Act - Autonoma - El ORIGEN DEL LIBRO
Act - Autonoma - El ORIGEN DEL LIBRO
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Origen
El libro es entendido hoy en día como negro sobre blanco en papel encuadernado,
pero no siempre fue así. El primer soporte de escritura conocido es la piedra,
posteriormente la arcilla, la madera, papiro (Egipto), seda (China), hueso, bronce,
cerámica, escamas, palma seca (India), papel, soportes electrónicos, piel humana
(tatuajes), etc.
Etimológicamente, las palabras biblos y liber tienen, como primera definición, corteza
interior de un árbol. En chino el ideograma del libro son las imágenes en tablas de
bambú.
El papiro
En el Antiguo Egipto se produjo uno de los avances tecnológicos más prácticos:
aligerar el peso de los «libros». Las tablillas de madera o marfil del IV milenio a. C.
fueron reemplazadas por los volumina (plural de volumen), rollos de papiro, más
ligeros y más fáciles de transportar. Fueron los principales soportes de la escritura en
las culturas mediterráneas de la antigüedad, tanto en Egipto, como en Grecia y Roma.
El proceso para producir papiro pasa por varias fases: se saca la médula de los tallos
de papiro, se humidifican, se encolan, se prensan, se secan y se recortan, obteniendo
unos soportes de una calidad variable; los mejores se utilizaban para las escrituras
sagradas. Se escribía en ellos con un cálamo (tallo de una caña cortado oblicuamente)
o utilizando plumas de aves.
Existen dos tipos fundamentales de escritura egipcia: la hierática o sacerdotal y la
jeroglífica. Esta última dispone de signos más simplificados. Los rollos de papiro,
resultado del encolado de varias hojas, se envolvían en un cilindro de madera,
enrollándolos. Algunos sobrepasan los cuarenta metros (crónica del reinado de
Ramsés III). Se desenrollaban horizontalmente; el texto está escrito por una sola cara
y dispuesto en columnas. El título se indica por medio de una etiqueta atada al cilindro.
Los rollos en papiro que se conocen provienen de tumbas en las que se depositaban,
con plegarias y textos sagrados, como el Libro de los muertos (II milenio a. C.).
Los cilindros de papiro se llaman volumen en latín, palabra que significa movimiento
circular, enrollamiento, espiral, torbellino, revolución, en fin, rollo de hojas escritas,
manuscrito enrollado, libro. Los romanos utilizaban también tablas de madera untadas
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ERIKA BASURTO
Introducción
con cera en las que se podía imprimir y borrar los signos con la ayuda de un estilete
(que tenía una extremidad acabada en punta y la otra redondeada). Estas tablas
podían estar unidas de manera similar a las de los códices. Servían, por ejemplo, para
enseñar a escribir a los niños (según los métodos descritos por Quintiliano en sus
Instituciones Oratorias). Los únicos volúmenes que en la actualidad se siguen
utilizando son los del Torá, en las sinagogas.
Del papiro al pergamino
La innovación de poder borrar el texto desplaza el uso del papiro a favor del
pergamino. El pergamino se conseguía a partir de la piel de animales como la vaca, el
cordero, etc. Este soporte permitía la conservación de los textos por más tiempo y en
mejores condiciones al ser más sólido. Aunque era un soporte más caro.
La leyenda atribuye su invención a Eumenes III, rey de Pérgamo, de donde procedería
el nombre de pergamineum que derivó en pergamino. Su producción empezó hacia el
siglo III a. C.
No se tienen muchas referencias acerca de los libros concernientes a la Grecia
clásica. Algunos vasos del siglo V a. C. y del siglo VI a. C. representan unos volumina.
No existía, sin duda, el comercio con el libro, pero existían algunos lugares dedicados
a la venta de los mismos. La difusión, la conservación y la reflexión sobre la
catalogación del libro y la crítica literaria se desarrollaron durante la época helenística
con la creación de grandes bibliotecas, que respondían al deseo enciclopédico que se
puede encontrar, por ejemplo, en el afán de Aristóteles y que respondían también, sin
duda, a razones de prestigio político.
Bibliotecas
Se crearon bibliotecas con la intención de conservar un ejemplar de cada libro, traducir
volúmenes en otros idiomas y crear catálogos de libros. Las bibliotecas más
destacadas fueron: la de Atenas (el Ptolemaion fue la que tuvo más relevancia tras la
destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Importantes fueron también la biblioteca de
Pantainos, hacia el 100; y la biblioteca de Adriano, en 132); la de Rodas, la de
Antioquía y la más famosa de todas ellas: la biblioteca de Alejandría (creada por
Ptolomeo I Sóter y constituida por Demetrio de Falero. Llegó a contener 500.000
volúmenes (en la parte del Museion) y 40.000 en el templo de Serapio (Sérapeion). El
Museion fue destruido parcialmente en el 47 a. C. en Pérgamo, la biblioteca fundada
por Átalo I, contenía 200.000 volúmenes que fueron llevados al Serapeo por Marco
Antonio y Cleopatra tras la destrucción del Museion. El Serapeo fue destruido, en
parte, poco después, 391 por los cristianos y los últimos libros desaparecieron en 641
con la conquista árabe).
En Roma se comenzaron a editar libros influenciados por los griegos en el siglo I a. C.,
sobre todo desde el punto de vista literario. Ático fue, por ejemplo, el editor de Cicerón.
Pero el comercio del libro fue extendiéndose progresivamente por todo el Imperio
romano. El libro se difundió, por tanto, gracias a la extensión del Imperio que implicó la
imposición de la lengua latina en la mayoría de los pueblos (España, África, etc.)
Las bibliotecas eran privadas o bien eran creadas por algunos particulares. Julio César
quiso crear una biblioteca en Roma: una biblioteca era, ya por entonces, un
instrumento de prestigio político.
En el siglo IV existían en Roma 28 bibliotecas y muchas bibliotecas menores en las
provincias.
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ERIKA BASURTO
Introducción
La imprenta
Gutenberg inventó la imprenta a mediados del siglo XV, dando paso a la entrada del
libro en la era industrial. La rapidez y el abaratamiento de costes en la producción
produjeron una oferta que encontró demanda a la par. El libro era asequible para la
gran masa. Antes del invento de la imprenta los códices se denominan «incunables».
En el siglo XIX se introduce el vapor en las imprentas, así como los molinos de papel
también a vapor. De nuevo, la tecnología abarató los costes de producción. Muchos
elementos bibliográficos, como la posición y formulación de los títulos y de los
subtítulos se vieron afectados, también, por esta nueva producción en serie.
El libro en nuestros días
A finales del siglo XX irrumpe las Nuevas Tecnologías, basadas en códigos binarios (0
y 1) dando un nuevo giro al soporte de los libros, entendidos como documentos de
lectura. Hoy en día, los ebook son libros en formato digital basados en esta tecnología
que, posiblemente, acaben popularizándose como todo avance tecnológico a lo largo
de la historia. A pesar de todo, esta popularización se basaría en ser un formato
práctico e interactivo, pero todavía no más económico.