Arqueologia Historica en La Plaza Mekis
Arqueologia Historica en La Plaza Mekis
Arqueologia Historica en La Plaza Mekis
net/publication/329450681
CITATIONS READS
0 811
2 authors, including:
Catherine Westfall
TaguaTagua Consultores
19 PUBLICATIONS 138 CITATIONS
SEE PROFILE
All content following this page was uploaded by Catherine Westfall on 06 December 2018.
INTRODUCCIÓN
Por medio de una licitación pública la Municipalidad de Santiago encargó a la
empresa Concesionaria Plaza Mekis S.A. la construcción de estacionamientos
subterráneos debajo de la nombrada plaza, la que conforma una explanada
contigua a la calle Agustinas entre San Antonio por el poniente y MacIver por el
oriente, frente al Teatro Municipal de Santiago. Siendo este proyecto altamente
destructivo, que modificaba el subsuelo hasta al menos 20 metros de profundidad,
y atendiendo además que dos inmuebles – el Teatro Municipal y Ex Palacio
Subercaseaux11-, la plaza y algunos elementos arquitectónicos que la adornaban
(esculturas, jardineras)- poseían decretos de Monumentos Históricos 2, el Consejo
de Monumentos Nacionales ordenó la realización de trabajos arqueológicos en el
área del proyecto durante el año 2007, en el marco de la pertenencia del proyecto
al SEIA (Ley 19.300). Los trabajos arqueológicos llevados a cabo, utilizando como
marco teórico la Arqueología Histórica (sensu Funari 1999), se enfocaron en
interrelacionar la información obtenida del estudio de la secuencia estratigráfica3,
el análisis del material arqueológico (mueble e inmueble) y las fuentes históricas
(Westfall y Barrera 2007). Asimismo se incluyó una fase de documentación y
puesta en valor audiovisual4 y museográfica5 de lo realizado.
TaguaTagua Consultores; cw@taguatagua.cl / catherine.westfall@gmail.com
barreracalderon@googlemail.com
1
Actual Club de Oficiales de la Fuerza Aérea de Chile.
2
Ley 17.288 de Monumentos Nacionales
3
Ésta se encontraba alterada en gran parte del área de trabajo por procesos urbanísticos anteriores.
4
Ver video en: www.estacionamientoteatromunicipal.cl, link “hallazgo arqueológico”, link “ver video”.
5
Exhibición gratuita disponible en el nivel -1 de los estacionamientos subterráneos Teatro Municipal.
CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS E HISTORIOGRÁFICOS
Los documentos
La revisión de la información historiográfica referida al sector de la actual Plaza
Mekis indica la temprana entrega a los primeros pobladores de mercedes de
solares por parte del conquistador español Pedro de Valdivia, a partir de la toma
de posesión de Santiago de la Nueva Extremadura en diciembre de 1540 y su
fundación en febrero del año siguiente. Por lo tanto, las fuentes documentales
indican que el actual terreno donde se erige el Teatro Municipal fue entregado
inicialmente al primer escribano del Cabildo de Santiago, Don Luis de Cartagena
en 1556 (Martínez 2007:27). De acuerdo a los antecedentes, la propiedad de Luis
de Cartagena ocupa toda la cuadra de Agustinas, San Antonio, MacIver y Moneda
mientras que Don Gonzalo de los Ríos, Procurador de Santiago y administrador de
las minas de oro de MargaMarga, se emplaza recién a partir de 1563 con medio
solar, en la mitad sur de la cuadra situada inmediatamente enfrente de la
propiedad de Cartagena, en lo que corresponde actualmente a la Plaza Mekis
(Martínez 2007:27). A pesar de esta documentación temprana, no fue posible
encontrar información adicional en el Archivo Nacional respecto de la propiedad de
Luis de Cartagena, sino hasta el siglo XVIII cuando las religiosas Agustinas ceden
el solar que ya formaba parte de sus pertenencias (convento e iglesia), para
permitir el funcionamiento, a partir de 1764, de la Real Universidad San Felipe,
primer lugar de enseñanza superior estatal. Al respecto hay que señalar que
históricamente en Chile, la enseñanza, incluyendo la universitaria, estuvo bajo el
dominio exclusivo de diversas órdenes religiosas. Por lo tanto, y sirviéndose de los
principios de la Ilustración, la Real Universidad San Felipe correspondió a una
iniciativa pedagógica directa de la Corona Española para impulsar y fortalecer la
enseñanza universitaria en uno de sus territorios de ultramar.
6
Lamentablemente, no se han hallado, hasta la fecha, planos de fachada de este inmueble.
del lugar a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se construyó en
terrenos del solar universitario, el Teatro Municipal, inaugurado en 1857. Dicho
teatro existió hasta 1870 cuando fue destruido por un incendio, provocando su
reedificación en el mismo lugar; construcción que continúa en funcionamiento hoy.
Finalmente, hay que señalar que la Real Universidad San Felipe cedió el paso,
durante el período Republicano, a la Universidad de Chile, en el marco del
surgimiento y consolidación de los primeros símbolos nacionales que pretendían
romper con el legado colonial español.
Pavimentos y Cimientos
En términos arqueológicos, algunas de las estructuras arquitectónicas registradas
por nosotras se correlacionan con datos obtenidos de los documentos históricos.
Específicamente, en la intersección SW de calle Agustinas con San Antonio, frente
al Teatro Municipal se registraron dos sectores caracterizados por un alineamiento
de piedras canteadas que enmarcan un “piso de huevillo” (Valenzuela 1996) o
“piso de cantos” (Martín-Rincón 2001), definiéndose éste como un pavimento
artificial formado por la colocación intencional, y con motivos estéticos y
funcionales, de guijarros de río sobre una base de tierra y arena. En ambos caso
se ha observado el uso de “maestras” correspondientes a lineamientos de piedra,
que más allá de su potencial decorativo, se emplearon como nivel para mantener
constante la altura del piso (Martín Rincón 2001).
7
No fue posible ampliar la excavación de la zanja hacia el sur, hasta la fachada de Teatro Municipal, debido a la presencia
de cables eléctricos de alta tensión en el subsuelo. Hacia el lado norte, excavaciones posteriores en el marco de los
trabajos arqueológicos, demostraron la inexistencia de la continuidad del rasgo.
con la arquitectura y su posición estratigráfica, además de considerar las
características cronológico-culturales de la cerámica y sus densidades en el
espacio, las que podrían variar –a pesar de la disturbación- según su asociación a
contextos públicos (plaza) o privados (solar). Es en este sentido que postulamos,
la probable correspondencia del rasgo arquitectónico del piso de cantos delimitado
por bloques pulimentados, a contextos domésticos vinculados al solar cuyo
emplazamiento coincide con el lugar donde funcionó la Real Universidad San
Felipe. Lo anterior se basa en: las características constructivas del piso mismo y
de ciertas partes de su estructura (bloques pulimentados) (Valenzuela 1996; Covo
1988.); su emplazamiento contiguo al actual Teatro Municipal en el lugar donde
cartografía de la época indica la ubicación del inmueble que albergó la Universidad
(Martínez 2007:43 y 45); su mayor profundidad estratigráfica al compararlo con
otros emplantillados del sitio y; su asociación material, que aunque mezclada,
muestra una mayor cuantificación cerámica –incluyendo la presencia de mayólica
de los siglos XVII y XVIII- y de arqueofauna en áreas específicas del sitio Plaza
Mekis (pilas de socalzado 124 y 125) vinculados directamente al piso de cantos.
Asimismo, los trabajos permitieron recuperar trozos de mampostería de yeso
dorado quemado que hemos interpretado como parte de los muros interiores
decorados del primer Teatro Municipal que colapsaron tras el incendio de 1870,
los cuales se encuentran depositados sobre el nivel de piso.
El acueducto
Por otra parte, y a pesar de la proximidad del acueducto que se emplaza a lo largo
de la calle Agustinas, no es clara la relación que posee con el espacio público que
hemos interpretado como de la época republicana (piso de cantos de la plazoleta)
y con el pavimento del solar posiblemente relacionado con el emplazamiento
universitario colonial. Han sido frecuentes los hallazgos de estas estructuras
arquitectónicas durante la realización de obras de infraestructura urbana en
Santiago, las que varían en forma y de acuerdo a sus elementos constructivos
(Piwonka 1999:282, 284, 296, 438, 446, 448; Prado et al. 2006).
8
Después de la segunda fundación del Teatro Municipal y coincidiendo con un auge económico nacional a
partir del último tercio del siglo XIX, se edifican los Palacios Arrieta y Subercaseaux frente al Teatro Municipal.
En la actualidad, sólo se conserva el ex Palacio Subercaseaux.
interconectados, existiendo en algunos segmentos, la intercalación de
decantadores cerámicos.
9
Durante la realización del proyecto arqueológico constatamos la continuidad del acueducto hacia el oriente
en dirección al Cerro Santa Lucía al conservarse íntegramente un tramo del mismo por calle Agustinas entre
MacIver y Pasaje Las Hiedras.
revestimiento. Los tubos cerámicos muestran diferencias morfológicas entre sí,
siendo, por lo general, los revestidos de color verde, de forma larga, recta y
delgada10 y los otros dos, más anchos y cortos, con un adelgazamiento medial.
Por su parte Valdés (1980:72) muestra dos tubos cerámicos anchos, cortos y
rectos, con leves diferencias de diámetro de la entrada y salida pero sin
adelgazamiento medial. Al igual a lo planteado por Prado y colaboradores (2006)
se observaron evidencias de reparación del acueducto de calle Agustinas.
Específicamente se detectó el reemplazo de caños esmaltados negros en un
tramo que contenía mayoritariamente caños esmaltados verdes, lo que no pareció
afectar –a pesar de sus diferencias morfológicas- el flujo y/o contención del agua.
Asimismo, en varios casos se observó la unión de dos caños sin revestimiento
interior entre el decantador cerámico y los tubos vidriados verdes (Westfall y
Barrera 2007). Finalmente, el esmalte verde interno de los caños cilíndricos
alcanzaba –por su proceso de manufactura y cocción- hasta el borde inferior
externo de cada tubo, constituyéndose en un aspecto decorativo diferenciador
respecto de los caños con esmaltado tosco y opaco de color negro cuya extensión
no supera el interior del artefacto.
Todo lo anterior, como también las diferencias halladas en relación a las medidas
de los caños y sus características macroscópicas de pasta diversas (Prado et al.
2006), plantean interrogantes acerca de la procedencia de los caños cerámicos
durante distintos momentos del período Colonial debido a que es probable que un
único fabricante – como la Ollería de los Jesuitas (1595)- hubiera tendido a
manufacturar, con el correr del tiempo, los caños de manera cada vez más
estandarizada. Si bien desconocemos las consecuencias, en términos de la
producción cerámica, con la expulsión de los Jesuitas de Chile en 1767 (Valdés
1980), sabemos que la utilización de los caños cerámicos como parte fundamental
del sistema de transporte de agua potable capitalina prosiguió, ya que la
información documental registra una continuidad en el uso de esta tecnología
hasta al menos 1882 (Prado et al. 2006:1006).
10
Su forma –aunque no su función- se asemeja curiosamente a los albarelos, estilo Caparra Azul, producidos
en los talleres de Sevilla durante el siglo XVI (ver: www.pa/secciones/museo_panama_vieja/albarelo.html).
Jesús en la Ollería a partir de 1595 (Prieto et al. 2006:1026), al conocimiento de
tempranos obrajes cerámicos en Vitacura, Pomaire, Talagante (Prieto et al.
2006:1027) y de tejares cercanos a la Plaza de Armas de Santiago, como los de
Francisco de Gálvez y Rodrigo de Quiroga, que datan de 1561 y 1574
respectivamente (Martínez 2007:27). Esta situación es similar a otra descrita por
Jamieson (2000:190) quien ha constatado la fabricación de mayólicas coloniales
en Quito, Ecuador previo a la instalación de los talleres cerámicos jesuíticos en
1635 y posiblemente antes incluso (Fournier García 1989:63 citado en Jamieson
2000:190). En el caso de Santiago, existe un fechado sobre un fragmento
cerámico proveniente del sitio Santa Lucía que posee vidriado negro, semi-opaco
y de aspecto “tosco” que entregó una fecha de 1605 +/- 35 años DC, por lo que
pudiera corresponder a la fabricación jesuítica o eventualmente ser anterior
(Westfall 2007:15, Tabla 1). Por lo tanto, consideramos que los procesos
manufactureros y de comercio tanto local como extrarregional de la cerámica
colonial presentan complejidades insoslayables debido al contexto de capitalismo
mundial de que forman parte.
La Cerámica
La cerámica registrada se presenta altamente fragmentada, además de provenir,
como hemos indicado, de matrices orgánicas alteradas. Corresponde a los tipos
definidos como “Mestiza” (Therrien et al. 2002 citado en Prieto et al. 2006:1033) o
“Criolla” (sensu Rovira 2006:109) y las de Tradición Europea (sensu Prieto et al.
2006). Al igual que en otras investigaciones de Arqueología Histórica en el centro
histórico de la ciudad esta cerámica de tradición europea, que implica procesos
manufactureros tanto en el Viejo Continente como en América, se encuentra
representada en la Plaza Mekis por cerámicas vidriadas y por los tipos
Mónocromo Rojo Pulido (Prieto et al. 2006) y Monocrómos Negro y Naranja11, que
por morfología y registro documental, se ligan a contextos hispano-criollos.
Además, se registra la recurrente presencia de loza industrial propia de contextos
11
De acuerdo con la subjetividad de los colores, habría que ver si esta matiz cromática se equipara al tipo
“Monócromo Café Pulido” señalado por Prieto y colaboradores (2006:1030, Figura 1).
europeos del siglo XIX en adelante. Junto con los registros cerámicos, se
evidenciaron restos óseos de animales no nativos12, elementos plásticos y algunos
pocos fragmentos de vidrio y metal.
El universo alfarero de la Plaza Mekis alcanzó las 2580 unidades (Baudet 2007),
divididas de la siguiente manera: Cerámica Criolla=1401 fragmentos; Cerámica de
Tradición Europea pero manufactura americana=766 fragmentos y; Cerámica
Extra-americana=413 fragmentos. Predomina la cerámica de Tradición Local o
“Criolla” con un 54 % del total, seguido de la cerámica de Tradición Europea y
elaboración americana con un 30 % de la muestra. Finalmente, la Tradición de
manufactura Extra-americana con todas sus variantes (eg. whiteware, pearlware,
creamware, gres, porcelana, etc.) alcanza solo un 16 % del total.
12
Principalmente Ovis sp., Bos taurus y Equus sp. junto con escasos restos de avifauna doméstica y peces.
13
Con un total de 2154 fragmentos, sin contar la cerámica prehispánica que alcanza las 883 unidades.
zona central (eg. Chigualoco, Salamanca, Santo Domingo; Baudet 2007) como
también decoración lineal en engobe blanco sobre rojo en dos fragmentos.
Por otra parte, del total de las 776 unidades de Tradición Europea, la mitad -389
fragmentos- corresponden al tipo “Monócromo Delgado”, siendo la variante “Roja”
la predominante con un poco más de 70 % de la muestra seguida por las
variantes Negra, Naranja y finalmente otra denominada Fina-Torno (Baudet 2007).
La variante Roja presenta unos escasos fragmentos que combinan además del
color rojo en la superficie exterior, el engobe blanco en la interior. Las formas de
estas vasijas son por lo general pequeñas y restringidas, aunque se observan
algunas abiertas. Asimismo, algunos fragmentos poseen una decoración
compuesta por depresiones circulares o incisiones lineales en bordes o cuerpos.
Esta cerámica roja delgada, con una estética basada en la denominada “terra
sigillata” romana, comenzó a fabricarse en Europa en el sector de Estremoz,
Portugal durante la segunda mitad del siglo XVI. Dicha cerámica adquirió fama y
status entre la élite portuguesa y española hacia el final de este siglo y entre la
nobleza de los Países Bajos y de otros países del noroeste de Europa a
comienzos del siguiente (Baart 1992:274). A nivel americano y nacional, Prado
(2006:1015) plantea –basada en su morfología y recurrencia- que los fragmentos
encontrados en Santiago corresponderían a piezas elaboradas por las monjas
Claras, las que habrían sido exportado a España a partir de la segunda mitad del
siglo XVII para satisfacer la moda de la bucarofagia. Creemos, dada la evidencia
historiográfica, que significativas cantidades de los fragmentos cerámicos de este
tipo recuperados de las excavaciones arqueológicas en la capital pudieran
corresponder a la producción de las religiosas de Santiago. Sin embargo, y
producto de la amplia y transversal presencia de cerámica de este tipo en
contextos arqueológicos históricos en Europa (Holanda, Bélgica, Portugal,
España, etc.) y América (Chile, Argentina, México, Panamá) durante el siglo XVII
planteamos que no se debe descartar la importación a Chile de piezas
provenientes de Europa o de otras partes de América tales como Natán en
Panamá o Tonalá en México durante el mismo período. Lamentablemente, las
dataciones por termoluminiscencia de esta cerámica en Chile no resultan
esclarecedoras por cuanto la realizada por Botto (1989 citado en Prado 2006),
proveniente del ex Palacio de la Real Aduana -1520 ±60 años DC- podría
eventualmente remitirse a un origen europeo o a un error en el fechado, siendo
esta última la posible explicación también de las dataciones de 1435 ±55 y 1390
±60 años DC que arrojaron dos muestras de Prieto y colaboradores (2006: 1033)
para la Catedral. No obstante, otra muestra de este equipo investigativo en
conjunto con una proveniente de la calle Santa Lucía (Westfall 2007), ambas con
fecha de 1660 ±35 años DC, caen dentro del rango de producción tanto europea
como americana de esta cerámica. Todo lo anterior evidencia la necesidad de
“trascender el enfoque estilístico” para continuar en “la aplicación de técnicas
físico-químicas de análisis para pastas y esmaltes” como manera de discernir sus
proveniencias a escala pancontinental (Rovira 2001a:168).
Por otra parte, la abultada presencia de mayólica colonial panameña en la muestra
de Plaza Mekis da cuenta del papel significativo que jugó el puerto de Panamá La
Vieja (1517-1671) para el comercio a lo largo de la costa del océano Pacífico
(Rovira 2002), a la vez que reafirma la importancia de Santiago en la ruta
comercial Atlántico-Pacífico (Prieto et al., 2006:1026-1027). Bajo la presunción, de
acuerdo a las investigaciones de Rovira y colaboradores (2006), de la
proveniencia panameña de esta mayólica, se presentan mayoritariamente
fragmentos de tipo Panamá Azul sobre Blanco y Panamá Polícromo en el sitio de
Plaza Mekis; siendo estos tipos de fechas más tardías dentro de la producción
istmeña (Rovira 2001b:189). La mayoría de las formas identificadas corresponde a
vasijas no restringidas de perfil simple y compuesto, tipo platos o fuentes. También
se registraron piezas restringidas de tamaño mediano a pequeño (recipientes
pequeños). Cabe destacar, dentro del grupo de Panamá Polícromo de Plaza
Mekis, el registro de un fragmento de plato con diseño de “encaje” negro sobre
color crema con diseño en amarillo sobre el esmalte que remarca el borde del
fragmento. Los registros de este tipo reporteados para el sitio de Panamá son
escasos (Rovira 2001b:194). La fragmentación de las piezas ha dificultado los
análisis de los motivos decorativos (sensu Rovira y Mojica 2007:82-83) de la
Mayólica Panameña presente en el sitio Plaza Mekis, no obstante lo cual, hemos
identificado preliminarmente los tipos 1, 4, 6, 11, 14, 19 y 20 y posiblemente los
tipos 7, 13 y/o 24. Es interesante notar que los motivos señalados no
corresponden a los más frecuentes registrados por Rovira y Mojica (2007) para un
área específica del sitio Panamá La Vieja (motivos 3 y 28 que juntos alcanzan un
53 % de la muestra), lo que tiene implicancias en términos de la exportación de
estas piezas, donde posiblemente se privilegiaba los motivos menos apetecidos
en el istmo como forma de satisfacer la demanda de las colonias por esta vajilla
pero sin arriesgar la estética preferida a nivel local (Panamá).
14
Probablemente Lima, aunque Rice (1996) señala la producción colonial de cerámica vidriada al estaño
posiblemente en el Cuzco.
Por primera vez en Chile, hemos definido una exigua presencia de cerámica
colonial china en el sitio Plaza Mekis con ocho fragmentos. Específicamente uno
de porcelana kraak, correspondiéndole esta última a un tipo “… desarrollado en el
período Wan-li (1573-1619) de la dinastía Ming (1368-1644), que persistió sin
grandes cambios hasta muy avanzado el siglo diecisiete…”(Pomper 2008:3).
Actualmente, se ha precisado su rango temporal que “…comprende desde 1557
cuando los portugueses ocuparon Macao, hasta 1657, momento en que el flujo de
estas mercancías hacia Europa declina debido a las guerras civiles que en China
marcan la transición de las dinastías Ming y Qing” (Rinaldi 1989:62 citado en
Pomper 2008:6). Esta cerámica se hacía para fines casi exclusivos de exportación
y llegó a América (Florida en EEUU, México, Panamá) a partir de 1573, fecha en
que el primer galeón español llegó a Acapulco (México) proveniente de Manila
(Filipinas) (Shulsky 2001:208). Otros seis fragmentos de porcelana china
recuperados del sitio corresponden al tipo kinrande con “diseños polícromos en el
exterior con laminado de oro agregado a los motivos de medallones rojos (y
donde) generalmente en el interior de la pieza el borde presenta un reticulado
azul” (Shulsky 2001:205; paréntesis nuestros). Esta cerámica, producida durante
el período Jiajing (1522-1566) de la dinastía Ming, se exportaba preferentemente
hacia el mercado japonés, por lo que su presencia en las colecciones europeas y
americanas es extremadamente rara. No obstante la fecha de producción
señalada, los documentos historiográficos indican que esta porcelana continuó
elaborándose “bien entrado el siglo XVII” (Shulsky 2001:206). Los seis fragmentos
recuperados en Plaza Mekis son idénticos –en términos decorativos- a los únicos
dos reporteados para el sitio de Panamá La Vieja (Shulsky 2001:204, Figura 1) y
ambos presentan motivos equivalentes a una vasija completa del tipo kinrande
polícromo exhibida en el Museo Princessehof de Holanda (Rovira 2008).
Finalmente, también se recolectó en Plaza Mekis al menos un fragmento cerámico
del tipo Swatow, nombre que refiere al puerto chino ahora conocido como
Shantou, desde donde eran fletadas las vajillas que se produjeron para fines de
exportación durante la segunda mitad del siglo XVI y primera del XVII, momento
de mayor prosperidad del imperio español en América. De aspecto más burdo, no
puede considerarse verdadera porcelana, sino un producto afín a stoneware
(Shulsky 2001:207).
CONCLUSIÓN
De acuerdo a los trabajos efectuados en la Plaza Mekis planteamos que sus
contextos arquitectónicos y materiales permiten hablar de un sector jerarquizado
de Santiago que puede ser interpretado en las palabras de Rovira (2001a:167)
“como el correlato material del segmento de la población de mayor poder
adquisitivo, relacionada directamente con la actividad comercial”. A partir de la
arqueología se enriquece y toma forma la información historiográfica, tal como lo
indica el registro en el sitio de elementos constructivos de las viviendas (eg.
zaguán, piso) y espacios públicos (eg. pavimentos), las primeras obras de
propulsión y distribución de agua potable (eg. acueducto colonial) y los contextos
alfareros caracterizados por una baja presencia del tipo Criollo en relación al de
Tradición Europea pero con manufactura Americana durante el período Colonial,
extendiéndose luego este patrón al período Republicano donde se registra gran
cantidad de loza industrial. Lo anterior, se ha relacionado para el período colonial
con el status socio-económico y el género de las personas ya que los hombres de
élite tienden a mantener y reproducir las prácticas españolas en desmedro de la
adopción de elementos provenientes de las culturas indígenas locales (Van Buren
1999).
Baart, J.
1992 Terra Sigillata from Estremoz, Portugal. Everyday and Exotic Pottery
from Europe, circa 650-1900. Studies in honour of John G. Hurst. D. Gaimster
and M. Redknap, editores. Oxbow Books, pp. 272-278.
Baeza, J.
2001. Arqueología en Santa Lucía, Santiago de Chile. Informe de la
Supervisión Arqueológica en la Construcción de los Estacionamientos
Subterráneos Santa Lucía-José Miguel de la Barra, Santiago, Chile. Ms.
Baudet, D.
2007. Informe Análisis Cerámico y Loza. Sitio Plaza Mekis, Santiago, 49 pp.
Ms.
Berenguer, J.
1984. Problemas con la Definición de Sitio Arqueológico. Arqueología y
Ciencias. Segundas Jornadas, F. Gallardo, L. Cornejo y L. Suárez (editores).
Museo Nacional de Historia Natural, pp. 61-80, Santiago de Chile.
Covo, J.
1988. La casa colonial cartagenera. El Áncora Editores, Bogotá.
Funari, P.
1999. Arqueología e Historia. Arqueología Histórica mundial y de América del
Sur. En Anales de Arqueología y Etnología (Facultad de Filosofía y Letras –
Universidad Nacional de Cuyo) 50-51:109-132, Mendoza (Argentina).
Jamieson, R.
2000. Contributions to Global Historical Archaeology. Domestic Architecture
and Power. The Historical Archaeology of Ecuador. Kluwer Academic &
Plenum Publishers, New York.
Martín Rincón, J.G.
2001. Pisos Coloniales en Panamá La Vieja: una manera de afianzar el
estatus. Arqueología de Panamá La Vieja, agosto, pp. 225-237.
Martínez, R.
2007. Santiago de Chile. Los Planos de su Historia. Siglos XVI a XX. De Aldea
a Metrópolis. I. Municipalidad de Santiago y Centro de Investigaciones Barros
Arana, DIBAM, 130 pp., Santiago.
Piwonka, G.
1999. Las Aguas de Santiago de Chile. Tomo I. Los primeros doscientos años.
1541-1741. Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. Editorial
Universitaria, Santiago.
Pomper, L.
2008. La porcelana china kraak en Panamá. Documentación de una muestra
arqueológica de los siglos dieciséis y diecisiete. Revista Canto Rodado, N°3:1-
16.
Prado, C.
2006. Precisiones en relación a un tipo cerámico característico de contextos
urbanos coloniales de la zona central de Chile. Actas del XVII Congreso
Nacional de Arqueología Chilena, Tomo 2:1011-1023, Valdivia.
Prado, C., J. Sanhueza, V. Reyes y M. Henríquez
2006. Análisis Morfo-funcional de Estructuras para el Aprovisionamiento y
Manejo del Agua, en uso en la ciudad de Santiago durante la época Colonial y
Republicano. Actas XVII Congreso Nacional de Arqueología Chilena, Tomo
2:999-1009, Valdivia.
Prieto, C., J. Baeza, F. Rivera y P. Rivas
2006. Estudios Cerámicos en la Catedral Metropolitana, Aportes a la
Arqueología Histórica de Santiago de Chile. Actas del XVII Congreso Nacional
de Arqueología Chilena, Tomo 2:1025-1036, Valdivia.
de Ramón, A.
2000. Santiago de Chile. Editorial Sudamericana, Santiago.
Rice, P.
1996. The Archaeology of Wine. The wine and brandy haciendas of
Moquegua, Perú. Journal of Field Archaeology 23:187-204.
Rovira, B.
2001a. Las cerámicas esmaltadas al estaño de origen europeo. Una
aproximación a la etiqueta doméstica en la Colonia. Arqueología Panamá La
Vieja, agosto, pp.164-180.
2001b. Hecho en Panamá: La Manufactura Colonial de Mayólicas
Arqueológicas de Panamá La Vieja, Arqueología de Panamá La Vieja, agosto,
pp. 181-202.
2002. Presencias de Mayólicas Panameñas en el Mundo Colonial. Algunas
consideraciones acerca de su distribución y cronología. Arqueología de
Panamá La Vieja, agosto, pp.112-133.
2008. Módulo Cerámicas Coloniales (formato PPT), Pasantía Escuela de
Verano Patronato Panamá Vieja, Ciudad de Panamá.
Rovira, B.; J. Blackman; L.van Zelst; R. Bishop; C. Rodríguez y D. Sánchez
2006. Caracterización química de cerámicas coloniales del sitio de Panamá
Viejo. Resultados preliminares de la aplicación de activación neutrónica
instrumental. Revista Canto Rodado, N°1:101-132, Ciudad de Panamá.
Rovira, B. y J. Mojica
2007. Encrucijada de estilos: la mayólica panameña. Gustos cotidianos en el
Panamá colonial (siglo XVII). Revista Canto Rodado, N°2: 69-100, Ciudad de
Panamá.
Shulsky, L.
2001. Porcelana China de Sitios Coloniales Españoles del Sur de
Norteamérica y el Caribe. Arqueología de Panamá La Vieja, agosto, pp. 203-
214. Traducción B. Rovira.
Suárez, L.
2001. Santo Domingo: La historia de un sitio. Arqueología de Panamá La
Vieja, agosto, pp. 12-33.
Therrien, M.
2008. La monumentalización de un prócer. Estudio arqueológico de la Casa-
Museo Antonio Nariño, Villa de Leyva, Colombia. Revista de Canto Rodado,
N°3:29-64.
Valenzuela, C.
1996. La Construcción en Chile. Cuatro siglos de historia. Ed. Andújar,
Santiago.
Van Buren, M.
1999. Tarapaya: An Elite Spanish Residence near Colonial Potosí in
Comparative Perspective. Historical Archaeology, Vol. 33 (2):101-115.
Westfall, C.
2007. Arqueología en el Cerro Santa Lucía, Santiago de Chile. Actas del II
Seminario Internacional de Arqueología, Comisión 1: Arqueología Histórica y
Estudios Antropológicos, La Habana, 20 pp. (formato CD).
Westfall, C. y M. Barrera
2007. Informe Final. Rescate Arqueológico Proyecto Estacionamientos Plaza
Mekis, Santiago. Concesionaria Plaza Mekis S.A. y TaguaTagua Consultores.
Ms.
LÁMINAS