Act - Autonoma - El ORIGEN DEL LIBRO

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

Calentamiento Global

El ORIGEN DEL LIBRO

Durante siglos, la tecnología ha marcado la historia y evolución de multitud de factores


culturales de nuestro planeta. Así ha ocurrido con los avances tecnológicos que han
dejado huella en la historia del libro: mejora de la calidad de los textos, de su
conservación, del acceso a la información, de la manejabilidad, de los costes y
producción y de otros aspectos afines.

Origen

El libro es entendido hoy en día como negro sobre blanco en papel encuadernado,
pero no siempre fue así. El primer soporte de escritura conocido es la piedra,
posteriormente la arcilla, la madera, papiro (Egipto), seda (China), hueso, bronce,
cerámica, escamas, palma seca (India), papel, soportes electrónicos, piel humana
(tatuajes), etc.

Etimológicamente, las palabras biblos y liber tienen, como primera definición, corteza
interior de un árbol. En chino el ideograma del libro son las imágenes en tablas de
bambú.

Las tablillas encontradas en Mesopotamia en el 3.000 a.C. fueron antecesoras del


cálamo, un instrumento en forma de triángulo que servía para imprimir los caracteres
en la arcilla antes de ser cocida. A esta escritura le siguió la cuneiforme, utilizada por
asirios y sumerios, que cocían las tablillas para solidificarlas. En Nínive fueron
encontradas 22.000 tablillas del siglo VII a. C., era la biblioteca de los reyes de Asiria
que disponían de talleres de copistas y lugares idóneos para su conservación. Esto
supone que había una organización en torno al libro, un estudio sobre su
conservación, clasificación, etc.

El papiro
En el Antiguo Egipto se produjo uno de los avances tecnológicos más prácticos:
aligerar el peso de los «libros». Las tablillas de madera o marfil del IV milenio a. C.
fueron reemplazadas por los volumina (plural de volumen), rollos de papiro, más
ligeros y más fáciles de transportar. Fueron los principales soportes de la escritura en
las culturas mediterráneas de la antigüedad, tanto en Egipto, como en Grecia y Roma.
El proceso para producir papiro pasa por varias fases: se saca la médula de los tallos
de papiro, se humidifican, se encolan, se prensan, se secan y se recortan, obteniendo
unos soportes de una calidad variable; los mejores se utilizaban para las escrituras
sagradas. Se escribía en ellos con un cálamo (tallo de una caña cortado oblicuamente)
o utilizando plumas de aves.
Existen dos tipos fundamentales de escritura egipcia: la hierática o sacerdotal y la
jeroglífica. Esta última dispone de signos más simplificados. Los rollos de papiro,
resultado del encolado de varias hojas, se envolvían en un cilindro de madera,
enrollándolos. Algunos sobrepasan los cuarenta metros (crónica del reinado de
Ramsés III). Se desenrollaban horizontalmente; el texto está escrito por una sola cara
y dispuesto en columnas. El título se indica por medio de una etiqueta atada al cilindro.
Los rollos en papiro que se conocen provienen de tumbas en las que se depositaban,
con plegarias y textos sagrados, como el Libro de los muertos (II milenio a. C.).
Los cilindros de papiro se llaman volumen en latín, palabra que significa movimiento
circular, enrollamiento, espiral, torbellino, revolución, en fin, rollo de hojas escritas,
manuscrito enrollado, libro. Los romanos utilizaban también tablas de madera untadas
1
ERIKA BASURTO
Introducción
con cera en las que se podía imprimir y borrar los signos con la ayuda de un estilete
(que tenía una extremidad acabada en punta y la otra redondeada). Estas tablas
podían estar unidas de manera similar a las de los códices. Servían, por ejemplo, para
enseñar a escribir a los niños (según los métodos descritos por Quintiliano en sus
Instituciones Oratorias). Los únicos volúmenes que en la actualidad se siguen
utilizando son los del Torá, en las sinagogas.
Del papiro al pergamino
La innovación de poder borrar el texto desplaza el uso del papiro a favor del
pergamino. El pergamino se conseguía a partir de la piel de animales como la vaca, el
cordero, etc. Este soporte permitía la conservación de los textos por más tiempo y en
mejores condiciones al ser más sólido. Aunque era un soporte más caro.
La leyenda atribuye su invención a Eumenes III, rey de Pérgamo, de donde procedería
el nombre de pergamineum que derivó en pergamino. Su producción empezó hacia el
siglo III a. C.
No se tienen muchas referencias acerca de los libros concernientes a la Grecia
clásica. Algunos vasos del siglo V a. C. y del siglo VI a. C. representan unos volumina.
No existía, sin duda, el comercio con el libro, pero existían algunos lugares dedicados
a la venta de los mismos. La difusión, la conservación y la reflexión sobre la
catalogación del libro y la crítica literaria se desarrollaron durante la época helenística
con la creación de grandes bibliotecas, que respondían al deseo enciclopédico que se
puede encontrar, por ejemplo, en el afán de Aristóteles y que respondían también, sin
duda, a razones de prestigio político.

Bibliotecas
Se crearon bibliotecas con la intención de conservar un ejemplar de cada libro, traducir
volúmenes en otros idiomas y crear catálogos de libros. Las bibliotecas más
destacadas fueron: la de Atenas (el Ptolemaion fue la que tuvo más relevancia tras la
destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Importantes fueron también la biblioteca de
Pantainos, hacia el 100; y la biblioteca de Adriano, en 132); la de Rodas, la de
Antioquía y la más famosa de todas ellas: la biblioteca de Alejandría (creada por
Ptolomeo I Sóter y constituida por Demetrio de Falero. Llegó a contener 500.000
volúmenes (en la parte del Museion) y 40.000 en el templo de Serapio (Sérapeion). El
Museion fue destruido parcialmente en el 47 a. C. en Pérgamo, la biblioteca fundada
por Átalo I, contenía 200.000 volúmenes que fueron llevados al Serapeo por Marco
Antonio y Cleopatra tras la destrucción del Museion. El Serapeo fue destruido, en
parte, poco después, 391 por los cristianos y los últimos libros desaparecieron en 641
con la conquista árabe).
En Roma se comenzaron a editar libros influenciados por los griegos en el siglo I a. C.,
sobre todo desde el punto de vista literario. Ático fue, por ejemplo, el editor de Cicerón.
Pero el comercio del libro fue extendiéndose progresivamente por todo el Imperio
romano. El libro se difundió, por tanto, gracias a la extensión del Imperio que implicó la
imposición de la lengua latina en la mayoría de los pueblos (España, África, etc.)
Las bibliotecas eran privadas o bien eran creadas por algunos particulares. Julio César
quiso crear una biblioteca en Roma: una biblioteca era, ya por entonces, un
instrumento de prestigio político.
En el siglo IV existían en Roma 28 bibliotecas y muchas bibliotecas menores en las
provincias.

Del pergamino al papel, del volumen al códice


Poco a poco el papel fue reemplazando al pergamino porque abarataba costes, lo que
permitió una mayor difusión de los libros.

Tarea Microsoft Word…………………………………………………………………………………………………………..


2
Calentamiento Global
Al final de la Antigüedad, entre los siglos II y III, y , sobre todo, en la Edad Media, el
códice sustituyó al volumen. El códice se entiende ya como el libro que conocemos
hoy en día, con forma rectangular, dejó de ser un rollo continuo y se convirtió en un
conjunto de hojas cosidas. Desde ese momento fue posible acceder directamente a un
punto preciso del texto. El códice o libro resultaba más práctico ya que podía ponerse
sobre una mesa facilitando que el lector pudiera tomar notas o escribir mientras leía. El
formato de los códices fue mejorando con la separación de las palabras, las
mayúsculas y la puntuación; después se añadieron las tablas de las materias y los
índices, que facilitaron el acceso directo a la información requerida.
Este es el formato que hoy en día se usa, un formato con validez desde hace 1.500
años.
Los monasterios se convirtieron en la piedra angular de la edición y conservación de
los códices. En el siglo IV, durante los períodos convulsos de las invasiones, los
monasterios pudieron conservar, para Occidente, textos religiosos y algunas obras de
la antigüedad. Asimismo, Bizancio dispuso de importantes centros de copia. Era
necesario hacer copias de determinadas obras ya que la lectura era una actividad de
gran relevancia en la vida religiosa (plegarias, trabajo intelectual, cánticos…). Existían
scriptoria (lugares dedicados a copiar códices y volúmenes) en bastantes monasterios
con la intención de copiar estos escritos considerados relevantes. Pero, sin embargo,
algunos ejemplares no fueron copiados por los monjes debido a la intensa censura a la
que los códices eran sometidos; los libros entendidos como «peligrosos» no eran
copiados. Por lo tanto, la supervivencia de los libros dependía de luchas políticas e
ideológicas que llevaron a la pérdida irremisible de códices de incalculable valor hoy
en día (se perdieron muchos libros de incalculable valor en las disputas iconoclastas
entre el 730 y el 840).

De los monasterios a las universidades, del pueblo a la ciudad


Las transformaciones político-sociales de la población hacia el urbanismo en las
ciudades europeas y la renovación intelectual que las acompañó produjeron que las
condiciones de producción de los libros cambiasen ampliando su difusión. En torno a
las primeras universidades se desarrollaron las nuevas estructuras de producción: los
manuscritos de consulta servían tanto para los estudiantes como para los profesores
que enseñaban teología o artes liberales. El desarrollo del comercio y de la burguesía
suponían, de igual modo, una demanda de textos especializados, o no (derecho,
historia, novelas, etc.); y es en esta época cuando empiezan a desarrollarse los
escritos en lengua vulgar (poesía cortesana, novelas románticas, etc.) El cometido del
editor era, en consecuencia, cada vez más importante.
Se crearon entonces varias bibliotecas reales: como la de San Luis o la de Carlos V.
También se coleccionaban libros en las bibliotecas privadas que adquirieron gran auge
en los siglos XIV y XV.
En el siglo XIV, tras estos cambios político-sociales es cuando se difunde por Europa
la utilización del papel, soporte ideado en China que, curiosamente, fue implantado en
España (siglos XI y XII) antes que en Europa por ser la cultura árabe la intermediaria.
El pergamino se siguió utilizando pero para sectores de la sociedad más pudientes
como la nobleza y la alta burguesía.
En el siglo VIII los árabes aprendieron a fabricar el papel, tal y como lo hacían los
chinos, y lo dieron a conocer en Europa aunque, como bien es sabido, la incursión
árabe en Europa comenzó por España. Los árabes crearon unas impresionantes
bibliotecas, dignas de su gran cultura. Son ellos, precisamente, los que transmitieron
una parte importante de las obras griegas a Europa. Sirve como ejemplo el
redescubrimiento de las obras de Aristóteles comentadas por Avicena, descubrimiento
que dio lugar a enconadas disputas entre Tomás de Aquino y Siger de Brabant.

3
ERIKA BASURTO
Introducción

La imprenta
Gutenberg inventó la imprenta a mediados del siglo XV, dando paso a la entrada del
libro en la era industrial. La rapidez y el abaratamiento de costes en la producción
produjeron una oferta que encontró demanda a la par. El libro era asequible para la
gran masa. Antes del invento de la imprenta los códices se denominan «incunables».
En el siglo XIX se introduce el vapor en las imprentas, así como los molinos de papel
también a vapor. De nuevo, la tecnología abarató los costes de producción. Muchos
elementos bibliográficos, como la posición y formulación de los títulos y de los
subtítulos se vieron afectados, también, por esta nueva producción en serie.
El libro en nuestros días
A finales del siglo XX irrumpe las Nuevas Tecnologías, basadas en códigos binarios (0
y 1) dando un nuevo giro al soporte de los libros, entendidos como documentos de
lectura. Hoy en día, los ebook son libros en formato digital basados en esta tecnología
que, posiblemente, acaben popularizándose como todo avance tecnológico a lo largo
de la historia. A pesar de todo, esta popularización se basaría en ser un formato
práctico e interactivo, pero todavía no más económico.

Tipos de libros según su contenido


 De valor religioso (textos sagrados, relatos mitológicos, textos mágicos)
 Políticos (doctrinales, hazañas, ideales).
 Históricos (hechos concretos, biográficos).
 Económicos (listados de impuestos, donaciones y ofrendas)
 Didácticos (textos de enseñanzas, refranes).
 Filosóficos (éticos, aforismos, magistrales, sapienciales).
 Literarios (novelas, cuentos, poemas).

Tarea Microsoft Word…………………………………………………………………………………………………………..


4

También podría gustarte