Homilia

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Se trata de parábolas que profundizan en el misterio del reino de Dios y en sus dinámicas

internas Jesús la cuenta de manera que sus oyentes cambien su manera de pensar, porque su
mensaje es contracorriente, contracultural corrige lo que todo el mundo habitualmente piensa o se le
induce a pensar.
Para hacerse entender Jesús traduce poéticamente su mensaje a partir de realidades
cotidianas de realidades campesinas de lo que él y sus oyentes tenían delante de sus ojos.
Veamos como Jesús expone las parábolas: Lo que en esta ocasión subraya es la eficacia de
la palabra sembrada en nuestro corazón. El reino de Dios viene a ser como un hombre que echa las
semillas sobre la Tierra y duerma o vele noche y día la semilla nace y crece sin que él sepa Cómo.
Podemos notar el protagonismo de la semilla un elemento que intrigaba a Jesús y sobre el
cual debió haber meditado muchísimo la semilla siempre es algo que queda de la cosecha anterior
es el fruto de una planta que después de la cosecha se seca y parece muerta, pero si la semilla cae
si se arroja y entra en la tierra en esta tierra empapada de agua se pudre se desintegra visiblemente
y desaparece, con todo y esto lo que ocurre en realidad es que ella desaparece para generar vida ya
que se convierte en un brote y luego en una planta que da frutos abundantes
Hay que vivir con más atención y sumo cuidado la siembra que la germinación, el crecimiento
la formación de la espiga y su maduración y frente al este desarrollo. Uno debe sorprenderse si es
que uno le pone cuidado al poder a la fuerza presente en esa semilla que parece seca que parece
incluso muerta Así es nos dice Jesús Así es el reino de Dios una realidad pequeña discreta pero que
tiene en sí mismo un poder misterioso silencioso Irresistible y eficaz que se expande sin que
nosotros hagamos absolutamente nada Bueno sí recibir la semilla, pero el resto es su trabajo
Si El agricultor quisiera medir el crecimiento y fuera verificar que está ocurriendo con la
semilla que está bajo la tierra simplemente pondría en riesgo la germinación amenazaría fuertemente
el nacimiento y la vida de este brote. Hay que dejarse maravillar por el reino que se expande cada
vez más Incluso en tiempos en los que pareciera que no pasa nada tiempos en que no nos damos
cuenta el que parece que no está ocurriendo nada por lo tanto hay que tener confianza en la vitalidad
de la semilla y en su poder y esta semilla es la palabra de Dios
La segunda parábola la del grano de mostaza: el mostaza es una de las semillas más
pequeñas el mismo lo Recuerda es más no es más grande que un grano de sal pero si se siembra
en la tierra esta semilla crece y se convierte en un árbol de notables dimensiones pareciera
imposible que una planta tan exuberante pueda derivar de una semilla tan chiquita esto es
sorprendente Sencillamente maravilloso y la enseñanza Es evidente lo que a los ojos de uno puede
parecer pequeño puede por su parte contener un poder una fuerza impensable que nos desborda
que nos supera
ahora bien esta parábola lo que quiere comunicarnos es algo decisivo esto es que la palabra de Dios
que nos ha sido dada puede parecer a primera vista una cosa pequeña revestida como le es propio
de palabras humanas que son frágiles y débiles
Las dos parábolas que acabamos de escuchar nos cuestionan nos interrogan sobre nuestra
real percepción de la obra que está haciendo en nosotros la palabra de Dios también nuestra visión
del reino como realidad de los pequeños y de los pobres

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