Cosa Juzgada
Cosa Juzgada
Cosa Juzgada
CONCEPTO Y FUNDAMENTO.
La cosa juzgada material es un concepto heredado del derecho romano “res iudicata”,
viniendo a significar realmente el asunto o el caso ya juzgado. Es el estado jurídico de una
cuestión sobre la que ha recaído la sentencia firme; la fuerza que el ordenamiento jurídico
otorga a las sentencias que deciden el proceso que se concreta en la cualidad de inmutable
que ostenta la decisión contenida en la sentencia firme respecto de cualquier proceso
posterior entre las mismas partes (u otras personas afectadas) y sobre el mismo objeto
(pretensión procesal). Se trata de un concepto que hace referencia a los distintos efectos
procesales que produce la resolución firme dictada sobre un concreto objeto sometido a
conocimiento judicial.
Por tanto, podemos concluir que la cosa juzgada, es una institución fundamental en el
ordenamiento jurídico, nace de la propia jurisdicción y da sentido a la misma, vincula al
tribunal con lo ya resuelto en firme otorgando así seguridad jurídica y junto con la firmeza de
las resoluciones cumple con el mandato constitucional de brindar a los ciudadanos la garantía
de la tutela judicial efectiva.
La cosa juzgada constituye una institución jurídico procesal mediante la cual se otorga a las
decisiones plasmadas en una sentencia y en algunas otras providencias el carácter de
inmutables, vinculantes y definitivas.
Estos efectos se conciben por disposición expresa del ordenamiento jurídico para lograr la
terminación definitiva de controversias y alcanzar un estado de seguridad jurídica.
La Corte Suprema de Justicia, de esta manera, precisó la definición de cosa juzgada al
declarar fundada la Casación N° 4511-2013-Arequipa interpuesta en el marco un proceso
especial sobre pago de intereses legales.
EFECTOS DE LA COSA JUZGADA
EFECTO NEGATIVO O EXCLUYENTE:
Profundizando ya en el estudio del efecto negativo o excluyente, éste supone la exclusión de
toda decisión jurisdiccional futura entre las mismas partes y con el mismo objeto, es decir
sobre la misma pretensión.
Se considera como el tradicional principio del non bis in ídem. El Tribunal Supremo
entiende que este principio es uno de los varios que inspiran la institución de la cosa
juzgada.
Es considerado también como una manifestación de la seguridad jurídica que tiende a
garantizar que los procesos tengan un final, a partir del cual lo resuelto en ellos se convierta
en indiscutible, no pudiendo volverse sobre lo mismo y las partes sepan, con certeza, cuál es
su situación jurídica y puedan confiar en el mantenimiento de esa situación.
A esta función se refiere el art. 222.1 LEC cuando dice que la cosa juzgada de las sentencias
firmes, sean estimatorias o desestimatorias, excluirá, conforme a la ley, de un ulterior
proceso. Esta función debería impedir la iniciación de un nuevo proceso sobre la misma
pretensión, pero, dadas las dificultades prácticas de esto, la función atiende a impedir que se
dicte una nueva decisión sobre el fondo del asunto. Esta institución no puede impedir la
iniciación de un nuevo pleito, pero sí se opone a que se dicte un nuevo fallo sobre el fondo.
Lo que produce esta función negativa no es una obligación al tribunal para que resuelva con
el mismo contenido que resolvió el primero sino, que impone al tribunal la obligación de no
resolver.
EFECTO POSITIVO O PREJUDICIAL:
La función positiva o prejudicial de la cosa juzgada es consecuencia de la función negativa
e implica el deber de ajustarse a lo juzgado en una ocasión anterior cuando haya que
decidirse sobre una relación jurídica de la que la sentencia anterior es condicionante o
prejudicial. La cosa juzgada no opera aquí como excluyente de un posterior proceso o, en
mejores términos, excluyente de una resolución de fondo sobre un objeto idéntico, sino que
condiciona la segunda decisión. Es por eso que se habla también de función prejudicial.
ALCANCE Y LÍMITES OBJETIVOS:
Para comenzar a estudiar esta parte de la delimitación de la institución de la cosa juzgada y
determinar qué es aquello que debe considerarse juzgado, comenzaremos por las
precisiones que efectúa el párrafo primero del aptdo. segundo del art. 222 LEC. “la cosa
juzgada alcanza a las pretensiones de la demanda y de la reconvención, así como a los
puntos a que se refieren los apartados 1 y 2 del artículo 408 de esta Ley.
Fundamento:
En ese contexto, para la máxima instancia judicial del país, dicha figura procesal constituye
una garantía fundamental de la administración de justicia.
Garantía que asegura que el objeto materia de un proceso ha sido resuelto por resolución
judicial firme y contra la cual no procede medio impugnatorio alguno, ya sea ventilado
dentro del mismo proceso o mediante otro.
Por lo tanto, la decisión del supremo tribunal advierte que la institución jurídica procesal de
la cosa juzgada exige que una decisión plasmada en sentencia tenga el carácter de
inmutable, vinculante y definitiva.
La sala suprema también atiende la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) recaída en el
Expediente N° 01592-2011-AA/TC, cuyos fundamentos precisan que con el derecho a que
se respete una resolución que ha adquirido la autoridad de cosa juzgada, se garantiza el
derecho de todo justiciable a que las resoluciones que hayan puesto fin al proceso judicial
no puedan ser recurridas mediante medios impugnatorios, ya sea porque estos fueron
agotados o porque transcurrió el plazo para impugnarlos.
Este fallo del TC especifica, asimismo, que con el derecho a que se respete una resolución
que ha adquirido la autoridad de cosa juzgada se garantiza además el derecho de todo
justiciable a que el contenido de las resoluciones que hayan adquirido tal condición no
pueda ser dejado sin efecto ni modificado, sea por actos de otros poderes públicos, de
terceros o incluso de los mismos órganos jurisdiccionales que resolvieron el caso en el que
se dictó.
Conclusiones:
La Corte Suprema de Justicia considera que la figura procesal de la cosa juzgada produce
un efecto positivo y otro negativo.
El primero se encuentra relacionado con la ejecutoriedad de las resoluciones que ponen fin
al proceso y sus efectos prejudiciales.
En tanto que el segundo está referido a la imposibilidad de discutir nuevamente la misma
pretensión dentro de un proceso judicial en el cual sean partícipes las mismas partes, refiere
la sentencia.
Nuestro Grupo llegó a la siguiente conclusió n, podemos afirmar que la importancia
de la institución procesal de la cosa juzgada radica en dos aspectos claves: por
un lado, permite la ejecución de una sentencia firme, brindando una tutela
jurisdiccional efectiva; y, por otro lado, desaparece la incertidumbre jurídica
que inicialmente existía entre las partes procesales y pasa a convertirse en
certeza, desplegando sus efectos en sus respectivas esferas jurídicas y en el
plano de la realidad.
Del mismo, resulta conveniente señalar que el artículo 123° del CPC cumple
con definir claramente y dejar establecido cuándo estaremos ante una
resolución que haya adquirido la autoridad de cosa juzgada y que la misma es
inmutable.
Bibliografía:
https://elperuano.pe/noticia/21208-suprema-precisa-definicion-de-la-cosa-juzgada
https://www.conceptosjuridicos.com/ley-enjuiciamiento-civil-articulo-222/