Introducción A Las Finanzas Públicas
Introducción A Las Finanzas Públicas
Introducción A Las Finanzas Públicas
La actividad financiera
1. Finanzas. Concepto y etimología. Las finanzas son el conjunto de actividades que tienen
que ver con la obtención de ingresos y la erogación de gastos, a fin de satisfacer necesidades
potencialmente ilimitadas.
La palabra proviene del del verbo latino finire, del cual emano el verbo finare y el término
finatio. Su significación sufrió algunas variantes. En un primer período designaba una decisión
judicial, después una multa fijada en juicio y, finalmente, los pagos y prestaciones en general.
Alrededor del siglo XIX se consideró que negocios financieros eran los monetarios y bursátiles. En
un tercer período, primero en Francia y después en otros países, se circunscribió su significación a
los recursos y los gastos estatales.
Finanzas públicas. Al término finanzas suele adicionársele la palabra públicas con el
propósito de distinguir las finanzas estatales de las privadas. Las finanzas privadas acentúan el
comportamiento individual de las personas, o bien de grupos parciales de ellas. Las finanzas
públicas, en cambio, estudian la forma en que el Estado cubre la satisfacción de ciertos objetivos
por él trazados, a los que suele denominarse como necesidades públicas.
Elementos condicionantes de sus claras diferencias:
(a) El carácter público del Estado, quien presenta como característica fundamental su duración
en el tiempo. Además, está la coerción como elemento fundamental en la vida del Estado.
(b) Los diferentes objetivos buscados por sus respectivos sujetos. Así, mientras los privados
buscan el beneficio, el Estado carece de ánimo de lucro, teniendo toda su potencialidad
económica dirigida al cumplimiento de sus objetivos.
(c) El reparto de las cargas que importa el gasto público ha de hacerse con criterios de justicia.
Pues, al no haber pautas de mercado, no existe la posibilidad de hacerlo voluntariamente.
2. Las necesidades públicas. Son necesidades públicas aquellas que nacen de la vida
colectiva y se satisfacen mediante la actuación del Estado.
La vida colectiva engendra necesidades distintas de las que tiene el individuo considerado
aisladamente. Cuando el ser humano resuelve integrarse en una colectividad, esa reunión de
individualidades crea diversos ideales comunes que primariamente son defensa exterior (defenderse
recíprocamente), orden interno (normas de convivencia que regulen la conducta recíproca de los
individuos agrupados, y velar por su acatamiento) y administración de justicia (buscar el medio de
resolver las controversias y castigar las infracciones con el mayor grado de justicia). Estos ideales
comunes dan lugar a las necesidades públicas.
Clasificación elemental según su esencialidad y satisfacción:
(a) Necesidades públicas absolutas. Aquellas que constituyen la razón de ser del Estado mismo,
por lo cual éste desaparecería como tal si dejase de cumplir esos cometidos esenciales
(defensa exterior, orden interno, administración de justicia). Esenciales, constantes,
vinculadas existencialmente al Estado y de satisfacción exclusiva por él.
(b) Necesidades públicas relativas. Necesidades cuya satisfacción se considera de incumbencia
estatal, por cuanto atañen a la adecuación de la vida comunitaria a los progresos emergentes
de la civilización (instrucción, salubridad, asistencia social, etcétera). Contingentes,
mudables, no vinculadas existencialmente al Estado y de satisfacción general.
Satisfacción de las necesidades públicas. Los servicios públicos son las actividades que el
Estado realiza en procura de la satisfacción de las necesidades públicas.
Los servicios públicos esenciales son inherentes a la soberanía del Estado, puesto que solo
pueden ser prestados por él en forma exclusiva e indelegable, haciendo uso de todas las
prerrogativas emanadas de su poder de imperio.
Los servicios públicos no esenciales, tienden a satisfacer necesidades públicas vinculadas al
progreso y bienestar social, no se consideran inherentes a la soberanía, por cuanto para su
prestación no es ineludible la utilización de las prerrogativas emanadas del poder de imperio.
Tanto los servicios públicos esenciales como los no esenciales son prestados por el Estado.
Pero, mientras que los inherentes a la soberanía solo pueden ser suministrados directamente por él,
los restantes servicios públicos pueden ser atendidos, en principio, en forma indirecta, mediante la
intervención de particulares intermediarios o concesionarios bajo control estatal.
Los servicios públicos suelen dividirse en divisible e indivisibles. Son divisibles aquellos
que, aún siendo útiles a toda la colectividad, se conciben de tal forma que las actividades pueden ser
determinadas en relación a quienes el servicio atañe (administración de justicia, instrucción pública,
emisión postal, etcétera). Indivisibles, en sentido amplio, son los servicios cuya naturaleza
imposibilita practicar efectivamente su particularización con respeto a personas determinadas
(defensa exterior).
3. Actividad financiera del Estado. Concepto. La actividad financiera se traduce en una
serie de trabajos hechos con el fin determinado de obtener ingresos públicos y aplicarlos para el
cumplimiento de los objetivos del Estado.
Una característica fundamental de la actividad financiera es su instrumentalidad. No atiende
directamente la satisfacción de una necesidad pública, no constituye un fin en sí mismo, sino que su
normal desenvolvimiento es condición indispensable para el desarrollo normal de las otras
actividades.
Cabe agregar que la actividad financiera está integrada por cuatro actividades parciales
diferenciadas, a saber:
(a) La previsión de gastos e ingresos futuros materializada generalmente en el presupuesto
financiero.
(b) La obtención de los ingresos públicos necesarios para hacer frente a las erogaciones
presupuestariamente calculadas.
(c) La aplicación de esos ingresos a los destinos prefijados, o sea, los gastos públicos.
(d) El control de todas las operaciones de los distintos sistemas, órganos, normas y
procedimientos administrativos financieros.
4. El fenómeno financiero. Concepto. Los ingresos estatales y las erogaciones que el
Estado efectúa son fenómenos financieros, que considerados dinámicamente y en su conjunto con
forman la actividad financiera.
Momentos constitutivos de la actividad financiera. La actividad financiera está
constituida por cuatro momentos parciales diferenciados, a saber:
(a) Presupuestación. Actividad que comporta el cálculo anticipado del conjunto de gastos e
ingresos públicos previstos para un ejercicio financiero. Se establecen los límites del gasto
público y se atribuye a los ingresos públicos un valor aproximativo.
(b) Obtención de recursos. Producción o extracción de elementos disponibles para resolver
necesidades públicas, generalmente a partir del sector privado. Períodos en que se divide la
obtención de recursos: fijación, recaudación e ingresos al tesoro.
(c) Realización de gastos. Ejecución de la cantidad de dinero que gasta el Estado para satisfacer
las necedades de los ciudadanos. Períodos en que se divide la realización de gastos:
afectación preventiva, compromiso y gasto devengado.
(d) Control. Examen u observación cuidadosa de todas las operaciones financieras, que sirve
para hacer una comprobación sobre la validez y eficacia de todas las acciones financieras
emprendidas.
5. Los sujetos de la actividad financiera. Sujeto activo. El Estado es el único y exclusivo
sujeto activo de la actividad financiera, concibiendo el término “Estado” en sentido lato y
comprensivo, por tanto, del ente central (Nación) y de los entes federados (provincias), así como de
los municipios (en los países en que tales formas gubernamentales tengan vigencia).
Así considerado, el Estado dirige esta actividad hacia la provisión de los recursos necesarios
para el logro de los fines propios, que son los fines de los individuos constituidos en unidad. Fines
superiores, unitarios y duraderos, diferentes de los fines efímeros y perecederos de los individuos
que lo componen.
Concepciones políticas sobre el Estado. En la época de los mercantilistas, la potencia
económica del príncipe era grande en relación de la de los particulares, lo que motivó que fuer
amplia la competencia reservada a la acción del Estado. Pero con el desarrollo de la iniciativa
privada y de la organización capitalista, las tareas del Estado quedaron reducidas.
Las teorías liberales clásicas sostuvieron que ellas funciones estatales debían reducirse a la
defensa exterior, orden interno y administración de justicia, mientras que en los otros órdenes debía
limitarse a disciplinar la iniciativa privada cuando lo requiera el carácter especial de ciertas
actividades.
No obstante, surgieron una serie de fenómenos económicos y sociales que debilitaron en los
hechos los esquemas individualistas clásicos requirieron de una mayor actuación del ente público
para apuntalar la economía nacional y obrar como factor de equilibrio. Se pasó de la neutralidad
estatal al intervencionismo del Estado moderno.
La teoría keynesiana pretendió justificar de manera científica las intervenciones del Estado
como garantía de empleo y crecimiento. El ideal era atractivo porque intentaba armonizar la
prosperidad económica con la justicia social, y los medios para lograrlo eran la centralización
estatal, con el acaparamiento de las más diversas actividades, la fiscalidad progresiva y la
redistribución social.
Después de ciertos períodos de bonanza volvieron a acentuarse las crisis, el subdesarrollo y,
principalmente, el cáncer de la inflación, que todo lo pervierte y desestabiliza.
Se operó entonces el retorno a las ideas liberales, aunque aggiornadas y pragmatizadas,
mediante el reconocimiento de que es necesario un cierto grado de intervencionismo estatal y la
debida satisfacción de algunas necesidades públicas relativas, principalmente educación y salud.
El sujeto pasivo de la actividad financiera del Estado. Se hallan sometidas a la autoridad
del Estado las personas y entidades nacionales y extranjeras vinculadas por razones de pertenencia
política, económica y social, y que por diferentes medios contribuyen a proporcionar ingresos al
Estado.
Por otra parte, dichas personas y entidades son, en última instancia, las destinatarias de los
diferentes empleos que el Estado realiza de sus ingresos por medio de los gastos públicos.
6. Naturaleza de la actividad financiera. Teorías. Tales fenómenos revisten un carácter
complejo, por lo cual su debido estudio sólo puede llevarse a cabo con los elementos que los
integran: elementos políticos, económicos, sociales, jurídicos y administrativos.
Habiéndose elaborado diversas teorías para explicar la actividad financiera, analizaremos
algunas de las más importantes.
Teorías económicas. Existen diversas concepciones que tienden a definir la actividad
financiera sobre la base de conceptos económicos:
(a) Escuela clásica inglesa y Juan Bautista Say. Ciertos economistas de la escuela clásica
(Adam Smith, David Ricardo, Jhon Stuart Mill) y algunos autores franceses, como Juan
Bautista Say, tienden a considerar la actividad financiera como perteneciente a la etapa
económica del consumo. El fenómeno financiero representa un acto de consumo colectivo y
público, por lo cual los gastos públicos deben considerarse consumos improductivos de
riqueza. Decía el economista francés que cuando un valor ha sido pagado por el
contribuyente está perdido para él, y cuando el valor es gastado por el gobierno se pierde
para todos, no ofreciendo ventajas para la colectividad. Es decir, que el Estado sustrae
bienes a los particulares que los utilizarían mejor y más productivamente.
(b) Las ideas de intercambio. Algunos autores, como Bastiat y Senior, han considerado que la
actividad financiera es un caso particular de cambio, por lo cual los tributos vienen a resultar
las retribuciones a los servicios públicos.
(c) Escuela de Viena. Otra teoría incluida dentro de las económicas es la de Sax sobre la
utilidad marginal. Para este auto, la riqueza de los contribuyentes podía ser gravada por el
impuesto sólo cuando su erogación fuese más “útil” para los gastos públicos que para el
empleo que el contribuyente podría hacer por su cuenta para satisfacer sus necesidades. A
los fines de la comparación, Sax recurre a la noción de valor. Cada individuo realiza una
valoración de sus necesidades creando una escala en orden de importancia. Del mismo
modo, el Estado realiza una valoración de los servicios públicos para saber qué parte de sus
riquezas es justo que entreguen los particulares, según el propio valor subjetivo que éstos
asignan al servicio público.
(d) Escuela de las Ciencias de las Finanzas. Antonio de Viti de Marco. Economistas más
modernos consideraron que la actividad financiera es el resultado de una acción de
cooperación de producción. El italiano De Viti de Marco concebía al Estado como una
cooperativa de producción y consumo que producía bienes públicos y los traspasaba a sus
miembros según determinados principios cooperativos de bien común.
Teorías sociológicas. Esta tendencia tiene su inspirador en Wilfredo Pareto, que insertó el
estudio de la economía política en el más amplio de la sociología.
Según Pareto, y dada la heterogeneidad de las necesidades e intereses de los componentes de
la colectividad, los juicios de los individuos quedan en realidad subordinados al criterio y voluntad
de los gobernantes, que establecen su orden de prelación según criterios de conveniencia propia.
El Estado es sólo un facción en cuyo nombre se impone a los contribuyentes todos los
gravámenes posibles, y luego se gastan para cubrir no ya sus pretendidas necesidades, sino las
infinitas de la clase dominante y de sus pretorianos.
En tal sentido, este autor sostiene que no es el Estado el que gobierna efectivamente y decide
las elecciones en materia de gastos y de ingresos públicos, sino las clases dominantes que imponen
al llamado “Estado” sus intereses particulares. Por ello el Estado no es un ente superior y distinto de
los individuos que lo componen, sino tan sólo un instrumento de dominación de la clase gobernante.
De allí que las elecciones financieras no son el fruto de una elección democrática, sino, por el
contrario, decisiones que la minoría gobernante impone a la mayoría gobernada.
Amilcare Puviani. Teoría de la ilusión financiera. Dicha teoría explica el comportamiento de
la clase gobernante: esta minoría dominante,buscando siempre la línea de la menor resistencia
opuesta por la clase dominada, trata, mediante la creación de ilusiones financieras, de ocultar a los
ciudadanos la verdadera carga tributaria que sobre ellos recae y, al mismo tiempo, de exagerar los
beneficios que ofrece mediante la prestación de servicios públicos.
Teorías políticas. Fue Benvenuto Griziotti quien convencido de la insuficiencia de las
teorías económicas y encontrando serias objeciones a la tesis sociológica, orientó sus enseñanzas
hacia un concepto integral de las finanzas, pero con neto predominio del elemento político.
Afirma el maestro italiano: “teniendo presente que el sujeto de la actividad financiera es el
Estado y que son los fines del Estado los que se satisfacen con la actividad financiera, debe
aceptarse que esta actividad tenga necesaria y esencialmente una naturaleza política”.
Los medios financieros, si bien son de naturaleza idéntica a la de los medios económicos,
difieren en el aspecto cualitativo y cuantitativo (los medios de la actividad financiera pueden ser
abundantes frente a fines que son relativamente limitados) y el criterio para la elección de dichos
medios es político. Los procedimientos de los cuales se vale el Estado para procurarse recursos son
en su mayor parte coercitivos y están guiados por criterios políticos, así como son políticos los
criterios de repartición de la carga tributaria.
Sobre todo, son políticos los fines que el Estado se propone con su actividad financiera, pues
son consecuencia de su propia naturaleza de sujeto activo de las finanzas públicas.
Por consiguiente, para Griziotti, la actividad financiera es un medio para el cumplimiento de
los fines generales del Estado, en concurso y coordinación con toda la actividad del Estado, el cual,
para la consecución de sus fines, desarrolla una acción eminente y necesariamente política. Podrán
cariar los fines según las corrientes políticas que prevalezcan en distintos países, pero es innegable
la existencia de fines estatales que exceden los de dichas corrientes.
Otras teorías. Enfoque constitucionalista de Horacio Corti. Las Constituciones
democrático-liberales contemporáneas disponen esencialmente sobre dos grandes ámbitos de vida
pública: la organización del poder estatal y la declaración de un conjunto de derechos
fundamentales propios de cada ser humano. Ahora bien, estos fines encomiables necesitan medios
para ser realizados efectivamente, por lo que las mismas Constituciones contienen cláusulas
financieras encargadas de resolver esta problemática.
Corti propone hacer hincapié en las cláusulas constitucionales financieras para dar sentido y
anclaje jurídico a las finanzas públicas. El sentido jurídico propio de la actividad financiera del
Estado sería obtener recursos y aplicarlos para realizar las disposiciones constitucionales
Acuña el término constitución financiera para designa ese conjunto de cláusulas,
disposiciones y apartados constitucionales financieros, y lo sitúa a medio camino entre el sistema de
derechos y la organización del poder. A medio camino porque la constitución financiera funciona
como condición de realización de las demás partes de la Constitución.
La constitución financiera es una especie de autoreflexión o autoabordaje que realiza la
Constitución para resolver el problema del financiamiento de las actividades que demanda, dando
lugar al derecho constitucional financiero y, de éste último, surgiría el derecho financiero
propiamente dicho. Explicando cabalmente la unidad del fenómeno financiero.
7. Ciencia de las finanzas. Concepto y contenido. La ciencia de las finanzas tiene por
objeto el estudio valorativo de cómo y para qué el Estado obtiene sus ingresos y hace sus
erogaciones.
En otras palabras y ampliando lo dicho: el contenido de la ciencia financiera es el examen y
evaluación de los métodos mediante los cuales el Estado obtiene los fondos necesarios para llevar a
cabo sus propósitos y de los métodos por los cuales, mediante los gastos, provee a la satisfacción de
necesidades.
El método en la ciencia financiera. Tanto se ocupa la ciencia financiera de nociones y
leyes generales (o sea, abstracciones), como de exposiciones y descripciones de hechos concretos.
De este doble carácter se desprende que la ciencia de las finanzas debe emplear tanto el método
deductivo como el inductivo.
El método deductivo debe ser utilizado siempre que se trate de explicar en forma general el
fenómeno financiero. La deducción parte de ciertas suposiciones, cuya validez requiere un examen
riguroso. Los resultados de la deducción a menudo no pueden obtenerse de por experiencia, pero
sólo la continua comparación crítica con el desarrollo de los hechos puede conferir valor real a la
teoría deducida.
Pero la ciencia necesita, para estudiar la plena realidad y la complejidad de la vida, al lado
de la deducción, el método inductivo. Este tiene por objeto observar y describir los fenómenos
financieros dentro del proceso económico, y verificar y confirmar su relación con las condiciones
naturales, los factores morales y políticos, etcétera. La ciencia no puede existir sin la observación
descriptiva de hechos. Su progreso depende de la justa unión del método inductivo con el
deductivo.
8. Política fiscal. Concepto y finalidad. La política fiscal es una rama de la política
económica que configura el presupuesto del Estado, y sus componentes, el gasto público y los
impuestos, como variables para asegurar y mantener la estabilidad económica, amortiguar las
variaciones de los ciclos económicos, y contribuyendo a mantener una economía de crecimiento, de
pleno empleo y con baja inflación.
Política de estabilización. La función de estabilización de la economía es la que busca
cubrir tres objetivos primordiales:
(a) Conseguir el pleno empleo, es decir que todos los recursos productivos disponibles (capital y
trabajo) estén abocados a la actividad económica.
(b) Lograr la estabilidad de precios, que no exista una inflación alta ni mucho menos
descontrolada.
(c) Obtener una tasa de crecimiento armónica de los demás objetivos (comercio internacional,
balanza de pagos, etcétera).
La actuación estatal ha de tender a ajustar la demanda agregada a fin de solucionar las
situaciones de inflación y/o de desempleo.
El instrumento fiscal más comúnmente utilizado en esta función es la política
presupuestaria, para aplicarla de manera anticíclica, a fin de mitigar y controlar los desajustes del
mercado.
Distribución de la renta y de la riqueza. Las finanzas públicas deben buscar la
distribución de la renta y de la riqueza entre los individuos que integran el grupo, de acuerdo con el
punto de vista político expresado por los órganos de decisión colectiva.
Esta función admite ser discutida en términos de justicia, en tanto el objetivo social también
resulta susceptible de valoración dikelógica.
Además, también entran en juego valoraciones políticas, de oportunidad o conveniencia. La
desigualdad crea una marginalidad en la cual ciertos valores y conductas socialmente deseables y
necesarias no son practicadas.
La redistribución admite un análisis económico, tanto en lo que hace a los incentivos para
mantener o incrementar la producción (considerando individualmente los factores productivos) o
bien para aumentar toda la producción nacional (la dimensión de la economía nacional en su
conjunto).
Las herramientas para redistribuir exceden el ámbito de la actividad financiera estatal. Sin
embargo, tiene carácter financiero, y ello es claro, aquellas medidas que involucran gastos públicos
(ingreso o renta social mínimo y universal) o ingresos públicos (utilización extra-fiscal del tributo).
Asignación de los bienes y servicios. La función de asignación de bienes públicos es el
proceso por el cual el uso total de los recursos se divide entre los bienes privados y los públicos, y
por el cual el que se elije la combinación de bienes públicos, fijándose las pautas para su provisión
dentro del conjunto social.
La automaticidad del mercado no garantiza una asignación eficiente o socialmente justa de
los recursos. Un ejemplo lo dan las economías externas, sean positivas o negativas, casos en los que
la producción de ciertos bienes deriva efectos para terceros y tales efectos no quedan reflejados en
por el sistema de precios.
La intervención del Estado luce necesaria para mejorar la asignación de recursos. Por
ejemplo, puede establecer gravámenes para actividades contaminantes (externalidades negativas) a
fin de procurar recursos para contrarrestar o revertir sus efectos.
Ecofiscalidad. Sistema fiscal o conjunto de leyes relativas a los impuestos que incentivan la
protección ambiental, o compensan el daño ocasionado al medio ambiente.
Es una herramienta de política fiscal utilizada para promover actividades ecológicamente
sostenibles a través de tasas, impuestos y contribuciones. Estas políticas pueden intentar resarcir el
daño producido, punir a los responsables o prevenir el problema con soluciones de índole
reguladora.
Derecho financiero
Caracterización del derecho financiero
1. Derecho financiero. Concepto y contenido. El derecho financiero es el aspecto jurídico
del fenómeno financiero estatal, de las finanzas públicas.
Su definición puede formularse así: “Es la porción del ordenamiento jurídico de un Estado,
conformado por normas de Derecho Público, que se ocupa de organizar los recursos financieros que
constituyen el Tesoro Público de ese Estado, regulando los procedimientos par el establecimiento de
y percepción de los ingresos públicos, y para la programación y realización de los gastos públicos”.
Como señala Giuliani Fonrouge, es el conjunto de normas jurídicas que regulan la actividad
financiera estatal en diferentes aspectos: los órganos que la ejercen, los medios en que se
exteriorizan y el contenido de las relaciones que origina.
En qué consiste la autonomía del derecho financiero. Corrientes doctrinales:
(a) Posición administrativista. Niegan la autonomía del derecho financiero argumentando que
la actividad del Estado tendiente a obtener los medios económicos para cumplir sus fines,
así como la administración y empleo de ellos, es una función administrativa típica que no
difiere en su naturaleza de las demás actividades públicas del Estado regidas por el derecho
administrativo.
(b) Posición autonómica. Afirman que existe una necesidad científica en estudiar el derecho
financiero con criterios uniformes. Los problemas jurídicos emanados de la actividad
financiera del Estado deben ser resueltos mediante la aplicación de principios elaborados
para regular la economía del Estado con criterios unitarios, lo cual no puede ser cumplido
por otras ramas del derecho público, ya que de esa manera el derecho financiero perdería su
unidad y pasaría a ser un capítulo de otro derecho.
(c) Posición restringida. Una tercera posición niega que el derecho financiero tenga autonomía
científica, admitiendo solo autonomía didáctica. Reconoce esta postura, sin embargo, que un
sector del derecho tributario material goza de esa autonomía científica en de que carece el
derecho financiero. Descartan la autonomía del derecho financiero por ser esencialmente
heterogéneo, imposibilitando la construcción dogmática unitaria y homogénea de principios
rectores generales.
2. Ramas. Derecho patrimonial público. Concepto. Es la rama del derecho financiero que
estudia la gestión del patrimonio público, encaminada a la obtención de ingresos que sirvan para
sufragar parte del gasto público.
Derecho tributario. Concepto y clasificación. Conjunto de principios y normas jurídicas
que regulan la obtención de ingresos por parte de los entes públicos por medio del tributo.
Clasificación:
(a) Derecho tributario formal. Contiene las normas sustanciales en general a la obtención
tributaria. Estudia cómo nace la obligación de pagar tributos y cómo se extingue.
(b) Derecho tributario material. Estudia todo lo concerniente a la aplicación de la norma
material al caso concreto en sus diferentes aspectos.
(c) Derecho procesal tributario. Contiene las normas que regulan las controversias de todo tipo
que se plantean entre el fisco y lo sujetos pasivos.
(d) Derecho penal tributario. Regula lo concerniente a las infracciones fiscales y sus sanciones.
(e) Derecho internacional tributario. Estudia las normas que corresponde aplicar en los casos
en que diversas soberanías entran en contacto.
(f) Derecho constitucional tributario. Estudia las normas fundamentales que disciplinan el
ejercicio de la potestad tributaria.
Derecho del crédito público. Concepto. Conjunto de principios y normas jurídicas que
regulan la capacidad que tiene el Estado para contraer obligaciones internas o externas a través de
operaciones tendientes a la obtención de recursos.
Derecho monetario. Concepto. Conjunto de normas legales, doctrina y usos que regulan la
acuñación de moneda y la emisión de billetes – en su carácter de instrumento de pago, medida del
valor y unidad de cuenta –, así como su valor, circulación y cambio.
Derecho presupuestario. Concepto. Es la rama del derecho financiero que estudia y regula
lo concerniente a los presupuestos generales del Estado, como su elaboración, aprobación,
ejecución y control, y todo lo relacionado con el gasto público.
3. Codificación. El derecho tributario ha sido elaborado intensamente por la doctrina, y se
han manifestado importantes tendencias en favor de la codificación.
No obstante estas tendencias, se han formulado algunas objeciones en contra de la
codificación. Especialmente son las siguientes:
(a) La multiplicidad de las situaciones fiscales impide su codificación.
(b) La acción fiscal debe inspirarse en criterios de oportunidad, y no es apta para plasmar en
normas rígidas contenidas en un código.
(c) La variedad de los preceptos fiscales impide someterlos a un esquema lógico.
Estas objeciones son antiguas. Sin embargo, tanto la doctrina administrativa como la
tributaria han reaccionado unánimemente en casi todos los países contra estas críticas. Se ha
sostenido que lo que se trata de codificar no es la actuación tributaria del Estado, sino aquellos
principios jurídicos que presiden esa acción y a los cuales el Estado debe ajustarse.
Se ha puesto de relieve que el tratamiento jurídico unitario de los fenómenos fiscales facilita
cualquier reforma tributaria de estructura y tiene otras ventajas:
(a) Los principios codificados sirven de base o cimiento para la jurisprudencia.
(b) Las normas codificadas orientan al legislador para acomodar sus mandatos a un sistema
jurídico permanente.
(c) En defecto de normas particulares para cada grupo de impuestos, las normas codificadas
constituirán el derecho común de los actos fiscales.
Junto a estas ventajas técnicas, el código fiscal puede constituir un instrumento de cohesión
nacional y un medio eficaz de expansión cultural.
Formulación positiva. Códigos tributarios. En el orden nacional no existe codificación
tributaria. Lo más cercano es la Ley Nº 11.683 (Ley de Procedimientos Fiscales), sobre aplicación y
percepción de impuestos. Luego se encuentran las leyes tributarias especiales correspondientes a
cada impuesto y el Código Aduanero, encargado de regular esa materia en particular.
La Ley Nº 11.683 contempla principios vinculados a la obligación tributaria y crea el
Tribunal Fiscal de la Nación, un organismo autárquico, especializado en materia tributaria y
aduanera, que atiende en la resolución de recursos interpuestos por los contribuyentes contra actos
dictados por la Administración Federal de Ingresos Públicos (A.F.I.P.).
Código fiscal. Ley impositiva anual de la Provincia de Santa Fe. Esta situación que se
advierte en orden nacional no existe en las provincias, que han elaborado códigos fiscales.
El gobierno de la provincia de Santa Fe dictó la Ley N°3.456 (Código Fiscal de la Provincia
de Santa Fe). Contiene disposiciones referentes a la obligación tributaria, a la interpretación de
normas tributarias, a la situación de los sujetos fiscales, a las infracciones y sanciones pertinentes, a
los procedimiento administrativos involucrados, entre muchas otras cosas más.
La Lay Impositiva Anual de la Provincia de Santa Fe fija las cuotas y alícuotas
correspondientes a los impuestos, tasas y contribuciones establecidos en el Código Fiscal de la
Provincia de Santa Fe.
La Ley N°8.173 (Código Tributario Municipal) de la provincia de Santa Fe obliga a los
municipios santafecinos a dictar sus propios códigos tributarios a partir del modelo propuesto por la
misma ley. Con esto se busca unificar el régimen tributario municipal en la provincia de Santa Fe,
mismos tributos, mismas infracciones y sanciones, mismos procedimientos, etcétera.
5. Relaciones con otras disciplinas. Con la ciencia y el derecho político. Puede afirmarse
que existe un estrecho contacto entre ambos y las finanzas, porque depende de la estructuración del
Estado, el desenvolvimiento y alcance de la actividad financiera.
Con el derecho constitucional. Los principios básicos del derecho financiero están en la
constitución de cada Estado, y son estudiados primordialmente por esta rama.
Con el derecho administrativo. Todos los institutos del derecho financiero precisan para su
aplicación de una serie de procedimientos administrativos, regidos fundamentalmente por esa rama
y sus principios.
Con la economía política. Todas las medidas financieras están relacionadas con hechos
económicos. Los fenómenos de la actividad económica privada dentro de la producción, circulación
y consumo, son elementos causales de fenómenos financieros. Todo conocimiento profundo relativo
a la ciencia financiera es imposible sin referirse de continuo a los principios de la ciencia
económica.
Con el derecho penal. Se aplican sus principios, con matices, al ordenamiento
administrativo sancionador relativo a las normas financieras. Lo mismo ocurre con los delitos
vinculados con los ingresos públicos, en los que no será suficiente un acabado conocimiento del
derecho penal, sino que hará falta además tener en consideración las normas sustantivas de la rama
custodiada.
Con el derecho procesal. Cuando las relaciones creadas por medio de los ingresos y de los
gastos públicos en cada particular ocasionen conflictos que deban resolver los jueces, habrá que
recurrir a normas de este carácter para encausar pleitos.
Con el derecho privado. Tanto sus institutos básicos – mientras no sean modificados por el
derecho financiero para sus propios fines – como los de la Teoría General del Derecho, serán
aplicables al ordenamiento financiero. Además, la relación con el derecho comercial es de ida y
vuelta. El derecho comercial avanza sobre el derecho financiero y viceversa, éste tendrá que
reaccionar frente a las nuevas creaciones de aquel para gravarlas.
El presupuesto
Modalidades, principios y estructura presupuestaria
1. Evolución del concepto presupuestario. La hacienda pública en la antigüedad careció de
presupuesto. Si bien el en la época republicana el Senado romano autorizaba la percepción de los
impuestos, y había cierto control sobre los ingresos y los gastos, lejos estaban de tener un
presupuesto tal como hoy se lo concibe. Ya que ni siquiera había un documento que recogiera de
forma unitaria todos los ingresos y todos los gastos.
El medievo importó la ruralización de la vida y hubo que esperar hasta el siglo IX para
encontrar el esbozo de las premisas que hicieron posible arribar al presupuesto.
El germen de las instituciones financieras se suele ubicar en los siglos XI y XII, dando como
ejemplos ciertos documentos del rey castellano Alfonso VI y la Carta Magna de 1215, entre muchos
otros de igual relevancia. Transformaron en leyes del reino la condición de que el consentimiento de
las Cortes fuera indispensable para que cualquier tributo pudiera ser jurídicamente válido y exigible.
Sin embargo, la institución presupuestaria, tal como la conocemos hoy, en tanto correlación
de gastos con los ingresos, surgió recién con la consolidación del poder de las instituciones
parlamentarias.
Durante los siglo XV y XVI, el rey se convirtió en el personaje central de la vida nacional,
preludio de las monarquías absolutas de los siglos XVII y XVIII. Concentrados en consolidar
territorios y adquirirlos, necesitaron que los recursos públicos fueran regulares y crecientes, por lo
que tuvieron que acudir a los tributos, expandiendo este instituto.
En esas épocas existieron ciertos documentos que daban idea de una suerte de “plan
financiero”, que servía de guía para la acción del monarca, y también estados contables que
reflejaban la recaudación de ingresos y los pagos realizados. Pero por lo general tales documentos
eran reservados, guardados en absoluto secreto.
En ese contexto, la doctrina señala en caso inglés del siglo XVII, durante el reinado de
Carlos II , cuando el Parlamento obtuvo la “Cláusula de apropiación”, de forma tal de ligar los
gastos públicos con los recursos que éstos requerían. Hecho que fue ratificado en la Declaración de
derechos de la Revolución Gloriosa.
A medida que las instituciones tributarias fueron ganando peso, el presupuesto volvió a
cobrar auge. A diferencia de lo ocurrido en Inglaterra, en los países europeos continentales este paso
demoró algún tiempo más. El primer presupuesto francés data de 1815, en plena restauración
borbónica.
2. Presupuesto. Concepto y evolución. Como noción inicial puede decirse que el
presupuesto es un instrumento jurídico, propio del Derecho Financiero, que se plasma a través de
una ley que contiene, para un determinado período de tiempo – llamado ejercicio financiero –, la
previsión total de ingresos que obtendrá el Estado (de sus diversas fuentes) como así la autorización
de todos los gastos a realizar, con un determinado grado de detalle en sus aplicaciones concretas por
los diversos funcionarios, para brindar los servicios estatales programados, tendientes a la
satisfacción de las necesidades públicas.
A medida que el Estado ha avanzado, asumiendo funciones económicas, el presupuesto ha
ido perdiendo su carácter de mero documento administrativo y contable, para adquirir el papel de un
elemento activo con gravitación sobre las actividades generales de la colectividad.
Pasó a ser expresión contable del pan económico del sector estatal, diseñado por el cuerpo
político para un período de tiempo.
Descripción de la estructura del derecho presupuestario federal. El tesoro nacional como
eje del régimen financiero de la Constitución. El artículo 4° C.N. establece la conformación del
Tesoro Nacional, es decir los elementos que nutren la Hacienda Pública.
Allí se encuentran recursos tributarios (derechos aduaneros y las demás contribuciones que
imponga el Congreso), patrimoniales (venta y locación de tierras federales, y la renta del correo) y
provenientes del uso del crédito público.
La cláusula presupuestaria. El artículo 75 inciso 8 C.N. otorga al Congreso Nacional la
facultad de fijar anualmente los gastos del Estado, a la vez que aprobar o rechazar la cuenta de
inversión.
3. Los principios del sistema presupuestario. Recepción legal. La doctrina suele exponer
unas máximas, las que denomina como principios o reglas presupuestarias.
Universalidad. Concepto. Excepciones. El presupuesto debe reflejar explícitamente todos
los ingresos públicos razonablemente previsibles y todos los gastos del Estado, por sus valores
reales o brutos, sin expresarlos en términos netos.
En otros términos: toda la actividad financiera estatal debe estar contenido en el
presupuesto. La regla esta recogida en el artículo 12 L.A.F.
Una aparente excepción puede verse en el caso en que al presupuesto general puedan
trasladar los resultados netos de cada una de las empresas industriales o comerciales del Estado.
Unidad. Concepto. Se procura que solo exista una ley de presupuesto, para apreciar íntegra
y conjuntamente todos los ingresos y gastos públicos, y así obtener una clara referencia de la
situación fiscal.
Evitando la realización de ciertas maniobras de ocultamiento de gastos o ingresos mediante
el empleo de cuentas especiales por fuera del presupuesto general.
La L.A.F. no contiene expresamente este principio, pero lo refleja de forma implícita en
varios artículos: 19 inc. G, 19 y 24.
Equilibrio. Concepto. Los resultados deben ser equilibrados en cuanto a que la deuda
pública no sea un recurso corriente de financiación de los gastos públicos sino que se consiga
equiparar el gasto a los recursos genuinos (tributarios y patrimoniales).
El equilibrio presupuestario importa que determinados gastos, los corrientes y los de capital
(es decir, lo que no son financieros), han de ser iguales a los ingresos no financieros del Estado.
Si los gastos son superiores habrá un déficit, y deberá recurrirse al endeudamiento para su
financiación; si son inferiores, habrá superávit.
Periodicidad. Concepto. Falta de sanción. El presupuesto tiene una vigencia limitada,
debido a razones políticas y jurídicas que hacen a la efectividad de la tarea estatal y al control
financiero de ingresos y gastos.
El ejercicio financiero puede coincidir o no con el año calendario. En C.N., el art. 75 inc. 8
lo fija anualmente. Y el art. 10 L.A.F. determina que el ejercicio financiero abarca del 1° de enero al
31° de diciembre de cada año.
Exclusividad. Concepto. Tanto los ingresos como los gastos públicos deben ser
determinados por el Poder Legislativos de forma exclusiva. Se persigue así lograr la división y
equilibrio de poderes. El legislativos decide, y el ejecutivo lleva a cabo.
La regla está recogida en el inciso 8° del artículo 75 C.N., que exige una ley de presupuesto
por ejercicio financiero.
Especificación. Concepto. Cada previsión de gasto contenida en el presupuesto está
triplemente condicionada: por el tipo de gasto para el que fue autorizada, por el límite cuantitativo
para el que fue erogada y por el límite temporal del ejercicio financiera para el cual fue concedida.
El artículo 14 L.A.F establece que en los presupuestos de gastos se aplicarán las técnicas
más adecuadas para demostrar el cumplimiento de las políticas, planes de acción y producción de
bienes y servicios de los organismos del S.P.N., así como la incidencia económica y financiera de la
ejecución de los gastos y la vinculación de ellos con sus fuentes de financiamiento.
Por su parte, el artículo 33 L.A.F. ordena que no se podrá disponer de los créditos
presupuestarios para una finalidad distinta de la prevista.
El artículo 37 L.A.F. reformado por Ley 16124, en tanto permite al Jefe de Gabinete de
Ministros reasignar partidas, atenta contra este principio.
Otros. Reserva de ley presupuestaria. Transparencia (estructura y denominación coherente y
accesible). Publicidad (publicación en el Boletín Oficial). Exactitud y anticipación (los gastos deben
ser calculados lo más aproximadamente posible). No afectación de los ingresos. Justificación
(presencia de documentación respaldatoria). Correlación (cada gasto ha de contar con la respectiva
partida de ingresos respaldatoria).
4. Planificación y programación del presupuesto. El presupuesto por programas. El
presupuesto por programas busca proporcionar información sobre qué bienes y servicios en
concreto produce el Estado, de manera cierta y cuantificada.
Los diversos objetivos o funciones del Estado deben estar volcados en programas de trabajo
específicos, de forma que pueda estudiarse la participación del sector público en la tarea
desarrollada, para ver actuación en el contexto de la economía en general.
El acento se pone en los objetivos a cumplir según las actividades a desarrollar por el Estado
para alcanzar ciertas metas y obtener así los resultados propuestos.
Puede haber cierto solapamiento con la estructura funcional del presupuesto (asignación de
los gastos públicos según el tipo de servicio al que se destina).
Se establecen programas, cada uno con una serie de objetivos a cumplir y un costo detallado,
al cual se le asigna un gasto autorizado. Estipulados así los objetivos en los programas, y asignados
para ello los recursos suficientes para costearlos, es factible ajustar con más precisión los recursos a
gastos concretos, con objetivos asignados de antemano, a la vez que controlar luego su concreción.
Lo mismo puede ocurrir con los ingresos, ya que puede delinearse una política de expansión
de ciertos recursos y para ello se establecen ciertos objetivos a cumplir, y luego se puede evaluar si
se ha incrementado o o la recaudación en la medida esperada.
El presupuesto por programas en la Argentina. Con relación a los gastos, el artículo 14
L.A.F. establece que para la elaboración de la ley de presupuesto anual se emplearán las técnicas
más adecuadas para demostrar el cumplimiento de las políticas, planes de acción y producción de
bienes y servicios de los organismos del S.P.N., así como la incidencia económica y financiera de la
ejecución de los gastos y la vinculación de ellos con sus fuentes de financiamiento. Y el artículo 14
del decreto 1344/2007 establece en el inciso c), punto II, la “categoría programática” para la
presentación de los gastos, entre otras.
Categoría programática. Las categorías programáticas son las clases que resultan de la
clasificación de los programas presupuestarios según un criterio o jerarquía.
Según el decreto 1344/2007: programa, subprograma, proyecto, obra y actividad, y con las
partidas de gastos que por su naturaleza no resulte factible asignar a ninguna de dichas categorías.
5. Estructura del presupuesto según la Ley Nº 24156. Clasificaciones presupuestarias.
Concepto. Las clasificaciones presupuestarias son instrumentos normativos que agrupan los
recursos y gastos de acuerdo a ciertos criterios, cuya estructuración se basa en el establecimiento de
aspectos comunes y diferenciados de las operaciones gubernamentales.
Comunes a gastos y recursos. Institucional. La clasificación institucional ordena las
transacciones públicas de acuerdo a la estructura organizativa del S.P.N. y refleja las instituciones y
áreas responsables a las que se asignan los créditos y recursos presupuestarios y, consecuentemente,
las que llevarán adelante la ejecución de los mismos.
Por tipo de moneda. Mediante esta clasificación se agrupan los ingresos y gastos públicos
nacionales tomando en cuanta el tipo de moneda – nacional o extranjera – empleada en la
formulación del presupuesto, con la finalidad básica de permitir al Ejecutivo brindar información
para cuentas de la Balanza de Pagos, así como obtener el Presupuestos de Divisas.
Específicas de recursos. Por rubros. La clasificación por rubros ordena, agrupa y presenta
a los recursos públicos en función de los diferentes tipos que surgen de la naturaleza y carácter de
las transacciones que les dan origen.
Por su carácter económico. Desde el punto de vista económico, los recursos se clasifican
en corrientes (tributos), de capital (patrimoniales) y fuentes financieras (crédito público).
Específicas de gastos. Por objeto. La clasificación por objeto del gasto se conceptúa como
una ordenación sistemática y homogénea de los bienes y servicios, las transferencias y las
variaciones de activos y pasivos que el S.P.N. aplica en el desarrollo de sus actividades.
Por su carácter económico. La clasificación económica del gasto permite identificar la
naturaleza económica de las transacciones que realiza el S.P.N, con el propósito de evaluar el
impacto y las repercusiones que generan las acciones fiscales. En este sentido, el gasto económico
puede efectuarse con fines corrientes, de capital o como aplicaciones financieras.
Por sus finalidades y funciones. La clasificación funcional presenta al gasto público según
la naturaleza de los servicios que las instituciones públicas brindan a la comunidad. Los gastos
clasificados por finalidad y función permiten determinar los objetivos generales y los medios a
través de los cuales se estiman alcanzar éstos. En estos términos la clasificación por finalidades y
funciones se constituye en un instrumento fundamental para la toma de decisiones.
Por categoría programática. Esta clasificación implica la asignación de recursos
financieros a cada una de las categorías programáticas del presupuesto. El cálculo primario se
realiza a nivel de las categorías programáticas de mínimo nivel (actividad y obra) y los recursos
financieros de mayor nivel (proyecto, subprograma y programa).
Por fuente de financiamiento. La clasificación por fuente de financiamiento consiste en
presentar los gastos públicos según los tipos genéricos de recursos empleados para su
financiamiento.
Por ubicación geográfica. El clasificador geográfico establece la distribución espacial de
las transacciones económico-financieras que realizan las instituciones públicas, tomando como
unidad básica de clasificación la división política del país.
Interrelación de clasificadores. Las clasificaciones combinadas constituyen agrupaciones
de los gastos y recursos públicos, que se elaboran con fines de análisis y toma de decisiones en los
diferentes niveles del S.P.N.
La conformación material de estas clasificaciones permite mostrar una serie de aspectos de
gran interés, que hace posible el estudio sistemático del gasto y de los recursos públicos, así como
la política presupuestaria para un período dado.
Poder financiero
Poder financiero y federalismo fiscal
1. Poder financiero. Actuación del poder financiero. El poder de imperio en cuya virtud
se ejerce la actividad financiera puede denominarse poder financiero. Su mayor y más típica
manifestación se encuentra en la autoridad que tiene el Estado para exigir contribuciones coactivas
a los particulares que se hallan bajo su jurisdicción, pero no es su única manifestación.
En efecto, cuando el Estado planifica su actuación financiera decidiendo qué gastos vana
efectuarse, cómo se repartirán en el espacio y en el tiempo, mediante cuáles fuentes se lograrán
ingresos, qué medidas financieras son por sí mismas capaces de producir resultados directos, así
como cuando concretamente procede a obtener ingresos y a emplearlos en sus destinos prefijados,
está también ejerciendo su poder financiero.
Poder financiero originario y derivado. El poder originario radica en el pueblo de la
Nación Argentina compuesto por provincias. Es el pueblo el que se reúne en Congreso General
Constituyente para crear la Constitución Nacional y consolidar el Estado Nacional Argentino. El
poder financiero originario surge así de la voluntad y elección del pueblo.
El poder derivado será el constituido por el Congreso General Constituyente, es decir aquel
que surge de él. Son poderes constituidos o derivados el Legislativo, Ejecutivo y Judicial, por lo que
sus disposiciones en materia financiera conforman el poder financiero derivado.
A modo de conclusión, podríamos decir que el poder financiero originario es aquel
emanado del poder constituyente y se encuentra plasmado en la Constitución Nacional. Las
disposiciones constitucionales en materia financiera “constituyen su contenido”. Por otro lado, el
poder financiero derivado es aquel que surge de los poderes constituidos, y su contenido será el que
éstos creen en materia financiera.
La única salvedad que cabría realizar es que el pueblo compuesto por provincias se reservo
para sí todas las competencias que expresamente no delego al Gobierno Federal, pudiendo
ejercerlas en sus respectivos gobiernos provinciales.
2. Titulares del poder financiero. Según la organización política. Forma unitaria de
gobierno. Los gobiernos consolidados en unidad de régimen poseen un solo titular del poder
financiero, el gobierno de la nación respectiva. Esto es así porque, en principio, la soberanía solo es
ostentada por el estado nacional y sus divisiones internas carecen de autonomía, siendo solo
reconocido su carácter administrativo.
Forma federal de gobierno. Los gobiernos federales poseen varios titulares del poder
financiero, porque el estado nacional esta compuesto por varías jurisdicciones soberanas. La
soberanía propiamente dicha es gozada por el estado federal, pero las provincias o estados
constitutivos disfrutan de autonomía y libertad.
Según nuestra Constitución de carácter federal existen tres titulares del poder financiero:
(a) El Gobierno Federal.
(b) Los Gobiernos Provinciales.
(c) Los Gobiernos Municipales.
Competencia financiera. Concepto. La competencia financiera es la capacidad para el
desarrollo de algún grado de la actividad financiera estatal, correspondiente a las jurisdicciones o
entidades públicas en cualquiera de sus niveles.
3. Finanzas de múltiples niveles de gobierno. Federalismo fiscal. El federalismo fiscal
estudia el sector público de los países que poseen institucionalmente varios niveles de gobierno.
En su faz jurídica importa reunir el estudio de varios elementos:
(a) La estructura constitucional de la división territorial del poder íntegro del Estado.
(b) Las competencias asignadas a cada nivel de gobierno, en especial las competencias relativas
a los ingresos y gastos públicos.
(c) Las relaciones más o menos estrechas o separadas que mantienen estos nivele de gobierno
entre sí y entre los estados de similar nivel institucional.
(d) Las maneras como esos niveles institucionales resuelven sus controversias, tanto verticales
como horizontales, negociación o disputa.
(e) Las formas de enfrentar los nuevos problemas y la evolución de la vida social.
El federalismo fiscal tiene dos objetivos:
(a) Describir el funcionamiento real de una federación y de sus elementos políticos integrantes.
(b) Prescribir las soluciones para los problemas que aparecen, buscando una distribución
económicamente óptima de las competencias y responsabilidades.
Distribución de recursos y gastos. La distribución del poder tributario debe ser
necesariamente posterior al reparto de competencias en materia de gasto. Es lógico que la atribución
de las potestades tributarias esté proporcionada a la competencia financiera que tenga asignada cada
nivel del Estado.
Esto es lo que se llama “principio de equivalencia”: el equilibrio entre el poder de ingresar y
gastar. Obviamente, el devenir del tiempo demuestra que esa partición de competencias no es
estática, ya que van apareciendo desequilibrios que no siempre se atienden de manera simétrica.
Otras pautas razonables:
(a) Los gobiernos regionales deberían gravar las bases tributarias que tengan una reducida
movilidad territorial.
(b) Los impuestos personales con tipos progresivos deberían utilizarse por aquellos gobiernos
capaces de implantar con mayor eficiencia un impuesto de base global.
(c) La imposición progresiva debería ser del gobierno nacional.
(d) Los impuestos utilizables para fines de política estabilizadora deberían ser nacionales,
mientras que los impuestos subnacionales deberían ser estables.
(e) Las materias imponibles que están muy desigualmente distribuidas entre los territorios
deberían ser utilizadas sólo por el gobierno nacional.
(f) Los tributos basados en el principio del beneficio son apropiados para cualquier nivel del
Estado.
Mecanismos de coordinación y redistribución. Las relaciones entre las facultades del
estado nacional y los estados locales pueden clasificarse según sean de separación o de
concurrencia.
A continuación, se exponen los diversos sistemas que se han ideo dando en concreto.
(a) Sistema de separación de fuentes impositivas. Este mecanismo consiste en atribuir fuentes a
cada nivel de Estado, de manera que las utilizadas por uno no pueden serlo por el otro.
(a) Sistemas de utilización conjunta de fuentes impositivas. Aquí se abre una alternativa, según
que exista o no coordinación entre los distintos niveles de Estado.
(a) Sistemas que se emplean sin coordinación. Lo de “sin coordinación” se refiere a la
coordinación que puede hacer la norma constitucional, sin tomar en consideración que
puede haber una coordinación de hecho.
(b) Sistemas que se emplean con coordinación. Una coordinación simple puede hacerse en
el caso en que cada nivel conserve su propio impuesto, si los regulan de manera
uniforme o muy aproximada.
(a) Sistemas de impuestos relacionados. Cada nivel sigue eligiendo y determinando su
propio impuesto, pero hay ligazón entre ambas figuras impositivas.
(b) Sistema de impuesto único. Mecanismos que utilizan un solo impuesto, sea que se
trate de una ley única, o de leyes sustanciales y formalmente similares.
4. Estructura del poder financiero federal en la República Argentina. Extensión. El
poder financiero federal abarca en materia de gastos todas las disposiciones establecidas en la
Constitución Nacional, debe cumplir con todas las necesidades públicas allí estipuladas y aquellas
que se desprendan o emanen de ellas.
En materia de ingresos, el artículo 4 de la Constitución Nacional indica qué: El Gobierno
federal provee a los gastos de la Nación con los fondos del Tesoro nacional formado del producto de
derechos de importación y exportación, del de la venta o locación de tierras de propiedad nacional,
de la renta de Correos, de las demás contribuciones que equitativa y proporcionalmente a la
población imponga el Congreso General, y de los empréstitos y operaciones de crédito que decrete
el mismo Congreso para urgencias de la Nación, o para empresas de utilidad nacional.
Por su parte, el art. 16 establece la igualdad como base del impuesto y las cargas tributarias.
Y el 17 la inviolabilidad de propiedad privada y el principio de no confiscatoriedad. Estos tres
principios podrían interpretarse como límites al poder financiero del Estado.
El artículo 75 inciso 2 se refiere a las “demás contribuciones” antes mencionadas.
Corresponde al Congreso: Imponer contribuciones indirectas como facultad concurrente con las
provincias. Imponer contribuciones directas, por tiempo determinado, proporcionalmente iguales en
todo el territorio de la Nación, siempre que la defensa, seguridad común y bien general del Estado
lo exijan. Las contribuciones previstas en este inciso, con excepción de la parte o el total de las que
tengan asignación específica, son coparticipables.
Como último gran límite a este poder, las provincias conservan todo el poder no delegado
por la Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos
especiales al tiempo de su incorporación.
5. El poder financiero de las provincias. Ejercicio. Las provincias deben cumplir con
todas las necesidades públicas establecidas en sus constituciones y aquellas que emanen de ellas, al
igual que la Nación.
La situación cambia en materia de ingresos. Integran los recursos originarios provinciales
los recursos naturales propios de cada territorio provincial, además de los típicos recursos
patrimoniales y crediticios. La única excepción son los recursos minerales, pertenecientes a los
recursos nacionales.
Los recursos derivados, por su parte, están integrados por los tributos provinciales,
(contribuciones de naturaleza indirecta en concurrencia con la nación y contribuciones directas
exclusivamente, salvo que la nación las este imponiendo temporalmente, tal como lo indica el art.
75 inciso 2) y los ingresos coparticipables provenientes de la recaudación impositiva nacional.
El poder financiero de la provincia de Santa Fe. El Gobierno de la Provincia provee a los
gastos públicos con los fondos provenientes de las contribuciones que establezca por ley; de las
rentas producidas por sus bienes y servicios; de la enajenación de bienes de su pertenencia; de la
propia actividad económica que realice; y de las operaciones de crédito que concierte. Todos los
habitantes de la Provincia están obligados a concurrir a los gastos públicos según su capacidad
contributiva. El régimen tributario puede inspirarse en criterios de progresividad (Art. 5 C.P.).
Correlaciones con el Estado Nacional. Conflictos. Régimen de coparticipación.
Entonces, corresponden al Estado Nacional los derechos aduaneros, las contribuciones indirecta en
concurrencia con las provincias y ciertas directas de carácter transitorio. A las provincias las
contribuciones indirectas en concurrencia con la Nación y la directas de forma exclusiva, salvo que
la Nación las imponga temporariamente.
Los conflictos surgen cuando varios tributos de la misma naturaleza intentan gravar los
mismos objetos y pertenecen a niveles distintos del Estado. Y también cuando los impuestos
transitorios del Estado nacional no cesan nunca.
En cuanto al régimen de coparticipación, deberá se estipulado por una ley convenio sobre la
base de acuerdos entre la Nación y las provincias garantizando la automaticidad en la remisión de
los fondos.
La ley convenio tendrá como Cámara de origen el Senado y deberá ser sancionada con la
mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, no podrá ser modificada
unilateralmente ni reglamentada y será aprobada por las provincias.
Las contribuciones previstas en el inciso 2 del artículo 75, con excepción de la parte o el
total de las que tengan asignación específica, son coparticipables.
6. Poder financiero municipal. Los municipios debe gastar lo necesario para cumplir con
sus objetivos más o menos específicos, según sean autónomos o autárquicos.
En materia de ingresos, ellos también poseen recursos originarios y derivados. Serán
originarios los recursos patrimoniales y crediticios, al igual que en nación y provincias, y serán
derivados las tasas y contribuciones que tengan derecho a cobrar por los servicios prestados.
También cuenta con recursos extraordinarios provenientes de nación o provincia en forma de
subsidios y reparticiones.
Dice la Constitución de Santa Fe que los municipios cuentan con las atribuciones necesarias
para una eficaz gestión de los intereses locales, a cuyo efecto la ley los proveerá de recursos
financieros suficientes.
A este último fin, pueden crear, recaudar y disponer libremente de recursos propios
provenientes de las tasas y demás contribuciones que establezcan en su jurisdicción. Tienen,
asimismo, participación en gravámenes directos o indirectos que recaude la Provincia, con un
mínimo del cincuenta por ciento del producido del impuesto inmobiliario, de acuerdo con un
régimen especial que asegura entre todos ellos una distribución proporcional, simultánea e
inmediata. Estas mismas normas fundamentales rigen para las comunas.
Dice la Ley Provincial de Santa Fe Nº 2.756: Las Municipalidades son independientes de
todo otro poder en el ejercicio de las funciones que les son propias; forman sus rentas, pudiendo
establecer impuestos, tasas, derechos o contribuciones, sobre los ramos y materias que se
determinen, administran libremente sus bienes y sus miembros sólo responden ante los magistrados
del Poder Judicial en los casos de malversación, extralimitación de sus atribuciones y demás actos
reputados culpables.
Las Municipalidades no podrán contraer empréstitos dentro o fuera de la República, como
tampoco acordar concesiones para explotar servicios públicos con privilegio de exclusividad o
monopolio, sin autorización especial de las Honorables Cámaras Legislativas. Las ordenanzas
pertinentes, deberán autorizarse por las dos terceras partes de votos de la totalidad de miembros
electos del respectivo Concejo Municipal y siempre con sujeción estricta a las condiciones fijadas
por la Constitución de la Provincia.
Santa Fe, Provincia c/ Estado Nacional s/ acción declarativa de inconstitucionalidad. Existe
una deuda del Estado Nacional con la Provincia de Santa Fe que aún no fue saldada. En el años
1992 las provincias y la Nación acordaron utilizar temporalmente una porción de la masa
coparticipable para financiar la A.N.S.E.S., en caso de renovación el acuerdo debería ser suscripto
nuevamente por todas las partes involucradas. Naturalmente, esto no sucedió así y el gobierno
nacional prorrogó la fecha límite del convenio sin consentimiento. Lo que provoco que la provincia
de Santa Fe acudiera a la justicia.
Los punto más importantes del fallo son:
(a) El fallo dictamino que el presidente del Banco Central debía suspender la detracción de la
masa coparticipable en un plazo de diez días y estableció un plazo de ciento veinte días para
que la Nación negocie los términos y condiciones de restitución de las sumas retenidas.
(b) El fallo también exige que se abra un dialogo institucional entre la Nación las provincias a
fin de crear un nuevo pacto fiscal federal, y se concrete la disposición constitucional sobre
coparticipación, para mejorar el actual régimen problemático de distribución de recursos.
7. Límites internacionales del poder financiero. Tratados para evitar la doble
imposición. Los convenios internacionales para evitar la doble imposición son una serie de
tratados internaciones que persiguen el múltiple gravamen de bienes y servicios entre las partes
firmantes.
Este tipo de tratados suelen ser impulsados por los organismos internacionales vinculados
con el comercio (O.M.C., F.M.I., O.C.D.E., O.N.U, etcétera).
También encajan dentro de esta categoría aquellos convenios internacionales que buscar
desgravar múltiples veces el transporte internacional.
El gasto público
Gasto público
1. Gasto público. Concepto. El gasto público es el conjunto de erogaciones monetarias que
realiza en Estado. Son las sumas de dinero destinadas a la adquisición de factores e insumos para
para la producción de bienes y servicios, y ellas pueden ser realizadas:
(a) Para adquirir bienes o servicios, sean éstos instrumentales o finales o de consumo.
(b) Para transferir el dinero recaudado con los recursos a individuos o empresas sin ningún
proceso de producción.
Es una erogación monetaria realizada por autoridad competente, en virtud de una
autorización legal y destinada a los fines del desarrollo nacional al que se le asigna carácter de
interés colectivo.
La teoría de los gastos públicos. Evolución. Denominamos teoría del gasto público a
aquel conjunto organizado de ideas que explican las erogaciones monetarias que realiza en Estado, a
fin de satisfacer las necesidades públicas.
La consideración del gasto público ha variado desde un punto de vista básicamente
cuantitativo, hacia una consideración sustancialmente cualitativa. Perdió su carácter esencialmente
administrativo, atendiendo a los rubros correspondientes al financiamiento de los servicios
administrativos elementales del Estado, para pasar a ser un imprescindible instrumento de
intervención del Estado en la economía nacional.
En la concepción de las finanzas clásicas, el gasto es improductivo por definición. El Estado
consume pero no produce, y en esa actividad distrae a los medios económicos productores privados.
Por ello, las funciones estatales debían de ser mínimas.
La C.N. adscribía en su nacimiento de la idea del Estado limitado. Con la reforma del 94
quedo plasmada la interpretación expansiva (art. 75 incs. 8 y 2) realizada desde el primer tercio del
siglo XX. El Estado, a través de la función del gasto público, ha de actuar para incrementar la
economía nacional y para redistribuir la riqueza.
Así, de una concepción neutra del gasto público, se ha pasado a una de un carácter
intervencionista y activo.
Diferencias con los gastos privados. En primer lugar, los sujetos del gasto. El sujeto
público es el Estado y, en este punto, se caracteriza por su perpetuidad, lo que hace que sus gastos
puedan ser pensado en términos actuales y futuros. El sujeto privado es el particular atado a la
mortalidad, lo que implica que la existencia de sus gastos es eminentemente actual.
En segundo lugar, la finalidad. El Estado cumple finalidades colectivas, intenta satisfacer
necesidades públicas. El particular solo se preocupa por su supervivencia y por la satisfacción de
sus necesidades concretas.
En tercer lugar, la autorización. El Estado solo puede gastar con autorización previa, los
gastos son finamente calculados y autorizados en las leyes presupuestarias. El particular solo esta
atado a los designios de su propia voluntad y circunstancia.
En cuarto lugar, la financiación. El Estado se financia principalmente mediante el ejercicio
de su poder de imperio, manifestado fundamentalmente en la imposición del tributo. El particular
financia su gasto con su propio patrimonio y con el fruto de trabajo o actividad.
En quinto lugar, el monto. El gasto público siempre es superior al gasto privado,
sencillamente por una cuestión cuantitativa. El gasto público opera sobre la colectividad en general
sin restricciones, mientras que el gasto privado únicamente implica al particular que lo realiza a
aquellos en él determine.
Aspectos constitucionales del gasto. El gasto público sería la actividad erogatoria necesaria
para cumplir con las disposiciones constitucionales.
Corresponde al Congreso fijar anualmente, conforme a las pautas establecidas en el tercer
párrafo del inc. 2 de este artículo, el presupuesto general de gastos y cálculo de recursos de la
administración nacional, en base al programa general de gobierno y al plan de inversiones públicas
y aprobar o desechar la cuenta de inversión (art. 75 incs. 8 ).
2. Los gastos públicos y los recursos públicos. Relaciones. Formulación y delimitación
jurídica. Los gastos públicos se realizan para satisfacer necesidades públicas, ya sea en forma
directa o indirecta. Al ser las necesidades públicas el presupuesto de legitimidad del gasto público,
las decisiones al respecto presuponen la selección de ellas y su comparación con las posibilidades
materiales. El gasto público es interdependiente del recurso público. El gasto público es indicativo
de la actividad, estado social y tendencias de los países. La cuantía del gasto público y su influencia
sobre la economía general tornan imprescindible su consideración por las finanzas públicas. Es
imposible considerar el fenómeno del recurso público sin tener en cuenta lo que el Estado restituye
a la colectividad mediante el gasto público.
Elementos jurídicos de los gastos públicos. Los elementos que integran la definición de
gasto público son:
(a) Erogación monetaria. El gasto público implica el uso de sumas de dinero, es decir de
erogaciones monetarias que salen del patrimonio del Estado.
(b) El gasto debe ser realizado por el Estado. Ello quiere decir que los fondos han de salir del
patrimonio del Estado.
(c) La erogación ha de estar autorizada presupuestariamente. Toda salida de fondos estatales
desde las arcas públicas ha de ser autorizada por el Poder Legislativo.
Reparto de los gastos entre los poderes públicos en el tiempo y en el territorio. El asunto
del reparto de los gastos públicos involucra decisiones jurídicas por parte de los poderes políticos.
Reparto intergeneracional. Además de tener en cuenta los grupos sociales coexistentes en un
cierto período de tiempo también se deben contemplar los intereses de la población con carácter
intertemporal.
A fin de repartir las cargas equitativamente entre ellas y también para tomar en cuenta los
beneficios que obtendrán.
Los gastos cuyo beneficio se da en el presente deberían ser financiados con recursos
normales, pero aquellos que se traducen en beneficios a largo plazo, o bien porque su monto es
impagable por la generación presente, deberían repartirse a lo largo del tiempo para ser solventados
también por generaciones futuras.
Reparto interterritorial. El reparto del gasto público también ha de ser estudiado desde el
punto de vista que quién lo realiza, sobre todo en países de estructura federal, para determinar quién
ha de ejercer cada competencia estatal y, por ende, incurrir en el gasto correspondiente, extremo que
esta inescindiblemente ligado con la competencia constitucional para procurarse ingreso público
necesario.
3. Aumento de los gastos públicos. El financista Adolfo Wagner constato empíricamente
que el gasto público experimenta un crecimiento continuo con el devenir de los años.
Ley de Wagner. El gastos público aumenta constantemente, fundamentalmente por tres
razones:
(a) Existencia de cierta relación entre la renta per cápita y el crecimiento del gasto público. Con
el progreso económico se va haciendo más complicado y costoso brindar un mismo nivel
efectivo de servicios públicos, principalmente aquellos encaminados a mantener el orden y
la justicia. Condiciones esenciales para el funcionamiento de los mercados.
(b) El Estado asume por sí la prestación y producción directa de ciertos bienes materiales. Con
el avance tecnológico se necesitan grandes inversiones que el sector privado no está en
condiciones de realizar.
(c) Hay ciertos servicios que deberían pasar a manos del Estado cuando la tecnología avance y
aconseje la formación de monopolios de oferta o cuando los economías externas positivas
sean de difícil valuación económica o cuando la actuación estatal sea importante para lograr
una mayor estabilidad económica.
Por su parte, Peackock y Wiseman explicaron el crecimiento del gasto público con relación
al P.B.I. Sostienen que en las épocas normales, las sociedades experimentas un desajuste, una
tensión entre el nivel del gasto público que desean y el nivel de la carga fiscal que están dispuestos a
tolerar. Cuando esas sociedades sufren una crisis importante es el momento en que demuestran su
capacidad para movilizar recursos. Este incremento de la carga fiscal es aceptado como el único
camino para hacer frente a la situación. Pero una vez superada esa circunstancia, la resistencia
anterior se ve desplazada debido a un cambio en la conciencia social.
Aumento absoluto y relativo. Son causas reales del gasto público aquellas que se
corresponden con un crecimiento absoluto o, lo que es lo mismo, se corresponden con un
crecimiento auténtico. Serán causas aparentes aquellas que expliquen un crecimiento relativo,
puesto que correctamente medido se preciaría que hay tal cosa.
(a) Causas aparentes.
(a) Envilecimiento de la moneda.
(b) Las modificaciones en los criterios de contabilidad pública.
(b) Causas mixtas.
(a) El incremento territorial.
(b) El incremento de la población.
(c) Causas reales.
(a) El incremento de la renta nacional.
(b) El crecimiento de las tareas y funciones prestadas por el Estado.
(c) El aumento del costo de los bienes y servicios intermedios que emplea el Estado para
producir bienes y servicios.
(d) Los costos de las guerras, de la defensa nacional y del armamento.
(e) El crecimiento de la burocracia y del aparato del Estado.
(f) Los cambios e innovaciones tecnológicos.
4. Clasificación de los gastos públicos. Las clasificaciones solo pueden justificarse a través
de su utilidad.
Criterio administrativo. Los gastos se distribuían según su objeto en:
(a) Anexos. Correspondientes a los poderes institucionales y otros rubros generales.
(b) Incisos. Se relacionan con las dependencias internas de cada una de tales instituciones.
(c) Ítems
(d) Partidas.
Es la forma tradicional de elaboración y presentación de los créditos presupuestarios, los que
aparecen enumerados correlativamente dentro de cada institución que tiene a cargo la
administración y la responsabilidad por la gestión.
Criterio económico. Facilita información valiosa para estudiar los efectos económicos de la
producción, distribución y consumo públicos de bienes y servicios, de la formación de capital por
parte del Estado, y de la actividad financiera pública en general.
(a) Operaciones corrientes. Gastos de personal, compras de bienes corrientes y servicios
ordinarios, intereses, transferencias corrientes.
(b) Operaciones de capital. Inversiones y transferencias de capital.
(c) Operaciones financieras. Variaciones de activos y pasivos financieros.
Según la Ley Nº 24.156 y su decreto reglamentario. Categorías programáticas: programa,
subprograma, proyecto, obra y actividad. Clasificaciones presupuestarías: institucional, categoría
programática, finalidades y funciones, fuentes de financiamiento, objeto del gasto, económico, tipo
de moneda, ubicación geográfica.
Otros criterios. Gastos ordinarios (originados por la normal producción de bienes y
servicios y deberían ser financiados por los ingresos ordinarios) y extraordinarios (no son corrientes
y no guardan relación periódica alguna). Gastos corrientes (los que sirven para la producción de
bienes y servicios: de consumo y transferencias) y de capital (son de inversión). Clasificación
funcional: actividades generales, sociales, económicas, otras.
5. Límites de los gastos públicos. La doctrina ha elaborado ciertos principios a fin de
establecer pautas para determinar los límites del gasto público. Ellos constituyen recomendaciones
extrajurídicas (económicas, políticas, etcétera), que pasan a ser jurídicos cuando se plasman en el
ordenamiento.
(a) Gasto mínimo. El gasto ha de ser el mínimo posible en tanto se asegure el cumplimiento de
las funciones estatales sin poner en peligro la protección indicada.
(b) Mínima interferencia con la iniciativa privada. Consecuencia necesaria del punto anterior.
(c) Máxima ocupación. Cuando la finalidad sea reactivar la economía.
(d) Máximo beneficio. El gasto debería hacerse de manera tal que se obtenga el máximo
beneficio posible.
Límites jurídicos. Cabe aquí recordar someramente que un límite está en la C.N. (art. 4, en
cuanto a los empréstitos para las empresas de utilidad pública; art. 17, en cuanto a la expropiación
debe ser realizada por causa de utilidad pública; art. 75 inc. 2, en lo relativo a que las contribuciones
directas que establezca el Congreso han de ser exigidas por la defensa, seguridad común y bien
general del Estado, etcétera.).
Por otra parte, toda la regulación del circuito presupuestario contenida en C.N. y
desarrollada en la L.A.F. configura otra limitación al empleo y disposición del gasto público, a lo
que deben sumarse los contenidos de las leyes 25.152 y 25.917 (Régimen Federal de
Responsabilidad Fiscal) con otros topes específicos.
Ley Nº 25.152 (Administración de los Recursos Públicos). Dictaba las medidas a las cuales
se deberían ajustar los poderes del Estado Nacional para la administración de los recursos públicos.
Los gastos públicos de todos la Administración Central y las provincias no debían
incrementar más que el P.B.I., y si este resultaba negativo los respectivos gastos debían reducirse.
Este tipo de medidas limitantes encuadran en el marco denominado macrofiscalidad. Las
reglas macrofiscales regulan ciertas variables fiscales con el objetivo de controlarlas y prever el
desenvolvimiento de la actividad financiera y sus efectos económicos.
Actualmente, este régimen ha sido incumplido y la Ley 25.152 ha sido suspendida casi en su
totalidad por la Ley 26.530.
La Provincia de Santa Fe adhirió a la primera mediante Ley 12.402 y a la segunda mediante
Ley 13.065.
6. Efectos de los gastos públicos. Sobre los ciclos económicos y la distribución de la
renta. En los momentos de auge de la economía, el Estado debería realizar una detracción
económica mayor que las erogaciones a realizar. Esto le servirá para actuar con más comodidad
cuando el ciclo económico se invierta.
En épocas de crisis económica, debe ser el Estado el que esté en mejores condiciones para
influir en la reactivación económica, inyectando gasto público en los diversos mercados, gastando
más de los que recauda o que obtiene del sector privado vía de crédito.
Sobre la renta nacional. Los gastos público pueden producir un incremento en la renta
nacional cuando los recursos empleados para llevarlos a cabo ocasionen una disminución del gasto
privado que sea menor que aquél.