirán a
la virgen de Fátima, quien rige sobre Portugal.
Unos dirán que la virgen de la concepción tiene más poder que la virgen
del Carmen, y otros dirán que es al contrario. De hecho se calcula que hay
2850 nombres distintos de vírgenes. Unas son negras, otras rubias, otras
modestas, otras triunfantes, otras ostentosas y otras dolorosas.
Virgen negra con el Círculo solar y la flor de liz. Vemos también en esta imagen los símbolos
de la diosa Hindú Durga, el collar de cuentas redondas y el pendiente en el cuello.
Diosa Durga, con círculo solar, flor de liz y con cuentas circulares y pendiente.
Ishtar usurpando la imagen de María. Note cómo ella es quien tiene la corona del reino, el
Padre y Jesús no tienen coronas. Jesús lleva las estrellas de 8 puntas, símbolo de Ishtar, en
su vestido, y María la flor de liz y las estrellas de 8 puntas rodeando el disco solar que está
sobre su cabeza.
En esta imagen vemos también que es ella quien lleva la corona, y el Padre y el Hijo están
inclinándose ante ella. Aparecen también a su alredor los símbolos del sol, la luna, y la
estrella de ocho puntas.
Altar mayor de la reina del cielo en la Iglesia del Santísimo nombre de María. Note el
contraste entre el gigantesco altar a la reina y la diminuta figura de Jesús colgado en la cruz
sin reino ni autoridad.
Que Dios abra nuestro entendimiento y podamos ver la luz del evangelio
y las artimañas engañosas del diablo.
La idolatría, ciega y ensordece a los que la practican y tiene como precio
el no poder entrar al reino de Dios.
EL CAMINO, LA VERDAD Y LA
VIDA
Así lo hice, con todo mi corazón y desde aquel día maravilloso Él vive en
mí. Como Él mismo lo dijo:
EL ENCUENTRO CON LA
VERDAD
Entre las cosas que había aprendido en mis escasas lecciones, era que
nosotros los creyentes habíamos sido constituidos por Dios, el templo donde
habita Su presencia. Jesús nos había dado el Espíritu Santo para guiaranos a
toda verdad y de esta manera podíamos preguntarle cualquier cosa.
-‘Y ¿qué fue lo que yo dije acerca de eso cuando estuve en la tierra?’
-‘Que nadie sabía el día y la hora, sólo el Padre en el cielo.’
Me encontraba desconcertada e impactada por tal diálogo. Entonces
claramente me dijo: - ‘Lee Gálatas 1:8’
Yo no era una erudita de la Biblia, pero esa instrucción sonaba a una de
las épistolas. Así que apresuradamente y literalmente temblando, tomé la
Biblia y busqué si acaso había un libro con ese nombre. Me quedé atónita
cuando no sólo lo encontré sino cuando leí lo que decía.
Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro
evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Gálatas 1:8
DISCERNIENDO UNA
APARICIÓN
El Mensaje De Dios,
Éste señala al Hijo y a Su obra en la Tierra y sus mensajeros son enviados
para darnos mensajes que nos alineen con lo que Jesús hizo por nosotros. El
mensaje de Dios siempre apunta hacia Él mismo y hacia la salvación provista
por Él. Lleva al hombre al arrepentimiento y a enderezar sus caminos y tiene
como fruto vidas rectas que adoran a Dios.
“Es ‘flor y canto’; esto es, oraciones y pasajes poéticos, redactados a la manera prehispánica,
pero en clave teológica cristiana, como lo analiza y exhibe José Luis Guerrero Rosado en una
obra con tal título.”9
Además del sincretismo con la diosa Tonatzin, una vez más podemos
constatar los símbolos de Ishtar, de Isis y de Venus en el vestido de la
Guadalupana.
2. Mensaje de la Virgen de Fátima
El mensaje de la aparición de la virgen de Fátima a los tres pastorcitos en
Portugal, es muy largo, por lo que tomaré sólo los fragmentos que nos den
luz para discernir el origen de esta aparición. (El mensaje completo está en el
apéndice 1 de este libro)
“‘-Yo soy la Señora del Rosario, continúen rezando el Rosario todos los
días, la guerra se acabará pronto.’”
También dijo en otra de sus apariciones:
“Después de este suceso, los
niños Videntes estaban asustados y
Nuestra Señora, les habló con
bondad y tristeza:” -‘¿Han visto el
infierno donde van a caer tantos
pecadores? Para salvarlos, el
Señor quiere establecer en el
mundo la devoción al Corazón
Inmaculado de María. Vengo a
pedir la Consagración del mundo
al Corazón de María y la
Comunión de los Primeros
Sábados, en desagravio y
reparación por tantos pecados.’
”10
Este mensaje claramente anula el sacrificio de Cristo como el único y
suficiente plan para nuestra salvación. En otras palabras la muerte y
resurrección de Cristo no serviría para salvarnos. Lo que propone esta
aparición es que el mundo entero le sea consagrado a una imagen llamada el
“Corazón inmaculado de María.”
La Biblia establece un claro plan de salvación a través de Jesucristo.
Jesús lo dejó bien claro en los evangelios.
Cuando conocemos lo que Jesús hizo por nosotros y oímos acerca de los
mensajes de estas apariciones, nos es claro que jamás podrían provenir de la
verdadera María, la cual honró y creyó fielmente en lo que su Hijo hizo por la
humanidad.
b. Ella hace un llamado a consagrarse totalmente a ella para que tome las
vidas en sus manos.
La verdadera María jamás haría un llamado semejante. Ella conoce la
escritura y sabe perfectamente que el acceso al Hijo es directo y que Jesús no
tiene necesidad de una mediadora a quien haya que entregarle la vida. María
fue Hebrea, y en la epístola a los Hebreos está escrito:
LA POSICIÓN DE JESÚS Y DE LA
VERDADERA MARÍA EN
NUESTRAS VIDAS COMO
CREYENTES
María vivió uno de los dolores más intensos, que fue ver a su Hijo ser
azotado, horadado y clavado en el madero. Si alguien vivió el impacto
desgarrador de la crucifixión fue ella. Ella tocó sus heridas frescas cuando lo
bajaron de la cruz, en las cuales Él llevó todos nuestros pecados y todas
nuestras enfermedades.
- Que maravilloso poder recibir lo que Jesús hizo por nosotros con la
misma fe de María quien dijo: “Hágase conmigo conforme a esta palabra” y
ser curados y consolados por la fe.
- Que vivamos con el mismo impacto de la cruz que vivió María para
honrar a Dios en todo lo que hacemos.
Esto es lo que honra a María, que vivamos conforme a su Hijo Jesucristo.
Otra parte de su mensaje es:
La cruzada no termina al cerrar estas páginas, sino que tan sólo empieza.
Es la respónsabilidad de todos los que amamos a Dios el llevar la verdad a los
que aún no la tienen.
Le invito a que juntos seamos parte de esta gran encomienda que Dios
puso en mi corazón y que compartamos este libro con alguien que lo necesite.
¿Y qué sigue?
La pregunta que surge a todos los que han encontrado esta verdad es, qué
hacer con los cuadros y esculturas de ídolos, y de la falsa María que tienen en
su posesión. Es importante ahora, sacar los ídolos de su casa ya que éstos son
responsables de muchos males y desgracias. La Reina de cielo usa
precisamente el sufrimiento, la pobreza y la enfermedad para que la gente se
aferre a ella y por lo tanto lo perpetúa en los lugares donde es adorada.
Los países más pobres y de más corrupción y dolencias son aquellos que
están consagrados a las falsas Marías a quienes constituyen como sus
patronas. El Padre no está procurando su sufrimiento para que lo busque. Él
le ama, y Su pensamiento es continuamente el bien para aquellos que le
siguen y lo aman.
Dios en su palabra nos dice qué hacer con estas esculturas y pinturas:
FIN
APÉNDICE 1